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Gran Vía, 6, 3ª planta
28013 Madrid
Teléfono: 91 720 94 60
DICTAMEN del Pleno de la Comisión Jurídica Asesora de la
Comunidad de Madrid, aprobado por unanimidad en su sesión de 3 de
mayo de 2018, sobre la consulta formulada por el consejero de Sanidad
al amparo del artículo 5.3 de la Ley 7/2015, de 28 de diciembre, en el
asunto promovido por D. …… y Dña. …… sobre indemnización de los
daños y perjuicios relacionados con el fallecimiento de su hija Dña. ……
a causa de una encefalopatía por shock hipovolémico derivado de un
embarazo ectópico, que consideran se hubiera podido evitar enviando
una ambulancia a su domicilio.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El 16 de junio de 2014 se presentó en el registro del
Servicio Madrileño de Salud, solicitud indemnizatoria en que los
reclamantes se remontaban a la fecha del 24 de junio de 2013, en la
que, alrededor de las 6:45 horas de la mañana, el novio de su hija de
nacionalidad norteamericana solicitó desde el domicilio de aquellos el
envío urgente de un ambulancia al SUMMA 112. La finalidad de la
llamada residía en la asistencia a su hija que, en aquel momento se
encontraba aquejada de graves dolores abdominales, en estado de
semiinconsciencia y sin capacidad de permanecer de pie.
Dictamen nº: 204/18
Consulta: Consejero de Sanidad
Asunto: Responsabilidad Patrimonial
Aprobación: 03.05.18
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Los reclamantes refieren que los empleados públicos que
atendieron la llamada, en vez de mandar la ambulancia solicitada se
pasaron la llamada de unos a otros sin apreciar como factor de riesgo
potencial para la paciente determinante de urgencia en la asistencia, el
que aquella se encontrara embarazada en ese momento. Así las cosas,
al ver que la ambulancia no llegaba y ante la gravedad de la situación
de su hija al borde la pérdida de consciencia, procedieron a llamar a un
taxi que la trasladó desde su domicilio en Madrid hasta el Hospital
Universitario La Paz (HULP), donde ingresaría con una parada
cardiorespiratoria.
Los reclamantes refieren las tareas realizadas para la reanimación
de la paciente que, no obstante los esfuerzos realizados por el cuadro
médico, no impidieron su fallecimiento producido el 28 de junio de 2013
según referían “como consecuencia de una encefalopatía por shock
hipovolémico derivado de un embarazo ectópico roto, en concreto por
edema cerebral y cerebeloso ocasionado por falta de oxígeno al no haber
percibido auxilio médico previo desde el momento en el que se produjo la
rotura del embarazo ectópico”.
Lamentaban en definitiva que una joven vida se hubiera visto
truncada a los 34 años por una actuación inexplicable e injustificada
consistente en no haber enviado a su domicilio una simple ambulancia
que la hubiera trasladado en escasos cinco minutos a algunos de los
centros médicos cercanos a su domicilio situados en el centro de
Madrid, evitando así el trágico desenlace. Este, según les había sido
relevado por todos los especialistas que habían conocido del caso, se
hubiera soslayado de haber recibido oxígeno y unos primeros auxilios
en la ambulancia de camino a un centro hospitalario.
Por las referidas razones se consideraban acreedores de una
indemnización que, conforme al baremo de indemnizaciones por
accidentes de tráfico correspondiente al año 2013, elevaban a los
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98.443,20 euros. Dicha cantidad resultaba de aplicar a la cantidad
básica correspondiente a una víctima sin cónyuge ni hijos pero con
ascendientes con los que no convivía (76.640,74€), un factor de
corrección del 10% atendida su edad laboral e ingresos anuales
inferiores a 28.672,79€, y de sumar a la cantidad resultante un importe
de 14.336,39€ derivados de la pérdida del feto.
Adjuntaban a la reclamación documentación médica también
incluida en el historial clínico y el contrato de trabajo de su hija
fallecida a efectos de acreditar las rentas que percibía. Asimismo,
solicitaban la práctica de prueba documental consistente en la
aportación de las grabaciones de la conversación telefónica mantenida
entre la pareja de la paciente fallecida y el personal del SUMMA 112,
pericial médica relativa a la causa del fallecimiento y testifical tanto de
de dicho compañero sentimental como de los operarios que atendieron
su llamada.
