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1982_FALLASESTRATEGICAS
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Centro Argentino de Estudios Internacionales www.caei.com.ar Programa Teora de las Relaciones Internacionales
1982: las fallas estratgicas en la conduccin del Conflicto del Atlntico Sur desde un paradigma Realista
Lecciones para el presente1
Matas Alejandro Magnasco2
El factor clave para ganar la guerra es la voluntad de quebrar al enemigo por encima de todas las
capacidades humanas, materiales o tecnolgicas. John Keegan
1. Introduccin
El paradigma Realista de las Relaciones Internacionales sigue siendo an el ms
prevaleciente a la hora de realizar un estudio sobre la Poltica Exterior de un
determinado pas o la Poltica Internacional en su conjunto, y ms cuando se trata
de temas de Seguridad y Defensa. Dicho paradigma se fundamenta en la bsqueda
y maximizacin del poder. As y todo, el Realismo puede ser til para predecir qu
va a pasar, pero no cundo (Mastanduno, 1997), y esta es una de las principales
crticas que el Realismo debe soportar desde las dems corrientes y paradigmas
existentes.
La teora Realista tiene como eje principal un nfasis en la geopoltica y la
distribucin de poder entre los Estados-Nacin y el juego de equilibrio entre ellos.
Para la Escuela Realista, el sistema internacional es claramente anrquico y
caracterizado por la bsqueda permanente por parte de los Estados (actores nicos
y racionales del sistema, de acuerdo a la concepcin Realista) de un estado de
seguridad que permita defender los intereses nacionales. Esa bsqueda produce
roces continuos ya que es muy difcil que todos los estados tengan los mismos
intereses, y uno de los ms importantes tal vez, son los intereses vitales, que son
aquellos que involucran la existencia misma del estado (integridad del territorio,
seguridad de los ciudadanos, abastecimiento de energa, disponibilidad de agua
potable, espacio vital, etc.) y por los cuales una nacin puede llegar a ir a la
guerra.
1 Trabajo presentado en la Diplomatura en Relaciones Internacionales del Crculo de Legisladores de la Nacin. Agosto 2008. 2 Estudiante de 4 ao de Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Miembro del Observatorio de Colombia del CAEI y del Centro Aeronutico de Estudios Estratgicos. Director del rea de Estudios de Defensa Nacional de la Fundacin Jvenes Lderes.
En el presente trabajo utilizar el paradigma Realista para explicar las fallas
estratgicas (diplomticas y poltico-militares) del gobierno cvico-militar que
gobern la Argentina en momentos del Conflicto del Atlntico Sur, ya que fue dicho
paradigma el utilizado por el gobierno de aquel entonces (y muchos otros, en algn
sentido) para la formulacin de su Poltica Exterior, lo cual resulta una verdadera
equivocacin cuando lo analizamos desde los tiempos en que vivimos actualmente.
Adems, la problemtica de estudio del Realismo es precisamente la cuestin de la
seguridad nacional y el factor militar.
Con el presente trabajo, no se pretende tomar una posicin poltica ni ideolgica de
los hechos, as como tampoco definir en profundidad las caractersticas de los
paradigmas dominantes de las Relaciones Internacionales, ni mucho menos afirmar
si uno es o era mejor que el otro. Tampoco se busca realizar una especificacin
tcnica de las fallas en los sistemas de armas por la lgica de la disciplina que
estamos tratando. Lo que se pretende con el presente, es hacer un racconto
objetivo de los hechos y las decisiones diplomticas y poltico-militares del conflicto.
2. Situacin estratgica de la poca
Por esta poca se consolidaba el concepto de estrategia del Grl. francs Andr
Beaufre, entendido este como una estrategia para neutralizar la amenaza marxista
por un lado, y como una forma para reducir la autonoma de la estrategia militar,
por el otro. Este es el principal aporte de la teora del Grl. Beaufre, y es que aplica
su concepto de estrategia a tiempos de paz, destacando que el fenmeno de
coaccin no implica necesariamente la guerra (Martnez, 2004: 67). En esta poca,
la doctrina militar argentina se situaba dentro de esta corriente, y tal vez el
desembarco inicial del 2 de abril fue la cara visible del concepto de estrategia del
Grl. Beaufre en el sentido de utilizar la coaccin sin recurrir a la guerra.
