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Curso Pedagogía 2001
EL CURRICULUM Y LOS DESAFÍOS PARA EL 3ER MILENIO
Dra. Margarita González González
Papel de la universidad en la reforma Educacional y la incidencia de la investigación en los
procesos de cambio
Participación de directivos, maestros, estudiantes y la comunidad educativa en el proceso de
planificación, ejecución y evaluación de los proyectos curriculares.
Objetivo:
Valorar el papel de la investigación en las universidades y especialmente en las universidades
pedagógicas en el proceso de cambio para enfrentar los desafíos del nuevo milenio, así como
la incidencia que en este sentido deben tener la participación colectiva de maestros,
estudiantes y la comunidad educativa.
El curriculum y los desafíos para el 3er milenio.
Papel de la universidad en la reforma Educacional y la incidencia de la investigación en los
procesos de cambio
Con el inicio del nuevo milenio se desarrollarán profundos cambios, donde la educación, el
conocimiento y la información desempeñarán un papel transcendental. Se operan profundas
transformaciones en el proceso productivo como resultado del alto desarrollo tecnológico, que
requiere de profesionales preparados y actualizados y en ello el rol de las universidades es
esencial.
Para comprender el desarrollo y tendencias de hoy y poner a tono las universidades, hay
conceptos claves que no pueden obviarse; uno de ellos es la globalización, fenómeno inexorable e
incontenible, que hoy es sesgado y asimétrico, o sea, refleja la esencia noeliberal que vive el
mundo contemporáneo , aunque en condiciones normales debe conducir el desarrollo de las
fuerzas productivas. Muy unido a este proceso actual está la competitividad muy asociado el
nuevo paradigma tecnológico, que exige profesionales preparados para enfrentar esta
competencia. Tampoco puede dejarse a un lado el desarrollo del capitalismo monopolista
transnacional, lo que promueve interconexiones mundiales promovido por ciertas fuerzas y
aunque pueda parecer paradógico, todo ello en el marco del desarrollo de un pensamiento único,
concepto que enarbola las grandes potencias para que sea asumido por el Tercer Mundo y que sus
resultados son evidentes, como por ejemplo en los pueblos latinoamericanos, donde a partir de
estos preceptos las inversiones en Educación Superior se ven disminuidas y la Universidad se ve
limitada de responder a los restos que impone el mundo empresarial.
Por otra parte, por el papel que tiene la Universidad en los procesos de formación, es la que está
llamada a impulsar el cambio, no sólo a su nivel, sino también en los que le anteceden. Pero hoy
día, además de las amenazas que significa la globalización neoliberal y la imposición de un
pensamiento único hay debilidades en los proyectos curriculares universitarios que actúan como
barreras para que esta eleve su papel en la sociedad latinoamericana. Aún las universidades tienen
un predominante carácter elitista, una estructura académica, una organización tubular de la
enseñanza de las profesiones, métodos docentes basadas principalmente en la cátedra magistral y
en la simple transmisión de conocimientos, deficiente enseñanza práctica y limitada actividad
extensionista, entre las más importantes. A pesar de ello, ya se observan medidas encaminadas a
evitar la departamentación, tendencias a fomentar la interdisciplinariedad, cooperación a partir de
convenios de integración regional y subregional de Educación Superior, se introducen métodos
más activos a partir de la creación de departamentos de Pedagogía Universitaria, que ha incidido
en la preocupación por una Didáctica Universitaria y por último la incorporación de la planeación
estratégica como proceso que parte de una clara definición de su misión y funciones en la
sociedad.
Para enfrentar los retos del próximo siglo, los centros de Educación Superior deberán
transformarse en centros de educación permanente, lo que significa poner en el centro de las
preocupaciones al hombre y al mismo tiempo transformar sus estructuras y métodos para
anticiparse a los acontecimientos, asumiendo como principios la flexibilidad y la diversificación.
Estas tendencias innovadores deben encontrar su mayor expresión en el curriculum, donde están
expresados los fundamentos filosóficos, psicológicos, pedagógicos, sociológicos, culturales,
antropológicos, y epistemológicos de una institución. A su vez, todo el proceso de cambio que
implica en los momentos actuales la enseñanza universitaria y el mantenimiento de una educación
permanente no es posible sin la investigación.
