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INSTITUTO TECNOLOGICO AUTONOMO DE MEXICO
LA CIUDADANIA TRANSNACIONAL COMO UNA ALTERNATIVA PARA EL RECONOCIMIENTO DE LOS MIGRANTES FRENTE AL ESTADO: EL CASO DE LOS
MEXICANOS QUE PARTEN A ESTADOS UNIDOS.
TESINA
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN RELACIONES INTERNACIONALES
PRESENTA RICARDO SANCHEZ TORRES
MEXICO, D.F. 2011
"Con fundamento en el artículo 21 y 27 de la Ley Federal del Derecho de Autor y como titular de los derechos moral y patrimonial de la obra titulada " LA CIUDADANIA TRANSNACIONAL COMO UNA ALTERNATIVA PARA EL RECONOCIMIENTO DE LOS MIGRANTES FRENTE AL ESTADO: EL CASO DE LOS MEXICANOS QUE PARTEN A ESTADOS UNIDOS" , otorgo de manera gratuita y permanente al Instituto Tecnológico Autónomo de México y a la Biblioteca Raúl Bailléres Jr. autorización para que fijen la obra en cualquier medio, incluido el electrónico y la divulguen entre sus usuarios, profesores, estudiantes o terceras personas, sin que pueda percibir por la divulgación una contraprestación"
RICARDO SANCHEZ TORRES
_________________________ FECHA
_________________________ FIRMA
Agradecimientos Esta tesina es para mi familia: mi madre, la Sra. Ventura Miguelina Torres Luna, mi padre, el Sr. Ricardo Sánchez Torres y mi hermano Carlos Cuauhtémoc Sánchez Torres, con quien estaré siempre agradecido por su incondicional apoyo y cariño. Asimismo, quiero agradecer a todos mis profesores del ITAM por sus valiosas enseñanzas. En especial, al Dr. James Robinson, quien estuvo siempre dispuesto a apoyarme, aconsejarme y darle dirección a este trabajo. De igual manera, quiero externar mi agradecimiento al Dr. Michael Layton y a la Mtra. Hazel Blackmore, que con sus atinados comentarios críticos enriquecieron esta tesina. De igual importancia, menciono al Sr. Cyril Caremier, por haber sido un soporte durante la mayor parte de mi estancia en París cuando hice mi año de intercambio en Sciences Po. Ahora sé que desde entonces he hecho a un gran compañero. Finalmente, quiero agradecer a mis amigos, con quienes he recorrido, tanto senderos de luz como pasajes sombríos y que siempre han estado a mi lado para llenar de gozo mi vida. Gracias a Irma Elena McKelligan, a Brenda Pons del Rey, a Solange Aguilar Herrada, a Juan Carlos Dávila Valencia, a Arturo Núñez Jiménez, a Jorge Pérez, a Suyapa Paz, a Jorge Pérez Paz y a Damaris Pérez Paz.
1
ÍNDICE.
1 INTRODUCCIÓN. .............................................................................................................................................. 2
2 LA CONSOLIDACIÓN DE UNA SOCIEDAD CIVIL TRANSNACIONAL. ............................................ 10
2.1 EL CONCEPTO DE SOCIEDAD CIVIL. .............................................................................................................. 10
2.2 LA SOCIEDAD CIVIL DE CARIZ TRANSNACIONAL Y GLOBAL. ........................................................................ 12
2.3 EL RESPETO DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA SOCIEDAD TRANSNACIONAL. ........................................... 15
2.4 LA ACCIÓN DE LAS REDES DE LA SOCIEDAD CIVIL TRANSNACIONAL. ........................................................... 17
2.5 LA CIUDADANÍA TRANSNACIONAL EN UN CONTEXTO DE SOCIEDAD CIVIL TRANSNACIONAL. ...................... 18
3 EL DESARROLLO ACTUAL DE LA MIGRACIÓN EN LA GLOBALIZACIÓN. ................................. 20
3.1 ACONTECIMIENTOS ACTUALES DE LA MIGRACIÓN EN EL MUNDO. ............................................................... 20
3.2 EL ESTADO FRENTE A LOS MIGRANTES Y SU REPERCUSIÓN EN EL INTERÉS NACIONAL. ............................... 22
3.3 LA RESPUESTA A LA MIGRACIÓN DESDE OTROS NIVELES. ............................................................................ 24
3.4 LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS MIGRANTES MEXICANOS QUE PARTEN A ESTADOS UNIDOS. ....................... 27
4 ¿POR QUÉ APLICARLE UNA CIUDADANÍA TRANSNACIONAL AL MIGRANTE? : EL CASO DE
LOS MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOS. ........................................................................................................ 34
4.1 LA FALTA DE GARANTÍAS DE LOS MIGRANTES MEXICANOS QUE VAN A ESTADOS UNIDOS. ......................... 35
4.2 LA CIUDADANÍA TRANSNACIONAL COMO SOLUCIÓN AL ESTATUS DEL MIGRANTE INTERNACIONAL. ........... 39
4.3 LA CIUDADANÍA TRANSNACIONAL EN EL CONTEXTO DE LOS MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOS. ................ 42
5 CONSIDERACIONES FINALES. .................................................................................................................. 45
6 BIBLIOGRAFÍA. .............................................................................................................................................. 49
2
1 Introducción.
La globalización ha marcado un nuevo paradigma en la forma de establecer relaciones entre los
actores del sistema internacional. El Estado y las corporaciones multinacionales se han encargado
de establecer la globalización desde arriba como un esquema jerárquico construido a partir del
poder y las relaciones económicas y financieras. De acuerdo con Jan Aart Scholte, “la difusión de
las relaciones globales involucra cambios en la manera en que se producen los excedentes de
capital.”1 Si el capitalismo es concebido como una estructura de producción dominada por los
procesos de acumulación de excedentes, entonces la globalización ha ayudado al capitalismo a
expandirse más que nunca puesto que ha fomentado las inversiones en activos financieros a nivel
supranacional, la creación de miles de compañías transnacionales y alianzas estratégicas, la
aparición de productos que se venden en todo el mundo y otros sectores que se enriquecen porque
se dedican a distribuir la información como las industrias de comunicación.
De igual forma, las relaciones globales han establecido “una nueva división mundial del
trabajo, una concentración de la producción en manos de las enormes corporaciones y más
acumulación de su riqueza a través del consumismo y las finanzas.”2 Según las estadísticas sobre
comercio internacional publicadas en 2009 por la Organización Mundial de Comercio (OMC),
“el Producto Interno Bruto (PIB) global y la exportación mundial de mercancías crecen
conjuntamente, pero el crecimiento de las exportaciones es mayor al del PIB.”3 Al final,
podemos inferir que el crecimiento del PIB mundial está asociado con un aumento del comercio
1 Jan Aart Scholte, Globalization: A critical introduction, Houndmills, Palgrave, 2000, p. 21. 2 Ibid. 3 World Trade Organization, “World Trade Developments in 2008,” (De, 22 de noviembre, 2009: http://www.wto.org/english/res_e/statis_e/its2009_e/its2009_e.pdf).
3
internacional. De esta manera, el flujo de bienes y servicios entre países resulta ser más eficiente
para el comercio internacional y crece exponencialmente.
Sin embargo, el flujo de personas de países del Tercer Mundo a países desarrollados no
presenta las mismas condiciones favorables y eficientes. Si bien las naciones democráticas
desarrolladas han promovido en sus principios la igualdad del hombre, las estrictas medidas que
han impuesto al acceso de los migrantes provenientes de países pobres a sus territorios se oponen
al trato equitativo de los individuos. Por lo tanto, los migrantes tanto documentados como
indocumentados no poseen los mismos derechos que cualquier ciudadano en el país receptor y
presentan un estatus ambiguo en cuanto a su identidad legal. Al no poder ejercer sus derechos
como ciudadanos por dejar su lugar de origen y carecer de éstos al llegar a un nuevo destino, los
migrantes “sin papeles” quedan desprotegidos jurídicamente. En el caso de las personas que
migran de manera legal, pueden gozar de ciertas garantías al recibir una visa o un documento que
ampare su residencia en el país huésped, pero no comparten el mismo estatus que un ciudadano.
De igual forma, se crea un conflicto en cuanto a su identidad en el ámbito cultural porque los
migrantes logran difícilmente ser asimilados y son considerados como ajenos en el lugar que los
recibe. En consecuencia, la presente tesina plantea un concepto que resulta de la reflexión del
derecho natural para explicar aquello que le hace falta a los migrantes: una “ciudadanía
transnacional”.
La teoría del derecho natural afirma la existencia de una ley más amplia que la ley hecha
por el hombre o ley positiva. Malcolm Shaw explica que “dicha ley superior constituye un
conjunto universal y absoluto de principios que gobierna a todos los seres humanos en el tiempo
y en el espacio.”4 Lo anterior implica que no hay forma alguna de discriminación para la
aplicación de la ley natural. Dicho de otra manera, es pertinente adoptar la premisa del derecho 4 Malcolm N. Shaw, International Law, Cambridge, Cambridge University Press, 2003, p. 248.
4
natural y descartar la visión del derecho positivo, que se basa en la autoridad del Estado y en el
sistema legal emanado de la estructura constitucional, para estudiar el problema actual del estatus
legal de los migrantes en el país receptor porque se trata de proveer un argumento que defienda la
equidad entre individuos y otorgue derechos al ser humano por el simple hecho de serlo. En
relación a la falta de protección para los migrantes, la Declaración Universal de Derechos
Humanos proclamada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones
Unidas, estipula en su artículo 13° que toda persona tiene derecho de circular libremente y a
elegir su residencia en el territorio de un Estado. Asimismo, el artículo 15° de la misma norma
establece que toda persona tiene derecho a una nacionalidad, si bien no especifica el deber de un
Estado huésped a otorgarla. Entonces, queda en los migrantes la opción de buscar un medio de
reconocimiento por parte del Estado huésped vía la movilización de la sociedad civil.
La “acción colectiva” realizada por los miembros de las comunidades transnacionales
tiene el potencial de contribuir al proceso de la globalización impulsado desde abajo, generando
mejores condiciones de vida para los migrantes. Cabe aclarar que la acción colectiva es aquella
por la cual la persecución de objetivos se lleva a cabo por más de una persona, por lo que en la
propuesta de esta tesina se hace referencia a la “acción de grupos”. No obstante, para Mancur
Olson, “la existencia de un grupo grande que comparte un interés común no lleva
automáticamente a la búsqueda de acción colectiva.”5 Por otra parte, debemos mencionar que el
proceso desde abajo es impulsado por actores domésticos y transnacionales provenientes de la
sociedad civil, que no están relacionados con el Estado porque éste realiza el proceso desde
arriba. Así, al considerar que se avanza en la obtención de libertad de acción y participación
frente al Estado de aquellos que no son ciudadanos, pero que se mueven a través de las fronteras
5 Mancur Olson, The Logic of Collective Action: Public Goods and the Theory of Groups, Cambridge Massachusetts, Harvard University Press, 1965, p. 36.
5
y utilizando un concepto que tiene su sustento en el derecho natural, trasciende la pregunta de
investigación de la presente tesina. Dado el estatus legal ambiguo de los migrantes en el actual
mundo globalizado y tomando en cuenta el caso específico de la frontera entre México y Estados
Unidos: ¿Acaso el concepto legal de “ciudadanía transnacional” derivado de la sociedad civil de
cariz transnacional ayuda a solucionar al menos teóricamente la situación presente de
ambigüedad en el estatus del migrante internacional?
Dentro del proceso de migración humana está tomando forma el concepto de “ciudadanía
transnacional” para describir “a las personas que cruzan fronteras y quieren extender derechos y
principios de equidad política y social más allá de los límites del Estado-nación.”6 Poco a poco,
la movilidad internacional ha dado lugar a un prototipo de ciudadanía extraterritorial por la cual,
las personas que se instalan en naciones diferentes a la de origen reclaman derechos con base en
los principios del derecho natural. En el proceso de pedir tal ciudadanía se crean vínculos a
ambos lados de la frontera que unen al migrante con la comunidad de origen y la comunidad
huésped. Asimismo, al momento en que los migrantes intentan adquirir una “ciudadanía
transnacional” por medio de la acción colectiva, se instaura una arena de negociación frente al
Estado en forma de sociedad civil que sirve de plataforma para la participación de estas personas
en redes transnacionales.
