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DEMOCRACIA ELECTRÓNICA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
SANTIAGO GIRALDO LUQUE1
DIRECTOR: DR. JOSÉ MANUEL PÉREZ TORNERO
DOCTORADO EN COMUNICACIÓN Y PERIODISMO
DEPARTAMENTO DE PERIODISMO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA
2009
1 Becario del programa Personal Investigador en Formación (PIF). Universidad Autónoma de Barcelona.
1
DEMOCRACIA ELECTRÓNICA: EL ESTADO DE LA CUESTIÓN
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 5
METODOLOGÍA ................................................................................................................... 11
CAPÍTULO PRIMERO: LAS IDEAS UTOPISTAS DE LA COMUNICACIÓN COMO MOTOR DEMOCRÁTICO .................................................................................................................... 17
1. Electricidad y aldea global: la revolución tecnológica y la revolución de la civilización ........ 20
a. El ritual de la serpiente .................................................................................................... 20
b. La exaltación de los aparatos .......................................................................................... 21
C. La democratización en la sociedad de la comunicación .................................................. 23
2. La cibernética como herramienta del nuevo mundo: El gobierno máquina ....................... 24
3. La realidad virtual: nuevos medios y el mejor futuro ......................................................... 27
4. Crítica a la idea utopista: los paraísos democráticos de la comunicación .......................... 29
4.1. La espectacularización de la vida cotidiana ................................................................. 29
4.2. El sentimiento de soledad ............................................................................................ 30
4.3. Flechas y círculos comunicativos .................................................................................. 31
4.4. La reproducción cíclica del discurso comunicativo ...................................................... 33
5. El modelo utopista de la democracia mediática: una posible evaluación .......................... 37
6. El paso de los modelos utopistas de la comunicación como motor de desarrollo democrático a los modelos de la democracia directa: el fin de las instituciones representativas ....................................................................................................................... 42
CAPÍTULO SEGUNDO: LAS PROPUESTAS DE DEMOCRACIA DIRECTA EN INTERNET ............... 44
1. La nueva era ateniense de la democracia: Un vínculo con el mercado .............................. 46
2. La nueva nación digital: Hacia la eliminación de los intermediarios ................................... 47
3. La democracia de las comunidades virtuales: Libertad, igualdad y transparencia ............. 49
4. Más allá de la democracia electrónica: La clave Hacker de la poliarquía y las redes distribuidas .............................................................................................................................. 53
5. Críticas principales al modelo de la democracia directa ..................................................... 56
2
5.1. Robert Wright y Riccardo Stagliano: la hiperdemocracia ............................................ 56
5.2. Wim Van de Donk: la informatización de la sociedad .................................................. 58
5.3. Ignacio Ramonet: el sueño utópico de la comunicación armoniosa ............................ 59
5.4. Paul Virilio: el accidente a gran velocidad .................................................................... 60
5.5. Lloyd Morrisette: la amenaza plebiscitaria .................................................................. 61
5.6. Slavoj Zizek: el lado oscuro de la sociedad política ...................................................... 62
6. El modelo de la democracia directa: una posible evaluación ............................................. 63
7. El paso de los modelos de democracia directa a los modelos liberales de la democracia en internet: una nueva forma de representación de la ciudadanía ............................................ 69
CAPÍTULO TERCERO: LA DEMOCRACIA LIBERAL EN INTERNET .............................................. 71
1. Internet como impulsor de las instituciones representativas: al rescate de la democracia jeffersoniana ........................................................................................................................... 73
1.1. Individualismo y descentralización: el papel de la comunidad en la construcción de la democracia en internet ....................................................................................................... 77
2. Tipos de democracia representativa posibles en internet: la acomodación de las instituciones a la electricidad .................................................................................................. 82
3. El equipo de urgencia ante las alarmas antidemocráticas: la democracia de monitoreo .. 89
4. Los debates sobre la construcción de la esfera pública en internet: el paso hacia la democracia normativa – deliberativa ..................................................................................... 92
5. Las piedras del camino: principales problemas a resolver .................................................. 99
5.1. La trampa de las identidades virtuales......................................................................... 99
5.2. La dificultad del compromiso ciudadano y la concepción idealista de la ciudadanía 100
5.3. Roger Hurwitz: las ironías de la democracia en el ciberespacio ................................ 104
5.4. La brecha digital y la necesidad de la alfabetización mediática ................................. 105
6. El modelo de la democracia liberal: una posible evaluación ............................................ 108
7. De los modelos liberales de la democracia representativa a su posibilidad en las nuevas herramientas tecnológicas: La alfabetización mediática y las redes sociales ....................... 119
CAPÍTULO CUARTO: LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL Y LAS REDES SOCIALES: HACIA UNA REALIDAD DE LA DEMOCRATIZACIÓN ON‐LINE .................................................................. 121
1. El modelo ideal de la democracia electrónica: Hacia los estadios de la democracia electrónica ............................................................................................................................. 122
1.1. Una propuesta de modelo ideal ............................................................................ 127
2. La alfabetización mediática: el camino necesario a la ciudadanía democrática electrónica ............................................................................................................................. 131
3
3. Las redes sociales: ¿Una herramienta cercana al modelo ideal de la democracia electrónica? ........................................................................................................................... 136
4. La conjunción del modelo: ¿Puede el modelo ideal ser satisfecho desde la alfabetización mediática y la herramienta de las redes sociales? ................................................................ 141
5. Estudio de caso “El Parlament de Catalunya”: ¿Qué modelo democrático se desprende de las herramientas ofertadas por la institución representativa? ............................................. 143
5.1. Comparando el modelo ideal con el panorama del Parlament de Catalunya ........... 146
5.2. ¿Qué tipo de participación se promueve en la instancia de representación catalana? 147
CONCLUSIONES ................................................................................................................. 150
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................... 161
Índice de Tablas
Tabla 1. Cuadro de Evaluación del modelo de democracia (A) ................................................... 15 Tabla 2. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica: Utopía de la Comunicación como Motor Democrático ................................................................................... 19 Tabla 3. El discurso histórico de la comunicación como motor de la evolución democrática.... 34 Tabla 4. Evaluación del modelo de utopías de la comunicación ................................................. 37 Tabla 5. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica: Teoría de la Democracia Directa ..................................................................................................................... 45 Tabla 6. Evaluación del modelo de democracia electrónica directa ........................................... 63 Tabla 7. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica: Teoría de la Democracia Liberal ...................................................................................................................... 72 Tabla 8. Los tipos de democracia electrónica de Martin Hager .................................................. 83 Tabla 9. Los modelos de democracia de Van Dijk y el uso de TIC ............................................... 84 Tabla 10. La tipología de Bellamy ................................................................................................ 86 Tabla 11. Evaluación del modelo de democrático liberal ......................................................... 109 Tabla 12. Seguimiento a los modelos de democracia electrónica ............................................ 122 Tabla 13. Estadios de la democracia electrónica ...................................................................... 126 Tabla 14. Las Redes Sociales como herramienta de democracia electrónica ........................... 137 Tabla 15. Análisis de las herramientas de los órganos de representación estudiados ............. 144 Tabla 16. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica ........................ 151
Índice de Mapas Conceptuales
Mapa 1. Estructura general de la monografía .............................................................................. 9 Mapa 2. Modelo de Análisis ........................................................................................................ 14
4
Mapa 3. Trayectoria de análisis ................................................................................................... 15 Mapa 4. Del ritual de la serpiente a la democratización social................................................... 22 Mapa 5. Tránsito entre la utopía y la democracia directa .......................................................... 43 Mapa 6. Necesidad técnica de la democracia ............................................................................. 47 Mapa 7. La autorregulación democrática ................................................................................... 52 Mapa 8. Formas de red y ciberactivismo .................................................................................... 54 Mapa 9. Tránsito entre la democracia directa y la democracia liberal ....................................... 69 Mapa 10. Estructura del modelo de Bellamy para la tipología de democracia electrónica ....... 86 Mapa 11. Modelo de democracia de monitoreo ........................................................................ 91 Mapa 12. Esfera pública y sistema político. ................................................................................ 97 Mapa 13. La oportunidad de la democracia en la alfabetización mediática y las redes sociales ................................................................................................................................................... 120 Mapa 14 El proceso de alfabetización mediática en el proceso de construcción de ciudadanía ................................................................................................................................................... 133 Mapa 15. Igualación de variables en la trayectoria de análisis: Redes Sociales ....................... 139 Mapa 16. Igualación de variables en la trayectoria de análisis: Parlament de Catalunya ........ 149 Índice de Diagramas Diagrama 1. Niveles de abstracción para la configuración del catálogo de modelos de democracia electrónica ............................................................................................................... 11 Diagrama 2. Eliminación de la intermediación económica y política ......................................... 48 Diagrama 3. Proceso de evolución de las ciberturbas a partir de los medios de comunicación 55 Diagrama 4. Democracia local como fortalecimiento de la participación ciudadana ................ 76 Diagrama 5. Los tipos de democracia electrónica de Van Dijk ................................................... 84 Diagrama 6. Los modelos de democracia electrónica de Subirats.............................................. 88 Diagrama 7. Modelo ideal de participación política ciudadana en los sistemas representativos ................................................................................................................................................... 130 Diagrama 8. Modelo de participación política de la cámara catalana ...................................... 148 Diagrama 9. Cambio entre la producción y el consumo entre la modernidad y la posmodernidad ......................................................................................................................... 157 Diagrama 10. Niveles de Análisis de la incidencia de internet en los procesos democráticos . 156
5
INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas se muestra la consolidación de una tendencia clara hacia el desencanto del ciudadano con la política2. La aparente cada vez mayor desconexión entre los procesos de toma de decisión y la participación podría estar en la base del fenómeno, propiciando un interés creciente por las nuevas tecnologías de la comunicación y la información (TIC) y su papel en “reconectar” a la ciudadanía con el sistema político democrático.
El uso de internet, se plantea en este contexto como una posibilidad de reactivación de las acciones cívicas. Internet, como nuevo paradigma comunicativo, supone la existencia de un público igualitario y la configuración del usuario como nuevo sujeto activo. Carácter que ofrece posibilidades de “reactivación” de la política.
La discusión actual sobre los modelos de la democracia electrónica presenta a las TIC como herramientas con enormes posibilidades de potenciar la libertad y la participación de los ciudadanos en el desarrollo de sus relaciones con el Estado y con sus instituciones.
Asimismo, internet ofrece para la vida política la posibilidad de la vinculación de la cibersociedad civil políticamente activa al proceso formal de toma de decisiones, anteriormente controlado por las élites políticas y los intermediarios de la opinión pública.
En consecuencia, la vuelta del interés en la política es una posibilidad que puede desarrollarse en internet a partir de una mayor implicación informativa y a través de los mecanismos de interacción entre las instituciones, los representantes, las comunidades y los ciudadanos. De la misma forma, la posibilidad de la rendición de cuentas y de la transparencia es una posibilidad y, al mismo tiempo, una creciente exigencia de los ciudadanos que utilizan las TIC como herramienta cotidiana de trabajo.
Internet incrementa entonces la capacidad de los ciudadanos para potenciar su participación en el proceso político. Las posibilidades de interacción y las opciones de construcción comunitaria son variadas y, hasta el momento, poco utilizadas para la acción ciudadana con visibilidad en la agenda pública. Los sondeos de opinión demuestran que los ciudadanos que tienen niveles superiores de alfabetización mediática presentan mayores índices de realización de actividades de participación ciudadana3. De entrada, parece totalmente claro que la participación cívica constituye una parte importante del paquete de políticas destinado al impulso de la alfabetización mediática de los ciudadanos.
2 Ver al respecto: BENNETT, W. Lance (2008). Civic life online: Learning how digital media can engage youth. Cambridge, MA: The MIT Press. PUTNAM, Robert D. (2000). Bowling Alone: The Collapse and Revival of American Community. New York: Simon & Schuster; y WARD, Stephen; GIBSON, Rachel, y LUSOLI, Wainer (2005). “Old politics, new media: Parliament, the public and the internet”, comunicación presentada en la Political Studies Association Conference, University of Leeds, 5‐7 April 2005. 3 Ver, por ejemplo, el informe Citizens’ Digital Participation, producido por OFCOM (2009). Disponible en: http://www.ofcom.org.uk/advice/media_literacy/medlitpub/medlitpubrss/cdp/
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Hasta abril de 2009, a pesar de la puesta en escena de la nueva herramienta de comunicación como posibilitadora de nuevas relaciones democráticas en el universo político y representativo, han sido pocas las acciones realizadas por los diferentes sistemas políticos en las que el uso de la nueva tecnología haya derivado en mejores índices de participación política. De acuerdo con las principales tendencias de investigación y según el debate ante la actual crisis de representación, las TIC no han tenido un efecto claro sobre el aumento –o descenso‐ de los niveles de participación y sólo han sido usadas por los interesados como mecanismos de ampliación para hacer más fácil su labor como líderes de opinión (Harto de Vera, 2006).
En esas condiciones, se han planteado dos grupos de posiciones, cada uno con respectivos polos opuestos, en los que se ubican las principales discusiones teóricas y prácticas sobre el uso de internet como instrumento al servicio de la calidad democrática de los sistemas políticos contemporáneos.
En el primer grupo se agrupa un catálogo de modelos democráticos que oscila entre a) el uso de Internet como instrumento de mejora de las capacidades y el rendimiento de la democracia representativa4, y b) el empleo de las posibilidades de las redes telemáticas como oportunidad para la superación de la democracia representativa, y una vía hacia una sustitución de la misma por mecanismos de democracia directa5.
Las discusiones sobre la democracia directa se inician con la revolución de las autopistas de información y con el impulso político dado desde el gobierno de los Estados Unidos en los años 90 al desarrollo económico soportado por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Los discursos políticos, el concepto de la nación digital y las ideas de la democracia de la libertad, la transparencia y la igualdad marcan la discusión de la eliminación de los mecanismos de representación dando el paso a la participación directa de los ciudadanos en la toma de las decisiones públicas, a partir de las herramientas telemáticas y basadas en el voto electrónico.
Sin embargo, estallada la crisis de las empresas punto.com, en el inicio del nuevo milenio, las ideas utópicas sobre la revolución del sistema democrático y la vuelta a la ciudad ateniense dieron fuerza al segundo grupo de modelos de democracia electrónica en los que se garantizaba el sistema representativo en el cual los ciudadanos tendrían mayores oportunidades de participar del proceso de formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas, incluso desde casa, a partir de la comunicación establecida en la era de las TIC.
4 Los discursos más representativos del modelo se encuentran en: Agre (2003), Aichholzery and Kozeluh (2008), Barber (2003), Breindl and Francq (2008), Etzioni (2003), Flichy (2003), Jenkins (2008), Jenkins and Thorburn (2003), Poster (1995, 2000), Shudson (2003), Westling (2007) y Winston (2003). 5 Los posicionamientos más destacados de esta corriente pueden verse en los discursos de Al Gore (1994), en las ideas de John Katz (1997), junto con el concepto de la nación digital de Reinghold (2000) y las formulaciones sobre la democracia de la libertad, transparencia e igualdad de Lévy (2000, 2002).
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El segundo debate se enmarca en el desarrollo de las discusiones de los últimos años sobre las consecuencias políticas que puede tener sobre la democracia el uso de las nuevas tecnologías. El debate entre los llamados ‘ciberoptimistas’ y ‘ciberpesimistas’ (Norris, 2002) encontraría, por un lado, la visión optimista que considera al acceso y uso de las nuevas tecnologías como un elemento de mejora de la participación democrática, que puede generar un electorado más informado y participativo y reducir la apatía política, dando más oportunidades a los ciudadanos de poder participar en el proceso de toma de decisiones, destacando las nuevas formas de interacción entre sociedad y Estado (Gagnon y Tanguay 2007). En esta visión, el ciudadano será mucho más activo y estará mucho más involucrado en las decisiones políticas. Para conseguirlo, internet proporciona múltiples oportunidades para la participación ciudadana (voto electrónico, acceso a páginas de partidos, acceso a documentos públicos y gubernamentales, disponibilidad de fuentes de información, poder contactar con los representantes elegidos democráticamente, etc.).
Por otro lado, la visión pesimista argumenta que el acceso a internet puede generar una nueva sociedad ‘digitalmente dividida’, la brecha digital (Mossberger 2009), no sólo a nivel global (entre países) o a nivel social (desigualdad de acceso), sino también una división democrática entre los que utilizan estas tecnologías y los que no las utilizan, es decir, entre ciudadanos participativos y ciudadanos no participativos (Norris 2001). Esta brecha digital puede ser un obstáculo para conseguir una plena democratización, al marginar ciertos sectores.
Con este panorama y en el marco del Doctorado en Comunicación y Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, este trabajo monográfico ‐que responde a los criterios del Trabajo de Investigación‐ tiene el objetivo de construir una tipología de las propuestas de modelos de la democracia electrónica que, partiendo de las herramientas de la Web 2.0, defina los niveles de participación y el tipo de acciones que los ciudadanos pueden realizar en cada una de las propuestas clasificadas en la tipología.
En esta nueva aproximación, que no pretende superar el carácter de descripción del estado de la cuestión de las principales propuestas de modelos de democracia en la era internet, nos centraremos en la discusión de las nuevas herramientas de la Web 2.0 y, específicamente, de las redes sociales aplicadas a la democracia.
Estudios precedentes estaban focalizados en debates generales centrados en los esquemas de la teoría y la filosofía política sin llegar a profundizar en las utilidades y aplicaciones de la Web 2.06.
Por otro lado, las evaluaciones sobre la calidad de la democracia electrónica se venían realizando situando en el centro del debate la oferta institucional estatal en esta materia ‐oportunidades telemáticas para la participación ciudadana‐ olvidando la movilización social, el nuevo sujeto social gestante de las nuevas herramientas: las nuevas movilizaciones de las
6 Las discusiones más relevantes pueden encontrarse en Hagen (1997, 2000), Van Dijk (2000), Bellami (2000), Subirats (2002), recogidas en el texto de Harto de Vera: “Tipologías y modelos de democracia electrónica”, en: Revista de internet, derecho y política. [ed.] UOC. 2, Barcelona. 2006.
8
comunidades de base autoorganizadas en internet que han logrado algún tipo de incidencia en las políticas públicas o en las agendas de los medios tradicionales.
Así, la irrupción de los nuevos movimientos sociales, con nuevas dinámicas, con procesos logísticos revolucionarios y con nuevos objetivos de organización garantizados o sostenidos por el ciberespacio merece especial atención. Para ello hemos prestado especial atención a situar en un campo histórico referencial cada uno de estos movimientos con objeto de entender las principales fuentes que se recogen en los nuevos idearios de las revoluciones de las redes.
La estructura seguida en la redacción de la monografía se inscribe dentro de la primera discusión sobre la democracia en internet ya mencionada, que divide a las tendencias hacia la democracia directa y hacia la democracia representativa. Sin embargo, la segunda discusión –la referida a las posibilidades o imposibilidades‐ no es dejada atrás y se integra en el referente histórico establecido en la tipología mediante la caracterización de variables de análisis sobre cada modelo propuesto.
El carácter orientativo de la discusión que sobre la democracia en internet se ha producido en la historia (que puede seguirse en el mapa 1), empieza con los referentes clásicos sobre el imaginario que ronda en la aparición de los medios de comunicación electrónicos.
El paradigma de la comunicación y de sus medios tecnológicos como motor del cambio social y como proyecto irradiador de las ideas y sistemas democráticos será el objeto de análisis del primer capítulo del escrito.
A partir de la idealización de las nuevas formas de interconexión electrónica, y tras recibir la carga emocional del nuevo paradigma mediático y de su importante apoyo político, internet se ha venido concibiendo como el elemento regenerador del Ágora griega.
Ante la crisis del sistema representativo el nuevo medio y sus visionarios idealizan una sociedad sin representación en la que la democracia telemática directa resolverá los problemas de las burocracias y de la ineficacia de la administración pública para la toma de decisiones.
Las principales corrientes que defienden el modelo de la democracia directa serán analizadas en el capítulo segundo de la monografía.
El tercer capítulo estará centrado en la búsqueda teórica por el mantenimiento del equilibrio de poderes entre el ejecutivo y el legislativo. Sustentado en las críticas al modelo de ciudadano propuesto por el modelo de la democracia directa, el capítulo presentará las principales corrientes del pensamiento liberal que se pueden poner en relación con las condiciones de la democracia en internet. En este capítulo también se trata el resurgimiento de la comunidad como actor político fundamental, superando la visión individualista del modelo directo.