SEGUNDO.- En relación con el contenido de la reclamación, la
consulta del expediente administrativo ha puesto de manifiesto los
siguientes hechos:
1. A las 6:47 horas del 24 de junio de 2013, se registró la siguiente
conversación entre un operador del SUMMA 112 y la pareja sentimental
de la hija de los reclamantes:
“Operador SUMMA-112: Urgencias, buenas noches.
Operador Madrid-112: Hola, buenas noches, del 112, es un fijo
[número de teléfono], es en Madrid la calle [domicilio desde el que
se avisa], es por una mujer de 36 años, llama el novio, está
embarazada de 3 meses y ahora se encuentra muy mal, está
bastante débil y con vómitos.
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Operador SUMMA: Vale, gracias.
Operador 112: Te paso, gracias
Operador SUMMA: Hola, buenas noches
Alertante: Hola
Operador SUMMA: ¿Cuál es el nombre completo de la paciente?
Alertante: ¿El número completo?
Operador SUMMA: El nombre
Alertante: El nombre ¡ah!, [nombre de la paciente] y su madre es
una enfermera que trabaja en [un hospital público de la
Comunidad de Madrid]
Ope. SUMMA: Vale, ¿Tiene el DNI de ella a mano o la tarjeta
sanitaria?
Alertarte: Sí (¿Dónde está tu DNI?)... sí un momento, necesito
encontrarlo... un momento.
Operador SUMMA: Sí
Alertante: (¿Cuál es tu DNI?) [número del DNI] y ya está, [letra del
DNI]
Operador SUMMA: Vale, le voy a pasar con el médico, no cuelgue
Alertante: Ok.
Mesa Enfermería: Hola, buenos días.
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Alertante: Hola, buenos días
Mesa Enfermería: Dígame, ¿Qué es lo que le pasa?
Alertante: Mi novia está embarazada en su primer trimestre, y
estaba vomitando toda la noche, y ahora no tiene color y parece
como… no parece muy bien
Mesa Enfermería: ¿Está mareada?
Alertante: Antes sí, ahora sí, ahora parece, estamos, es más grave,
yo soy de los Estados Unidos, perdona mi español.
Mesa Enfermería: No cuelgue, por favor.
Alertante: Ok.
Mesa Enfermería: Le paso la llamada con el médico, no cuelgue
¿eh?
Alertante: Ok, vale.
Médico: Hola, buenas
Alertarte: Hola, buenas
Médico: Dígame que le ocurre?
Alertante: Sí, mi novia está embarazada, y estaba vomitando toda
la noche, y ahora no tiene color, y parece como es muy grave.
Médico: Sí, pues tiene que acercarla a que la vea el ginecólogo, de
todas formas para que se corte..., bueno es normal que tenga
vómitos durante el embarazo, pero cualquier patología que tenga
¿eh?, ya tiene que atenderla en ginecólogo ¿de acuerdo?
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Alertarte: Ok
Médico: Vale, pues acérquela mejor al hospital y que la vean.”
2. La hija de los reclamantes, cuando contaba con 34 años de edad
y con antecedentes de quistectomio laparoscópico por quiste de ovario
izquierdo en 2009, ingresó en Urgencias el HULP a las 7:45 h. del
mismo 24 de junio de 2013 en parada cardiorespiratoria, iniciándose
maniobras de reanimación cardiocerebropulmonar.
A las 8:05 salió de la parada cardiorespitoria en ritmo sinusal, a
las 8:08 entró en fibrilación ventricular, procediéndose a la
desfibrilación y a continuar con las maniobras de reanimación
avanzada con choque eléctrico y transfusión masiva.
A las 8:12 entró nuevamente en fibrilación ventricular,
procediéndose a la desfibrilación dos veces y a continuando la
reanimación cardiocerebropulmonar.
Entretanto se realizaba la reanimación, se le realizó una ecografía
abdominal en la que se produjo el hallazgo de líquido libre, indicándose
la realización de una laparatomía.
A las 8:20 se había recuperado un ritmo de flutter a 100 latidos
por minuto, derivándose a la paciente al quirófano con el diagnóstico de
shock hipovolémico secundario a embarazo ectópico.
Ingresó en quirófano a las 8:30, entrando en el mismo con la
intubación orotraqueal puesta en Urgencias, realizándose con carácter
intraoperatorio una gasometría e inducción anestésica.