Según David Fitzgerald, “el modelo de la ciudadanía basado en el Estado-nación, en el
cual la identidad política y la membresía eran congruentes con el territorio del Estado, ya no es
capaz de resolver las contradicciones creadas por la migración global en masa.”7 Por otra parte,
Riva Kastoryano afirma que “la identidad de una ciudadanía transnacional se expresa a través de
6 Jonathan Fox, Unpacking "Transnational Citizenship,” Center for Global, International and Regional Studies, University of California, Santa Cruz, 2005, p. 171. 7 David Fitzgerald, Negotiating Extra-Territorial Citizenship: Mexican Migration and the Transnational Politics of Community, Center for Comparative Immigration Studies, University of California, San Diego, 2000, p. XI.
6
la lucha de los actores transnacionales por la equidad y los derechos humanos, procurando a su
vez una identidad unificada en la búsqueda de legitimidad ante las instituciones
supranacionales.”8 Entonces, es viable afirmar que la “ciudadanía transnacional” puede
establecer un estatus de reconocimiento para los migrantes dentro de la comunidad en la que se
desenvuelven y éste se manifiesta por su participación política, social, cultural y económica más
allá de su país de origen. De esta forma, el análisis de la “ciudadanía transnacional” es un
importante tema de estudio para la disciplina de Relaciones Internacionales porque aporta un
nuevo paradigma vis-à-vis la definición técnica de ciudadanía que excluye a los migrantes y que
hasta la fecha es el único mecanismo que otorga pleno ejercicio de derechos y obligaciones a las
personas dentro de la jurisdicción territorial del Estado. De igual manera la “ciudadanía
transnacional” contesta al término de nacionalidad que se refiere a la especificidad cultural y de
costumbres que comparten individuos de cierta población.
Michael Peter Smith propone que el concepto de ciudadanía transnacional muestra dos
facetas a la hora de ser analizado.9 La primera se refiere al compromiso de los migrantes con la
sociedad y el Estado de los que provienen. En cambio, la segunda constituye las prácticas de los
migrantes en el país que los recibe. Así, el migrante transnacional no sólo podrá beneficiarse de
hacer valer sus derechos de ciudadano en el lugar de origen desde el extranjero, sino también de
participar en el país que lo recibe aunque ésto lo lleve a experimentar una doble lealtad y
confusión respecto a su sentido de pertenencia. En el caso de los migrantes mexicanos, si se
permite emplear el esquema de “ciudadanía transnacional”, podrían funcionar como agentes que
contribuyen al desarrollo y crecimiento económico de su comunidad de origen por el envío de
8 Riva Kastoryano, “Citizenship, Nationhood and Non-Territoriality: Transnational Participation in Europe,” en PS: Political Science & Politics, Vol. 38, Issue 04, October 2005, p. 694. 9 Michael Peter Smith, “The two faces of transnational citizenship,” en Ethnic and Racial Studies, Vol. 30, No. 6, November 2007, p. 1097.
7
remesas. En efecto, se puede crear un espacio para las prácticas políticas de los migrantes en
forma de representación de sus intereses y obtención de políticas públicas por medio del voto en
México, su país de origen, y de manera indirecta en Estados Unidos, el país huésped, por medio
de la recolección de fondos o motivando a los que sí son ciudadanos al voto a través de campañas
masivas.
En la política internacional contemporánea el caso de la Unión Europea (UE) ha sido un
ejemplo de avance real en cuanto a la “ciudadanía transnacional” derivada del Estado. Si bien la
lógica de este ejemplo se origina de una base supranacional y es diferente a la propuesta generada
por la sociedad civil, nos ayuda como ejemplo comparativo para contrastar con el concepto que
estamos describiendo. La ciudadanía en Europa ha cambiado desde el punto de vista de la
incorporación del migrante al Estado-nación y su participación política que va más allá de las
fronteras, relacionando al país de origen con el huésped y formando un espacio europeo más
amplio. Por el Tratado de Maastricht de 1992, se definió en el artículo 8° un estatus de
“ciudadanía de la Unión” para todo aquel que tuviera la nacionalidad de uno de los países
miembros. Aquellos que fueran ciudadanos de la UE tendrían el derecho de moverse, residir y
trabajar libremente en el territorio de cualquier país de la unión, así como el derecho de votar y
ser elegidos para un cargo público local y en las elecciones del Parlamento Europeo conforme al
lugar de residencia. Dentro de la UE, la idea de supranacionalidad ha dado forma a la sociedad
civil transnacional dentro de la cual las redes de solidaridad actúan y cubren el espacio europeo.
Sin embargo, este paradigma aún no proporciona una respuesta a nivel global, sino sólo a nivel
regional de la aplicación de la “ciudadanía trasnacional” y está subordinado a un cuerpo
supranacional al cual no se le han otorgado todas las facultades de la soberanía de cada Estado
miembro.
8
Después de haber esbozado los criterios que se toman en cuenta para argumentar la
existencia de la “ciudadanía transnacional” y haber proporcionado un ejemplo de la misma, es
necesario presentar la estructura de esta tesina. En el primer capítulo, al presentar un caso de
estudio que es provocado por la globalización y no puede ser entendido en términos tradicionales,
se describirá como una nueva aproximación teórica alternativa el concepto de “sociedad civil
transnacional” y su relación con la “ciudadanía transnacional” que la aprovecha como plataforma.
Para el segundo capítulo, describiremos el fenómeno empírico de la migración internacional,
concentrándonos en datos duros del caso específico de los mexicanos que van a Estados Unidos.
El tercer capítulo, será un apartado de carácter dialéctico, donde se retome la parte teórica
para interpretar el fenómeno empírico de la migración mexicana relacionado con la “ciudadanía
transnacional”. En esta sección, el objetivo es aportar evidencia de lo que sucede actualmente
con el migrante a través de la frontera entre México y Estados Unidos. Además, se describirá el
atropello de los derechos del mexicano en Estados Unidos. Finalmente, se darán ejemplos de la
construcción por parte de los mexicanos de la “ciudadanía transnacional”.
En cuanto a las consideraciones finales, se justificará que a pesar de que la “ciudadanía
transnacional” no aplica indiscutiblemente a la realidad empírica actual que representa la
migración internacional, es útil porque hace uso del derecho natural para proponer la defensa de
los derechos de las personas que cruzan fronteras. Si bien un capítulo de la presente tesina ilustra
la situación de los mexicanos en Estados Unidos, es necesario afirmar que el problema migratorio
es internacional. Las fracturas del mundo que separan países desarrollados de aquellos que están
en vías de desarrollo exhiben el flujo de migrantes. El análisis de éstas es necesario porque no
sólo los mexicanos son maltratados en el exterior sino que otros migrantes sufren también
atropello en México y otras partes del mundo. De hecho, son alarmantes los niveles de abuso que
enfrentan miles de migrantes irregulares centroamericanos que cada año intentan llegar a Estados
9
Unidos pasando por México. Según un reporte liberado en abril de 2010 por Amnistía
Internacional, “las autoridades mexicanas deben actuar en su territorio para detener el abuso
continuo de migrantes en tránsito que son explotados por criminales mientras los policías ignoran
estos delitos o en el peor de los casos participan en los secuestros, violaciones y asesinatos de
éstos.”10
En resumen, la presente tesina se dedica a esbozar el argumento que instaura a la
“ciudadanía transnacional” como una oportunidad de reconocimiento para el migrante en el
contexto de la globalización. Por lo pronto, pasemos al primer capítulo que explica el tema
teórico que proporciona la arena de lucha para la “ciudadanía transnacional”: la sociedad civil
transnacional.
10 Amnesty International, “Widespread abuse of migrants in Mexico is 'human rights crisis',” (De, 28 de abril, 2010: http://www.amnesty.org/en/news-and-updates/report/widespread-abuse-migrants-mexico-human-rights-crisis-2010-04-27).
10
2 La consolidación de una sociedad civil transnacional.
La “ciudadanía transnacional” requiere de un instrumento que le permita exponer, con base en los
derechos humanos, la demanda de un estatus de reconocimiento para los migrantes. La
negociación de los migrantes con el Estado se puede establecer por medio de una sociedad civil
de cariz transnacional. El estudio de ésta será el objetivo del presente capítulo. Primero, se dará
una definición a dicho concepto. Posteriormente, se explicará la sociedad civil en un contexto
transnacional y global. Además, se tratará el tema de la defensa de los derechos humanos en la
sociedad transnacional. En un cuarto apartado, se expondrá la acción de las redes transnacionales.
Finalmente, se hablará de la ciudadanía transnacional en un contexto de sociedad civil
transnacional.
2.1 El concepto de sociedad civil.
Según el concepto formal definido por Mary Kaldor, “la sociedad civil es el proceso a
través del cual el consenso es generado; la arena en donde el individuo negocia, lucha en contra o
debate con los centros de autoridad política y económica.”11 En efecto, la sociedad civil conlleva
a la autonomía y la auto-organización. De hecho, la habilidad de los individuos para unirse en
contra de un enemigo externo hizo que la sociedad civil fuera posible. Así, ésta cambió la
relación de la sociedad con el Estado, pero desde abajo, de la misma manera que los migrantes
están afectando al proceso de globalización. Desde esta perspectiva, podemos relacionar a la
sociedad civil con el concepto de nueva gobernanza, “que alude al proceso mediante el cual los
11 Mary Kaldor, “The Idea of Global Civil Society,” International Affairs, Vol. 79, No. 3, May 2003, p. 590.
11
actores de una sociedad deciden sus objetivos de convivencia y las formas de coordinarse para
realizarlos.”12
Jan Aart Scholte coincide con la idea de que la sociedad civil es “una arena, no un objeto,
y a pesar de que es vista como la clave para las políticas progresistas del futuro, esta arena
contiene agendas e intereses diferentes y conflictivos.”13 No cabe duda de que las instituciones
globales todavía son prisioneras de un sistema de negociación internacional basado en el Estado y
encuentra difícil abrir el paso a la participación que no sea estatal para cualquier nivel
significativo de acción. De acuerdo a Michael Edwards, “podemos soñar acerca de alcanzar una
comunidad global, pero aún no vivimos en una, y por lo general la buena gobernanza global
significa un sistema en el que sólo los poderosos están representados y los débiles son
castigados.”14 En este contexto la sociedad civil es necesaria para que los reclamos de los
individuos, como los migrantes, sean tomados en cuenta por el Estado.
En primera instancia, se describe a la sociedad civil como un término contencioso.
Cuando los teóricos tratan este tema, como ya lo hemos mencionado, se refieren a la arena en la
cual las personas se reúnen para avanzar en los intereses que tienen en común, no para perseguir
un beneficio o poder político, sino porque les importa que conlleve a la acción colectiva. Las
organizaciones de la sociedad civil son los organismos que actúan en esta arena, comprendiendo
una gran variedad de redes y asociaciones tales como partidos políticos, grupos comunitarios y
Organizaciones No-Gubernamentales (ONGs), pero excluyendo a las empresas que se organizan
con el prepósito de obtener beneficios para sus socios y no generan bienes públicos. Si bien, a la
12 Sergio Ortiz, “Sociedad civil sin Estado: una mirada desde la nueva gobernanza,” en Alejandro Sahuí (coordinador), Gobernanza y sociedad civil: retos democráticos, Ediciones Coyoacán, México, 2009, p. 21. 13 Jan Aart Scholte, “Global Civil Society: Changing the World?,” en CSGR Working Paper No. 31, May 1999, p. 1. 14 Michael Edwards, “Introduction,” en Michael Edwards y John Gaventa (eds.), Global Citizen Action, Boulder, Colorado, Lynne Rienner Publishers, 2000, p. 1.