Según stenhouse (1987), la investigación es... una indagación sistemática y autocrítica. Se hacen
basada en la curiosidad estable, no fugaz, sistemática... Sería necesario aclarar, que esta
indagación debe estar vinculada estrechamente con la realidad, o sea, con las necesidades,
problemas y tendencias que se presentan en la sociedad y que exigen búsqueda de soluciones, de
alternativas para mantener un planeta sustentable.
El papel de la investigación en la relación universidad-sociedad no puede perder de vista los
siguiente elementos:
La Educación Superior y toda la actividad del personal docente deben desempeñar un
papel esencial en la formación del potencial científico del país.
El potencial científico puede desempeñar el papel que le corresponde en la medida que se
oriente hacia las necesidades del desarrollo socio-económico y contribuya a la solución de
los problemas relacionados con esas necesidades.
La formación científica que debe inculcarse al personal vinculado con la actividad
investigativa necesita apoyarse en una escala de valores acorde con las exigencias de la
sociedad en cuestión.
La sociedad se enfrenta a profundos cambios pero las personas deben ser preparadas para el
cambio y en ello deben desempeñar un papel importante los curriculares vigentes en las
universidades y cómo están concebidos para preparar las personas con una proyección
científica. Cada nivel en relación con los objetivos de la investigación tiene características muy
específicas.
Macro
Niveles
de la Meso
investigación
curricular
Micro
Para poder estructurar adecuadamente la investigación en los proyectos curriculares y que
respondan a las necesidades sociales y a los retos del mundo de hoy, no se puede obviar el papel
del diagnóstico; implica partir de la realidad y no solo la inmediata, sino también tener en cuenta
las perspectivas de su proyección futura. Este proceso podría entonces resumirse así:
Aquí las investigaciones asumirán la solución
de problemas tales como: enseñanzas
mínimas, indicadores de logros, o sea, debe ir
encaminado a grandes áreas del pensamiento
educativo, políticas educacionales, entre otras
La investigación debe estar en relación con los
Proyectos Educativos Institucionales, para lo
cual se tendrá en cuenta los principios y fines
del establecimiento, los recursos docentes y
didácticos, la estrategia pedagógica, entre
otras. Responderá a su vez, a las necesidades
de la Comunidad Educativa.
En este nivel, la investigación recae
esencialmente sobre el docente para
determinar objetivos didácticos, contenidos,
evaluación y metodologías de trabajo. Debe
tenerse en cuenta también, la preparación
profesional para preparar al alumno para
actuar en la sociedad y en el entorno que le
corresponderá.
Habilidades teórico prácticas que le permitan su desempeño.
Problemas que tiene que resolver en relación con el área de conocimiento.
Valores y actitudes para su buen desempeño
Rasgos de la población que recibirá su labor.
Diagnóstico
Se valoran necesidades, nivel de desarrollo alcanzado y universo de trabajo.
Caracterización de la carrera Determinación de problemas profesionales
Modelo Profesional Perfil
Parámetros Generales
Programas Directores Objetivos y contenidos de las disciplinas
Objetivos por años
Modelo de plan de Estudio
Cualquiera que sea el tipo de plan de estudios seleccionado debe tener en cuenta:
La integración lograda en los componentes organizacionales.
Nivel de actualización.
Resultados académicos.
Opiniones de los implicados y de especialistas externos.
Análisis de mercado.
Todo el proceso descrito muestra que en la organización del proyecto curricular el punto de
partida son los problemas de realidad social y profesional, para cuya solución hay que preparar a
los estudiantes, el estudiante tiene que ser aprendiz de su propio conocimiento, porque el
universo de problemas puede ser muy diverso y lo que se espera y necesita es que adquiera un
nivel de competencia que le permita, aplicando los conocimientos teórico-prácticos adquiridos,
darle solución a las nuevas situaciones que la vida le impondrá, por ello, aunque en su formación
se parte de principios generales que expresan una unidad debe tenerse en cuenta la diversidad y
el nivel de integración de los componentes organizacionales en un plan de estudios.