A las 8:40 se inició la laparotomía urgente por hemoperitoneo y
gravísima situación hemodinámica, mostrando la intervención como
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hallazgos hemiperitoneo superior a un litro, ovario izquierdo y derecho
normales y trompa izquierda rota. Se confirmó la sospecha de embarazo
tubárico y realizó una salpingectomía. Durante toda la intervención se
siguieron realizando maniobras de reanimación.
A las 10:25 la hija de los reclamantes ingresó intubada en
Reanimación, inestable hemodinámicamente. Se solicitó
electroencefalograma que informó signos muy severos de afectación
cerebral difusa, con una actividad de muy baja amplitud y de dudoso
origen cerebral; también se realizó doppler craneal por sospecha de
muerte encefálica donde se observaron flujos con resistencias
disminuidas en todos los vasos insonados.
De la desfavorable evolución de los días siguientes cabe destacar
que al día siguiente, 25 de junio de 2013, presentó inestabilidad
hemodinámica, realizándose un TAC cerebral urgente que confirmó la
existencia de un edema cerebral y cerebeloso generalizado y múltiples
lesiones focales hipodensas bilaterales supratentoriales sugestivas de
etiología isquémica e hidrocefália supratentorial. Asimismo, en ese
mismo día se practicó un electroencefalograma que mostró signos de
afectación cerebral generalizada de intensidad muy severa. El 26 de
junio de 2013 se realizó un nuevo Doppler transcraneal que determinó
un registro compatible con patrón de muerte encefálica. Ya el día 27,
tras un electroencefalograma que mostró signos severos de afectación
cerebral generalizada con dudosos signos de actividad cerebral, se
retiraron las medidas de soporte hemodinámico y técnicas de reemplazo
renal y continúa en ventilación mecánica hasta el día 28 de junio. En
esta última fecha se produjo el fallecimiento de la paciente a las 11:45
horas de la mañana.
3. Tras denuncia de los actuales reclamantes, se han seguido las
Diligencias Previas de Procedimiento Abreviado 3658/2013 del Juzgado
de Instrucción nº 13 de Madrid por los hechos en los que se sustenta la
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reclamación. En ellas, se tomó declaración como imputados por un
posible delito de denegación de auxilio al médico, la enfermera y la
operadora relacionados con la asistencia telefónica del 24 de junio de
2013.
Por Auto de 10 de febrero de 2016, se acordó el sobreseimiento
provisional y archivo de la causa al no aparecer debidamente justificada
la perpetración del delito que había determinado la formación de la
causa.
En sede de recurso, la Sección nº 15 de la Audiencia Provincial de
Madrid confirmó la resolución del Juzgado de Instrucción nº 13
mediante Auto de 17 de mayo de 2016 (R.A. 577/2016). El fundamento
de derecho tercero de dicha resolución judicial fijó:
“Es obvio que la conducta adecuada para constituir el tipo, debe ser
valorada ex ante y no ex post y, en el caso presente, después de
proceder a la lectura de las conversaciones cuya transcripción obra
en autos, no podemos sino confirmar la decisión del Juzgado.
Efectivamente, no se envió la ambulancia, pero resulta que no se
tenía conocimiento de la gravedad de la paciente. Ni la familia sabía
la existencia del embarazo ectópico. Es la pareja de la víctima, que
no consta que posea ningún conocimiento médico, quien llama por
teléfono y pide la ambulancia pero a la hora de describir los
síntomas, solo consta que es una mujer embarazada, en el primer
trimestre de gestación, que está vomitando y no tiene color.
No concurre en modo alguno el elemento subjetivo de la omisión del
deber de socorro, pues la existencia de dolo solo se puede dar como
acreditada en la medida en que el sujeto tenga conciencia del
desamparo y del peligro de la víctima, bien a través del dolo directo,
certeza de la necesidad de ayuda, o del eventual, en función de la
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probabilidad de la presencia de dicha situación, pese a la cual se
adopta una actitud pasiva.
Los síntomas descritos, no hicieron suponer en ningún modo que la
víctima se hallara en peligro manifiesto y grave, hasta el punto de
estar viviendo las últimas horas de su vida”.
TERCERO.- Recibida la reclamación, por oficio de la jefa de Área
de Responsabilidad Patrimonial y Actuaciones Administrativas del
SERMAS de 23 de junio de 2014, se informó a los reclamantes de la
normativa que regía el procedimiento, el plazo para resolverlo y el
sentido de un posible silencio administrativo.