12
hora de actuar los grupos de la sociedad civil ocasionalmente piden recursos económicos a las
empresas, éstos son usualmente limitados y no son el fin de la movilización.
2.2 La sociedad civil de cariz transnacional y global.
Respecto a nuestro tema de estudio, es necesario describir a la sociedad civil en el ámbito
transnacional, el cual cruza fronteras. Entonces, estamos hablando de una arena de juego que
involucra más de una nación y donde diversos grupos buscan objetivos comunes. Las coaliciones
de la sociedad civil transnacional han intentado dar forma a la evolución de las normas
internacionales, que son estándares de cómo los gobiernos, las corporaciones y otros grupos
deben comportarse. La sociedad civil transnacional ha buscado dar forma a dichas normas de dos
maneras: directamente, al persuadir a los que hacen las políticas y a los empresarios líderes de
cambiar su forma de pensar acerca de lo que es correcto, o indirectamente al alterar la percepción
del público de qué gobiernos y negocios se deberían de estar haciendo. De este modo, la sociedad
civil transnacional ejerce su influencia a través de su habilidad para hacer que alguien los escuche
y actúe. Por esta razón, los migrantes pueden pedir una “ciudadanía transnacional” para proteger
los derechos de cualquier persona que cambia su domicilio de origen y busca realizarse en uno
distinto.
Igualmente, debemos tomar en cuenta el aspecto de la sociedad civil de cariz global que
durante la década de los noventa tomó importancia con tres significados. Primero, la sociedad
civil global fue tomada como estandarte de los New Social Movements (NSM). De acuerdo a
McCarthy y Zald, “un movimiento social es un conjunto de opiniones y creencias dentro de una
población que representan preferencias por el cambio de algunos elementos de la estructura social
13
y/o la distribución de la recompensa de una sociedad.”15 Las demandas de los NSM son tan
alternativas y poco convencionales, que sus seguidores vienen generalmente reclutados por la
izquierda dado que se identifican más con esa posición del espectro ideológico. Entre las causas
que defienden hasta nuestros días los NSM podemos encontrar: la ecología, la ayuda humanitaria,
los refugiados políticos, el antirracismo, los derechos humanos, el pacifismo y el feminismo.16
En cuanto a nuestro caso, la lucha de los migrantes para obtener un estatus vía la aplicación de
una “ciudadanía transnacional” puede ser tomada como estandarte por este tipo de movimientos.
Si bien los migrantes buscan derechos sociales, políticos y humanos para alcanzar su
reconocimiento, no debemos olvidar que los derechos económicos son los que más les interesan
adquirir en el corto plazo puesto que dejaron su lugar de origen en búsqueda mejores condiciones
de vida y en algunos casos siguen siendo el sustento familiar de su lugar de origen.
El segundo significado del término de sociedad civil global fue “empleado por las
instituciones globales y por los gobiernos de Occidente como un mecanismo para facilitar la
reforma del mercado y la introducción de la democracia parlamentaria.”17 En ese momento, las
personas que luchaban en contra de los regímenes autoritarios demandaban la sociedad civil, pero
sólo obtuvieron ONGs. En el caso de las ONGs transnacionales, “son entendidas como
portadoras de las instituciones globales que aseguran un enlace doméstico-internacional más
efectivo que los intercambios de la diplomacia entre los Estados.”18 Entonces, las ONGs pueden
ser aprovechadas por los migrantes como portavoz de sus demandas frente al Estado receptor. En
cuanto al tercer significado de la sociedad civil global se trata de una versión post-moderna que
15 John McCarthy y Mayer Zald, “Resource Mobilization and Social Movements: A Partial Theory,” en American Journal of Sociology, Vol. 82, No. 6, May 1977, pp. 1217-1218. 16 Hanspeter Kriesi, “The Organizational Structure of New Social Movements in a Political Context.” en John McCarthy y Mayer Zald (eds.), Comparative Perspectives on Social Movements, 1996, p. 158. 17 Mary Kaldor, “The Idea of Global Civil Society,” International Affairs, Vol. 79, No. 3, May 2003, p. 589. 18 Hans-Peter Schmitz, “Mobilizing Identities: Transnational Social Movements and the Promotion of Human Rights Norms,” en Kendall Stiles (ed.), Global institutions and local empowerment: competing theoretical perspectives, New York, St. Martin’s Press, 2000, p. 86.
14
vio surgir movimientos religiosos y étnicos, la cual no se puede utilizar para explicar la lucha de
los migrantes.
En el mundo moderno, las reglas no se basan sólo en el acuerdo entre Estados, sino
también en el apoyo público, generado a través de la sociedad civil transnacional o global. De
hecho, el sistema de gobernanza global emergió por la participación de los Estados y las
instituciones internacionales. Según Robert Keohane, “la gobernanza efectiva no es inevitable, si
ocurre, es más factible que se realice a través de la cooperación interestatal y las redes
transnacionales que a través de un Estado mundial”.19 Esta afirmación podría ser otro argumento
para defender la “ciudadanía transnacional” en el contexto donde no sólo los Estados contribuyen
a la buena gobernanza, sino también los grupos transnacionales que cooperan con las
organizaciones internacionales, que se distinguen por ser detonadores de ideas de progreso.
Actualmente, como se mencionó en la introducción de esta tesina, la integración de las
fronteras ha propiciado beneficios como el incremento en la eficiencia económica y el libre flujo
de mercancías por los tratados comerciales, pero también ha provocado problemas que amenazan
la integridad de los seres humanos como el maltrato, la discriminación de los migrantes y la falta
de derechos para éstos. Entonces, el mundo necesita un representante de los intereses públicos
que no caiga fácilmente en el ámbito de los territorios de cada Estado. De este modo, la sociedad
civil de cariz transnacional puede llenar el vacío para resolver este problema global y ser la
plataforma de la “ciudadanía transnacional”.
La sociedad civil implica que la globalización requiere de los gobiernos y de los actores
no estatales para enlazar los diferentes niveles de su actividad, ya sea local, nacional,
transnacional o global. En cuanto a la relación entre las corporaciones multinacionales y los
19 Robert Keohane, “Governance in a Partially Globalized World,” en David Held & Anthony McGrew (eds.) Governing Globalization. Power, Authority and Global Governance, Cambridge, Polity Press, 2002, p. 325.
15
gobiernos ésto ya es posible, pero los grupos civiles no tienen aún una estructura paralela para
facilitar la participación cívica transnacional, ni tienen forma de ser representados en cuerpos
intergubernamentales.
2.3 El respeto de los derechos humanos en la sociedad transnacional.
Como consecuencia de los enlaces internacionales, los grupos o movimientos sociales han
sido capaces de crear un espacio político frente a los Estados. Además, la existencia de una
legislación de los derechos humanos a la cual los gobiernos están suscritos ha sido una forma de
presión para éstos. Mary Kaldor considera que “el nuevo entendimiento de la sociedad civil
representa tanto un desprendimiento del Estado como un movimiento hacia las reglas globales y
las instituciones.”20 Al mismo tiempo, la sociedad civil transnacional surge como un concepto
para enfatizar tanto la naturaleza de los enlaces de cruce de frontera como el hecho de que
raramente estos vínculos son verdaderamente globales, en el sentido que involucran grupos e
individuos de todas las partes del mundo.
En efecto, algunos países quieren ser parte de la sociedad internacional y para ello tienen
primero que respetar los derechos humanos básicos y enfrentar algunos mínimos estándares de
conducta hacia las personas. De tal forma, la sociedad civil transnacional impone presiones ante
violaciones de normas por parte del Estado. Los gobiernos aceptan validar las normas de
derechos humanos cuando ratifican la Declaración Universal de Derechos Humanos, o cuando los
gobiernos institucionalizan dichas normas en su propia Constitución o en sus leyes domésticas.
Así, los gobiernos se enredan en el proceso legal doméstico e internacional y poco a poco
encuentran más difícil librarse de su obligación de respetar los derechos de los individuos. De tal 20 Mary Kaldor, op. cit., p. 586.
16
forma, los migrantes pueden pedir respeto de sus derechos humanos al Estado que los recibe y en
última instancia también podrían reclamarle una “ciudadanía trasnacional”.
En el ámbito teórico de las Relaciones Internacionales surgen argumentos acerca de lo
que significa una sociedad civil transnacional en el contexto de los derechos humanos. “Thomas
Risse explica los complejos procesos por los que la sociedad transnacional ha transformado las
actitudes hacia los derechos humanos en la segunda mitad del siglo XX.”21 La propuesta de este
internacionalista plantea que la tercera fuerza en la política global está representada por las redes
de la sociedad civil transnacional, y que éstas tienden a buscar metas más amplias basadas en sus
ideas de lo que constituye el bien público. Tales redes están más sometidas por los valores
compartidos que por el interés común. En el caso de los migrantes que comparten el mismo
pasado cultural por haber pertenecido al mismo lugar de origen, sus motivaciones convergen y
crean grupos homogéneos que persiguen una misma meta como la defensa de sus derechos frente
al Estado receptor.
La sociedad civil transnacional ha tenido influencia sobre los derechos humanos tanto a
nivel global como a nivel nacional.22 A nivel global, ha contribuido de tres maneras. En primera,
la sociedad civil transnacional originalmente puso los derechos humanos en la agenda
internacional y ahí los mantiene. Gracias a las actividades de las Organizaciones
Intergubernamentales (OIGs), los gobiernos nacionales y la sociedad civil doméstica, los
derechos humanos están entre las normas internacionales más densamente reguladas. Además, la
sociedad civil transnacional provee información creíble a la comunidad global acerca de la
violación de derechos humanos desde varios rincones del planeta. Finalmente, la sociedad civil
21Ann Florini y P.J. Simmons, “What the world needs now?,” en Ann Florini (ed.), The Third Force: The Rise of Transnational Civil Society, Washington, D.C., Carnegie Endowment for International Peace, 2000. p. 6. 22 Thomas Risse, “The Power of Norms versus the Norms of Power: Transnational Civil Society and Human Rights,” en Ann Florini (ed.), The Third Force: The Rise of Transnational Civil Society, Washington, D.C., Carnegie Endowment for International Peace, 2000. p. 203.
17
transnacional hace presión frente a los gobiernos nacionales y moviliza a la opinión pública, a
varios gobiernos de Occidente y a organizaciones internacionales tales como el Banco Mundial
que ha incorporado los derechos humanos en sus políticas internacionales y en sus guías
operacionales. Repetimos entonces la idea de que en un mundo donde los derechos humanos se
aplican por el compromiso de los Estados y a pesar de la presión desgarradora que ocasiona la
globalización sobre el flujo de personas, es posible que los migrantes luchen por ser reconocidos
donde exista dicho compromiso.
2.4 La acción de las redes de la sociedad civil transnacional.
A pesar de que el Estado-nación ha gobernado el mundo durante siglos, no demuestra que
esté preparado para enfrentar por sí mismo la agenda de los problemas de cruce de fronteras.
Debido a la revolución de la información, la creciente integración de las economías y el aumento
de la población mundial, la actividad humana está menos limitada por las fronteras nacionales.
Sin embargo, hace falta un análisis de las redes que unen a las organizaciones de la sociedad civil
a través de las fronteras territoriales y describir la acción colectiva transnacional. Las ONGs, las
asociaciones informales y las coaliciones están formando un gran número de conexiones a lo
largo de las fronteras nacionales y se insertan a sí mismas en un rango más amplio de procesos de
toma de decisiones acerca de temas que van desde la seguridad internacional hasta los derechos
humanos.
En efecto, falta exponer la relación entre la disidencia y la sociedad civil transnacional.
