View
1
Download
0
Category
Preview:
Citation preview
17
CAPÍTULO I
ELEMENTOS DEL SISTEMA DE PARTIDOS VENEZOLANO
En este capítulo se desarrollará el primer objetivo de la investigación,
que consiste en la descripción de los elementos que conforman el sistema de
partidos venezolano, es decir los partidos políticos, los principales
protagonistas de este sistema.
Para este estudio se consideraron a autores como Matas (2005),
Gunther y Diamond (2003), Bartolini (1994), Bobbio, Matteucci y Pasquino
(1991), Sartori (1980), Katz y Mair (1995), Duverger (2002) y a Molina y
Álvarez (2006), de los que se tomó el criterio que utilizaron para realizar la
selección de los partidos políticos a analizar, de tal modo que se eligieron los
cinco (5) principales partidos venezolanos, tomando en cuenta el número de
escaños que ocupan en la Asamblea Nacional electa en Diciembre del año
2015. Así pues, los partidos estudiados son el Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV), Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT), Voluntad
Popular (VP) y Acción Democrática (AD).
Para la descripción de estos partidos se tomaron en cuenta categorías
como tipo de partido, su cuerpo ideológico y programático y su organización
interna. Este ejercicio permitirá un análisis detallado y profundo de estas
organizaciones y establecer un punto de partida para su comparación.
1. Estado del arte
Para el desarrollo de este objetivo se consideraron cinco trabajos de
investigación. El primero de ellos es un artículo de Albala, A y Vieira, S
18
(2016), intitulado “¿Crisis de los partidos en América latina? El papel de los
partidos políticos latinoamericanos en el escenario reciente”, publicado en la
Revista de Ciencia Política de la Universidad de Chile. El objetivo de este
artículo es generar una contextualización del debate sobre el desempeño y el
papel de los partidos y sistemas de partidos latinoamericanos, a través de la
revisión de la literatura reciente que trata de la transformación de las
representaciones políticas.
Estos autores llegan a las siguientes conclusiones; no existe una crisis
de los partidos políticos y sistemas de partidos en los términos planteados
actualmente. Los partidos políticos son instituciones dinámicas que se
adaptan al contexto político y a los estímulos internos (coaliciones y
liderazgos) o externos (competencia electoral, demandas sociales). El
modelo de partido de masa de Duverger ha sido superado. Los partidos
contemporáneos no presentan las características de este modelo de
organización, ni en Latinoamérica ni en Europa. Con la llegada al poder, los
partidos se transformaron en estructuras integradas al gobierno. Este cambio
marca una transformación importante en el papel de los actores políticos, ya
que los partidos se alejaron de la ciudadanía al acercarse al poder.
Por su parte, la actuación de la ciudadanía a partir de los movimientos
sociales y reivindicativos no ha generado realineamientos importantes en los
sistemas partidistas de la región, lo que se observa es que algunas de las
pautas levantadas por estos movimientos son apropiadas por algunos de los
partidos políticos.
Por último, se observó que las organizaciones sociales,
institucionalizadas o no, funcionan como el vínculo entre el poder político y la
ciudadanía, mientras que los partidos actúan, cada vez más, en la instancia
del gobierno, lo que no quiere decir que los partidos hayan perdido su
importancia como promotores del diálogo y de políticas.
Este artículo contribuye desde lo teórico y con sus conclusiones, que
fueron revisadas con atención.
19
En segundo lugar, se revisó la investigación de Leonhardt Álvarez, C
(2015), titulado “Partidos y sistemas de partidos en México ¿cártel en una
nueva democracia?”, tesis presentada para optar al grado de doctor en
Gobierno y Administración Pública, otorgado por la Universidad Complutense
de Madrid. Dicho trabajo tuvo como objetivo medir la presencia del modelo
de partido cartel en el sistema de partidos mexicano. Para tal fin, se
seleccionó como caso de estudio el nivel nacional y cuatro subniveles
regionales: Distrito Federal, Baja California, Puebla y San Luis Potosí.
El autor se planteó como hipótesis la idea de que, a pesar de que los
autores proponen que el modelo de partido de cartel solo se presenta en las
democracias consolidadas, dicho modelo puede gestarse en democracias no
tan consolidadas, como la mexicana. Para realizar el análisis se partió de la
operacionalización del concepto de partido cartel en tres dimensiones: el rol
político de los partidos; la organización interna de los partidos y; las
condiciones de la competencia interpartidaria.
Se realizó un análisis documental de los estatutos de los partidos
políticos estudiados, una adaptación de la metodología propuesta por Ian
Budge (1987), para analizar diferencias entre partidos de Estados Unidos y
Reino Unido, entre otros, con el fin de analizar el rol político de los partidos.
En relación a la segunda dimensión, lo referido a la organización interna de
los partidos, se estudió la normativa que regula el funcionamiento de los
partidos y el número de militantes de cada uno de ellos.
Se analizó las condiciones de competencia a nivel federal y regional,
así como su evolución, a partir principalmente delos cambios que se han
dado en las diferentes leyes electorales El mayor aporte de esta
investigación radica en introducir el concepto de partido cartel, para su
consideración en la descripción de los partidos venezolanos y en la
metodología utilizada para analizar las diferencias ideológicas y
programáticas entre los partidos.
20
Otro trabajo es de Contreras (2015), denominado “La Democracia
Interna en los Partidos Políticos: El caso del PRI de México entre 1965-
1984”, Tesis Doctoral presentada para optar al grado de Doctor del Programa
“América Latina Contemporánea” de la Universidad Complutense de Madrid.
Esta investigación se propuso como objetivos centrales el estudio de
los métodos de selección de candidatos en el interior de los partidos políticos
y, por otro lado darle respuesta a la pregunta de ¿Cómo afecta la adopción
de métodos de democracia interna a un partido político hegemónico?
Metodológicamente se realizó a partir de un estudio de caso (el PRI de
México), un análisis comparativo diacrónico donde se estudió dos periodos
diferentes en el tiempo (1965-1984), en los cuales el PRI intentó modificar
sus procesos de selección interna de candidatos a presidentes municipales
mediante un sistema de elecciones primarias abiertas a su base militante.
Como conclusiones se pueden señalar que los procesos de selección
más democráticos e incluyentes pueden aunque sea solo a nivel municipal,
generar cambios de actitud y comportamiento político, dependiendo de la
capacidad de los dirigentes del partido el que se convierta en un problema
mayor o que sirva para obtener una percepción de más inclusión y tolerancia
interna. Así pues, se constató que métodos más democráticos de selección
de candidatos en partidos hegemónicos como el PRI, pueden generar
aunque sea de manera involuntaria, niveles de participación más elevados
que les permitan mostrarse más competitivos.
También se observó cómo mientras mayor era el nivel de cohesión de
las elites del partido a nivel nacional, menos disposición hubo a aventurarse
en procesos más democráticos de selección interna como fue en el caso de
la reforma planteada por Carlos A. Madrazo en 1965 y cuando las elites se
mostraron divididas por ejemplo en 1984: el proceso aunque no fue más
exitoso que el anterior, por lo menos logró mantenerse por más tiempo e
incluso después extenderse a otros niveles.
21
La democratización interna en los métodos de selección de los partidos
políticos en sistemas de partidos hegemónicos o unipartidistas puede
accidentalmente, motivar una mayor participación ciudadana producto del
engaño y la indignación que produzca la manipulación del proceso
Finalmente, la democratización de los partidos políticos, aunque sea muy
criticada, es una realidad de nuestros tiempos. Si bien es cierto que no todos
los partidos políticos están buscando procesos de democracia directa más
eficientes, se recurre con más frecuencia a métodos de democracia interna
ya sea por interés de agitar al partido para eliminar grupos de interés, como
procesos de descentralización de poder o para mostrar un rostro más
democrático hacia el exterior en momentos de crisis de legitimidad.
El aporte de este trabajo es eminentemente teórico, al hacer una
revisión de la literatura existente sobre los procesos de democratización
interna de los partidos políticos en general, lo que se consideró para
desarrollar lo relativo a la organización de los partidos políticos.
Una cuarta investigación considerada para este estudio es de Batlle
(2012), intitulado “Sistemas de partidos multinivel en contextos unitarios en
América Latina: los casos de Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia (1978-
2011)”, trabajo presentado para optar al título de Doctorado en Procesos
Políticos Contemporáneos de la Universidad de Salamanca. Esta
investigación se planteó un análisis del sistema de partidos de Ecuador,
Perú, Bolivia y Colombia, tomando en cuenta el nivel nacional y regional,
como parte de un todo, es decir, un sistema de partidos en múltiples niveles.
A tal fin, se plantearon tres objetivos específicos: a) advertir del cambio
en los sistemas de partidos de democratización reciente que cuentan con
bajos niveles de institucionalización; b) superar la concepción del sistema de
partidos como un espacio homogéneo y relacionado, específicamente, con el
ámbito de competencia nacional, trayendo lo local al centro de la escena y
observando las interacciones entre los diferentes niveles y c) llamar la
atención sobre los sistemas políticos unitarios, verificando la idea de que en
22
los sistemas con este tipo de estructura territorial el poder regional o local no
es importante.
Este trabajo es una investigación que se sustenta en el método
comparado, centrándose en el análisis de los sistemas de partidos de
Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia.
Como conclusiones resaltan, en primer lugar, el decaimiento en el
dominio histórico de los partidos tradicionales de los cuatro países
estudiados. La cobertura territorial de los partidos también es una de las más
bajas del periodo estudiado. En relación a las características del sistema
electoral, en términos de la posibilidad de reelección inmediata en el nivel
nacional y local varía entre los casos analizados. Mientras en Colombia la
reelección está prohibida en ambos niveles, en Perú tanto el presidente
como los alcaldes provinciales tienen la posibilidad de ser reelectos. En
Ecuador y Bolivia está permitida la reelección a nivel local pero no a nivel de
Presidencia.
Por último, se concluye que los sistemas de partidos analizados
presentan niveles de congruencia diferentes entre sí y se han modificado a
lo largo de todo el periodo estudiado.
Los aportes de este antecedente se centran en el aspecto teórico,
específicamente en la definición y comprensión del sistema de partidos, así
como del estudio de cuatro países que poseen similitudes sociopolíticas con
respecto a Venezuela.
En quinto y último lugar, se presenta la investigación de Cuello, J
(2012), titulada “Partidos Políticos y terceras fuerzas políticas en la República
de Colombia”, Tesis Doctoral presentada para optar al título de Doctor en
Ciencias Políticas de la Universidad Rafael Belloso Chacín. La misma tuvo
como objetivo general analizar los partidos políticos y el liderazgo de las
terceras fuerzas políticas de Colombia. Esta fue una investigación de tipo
descriptiva documental, con diseño bibliográfico, no experimental-
transeccional.
23
Las conclusiones muestran que las colectividades políticas en Colombia
no son partidos en sentido moderno, sino que son subculturas diferenciadas
pero complementarias, pero que responden a una actitud y un sentimiento de
los colombianos. Así mismo el bipartidismo deja pocas opciones para el
surgimiento de nuevas fuerzas políticas. El sistema de partidos colombiano, a
partir de 1958 es bipartidista con alternancia dominante, entre el Partido
Liberal y el Conservador. También se concluyó que el liderazgo prevaleciente
en la tercera fuerza política es transformacional, desde sus inicios como
organizaciones políticas claramente definidas.
De éste trabajo se tomaron aportes teóricos relativos al concepto de
partidos políticos, así como las referencias históricas de los partidos
colombianos que sirvieron orientaron el estudio de los partidos venezolanos.
2. Partidos políticos y sistemas de partidos
Los partidos políticos son la principal herramienta de participación
política de las sociedades plurales. Le dan cabida a todas las tendencias
políticas existentes en alguna sociedad. La normal diversidad ideológica, de
intereses y creencias debe contar con una expresión política que los
represente, siendo los partidos políticos los instrumentos ideales para tal fin.
Estas instituciones han evolucionado, desde su nacimiento, a la par que
lo ha hecho la sociedad, ajustándose a los cambios sociopolíticos que
ocurren con frecuencia, tal y como plantea Matas (2005, p. 317), pasando de
“una defensa numantina de ideologías diferenciadas a la defensa de
aspectos más concretos…que tienen menor carga ideológica y da mayor
importancia a los aspectos técnicos”.
Esta evolución ha generado a su vez un constante movimiento en la
definición de sus características y modalidades. A continuación se procederá
a exponer las categorías que la literatura especializada ha planteado acerca
de la figura del partido político y del sistema de partidos.
24
2.1 Partidos políticos
El partido político puede definirse, siguiendo a Matas (2005, p. 318),
como una “asociación de individuos unida por la defensa de intereses,
organizada internamente mediante una estructura jerárquica, con afán de
permanencia en el tiempo y cuyo objetivo sería alcanzar el poder político,
ejercerlo y llevar a cabo un programa político”. Los partidos canalizan los
intereses y demandas de sectores sociales determinados; sin embargo, esto
no implica que establezcan un único vínculo con una clase social o grupo
étnico o que cada grupo sea representado por un partido político en
particular. La composición social del partido político moderno tiende a ser
heterogénea y sus programas pretenden darle respuesta a toda la sociedad.
La organización de los partidos políticos busca una presencia territorial
y sectorial que le permita articular y movilizar simpatizantes y miembros con
fines electorales y políticos, así como un esquema organizativo que
estructure las relaciones entre el liderazgo y las bases del partido. Así
mismo, un partido político busca que su proyecto alcance la permanencia en
el tiempo, más allá de sus liderazgos individuales.
La obtención del poder político es el objetivo principal de todo partido
político, bien sea de manera individual o en coalición con otros grupos
políticos, para así poder llevar a cabo el programa de gobierno que ha
diseñado, inspirado en los valores y creencias que lo sostienen. Para la
consecución de este gran objetivo, los partidos deben insertarse en la
dinámica política propia de cada sociedad. Esta dinámica esta
operacionalizada por mecanismos democráticos, establecidos en la
constitución y las leyes, que son los únicos reconocidos en el caso de las
sociedades libres y plurales. Otros mecanismos para la toma del poder, como
los golpes de estado o insurrecciones armadas, son propios de sociedades
no democráticas o en donde la democracia es incipiente o frágil.
25
2.2 Clasificación de los partidos políticos
En relación a la tipología o clasificación de partidos políticos, la
literatura especializada ha sido profusa. Para este estudio se tomó la
clasificación propuesta por Gunther y Diamond (2003), que es la misma
escogida por Molina y Álvarez (2006), dado que es una tipología actualizada
que sintetiza otras clasificaciones. Según estos autores, los partidos políticos
pueden clasificarse en cinco (5) grandes categorías: partidos de masas,
partidos de élite; partidos étnicos; partidos electoralistas y; partidos
movimiento. Cada uno de estos, a su vez, se subdividen en otros subtipos.
Pero además se hizo referencia al concepto de partido cartel de Katz y Mair
(1995).
En relación a la clasificación de Gunther y Diamond (2003), se tiene en
primer lugar los partidos de élite, que son aquellos que poseen una débil
estructura organizativa y sus decisiones corresponden solo a un pequeño
grupo de personalidades. Esta clase de partido tiene como subtipos al
partido de notables, aquél cuyo liderazgo depende del factor de pertenecer a
una élite social; así mismo están los partidos clientelares, cuya práctica
política pasa por obtener y distribuir favores políticos y económicos entre
miembros y partidarios.
Los partidos de masas, se caracterizan por contar con una compacta y
extendida organización, con un gran número de miembros, con una ideología
definida, vinculados a sectores sociales concretos. Estos partidos se
subdividen en seis (6) tipos: partidos clasistas de masas, partidos leninistas,
partidos nacionalistas, partidos ultranacionalistas, partidos confesionales
pluralistas y partidos fundamentalistas.
Los partidos clasistas de masas tienen un vínculo estrecho con la clase
obrera, una ideología socialista moderada, respetando el marco legal de la
democracia representativa. Los partidos leninistas poseen las mismas
26
características de los clasistas de masas, con la excepción de que no están
apegados al modelo de democracia representativa. Los partidos
nacionalistas, que representan a uno de los grupos nacionales que hacen
vida dentro del estado, bien sea este mayoría o minoría, poseedores de una
ideología nacionalista y democrática. Los partidos ultranacionalistas, por su
parte, poseen las mismas características de los partidos nacionalistas, pero
sin respetar las formalidades democráticas. Los partidos confesionales
pluralistas son aquellos cuyo contenido programático está vinculado a una
doctrina religiosa, al tiempo que se insertan dentro del esquema democrático.
Los partidos fundamentalistas también están inspirados en una doctrina
religiosa, pero con una visión autoritaria.
Los partidos étnicos son aquellos que promueven los intereses de un
grupo étnico en particular. Se pueden subdividir en partido étnico puro, si
responden a un solo grupo y partido étnico congreso, si representan a una
coalición de grupos étnicos.
Los partidos electoralistas poseen una organización endeble que crece
durante los procesos electorales, un número bajo de miembros, utilizando los
medios de comunicación como herramienta proselitista fundamental. Los
partidos electoralistas se subdividen en tres (3) tipos: partidos atrapa todo,
partidos electoralistas programáticos y partidos personalistas.
Los partidos atrapa todo, concepto acuñado por Kircheimer, poseen una
ideología vaga y una organización más débil que los partidos de masas. Son
profundamente pragmáticos, con el fin de obtener apoyos en amplios
sectores durante los procesos electorales. Los partidos electoralistas
programáticos, son similares al partido atrapa todo, con la diferencia de
poseer una orientación programática más precisa Su organización es débil y
enfocada hacia el hecho electoral. Los partidos personalistas son estructuras
electoralistas que se disponen al servicio de un líder.
Por último, los Partidos Movimientos son organizaciones que si bien se
presentan a competir en elecciones, su propósito real consiste en alcanzar
27
reivindicaciones específicas, tal y como lo hacen algunos movimientos
sociales. Poseen una ideología difusa, pero coinciden en el rechazo a los
valores y símbolos de la globalización y el capitalismo. Gunther y Diamond
(2003), identifican dos (2) subtipos de partido movimiento: partidos libertarios
de izquierda y partido de la extrema derecha postindustrial.
Por su parte, el Partido Cartel es, de acuerdo a Katz y Mair (1995),
aquel que cuenta con un acceso privilegiado al Estado y sus recursos, pero
al mismo tiempo tiene serios problemas para vincularse con la ciudadanía y
articular sus demandas e intereses: Los partidos cartel deciden establecer
barreras para que partidos no tradicionales no puedan amenazar sus
posiciones de privilegio y del disfrute de los recursos públicos.
Este tipo de partidos además suele inyectar una importante suma de
recursos a sus campañas electorales, incluyendo la contratación de costosos
profesionales del mercadeo político.
2.3 Sistema de partidos
Un sistema de partidos puede definirse, siguiendo a Bartolini (1994, p.
218-219), como “el resultado de las interacciones entre las unidades
partidistas que lo componen; más concretamente es el resultado de las
interacciones que resultan de la competición político-electoral”. Se entiende
entonces que la interrelación de los partidos y el marco de la competencia
político-electoral son elementos claves. Desde esta perspectiva, se estaría
descartando los sistemas de partido único, característicos de los regímenes
totalitarios, como Cuba, China o Corea del Norte, donde solo se permite la
existencia de un solo partido, que se confunde con el Estado; sin embargo,
esta definición permite introducir al análisis aquellos sistemas de partidos en
el contexto de un régimen autoritario, que admiten la existencia de otros
partidos, aunque de manera limitada y con condiciones desiguales.
28
Por su parte, Sartori (1980), pone la mira en dos elementos claves y
distinguibles: número de partidos y distancia ideológica entre ellos. Para el
autor italiano, a menor cantidad de partidos relevantes y menor distancia
ideológica, más sólida será la democracia.
Los elementos que definen al sistema de partidos pueden presentarse o
manifestarse de diversas maneras, generando diversos tipos de sistemas.
Antes de abordar una clasificación en particular, es importante referirse a
Duverger (2012), quien puntualiza, entre otros factores, la importancia de la
tradición histórica y política, así como la estructura económica-social de cada
país, al momento de determinar su propio sistema de partidos.
2.4 Clasificación de los sistemas de partidos
La clasificación elegida para este estudio atenderá a la propuesta hecha
por Sartori (1976), que incluye seis tipos de sistemas de partidos. A
continuación se describirán brevemente.
a. Sistemas de partido único. Son aquellos en donde existe un solo
partido político que monopoliza el poder, siendo ilegal la existencia de otros
partidos. Estos sistemas son evidentemente antidemocráticos y dependiendo
de su nivel de control de la sociedad, pueden subdividirse en tres (3) tipos:
sistemas unipartidistas totalitarios, sistemas unipartidistas autoritarios y los
sistemas unipartidistas pragmáticos.
Los sistemas unipartidistas totalitarios se caracterizan por un alto grado
represivo y porque el partido tiende a confundirse con el Estado, teniendo
una fuerte carga ideológica, que es impuesta a toda la sociedad, sin espacio
a ningún cuestionamiento de esa ideología oficial. Los sistemas unipartidistas
autoritarios, por su parte, son menos ideologizados y tampoco aspiran a
penetrar y dominar todos los aspectos de la sociedad. Su accionar consiste
en controlar las actividades políticas, de tal manera que no se desvíen de los
lineamientos marcados por el partido.
29
Por último, los sistemas unipartidistas pragmáticos, en los que el partido
dominante no está del todo ideologizado y cohesionado, fundamentan su
actividad política en criterios de eficacia y practicidad. Es un sistema más
flexible, que permite la existencia de algunos grupos políticos con un muy
limitado grado de acción. Este subtipo es el menos represivo de todos los
mencionados.
b. Sistemas de partido hegemónico. Este sistema consiente la
existencia de otros partidos políticos, pero estos no tienen posibilidades
reales de obtener el poder, monopolizado por el partido hegemónico. Los
partidos periféricos solo existen para dar una imagen de pluralismo político,
pero en esencia las condiciones de competencia política justa es inexistente.
El partido hegemónico siempre tratará de minimizar a los partidos opositores,
en especial a los que tienen potencial de crecimiento, utilizando para ello
todos los instrumentos legales o no legales disponibles, en especial en
materia electoral.
c. Sistemas de partido predominante. Este sistema se caracteriza por la
presencia de un partido que constantemente obtiene la mayoría de los votos,
en el marco de un sistema democrático. Este partido predominante solo se
vale del apoyo de los votantes, del sistema electoral y de la incapacidad del
resto de los partidos de transformarse en una alternativa interesante para el
electorado, para así entronizarse en el poder. Por definición, un partido
predominante puede dejar de serlo, siempre por la voluntad de los votantes,
sin embargo es poco probable que ocurra.
d. Sistemas bipartidistas. Estos son los sistemas en donde dos partidos
suman la casi totalidad de votos y escaños en el parlamento, con una
pequeña diferencia entre los dos. Ambos partidos se turnan en el poder,
dependiendo siempre de los resultados electorales, dejándoles muy pocas
opciones al resto de los partidos de acceder al poder y sin necesidad de
establecer alianzas con estos últimos.
30
Las posturas ideológicas de los dos partidos principales no son
extremas, de modo que pueden acercarse al electorado que está entre
ambas posturas. Si la distancia ideológica entre ambos partidos es amplia, el
sistema corre el riesgo de convertirse en un bipartidismo disfuncional. Si en
cambio, se tiende a ser un sistema con menor polarización ideológica, el
impacto del cambio de gobierno no producirá perturbaciones sociales.
Estados Unidos es el modelo clásico de bipartidismo.
e. Sistemas de partidos de pluralismo limitado o moderado. Estos son
sistemas en el que el número de partidos relevantes fluctúa de tres a cinco.