Ya con fecha 1 de septiembre de 2014, por parte de la instructora
se libró oficio a los reclamantes en orden a la subsanación de su escrito
inicial mediante la aportación de la copia de las actuaciones penales, en
particular de la resolución en la que se recoja con carácter firme la
absolución, condena o sobreseimiento. En respuesta a dicho
requerimiento los reclamantes aportaron con fecha 15 de septiembre
copia de las actuaciones de las Diligencias Previas 3658/2013 del
Juzgado de Instrucción nº 13 de Madrid, aclarando que todavía no
había recaído en ellas resolución definitiva.
A continuación, se recabó informe del SUMMA 112, siendo suscrito
con fecha 5 de agosto de 2014 por su directora médico en los siguientes
términos:
«El día 24 de junio de 2013 se recibió una única llamada a las 06:47
horas en el Servicio de Coordinación de Urgencias, transferida desde
la Central de llamadas 112, que tras los primeros datos recogidos
por parte de la teleoperadora y ser clasificada como "síndrome
emético" fue transferida en un primer momento a una enfermera del
Servicio de Coordinación de Urgencias, quien posteriormente la
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derivó a médico para ser atendida (ya que además del síndrome
emético, la paciente estaba embarazada). Los síntomas aportados
por parte del alertante y registrados por el médico fueron "mujer
embarazada del primer trimestre, vómitos toda la noche y palidez".
Al no objetivarse signos o síntomas de gravedad en ese momento el
médico recomendó al novio de la paciente (alertante) que fuera
trasladada al hospital para ser valorada por el especialista, por lo
que no fue movilizado ningún recurso sanitario»
Al referido informe se le adjuntaba la transcripción literal por
escrito de la conversación mantenida entre la pareja sentimental de la
hija de los reclamantes y el operativo del SUMMA 112.
Con posterioridad, se solicitó el informe de la Inspección Sanitaria,
que fue emitido con fecha 17 de noviembre de 2014. En él, la
funcionaria a quien se le encomendó dicha tarea, después de fijar los
antecedentes del caso y establecer las consideraciones médicas que
consideró oportunas, estableció las siguientes conclusiones:
“Tras el detallado estudio de la documentación obrante en el
expediente en relación a la asistencia prestada a la paciente [hija de
los reclamantes] correspondiente al proceso patológico de rotura de
embarazo ectópico tubárico se deduce que los facultativos actuaron
de acuerdo a lex artis en tiempo y forma de acuerdo a la situación
clínica manifestada por el alertante al facultativo que atendió la
llamada en el servicio de urgencias SUMMA 112.
Una vez en el Hospital La Paz, los facultativos de urgencia y
posteriormente los ginecólogos realizaron en tiempo y forma todas
las actuaciones posibles encaminadas a reanimar y mantener las
funciones vitales de la paciente con la rapidez que la situación de
emergencia requería y si pese a ello el resultado fue el fallecimiento
es debido a la gravedad de la patología y la tardanza en solicitar la
asistencia”.
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Asimismo, se han incorporado al expediente los historiales clínicos
del HULP y del SUMMA 112 relacionados con la asistencia médica
prestada a la hija de los reclamantes.
Con fecha 23 de septiembre de 2015, la viceconsejera de Sanidad
dispuso la suspensión del procedimiento administrativo de
responsabilidad patrimonial hasta el dictado de la resolución definitiva
en vía penal.
Una vez levantada la suspensión del procedimiento, mediante oficio
de 3 de marzo de 2015 se otorgó el trámite de audiencia a los
reclamantes que, mediante escrito de 17 de marzo, incidieron en que su
hija no conocía que el embarazo era ectópico puesto que todavía no
había podido acudir a la cita de Ginecología y Obstetricia prevista para
el 1 de julio de 2013, estos es, unos solos días después de la fecha de
su fallecimiento. Recalcaron asimismo que el alertante había indicado
que su pareja parecía muy grave, situación ante la que estiman
incomprensible que no se remitiera una ambulancia a su domicilio.
Cuestionaban que el médico que habló con el alertante apenas indagara
sobre la situación de la paciente, haciendo incluso menos preguntas
que los interlocutores anteriores, descartando la existencia de una
posible situación de urgencia en virtud de una sola pregunta. Discutían
asimismo la corrección de la decisión de remitirles al ginecólogo por sus
propios medios, por la dificultad de movilizar a una persona
inconsciente siendo todavía de madrugada, y que no se hubiera
inquirido si el alertante disponía de medios para movilizar a la enferma.