El componente académico, determina el nivel de integración de las asignaturas, la forma en que
se asume la interdisciplinariedad como principio básico, que reclama de modos interrelacionados
de construir el conocimiento para acercarse a un pensamiento global. En este sentido resulta de
vital importancia la presencia de programas directores que actúan como ejes transversales, que
recorren toda la concepción del plan, pues hay contenidos que no se explicarían por sí mismos y
deben recorrer todo el curriculum, por su complejidad deben estar presente en todas las
disciplinas, su objetivo es el desarrollo profesional exitoso. Por ejemplo en las universidades
pedagógicas, que forman a los profesores que tendrán en sus manos la educación de tantas
generaciones de jóvenes del nuevo siglo, es indudable que los aspectos de comunicación y
dominio de la lengua materna deben recorrer todo el curriculum, así ocurre con el conocimiento
de la historia de su nación, y también con el desarrollo de una cultura por el cuidado del medio
ambiente, entre otras.
El componente laboral vincula a los estudiantes a la profesión desde los primeros años, con un
nivel de gradación, en relación con los objetivos de año de cada carrera, formando al hombre en y
para el trabajo. Además permite el desarrollo sistemático de habilidades profesionales y una
motivación mayor hacia la profesión. En cuanto al componente investigativo, es muy importante,
porque los estudiantes se preparan de manera gradual, para desde posiciones científicas darle
solución a los problemas profesionales, particularmente van desarrollando habilidades de
búsqueda, pensamiento de información, trabajos referativos, elaboración de proyectos simples de
investigación, trabajos de investigación de curso y el final de diploma. Es muy importante que en
las universidades pedagógicas, este componente se vincule desde los primeros momentos al
trabajo de la escuela, o sea, a la esfera laboral aprendiendo técnicas del diagnóstico, investigando
la relación de la escuela con toda la comunidad educativa, las metodologías de las asignaturas
entre tantas otros problemas que un maestro debe enfocar desde posiciones científicas en su
trabajo cotidiano, para que la universidad pedagógica influya en el cambio en los niveles que la
anteceden.
Estos tres componentes no pueden verse alejados de la labor extensionista de la universidad, que
integra los componentes y refleja la relación universidad-sociedad vigente en el marco de la
comunidad donde la institución está enclavada y la formación humanista de los alumnos. En toda
esta integración se aprecia un enfoque sistémico, con bases científicas, pero que no sería nada sin
el trabajo metodológico a nivel de institución, carreras, disciplinas y años. La estructuración de los
componentes organizacionales y el trabajo metodológico son la base del modelo curricular cubano
para la educación superior, cuyas aspiraciones son formar a un profesional con un desarrollo
adecuado de competencias y una educación en valores, acorde con las exigencias y fin de la
sociedad.
La estructura del trabajo metodológico para lograr estos fines puede resumirse así:
Docente Metodológico Científico Metodológico
Colectivo Colectivo Colectivo Colectivo Investigaciones sobre
de Carrera de año de disciplina de asignatura problemas detectados
(J´de Dpto) (J´de año) (J´de disciplina) (Profesor Principal) en la práctica pedagógica
(Banco de problemas)
Prof Est
El análisis realizado indica que el trabajo metodológico con un enfoque científico, puede conducir
a un proceso de autoperfeccionamiento y de profesionalización que trae aparejado una
transformación del curriculum, la cual se produce a partir de una actuación reflexiva desde la
práctica, con un carácter sistémico y sistemático.
El trabajo científico-metodológico adquiere una importancia transcendental en las universidades
pedagógicas por el papel que desempeñan en el proceso de cambio. Aquí se preparan los
profesores para el futuro, que a su vez serán los responsables de la educación de los niños,
adolescentes de diferentes edades y adultos, son por consiguiente, los pilares de la sociedad del
futuro, por lo que si en todas las carreras universitarias el desarrollo y transformación del
curriculum, debe llevarse a cabo a través de un proceso de corrección y modificaciones que
propicien una elevación paulatina de la calidad en el caso de los pedagógicos este proceso
Trabajo metodológico
Sistema de Superación
(media entre ambos)
adquiere una importancia esencial, a partir del diagnóstico de la realidad para la cual se formarán
los futuros educadores.