Sandra Halperin y Gordon Laxer proponen que “la emergencia de nuevas oportunidades políticas
a nivel internacional trae un cambio radical en la naturaleza de la protesta, la cual tiende a
globalizarse y expandirse en la estructura de las organizaciones de movimientos sociales, que se
18
transforman en un ámbito transnacional.”23 Halperin y Laxer plantean dos grupos que
representan la acción colectiva transnacional. Por un lado, los Transnational Social Movements
que existen gracias a una interacción de cruce de fronteras, de la movilización transnacional en
masa, de entendimientos compartidos de los asuntos que quieren tratar, de un foro público
común, de un discurso político y de una identidad colectiva transnacional basada en una
comunidad bien comunicada con experiencia e historia. Este tipo de movimientos es formado por
los migrantes. En cambio, los Transnational Advocacy Networks no son movimientos sociales
transnacionales sino estructuras comunicativas para el intercambio político. Éstas representan
ideas en lugar de comunidades. Además, una gran parte de los movimientos que al parecer son
transnacionales, en realidad tienen sus orígenes en el ámbito nacional, pero están coordinados
transnacionalmente. En el caso de los mexicanos que van a Estados Unidos, mantienen los lazos
con sus familias cuando se unen a las redes y movimientos transnacionales. Así, la representación
de los mexicanos tiene lugar en los dos lugares donde tienen influencia, tanto el de origen como
el huésped, creándose un vínculo transnacional.
2.5 La ciudadanía transnacional en un contexto de sociedad civil transnacional.
Para muchos idealistas, la meta de forjar enlaces globales y transnacionales es crear un
mundo más igualitario y democrático al desarrollar una ciudadanía global o una “ciudadanía
transnacional” dentro de una comunidad del hombre imaginaria. En la propuesta de la presente
tesina, el término de sociedad civil se emplea para describir el entendimiento entre estructuras
sociales y el Estado a nivel transnacional que pueden resolver el atropello de los derechos de los
23 Gordon Laxer y Sandra Halperin, “Introduction: Effective Resistance to Corporate Globalization,” en Gordon Laxer y Sandra Halperin (eds.), Global civil society and its limits, Houndmills, Palgrave Macmillan, 2003, p. 5.
19
“ciudadanos” y la falta de representación de aquellos que no lo son como los migrantes. Lo
anterior tiene también como consecuencia profundizar la democracia y mejorar las relaciones
entre los actores del mundo actual. Los actores que proponen la sociedad civil global están
comprometidos con valores que van más allá de las fronteras étnicas, religiosas y nacionales. En
nuestro caso, nos dirigimos hacia una comunidad del mundo que elimina las fronteras en todos
los sentidos y que tiene profundas raíces en el pensamiento occidental y la defensa de los
derechos humanos, donde cualquiera pueda estar representado; también los migrantes.
En teoría la sociedad civil podría ser un contrapeso a la influencia expansiva de los
mercados y el poder en declive de los Estados, pero en la práctica hay pocas estructuras formales
a través de las cuales esta autoridad contraria pueda ser expresada, especialmente a nivel global.
El resultado es un creciente déficit democrático en el proceso de la gobernanza global. En efecto,
la gobernanza es un proceso de varios estratos de interacción entre diferentes formas de autoridad
y diferentes formas de regulación, que trabajando juntas persiguen metas comunes, resuelven
disputas y negocian nuevas compensaciones entre el conflicto de intereses. De esta manera, si
hay una buena gobernanza global, la sociedad civil transnacional puede proveer la única voz
significativa y la participación necesaria en la toma de decisiones, cuando hay tantos ciudadanos
y migrantes que no son tomados en cuenta. Al final, como dice Ann Florini “el sistema de los
Estados-nación no está divinamente ordenado ni fácilmente erradicado,”24 pero está cambiando,
y uno de los más importantes cambios tiene que ver con la presencia de la sociedad civil
transnacional que permitirá que la “ciudadanía transnacional” sea posible. Por lo pronto, en el
siguiente capítulo trataremos la realidad del fenómeno migratorio internacional en la
globalización.
24 Ann Florini, “Transnational Civil Society,” en Michael Edwards y John Gaventa (eds.), Global Citizen Action, Boulder, Colorado, Lynne Rienner Publishers, 2000, p. 30.
20
3 El desarrollo actual de la migración en la globalización.
Después de haber detallado la parte teórica acerca de la ciudadanía transnacional y su arena de
acción, la sociedad civil de cariz transnacional, es necesario aterrizar el aspecto empírico de la
migración en cuanto a su situación presente en el proceso de globalización. Para ello, primero
vamos a explicar algunos acontecimientos relevantes de la migración en varias regiones del
mundo. Posteriormente, describiremos la respuesta del Estado frente la migración así como la
respuesta desde otros niveles de acción como el global y el regional, ejemplificando con la
reacción europea. Al final, haremos hincapié en la situación presente de los migrantes mexicanos
que parten a Estados Unidos.
3.1 Acontecimientos actuales de la migración en el mundo.
La globalización es una fuerza primaria que moldea el carácter e impacto de la migración. Según
el Atlas de las migraciones en el mundo, en 2007 “con 200 millones de migrantes y todas las
categorías confundidas en un mundo de más de 6 mil millones de habitantes, los migrantes
representaban 3% de la población mundial.”25 Además, para ese mismo año “11.7 millones eran
refugiados que escapaban de la persecución, 26 millones eran desplazados internos, de los cuales
2.1 millones regresaron a casa y 647,200 eran buscadores de asilo.”26 Por otra parte, se debe
denotar que las migraciones internacionales son particularmente intensas a lo largo de las grandes
fracturas del mundo, como: el mar Mediterráneo, la frontera México-Estado Unidos, la frontera
25 Catherine Wihtol de Wenden, Atlas des migrations dans le monde: refugiés ou migrants volontaires, Paris, Autrement, 2009, p. 6. 26 Ibid, p. 12.
21
Rusia-China, los límites de la nueva Europa y otros puntos del mundo que se han convertido en
lugares de cruce a nivel masivo, pero también extremadamente peligrosos.
En efecto, el fenómeno migratorio se ha convertido en una de las mayores cuestiones de la
escena internacional. Por su parte, el progreso de la globalización ha incrementado la oferta de
los medios de transporte, abaratado los costos del pasaje, fomentado la transferencia de remesas,
que representaron 300 mil millones de dólares para 2007 y ha densificado las redes económicas
transnacionales, mientras que la detención de pasaportes se generaliza creando un derecho de
salida de los Estados que antes se mantenían cerrados desde el interior.
Así, los movimientos a través del mundo están cambiando. Antiguos países emisores de
migrantes, se convierten en países receptores, tal es el caso de la región de Europa del Sur, de
México, de Marruecos y de Turquía, que todavía son países expulsores y de tránsito. Los
antiguos países receptores “se convierten en países de partida, como en el caso de algunos países
de América Latina, entre ellos Argentina, Brasil, Uruguay y Chile, en donde los residentes de
origen japonés, español o italiano, se regresan a su país de origen.”27 En cuanto al Sudeste de
Asia, los países expulsores o receptores están en función de la fluctuación de las situaciones
económicas, como es el caso de Tailandia y de Malasia que están uno detrás del otro.
Poco a poco, los migrantes económicos o demandantes de asilo se han convertido en
actores de forma completa de las relaciones internacionales, desafiando a los Estados que siguen
atados a la soberanía del control sobre sus fronteras y a la preservación de su identidad. Los
fenómenos de doble nacionalidad y de fidelidades múltiples se desarrollan, al mismo tiempo que
progresa en los países receptores, el derecho de suelo, ius solis, en complemento del reconocido
derecho de sangre, ius sanguinis.
27 Ibid, p. 7.
22
Casi todas las regiones del mundo están involucradas con el hecho de la partida, la
recepción o el tránsito de los migrantes, a pesar de que la mayoría de ellos están sometidos a
controles cada vez más estrictos en el caso del cruce de fronteras. Las migraciones clandestinas,
ligadas a la búsqueda de un mejor nivel de vida, al sentimiento de ausencia de esperanza o el
hecho de vivirla, a las crisis políticas y económicas o ambientales y a la timidez con la cual los
países receptores entreabren sus fronteras, se desarrollan cuando hay muertes en los puntos
estratégicos de paso, casi siempre reveladores de grandes líneas de fractura del mundo. Muros
alambrados en el mar Mediterráneo, el muro entre Estados Unidos y México o aquel que se
encuentra entre Israel y Cisjordania, son todos emblemáticos de la situación que acontece cuando
se cierran ciertos puntos de tránsito a los individuos.
Sin embargo, numerosas regiones receptoras de migrantes se enfrentan al envejecimiento
demográfico y carencias de mano de obra en los sectores que no se pueden deslocalizar como los
trabajos públicos, la agricultura, el cuidado de las personas de edad avanzada y los oficios de
turismo. Mientras, las regiones expulsoras gozan de una población joven, cada vez más urbana y
escolarizada, que es golpeada masivamente por el desempleo y con alta tendencia a la movilidad.
3.2 El Estado frente a los migrantes y su repercusión en el interés nacional.
En general, las mejores oportunidades en el extranjero son el factor que motiva la migración
laboral, atrayendo tanto a individuos altamente calificados como aquellos menos educados. No
obstante, una jerarquía de derechos a la movilidad se traza en función de las competencias y
talentos. Los menos dotados son condenados a permanecer en el lugar donde nacieron o tomar el
camino de la inmigración clandestina. El problema que genera dicha situación se manifiesta por
el tráfico de personas y el contrabando de migrantes indocumentados que se ha convertido en un
23
negocio para el crimen organizado. En este contexto, algunos gobiernos han permitido la
reunificación familiar y también que los parientes más cercanos entren por la vía legal. En efecto,
la práctica del cruce de las fronteras no está todavía a la orden del día en un mundo donde todo
circula cada vez más libre, menos el hombre.
Por otra parte, el interés nacional tiene un impacto tanto en el país expulsor como en el
huésped de migrantes. De acuerdo con Michael Doyle, “en el caso de los países expulsores el
interés nacional se ve reflejado en la migración internacional cuando disminuye el desempleo,
contribuye a incrementar los salarios reales, provee flujos significativos de remesas y ayuda a
aumentar el nivel de vida.”28 No obstante, la fuga de cerebros es un asunto que perjudica al país
expulsor de personas. Para los países destino, la migración internacional tiende a tener un
impacto ambiguo en la economía, especialmente en el empleo y los salarios de las personas que
no son migrantes, sobre todo en las transferencias sociales que reciben los ciudadanos porque
éstos se vuelven dependientes de ellas y acusan a los migrantes de haberles robado el empleo.
Simultáneamente, en el aspecto social, los migrantes contribuyen tanto a la diversidad
cultural para los países que los reciben como a las dificultades en la integración. Se pueden
observar prácticas culturales que son percibidas como amenazas al estilo de vida establecido por
los nacionales del país receptor. Al respecto, Samuel Huntington defiende la idea de que “el más
serio reto para la identidad tradicional americana proviene de la inmensa y continua inmigración
de Latinoamérica, especialmente de México, y de la tasa de fertilidad de esos inmigrantes
comparada con la de los nativos americanos de raza negra y blanca.”29 Contrariamente, Arjun
Appadurai celebra la tendencia post-nacionalista de los migrantes provenientes del Tercer Mundo
y afirma que el declive de la identidad nacional americana es causado por los efectos perversos
28 Michael W. Doyle, “The challenge of worldwide migration,” en Journal of International Affairs, vol. 57, no. 2, Spring 2004, p. 3. 29 Samuel P. Huntington, “The Hispanic challenge,” en Foreign Policy, March-April, 2004, p. 32.
24
de las identidades cosmopolitas y la visión globalizada promovida por grupos de élite
estadounidenses.30 De igual manera, el interés nacional resulta alterado por la crisis de aquellos
que piden asilo, pues no todos califican para obtenerlo y representan un gasto para los países
destino.
Otro efecto de la movilidad es la doble ausencia de los inmigrados, tanto en su país de
origen como en el país huésped, que ha dado lugar a diversas formas de co-presencias, aquí y
allá. Las nuevas categorías de los migrantes se instalan en tal movilidad y así la doble
nacionalidad se desarrolla gracias a la aplicación del ius solis en nombre del país huésped y por el
mantenimiento del ius sanguinis en la mayoría de los países expulsores. Entonces, no pueden
evitarse las críticas al multiculturalismo y a la experimentación de la diversidad en la nación
receptora.