Con posterioridad, se les daría un segundo trámite de audiencia
remitiéndoles nueva documentación incorporada al expediente
administrativo, presentando un escrito de fecha 31 de enero de 2018 en
términos esencialmente coincidentes con el anteriormente presentado a
los mismos fines.
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Formalizado el trámite de audiencia, el viceconsejero de Sanidad
ha formulado propuesta de resolución de 12 de marzo de 2018 en el
sentido de desestimar la reclamación patrimonial al considerar, con
arreglo al criterio de la Inspección Sanitaria, que la asistencia sanitaria
prestada a la hija de los reclamantes había sido adecuada, conforme y
respetuosa con las exigencias de la lex artis.
Emitida la propuesta de resolución se ha formulado consulta que
ha tenido entrada en la Comisión Jurídica Asesora de la Comunidad de
Madrid el 4 de abril de 2018, dando lugar al expediente nº 158/18 que
ha correspondido al letrado vocal D. Tomás Navalpotro Ballesteros, que
formuló y firmó la oportuna propuesta de dictamen, deliberada y
aprobada por el Pleno de esta Comisión Jurídica Asesora en su sesión
de 3 de mayo de 2018.
La solicitud del dictamen fue acompañada de la documentación
que, numerada y foliada, se consideró suficiente.
A la vista de tales antecedentes, formulamos las siguientes
CONSIDERACIONES DE DERECHO
PRIMERA.- La Comisión Jurídica Asesora de la Comunidad de
Madrid emite su dictamen preceptivo de acuerdo con el artículo 5.3.f) a.
de su Ley 7/2015, de 28 de noviembre, por ser la reclamación de
responsabilidad patrimonial de cuantía superior a 15.000 euros y a
solicitud de un órgano legitimado para ello, según el artículo 18.3.a) del
Reglamento de Organización y Funcionamiento de la Comisión Jurídica
Asesora de la Comunidad de Madrid, aprobado por el Decreto 5/2016,
de 19 de enero, del Consejo de Gobierno (ROFCJA).
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SEGUNDA.- La tramitación del procedimiento de responsabilidad
patrimonial, iniciado a instancia de parte interesada según consta en
los antecedentes, ha de ajustarse a lo dispuesto en los artículos 139 y
siguientes de la 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de
las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
Común (LRJ-PAC), y en el Reglamento de los Procedimientos de las
Administraciones Públicas en materia de Responsabilidad Patrimonial,
aprobado por el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo (RPRP). Así se
deduce del hecho de haberse iniciado con anterioridad a la entrada en
vigor de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas (LPAC), en
virtud de lo dispuesto en la disposición transitoria tercera de esta ley.
Los reclamantes ostentan legitimación activa para reclamar, dada
su condición de progenitores de la paciente cuyo fallecimiento
constituye el origen de la reclamación patrimonial. No obstante,
conviene advertir que no se ha solicitado la acreditación del vínculo de
parentesco mediante la aportación del Libro de Familia, no sirviendo a
los referidos efectos la simple aportación de sus propios documentos
nacionales de identidad y el de su hija por parte de los reclamantes.
En cuanto a la legitimación pasiva para soportar la reclamación,
corresponde a la Comunidad de Madrid como titular del servicio
sanitario de carácter público en su ámbito territorial, a cuya prestación
coadyuva el centro sanitario cuya actuación es puesta en tela de juicio.
Entre los trámites seguidos, tal como ha quedado expuesto en los
antecedentes de hecho de este dictamen y según exige el artículo 10.1
del RPRP, se ha recabado informe del servicio relacionado con los
hechos a los que se refiere la reclamación, que es el SUMMA 112.
Asimismo, se ha incorporado al expediente administrativo un informe
de la Inspección Médica sobre los hechos que motivan la reclamación y
el historial clínico del centro implicado en el proceso asistencial.
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Instruido el procedimiento, se ha otorgado el trámite de audiencia a los
reclamantes y se ha dictado una propuesta de resolución.
Por consiguiente, no se observan deficiencias generadoras de
indefensión o que impidan al mismo alcanzar el fin que le es propio.
Por lo que se refiere al plazo, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 142.5 LRJ-PAC, el derecho a reclamar prescribe en el
transcurso de un año a contar desde el hecho causante o de
manifestarse su efecto lesivo. Este plazo se contará, en el caso de daños
de carácter físico o psíquico, desde la curación o la determinación del
alcance de las secuelas.
