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Academia de Ciencias Administrativas, A.C. Congreso Anual Internacional 5 al 7 de mayo, 2004
Aprendizaje Y Acumulación De Capacidades Tecnológicas En Una Cadena Productiva Del Sector Siderúrgico De San Luis Potosí
Rodrigo Ortega Rangel Universidad Autónoma de San Luis Potosí
rodrigo_ortega_rangel@hotmail.com
En las últimas décadas se han registrado importantes cambios en el ámbito de la tecnología, la economía, la organización de la producción y la administración, estos, han modificado las bases de las ventajas competitivas, lo cual obliga a las empresas a buscar nuevos mecanismos y prácticas competitivas. En la literatura se examina cómo se comportan frente a los cambios y qué hacen para mantenerse competitivas, la idea que más se acepta, es que las empresas construyen capacidades tecnológicas y compiten sobre la base de sus capacidades distintivas, las cuales se van acumulando a través del tiempo. De manera que su permanencia en el mercado, además de depender de los costos y los precios, depende también de la capacidad para aprender y crear conocimiento. Este trabajo, que forma parte de una tesis doctoral en proceso, estudia el aprendizaje tecnológico y las prácticas que han permitido la acumulación de capacidades tecnológicas en una cadena productiva del sector siderúrgico en San Luis Potosí. Los objetivos son estudiar los mecanismos de aprendizaje tecnológico, identificando las principales formas de interacción entre las diferentes áreas y determinar el nivel de acumulación de capacidades tecnológicas en las funciones técnicas de Inversión, Producción y de Soporte.
La competitividad de la industria siderúrgica de acuerdo con Simón y Rueda (2002), debe
sustentarse en un aumento de la productividad y de la calidad a lo largo de toda la cadena
productiva. El incremento de la calidad de productos y de la eficiencia productiva, generalmente
se logran a partir del incremento de las capacidades tecnológicas.
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El término de capacidad tecnológica se empezó a utilizar el la década de los ochenta con la
definición elaborada por Westphal, Kim y Dahlman (1985). Estos autores se refieren a la
capacidad tecnológica como “…la habilidad para hacer uso efectivo del conocimiento
tecnológico… ésta no descansa en el conocimiento que se posee sino en la posibilidad de
emplearlo en la producción, inversión e innovación”.
A partir de esta definición, otros autores han ampliado el concepto incorporando nuevas
dimensiones.
El aprendizaje tecnológico según Hobday (1995), se define como un proceso por el cual los
recursos para generar y administrar el cambio técnico son acumulables en la empresa, es
dinámico, difícil y costoso, por ello requiere de esfuerzos sustanciales y deliberados, así como
importantes inversiones.
Para Bell y Pavitt (1993: 163) el aprendizaje tecnológico se refiere a cualquier proceso por el
cual se incrementan o fortalecen los recursos para generar y administrar cambio técnico, o sea los
procesos relacionados con los conocimientos, habilidades, experiencia, estructuras institucionales
y vínculos con empresas, entre empresas y fuera de ellas. Por lo tanto, el aprendizaje tecnológico
se refiere al proceso dinámico de adquisición de capacidades tecnológicas.
El progreso tecnológico se lleva a cabo a través de los procesos de aprendizaje. En este
sentido, el aprendizaje permite a las empresas construir sus conocimientos sobre sus productos y
sus procesos de manufactura y desarrollar y mejorar las habilidades de su fuerza de trabajo. Sin
embargo, es difícil de absorber, de medir con exactitud o de distinguirlo de otras actividades de
manufactura (Hobday, 1995:32, 33; Vera-Cruz, 2000).
El proceso de construcción de capacidades tecnológicas en empresas de países en desarrollo
ha sido importante en las últimas dos décadas, el cual se ha logrado a través de procesos de
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aprendizaje. Lall (1992) propuso una taxonomía de capacidades tecnológicas basada en las
funciones técnicas más importantes de la empresa. Posteriormente, en base a la aportación de Lall
(1992), Bell y Pavitt (1995) desarrollaron el marco analítico y construyeron una nueva taxonomía
de capacidades tecnológicas.
El objetivo de este trabajo es describir el proceso de construcción de capacidades tecnológicas
en una cadena productiva del sector siderúrgico de San Luis Potosí, y aplicando la taxonomía
propuesta por Lall (1992), que toma como base las funciones técnicas más importantes de la
empresa y el marco analítico propuesto por Bell y Pavitt (1995), evaluar los niveles de
acumulación, identificando los factores que intervienen en este proceso.
Los objetivos específicos son:
Estudiar los mecanismos de aprendizaje tecnológico, identificando las principales formas de
interacción entre las diferentes áreas de la empresa.
Identificar el nivel de acumulación de capacidades tecnológicas en las funciones técnicas de
Inversión, Producción y Soporte de la empresa.
De acuerdo con estos objetivos, se toma como base la definición de capacidades tecnológicas
propuesta por Ariffin y Figueiredo (2001: 3), quienes se refieren a las capacidades tecnológicas
como “aquellos recursos necesarios para generar y administrar las mejoras en los procesos y la
organización de la producción, productos, equipo y proyectos de ingeniería. Las capacidades
tecnológicas se dan a nivel individual (habilidades, conocimiento y experiencia) y en los sistemas
organizacionales”.
Para evaluar los niveles de acumulación de capacidades tecnológicas, se toma como base la
taxonomía propuesta por Bell y Pavitt (1995), y las adaptaciones que han realizado Dutrénit,
Vera-Cruz y Arias (2002), Ariffin y Figueiredo (2001) y Figueiredo (2001).
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El estudio se realiza en un grupo de empresas denominado Grupo SAN.
Esta cadena productiva del sector siderúrgico de San Luis Potosí, está formado por las
siguientes empresas:
Aceros San Luis S. A. de C. V. Que fabrica varilla corrugada y alambrón para la industria de
la construcción.
Abastecedora Siderúrgica S. A. de C. V. Empresa dedicada a la concentración, preparación,
corte y selección de chatarra ferrosa, en la calidad, densidad y dimensiones adecuadas para usarse
en el proceso de los hornos de Aceros San Luis y Aceros D. M.
Aceros D. M. S. A. de C. V. Fabrica varilla corrugada, perfiles redondos y cuadrados, los
cuales son utilizados en la fabricación de herramientas y otras manufacturas.
Aceros Transporte S. A. de C. V. Dedicada a garantizar la transportación de materia prima e
insumos para la producción, así como transporte de los productos terminados, de la planta a los
centros de distribución ó clientes.
La metodología a aplicar, se basa en un estudio de caso de tipo exploratorio, ya que
conforme a Yin, (1994); Phillips y Pugh, (2001), el tipo de investigación exploratoria aborda un
problema, una cuestión o un tema nuevo de los cuales se sabe poco; se examina qué teorías y
conceptos son los más apropiados, se elaborarán nuevos conceptos y de ser necesario nuevas
metodologías, lo que implica expandir la frontera de conocimiento con la “esperanza” de
averiguar algo.
Con este tipo de investigación se busca comprender por métodos cualitativos la realidad tal y
como otros la experimentan.
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APRENDIZAJE
La acumulación de capacidades tecnológicas se basa en procesos de aprendizaje (Bell, 1984;
Freeman, 1982; Katz, 1976, 1986 y 1987; Lundvall, 1992; Pirela et al., 1991 y 1993; Rosemberg,
1976; Villavicencio, 1990; Dodgson, 1993).
Al aprendizaje se le considera la vía para la construcción de las capacidades tecnológicas. De
acuerdo con Bell y Pavitt (1993: 164), el aprendizaje tecnológico se refiere a “cualquier proceso
en el que los recursos para generar o administrar el cambio técnico (las capacidades tecnológicas)
son incrementados o reforzados”.
El aprendizaje tecnológico no es automático, por el contrario, es gradual y acumulativo por
naturaleza; es un proceso social y colectivo; es local y tiene una dimensión tácita (Bell, 1984;
Dosi, 1988; Teece, Pisano y Shuen, 1990).
Según Bell (1984: 190), es necesario invertir directamente en aprendizaje para acumular
capacidades tecnológicas, y de acuerdo con (Dodgson, 1991 y 1993), la acumulación de
capacidades tecnológicas requiere una estrategia deliberada de aprendizaje.
Basados en la descripción de dos casos exitosos en la construcción de capacidades
tecnológicas, Dahlman y Valadares Fonseca, (1987) y Kim (1997) descubren la existencia de
estrategias implementadas por las empresas para asimilar la transferencia tecnológica y adquirir
capacidades tecnológicas.
Según Dodgson (1993: 376), el término “aprendizaje” ha sido usado en al menos dos modos
por diferentes cuerpos de literatura. La literatura básicamente económica y la de administración
de negocios e innovación “…intenta examinar los resultados del aprendizaje, antes de
comprender lo que el aprendizaje realmente es y cómo es que estos resultados son logrados. En
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contraste, el aprendizaje es una de las mayores preocupaciones en la teoría organizacional y en la
teoría psicológica”.
Algunos autores como (Pirela et al., 1993), se concentran en los efectos del aprendizaje, así
como en los indicadores de desempeño, los cuales revelan la existencia de capacidades
tecnológicas y de aprendizaje, mientras que Lall (1987 y 1992); Bell y Pavitt (1993), analizan el
aprendizaje como un proceso de acumulación de capacidades tecnológicas.
Bell y Pavitt (1993) argumentan que es necesario diferenciar entre la acumulación de una
gama de recursos y el uso de ésta para generar y administrarla innovación. Las empresas pueden
aprender a través de la actividad innovadora, no obstante que ésta sea uno de los objetivos del
aprendizaje.
La literatura sobre aprendizaje y acumulación de capacidades tecnológicas establece vínculos
directos entre ambos fenómenos. Como la definición indica, el aprendizaje es el vehículo para
adquirir capacidades tecnológicas. Estos autores resaltan los procesos y los mecanismos
mediante los cuales las empresas pueden desarrollar trayectorias evolutivas y secuenciales de
acumulación de capacidades tecnológicas, y es justamente el tema central de esta investigación.
