Brillo de Sol en Calle Díaz Vélez

Buen da brillo de sol

brillo de sol de la tarde

hoy jueves pas por el barrio donde viv hasta los 8 aos que nos mudamos al barrio donde vivo actualmente; y donde segu yendo hasta los 12 aos

era el barrio tiro federal, calle daz velez 1144 (mil once cuarenta cuatro once cuarenta y cuatro, as creo que pronunciaba esa numeracin)

en esa casa viv con mi abuela

mi abuela, la infancia, el brillo de sol de la tarde

pas por esas cuadras, hoy, en la camioneta de mi pap

muchas casas nuevas, con otra pintura, otros negocios

la lela cambi la despensa por una peluquera... quin sabe si esa peluquera ser de su hija, de su nuera, o si ser de otra persona... la despensa de la lela en ese entonces venda el kilo de pan a dos pesos, creo que sala ms caro que en otros lugares... no recuerdo bien por qu mi abuela me mandaba a hacer los mandados ah... en esa despensa rob un mazo de cartas yu-gi-oh... qu adrenalina en el corazn, el ritmo, la duda...

en esa calle viv muchas cosas

ahora que paso y veo tantas cosas cambiadas... siento mucha desesperanza

el frente de la casa de mi abuela, la vereda amplia, una extensin cubierta de pasto, un fresno seguir estando? No lo not... en los primeros aos de mi vida haba una planta de flores entre rosadas y violceas... lo terminaron sacando... la vereda de baldosas naranjas... o rojas? Dos ventanas largas y una puerta de madera, con su ventana en el medio y el pasador

hoy la v pintada, el frente, de blanco. Pulcro. Deshabitada.... la compr un seor... un abuelito... y la termin vendiendo a los vecinos de al lado... donde siguen viviendo Doa Leiva con su hija Mimi y el marido de esta, Cacho

esa casa debera ser ma... lo sigue siendo, esa casa que fue mi hogar, mi lugar... el nico lugar donde viv placenteramente. Feliz.

Sigue siendo ma, la sigo recordando... sigo recordando todas las casas de esas cuadras de calle daz veles, aunque el paso del tiempo y las personas las vayan cambiando

la casa de mi abuela. En frente la casa de mi ta abuela Esther, a la derecha la de doa Rosa, la curandera, y a la izquierda la de doa teresa... esos terrenos amplsimos, esos fondos interminables llenos de caracoles gigantes...

el fondo de la casa era chiquito, todo con cemento, atrs un terreno baldo, all aprend a pedalear sin ruedas, el espacio me permita dos pedaleadas, nada de envin, nada de acelerar, dos pedaleadas y una choquecito, un raspn

la casa de mi abuela la sigo viendo, la sigo viviendo, sintiendo, ac dentro

hoy jueves pas por all con una desolacin grande.... tantos recuerdos

me duele mucho ver cambiar las cosas y no ser parte de ellas, no crecer con ellas, no haber crecido mi adolescencia, mi juventud all

tambin pas por la plaza. No s cmo se llama. Daz Vlez esquina Almirante Brown... sigue siendo un bosque de juegos, tiene tres o cuatro palos borrachos nuevos... el arenero fue desplazado por pasto salvajes... diminutas matas... los juegos siguen estando... se hicieron chiquitos... el pasamanos celeste y blanco ya no es un gigante, dos gigantes sosteniendo una escalera... ah tambin aprend a hacer fuerza con los brazos para atravesarlo... los sube y baja tambin siguen estando y el tobogn... los colores siguen siendo los mismo... eso se han preocupados de mantenerlos para que quizs yo no sienta mi memoria, mis recuerdos tan alejados del lugar de mi infancia

ese barrio es la ciudad de mi infancia, mi pas, mi planeta

cuando esta tarde atraves el frente de la casa de mi abuela, iba recitandome un poema largo, iba creandolo junto con las imgenes que se desplazaban afuera de la camioneta y adentro de mis ojos. Y as mezclando las luces me cantaba un poema... que ahora no puedo reproducir ms que en estas prosas

no quiero olvidar mi infancia, no quiero olvidar ese lugar de mi infancia

all fui un nio

dentro de unas semanas, el 16 de febrero si no me equivoco, se va a cumplir otro ao de la muerte de mi abuela. Fue en el 2006. tena 12 aos. Ah termin esa etapa. Ah me convert en otra cosa. En ese da dej esa etapa, esos momentos y esos lugares se convirtieron residentes de la memoria... mi vida sigui... ya casi que no me acuerdo. Despes de la muerte de mi abuela no recuerdo nada. La vida no sigui para m nada. Creo. Hasta ahora. Me tom varios aos cerrar el duelo y darme cuenta de estas ultimas cosas. Una noche en la quinta de una amiga, julieta, mirando las estrellas en un esplendor divino, mximo, muy pocas veces, nunca mejor dicho, visto as en una ciudad como paran... viendo esas estrellas tan distintas, una fugaz que tambin paso. Me di cuenta que mi abuela ya no estaba ms. Me di cuenta que me haba portado mal con ella el ltimo tiempo que estaba enferma. Leucemia. por qu? No s. Miedo. No saba bien lo que haca. O era una premonicion de la etapa siguiente. Fea. Pero ya no importa. Porque llor y llor con toda la fuerza del mar que todava no conozco. Y perdne. Me perdon a m y le perd perdn a mi abuela. Nos reencontramos y sanamos juntos. No s dnde estar ella ahora. Al lado mo. Cerquita. En el corazn. En mi cabeza. Ya no importa. La siento.

Ahora puedo recordar.

Haber volvido a pasar por calle diaz velez termino siendo la escusa para volver a escribir parte de esa vida, de estos recuerdos.

Maana seguir

no quiero olvidarme de nada