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Nueva versión del cuento de caperucita roja
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Caperucita Roja Y
el Lobo no feroz
Érase una vez una niña muy linda que vivía en un extremo del Bosque Mágico con su madre. Cuando salía a la calle llevaba una linda caperuza roja que le regaló su abuela con mucho cariño. Es por eso que a esta linda niña le llamaban Caperucita Roja.Un buen día la madre de Caperucita le dijo a su hija:
-Caperucita, vete a casa de la abuelita que tiene un poco de catarro y llévale esta flor cuidada con mucho amor para que la huela y se le abran las vías respiratorias con el amor que le va a entrar en el cuerpo. Llévale también este poquito de clorito de sodio por si siente que le va a ayudar.
- Muy bien ama, estoy deseosa de visitar a la abuela y transmitirle mi cariño.
-Ya sabes que la abuela vive en el otro extremo del bosque. Recuerda que el bosque te protege y que puedes contactar con los lindos animalitos, para compartir experiencias y sentirte acompañada.
- Muchas gracias, ama. Tu información para mí es muy valiosa. Lo tendré en cuenta.
Entonces, Caperucita se despidió de la madre y fue cantando por el bosque:
Txano gorritxo dut izena,Amonaren etxera noaAmonari maitasuna eskaintzera.
Caperucita empezó a a disfrutar de los vegetales y los animales del bosque y se sentía muy segura. De repente un lobo que por allí paseaba la observó desde detrás de un árbol.
- Uhmmm. Qué niña tan linda y qué alegre va. Me transmite tal alegría que deseo compartir un rato agradable con ella. ¿qué puedo hacer? Ah! Ya sé. Voy a gastarle una broma cariñosa.
Entonces el lobo se acercó a la niña y le dijo:
-Hola preciosa, ¿Quién eres y a dónde vas tú sola por este bosque?-Mi nombre es Caperucita y voy al otro extremo del bosque a llevarle unas cositas a mi abuela para que se cure.
-Me encantaría jugar contigo un poco.- dijo el lobo no feroz- Si quieres podemos hacer una carrera para llegar a casa de la abuela. Tú vete por este camino que es más corto y yo iré por el largo.
-Está bien, nos vemos en casa de la abuela.
Lo que no sabía Caperucita era lo que el lobo tramaba….. Estaba engañando a la niña para que fuera por el camino largo y así llegar él antes y poder gastarle una broma.
El lobo fue corriendo y llegó antes a la casa.
-Toc Toc Toc.
- ¿Quién es?- Dijo la abuelita.
- Soy el lobo no feroz.
-¿El lobo no feroz?
-Sí. Es que me cansé de que me abrieran la tripa y me metieran piedras dentro y me hice vegetariano. ¿Puedo pasar y hablar contigo?
- Vale.- Dijo la abuelita.- Siento que me hablas de corazón. Adelante, la puerta está abierta.
El lobo pasó dentro y le comentó a la abuela su gamberro plan. La abuela se escondió dentro del armario y el lobo cerró la ventana para que entrara menos luz, se puso un camisón y se metió en la cama.
Al rato llegó Caperucita.
-Hola abuelita.
-Pasa, pasa.- Dijo el lobo con voz de anciana.- Entra, que la puerta está abierta. Ven a visitarme.
Caperucita entró y notó algo raro. Empezó a hablar con la “abuela”.
-Abuelita, abuelita, qué ojos más grandes tienes.
-Son para verte mejor.
- Abuelita, abuelita, qué nariz más grande tienes.
- Es para respirar prana mejor.
- Abuelita, abuelita, qué manos más grandes tienes.
- Son para acariciarte mejor.
-Abuelita, abuelita, qué piel más peluda tienes.
- Es para darte más calor en los abrazosss!!!!!!
Y el lobo se echó encima de la niña pero esta vez no para comerla, sino para abrazarla.Tanto el lobo y Caperucita entraron en una conexión divina de amor y disfrutaron del abrazo y de la graciosa broma del lobo.
Un minuto después salió la abuela del armario, que entre el amor que se había creado en un momento en la habitación y la fuerza de la flor que había cuidado su hija, se curó y le subieron las defensas del cuerpo. Se unió la abuela a ese lindo abrazo y los tres se pusieron a cantar.
Poco después un cazador cabizbajo oyó los cantos y se asomó a la ventana. Observó que una anciana, un lobo y una niña estaban en armonía disfrutando de la mañana.Entonces el cazador pensó.
Ahora comprendo por qué había perdido mi escopeta. Ya no me hace falta. Los lobos y el resto de animales están entrando en conexión con el resto de seres, y de ahora en adelante no voy a tener que abrir animales para rescatar cabritillos o gente. Ha llegado el momento de cambiar de oficio.
En ese momento el cazador decidió formarse en agricultura, y como agradecimiento a los tres seres que le abrieron los ojos, decidió regalarles los cultivos para que tuvieran alimento.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Y una nueva versión de Caperucita hemos inventado.
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