APRENDIZAJE Y ACUMULACIÓN DE CAPACIDADES TECNOLÓGICAS
Hasta avanzados los setenta, se concebía a los países en desarrollo como receptores pasivos de
la tecnología desarrollada en el mundo industrializado. Esta postura fue desafiada por una serie
de estudios empíricos sobre los procesos de aprendizaje y adquisición de capacidades
tecnológicas al nivel de empresa. Estos estudios documentaron amplia evidencia empírica que
mostraba que el conocimiento tecnológico no es fácil de imitar ni transferir entre empresas,
porque se trata de conocimiento tácito y acumulativo. Esto condujo a la comprensión de que la
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transferencia de tecnología solamente es efectiva cuando las empresas receptoras vinculan la
transferencia con procesos de aprendizaje y desarrollo de capacidades internas.
Lall (1987: 7) señala que “la empresa que aplica una tecnología importada por primera vez,
aún cuando se trata de un cuerpo de conocimiento muy difundido en el mundo desarrollado,
requiere aprender y desplegar un esfuerzo consciente. Más aún, ninguna tecnología puede ser
aplicada en una forma completamente dada: siempre se requiere hacer cambios para satisfacer las
escalas, las materias primas, el clima, las habilidades y las necesidades de los mercados locales.
Después que se hacen estos cambios iniciales a la tecnología de producción, se puede incrementar
la productividad mediante la introducción de innovaciones “menores” de varios tipos a dicha
tecnología. Entonces la tecnología misma puede ser modificada. Esto se puede hacer de varias
maneras: importando el saber-cómo y el equipo requerido, importando sólo el equipo o el saber-
como y produciendo el otro en el país o en la empresa. Una vez más, se requiere de esfuerzo para
innovar, copiar o seleccionar la tecnología correcta, asimilarla, etcétera”.
Sobre este punto, Kim (1997: 23) señala que “la tecnología puede ser transferida a una
empresa desde el exterior, o mediante la difusión local, pero no así la habilidad para usarla
efectivamente. Esta habilidad sólo puede adquirirse por el esfuerzo tecnológico interno”.
A principios de los ochenta, esta nueva manera de ver la acumulación tecnológica de los
países en desarrollo se denominó literatura sobre tecnología y desarrollo. Dado el foco de dicha
literatura en la recopilación y presentación de evidencia empírica sobre los procesos de
aprendizaje en empresas de países en desarrollo, pasó a ser también conocida como literatura
sobre aprendizaje y acumulación de capacidades tecnológicas.
Se presenta una revisión de algunos estudios que contribuyeron a establecer las principales
premisas de dicha literatura, permite definir las bases para entender el papel del aprendizaje en el
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proceso de acumulación de capacidades tecnológicas en las empresas; luego se resumen los
principales puntos de consenso de esta literatura relevantes para abordar el problema que se
estudia en este trabajo.
Acumulación Tecnológica: Conceptos y Términos Básicos
Cambio Técnico
Capacidad
Tecnológica
Capacidades de
Producción
Acumulación Tecnológica
(Aprendizaje) La acumulación de
capacidad tecnológica
Capacidad Industrial
Recursos necesarios para generar y manejar el cambio técnico: 1. Conocimiento, habilidades y experiencia. 2. Estructura institucional y enlaces: - dentro de las firmas - entre las firmas - fuera de las firmas
(a) Introducción de tecnología incorporada en nuevos productos y/ O nuevas plantas a través de ‘grandes’ proyectos de inversión. (b) Adaptación y mejora creciente de la capacidad de producción existente.
Componentes de los Sistemas de producción conocidos: - Capital Invertido - Habilidades y know-how aplicadas al trabajo - Especificación/Diseño de productos - Especificaciones de Entrada - Organización y procedimientos de producción
Fuente: Bell y Pavit (1993)
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TAXONOMÍA DE CAPACIDADES TECNOLÓGICAS
Bell y Pavitt (1995) analizaron diferentes niveles de funciones técnicas y capacidades
tecnológicas para empresas de países en desarrollo, tomando como base el marco analítico
desarrollado por Lall (1992) y desarrollaron una importante matriz (taxonomía) de las
capacidades tecnológicas.
MATRIZ DE CAPACIDADES TECNOLÓGICAS Función Técnica de
Inversión Función Técnica de
Producción Función Técnica de Soporte
Nivel de
Capacidades
Toma de
Decisiones y Control
Preparación y ejecución del proyecto
Centradas en Procesos y
Organización de la Producción
Centradas en el Producto
Vinculación
Externa
Vinculación
Interna
Modificación
de Equipo
Capacidades Operativas
Básicas
Capacidades Innovativas
Básicas
Capacidades Innovativas Intermedias
Capacidades Innovativas Avanzadas
Fuente: Dutrénit, Vera-Cruz, Arias, Avendaño, Gil, Sampedro, Urióstegui (2002), “Marco analítico para el análisis de los procesos de acumulación de capacidades tecnológicas, adaptada de Bell y Pavitt (1995).
La matriz de capacidades tecnológicas subraya las diferencias que existen entre las
capacidades tecnológicas de producción básica y las capacidades tecnológicas innovativas.
Asimismo, distingue lo que puede ser descrito como “profundidad” de las capacidades
tecnológicas. Un nivel básico de capacidades podría permitir sólo una contribución al cambio
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relativamente menor e incremental; pero en los niveles intermedios y avanzados, las capacidades
tecnológicas podrían tener una contribución al cambio más sustancial, novedosa y ambiciosa. La
matriz distingue entre seis funciones tecnológicas diferentes, en las cuales las empresas podrían
desarrollar capacidades tecnológicas. Estas funciones son: Toma de decisiones y control,
preparación y ejecución de grandes proyectos de inversión, centradas en los procesos y
organización de la producción, centradas en el producto, funciones de vinculación externa y
producción de bienes de capital (Bell y Pavitt, 1995: 83).
Las dos primeras funciones técnicas se definen como funciones de inversión y las dos
siguientes como funciones de producción. A su vez, las funciones de inversión y de producción
se describen como funciones primarias. Las funciones primarias generan cambio técnico y
administran su implementación durante proyectos de inversión relativamente largos para crear
nuevos sistemas de producción, tales como: Plantas nuevas, ampliación de la capacidad de las
plantas existentes, distinción de líneas de productos nuevos o líneas de productos nuevos.
Las últimas dos funciones tecnológicas son consideradas como funciones de soporte. Estas
funciones consisten en el desarrollo de vínculos centrados en el cambio e interacciones con otras
empresas e instituciones y la producción de bienes de capital que involucran elementos de
tecnología nueva creada localmente. En el largo plazo, las capacidades que se originan de estas
funciones técnicas ayudan a fortalecer la secuencia de acumulación de las capacidades
tecnológicas y crean la base para la diversificación de nuevos productos e industrias.
CAPACIDADES TECNOLÓGICAS DISTINTIVAS
Durante los Ochenta surge la noción de las capacidades tecnológicas distintivas, la cual
sugiere que existen capacidades específicas, que están estrechamente relacionadas con los activos
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intangibles, el conocimiento tácito y las bases tecnológicas acumuladas de la firma (Nelson y
Winter, 1982; Prahalad y Hamel, 1990; Teece, Pisano y Shuen, 1990; Leonard-Barton, 1992).
Si se percibe a la empresa como un conjunto de conocimientos, que es generado a partir del
aprendizaje en las rutinas organizacionales y que depende de su pasado histórico, se puede decir
que las empresas son singulares. Para Dodgson (1993) esta singularidad es definida por las bases
de conocimiento y el proceso de adquisición, articulación y mejoramiento del conocimiento sobre
el cual la empresa tiene control. Esto involucra un fuerte componente tácito, que le permite a las
empresas protegerse de la copia y generar capacidades distintivas frente a sus competidores. Es
por esto último que el conocimiento tácito, para muchos sectores, es la base de las capacidades
distintivas de las empresas, en especial cuando el sector se caracteriza por una fuerte base de
conocimiento tácito.
Prahalad y Hamel (1990), Leonard-Barton (1995), Nonaka y Takeuchi (1995), han hecho
importantes aportaciones sobre este tema, consistentes principalmente en definir las capacidades
(competencias) medulares o distintivas como elementos que permiten a las empresas
diferenciarse de manera significativa de sus competidores, competir de manera estratégica y tener
éxito en el mercado en el cual compiten.
Sobre la base de estas contribuciones, Kim, (1997) y Dutrénit, (2000), han desarrollado
investigaciones de carácter empírico en empresas de países en desarrollo.
Para Leonard-Barton (1992: 112) las capacidades son consideradas distintivas si ellas
diferencian a la empresa estratégicamente y las define como “el sistema de conocimientos que
distinguen y proveen una ventaja competitiva para la empresa o línea de negocios”.
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Con base en ello, Leonard-Barton enfatiza la sugerencia de algunos autores en el sentido de
que la base de la capacidad efectiva se sustenta más en innovaciones incrementales que
desarrollan cuidadosamente las capacidades al interior de la firma y menos en saltos estratégicos.
Desde la perspectiva de la investigación académica, Leonard-Barton (1995) ha hecho una
contribución importante a la comprensión del papel del conocimiento en la creación de
capacidades tecnológicas centrales, y la necesidad de su administración. En el análisis de las
bases de diferenciación de las empresas, Leonard-Barton (1992 y 1995) señala que una capacidad
tecnológica central es un sistema de conocimiento interrelacionado e interdependiente. Este
sistema de conocimiento comprende cuatro subsistemas o dimensiones interdependientes: el
conocimiento y las habilidades de los empleados; los sistemas físicos (equipo, software, etc.);
los sistemas administrativos y los valores y normas.
Las primeras dos dimensiones son un depósito dinámico de conocimiento, o una competencia,
y los últimos dos son mecanismos para controlar o agilizar el conocimiento. Debido a la
interrelación particular que se da entre las cuatro dimensiones del conocimiento, esos sistemas
son difíciles de imitar, y allí puede residir la base de la ventaja competitiva.