3.3 La respuesta a la migración desde otros niveles.
En todo el mundo, la ciudadanía está siendo tan redefinida por las migraciones que
obligan a acordar derechos tanto para las personas que cambian de su lugar de origen como para
los sedentarios. Las asociaciones que defienden los derechos humanos y los migrantes
indocumentados reclaman “el derecho a tener derechos” y piden una “ciudadanía transnacional”,
apoyados por diversos movimientos en el espacio público como lo ha demostrado el reciente
soporte de la Confederación General del Trabajo (CGT), principal organización sindical en
Francia, a los migrantes. El acompañamiento de la movilidad en la escena internacional,
reuniendo fuerzas cada vez más numerosas, pero todavía dispersas en cuanto a sus
30 Arjun Appadurai, Modernity at Large: Cultural Dimensions of Globalization, Minneapolis: University of Minnesota Press, 1996, pp. 1– 229 passim.
25
reivindicaciones, hacen su camino vía la sociedad civil nacional, transnacional y global. Así, se
traza el contorno de una circulación migratoria altamente manifestada, pero débilmente
consolidada en sus derechos.
Por un lado, los Estados buscan mecanismos regionales e internacionales para discutir los
asuntos de migración y su tendencia. Lo que intentan es crear guías para entender y reconocer
este fenómeno global que tiene repercusiones económicas, sociales y de seguridad. Por el otro,
los migrantes, están buscando una institución que defienda sus derechos y trate sus necesidades.
Entonces, para que tanto los migrantes como los Estados obtengan un resultado satisfactorio, se
debe lograr que la cooperación internacional sea garantizada. Tal cooperación debe asegurar que
los derechos humanos básicos para todas las personas, incluso los migrantes, sean protegidos.
Hoy en día, el aspecto de la migración internacional se encuentra débilmente institucionalizado
en el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que no hay una agencia que
trabaje a detalle con regímenes de migración transparentes.
A nivel mundial, se ha intentado poner en práctica una gobernanza global de las
migraciones. Originada por la ONU desde 2006, la iniciativa se manifestó por la sesión que se
tuvo en Bruselas en julio 2007, de un Foro Mundial sobre las migraciones y el desarrollo, el cual
logró reunir países expulsores y receptores, paralelamente a un foro de la sociedad civil. Dicha
experiencia se siguió en Manila en octubre de 2008, dentro de un contexto multilateral y de un
diálogo, para cambiar el modo de decisión y salir del vis-à-vis que existe entre Norte y Sur. Esta
negociación se inscribió “en la tímida elaboración del derecho a la movilidad, enunciado en la
declaración universal de la ONU de 2008.”31
A escala europea, nuevas iniciativas son tomadas en cuenta a partir del problema que
ocasiona el control reforzado de las fronteras y de la selección de las élites y los trabajos más 31 Catherine Wihtol de Wenden, op.cit, p. 5.
26
demandados. Al respecto, en Italia y España se han suspendido las regulaciones masivas de
migrantes, mientras que en Francia la ley Hortefeux que fue votada en 2007 busca reducir la
migración que integra a los miembros de una familia, al solicitar condiciones más difíciles de
cumplir e introduciendo la posibilidad de practicar exámenes de ADN para verificar los lazos de
filiación. Además, se establecieron unas listas de trabajo que permitían la entrada legal de nuevos
asalariados, muy calificados para los que no eran europeos y menos calificados para aquellos que
venían de Europa del Este.
El Pacto Europeo para la Migración y el Asilo persiguió en 2008 la política de disuasión
al reforzar los dispositivos de dominio de las fronteras externas de la Unión Europea (UE) de los
27 miembros, la cooperación con los países vecinos no europeos y la firma de acuerdos de
readmisión y harmonización de políticas de entrada, de asilo y de solidaridad en la represión de
los migrantes que están de manera irregular. Por su parte, la Unión por el Mediterráneo ha
evitado progresivamente inscribir las migraciones como una de sus prioridades cuando la
cuestión de las visas es una demanda recurrente de los países que están al sur. Sin embargo, una
política de atracción de las aptitudes en un contexto de competencia internacional en el
reclutamiento de los más calificados está a la orden del día. Europa occidental busca a la vez
mantener sus fronteras cerradas para algunos y entreabrirlas para otros, un ejercicio difícil y bajo
el control de una opinión pública utilizada como árbitro del mantenimiento de medidas
represivas.
También, en la UE, la gestión integrada de las fronteras fue adoptada en 2006. Para ello
tuvo que gestarse primero la adopción de un acuerdo para suprimir el control de las fronteras
interiores de los Estados firmantes en Shenguen (1985), la creación de Frontex como equipo de
patrulla fronteriza de los diferentes Estados miembro (2004) y el sistema SIS II (2008) que
facilita tanto la cooperación policiaca y penal como la lucha contra el terrorismo. De este modo,
27
el trato más rápido de las demandas de asilo y la lucha contra el tráfico de seres humanos son
parte de este dispositivo. También, los acuerdos de readmisión se han multiplicado con los países
de partida y de tránsito. Finalmente, las fronteras exteriores de Europa, como aquella de Ucrania
con la Polonia y la Eslovaquia se reforzaron.
Mientras que se estima la cifra de 12 millones en Estados Unidos, los indocumentados son
entre 5 y 7 millones en la Unión Europea. La demanda de asilo ha constituido la sola entrada
legal para aquellos que no tienen papeles, aún cuando 90% sean rechazados. Sin embargo, “esta
tendencia va a la baja en la mayoría de los países europeos, primera destinación para 85% de los
demandantes.”32
3.4 La situación actual de los migrantes mexicanos que parten a Estados Unidos.
En Estados Unidos, una ley que refuerza la protección de las fronteras, la denominada Secure
Fence Act, fue votada por el Congreso en 2006, cuando se ordenó la construcción de un muro
sobre 1120 kilómetros de la frontera con México, el cual tuvo un presupuesto de 1.2 mil millones
de dólares. Asimismo, “se ordenó el despliegue de 6,000 guardias nacionales para reforzar la
frontera, 14,000 expulsiones de inmigrantes indocumentados efectuadas de enero a septiembre de
2006 y el abandono del proyecto estadounidense de regularización de los clandestinos no parece
haber disuadido el cruce.”33 Aproximadamente, 400,000 mexicanos y 100,000 centroamericanos
intentan cada año la aventura. El control reforzado de la frontera ha tenido como efecto el
aumento en el costo del cruce para los indocumentados y ha hecho de México un país de
32 Ibid, p. 11. 33 Ibid, p. 63.
28
inmigración y de tránsito para aquellos que no logran pasar, verbigracia el caso de los refugiados
cubanos que se dirigen hacia Estados Unidos y los migrantes provenientes de América Central.
Primer residencia mundial de migración, México es el país con más migrantes que parten
hacia Estados Unidos. Según un estudio del Departamento de Seguridad Interna (DSI), “el
número de mexicanos indocumentados en Estados Unidos pasó de 4 millones 680 mil, en el año
2000 a 6 millones 650 mil, en 2009, un aumento del 42%.”34 No obstante, “en 2005,
representaban sólo el 15% de los flujos, contra 25% que representaron entre 1990 y 2004, porque
la inmigración a Estados Unidos se diversificó en beneficio de los chinos y los hindúes.”35
El caso de la migración mexicana hacia Estados Unidos presenta datos numéricos
interesantes a revisar. Por ejemplo, el analista Carlos Palencia Escalante afirma que “la población
mexicana y de origen mexicano en Estados Unidos representa aproximadamente el 60% de la
población hispana, por lo que es el subconjunto más numeroso, seguido a distancia por los
hispanos de origen puertorriqueño, cubano, dominicano, salvadoreño, colombiano y
guatemalteco.”36 Tan importante es la comunidad de mexicanos que prácticamente se encuentra
distribuida por todo el territorio estadounidense, aunque su presencia predomina en los estados de
California (41%), Texas (25%) e Illinois (6%). Así, otros estados con una considerable
población mexicana son Arizona, Colorado, Florida, Nuevo México, Washington, Nevada,
Georgia, Nueva York y Carolina del Norte. De esta manera, la población de origen mexicano que
reside en el país vecino del norte es de 26.6 millones de personas, entre emigrantes,
documentados o no, nacidos en México y ciudadanos norteamericanos de ascendencia mexicana.
34 Department of Homeland Security, “Estimates of the Unauthorized Immigrant Population Residing in the United States: January 2009,” (De, 2 de marzo, 2010: http://www.dhs.gov/xlibrary/assets/statistics/publications/ois_ill_pe_2009.pdf). 35 Catherine Wihtol de Wenden, op.cit, p. 63. 36 Carlos Palencia Escalante, Perspectiva y prospectiva de la migración internacional, México, Instituto de Investigación Económica y Social Lucas Alamán, A.C., 2009, p. 95.
29
Otra característica de la migración de los mexicanos es el tipo de actividad laboral que
desempeñan en Estados Unidos. Bien es sabido que los migrantes mexicanos no sólo se dedican a
la agricultura, como sucedía anteriormente. De hecho para 2004, “sólo 18% de los trabajadores se
dedicaban a la agricultura, en tanto que el peso de la construcción fue mucho mayor, con 23%, el
rubro de restaurantes y hoteles representaba el 12.9%, el de jardinería 3.8%, servicio doméstico
4.9%, los desempleados 15.3% y el resto en otros empleos.”37
Precisamente, entre los años 1994 y 2004 en el sector servicios se concentró el mayor
porcentaje, pasando de 51.9% a 59.8%. En términos del perfil del trabajador, los profesionistas
aumentaron 2.4% en el mismo lapso, en tanto que los ocupados en el sector agrícola aumentaron
0.8%. Respecto al ingreso de los trabajadores mexicanos en ese país, el crecimiento anual fue de
4%, pasando de 14,431 a 21,495 dólares.38
Resultaría verosímil la baja presencia de mexicanos en puestos de ejecutivos, técnicos y
profesionistas en Estados Unidos dado que el nivel de estudios de la mayoría de los mexicanos
que parten ilegalmente es bajo. No obstante, México aparece como segundo país de origen en
número de migrantes que tienen puestos de trabajo calificado en Estados Unidos, después de la
India. Como sería de esperarse, este caso representa un grupo de la población que tiene alta
escolaridad y migra de forma legal. El tipo de inserción ocupacional de los mexicanos también
sigue un patrón diferenciado por sexo, el cual presenta que los hombres se concentran en empleos
manuales no agrícolas de baja calificación. Para las mujeres, hay una mayor presencia en
actividades no manuales como el servicio doméstico.
Los datos que se tienen de la presencia de mujeres mexicanas en Estados Unidos varían
según el lugar donde se hayan levantado las encuestas. De acuerdo con el censo de Estados
37 Ibid, p. 81. 38 Ibid. p. 107.
30
Unidos del año 2000, la población femenina representaba 45% de la población adulta nacida en
México. Sin embargo, según los datos mexicanos los hombres representan entre 70 y 80%. Lo
anterior se debe a que las mexicanas tienen más probabilidades de aparecer en los datos
estadounidenses, que captan mejor a los migrantes que buscan residencia de largo plazo.39
Respecto al nivel educativo de los migrantes, el Censo General de Población y Vivienda
2000 que publica en México el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), explica
que la mayoría de los residentes mexicanos que se van del país no han completado más que el
nivel de educación primaria y sólo aproximadamente 5% son egresados de universidades. De la
misma manera, dicha publicación demuestra que las mujeres tienen un menor nivel de
escolaridad que los hombres, por ejemplo, sólo 3% de ellas cuenta con educación universitaria.