En este tipo de sistemas, los gobiernos tienden a ser de coalición, ya que los
partidos no suelen obtener la mayoría necesaria para constituir gobiernos,
aunque eventualmente pueden darse gobiernos de un solo partido, pero
estos acostumbran a ser débiles o inestables. Las coaliciones que se
acostumbran a formar para poder gobernar tienden a comportarse como los
partidos principales en el bipartidismo, es decir, se convierten en dos
coaliciones alternativas para conformar el gobierno.
f. Sistemas de partidos de pluralismo polarizado o extremo. Este tipo de
sistema se produce cuando existen cinco o más partidos importantes,
distanciados ideológicamente. Al igual que el sistema de pluralismo limitado,
este sistema tiende a conformar coaliciones para conformar el gobierno,
siendo el movimiento natural el de descartar a los partidos de ideologías
extremas, para acercarse a los partidos de centro.
3. Terminología básica
Para una mejor comprensión de este trabajo, se hará una revisión
bibliográfica de dos conceptos considerados claves: el Estado de Bienestar y
el Populismo.
31
Estado de Bienestar
El Estado de Bienestar, también conocido como welfarestate o estado
asistencial, puede entenderse como aquel que ofrece patrones mínimos de
ingreso, alimentación, salud, enseñanza y vivienda a todo ciudadano de un
país, en tanto derecho político y no como una limosna (Bobbio, Matteucci y
Pasquino. 1991). Este modelo de estado implica una intervención del sector
público en los asuntos económicos y sociales con el fin de reducir las
asimetrías socioeconómicas naturales en cualquier sociedad, en especial las
que se desenvuelven sobre un sistema capitalista de producción.
El Estado de Bienestar tiene un lógico desarrollo histórico cuyos
antecedentes se ubican en el siglo XIX, al tiempo que se consolidaban la
revolución industrial y el capitalismo. Son ejemplo de ello: Ia ley sobre la
pobreza probada en Inglaterra (1834), así como las Leyes sancionadas en
Prusia (1883 y 1889), que significaron Ia primera intervención estatal en
resguardo del sector obrero, constituyendo un sistema de seguros obligatorio
para Ia protección de accidentes, enfermedades, invalidez y vejez.
Es en el período entreguerras cuando se comienza a consolidar el
Estado de Bienestar, inicialmente con la República de Weimar (1919-1933)
en Alemania y el New Deal norteamericano, post crisis financiera del año
1929. Las duras condiciones económicas y sociales heredadas de la primera
guerra mundial, produjeron un alto desempleo, entre otras consecuencias,
que obligaron a los Estados a buscar alternativas de solución que implicaron
un incremento de los servicios sociales y de fondos públicos para tal fin.
Durante estos años adquiere notoriedad los planteamientos de Keynes,
que de acuerdo a Sánchez (2004), planteaba la posibilidad de construir una
sociedad con pleno empleo, a través del incremento del gasto público que
permitiría un aumento de la demanda, que a su vez redundaría en mayor
producción y por ende, más empleo. En torno a esta idea básica se tejió un
consenso aceptado por los países inscriptos en la órbita democrática y
32
capitalista, pero que temían un posible estallido social si no se atendían las
necesidades generales de su población.
Otro hito en la evolución del Estado de Bienestar lo marcó el informe
que realizó el político británico William Beveridge, presentado en 1942 y que
fue el punto de partida para la reforma de la seguridad social inglesa,
destacando la armonización de conceptos tradicionalmente cercanos al
socialismo “como la redistribución de la renta y el aligeramiento de las cargas
de la pobreza con los derechos sociales” (Sánchez. 2004, p. 239).
El Estado de Bienestar se expandió por toda Europa occidental,
Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y en general, por todos
los países democráticos del planeta, ya que este modelo implica la
ampliación de la democracia en tanto expande los derechos del ciudadano,
en este caso los de tipo social. Evidentemente el Estado de Bienestar no
responde a un solo molde, sino que puede presentarse con sus
particularidades, algunos más exitosos y otros menos eficientes.
El descenso de los ingresos y el crecimiento del déficit fiscal hicieron
tambalear al Estado de Bienestar, produciéndose en los años sesenta y
setenta un fuerte movimiento académico y político que lo cuestionaba y
adversaba. Surge entonces el neoliberalismo, que trata de rescatar la idea
del Estado mínimo y que irrumpe con éxito en Gran Bretaña y USA y que
luego se expande a América Latina. Sin embargo las experiencias
neoliberales no fueron exitosas y han puesto sobre la mesa del debate la
necesidad de retomar y replantear la idea del welfarestate, para su
adaptación a las nuevas realidades sociales y económicas.
Populismo
El segundo concepto al que se hará referencia es el populismo, termino
de uso extensivo en la sociología y ciencia política y en el periodismo
político. El mismo surge en Rusia y luego se extiende a Estados Unidos, en
33
donde en la última parte del siglo XIX, se conforma el People’s Party, que se
dispuso a encauzar las demandas y protestas de los pequeños granjeros del
oeste, afectados por los centros industrializados del este que controlaban los
mercados de materias primas y de productos agrícolas, así como los precios
de estos, el acceso a los créditos y la comercialización (Borja. 1997).
Autores como Bobbio, Matteucci y Pasquino (1991), destacan la
vaguedad del concepto, estando más latente que teóricamente elaborado.
Sin embargo, se pueden encontrar diversos abordajes del concepto. Estos
autores definen al populismo como el conjunto de fórmulas políticas en las
que el pueblo es considerado como un grupo social uniforme y portador
exclusivo de valores positivos, siendo el objeto primordial de inspiración y de
constante referencia. El pueblo adquiere una connotación casi mítica,
poéticamente exaltada.
Pero no todo grupo humano puede definirse como pueblo. Este será
aquel que cumpla con las características sociales, étnicas, su extracción
campesina o por lo contrario, su carácter obrero, su credo religioso o
cualquier otra virtud enaltecida por el líder populista. Al pueblo se le
antepone un no pueblo, que es todo conjunto humano que está fuera de la
categoría establecida como pueblo y por lo tanto, es su enemigo. Las elites
económicas, la oligarquía, extranjeros y todo aquél que represente valores o
creencias extrañas o diferentes al patrón que define al pueblo. Dentro del
populismo, que es maniqueo por naturaleza, se suelen encontrar
expresiones antisemitas, racistas, xenófobas y en general, de intolerancia
política y religiosa. El no pueblo suele ser considerado como el responsable
de las calamidades sufridas por el verdadero pueblo (Bobbio, Matteucci y
Pasquino 1991).
El populismo no debe asociarse exclusivamente al espectro ideológico
de izquierda, siendo que puede habitar en expresiones políticas tanto de
izquierda como de derecha. En ese sentido Germani (1973, p. 25) planteaba
que el populismo puede comprender:
34
…El autoritarismo, el nacionalismo y alguna que otra forma del socialismo, del colectivismo o del capitalismo de Estado: (…) Autoritarismo de izquierdas, socialismo de derechas y un montón de fórmulas híbridas y hasta paradójicas, desde el punto de vista de la dicotomía (o continuidad) ‘derecha-izquierda’.
El populismo suele valerse y edificarse de la mano de liderazgos
carismáticos y fuertes. El líder populista se convierte en el primer validador y
usufructuario de ese tipo de discurso, convirtiéndose usualmente en el
redentor del pueblo, con el que establece una relación directa, prescindiendo
muchas de la mediación de los partidos políticos, apelando a un discurso
emocional que trasciende ideologías. Sin embargo, como afirman Cuñarro y
Cuñarro (2017, p. 15) “el movimiento tiende a organizar –especialmente
cuando llega al poder– una compleja red de mediaciones de tipo clientelar”
El populismo no obedece a una ideología en particular, de hecho no
tiene una construcción doctrinaria sólida. Por el contrario, puede oscilar entre
los dos extremos ideológicos y puede habitar en expresiones políticas tanto
de izquierda como de derecha, democráticas o no. En ese sentido Germani
(1973, p. 25) planteaba que el populismo puede comprender:
…El autoritarismo, el nacionalismo y alguna que otra forma del socialismo, del colectivismo o del capitalismo de Estado: (…) Autoritarismo de izquierdas, socialismo de derechas y un montón de fórmulas híbridas y hasta paradójicas, desde el punto de vista de la dicotomía (o continuidad) ‘derecha-izquierda’.
La relación del populismo con las ideologías, sin embargo, tiene una
salvedad a la que se refieren Bobbio, Matteucci y Pasquino (1991), cuando lo
encuentran mucho más cerca del fascismo que del socialismo. El militarismo,
por ejemplo, una de las características del fascismo, puede presentar una
faceta populista, tal y como refieren estos autores.
35
El concepto mismo del ejército como pueblo armado, como suma de las virtudes populares, como perenne reserva de los valores nacionales y populares auténticos, es un concepto ejemplarmente populista. Con el militarismo y con el fascismo el populismo comparte sustancialmente la desorganicidad ideológica, el eclecticismo y, en una cierta medida, el desprecio por el orden constituido y por las formulaciones ideológicas, tanto que también él se presenta como una protesta contra el sistema y como una antiideologia (1991, p. 1250).
El populismo es en definitiva, una forma de creación política, que se
manifiesta no solo en América Latina y en el llamado mundo subdesarrollado,
sino que empieza a ganar espacios en Europa a través de movimientos
vinculados a la extrema derecha o al neofascismo y en el propio Estados
Unidos de Norteamérica, con Donald Trump.
4. Evolución del sistema de partidos en Venezuela
Se pueden distinguir cinco etapas en la evolución del sistema de
partidos venezolano, a saber:
a. Primera etapa. Años 30 y 40
Al igual que el resto de América Latina durante todo el siglo XIX, en
Venezuela el poder se lo repartieron los partidos Liberal y Conservador, que
respondían a divisiones políticas y no a ideologías definidas. Estas
agrupaciones estaban muy lejos de parecerse a los partidos políticos
modernos, si bien en algunos países del subcontinente sobrevivieron a los
diversos cambios políticos que operaron durante el siglo XX. Así pues, en
países como Colombia, Paraguay o Uruguay existen aún hoy día
En el caso venezolano, estos partidos fueron prácticamente
aniquilados, junto a sus caudillos, principalmente por la dictadura Gomecista.
36
Los líderes estudiantiles que formaron parte de la reconocida Generación del
28 sembraron la semilla de lo que serían los futuros partidos políticos
modernos. Luego, con la apertura política que vino después de la muerte de
Gómez, estos partidos comenzarían a consolidarse (Molina. 2006).
Las organizaciones que empiezan a configurar un sistema de partidos
en Venezuela fueron, esencialmente, cuatro: “Acción Democrática” (AD),
“Comité de Organización Política Electoral Independiente” (COPEI), “Unión
Republicana Democrática” (URD) y el “Partido Comunista de Venezuela”
(PCV). Si bien la mayoría de estas agrupaciones tiene sus orígenes en los
años 30 y el PCV fue fundado en 1931, realmente nacen como partidos en la
década de los años 40, cuando el Gobierno del General Isaías Medina
Angarita (1941-1945) ofrece una apertura política. Aunque todas ellas se
constituyeron como partidos de oposición, el PCV pasa a cooperar con el
Gobierno de Medina Angarita y AD logra acceder al poder a partir del
derrocamiento del gobierno en Octubre de 1945.
Estas agrupaciones poseían una ideología definida Por ejemplo, AD
propugnaba la idea de una democracia nacionalista y de participación
popular. En lo económico impulsaba el desarrollo industrial, la reforma
agraria, una activa política social en educación y salud y en definitiva, un
Estado interventor. Por su lado, COPEI, partido demócrata cristiano, se
enfatizaba en las libertades políticas y económicas, la justicia social, la
educación privada, la religión católica, la familia, valores más conservadores.
El PCV, era un partido marxista que planteaba una revolución socialista. Por
último, URD era un partido que en materia política era liberal, pero en lo
económico se acercaba a la centro-izquierda (Casanova. 2012).
b. Segunda etapa. Partido Predominante (1945-1948).
La Revolución de Octubre, que fue producto de una conjura cívico-
militar que derrocó el Gobierno del General Medina Angarita, permite la
llegada al poder de AD y supone el inicio de una nueva etapa histórica en el
37
sistema de partidos venezolano. Este partido se constituye en el primer
partido del país, al ganar las tres elecciones que se realizaron durante ese
período de manera contundente, superando el 70% de los votos en cada una
de esos procesos electorales. Los otros tres partidos, COPEI, PCV y URD,
lograron representación parlamentaria. Las relaciones entre estos 4 partidos
fueron complejas y conflictivas. Había desconfianza entre ellos, además de
posiciones doctrinarias antagónicas, como las de COPEI y PCV.
En general, todos recelaban de AD por su capacidad de convocatoria
popular y sus posiciones sectarias. Pero es COPEI quién manifiesta mayores
críticas frente a la acción política del gobierno adeco, en especial en lo
relativo a las áreas económica y a la educativa. Este clima de conflictividad,
sumado al hecho de que salvo el PCV, el resto de los componentes del
sistema de partidos tenían un período de vida corto, sin poder construir
lealtades políticas suficientemente sólidas, en una sociedad que apenas
experimentaba la vida democrática, contribuyeron al golpe militar de
noviembre que le dio fin a esta primera experiencia democrática.
Producto de dicho golpe se instala una nueva dictadura militar que se
extendería hasta 1958, profundizando la represión y la persecución política,
sobre todo a partir de 1952, año en que se comete un fraude electoral en el
proceso de elección de la Asamblea Constituyente.
A partir de ese momento, URD es ilegalizado, uniéndose al PCV y AD
en ese sentido. COPEI sigue siendo tolerado, pero sin mucho margen de
acción. De acuerdo al criterio de Molina (2006), durante este período de
sistema de partidos dominante, AD puede ser considerado como un partido
de masas clasista; COPEI como un partido de masas confesional; el PCV era
un partido marxista-leninista y URD, un partido electoralista personalista,
girando en torno a su gran figura, Jóvito Villalba.
c. Tercera etapa. Pacto de Punto Fijo. Proceso de Institucionalización
(1958-1973).
38
El derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958 fue
fruto, en parte, de la voluntad de cooperación de los cuatro partidos de la
primera generación. A esta voluntad se sumaron sectores de la sociedad,
como la iglesia, estudiantes y empresarios. Dicha disposición se extendió
ante el potencial regreso de fracciones militaristas recién desterradas del
poder. El llamado Pacto de Punto Fijo, suscrito entre AD, COPEI y URD, pero
que dejó por fuera al PCV, expresa ese espíritu unitario y ese cálculo político.
Durante este período el sistema de partidos es altamente inestable, al
igual que el sistema político en general, que resiste los embates de sectores
de la extrema izquierda y la extrema derecha, que se traducen en golpes de
estado, levantamientos guerrilleros e intentos de magnicidio.
AD comienza a afianzarse como primer partido del país, al ganar las
elecciones presidenciales de 1958 y 1963. Por su lado, COPEI se transforma
en la segunda fuerza política, ganando las elecciones de 1968. Así mismo,
surgen nuevas formaciones políticas alrededor de alguna figura prestigiosa.
Son los casos del “Frente Nacional Democrático” (FND), organizado en torno
a Arturo Uslar Pietri; del “Frente Democrático Popular” (FDP), con Wolfang
Larrazábal como figura principal y de la “Cruzada Cívica Nacionalista” (CCN),
movimiento que fundó Pérez Jiménez. Otras nacen producto de las
diferencias ideológicas o simplemente políticas de AD, como fueron los casos
del Movimiento de izquierda Revolucionaria (MIR), ARS y el Movimiento
Electoral del Pueblo (MEP), esta última escisión que le costó la elección
presidencial de 1968 a AD.
Los resultados electorales de los tres procesos presidenciales
realizados durante este período (1958, 1963 y 1968), determinan que el
sistema de partidos era de pluralismo moderado, con una volatilidad
electoral, contando con cuatro o más partidos relevantes en cada proceso
electoral, destacando AD, COPEI, URD y PCV para el año 1958; para las
elecciones de 1963 nuevamente AD, COPEI y URD, sumándose FND y
FDP y; en 1968 de nuevo AD, COPEI, MEP, CCN y URD. Sin embargo,
39
como se pudo apreciar, a pesar de la alta volatilidad y conflictividad de esta
etapa, AD y COPEI logran consolidar sus lealtades políticas y establecerse a
lo largo del territorio nacional (Molina. 2006).
d. Sistema bipartidista atenuado (1973-1993)
A partir de la década de los años 70, AD y COPEI se apuntalan como
los grandes partidos venezolanos. Sus comités nacionales dominan lo que
acabaron siendo organizaciones pragmáticas. Sus diferencias ideológicas, se
hicieron prácticamente irrelevantes. El MAS, con un aire fresco en sus inicios
como organización política, se convertiría en la tercera fuerza, sin llegar
nunca a alcanzar una votación significativa. En este lapso, se realizaron
cuatro elecciones presidenciales y parlamentarias, obteniendo AD una
votación que oscilo entre el cuarenta y cincuenta por ciento; la de COPEI
varió entre el veintinueve y 40 por ciento; el MAS entre el cinco y diez por
ciento (Molina. 2006). El sistema de partidos alcanza su grado mayor de
institucionalización y AD y COPEI se convierten en las únicas toldas
partidistas con capacidad real de ganar la presidencia de la república,
ejerciendo además una gran influencia sobre los grupos de presión, a
quienes controlaban o influenciaban.
El modelo de desarrollo venezolano apoyado en los ingresos
extraordinarios de la renta petrolera, alcanzó su tope en la década de los 70.
A pesar de ello, Venezuela no pudo constituir una economía productiva y
diversificada. El aumento desmedido del Estado, trajo indefectiblemente
ineficiencia y corrupción, siendo insuficiente por sí solo para lograr el
desarrollo sostenible. Es así que los problemas económicos, sociales y
políticos no se hicieron esperar, apuntando a los partidos políticos y su
legitimidad, vinculada a la suerte del modelo de desarrollo (Casanova. 2013).
Sin embargo, en términos simbólicos, el inicio de la profundización de la
crisis económica ocurre en febrero de 1983, cuando tiene lugar el conocido
Viernes Negro. La incapacidad de los gobiernos de Herrera Campins
40
(COPEI) y Jaime Lusinchi (AD), para darle respuesta y revertir la crisis
económica, a la que se le suma una corrupción propagada en todos los
sectores del Estado. La población comienza a desencantarse del liderazgo
de los dos grandes partidos, no solo debido a la crisis del modelo de
desarrollo, sino también a la insatisfacción en relación al accionar público de
las élites políticas. A pesar de ello, la acentuación de la crisis no se
manifiesta sino hasta las elecciones de 1993 (Molina 2006).
A la crisis económica se le suma la social, que se exterioriza en 1989,
con la ola de saqueos iniciada en Caracas y la crisis militar, en 1992
manifestándose con dos intentonas de golpe de estado. El proceso de
descentralización iniciado en 1989, fue una innovación política que dinamiza
la praxis política e introduce la variable del liderazgo regional y local, capaz
de vencer las maquinarias electorales de AD y COPEI. Las elecciones
regionales de 1992 significaron un importante triunfo para COPEI. Sin
embargo, meses después, Rafael Caldera decide renunciar a su militancia en
el partido Socialcristiano, dividiendo de hecho al partido del que fue fundador
e hiriendo de muerte al sistema bipartidista. Caldera se convertiría en el
primer presidente electo que no fue apoyado por AD o COPEI, desde 1958.
e) Sistema de partidos de pluralismo polarizado (1993-2007)
A partir de 1993 el panorama político venezolano se amplia de manera
notable. AD y COPEI, quienes de manera conjunta sumaron alrededor del
80% de los votos en las elecciones parlamentarias de 1988, ven reducida su
votación a un 46% en 1993, 36% en 1998 y 21% en el año 2000.
La Causa Radical (Causa R), el Movimiento al Socialismo (MAS) y la
plataforma que creó Rafael Caldera para la elección de 1993, se convirtieron
en protagonistas importantes de la política venezolana, aunque de manera
breve, ya que a partir de 1998 estos partidos serían sustituidos en
importancia por el Movimiento Quinta República (MVR), en primera instancia
41
y Proyecto Venezuela, partidos que giran en torno a los liderazgos
personalistas de Hugo Chávez y Henrique Salas Roemer, respectivamente.
El MVR logra crecer y consolidarse a partir de la gestión del gobierno
nacional y del liderazgo carismático del propio Hugo Chávez. Por su parte,
Proyecto Venezuela no corrió con la misma suerte, siendo que su
desempeño dependía de los aciertos de Salas Roemer, liderazgo que tuvo
su origen gracias al proceso de descentralización, pero que se diluyo
rápidamente.
A partir del año 2000, surgen otras agrupaciones con un perfil regional y
asociados también a liderazgos personalistas, como Un Nuevo Tiempo
(UNT) en el Estado Zulia, Alianza al Bravo Pueblo (ABP) en Distrito Capital y
Primero Justicia en el Estado Miranda (Molina. 2006).
Esta cantidad de agrupaciones y su eventual importancia electoral
marca claramente la constitución de un sistema multipartidista limitado, tal y
como se puede apreciar en la Tabla N°1.
42
Tabla 1 Resultados de las Elecciones Legislativas Nacionales (1993, 1998 y 2000)
PARTIDO
CÁMARA DE DIPUTADOS ASAMBLEA NACIONAL
1993 1998 2000
Votos % Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños
MVR-CONIVE 19,9 35 44,4 80
MAS 10,8 24 8,9 24 5,0 21
AD 23,3 55 24,1 61 16,1 30
COPEI 22,6 53 12,0 26 5,1 8
PROYECTO VENEZUELA
10,4 20 6,9 7
PRIMERO JUSTICIA 2,5 5
Convergencia-LAPI 13,6 26 2,5 6 1,1 4
Causa R 20,7 40 3,0 5 4,4 3
PPT 3,4 11 2,5 1
Un Nuevo Tiempo 1,8 3
Alianza Bravo Pueblo 1,1 1
Puama 0,04 1
MIGATO 0,5 1
Aperura 1,5 3
Renovación 1,2 2
IRENE 1,3 3
Otros 9,0 5 11,8 11 8,76
Escaños totales 203 207 165
Partidos con escaño 10 21 13
Volatilidad 32% 41% 32%
Número Efectivo de Partidos
5,6 7,6 4,3
Participación Electoral
60% 54% 56,5 %
Fuente: Molina (2006).
Un aspecto resaltante de este período es el fenómeno de la
polarización ideológica, notable sobre todo a partir de 1993, con la
insurgencia de la Causa R como partido relevante y que se profundiza con la
irrupción de Hugo Chávez y el MVR, imprimiendo una notable distancia
ideológica con los partidos tradicionales y con los nuevos partidos, como
43
Proyecto Venezuela, Primero Justicia y ABP, que surgen a partir de 1998. El
éxito electoral de los partidos con una orientación radical de izquierda es una
novedad en el sistema de partidos venezolano y una gran diferencia en
relación a los períodos anteriores.
Durante este período se acentúa la pérdida de legitimidad de los
partidos, que en algún momento fueron sustituidos por otro tipos de
organizaciones en el cumplimiento de sus roles fundamentales, haciéndole
más difícil la tarea a las nuevas agrupaciones de cumplir esas funciones y de
estructurar lealtades políticas. Estos nuevos partidos, por su parte,
responden más a un diseño personalista y electoralista, que como afirma
Casanova (2012, p. 12) “han contribuido poco a la re-institucionalización del
sistema de partidos y que más bien, en algunos casos, han prologando su
des-institucionalización”.
Esta personalización del partido político y de la política en general, ha
contribuido a llevar a los partidos a un constante proceso de escisión,
producto más de diferencias personales entre los líderes de esas
agrupaciones, que a diferencias doctrinarias. La división de COPEI
impulsada por Rafael Caldera sentenció la muerte de ese partido.
En 1995 La Causa R se dividió, surgiendo Patria para Todos (PPT),
formado en su momento por el ala más izquierdista de la organización. El
MAS también sufrió una fractura, producto de la discusión interna que surgió
alrededor del apoyo a la candidatura de Hugo Chávez en 1998. Luego
volvería a dividirse, naciendo PODEMOS, una organización que mantuvo su
apoyo al gobierno de Chávez, a diferencia del resto de los miembros del
partido.
Primero Justicia también sufrió divisiones. Uno de sus líderes
fundamentales, Leopoldo López, decide salir del partido y luego de una
pasantía por UNT, decide fundar su propio partido, Voluntad Popular (VP).