Recordemos que el plan inicial de recuperacin de las islas fue concebido con el
objetivo de obligar a Gran Bretaa a negociar la soberana desde una posicin de
fuerza propia. Esto no sali como lo esperaba la Junta Militar, ya que por una
cadena de sucesos, los efectivos fueron en aumento hasta que la escalada militar
termin en el estallido del conflicto armado.
Pero esta actitud (la de continuar con la escalada militar) responda a una dinmica
que se estaba dando a nivel mundial, con situaciones de crisis que derivaban en
conflictos blicos de alta intensidad. Basta recordar el enfrentamiento rabe-israel,
la invasin sovitica a Afganistn, la guerra Irak-Irn, los conflictos en frica, el
conflicto con Chile, etc.
Durante la dcada del 70 no hubo en la Argentina una planificacin estratgica de
la Defensa, slo hubo algunos decretos sobre la utilizacin de las FFAA para la lucha
contra la subversin marxista al interior del pas. Slo hubo una planificacin
estratgica al mediano plazo sobre cuestiones econmicas, sociales y polticas. Ni
siquiera haba un planeamiento para la ocupacin del espacio territorial argentino.
La doctrina militar tambin fue un problema, ya que desde la finalizacin de la
Segunda Guerra Mundial el Ejrcito Argentino pas de utilizar la doctrina alemana a
utilizar la doctrina norteamericana, que muchas veces no era coherente con el
pensamiento de las otras fuerzas, lo que creaba problemas de planificacin y
coordinacin, duplicando el esfuerzo conjunto.
Al asumir por elecciones la presidencia de la Nacin el Dr. Cmpora en 1973, se
elimina la hiptesis de guerra N 4 Guerra Subversiva, y firma el decreto
correspondiente por el cual se estableca la hiptesis de guerra con el Brasil y los
planes para formar coaliciones de pases con el objetivo de cercarlo
estratgicamente. Este plan se vendra a pique con la finalizacin de su presidencia
apenas dos meses despus de asumir, tras el regreso del exilio de Pern, por el
cual se llamaron nuevamente a elecciones y result ganador este ltimo. Fue a
partir de este gobierno que se firm el decreto por el cual se ordenaba a las FFAA
aniquilar la subversin.
Con el gobierno militar instalado de facto desde marzo de 1976, se cre el
Ministerio de Planeamiento, pero por diferencias con el Ministerio de Economa,
pas a ser nuevamente una mera Secretaria de la Presidencia, sin elaborar
proyectos de inters estratgicos.
A su vez, dicho gobierno crey que era necesario abandonar la industrializacin por
sustitucin de importaciones (ISI) y abrirse al mundo para cooptar capitales, y a su
vez, alinearse incondicionalmente a los Estados Unidos, todo esto con el nico
objetivo de posicionarse dentro del primer mundo, siguiendo una clara poltica
Realista.
En 1977 firman los decretos correspondientes por el cual se estableca la hiptesis
de guerra Chile y la probable participacin de Per y Bolivia en una confrontacin
contra Chile. A la vez reafirmaban la hiptesis N 4 de guerra revolucionaria.
A partir de 1980 comenzaba la poltica de acercamiento con los Estados Unidos, que
haban cado a un nivel muy bajo tras la presidencia de Carter y su cuestionamiento
por las violaciones a los derechos humanos. En tal sentido, Argentina envi
asesores militares al conflicto centroamericano y se apoy la poltica de los Estados
Unidos hacia esta regin.
Ahora bien, tal como nos dice Carlos Escud en su obra Realismo Perifrico,
aplicar la teora Realista para la formulacin de una poltica exterior para un pas
como la Argentina, es decir, una poltica de poder sin poder, era prcticamente un
suicidio. Escud menciona que se buscaba la maximizacin del poder por todos los
medios, que se busc la bomba atmica mientras se estaba en una carrera nuclear
con el Brasil, posteriormente se busc desarrollar el misil Cndor por parte de la
Fuerza Area, el proyecto TAMSE por parte del Ejrcito, etc., y que nunca hubo una
preocupacin de si todo esto no traera sanciones por parte de los pases ms
desarrollados, hacia un pas tan dbil y vulnerable como lo era la Argentina.
Escud nos dice que hubo una mala lectura del Realismo, ya que esta teora estaba
pensada por los pases del norte y para ellos mismos, y que para un pas como
Argentina, el Realismo deba significar otra cosa.