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Mapa 1. Estructura general de la monografía
MODELO DE LA DEMOCRACIA
DIRECTA
Mito de la electricidad
Idealización de la nueva forma de interconexión electrónica
Paradigma de la comunicación como motor de desarrollo democrático
Realidad Virtual
Gobierno Máquina
Aldea Global
Crisis de representatividad
Fortalecimiento de la democracia representativa
MODELO DE LA DEMOCRACIA
LIBERAL
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3 Herramientas de la W
eb 2.0
Capítulo 4
El Modelo Ideal
Alfabetización Digital
Redes Sociales
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El cuarto capítulo, tras haber hecho el recorrido analítico por las dos principales teorías de modelos de democracia en internet, busca proponer, a partir de las estructuras analizadas, algunos referentes de comparación buscando siempre el más alto nivel –o estadio‐ de participación ciudadana democrática. Una vez asumido el modelo, se presenta la opción de las redes sociales y de la alfabetización mediática como una díada que puede ayudar al fortalecimiento de las redes democráticas comunitarias y al robustecimiento del sistema comunicativo entre las instituciones democráticas y los nuevos actores sociales de las redes.
En la última parte del capítulo se establece un pequeño estudio de caso en el que se pone en práctica el método de evaluación propuesto para el Parlament de Catalunya.
El último apartado referido a las conclusiones tiene la intención de reflejar el mapa de tipologías completo de acuerdo con los criterios metodológicos expuestos en la sección correspondiente y algunos comentarios que evidencian la presencia de hechos recurrentes en el desarrollo de la investigación.
El presente trabajo responde a estudios de investigación desarrollados en el marco del Grupo de Investigación “Gabinete de Comunicación y Educación” de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, dentro de los que sobresalen el estudio: “Legislative assemblies in Spain: the application of information and communication technologies in the Parliament and Senate” cuyos resultados iniciales han sido presentados en el 27º Congreso Internacional de la AIERI celebrado en México en Julio de 2009, y el “Study on Assessment Criteria for Media Literacy Levels”, investigación en desarrollo (a julio de 2009) financiada por la Comisión Europea.
Este trabajo ha sido realizado gracias al apoyo del programa Personal Investigación en Formación (PIF) de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Barcelona, septiembre de 2009
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Diagrama 1. Niveles de abstracción para la configuración del catálogo de modelos de democracia electrónica
Espacio de la teoría
Espacio de la medición y observación
Nivel de Abstracción
Amplitud de los fenómenos o procesos
Mayor
Mayor Menor
Menor
Regularidades empíricas – Conceptos observables
Proposiciones teóricas
Teorías Sustantivas
Teorías Generales
Supuestos paradigmáticos
METODOLOGÍA
La elaboración del estado de la cuestión sobre las propuestas de modelos de la democracia electrónica y de sus posibilidades de desarrollo a partir de las herramientas de la Web 2.0, exige la revisión exhaustiva de la literatura básica que permita construir un panorama general de las principales alternativas sugeridas para la construcción de la nueva democracia telemática. Así, la metodología a implementar en este trabajo de investigación girará sobre tres ejes complementarios.
El primero de ellos lo constituye la intención de establecer una tipología de las principales propuestas de modelos de democracia electrónica encontrados en las fuentes bibliográficas, que responda a la necesidad de la descripción de los principales debates en torno a la inclusión de la democracia en la era digital. La revisión de las fuentes establecidas en la bibliografía, permitirá el diseño de un mapa de tipologías que, centrado en las características generales de los modelos encontrados, facilitará la agrupación de las principales propuestas y caracterizar la discusión teórica que se ha planteado hasta el momento sobre el tema en cuestión.
Así, la revisión bibliográfica arrojará las escuelas fundamentales de la discusión y con ellas se marcará el camino de explicación a través del establecimiento de una tipología básica de análisis (un cuadro de tipologías sobre las escuelas de la democracia en internet – ver Diagrama 1) que será explicada, desarrollada y, en caso de encontrar fuentes suficientes, criticada en la redacción del informe de investigación en el que se dedicará un capítulo a cada una de las grandes escuelas o teorías generales encontradas.
Fuente: Sauto y otros (2005)
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En el análisis bibliográfico también se encontrará la fuente de evaluación de los modelos democráticos, de acuerdo a sus características de aplicación en las sociedades contemporáneas y, en particular, en las redes telemáticas. Teniendo presentes los tipos de evaluación propuestos en las lecturas, en el trabajo de investigación se utilizarán tres líneas de estimación a los modelos sistematizados en el cuadro de tipologías de democracia electrónica, que permiten dar cuenta de la efectividad de los mismos en términos tanto del fortalecimiento democrático como del empleo de la Web 2.0 dentro de sus procesos (formulación, decisión, implementación y evaluación de las políticas).
Con esta información recolectada tendremos tres momentos de desarrollo metodológico. En el primero, se realizará el diagnóstico general de las tipologías de la democracia electrónica halladas en la literatura revisada. En el segundo, se tomarán los modelos categorizados anteriormente y se someterán a la evaluación de efectividad, aplicándoles los siguientes caminos de valoración:
El primer elemento valorativo está elaborado sobre los ejes planteados por Vedel (2003) en los que se contemplan las formas de participación política en internet a partir de la oferta institucional de democracia electrónica. Los ejes se enmarcan dentro de las siguientes características:
• Información. El tránsito infinito de información de acceso fácil que las instituciones y los ciudadanos aprovechan para mejorar sus comunicaciones sociales y políticas.
• Discusión. Es tomado como el punto de mayor atención en los estudios sobre la democracia en internet. Sitúa al ciberespacio como una nueva esfera pública (con baja o nula incidencia en la toma de decisiones).
• Toma de decisiones y participación. Definida como el impacto de la participación
activa en la toma de decisiones.
El segundo elemento centrado en las posibilidades ciudadanas estará enmarcado por el estudio de Georg Aichholzery y Ulrike Kozeluh (2008) en el cual se toma una posición sobre los niveles de la participación, centrados en la evaluación de la calidad de la democracia a partir de los usos que de internet se realizan con fines democráticos. Para los autores, sus niveles se agrupan en permitir electrónicamente 7 , comprometer electrónicamente 8 y empoderar
7 Permitir electrónicamente (E‐enabling) puede ser descrito como el proceso en el cual se transfieren los medios y la libertad de hacer y de decidir hacia los ciudadanos. En la transferencia, la interacción con el mundo exterior, entre el ciudadano y la política, entre las instituciones y el poder constituyente, se realiza a través de las redes electrónicas. La E, que denota el concepto de redes electrónicas, expresa la aplicación de redes electrónicas, internet como base, para el intercambio de información y para desarrollar nuevas formas de procedimientos de decisión pública. El concepto es construido a partir de la definición para “permitir” de la Real Academia de la Lengua y de la acepción de E‐enabling formulada por Chee Chong Hwa, CEO de KarenSoft Technology Sdn Bhd 8 Comprometer electrónicamente, implica la constitución de una obligación cívica por parte de los ciudadanos hacia las formas de acción y de decisión pública, vía redes electrónicas.
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electrónicamente9 que se pueden relacionar inmediatamente con las dimensiones expuestas por Vedel: informar, consultar y participar.
El tipo de herramientas de la Web 2.0 aplicables a las ofertas institucionales y a las posibilidades ciudadanas está sustentado en el estudio realizado por Yana Breindl y Pascal Francq (2008), desde el cual realizan una aproximación a los ejes propuestos por Vedel, pero concentrándose en las tres principales herramientas (actuales) de la Web 2.0 que empiezan a tener acogida como instrumentos de trabajo tanto para el político como para la política. Los autores se concentran en los Blogs – Wikis, en las aplicaciones del Social Bookmarking (agregadores sociales) y en los sistemas de Redes Sociales como puntos fundamentales del análisis.
Los tres espacios del modelo permiten trabajar sobre tres puntos completamente relacionados para después comparar las herramientas estudiadas con los modelos de democracia en internet planteados por algunos teóricos que se han ocupado del tema. El primer espacio se sustenta en el planteamiento de Vedel y se asume como el proyecto de oferta desde las instituciones hacia la ciudadanía en materia de herramientas de democracia electrónica. El segundo, sobre las ideas de Aichholzery y Kozeluh, permite descubrir lo que las herramientas efectivamente permiten hacer a los ciudadanos y cómo los espacios institucionales promueven, en la combinación con Vedel, el compromiso de la ciudadanía con su participación política. Por último, de acuerdo con Breindl y Francq, es posible encontrar, en el descubrimiento de las herramientas ofertadas –y de sus productos dentro de ellas‐, un espacio de análisis que evidencia el tipo de democracia electrónica ofertada por un sistema político específico.
A partir de la conjunción de los tres espacios, es posible aproximar una hipótesis que puede identificar el tipo de compromiso ciudadano sobre el cual apuestan las instituciones desde el planteamiento mismo de la herramienta (Web 2.0). El último espacio, en el que se realiza una desagregación de usos y herramientas de la Web 2.0 por parte del modelo teórico esbozado, puede relacionarse con los modelos de Vedel y Aichholzery y Kozeluh y enfocarse hacia las formas más avanzadas de empoderamiento o toma de decisiones.
El modelo propuesto puede representarse en el siguiente gráfico, orientado por colores, de acuerdo al espacio descrito anteriormente (verde para el primer espacio –Vedel‐, azul para el segundo ‐Aichholzery y Kozeluh‐ y rojo para el tercero –Breindl y Franqc‐) teniendo como punto de intersección los cuadros ubicados en el centro del mapa, bajo el color anaranjado:
9 Empoderar responde, de acuerdo con la RAE, a la variante desusada de la palabra apoderar. Así, es tomada en cuenta como la concesión de poder político para que una comunidad específica, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida. Empoderar electrónicamente significa el paso siguiente al compromiso. El ciudadano es capaz de autoorganizarse como comunidad y de utilizar las redes electrónicas como soporte, tanto de su organización, como de sus relaciones con las instituciones.
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Mapa 2. Modelo de Análisis
Formas de Acción Política
(Vedel)
Información
Discusión
Participación
Informar
Consultar
Participar
Permitir
Comprometer
Empoderar
Niveles de calidad de la participación
(Aichholzery y K l h)
Blogs – Wikis – Social Bookmarking – Redes Sociales (Breindl y Francq)
Web 2.0
Marcos institucionales legales y procedimentales
Niveles de calidad de la participación
(Aichholzery y Kozeluh)
Así, en cada capítulo, de acuerdo al modelo general de democracia encontrado, y a los submodelos desarrollados, se presentará un cuadro de evaluación que permita incluir la información de las tipologías y compararla con las tres variables de caracterización anteriores. A partir del modelo expuesto y de la propuesta de catalogación de las concepciones sobre la democracia electrónica, es posible construir el cuadro de análisis que refleja las características de cada modelo frente a los ejes básicos de acción política, los niveles de participación, las herramientas principales de la Web 2.0 y seis variables o aspectos fundamentales de evaluación que representan la constitución del sistema político democrático.
El cuadro no refleja las condiciones que se desarrollan políticamente por fuera de los escenarios on‐line. Parte de la base de las acciones que las instituciones realizan con sus ciudadanos y de las potencialidades que tienen a partir de los diseños institucionales creados tanto por las instancias estatales como por las agrupaciones de la sociedad civil, los representantes ante los cuerpos legislativos o los ciudadanos interesados para participar (informarse, discutir o decidir) en el proceso de toma de decisiones políticas. El cuadro propuesto es el siguiente:
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Tabla 1. Cuadro de Evaluación del modelo de democracia (A)
Subclasificación A1 A2
Identificación A1.1
A1.2
A2.1
A2.2 Aspecto de evaluación
Ejes básicos de acción política
Información
Discusión
Participación
Niveles de participación
Permitir
Comprometer
Empoderar
Herramientas de la Web 2.0
Blogs – Wikis
Marcadores Sociales
Redes Sociales
Otras herramientas relevantes para el modelo
Rol del Estado
Papel de los medios de comunicación tradicionales
Papel de los mecanismos de representación
Figura de la Esfera Pública
Roles del Movimiento social
Rol de la Comunidad
Mecanismos de participación
Así, el mecanismo de análisis queda demarcado por un camino (que bien puede recorrerse de forma inversa) a partir de la información disponible o del tipo de estudio que se pretenda realizar. El camino del estudio realizado está reflejado en el siguiente mapa conceptual:
A partir de la resolución del cuadro de evaluación de los modelos democráticos, realizado en cada capítulo, es posible llegar a la tercera parte de la metodología en la cual se propone una comparación de resultados entre los cuadros resueltos, buscando una formulación ideal del modelo de democracia, la constitución del catálogo de tipologías de democracia electrónica y la identificación de las herramientas de la Web 2.0 más saludables para promover tanto el
Mapa 3. Trayectoria de análisis
Análisis
Usos de la Web 2.0
¿Qué brinda la instancia a los ciudadanos?
Ejes básicos de acción política
Niveles de participación
Modelo – Tipología de democracia electrónica
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compromiso ciudadano de la participación democrática, como la necesaria adecuación de las instituciones democráticas a los servicios interactivos de de internet.
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CAPÍTULO PRIMERO: LAS IDEAS UTOPISTAS DE LA COMUNICACIÓN COMO MOTOR DEMOCRÁTICO
Internet como herramienta del fortalecimiento democrático se inscribe dentro de las tradicionales euforias iniciales que llegan con la implementación de cambios en la tecnología y en su posible implementación en las situaciones de la vida política cotidiana. El mito de la comunicación engloba el desarrollo humano desde que las primeras vías de envío de mensajes a distancia se consolidaron en el siglo XVII gracias a la entrada en funcionamiento del telégrafo. Su postulado principal permite establecer un contagio absoluto de pensamiento que asegura a la tecnología aplicada un lugar fundamental en el objetivo de alcanzar la sociedad universal.
En el marco global histórico de la comunicación como motor democrático, internet se inscribe como un impulso energético renovador que devuelve a la tecnología comunicativa su rol de refundación, en este caso, de las estructuras de participación social y democrática. La idea comunicativa, siempre relacionada en último término con una proyección hacia las actividades políticas (que en la segunda mitad el siglo XX e inicios del XXI estará marcada por la defensa y el fortalecimiento de las instituciones democráticas aceptadas por la mayoría de los Estados del mundo), deviene en una solución en la cual la política queda bajo el dominio de la tecnología y de la aplicación técnica de sus nuevos instrumentos.
Si partimos de la base de la concepción del dominio globalizador de la idea de la comunicación como el motor democrático es necesario descubrir el camino inicial en el cual se sitúa al imaginario mítico de la utopía comunicativa, aún presente en el planteamiento de las posibilidades de internet. Con él se instauran las bases de la democracia directa que, a su vez y en su crítica, determinan el camino de acción de la democracia liberal en el rescate de las instituciones representativas que el modelo democrático directo elimina ante los desarrollos de la interactividad del nuevo medio de comunicación.
El camino del primer capítulo empieza por indagar sobre el mito de la comunicación y sobre sus orígenes en el marco de los rituales seguidos milenariamente a la electricidad como factor de impulso humano. En ese mismo impulso, la confianza en la electricidad, en la tecnología y en la comunicación, permitirá desarrollar la idea de la Aldea Global sumergida en la posibilidad de un intercambio infinito de ideas y de mercancías en el espacio de las redes y caminos de los sistemas electrónicos.
La inteligencia de los ordenadores y su capacidad de aprendizaje como máquinas, similares a la evolución del hombre, sitúan una nueva esperanza en la conexión completa asegurada por la vía de la cibernética y de la vinculación de sus herramientas con la vida de la sociedad. El papel más preponderante de las facilidades de la comunicación y de su intervención en la agilización de los mensajes circulantes entre el hombre y las máquinas, permitirá situar un análisis de las redes de mensajes como único medio de entendimiento de la sociedad. El estudio de la cibernética como timonel o gobierno de una sociedad conectada e intercomunicada
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tecnológicamente continuará con el camino de descubrimiento de las ideas utopistas de la comunicación electrónica como motor de la democracia y como facilitadora de nuevas relaciones entre individuos, generadoras de capital social.
Pasadas las dos principales ideas que marcaban los imaginarios de los años sesenta y setenta, nos detendremos en el camino más próximo de los años ochenta en el que la realidad virtual iniciaba una trayectoria espinosa en la práctica, pero altamente desarrollada en la mente de los visionarios de internet. En ella una vez más se plantean las posibilidades del desarrollo de nuevas relaciones entre el hombre y las máquinas que terminarán por alterar los comportamientos sociales y políticos del hombre a favor de una comunidad universal, interconectada y democrática.
Las críticas del camino seguido aparecerán en el recorrido histórico como un eterno retorno en cada cambio tecnológico ocurrido en la historia de los últimos tres siglos. Asimismo, se plantearán algunas nuevas ideas sobre las principales críticas al concepto de la sociedad interconectada y siempre on‐line que estaba presente como paradigma a alcanzar en las ideas iniciales de la comunicación y democratización electrónica.
En la última parte del capítulo se presentará el marco de análisis que, tomando el modelo planteado en los aspectos metodológicos, guiará las evaluaciones del recorrido de este y de los capítulos siguientes y se situará la evaluación, a partir del marco construido, de las ideas expuestas en el capítulo. Para finalizar marcaremos la conexión entre las ideas utopistas de la comunicación como motor de desarrollo democrático y la entrada de la primera teoría general de los modelos de la democracia en internet: la democracia directa y el fin de las instituciones representativas.
A manera de resumen, la siguiente tabla señala, de acuerdo a los criterios establecidos en la metodología propuesta para la investigación, un resumen general de las Teorías Sustantivas expuestas en el presente capítulo, que se enmarcan entre el supuesto paradigmático de la diada comunicación–tecnología como elementos que, per se, significan un desarrollo democrático y que se plantean dentro de la teoría general de las propuestas de modelos de democracia electrónica que hemos denominado “Las ideas utopistas de la Comunicación como Motor Democrático”:
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Tabla 2. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica: Utopía de la Comunicación como Motor Democrático
Supuesto Paradigmático
Teorías Generales
Teorías Sustantivas
Proposiciones Teóricas Autor
Principal Críticas
Principales
Tecnolog
ía + Com
unicación = Desarrollo
Dem
ocrático
Utopía de
la Com
unicación como Motor Dem
ocrático
1. Electricidad y Aldea Global
a. Centro en el ciudadano informado.
• Marshall McLuhan
• Norvall Baitello
• Malena Segura
• Slavoj Zizek
• Erik Nevéu• Asrad Torrres
• Benjamin R. Barber
• Armand Mattelart
b. Ideal de mundo intercomunicado. Sociedad Mundial.
c. Decisión ciudadana desde mecanismos de participación informativos.
2. Gobierno Máquina
a. Centro en el ciudadano informado.
• Norbert Wiener
• David Bell • Asrad Torrres
• Armand Mattelart
• Fabio Tropea
b. Retroalimentación tecnológica informativa como base del gobierno y de las decisiones.
c. Estado tecnocrático.
3. Realidad Virtual
a. Combina el centro del ciudadano informado con la ciudadanía participativa en la toma de decisiones.
• Jaron Lanier
• Malena Segura
• Henry Jenkins
• Asrad Torres
• Benjamin R. Barber
b. Rescata el modelo de las comunidades como artífices del tejido social.
c. Decisiones tomadas por el ciudadano‐usuario.
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1. Electricidad y aldea global: la revolución tecnológica y la revolución de la civilización10 No es fácil adquirir una visión de las actividades del hombre de hoy sin pensar en el papel que la electricidad juega en sus situaciones cotidianas. La relación absoluta y dependiente con los aparatos electrónicos ha hecho que las propiedades de la tecnología se adueñen de casi todas las acciones de comunicación que se realizan actualmente. El paso del dominio del hombre sobre la técnica hacia la dominación de la tecnología sobre las personas ha convertido al ser humano en un usuario que termina acoplándose a las técnicas propias de la tecnología y, con ellas, vinculándose progresivamente a una dinámica de aislamiento corporal en el que la comunicación pierde uno de sus componentes fundamentales en la desvinculación de la mayoría de los sentidos frente al proceso de comunicación.
a. El ritual de la serpiente Aby Warburg (2004) es el exponente de “El Ritual de la Serpiente”, ceremonia de los indios Pueblo del norte de América que refleja, en la serpiente, una idea de salud y de resurrección y que se relaciona con su figura homóloga del rayo, en cuanto, éste último, era interpretado por las comunidades indígenas como un llamado a la lluvia. Para Warburg, de acuerdo con Baitello (Sin fecha), el imaginario sobre la serpiente fue asociado como el símbolo natural de la salvación frente al origen de la destrucción elemental, del sufrimiento y de la muerte en el mundo. Su analogía es entonces extensible hacia la similitud morfológica entre la escalera de las pirámides o centros de culto (lugares sagrados), pasando por los ya mencionados rayos (elemento sagrado y deidad de las lluvias) y las serpientes (animales sagrados). Si se tiene en cuenta la representación imaginaria tradicional del rayo (o serpiente) que encierra una significación de salvación, es posible relacionar sus imágenes hacia una trascendencia divina. El poder simbólico de lo divino es concentrado en el imaginario sobre el rayo que, en términos físicos, comporta el principio de la electricidad. La imagen de la serpiente y su representación o igualación a los rayos eléctricos configuran el principio de la etimología de las imágenes que, por analogía, conducen a la forma de los hilos de cobre, cuyas propiedades les permiten transmitir la electricidad hasta los hogares en los que vivimos (Baitello Junior, 2009).