Así mismo, el MVR se inserta, junto a otras organizaciones más
pequeñas, en un proceso de fusión, dando como resultado el Partido
44
Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Pero alrededor del PSUV y del
gobierno se constituye una coalición de pequeños partidos, encabezados por
el PCV y PPT, sin mayor importancia política o electoral.
Hasta este punto del análisis del sistema de partidos venezolano de
principios del siglo XXI, este tiene como rasgos fundamentales su carácter
multipartidista, des-institucionalizado y con importantes diferencias
ideológicas, atizadas por la crisis económica-social que se arrastra desde la
década de los 80. Pero dado la inestabilidad y alta volatilidad que lo define
desde los años noventa, resulta necesario realizar una revisión y análisis de
los principales actores del sistema de partidos durante el período 2007-2015.
5. Los elementos del Sistema de Partidos Venezolano
Tal y como ya se indicó, esta investigación tiene como elementos del
sistema de partidos venezolano los cinco partidos más importantes, tomando
en cuenta su fuerza electoral y de representación parlamentaria. Estos son
el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Voluntad Popular,
Movimiento Primero Justicia (MPJ), Acción Democrática (AD) y Un Nuevo
Tiempo (UNT). En este segmento se describirán y analizarán tomando en
cuenta sus orígenes, estructura organizativa e ideología.
5.1 Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
El PSUV es un partido que nace en el año 2007, a partir de la propuesta
del entonces Presidente Hugo Chávez Frías, de constituir un único y gran
partido, como vanguardia del proceso revolucionario que él lideraba. Dicho
proceso de constitución implicaba la fusión, en ese único partido, del MVR y
el resto de fuerzas aliadas al Presidente Chávez, entre las que destacaban el
PCV, el PPT, el Movimiento Independiente Ganamos Todos (MIGATO),
Unidad Popular Venezolana (UPV), Independientes por la Comunidad
45
Nacional (IPCN) y la Liga Socialista (LS). Dicho planteamiento generó
debate a lo interno del oficialismo y en las fuerzas opositoras, a tal punto que
partidos con mucho recorrido histórico como el PCV y el MEP, así como otros
más jóvenes, como el PPT, se negaron a fusionarse dentro de este nuevo
partido,
A pesar del rechazo de algunos sectores afectos al oficialismo, el
proceso siguió adelante y empezó a constituirse el PSUV, con el aporte
inicial de los militantes del MVR y UPV, para luego incorporarse el Partido
UNIÖN de Francisco Arias Cárdenas, así como los movimientos regionales
Abrebrecha, FIORP, LAGO, Mi Gente y Unidos Por Portuguesa
Independiente, entre otros partidos.
A partir de entonces, el PSUV se convierte en la primera fuerza política
del país, obteniendo de manera seguida la mayor votación en los procesos
electorales de 2008, 2010, 2012 y 2013. El PSUV parte con la ventaja de
heredar la ya poderosa estructura del MVR, asociada a su vez
estrechamente al liderazgo del Presidente Chávez y el uso de la gestión de
gobierno como apalancamiento para la construcción de lealtades.
Más allá de los antecedentes y el contexto que permitió el nacimiento
del PSUV, es importante puntualizar lo relativo al cómo se estructura y se
organiza este partido, su oferta programática y valores que lo sustentan,
además de su desempeño electoral. Así mismo, es pertinente y necesario
para un mejor análisis y comprensión, ubicar al PSUV dentro de los
esquemas teóricos de clasificación partidista. A tal fin, se seguirá la
clasificación de Gunther y Diamond (2003), anteriormente mencionada, así
como el aporte de otros analistas y teóricos.
El PSUV, en primera instancia, se autodefine en el artículo 3 de sus
estatutos como un partido de masas y de cuadros, al mismo tiempo (PSUV.
2010). Esta autodefinición puede considerarse incoherente, dado los
elementos que analizaremos más adelante y partiendo de lo planteado por
los autores aludidos. De tal modo que, siguiendo a estos el PSUV puede
46
ubicarse dentro de la categoría de partido de masas. Este tipo de partido
posee una sólida y ampliada organización, con un gran número de
miembros, una ideología definida, ligados a sectores sociales determinados
(Gunther y Diamond. 2003).
El PSUV cuenta con una propuesta ideológica clara y consistente,
aunque en momentos ofrece una mixtura de visiones filosóficas, amén de la
fuerte influencia militar heredada e impuesta por su líder fundador. Además,
no se puede considerar a la estructura organizacional del partido como débil,
siendo que dicha estructura luce robusta y eficiente, además de compleja,
sobre todo a partir del uso de las prebendas y mecanismos asistencialistas
que se ofrecen desde la gestión de gobierno. Otro aspecto a rescatar es que
cuenta con una militancia numerosa.
Como ya se explicó, la categoría de partidos de masas se divide en seis
variedades de partidos; en el caso del PSUV, se identifican aspectos que
suponen una combinación entre la subcategoría de partido clasista de masas
y la de partido leninista, ya que si bien se desenvuelve en el ámbito de las
formalidades democráticas, su propuesta ideológica socialista pudiera
considerarse como radical. Así mismo, está el hecho de que cuestiona el
modelo de democracia representativa, para ser sustituido por una de tipo
protagónico y participativo.
Al mismo tiempo se puede identificar en el PSUV la presencia del líder
carismático de manera clara. El presidente Hugo Chávez Frías fue sin duda
ese líder providencial en torno al cual giraba casi toda la propaganda político-
electoral del PSUV y la gestión de gobierno. Los mismos estatutos del
partido (PSUV. 2010, p. 50), validan esta afirmación, así el art. 2 expresa:
Todos los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reconocerán al Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, como Líder Eterno y Presidente fundador del Partido Socialista Unido de Venezuela, como homenaje amoroso de quienes nos sentimos sus hijos e hijas, y en reconocimiento a su inconmensurable legado para ésta y las generaciones futuras;
47
en reconocimiento, además, a toda una vida plena de luchas, batallas y victorias, entregada con total desprendimiento al digno Pueblo de la República Bolivariana de Venezuela
Esto le otorga al PSUV también un perfil de partido electoralista
personalista, que según los autores antes mencionados, es una plataforma
que sirve para que un líder pueda ganar elecciones y ejercer el poder. Este
dirigente posee un importante liderazgo nacional y se presenta como
indispensable para resolver los problemas del país y el uso de la ideología no
es del todo relevante. Cuentan con una estructura organizativa débil y
superficial que hace uso de redes clientelares.
Otra consideración importante sobre el PSUV la hace Salamanca
(2015), quien aporta la idea del partido de gobierno, que es aquél que ejerce
mucha influencia en el Poder Ejecutivo; gobernando de alguna manera; que
se reúne con frecuencia y opina sobre los asuntos claves del país. Este tipo
de ejercicio de partido fue normal en Venezuela durante los gobiernos del
bipartidismo. Pero en el caso del MVR antes y el PSUV ahora, fueron
partidos de gobierno que no gobernaron, siendo sustituidos por el liderazgo
personalista, esencialmente Hugo Chávez.
Ante la desaparición física de este, el vacío de liderazgo carismático no
puede ser llenado por Nicolás Maduro, quien se rodea de personajes que
proceden de “diversos grupos burocráticos dentro del chavismo, que pueden
ser todos del PSUV, pero no son escogidos porque el partido tenga un peso
determinante en las decisiones de Maduro, sino porque éste tiene que
buscar un equilibrio entre los grupos de poder interno “(Salamanca. 2015, p.
2).
Esto hace que el PSUV como organización, tenga un papel secundario
en la gestión de gobierno, siendo útil solo en los eventos electorales. Es
entonces un “Partido Estado”, que utiliza las instituciones estatales para
ganar apoyos y crear lealtades políticas. Estas características se acercan a
48
las que definen al Partido Cártel, en tanto el PSUV es usufructuario de los
recursos gubernativos.
Estos elementos configuran un partido que combina elementos y rasgos
del tipo de Partido de Masas, el Electoralista Personalista y de Cartel. Esta
combinación está dada por el origen del mismo. El PSUV nace como
expresión de la voluntad de un líder carismático, que prácticamente se valía
por sí mismo para ganar elecciones. Al desaparecer éste, el partido queda
huérfano de ese poderoso liderazgo, que sin embargo, pese a no alentar un
liderazgo de relevo suficientemente sólido y autónomo, se dio a la tarea de
construir una estructura organizacional que permitiese seguir adelante en la
gestión político-electoral con cierto éxito, siempre de la mano de los recursos
de la gestión pública, para seguir alimentando las redes clientelares.
Pero en la medida que pasa el tiempo y el recuerdo de Hugo Chávez
queda atrás y el modelo económico hace crisis, debido a la disminución de
los ingresos petroleros, la gestión del gobierno pierde popularidad y en
consecuencia, el PSUV ve reducido su capacidad de convocatoria y de
obtención de votos. El reto del PSUV consiste en superar la praxis del
liderazgo carismático y redefinir la manera como se relaciona con la
población y fortalece y restablece sus lealtades políticas.
Ideología
El cuerpo ideológico del PSUV está conformado por una mezcolanza de
ideas diversas, muchas de ellas heredadas del MVR y otras que se sumaron
durante el desarrollo del proceso político encabezado por Hugo Chávez.
Del MVR se adquiere, por ejemplo, la referencia al pensamiento
bolivariano y el llamado Árbol de Tres Raíces, que compendia las ideas del
mismo Bolívar, de Ezequiel Zamora y Samuel Robinson, alias que asumió
Simón Rodríguez. Las ideas socialistas. Así mismo, rescata las ideas del
socialismo y de la reivindicación de los pueblos originarios de América.
49
Este crisol ideológico está plasmado y desarrollado en el Libro Rojo
(2010), que recoge los documentos fundamentales del PSUV, aprobados en
el Primer Congreso Extraordinario del partido. Estos documentos son la
Declaración de Principios, los Estatutos y las Bases Programáticas del
Partido. A continuación se analizarán algunos extractos de esos documentos,
cuyo contenido ofrece claves importantes para el esclarecimiento del bloque
doctrinario del PSUV.
a. Declaración de Principios
El Partido asume el ideario Bolivariano, la contribución de Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, así como los aportes de lucha y organización de los pueblos indo-afroamericanos; se inspira en los orígenes del cristianismo, en la teoría de la liberación, se nutre del socialismo científico (...) El partido se declara como: • Anticapitalista y Antiimperialista • Anticorrupción • Socialista • Marxista • Bolivariano • Comprometido con los intereses de la clase trabajadora y el pueblo • Humanista • Internacionalista • Patriótico • Unitario • Ético y con moral revolucionaria • Defensor de los derechos de la madre tierra • Defensor de la igualdad y equidad de género • Defensor de los derechos de las personas con discapacidad • Defensor de la democracia participativa y protagónica en la sociedad • Como vanguardia política del proceso revolucionario • Original y creativo •Defensor, impulsor y promotor del Poder Popular • Promotor del desarrollo endógeno • Defensor de la igualdad en el seno de la organización
50
• Crítico y autocrítico • Basado en el principio del centralismo democrático y de dirección colectiva • Disciplinado • Practicante de la democracia interna en el partido
Según esta Declaración de Principios, el PSUV es un partido que en
términos ideológicos se ubica claramente en la izquierda. La primera
referencia que se hace es al Árbol de Tres Raíces. Esta construcción
ideológica supone la combinación de las ideas políticas de Bolívar (Raíz
Bolivariana), Simón Rodríguez (Raíz Robinsoniana) y Ezequiel Zamora
(Raíz Zamorana). De la Raíz Bolivariana se pueden destacar ideas
republicanas y de libertad, así como frases impactantes como la búsqueda
de la “suprema felicidad social”, que es usualmente relacionada con políticas
sociales e incluso con el Socialismo.
De la Raíz Robinsoniana se subraya la idea de la originalidad que
deben tener los procesos políticos latinoamericanos, resumida en la frase “o
inventamos o erramos”, así como la importancia de la educación popular y
para el trabajo. De la Raíz Zamorana se rescata las ideas sobre federalismo
y lemas como “tierra y hombres libres” y “horror a la oligarquía”, incorporadas
con al discurso político de Hugo Chávez y de los dirigentes del PSUV.
La declaración también incluye una referencia a grupos indígenas y
afroamericanos, conjuntos poblacionales que históricamente, desde la
perspectiva de la izquierda, han sido excluidos por las élites gobernantes. Es
pues, una reivindicación de estos pueblos que forma parte, de manera
habitual, del discurso y la comunicación política del PSUV, acompañado de
políticas públicas y leyes que apuntan a su atención.
La invocación del cristianismo y la teología de la liberación resultan
llamativas, sobre todo porque inmediatamente se menciona al socialismo
científico, que se considera ateo. Aunque la teología de la liberación se
pueda incluir dentro del catálogo de doctrinas que se alojan a la izquierda, no
51
es común encontrar en un partido que se inscribe en el socialismo, una
declaración que incluya elementos religiosos.
El PSUV se declara igualmente enemigo del capitalismo,
antiimperialista, marxista y patriótico, principios tradicionales en los partidos
de izquierda no moderada, incorporando también la defensa de la igualdad
de géneros, de los derechos de los discapacitados, que propugna la
democracia participativa y la organización popular, todos estos principios que
tienen más asidero en la sociedad actual (PSUV. 2010).
a. Estatutos del Partido Socialista Unido de Venezuela
ARTÍCULO 3: PROPÓSITO U OBJETO El propósito fundamental del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es la construcción del Socialismo Bolivariano, la lucha antiimperialista, anticapitalista y la consolidación de la democracia bolivariana, participativa y protagónica (...)
ARTÍCULO 4: VALORES Y PRINCIPIOS
El partido se constituye como partido socialista, afirma la sociedad socialista como única alternativa para superar el sistema capitalista. Asume como fuentes creadoras los pensamientos y las obras de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora y Hugo Chávez. De igual manera toma los principios del socialismo científico, el cristianismo, la teología de la liberación (…) la equidad y la igualdad de género y la obligación ética de construir un modelo respetuoso de la vida y de la madre tierra que garantice la sobrevivencia de la humanidad. Como partido pluriétnico y en pluridiversidad, nutre sus raíces de la afroindianidad legadas por Guaicaipuro y José Leonardo Chirino, e inspirado en el pensamiento y la acción revolucionaria del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías, Líder Eterno y Presidente Fundador del PSUV, dirigidos a crear el hombre nuevo y la mujer nueva en un crisol de esperanzas y de sueños que hacen de nuestro socialismo un socialismo mestizo, cargado de africanidad, de los elementos propios de nuestros pueblos indígenas, con la visión internacional que ha tenido como máximo exponente a Francisco de Miranda.
52
ARTÍCULO 7: CARACTERÍSTICAS DEL O LA MILITANTE Toda y todo militante del Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV es socialista, bolivariano, chavista, antiimperialista, anticapitalista, internacionalista, humanista, ambientalista y feminista; (…) y guía su conducta por los siguientes valores:
• La ética y la moral socialista. • La formación y autoformación socialista. • La disciplina consciente basada en la crítica y la autocrítica.
• La práctica de la solidaridad y el amor. • La conciencia del deber social. • La lucha contra la corrupción y el burocratismo (P. 54-55) ARTÍCULO 11: COMPROMISO DEL Y LA MILITANTE CON EL
ESTUDIO TEÓRICO Y PRÁCTICO El partido declara como valor fundamental la formación y autoformación socialista, de tal forma se constituirá un Sistema de Formación política e ideológica (…) se fomentará la formación de todos y todas las militantes del partido en su Doctrina, Estatutos, Principios, Programa y Documentos Oficiales, priorizando el estudio profundo del Bolivarianismo, nuestra historia, el pensamiento crítico universal y el marxismo.
Los estatutos del PSUV ratifican lo expuesto en los Principios. Es un
partido inspirado en el Árbol de Tres Raíces, que mira hacia el indigenismo y
lo afroamericano, rescatando de ambos valores y creencias. La novedad es
que introducen el concepto de socialismo bolivariano, pero sin precisar este y
define al militante del partido no solo como socialista y bolivariano, sino
también como chavista, feminista, además de antiimperialista y
anticapitalista. De igual modo impulsa la formación ideológica del militante
en el socialismo, el pensamiento crítico, el bolivarianismo y el marxismo.
Un elemento digno de destacar es la referencia a la unidad cívico-militar
en los valores y principios del PSUV. El origen militar del movimiento
Chavecista es innegable, siendo que el propio Chávez nunca ocultó su
formación militar. Además, la mezcla de la política y lo militar ha sido usual
53
en Venezuela, con una historia pródiga en golpes de Estado y gobiernos
militares, con la particularidad de que durante la década de los sesenta, un
grupo de militares se unieron a los grupos guerrilleros de izquierda. El propio
MBR-200, antecedente del MVR, era un grupo de militares penetrados por
los ideales de izquierda radical.
Por su parte, las Bases Programáticas del PSUV (2010), profundizan en
torno a los aspectos ideológicos del Partido. En ese sentido, propone:
b. Bases Programáticas del PSUV
Los objetivos estratégicos de la Revolución Bolivariana son:
1 La consolidación de la Democracia Participativa y Protagónica
La Democracia Participativa y Protagónica conduce en su desarrollo y consolidación a la Democracia Socialista, que no es otra cosa que la construcción del poder popular. La Democracia Socialista no es un tiempo-espacio social al que se accede desde afuera de la praxis política, sino un proceso abierto y contradictorio al calor de la lucha de clases, mediante el cual progresivamente el pueblo ejerce su soberanía y, a través de su participación, va construyendo la libertad, la igualdad y la justicia con sentido socialista, como fundamentos de la nueva sociedad y el nuevo Estado Socialista. 2 La derrota del imperialismo y toda forma de dominación
extranjera (…) la lucha antiimperialista debe concentrarse en avanzar en la construcción de un bloque de países socialistas; en levantar el socialismo como alternativa integral frente la decadencia del capitalismo; en propugnar la construcción de un mundo pluripolar; en unir los sectores, organizaciones, movimientos sociales y los partidos antiimperialistas; en promover y fortalecer diversas iniciativas para la construcción de una nueva arquitectura de alianzas internacionales (...) 3 La construcción del Socialismo Bolivariana
54
El socialismo, en su sentido más general, tiene como punto de partida la toma de conciencia sobre las contradicciones del capitalismo y la lucha por resolverlas en función del mundo del trabajo para garantizar la suprema felicidad social y la emancipación de la humanidad. La lucha por el socialismo nos obliga a resolverlas contradicciones del capitalismo a favor delas fuerzas del trabajo; a conquistar para la producción el mismo carácter social de la distribución y el consumo; a que el dinero no sea la máxima potencia y que los seres humanos sean considerados por sus valores intrínsecos (…)
Tareas de la Revolución Bolivariana para la Transición al Socialismo
La tarea central La tarea central de la Revolución Bolivariana es desmontar el poder constituido al servicio de la burguesía y el imperialismo y refundar un poder radicalmente distinto, al servicio del pueblo venezolano y los demás pueblos del mundo, es decir, la construcción del poder popular y revolucionario.
Las tareas principales
Para cumplir esta tarea central es necesario que la Revolución Bolivariana lleve adelante (…) las siguientes tareas (…) la lucha contra la alienación de la conciencia social y por la construcción de una conciencia revolucionaria; la lucha contra la dominación y opresión política (…) la lucha por hacer de la democracia un espacio para la participación y el protagonismo popular (…) Construcción de una conciencia revolucionaria como forma de superar la alienación de la conciencia social propia del capitalismo. Es necesario refundar las prácticas políticas y sociales dotándolas de un sentido y contenido moral y ético que cuestione radicalmente las instituciones burguesas heredadas y el imaginario social (ideologías, representaciones sociales, prácticas sociales y antivalores) con base en una nueva escala de valores humanistas, solidarios y críticos (…) La transformación de la conciencia social y de aquellas dimensiones que la constituyen más directamente, como la información, la comunicación, la educación y la cultura, en relación con las prácticas sociales y los valores que las sustentan, es una tarea fundamental para la revolución
55
bolivariana. Ello implica el diseño de políticas y formas organizativas nuevas para que el trabajo, la comunicación (el lenguaje) y la cooperación al seno de la comunidad (…) Transformar la política en un oficio noble para la vivencia vital, plena, digna y gratificante y la democracia en un espacio para la participación y el protagonismo popular. (…) el fortalecimiento del poder popular que, en esta etapa de transición, debe expresarse en la creación de un nuevo espacio público comunal que permita la construcción de una nueva sociedad democrática, participativa y protagónica, un nuevo estado comunal y socialista que exprese genuinamente los intereses del pueblo venezolano. La sociedad socialista sólo es posible mediante el ejercicio de la soberanía popular y la participación protagónica del pueblo en la dirección de la comuna, la sociedad y el Estado (…). (…) necesitamos un Estado fuerte que vaya asumiendo diversas esferas de la economía y la vida social y cultural. La lucha contra la dominación política requiere del Estado para el apalancamiento del poder popular y garantizar que la nueva institucionalidad se consolide bajo el signo de la participación popular, de nuevas organizaciones marcadas por la comuna (…) Surgirá así un nuevo Estado socialista dirigido por y al servicio del pueblo, que terminará por desplazar el viejo Estado burgués. Humanización del trabajo como condición de vida del hombre y la mujer. Impulsar un modelo económico socialista basado en el desarrollo endógeno sustentable, lo que implica la lucha por la eliminación progresiva de la explotación capitalista del trabajo ajeno y la apropiación individual y privada de sus productos, por un lado, y por el otro, simultáneamente, garantizar que la apropiación del producto del trabajo sea social, tanto desde el punto de vista del consumo para satisfacer las necesidades humanas, como de la acumulación social para ampliar la base material de producción de la sociedad. Diseñar e inventar nuevas formas de producción, distribución, circulación y consumo, que tiendan a eliminar la lógica del capital y la intermediación depredadora de los capitalistas; desarrollar nuevas formas de apropiación social y comunitaria del excedente económico y nuevas formas de acumulación comunitaria y social (…) Modelo productivo de transición al socialismo
56
La humanización del trabajo El proceso de humanización del trabajo como fundamento de la superación de las relaciones capitalistas de producción y nuevo modelo socialista de producción y desarrollo social (…) El capitalismo El capitalismo se asienta en la expropiación del productor directo de los medios, con la consiguiente enajenación del producto del trabajo, el cual pasa a ser propiedad privada del dueño de los medios de producción. La superación del capitalismo Sólo es posible avanzar en la eliminación del capitalismo si se eliminan las relaciones sociales de producción basadas en la explotación del trabajo ajeno (…) (…) una de las condiciones para eliminar la explotación del trabajo ajeno, es la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción esenciales, en particular, la propiedad privada monopólica. Este es un principio de la construcción del socialismo. Puede ampliarse la frontera de cobertura de atención social y servicios, y puede elevarse la calidad de vida de la población (…) pero éstas no serán más que diversas modalidades del llamado “Estado de bienestar social”, que en esencia no alteran las relaciones de producción capitalistas, y nunca constituirán un avance en la construcción del socialismo. Bases del modelo productivo de la transición al socialismo Se requiere tomar el instrumental teórico de la crítica de la economía política formulado por Marx y enriquecido por autores marxistas para fundamentar una crítica de la economía política de la transición que dé respuesta a los problemas generales pero también a los concretos e inmediatos. A- Unas Relaciones Sociales de Producción dirigidas a la humanización de los procesos de trabajo, implican necesariamente, entre otras, las medidas siguientes: 1. Reducción progresiva y creciente hasta su eliminación definitiva de la explotación del trabajo ajeno (...) 2. Convertir al trabajo en el valor fundamental de las relaciones de producción y de las relaciones sociales, promoviendo las formas de trabajo cooperativas, solidarias y voluntarias. 3. Introducir
57
progresivamente mejoras sustanciales en las condiciones de trabajo (…) B- Formas de propiedad: 1. Eliminación de propiedad privada monopólica nacional y extranjera sobre los medios de producción, especialmente los esenciales. 2. Promoción de la propiedad privada no monopólica con función social. 3. Promoción de empresas mixtas con mayoría accionaria del Estado y progresivo control de los trabajadores y trabajadoras (…) 6. Promoción de la propiedad comunal, forma de propiedad colectiva que sólo puede usufructuarse en comunidad. 7 Propiedad Estatal, como forma indirecta de la propiedad colectiva. 8. Propiedad personal consistente en el patrimonio personal y familiar, que no puede usarse para la explotación de trabajo ajeno. C- Organización de la producción: Ruptura de los mecanismos de saqueo imperialistas I. Ruptura de los mecanismos de financiación de la economía (…) que permite al capital financiero internacional, que controla los sistemas financieros nacionales, captar el ahorro interno, incluyendo la renta petrolera, para propiciar la fuga de capitales,...2. Creación de una banca estatal sólida, (…) Regulación de la economía y en particular de las tasas de cambio [control de cambios], de interés, de la base monetaria y de las reservas internacionales (…) II. Ruptura de la dependencia. 1. Ruptura de las relaciones de dependencia de los grandes monopolios internacionales y del circuito internacional de acumulación del capital (…) Sustitución del modelo rentista petrolero y primario exportador de materias primas por un modelo productivo de desarrollo endógeno que garantice la integración económica inter, intra y territorial (…) III. Ruptura de la cultura empresarial capitalista. Modo de comercialización socialista. 1. Unificar la relación producción–consumo y tender a eliminar la intermediación comercial capitalista (…)
Las Bases Programáticas del PSUV resultan el documento más extenso
y específico, de los tres analizados y que asientan el zumo ideológico del
58
partido. En primer lugar, la construcción de la democracia protagónica y
participativa apunta, en primera instancia, a uno de los aspectos que Hugo
Chávez cuestionó reiteradamente: la democracia representativa, como
expresión del modelo liberal burgués, al servicio de las élites económicas y
políticas, en detrimento de las clases populares. La democracia protagónica
y participativa, asentada en el preámbulo de la Constitución de la República
Bolivariana d Venezuela de 1999 (CRBV) y en su artículo N° 6, constituye
una vía para la edificación de la llamada Democracia Socialista, que se
traduce a su vez, en la construcción del poder popular.