En la actualidad, no se puede negar que los procesos econmicos y polticos, como
la integracin regional y muchos otros, deben ir de la mano de un sistema de
defensa operativo, es decir, de un aparato militar lo suficientemente fuerte para
producir un disuasin creble y acompaar los procesos integracionistas y la
diplomacia, tal como uno de los objetivos de las FFAA britnicas (y tantas otras) en
los que figura explcitamente el apoyo militar a la diplomacia. La cuestin es
encontrar la forma de incrementar el poder militar sin producir tensiones con los
dems Estados y las potencias.
3. Estrategia sobre el Conflicto del Atlntico Sur
Cuando es cuestin de seguridad del Estado, no deben existir consideraciones a tomar sobre lo justo y lo injusto, piadoso o cruel, honorable o vergonzoso,
sino que se debe tener en cuenta la libertad y la supervivencia del estado.
Maquiavelo
Desde 1976, con el gobierno de facto se comenz a tratar una hiptesis de guerra
con Gran Bretaa, con motivo de las actividades cientficas argentinas en las Islas
Sndwich del Sur, y ya en 1977 el Comando de la Flota de Mar haba preparado un
plan de recuperacin de las Islas Malvinas.
Para 1981, la Secretara de Planeamiento estableca que an era prioritario, o ms
grave, el conflicto con Chile que el conflicto por Malvinas, aunque este ltimo era
sumamente grave de todos modos y recomendaba elaborar una hiptesis de guerra
con Gran Bretaa y con esto adecuar los sistemas de armas para una guerra
aeronaval. Esto nunca se hizo sino hasta comenzada la recuperacin.
Recin el 15 de abril de 1982 se establecieron los aspectos necesarios para un
enfrentamiento armado con el Reino Unido al Plan de Inteligencia Estratgica
Militar, siendo que la recuperacin haba sido el 2 de abril anterior.
En diciembre de 1981 asuma la presidencia el Tte. Grl. Leopoldo Galtieri y su
Canciller sera el Dr. Nicanor Costa Mndez. Este ltimo recibi rdenes del Grl.
Galtieri de reactivar las negociaciones con firmeza, estancadas debido al
alejamiento del subsecretario del Foreign Office y encargado de las negociaciones
por Malvinas, Nicholas Ridley, un personaje que haba buscado una solucin
negociada a la cuestin, mientras que el titular del Foreign Office, Lord Carrington,
nunca mostr una preocupacin verdaderamente seria por negociar y evitar lo que
sobrevendra.
De esta forma, en una reunin en el Edificio Libertador el 5 de enero de 1982, se
decide una diplomacia agresiva para negociar la soberana de las islas. El 12 del
mismo mes, en una reunin del Comit Militar, que englobaba a la Junta Militar (los
tres jefes de las fuerzas), el Canciller, y otros funcionarios, se decide elaborar una
plan de contingencia militar en caso que las negociaciones fracasaran, pero con el
objetivo de presionar para negociar y no hacerlo efectivo. Para marzo estaba claro
que los esfuerzos de negociacin haban resultado en un fracaso.
El 26 de marzo se lleva a cabo una reunin de los jefes de las fuerzas, el Canciller y
el jefe del Estado Mayor Conjunto, con motivo de la exagerada reaccin britnica
tras el enarbolamiento de una bandera argentina en las islas Georgias del Sur por
parte de un grupo de trabajadores argentinos.
Esta reaccin britnica consisti en el supuesto envo del submarino nuclear HMS
Superb hacia el Atlntico Sur3, y en el envo del buque HMS Endurance con marines
abordo para expulsar a los obreros argentinos, lo cual significaba una violacin al
Artculo 2 de la Carta de las Naciones Unidas.
De esta forma, se discutieron tres formas de actuar: continuar las negociaciones,
algo que no se vea con buenos ojos, al igual que elevar el caso al Consejo de
Seguridad de la ONU; y finalmente, la tercer forma de actuar pareci la ms eficaz:
3 Lo cual en algunas fuentes se demuestra que nunca se envi tal submarino.
se resuelve ejecutar la Operacin Azul de recuperacin (luego llamada Operacin
Rosario), y cinco das despus de esto, se evacuara la fuerza desembarcada. El
objetivo primordial de esta operacin era obligar a Gran Bretaa a negociar desde
una posicin de fuerza propia, ya que la Argentina no sera vista como el pas
provocador debido a la reaccin britnica previamente mencionada.