10 El autor que representa fielmente la teoría de la Aldea Global es, sin duda, Marshall McLuhan. El seguimiento de este apartado del capítulo hace referencia únicamente a su obra personal seguida posteriormente por numerosos autores y por doctrinas de pensamiento que se verán reflejadas más adelante en la monografía. Sus teorías aquí presentadas han sido desarrolladas y seguidas principalmente por su hijo, Eric McLuhan y los profesores Harold Innis, Neil Postman y Walter Ong. Dentro de la investigación, sus influencias, de acuerdo con Breindl (2008), son evidentes principalmente en los discursos de Howard Rheinhold (2000), Becker y Slatan (2000) y Pierre Lévy (2002).
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La visión divina (omnipresente y omnipotente) de los rayos y de las serpientes, sobre los cuales se practican rituales en los pueblos indígenas, es transmitida etimológica y culturalmente a las nuevas manifestaciones de la electricidad: los medios de comunicación y los aparatos facilitadores de tal comunicación. Los medios asumen el poder simbólico de la electricidad a través de la mediación electrónica: representan el dios masculino que se plantea, además, la posibilidad de la abolición de las condiciones del espacio y del tiempo con lo que se traspasan las angustias de la mortalidad (Segura, 2009). Los hilos de cobre que trasmiten la electricidad, son utilizados por los medios de comunicación. A través de ellos y de los diferentes aparatos electrónicos, asistimos a una recreación cotidiana del “Ritual de la Serpiente”, que le otorga una vida posterior a las imágenes en las que, a través de la concepción de la imagen como una reconstrucción de una imagen‐símbolo anterior, el significado sobrevive (Baitello, 2009).
b. La exaltación de los aparatos
“Hay manos capaces de fabricar herramientas con las que se hacen máquinas para hacer máquinas para hacer ordenadores que a su vez diseñan máquinas que hacen herramientas
para que las use la mano.”
Jorge Drexler
El aparato como juguete que simula el pensamiento (Flusser, 1990) asume entonces el imaginario de lo divino heredado desde los fenómenos naturales que otorgaban la vida a las sociedades. La lluvia, que procedía del rayo, otorgaba el alimento como la fuente de la vida. El trabajo, ahora principalmente basado en el uso de aparatos electrónicos y en sus aplicaciones, proporciona las condiciones bajo las cuales es posible satisfacer las necesidades básicas de sobrevivencia.
Las creaciones míticas, que formulan acuerdos (aún estando en culturas incomunicadas), dan cuenta de la estructura propia del pensamiento humano invariablemente mantenido hasta nuestros días. Los mitos, con sus funciones de narración, otorgan un sentido del espacio y del tiempo que, desde la aparición de la electricidad, han sido reasumidos por los medios de comunicación que utilizan a los aparatos como el vehículo de andamiaje de la narración. El poder mágico de la herramienta es asumido por los aparatos que reciben el peso mitológico y que se convierten en instrumentos de fetiche social (Segura Contrera, 2009)11.
11 Los medios de comunicación recurren a los contenidos míticos y arcaicos para la estructuración de la cultura de masas, utilizada ampliamente por la industria de la producción, de la publicidad y del consumo, quienes crean objetos de poder mágico para que sean adquiridos por los consumidores en la constante transmisión de los valores imaginarios y míticos sobre el objeto (Segura Contrera, 2002 y Ferrés, 2002). El rito del consumidor, en esa exaltación del aparato conducida por la producción en masa y por la publicidad, consiste en la aceptación de la estética de las masas (generada por los medios de comunicación) en la cual el movimiento del mercado se estructura por la caducidad y actualización permanente del diseño y de la funcionalidad de los mismos aparatos. El universo mantiene una
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Ritual de la Serpiente
Mito de la electricidad
Asunción del ritual por los medios de comunicación
Dominio de la electricidad y llevada a los hogares
ALDEA GLOBAL
Sociedad de la Comunicación
DEMOCRATIZACIÓN
Las revoluciones tecnológicas enmarcadas en el desarrollo del control de la electricidad por parte del hombre, mantienen su influencia directa sobre la revolución de la civilización a través del médium electrónico que modifica profundamente las formas de los nexos sociales y con ellos cada uno de los aspectos de la vida personal, individual y colectiva (McLuhan, 1969 En: Flichy, 2003).
La nueva tecnología que “tiende a crear un nuevo mundo circundante para el hombre” (McLuhan, 1969 pág. 7) plantea el desaparecimiento de las condiciones, entonces actuales para el momento del dominio de la electricidad y de otros avances tecnológicos, del surgimiento de las naciones con su posterior unificación globalizadora ante la “irrupción del circuito eléctrico, con su poder de implicarnos de un modo total a todos en la vida de todos” (McLuhan, 1969 pág. 8). El mismo poder divino que plantea el abandono del comportamiento individualista “tradicional” hacia el camino de la interdependencia corporativa (McLuhan, 1969 pág. 12): “El hecho de que las sociedades cerradas son el resultado de las tecnologías basadas en el lenguaje hablado, el tambor y el oído, nos trae, en los comienzos de la era electrónica, a la integración de toda la familia humana en una sola tribu global” (McLuhan, 1969 págs. 21‐22).
La revolución tecnológica representa así un cambio social dibujado por un imaginario de interconexión absoluta entre los humanos a través de la electricidad, en la renovación del mito escenificado en el ritual de la serpiente. Poulet (1959 pág. 9 En: McLuhan, 1969 pág. 31) describía este nuevo mundo como “no ya otra cosa que un inmenso organismo, una gigantesca red de intercambios e influencias recíprocas, animado, guiado interiormente en su evolución cíclica por una fuerza en todas partes la misma y perpetuamente diversificada, que pudo llamarse indiscriminadamente Dios, Naturaleza, Alma del Mundo o Amor”.
Mapa 4. Del ritual de la serpiente a la democratización social
confianza ingenua en la pantalla que vuelve irrelevante la crítica (Zizek, 2006: 218‐219) y que convierte al ser humano en un usuario de la técnica propuesta por la tecnología, sin que el sujeto logre intervenir el proceso de elaboración de la técnica que domina la tecnología, convirtiéndose en un esclavo irracional de la misma (Segura, 2009).
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La base tribal de interconexión aparece nuevamente en el discurso de McLuhan (1969 pág. 54): “Los descubrimientos electromagnéticos han hecho resucitar el “campo” simultáneo en todos los asuntos humanos, de modo que la familia humana vive hoy en las condiciones de la “aldea global”. Vivimos en un constreñido espacio único, en el que resuenan los tambores de la tribu… Nuestra moderna cultura eléctrica ha dado de nuevo a nuestras vidas una base tribal”.
Asumido el ritual de la serpiente, en perfecta armonía con la condición del mito sobre la electricidad, por los medios de comunicación y sus herramientas electrónicas, se perfila la construcción de la aldea global de interconexión cableada gracias al poder de cada medio de ingresar a los hogares ciudadanos. El dominio del hombre sobre la electricidad construye el mito de la sociedad de la comunicación y con ella se fomenta la idea de la democratización de la sociedad a partir de la conexión absoluta de todos, en una sociedad tribal.
C. La democratización en la sociedad de la comunicación Desde la enunciación de la Aldea Global que descubre a la comunicación y a sus medios como objetos revolucionarios del orden social ‐renovando la comunicación tribal y comunitaria con un sustento tecnológico como cauce de dirección y de funcionamiento‐, el fenómeno de la sociedad de la información, punto de llegada de la interconexión absoluta, se desarrolló teóricamente a partir de las herramientas y avances tecnológicos que permitían una cada vez mayor dominación del hombre sobre las funciones de la electricidad. En cincuenta años la comunicación ha tenido una mayor fortuna social que cualquier representación o imaginario social popular con lo cual ha logrado solidificar su papel como productora del relato ordenador de lo social (Nevéu, 2006 pág. 45), teniendo como sus principales promesas a la democratización, la abundancia, la autonomía de los individuos en el seno de una comunidad tribal, la mundialización y la contracción del espacio y del tiempo, todas ellas interrelacionadas y posibles gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. El nuevo horizonte de ciudadanía que se plantea con este concepto de sociedad de la comunicación otorga a la democratización política un papel central en el marco de la vida social. La democratización (y no solo política, sino también cultural y económica) es apreciada como una consecuencia cualitativa de la abundancia en una sociedad que, debido a los efectos conjuntos de la producción en masa y de los progresos tecnológicos, reduce los costos de acceso y de transacción de gran parte de las actividades y bienes tanto culturales como políticos (Nevéu, 2006 pág. 47). La mercancía de la información es asumida dentro de las rutinas propias del proceso de producción en serie de la época industrial, y la electricidad permite, como los medios de transporte, conducir la mercancía de forma rápida y eficaz hacia el lugar de destino.
Las emisiones comunicativas, en una primera etapa, se irradian hacia los receptores. La comunicación‐información se emite cada vez a más personas. En segundo lugar, luego de la irradiación, se presenta el fenómeno de la propagación, en el que la mercancía informativa se
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propaga del centro hacia afuera siguiendo una lógica de bombeo, de propaganda, con usos muy concretos: políticos, dictatoriales, totalitarios (Tropea, 2000).
La promesa del bono democrático de la sociedad de comunicación se plantea dentro de la perspectiva de la democracia telemática, de propagación. La mirada política de la promesa se abre como una posibilidad del desarrollo de una democracia participativa casi directa que confisque el poder a los representantes. Así, en asocio con las redes informáticas, se consolidaría como el medio efectivo para controlar los altos gastos individuales de la participación política, tal como la movilización de un cuerpo cívico numéricamente importante. El uso combinado de las nuevas redes de ordenadores, las televisiones y otros medios, permitiría la consulta a través de terminales y la aportación a los ciudadanos de información precisa –previa a las deliberaciones‐, así como centralizar instantáneamente los veredictos. El nuevo camino de la comunicación permitiría el levantamiento de los esfuerzos a la población permitiendo el ejercicio político y ciudadano desde los propios hogares (Nevéu, 2006 pág. 48), desde la propia zona tribal.
La movilización vía redes de ordenadores y vía medios de comunicación significaría la renovación de las formas de participación política. La postulación de un nuevo horizonte de actualización de la democracia política contaría con una mayor secuencia de los eventos democráticos en los cuales se puede exigir una mayor demanda de participación ciudadana. En los espacios de participación, asimismo, necesariamente se vincularían el valor de la visibilidad, con permanencias y fluctuaciones determinadas por las expectativas y demandas sociales y no por los intervalos electorales.
2. La cibernética como herramienta del nuevo mundo: El gobierno máquina12 Los estudios sobre la cibernética realizados por Norbert Wiener (1969) parten de la premisa básica del entendimiento de la sociedad a través del estudio de los mensajes y de las facilidades de la comunicación disponibles y del importante papel futuro del intercambio de mensajes entre el hombre y las máquinas y entre las máquinas mismas. Las máquinas, en la concepción que realiza Wiener (1969 pág. 25) pueden ser analizadas a través de un paralelismo establecido con el funcionamiento físico del ser vivo. Ellas tienen el objetivo análogo de la regulación de la entropía a través de la retroalimentación. Sus receptores sensoriales, vinculados en la primera etapa de sus ciclos de operaciones, les permiten extraer informes procedentes del mundo exterior cuyos mensajes pasan a través de los mecanismos especiales de transformación adquiriendo, la información, una nueva forma
12 El precursor de la teoría de la cibernética es, como veremos en este apartado, Norbert Wiener. Los puntos principales de su teoría serán expuestos rápidamente en esta parte del capítulo, reconociendo que su obra fue continuada por sus discípulos y por doctrinas de pensamiento que se reflejarán en este estudio, particularmente, en el discurso de Jon Katz y en la concepción básica de la tecnología como desarrollador de las condiciones políticas existentes. Sus teorías aquí presentadas han sido desarrolladas y seguidas principalmente por Walter Pitts, Claude Shannon y Warren Weaver.
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utilizable en etapas ulteriores de la actividad que es, necesariamente, efectuada sobre el mundo exterior, sobre el ambiente, desde el cual se extrajo la primera información.
En esa relación entre los hombres y las máquinas, Wiener plantea la teoría de los mensajes como la secuencia de hechos en lo temporal que intenta limitar la tendencia de la naturaleza hacia el desorden. En la concepción moderna de la información como un bien de alto coste que implica el desarrollo de un órgano sensorial capaz de captarla, se plantea la función de automatización de la máquina que posee una tarea definida –ejecutada por órganos de acción‐ y establece una relación con el mundo exterior a través del órgano sensorial que advierte de las circunstancias que la rodean y que hace a la máquina capaz de recordar los procesos de información y de ejecución mediante la función de retroalimentación ‐entendida como la propiedad de ajustar la conducta futura a los hechos pasados‐ (Wiener, 1969 pág. 31).
La función de retroalimentación, es asimismo comparada con el proceso llevado a cabo por el cerebro al que Wiener (1969 pág. 61) expone como un órgano capaz de establecer umbrales sinápticos a través de combinaciones precisas. Igual a como funciona el teclado de las máquinas, el cerebro envía mensajes precisos a las neuronas de entrada que propagan un estímulo a las neuronas de salida estableciendo una conexión completa entre el input y el output, con lo cual se completa el sistema.
La posibilidad del entendimiento de los mensajes (de su envío y de su recepción codificada) como elemento de identificación de las sociedades es parte integral del estudio de Wiener. Para él los grupos primitivos contaban con una extensión reducida que les permitía una vida comunal efectiva. La limitación en la expansión estaba conferida a la dificultad en la transmisión del lenguaje hacia lugares apartados de sus dominios territoriales. Así, la historia del Estado, hasta la concepción de los medios de comunicación superiores (llegados con los imperios superiores) consistió en la reducción de la comunidad hasta el alcance de la dimensión óptima comunicativa de la organización social. La construcción de las carreteras en la Roma Imperial hace posible el movimiento de las legiones y la transmisión de las órdenes del Emperador con lo cual se empiezan a derribar las barreras a la expansión y el radio y el aeroplano aparecen como la solución absoluta para los intereses imperiales, desapareciendo así “muchos de los factores que anteriormente hacían imposible la existencia de un Estado mundial. Puede asegurarse que las comunicaciones modernas, con la obligación de distribuir internacionalmente las frecuencias en radiotelefonía y organizar las redes de las compañías de aviación han conducido a que ese Estado mundial sea inevitable” (Wiener, 1969 pág. 84).
Así, basado en el concepto de la retroalimentación y tomando en cuenta que las barreras en el envío y recepción de información estaban completamente derribadas, se plantea la posibilidad de que el Estado se convierta en la máquina informativa, como proceso mas no como acumulación, bajo la cual las instituciones del país se encuentran en tal situación ideal de desarrollo científico e informativo que logran responder adecuadamente a las demandas formuladas por la ciudadanía (Wiener, 1969 pág. 113). El Estado comprende así la información más importante y realiza un proceso continuo de observación sobre el mundo, extrayendo sus amenazas y sus debilidades y combatiéndolas bajo la retroalimentación, el aprendizaje contante de la máquina.
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La repercusión de las máquinas sobre la cultura humana es evidenciada por Wiener en el ejemplo de la revolución industrial, bajo el cual se reemplaza el trabajo muscular humano por los nuevos artefactos desarrollados por la innovación tecnológica. Asimismo, el autor señala la intrusión de la electricidad en el paso de las conexiones mecánicas a las conexiones eléctricas. El cambio sugerido condujo invariablemente a un nuevo tipo de fábrica que, traducido a la época actual y, guardando las debidas proporciones, nos conduce a representarnos un nuevo tipo de acción política. En resumen se produce “la extensión del concepto de las comunicaciones a las máquinas como el reemplazo de la acción humana” (Wiener, 1969 pág. 141).
Wiener (1969 págs. 167‐173) termina exponiendo la concepción de una “máquina de gobernar” de la que señala que: “podemos soñar acerca de una época en la que la machine á gouverner pueda suplantar, para bien o para mal, la ineficacia actualmente evidente del cerebro humano cuando éste se ocupa de la acostumbrada maquinaria política”. La máquina jugaría el papel del actor mejor informado en cualquier situación y del único coordinador supremo de todas las decisiones parciales.
Aún así, el propio científico llama la atención sobre los peligros de la concepción de la máquina de gobernar ante la realidad humana: “pueden ser utilizadas por un ser humano, o por un grupo de ellos, para aumentar su predominio sobre el resto de la especie o en que los conductores intenten manejar la población, no mediante las mismas máquinas sino utilizando técnicas políticas tan estrechas y tan indiferentes a las posibilidades espirituales como si hubieran sido concebidas mecánicamente”. Para Wiener, el ciudadano contemporáneo –en la década de los sesenta y setenta‐ gozaba de mucho saber cómo y de muy poco saber qué con lo cual aceptaba la destreza superior de la máquina y de sus decisiones sin cuestionar los motivos o principio de apoyo de las mismas.
El Estado mundial y la concepción de la máquina de gobernar, basados en la eliminación de las barreras de transmisión y propagación de la información, así como en la capacidad de aprendizaje‐retroalimentación de las máquinas creadas, son asumidas por el discurso de la cibernética de los años setenta y setenta. En este caso, el papel del hombre queda suplantado, al igual que en la revolución industrial, por las posibilidades y desarrollos de las máquinas electrónicas y sus posibilidades de almacenamiento y memoria de información. Ya no se asiste al reemplazo del brazo humano. Es el propio reemplazo de la razón. Una nueva forma de concepción de la política a través de un programa de ordenador que administra los datos y que decide sobre ellos.
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3. La realidad virtual: nuevos medios y el mejor futuro13 El problema de los sentidos vuelve a determinar el desarrollo de otra idea básica de las utopías de la comunicación: La realidad virtual. Para Jaron Lanier (1988) la realidad virtual es un lugar al que se asiste con cierto tipo de aparatos bajo los cuales podemos tener una experiencia sensorial diferente a la física. Las gafas, los guantes, los auriculares y el micrófono permiten apreciar un tipo de dimensionalidad superior a la ofrecida hasta ahora por la bidimensionalidad televisiva. Los nuevos aparatos, accesorios al cuerpo humano, están diseñados para captar las tres dimensiones del espacio y así, las tres dimensiones del sonido (Lanier, 1988), tanto como para poder captar la expresión facial (y demás proyectadas por los sentidos físicos) transformándola en información que usará la interfaz para controlar la versión virtual del propio cuerpo y de la percepción del otro en la realidad virtual. En el caso del guante, por ejemplo, permitirá la sensación y la interacción con los objetos, mientras mide cómo se mueve la mano real del usuario estableciendo un proceso de comunicación bidireccional y retroalimentador (como ya la había advertido Wiener) entre el cuerpo, sus sentidos y la máquina que emite respuestas virtuales a partir de las sensaciones de los sentidos reales.
En un intento por sintetizar la realidad misma, a través de un home reality engine que hace una sustitución de la realidad, la realidad virtual genera una realidad alterna que adquiere las mismas condiciones de la complejidad absoluta de la realidad (Lanier, 1988). Así, la expansión de la realidad es generada por la provisión de múltiples realidades alternas que son compartidas por el público en una red e intercambio de experiencias y de sensaciones. Cada usuario diseña una serie particular de contenedores ‐en los que interactúa con una comunidad‐ en los que la experiencia generada por el ordenador puede ser archivada, guardada, generando una externalización técnica de la memoria.
La construcción informática de la experiencia humana que supone la realidad virtual, se convierte en una experiencia externa que es archivada en la realidad virtual y que puede ser compartida con otros usuarios cumpliendo la construcción del sueño colaborativo. En su desarrollo, se comparte una realidad objetiva que difiere del consenso que es constituido a partir de las realidades subjetivas, en el mundo de lo real. En la realidad virtual la realidad compartida es externa a los sentidos y promueve mayores puntos de encuentro entre las personas que participan en la comunidad de usuarios. Así, se genera una tendencia a la generación de empatía y a la reducción de la violencia entre los grupos.
13 Las referencias sobre la realidad virtual son tomadas del padre del término, Jaron Lanier, quién determina una corriente de pensamiento utópico sustentado, el igual que los dos anteriores, en el poder de la comunicación y de los avances tecnológicos para mejorar las condiciones de vida social. Con las experiencias de la realidad virtual, el acento se sitúa sobre la estructuración de la comunidad en los escenarios virtuales. Las ideas y la línea de pensamiento que Lanier expone, pueden recogerse en el imaginario liberal de las propuestas de modelos de democracia electrónica del tercer capítulo de la monografía, principalmente en Henry Jenkins y David Thornburn, Patrice Flichy, Amiati Etzioni y David Winston.
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Frente a los medios de emisiones como la televisión y el cine, Lanier resalta el papel de la realidad virtual como la posibilidad del trabajo en red. Los medios tradicionales realizan el material que el espectador observa con costos muy altos de producción y en un ambiente de pocos productores. Los productos, con formatos universales, conducen al efecto adormecedor frente al público que ve reducida su empatía con el medio y se sitúa en la inacción frente a lo que sucede en la pantalla. El usuario no puede actuar o adquirir una responsabilidad. Tampoco puede intercambiar con otros espectadores. El televidente, así, renuncia a sus funciones de responsabilidad social mientras observa la televisión.