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Relación entre conocimiento y aprendizaje en la construcción de
Capacidades Distintivas
Nuevos Procesos Nuevos ProductosNuevos Servicios
Proceso Colectivo de Aprendizaje
Capacidades Distintivas
Entorno C A
Tácitos Codificados
Articulación de conocimientosSopRelaPrácRegltácita
Delimitan las pautas de comportamiento e interacción
de los actores
Adquisición de Información
Fuente: Elaboración propia
En la mayoría de los estudios realizados, se insiste que la construcción de cap
distintivas es un proceso largo, acumulativo y cuidadoso que involucra ensayo y e
aprendizaje. Al respecto, es importante mencionar otra definición que caracteriza
capacidades tecnológicas que todavía no se pueden considerar como distintivas, p
futuro podrían llegar a serlo. Estas capacidades Dutrénit (2000: 31), las denomina
Tecnológicas Embrionarias.
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Dutrénit define las capacidades tecnológicas embrionarias como aquellas capacidades
tecnológicas innovativas avanzadas que permanecen incipientes y, por tanto, aún no distinguen a
la empresa de manera competitiva. A través de ellas, se acumula una gran cantidad de
conocimientos en algunas actividades técnicas, áreas o campos de conocimiento, las cuales
pueden ser usadas para construir capacidades tecnológicas distintivas.
REVISIÓN DE ESTUDIOS EMPÍRICOS
LA LITERATURA DE LAS COMPAÑÍAS DE FORMACIÓN POSTERIOR (Latecomer Company Literature LCL)
En esta sección se revisan algunos estudios empíricos desde la perspectiva técnica; la
perspectiva de organización de la producción y la perspectiva más amplia.
La Perspectiva Técnica
Desde principios de 1970, la investigación sobre tecnología en países en desarrollo adoptó una
perspectiva dinámica. Dejando a un lado la pregunta estática de opciones a partir de un grupo
dado de técnicas, el nuevo enfoque empezó a observar los cambios a través del tiempo en cuanto
a tecnología y cómo lograban alcanzarlos las compañías. (Stewart y James, 1982). Este nuevo
enfoque influenció la aparición de un grupo de estudios pioneros y reveladores sobre la
generación de una capacidad tecnológica propia en las compañías de formación posterior
(entrantes tardías). Dichos estudios ponían mucha atención a los cambios a través del tiempo en
las dimensiones técnicas de la capacidad tecnológica. En particular, en Latinoamérica, muchos de
los estudios fueron llevados a cabo bajo el Programa de Investigación de Ciencia y Tecnología
ECLA/IBD/IDCR/UNDP, algunos de los cuales se encuentran resumidos en Katz (1987). La
mayoría de los estudios Asiáticos fueron llevados a cabo bajo el proyecto de investigación del
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Banco Mundial “La Adquisición de Capacidad Tecnológica”, que después fue resumido en
Desarrollo Mundial (1984). Se llevaron a cabo unos cuantos estudios en Africa (ej. Mlawa,
1983).
El tema de capacidad tecnológica en plantas de acero en Latinoamérica recibió una
considerable atención en los setenta. Los esfuerzos propios para diseñar y construir equipo para la
planta inicial se describen en el estudio sobre la ruta del desarrollo tecnológico de dos plantas de
la Compañía Acindar en Argentina de 1943 a 1978 (Maxwell, 1981). El “estiramiento”
sistemático de la capacidad nominal, con rangos del 60 al 130 por ciento tuvo lugar como una
reacción a presiones externas (ej. restricciones en materias primas). Acindar también produjo una
respuesta “paradójica” a las inconsistentes políticas gubernamentales. Esto consistía en
comprometerse a mejorar una planta anticuada, antes de optar por cerrarla o modernizarla en
forma radical.
Los impresionantes rangos de “capacidad de estiramiento”, por encima del 200 por ciento,
también pudieron verse en la brasileña Usinas Siderúrgicas de Minas Gerais SA (USIMINAS) de
1956 a 1976, como respuesta a una crisis financiera e inversiones tardías de la compañía
(Dahlman y Fonseca, 1978). La exitosa experiencia de mejorar una planta existente por medio de
la adquisición de una nueva planta, también fue explorada en el estudio de USIMINAS. El éxito
fue asociado a una estrategia técnica, agresiva, consistente y a largo plazo, al entrenamiento del
personal y al desarrollo de una infraestructura tecnológica (ej. Ingeniería, investigación, etc.). El
caso de desarrollo tecnológico en Altos Hornos de México, SA (AHMSA), de 1940 a 1977,
indica que la “capacidad de estiramiento” puede también convertirse en una respuesta
“defensiva” que se refiere más a un incremento en el rendimiento que a una reducción de costos
(Pérez y Pérez y Peniche, 1987). A diferencia del caso USIMINAS, la ruta de AHMSA se
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caracterizó por una reacción defensiva y a corto plazo a las inconsistentes políticas
gubernamentales, a una situación excesivamente demandante y a equipo obsoleto.
Los exitosos esfuerzos en la “capacidad de estiramiento” como una medida “de remedio” para
hacer frente a actividades previas y fallidas de inversión aparecen en el estudio de Acerías Paz
del Río en Colombia de 1947 a 1956 (Puerta, 1979 en Maxwell, 1982). Las exitosas mejoras “de
remedio” y los esfuerzos de “estiramiento” después de inversiones fallidas, resultantes de
políticas gubernamentales inconsistentes e inexperiencia de la compañía fueron también
encontradas en el caso de Siderúrgica de Chimbote (después llamada SIDERPERU) de 1956 a
1967 (Gianella, sin fecha, Maxwell, 1982). La “Capacidad de Estiramiento” resultó un hallazgo
tan importante en dichos estudios que se escogieron tres casos individuales (Acindar, AHMSA y
USIMINAS) para poder llevar a cabo una revisión más exacta de sus características (Maxwell y
Teubal, 1980). El estudio argumentaba que los esfuerzos de “capacidad de estiramiento” en
Latinoamérica produjeron rangos mucho más altos que los reportados en la literatura existente.
Sin embargo, estos cinco estudios de Latinoamérica se enfocaban en situaciones en que las
compañías respondían de alguna manera a restricciones externas involucrándose en una exitosa
“capacidad de estiramiento”. No consideraban situaciones en las que una compañía no respondía,
o respondía en forma pasiva a los cambios en las condiciones externas, y continuaba operando
una planta por debajo de la capacidad diseñada por décadas. El problema de utilización por
debajo o por encima fue investigado por Sercovich (1978) en un estudio de dos plantas
petroquímicas. Las diferencias en los rangos de la capacidad utilizada fueron asociadas a las
condiciones iniciales de diseño. Quizá porque el estudio se limitó únicamente a los aspectos
técnicos, otros factores que podrían haber influenciado dichos rangos (ej. acuerdos de
organización o administrativos, mecanismos de aprendizaje) fueron ignorados. Aún así, todos
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estos estudios enfatizaban las mejoras en dichas plantas como asociadas a la presencia de
intensos esfuerzos creativos y propios. Sin embargo, en los casos que no resultaron exitosos, la
ausencia de mejoras en procesos y equipos resultó asociada a la ausencia de esfuerzos propios
para crear recursos que generaran cambios, como en el caso de la planta de acero galvanizado de
Tailandia (Bell et al., 1982.)
Algunos de estos estudios también sugerían que la diferente intensidad de los esfuerzos de
innovación propios de cada compañía estaba asociada a diferentes patrones de desempeño. La
evidencia iba de rangos de cambio en la productividad rápidos y positivos, como en USIMINAS
(Dahlman y Fonseca, 1978), a rangos lentos y negativos como en las plantas textiles de Tanzania
(Mlawa, 1983). Incrementos en el desempeño de rango intermedio (productividad laboral) fueron
encontrados en una planta Argentina de rayón (Katz et al., 1978). En dicha planta, sin embargo,
los esfuerzos propios (ej. mejora de los estándares de operación, mayor calidad del producto) no
fueron continuos (Bell et al., 1984). El problema para la obtención de datos generalizados más
confiables de dichos estudios radica en que ninguno de ellos ha llevado a cabo comparaciones
con otras firmas establecidas que elaboren productos similares (Bell, 1982; Bell et al., 1984).
Como resultado, sólo pueden llevarse a cabo comparaciones muy simples entre las plantas
Argentinas de rayón en Katz et al. (1978) y las plantas Estadounidenses de rayón en Hollander
(1965), como lo hizo Bell et al. (1984).
Todos estos estudios dejaron al descubierto un número de mecanismos de aprendizaje dentro
de la acumulación de la capacidad tecnológica en dichas plantas, mismos que fueron analizados
posteriormente por Bell (1984), donde se hace una distinción entre “haciendo con bases” y otros
mecanismos. Mecanismos tales como “aprendiendo del cambio” fueron ilustrados por los
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esfuerzos sistemáticos de experimentación, ingeniería e inventiva de Acindar. Estos esfuerzos
crearon una espiral de mayor conocimiento, confianza y estímulo psicológico que dio origen a
mejoras aún mayores. Los mecanismos “Sistema de desempeño y retroalimentación”,
“Aprendizaje a través de entrenamiento” y “por búsqueda a través de la constante adquisición
de conocimientos externos añadida a la compañía” fueron ejemplificados por el caso
USIMINAS. De igual forma, la creación de estímulos específicos por parte del Departamento de
Producción operó como un mecanismo de creación de conocimientos en AHMSA. El
“Aprendizaje a través de contrataciones”, a través de intercambios de personal técnico a lo largo
de unidades de una planta y la contratación de nuevos profesionistas bien entrenados, fue
ejemplificado por la planta Argentina de Du Pont.
El mérito de estos estudios radica en haber descubierto el significado del compromiso propio
(interno) en el proceso de la generación de conocimientos técnicos con el fin de crear las
capacidades tecnológicas propias de cada planta (Katz, 1978). También ilustraron que la
acumulación de capacidades es cuando menos una condición necesaria para obtener cambios
técnicos significativos, especialmente a largo plazo (Bell, 1984). Sin embargo, todos esos
estudios se enfocan en plantas individuales y no proporcionan un análisis comparativo de la ruta
de la acumulación de la capacidad tecnológica de la planta. Así que, aún cuando exploran los
mecanismos de aprendizaje internos, se enfocan únicamente en la adquisición de los
conocimientos, por lo que los procesos a través de los que el aprendizaje individual se convierte
en aprendizaje organizacional no se exploran.