No se prevea ninguna accin defensiva en caso de una respuesta britnica y
tampoco haba, para ese momento, un estudio del potencial militar britnico y su
posible reaccin. Por otro lado, crean que los Estados Unidos, debido a las buenas
relaciones de aquel entonces y a la lucha contra el accionar marxista al interior del
pas y su apoyo en Centroamrica, se volcara a apoyar a la Argentina, quebrando
la histrica alianza estratgica-militar que los haban mantenido unidos con Gran
Bretaa. Un error catastrfico, y no en vano muchos autores afirman que no fue
una guerra contra Gran Bretaa, sino contra la OTAN.
En principio, la fecha ms deseable para el desembarco era a fines del ao,
cuando las tropas estuviesen ms preparadas. De ninguna manera las FFAA
estaban en condiciones de ejecutar la recuperacin antes del 15 de mayo. A su vez,
el Reino Unido estaba encaminado a vender sus dos portaaviones, aquellos que
fueron usados en el conflicto, as como otros buques de su flota. En el caso
argentino, era deseable la fecha de fin de ao tambin debido a que se estaban
recibiendo los aviones Super Etendard con sus sistemas de misiles anti-buque
Exocet, de fabricacin francesa y con tecnologa de avanzada. Al desembarcar
tempranamente el 2 de abril, Francia termin con el envo de este material, y slo
llegaron a recibirse algunos de estos aviones con cinco misiles Exocet.
La operacin del 2 de abril fue un verdadero xito, en cuanto que se cumpli la
orden de llevar a cabo una operacin incruenta para con los britnicos y de
mantener el factor sorpresa hasta el ltimo momento. Hasta aqu, la conduccin
argentina nunca previ la reaccin britnica, la cual result en una reconquista con
una avasalladora fuerza naval, la ms grande desplegada por el Reino Unido desde
la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo a la bibliografa consultada, la mayora de las fuentes coinciden en que
la temprana recuperacin se debi a que la Junta Militar busc evitar que Gran
Bretaa continuara con la militarizacin de las islas, lo cual hubiese sido an ms
complicada la recuperacin.
Pero la opcin ms prudente hubiera sido disminuir la escalada de tensin para
evitar una confrontacin blica, que ya era anunciada por los britnicos, y que era a
ellos a quienes les resultaba ms propicio una solucin militar (Moro, 2003: 4).
3.1. La expedicin de Davidoff y sus consecuencias
Davidoff fue un comerciante argentino que haca trabajos martimos. A fines de la
dcada del 70, busc llevar a cabo el desguace de una antigua instalacin
ballenera ubicada en la Isla San Pedro, del grupo de las Georgias del Sur, para lo
cual consigui los documentos requeridos por las autoridades britnicas as como
de la empresa propietaria de la misma, Crhistian Salvensen Limited, de Edimburgo.
Davidoff conform la sociedad Islas Georgias del Sur S.A. pero necesitaba un
transportador, para lo cual primero pens en el HMS Endurance, que era utilizado
por Gran Bretaa para patrullaje, pero no lo consigui.
En agosto de 1981 recibi un llamado de la Cancillera argentina para hacerle
preguntas sobre sus tratativas con los ingleses, y de esta forma, la Cancillera, en
conjunto con la Armada, se comprometan a colaborar con Davidoff, ya que podra
significar un antecedente favorable en las negociaciones por la soberana.
As, la Armada form un grupo de 15 hombres, entre cientficos y militares, que se
denomin Grupo Alfa, al mando del Teniente de Navo Alfredo Astz, con el
propsito de realizar un acto de soberana en esas desabitadas islas. Finalmente, al
ser una misin puramente comercial, la Armada desisti de enviar este grupo, y se
limit a dar apoyo logstico mediante el uso del rompehielos ARA Almirante Irzar, y
posteriormente del buque transporte ARA Baha Buen Suceso.