La concepción como una red de trabajo y de encuentro planteada por los conceptos básicos de la realidad virtual, le otorgan un carácter descentralizado en el que no hay un punto central de origen de la información (Lanier, 1988). En esas condiciones, nadie tiene ventajas sobre los otros usuarios pues la habilidad de crear objetos en el mundo físico desaparece en el escenario virtual. Todo el sistema de la colaboración depende de la información computacional administrada por los mismos usuarios, sin depender de las destrezas o habilidades físicas o intelectuales de los participantes.
La realidad virtual concebida como un medio social y no como un medio de emisiones, se establece como la plataforma de interacción y de encuentro de las personas, en la que cada uno puede participar de forma activa y animada (Lanier, 1988). En el espacio de contacto se eliminan las diferencias de clase o de raza y se asiste a un encuentro con libertad de pretensiones. A un encuentro de iguales en el escenario virtual.
En esas condiciones, el efecto democrático que recae en los usos de la realidad virtual está situado en la herramienta extraordinaria que se concibe con la intención de incrementar la comunicación y la empatía entre los usuarios. Si hay mayores usuarios comunicados empáticamente, las proyecciones y tendencias de la reducción de la violencia pueden cumplirse y el uso de la plataforma como espacio de intercambio de ideas y de debate político puede mejorar las condiciones de vida de la comunidad.
La inauguración de una fuente completa de comunicación paralela que se construye a partir de la realidad virtual permite al usuario la colaboración y el intercambio de su realidad, compartida como una forma de comunicación en la que se obtienen nodos de relativa estabilidad con periodos de calidad dinámica (Lanier, 1988). La democracia a partir del planteamiento de la realidad virtual, puede verificar y ajustar sus propios modelos de implementación a partir del pensamiento generado en las comunidades compartidas de usuarios.
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4. Crítica a la idea utopista: los paraísos democráticos de la comunicación 4.1. La espectacularización de la vida cotidiana El sentimiento de aislamiento y de soledad es el resultado de la espectacularización de la cotidianidad ejemplificada en los medios de comunicación y hoy transportada a cada individuo, usuario‐participante, a través de la electricidad y de sus aparatos transmisores. Las acciones de impacto que reconstruyen las estructuras míticas del pensamiento humano son asumidas en las narrativas de los medios de comunicación. Sin embargo, el nuevo discurso es recibido amplificando el significado social inconsciente sobre las imágenes que construyen el imaginario social. El punto fuerte de recuerdo social es ejemplificado industrialmente por los medios a través de la recreación de los mitos clásicos de héroes y villanos realizando una desvirtualización de su significación en el universo de representaciones culturales particulares (Segura, 2002 y 2009). El arquetipo es transformado en estereotipo, lo complejo es simplificado y lo original (el ritual construido a partir de una vivencia corporal en un espacio y un tiempo específico y que otorga un contenido mítico que da sentido a la realidad) se convierte en objeto reproducible: en espectáculo, en reality show14.
Sin duda, el factor de la convergencia “se produce en el cerebro de los consumidores individuales y mediante sus interacciones sociales con otros. Cada uno de nosotros construye su propia mitología personal a partir de fragmentos de información extraídos del flujo mediático y transformados en recursos mediante los cuales conferimos sentido a nuestra vida cotidiana” (Jenkins, 2006: 15). Así, los individuos, en los espacios virtuales, copian los modelos de la sociedad del espectáculo e intentan construir una propia vivencia de la fama y de la popularidad a partir de las herramientas que la misma interfaz les otorga. En último término, su popularidad –y la de sus acciones‐ estará demarcada por el grado de posicionamiento mediático tradicional que obtengan de sus perfiles, con lo cual queda cortada de raíz la posibilidad de trascender hacia un nuevo sujeto social que utilice ese nuevo espacio “abierto” con una mentalidad diferente a la vinculación social a través de los medios tradicionales y sus agendas informativas.
14 El proceso de la sociedad del espectáculo es quizás originado con el desplazamiento de la “sociedad de la corte”
hacia el individuo mismo. El hecho de que la gente deba hablar siempre del otro ha desplazado el punto de atención del discurso sobre ese otro con diferentes referentes históricos. Desde la comunidad básica de convivencia se pasó, con la sociedad feudal, al dominio de la sociedad de la corte. En el paso siguiente, ante la prensa escrita y en el marco de las revoluciones burguesas, las noticias llenaron las calles hablando de una sociedad cortesana y política mucho más amplia y aún más en cuanto los medios de comunicación se hicieron más potentes. La radio y la televisión definieron la sociedad del espectáculo creando numerosos espacios de posicionamiento de esa sociedad mantenida y alimentada del espectáculo mismo. Y ante ellos, la posible respuesta desde internet y, por ejemplo, en las redes sociales, puede plantearse como la exposición espectacular de la individualidad ante una comunidad que ahora mezcla las conversaciones entre la ya tradicional sociedad del espectáculo y las relaciones y experiencias acontecidas en el encuentro de las mascotas en el juego del pet society de la red social Facebook (Perceval, 7 de mayo de 2007 y Tropea, 2000).
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Desde su hogar, ante la idea de la reducción de los costos de transacción política producida por las nuevas tecnologías, se han desplazado y casi desaparecido los intereses ciudadanos por lo público y por lo político: La sociedad de comunicación actualiza la tensión fundamental del modelo liberal y de las contradicciones culturales del capitalismo. Al aprovechar los espacios de autonomía que se le ofrecen, lo moderno puede olvidar la dimensión ciudadana de su existencia social y así abandonar el espacio público, promover su despolitización, como un corolario lógico de la autonomía y del hedonismo presentes en la moral social. El referente democrático queda reducido al principio de organización de las relaciones cotidianas del modelo de proximidad igualitaria mientras se produce una eufemización de las relaciones jerárquicas y se utiliza a la comunicación como un instrumento de persuasión (Bell, 2002. En: Nevéu, 2006).
4.2. El sentimiento de soledad En la consolidación del sistema capitalista, guiado por el dominio de la ciencia, la desvirtualización de la naturaleza como producto mágico que adquiría sentido de acuerdo a los imaginarios y mitos sobre ella construidos, genera un cambio de paradigma que hace emerger la realidad y sus objetos naturales y artificiales como objetos de estudio. La división absoluta de la naturaleza, hacia una visión centrada en el intercambio de los objetos por ella provistos (mercancías, en este caso informativas), hacia su conversión completa en materia prima (sin que lo impida un pasado o moral religioso de por medio), marca el camino de la división entre el sujeto y el objeto, elementos que anteriormente guardaban una comunión mágica constituyendo una red vital natural (Segura, 2009). La separación entre el sujeto y el objeto conlleva la carga de la ocupación, por parte del otro, del lugar del objeto, justificando así las explicaciones de los crímenes contra la humanidad como los cometidos en la II Guerra Mundial (Segura, 2009).
El triunfo del sistema capitalista construido a partir de ese desencantamiento del universo mítico (o de la transformación del mito mágico en mito tecnológico‐electrónico) conduce, según lo planteado por Max Weber (1987), a la pérdida del sentido, a la pérdida del significado del objeto de estudio el cual es analizado, con las gafas de la razón, para que tenga un significado racional y económico. El sentido desaparece y conlleva a la eliminación del contenido mágico que, consecuentemente, establece la desvinculación humana con su entorno y con su sentido próximo sucedida por la radicalización del aislamiento y de la soledad: el aislamiento psicológico y emocional del hombre tecnológico (Segura, 2002 y 2009), sometido a una comunicación tribal electrónica, bisensorial: audiovisual.
La conexión absoluta a los aparatos, a los cables de cobre, como se aprecia en las calles y medios de transporte de las grandes ciudades, satura la capacidad de la comunicación real. La hiperconectividad genera el aislamiento sensorial del hombre sobre su ambiente creando incomunicación tanto en las microrelaciones como en las macrorelaciones políticas y democráticas (Segura, 2009). “En el ciberespacio no hay una aldea global unificadora. Lo que
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existe es un bombardeo sin normas de una multitud de mensajes que representan universos inconsistentes e incompatibles” (Zizek, 2006).
La crítica anterior de Zizek es complementada con dos visiones sobre los límites claros del nuevo medio de comunicación como factor de transformación de lo social a través del ciberespacio. Torres (1998) plantea una afirmación sobre las comunidades on‐line según la cual: “los grupos informales de discusión a los que ha dado lugar internet se presentan frecuentemente como la forma más avanzada de la democracia. Pero la creación de cibercomunidades en un espacio aparte del real, es ilusoria. Internet no es un nuevo mundo de libertad significativamente distinto al nuestro; no se ha liberado de los límites que encierran a la vida real”, y Barber (2003), de modo similar, puntualiza las limitaciones de la cibersociedad: Las sociedades modernas a gran escala presentan varias problemáticas (aislamiento, alineación civil, declinación de la confianza) que la cibersociedad difícilmente podrá remediar adecuadamente. Los medios segmentados deterioran aún más el espacio público y evitan la construcción de un lugar de encuentro. Su especialización en los nichos de mercado (belleza individual) ofrecen una ventaja para las políticas en contra de la deliberación pública, además de minar la deliberación con lo que se consigue (para los políticos) la adecuación de un terreno común y la delimitación de la participación democrática.
4.3. Flechas y círculos comunicativos El envío lineal de mercancías informativas es criticado por Fabio Tropea quien parte de la crítica al concepto de comunicación que refleja una suma de elementos referidos a la triada: emisor, mensaje, receptor, promovida desde la ingeniería en la década del 40 y 50 del siglo XX, sustentada una clara base electrónica. Con la crítica, centrada en el lugar establecido a la comunicación como herramienta estratégica, Tropea se plantea que la comunicación debe concebirse desde una visión mucho más social como vehículo posibilitador de las relaciones dentro de una comunidad. El término comunicación proviene entonces de las relaciones humanas y de los procesos de entendimiento entre los seres humanos. Comunicar es un problema de compartir cosas, de realizar una acción en común, de compartir (un territorio, principalmente) dentro de su comunidad (Tropea, 20 de Febrero de 2007). Así, la comunicación como constructora de una unidad comunitaria, adquiere la representación circular que Tropea explica.
El círculo define lo que está dentro y lo que está afuera. Es un hecho físico y territorializado. El que comulga con las normas establecidas en la comunidad se mantiene dentro. El que no es excomulgado, excomunicado, o mejor, incomunicado. Deja de ser parte de la comunidad y se sitúa por fuera de ella. El individuo en la comunidad clásica no existe en su individualidad. Existe como miembro de una comunidad dentro de la cual se está junto a sus semejantes para compartir cosas. Afuera de ella está el peligro, lo desconocido (Tropea, 20 de Febrero de 2007). El círculo permite la formación de la cultura de la comunidad; encierra y protege a quienes están dentro y, quienes están dentro, comparten palabras e historias que son parte de su cultura. Por ello la seguridad de la comunidad se basa en la protección del mundo exterior.
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La idea tranquilizadora de lo cíclico (la repetición y la continuidad, el ritual) se opone al caos de las sociedades rurales (fuera de las sociedades se presenta el peligro, lo desconocido). El individuo, su accionar, depende del tabú externo e identificador. Su personalidad existe en relación con el grupo y carece de individualidad –que es solamente una consecuencia de la modernidad‐, su relación con la naturaleza y la sociedad representa una simpatía mágica en la que el mayor castigo es la expulsión del grupo (Perceval, 1995; 37,39).
El objetivo prioritario de la acción social será mantenerse en el círculo, ser parte de la red de comunicación de la comunidad en la que se comparte una pertenencia y unos intereses comunes. El círculo mágico de la comunicación es una necesidad antropológica constante (Tropea, 2000).
Es en la modernidad en donde se da el salto de la comunicación círculo a la comunicación flecha, o lo que es lo mismo, la ruptura inminente de las comunidades por las diferentes contaminaciones culturales provenientes de diferentes afueras. Los movimientos en el círculo conducen a la fragmentación y a las expansiones. Desde la expansión se aprecia la ruptura del nosotros y la prevalencia del individuo, la apertura del círculo hacia grupos con diferentes características comunicativas, se transforma la escenificación de la realidad comunitaria convirtiéndose en anonimato. Se forma una serie de vivencia entre anónimos que se obligan a vivir con el otro y se crea un déficit en el punto de la comunicación intersubjetiva. El círculo es desplazado a otros espacios sociales cerrados (la televisión, el gimnasio, el club) en los que se intenta sustituir la función comunitaria de conocer de los demás. La fragmentación permite que se configure una nueva forma de comunidad en la que la corporeidad deja de ser un elemento necesario para la misma y, a partir de ello, las nuevas comunidades adquieren características diferentes: por una parte, se produce una artificialización del entorno y, por otra, la humanidad deja de concebir a la comunicación como un círculo, a convivir en torno a él, se convierte en un envío constante de flechas que van y vienen en múltiples sentidos (Tropea, 20 de febrero de 2007).
El individuo moderno, como motor de la sociedad, se convierte en el sujeto activo de lo social propenso al desarrollo de sus potencialidades. En Europa, con este individuo, el viajero, se asiste a la salida radical de la comunicación cerrada. El crecimiento de las ciudades otorga una dinamización acelerada a los sistemas de comunicación. Los medios de comunicación y de transporte abren los mercados de bienes y servicios. Ante el nuevo panorama urbano se presenta un cambio espectacular en el concepto de comunicación. El tejido social urbano se presenta como fragmentado y la comunicación deja de ser un vínculo sagrado. Ahora toma la forma de un problema de mercado, de un juego de subsistencia, de consolidación y de desarrollo de actividades comerciales. Los productores de bienes adquieren la necesidad de comunicar sus productos a través de nuevas, rápidas y más poderosas vías. Quien domina la comunicación, domina el mercado (Tropea, 2000).
Las expansiones, por su parte, conducen a la occidentalización del planeta. Las flechas occidentales, con todo su aparataje tecnológico, inundan las comunidades –antes circulares‐ y permean su cultura. La modernidad trae la idea del futuro, de su invención produciendo un
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cambio en el círculo, un cambio en la rutina de la vida cotidiana. La flecha refleja la dirección del futuro, refleja horizontes, objetivos (Tropea, 20 de Febrero de 2007).
La comunicación como flecha se somete a la producción de símbolos como mercancías que viajan rápidamente. El telégrafo se convierte en un elemento identificador de progreso que permite el transporte de la mercancía de la información de un lugar a otro. La comunicación se confunde con la información. El envío de mensajes de manera instantánea se convierte en la imagen prototipo de la comunicación moderna, en donde la triada emisor‐mensaje‐receptor funciona de manera perfecta.
El modelo telegráfico dificulta la explicación de la naturaleza y de la gramática de la comunicación humana como un proceso circular, interactivo, multisensorial y estratégico. En el telégrafo, la comunicación sufre una reducción a un fenómeno de intercambio de información en que se comprime drásticamente su complejidad (Tropea, 2000).
La acción comunicativa, como fuerza de construcción racional y de reconocimiento de una comunidad, también se configura como un proceso circular en que hay un actor iniciador y múltiples actores participantes y que implica un dominio de las situaciones en las que se puede producir el intercambio entre los distintos actores (Boladeras, 1996 págs. 60‐62), es decir, unos valores compartidos que sólo pueden hallarse dentro de una comunidad reglada y definida culturalmente.
La visión de la comunicación de los aparatos electrónicos queda expuesta de manifiesto sobre la base de linealidades comunicativas más que como círculos reales de construcción de comunidades de comunicación. Las posibilidades de las acciones democráticas quedan reducidas a un intercambio informativo frío, sin deliberación, no guiado por los intereses de la ciudadanía, sino interpretado como un factor de dominación del primer actor de la cadena emisor‐mensaje‐receptor. El camino del mito electrónico lejos de posicionarse como el rescate de la comunidad tribal, se enfrenta al aislamiento individual –discutido anteriormente‐ y evidenciado en el comportamiento lineal, unidireccional, de los procesos de comunicación.
4.4. La reproducción cíclica del discurso comunicativo Para Armand Mattelart las discusiones que engloban a la comunicación y a sus tecnologías como el motor de cambio de la sociedad, tienen un comportamiento cíclico y son el resultado de un encubrimiento de la realpolitik que se esconde en una ideología dominante de acuerdo a la época. En la lucha por el control, los dispositivos comunicacionales resultan fundamentales para garantizar la hegemonía y el acoplamiento de las normas y los sistemas a los intereses particulares: “En un mundo huérfano de grandes utopías políticas, la utopía técnica sirve como moneda de cambio a los ideólogos del mercado global en tiempo real” (Mattelart, 1998 pág. 294). El hundimiento de las grandes utopías políticas garantiza el impulso a pensadores que proponen a la comunicación como una ideología sustituta capaz de crear el lazo entre los
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humanos que cimenta a las comunidades y que permite la cohesión social. Las ideologías cíclicas se apoyan en las nuevas tecnologías como el impulso a sociedades convivenciales, solidarias y democráticas, bajo el amparo de las nuevas tecnologías. En el último caso, el impulso imaginativo de la multimedia, con sus redes interactivas e internet como base y camino de la cibersociedad transparente y democrática. La reproducción cíclica del discurso sobre el mito de la tecnología como factor de revolución es condensada por Mattelart en doce momentos que pueden condensarse en el siguiente cuadro:
Tabla 3. El discurso histórico de la comunicación como motor de la evolución democrática
Momento histórico
Características del discurso utópico Innovación tecnológica
Finales del Siglo XVIII (1793)
Primeras huellas del discurso profético – utópico. Multiplicación de las líneas que permite a todos los ciudadanos de Francia comunicar sus informaciones y voluntades. Liberación del lenguaje codificado. Reproducción de las condiciones del Ágora Griega.
Instalación del telégrafo óptico. Unión entre Lille y
París
1837 Autorizaciones menores al uso de los ciudadanos. Aparato controlado bajo el régimen de excepción y usado con funciones exclusivas militares.
Invención del telégrafo eléctrico
Primera mitad del Siglo XIX
Pensamiento utópico compensa el ostracismo como expresión ciudadana. Le confieren a las técnicas de comunicación un papel esencial en la edificación de la ciudad comunitaria. Saint Simon: En contra del individualismo de Adam Smith, propone la doctrina gerencial anticrisis: redes materiales (comunicación) y redes espirituales (créditos) con funciones organizadoras del gran cuerpo del organismo social.
Vapor y Electricidad
1832 ‐ 1842
Michel Chevalier: Concepción determinista de las redes. Concepción de la civilización circulante. La comunicación reduce las distancias de un punto a otro y de una clase a otra. Mejorar las comunicaciones significa dar un paso hacia la igualdad democrática. Instauración del voto hace necesaria la construcción de la red nacional: cumplimiento de la profecía: construcción de líneas ferroviarias, líneas marítimas y comunicación a larga distancia como líneas maestras de la Asociación Universal. Comunicación como viático sustituto de la religión, adquiere la función de unir a los miembros separados de las comunidades soterradas y de sacar de su sopor a las comunidades adormiladas.
Ferrocarril
Segunda mitad del Siglo XIX
Mantenimiento del discurso saintsimoniano: ideología redentora de las redes como creadoras de la conexión universal y legitimadoras del positivismo gestionario. Las nuevas empresas industriales sientan sus bases en el espacio reticular internacional con la creación de las compañías ferrocarriles y de las líneas marítimas. Se abren los canales interoceánicos. Cosmopolitismo democrático e internacionalismo: esperanzas de un enlace universal basado en los agentes de
Nuevas empresas industriales
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la solidaridad de las naciones e individuos para el fomento de las redes sociales.
Exposiciones Universales (1851 – 1899)
Medio de contribución a la formación del imaginario comunicacional.
Primera exposición. Londres 1851. Primer cable telegráfico submarino
Ultima del siglo. París 1899 Triunfo del
cinematógrafo
1899
Las películas hacen entrar al cine en la mitología de la comunicación. Era de la imagen. Imágenes convertidas en símbolos: fin de las desigualdades entre las clases, los grupos y las naciones. El tiempo y la distancia son aniquilados por la magia del cine que permite acercar los pueblos del mundo.
Cine
1852
Alimenta el imaginario de la comunicación, aún antes de sus aplicaciones industriales y domésticas. La “revolución silenciosa” preside la armonía social de la humanidad basada en la red perfecta de filamentos eléctricos. Kropotkin y Geddes: toman la energía como el punto de partida de la neotécnica: “sólo el modelo industrialista impedía el desarrollo de las potencialidades liberadoras de la electricidad”. Desconcentración y descentralización de la nueva energía abrirá la era de la reconciliación entre el campo y la ciudad, el trabajo y el ocio, el cerebro y el brazo.