Además, dicho grupo de estudios adoptó una perspectiva estrecha sobre la composición de
la capacidad tecnológica. Dicha perspectiva está más relacionada con los recursos humanos, tal
como lo señala Tremblay (1994). Aún así, Maxwell hizo notar la forma en que Acindar
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organizó sus actividades tecnológicas creando divisiones técnicas especialistas a las que les
fueron asignadas responsabilidades sistemáticas. Dahlman y Fonseca sugirieron que la gerencia
superior dio apoyo e impulso a USIMINAS en sus esfuerzos técnicos propios. Posteriormente,
como en Katz (1985), los puntos de sistemas de organización de producción y mecanismos de
aprendizaje fueron señalados como críticos para la comprensión del desarrollo de la capacidad
tecnológica en países en desarrollo. Si embargo, este estudio no fue comparado con ningún nuevo
estudio empírico más reciente que los mencionados anteriormente. La importancia de explorar los
cambios en la organización industrial de las compañías para entender las diferencias en las
mejoras a través de dichas plantas, había sido señalada anteriormente por Hollander (1965). Éste
estudio observa la experiencia de una compañía estadounidense adentrándose al negocio con base
en una tecnología de importación, una situación similar a la que enfrentaban las compañías
industrializadas de formación posterior.
Viana (1984) observó las diferencias en el desempeño entre plantas que utilizaban HyL3 y
los procesos de reducción Midrex dentro de la empresa venezolana Siderúrgica Orinoco SA
(SIDOR). Dichas diferencias fueron asociadas con la implementación de la tecnología, y en
particular, con diferencias en los acuerdos organizacionales de las plantas, el uso “menor a
óptimo” de mecanismos de aprendizaje (ej. “aprendizaje a través de entrenamiento”, “aprendizaje
a través del cambio”) y con la adquisición de la tecnología de Reducción Directa. Aún cuando el
estudio de Viana fue más allá que los estudios anteriores, la forma en que dichos mecanismos de
adquisición del conocimiento fueron desarrollados y aplicados a través del tiempo y los
mecanismos de conversión de la tecnología no fueron explorados, además, no se desarrolló un
análisis cruzado a través de la compañía. Una iniciativa importante para unir los estudios de
casos individuales en las plantas de acero de Latinoamérica para efecto de un análisis
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comparativo fue llevada a cabo por Maxwell (1982). Sin embargo, dicho estudio estuvo todavía
limitado por las diferencias en la metodología utilizada en cada caso estudiado, y la falta de un
marco comparativo de referencia para analizar las rutas de capacidad de acumulación y procesos
de aprendizaje.
La Perspectiva de la Organización de la Producción
Lo que estos estudios surgieren fue influenciado por (1) la reestructura económica e industrial
que tuvo lugar en varios países en vías de desarrollo durante la década de los ochenta, y (2) el que
surgiera un nuevo grupo de estudios en el TFCL a mediados de los ochenta. A partir del fin de la
década de los ochenta, las compañías manufactureras en los países en desarrollo, especialmente
en Latinoamérica, empezaron a enfrentar las presiones de la competencia extranjera. Esto como
resultado de la apertura de los mercados antes protegidos y el fin de la política de sustitución de
la importación (IS), que llevó a una intensa reestructura industrial. Los cambios en la
organización de la producción, basándose en ésos nuevos conceptos, fueron entonces estudiados
como parte de dicho proyecto de reestructura (Hunphrey, 1995). Debe recordarse que los estudios
anteriores (ej. Fleury, 1977; Humphrey, 1982) habían encontrado que la forma en que algunas
compañías organizaban sus sistemas de producción impedían que los trabajadores se volvieran
más hábiles. Esta conducta fue asociada con las condiciones del mercado durante los sesenta y
setenta: un mercado protegido, subsidiado y en expansión que ayudaba a las compañías a ser
relativamente ineficientes (Fleury, 1985).
Este nuevo grupo de estudios se manejó fuertemente sobre los principios de justo-a-
tiempo (JIT) y control total de la calidad o la administración (TQC/M) y mejoras continuas – CI
(Bessant y Kaplinsky, 1995; Humphrey, 1993, 1995; Kaplinsky, 1994). Exploraron como dichos
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principios fueron introducidos dentro de las compañías. En el nivel operacional, las prácticas
incluían rápidos cambios de troquel y sistemas de jalado de producción; la búsqueda de fallas y la
integración de funciones de integración de la producción y revisiones de calidad; el uso de
ingeniería de valor, control estadístico de procesos (SPC), reducción de inventarios, manufactura
celular, y círculos de control, etc. A nivel gerencial, había, por ejemplo, cambios a un sistema
más descentralizado con menos niveles jerárquicos, integración del trabajo de producción con
control de calidad y funciones de mantenimiento. También se asignaron varias tareas a un mismo
trabajador y se les permitió moverse entre dichas tareas, un ejemplo de multitareas y trabajo en
equipo. Los cambios en el contexto institucional se basaron en cambios en los pagos y en
sistemas de evaluación diseñados para involucrar, motivar y controlar a los trabajadores.
Otra subdivisión de estudios se enfocó a la adopción de principios como JIT y TQC/M y
técnicas como planeación de requerimientos de material (MRP) alrededor de tecnologías de
diseños apoyados por computadora (CAD) y fabricación apoyada por computadora (CAM). Ellos
apuntaban a la importancia de los cambios en la organización de las dimensiones de la
producción si la compañía quería alcanzar utilidades sustanciales (Hoffman, 1989) o aún
dimensiones más amplias como la “social” (Meyer-Stamer et al., 1991). También sugerían que el
enfoque de las prácticas de organización (ej. señalización de bancos) podría ser más importante
que las tecnologías en microelectrónica (Mody et al., 1992) para compañías que se
industrializaban en forma tardía. Sin embargo, estos estudios no fueron mas allá a explorar
dimensiones más amplias de la organización., por lo que no consiguieron avances significativos
en relación con la subdivisión de estudios previos (ej. Humphrey, 1993; Kaplinsky, 1994).
Además, como la mayoría de los estudios se enfocaban en un punto en el tiempo, no observaban
la implementación del proceso a través del tiempo. Ya que las compañías de formación son
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normalmente quienes adoptan dichas técnicas, un enfoque a largo plazo en su implementación
resulta crítico para comprender el éxito o fracaso de dicha adopción.
El mérito de dichos estudios, sin embargo, radica en que exploraron la difusión de esas
técnicas de organización de la producción en el contexto de las compañías que llegaron después.
También encontraron que algunos modelos simplemente no pueden ser repetidos, sino que
involucran una adaptación dinámica a las circunstancias locales (Humphrey, 1995). Algunos
autores (ej. Kaplinsky y Bessant, 1995) sugirieron que dichos cambios deberían ser integrados
dentro de la administración estratégica de la compañía. Aún cuando no sea en forma explícita,
contribuían a explorar las dimensiones críticas de la capacidad tecnológica en términos de
prácticas de organización de la producción (ej. Trabajo en equipo y círculos de calidad). Estas
prácticas podrían también disparar prácticas de socialización-conocimiento. Algunas de ellas (ej.
Certificación ISO 9000 para la estandarización de la producción) podrían disparar prácticas de
codificación del conocimiento.
Sin embargo, entre las limitaciones de esos estudios de mediados de los ochenta, estaban las
siguientes: (1) trataban a las prácticas de la organización como “técnicas” establecidas, rara vez
mencionaban las palabras “conocimiento” o “mecanismo de aprendizaje”, a diferencia de los
estudios de la década de los setenta. Aún así, estimularon el desarrollo de estudios que
exploraran las dimensiones organizacionales de la capacidad tecnológica; y el análisis de factores
que influenciaron la forma en que dichas técnicas fueron implementadas.
Hacia una Perspectiva Más Amplia
Desde principios de la década de los noventa, la literatura de las empresas de formación
posterior, comenzó a poner mayor atención a las dimensiones de las capacidades de organización
y de gerencia, a los mecanismos de aprendizaje, a las características corporativas, y a las
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implicaciones en el desempeño, una perspectiva más amplia comparada con los estudios de los
setenta y ochenta. En la industria electrónica de Tailandia, Tiralap (1990) se encontró que para
compañías en las que el propietario/gerente percibían el cambio tecnológico como esencial para
el crecimiento del negocio, y las habilidades y conocimiento de los trabajadores como necesarias
para la generación de cambios tecnológicos, se alcanzaron mayores desempeños técnicos y
comerciales que en las que no lo percibieron. En Piccinini (1993) fue investigada la asociación
entre capacidad tecnológica y desempeño de la energía en dos compañías de acero en Brasil. El
estudio encontró que la compañía que acumuló capacidad tecnológica en forma dinámica
haciendo uso del flujo interactivo de conocimientos tuvo un mejor desempeño que la compañía
que no lo hizo. Sin embargo, no fueron construidas las rutas para la acumulación de la capacidad
tecnológica de la compañía. Ni tampoco la formación y funcionamiento de mecanismos y
procesos explorados, por lo que dichas habilidades y conocimientos fueron acumulados a través
del tiempo.
Otros estudios prestaron mayor atención a algunas características corporativas que
influenciaron el comportamiento tecnológico de las compañías. Al estudiar una compañía
metálica de Jamaica, Girvan y Marcelle (1990) encontraron que la acumulación de capacidad
tecnológica de la compañía se vio influenciada por el liderazgo y compromiso con prácticas para
la adquisición del conocimiento (ej. Entrenamiento en el extranjero, asistencia técnica del
extranjero). Este estudió destacó el rol del liderazgo como influencia para la formación de la
capacidad tecnológica. Sin embargo, el hecho de que el liderazgo también podría reducir los
esfuerzos para construir la capacidad tecnológica no fue explorado. Volviendo al estudio de
Girvan y Marcelle, Muldapitak (1994) encontró diferencias en las estrategias tecnológicas de
veinte firmas manufactureras en Tailandia asociadas con factores como sus propietarios, su
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orientación en el mercado, tamaño y antigüedad. Sin embargo, dichos puntos no fueron asociados
con el desempeño de la compañía. Además de lo antes encontrado, el grupo de estudios anterior
reveló la importancia de una investigación mas profunda sobre factores que influyen la
acumulación y desempeño de la capacidad tecnológica de las firmas que llegaron después.