La realidad de los mexicanos en el mercado de trabajo estadounidense referente al acceso
a las prestaciones debe entenderse por dos dimensiones. La primera, se da en un momento de
polarización de los mercados de trabajo en los países desarrollados que ha ocasionado una mayor
presión hacia la flexibilidad laboral y hacia la creación de empleos con bajos ingresos y pocas
prestaciones. Asimismo, existe una amplia rotación en los empleos debido al continuo cambio
tecnológico. Por otra parte, se ha relajado el contrato social entre el empleador y el empleado, lo
cual ha generado un menor margen de negociación colectiva por parte de los trabajadores y una
menor protección laboral. Además, en Estados Unidos existe un régimen laboral poco
reglamentado, donde el sector privado participa en la provisión de servicios sociales, como en el
caso de la salud. Al final, la situación de ilegalidad en la que se encuentra la mayoría de los
inmigrantes seguramente contribuye a hacer más vulnerable la situación de los trabajadores en
39 Lindsay Lowell et. al, “La demografía de la migración de México a Estados Unidos,” en Agustín Escobar y Susan F. Martin (coordinadores), La gestión de la migración: México-Estados Unidos: Un enfoque binacional, México, Secretaría de Gobernación, Instituto Nacional de Migración, Centro de Estudios Migratorios, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social , DGE Equilibrista, 2008, p. 52-53.
31
cuanto a los servicios sociales. Al respecto, el sector agrícola es el más desprotegido pues uno de
cada cuatro trabajadores agrícolas tiene seguro médico y uno de cada cinco está en un plan de
pensiones ofrecido por el empleador.
En un contexto de desigualdad, los migrantes mexicanos buscan incrementar su bienestar
y su dignidad, tratando de eludir aquellos trabajos en los que sufren una explotación desmedida.
Cuando es posible se procuran mejores condiciones de alojamiento. También, aunque ciertamente
a pequeña escala, existen organizaciones de residentes locales, la mayoría afiliadas a las iglesias,
aunque también algunas a ONGs y otras con fondos gubernamentales, que por lo menos de
manera implícita, adoptan la visión de los derechos humanos buscando asistir a los mexicanos y a
otros latinos inmigrantes, sin importar su estatus legal.
Por su parte, “el gobierno mexicano tiene una limitada participación en la regulación de
los procesos de contratación y supervisión del cumplimiento o no de las condiciones salariales y
laborales de los migrantes que van a trabajar a Estados Unidos de manera documentada.”40 Lo
anterior sucede en el caso de las visas H2A y H2B para trabajadores calificados, las cuales se
manejan principalmente en el ámbito privado. Entonces, la supervisión del gobierno podría
coadyuvar al cumplimiento de los acuerdos con el empleador al momento de la contratación.
En ciertos segmentos del mercado laboral estadounidense los migrantes mexicanos son
utilizados como factor competitivo frente a sectores productivos de su propio país. En el marco
del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), el mercado laboral
estadounidense se nutre de fuerza de trabajo barata en segmentos que resultan clave para la
40 Silvia E. Giorguli et al., “¿Es posible mejorar la situación de los mexicanos en el mercado de trabajo estadounidense? Retos y oportunidades desde una perspectiva de políticas públicas,” en Silvia E. Giorguli Saucedo y Selene Gaspar Olvera (eds.), Inserción ocupacional, ingreso y prestaciones de los migrantes mexicano en Estados Unidos, México, Consejo Nacional de Población, 2008, p. 164.
32
competencia con sectores productivos de México, verbigracia la industria del vestido en Los
Angeles y la agricultura.
México ocupa a nivel mundial el puesto número uno en cuanto al envío de remesas, que
es la segunda fuente de ingresos del país después del petróleo. De hecho, 97% de las remesas
provienen de Estados Unidos. Cabe mencionar que “las remesas representaron 62.3 mil millones
de dólares en 2006 para la región de América Latina y el Caribe (ALC), una alza del 14%
respecto a 2005. Éstas se dirigieron principalmente hacia México (25 mil millones de dólares),
Brasil (7.4 mil millones de dólares) y Colombia (4.2 mil millones de dólares).”41 Durante el
2009, “el valor anual acumulado de las remesas se redujo sustancialmente debido a la crisis
económica mundial, alcanzando al cierre del año los 58.8 mil millones de dólares.”42 Como
resultado de su dependencia de los flujos provenientes de Estados Unidos, las remesas que recibe
México fueron las más afectadas durante el 2009, “cuando la caída de sus influjos alcanzó el -
16%, dejando el monto en 21,132 millones de dólares.”43
Es pertinente señalar que existe una gran preocupación acerca de cómo se deben de
manejar las remesas para fomentar el desarrollo en México. Los programas gubernamentales
intentan revertir la tendencia de la inmigración por la vía de fortalecer los mecanismos que
promuevan las oportunidades de empleo y el desarrollo local. No obstante, una medida que se ha
impuesto son los fondos de contrapartida que ofrece el gobierno con el programa 3X1. Tal
medida propone que por cada peso que aportan los migrantes, los gobiernos federal, estatal y
municipal otorgan 3 pesos; de ahí su nombre.
41 Catherine Wihtol de Wenden, op.cit, p. 63. 42 Banco Interamericano de Desarrollo, “Las remesas a América Latina y el Caribe durante el 2009: los efectos de la crisis financiera global,” (De, 10 de marzo, 2010: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=35101520).DO 43 Idem.
33
Otro aspecto a dilucidar es aquel que se refiere a la defensa de los derechos humanos de
los migrantes. En México, el Instituto Nacional de Migración (INM), organismo desconcentrado
de la Secretaría de Gobernación creado en 1993, se encarga de la gestión migratoria en cuanto a
la garantía del respeto de los derechos humanos de los migrantes indocumentados. Para lograr
dicha consigna, el INM tiene distintos mecanismos como: los grupos beta de protección a
migrantes, los programas de repatriación, el Programa Paisano, la colaboración con albergues de
tránsito para migrantes y repatriados y la emisión de normas acordes con los instrumentos
internacionales de derechos humanos firmados por México. Gracias a la puesta en práctica de los
mecanismos de este organismo las quejas sobre violaciones a los derechos humanos en el primer
semestre de 2006 registraron una tendencia a la baja.44 No obstante, los mexicanos siguen
sufriendo de abusos cuando intentan cruzar hacia Estados Unidos.
Los datos de la migración respecto a la situación de los mexicanos en Estados Unidos
que hemos presentado al final de este capítulo se muestran justo cuando diversas organizaciones
están demandando al presidente Barack Obama que cumpla con su promesa de campaña por la
legalización de inmigrantes indocumentados, que podría beneficiar a millones de mexicanos y de
inmigrantes de otras nacionalidades que viven en ese país. Si bien, el avance es lento, mientras la
sociedad civil que defiende a los migrantes continúe demandando la legalización para ellos,
llegará el día en que éstos obtengan un estatus de reconocimiento frente el Estado que los ha
recibido. A continuación daremos paso al último capítulo de la presente tesina que será un
apartado donde se retome la parte teórica del concepto de “ciudadanía transnacional” para
interpretar el fenómeno empírico de la migración mexicana en Estados Unidos.
44 Juan Carlos Calleros Alarcón, “El Instituto Nacional de Migración y los derechos humanos de los migrantes,” en Juan Gabino González Becerril (coordinador),Migración Internacional: Efectos de la globalización y las políticas migratorias México, Universidad Autónoma del Estado de México, Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población, 2007, p. 267.
34
4 ¿Por qué aplicarle una ciudadanía transnacional al migrante? : El caso de los
mexicanos en Estados Unidos.
El Estado-nación confiere un estatus legal de afiliación denominado ciudadanía a aquellos
individuos que son parte de cierta comunidad política. Los ciudadanos al ser reconocidos por los
Estados gozan de derechos y obligaciones que individuos ajenos a dicha colectividad, como los
migrantes, no poseen en el lugar que “invaden”. Al respecto, Douglas Klusmeyer menciona que
“la ciudadanía es un poderoso instrumento de selección que asigna membresías finitas en
comunidades particulares a lo largo de un universo de personas.”45 Así, cuando la ley da una
categoría formal a los ciudadanos crea una fuente que propicia la identidad de una sociedad y de
la cual son excluidos los no ciudadanos, dentro de éstos: los inmigrantes.
En un contexto de segregación, los migrantes sufren atropello de su dignidad en el país
que los recibe. En el caso de los mexicanos que cruzan la frontera para buscar mejores
oportunidades en Estados Unidos, se encuentran con graves impedimentos para desarrollar su
vida cotidiana cuando entran de manera ilegal a dicho país, si bien contribuyen enormemente a su
economía.
Algunos migrantes mexicanos no disfrutan de la mayoría de los derechos y obligaciones
de ser ciudadanos de su lugar de origen porque no están presentes en el territorio que les confirió
su nacionalidad. Si bien, varios de ellos envían su voto desde el extranjero, ejerciendo un
derecho. Asimismo, quedan desprotegidos al vivir en el extranjero como indocumentados. Por lo
anterior, es necesario redefinir el estatus de los clandestinos mexicanos y de los demás migrantes
para que sus derechos humanos no sigan siendo ignorados ni atropellados. En este contexto, el
45 Douglas Klusmeyer, “Introduction,” en T. Alexander Aleinikoff y Douglas Klusmeyer (eds.), Citizenship today: global perspectives and practices, Washington, D.C.: Carnegie Endowment for International Peace, 2001, p. 14.
35
concepto de “ciudadanía transnacional” propone un esquema para redefinir a los individuos que
se encuentran fuera del lugar donde nacieron y sean identificados en el actual contexto de
globalización tomando en cuenta el derecho natural que tienen todas las personas de transitar
libremente.
El presente capítulo tiene por objetivo relacionar los conceptos de “ciudadanía
transnacional” y “sociedad civil transnacional” que se propusieron respectivamente en la
introducción y el primer capítulo de esta tesina con la realidad de los migrantes. En primera
instancia analizaremos la falta de garantías de los migrantes mexicanos indocumentados que
residen en Estados Unidos. Después, se replanteará como posible solución al estatus del migrante
internacional, el concepto hipotético de la presente tesina: la “ciudadanía transnacional”.
Finalmente, se presentarán algunos ejemplos que vislumbran la posibilidad de aplicar tal
concepto en el ámbito empírico.
4.1 La falta de garantías de los migrantes mexicanos que van a Estados Unidos.
En Estados Unidos, cada año, cientos de miles de no ciudadanos son arrestados y detenidos. Tan
sólo en 2008, aproximadamente 378,582 inmigrantes fueron interceptados por el Servicio de
Inmigración y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement, ICE).46 Además,
otros datos obtenidos por Human Rights Watch (HRW) muestran que entre 1999 y 2008 se
llevaron a cabo 1.4 millones de traslados de personas detenidas por el ICE. Lo anterior fue
posible en gran parte a que se aprobaron leyes restrictivas sobre migración, lo cual sigue en auge
46 Human Rights Watch, “Encerrados y alejados: El traslado de inmigrantes a centros de detención en zonas remotas de Estados Unidos,” (De, 14 de enero, 2010: http://www.hrw.org/sites/default/files/reports/us1209spsumandrecs.pdf).
36
por la más reciente ley SB-1070 que fue firmada por la gobernadora de Arizona, Janice Brewer,
el 23 de abril de 2010, y que trataremos más tarde.
“La forma en que Estados Unidos opera el traslado de personas detenidas por razones de
inmigración, afecta gravemente varios de sus derechos más importantes y repercute en un tejido
social que recibe mal trato, sin derecho alguno, y de delincuente.”47 El estudio de HRW reveló
que en 2008, “60% de los no ciudadanos que se presentaron ante los tribunales de inmigración no
contaron con el asesoramiento de un abogado.”48 Entonces, es importante analizar el impacto en
términos de derechos humanos del proceso legal y de los traslados ordenados por las autoridades
de inmigración de Estados Unidos.
Si se compara el caso de las personas detenidas por razones de inmigración con los otros
presos federales y estatales se pueden entender las condiciones en que se encuentran los no
ciudadanos. “Los inmigrantes detenidos no gozan de un derecho equivalente a ser sometidos a
procedimientos de deportación en la jurisdicción en la cual presuntamente violaron la ley de
inmigración, y son trasladados sistemáticamente a establecimientos alejados de los lugares donde
se encuentran testigos clave y pruebas para sus juicios.”49 Esto no sucede en los procesos penales
de los ciudadanos estadounidenses. Además, las personas detenidas por causas de inmigración
pueden ser enviadas a lugares alejados de sus abogados en cualquier momento del procedimiento.