En el caso sometido a dictamen, la concreción del daño se produjo
en la fecha del fallecimiento de la hija de los reclamantes, sobrevenido
el 28 de junio de 2013. De esta forma, la reclamación presentada el 16
de junio de 2014 debe considerarse formulada dentro del plazo
legalmente establecido.
TERCERA.- La responsabilidad patrimonial del Estado se recoge
en el art. 106.2 de la Constitución, que garantiza el derecho de los
particulares a ser indemnizados de toda lesión que sufran en cualquiera
de sus bienes y derechos como consecuencia del funcionamiento de los
servicios públicos, en los términos establecidos por la ley, previsión
desarrollada por la LRJ-PAC, en su Título X, artículos 139 y siguientes,
que ha de considerarse la norma de referencia en la cuestión objeto de
dictamen, actualmente sustituida por las reglas de la Ley 40/2015, de 1
de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público.
Tiene declarado el Tribunal Supremo, por todas en sentencia de su
Sala de lo Contencioso-Administrativo de 6 de abril de 2016 (RC
2611/2014), que la viabilidad de la acción de responsabilidad
patrimonial de la Administración requiere, conforme a lo establecido en
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el artículo 139 de la LRJ-PAC y una reiterada jurisprudencia que lo
interpreta:
a) la efectiva realidad del daño o perjuicio, evaluable
económicamente e individualizadamente en relación a una persona o
grupo de personas;
b) que el daño o lesión patrimonial sufridos por el reclamante sea
consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios
públicos en una relación directa, inmediata y exclusiva de causa-efecto,
sin intervención de elementos extraños que pudieran influir, alterando
el nexo causal;
c) ausencia de fuerza mayor, y
d) que el reclamante no tenga el deber jurídico de soportar el daño.
Ha destacado esa misma Sala (por todas, en Sentencia de
16/3/2016, RC 3033/2014), que es el concepto de lesión el que ha
permitido configurar la institución de la responsabilidad patrimonial
con las notas características de directa y objetiva, dando plena armonía
a una institución como garantía de los derechos de los ciudadanos a no
verse perjudicados de manera particular en la prestación de los
servicios públicos que benefician a la colectividad, y que ese concepto
de lesión se ha delimitado con la idea de constituir un daño
antijurídico. Pero que
“… lo relevante es que la antijuridicidad del daño es que no se
imputa a la legalidad o no de la actividad administrativa -que es
indiferente que sea lícita o no en cuanto que la genera también el
funcionamiento anormal de los servicios- o a la misma actuación de
quien lo produce, que remitiría el debate a la culpabilidad del agente
que excluiría la naturaleza objetiva; sino a la ausencia de obligación
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de soportarlo por los ciudadanos que lo sufren. Con ello se configura
la institución desde un punto de vista negativo, porque es el derecho
del ciudadano el que marca el ámbito de la pretensión
indemnizatoria, en cuanto que sólo si existe una obligación de
soportar el daño podrá excluirse el derecho de resarcimiento que la
institución de la responsabilidad comporta… Interesa destacar que
esa exigencia de la necesidad de soportar el daño puede venir esa
exigencia de la necesidad de soportar el daño puede venir
justificada en relaciones de la más variada naturaleza, sobre la
base de que exista un título, una relación o exigencia jurídica que le
impone a un determinado lesionado el deber de soportar el daño”.
En concreto, cuando se trata de daños derivados de la asistencia
sanitaria, la responsabilidad patrimonial presenta singularidades
derivadas de la especial naturaleza de ese servicio público en cuanto
que el criterio de la actuación conforme a la denominada lex artis se
constituye en parámetro de la responsabilidad de los profesionales
sanitarios.
Así, señala también el Tribunal Supremo, en doctrina reiterada con
profusión (por todas, la STS de 19/5/2015, RC 4397/2010) que
"…no resulta suficiente la existencia de una lesión (que llevaría la
responsabilidad objetiva mas allá de los límites de lo razonable),
sino que es preciso acudir al criterio de la lex artis como modo de
determinar cuál es la actuación médica correcta,
independientemente del resultado producido en la salud o en la vida
del enfermo ya que no le es posible ni a la ciencia ni a la
Administración garantizar, en todo caso, la sanidad o la salud del
paciente, por lo que si no es posible atribuir la lesión o secuelas a
una o varias infracciones de la lex artis, no cabe apreciar la
infracción que se articula por muy triste que sea el resultado
producido ya que la ciencia médica es limitada y no ofrece en todas
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ocasiones y casos una respuesta coherente a los diferentes
fenómenos que se producen y que a pesar de los avances siguen
evidenciando la falta de respuesta lógica y justificada de los
resultados".