El poder popular puede entenderse de dos maneras. Por un lado, un
conjunto de mecanismos político-legales que instrumentalizan el ejercicio de
toma de decisiones de interés público al pueblo organizado. Es el pueblo
participando directamente en la solución de sus problemas, en la satisfacción
de sus necesidades; es el empoderamiento del pueblo. Por otro lado, el
poder popular remite a un constructo filosófico, un planteamiento teleológico
del ideario chavista, un fin en sí mismo. Los Consejos Comunales y la figura
del Poder Comunal, instrumentalizados a través de una serie de normativas,
son la expresión tangible del poder popular.
El PSUV, por medio de estos mecanismos legales, se adueña de la
noción de pueblo y de lo popular, aunque esta idea sea vaga o imprecisa. El
presidente Chávez se posiciona de esta idea, utilizando para ello
herramientas de comunicación política (lenguaje sencillo y directo, música
local, expresiones coloquiales, manifestaciones religiosas, mitos populares),
que lo acercan estos sectores. Su sucesor, el Presidente Maduro, trata de
usar esas mismas estrategias para conectarse con esos sectores,
autoproclamándose como el primer presidente obrero y recurriendo a
anécdotas que rayan en lo esotérico, para lograr enlazarse con las grandes
mayorías.
El concepto de socialismo bolivariano es el eje ideológico del PSUV. Se
puede entender a partir de la importante presencia militar que hay en el
59
partido y en sus orígenes. EL MVR, antecesor del PSUV, fue la expresión
civil y que le dio forma democrática al MBR200, movimiento conspirador de
un grupo de militares de rango medio, que lideraba Hugo Chávez y que tenía
fuertes vínculos con la izquierda radical. Sin embargo, el ideal bolivariano y el
socialismo no lucen compatibles, lo que genera un desconcierto en términos
de coherencia ideológica. Se hace un esfuerzo para actualizar el
pensamiento bolivariano, “al menos a lo atinente a la idea de la justicia
social” (Pereira. 2006:76), pero no quedan claros otros aspectos, sobre todo
en lo relativo al funcionamiento de una democracia en una sociedad moderna
y plural, siendo que Bolívar tenía reservas en torno a los beneficios de una
democracia en una sociedad como la venezolana en el siglo XIX.
Se puede sugerir, siguiendo a Pereira (2006), que la apelación al
ideario de Bolívar constituyó un mecanismo que permitió que un grupo de
militares implicados en las intentonas golpistas de 1992, se sintieran más
cómodos en esa aventura, al verse acompañados con factores de la
izquierda radical, dado todo lo que en términos simbólicos, significa Bolívar.
El concepto de unión cívico-militar es producto de esa visión, Sin embargo,
esta dualidad, Civiles de Izquierda-Militares Bolivarianos generó no pocos
conflictos internos en el seno del desaparecido MVR y del actual PSUV.
Por otra parte, el PSUV llama a transformar los mecanismos
referenciales de las prácticas políticas y sociales, para dotarlas de un nuevo
sentido axiológico basado en el socialismo. Es la construcción de una nueva
conciencia política, a través del uso de los medios de comunicación y la
educación, es decir una tarea de ideologización a partir incluso del lenguaje,
que recuerda a la concepción orwelliana del neolenguaje (Arocas. 2015).
Así mismo, las bases programáticas hacen referencia al modelo
económico. El PSUV se declara abiertamente anticapitalista y parte de sus
objetivos pasan por destruir el sistema de producción capitalista, para
sustituirlo por uno socialista y humanista. Si bien se plantea abolir la
propiedad privada, esta se haría de manera limitada, es decir, solo apuntaría
60
a la propiedad privada monopólica nacional y extranjera sobre los medios de
producción fundamentales. En este sentido, se proponen otros tipos de
propiedad que apuntan a la colectivización de la misma, con el Estado como
socio en alguna de esas modalidades.
El rol del estado en la economía sería determinante, teniendo vía libre
para intervenir, establecer controles de todo tipo y convertirse también en un
Estado empresario. Se observa entonces que se impulsa un modelo
económico donde el Estado es fundamental, aunque hay ciertos espacios
para la iniciativa privada.
La humanización del trabajo hace referencia a mejorar las condiciones
de los trabajadores en sus sitios de trabajo. A tal fin, se ha legislado
profusamente durante los períodos de gobierno de Hugo Chávez y Nicolás
Maduro para darle al trabajador unas condiciones laborales favorables.
Por último, la lucha contra el imperialismo es una característica típica de
la izquierda tradicional y el PSUV hace énfasis en ello, al igual que en lo
relativo al espíritu de integración latinoamericana.
Organización del PSUV
Los estatutos del PSUV y su reglamento de funcionamiento,
desarrollan de manera clara la estructura organizativa del partido.
De acuerdo al artículo 15 de dichos estatutos, la organización territorial
del PSUV comprende las patrullas socialistas, las “Unidades Bolívar Chávez
(UBCH), equipos políticos comunales socialistas, equipos políticos
parroquiales socialistas, equipos políticos municipales socialistas, equipos
políticos estadales socialistas, regiones socialistas y la Dirección Política
Nacional” (PSUV. 2010:59-60).
Desde un punto de vista funcional y de acuerdo al artículo 16 de sus
estatutos, el PSUV se estructura de la siguiente manera:
El Congreso Socialista, la Presidencia del partido, la Primera Vicepresidencia, las Vicepresidencias regionales, las
61
Vicepresidencias Sectoriales, la Dirección Política Nacional, las Coordinaciones de Comisiones, el Sistema de Formación del partido, las patrullas sectoriales, así como cualquier otra que determine la Dirección Política Nacional.
Las instancias de dirección del PSUV, según el reglamento de
funcionamiento (art. 6), son el Congreso Socialista, la Presidencia del
Partido, la Primera Vicepresidencia, la Dirección Política Nacional, el Buró
Político Nacional, las Vicepresidencias Regionales y las Vicepresidencias
Sectoriales.
La máxima instancia de dirección del PSUV es pues, el Congreso
Socialista, que tiene la autoridad de establecer la normativa de la
organización, designar al presidente, y convocar a elecciones internas para
la renovación de la Dirección Política Nacional, si así lo considere. Puede ser
convocado periódicamente por la Dirección Nacional vigente y de manera
extraordinaria por el Presidente del partido. Está integrado por delegados
natos (integrantes de la Dirección Nacional y Equipos Políticos Locales) y
delegados electos por las bases del partido (Artículo 30 de los Estatutos).
El Presidente del partido es la máxima figura ejecutiva del partido y
tiene como prerrogativas establecer las líneas políticas estratégicas del
partido, designar y remover vicepresidentes y demás miembros del Buró
Político, crear regiones socialistas, convocar y presidir el Congreso Socialista
y el Buró Político.
La Dirección Política Nacional (DPN), es la segunda instancia de
dirección del partido y está integrada por el Presidente o Presidenta del
Partido, el Primer Vicepresidente o Vicepresidenta, por un número de
miembros comprendidos entre quince (15) y treinta (30) militantes, elegidos
de acuerdo a lo establecido en los Estatutos del Partido para un periodo de
tres (3) años, pudiendo ser reelectos, los Vicepresidentes o Vicepresidentas
Regionales y Sectoriales(Art 14 del Reglamento de Funcionamiento). La DPN
tiene como función principal la planificación estratégica del trabajo político,
62
función que se operacionaliza con la formulación del Plan Nacional de Acción
Política. La DPN se reúne 2 veces al mes y cuenta con una Secretaría
Ejecutiva, que sirve de apoyo operativo.
Dentro de la DPN operan las Comisiones Nacionales, que
instrumentalizan la política del partido, divididas en áreas específicas, de
acuerdo al artículo 30 del Reglamento (PSUV. 2012, p. 11), son:
1. Organización y Movilización 2. Movimientos Sociales y Poder Popular 3. Técnica Electoral 4. Finanzas 5. Comunicación, Propaganda y Agitación 6. Asuntos Internacionales 7. Asuntos Jurídicos 8. Seguridad y Defensa 9. Seguridad Ciudadana 10. Formación Socialista 11. Tribunal Disciplinario
El Buró Político Nacional, por su parte, es la instancia de dirección y
coordinación política del día a día de la organización, responsabilizándose
del seguimiento y estudio de los sucesos y eventos políticos nacionales e
internacionales, económicos y sociales de interés para Venezuela, a objeto
de darles respuesta oportuna.
Otra instancia territorial que se reconoce son las Regiones Socialistas,
que “son estructuras organizativas establecidas en ámbitos territoriales que
pueden coincidir o no con los límites político-administrativos de los estados,
municipios o dependencias federales del país” (PSUV. 2012, p. 8). Estas son
dirigidas por un Vicepresidente Regional.
Toda esta elaborada y compleja estructura organizativa, de tendencia
leninista, no deja espacios geográficos sin cubrir y cierra con los Equipos
Políticos Regionales, Estadales, Municipales, Parroquiales y Comunales,
cada uno de los cuáles atienden los asuntos relativos a la gestión política en
63
concordancia con las directrices políticas nacionales y todas vinculadas con
comisiones de enlace que responden al ámbito geográfico correspondiente.
Esta enrevesada trama de instancias, sin embargo, responden al liderazgo
personalista del presidente del partido, quién en la práctica puede influir en
las decisiones de la organización sin mayor obstáculo, situación que fue
especialmente recurrente durante la existencia del presidente Hugo Chávez.
El PSUV también tejió una red de instancias y organizaciones que
tienen por objeto vincularse con el poder popular, acompañándolo no solo en
la movilización política, sino también en lo concerniente al disfrute de los
beneficios de los programas sociales (Misiones) llevados adelante por el
gobierno. La primera de estas organizaciones son las patrullas socialistas,
que pueden ser territoriales (ámbito de acción) o sectoriales (tipo de actividad
desarrollada), contempladas en los artículos 20 y 21 de los estatutos.
Una segunda organización es la Unidad Bolívar Chávez (UBCH),
prevista en el artículo 22 de los estatutos, definiéndola como “la
organización esencial y base de articulación de las patrullas socialistas para
la ejecución coordinada de los planes de acción política y social en un radio
de acción determinado” (PSUV. 2010, p. 63). Cada UBCH, está conformada
por 10 patrullas. Las patrullas se subdividen en unidades de Defensa
Integral, apoyo al Gobierno de Eficiencia en la Calle, articulación con la
Juventud, Formación Ideológica, Logística y Movilización, entre otras.
Desde su creación, el PSUV se ha apalancado en estas estructuras
para la implementación del llamado método “1x10” en los procesos
electorales, comportándose como una eficaz maquinaria electoral. Una de
las estrategias que más utilizó Chávez y que repite el gobierno de Maduro,
es la constante movilización política, impulsada por la personalidad y carisma
del primero, pero que evidentemente es menor en el caso de Maduro. Estos
impulsos movilizadores siempre han sido respondidos por estas
organizaciones de base.
64
En lo relativo al financiamiento del partido, los estatutos plantean la
obligación de los militantes de aportar mensualmente un monto fijado por la
DPN.
5.2. Voluntad Popular
Voluntad Popular (VP) es un partido político fundado en diciembre del
2009 por el ex-alcalde Leopoldo López, junto a un grupo de líderes y
militantes provenientes de los partidos Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia,
COPEI y Acción Democrática, así como algunos dirigentes del movimiento
estudiantil venezolano protagonista de los hechos políticos del año 2007,
haciéndole frente al cierre del canal de televisión RCTV y al Proyecto de
Reforma Constitucional impulsado por el Presidente Chávez. Su camino
hacia la conformación como partido político sin embargo, se inició en el año
2004, cuando desde la Alcaldía de Chacao se constituyeron las Redes
Populares, órganos que tenían como objetivos la articulación de la acción y
liderazgo comunitario (Voluntad Popular. 2016).
Leopoldo López era un miembro prominente de Primero Justicia, pero
en Diciembre de 2006, junto a otros dirigentes de la organización, decide
abandonar ese partido por diferencias en relación al proceso electoral
interno. Con este grupo de dirigentes, se incorpora al partido Un Nuevo
Tiempo (UNT), donde asume la Vicepresidencia de Participación Ciudadana
y Redes Populares (Aporrea. 2007), abandonando a esta tolda política en
septiembre del año 2009. Es entonces cuando decide conformar un partido
político, junto a un grupo de dirigentes provenientes de otros partidos de
oposición y de liderazgos estudiantiles. Finalmente, el 14 de enero de 2011,
Voluntad Popular es finalmente aprobada finalmente como partido político
por el Consejo Nacional Electoral (Voluntad Popular. 2016).
Voluntad Popular (VP) se propuso impulsar la democracia interna a
través del mecanismo de las primarias para escoger a los aspirantes de la
65
Unidad Democrática a los diferentes cargos de elección pública. En ese
proceso electoral, llevado a cabo el 12 de febrero de 2012, VP gana 35
candidaturas locales y una regional (Voluntad Popular. 2016). Leopoldo
López, quien era precandidato presidencial, le brinda su apoyo a Henrique
Capriles Radonski, quién terminaría siendo el candidato presidencial de la
Unidad Democrática para las elecciones del 7 de octubre de 2012.
Las elecciones presidenciales de Octubre de 2012 fueron el primer
proceso electoral nacional en el que Voluntad Popular participó con su
tarjeta, alcanzando 471.677 votos, lo que representó el 3,17 % del total
escrutado (CNE. 2016). Para las elecciones regionales del 16 de diciembre
de ese mismo año, VP se erige como la cuarta fuerza política de la Mesa de
la Unidad Democrática (MUD) y la sexta a escala nacional, con un total de
243.186 votos (Voluntad Popular. 2012).
Las elecciones presidenciales de Abril de 2013, marcaron un hito para
la acción política opositora, ya que todas las toldas políticas de ese signo
decidieron utilizar la tarjeta de la MUD como mecanismo unitario electoral,
repitiendo esta estrategia para los comicios municipales del mismo año, en
donde los candidatos de VP obtuvieron la victoria en 18 alcaldías, de las 53
que en total logró la coalición opositora (El Nacional. 2013). Sin embargo,
estos resultados constituyeron un retroceso electoral para la oposición, que
había perdido por muy poco las elecciones presidenciales.
El año 2014 inicia con una serie de protestas con un origen en el
movimiento estudiantil en San Cristóbal y que se extendería a buena parte
del territorio venezolano. En estos incidentes tendría protagonismo VP, en la
figura de su líder máximo, Leopoldo López. El saldo de estas
manifestaciones fue de 42 muertos y la detención de decenas de personas,
entre ellos, el propio López, el 18 de Febrero de ese año, además del
allanamiento de las oficinas del partido (BBC. 2014).
A partir de entonces, el partido resintió la ausencia de su principal líder
debido a su encarcelamiento, al tiempo que convertía esto en uno de sus
66
principales motivos de movilización política, de la mano de la propia esposa
de López, Lilian Tintori.
Para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, VP
formó nuevamente parte de la coalición de la MUD, que presentó otra vez
una única tarjeta electoral y obtuvo 112 curules de los 167 que conforman la
Asamblea Nacional para el período 2016-2021. De estos 112 diputados
electos, 14 eran miembros de Voluntad Popular, convirtiéndose en la cuarta
fuerza política dentro de las filas de la oposición, después de los partidos
Primero Justicia, Acción Democrática y un Nuevo Tiempo, en relación de la
conformación de la Asamblea Nacional se convirtió (Infórmate. 2015).
En los estatutos y manifiesto de Voluntad Popular se desgrana lo
relativo a su estructura y organización, así como a su perfil ideológico y
principios que propugnan. Pero antes de realizar el análisis de esos
documentos, es menester ubicar a VP dentro de las categorías de partidos
aportada por Gunther y Diamond (2003).
En primer lugar, VP en su manifiesto plantea que no surgen “como un
partido de masas ni como un partido de cuadros: somos un partido de líderes
para transformar el país a partir de la acción social” (Voluntad Popular.
2010:5). Esta autodefinición no supone una aclaratoria contundente en
relación a qué tipo de partido es VP. Sin embargo, siguiendo la tipología de
Gunther y Diamond (2003), VP podría encontrarse en la categoría de partido
electoralista, en sus subcategorías programático y personalista, en razón que
presentan una oferta programática precisa en su manifiesto y estatutos, pero
su quehacer político gira en torno al liderazgo de su fundador y principal
figura, Leopoldo López. El gran desafío que enfrenta VP es sobrellevar la
ausencia de López en tiempos definitorios para la política venezolana.
Ideología
Voluntad Popular es un partido político que se ha nutrido de dirigentes y
militantes que provienen de partidos de diversas visiones políticas, un punto
67
de partida que plantea una heterogeneidad ideológica. En sus documentos
fundamentales, tanto los estatutos como su manifiesto, no se esboza
claramente la adherencia a una corriente ideológica tradicional, como lo
puede ser la socialdemocracia o el socialcristianismo, sin embargo si hay
referencias a aspectos puntuales como el tema económico o la propiedad
privada. En este sentido, se procederá a analizar esos elementos presentes
en ambos documentos.
a. Estatutos de Voluntad Popular Activistas De nuestro compromiso ético Enmarcados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, nosotros, los activistas de la organización con fines políticos Voluntad Popular Activistas, asumimos el compromiso ético, privado y público, de adecuar en todo momento nuestra actividad partidista a la libertad, la igualdad y la solidaridad, fundamentos de los derechos por los cuales nos organizamos y en función de los cuales trabajaremos incansablemente hasta lograr las transformaciones necesarias (…) Nos declaramos progresistas y asumimos como parte integrante de los estatutos que a continuación suscribimos el Manifiesto Fundacional de Voluntad Popular Activistas, con lo cual nos comprometemos con la difusión de nuestra ideología, con adoptar y proponer políticas públicas insertas en las ideas del progresismo, con la generación de capacidades para los individuos y con la generación de bienestar individual y colectivo a través de nuestra gestión partidista y de gobierno.
ARTÍCULO 5: Voluntad Popular Activistas de conformidad con nuestro manifiesto fundacional, el cual forma parte integral de estos estatutos, es un partido progresista, en lo ideológico, solidario, justo y activo en lo social, democrático y participativo en lo político, e inclusivo ,responsable y pragmático en lo económico.
Los estatutos de Voluntad Popular no desarrollan en profundidad el
contenido programático del partido, ya que eso corresponde al Manifiesto. No
68
obstante, hace importantes planteamientos en torno a la ideología que
profesa el partido. En este sentido, destaca la referencia al apego de los
principios de la libertad, igualdad y solidaridad, valores que la Revolución
Francesa del Siglo XVIII introduce en el debate político, que provienen del
pensamiento de la ilustración y que se constituyeron en los principios
fundamentales de la llamada democracia representativa. Pero la referencia
más clara que se hace en este documento es la relativa a la definición de
progresista como sustento ideológico.
El progresismo, en términos ideológicos, es una definición poco precisa,
porque puede denotar simplemente una actitud propicia al progreso en un
espectro amplio, es decir en lo económico, social, cultural, científico-
tecnológico y político. Bajo esta idea general, plantea Borja (1997), que
podrían cobijarse ideologías tanto de derecha, de centro, como de izquierda.
La evolución del concepto ha variado con el tiempo; durante el siglo XVI la
idea de progreso estuvo relacionada con el ascenso escalonado hacia
estadios de civilidad cada vez más elevadas. La ilustración entendía que el
progreso venía de la mano del desarrollo de las artes, las ciencias y la razón.
A partir del siglo XIX, la noción de progresismo estaba vinculada con la de la
libertad, así que un progresista era el que luchaba por la conquista de la
libertad. Luego adquiriría otra noción, asociada con la inquietud por las
injusticias sociales. Progresista es entonces quien lucha por mayor igualdad,
equidad y justicia social. Durante buena parte del Siglo XX el concepto de progresismo fue
vinculado a los movimientos y partidos políticos de izquierda, pero fuera de
las posiciones extremas de dicha tendencia ideológica. Así pues, los
planteamientos progresistas, en su búsqueda por el cambio y las mejoras
sociales, son de izquierda. El progresismo es entonces una forma política de
izquierda moderada. El fin de la guerra fría trajo consigo una revisión de la
izquierda como propuesta política e, inevitablemente, esa revisión incluyó la
noción de progresismo. El nuevo progresismo se aleja de los dogmatismos
69
ideológicos en su búsqueda de soluciones de los grandes problemas
sociales. Esto queda evidente cuando VP manifiesta en sus estatutos un
pragmatismo en materia económica, significando que no están circunscritos a
un inamovible ideario o conjunto de recetas dictadas por la ideología.