Por si fuera poco, los inmigrantes no cuentan con un sistema de localización por lo que
pueden estar perdidos para sus defensores o sus familiares por días o semanas durante el tránsito.
Lo anterior dificulta la representación legal, a pesar de que pueda ser a distancia y en el caso de
que se dé tal defensa, los costos suelen ser muy elevados para los acusados por lo que a veces se
han presentado ante los tribunales de inmigración sin la asesoría de un abogado. También, el
47 Ibid. 48 Idem. 49 Idem.
37
traslado impide que los no ciudadanos presenten testigos o pruebas contundentes para su defensa.
Finalmente, los traslados a lugares apartados de sus familiares pueden causar problemas
psicológicos en los inmigrantes detenidos. Además, se afecta el bienestar humano de los
migrantes y se atenta en contra de su dignidad.
Respecto a la ley anti-migratoria SB-1070 que fue aprobada por la Cámara de
Representantes y el Senado de Arizona, y promulgada por la gobernadora del estado, Jan Brewer,
criminaliza a los indocumentados al convertir en delito el hecho de estar ilegalmente en dicho
territorio de Estados Unidos y obliga a la policía a interrogar a las personas sobre su estatus
inmigratorio si existieran sospechas sobre ellas. A la vista, dicha norma conduce a la
discriminación racial y disuadirá a los hispanos, en su mayoría mexicanos, a denunciar los delitos
que se cometan en su contra por el hecho de que atraerían a la justicia sobre ellos. Además, tal
proyecto hace ilegal contratar indocumentados como jornaleros o transportarlos a sabiendas. Lo
anterior se suma a la Ley 200 que impide que se brinden servicios de educación y salud a
migrantes o hijos de migrantes y también, que castiga a los patrones que den trabajo a los
clandestinos.
Los migrantes no sólo sufren por la falta de garantías en el lugar que los recibe, sino que
las pierden en su país de origen. En el caso de los mexicanos, el voto desde el extranjero si bien
es posible, aún no obtiene resultados notorios. En 1997, se modificó la Constitución para dar a
los expatriados mexicanos el derecho explícito de voto. A pesar de que el sufragio universal ya
estaba estipulado en la Carta Magna de los Estados Unidos Mexicanos, no había sido ampliado
explícitamente a los expatriados porque no estaba reglamentado y no se ponía en práctica. “En
1998 y 1999, una comisión instituida por el Instituto Federal Electoral (IFE), el poder Ejecutivo y
el Legislativo deliberó hacer efectivo el derecho al voto desde el extranjero en las elecciones
38
federales del año 2000.”50 En aquel tiempo, se realizaron sondeos acerca de las preferencias
electorales entre los potenciales votantes en el extranjero y se vio con claridad que la mayoría de
quienes querían votar tenían intención de hacerlo por la oposición, la mayoría por la izquierda.
De esta forma, según algunos analistas, la iniciativa fue bloqueada por intereses partidarios.51
Los intereses de los mexicanos en el extranjero fueron impedidos porque no le convenía al
Partido Revolucionario Institucional (PRI) que había ganado las elecciones en México por más de
7 décadas.
Para las elecciones federales de 2006 revivió la iniciativa de permitir el voto de los
mexicanos en el extranjero. La presión esta vez fue mayor y manifestada por el creciente
activismo político de organizaciones como la Asociación Mundial de Mexicanos en el Exterior.
Como vemos la sociedad civil transnacional también ha fomentado la participación política de los
migrantes mexicanos, Al final, el proceso de hacer valer los votos mexicanos desde el extranjero
tuvo poco éxito. La experiencia resultó desalentadora ya que sólo 32,621 votos fueron escrutados,
de los cuales 19 mil fueron para el Partido Acción Nacional (PAN), 11 mil por la coalición del
Partido de la Revolución Democrática (PRD) con el Partido del Trabajo y Convergencia y el
resto para los demás partidos. Como podemos darnos cuenta, la renuencia del PRI de no aceptar
el voto en el extranjero estaba fundamentada pues sólo recibió 4% de los sufragios desde el
extranjero en 2006.
Otro aspecto al que se enfrentan los indocumentados es el tráfico de personas. Tal
actividad criminal obliga generalmente a los migrantes al trabajo forzado y a la explotación
sexual. Se estima que en México cerca de 18,000 personas son traficadas hacia Estados Unidos 50 Agustín Escobar Latapí, “Las políticas públicas mexicanas y la migración entre México y Estados Unidos,” en Agustín Escobar y Susan F. Martin (coordinadores), La gestión de la migración: México-Estados Unidos: Un enfoque binacional, México, Secretaría de Gobernación, Instituto Nacional de Migración, Centro de Estudios Migratorios, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social , DGE Equilibrista, 2008, p. 296-297. 51 Ibid.
39
cada año.52 Así los derechos humanos de miles de indocumentados no sólo se perjudican porque
los migrantes sean transportados de un lugar a otro al cometer un delito sin que tengan una
defensa legal digna, por leyes anti-migratorias, por carecer de servicios sociales o por ver
obstaculizado su derecho al sufragio en el lugar que nacieron, sino también porque son objeto del
tráfico humano. Los migrantes que sufren maltrato de su dignidad y sus derechos humanos
necesitan de una defensa de su estatus en el lugar que los recibe. En esta situación, una
“ciudadanía transnacional” identificaría a los migrantes aún cuando no estén en su país de origen.
4.2 La ciudadanía transnacional como solución al estatus del migrante internacional.
Después de haber explicado algunas de las vejaciones que sufren los migrantes indocumentados
en el país huésped, se expone una opción que puede resolver la falta de integración y respeto por
los clandestinos. La “ciudadanía transnacional” supone una respuesta para otorgar un estatus al
migrante internacional en el contexto actual de globalización y que éste no quede desamparado
ante el Estado que lo recibe.
En primera instancia, la “ciudadanía transnacional” implica extender derechos y
principios de equidad política y social más allá de los límites del Estado. Lo anterior se propone
porque al producirse la movilidad internacional a gran escala impulsada por la globalización, es
necesario que se bosqueje un prototipo de ciudadanía extraterritorial para que las personas que
dejan su lugar de origen puedan reclamar protección y garantías con base en el derecho natural.
En efecto, la identidad del migrante puede manifestarse por una “ciudadanía
transnacional” porque se expresa por medio de la lucha de los actores transnacionales por la
52 David Shirk y Alexandra Webber, “Slavery without borders: Human trafficking in the U.S.-Mexican context,” en Hemisphere Focus, Volume XII, Issue 5, January, 2004. p. 1.
40
equidad y los derechos humanos, construyendo a su vez una identidad unificada en la búsqueda
de legitimidad ante las instituciones nacionales y supranacionales. Poco a poco, la participación
política, social, cultural y económica de los migrantes más allá de su país de procedencia produce
un estatus de reconocimiento para ellos, si bien éste aún no es aceptado legalmente. En el caso de
obtenerse una “ciudadanía transnacional”, el migrante no sólo hará valer sus derechos de
ciudadano en el país donde le fue otorgada la nacionalidad de nacimiento, sino que al mismo
tiempo podrá participar de manera directa en el país huésped al ser reconocido.
La “ciudadanía transnacional” necesita una arena de juego para erigirse. En el primer
capítulo de la presente tesina se explicó el papel de la “sociedad civil transnacional” como
plataforma de negociación entre los individuos, en nuestro caso los migrantes, y el Estado. Los
movimientos sociales, las ONGs, las OIGs y demás representantes de la sociedad civil
transnacional como las comunidades de migrantes han surgido como defensores de los derechos
humanos por todo el mundo, aunque falta mucho por hacer para contrarrestar el poder del Estado.
El papel del Estado como principal actor del sistema internacional restringe la importancia
de los procesos de globalización impulsados por la “sociedad civil transnacional”. Al respecto,
Riva Kastoryano plantea la siguiente paradoja: “Incluso si la lógica transnacional y su expresión
de nacionalismo intentan eludir las políticas nacionales y debilitar al Estado, éste sigue siendo la
fuerza motora del proceso de globalización.”53 La soberanía representa un aspecto fundamental a
la hora de decidir políticas dentro del territorio de un Estado y la acción colectiva de las
comunidades transnacionales quedará limitada por ésta. Asimismo, “la mayoría de las
contribuciones constructivistas al tema ha abierto numerosos senderos que permiten la
incorporación, no sólo de las normas, sino también de actores no-estatales y sus estrategias.”54
53 Riva Kastoryano, op.cit., p. 695. 54 Hans-Peter Schmitz, op.cit.., p. 87.
41
Existen dos visiones acerca de la soberanía del Estado y su capacidad para resolver los
asuntos transnacionales en la globalización, donde puede o no evocarse la posibilidad de una
“ciudadanía transnacional”. Por un lado, los realistas insisten en que la soberanía sólo requiere de
los Estados como responsables de lo que pasa dentro de sus fronteras ya que el sistema
internacional está definido por la anarquía. Para revalorizar a la soberanía, Janice Thomson
ofrece una definición más precisa de ésta, describiéndola como “el reconocimiento que le otorgan
actores internos y externos de que el Estado tiene la exclusiva autoridad para intervenir
coactivamente en las actividades dentro de su territorio.55 Desde esta perspectiva, la “ciudadanía
transnacional” resulta imposible. Sin embargo, los liberales intentan demostrar que los Estados
no son los únicos actores importantes en el sistema internacional, ya que éstos son incapaces de
dirigir los asuntos transnacionales por su propia cuenta. Así, Peter Evans afirma que la
globalización conlleva al eclipse del Estado.56 De acuerdo con esta segunda postura, la
“ciudadanía transnacional” devendría posible como manifestación de las demandas de la sociedad
civil en el contexto de globalización.
La “ciudadanía transnacional” se está desarrollando alrededor del mundo a pesar de que
los Estados no siempre otorgan un estatus legal al migrante. A continuación se ilustrará la
realidad empírica de cómo los migrantes hacen valer su identidad y derechos. Para ello, nos
enfocaremos en ilustrar el caso de los migrantes mexicanos en Estados Unidos.
55 Stephen Krasner y Janice Thomson, "Global Transactions and the Consolidation of Sovereignty," en Ernst-Otto Czempiel y James N. Rosenau (eds.), Global Changes and Theoretical Challenges, Lexington: D.C. Heath, 1989, p. 219. 56 Peter B. Evans, “The Eclipse of the State? Reflections on Stateness in an Era of Globalization,” en World Politics, Volume 50, Number 1, October 1997, p. 64.
42
4.3 La ciudadanía transnacional en el contexto de los mexicanos en Estados Unidos.
En este apartado ejemplificaremos la acción del migrante mexicano a ambos lados de la frontera
con Estados Unidos como manifestación de su participación y aplicación de sus derechos. Se
puede decir que la dinámica central que hace que los latinos sean tan latinos es la presencia
continua de una sociedad latina. En el caso de California, la sociedad latina existe desde 1769
cuando el primer grupo de colonos mexicanos llegó a la región y su presencia sigue ahí hasta la
fecha.57 Así, la sociedad latina proporcionó no sólo nombre de lugares ahora famosos alrededor
del mundo como San Francisco, Sacramento, San Diego, Los Angeles, etc., sino también
patrones de comportamiento que están, una vez más, formando un núcleo de la vida social de
esos sitios. Temporalmente, opacada por un siglo de dominio numérico atlántico-americano
(puritanos y cuáqueros), la sociedad civil latina, una vez más proporciona un marco para los
comportamientos que pueden llegar a ser vistos como “comportamientos típicamente
californianos” para la mitad de este siglo.58 De esta manera, la sociedad civil latina estará en el
centro de una nueva identidad regional y seguirá aportándole costumbres.
La participación transnacional simultánea se refiere a las acciones colectivas que en sí
mismas cruzan fronteras. Un ejemplo de ésta son los campesinos mixtecos que trabajan en
California y pertenecen al sindicato agrícola de la región mientras que al mismo tiempo son parte
de asociaciones de su lugar de origen, que tienen influencia en Estados Unidos. La mayoría de los
campesinos mixtecos forman parte del Frente Indígena Binacional de Oaxaca que hace uso de la
organización de sus miembros para luchar por los derechos humanos frente a gobiernos locales,
estatales y nacionales.
