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Amor, historia y naturalezaTrespoetas españoles abordan temas profundamente líricos

Canciones de• •expenenoa

MIGUEL GARCÍA-POSADA ÁNGEL RUPÉREZ

El amor, la historia yla naturaleza son otrostantos temas de acusa-oda raigambre lírica.La diversidad de-la ac-tual poesía españolapermite su concurren-cia sin especiales diso-nancias. Un poeta dela promoción .del se-senta (o generación delos cincuenta) y dospoetas de la penúltimahornada han aborda-do su tratamiento líri-co en los libros quehoy comento. Lo de-terminante, claro está,es la perspectiva, el en-foque.

No ha sido hastaahora José' AgustínGoytisolo poeta desostenido re.gis tr o ,amoroso. Ésta es laprimera novedad deLa noche le es propi-cia, poemario exclusi-vamente centrado enel tema del amor

-hace el número 15 en su obra-oPor eso va dedicado a la memoria dePedro .Salinas, en la estela, además,de su centenario. La segunda nove-dad estriba en la naturaleza narrati-va del libro. En sintonía con la másreciente poesía española, Goytisololo organiza, todo él (esto es másraro; recordemos, no' obstante, Dia-rio' cómplice, de Luis García Monte-ro) como un texto. narrativo. Se trataaquí del encuentro, quizá al términode una conferencia, de un hombre (¿elconferenciante?) y una mujer, que vi-ven la noche de amor a que el título serefiere. Ella está casada, malcasada, esde edad madura, y él es un sujeto pro-blemático, dificil, también maduro. Ellibro se encauza a través de la sucesiónde los lances amorosos en la 'habita-ción de un hotel hasta desembocar enla llegada del amanecer, que separa alos amantes. Volvérá ella a su casa, ala rutina Conyugal, iluminada por lapasión de vivir; él, en cambio, se mar-

· chará sabiendo que, pese a la claramemoria de la noche, "la muerte le espropicia'.' .

JOSÉAGUSTíNGOVTISOLOLa noche lees propicia

THEODOREROETHKE

Frente a poetas explosi-vos, que desde el primerlibro temprano dejanclaro que apuntan alto,Theodore Roethke'(1908-1963) tuvo queesperar algo más parallamar seriamente laatención de sus contem-poráneos. Tenía ya 40

años cuando publicó The lost son andother poems, el libro -el seguñdo delos suyos- que le abrió las puertas auna especie de renacimiento poéticoque, según James Dickey, su críticomás fervoroso, vino después de "añosde trabajo muy duro, mucha suerte,muchas dudas y muchos comienzos enfalso". Historia, pues, la de Roethk'e,no infrecuente en poetas de altura,·pero sin duda, también, historia mu-cho más sometida a la presión de ladura lucha consigo mismo que la de lospoetas que desde el comienzo subencómodamente a los altares de la cele-bridad. ¿Quién está detrás de esa tena-cidad que hace caso omiso del ruidoambiental para -trazarse la meta de un'libro o libros suficientes? Supongo quela fe íntima, la confianza en que en al-guna parte está lo que se anda buscan-do, lo que andaba buscando en estecaso Theodore Roethke,

¿Y qué buscaba el poeta norteame-ricano coetáneo de Auden o ElisabethBishop? Buscaba dar forma adecuadaa un universo de experiencias que sólode una manera insuficiente se esboza- .ban en su primer libro. En vez de escri- .bir según el dictado de Auden, que es 'lo que; pasaba en Open house (1941),aunque sin el virtuosismo arrolladordel poeta anglonorteamericano, escri-bir COnmenos miedo a patrones exclu-sivos, con más 'libre porosidad a lo di-verso. Y escribir,.además, pero ya conmucha más confianza, sobre los mis-mos asuntos que se desplegaban' en suprimer libro: el primero y el más domi-nante, el que define monótonamente,pero con esplendor preciso, la poesíatoda de este singular poeta: el asombroante el paisaje de su infancia.

PoemasTraducción deAlberto Girri.

Signos.Madrid, 1992.129 páginas.1.500 pesetas.

Lumen.Barcelona, 1992.60 páginas.1.300 pesetas.

JONJUARISTILos paisaje,sdomésticosRenacimiento.Sevilla, 1992.48 páginas.1.060 pesetas.

ANDRESSÁNCHEZROBAVNAFuegoblanco JO$é Agustín Goytisolo,Ámbit ServeisEditorials ..Barcelona, 1992.68 páginas.825 pesetas.

san Juan de la Cruz, multiplicada enpréstamos, alusiones e incluso enmodelos estróficos, se lanza a la puraexaltación del amor y sus delirios.

La naturaleza y, en concreto, lanaturaleza insular canaria, ha sido eltema dilecto de Andrés Sánchez Ro-bayna en sus entregas anteriores.Vuelve a serlo también en ésta, en laque el poeta continúa el ciclo abiertopor Palmas sobre la losa fría. Laexaltación del sol, de la luz, del fuegoes la clave temática del libro, que seofrece en poemas metrificados, enverso blanco casi siempre, y en poe-mas en prosa (Sánchez Robayna losinsertó ya enun libro anterior, Tin-ta). Todos son variaciones sobreeste tema central, que es proyectadosobre el plano del mito, sobre la epi- -rÓ,

fanía de lo luminoso, dentro de unavisión 'abierta a la revelación de lamateria en movimiento. Cabe recor-dar aproximaciones similares: Va-lente (El fulgor), Octavio Paz, algúnJuan Ramón Jiménez, el único poetaaquí expresamente aducido ...