El trabajo metodológico en las universidades debe basarse en líneas directrices, que reflejen los
principales objetos de transformación en los docentes para poder enfrentar los retos del nuevo
milenio, las cuales pueden estar en relación con las dificultades que presenta la institución en las
diferentes instancias, vistas a través del proceso de validación y evaluación del curriculum o con
los nuevos desafíos que cada curso escolar le impone a las instituciones. Por ejemplo, hoy se
impone que la asimilación y construcción de los conocimientos adquiera cada vez más un carácter
global, la universidad tiene que enfrentar este reto, pero aún predomina el carácter
asignaturalizado en los planes de estudio en un porciento elevado de las instituciones. Esta
situación refleja la necesidad de priorizar en el trabajo metodológico el enfoque interdisciplinario,
para como bien señala J. Torres Santomé (1987) “corregir los posibles errores y la esterilidad que
acarrea una ciencia excesivamente companctimentalizada y sin comunicación interdisciplinaria”, lo
que implica, borrar en el accionar de los profesores universitarios, la forma de trabajo
fragmentada y buscar en las soluciones pedagógicas en los colectivos que a diferente nivel
estructuran las vías de aprendizaje de los estudiantes.
Los proyectos curriculares deben tender, en la misma medida que se aprecia en la sociedad, a un
proceso de globalización, a partir de la relación de las disciplinas con las ciencias, pero no las
ciencias aisladas de otras etapas de desarrollo, sino las ciencias integradas que ayuden a los
estudiantes a analizar los problemas desde una perspectiva amplia, más compleja y no de la
perspectiva única y concreta que aún matiza el aprendizaje en muchas instituciones universitarias.
Además, un enfoque más global, contribuirá a aprovechar de manera más eficaz las necesidades e
intereses de los alumnos con una estructura mediante la cual, puede existir una mayor flexibilidad
para la selección de los núcleos temáticos de estudio e investigación que le resulte familiares y
problemas que sean interesantes por su novedad y relación con el entorno.
El pensamiento crítico y la socialización se desarrolla más con programas globalizados, facilitando
la comprensión de las relaciones entre la ciencia y la sociedad y preparándolas para interactuar en
el marco de estas relaciones, sobre todo, si se tiene en cuenta que la experiencia humana es
globalizada y que las decisiones que los estudiantes deberán tomar en la vida profesional estarán
condicionadas por múltiples razones.
Otro aspecto, que su importancia puede constituir una línea directriz del trabajo metodológico en
los colectivos docentes, es la concepción del estudio independiente. Cada vez las fuentes y vías
por la que nos llega la información son más amplias, complejas y a la vez imprescindibles en la
preparación del individuo para insertarse en un mundo donde los cambios que se están operando
en el proceso productivo, como resultado de la alta tecnología, provocan que el desarrollo en
gran medida este determinado por la cantidad y profundidad de conocimientos y los niveles de
información. Esto implica que la atomización de conocimientos tenga que ceder lugar a la
enseñanza de técnicas y vías para saber localizarlos, procesarlos, interpretarlos y utilizarlos, de
manera creadora, por consiguiente, cómo y qué planificar, orientar y controlar con respecto al
estudio independiente de los alumnos resulta una tarea metodológica de primer orden en los
colectivos docentes, sobre todo, a nivel de año, donde el análisis de la habilidades intelectuales y
prácticas a desarrollar y la incidencia del estudio independiente para su consolidación debe
constituir una preocupación principal.
Las universidades pedagógicas deben enfocar el trabajo de estas dos líneas con mucha
profundidad, porque las exigencias del mundo actual de un pensamiento global y de
independencia en la obtención de información no sólo atañan a las universidades, ya deben
sentarse las bases en los niveles anteriores incluso desde la primaria, la sociedad impone también
la necesidad de obreros, empleados y técnicos creativos y son los estudiantes de estas
universidades, profesores de las futuras generaciones quienes deben contribuir, a partir de su
propia actuación, a la formación de esas generaciones venideras para que sean capaces de
insertarse en la realidad. Ello explica el papel relevante del trabajo metodológico, desde
posiciones científicas en la universidad pedagógica para la transformación del resto de los
subsistemas.