Energía Eléctrica
1932
Contribución al reequilibrio regional e influencia a las utopías urbanísticas: Lewis Mumford: Determinismo técnico. Liberar las fuerzas contenidas y dar lugar a otra sociedad. Redes medio idóneo para revitalizar el Ágora Griega. Marshall McLuhan: Retoma la idea del Ágora. Inicia con la crítica al modelo industrialista y en los 60’s propone el advenimiento de la Aldea Global, vía rayo catódico.
Redes de radiodifusión
1948
Transición decisiva de las representaciones utópicas.Norbert Wiener: Pronóstico del nacimiento de la sociedad de la información. Circulación de la información como condición necesaria del ejercicio de la democracia, posibilita que la sociedad sea capaz de evitar la reproducción de las guerras mundiales recientes. Comunicación como materialización del ideal de la transparencia social.
Progresos informáticos
Década del 70
Crisis del petróleo. Representaciones utópicas de la comunicación y de la información como centro de los discursos estratégicos estatales con el fin de la superación de la crisis política y económica de la década. Informe Nora‐Minc (1978): informatización de la sociedad como forma de acabar con la crisis de la civilización a partir de las virtudes descentralizadoras de las redes telemáticas. La palabra informatizada y sus códigos posibilitan la recreación del Ágora informacional ampliado para alcanzar las dimensiones de la nación moderna.
Progresos informáticos II
Fin del milenio
Nueva salida del carrusel de las utopías. Pone al día la mitología antigua del ideal de la sociedad de la transparencia. Inicios con la era multimedia y el cónclave del G7 en la que se discute, con las empresas la construcción de las autopistas y de la sociedad de la
Autopistas de la información
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información. Se preconiza una profunda desregulación de las telecomunicaciones, como condición del libre juego del mercado.
En último término el discurso sobre la sociedad de la información recoge la misma necesidad humana de plantearse la forma de mejorar sus mecanismos de convivencia social, depositando en el mito tecnológico, retomado de las condiciones míticas divinas de los pueblos indígenas y primitivos, las esperanzas de la creación de las nuevas condiciones que faciliten el proceso de cambio social, situado, en este caso, en el nivel de las relaciones democráticas tejidas en la sociedad, para que puedan ayudar a superar la crisis del sistema representativo, devolviendo a la ciudadanía el interés por los asuntos públicos y los mecanismos adecuados de incidencia en los procesos de formulación de políticas públicas y de toma de decisiones.
Así, no es la primera vez que el discurso utópico apoya y se cobija bajo la emergencia de un nuevo tipo de medio de comunicación. La llegada de la radio en los años 20 y tanto como la de la televisión en los 60 levantaron esperanzas similares. Cada uno de los medios fue acreditado como altamente potencial revitalizador de la democracia. Pero en cada espacio la esperanza se desvaneció ante la imprevista y determinante comercialización del medio en el que los usuarios se mantuvieron como espectadores pasivos (Breindl, 2002).
Para McLuhan, el cambio tecnológico tiene una etapa de maduración previa a la adecuación paulatina de las consecuencias evidentes en las relaciones sociales y en la relación presente entre la tecnología y los sentidos: “La división de facultades que resulta de la dilatación o exteriorización tecnológica de uno u otro de los sentidos es un carácter tan penetrante del siglo pasado que hoy hemos tomado conciencia, por primera vez en la historia, de cómo se inician tales mutaciones de la cultura. Aquellos que padecen la primera embestida de una nueva tecnología, sea el alfabeto o la radio, responden muy intensamente porque las nuevas proporciones de los sentidos, del ojo o del oído, ofrecen al hombre un sorprendente mundo nuevo, que evoca una nueva y vigorosa “conclusión”, o un nuevo modelo de interacción entre todos los sentidos en su conjunto. Sin embargo, la primera conmoción se va disipando gradualmente a medida que la comunidad entera asimila el nuevo hábito de percepción en todas las áreas de su trabajo y asociación. La verdadera revolución se produce en esa más tardía y prolongada fase de “ajuste” de toda la vida social y personal al nuevo modelo de percepción establecido por la nueva tecnología” (McLuhan, 1969 pág. 42)15. El problema, en cuanto la revolución tecnológica que traen las nuevas formas de transformación se produce casi cotidianamente en las redes telemáticas a partir de los avances tecnológicos, es que el
15 La red puede ofrecer un menor costo y formas más efectivas de encontrar y llegar hasta los votantes. Asimismo, expande el rango de voces que pueden ser oídas en el debate electoral nacional. Sin embargo, los cambios y la evolución de internet en relación con la política, tendrán una visibilización mucho más lenta de lo pensado. El mito de la libertad democrática y de las consecuencias que sobre ella traerán las tecnologías se mantiene bajo la forma del abandono del Estado para recurrir a la democracia directa. Las características que marcan la democracia digital son la forma descentralizada, el desequilibrio disperso y las contradicciones profundas. Pero los efectos descritos como impulsos de la democracia electrónica aparecen primero en las formas culturales y no en las vías de la política electoral. Ante ello el público que hace un requerimiento de información debe poder responder a la pregunta de ¿qué tipo de información requiere el ciudadano? Por último, la promesa de la nueva esfera pública no puede dejar de ver que su construcción pasa por la eliminación de las barreras de la brecha digital (Jenkins, y otros, 2003).
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periodo de ajuste McLuhaniano no alcanza a llevarse a cabo cuando la tecnología ya ha dado un paso siguiente que confiere un nuevo tipo de relacionamiento sensorial y de cambio de sentido.
5. El modelo utopista de la democracia mediática: una posible evaluación
El cuadro de evaluación propuesto a continuación (Tabla No. 4, a partir de la Tabla No. 1) presenta 10 puntos de mira a las condiciones de los modelos de democracia planteados anteriormente. Iniciando con las tres características del modelo de análisis (ejes básicos de acción política, niveles de participación y herramientas de la Web 2.0), en la Tabla se proponen algunas otras variables de medición que responden a las relaciones entre las instancias del Estado y las organizaciones de la sociedad civil a partir de la inclusión de los valores propios de la democracia electrónica propuesta.
La Tabla de evaluación se presenta a continuación:
Tabla 4. Evaluación del modelo de utopías de la comunicación
Identificación Electricidad y Aldea
Global El Gobierno Máquina
La realidad virtual Aspecto de evaluación
Ejes básicos de acción política
Información
Elemento fundamental del modelo. La interconexión en la aldea global se basa en el libre flujo de informaciones disponibles para todos los ciudadanos.
Es el pilar fundamental del modelo. La información es todo para el buen funcionamiento del sistema.
Se parte del principio de intercambio de información entre usuarios, con el objetivo de hallar intereses comunes. Sin embargo, la acción no termina en el envío o en la recepción de la misma.
Discusión
El modelo de democracia, cercano a la vía directa, privilegia la decisión en el espacio de interconexión tribal. La discusión se entraña en las pequeñas comunidades interconectadas y en una escala progresiva hasta la interconexión global. Sin embargo, el modelo de decisión sigue lógicas de la democracia directa, suprimiendo las labores de los órganos representativos.
Inexistente dentro de la máquina. El proceso de retroalimentación es suficiente.
La oportunidad de discusión dentro de la realidad virtual, entre usuarios, es proyectada como la forma de generación de consensos y como la situación propicia para reducir, a partir del espacio virtual, las acciones violentas neutralizadas a partir de las empatías generadas en los espacios virtuales.
Participación
El ciudadano, en la interconexión participa del proceso de toma de decisiones en el cual se elimina el sistema representativo y se consolida el modelo de la democracia directa.
Inexistente. La máquina es autodependiente. Toma sus propias decisiones.
Las decisiones sobre el entorno en los espacios generados por los usuarios son absolutamente autónomas. El grado de descentralización es absoluto y cada usuario, en el intercambio de ideas y
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en el debate político, puede con sus decisiones mejorar las condiciones de la vida de la comunidad.
Niveles de participación
Permitir
La información y con ella la decisión son los niveles de acción a los cuales tiene acceso el ciudadano. Es posible recibir la información y tomar decisiones en el sistema directo sobre la base de la información recibida de la red global.
El hombre, más allá del ciudadano, no interviene en el proceso de la toma de decisiones. No hay participación en ningún nivel.
El usuario es capaz de realizar cualquier cosa que quiera dentro del espacio de la realidad virtual. No hay límites, salvo los acuerdos construidos con el resto de la comunidad de usuarios.
Comprometer
El compromiso electrónico es individual, a pesar de la conexión tribal. Sin embargo, nada asegura un grado de compromiso pues no hay un involucramiento real de las ideas y expresiones de los ciudadanos en el proceso de formulación de políticas. El compromiso se mantiene sobre la elección entre opciones brindadas sistemáticamente por las instituciones tradicionales
La promoción de las condiciones de igualdad dentro de los espacios creados permite que los interesados adquieran un compromiso total de acuerdo a los consensos completados con la comunidad. Cada comunidad es un nodo descentralizado de emisiones de realidades que se comparten con la promesa de la construcción de un escenario colaborativo. El usuario está comprometido en la construcción de esa realidad.
Empoderar
El ciudadano toma la decisión, pero no se encuentra empoderado de su comunidad, no es autónomo en la toma de sus propias decisiones y no puede agendar sus necesidades ante las instancias de poder.
El ciudadano‐usuario es el único que toma las decisiones sobre la realidad que construye en compañía con los miembros de su comunidad. Los modelos de gestión democrática son ejecutados y puestos en marcha por cada comunidad. La autonomía y las características descentralizadas de la toma de decisiones constituyen los principales elementos del empoderamiento.
Herramientas de la Web 2.0
Blogs – Wikis Su uso recibe la atención como carácter informativo.
Son utilizados como espacios de información, y su interacción se realiza con el fin de retroalimentar al sistema para futuras tomas de decisiones.
Pueden ser usadas como herramientas de comunicación entre usuarios, pero no son suficientes para el desarrollo de las potencialidades del sistema propuesto.
Marcadores Sociales
Es una herramienta adecuada en la diversificación de los gustos
Sirven como mecanismo de informar al ciudadano
No cumplen una función central en el modelo. Sus características informativas
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e intereses de las audiencias. Así es posible el envío de información específica a los ciudadanos.
las decisiones tomadas por el sistema.
limitan las prácticas de construcciones de realidades virtuales entre los usuarios de las comunidades.
Redes Sociales
Pueden contribuir al proceso de la comunidad, mas no son utilizadas para los eventos decisionales en los que intervienen tan solo los agentes individuales y en los que no se presentan opciones por parte de la comunidad, sino por parte de los agentes sociales especializados.
Subutilización de la herramienta.
Pensadas como plataformas, pueden desarrollar espacios que permitan el encuentro de los usuarios en los que se realice el intercambio de realidades y en los que se edifiquen los consensos de convivencia de la comunidad. Permiten el desarrollo de la comunidad virtual y de su encuentro.
Otras herramientas relevantes para el modelo
Páginas Web de informaciones
Páginas Web de informaciones.
Escenarios on‐line de las comunidades virtuales.
Rol del Estado
El Estado es el gestor de la información y quien ofrece las opciones de decisión. Convoca constantemente las consultas a la población y ejecuta las decisiones de la mayoría.
El Estado es una máquina de toma de decisiones. Recibe la información, la procesa y con ella formula las políticas públicas.
Dado el grado de autonomía y de la posibilidad de toma de decisiones, el rol del Estado y de sus instituciones es mínimo.
Papel de los medios de comunicación tradicionales
No tienen un papel relevante en el proceso democrático. Se convierten en actores aislados con opciones de alternativas de información a las emitidas por el órgano estatal. Hacen parte del juego de informaciones que le son dadas al ciudadano en la toma de decisiones.
No tienen un papel relevante en el mantenimiento de las condiciones democráticas.
Son superados ampliamente por las posibilidades de interacción de la realidad virtual. La realidad construida no hace parte de los discursos de los medios de comunicación. Son elementos aislados del modelo.
Representación
No es relevante dentro del modelo. En principio la representación estaría excluida pues el sistema de decisión se resuelve en los términos de la democracia directa.
No es relevante dentro del modelo. Si hay una instancia con plena información, la representación y la discusión que se presenta en las instancias es irrelevante.
Al igual que con el rol del Estado, los sistemas de representación quedarían injustificados ante las posibilidades de desarrollo de decisiones locales y autónomas construidas en el intercambio de informaciones y de opiniones de las comunidades virtuales.
Esfera Pública
La esfera pública tiene un carácter reducido y una incidencia mínima sobre el proceso de toma de decisiones. El carácter tribal de las comunidades resalta la discusión entre sus miembros, pero la decisión, en la interconexión global,
Inexistente. Toda la información relevante es procesada por la máquina central: la máquina de gobernar.
El escenario de la realidad virtual permite la configuración de la esfera pública como el espacio en el que los ciudadanos se encuentran y llegan a los acuerdos necesarios sobre sus reglamentaciones, incrementando la
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se realiza desde la individualidad y no desde la colectividad.
comunicación y la empatía entre los miembros. El uso de la esfera pública, como mecanismo de diálogo, es frecuente y de ella parte el proceso de la toma de decisiones y de la edificación de acuerdos.
Movimiento social No No
No está contemplado al confiar absolutamente en los espacios de deliberación y de consenso que se crean en las posibilidades de la realidad virtual.
Rol de la Comunidad
Su rol permite la definición de la Aldea Global. Sin embargo, el peso en la toma de decisión es bajo.
Sin rol. Fundamento en la decisión maquinal del aparato.
La comunidad es fundamental en el desarrollo del modelo planteado. En ella se consolida la propuesta discutida y aprobada en la esfera pública y su configuración determina la capacidad de descentralización y de autonomía que la caracteriza.
Mecanismos de participación Voto Consultas
No son necesarios.
Discusión pública. Deliberación. Acuerdos entre comunidades.
A partir de lo expuesto en el Cuadro No. 4, podemos proponer las siguientes observaciones:
• La presencia constante de las máquinas tecnológicas en las ideas expuestas transmite completamente el peso completo del proceso democrático al envío y, en menor medida, recepción de información. El desarrollo de la máquina como instrumento de difusión confiere un sentido de valor mercantil a la información haciéndola relevante y costosa para el funcionamiento político. El avance de las herramientas tecnológicas permiten consolidar la idea de la información como base de análisis del sistema social y las sitúan en el panorama de la interconexión entre los ciudadanos como objetivo máximo de alcance para el sistema político.
• El objetivo de la interconexión planetaria se sitúa como la meta a alcanzar ante el impulso de las tecnologías y el desarrollo de las máquinas. La situación utópica declarada encuentra a las máquinas y a su capacidad para recibir, procesar y enviar información en la base del imaginario de la sociedad planetaria, y felizmente interconectada.
• El énfasis en los procesos de información resta completa importancia a los niveles de acción política dedicados a la deliberación o discusión. La promoción de la discusión a través de las herramientas tecnológicas, como se verá más adelante, únicamente se lleva a cabo en los modelos en los que promueven la construcción de comunidades de
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diálogo conjunto, reunidas para la búsqueda de acuerdos y consensos de convivencia y acción. El centro de los modelos en el ideal de la sociedad planetaria, de la sociedad global, define la discusión como un elemento completamente utópico bajo la imagen de millones de personas en el mundo discutiendo sobre alguna temática de interés, condiciones que imposibilitan cualquier asomo de acuerdo o de consenso.
• En los tres modelos analizados se puede encontrar un elemento común: La confianza absoluta en las máquinas tecnológicas como elemento de superación de las decisiones irracionales del gobierno humano. El gobierno de la máquina como el mecanismo ideal de toma de decisiones.
• Los sistemas de participación y toma de decisiones se sitúan, al contrario de la unidad, en tres puntos diferenciados. Desde el llamado a la democracia directa de las posiciones de la Aldea Global, se pasa por las máquinas que reemplazan las decisiones humanas en el campo desarrollado por la cibernética, para llegar a los sistemas descentralizados de las realidades virtuales en las que cada comunidad tiene la autonomía para decidir sobre su existencia y regulación. Aún así, en cualquiera de los tres casos, se reemplaza el sistema representativo y se realiza una crítica implícita, tanto a la representación, como al fundamento burocrático de las decisiones ejecutivas.
• Lo permitido dentro de los modelos analizados se concentra en la recepción de la información otorgada por las instituciones. La base informativa, como fundamento de los modelos, es la clave de acceso de los ciudadanos a las decisiones tomadas por los sistemas telemáticos. Las opciones permitidas al ciudadano se amplían en el modelo de la realidad virtual en las que llegan casi hasta el infinito en su ideal de permitirle al usuario una libertad absoluta de acción y de decisión (dentro de la realidad creada).
• El empoderamiento de los ciudadanos y de las comunidades en los tres modelos está muy cerca de la nulidad. En los dos primeros casos, el ciudadado está aislado del proceso de discusión y su toma de decisiones se limita a la emisión de un voto sobre las opciones prediseñadas por el sistema. En el caso de la realidad virtual, las posibilidades de decisión y de actuación autónoma son amplias, pero no pueden tener una opción de volcado sobre el mundo real. Los mundos creados en la realidad virtual simulan las situaciones ideales de los usuarios, pero no logran impactar realmente las acciones sociales cotidianas.
• Las herramientas de la Web 2.0 que los modelos propuestos hipotéticamente pueden utilizar, están determinados por la poca interacción entre el ciudadano y las instituciones que termina delineando las posibles relaciones entre los usuarios y las herramientas ofrecidas por el sistema para la participación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones públicas. Los dos modelos iniciales no plantean un uso de las herramientas, salvo del empleo de las utilidades del voto electrónico. En el caso de la realidad virtual, su estructura puede encasillarse en las plataformas desarrolladas por las redes sociales, con la característica básica de no implicar una acción determinante de influencia sobre la realpolitik
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• La institución estatal queda absolutamente reducida a una unidad técnica en los tres modelos presentados. Su papel como ente burocrático es minimizado hacia su incidencia básica para el flujo de la información y la ejecución de las decisiones adoptadas por el proceso de pensamiento mecánico. Una vez más, aparece la crítica sobre el tamaño y la incapacidad estatal de tomar decisiones rápidas y acordes a las necesidades de sus ciudadanos.
• Los medios de comunicación tradicionales sufren un aislamiento completo en las características de los modelos. No actúan en los procesos de toma de decisiones y su papel está limitado por las características del Estado como ente centralizador de la información. Los medios no son relevantes y son superados por otras instancias estatales o de la sociedad civil.
• El sistema representativo no es contemplado en ninguno de los modelos, recibiendo una crítica absoluta a su funcionamiento. Los modelos responden a un intento por suprimir el paso de las decisiones por el cuerpo de representantes, sustituyéndolo por las máquinas y por los procedimeintos de la democracia telemática, vía avances tecnológicos.
• La esfera pública, así como la construcción y potenciación de la comunidad, no resulta tampoco relevante. Los consensos sociales (salvo en la realidad virtual) no son buscados por los sistemas de decisión propuestos y mantienen en la confianza a las máquinas los factores fundamentales de las disposiciones adoptadas. Dentro de las herramientas tecnológicas desarrolladas, el concepto de comunidad o de esfera pública de encuentro y de diálogo intersubjetivo entre los ciudadanos no es contemplado y se mantiene al margen de las prioridades políticas del sistema tecnocrático propuesto.
• Ante la confianza completa en las máquinas y en las herramientas tecnológicas como sistemas de información plena y de decisiones acordes a un mecanismo de autoaprendizaje, los movimientos sociales, organizados para repensar y actuar sobre las condiciones sociales establecidas, no son contemplados.
• Dado el escaso interés a que los ciudadanos participen en los procesos políticos de toma de decisiones, los mecanismos de participación que pueden servir a los modelos descritos en este capítulo no hacen parte –salvo el voto‐ del paquete institucionalizado de mecanismos de participación conocidos dentro de las sociedades democráticas.
6. El paso de los modelos utopistas de la comunicación como motor de desarrollo democrático a los modelos de la democracia directa: el fin de las instituciones representativas El ideal utópico de la comunicación como motor del desarrollo democrático, sustentado en los avances tecnológicos que permiten el desarrollo de los mecanismos y herramientas del envío y
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Mapa 5. Tránsito entre la utopía y la democracia directa
Idea utopista
COMUNICACIÓN Base tecnológica Motor de desarrollo democrático
CAMBIO SOCIAL
CAMBIO EN EL PROCESO POLÍTICO
Críticas al modelo existente
Sistema representativo
Tamaño e ineficacia de la burocracia MÁQUINAS
TECNOLÓGICAS REVALORIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN
Mejora en el sistema de toma de decisiones
Modelo de democracia directa
Contexto: Neoliberalismo y desregulaciones.
Discurso: autopistas de la información
recepción a gran escala de informaciones, planteaba el reto de conectar a la humanidad y de introducir un cambio social en las relaciones entre los ciudadanos y sus instituciones. El cambio imaginado desde la década del cincuenta del siglo XX antecedía a las transformaciones fundamentales sociales y económicas de las últimas décadas del milenio.