Compartiendo la perspectiva más amplia y con mayor preocupación sobre los mecanismos
de adquisición de conocimientos, Scott-Kemmis (1988) encontró en la industria del papel y pulpa
Brasileña, mecanismos que iban desde programas de entrenamiento y mejoramiento de técnicas,
desarrollo de conocimientos en colaboración, y también la apertura de la cultura de la gerencia a
conocimientos externos. Lo anterior combinados con la transferencia de conocimientos,
habilidades, actitudes y acercamiento de trabajadores extranjeros con locales. Sin embargo, se
refirieron únicamente a los mecanismos de adquisición del conocimiento, por lo que los
mecanismos de conversión del conocimiento, una vez más, no fueron explorados.
Tremblay (1994), comentando sobre Scott-Kemmis (1988), señaló que este estudio no
exploraba en forma sistemática las dimensiones de organización y de gerencia de las capacidades
tecnológicas de dichas firmas, el estudio tampoco asociaba lo encontrado con el desempeño de la
firma a través del tiempo. Tratando de remontar dichos tipos de limitación, Tremblay (1994)
desarrolló un análisis comparativo de la dimensión organizacional de la capacidad tecnológica en
una muestra de plantas de pulpa y papel de la India y Canadá asociadas con su desarrollo a través
del tiempo. Entre dichas dimensiones estaban la motivación y el compromiso de cambio;
liderazgo: relaciones de apoyo; procesos de toma de decisiones, control y canal de comunicación,
flujo de información, influencia de interacción, tipo de jerarquía; aflojamiento en la organización
y actitudes de la gerencia.
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El estudio no encontró una correlación positiva entre el crecimiento de la productividad y
la capacidad tecnológica cuando esta última fue estrictamente definida, en otras palabras, como
comprendida dentro de un grupo de individuos antes que dentro del sistema de organización. En
contraste, se encontró una asociación explícita entre la capacidad tecnológica de las firmas
comprendida dentro de sistemas de organización y su crecimiento en la productividad. El estudio
de Tremblay contribuyó a superar las limitaciones de estudios previos que habían buscado
explicar las diferencias en el nivel de producción de firmas a nivel internacional dentro del
contexto de las de formación posterior basándose en una estrecha composición de la capacidad
tecnológica. (ej. Pack, 1987). Sin embargo, el estudio de Tremblay no reconstruyó la ruta de
acumulación de la capacidad tecnológica seguido por dichas firmas, ni tampoco exploró los
procesos de aprendizaje que venían dentro de los mismos.
Siguiendo con la tradición de describir la ruta del desarrollo de la capacidad tecnológica
iniciada con los estudios en Latinoamérica durante la década de los setenta, Lall (1987) describió
la ruta del desarrollo de la capacidad tecnológica en un grupo de industrias en la India (cemento,
acero, textiles). El estudio encontró una diversidad entre las rutas seguidas por dichas industrias.
Dichas rutas mostraron una compleja secuencia de movimientos de niveles bajos a altos en la
adquisición de la capacidad tecnológica. Además, el estudio descubrió la influencia de las
políticas gubernamentales en dicho proceso, que, en el caso de la India resultó negativo. Sin
embargo, debido a que el estudio se enfocaba a nivel industrial, se dijo muy poco acerca de la
formación de la capacidad tecnológica dentro de la las compañías. Más específicamente, las
diferencias inter-compañías en las rutas de la acumulación de la capacidad tecnológica no fue
examinada. En lo que se refiere a los mecanismos de aprendizaje, el estudio se enfocó
únicamente a la adquisición del conocimiento. La conversión del conocimiento no fue explorada.
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En Hobday (1995), se describen las rutas seguidas por un grupo de compañías
electrónicas en el este de Asia. Aún cuando las rutas se describieron en forma similar a la
utilizada por Katz (1987), este estudio se vio influenciado por la literatura de mercadotecnia de
las compañías de formación posterior (Wortzel y Wortzel, 1981). El estudio especificaba la forma
en que las compañías lograron la transición tecnológica y de mercado según se movieron a lo
largo de la ruta, evolucionando de actividades simples a complejas: de la fabricación de equipo
original OEM (Original Equipment Manufacture), a la fabricación de diseños propios ODM
(Own Design and Manufacture), a la fabricación de su propia marca OBM(Own-Brand
Manufacture). El estudio de Hobday proporcionaba grandes evidencias en las características de
las rutas de las compañías de reciente posterior para la acumulación de la capacidad tecnológica.
Mientras que el estudio apoyaba las conclusiones de Katz y Lall, argumentaba en contra de los
modelos convencionales e innovación basados en las compañías tecnológicas pioneras.
El estudio de Hobday ponía una gran atención a los mecanismos inter-compañías y
acuerdos organizacionales (Ej. subcontrataciones, asociaciones en participación, licencias,
entrenamiento en el extranjero) que permitían a las firmas adquirir conocimientos e involucrarse
en la adaptación de tecnología extranjera. Se dio mucha menor atención a las dimensiones de
gerencia y de organización inter-compañías de las rutas de acumulación de la capacidad
tecnológica. También como en Lall (1987), las diferencias en el rango de la acumulación de la
capacidad tecnológica entre las firmas y los mecanismos de conversión de los conocimientos no
fueron exploradas.
Enfocándose en la industria electrónica coreana, Hwang (1998) examinó la formación de
la capacidad tecnológica en las áreas de producción de semiconductores (DRAM) y
computadoras personales (PC) en tres chaebols. Mientras que las compañías de DRAM
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rápidamente se actualizaban y se desempeñaban bien en los mercados de exportación, las
compañías de PC presentaron un desempeño pobre en desarrollo y mercados de exportación. El
estudio indicaba que las capacidades de organización en un contexto industrial en particular,
pueden equipararse con la rigidez organizacional en un ambiente tecnológico y de mercado
diferente. El estudio exploró diferentes aspectos del desarrollo de la capacidad organizacional en
compañías de reciente creación. Sin embargo, no se exploraron los rangos de acumulación de
capacidad tecnológica y del mejoramiento del desempeño operacional. Además, el análisis
comparativo se limitó únicamente a áreas de productos individuales.
En apoyo a lo encontrado por Hobday sobre las rutas no lineales de acumulación de la
capacidad tecnológica de las compañías de reciente creación, Ariffin y Bell (1996) encontraron
diversas rutas de acumulación tecnológica asociadas con diferentes tipos de enlaces con
subsidiarias-madre en compañías electrónicas de Malasia. Utilizando un marco de referencia
desarrollado por Bell y Pavitt (1995), adaptado por Lall (1992), el estudio concedía una gran
atención a la evolución de la “rutina” dentro de la compañía y las actividades tecnológicas de
“innovación” (ej. organización de procesos y producción, concentración en el producto y equipo.
El estudio también observaba el rol de los mecanismos de aprendizaje construidos en cada
compañía para adquirir conocimientos para la acumulación de capacidad (entrenamiento en el
extranjero, diferentes tipos de “aprenda al hacerlo”). Aunque no en forma explícita, los
mecanismos de conversión del conocimiento (entrenamiento interno) también fueron explorados.
Además, el estudio elevó la importancia de la interacción acumulada entre los mecanismos de
aprendizaje para las rutas de acumulación de la capacidad tecnológica. Al hacerlo, este estudio
estimuló el interés en una investigación más profunda del asunto.
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En lo que se refiere a una perspectiva dentro de la compañía más profunda sobre la ruta de
la acumulación de la capacidad tecnológica, una contribución reveladora fue hecha por Kim
(2995-1997a.). Tomando estudios de casos individuales, se examinaron las rutas exitosas de
acumulación de la capacidad tecnológica y la importancia de dichas rutas de procesos por los que
el conocimiento individual se convierte en aprendizaje organizacional. Estos puntos fueron
explorados en Hyundai Motors (Kim, 1995) y Samsung Electronics (Kim, 1997 a.) Los estudios
también exploraron el rol positivo del liderazgo al crear un sentimiento de crisis, como una
contribución hacia esos procesos de aprendizaje.
Mientras que Hwang (1998) fundamentaba que las firmas pueden adaptarse en forma
diferente a sus ambientes de mercado y tecnológicos, Kim (1997b) parece dar por hecho que una
adaptación exitosa tendrá lugar si el ambiente externo trabaja en forma efectiva. Como decía Kim
(1997b) el aprendizaje tecnológico exitoso requiere un sistema de innovación nacional efectivo,
“para forzar a las firmas a acelerar dicho aprendizaje” (p. 219). Por lo que parece dársele mayor
importancia a las condiciones externas que al proceso interno de aprendizaje de la compañía,
como en Kim (1195, 1997a). Sin embargo, ¿qué pasaría si las compañías que operan dentro de la
misma industria respondieran en forma diferente a la misma política tecnológica gubernamental,
y siguieran diferentes rutas de acumulación de capacidad tecnológica asociadas con diferentes
procesos de aprendizaje y diferentes patrones de mejoras en el desempeño? Es cierto que las rutas
de acumulación de la capacidad tecnológica pueden ser influenciadas por condiciones externas,
pero aún así, parece inadecuado concluir que dichas rutas son totalmente, o quizá mejor aún muy
dependientes de las condiciones externas.
Mientras que Kim (1995, 1997a) se enfocó en los aspectos positivos de los procesos de
aprendizaje dentro de la compañía, Dutrénit (2000) se enfocó a las restricciones para crear una
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base de conocimientos coherente para desarrollar capacidades tecnológicas estratégicas a largo
plazo. El estudio, que se hace a una planta de vidrio Mexicana, encontró que los procesos
desiguales de aprendizaje de la compañía fueron influenciados por varios factores importantes
entre ellos: (1) los limitados esfuerzos para convertir los conocimientos de nivel individual a
organizacional; (2) las diferentes estrategias de aprendizaje seguidas por la compañía y su
limitada coordinación; (3) la integración limitada del conocimiento a lo largo de los límites de la
organización; y (4) la inestabilidad del proceso de creación de conocimientos. El estudio apunta
que el proceso de aprendizaje dentro de la firma tenía un lugar muy importante como influencia
para la ruta de la acumulación de la capacidad tecnológica. Esta conclusión difiere del argumento
de Kim (1997b).