Participación de directivos, maestros, estudiantes y toda la comunidad educativa en le
proceso de planificación, ejecución de los proyectos curriculares.
La concepción de la escuela como proyecto educacional cultural es el pilar fundamental del
cambio educativo y en este proceso de cambio está implicada toda la comunidad.
Todo cambio implica una transformación, independiente de la profundidad de los conceptos a los
que esté asociado, o sea, si es reforma, estará asociado a cambios a gran escala, principalmente en
el sistema educativo y la innovación que generalmente se refiere al uso de métodos más eficaces
para el trabajo escolar en general y supone cambios cualitativos en las prácticas educativas.
Independientemente de los niveles en que se pueden producir los cambios, su centro es la
institución educativa, por lo que las principales acciones de la dirección del cambio deben
encaminarse hacia ella y sus estructuras directivas, ya que si estas no se involucran en el proceso,
se convierte en un freno al esfuerzo de la escuela y precisamente la esencia de que muchos de
estos procesos en el contexto latinoamericano hayan quedado por debajo de las expectativas
sociales, radica principalmente en la falta de protagonismo de las escuelas y de los agentes
principales del cambio. A pesar de estas limitaciones, las principales tendencias del cambio en
América Latina evidencian hoy que, las reformas educativas se han basado esencialmente en
cambios curriculares y a su vez se ha insistido en el último decenio en la búsqueda del
mejoramiento de la calidad de la educación, teniendo también en cuenta el mantenimiento y
desarrollo de los valores, pues la escuela debe desempeñar un papel básico en conservar la
identidad en un mundo donde los procesos globalizadores tienden a imponer modelos culturales
foráneos.
La reflexión e investigación científica son muy importantes en este proceso, las estructuras de
dirección deben, a la vez que reformulen su modo de pensar y actuar, acelerar el cambio en los
demás componentes del sistema. Para contribuir a lograrlo los directivos deben: utilizar métodos
participativos y democráticos donde se impliquen todos los agentes involucrados en el proyecto;
hacer prevalecer la filosofía del liderazgo para lo cual deben tener capacidad de afianzar los
mejores valores de lo humano y proyectarlos al futuro, logrando en su gestión la participación de
todo su colectivo, una comunicación que permita el desarrollo de la motivación, la creatividad, la
satisfacción de las necesidades, el desarrollo del sentido de pertenencia, reconocer los logros
personales, promover un ambiente innovador e investigativo y contribuir al desarrollo de la lucha
de la calidad del proceso educativo en todos los implicados en el proyecto educativo. A su vez, el
directivo debe combinar en su gestión la flexibilidad necesaria a partir de la influencia de factores
internos o externos con la estabilidad interna de la organización, el pensamiento estratégico y
global con la acción táctica y local y el espíritu autodidacta en todos sus colaboradores con la
dirección colegiada, entre otras características.
Influye mucho en un directivo para lograr liderazgo, la forma en que toma las decisiones, no puede
perder de vista que a su nivel debe precisar la política educacional, a partir de los fines,
necesidades y potencialidades del colectivo pedagógico, alumnos y comunidad, con un
conocimiento profundo de cada uno de ellos, a partir de la realización del diagnóstico. A su vez,
sus decisiones deben favorecer el sistema de relaciones entre todos los miembros de la
comunidad educativa. Todos estos elementos plantean al líder educacional la necesidad de
implicarlos activamente en la planificación, ejecución y control de las transformaciones, basándose
en los objetivos previamente trazados y partiendo de la misión del centro docente.