Por su parte, el Manifiesto de Voluntad Popular si propone unos
lineamientos políticos y programáticos más amplios, entre los que destacan
los siguientes.
b. Manifiesto de Voluntad Popular Voluntad Popular es un movimiento social y político, plural y democrático, que busca organizar a los venezolanos para juntos alcanzar el progreso en paz, libertad y democracia. A través de la inversión social, el trabajo productivo, la educación de calidad, el desarrollo sostenible y el activismo social, construiremos una patria más segura, solidaria y próspera, donde todos los derechos sean para todas las personas, conciudadanos responsables y activos en el ejercicio de sus deberes. Principios y valores Los Activistas de Voluntad Popular, somos progresistas, y por eso defendemos tres principios cardinales: a) Somos Democráticos y participativos en lo político b) Solidarios, Justos y activos en lo social c) Inclusivos, Responsables y pragmáticos en lo económico. (6) La Venezuela que queremos A partir de este Manifiesto, nosotros, los activistas de Voluntad Popular, convocamos a todos los venezolanos para que nos unamos en la construcción de la Mejor Venezuela, que es la Venezuela de la Paz, el Bienestar y el Progreso, en un marco plural, próspero, libre e incluyente, donde podamos vivir en paz y en democracia. Una Venezuela con ciudadanos que valoren el éxito a través de la superación, el trabajo y el esfuerzo personal y colectivo. Una Venezuela con un Estado promotor del desarrollo social, que contribuya a elevar día a día la calidad de vida de todos los
70
venezolanos a través del acceso universal a la salud, la educación y los servicios públicos de calidad. Una Venezuela con una economía que reconozca y respete los diversos tipos de propiedad, como el producto del esfuerzo personal y colectivo. Con un sector productivo próspero, sólido, seguro, y con un alto grado de compromiso y responsabilidad social Principios programáticos 2.-‐ La Venezuela del Bienestar, es aquella donde exista igualdad de condiciones y oportunidades para la superación de todos los venezolanos, que nos permita acabar con la pobreza en paz y democracia. La Venezuela del Bienestar tiene como prioridades fundamentales la Atención Directa a la pobreza extrema; Disminuir la deserción escolar mediante la atención con aportes y subsidios directos condicionados y garantizar un sistema preventivo de salud a nivel nacional La Venezuela del Bienestar será construida a través de dos ejes de acción bien definidos como son: La Venezuela de la Superación, donde se promoverán políticas públicas de Salud, Educación, Vivienda y Hábitat, Servicios Públicos e Infraestructura y Seguridad Social; y la Venezuela Solidaria que pondrá su énfasis en la Atención a grupos vulnerables; Promoción de la responsabilidad social y una actitud responsable frente al Medio Ambiente. De esta manera superaremos la pobreza en Paz y en Democracia para alcanzar el desarrollo sostenible: A través del trabajo productivo A través de la acción social A través de la educación de calidad 3.-‐La Venezuela del Progreso: es aquella que le permita a todos los venezolanos tener un empleo digno y de calidad para progresar y darle a su familia una mejor calidad de vida... La prioridad para nosotros en la Mejor Venezuela es la generación de 500 mil empleos al año, a través de la Venezuela Emprendedora que tendrá como principios de acción el estímulo
71
a la Propiedad y a la Producción y La Venezuela Empleadora que tendrá como norte la generación de Empleos con Buenos salarios y con ello, fomentar la recuperación del poder adquisitivo del venezolano. (…) una Venezuela de Progreso requiere un replanteamiento de la Relación Estado, Petróleo y Sociedad Promoveremos que la propiedad de las reservas petroleras y del ingreso que éstas generan serán de toda la nación, de todos y cada uno de los venezolanos vivos y por nacer. Fortaleceremos los subsidios directos y la inversión social en las actividades de educación, salud y vivienda a partir de los recursos generados por el petróleo.
En su manifiesto, Voluntad Popular ahonda en su oferta programática y
de estas propuestas se desprenden características que lo van definiendo en
términos ideológicos. En primer lugar la reiteración en torno a su
autodefinición como progresista. Así mismo, se ratifica el enfoque pragmático
en lo económico, además de apostar por una mayor participación política y
social, como principios y valores de su militancia.
El proyecto de país que VP traza, denominado la Mejor Venezuela,
mezcla elementos que provienen de una visión liberal de la economía, con
políticas públicas en donde es fundamental la intervención del estado. Se
apuesta al esfuerzo productivo individual, el respeto a la propiedad privada e
incluso la posibilidad de transferir la propiedad de las reservas petroleras
directamente a la nación, planteando una nueva relación Estado, Petróleo y
Sociedad, a la par que apela al Estado como promotor del cambio social, con
un enfoque especial en la educación, salud y en la reducción de la pobreza.
Es pues, un programa político con características propias de la
socialdemocracia, que precisamente promueve un orden económico mixto en
el que caben tanto los “mecanismos del mercado como la planificación
estatal, la propiedad privada con el control social y las decisiones centrales
72
con las descentralizadas, para alcanzar las metas de su política económica”
(Borja. 1997, p. 790).
Organización de Voluntad Popular
Los estatutos de Voluntad Popular (2012, p. 5-13-14) delinean su
estructura organizacional, destacando lo siguiente:
TÍTULO V DE LAS INSTANCIAS DE DIRECCIÓN Y DECISIÓN CAPÍTULO I DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE ACTIVISTAS ARTÍCULO 31: La Asamblea Nacional de Activistas (ANA) es el órgano supremo deliberante de Voluntad Popular Activistas. Está integrada por todas las autoridades de la organización, desdela instancia parroquial hasta la nacional. ARTÍCULO 33: Son competencias de la Asamblea Nacional de Activistas las siguientes: a) Ratificar las modificaciones de los Estatutos de Voluntad Popular Activistas en donde se pretenda modificar los principios fundamentales de la organización. b) Aprobar las bases ideológicas y programáticas de Voluntad Popular Activistas. c) Aprobar y revisar el plan estratégico de largo plazo de Voluntad Popular Activistas.
La Asamblea Nacional de Activistas (ANA) reúne a todas a las
autoridades del partido, siendo previamente elegidos por los mecanismos
dispuestos en estos mismos estatutos.
Es una instancia de suma importancia ya que puede modificar los
estatutos y los lineamientos ideológicos, programáticos y políticos de VP. Por
su naturaleza es un órgano deliberante, donde se discutirán aspectos
estructurales de VP.
73
CAPÍTULO II DEL EQUIPO FEDERAL DE ACTIVISTAS
ARTÍCULO 34: El Equipo Federal de Activistas (EFA) es la máxima instancia de encuentro de los representantes Estadales de la organización junto con el Equipo Nacional de Activistas. En él se realizará la evaluación y seguimiento de las políticas nacionales y de cada uno de los Estados del país ARTÍCULO 35: El Equipo Federal de Activistas se reunirá de manera ordinaria cada seis (6) meses y extraordinariamente por convocatoria del Equipo Nacional de Activistas o de las 2/3 partes de los miembros del Equipo Federal de Activistas. ARTÍCULO 36: El Equipo Federal de Activistas estará conformado por: Tres (3) autoridades electas de los Equipos Regionales de Activista, los miembros del Equipo Nacional de Activistas y los Responsables Nacionales de los Movimientos Sociales. ARTÍCULO 42: Serán competencias del Equipo Federal de Activistas: a) Aprobar el plan estratégico de Voluntad Popular Activistas y decidir la política y la estrategia general del movimiento. b) Aprobar las modificaciones estatutarias en donde no se modifiquen los principios fundamentales de la organización. c) Convocar a elecciones para elegir a las autoridades de la organización. d) Coordinar las acciones políticas y sociales a nivel nacional. e) Designar con una mayoría equivalente a los 2/3 a los miembros de los órganos autónomos de la organización: Consejo de Disciplina, Mediación y Resolución de Conflictos, Comisión de Contraloría y Transparencia; y la Comisión Nacional Electoral. f) Decidir sobre los mecanismos de selección de los candidatos a elecciones nacionales, estadales y municipales, así como también a las elecciones de órganos legislativos. g) Aprobar con una mayoría equivalente a 2/3 de sus miembros la remoción de los miembros del Equipo Nacional de Activistas, previa decisión del Consejo de Disciplina, Mediación y Resolución de Conflictos. h) Aprobar por mayoría simple de sus miembros la división geopolítica de los Estados que por razones de territorialidad
74
presenten realidades disimiles y darle reconocimiento como miembro federal de la organización. i) Aprobar con una mayoría equivalente a 2/3 de sus miembros la constitución de nuevos movimientos sociales.
El Equipo Federal de Activistas (EFA), por su parte, es una instancia de
dirección de suma significancia, especialmente por sus atribuciones para
convocar elecciones y en materia del diseño de la estrategia política. La
presencia de representantes de todos los Estados responde a la importancia
que le da VP a la voz de las regiones, cónsono con los planteamientos de
profundización de la descentralización.
Otras instancias de dirección son el Equipo Estadal de Activistas (EEA)
y el Equipo Nacional de Activistas (ENA), desarrolladas en los siguientes
artículos:
CAPÍTULO III EQUIPO ESTADAL DE ACTIVISTAS ARTÍCULO 43: Existirán Equipos Estadales de Activistas (EEA) en cada uno de los Estados Geopolíticos que hubieran sido aprobados por el Equipo Federal de Activistas (EFA). Cada Equipo Estadal de Activistas es la máxima instancia de encuentro de los representantes Municipales de la organización junto con el Equipo Regional de Activistas. En él se realizará la evaluación y seguimiento de las políticas Regionales y acciones a llevarse a cabo en cada uno de los Municipios de dicho Estado. ARTÍCULO 45: El Equipo Estadal de Activistas estará conformado por: Tres (3) representantes por cada Municipio del Estado y los miembros del Equipo Regional de Activistas. ARTÍCULO 49: Serán competencias del Equipo Estadal de Activistas las siguientes: a) Aprobar el plan estratégico Estadal de Voluntad Popular y decidir la política y la estrategia general del movimiento en dicho Estado, de conformidad con los lineamientos del Equipo Federal de Activistas.
75
b) Coordinar acciones políticas y sociales a nivel Estadal CAPÍTULO IV DEL EQUIPO NACIONAL DE ACTIVISTAS ARTÍCULO 50: Equipo Nacional de Activistas (ENA) es el máximo organismo permanente de Voluntad Popular Activistas, su principal función será conducir el desarrollo y crecimiento político de la organización. Es el ente donde se toman las decisiones políticas del partido y se dan las directrices para el cumplimiento de las metas estratégicas haciendo un eficiente control y seguimiento de las mismas. ARTÍCULO 51: El Equipo Nacional de Activistas estará conformado por once (11) miembros electos mediante elección popular, de los cuales el más votado será el Responsable Nacional. ARTÍCULO 55: Serán competencias del Equipo Nacional de Activistas las siguientes: a) Coordinar a nivel nacional de todo el funcionamiento de las estructura políticas de Voluntad Popular Activistas. b) Dar dirección y ejecución política a la actividad partidista de Voluntad Popular Activistas. c) Realizar el control y seguimiento de cada uno de los puntos y objetivos estratégicos, así como del funcionamiento operativo de la organización. d) Tomar las decisiones correspondientes para el desarrollo de los objetivos estratégicos. e) Realizar el seguimiento de las estructuras políticas a nivel nacional. f) Discutir y aprobar los Reglamentos internos que desarrollen los derechos y obligaciones establecidos en los estatutos. g) Aprobación de los presupuestos generales de la organización. h) Adecuación de Voluntad Popular como institución, para afrontar diversos escenarios. Entre estos sugerir formas de organización, esquemas alternos de toma de decisiones y comunicación, esquemas de protección y defensa de nuestros dirigentes. i) Promover, cumplir y hacer cumplir los principios y valores de la organización, así como los estatutos, los reglamentos y las decisiones emanadas de los órganos de dirección de Voluntad Popular.
76
j) Convocar al Equipo Federal de Activistas (EFA) y definir su agenda previa comunicación a las instancias estadales. k) Aprobar con el voto de la mayoría simple de sus miembros el nombramiento de los Responsables de las distintas áreas que conforman el Organigrama de Voluntad Popular. Dichos responsables serán propuestos por el Responsable Nacional. l) Aprobar con el voto de la mayoría simple de sus miembros la realización y participación de la organización en reuniones, actos o movilizaciones políticas de carácter nacional.
Tanto el EEA como el ENA tienen responsabilidades claves en la
dirección política de VP. Son órganos de gestión y control del desempeño
político, partiendo desde el ámbito local y regional, en el caso del EEA y a
nivel nacional, como es el caso del ENA, que elige al Responsable Nacional.
A estas instancias se les debe sumar los Equipos Regionales de
Activistas (ERA), los Equipos Municipales de Activistas (EMA) y Equipos
Parroquiales de Activistas (EPA), que establecen funciones de gestión y
control de las actividades y objetivos políticos, en todos los niveles de
organización político-administrativa, designando y distribuyendo
responsabilidades en materia de movilización, la realización de elecciones
populares y promover, cumplir y hacer cumplir con los principios y valores de
la organización, así como con los estatutos, los reglamentos. Con estas
figuras, VP busca llegar e involucrar en la participación y militancia política a
ciudadanos que estén cerca de sus barrios, urbanizaciones y en general, de
su espacio natural.
En cuanto a las instancias políticas, los estatutos de VP (2012, p. 25)
disponen lo siguiente:
TÍTULO VI DE LAS INSTANCIAS POLÍTICAS ARTÍCULO 79: Son instancias políticas de Voluntad Popular Activistas las Responsabilidades de los Equipos de Dirección y los Responsables Políticos de dichos equipos.
77
ARTÍCULO 80: Cada nivel territorial contará con un Responsable Nacional, Estadal, Municipal y Parroquial, así como con un Responsable Político. ARTÍCULO 81: Los Responsables son necesariamente autoridades electas en las elecciones de Voluntad Popular Activistas, garantizando su legitimidad política, así como los derechos de todos los activistas a elegir y ser electo. ARTÍCULO 83: Son competencias del Responsable Nacional las siguientes: a) Ejercer la representación oficial del partido. b) Transmitir, cumplir y velar por el cumplimiento de las decisiones tomadas por el Equipo Nacional de Activistas y del Equipo Federal de Activistas. c) Mantener relaciones en nombre de Voluntad Popular Activistas con organizaciones políticas, económicas y sociales. d) Mantener una comunicación constante con todos los miembros de la organización. e) Dirigir las relaciones internacionales de la organización (...) f) Velar junto con las instancias de dirección por el correcto funcionamiento de la organización. g) Coordinar el trabajo de las áreas operativas de Voluntad Popular Activistas.
Con la designación de estos responsables políticos se distribuyen
responsabilidades en todos los niveles territoriales, tratando de ejercer
presencia política en dichos niveles, de manera, articulada, coordinada e
integrada a los lineamientos políticos nacionales. El responsable nacional no
solo es el representante del partido a nivel nacional, sino también el
representante ante el CNE. Sus atribuciones son similares, solo que son
ejecutables en el ámbito territorial que les corresponda. Destaca entre ellas
la construcción de vínculos permanentes con los miembros del partido en
todos sus niveles.
Así mismo, los estatutos de VP (2012, p. 28), contemplan la figura de
los representantes políticos a nivel nacional, estadal y municipal,
definiéndolos de la siguiente manera.
78
CAPÍTULO II DE LOS RESPONSABLES POLÍTICOS Y LA SECRETARÍA EJECUTIVA ARTÍCULO 88: El Responsable Político es el encargado del direccionamiento político a la estructura organizativa del partido, así como la articulación del trabajo de los Movimientos Sociales. ARTÍCULO 89: Serán competencias del Responsable Político Nacional las siguientes: a) Convocar el Equipo Nacional de Activistas, proponer y darle seguimiento a su agenda. b) Designar una secretaría ejecutiva para el mejor desempeño de sus funciones. c) Comunicar a todos los Responsables Políticos regionales las decisiones adoptadas en el Equipo Nacional de Activistas. d) Convocar y organizar el Equipo Federal de Activistas cuando haya sido decidido por el Equipo Nacional de Activistas. e) Ejercer el direccionamiento político de la estructura organizativa del partido. f) Dirimir a través de la conciliación los conflictos políticos de la organización. g) Representar al partido ante las coaliciones partidistas de las que forme parte la organización. h) Articular el trabajo de los Movimientos Sociales con el trabajo del partido. i) Coordinar las líneas políticas de las autoridades de cargos de elección popular que sean activistas del partido. j) Articular las candidaturas nacionales, estadales y municipales a cargos de elección popular del partido.
Los responsables políticos regionales y municipales ejercen
atribuciones similares a las del nacional, siendo lo más destacable de sus
funciones el vínculo directo con los Equipos de Activistas y la articulación con
los movimientos sociales en el ámbito espacial correspondiente. En ese
sentido, cada responsable político tiene la potestad de constituir la secretaría
ejecutiva, con el fin de hacer más funcionales y operativas las reuniones de
las instancias de dirección del partido. Las atribuciones del Responsable
Político en materia de alianzas políticas y como coordinadores de la acción
79
política de los activistas de partido en cargo de elección popular revisten de
mucha importancia estratégica para el desempeño político de VP.
Así mismo, los estatutos (2012, p. 31-32), en su artículo 99 plantean
como respaldo ejecutivo la figura del Responsable Operativo, cuyas
atribuciones incluyen efectuar el seguimiento objetivo de toda la estructura
operativa del partido; llevar a cabo las decisiones tomadas por el Equipo
Político Nacional y el Equipo Federal de Activistas; Coordinar las actividades
de todos los organismos de Voluntad Popular y velar por su correcto
funcionamiento; recibir, presentar y controlarlos presupuestos anuales;
realizar la planificación operativa y estratégica de toda la organización y
ejercer la representación legal del partido.
Dadas sus atribuciones, el Responsable Operativo es una figura
eminentemente ejecutiva, responsable del funcionamiento administrativo del
partido.
Los estatutos (2012, p. 32-33) también incluyen la Coordinaciones de
Organización y de Redes Populares, a saber.
CAPÍTULO II DE LA COORDINACIÓN DE ORGANIZACIÓN ARTÍCULO 101: La Coordinación de organización es la instancia operativa encargada de articular toda la actividad de política interna y proselitista de Voluntad Popular Activistas. Estará dirigida por el Coordinador de Organización y es propuesto por el Responsable Nacional, Estadal, Municipal o Parroquial según sea el caso y aprobado con el voto de la mayoría simple de los miembros del Equipo de dirección correspondiente. ARTÍCULO 102: Serán competencias de la Coordinación de Organización las siguientes: a) Extender de la influencia del partido a aquellos sectores donde aún no tiene presencia. b) Completar los cuadros operativos y estructurales del partido. c) Registrar los activistas a nivel de estado, municipio, parroquia y sector.
80
d) Registrar poblaciones de especial interés, con atención en el corredor electoral. e) Coordinar el registro e ingreso de nuevas personas a la base de datos del partido. f) Desarrollar el sistema de comunicaciones internas del partido. g) Mantener la comunicación con las poblaciones de especial interés. h) Desarrollar las comunicaciones masivas del partido. i) Diseñar y supervisar la estrategia electoral. j) Desarrollar la logística, organización y ejecución de la movilización de los activistas. CAPÍTULO III DE LA COORDINACIÓN DE REDES POPULARES ARTÍCULO 103: La Coordinación de Redes Populares es la instancia operativa encargada de la articulación de las Redes Populares como núcleo básico de la organización partidista en Voluntad Popular Activistas. Estará dirigida por el Coordinador de Redes Populares quien es propuesto por el Responsable Nacional, Estadal, Municipal o Parroquial según sea el caso y aprobado con el voto de la mayoría simple de los miembros del Equipo de dirección correspondiente.
Estas dos coordinaciones son fundamentales para VP. La de
organización tiene responsabilidades directas en el crecimiento del partido,
tanto en términos de militantes, como en lo referente a preferencias e
identificación partidaria, no solo por sus atribuciones en materia de registro
de militantes, sino por lo relativo al diseño de la política comunicacional, de
suma importancia para el crecimiento y consolidación del partido. La
Coordinación de redes populares, por su parte, tiene la importante misión de
estructurar el que se supone es el núcleo básico del partido y que estará
enclavada en las zonas populares del país.
Recogiendo lo más importante en materia organizacional, se puede
afirmar que VP presenta una amplia estructura vertical que tiende a rescatar
la importancia de los diferentes niveles territoriales y los mecanismos
democráticos de participación de sus militantes y selección de autoridades.
81
Sin embargo, en medio de tantas instancias, se corre el riesgo de superponer
funciones y responsabilidades. Además, la ausencia de su líder fundador y
máximo referente del partido, pudiera generar una crisis interna de lucha
entre facciones.
5.3. Primero Justicia
El Movimiento Primero Justicia (MPJ), es un partido que tiene su origen
en una Asociación Civil del mismo nombre, conformada en 1992, que tenía
como principal objetivo promover la Justicia de Paz en Venezuela. La década
de los 90s era propicia para el surgimiento de organizaciones civiles ya que
los partidos políticos venezolanos, acostumbrados a tener presencia en
todos los ámbitos de la vida pública, inician su proceso de decadencia
dejando espacios para la participación a la sociedad civil organizada. En ese
contexto surge Primero Justicia, conformada principalmente por
profesionales de clase media, cuyo espacio de acción era fundamentalmente
Caracas. Fruto de su trabajo fue el proyecto de Ley de Justicia de Paz
aprobado y sancionado por el Congreso de la República en 1995 (Pérez
Baralt. 2006).
En relación a la clasificación de partidos propuesta por Gunther y
Diamond (2001) y que se toma como referencia para esta investigación,
Primero Justicia puede ubicarse dentro de la categoría de partidos
electoralistas, pero específicamente en la subcategoría de partido
electoralista programático. Las razones las expone Pérez Baralt (2006),
cuando refiere que MPJ no es un partido creado en función de un liderazgo
personalista o como plataforma electoral de ese liderazgo, sino que, por el
contrario, está constituido por un liderazgo colectivo y ofrece una propuesta
política enfocada en la búsqueda de la justicia social, le defensa de los
derechos humanos y el equilibrio entre la acción del estado y la actividad
privada, como fórmula para el crecimiento económico, además de otros
82
principios y orientaciones que serán analizados más adelante y que
sostienen la idea de que MPJ posee una plataforma programática sólida.
Además, volviendo sobre el carácter colectivo del liderazgo de MPJ, si
bien Henrique Capriles constituye la cara más conocida del partido por haber
sido candidato presidencial, existen otras figuras como Julio Borges o Carlos
Ocaríz, que bien desde el parlamento o desde la gestión pública, se han
convertido en voceros autorizados del partido.
Continuando con los antecedentes de Primero Justicia, para el año
2000 se convierten en partido político, participando en las mega elecciones
realizadas en Julio del mismo año, participando en la alianza que respaldó la
candidatura de Enrique Mendoza a la gobernación del Estado Miranda y
obteniendo 5 diputados, con el 2,19% de los votos a nivel nacional en lo
concerniente a la elección de la Asamblea Nacional. Así mismo, ganan tres
alcaldías del Estado Miranda: el municipio Chacao, con Leopoldo López; el
municipio Baruta, con Henrique Capriles Radonski y; el Municipio Los Salias,
con Juan Fernández, (CNE. 2000).
A partir de entonces, Primero Justicia (MPJ), se convierte en una
referencia dentro de la oposición venezolana, de la mano de un liderazgo
joven, identificado con la clase media profesional, que empieza a ocupar el
espacio que llenó por breve tiempo Proyecto Venezuela, pero supeditado a
su ámbito geográfico de influencia: el Estado Miranda y la Gran Caracas.
Poco a poco, MPJ empieza a crecer, en medio de un ambiente político
altamente convulsionado, convirtiéndolo en blanco constante de los ataques
del Presidente Chávez y de los voceros de su gobierno. El golpe de estado
de Abril de 2002 y el paro petrolero iniciado en Diciembre del mismo año,
profundizaron aún más la conflictividad política, en especial por el ambiguo
papel que ejercieron López y Capriles durante los hechos de Abril, que
eventualmente llevaría a la cárcel al entonces alcalde de Baruta.
En el año 2003 impulsan un referéndum consultivo sobre la gestión del
Presidente Chávez, que definitivamente fracasaría, pero que abrió las
83
puertas para la convocatoria del Referéndum Revocatorio Presidencial de
2004, que finalmente ganaría el Presidente Chávez Ese mismo año,
participan de nuevo en las elecciones municipales, repitiendo con victorias en
las alcaldías de Chacao, Baruta y Los Salias, además de lograr el triunfo en
la alcaldía del Municipio Diego Urbaneja en el Estado Anzoátegui, siendo la
primera fuera del Estado Miranda.
Luego de las elecciones parlamentarias de 2005, en las que la
oposición decide no participar, se realiza un replanteamiento estratégico
dirigido a retomar la participación electoral como principal instrumento para
recuperar espacios En ese sentido, Julio Borges decide lanzar su
candidatura presidencial para enfrentar a Hugo Chávez en el 2006. Sin
embargo, un acuerdo político coloca al gobernador del Estado Zulia, Manuela
Rosales, como el único candidato de la oposición. En esas elecciones MPJ
se convierte en la tercera fuerza política del país, detrás del MVR y Un Nuevo
Tiempo (UNT).