Constituye también jurisprudencia consolidada la que afirma que
el obligado nexo causal entre la actuación médica vulneradora de la lex
artis y el resultado lesivo o dañoso producido debe acreditarse por quien
reclama la indemnización, si bien esta regla de distribución de la carga
de la prueba debe atemperarse con el principio de facilidad probatoria,
sobre todo en los casos en los que faltan en el procedimiento datos o
documentos esenciales que tenía la Administración a su disposición y
que no aportó a las actuaciones. En estos casos, se viene señalando
que, en la medida en que la ausencia de aquellos datos o soportes
documentales pueda tener una influencia clara y relevante en la
imposibilidad de obtener una hipótesis lo más certera posible sobre lo
ocurrido, cabe entender conculcada la lex artis puesto que al no
proporcionar a los interesados esos esenciales extremos se les ha
impedido acreditar la existencia del nexo causal (SSTS de 19/5 y de
27/4/2015, RRCC 4397/2010 y 2114/2013).
CUARTA.- Del breve resumen de los presupuestos de la
responsabilidad patrimonial incluidos en la consideración jurídica
precedente, se deduce que no cabe plantearse una posible
responsabilidad de la Administración sin la existencia de un daño real y
efectivo a quien solicita ser indemnizado. En dicho sentido recordaba la
sentencia del Tribunal Supremo de 1 de febrero de 2012, RC 280/2009,
que
“… la existencia de un daño real y efectivo, no traducible en meras
especulaciones o expectativas, constituye el núcleo esencial de la
responsabilidad patrimonial traducible en una indemnización
económica individualizada, de tal manera que resulte lesionado el
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ámbito patrimonial del interesado que es quién a su vez ha de
soportar la carga de la prueba de la realidad del daño efectivamente
causado”.
En el caso de los reclamantes, el perjuicio viene dado por la
innegable quiebra moral que produce el fallecimiento de un ser querido.
No obstante, conviene recordar que, para que el daño resulte
imputable a la Administración, sería necesario satisfacer la carga de la
prueba de los presupuestos que hacen nacer la responsabilidad
indemnizatoria, que recae en quien la reclama. Así, según reiterada
jurisprudencia del Tribunal Supremo que se recoge en la Sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 9 de marzo de 2016 (recurso
658/2015), “la prueba de la relación de causalidad entre la actuación
administrativa y el daño causado, así como la existencia y contenido de
éste, corresponde a quien reclama la indemnización, sin que proceda
declarar la responsabilidad de la Administración cuando esa prueba no
se produce”.
En el caso examinado, los reclamantes han incidido en el déficit de
asistencia que implicó no remitir una ambulancia al domicilio en el que
se encontraba su hija, cuando tuvieron noticia por medio de su pareja
sentimental alertante de que se hallaba en situación “muy grave”.
Al respecto, conviene tener en cuenta lo expuesto por la Inspección
Sanitaria en su informe sobre los hechos. En él se ha puesto de
manifiesto que, la paciente, que había confirmado el 11 de junio
mediante un test de embarazo dicho estado, había acudido al médico de
Familia que a su vez la había derivado a una primera consulta de
Obstetricia en el HULP, indicación que, a su juicio era completamente
correcta. Incluso si se hubiera conocido la situación de riesgo que
padecía la paciente (embarazo ectópico), los plazos de derivación al
especialista y de citación a consulta, estaban muy por debajo de los
fijados en los protocolos.
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Ya en cuanto a la situación de urgencia que se planteó el 24 de
junio de 2013 a las 6:47 horas, llama la atención sobre los escasos
cuatro minutos que pasaron desde la transferencia de la llamada de la
operadora a la enfermera para su clasificación y luego al facultativo.
Asimismo, llama la atención la inspectora actuante sobre la
circunstancia de que, frente a lo dicho en la reclamación en el sentido
de que la paciente "se encontraba con graves dolores abdominales sin
poder permanecer de pie y seminconsciente", en la llamada no se había
indicado la existencia de dolor agudo, que es el síntoma principal de la
rotura del embarazo ectópico. El motivo de la urgencia eran los vómitos
que la paciente había presentado durante toda la noche, situación que,
a juicio de la inspectora, hay que interpretarla en un contexto de
embarazo en su primer trimestre. En particular, incide en que en la
llamada no se manifestó que la hija de los reclamantes no pudiera
tenerse de pie ni que estuviera semiinconsciente, por el contrario en la
grabación se escucha al alertante preguntando a la paciente el número
de DNI y como ella se lo va diciendo número a número. El alertante
añade que está pálida y se encuentra peor ("es más grave"), si bien, en
una gestante con vómitos a lo largo de la noche, lo normal es que esté
pálida y se encuentre peor. Por ello, estima que la actuación del
facultativo, recomendando que la paciente sea atendida por un
ginecólogo y que para ello acuda a su hospital, se considera apropiada.