57 David E. Hayes Bautista, La nueva California: Latinos en el estado dorado, México, Secretaría de Gobernación, Instituto Nacional de Migración, Centro de Estudios Migratorios, Miguel Ángel Porrúa, Librero Editor, 2009. p.21. 58 Ibid, p. 246.
43
Al parecer, la migración de indígenas oaxaqueños formó enlaces transnacionales
importantes entre México y Estados Unidos. Prueba de ello es que en Oaxaca empezaron a llamar
a los oaxaqueños residentes en Estados Unidos para que participen en reuniones con sus
conciudadanos sobre el tequio y todos los asuntos de desarrollo de la comunidad.59 Asimismo, se
nombraron desde las comunidades de origen a personas que vivían en Estados Unidos para servir
al pueblo en las agencias municipales o de policía. Se empezó a dar una participación cívica
binacional, que rebasa la circunscripción local y nacional de las leyes estatales y que rompe
fronteras para cubrir las necesidades de los nuevos tiempos. De esta manera, los oaxaqueños
continúan eligiendo sus propias autoridades, gobernándose y organizándose sin importar que
parte de ellos estén en otro país.
Por otra parte, la actividad que más distingue la pertenencia de los clubes de migrantes
con su comunidad de origen es la participación de éstos en las fiestas patronales, lo cual es
ejemplo de la transnacionalización de las prácticas culturales. En cuanto a los clubes mexicanos
se observan dos que han seguido las celebraciones de su lugar de origen: uno es el que une al
municipio de Jala en Nayarit con los jaleños de Los Angeles y otro que une a los oriundos de
Chinantla en Puebla con los chinantlecos en Nueva York. Al final, en ambos casos lo destacable
es un rasgo común en el acentuado arraigo cultural, el gusto por mantener las tradiciones y el
anhelo de pertenencia a la comunidad de origen.60
En su larga tradición migratoria, los zacatecanos sobre todo en California e Illinois, han
formado clubes de oriundos que en la última década se han convertido en las organizaciones de
migrantes mexicanos más importantes en número porque ya hay 250 que funcionan, en actitud
59 Rufino Domínguez Santos, “La experiencia del Frente Indígena Oaxaqueño Binacional: Crisis interna y retos futuros,” en Jonathan Fox y Gaspar Rivera-Salgado (coordinadores), Indígenas mexicanos migrantes en los Estados Unidos, México, Cámara de Diputados, LIX Legislatura, Miguel Ángel Porrúa, Librero-editor, 2004, p. 78. 60 Cecilia Imaz Bayona, La nación mexicana transfronteras: Impactos sociopolíticos en México de la Emigración a Estados Unidos, México, UNAM, Facultad de ciencias Políticas y Sociales, 2006, p. 110.
44
empresarial y en participación política. Asimismo, los líderes zacatecanos en Estados Unidos se
convirtieron en agentes sociales binacionales. “Han formado un consejo de Presidentes de
Federaciones Zacatecanas en la Unión Americana y han logrado un espacio institucional en el
gobierno del estado, subsanando las resistencias en el estado de origen y las confrontaciones entre
grupos.”61 Además, el 1° de octubre de 2003, el Congreso zacatecano hizo reformas a la
Constitución del estado para consignar el derecho de votar y ser votados en el Congreso y
ayuntamientos a los zacatecanos binacionales. En este estado, la participación política de los
migrantes se completa con otras reformas, verbigracia la que se logró en 2005 para el voto desde
el exterior en elecciones federales.
Los mexicanos están haciendo valer sus derechos a través de la frontera con Estados
Unidos. En este apartado dimos el ejemplo de los oaxaqueños que han creado un Frente Indígena
Binacional de Oaxaca y los zacatecanos que han fomentado la participación política de una
manera más eficaz para los migrantes originarios de ese estado. Asimismo, los clubes de Puebla y
Nayarit han acentuado su arraigo cultural al festejar las fiestas patronales en Estados Unidos.
En conclusión, la “ciudadanía transnacional” puede argumentarse por la acción colectiva
que están impulsando los migrantes y sus comunidades transnacionales a ambos lados de la
frontera. Sin embargo, el papel del Estado no debe ser olvidado, pues es éste el único que puede
otorgar un estatus a los migrantes. En el contexto actual, una propuesta como la “ciudadanía
transnacional” parecería imposible cuando en Estados Unidos se siguen imponiendo leyes anti-
migratorias y el Estado sigue defendiendo su soberanía. Lo que nos permite vislumbrar una
oportunidad de otorgarles un estatus a los migrantes es la gran acción colectiva de las personas
que están fuera de su país y el compromiso que todos los países han hecho con el respeto de los
derechos humanos. 61 Ibid, p. 188.
45
5 Consideraciones finales.
La presente tesina planteó en la introducción los efectos que tiene la globalización tanto en el
flujo de bienes y servicios como en el de personas. En el caso de las mercancías, los tratados
comerciales han facilitado que éstas crucen de un lugar a otro sin problemas. En cambio, cuando
se trata de los migrantes, los países desarrollados han entreabierto sus puertas a los individuos
que vienen del Tercer Mundo. Entonces, se propuso la “ciudadanía transnacional” como solución
viable al estatus ambiguo que reciben los migrantes en el país huésped. Asimismo, se enfatizó la
importancia de su estudio para la disciplina de Relaciones Internacionales porque el concepto
tradicional de ciudadanía sujeto al Estado no responde a la realidad contemporánea de la
migración en masa.
De igual forma, se definió la “ciudadanía transnacional” como aquella que se desarrolla
por la acción colectiva de los migrantes a ambos lados de la frontera como manifestación de la
defensa de sus derechos humanos. Si bien, en la Unión Europea ya se habla de “ciudadanía
transnacional” dentro del territorio compartido por sus miembros, este ejemplo no representa
nuestro caso de estudio que se refiere al proceso de la ciudadanía provocado por los migrantes vía
la sociedad civil transnacional.
El contexto en el cual se presenta la “ciudadanía transnacional” se vuelve complicado
cuando en estados como Arizona, son aprobadas leyes anti-migratorias que consideran a los seres
humanos como criminales cuando no tienen papeles que amparen su estatus legal. En efecto, al
Estado no le conviene aceptar la “ciudadanía transnacional” porque provocaría que más personas
invadieran su territorio. Sin embargo, son los mismos Estados que se han comprometido con el
respeto de los derechos humanos y por eso pedir un estatus de reconocimiento al migrante es una
posible solución, dado que no hay gran avance en cuanto a reformas migratorias.
46
Si el Estado no acepta una “ciudadanía transnacional” se debe a que sus intereses
domésticos se verían afectados frente el beneficio de los extranjeros. Los migrantes
indocumentados ocupan puestos menos calificados y son mal remunerados. Si aceptaran dar un
estatus a los clandestinos, tendrían que aportarles también seguridad social. Seguramente, al
darles tal beneficio incurrirían en un costo muy elevado y éste es un motivo esencial para
impedirles el goce de derechos. Además, el Estado receptor no está dispuesto a otorgar el voto a
los migrantes en su territorio. El problema va más allá de la soberanía y los intereses domésticos,
por lo que la defensa de la “ciudadanía transnacional” es viable sólo en el ámbito internacional
por medio de los reclamos de la sociedad civil.
Las limitaciones de la presente investigación se reflejan al discutir el papel del Estado,
que es considerado como principal actor del sistema internacional. El hecho de proponer la
acción colectiva de los migrantes como medio para pedir una “ciudadanía transnacional” parece
un argumento débil para los realistas, quienes consideran al Estado como el único en poder
ejercer la soberanía. Aún recurriendo a argumentos constructivistas (que tienen que ver con los
valores) y liberales (que apoyan la cooperación y la integración en el sistema internacional), en la
realidad se observa que el Estado monopoliza la fuerza ante las amenazas. En nuestro caso, los
migrantes representan un peligro al status quo en el aspecto cultural, económico, político y social.
Además, los migrantes afectan la seguridad por el desarrollo que ha tenido el terrorismo y el
narcotráfico, temas que no se describieron en la presente investigación. A pesar de la lucha de las
OIGs, las instituciones mundiales como la ONU y los mismos migrantes, las decisiones seguirán
siendo tomadas por el Estado.
La migración como fenómeno global sigue creciendo, a pesar de que algunas fronteras
son cerradas. Los refugiados, los desplazados internos o por razones naturales, los clandestinos y
los migrantes legales son actores que viven día a día en el lugar huésped. Algunos de ellos se
47
integran al sitio que los recibe y se adaptan a la nueva comunidad. Sin embargo, otros añoran su
regreso al lugar que los vio nacer y sufren dificultades de adaptación. En casos extremos, cuando
se discrimina y aísla a los extranjeros y éstos no encuentran un lugar en la sociedad, se convierten
en una amenaza ya que pueden ser reclutados con fines terroristas.
La demanda de un estatus para cualquier tipo de migrante persistirá mientras se les dé un
trato diferenciado en comparación con los ciudadanos del país huésped. No obstante, debe
considerarse que en el caso de los migrantes indocumentados, la situación en su país de origen
los impulsa a buscar mejores oportunidades en un lugar al que “invaden”. No es culpa del Estado
receptor que en el país de origen no haya condiciones suficientes para que los ciudadanos puedan
vivir tranquilamente. En el caso de México y Estados Unidos, se puede explicar tal situación. Si
el gobierno mexicano no es capaz de dirigir la nación de una manera eficiente, no podrá evitar la
pobreza, la criminalidad, la corrupción, la inseguridad y la injusticia en que se encuentra
mermada su gente. Entonces, parece lógico que el gobierno de Estados Unidos no acepte la
responsabilidad de aceptar intrusos en su territorio.
Los gobernantes de los países expulsores de migrantes deben considerar que el éxodo de
sus ciudadanos no es una medida de política pública. El hecho de que en un país no se pueda
asegurar una vida digna, no implica que la expulsión sea la solución. En el caso de México, el
gobierno apoya la emigración al impulsar los mecanismos de envío de remesas desde el
extranjero. En lugar de crear oportunidades para los mexicanos, propicia que éstos permanezcan
en el extranjero para que envíen recursos financieros a sus familias que residen en México y así
impulsar el desarrollo local vía remesas.
Para manifestar que la “ciudadanía transnacional” funciona como mecanismo para el
migrante, se presentaron los ejemplos de los mexicanos que van a Estados Unidos. En el caso de
los zacatecanos, han logrado que los migrantes sean tomados en cuenta para puestos de elección
48
popular en su país de origen aunque crucen la frontera. Igualmente, en el caso de los mixtecos
que viven en Estados Unidos, demuestran que a pesar de adaptarse a la vida de Los Angeles, no
olvidan su lugar de origen y apoyan al Frente Indígena Binacional de Oaxaca para luchar por los
derechos de los migrantes indígenas. Por otro lado, los migrantes mexicanos tienen derecho al
voto desde el extranjero, aunque sigue siendo un mecanismo ineficaz porque el proceso de enviar
los votos es complicado.
También, no debemos descartar que en México existe el reclamo por parte de los
migrantes centroamericanos que sufren maltrato por las autoridades mexicanas y el crimen
organizado en su paso por tal país cuando intentan llegar a Estados Unidos.
En un mundo que cada vez se vuelve más plano porque los procesos a distancia son poco
a poco menos complicados debido a la tecnología y los acuerdos comerciales, parece retrógrada
la postura que establece que las personas sean impedidas de su derecho de tránsito y de un estatus
legal fuera de su país de origen. Si bien parece inverosímil para el Estado la existencia de un
“ciudadano del mundo”, el progreso de las instituciones internacionales y la protección de los
derechos humanos desencadenan la posibilidad de un trato igualitario de las personas. De esta
manera, la idea de una “ciudadanía transnacional” deviene posible y justificable.
49
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