Es con la expedicin del segundo buque mencionado que surge un inesperado
conflicto. El mismo recala en las Islas Georgias el 17 de marzo de 1982 con el
grupo de Davidoff, en su segundo viaje a las islas, y un grupo de miembros del
British Antartic Survey (BAS) redactaron un manifiesto a la capital de las Malvinas
de que el Buen Suceso no haba respetado las disposiciones del BAS. Las
disposiciones indicaban que, contrariamente a la autorizacin de Londres, el Buen
Suceso deba embarcar nuevamente todo lo descargado, pero el capitn de este
buque no poda hacerlo ya que no tena la autorizacin de Buenos Aires para
cumplir con las disposiciones del BAS.
El manifiesto que el BAS envi al gobernador de las islas, Rex Hunt, fue
interpretado por ste a su manera, y envi un aviso a Londres de que civiles y
militares argentinos haban invadido las Islas Georgias. El Parlamento britnico y su
gobierno reaccionaron de una forma totalmente desmesurada y contrarias a las
buenas costumbres de las Relaciones Internacionales.
El Foreign Office orden la expulsin inmediata de todos los elementos argentinos
en las islas o el gobierno ingls tomara las acciones que crea ms convenientes, lo
que en trminos de Real Politik, era un verdadero ultimtum (Moro, 2003: 17).
La prensa britnica, mientras, se encargaba de informar a la poblacin britnica
que Argentina haba invadido las Georgias y que estaba provocando una guerra, lo
cual no era cierto. El Baha Buen Suceso ya haba zarpado de las islas y los
trabajadores permanecieron all como parte del acuerdo comercial suscripto.
Mientras, el gobernador Hunt haba hecho embarcar 21 marines al HMS Endurance
con el objetivo de expulsar a los trabajadores argentinos.
El Foreign Office orden al Endurance no hacer uso de la fuerza, y tambin pidi a
la Argentina que ordenara al ARA Buen Suceso a regresar para evacuar a los
obreros, mencionando la intensa presin poltica y de la prensa bajo la cual se
hallaba el gobierno britnico.
La cuestin del HMS Endurance era una violacin al derecho internacional, puesto
que la Carta de la ONU prohiba la amenaza del uso de la fuerza o el uso de la
fuerza misma, y el Endurance era precisamente un buque militar artillado y estaba
siendo usado por el gobernador de las islas.
Esto llev a las reuniones del 23 y 24 de marzo por parte de la Junta, en donde se
decidi la recuperacin de las islas por la fuerza, en respuesta a la agresin del
Endurance y con motivo de disuadir a la flota britnica en camino a Malvinas.
Tambin esto estara amparado en el Artculo 51 de la Carta de las Naciones
Unidas, ya que el acto de Argentina, de recuperarlas por la fuerza, sera en legtima
defensa, pero la Junta no actuaba guiado por el derecho internacional, sino ms
bien por presiones internas.
Se decidi por entonces tambin enviar al Grupo Alfa a las Georgias, que se hallaba
en las Islas Orcadas en tareas antrticas, con el objetivo de defender a los obreros
y evitar que sean embarcados en el Endurance. La Operacin Azul se realizara el 2
de abril con un desembarco en tres frentes, y que luego se reuniran en la casa del
gobernador de las islas.
Ante la situacin creada, sumado a que el Consejo de Seguridad no era favorable
en absoluto a la Argentina, la Junta busc el apoyo de los pases latinoamericanos y
de los Estados Unidos mediante la aplicacin del Tratado Interamericano de
Asistencia Recproca (TIAR). Costa Mndez viaj a Washington el da 5 de abril con
el objetivo de buscar el apoyo de Estados Unidos, pero tiempo atrs ya le haban
declarado su apoyo a Gran Bretaa, otorgndoles la Isla Ascensin, que se
encontraba a mitad de camino entre el Reino Unido y las Malvinas, como base de
apoyo para la Fuerza de Tareas britnica que se diriga al Atlntico Sur.
Asimismo, siempre estuvo la posibilidad de una soberana compartida hasta que el
traspaso de la soberana a la Argentina se haga definitivamente efectivo. Esto
queda marcado en una conversacin que tuvo Alexander Haig, Secretario de Estado
norteamericano, con el Canciller Costa Mndez, en el que el primero le mencionaba
la posibilidad de una administracin compartida con el objetivo de salvar el honor
de Gran Bretaa, lo cual era algo que el mismo Canciller Costa Mndez haba
propuesto. Naturalmente, Haig era ms proclive a apoyar a Gran Bretaa y nunca
lo disimul, al igual que el Secretario de Defensa, aunque los funcionarios
norteamericanos buscaban aparentar una posicin mediadora. () los funcionarios
britnicos con quienes se entrevist el Ministro de Economa argentino (Martnez de
Hoz) afirmaron que su objetivo era asegurar el futuro econmico y poltico de las
islas, para lo cual la cooperacin argentina resultaba decisiva (Russell, 1990:21).