El año 2007 marca un punto de inflexión en MPJ al producirse una
división, producto de las luchas internas por el control del partido. Esta
escisión provocó la salida del partido de líderes claves como Gerardo Blyde,
Liliana Hernández y Leopoldo López (Aporrea. 2007). Durante el citado año,
se realizó el referéndum aprobatorio de la Reforma Constitucional impulsado
por Chávez y que sería rechazado MPJ formó parte de la plataforma que
impulsó el voto contrario al proyecto de Reforma.
Luego, al siguiente año, MPJ gana su primera gobernación, la del
Estado Miranda, de la mano de Henrique Capriles, además de la populosa
Alcaldía de Sucre. A partir de ese momento, MPJ se consolida como un actor
de primer orden dentro de la alianza de partidos que le hacen oposición al
gobierno de Hugo Chávez, propiciando el esquema unitario opositor, más
allá de las diferencias con otras organizaciones de la alianza opositora y de
los propios problemas internos que provocaron la salida de importantes
líderes del partido.
84
Después de la participación en las elecciones parlamentarias de 2010,
donde obtiene una importante votación y sus dirigentes alcanzan 6 curules,
recibe la incorporación de dirigentes como Ismael García, Miguel Pizarro y
Julio Montoya, que fueron electos diputados representando a otros partidos
de la coalición opositora, tales como PODEMOS y UNT (Primero Justicia.
2016). Para entonces, MPJ ya es un partido influyente en regiones más allá
del Estado Miranda, aunque sea siempre la región capital su área de
predominio.
En febrero de 2012 se celebran las primarias para elegir los candidatos
presidenciales, a gobernadores y alcaldes que representen a la MUD, a los
fines de afrontar las elecciones de Octubre (Presidenciales) y Diciembre
(Regionales) del mismo año y las municipales de 2013. En las primarias
presidenciales participan Leopoldo López, María Corina Machado, Henrique
Capriles Radonski, Pablo Pérez, Pablo Medina y Diego Arria. En un giro
sorpresivo, López se retira para apoyar a Capriles, quién finalmente
obtendría la victoria y con ello, la nominación como candidato presidencial
para enfrentar a Hugo Chávez.
La MUD sería vencida por Chávez con una ventaja de casi 11 puntos,
en las que fueron la últimas elecciones del líder del PSUV y Capriles, luego
de su derrota en las elecciones presidenciales de octubre de 2012, decide
participar en las regionales de Diciembre, a pesar de que ya había un
candidato electo en las primarias para la gobernación de Miranda, ganando
la elección con el 51,83% de los votos (CNE. 2012). La decisión de Capriles
puede verse como una jugada arriesgada para garantizar una gobernación
cuya pérdida, en términos simbólicos y estratégicos, hubiese representado
una tragedia para MPJ y el propio Capriles.
La medida del CNE de cambiar el orden de las elecciones,
estableciendo las elecciones presidenciales en primer lugar que las
regionales, a pesar de que tradicionalmente se haya hecho al revés,
responde a la necesidad de Chávez y el PSUV de aprovechar el efecto
85
portaviones de la victoria presidencial que ejercería sobre las candidaturas
regionales del PSUV y sus aliados. De este modo, la oposición perdió las
importantes gobernaciones del Zulia, Táchira y Carabobo y apenas pudo
conservar Amazonas, Lara y el mencionado estado Miranda.
La muerte del presidente Chávez obliga a la convocatoria de unas
nuevas elecciones presidenciales en abril del 2013, enfrentando esta vez a
Capriles con el sucesor designado por el propio Chávez, Nicolás Maduro. La
estrecha diferencia con la que Maduro derrotó a Capriles, de apenas 223.599
votos (CNE. 2013), aunado a las sospechas surgidas en la oposición, acerca
de un posible fraude, generaron acusaciones y llamados a la protesta, que se
tradujeron en algunas manifestaciones violentas. Henrique Capriles
desconoció el boletín oficial del CNE y solicitó formalmente un reconteo total
de votos. Dicha solicitud fue rechazada por el CNE, en los términos
propuestos por el candidato de la MUD, por lo que se realizó una auditoría
que certificó la victoria de Maduro (El Impulso. 2013).
La manera ambigua con la que Capriles afrontó esa situación le granjeó
críticas dentro del mismo bloque opositor, que consideraron tibia su
respuesta al momento de defender su posible victoria. De cualquier modo, se
tendió sobre la victoria de Maduro un halo de dudas que han condicionado su
gestión.
Más adelante, en Febrero de 2014 se da inicio un período de protestas
violentas en las ciudades más importantes del país, conocida como La
Salida, a raíz de la detención de un grupo de estudiantes en el Estado
Táchira. Un grupo de dirigentes de la oposición, con Leopoldo López,
Antonio Ledezma y María Corina Machado a la cabeza, realizaron llamados
pacíficos a la protesta, si bien no tuvieron ese carácter en muchos casos.
Alrededor de 40 fallecidos, centenares de heridos y decenas de
apresados fue el saldo final (BBC. 2014), al que se le suma una evidente
división dentro del bloque opositor en torno a estos episodios. Henrique
Capriles, su partido y otros socios en la MUD rechazaron el camino violenta
86
de estas manifestaciones y se enfrentaron al grupo de López, Ledezma y
Machado, poniendo en riesgo la unidad opositora. Como colofón de estos
episodios, López se entregó a las autoridades bajo diversos cargos para ser
juzgado y condenado después, dejando dudas sobre la solidez de la alianza
opositora.
Sin embargo, la MUD logra reponerse de la amenaza de cisma y
configura una plataforma electoral unitaria para enfrentar las elecciones
parlamentarias de 2015, donde resulta victoriosa alcanzando 112 escaños,
de acuerdo a las cifras del CNE (2015). En este proceso MPJ jugó un papel
destacado.
Ideología
Para analizar el perfil ideológico de MPJ se revisó dos documentos
oficiales del partido: “¿En que creemos?” y sus Estatutos (2016), ambos
disponibles en el sitio web de la agrupación. En ese sentido, se puede iniciar
el análisis ateniéndose a lo que le propio partido declara en el primero de los
documentos mencionados.
Primero Justicia es un partido que se declara oficialmente como de centro, partiendo de la convicción de que es posible conjugar la libertad y la justicia social para dignificar la vida de los venezolanos y humanizar a nuestra sociedad a través de la solidaridad y la subsidiariedad. Nuestra política se basa en el respeto y la defensa de la dignidad de la persona como principio orientador, y en la construcción de instituciones al servicio del pueblo. Primero Justicia está abierta para todo aquél que ratifique la libertad, la igualdad, la subsidiariedad, la solidaridad, el progreso, la participación, la justicia social y la dignidad de todos los seres humanos, sin importar su estrato social.
Estas líneas marcan claramente la intención de MPJ de convertirse en
un partido que concilie las posiciones ideológicas tradicionalmente de
87
izquierda y de derecha. Cuando se autodefinen como partido de centro dan
opción a que las posiciones tanto más progresistas como liberales entren en
el marco ideológico y programático de MPJ. La reivindicación de la libertad e
igualdad por igual, siendo estos los valores por excelencia de la derecha y la
izquierda, respectivamente, ratifican lo mencionado anteriormente.
El origen del partido, así como el perfil de sus miembros, especialmente
los originarios, pertenecientes a una clase media profesional, generaba la
idea de un partido con dificultades para penetrar en los sectores populares.
La idea de justicia social y la invocación de principios como la solidaridad,
progreso y la propia igualdad, es un esfuerzo para hacer de MPJ un partido
más cercano a los intereses de esos sectores, más allá del real interés por
construir una sociedad más justa y con oportunidades para todos.
En ese sentido, en cuanto a la lucha contra la pobreza, se plantea lo
siguiente:
En Primero Justicia sostenemos que no es justo que millones de venezolanos vivan en una situación de pobreza inaceptable mientras la riqueza se concentra en una minoría. No es justo que la pobreza venga acompañada de exclusión en cuanto a salud, educación, derechos, y seguridad social. No es justo que el Estado maneje sin control social la riqueza que pertenece a todos los venezolanos, propagando corrupción e ineficiencia. No es justa una Venezuela en la que miles de niños no reciben la nutrición que requieren para su sano desarrollo. No es justa una Venezuela donde millones de niños y jóvenes no estudian ni tienen acceso a los servicios básicos de salud. No es justa una Venezuela en la que millones de jóvenes están desempleados o mal remunerados. La tarea de erradicar la pobreza, material y espiritual, es la que nos empuja a la acción política. Por ello, la Venezuela de la Justicia, significa para Primero Justicia convertir a Venezuela en una sociedad en la que la única limitante del desarrollo de un individuo sea su esfuerzo y sus talentos innatos. Una sociedad donde los padres sepan que sus hijos, y, a su vez, los hijos de sus hijos, tendrán cada vez un futuro mejor
88
El combate de la pobreza no es solo una tarea del Estado, en especial
cuando este maneja los recursos públicos de manera ineficiente. Para ello se
requiere potenciar las oportunidades de los ciudadanos para que estos
desarrollen sus capacidades a partir de su talento y esfuerzo. Esta noción
está familiarizada con las ideas liberales de desarrollo social.
Una de las herramientas para el combate de la pobreza sería la
educación, tal y como refiere el documento “¿En que creemos?”:
La educación y la formación son condiciones importantes para el libre desarrollo de la personalidad y el ejercicio de los derechos de libertad y de los deberes cívicos. La educación de calidad es el mejor antídoto contra la exclusión y la sumisión. Una democracia sólida debe contar con ciudadanos con criterios independientes, dispuestos a asumir responsabilidades. La politización de la educación, la deformación de la historia o la ideologización de los contenidos son incompatibles con la educación pública en un Estado democrático. Igualmente, para Primero Justicia, la educación es una de las esferas donde debe aplicarse con mayor intensidad el principio de la subsidiariedad, basado en el derecho supremo de la familia de escoger libremente el tipo de educación que quiere para sus hijos.
La creación de un ciudadano responsable y libre pasa por una
educación y formación de calidad, orientada al libre pensamiento, sin
ataduras ideológicas La idea de que cada familia puede escoger el tipo de
educación que reciben sus hijos choca con la concepción del Estado
Docente, que decide y dirige el tipo de educación que se impartirá en una
sociedad y a la que es afecta la izquierda y en especial, el Chavecismo.
En lo referente al área económica, MPJ plantea lo siguiente:
La economía que proponemos tiene su fundamento en la idea de la libertad responsable, que nace del concepto de la dignidad
89
humana como fin de toda acción de la sociedad y del Estado. Esta economía se opone a la economía planificada socialista y a las formas económicas de tendencia liberal que convierten al mercado en un dogma. El mercado y la competencia son elementos centrales del orden económico y posibilitan la libertad a través de la descentralización del poder (…) La competencia promueve la voluntad individual y la riqueza colectiva y sirve así, simultáneamente, al bien común. Una economía vibrante se caracteriza por el surgimiento constante de nuevas empresas, producto de la voluntad de personas con sentido emprendedor que deciden arriesgar su patrimonio personal y financiero con el fin de convertir una idea en un negocio productivo para el bien propio y común. El Estado debe garantizar que ese proceso de “creación” se desarrolle sin contratiempos excesivos. El Estado con frecuencia está presente donde no tiene que estarlo –administrando actividades productivas- y ausente donde tiene que estar presente – creando capital humano y generando bienes públicos, servicios básicos e institucionalidad. A través de la desregulación y la reducción de la burocracia, deseamos conseguir que el Estado se concentre en aquellas tareas que los particulares no pueden ni deben hacer por si solos para brindar respuesta oportuna y consistente a las demandas de los ciudadanos. (…) la democratización de la propiedad privada se postula como un pilar fundamental para desarrollar una cultura de respeto a la propiedad privada, basándose en la premisa según la cual de la propiedad privada nacen buena parte de las posibilidades de decisión y creación de los individuos y aumenta la libertad personal y el progreso colectivo. Particularmente para Primero Justicia, el reconocimiento de los derechos de propiedad en nuestros barrios reviste una importancia crucial para el progreso económico de las familias más necesitadas.
En materia económica, MPJ apuesta por la iniciativa privada, sin olvidar
el importante papel que desempeña el Estado. Sin embargo, el
90
planteamiento es claro; se trata de impulsar el emprendimiento privado,
rescatando e impulsando el valor social de la propiedad privada (país de
propietarios), extendiéndola a los sectores populares. El papel del Estado
debe replantearse, tal y como funciona actualmente. Se impone una reforma
que lo haga más eficiente, concentrándolo en las áreas en donde el sector
privado no puede llegar, un planteamiento cercano a la idea del Estado
Mínimo extraído del Neoliberalismo.
El tema petrolero, de tanta importancia para el país y muy vinculado a la
temática económica, también es abordado por MPJ, propuesto de esta
manera:
Debemos construir una economía que aproveche al máximo el potencial generador de riqueza de los hidrocarburos pero que no inhiba la posibilidad de desarrollar las otras áreas donde nuestro país tiene ventajas comparativas. No compartimos la visión que encasilla al petróleo dentro del concepto de renta, convirtiendo la defensa del precio en el mercado internacional en una obsesión y dejando de lado la expansión de los mercados y del aumento de la capacidad productiva de la industria petrolera nacional. Defendemos la integración plena de PDVSA en la sociedad venezolana. Consideramos que PDVSA sólo será del pueblo cuando todos los venezolanos sean propietarios directos del capital de la empresa y las regalías se canalicen directamente a los verdaderos dueños del recurso petrolero: los ciudadanos venezolanos.
Sobre este punto, MPJ plantea una vieja aspiración nacional, la de dejar
atrás el rentismo petrolero que, 80 años después de la idea planteada por
Uslar Pietri sobre la siembra petrolera, aun no se consigue superar. Así
mismo, la idea de apostar por más producción, sacrificando el precio
internacional, va contra vía de la tendencia marcada por los gobiernos de
Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Por último, el convertir a los venezolanos en
beneficiarios directos de las ganancias petroleras, aunque no es nueva, es
una idea contracorriente. Los recursos de la renta petrolera siempre han sido
91
manejados históricamente por el Estado, que los ha distribuido a través de
diversos mecanismos, que usualmente genera relaciones clientelares. Poner
en manos de los venezolanos la regalía petrolera implicaría un cambio
revolucionario en la relación petróleo, sociedad y estado.
En cuanto a los estatutos, en su artículo 3 se establecen los valores del
partido, siendo los siguientes:
Dignidad Humana: Es el valor fundamental de nuestra acción política, que nos lleva a ver en la persona el principio y el fin de todas las instituciones sociales. Justicia: Es la virtud política más elevada, la vía más radical para transformar la sociedad en una civilización de la vida, la trascendencia humana, el respeto a la diversidad, la materialización de los derechos y la reducción de las desigualdades económicas y culturales. Progreso: Es la capacidad de mejorar de los venezolanos y la razón de ser de nuestra lucha política. Concebimos el progreso como una vocación humana, una concreción histórica del bien común en la sociedad que ha de enmarcarse en el reconocimiento de la bondad moral y en el respeto de los derechos humanos. Libertad: Es la capacidad que tiene el ser humano de adaptar sus opciones vitales, los cuales han de estar responsablemente orientados al bien de la persona y de la sociedad. La libertad es signo eminente de la dignidad humana, que ha de ser salvaguardada por el Estado. Los venezolanos nacimos para ser libres. La libertad hace posible el pleno desarrollo de la personalidad en sus manifestaciones más desafiantes y éticas. Igualdad: Es el reto de colocar a cada venezolano en posición de acceder a los bienes morales, culturales y materiales esenciales para la realización humana, otorgándole oportunidades a todos sin distingo alguno. Subsidiaridad: Es un principio que garantiza la libertad de las personas y de los grupos sociales en la búsqueda del bien común. Proclamamos tanta sociedad civil como sea posible y tanto Estado cuanto sea necesario. Solidaridad: Es la virtud que nos hace reconocer a otras personas, comunidades y naciones como semejantes, merecedoras de respeto y dotadas de dignidad. La solidaridad
92
es la reafirmación de la necesidad de construir una sociedad donde todos los venezolanos seamos responsables de todos. Participación: Es un derecho y un deber a través del cual las personas y los grupos han de moverse libre y responsablemente a la búsqueda del bien común.
Esta lista de valores, si bien generales en el sentido que pudieran tener
cabida en cualquier organización política, enfatiza el interés de MPJ de
promover la justicia social en el marco de libertades políticas y económicas.
Se trata de construir una sociedad más igual, partiendo de las libertades
individuales y del ejercicio responsable de la ciudadanía.
En definitiva, MPJ es, desde una perspectiva ideológica, un partido que
se acerca a la noción de centroderecha, más allá de su autodefinición como
partido de centro y de los elementos programáticos propios de la izquierda
presente en su ideario político.
Organización
Los estatutos (2016) del partido contemplan lo relativo a la organización
de MPJ. La primera referencia en ese sentido está establecida en su artículo
15, relativo al Congreso Nacional, que funge como principal órgano
ideológico de la organización y que estará integrado por todos los militantes
de MPJ. Este Congreso será convocado por la Junta de Dirección Nacional,
cuando así lo crea necesario, y lo presidirá el Coordinador Nacional del
Partido. Sus atribuciones principales son la de confirmar la candidatura para
la Presidencia de la República, aprobar o cambiar la doctrina partidista y
disolver el Partido.
Luego se mencionan las siguientes instancias:
ARTÍCULO 17: El Comité Político Nacional es el órgano encargado de dictar y establecer las directrices políticas que desarrollará el Partido en el territorio nacional, estará conformado por miembros electos y miembros natos. Serán
93
miembros electos los militantes que hayan sido elegidos como Coordinadores Estadales, Secretarios de Organización Estadales de todo el país y los Delegados Estadales electos en los comicios internos (…) Son miembros natos aquellos militantes del Partido que hayan sido electos para los cargos de Presidente de la República, Diputados principales a la Asamblea Nacional, Diputados principales al Parlamento Latinoamericano, Gobernadores de Estados y Alcaldes, durante su período de gestión, y los que ocupen o hayan ocupado los cargos de Coordinador Nacional y Secretario General. ARTÍCULO 18: Son atribuciones del Comité Político Nacional:
1. Analizar y evaluar permanentemente la situación política del país.
2. Dirigir los lineamientos generales de acción política. 3. Aprobar las reformas de los Estatutos. 4. Nombrar la Junta de Dirección Nacional. 5. Nombrar al Coordinador Nacional y su adjunto. 6. Nombrar al Secretario General y su adjunto. 7. Nombrar al Secretario de Organización Nacional. 8. Proponer al Congreso Nacional del Partido la candidatura
para la sidencia de la República. 9. Aprobar o desaprobar las alianzas de MPJ con otras
organizaciones políticas para las postulaciones a cargos de elección popular.
El Comité Político Nacional (CPN) es un órgano de dirección política a
muy alto nivel, que establece directrices a todo el ámbito nacional, pero a un
nivel muy general dentro del partido. El CPN tiene entre sus atribuciones la
designación de la Junta de Dirección Nacional.
ARTÍCULO 19: La Junta de Dirección Nacional es el máximo órgano encargado de la conducción del Partido a nivel nacional, será electa por el Comité Político Nacional (..).estará integrada hasta por veintitrés miembros que serán: el Coordinador Nacional, quien la preside y su adjunto, el Secretario General y su adjunto, el Secretario de Organización Nacional y los Secretarios Políticos Nacionales, hasta un máximo de dieciocho, todos tendrán derecho a voz y a un voto (..)
94
Igualmente formarán parte de esta Junta de Dirección Nacional los consejeros que ésta misma designe y quienes hayan ejercido el cargo de Coordinador Nacional y Secretario General (...)
La Junta Directiva es importante para el desempeño político de MPJ, ya
que sus atribuciones incluyen convocar al Congreso Nacional del Partido,
dirigir las líneas políticas para todo el territorio nacional, conjugar esfuerzos y
políticas del Partido para fijar la posición institucional y marcar las directrices
y líneas a sus militantes, además de aprobar o no las alianzas de MPJ con
otras organizaciones políticas para las postulaciones a cargos de elección
popular, previo aval del Comité Político Nacional y elegir y remover a los
miembros del Tribunal Disciplinario.
Así mismo, de acuerdo el artículo 23, la Junta de Dirección Nacional
creará un Comité Operativo, cuya función será la de ejecutar sus decisiones.
Este comité se reunirá al menos una vez por semana de manera ordinaria.
Sus principales funciones, según el artículo 25 serán desarrollar las líneas
sobre las actividades diarias a efectuar por las estructuras del Partido a nivel
nacional y delegar en las respectivas gerencias la ejecución de los actos de
administración que sean necesarios para el funcionamiento de la
organización.
Por otro lado, el artículo 26 contempla la figura del Coordinador
Nacional, quién será la máxima autoridad ejecutiva, administrativa y política
del Partido; será su vocero principal y representante legal. Será nombrado
por el Comité Político Nacional. Dentro de sus funciones se destacan;
ARTÍCULO 28: Son atribuciones de la Coordinación Nacional las siguientes: 1. Ser el garante de la ideología y doctrina del Partido, coordinar la ejecución dela línea política del Partido y supervisar todas sus actividades a nivel nacional.
95
2. Ser su máximo vocero y ejercer la representación Nacional e Internacional de MPJ. 3. Presidir, abrir, levantar, prorrogar, suspender y clausurar las reuniones del Congreso Nacional, el Comité Político Nacional y la Junta de Dirección Nacional. 4. Proponer su adjunto ante la Junta de Dirección Nacional, quien deberá ser miembro de la Junta de Dirección Nacional. 5. Convocar de forma ordinaria y extraordinaria al Comité Político Nacional y a la Junta de Dirección Nacional. 6. Ser el representante legal del Partido y otorgar poderes al Consultor Jurídico previa autorización de la Junta de Dirección Nacional. 7. Suscribir y rescindir todo tipo de contratos en nombre del Partido y otorgarle poderes a la Gerencia General, previa autorización de la Junta de Dirección Nacional. 8. Comprometer la integridad patrimonial de MPJ previa autorización de la Junta de Dirección Nacional. 9. Pedir la rendición de cuenta de las fundaciones, Secretaría General, Secretaría de Organización, Secretarías Nacionales y gerencias. 10. Evaluar toda la estructura del Partido a nivel nacional. 11. Autorizar a la(s) persona(s) para postular en nombre de MPJ los candidatos de elección popular ante el Consejo Nacional Electoral.
Así mismo, del artículo 30 surge la figura del Secretario General, una
autoridad administrativa y política de apoyo al Coordinador Nacional del
Partido. Sus principales atribuciones, de acuerdo al artículo 32 son: llevar a
cabo la acción política del Partido en consonancia con las directrices que
pautadas por el Comité Político Nacional y la Junta de Dirección Nacional;
reportar sus gestiones al Coordinador Nacional del Partido y a la Junta de
Dirección Nacional cuando ésta lo solicite; manejar el Registro Nacional de
Militantes y Simpatizantes del Partido a través de la Secretaría de
Organización; supervisar y coordinar el funcionamiento de las secretarías
nacionales del Partido y; rendir cuentas a la JDN del funcionamiento del
Partido en todos los Estados, Municipios y Parroquias del país.
Por su parte, el artículo 34 crea la Secretaría de Organización, instancia
responsable del funcionamiento de la estructura organizativa de MPJ, que
96
estará a cargo de un Secretario de Organización Nacional, nombrado por el
Comité Político Nacional y perteneciente a la Junta de Dirección Nacional.
El artículo 35 fija sus atribuciones, destacando las de promover el
crecimiento del Partido, apuntalar estructuras y organizar el Partido en todos
los niveles territoriales; coordinar y articular su estructura interna; coordinar el
Comité Operativo Nacional; Impulsar el logro de los objetivos de la Secretaría
a nivel electoral y el crecimiento del Partido y captar militantes y
simpatizantes para el Partido, así como gestionar el Registro Nacional de
Militantes y Simpatizantes en todo el país y; llevar registro permanente de
postulados y cargos de elección popular que el Partido obtenga.