Para que una institución, cumpla con su misión social, el papel del colectivo pedagógico (los
docentes) en la planeación, ejecución y evaluación del proyecto curricular, es esencial. Lo primero
es que se convierta en un verdadero grupo, para que ocurra un proceso de transformación
(autotransformación). La actividad pedagógica es la que da razón de ser, a una institución escolar y
al trabajo profesional de los educadores y no tendrá éxito, sino se acomete de manera coordinado
por sus diversos agentes, pues todos inciden en una misma comunidad de escolares. Por
consiguiente para el perfeccionamiento de un colectivo de maestros es importante:
Sentido de pertenencia del grupo. Esto provoca un sentimiento de orgullo de pertenecer a
la institución escolar, una identificación con ella y un interés de prestigiarla lo que influye
en el incremento de la autoestima colectiva.
Establecimiento de relaciones interpersonales positivas y afectivas dentro del grupo,
teniendo en cuenta y respetando los roles de cada uno.
Debe darse oportunidad a los miembros de asumir posiciones útiles al desempeño grupal
para lograr el desarrollo armónico de todos.
Lograr coherencia y solidaridad en el grupo, e incluso el vínculo emocional de sus
miembros, que incida en que puedan sentirse afectados con las dificultades y situaciones
difíciles que haya tenido un miembro para cumplir una tarea o el desarrollo de estados de
ánimos positivos y solidarizarse con los éxitos de otro.
Reconocer el esfuerzo que trae aparejado el aprendizaje grupal y los temores del grupo de
pedagogos al cambio. Aprender significa poner en duda lo conocido y los grupos humanos
y dentro de ellos el colectivo de pedagogos, tienden a mantener el equilibrio alcanzado, en
la forma de organizar las tareas, los roles asumidos, los estilos, etc. y cuando algunos de
estos elementos cambia, pueden aparecer resistencias que deben ser comprendidas por el
colectivo y bien dirigidas por los líderes, a partir de utilizar las fortalezas del colectivo.
Como bien señala Teresa Bardesa (1997), hoy día afecta el desarrollo de los proyectos curriculares
y el funcionamiento del colectivo pedagógico, la poca participación de los maestros en las
decisiones globales y en el control del gobierno del centro. Además en muchas ocasiones afecta no
tener en cuenta la necesaria relación entre centralización y descentralización, pues las tareas
vienen impuestas por fuerzas externas y los objetivos son diversos, difusos y ambiguos diseñados
para plazos muy largos y no fácilmente evaluables. El mismo hecho de impartir clases en varios
centros escolares que se aprecia en muchos países, afecta no sólo el trabajo colegiado, sino el
desarrollo de sentimientos de pertenencia y de identificación personal con algunos de ellos.
El lugar del maestro en el proyecto curricular no puede obviarse, porque tiene la responsabilidad
de dirigir el proceso docente educativo y orientarlo hacia la formación de la personalidad del
educando, dándole a la vez a este, un papel protagónico en su autoformación. Sin embargo, es
todavía una práctica cotidiana en muchos centros docentes que los profesores no tienen asignadas
responsabilidades específicas para que fomenten y desarrollen actitudes participativas en los
alumnos y este aspecto educativo muchas veces ha quedado a merced del voluntarismo y de la
iniciativa individual de alumnos y profesores.
Si estas condiciones no desaparecen, en los lugares en los que aún persisten, no puede aspirarse
al cambio educativo. Los alumnos deben participar en el diseño, ejecución y evaluación del
proyecto curricular, para que se sientan comprometidos. Este trabajo debe comenzar a nivel de
aulas donde se plantean problemas, necesidades, aspiraciones y pueden constatar que sus
opiniones son atendidas en la proyección del trabajo. En la medida que se ejecute el proyecto,
deberá desarrollarse una validación sistemática y los alumnos deben estar involucrados, para que
puedan valorar incluso su desempeño y las responsabilidades que les toca en cada uno de los
resultados.
También debe ser tenido en cuenta toda la comunidad educativa, es importante la opinión de las
familias en relación con el desarrollo del proyecto y su incorporación en la ejecución y el
intercambio permanente con todo el entorno, apoyado esencialmente en la labor extensionista
del centro educacional.
En la evaluación final deben participar todos los responsables de cada parte, en los logros y en las
insuficiencias y podrán aportarse elementos valiosos para la transformación del proyecto sobre
bases científicas y puedan dar respuesta a los retos que la sociedad impone.
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