El mérito del estudio de Dutrénit (2000) radica en el análisis profundo, detallado y a largo
plazo del proceso de aprendizaje dentro de la firma. Sin embargo, este estudio no examina cómo
la relación entre la acumulación de la capacidad tecnológica y los procesos de aprendizaje
difieren a través de las compañías. De hecho, el estudio ha subrayado la necesidad de una
investigación más profunda para observar los factores que influyen en los procesos de
aprendizaje de las empresas y para distinguir los problemas específicos de los generales. Un
análisis comparativo entre compañías podría contribuir a superar dicha limitación y a desenredar
el “debate” entre Dutrénit (2000) y Kim (1997b).
La revisión de algunos estudios empíricos en la LCL sugieren que:
En general, la mayoría de los estudios se han enfocado en la descripción de las rutas de
acumulación de la capacidad tecnológica, antes que en la relación entre las rutas y los procesos
internos de aprendizaje. De hecho, los estudios a profundidad y a largo plazo a nivel compañías
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que describan las rutas de la acumulación de la capacidad tecnológica se vuelven escasos en la
literatura reciente entre mediados de los setenta y principios de los noventa. No fue hasta
mediados de los noventa que empezaron a surgir nuevos estudios: Kim (1995, 1997a) y Dutrénit
(2000). Aun cuando dichos estudios examinaron las rutas de la compañía y los procesos de
aprendizaje internos, se basaron en el estudio de casos individuales. Como resultado, los estudios
profundos y comparativos sobre dichos puntos son escasos todavía.
Algunos estudios han descrito la ruta a largo plazo de la acumulación de capacidad
tecnológica (Dahlman y Fonseca, 1978; Katz et al., 1978; Maxwell, 1981; Lall, 1987; Hobday,
1995). Sin embargo, no han proporcionado una adecuada atención a (1) la dimensión de la
capacidad tecnológica organizacional y gerencial al interior de la compañía; (2) las diferencias
entre compañías en los rangos de acumulación de capacidad tecnológica; y (3) el funcionamiento
de los procesos internos de adquisición de conocimientos. En particular, los procesos de
conversión de conocimientos no han sido estudiados.
Otros estudios se han dirigido a la relación entre la capacidad de formación y el medio
ambiente externo (Hwang, 1998). Sin embargo, la adquisición de conocimientos ínter-compañías
y los procesos de conversión de conocimientos no fueron analizados. Se hicieron estudios en los
que algunas características corporativas (liderazgo) fueron exploradas (Girvan y Marcelle, 1990;
Tiralap, 1990), pero la ruta a largo plazo de la acumulación de la capacidad tecnológica no fue
reconstruida, y los procesos de aprendizaje no fueron explorados. En estudios en los que se hizo
un análisis comparativo de la dimensión organizacional de la capacidad tecnológica y sus
implicaciones en el desempeño (tremblay, 1994; Hwang, 1998), la influencia de los procesos de
aprendizaje en la acumulación de dicha capacidad no fue explorada.
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Resumen de estudios empíricos en la literatura de las Compañías de Formación Posterior Latecomer Company Literature (LCL)
Temas y Perspectivas
Estudios
Características
La Perspectiva Técnica
Hollander (1965); Katz et al. (1976); Maxwell (1981, 1982); Sercovich (1978); Dahlman y Fonseca (1978); Katz (1987).
• Descripción de rutas de acumulación • Estudios de caso individuales. • Ausencia de Comparación sistemática con otras firmas. • Enfocados a conocimientos aún cuando exploraban los Mecanismos de Aprendizaje
La Perspectiva de la Organización de la Producción
Humphrey (1982, 1995); Fleury (1985); Kaplinsky (1994); Bessant y Kaplinsky (1995); Hoffman (1989); Meyer-Stamer et al. (1991); Mody et el. (1992); Kaplinsky y Bessant (1995).
• Amplio estudio de las dimensiones organizacionales y Capacidades. • Tratamiento inadecuado a los términos y procesos subyacentes de Aprendizaje.
Perspectivas Amplias • Amplias
Dimensiones de Capacidades Tecnológicas.
Tiralap (1990); Piccinini (1993); Girvan y Marcelle (1990); Mukdapitak (1994); Scout-Kemmins (1988); Tremblay (1994).
• Mayor atención a las dimensiones de las capacidades de organización y gerencia. • No se reconstruyen las rutas de acumulación de Capacidad Tecnológica • Mecanismos de adquisición del conocimento-Conversión del conocimiento
• Capacidades Tecnológicas y procesos de aprendizaje : nivel industria
Lall (1987); Hobday (1995); Hwang (1998); Ariffin y Bell (1996); Ariffin (2000).
• Reconstrucción de las rutas de acumulación de Capacidad Tecnológica. • Gran atención a los mecanismos de aprendizaje. • Análisis sistématico, evaluando la capacidad de acumulación entre firmas.
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• Capacidades Tecnológicas y Procesos de Aprendizaje : nivel intra-firma
Kim (1995, 1997a); Dutrénit (2000); Figueiredo (2001).
• Estudios de caso de rutas de acumulación. • Comparación sistemática entre firmas.
LITERATURA DE LAS COMPAÑÍAS CON TECNOLOGÍA DE FRONTERA (Technológical Frontier Company Literature TFCL)
Las Rutas de Acumulación de Capacidad Tecnológica en las TFCL Para mediados de los ochenta, la atención en los estudios de la industria manufacturera había
girado hacia cambios en la organización de la producción. Estos fueron vistos como una gran
fuente de ventajas competitivas. A partir de la investigación del éxito competitivo de las
compañías japonesas, conceptos como “kaizen” (Imai, 1987) y “manufactura delgada” (Womack
et al., 1990) fueron elaborados junto con la renovación del “mejoramiento continuo”: CI
(Schroeder y Robinson, 1991; Bessant, 1992; Bessant et al., 1994). El acercamiento a CI ha sido
definido como los amplios esfuerzos de la compañía en actividades de incremento y acumulativas
(Bessant y Caffyn, 1997; Bessant, 1998). La aplicación d CI (y TQM) se ha extendido a los
procesos de desarrollo de nuevos productos (Caffyn, 1997), y las prácticas CI dentro de las
recientes mejoras en el desempeño en las líneas del acero rolado (imposición de “planear”,
“hacer”, “revisar”, “actuar”: PDCA; Grupos de Ampliación de Procesos: PEGs) han sido
subrayados por Collinson (1999).
Otra subdivisión de estudios subrayó la importancia de actividades como prácticas
administrativas intergrupales, cultura de la administración, integración funcional, para mejorar las
actividades de manufactura (Ettlie, 1988; Bessant, 1991). En forma paralela, el enfoque “de
adaptación mutua” (Leonard – Barton, 1988) se enfocó a los cambios en la tecnología y la
organización (ej. ventas) al buscar cambios comunes cuando los usuarios implementaban nuevas
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tecnologías. Sin embargo, este estudio no explicaba cómo habían sido creados los recursos que
producían esos cambios. Voss (1988) señaló que un proceso de tecnología (ej. MRP) podía tener
éxito en un intento y fallar en otro durante el proceso de implementación. Este punto resulta
crítico para las compañías de formación posterior. Sin embargo, no fue tratado en los estudios
bajo la perspectiva de “organización de la producción”.
A partir de los primeros años de la década de los noventa, una nueva subdivisión de
estudios se ha enfocado en cómo las ventajas de las firmas competitivas pueden ser reforzadas
renovando y manteniendo sus “capacidades” o “competencias”. Se han enfocado en dos aspectos:
técnico y organizacional. Los logros de miniaturización de Sony han sido descritos en términos
de su capacidad de organización o “competencia intrínseca” (Prahalad y Hamel, 1990). Stalk et
al. (1992) señaló que las grandes compañías deberían ser capaces de mover competencias o
capacidades de un negocio a otro para obtener logros técnicos, como Honda. Conversely, Patel y
Pavitt (1994) alegaban que la estrategia de las grandes compañías no está basada en la
competencia intrínseca, sino en mantener y renovar las ventajas competitivas que tienen para
construir una gran variedad de competencias tecnológicas.
Otros estudios han explorado puntos como la investigación y desarrollo (R&D) y la
colaboración tecnológica, la integración entre estrategia tecnológica, administración de recursos
humanos y cultura de la organización, combinada con la acumulación de conocimientos técnicos.
Este es el caso del estudio de Dodgson (1991) en una firma de biotecnología. Mientras que
Dodgson examinó estos puntos en una compañía pequeña, Galimberti (1993) examinó la forma
en que las grandes compañías farmacéuticas y químicas combinaban sus capacidades acumuladas
con la asimilación de la biotecnología radical. El mérito de estos dos estudios radica en cómo
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exploraron la forma en que las compañías hicieron frente a la tecnología a descontinuar que
utilizaban.
Las ventajas competitivas de la firma también fueron asociadas con la formación de
tecnologías a través de actividades R&D (Cohen y Levinthal, 1990; Mitchell y Hamilton, 1988;
Miyazaki, 1993; Coombs, 1996), y la capacidad organizacional para unir otras capacidades,
como financieras, de mercadotecnia y de producción (Miyazaki, 1993) Estas perspectivas
parecían estar relacionadas al planteamiento conceptual de que las capacidades R&D son las que
van al frente al definir las capacidades dinámicas de una firma (Nelson, 1991). Si embargo, aún
en las compañías tecnológicas pioneras, uno tendía que ser cuidadoso al asumir que las
actividades de innovación están limitadas a laboratorios R&D (Bessant, 1997; Bessant y Caffyn,
1997). En las compañías de formación posterior, en particular, una parte importante de sus
actividades de innovación se encuentra asociada con las mejoras incrementales. Éstas tienen lugar
en áreas diferentes a los departamentos tradicionales R&D, por ejemplo en operaciones,
ingeniería y diseño de procesos (Katz, 1985; Bell, 1997).