En su artículo 37, los estatutos proponen la figura de las Secretarías
Nacionales, que estarán encargadas de la ejecución de los diferentes
programas y proyectos de acción política o social que sean aprobados por el
Comité Político Nacional o Junta de Dirección Nacional. Las Secretarías
Nacionales estarán a cargo de un Secretario nombrado por la Junta de
Dirección Nacional. Cada Secretaría debe crear capítulos en todas las
entidades territoriales, que reporten a los coordinadores de esas entidades.
Con el fin de robustecer los cuadros juveniles o de crear nuevos y así
fomentar la participación de los jóvenes, el artículo 40 constituye la
Secretaría Juvenil.
También se crean las figuras de los Comités Político Estadal (art. 45), y
Municipal (art. 53), cuyas funciones de coordinación de esfuerzos y
seguimiento a la realidad política de su ámbito territorial son similares.
También es necesario mencionar la Junta de Dirección Parroquial (artículo
67), cuyas funciones se supeditan a la Parroquia donde está enclavada.
Por último, el artículo 67 plantea los Comités Justicieros conformados
con al menos cinco personas elegidas por las Juntas de Dirección
Parroquiales cuyo esfera de acción está asociada a cada centro de votación
establecido por el Consejo Nacional Electoral, desarrollando tareas de
activismo, formación y trabajo social, además de levantar el padrón electoral
97
de cada centro de votación. Es la instancia que está más cerca de los
votantes.
La estructura organizativa de MPJ es vertical, como suelen ser la
mayoría de los partidos venezolanos. Si bien en un principio su capacidad de
influencia se reducía al estado Miranda y Caracas, ha crecido en presencia
en otras regiones del país y para ello ha sido importante la construcción y
consolidación de las organizaciones estadales y municipales.
Lo dispuesto en los estatutos en materia de elecciones internas es
clave para la consolidación de la democracia interna, siendo estas realizadas
por última vez el 23 de marzo del año 2014 (Diario la Voz. 2014). Así mismo,
la autonomía con la que puedan contar los órganos que componen la
estructura de MPJ es un paso necesario también para el buen
funcionamiento del partido.
5.4 Acción Democrática
Uno de los grandes referentes de la historia política venezolana es sin
duda Acción Democrática (AD). Fundado en septiembre de 1941, pero con
antecedentes en el Partido Democrático Nacional (PDN), organización que
actuó de manera clandestina durante la década de los años treinta del siglo
XX y que tenía una inspiración ideológica de izquierda. AD rápidamente se
convierte en una referencia política del país, constituyéndose en un partido
policlasista y en el gran primer partido de masas de Venezuela, levantando
su estructura organizativa en casi todo el territorio nacional.
Luego de algunos años de lucha en un marco democrático limitado,
pero propiciado por la apertura del gobierno del general Medina Angarita,
que propició la legalización del partido, AD decide aliarse con un grupo de
jóvenes militares para derrocar al propio Medina Angarita el 18 de octubre de
1945, instalando una Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por el
gran líder y fundador del partido, Rómulo Betancourt. Esta Junta convoca
98
una Asamblea Nacional Constituyente, que fue electa en octubre de 1946,
obteniendo AD una aplastante mayoría de 78,8%, es decir 1.099.061 votos,
lo que se tradujo en 137 escaños de los 160 en disputa (Vaivads. 2010).
Después de aprobarse la nueva constitución, se convoca una elección
presidencial, con Rómulo Gallegos como abanderado de AD, ganando este
la presidencia con 871.752 votos, equivalente al 74,4 % del total de
sufragios. AD es el gran partido nacional, sin embargo su sectarismo genera
distensiones profundas con muchos sectores del país, propiciando el terreno
para un nuevo golpe de estado que ocurre en Noviembre de 1948, liderado
por Carlos Delgado Chalbaud y un grupo de militares que habían
acompañado al partido en octubre de 1945, derrocando a Gallegos.
Así se da inicio a un período histórico donde AD es ilegalizado y sus
dirigentes perseguidos, constituyéndose en un pilar de la lucha clandestina
contra de la dictadura de Pérez Jiménez, hasta su derrocamiento en enero
de 1958.A partir de esa fecha, se constituye en el primer partido político de
Venezuela, ganando las elecciones de 1958, 1963, 1973, 1983 y 1988.
Pero durante ese período, como refiere Vaivads (2010), AD vivió
momentos de profundo conflicto interno, que lo llevaron a la división en
varias oportunidades, bien sea por razones ideológicas, como en 1960,
cuando salen del partido un importante grupo de jóvenes dirigentes, que
pasarían a conformar el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR),
partido que se iría a lucha armada o por razones de diferencias de criterios
entre dirigentes, como en 1962, cuando un ala denominada Grupo ARS,
integrado por líderes medios liderado por Raúl Ramos Giménez, entran en
conflicto y crean AD-Oposición.
Luego, en 1967, sufrirían la tercera y más costosa escisión, cuando en
medio de la disputa por la candidatura presidencial, Luis Beltrán Prieto
Figueroa y sus seguidores, abandonan al partido para crear el Movimiento
Electoral del Pueblo (MEP), propiciando la primera derrota electoral del
partido en las presidenciales de 1968.
99
Luego de esa derrota electoral, AD triunfa en las elecciones
presidenciales de 1973, iniciándose el período de dominio bipartidista. A
partir de ese momento, cesaron las divisiones internas importantes en el
partido, que solo se repetirían en los años noventa, con las escisiones
producidas por Carlos Andrés Pérez quién conformó el partido APERTURA y
de Claudio Fermín, quien fundaría el partido Renovación;
Por otra parte, se da inicio al proceso de deterioro del modelo de
desarrollo fundamentado en la renta petrolera, a pesar de que el precio
internacional del barril sufre incrementos importantes y de que la aspiración
de la nacionalización de la industria petrolera se concretara finalmente. El
agotamiento del modelo, las reformas político-administrativas que pusieron
en marcha el proceso de descentralización y el plan de ajuste económico
llevado a cabo por el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, sentaron las
bases para el surgimiento de una crisis políticas que, con dos intentos de
golpe militar de por medio, desembocó en la ruptura definitiva del dominio
bipartidista en 1993, cuando Rafael Caldera, con el apoyo de una serie de
pequeños partidos, conquista la Presidencia de la República.
A partir de ese momento, la influencia y capacidad movilizadora de AD
fue perdiendo fuerza de manera progresiva. En 1998, a pocos días de
realizarse las elecciones presidenciales, le retiran el apoyo a su candidato,
Luis Alfaro Ucero, para endosárselo a Henrique Salas Roemer, en un último
intento por detener la victoria de Hugo Chávez. Esas serían las últimas
elecciones en las que AD presenta un candidato propio a la presidencia de la
república, ya que en los años posteriores formaron coalición con otros
factores de oposición para apoyar a candidatos presidenciales provenientes
de otros partidos. El papel del partido y su importancia se ven claramente
disminuidas, al punto de que para el año 2013 no tienen gobernadores
propios y sus representaciones parlamentarias y de alcaldes son reducidas.
En cuanto a su clasificación como partido, siguiendo a Gunther y
Diamond (2003) y a Duverger (2012), puede considerarse a AD como un
100
partido de masas, pues posee una numerosa militancia, una organización
fuerte y extendida y un fundamento ideológico sólido. Sin embargo,
continuando con los primeros autores citados, es difícil encasillarlo dentro de
las subcategorías de partidos de masas que ofrecen, ya que de estas, a las
que más se acercan son a la de partidos clasistas de masas, que suponen
un partido estrechamente vinculado a una clase social determinada, Este no
es el caso de AD, que históricamente ha tenido influencias en sectores
diversos del país, como el campesinado, la clase obrera, el movimiento
estudiantil y hasta sectores empresariales medianos, convirtiéndolo en un
partido policlasista, con una fuerte extracción popular.
Sin embargo, el deterioro del partido lo llevo a perder buena parte de su
militancia y simpatizantes, además de la influencia en los sectores nacionales
arriba mencionados, de tal modo que ya no es el gran movimiento político de
Venezuela.
Ideología
La adherencia ideológica de Acción Democrática hacia la
Socialdemocracia es bastante clara y conocida. Ya se mencionó que el
antecedente más inmediato del partido blanco es el Partido Democrático
Nacional (PDN), movimiento que surge, a su vez, de la conjunción de varios
movimientos de izquierda como ORVE, PRP y BND, con visiones marxistas y
de izquierda moderada. Algunos futuros prominentes dirigentes de AD ya
formaban parte del PDN; tales son los casos de Rómulo Betancourt, Valmore
Rodríguez, Jesús A Paz Galarraga y Juan Pablo Pérez Alfonzo.
En 1937, el General López Contreras, presidente de la república,
decreta la ilegalidad de los partidos de izquierda y expulsa a algunos de sus
dirigentes. Betancourt evita la expulsión ingresando a la clandestinidad,
desde donde intento organizar al partido, al tiempo que trabajó por desligar al
PDN del comunismo y acercarlo a posiciones más moderadas, de
nacionalismo revolucionario (Dávila. 1991).
101
Estos antecedentes contribuyen a definir el perfil ideológico de AD en
sus comienzos. Su programa político inicial, de acuerdo a Dávila (1991),
contemplaba referencias a la necesidad de contar con libertades públicas
garantizadas en la constitución, así como con el sufragio secreto, universal y
directo, el derecho a la sindicalización y al de una educación universal como
herramienta para la superación social. Así mismo, destaca el rol del Estado
como impulsor del desarrollo socio-económico de la mano de la empresa
privada.
Luego de la experiencia de gobierno del llamado Trienio Adeco (1945-
1948), que estuvo cargado de una alta dosis de sectarismo y de
confrontación política, AD vuelve al poder en 1958. En esta ocasión, sobre la
base de un acuerdo político calificado por Juan Carlos Rey (1991), como
sistema populista de conciliación, desarrollan un programa político que
contaría con el apoyo de los principales sectores políticos, económicos y
sociales del país. Dicho programa tendría como orientación principal en lo
económico el modelo de sustitución de importaciones; y en materia social, de
acuerdo a Vaivads (2010, p. 70), “el mejoramiento de las condiciones de vida
de los sectores más desposeídos de la sociedad, garantizando su acceso
gratuito a la salud y educación, esto quedaría plasmado como un derecho de
los venezolanos en la constitución de 1961”.
Es oportuno recordar que a inicios de este gobierno se sucede la
primera división interna del partido, fundamentada en diferencias ideológicas
entre buena parte de la dirigencia juvenil, encabezada por Domingo A Rangel
y Simón Sáez Mérida, entre otros y el resto de la dirigencia. Este grupo de
jóvenes dirigentes estaban influenciados por propuestas ideológicas afines al
marxismo, además del éxito, reciente entonces, de la revolución cubana,
llevándolos a formar el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que
eventualmente decidiría incursionar en la lucha armada.
El gobierno de Leoni se dedicaría a darle continuidad y profundizar las
políticas iniciadas por el de Betancourt. Luego, el primer gobierno de Carlos
102
Andrés Pérez (CAP), que contó con un notable aumento de los ingresos
petroleros y que hizo efectivo el proceso de nacionalización de la industria
petrolera y del hierro, ahondó en el intervencionismo estatal como palanca
para el desarrollo, con un alto nivel de gasto público que favoreció el
aumento de la deuda pública nacional.
Después de un período de gobierno en manos de COPEI, el partido
blanco retorna al poder en 1983, con Jaime Lusinchi como presidente electo.
Este se enfrenta a la caída de los precios petroleros que obligan a una
moderación del gasto público en sus primeros años de gobierno,
aumentándolo a partir de 1986, según Vaivads (2010, p. 72), a razón de un
“promedio interanual del 38%, hecho este que en un escenario caracterizado
por la disminución de los precios del petróleo afectaría de manera crucial el
nivel de las reservas internacionales, y obligaría a una política
devaluacionista”
Hasta ese momento, los gobiernos de AD actuaron, en términos
generales, en consonancia con los postulados socialdemócratas Pero con el
arribo a la presidencia por segunda vez de CAP, se inicia un nuevo período
para el partido. a partir de la orientación económica que tomó el segundo
gobierno de Pérez y en general, de la influencia que ejercía por ese entonces
los programas de reforma neoliberales representó para AD una época de
crisis ideológica y política, que terminaría con la defenestración del poder de
CAP, en un proceso político-legal en el que su propio partido le dio la
espalda. A partir de entonces, AD volvió a abrazar las tesis de la
socialdemocracia, confirmando su pertenencia a la Internacional Socialista.
En ese sentido, AD sostiene en un documento denominado “El Partido”
(2007, p. 2), publicado en su sitio web oficial, lo siguiente:
No creemos en la revolución, según el modelo comunista marxista, que propone la terminación abrupta y violenta del sistema socio-económico capitalista liberal-burgués, la lucha de clases, el monoclasismo y la dictadura del proletariado,
103
economía de Estado, estatización de los medios de producción con pretextos colectivistas, virtual supresión de la propiedad privada limitándola sólo a los bienes de uso personal, partido único, centralismo, internacionalismo proletario, supresión de organizaciones intermedias tales como partidos, sindicatos y gremios, supresión y regimentación de la libertad de expresión y dictadura de partido único.
En estas líneas AD marca sus diferencias con respecto al modelo
marxista clásico y a cualquier otro modelo que lo inspire, así como las forma
de autoritarismo. Se declaran entonces defensores de la democracia, de la
descentralización y de la libre iniciativa privada. Así mismo, profundiza en la
descripción de lo que comprende la socialdemocracia en el siguiente párrafo.
La socialdemocracia opone y propone el reformismo y el parlamentarismo, la modificación progresiva de las instituciones del sistema capitalista liberal que resulten opresivas del individuo y la sociedad, el policlasismo como coexistencia y cooperación de las diferentes clases sociales propendiendo a la superación de los estratos socioeconómicos de menores recursos gracias a la acción del Estado, un sistema de economía mixta con aplicación de los principios de la Economía Social de Mercado, reconocimiento amplio a la propiedad privada de los medios de producción sin exclusión de la existencia de sistemas estatales y cooperativos de propiedad de dichos medios y sin otras limitaciones que las mínimas necesarias por razones de interés social, pluralidad de ideologías y partidos, Estado Constitucional de Derecho y Justicia conforme a las exigencias y necesidades de cada sociedad, elecciones periódicas, universales, democráticas y libres para integrar mediante el sufragio los órganos del Poder Público, descentralización y desconcentración de las funciones públicas, división de poderes basada en el principio de cooperación de las distintas ramas del Poder Público, cooperación internacional, multiplicación y protección de organismos intermedios tales como partidos, sindicatos, gremios y demás formas de organización social no-gubernamentales de la más amplia diversidad ideológica, consagración amplia del Estado Social de Derecho y Justicia que incluyen la más amplia gama de los derechos humanos, sociales, económicos y políticos, la igualdad y la libertad.
104
Estas líneas resumen el contenido programático de AD. La insistencia
en el carácter policlasista del partido, en oposición a la concepción clasista
típica del marxismo; la reivindicación de la acción del Estado para corregir las
distorsiones generadas por el mercado; el reconocimiento de la propiedad
privada y de otras formas de producción cooperativas o estatales; la
promoción de los sindicatos y gremios; la constitución del Estado Social de
Derecho y el respeto a los derechos humanos. Todos estos son elementos
típicos del programa ideológico de un partido socialdemócrata.
Organización
Para exponer y analizar la organización de Acción Democrática se
revisarán sus Estatutos (1996). De acuerdo a ellos AD, posee una estructura
de carácter vertical, de tipo Leninista, cuyos órganos se vinculan a partir de
criterios territoriales (Nacional, seccional, municipal y parroquiales), y
funcionales (Deliberativos y ejecutivos) y un principio jerárquico.
En este sentido, lo dispuesto en su artículo 19 establece que la
Convención Nacional es la suprema autoridad del Partido. Así mismo, de
acuerdo al artículo 20 los organismos nacionales son el Comité Directivo
Nacional (C.D.N.) y el Comité Ejecutivo Nacional (C.E.N.).
La Convención Nacional del partido, como marca el Artículo 29, estará
integrada por los miembros del Comité Ejecutivo Nacional; los integrantes de
los diferentes Comités Nacionales, los Secretarios Generales y de
Organización, que ejerzan los cargos para la oportunidad de la convocatoria;
los militantes; los diputados principales a la Asamblea Nacional; los
Directores de los Departamentos del C.E.N; los militantes que sean
Gobernadores y; quince (15) delegados por cada seccional elegidos por
votación directa y secreta de la militancia seccional. Dentro de sus
atribuciones, previstas en el artículo 30, destacan
a) Actualizar las tesis y programas del partido
105
b) Determinar las líneas fundamentales de acción política del Partido. c) Pronunciarse respecto al Programa de Gobierno que presentará el Partido y su candidato presidencial a consideración del electorado, d) Aprobar o improbar la gestión de las autoridades nacionales del Partido y la de quienes ejerzan funciones públicas nacionales.
Por su parte, el CDN es la máxima autoridad del partido entre los lapsos
en que se reúne la Convención Nacional, de acuerdo al artículo 32 de los
estatutos del partido (1996). Estará conformado por los miembros del CEN;
los Secretarios Generales y de Organización de los Comités Ejecutivos
Seccionales; los Presidentes del Tribunal Superior de Ética y Disciplina,
Tribunal Disciplinario Nacional y el Tribunal de Ética Partidista; los Miembros
de los Comités Sindical, Agrario, Juvenil, de Educación y Cultura, de
Profesionales y técnicos, de Asuntos Municipales y Acción Comunal, y de
Acción Femenina; tres (3) delegados por cada una de las Seccionales,
elegidos por la militancia de Partido; los integrantes de la Comisión Electoral
Interna Nacional.
El CDN, según el artículo 35, tiene entre sus principales funciones
consentir el programa de gobierno y acción legislativa del partido y su
candidato presidencial, aprobar o rechazar, la gestión de las autoridades
nacionales del partido; velar por el cumplimiento de las decisiones de la
Convención Nacional, reemplazar en sus cargos a los miembros del CEN y
del Tribunal Disciplinario Nacional; resolver sobre la participación del partido
en alianzas políticas y; aprobar todo estatuto o reglamentos del partido.
Por otro lado, el CEN es el máximo organismo de dirección
permanente, tal y como lo establece el artículo 36 de los estatutos (1997).
Estará integrado por los militantes postulados por el partido como candidatos
a la Presidencia de la República, los Ex Presidentes y Ex Secretarios
Generales titulares del Comité Ejecutivo Nacional que hayan permanecido
106
ininterrumpidamente como dirigentes del partido; el Secretario General del
C.E.S. de Caracas. Está conformado por un presidente, tres vicepresidentes,
un secretario general, 21 secretarios políticos y los 9 secretarios sectoriales.
Sus atribuciones son, entre otras, convocar, ordinaria y
extraordinariamente, la Convención y el CDN .y sancionar el calendario para
la realización de todas las elecciones, convenciones y plenos, a todos los
niveles y en todos los organismos partidistas; cumplir y hacer cumplir las
decisiones y resoluciones adoptadas por los organismos superiores y las
propias; establecer la posición del Partido ante problemas y acontecimientos
de interés nacional; vigilar por la unidad interna del Partido; llenar
provisionalmente las vacantes absolutas y temporales que se produzcan en
sus seno; apartar del cargo a cualquiera de sus miembros con el voto
aprobatorio de, por lo menos, las dos terceras partes de sus integrantes;
llevar adelante la reorganización de cualquiera de los organismos partidistas
de funcionamiento permanente y de jerarquía subalterna y; dictaminar el
Reglamento Electoral del Partido.
La representación política de AD recae en el Presidente y el Secretario
General. El primero es una figura de corte representativo, más que funcional,
que además contará con el apoyo de dos vicepresidentes. El Secretario
General, por su parte, realiza labores de control y direccionamiento político,
además de coordinar todas las actividades de los órganos del partido.
La Secretaría de Organización, a su vez, es una de las instancias que
más importancia reviste, ya que es el brazo ejecutivo del partido. Debe
“planificar, dirigir, coordinar y supervisar el trabajo organizado del Partido, en
todo sus aspectos y en escala nacional” (AD. 1996, p. 16).
Luego se encuentran las Secretarías Agraria, Sindical, Juvenil, de
Educación y Cultura, de Profesionales y Técnicos, de Asuntos Municipales y
Acción Comunal, de Acción Femenina. Estas secretarías desarrollarán
actividades y tareas enmarcadas en su área específica correspondiente, de
manera articuladas con las directrices nacionales. Por otro lado están los
107
Secretarios Políticos, que tienen como principal atribución dirigir cualquier
Departamento que le sea asignado por el CEN. Estos Departamentos
tendrán áreas específicas de trabajo y pueden ser de Ciencia y Tecnología,
Medio Ambiente, Relaciones Internacionales, entre otras.
También existen las figuras de los Comités Ejecutivos Seccionales
(CES), los Comités Ejecutivos Municipales (CEM) y los Comités Ejecutivos
Parroquiales. Estos, junto a la Convención Seccional y el Comité Directivo
Seccional, son los órganos directivos y ejecutivos fundamentales del partido
en los estados, municipios y parroquias. Poseen una estructura y funciones
similares a la dispuesta en los órganos nacionales. Los CES, CEM y CEP
estarán conformados por un Secretario General, un Secretario de
Organización, un Secretario Sindical, un secretario Agrario, un secretario
Juvenil, un secretario de Educación y Cultura, un secretario de Profesionales
y Técnicos, un secretario de Asuntos Municipales y Acción Comunal, una
secretaria de Acción Femenina y un número de Secretarios Políticos que
varía dependiendo de la jurisdicción.
Por último, la unidad básica de la estructura del partido, de acuerdo a
los artículos 87 y 89, es el Comité Local que está integrado por un secretario
de organización y cuatro vocales, designados por la asamblea del Comité
Local. Según los artículos 90 y 91 de los estatutos este está adscrito a un
centro de votación y tiene como funciones difundir la ideología de AD y
realizar activismo político en la base social.
Como se dijo al inicio de este apartado, Acción Democrática es un
partido con una estructura organizacional claramente vertical, de tipo
Leninista, pero se diferencia de los partidos comunistas, que patentaron el
modelo leninista de partido, en que AD es un partido eminentemente
policlasista desde sus orígenes. Esta condición se revela en sus propios
estatutos y estructura organizacional, al dejar abierta, cuando no es
obligante, la participación de representantes de sectores como el sindical o
agrario en todos los órganos ejecutivos y de dirección.
108
Por otra parte, la democracia interna también está garantizada, por lo
menos formalmente, como principio político y como mecanismo de selección
de autoridades en todos los niveles. Sin embargo, tal y como plantea Vaivads
(2010:78), la praxis política de AD durante “más de medio siglo llego a
consolidar una estructura partidista tan firme, que hasta un pasado reciente,
la estructura formal del poder en el partido coincidía con el poder en el
partido coincidía con el poder real”. No pocos fueron los señalamientos
realizados en contra de la actitud poco democrática de las cúpulas dirigentes
del partido, siendo de hecho, la falta de democracia interna de los partidos
tradicionales una de las razones que provocarían su colapso a partir de la
década de los noventa.
5.5 Un Nuevo Tiempo
El partido político Un Nuevo Tiempo (UNT), nace en 1999 como un
movimiento de carácter regional, en el estado Zulia, producto de una división
de AD. Su principal promotor y fundador es el ex-gobernador de ese estado,
Manuel Rosales, también militante del partido blanco hasta ese momento.
Las razones de la disidencia de esos dirigentes adecos tienen que ver más
con diferencias y luchas personales que por alguna de índole ideológica.
Rápidamente se convierten en el primer partido de oposición en el
Zulia, ganando la gobernación del estado en las elecciones del año 2000,
con el propio Rosales como su candidato, así como la alcaldía de Maracaibo,
apoyando la candidatura de Giancarlo Di Martino, quién tiempo después se
uniría a las filas de los partidarios del presidente Chávez. Además triunfarían
en cinco alcaldías más, incluyendo la del municipio Cabimas (CNE. 2000).
Luego repetiría el triunfo en la Gobernación del Zulia en las elecciones
regionales de 2004, aunque serían derrotados en la alcaldía de Maracaibo.