Sánchez Robayna acredita el oficioque le es propio. Acaso este oficio ~sdemasiado notorio en los poemas enverso preferentemente largo que abrenel libro, algo rígidos a veces. Contodo, la temperatura poética sube de.nivel en los poemas en verso corto, almodo de La roca, su mejor libro hastael momento. Los poemas en prosa tie-nen buena factura: tono, diseño, dic-ción. Llamo la atención sobre el queda título al poemario. Pero sobre ellosgravita con excesiva insistencia lasombra de Valente, visible también en-algunas composiciones breves. Por

ahora me quedo con la obra delpri-mer Sánchez Robayna, tan rigurosa,tan singularizadora dentro de la másavanzada poesía española.

Trece poemas, más unos versos in-troductorios, integran Los paisajesdomésticos, el- nuevo libro de Jan Jua-risti. SonJ3 sustanciosas composicio-nes que justifican el puesto destacadodel autor en' nuestra: lírica. Fiel 'a lapoética de la éxperiencia, fiel (a veceses verdad que hasta el exceso) al ma-gisterio de Jaime Gil de Biedma, acuya memoria se dedica uno de losmejores textos del libro, Intento.for-mular mi experiencia de la poesia ci-vil, cuyo título glosa otro muy cono-cido de aquél, el poeta rememora,con deseneanto y escepticismo (dos .claves tenaces en los líricos de suedad y su retórica), momentos y vi-vencías, episodios y circunstanciaspersonales. .

Como en anteriores libros perocon creciente maestría, somete Jua-risti esas materias vitales al trata-miento inevitablemente deformador.de su retórica, hecha de ironía, bUT-la, juegos, equívocos y préstamostextuales, que es amplificada poruna métrica de base tradicional, consonetos, pero también con sextinasmanriqueñas, y que incorpora asi-mismo combinaciones más o menosnovedosas sin excluir el uso de la sil-vablanca, La imbricacióh de retóri-ca y métrica alumbra una poesía sa-tírica y elegiaca a un tiempo, dondeel poeta deplora el curso de las cosasy se deplora a sí mismo, donde la tra-yectoria personal se proyecta sobrela trayectoria colectiva de la gente desu edad. "Parísni lo pisé", diceJua-risti, entre rimas grotescas, en el poe-ma Aliud et alibi, donde pone en sol-fa la mitología de un en verdad ine-xistente 68 español (pero ya -se estáhablando hasta de una generacióneón ese nombre).

Paisajes domésticos, sí, sobretodo porque son próximos, no por-que sean. estrictamente privados. En ..esta reincorporación del acento civil;a la' poesía española ha residido laap-ortación. más sólida del autor.Este nuevo libro vuelve a ponerlo derelieve con toda brillantez. Necesitá-bamos esta poesía que está ya.a milleguas del esteticismo. Necesitába-mos esta poesía de la historia. Juaris-. ti nos la ha dado.

Inocencia

Lo que sucede en la poesía de Roethkees que, insensiblemente, a través detransiciones lábiles, se pasa de unacierta experiencia de la inocencia, don-de el asombro tiene un lugar priorita-rio, a los claroscuros de la experiencia,donde el asombro está teñido del cono-cimiento del dolor y de la muerte. V01-ver a la' naturaleza de la infancia es re-conocer, intactos, los microcosmos dela primera pasión, la que abrió. los ojosal mundo como si fuera una mina ina- .gotable de excursiones por la superficiequieta de un lago donde una garza es-·culpía un garabato que se grabó en lavista para siempre (La garza); o reco-nocer en el musgo recogido una miste-riosa suavidad alterada por la sensa-ción ulterior de sacrilegio (La recolec-ción del musgo).

Pero volver a la naturaleza de la in-rancia es también, decíamos, constatarque nada puede seguir siendo lo mis-mo; porque entonces, el poeta sabe·-todos lo. sabemos- que lo que pare-cía eterno, puesto que no anunciabatiempo ninguno sino pura iridiscenciaintemporal y milagrosa, ahora es tam-bién anuncio de unos limites cuyo epí-tome esencial y absoluto es la muerte.

DeliriosTal esquema narrativo se articula através de la alternancia de poemas deesta índole, presentativos,con otrosde signo más lírico, donde se da expre-sión a los sentimientos de los amantes.Aquí hay que señalar la novedad querepresenta el papel concedido a la mu-jer: lejos de ser la mera destinataria dela pasión masculina, aparece muy acti-va -es ella quien elige a su compañe-· ro- y sus gestos, pensamientos y acti-· tudes cuentan más que los de 'él: el di- ,/seña narrativo permite la introspec-ción evocadora. y la caracterizaciónpsicclógica de los amantes.

Libro orgánico, de planteamientooriginal, muy modulado métricamen-te (con metros de arte mayor y menor,verso blanco, asonancias, cantares pa-ralelísticos), La noche le es propia'confirma el saber hacer de JoséAgustín Goytisolo. Quizá su tono"su lenguaje, sean en exceso discretos.Los mejores momentos se lograncuando el poeta, bajo la sombra de

fon fuaristireincorpora elacento civil a lapoesía española;en unos textosque están a mil

leguas delesteticismo

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