La “Integración” como una capacidad de la organización, ha sido asociada con el
desempeño superior del desarrollo de productos en un medio ambiente altamente competitivo. Lo
anterior puede ser operado en términos de pequeños equipos con amplias responsabilidades y la
integración funcional cruzada de equipos para la resolución de pequeños problemas dentro de
organizaciones más simplificadas y planas (Clark y Fujimoto, 1991). La integración funcional
cruzada también es utilizada como uno de los fundamentos del proceso de desarrollo del
desempeño (Pisano, 1997). La capacidad de integración también ha sido asociada con las ventajas
totales de la competitividad de la empresa, como lo dice Tsekouras (1998). Sin embargo, no
parece existir una la “mejor y única” forma en que las compañías deban organizar sus actividades
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de innovación. La clave radica en encontrar el balance entre un planteamiento “Orgánico y
mecánico” y “formal e informal” para la organización de sus actividades dentro de una tecnología
y condiciones de mercado en particular (Bessant, 1997; Tidd et al., 1997). La integración también
parece ser vista como una capacidad específica de la organización para unir nuevos
conocimientos con conocimientos acumulados anteriormente (Iansiti y Clark, 1994). La
“integración tecnológica” es vista como consistentemente unida tanto al proyecto como al
desempeño del producto.
En Leonard-Barton (1990, 1992a, 1995) se han encontrado varias mejoras a los procesos,
productos y equipo en compañías manufactureras estadounidenses, éstos han sido asociadas con
la profundidad y renovación de las capacidades intrínsecas de la compañía, basándose en cuatro
dimensiones: (1) sistemas técnicos, (2) conocimientos del empleado, (3) sistemas de gerencia, y
(4) valores y normas. Sin embargo, la mayoría de estos estudios no examinaron estas mejoras en
una base a largo plazo. Como resultado, se sabe muy poco acerca del rango en el que las
capacidades y las mejoras en el desempeño han evolucionado a través del tiempo, y, en
particular, como difieren de una compañía a otra.
La revisión de estudios empíricos sobre la capacidad tecnológica en la TFCL sugiere lo
siguiente.
El marco de referencia de la TFCL se refiere específicamente a la forma en que las
compañías pueden mantener, renovar, convertir en rutina e integrar las capacidades tecnológicas
que ya han acumulado. Por lo que, en primer lugar, no les preocupa la creación y formación de
dichas capacidades, lo que resulta un punto muy importante para las compañías de formación
posterior. En otras palabras, la TFCL no revisa cómo las compañías han llegado al nivel de
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capacidad de innovación que tienen el día de hoy. Lo anterior sugiere que la TFCL se queda corta
al explicar el “como”, “que tan rápido”, y “porqué” fueron creadas y acumuladas a través del
tiempo dichas capacidades.
En lo que se refiere a las actividades tecnológicas, la mayoría de los estudios empíricos de
las TFCL se han enfocado en el proceso, y en particular, en las actividades de innovación del
producto. En varios casos, dichas actividades se consideran como asociadas con actividades R&D
y de “avance”. Se pone poca atención a (1) la forma en que son emprendidas las actividades de
innovación partiendo de procesos y productos disponibles en el mundo, dentro de las compañías;
(2) los diferentes tipos de actividades de mejoramiento continuo a nivel plantas (ej. “ingeniería de
reversa”); y (3) las actividades de innovación de ingeniería de proyectos y de incremento de
equipos. Estas tres actividades resultan críticas para las compañías que se establecieron
posteriormente, lo que sugiere que el marco de referencia de la TFCL comprende una estrecha
cobertura de las actividades tecnológicas de las compañías.
La mayoría de los estudios empíricos en la TFCL dicen que las “competencias” y las
“capacidades tecnológicas” son recursos clave para las ventajas competitivas de cualquier
compañía en un medio ambiente cambiante. Sin embargo, la mayoría de dichos estudios no
describe la acumulación de las mencionadas capacidades, o explora las implicaciones prácticas de
dicha acumulación para el desempeño operacional de las compañías en el largo plazo.
A pesar de todo, la TFCL explora con un nivel de detalle adecuado la dimensión de
organización y administrativa de la capacidad tecnológica, y la importancia de dichas
dimensiones al emprender un proceso de innovación y de mejoras e innovaciones al producto
para obtener y mantener una ventaja competitiva.
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Al respecto, la TFCL proporciona un enfoque de la descripción de las rutas de acumulación de
la capacidad tecnológica en las firmas de formación posterior: (1) una vez que han acumulado
niveles de innovación de capacidades tecnológicas, deben mantenerlos, renovarlos y establecerlos
como rutina; (2)empiezan a operar dentro de un mercado de competencia abierta; y (3) las
compañías son manejadas, desde su inicio, de forma tal que son empujadas para alcanzar un
desempeño competitivo, poniendo atención a las dimensiones de organización y administración
de la capacidad tecnológica.
Procesos de aprendizaje dentro de las rutas de acumulación de capacidad tecnológica.
La TFCL es extensa al especificar varios procesos y prácticas de aprendizaje dentro de la
formación de las capacidades de la compañía. En particular, la TFCL establece procesos tanto
para la adquisición como para la conversión dentro del nivel de la organización.
En lo que se refiere a procesos externos de adquisición de conocimientos, Cohen y Levinthal
(1990) señalan que incorporar tecnología externa hacia la compañía resulta esencial para las
capacidades de innovación. Lo anterior puede obtenerse por los individuos a través de diferentes
“mecanismos internos”. Otros estudios han señalado la relevancia de prácticas para importar y
absorber conocimientos de tecnología fuera de la compañía para formación de capacidades: a
través de vendedores, laboratorios nacionales, clientes, consultores (ej. Leonard-Barton, 1990,
1995; Garvin, 1993). El conocimiento también puede ser adquirido de proveedores, competidores
o a través de una alianza tecnológica con una compañía que posea los conocimientos (Huber,
1996a, 1996b). La “integración de conocimientos externos” ha sido vista como una de las
prácticas dentro de la formación de capacidades en el exitoso proyecto de forma casi-de-red en
Chaparral Steel (leonard-Barton, 1992b).
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Otros procesos involucran el jalar experiencia del exterior, invitando expertos a dar
conferencias al personal, contratando expertos, recontratando antiguos empleados, educando
“guardianes de tecnología” e individuos que puedan investigar, interpretar y diseminar
conocimientos externos a lo largo de la compañía, o peleando contra las prácticas de “no-
inventado-aquí” (Garvin, 1993; Huber, 1996a, 1996b; Leonard-Barton, 1992b, 1995; Leonard y
Sensiper, 1998). Se pueden contratar expertos para la “resolución de problemas” y también para
“detectar problemas” o “formulación” (Leonard y Sensiper, 1998). Los usuarios podrían ser
críticos proveedores de conocimientos para la compañía a través de la retroalimentación y/o su
involucramiento en el desarrollo de productos o guías en el desarrollo de nuevos productos
(Leonard-Barton, 1995, Iansiti y Clark, 1994).
En lo que se refiere a los procesos de adquisición de conocimientos internos, la TFCL
tiende a dar una gran atención a R&D como mecanismo para la formación de conocimientos
dentro de las compañías, y también contribuye a sus incrementadas ventajas competitivas. En los
noventa, algunos estudios dieron una gran atención a la forma en que las prácticas dentro de las
unidades R&D pueden contribuir para la formación de capacidades o competencias (Miyazaki,
1993; Coombs, 1996; Iansiti y West, 1997).
Las prácticas involucran la reorganización de los procesos internos dentro de las unidades
R&D, para hacerlas más efectivas (Coombs, 1996). También involucran la integración de equipos
de investigación (Iansiti y West, 1997). Sin embargo, dichos estudios parecen considerar a las
unidades R&D como mecanismos de aprendizaje dados y examinan cómo pueden utilizarlos en
mejor forma las compañías. No les preocupa cómo ha trabajado el mecanismo a través del
tiempo. De cualquier forma, éstos estudios proporcionan una útil descripción de los procesos de
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adquisición y conversión de los procesos en las unidades R&D en las compañías de formación
posterior.
Unos cuantos estudios se han preocupado de las diferentes prácticas para la adquisición de
tecnología a través de las operaciones día a día de manufactura, y/o los experimentos a nivel
planta (ej. Leonard-Barton, 1990,1992b, 1995; Garvin, 1993). Prácticas (a través de “equipos de
implementación”) que permitan a los individuos adquirir conocimientos en el trabajo de día a día,
sobre “cómo” y “porque” una tecnología es diseñada y opera de cierta forma, pueden ser
efectivamente creadas (Leonard-Barton, 1991). También se puede estimular a los individuos a
comprometerse en la resolución de problemas en la operación diaria (Leonard-Barton, 1992b).
Los casos exitosos de experimentación sobre la base de programas de mejora sobre la marcha (ej.
diversificación de materiales nuevos) se encuentran asociados con el flujo continuo de
conocimientos externos a la compañía (Garvin, 1993). Lo anterior sugiere que la interacción entre
los mecanismos de aprendizaje sí importa. Las compañías pueden crear un clima y mecanismos
que estimulen la experimentación. La creación de dicho clima deberá involucrar la tolerancia
para las fallas individuales y el tomar ventaja de o subrayar el conocimiento adquirido de tales
fracasos (Leonard-Barton, 1995). Sin embargo, dichos estudios no exploran (1) cómo han
funcionado éstas prácticas a través del tiempo; y (2) cómo pueden diferir las compañías en la
forma en que las establecen y utilizan.