Las máquinas construidas con ímpetu pasada la II Guerra Mundial permitieron reconducir el valor de la información otorgándole el carácter de mercancía. La información, potenciada por las nuevas máquinas, se convertiría en el principal factor de decisión de los sistemas políticos y, con ello, otorgaba a las máquinas el papel de ser las principales herramientas para mejorar los sistemas de toma de decisiones.
Junto al crecimiento del valor de la información, las críticas al Estado de bienestar, situadas entre las nuevas posiciones neoliberales, recogieron las principales voces alzadas en contra de la ineficacia de los mecanismos ejecutivos, pero sobre todo, de la inoperancia del sistema representativo para encarnar las verdaderas necesidades de los ciudadanos. Ante esta perspectiva, la eliminación de las eternas etapas de discusión, de los fenómenos de influencia sobre las decisiones (grupos de interés, lobbys políticos) y la posibilidad de retornar al ideal de la democracia ateniense –enmarcados en una época de liberalización de mercados (de la información como mercancía) y de desregulación‐ condujeron al planteamiento, a través del uso de las nuevas tecnologías que permitían la interconexión absoluta de la ciudadanía con las instituciones, de la democracia directa basada en el nuevo medio de comunicación masificado en la década de los noventa: internet. El modelo de democracia directa en internet constituye el objeto de estudio del segundo capítulo de la monografía.
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CAPÍTULO SEGUNDO: LAS PROPUESTAS DE DEMOCRACIA DIRECTA EN INTERNET
Los impulsos políticos de la desregulación económica orientados por la era de las aperturas económicas y el triunfo del modelo democrático occidental sobre la sombra del lado oriental de la cortina de hierro, encuentra, en los primeros años de la década del noventa, la conjunción perfecta entre la tecnología y el mercado ante una sociedad planetaria que sueña con el imaginario de la globalización y la superación de las barreras del espacio y del tiempo. Internet es potenciado en el discurso político como el medio de comunicación adecuado para acelerar los procesos de integración mundial y como la herramienta básica para rescatar el fantasma de la democracia ateniense siempre presente en el imaginario colectivo como el modelo ideal de los sistemas políticos.
En esta parte del escrito se planteará la discusión principal sobre el recorrido que las propuestas de democracia directa se realizan en la década del noventa, partiendo de la posición política asumida por la administración del presidente norteamericano Bill Clinton (defendida en particular por el vicepresidente Al Gore) en la que se posiciona la idea del desarrollo de las autopistas de la información como el camino de la libertad y de la participación de la ciudadanía en las decisiones políticas.
Las visiones utópicas de la democracia directa, anteriores a la primera gran caída de los imaginarios sobre la red con la burbuja económica y su crisis del puntocom, se solidifican con el discurso sobre la eliminación de los intermediarios –vía internet‐ y la igualación de las condiciones políticas a las características mercantiles en las que la autorregulación y el dominio de lo privado marcaban el camino de las decisiones racionales.
Asumida esta relación entre el mercado y la democracia, nos encontramos la visión que da fuerza a las nuevas comunidades virtuales, propiciadoras de la construcción de la inteligencia colectiva y de la exigencia de una transparencia simétrica entre la ciudadanía y las instancias decisoras del Estado. Las funcionalidades democráticas de internet se concentrarían en aumentar, como en el mercado, las condiciones de participación política a partir de los valores de libertad e igualdad.
Ante la crisis financiera del puntocom (1997‐2001) las ideas utópicas de la democracia directa pasan a segundo plano y las nuevas posibilidades de la red en las que el usuario tiene un mayor peso ganan fuerza. El nuevo rol del usuario marca la oportunidad para la construcción de un nuevo sujeto social que parte de su organización autónoma en las redes sociales y en la blogosfera. Las redes distribuidas se conciben como el nuevo escenario de las relaciones políticas que, desarrolladas y propuestas en el nuevo medio (continuamente en transformación, como la democracia misma), visibilizan los primeros intentos de las acciones ciudadanas directas con incidencia en la política pública y en las acciones de gobierno.
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Las críticas apuntadas sobre los peligros y contradicciones de la democracia directa se asumen desde el mismo final de la década de los noventa y continúan hasta las discusiones actuales. Su centro se ubica en las características de la hiperdemocracia, de la informatización orwelliana de la sociedad, en el mito de la comunicación armoniosa como promotora del cambio social, en las amenazas plebiscitarias que comporta la utilización de internet como medio de comunicación directa entre los gobernantes y los gobernados y en el desenmascaramiento de las relaciones políticas como contrapunto a la visión de la transparencia absoluta en las redes telemáticas.
A manera de resumen, la siguiente tabla señala, de acuerdo a los criterios establecidos en la metodología propuesta para la investigación, un resumen general de las Teorías Sustantivas expuestas en el presente capítulo, que se enmarcan entre el supuesto paradigmático de la diada comunicación–tecnología como elementos que, per se, significan un desarrollo democrático y que se plantean dentro de la teoría general de las propuestas de modelos de democracia electrónica que hemos denominado “Teoría de la Democracia Directa”:
Tabla 5. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica: Teoría de la Democracia Directa
Supuesto Paradigmático
Teorías Generales
Teorías Sustantivas
Proposiciones Teóricas Autor
Principal Críticas
Principales
Tecnolog
ía + Com
unicación = Desarrollo
Dem
ocrático
Dem
ocracia Directa
1. Nueva Era Ateniense de la Democracia
a. Centro en el ciudadano informado e individualizado.
• Al Gore
• Robert Wright
• Ricardo Stagliano
• Ignacio Ramonet
• Lloyd Morrisette
• Paul Virilio• Phillippe Quèau
b. Desregulación que favorece la democracia y el avance tecnológico.
c. Conexión directa entre el ciudadano y la decisión.
2. Nueva Nación Digital
a. Centro en el ciudadano informado e individualizado.
• Jon Katz
• Robert Wright
• Ricardo Stagliano
• Ignacio Ramonet
• Lloyd Morrisette
• Paul Virilio• Phillippe Quèau
b. Eliminación de todos los intermediarios políticos.
c. Símil de las decisiones de consumo con las decisiones políticas.
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3. Democracia de las comunidades virtuales
a. Centro en el ciudadano informado e individualizado.
• Howard Rheingold
• Pierre Lévy
• Robert Wrigth
• Ricardo Stagliano
• Win Van de Donk
• Giovanni Sartori
• Lloyd Morrisette
• Paul Virilio• Slavoj Zizek
b. Inteligencia colectiva, transparencia y rendición de cuentas.
c. Espacio público dentro de la lógica del mercado.
4. Poliarquía y Redes Distribuidas
a. Centro en el ciudadano que participa en la discusión de las acciones civiles en la red.
• David de Ugarte
• Paul Virilio• Slavoj Zizek
b. Formas de red distribuidas. Anárquicas.
c. Nuevo sujeto social colectivo que acciona la ciberturba con incidencia en la política pública.
1. La nueva era ateniense de la democracia: Un vínculo con el mercado Los primeros años de la década del noventa marcan el comienzo del desarrollo de los nuevos medios de comunicación basados en las plataformas de las redes de internet. El nacimiento de la World Wide Web coincide con la etapa de las desreglamentaciones económicas posteriores a la caída del Muro de Berlín y con una nueva discusión sobre el fortalecimiento democrático a partir del uso de las nuevas posibilidades de comunicación.
La democracia, las autopistas de información y las desreglamentaciones son asumidas por el discurso político norteamericano, núcleo principal del desarrollo de las funcionalidades de internet, como una triada que permitirá la participación activa de los ciudadanos en los procesos de decisión pública (Gore, 1994). Internet entraba dentro del consenso de los actores del gobierno de Bill Clinton (1993‐2001) bajo el paquete de acciones que reclamaban un fomento de inversiones privadas, la promoción de la competencia, un marco reglamentario flexible, un acceso abierto y un servicio universal (Flichy, 2003 págs. 72‐74), elementos de desregulación que marcarían el paso hacia una concepción de las autopistas de información como el soporte de una democracia en la que todos los ciudadanos podrían participar.
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Democracia
Autopistas de información
Desreglamentación
Atajo que conduce a la fórmula:
desregulación favorece a la
democracia, a través del mecanismo
técnico.
Determinismo hacia la técnica
Desreglamentación que conduce a la construcción de la
técnica
Internet, bajo la ideología expuesta y con el objetivo de la promoción de la democracia y de la participación ciudadana, asumiría el mismo camino que el mecanismo del mercado. Los elementos anteriores permiten demostrar la lógica en la que las autopistas de información, desreguladas, permitirían la participación de cualquier actor en la vida democrática y en las decisiones de los asuntos públicos: “nos encontramos en la nueva era ateniense de la democracia que se forjará mediante los foros que se desarrollarán sobre esta infraestructura (internet)” (Gore, 1994 págs. 2‐3).
La infraestructura global de las comunicaciones fue asumida como la metáfora de la democracia y como el ideal de su funcionamiento. Las autopistas de información serían el medio para promover el refuerzo de la participación ciudadana en los procesos de decisión, así como la base para promover la capacidad de cooperación de las naciones.
Mapa 6. Necesidad técnica de la democracia
La promoción de la nueva técnica de comunicación como la base del funcionamiento social, como el soporte de los procesos democráticos, fue asumida en el primer acercamiento político como un modelo que permitiría la conexión directa entre los ciudadanos y los procesos de decisión. La participación, al igual que en el mercado, se presentaba como una situación de igualdad en la que todos podrían participar, como ciudadanos, en el espacio preparado para ello: los foros. El imaginario ateniense, del ágora, adquiría su representación en las plataformas de internet guiadas por las estructuras de participación mercantil de la época de las liberalizaciones de mercados regionales. Internet, asumiendo la libertad de participación y la baja regulación permitiría la participación libre e igual de los ciudadanos en el ágora electrónica. La democracia en internet volvía a la discusión abierta y libre del periodo ateniense, en la que cualquier ciudadano podía participar activamente en el proceso de formulación y decisión de las políticas públicas, a través de un mecanismo, de una institución socialmente identificada y reconocida.
2. La nueva nación digital: Hacia la eliminación de los intermediarios Bajo la misma regla básica de la igualación del sistema democrático al mercantil en las herramientas y plataformas de las autopistas de la información, se plantea a continuación la
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cuestión central de las relaciones entre el nuevo espacio virtual y la vida social real. Ante la pregunta ¿es el ciberespacio un escenario social aparte? la respuesta para Jon Katz (1997) se enuncia desde el posicionamiento de internet como un mundo distinto con reglas diferentes, en el que cada ciudadano puede expresar sus ideas sin temor y en el que la autoridad nacerá desde la ética y el interés individual, con el horizonte en el interés público.
Internet se concibe así como un escenario en el que se aplica, en un espacio completamente separado, una doctrina distinta creada a partir de procesos legítimos de autorregulación. En el ciberespacio, de acuerdo con Patrice Flichy en su exposición sobre este imaginario (Flichy, 2003 págs. 212‐214), los internautas son agentes móviles cuyas expresiones denotan las preferencias colectivas y cuyos movimientos no pueden ser representados por el número de votos, siguiendo una lógica clara en la que la fórmula “una persona, un voto” no puede aplicarse de la misma forma tradicional en las decisiones obtenidas a través de un ordenador.
La expresión ciudadana en internet se debe regir de acuerdo a como funcionan sus preferencias en su vida cotidiana en las actuaciones frente al mercado. El abandono o la compra del producto, el clic ‐o no clic‐ sobre una opción, un camino, una elección, hace innecesaria la figura de los representantes como garantes de la regulación, garantizada por las mismas normas de autorregulación que rigen los sistemas comerciales.
Diagrama 2. Eliminación de la intermediación económica y política
Para Katz, asistimos a la lenta agonía del sistema político actual y al paso hacia una nueva nación digital de aplicación de la democracia directa sin intermediarios. “En la Red las posiciones se hacen menos rígidas, se transforman cuando las personas, de repente, son capaces de hablar directamente unas con otras, y no a través de periodistas, de hombres políticos o de ideologías mercenarias” (1997). En esas condiciones, los ciudadanos digitales, autónomos de los esquemas de los medios de comunicación tradicionales y de las viejas ideologías políticas, se alejarán del pensamiento sobre las afectaciones partidistas de la
Distribuidor
Suministrador
Productor
Ofertante
Comprador
Ciudadano
Decisión
Cuerpos de Representación
Medios de Comunicación
Ideología
Partidos Políticos
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derecha y de la izquierda centrando sus discusiones y decisiones en sus necesidades e intereses reales sin que la intermediación política y mediática defina las agendas sociales y públicas (Flichy, 2003 pág. 219).
La libertad del mundo de internet otorga a la realidad virtual las características de ser un lugar sin coacción en el que se puede preparar la sociedad del mañana: “cuando esté informatizado cada uno de los eslabones de la cadena de la oferta, desaparecerán los respectivos papeles tradicionales de los ofertantes, fabricantes, distribuidores, y los suministradores y los compradores serán los únicos que saldrán ganando (Flichy, 2003 pág. 234).
La primera oleada de discusiones en torno a las virtudes del modelo de democracia directa que internet proveería, en la fusión de de la comunicación política on‐line y los mecanismos de votación electrónica, determinaría el quiebre de los intermediarios políticos históricos como los partidos políticos, los grupos de interés, los medios de comunicación y las burocracias. En los argumentos esbozados por Agre (2002 pág. 312) se explica cómo por primera vez en la historia internet era concebido como el avance que traería la tecnología requerida para conectar la cibersociedad civil políticamente activa con el proceso formal de toma de decisiones, controlado tradicionalmente por las gatekeepers pertenecientes a las élites políticas (Chadwick, 2006 pág. 22).
3. La democracia de las comunidades virtuales: Libertad, igualdad y transparencia Las crisis de las democracias representativas y participativas de los años noventa abren un debate esperanzador con la llegada de los nuevos medios de comunicación. La reforma democrática que se aprecia tras la consolidación y el uso tecnológico de internet sitúa el punto central de acción en la democracia electrónica. Los partidarios iniciales del cambio anuncian una transformación total de la sociedad tras el fortalecimiento de internet, reafirmando el ideal de McLuhan propuesto desde 1962 (Breind, y otros, 2008).
La concepción de la autorregulación democrática, que continúa con los dos elementos anteriores de base en el mercado y en el replanteamiento o anulación de las intermediaciones políticas, da un paso más adelante en el escenario de la revitalización de la democracia de base a partir de las ideas de Howard Rheingold (2000) y de Pierre Lévy (2000 y 2002).
La idea básica de Rheingold se apoya en la fuerza política de la informática comunicable que adquiere la capacidad de competir frente al monopolio de la jerarquía política existente, tanto de las instituciones y cuerpos del Estado como de los partidos políticos y medios de comunicación, y de restablecer el poder democrático de las decisiones hacia las comunidades de base. La idea de comunidad virtual defendida por Rheingold (2000) se soporta en la renovación del espacio público ateniense, en las conversaciones informales que se suceden dentro de ellas denotando sus intereses propios y en las capacidades de los grupos sociales para gobernarse por sí mismos y para construir un lazo social y político que, desde el ciberespacio, permite la renovación de la esfera pública (Flichy, 2003 págs. 207‐210).
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Los planteamientos del trabajo en red como factor de alto potencial de recursos para la construcción comunicativa y la evidencia que sobre las comunidades virtuales ha llevado a la comprobación de su adopción de virtudes cívicas16, de generar una experiencia de afiliación civil, de construir ideales de ciudadanía y de realizar proposiciones de empoderamiento personal y grupal (Jenkins, y otros, 2003 pág. 8), llevan a Rheingold hacia el camino de la formulación de la autoformación de la ciudadanía on‐line con el objetivo de apalancar las formas emergentes del poder económico y político posibilitado por las nuevas herramientas de internet.
A partir de 1990, Rheingold manifiesta la necesidad de defender las comunidades virtuales frente a las fuerzas políticas y económicas que les pueden cooptar o corromper, reconociendo a la colonización económica del ciberespacio como una amenaza a la cultura participativa y manteniendo la fuerza del proceso democrático en las comunidades de base, sin intermediación política en el plano de la toma de decisiones (Rheingold, 2000). Los potenciales democráticos de la Red, como la interactividad, la creciente disponibilidad de información política y una descentralización más eficiente centrada en el usuario, refuerzan el carácter de internet como una plataforma de interacción para los ciudadanos que deseen contribuir al proceso político. Rheingold, al igual que Lévy, propone una visión de internet como el paso para alcanzar la democracia directa, la libertad y la hermandad en el mundo on‐line (Breind, y otros, 2008 págs. 16‐17).
Como un importante complemento, Pierre Lévy, al plantearse el tema de la ciberdemocracia (2002), se concentra en los conceptos de inteligencia colectiva y de transparencia como los factores principales otorgados por internet a las relaciones democráticas entre la ciudadanía y sus instituciones. Tomando una pequeña distancia sobre el mito del fin absoluto del Estado como vehículo canalizador de las necesidades de la ciudadanía, Lévy se posiciona sobre un lugar intermedio en el que la emergencia de la inteligencia colectiva, promovida por la nueva cultura de la información, permitirá la coexistencia de las estructuras de poder existentes (Estado‐nación y multinacionales), en las que las relaciones entre lo político y lo económico tendrán una complementariedad básica (Jenkins, y otros, 2003 pág. 6). En el surgimiento de la cultura de la inteligencia colectiva, sustentada en la idea del tiempo real que desplaza la velocidad ordinaria de la evolución cultural y que supone una nueva velocidad de aprendizaje colectivo, la participación y la reciprocidad de la sabiduría ciudadana estará cerca de suprimir los mecanismos burocráticos del Estado para que brinde respuestas a las demandas ciudadanas.
Los medios de comunicación para Lévy han convertido el mundo en un lugar mucho más visible, audible accesible y transparente. La omnivisión, o transparencia digital, puede catalogarse como uno de los ideales de la ciberdemocracia en el terreno político: “En lo relativo al plano político, que nos interesa más particularmente, es previsible que la sociedad humana, con sus flujos demográficos, económicos e informativos, con sus distintas
16 Como el caso del reconocimiento de las comunidades MUD (Multi User Domain) como generadoras de debates interesantes y de focalizadores de estrategias para combatir los disensos y la conducta antisocial (Jenkins, y otros, 2003 pág. 8).
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comunidades, sus intereses divergentes, sus pasiones, sus ideas, sus debates, sus relatos contradictorios, sus entresijos de poder, sus sufrimientos y su conciencia colectiva, vaya siendo cada vez mejor conocida, cartografiada en tiempo real y transparente para todos y cada uno de sus miembros” (Lévy, 2002 pág. 31).
La transparencia bidireccional, o simétrica, en la que la libertad de expresión y el acceso a la información es un derecho de todos los ciudadanos y no sólo del Estado y de las grandes empresas, certifica la pureza de las relaciones políticas en las que se garantiza un modelo totalmente distinto al totalitarismo con sus características de opacidad.
En la misma línea, Lévy da una aproximación a los lugares de la transparencia en su relación con la inteligencia colectiva en la cual, tomando el ejemplo de los medios de comunicación alternativos, como indymedia o Direct Action Media Network (DAMN), señala la capacidad de la sociedad civil misma de constituir una política planetaria de carácter no institucional, independiente de los representantes de los Estados (Lévy, 2002 pág. 40). La nueva capacidad de acción de los individuos, que en línea construyen sus objetivos comunes y planean sus acciones políticas estratégicas, es el punto de foco del modelo de democracia de Lévy. En este punto, el Estado y sus burocracias dejan de ser condicionantes de las actuaciones y respuestas a las necesidades de la sociedad civil que, organizada y sabia, puede responder por sí misma y con mayor rapidez a sus puntos de conflicto.
De hecho, el fenómeno mediático del internet, hace que sea el mismo ciudadano el que elija a su actor político de comunicación, por supuesto bidireccional. El condicionamiento de la agenda mediática a los actores políticos elegidos por los medios para edificar la esfera pública es desplazado por los recursos de internet en los cuales el ciudadano “es el director del espectáculo mundial cuyos actores, siempre disponibles, pueden volver a actuar a voluntad nuestra, pudiendo ser comparados entre sí. La relación con el espacio público ha quedado alterada ya de manera profunda” (Lévy, 2002 pág. 41).
El problema de la transparencia simétrica es demostrado también a través de la “liberalización de la palabra” en la que Lévy resalta el “desanudamiento del discurso” y su consecuente característica de poder decir, poder mostrar (y mostrarse) y en la que se supone una de las dimensiones más relevantes de la revolución ciberdemocrática. La liberalización de la palabra conlleva asimismo la capacidad de elección, casi mercantil, de cada uno de los usuarios de la política. Tomando nuevamente el ejemplo de los medios, el autor canadiense demuestra cómo las distribuciones de la parrilla publicitaria funcionan sobre la evaluación de los sitios en virtud de su éxito, medido en términos de frecuencia y duración de las conexiones. “Las nuevas formas de selección están casi todas dirigidas a la contabilización de los votos (citas, enlaces, conexiones, notas), lo que supone un avance de las prácticas democráticas en sectores de la sociedad en los que antes éstas no abundaban” (Lévy, 2002 pág. 49).