También llama la atención el informe sobre que el alertante no
indicó la imposibilidad de traslado de la paciente. En particular,
expresa que, sin sospecha de la situación de emergencia que supone la
hipovolemia hemorrágica por rotura tubárica, tampoco tiene sentido
enviar a un facultativo al domicilio para valorar a una embarazada con
vómitos.
Por otra parte, lo que los reclamantes plantean es en definitiva una
posible pérdida de oportunidad, esto es, la incertidumbre sobre la
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suerte que hubiera corrido su hija de haberse remitido una ambulancia
al domicilio en el que se encontraba. En este punto, resulta
fundamental a juicio de esta Comisión Jurídica Asesora lo reflejado en
el informe de la Inspección Sanitaria en el sentido de que la situación
de rotura de la trompa por embarazo ectópico en la que se encontraba
la paciente, no hubiera determinado una mejor expectativa de haberse
remitido una ambulancia, ya que en el HULP se disponía de unos
medios de reanimación que incluso permitieron sacar a la paciente de
dos paradas cardiorespiratorias y una fibrilación ventricular a la
paciente, reponer la volemia y realizar una intervención de urgencia, de
los que carece el SUMMA, con lo cual se hubiera retrasado más una
posible asistencia.
Ante la falta de aportación probatoria por parte de los reclamantes,
tiene que prevalecer la fuerza probatoria de los únicos informes
obrantes en el procedimiento, en particular el de la Inspección Sanitaria
habida cuenta de su especialización y de la objetividad e imparcialidad
presumible en el ejercicio de sus atribuciones. Así lo refiere la doctrina
aplicada asiduamente por esta Comisión, por todos en el Dictamen
212/17, de 25/5, en línea con la S. del TSJ de Madrid de 18/3/2016,
R. 154/2013, que señala que dicho informe,
“(…) no constituye prueba pericial en sentido propiamente dicho, sus
consideraciones médicas y sus conclusiones constituyen un
elemento de juicio para la apreciación técnica de los hechos
jurídicamente relevantes para decidir la litis, puesto que, con
carácter general, su fuerza de convicción deviene de los criterios de
profesionalidad, objetividad, e imparcialidad respecto del caso y de
las partes que han de informar la actuación del Médico Inspector, y
de la coherencia y motivación de su informe”.
Finalmente, conviene apelar al carácter de obligación de medios de
la asistencia sanitaria y al ajuste de la actuación médica a los síntomas
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que presentaba la paciente. Así, como ya hemos dicho –entre otras
muchas ocasiones- en el Dictamen 517/17, de 21 de diciembre, la
asistencia médica ha de atender a las circunstancias de la asistencia y
a los síntomas del enfermo, mediante un juicio ex ante y no ex post,
evitando juzgarla partiendo del dato del resultado final, puesto que, de
lo contrario, estaríamos contraviniendo la prohibición de regreso. Así lo
ha manifestado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en Sentencia
de 28 de marzo de 2016 (recurso 45/2014) según la cual:
“No es correcto realizar una interpretación de lo acontecido
conociendo el resultado final. La calificación de una praxis
asistencial como buena o mala no debe realizarse por un juicio "ex
post", sino por un juicio “ex ante”, es decir, si con los datos
disponibles en el momento en que se adopta una decisión sobre la
diagnosis o tratamiento puede considerarse que tal decisión es
adecuada a la clínica que presenta el paciente”.
En mérito a cuanto antecede, la Comisión Jurídica Asesora
formula la siguiente
CONCLUSIÓN
Procede desestimar la reclamación de responsabilidad patrimonial
objeto del presente dictamen, al no apreciarse conforme a la
documentación obrante en el expediente administrativo que se haya
infringido la lex artis en la asistencia sanitaria a la hija de los
reclamantes.
A la vista de todo lo expuesto, el órgano consultante resolverá
según su recto saber y entender, dando cuenta de lo actuado, en el
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