La TFCL también especifica los procesos por los que el aprendizaje individual es
convertido en aprendizaje de la organización. Para Garvin (1993) una variedad de mecanismos
podrían llevar a la distribución del conocimiento a lo largo de la organización (ej. reportes
visuales, orales o escritos, rotación de personal, educación y entrenamiento, practicas de
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estandarización). Otras prácticas, como las experiencias compartidas, el entrenamiento-en-el
trabajo, “campamentos de tormenta de ideas”, y convenciones podrían llevar a la socialización
del conocimiento (Nonaka y Takeuchi, 1995). La “integración interna del conocimiento” conlleva
un conjunto de prácticas que facilitan la distribución del conocimiento a través de la compañía y
el profundizar en las capacidades tecnológicas (leonard-Barton, 1993). En otros estudios, un
tratamiento más específico fue concedido a la integración del conocimiento, como las actividades
para la resolución de problemas (Iansiti y Clark, 1994) o la integración de grupos de individuos
para el desarrollo de productos (Clark y Fujimoto, 1991). La estandarización de las prácticas de
producción y la sistematización de la documentación fueron especificadas como prácticas clave
para la codificación de los conocimientos en compañías japonesas (Nonaka y Takeuchi, 1995).
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Resumen de estudios empíricos en la literatura de las compañías con Tecnología de Frontera Technological Frontier Company Literatura (TFCL)
Temas y Perspectivas
Estudios
Características
Capacidades Tecnológicas
Mejoramiento en la Manufactura.
Imai (1980); Womack et al. (1990); Schroeder y Robinson (1991); Bessant (1992); Bessant (1991, 1992); Bessant et al. (1994); Bessant y Caffyn (1997); Bessant (1998); Collinson (1999).
• Exploración detallada de las dimensiones organizacionales.
• Interés explícito en los procesos de aprendizaje.
Dimensiones de la Capacidad Tecnológica.
Voss (1988); Ettlie (1988); Leonard-Barton (1988); Bessant (1991).
• Enfoque en las prácticas administrativas, cambios en la tecnología y la organización. • No explica cómo fueron creados los recursos.
Capacidades y Competencias para la ventaja competitiva.
Prahalad y Hamel (1990); Stalk et al. (1992); Patel y Pavitt (1994); Dodgson (1991); Galimberti (1993); Cohen y Levinthal (1990); Mitchell y Hamilton (1988); Miyazaki (1993); Coombs (1996); Bessant (1997); Tidd et al. (1997) ; Clark y Fujimoto (1991) ; Pisano (1997) ; Iansiti (1998).
• Exploran con nivel de detalle las dimensiones organizacionales de la capacidad tecnológica.
• No exploran las implicaiones prácticas de la acumulación de CT.
Leonard-Barton (1990), 1992a, b, 1995) ; Garvin
• Exploran con detalle las dimensiones organizacionales
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Procesos de Aprendizaje dentro de las rutas de Acumulación de CT.
(1993) ; Huber (1996a,b) ; Iansiti y Clark (1994); Cooms (1996); Leonard y Sensiper (1998); Iansiti y West (1997); Nonaka y Takeuchi (1995); Iansiti (1998).
y su importancia en el proceso de ACT.
• No revisan cómo las compañías han llegado al nivel actual.
La revisión sugiere que los estudios empíricos en la TFCL proporciona un tratamiento más
amplio en los procesos de aprendizaje, particularmente la conversión del aprendizaje individual al
de la organización, que la LCL. Sin embargo, aún cuando es rica en especificaciones sobre los
diferentes procesos de aprendizaje, la TFCL es mucho menos clara acerca de la forma en que
dichos procesos operan a través del tiempo. Notables excepciones resultan Leonard-Barton
(1990-192b, 1995) e Iansiti (1998). Sin embargo, dichos estudios no han buscado el
funcionamiento de los procesos de aprendizaje en el largo plazo. También, la TFCL resulta
escasa en cuanto a estudios de las diferencias entre compañías en la formación de los procesos de
aprendizaje y la utilización de los mismos, y sus implicaciones debidas a las diferencias de las
rutas de acumulación de capacidad tecnológica entre compañías. Aún así, la TFCL sugiere que la
forma en que estos procesos operan tiene implicaciones de gran importancia para la formación de
capacidades.
Tanto la LCL como la TFCL, han proporcionado importantes contribuciones empíricas en
lo que se refiere a las rutas de acumulación de capacidad tecnológica y los procesos de
aprendizaje. Sin embargo, no han estudiado cómo los procesos de aprendizaje tienen influencia
sobre las rutas de la acumulación de la capacidad tecnológica, y a su vez el rango de mejora del
desempeño operacional. El presente estudio busca ubicarse entre éstos dos campos de la literatura
para referirse a la relación entre éstos tres puntos.
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PRINCIPALES CONTRIBUCIONES DE LA LITERATURA SOBRE APRENDIZAJE Y
ACUMULACIÓN DE CAPACIDADES TECNOLÓGICAS.
1)- La literatura sobre el aprendizaje y acumulación de capacidades tecnológicas demuestra
que la transferencia de la tecnología requiere aprendizaje y desarrollo de ciertas capacidades
locales. Asimismo, revela que muchas firmas de países en vías de desarrollo, ciertamente,
desarrollaron dichas capacidades a partir de transferencia de tecnología durante el periodo de
economía cerrada.
2)- Esta literatura ha generado una importante evidencia de que el aprendizaje no es
automático ni barato, y que para ser efectivo requiere esfuerzos deliberados. Varios autores
reconocen que existen diferencias en el esfuerzo tecnológico de las firmas y que la profundidad
de las capacidades tecnológicas alcanzadas en promedio puede variar según el tipo de industria,
el tamaño de la firma, el nivel de desarrollo del mercado, y de las estrategias comerciales
adoptadas.
3)- Se ha hecho una importante distinción entre las capacidades tecnológicas y la capacidad de
producción. Las capacidades tecnológicas se refieren a los conocimientos y habilidades
incorporadas en las personas y en las organizaciones. Ellas son una capacidad dinámica que
permite a las firmas que las poseen absorber, adaptar y mejorar el conocimiento existente. Ellas
no son un conjunto dado de equipamiento y de capacidades de producción simplemente.
4)- Esta literatura ha centrado su atención en demostrar que en países en vías de desarrollo se
ha dado un proceso secuencial y evolutivo de acumulación de capacidades tecnológicas a lo largo
del tempo. Se enfoca al análisis de cómo las capacidades tecnológicas son acumuladas, y a la
identificación de los mecanismos y estrategias comunes de impulso al desarrollo tecnológico. En
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este sentido, los esfuerzos de estos autores se han concentrado en la identificación y análisis de
patrones generales de comportamiento de diferentes tipos de firmas.
5)- En general, esta literatura presenta una visión optimista acerca de las capacidades de
aprendizaje de las firmas en países en vías de desarrollo. El objetivo de muchos trabajos ha sido
documentar la existencia de procesos de aprendizaje al interior de las firmas, y mostrar que
mediante estos, las firmas adquirieron capacidades tecnológicas.
6)- La literatura muestra también, que las empresas aplican una gran variedad de mecanismos
de aprendizaje y que éstos experimentan cambios con el tiempo (por ejemplo, predominancia de
aprendizaje de fuentes externas en las etapas tempranas de las empresas, y de fuentes internas
conforme van construyendo y acumulando más capacidades tecnológicas). El aprendizaje se
genera mediante una gran variedad de fuentes formales e informales, tales como la investigación
y desarrollo, actividades de innovación asociadas con la adaptación y modificación incremental
de tecnologías existentes, experiencias de producción, actividades de ingeniería asociadas a
proyectos de expansión de capacidades instaladas, proveedores de equipamiento, etcétera.
7)- Esta literatura reconoce ampliamente el papel del contexto y de los estímulos externos
sobre el aprendizaje y de construcción de capacidades tecnológicas.
La manera de operativizar esta investigación es desarrollando trabajo de campo, consistente en
la observación de los procesos, entrevistas profundas y repetidas, con el personal de todos los
niveles jerárquicos y que conocen en detalle los datos que se están recolectando, análisis de
reportes y documentos que contienen la información y datos históricos de los objetivos
planteados y los resultados obtenidos en las distintas etapas secuenciales de los cambios
tecnológicos que se han implementado.
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Esta parte del trabajo se está realizando a la fecha, por lo que para el mes de mayo de 2004,
habrá mucha más información y detalle al respecto.
La matriz de capacidades tecnológicas subraya las diferencias que existen entre las
capacidades tecnológicas de producción básica y las capacidades tecnológicas innovativas.
Asimismo, distingue lo que puede ser descrito como “profundidad” de las capacidades
tecnológicas. Un nivel básico de capacidades podría permitir sólo una contribución al cambio
relativamente menor e incremental; pero en los niveles intermedios y avanzados, las capacidades
tecnológicas podrían tener una contribución al cambio más sustancial, novedosa y ambiciosa. La
matriz distingue entre seis funciones tecnológicas diferentes, en las cuales las empresas podrían
desarrollar capacidades tecnológicas. Estas funciones son: Toma de decisiones y control,
preparación y ejecución de grandes proyectos de inversión, centradas en los procesos y
organización de la producción, centradas en el producto, funciones de vinculación externa y
producción de bienes de capital (Bell y Pavitt, 1995: 83).
Las dos primeras funciones técnicas se definen como funciones de inversión y las dos
siguientes como funciones de producción. A su vez, las funciones de inversión y de producción
se describen como funciones primarias. Las funciones primarias generan cambio técnico y
administran su implementación durante proyectos de inversión relativamente largos para crear
nuevos sistemas de producción, tales como: Plantas nuevas, ampliación de la capacidad de las
plantas existentes, distinción de líneas de productos nuevos o líneas de productos nuevos.
Las últimas dos funciones tecnológicas son consideradas como funciones de soporte. Estas
funciones consisten en el desarrollo de vínculos centrados en el cambio e interacciones con otras
empresas e instituciones y la producción de bienes de capital que involucran elementos de
tecnología nueva creada localmente. En el largo plazo, las capacidades que se originan de estas
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funciones técnicas ayudan a fortalecer la secuencia de acumulación de las capacidades
tecnológicas y crean la base para la diversificación de nuevos productos e industrias.
El resultado que se espera obtener con el trabajo de campo, es llegar a establecer la matriz de
capacidades tecnológicas para esta cadena productiva, con la fundamentación y evidencia
correspondiente.
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