En términos políticos, y dentro de las características que Lévy pretende encausar a los fines democráticos de internet, las anteriores formas de elección pasan a enmarcar las acciones del gobierno y de sus manifestaciones en el gobierno electrónico. Existe así una transformación de lo urbano significada en la transferencia de ciertas funciones de la ciudad real al ciberespacio, en la que la lógica de mercado y de la elección del usuario por los mejores bienes constituye
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un elemento básico para la democracia en internet. En la función de la conciencia colectiva, como base de la cultura ciberdemocrática, se aprecia así la función del gobierno como otra forma de mercado (Lévy, 2002 pág. 86) en el que las instituciones hacen parte del juego de oferta y demanda de respuestas a las necesidades emanadas de la sociedad civil organizada vía redes telemáticas.
Mapa 7. La autorregulación democrática
Con el contexto de la construcción de una comunidad que promueva la conciencia colectiva hacia la estructuración de mejores políticas públicas, el proceso democrático se edifica en la transparencia gubernamental y social y en la aparición de nuevos espacios virtuales para el debate y el diálogo político. Lévy, en esta lógica, plantea el ejemplo del sitio E‐thepeople en el cual “se proponen diversas cuestiones políticas acerca de las cuales se puede discutir y votar –como si se tratara de un referéndum‐, poniendo en consideración todos los pros y contras que afectan a cada asunto” (Lévy, 2002 pág. 95). Con este ejemplo, sumado a los sitios politics.com o speakout.com, Lévy plantea la histórica aparición de una nueva herramienta: el ágora virtual como un instrumento básico para influir sobre los representantes. El nuevo espacio es situado, al mismo tiempo, ante una necesaria adecuación hacia las características de competencia del mercado: “El papel del gobierno es el de hacer respetar las leyes y prestar a los ciudadanos los servicios a los cuales tiene derecho, no el de suministrarles los medios necesarios para el debate y el activismo político” (Lévy, 2002 pág. 96), aunque él mismo plantea una situación escéptica sobre la aplicación efectiva de la deliberación on‐line: “En general, todavía no existe ninguna región del globo que disponga de una larga tradición en materia de diálogo político democrático por internet” (Lévy, 2002 pág. 100).
Instituciones
Transparencia simétrica
Renovación
Espacio Público
Lógica del mercado
No intermediación
Poder decir ‐Poder mostrar
Democracia Directa
Inteligencia Colectiva
Comunidades virtuales de base
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En su relación con el mercado, Lévy sitúa a la democracia como un sistema que permite el crecimiento mutuo de ambos procesos de intercambio político y económico. El reduccionismo planteado por los críticos sobre los modelos neoliberales que privilegian las brechas entre los ricos y pobres (ahora info‐ricos e info‐pobres), es contestado por el autor mediante tres ideas básicas en las que posiciona una fórmula conciliadora entre la democracia, situada en sus aplicaciones electrónicas, y el mercado:
1. La democracia se fortalece con el desarrollo de una esfera pública en un medio de comunicación (internet) de características libres y abiertas a las oportunidades del mercado, que permita su correlativo aumento de posibilidades de información, de libertad de expresión de debate ciudadano y de coordinación autónoma de movimientos políticos y sociales, sin importar sus rasgos ideológicos.
2. La perspectiva de un gobierno democrático planetario que necesita el andamiaje de la globalización económica, con sus correspondientes legislaciones supranacionales, encuentra en internet la base de libertad necesaria para funcionar ágil y eficazmente. El capitalismo informático y globalizador exige también una ley universal –una ciberdemocacia‐ altamente participativa ligada al nuevo espacio público de la red.
3. Los fines cívicos y políticos pueden ejercerse por mediación del mercado, y ello tanto más cuanto que el ciberespacio garantiza la constitución de un mercado progresivamente más transparente dentro del cual cabe elegir entre un abanico de posibilidades –políticas‐ cada vez más amplio (Lévy, 2002 págs. 122,123).
La inteligencia colectiva, como un estado de inteligencia variada, distribuida, siempre valorizada y puesta en funcionamiento en tiempo real, parte de la base de que todas las personas saben alguna cosa y ese saber puede ser disponible a todo el resto de los seres que se alimentarán del saber colectivo. El acceso al saber ‐de todos al saber de todos‐ permite el intercambio entre los conocimientos y una nueva forma de relación social en la que el valor se adquirirá mediante el impulso individual puesto al servicio de la comunidad universal. La multiplicación recíproca de las inteligencias es la clave tanto del éxito económico (en cualquier escala) así como de la renovación democrática. En el ciberespacio la comunicación a gran escala no mediada constituye la respuesta al proyecto de civilización universal en el que se pretende la recreación del lazo social y la consolidación de la democracia abierta y participativa como único camino de reconocimiento y de inclusión en el debate político del mismo intercambio de saber (Lévy, 1998).
4. Más allá de la democracia electrónica: La clave Hacker de la poliarquía y las redes distribuidas La defensa de las redes telemáticas distribuidas como el nuevo escenario de construcción y de realización tanto de los movimientos sociales emergentes como de la organización de sus acciones masivas, superando las propuestas centralizadoras y descentralizadoras de la
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democracia, constituyen la base del movimiento de la poliarquía como propuesta de un movimiento social activo y originario de las redes de internet que, siguiendo la lógica de auto organización y de eliminación de cualquier forma de control impuesto desde los centros de poder tradicional, propone, en el mismo sentido que la democracia directa, la eliminación de la representación burocrática en la toma de las decisiones públicas, incluso superando las clásicas formas de manifestación de la opinión como el voto o el plebiscito.
Mapa 8. Formas de red y ciberactivismo
Frente a las redes centralizadas y descentralizadas, el poder de la red distribuida se plantea dentro del campo de la ética del hacker. En ella la información, la tecnología y la creatividad, como un nuevo tipo de incentivos, toman un valor cada vez más alto en las lógicas de producción. La cultura hacker representa una nueva forma de organización alternativa en la que se cuestiona la estructura jerárquica de la información defendiendo la necesidad del libre acceso a sus fuentes informativas.
La red distribuida propone un nuevo camino de organización en el que los nuevos espacios de internet, como los blogs, resultan fundamentales. Cada blog ‐o espacio social de emisión de información‐ es un actor individual que transita en un nuevo medio de comunicación, el primer gran medio de comunicación distribuido de la historia: La blogosfera. En este nuevo medio no hay un camino único por donde llega la información, no hay un sistema de representaciones, cada actor decide sobre sí mismo sin que tenga la capacidad de decidir sobre los demás, y él mismo obtiene una gran capacidad de movilización social de acuerdo a un sistema de toma de decisiones único: el grado de acuerdo y la simpatía que despierte la propuesta de un actor participante de la red. En la blogosfera, más allá de la democracia, se ha preparado un espacio para la pluriarquía.
El planteamiento, asumido por David de Ugarte (Ugarte, 2007), critica las ideas utópicas de la Web 2.0 al situar su estructura dentro de las redes descentralizadas. El autor, fortalecido por
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los resultados sociales de la blogosfera y de su forma organizativa: la pluriarquía, da un paso siguiente hacia lo que denomina la Web 2.1.
Al partir de los blogs y de sus acciones, Ugarte analiza los modelos de organización en el sistema pluriárquico. Dentro de la blogosfera y las redes sociales conformadas por los usuarios se han configurado movimientos ciudadanos con capacidad de incidencia en la agenda pública. El blog, las redes sociales y otras formas tecnológicas como los SMS, han estado presentes en movilizaciones como la de Filipinas 17 o Colombia 18 configurando una nueva forma de organización social: el ciberactivismo.
De esta manera, con nuevos valores sociales y políticos, el nuevo sujeto colectivo de la blogosfera ha demarcado nuevos horizontes del movimiento social, nuevas formas de organización que funcionan de forma espontánea. Son alternativas de auto organización que conllevan altas cargas de cooperación. Esta nueva estrategia organizativa tiene por principio la renuncia a organizar y en su espontaneidad se estructuran las bases del “Empowerment people” a través del discurso, de las herramientas (tecnológicas, sobre todo) y de la visibilidad.
El movimiento social organizado en el swarming a través de la cooperación es la base del ciberactivismo que tiene como medio de propagación de la información a las redes sociales y a la blogosfera. En su dinámica de agregación de actores individuales ha logrado incluso posicionarse como agente fiscalizador de procesos democráticos. Sus procesos de incidencia son el resultado de las acciones que Ugarte llama ciberturbas. De esta forma, el proceso de discusión social realizado en la blogosfera se vuelca a las calles en donde se desdibuja la división entre los ciberactivistas y los movilizados, convirtiéndose todos en ciudadanos.
Diagrama 3. Proceso de evolución de las ciberturbas a partir de los medios de comunicación
La Web 2.1, de acuerdo con Ugarte, asegura el sistema pluriárquico que permite la organización autónoma del movimiento social. Al contrario, la Web 2.0 establece un sistema de oligarquías participativas que se alimentan de millones de usuarios pero que tienen sólo un
17 Movimiento surgido en las redes de telefonía móvil que condujo a la dimisión del presidente Joseph Estrada en 2001. 18 El caso del movimiento originado en Facebook que llevó a las calles del mundo a más de 4 millones de personas el 4 de febrero de 2008 en una iniciativa denominada: “Un millón de voces contra las Farc”.
Radios locales
Foros On‐Line
Medios digitales alternativos – Foros y Blogs centralizados
Blogosfera – Redes Sociales
Incremento del número de emisores y del número total de personas involucradas en la comunicación
2001 2004 2005 ‐ 2008
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producto definido por esas élites, por un filtro informativo que mantiene la estructura de poder descentralizado tradicional. La Web 2.1, como propuesta y como alternativa de Ugarte que explica los procesos del ciberactivismo, mantiene una distribución de poder diferente en la que los millones de usuarios pueden publicar su propia información y participar, a su vez, de la información que publican millones de usuarios. En esta dinámica, con las herramientas del bricolaje (agregación, transformación, distribución y difusión) los usuarios podrán seguir auto organizándose a través del swarming y con él, haciendo propuestas que pueden –o no‐ ser seguidas por los demás usuarios. Los efectos de red pueden desencadenar en el punto más alto del ciberactivismo: la cibertuba. Para ello, en la lógica de las redes distribuidas, no es necesario ningún medio de control, ningún tipo de representación ni un líder eficaz. La libertad de la información y el libre acceso a ella son suficientes para promover el nuevo tipo de organización social.
5. Críticas principales al modelo de la democracia directa 5.1. Robert Wright y Riccardo Stagliano: la hiperdemocracia El problema planteado por Robert Wright para la comprensión del sistema democrático que propone una conexión directa entre los ciudadanos y el sistema de toma de decisiones institucionalizado, adquiere un punto de vista distinto pues, para el académico norteamericano la crisis fundamental de la democracia no se centra en la desconexión con el pueblo, sino en lograr que en las relaciones entre el gobierno y el congreso se evite la presión que el lobby político y económico hace sobre las decisiones públicas. Para Wright, las técnicas digitales, lejos de combatir el problema, aumentarán las posibilidades del cabildeo en las decisiones fundamentales de la política. El problema de la barrera entre el político y el ciudadano no encuentra su solución en la utopía de la votación como un clic (Flichy, 2003 pág. 209).
Los ciudadanos interesados ya realizan seguimientos a las instituciones e interactúan con los medios de comunicación existentes con sus representantes. En el ciberespacio las demasiadas publicaciones y el discurso on‐line conlleva a las discusiones infinitas: la hiperdemocracia, con su consecuente poca funcionalidad.
En su artículo “Hyperdemocracy” (1995), Wright denuncia que el problema de Washington no radica en su desconexión con los ciudadanos, sino en su excesiva conexión con todos los sistemas políticos, económicos y sociales que pueden influir en las decisiones y acciones políticas. En el ciberespacio existen demasiadas publicaciones y discursos que causan el fenómeno de la hiperdemocracia con su consecuente falta de funcionalidad operativa ante la perspectiva de representar discusiones infinitas entre infinito número de usuarios, aparentemente interesados. Para Wright, los ciudadanos que se interesan por recibir información de los sistemas representativos y por participar en las acciones de gobierno, ya realizan los seguimientos al Congreso e interactúan con los políticos y sus ideas a través de medios tradicionales como el fax, el correo ordinario o electrónico y el teléfono.
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La democracia directa es, según Wright, una contradicción a las ideas de los padres fundadores de la democracia norteamericana en cuyas palabras se denota claramente una preferencia por el ideal de la deliberación fría entre representantes elegidos, quienes deben recoger las opiniones de las personas e incluirlas en las discusiones. Asimismo, quitarle el poder de hacer leyes a las masas y otorgarlo a la representación es una medida cautelar ante las pasiones populares que pueden despertarse ante innumerables procesos políticos de intereses contrapuestos entre la ciudadanía (1995). El peligro inminente de presión política de las masas es representado por la consolidación de facciones opresoras mayoritarias dejando en el olvido las posiciones intermedias o minoritarias.
De la misma forma que Wright, James Thurber acuña el término hiperpluralismo en el cual, ante los fenómenos de la instantaneidad, la toma de decisiones inmediatas desarticula todas las formas posibles de deliberación política elemental, fomentando la pasional toma de posición de acuerdo a la información circulante, aún dependiente de los canales de los medios de comunicación clásicos (Wright, 1995).
Riccardo Stagliano, por su parte, apoya la idea de Wright declarando a la ciberdemocracia como la enfermedad infantil de la hiperdemocracia en la que se aplica la paradoja: “demasiada democracia, mata la democracia” (Stagliano, 1998). En el modelo de la democracia directa, en el que se sueña con una participación de una gran parte de los ciudadanos en los asuntos políticos, la conexión inmediata entre los gobernantes y los gobernados hace mucho más pesado el tránsito de las deliberaciones políticas que, en este caso, serían guiadas por las emociones populares y por el papel de los medios de comunicación, más que por las instituciones formales como las leyes y los procedimientos legítimos de decisión.
El planteamiento de las nuevas posibilidades electrónicas como la respuesta a una de las principales debilidades de la política, los grupos de presión, es contestado por Stagliano a través de los efectos perversos que se producirían ante la línea directa entre el pueblo y las instancias decisorias: “Los gritos ensordecedores de las multitudes serían quienes votarían las leyes promocionadas por las emociones populares y por el impacto de los acontecimientos mediatizados” (Stagliano, 1998).
Como sustento histórico, las ideas de Stagliano se apoyan en tres ideas fuerza de defensores de la democracia basada en los sistemas de representación. Tomando a Mill (1985), señala que la salud de la democracia depende del equilibrio entre sus instituciones y del efectivo control que hacen sus diferentes poderes. Siempre teniendo de presente que el poder constituido emana de la fuente del poder constituyente y que el gobierno representativo tiene en la constitución el foco de resistencia al poder dominante y en la constitución democrática el núcleo de resistencia a la democracia.
En la segunda idea, citando a Giovanni Sartori, expone que “no se puede aceptar un universo compuesto exclusivamente de militantes o de ciudadanos que entienden algo de tecnología. Una democracia virtual es una democracia que no existe. La democracia directa, por el contrario, siempre se ha concebido como una democracia de diálogo: las decisiones se toman hablando, escuchando las ideas del otro y explicando las propias. Si ese procedimiento se reduce a pulsar el botón del mando a distancia, no tenemos una democracia sino solo una
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manifestación de la voluntad. La interactividad inmediata pierde su contenido y se transforma en peligroso multiplicador de la estupidez” (Sartori, 1995 En: Stagliano, 1998).
En último término Stagliano sitúa su crítica retomando la idea básica de los padres fundadores de la democracia norteamericana en la que se señala la obligación de quitar al pueblo el delicado poder de hacer las leyes, a través de una democracia representativa que se oponga al fantasma de las pasiones populares desencadenantes.
5.2. Wim Van de Donk: la informatización de la sociedad Los comentarios de Van de Donk (1995, En: Breindl y otros, 2008 y Macpherson, 1997) recogen el punto fundamental de Wright pero cambian el centro de la saturación hiperdemocrática situándola sobre el rasgo del control social ante una informatización absoluta de todos los ciudadanos de una comunidad. Las nuevas tecnologías de la comunicación pueden introducir un cambio drástico en las formas en las que funciona el gobierno, así como alterar la relación entre representantes electos y administradores.
“Al mismo tiempo, la informatización del gobierno y la administración tiene considerables repercusiones sobre los ciudadanos que son los “consumidores” y “propietarios” de estas organizaciones. Puede tener ciertos beneficios en términos de facilitar el acceso de los ciudadanos a los delegados, funcionarios y a determinadas formas de información pública” (Macpherson, 1997), pero también fomentará una exclusión mayor de quienes se encuentran bajo las condiciones de la brecha digital y en el estado de analfabetización en el uso de los nuevos medios, debido a su complejidad y a las formas en las que los sistemas manejan los procesos de almacenamiento y utilización de la información.
Los mecanismos estatales bajo los cuales los gobiernos logran publicar la información conveniente a sus intereses, en contra de los procesos de transparencia planteados por Lévy, se ven ampliamente favorecidos por los medios de comunicación virtuales que facilitan la tarea del desvío de atención ciudadana sobre las acciones y toma de decisiones.
De otra parte, la informatización del gobierno y de la administración pública (por no mencionar la obtención de información privada y corporativa) hace, en principio, mucho más fácil el control central y la manipulación de ciudadanos y poblaciones (Macpherson, 1997). Existe el peligro del “ser humano transparente” y de un sistema de “Orwell en Atenas” (Van de Donk, y otros, 1995).
Centrado en la crítica a la concepción del ciudadano transparente y a la posibilidad del órgano de poder de manejar sus medios de información, Van de Donk plantea una crítica básica al modelo propuesto por Lévy, incluso adelantándose a la noción del filósofo canadiense. El constante imaginario, asociado a la ciencia ficción, de una sociedad controlada completamente por la vigilancia informática constituye el eje central del juicio propuesto.
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5.3. Ignacio Ramonet: el sueño utópico de la comunicación armoniosa El cambio de época que supuso el ingreso de internet en la década de los noventa se correspondió con posiciones que oscilaban entre el éxtasis y la horrorización sobre las consecuencias que el nuevo medio de comunicación, con su gran componente de innovación tecnológica, podría traer a las relaciones entre las personas. La moda de la tecnología de las redes, impulsada por el mercado y por el sistema capitalista –que bajo internet logró un avance en el proceso de desregulación en el movimiento libre de capitales‐ originó el desarrollo masivo de la “Galaxia Internet” que permitía, con la introducción de la World Wide Web, un uso cómodo para los usuarios (Ramonet, 1998 pág. 11).
El renacimiento del sueño utópico de la comunicación humana universal y armoniosa siempre ha estado presente en los primeros años de la introducción de los medios de comunicación, basados en avances tecnológicos, en la vida de las personas (telégrafo, radio, televisión, internet). Para Ramonet, quien preveía un desplazamiento masivo de los usuarios de las pantallas de la televisión a las nuevas pantallas del ordenador para el año 2000 –movimiento que empieza a ser evidente en la segunda parte de la primera década del siglo XXI‐, el problema de la invasión de la tecnología en la vida cotidiana de los ciudadanos se sitúa en el uso equivocado que el mercado haría de las redes centrado en el objetivo de su acumulación económica y la explotación comercial, lo que conduciría a una mayor exclusión social.
En el plano de la democracia práctica, Ramonet se sitúa en la línea de Wright al criticar las posiciones favorables a la democracia directa. Las intenciones del voto desde el ordenador coinciden con la oportunidad ciudadana de tomar sus propias decisiones sin intermediarios ni procesos burocráticos y evitando, sobre todo, la influencia y el peso político del lobby. Sin embargo, este tipo modelo de democracia, en las circunstancias de complejidad de medios de comunicación y con las condiciones de relacionamiento social en las que los medios tienen aún un poder casi absoluto de dominio de la opinión pública, reintroduce el concepto de la pasión en el terreno político, aislándose de los principios básicos de la democracia que supone un distanciamiento de los hechos para que las decisiones se tomen con una adecuada y necesaria reflexión. Los grandes monopolios de la comunicación pueden controlar numerosos espacios de internet minando la posibilidad de generar un verdadero sistema de pluralidad en las informaciones (Ramonet, 1998 págs. 12‐13).
Ramonet critica la posición según la cual la comunicación constituye un progreso social por sí misma y, situándose en el contexto de las primeras experimentaciones de internet, aún antes de la burbuja del puntocom, declara que es imposible que la comunicación ayude a construir los lazos sociales en un ambiente informativo dominado por los controles e intereses comerciales en el que se profundizan las desigualdades, una desigualdad constituida desde entonces con un agregado informático: la diferencia que marca una exclusión social definitiva entre los inforicos y los infopobres (Ramonet, 1998 pág. 15).