Pero es el año 2006 el que marca el gran salto cuantitativo y cualitativo de
UNT. Para las elecciones de ese año, la oposición acuerda lanzar un
109
candidato unitario, siendo elegido finalmente Manuel Rosales para tal
contienda. UNT se transforma en partido nacional y obtiene 1.555.362 votos
(13.37%), siendo el primer partido de oposición más votado y el segundo del
país, detrás del MVR (CNE. 2006).
Después de obtener estos importantes resultados, UNT comienza a
recibir la incorporación de dirigentes provenientes de otros partidos de
oposición, como el Polo Democrático, que se disuelve para incorporarse a
UNT, Causa R, el MAS, Primero Justicia, COPEI y el propio Acción
Democrática. Así pues, líderes como Alfonso Marquina y Pedro Pablo
Alcántara, Gerardo Blyde, Delsa Solórzano, Liliana Hernández Julio
Montoya, Enrique Márquez y Elías Matta ingresan a las filas del partido
(UNT. 2016).
El 3 de marzo de 2007 en la ciudad de Caracas se constituye su
primera estructura nacional, la Comisión Organizadora Nacional. Ese mismo
año participan promoviendo la plataforma del No en el referéndum para
aprobar el Proyecto de Reforma de la Constitución impulsado por Chávez,
finalmente derrotado. Luego formaría parte de la alianza opositora
denominada Unidad Nacional, con el propósito de presentar candidatos
unitarios para las elecciones regionales de 2008, así como proponer un
programa de visión de país bautizado como Acuerdo de Unidad Nacional
(UNT. 2016).
En dichas elecciones regionales UNT robusteció su liderazgo político en
el Zulia, al ganar Pablo Pérez la gobernación del Zulia y Manuel Rosales, en
una jugada política controversial, compite por la Alcaldía de Maracaibo,
ganándola de manera holgada; asimismo fue el partido opositor más votado
en el estado Trujillo y en buena parte de Caracas, en los municipios
Libertador, Baruta y El Hatillo (CNE. 2008). Sin embargo, a pesar del éxito
electoral dentro de las filas opositoras, UNT se vio notoriamente afectado por
el exilio forzado de Manuel Rosales, que abandonó el país en Abril de 2009,
dejó al partido con una aparente falta de liderazgo y dirección. A esto se le
110
suma una serie de disputas internas que provocaron la salida de importantes
líderes como Leopoldo López, Alfonso Marquina y Julio Montoya.
Luego vendrían las elecciones parlamentarias de 2010, donde UNT
vuelve a obtener una importante votación dentro de la coalición opositora,
pero en 2012 pierde su bastión de la gobernación del Zulia, significando una
dura derrota y un retroceso en términos de importancia electoral. Desde
entonces, no se ha contado de manera individual, al formar parte de la MUD,
que decidió presentar una tarjeta electoral unitaria a partir de las elecciones
presidenciales del 2013. En Diciembre de 2015, 21 de sus militantes son
electos diputados dentro de la plataforma de la MUD, siendo la segunda
representación más grande dentro de la coalición.
Un Nuevo Tiempo tiene el reto de replantearse a raíz de la ausencia de
su máximo líder, de las diferentes fisuras que ha presentado desde 2009 y
de la perdida de la Gobernación del Zulia. La renovación del liderazgo no ha
sido exitosa, a pesar de contar con dirigentes experimentados y jóvenes ya
no solo en el estado Zulia, sino también en el centro del país y otros estados.
El problema del liderazgo es el centro del problema de UNT y eso se
explica a partir de la conformación del partido. Ateniéndose a la clasificación
de Gunther y Diamond (2003), puede definirse como un partido electoralista
personalista, que sin embargo posee una plataforma ideológica sólida.
Surgió como un esfuerzo de Manuel Rosales que creció y se consolidó de la
mano de sus éxitos electorales. Su influencia sigue siendo notoria en la
definición de los lineamientos del partido y la gran referencia de gestión
pública, la Alcaldía de Maracaibo, está en manos de su esposa, Eveling Trejo
de Rosales, lo que evidentemente genera suspicacias en torno al papel que
juega en las decisiones internas y de política pública del ente municipal.
Ideología
El cuerpo ideológico de Un Nuevo Tiempo está marcado por sus
orígenes y vínculos socialdemócratas. Pero para distinguirse de su célula
111
originaria, es decir Acción Democrática, UNT propone la Democracia Social
como fundamento ideológico y programático. Para construir esta propuesta
convocaron el Congreso Ideológico en 2009, que generó un documento
denominado “Definición ideológica y lineamientos programáticos” donde se
exponen principios de la Democracia Social y por ende, de UNT.
En primer lugar, el documento (UNT. 2009, p. 2) define la Democracia
Social. En ese sentido, propone lo siguiente;
(…) la humanidad progresista ha venido luchando a favor de la plena liberación humana, en contra de todas las formas de opresión política, económica y social, y por una sociedad en la que no pueda haber “libertad sin justicia” ni “justicia sin libertad” que nosotros identificamos con el concepto de Democracia Social (…) La Democracia Social moderna se diferencia de los movimientos políticos tradicionales por no establecer una referencia filosófica única, sino por buscar la confluencia de corrientes de origen distinto (...) Históricamente, la más antigua de las fuentes de inspiración de la lucha por la libertad y la justicia es la ética religiosa: el sentimiento de que la igual dignidad de las almas ante Dios debería traducirse en dignidad e igualdad en este mundo. La segunda fuente de la Democracia Social es la del liberalismo político. Los impulsos emancipadores de las grandes revoluciones europeas y americanas de los siglos XVII al XIX tienen vigencia perenne como bases de toda democracia auténtica. Los liberales progresistas entienden que la libertad es ilusoria para las mayorías sin una base de justicia social y verdadera igualdad de oportunidades. La tercera fuente de la Democracia Social es la influencia de los socialistas democráticos o socialdemócratas, provenientes de la tradición de las luchas obreras y populares de los siglos XIX y XX y que acepta la herencia del pensamiento socialista clásico, en sus aspectos más democráticos y humanistas, desarrollados en forma crítica (…) La Democracia Social (…) pretende ser la expresión más avanzada de los valores universales de la centroizquierda, democrática, no dogmática y moderna, adaptada a la realidad venezolana de estos tiempos y a los desafíos de la nueva sociedad del conocimiento y de la comunicación.
112
La democracia social como categoría ideológica, es una noción
incluyente e integradora de expresiones políticas y filosóficas diversas.
Supone la construcción de una sociedad libre y justa, que valore por igual los
principios de la libertad y la igualdad, principios no excluyentes, sino más
bien imprescindibles el uno y el otro. Por otro lado, la referencia a la ética
religiosa es inusual en partidos cercanos a la centroizquierda, pero es justo
reconocer que la lucha por los derechos humanos tuvo en sus inicios un
origen religioso.
El pensamiento liberal surgido en los siglos XVII y XVIII no solo
sirvieron para darle contenido filosófico a la democracia representativa, sino
que tienen plena vigencia, más allá de obvias y necesarias actualizaciones.
La tercera fuente referida, la socialdemocracia y sus luchas obreras y
populares es evidente, de acuerdo a las razones esgrimidas al principio de
esta apartado. Sin embargo, a pesar de intentar diferenciarse, esta propuesta
ideológica no dista mucho de la concepción más tradicional de la
socialdemocracia.
El documento (UNT. 2009, p. 3), continua aportando nociones acerca
de la Democracia Social. En ese sentido, plantea los siguientes principios;
1.- Libertad La Democracia Social tiene un carácter fundamentalmente liberador, entendiéndola libertad en sentido a la vez individual y social. El ser humano, liberado de opresiones políticas y económico-sociales, debe ser autónomo para desarrollar plenamente sus mejores capacidades. La libertad en todas sus formas es la precondición para la vigencia de los derechos individuales y colectivos. Los demócratas sociales somos continuadores de la tradición política liberal en su defensa del Estado de Derecho, la soberanía popular, las elecciones libres, la democracia representativa, la tolerancia el pluralismo político e ideológico, el respeto y la garantía de los derechos humanos y las libertades ciudadanas, la separación de poderes y la descentralización de la autoridad. La Democracia Social no se entiende como la negación, sino como la superación y la profundización del liberalismo.
113
2.- Equidad La Democracia Social defiende y promueve el principio de la igualdad, no sólo como igualdad de derechos formales sino también de oportunidades dentro de un contexto de equidad. Ésta exige que el proceso de producción y distribución de la riqueza esté al servicio de la sociedad, y no la sociedad al servicio del poder financiero y económico. Ello implica la creación de una economía mixta que combine los mecanismos del mercado con una planificación y regulación estatal democrática (…) 3.- Solidaridad y responsabilidad La solidaridad es la defensa de lo público, de aquello que nos es común, la posibilidad de crecer junto al otro y ayudar al otro a crecer. La solidaridad es un valor de comunidad, es la capacidad que tenemos de reconocernos en el otro. (…) se debe superar todo egoísmo “rentista” y “asistencialista”, y lograr cada vez más que todos se sientan responsables por todos, y que el pueblo participe, desde abajo y a todos los niveles, en el desarrollo y la gestión de esa sociedad solidaria. La responsabilidad y la solidaridad encarnan en su confluencia el concepto de nueva ciudadanía que a su vez tiene en la honestidad uno de sus principales valores. 4.- Progreso Para nosotros, el progreso no desembocará en ningún paraíso terrestre cerrado y predefinido, sino que se identifica con una marcha continua hacia horizontes siempre nuevos, en la búsqueda permanente de mayor bienestar, en paz y con libertad.
Estos cuatros principios remarcan la idea que la democracia social
propone confluir los valores que han sostenido los dos sistemas ideológicos
más importantes: la libertad y la igualdad. Es destacable el reconocimiento
de que sin libertad, no es posible el cumplimiento de los derechos humanos
individuales y colectivos. Sin libertad, no es posible calidad de vida,
seguridad social, salud gratuita y de calidad o desarrollo económico. Pero la
libertad, sin contenido social se vacía. La solidaridad y la responsabilidad,
por su parte, apuntan a un nuevo tipo de ciudadanía, objetivo planteado por
la mayoría de los sistemas ideológicos, democráticos y totalitarios.
114
El documento “Definición ideológica y lineamientos programáticos” se
refiere también a los conceptos de Democracia, ciudadanía,
descentralización y participación. En relación a la democracia, se propone
superar la dicotomía entre democracia representativa y democracia
participativa, respetando el marco formal democrático, activando la
ciudadanía política y económica, profundizando el proceso de
descentralización, de tal manera que sirvan como canales para la
participación. UNT es un partido que nace en la provincia, a partir del
liderazgo regional de Rosales. La defensa y profundización de la
descentralización es un punto de honor para el partido.
En cuanto al modelo económico, UNT propone lo siguiente;
El Desarrollo Económico Sustentable, debe enfocarse en su sostenibilidad en el tiempo, y ser el eje central de la concepción democrática y del equilibrio social de la nación. El desarrollo económico sustentable se concibe dentro de la Democracia Social como el desarrollo enfocado a garantizar el equilibrio entre el crecimiento económico en términos del Producto Interno Bruto (PIB), la calidad de vida de los venezolanos vista integralmente, en términos de Desarrollo Humano y la preservación de nuestro medio ambiente en todas las actuaciones del Estado y de sus ciudadanos. (…) El aparato productivo debe generar empleo digno para todos los venezolanos, incrementando asimismo nuestra inserción en la economía mundial en mejores condiciones que las actuales. Eso nos lleva a transformar profundamente la relación entre sociedad, Estado, mercado y recursos petroleros. Debemos reducir la dependencia del petróleo y el peso relativo de este recurso en la economía nacional mediante un fuerte crecimiento del PIB no petrolero como producto de la diversificación del aparato productivo y de un desarrollo regional equilibrado. La Democracia Social propone una política de desarrollo y diversificación de la economía, acompañada de un desarrollo regional equilibrado a través de una economía mixta, con orientaciones y regulaciones por parte del Estado que permitan subsanar las fallas del libre juego de la oferta y la demanda (…)
115
En lo que respecta al tema económico, UNT propone un programa de
medidas eminentemente socialdemócrata. Conciliar el esfuerzo productivo
privado con la actividad del Estado, bien como fiscalizador, como proveedor
de bienes y servicios públicos o incluso directamente como dueño de
medios de producción. Lo que si resulta innovador es el llamado a construir
el desarrollo sustentable, noción que se impone en el resto del planeta dado
los problemas ambientales que se sufren a nivel global.
Otra consideración importante que se hace es relativa al tema petrolero
y la necesaria revisión de la relación entre la sociedad, la economía y los
recursos petroleros. En ese sentido, profundiza sobre el tema, así;
La Democracia Social venezolana considera que el modelo de desarrollo rentístico petrolero hoy está agotado y ha generado serias distorsiones en el seno de la sociedad venezolana y más específicamente en el funcionamiento de la economía interna. La política petrolera óptima para un país de altas reservas de hidrocarburos como Venezuela es la de aumentar las inversiones y la producción para garantizar la explotación efectiva y oportuna del recurso respetando las normas ambientales establecidas. Para la consecución de esta política petrolera se hace necesario: a) Asumir una política energética integral por parte del Estado, rediseñando el marco legal vigente que impide el verdadero desarrollo energético de la nación. b) Hacer de nuestra participación en la OPEP un instrumento que asegure prioritariamente los intereses nacionales, reivindicando una capacidad de producción en línea con las reservas probadas de petróleo y la regionalización de los mercados. c) Transformar el sector hidrocarburos, lo que implica una reorganización total, separando los roles del Estado como dueño regulador y operador. d) Transformar a PDVSA para convertirla en una empresa competitiva a nivel nacional e internacional (…). e) Abrir la industria a la participación económica del ciudadano y de la inversión privada con énfasis especial en el sector nacional manteniendo el Estado siempre el control y dirección sobre la actividad petrolera.
116
f) Garantizar el fortalecimiento y operatividad del Fondo de Estabilización Macroeconómica para amortiguar el efecto de las fluctuaciones de los precios petroleros (…)
La superación del modelo rentista es un planteamiento en el que
coinciden todos los actores políticos venezolanos. Lo que marca la diferencia
es el cómo asumir ese cambio. UNT propone aumentar la inversión y
producción, política que va contravía con la estrategia de precios altos
llevada adelante desde 1999, así como una reforma legal en materia de
hidrocarburos y abrir el marco de participación privada venezolana en el
negocio petrolero.
En otro orden de ideas, UNT plantea como estrategias para superar la
pobreza tres lineamientos: educación de calidad orientada a la formación en
valores pero también para capacitación en destrezas vocacionales; la
generación de empleo sostenible a través de un amplio programa de
estímulo a la construcción y; programas sociales como mecanismos para
garantizar a la familia venezolana, en especial a las más vulnerables, los
bienes mínimos para su existencia.
La esencia ideológica de UNT es de naturaleza socialdemócrata, más
allá de tratar de diferenciarse o de venezolanizar su propuesta programática
e ideológica. Hay que subrayar que su plataforma programática es bastante
específica y amplia, alejada de referencias abstractas, pero con contenido
filosófico sólido. La democracia social puede verse como un esfuerzo de
mercadeo político para refrescar una idea que se asocia a esquemas
políticos rechazados en el pasado reciente.
ORGANIZACIÓN
Un Nuevo Tiempo (2016), es un partido con una estructura piramidal,
que parte desde de abajo hacia arriba y se estructura de la siguiente manera:
Coordinadores de centro de votación con sus movilizadores; luego un Comité
117
Político Parroquial, encabezado por un Secretario General; un Comité
Municipal con un Secretario General, un Comité Regional, con un Presidente,
Secretario General y Secretario de Organización y un Comité Político, cuyos
miembros tienen derecho a voz, pero no a voto. A nivel nacional la máxima
instancia política es el Congreso del Partido y la Dirección Nacional es la
máxima instancia ejecutiva.
Conclusiones
Luego de haber revisado el desempeño político, clasificarlos y analizar
la ideología y estructura organizativa de los Partidos Socialista Unido de
Venezuela (PSUV), Voluntad Popular (VP), Primero Justicia (PJ), Acción
Democrática (AD) y Un Nuevo Tiempo (UNT), se presentan las siguientes
conclusiones.
En primer lugar, los partidos políticos estudiados tienden a privilegiar el
liderazgo personalista, normalmente de su fundador, antes que la
institucionalidad interna y el relevo generacional. En este sentido, el caso de
UNT es el más llamativo, ya que su desempeño político-electoral comienza a
declinar justo a partir de la salida del país de máximo líder, Manuel Rosales,
que si bien regreso a Venezuela, lo hizo para ser detenido y acusado por la
justicia. Pero además ha sufrido la pérdida de importantes cuadros políticos a
raíz de desavenencias provocadas por la manera en cómo se toman las
decisiones a lo interno del partido. Es entonces un movimiento que encaja en
la categoría de partido electoralista personalista, aunque cuenta con una
propuesta programática sólida.
Por su parte, Voluntad Popular, siendo el más joven de los partidos
políticos, aún no ha sido objeto de divisiones o de fuga de dirigentes
importantes, debido quizá a su novedad como partido. El encarcelamiento de
su máximo líder no ha afectado hasta ahora el funcionamiento interno ni su
118
capacidad de respuesta política, ha sabido asimilar de mejor manera su
ausencia. De los partidos de oposición, es el que más ha sido objeto de
hostigamiento por parte de las fuerzas de seguridad del Estado y esto puede
constituirse en un elemento que motive a VP y sus militantes a mantenerse
unidos. Es un partido joven y de jóvenes que posee una plataforma
programática e ideológica mediana, pero dado su origen y las características
de su liderazgo, se define como un partido electoralista personalista
En cuanto al PSUV, se puede advertir una definición novedosa de
partido político. Es un partido de masas, por ser un partido altamente
ideologizado, poseer una estructura organizacional sólida y extendida y una
amplia militancia. Sin embargo, a pesar de las referencias al Marxismo, no es
un partido exclusivamente clasista, sino, por el contrario, pretende ser
policlasista. De igual manera, el PSUV respondió siempre al liderazgo de su
fundador, Hugo Chávez, hasta su muerte y sigue siendo aún hoy siendo su
principal referencia. En vida, el Presidente Chávez era el gran y casi único
decisor del partido, que además ganó todas las elecciones de carácter
nacional en las que el PSUV participó, salvo el ya comentado referéndum
constitucional del 2007.
Es evidente el impacto que sobre el PSUV generó la desaparición física
del presidente Chávez, mucho más aún cuando coincidió con el descenso de
los precios del barril de petróleo, mermando los ingresos al fisco nacional y,
por ende, afectando el gran gasto público sobre el que se ha sostenido la
Revolución Bolivariana. La grave crisis económica, las altas cifras en materia
de inseguridad y la decadencia de los servicios públicos contribuyeron a la
mayor derrota electoral del PSUV en diciembre de 2015.
Ante la ausencia del Presidente Chávez, el PSUV se ha replanteado
sus esquemas de liderazgo, pasando de uno personalista a otro de carácter
colectivo, obligado también por las facciones que conviven dentro del partido.
En resumidas cuentas, el PSUV puede entenderse como un Partido Cartel
de Masas, una categoría que no está desarrollada por los autores
119
consultados, pero que desde ésta investigación se propone, en virtud de que
dispone del aparato del Estado para articularse con los programas de
asistencia social, pero al mismo tiempo cuenta con una gran estructura a
nivel nacional, una importante militancia y una sólida ideología.
Por otro lado, AD ha demostrado tener capacidad para sobrevivir la
grave crisis política que hizo derrumbar al sistema bipartidista, además de 17
años de gestión gubernamental bajo la égida de la figura de Hugo Chávez.
Su solidez organizativa e institucional, más allá del notable decrecimiento en
términos electorales y políticos, hizo posible mantener aún vigente al partido
blanco. Su definición como partido de masas es clara y vigente.
En relación a Primero Justicia, se tiene a un partido que le ha tocado
crecer de manera progresiva, desde su feudo en el estado Miranda, hasta
convertirse en una referencia nacional. Ha sobrevivido a la marcha de
importantes líderes y a pesar de contar con una figura protagonista de la
política nacional, el caso de Henrique Capriles, no es un partido que dependa
de liderazgos personalistas Es por esto que se le considera un partido
electoralista programático.
En lo atinente al tema ideológico y programático, se pudo observar que,
salvo el PSUV, hay uniformidad en lo que proponen estos partidos políticos.
El cuerpo ideológico del partido rojo propone al socialismo como línea
principal para el desarrollo social y económico del país. Pero es un
socialismo sui generis, que apela al marxismo y al cristianismo al mismo
tiempo y exalta el pensamiento bolivariano, la obra de Simón Rodríguez y el
pensamiento de Ezequiel Zamora, resumidos en la idea del Árbol de Tres
Raíces, que sirvió de fundamento filosófico al MBR-200, grupo conspirador
de militares del que formó parte Chávez y que es la célula primigenia de su
movimiento político. La fórmula del Árbol de Tres Raíces es un esfuerzo por
darle un matiz autóctono a un constructo ideológico, asociado a la
omnipresente figura de Simón Bolívar.
120
De esta composición filosófica surge la noción de socialismo
bolivariano, que se constituye en el núcleo ideológico del PSUV y que no es
otra cosa que la conciliación de los dos grandes sectores que conviven en el
PSUV y en el chavecismo en general: los militares y la izquierda radical. Este
socialismo bolivariano es además abiertamente anticapitalista y aunque
reconoce formas de propiedad mixta y comunal, será el Estado el gran actor
económico, interviniendo en los diferentes niveles del proceso económico y
en diversos sectores productivos
Por su parte, las propuestas ideológicas y programáticas de Voluntad
Popular, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática son similares, en tanto
responden a un origen político en común, como lo es la socialdemocracia. La
necesidad de impulsar una empresa privada sólida y competitiva, junto a un
Estado activo que trate de equilibrar los desajustes que el mercado pueda
provocar, es una idea que en términos generales, está presente en los tres
partidos mencionados. Así mismo, coinciden en un replanteamiento en torno
a la relación entre Estado, petróleo y sociedad, sugiriendo incluso la
participación de la nación de manera directa en el negocio petrolero.
Por otro lado, Primero Justicia no se aleja mucho de lo propuesto en
materia programática por los partidos VP, UNT y AD. La diferencia entre ellos
estriba en el énfasis que hace sobre la desregulación de la economía y la
reducción del tamaño del Estado en la economía, así como del papel que
debe jugar la libre competencia en el proceso económico.
En definitiva y utilizando la tradicional escala ideológica de definición
entre izquierda y derecha, se puede afirmar que el PSUV es un partido de
izquierda, cercano a posiciones extremas; Voluntad Popular, Un Nuevo
Tiempo y Acción Democrática son partidos centroizquierdistas y Primero
Justicia se puede ubicar en la centroderecha.
De esto también se puede inferir una conclusión importante: la división
de los partidos políticos contemporáneos venezolanos y por consiguiente el
surgimiento de nuevas toldas políticas, ya no responde a razones de índole
121
ideológicas o programáticas, sino a las diferencias personales y luchas de
poder que surgen entre liderazgos que cohabitan en un partido político
determinado.
Por último, en lo que a materia de organización corresponde, afirma que
los partidos políticos venezolanos tienen en común una estructura vertical,
con órganos ubicados en lo alto de la estructura partidaria, hasta instancias
de base vinculadas directamente a las comunidades y los centros de
votación. Así mismo, ofrecen diversos mecanismos para fomentar la
democracia interna. Lo que marca una diferencia es la capacidad individual
de movilización político-electoral y su nivel de penetración territorial. En este
sentido, partidos como AD y el PSUV, por razones históricas o por su peso
político, tienen una presencia nacional que no poseen PJ, UNT y VP,
partidos más jóvenes, que sugirieron como movimientos de carácter regional.
La actualidad del sistema de partidos venezolano muestra a unas
organizaciones políticas que anteponen al liderazgo personalista por encima
de una estructura partidaria institucionalizada y esto ocurre en especial en
Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, movimientos que dependen en
demasía de la presencia y liderazgo de sus fundadores.
Recommended