Por estos momentos (corra el ao 1980), Martnez de Hoz estaba en negociacin
con Tatcher, Lord Carrington y Ridley para llevar a cabo trabajos conjuntos de
explotacin petrolfera y pesca.
Mientras la flota britnica se dirigiese a las islas, Argentina no estara dispuesta a
reducir los efectivos que haba estacionado. De esta forma, el objetivo inicial de
ocupar para negociar se transform en ocupar para disuadir, sumado al apoyo
incondicional del pueblo argentino a la accin emprendida por el Grl. Galtieri. As,
Galtieri no slo aument el nmero de efectivos en las islas, sino que tambin
endureci los trminos de negociacin. Las condiciones ya estaban dadas para el
enfrentamiento armado, el cual encontrara su fin el 14 de junio del mismo ao, con
un resultado desfavorable para la Argentina, y que sera causa de la cada del
rgimen militar, en 1983, y el regreso a la democracia.
4. Conclusiones
No hubo un sistema de planeamiento sobre cmo manejar el conflicto del Atlntico
Sur por ningn gobierno. Todos ellos tomaron decisiones diferentes, apresuradas y
circunstanciales, mientras hubo se puede observar dos diplomacias diferentes: la
militar por un lado, y la econmica, por el otro.
Se enfrent a los dos mayores lderes de Occidente, con los cuales se tenan buenas
relaciones, y se exacerb an ms la hostilidad de aquellas potencias que ya eran
adversas a la Argentina. Por otro lado, no se busc una alianza estratgica de peso,
y slo se pudo esperar un limitado apoyo de las naciones iberoamericanas. Tal
como nos dice Rosendo Fraga, citando el libro de Robert Cooper La ruptura de las
naciones, orden y caos en el siglo XXI, la Argentina era un pas moderno peleando
contra un pas pos-moderno, y que el primero nunca advirti, por un lado, que
estaba peleando con un pas miembro de la Comunidad Econmica Europa y de la
OTAN, y por otro, que Gran Bretaa respondera con una fuerza militar a la
recuperacin de las islas.
Escud propuso un Realismo Perifrico para aplicar en Poltica Exterior, y uno de
sus puntos es, a grandes rasgos, no confrontar con la potencia dominante en la
regin. Trado a la actualidad, tenemos que es mejor aceptar la hegemona regional
del Brasil y conformar una alianza estratgica con este pas (y no confrontar, por
supuesto, a la gran potencia del norte), ya que la confrontacin traera ms
problemas que beneficios, tal como demuestra la historia argentina de confrontar a
los Estados Unidos. Esto lo expuse en mi anterior trabajo sobre el Consejo
Sudamericano de Defensa, en donde plasmaba la necesidad de alinearnos con
Brasil para maximizar conjuntamente el poder de la regin, y no confrontarlo,
porque ello nos representara ms costos que beneficios, en un mundo globalizado
donde no hay cabida para la debilidad y las acciones individuales, mxime cuando
pensamos en la defensa de los recursos naturales estratgicos, los cuales estn, en
su mayor parte, compartidos con los pases vecinos.
La cuestin estratgica militar britnica (y de las dems potencias) interesa a la
Argentina hoy en da. Basta con recordar el informe del Consejo Nacional de
Inteligencia de los Estados Unidos del ao 2003, en donde figura que la cuestin
Malvinas podra ser una fuente de gran tensin en el futuro (Fraga, 2004: 6), y no
se debe cometer el mismo error de no realizar un estudio acabado de estas
cuestiones y de las estrategias militares de las potencias en la regin (y Malvinas
para el caso). Basta con reconocer los inmensos recursos naturales que hay en
juego en Malvinas, tanto de hidrocarburos como pesqueros, as como la integridad
territorial argentina, para darnos cuenta que la cuestin estratgica-militar no debe
olvidarse, y debe prestrsele la misma atencin que las cuestiones econmicas,
comerciales y polticas.
5. Bibliografa
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