El papel otorgado a la ciudadanía como actor social definitivo en la instrumentalización de internet para sus propios usos y necesidades será, para Ramonet, la única posibilidad de que el
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nuevo medio contribuya a la democratización de la toma de decisiones públicas: “internet contribuye sólo si los ciudadanos se apropian de él” (Ramonet, 1998 pág. 15).
5.4. Paul Virilio: el accidente a gran velocidad La democracia, concebida como un sistema político asegurado por unas dimensiones geopolíticas y geoestratégicas definidas en un espacio específico, queda ante un peligro inminente cuando la velocidad en el intercambio de información producida por internet altera la relación entre el sistema de elecciones y de representaciones y las condiciones físicas y territoriales que delimitan un lugar: un país, una ciudad. Las autopistas de información aumentan la desorientación social (al respecto de la información que el público recibe de los múltiples actores) y profundizan la desregulación social, mientras perfeccionan la desreglamentación de los mercados y la industria financiera.
La anterior reflexión de Paul Virilio (1998) se sitúa sobre el traumatismo que se sucede tras la implementación y consolidación del nuevo medio de comunicación, planteando una perturbación aún mayor de la percepción de lo real sobre el campo político, económico y social. El efecto del progreso de la técnica hace necesario que se combata su negatividad específica que, concentrada en las autopistas de la información, desorienta el sentido de la alteridad y de la relación con el otro mundo. Virilio asume que el profundo trastorno de la pérdida de situación perturba las relaciones sociales, pero que, sobre todo, tiene una afección directa sobre el sistema democrático del cual los ciudadanos dejarán de exigir su carácter representacional.
“La tiranía de la velocidad límite va a oponerse a la democracia representativa” (Virilio, 1998) y las ideas de ciberdemocracia, democracia virtual o democracia de opinión que sustituye a la democracia de los partidos políticos, causará la desorientación de lo político a favor de un sistema político de características audimat o de sondeos de opinión19.
Virilio se opone al ideal de mundialización promulgado por los discursos utopistas de la red y sitúa su posición sobre el fenómeno de la virtualización en el que concibe a la globalización de las telecomunicaciones como un accidente general, como el “accidente de los accidentes” dentro del cual la “crisis bursátil no es sino una prefiguración liviana” (Virilio, 1998) de los
19 En la discusión sobre la democracia de los sondeos de opinión, Philippe Quéau también hace referencia a los fenómenos de la manipulación política de los analfabetos digitales como presas fáciles para los brujos de la información (Quéau, 1998 pág. 195): “La sociedad comienza a estructurarse como un conjunto de elementos que tienen, en su totalidad, una función virtual, cuyo último avatar está formado por la democracia electrónica con sus perfiles inquietantes”. En el terreno político, la virtualización de la opinión ha tenido un progreso notable con la intensificación de los sondeos (ahora vistos como medios de participación y de compromiso político ciudadano) y con la creación de los ayuntamientos electrónicos. Los peligros, para Quéau (1998), se establecen en dos dimensiones: La democracia en tiempo real esconde el peligro de la multiplicación de los sondeos y, con ellos, la segunda dimensión: la instauración de los elementos de la democracia electrónica a partir de empresarios privados, como los mismos sondeos o votaciones que, en principio, no tienen más que un carácter indicativo.
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peligros de la desreglamentación absoluta y de la pérdida del sentido democrático sobre un asidero territorial y espacial específico.
El culto rendido a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, de acuerdo con Virilio, puede contribuir al perfeccionamiento democrático sólo si se ubica a favor de una lucha en contra de la “caricatura de sociedad mundial” que preparan e inducen las multinacionales económicas lanzadas completamente a la construcción de las autopistas de la información, como elementos que favorecen la liberalización de mercados.
La pérdida de la territorialidad a favor de la expansión de los mercados y la consiguiente automatización de los ciudadanos hacia los sondeos de opinión como factores de decisión política, sitúan la reflexión de Virilio hacia una visión de la sociedad acrítica que, en el funcionamiento veloz, instantáneo de las redes de internet, permite la adecuación de los discursos sociales, de la opinión pública, a las necesidades sistémicas planteadas e ideadas por la realidad construida en las instituciones tradicionales del poder. El cambio desde internet se plantea en el descubrimiento y en la exhibición de tales adecuaciones y en la opción de una reorientación del sentido político, desde la ciudadanía.
5.5. Lloyd Morrisette: la amenaza plebiscitaria Con los medios analógicos los políticos encontraron un sistema en el que podían hacer disponible una información a un costo muy bajo por persona. Sus enormes beneficios se han multiplicado con la nueva tecnología ya que, los mismos actores políticos, pueden, ahora más que nunca, preguntar sobre cuestiones importantes directamente al público obviando lo importante que es en un proceso de negociación el tiempo necesario para pensar y debatir, levantando los peligros de los plebiscitos nacionales: “Las tendencias hacia la democracia plebiscitaria son completamente evidentes y el progreso tecnológico solo puede hacer una cosa: acelerarlas” (Morrisette, 2003 pág. 26).
Los estudios de Lloyd Morrisette (2003) han indicado que el uso y el mal uso de las iniciativas ciudadanas, apreciadas como otra forma de libertad, demuestran las ventajas y las desventajas de los plebiscitos en los que el voto siempre está acompañado de una serie de iniciativas complejas que disuaden al ciudadano en la forma de expresar su juicio. Los resultados, por tanto, dependen de la efectividad de la publicidad política y no del pensamiento sopesado y frío de la ciudadanía educada.
Las aparentes limitaciones y fallos de los procesos e iniciativas sugieren los peligros evidentes de las nuevas tecnologías electrónicas que circulan por la idea básica desarrollada en las anteriores posturas críticas descritas:
• La manipulación sustituye a la educación.
• La publicidad sustituye a la cuidadosa selección de información.
• Los debates y las deliberaciones pueden ser sobrellevados por la adrenalina de una reacción inmediata.
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• Las opiniones minoritarias y objeciones se pueden perder en la voz de la multitud (Morrisette, 2003).
A partir de la identificación de los fallos en los procesos de iniciativas ciudadanas, en los plebiscitos y en sus transversales procesos de demagogia y propaganda, Morrisette sugiere los seis requerimientos necesarios para definir los usos democráticos de los nuevos medios de comunicación y de sus tecnologías interactivas de información: acceso, información y educación, discusión, deliberación, elección y acción. Sólo con esas condiciones las iniciativas nacionales pueden pasar a ser parte de las libertades futuras que deben inscribirse como procesos vitales e importantes y que, por tanto, necesitan reflejarse en la legislación y en su consecuente acción ejecutiva.
5.6. Slavoj Zizek: el lado oscuro de la sociedad política Al sentirse el sistema político libre de toda mancha en su accionar, la legitimidad ciudadana con la que contaría le permitiría asegurar el cumplimiento del equilibrio institucional. La gestión pública limpia permite un juego democrático amplio en el que la ciudadanía puede, en caso de querer implicarse, investigar sobre el accionar de sus representantes y sobre la eficacia de las acciones políticas que ellos han implementado. La transparencia, entendida como la visibilidad que los ciudadanos tienen sobre las acciones y decisiones institucionales, es sin embargo, un concepto que recoge una tradición pasada de moda. Los mitos contemporáneos del ciberespacio se concentran en la base de la transición entre la época moderna y la época posmoderna. El paso de la cultura moderna del cálculo a la cultura posmoderna de la simulación es un indicador del cambio de sentido que define, en la época de la virtualidad, el término transparencia. Para la modernidad, la tecnología mantenía la ilusión ante la posibilidad de comprender el funcionamiento de la máquina; como en la política cuando intentamos comprender el funcionamiento de los presupuestos, de las acciones de determinado gobierno o de las decisiones de nuestro representante. En la posmodernidad, lejos del intento por la comprensión, la transparencia se centra en la interfaz que oculta el funcionamiento de la máquina que se encuentra detrás. El universo mantiene una confianza ingenua en la pantalla que vuelve irrelevante la crítica (Zizek, 2006: 218‐219).
El concepto utópico anotado por Lévy se enfrenta al cuestionamiento de Zizek sobre las nuevas realidades transparentes construidas por las herramientas virtuales de internet. Dentro de las comunidades virtuales –y fuera de ellas‐ la disputa se agudiza marcando las tensiones entre los discursos institucionalizados de la posmodernidad aparente y la crítica moderna realizada por actores individualizados y agrupados que intentan retomar y redescubrir los bytes, cables, chips y corrientes eléctricas que sostienen las interfaces de las realidades construidas. A lo que se sigue una cadena infinita –como la misma red‐ de respuestas de parte y parte, de agrupaciones de parte y parte, que desgastan el efecto de la deliberación democrática ante su poca posibilidad de acción como empoderados electrónicamente, y que
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conduce, irremediablemente a las condiciones de la hiperdemocracia en las que las discusiones quedan archivadas en algún lugar del ciberespacio.
El planteamiento de Lévy de la sociedad transparente queda cuestionado ante la cultura de la realidad virtual, que no imita sino que simula la realidad a base de generar una semblanza de la realidad. Con la simulación se desnaturaliza retroactivamente la realidad mostrando el mecanismo responsable de su generación, sin que la comprensión del mismo destruya la ilusión por él creada (Zizek, 2006: 212‐213). Al contrario, le otorga un refuerzo sensorial como efecto de la acción mecánica, estratégica y, por supuesto, ‘transparente’.
Zizek termina su crítica a la sociedad transparente y armónica del ciberespacio anunciando el desencantamiento con la idea de la aldea global unificadora en internet. Lo que existe en las redes virtuales es un bombardeo sin normas de una multitud de mensajes que representan universos inconsistentes e incompatibles. “No hay aldea global, sino una multitud de pequeños otros. Pequeñas identificaciones tribales a nuestra elección. "¿Por qué habría de llevar a mejores resultados una discusión democrática en la que participe la mayoría, si la mayoría sigue en la ignorancia a nivel cognitivo?" (Zizek, 2006).
6. El modelo de la democracia directa: una posible evaluación El cuadro de evaluación propuesto a continuación (Tabla No. 5 a partir de la Tabla No. 1) presenta 10 puntos de mira a las condiciones de los modelos de democracia planteados anteriormente. Iniciando con las tres características del modelo de análisis (ejes básicos de acción política, niveles de participación y herramientas de la Web 2.0), en la Tabla se proponen otras variables de medición que responden a las relaciones entre las instancias del Estado y las organizaciones de la sociedad civil a partir de la inclusión de los valores propios de la democracia electrónica propuesta.
Tabla 6. Evaluación del modelo de democracia electrónica directa
Subclasificación Plebiscitaria Distribuida Identificación
Nueva era ateniense
Nueva nación digital
Comunidades virtuales
Más allá de la democracia electrónica
Aspecto de evaluación
Ejes básicos de acción política
Información
Clave del modelo. El proceso de decisión se centra en la información que los ciudadanos tengan para tomar las decisiones.
Clave del modelo. Su base es la completa información de los ciudadanos para que puedan realizar una elección racional.
Clave del modelo. La concepción de la transparencia simétrica plantea el problema de la información como el fundamento de las relaciones legítimas entre el gobierno y los gobernados.
La información de cada actor, usuario‐emisor, está siempre disponible para todos los usuarios. El eje básico de acción se cumple, pero no es el punto fundamental del modelo.
Discusión Presente pero no es trascendente.
Ausente
La característica del poder decir y poder mostrar de los ciudadanos se
En la blogosfera se realiza el proceso de cristalización –o no‐ de las
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hace evidente en el proceso de discusión. Cada uno expone sus opiniones y se presenta como una posible elección en el juego plebiscitario o de referendos.
propuestas formuladas por los usuarios. Las lógicas de contagio, más que de discusión, responden a las elecciones siempre cambiantes (modas y coyunturas) de los usuarios de la Red.
Participación Reducida a la votación
Reducida a la votación
Reducida a la votación, referendos y consultas on‐line.
En la movilización social, el nuevo sujeto colectivo encuentra la función de incidencia en la agenda pública de las acciones de gobierno tras la presión social de la ciberturba.
Niveles de participación
Permitir
Es permitido elegir y participar en las discusiones en el ágora virtual, pero los ciudadanos no son parte integrante de los procesos de diseño, implementación o evaluación de la política pública.
Los ciudadanos pueden elegir electrónicamente, pero no inciden en el proceso de construcción de las opciones políticas, económicas o sociales sobre las cuales decidir.
Las comunidades pueden deliberar y tomar las decisiones propias sobre los procesos sociales que han diseñado de forma autónoma y descentralizada. El Estado plantea una comunicación bidireccional frecuente con los ciudadanos.
Todos los procesos políticos y sociales son permitidos en el modelo. El ciudadano puede diseñar, implementar y evaluar las acciones públicas y proponer sus posiciones en la blogosfera.
Comprometer
No hay un compromiso ciudadano claro, excepto el derecho de participar en las votaciones.
Los ciudadanos no asisten a ningún compromiso social ni político. La democracia es una decisión informada racionalmente sobre opciones construidas desde las instituciones tradicionales.
Existe un compromiso con la comunidad a la cual se pertenece y a los proyectos que en ella se desarrollen. También un nivel de exigencia a las instituciones para que sus actuaciones e informaciones sean totalmente transparentes.
El compromiso de cada usuario es completamente libre en cuanto la identidad es desconocida. El ciberactivista comprometido participará en las acciones sociales propuestas hasta llegar a la ciberturba.
Empoderar
No hay una noción de empoderamiento pues el ciudadano no hace parte del proceso de elaboración de la política. No hay un sistema de
El empoderamiento queda restringido a las decisiones que el individuo realiza sobre una opción política dada, de la que tiene alguna
Las comunidades, sustentadas en la autonomía, en el proceso de descentralización y en su capacidad de construir la inteligencia colectiva, tienen la
Bajo el lema “empowering people” el modelo del ciberactivismo tiene el objetivo de la incidencia en la política pública de acuerdo a las exigencias
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participación. información. Si hay empoderamiento en el proceso del mercado, en la política corresponderá la misma clase de reconocimiento a las opiniones de la ciudadanía.
competencia y el espíritu de autogestionar sus necesidades y de presentarse como un actor social relevante que establece mecanismos de servicios para sus propias necesidades (en competencia con otros actores públicos y privados) bajo las aplicaciones de la ley general que el Estado debe regular.
acordadas en el proceso de deliberación. Las acciones ciudadanas de incidencia política son un claro ejemplo de potenciación de la participación y del compromiso social.
Herramientas de la Web 2.0
Blogs – Wikis
Tanto como las propias páginas web, los blogs son las principales herramientas de intercambio y difusión de información de una temática específica. Las wikis son espacios aún difíciles de utilizar que implican una mayor dedicación del usuario en su alimentación y retroalimentación.
Los blogs son utilizados para alimentar la discusión sobre las temáticas de toma de decisión. Los usuarios adquieren la información desde los agentes que ellos mismos deseen, que hablan a través de los blogs, sin necesidad de los intermediarios mediáticos que deciden qué actor habla y cómo habla.
Como medio de expresión de la comunidad y de los actores intervinientes en los procesos que ella considere pertinentes, el blog es un medio que permite profundizar el concepto de la transparencia en la rendición de cuentas y que permite conocer la opinión de los miembros de la comunidad. Como elemento para compartir conocimiento entre miembros de la comunidad también desempeñan un papel importante.
Fundamentales para el desarrollo de la discusión de las ideas y como vehículos de propagación de las propuestas emanadas de los usuarios. El conjunto de blogs conforman la blogosfera como espacio de desarrollo del ciberactivismo.
Marcadores Sociales
Es una herramienta poco utilizada por los ciudadanos en general. Puede ayudar a construir un marco de información muy importante para el modelo y para los ciudadanos interesados en la captación de información relevante sobre la
De acuerdo con las preferencias de los usuarios, los marcadores pueden realizar una tarea básica en la selección de las temáticas fundamentales y eliminar el problema del exceso de información basura predominante en
Su uso puede enriquecer la discusión y la producción de contenidos dentro de la comunidad.
Subutilización de la herramienta. La información sobre la acción social no es lo más importante dentro del modelo.
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temática de la decisión.
las redes telemáticas.
Redes Sociales
Subutilización de la herramienta.
Subutilización de la herramienta.
Gran espacio de encuentro y de diálogo entre los miembros de la comunidad. Ideal para compartir conocimiento y experiencias. Problema: puede provocar un exceso de información y de discusión.
Espacio que posibilita la construcción de un diálogo adecuado a las necesidades del modelo. Problema: exceso de discusión.
Otras herramientas relevantes para el modelo
Foros – Páginas oficiales de las instituciones– Chat informativo – Correo electrónico
Foros – Páginas oficiales – Chat informativo – Correo electrónico
La construcción de la comunidad implica espacios virtuales propios (de las tradicionales comunidades virtuales) o de redes sociales que les permitan un reconocimiento de identificación y varias plataformas de intercambio de conocimientos y de información.
No, su base se halla en las redes sociales y en la blogosfera, lugares en los que el usuario es quien alimenta completamente los contenidos publicados.
Rol del Estado
Centralizador de las decisiones tomadas por la ciudadanía.
Centralizador de las decisiones tomadas por la ciudadanía.
Independencia de la sociedad civil. Descentralización. El Estado es otro actor más en el juego político. Rol centrado en la aplicación de las leyes.
Distribución del poder social en redes. El Estado debe adoptar las demandas de la movilización social.
Papel de los medios de comunicación tradicionales
Pieza clave de la infraestructura global de las comunicaciones. Impulsores de las autopistas mundiales de la información.
No son necesarios. Cada actor político comunica directamente con la ciudadanía.
Deben apoyar el proceso de la transparencia simétrica.
No tienen papel. Cada ciudadano es su propio medio de expresión.
Representación
No es necesaria para los procesos de elección, pero no se menciona su desaparición
No es contemplada en el modelo.
No es necesaria para el desarrollo del modelo aunque no se habla de su desaparición
No existe una representación de la acción colectiva.
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Esfera Pública
Foros de discusión pública para la exposición de opiniones.
Aunque existen canales de discusión entre individuos, la esfera pública no es nada relevante. El centro está en la decisión individual.
Comunidad como renovadora de la esfera pública
Es la blogosfera en donde se desarrolla el intercambio de ideas entre los millones de usuarios y en el que se aplica la lógica de las epidemias. La blogosfera es el lugar de la esfera pública.
Movimiento social No No No Centro de la acción política
Rol de la Comunidad Sin rol. Fundamento en el individuo libre
Sin rol. Fundamento en el individuo libre
Papel principal. Es la base del modelo.
Papel básico, como agregación de ciudadanos individuales.
Mecanismos de participación Elecciones – Foros ‐ Plebiscitos
Elecciones ‐ Plebiscitos
Elecciones – Plebiscitos – Referendos
Acciones directas de movilizaciones sociales – Ciberturbas
A partir de lo expuesto en el Cuadro No. 1, podemos proponer las siguientes observaciones:
• El centro de los ejes básicos de la acción política se sitúa en el plano informativo, dejando la discusión y la participación en situaciones de menor importancia. El proceso de construcción de la opción política, de la política misma, está ausente de las posibilidades generales del modelo, y los mecanismos electrónicos propuestos aún están lejos de posibilitarlo, bien por la complejidad de los seguimientos, bien por la infinidad de la información o bien por la ausencia de la voluntad política misma.
• La participación está concentrada en los procesos de votación o elección directa. Sin embargo, son muy pocos los casos de decisiones políticas en los que se haya realmente tomado una decisión a partir de una votación electrónica.
• Tanto la comunidad virtual como la blogosfera constituyen espacios importantes de consolidación democrática pues permiten mayores lugares de acogida al diálogo y al debate participativo sobre las ideas y temáticas específicas.
• Salvo en el caso de la comunidad, los compromisos ciudadanos con el proceso de toma de decisiones y con la elaboración de las políticas públicas son extremadamente bajos y poco motivados por los mecanismos de la democracia electrónica directa.
• La búsqueda del empoderamiento se sustenta en la construcción colectiva del proceso democrático en la red. En esas condiciones, los modelos sustentados en el individualismo (casi mercantil), dejan en claro su escaso aporte al fortalecimiento de los lazos y del capital social.
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• Existe una relación directamente proporcional entre el empoderamiento y la herramienta básica de la Web 2.0 implicada en su desarrollo. Las aplicaciones que permiten la utilización y el intercambio de más recursos que la simple información fomentan un nivel mayor de compromiso ciudadano y un mayor grado de potenciación de las capacidades comunitarias.
• Asimismo, la preferencia en el uso de las redes sociales y la blogosfera como espacios de mayor empoderamiento, se conecta con la simplicidad en el uso de la herramienta. La sencillez y la adaptabilidad a las necesidades del usuario resultan fundamentales para el ciudadano que pretende participar activamente a través de internet.
• El rol del Estado en los modelos analizados intenta ser, en cada caso, reducido a su máxima expresión y limitado a dos situaciones: administrar la aplicación de las leyes y asumir las decisiones de las elecciones de la ciudadanía (o de las movilizaciones sociales, en el caso de la pluriarquía). La base estatal, a su vez, contiene en el planteamiento principal del modelo una base propia de centralización que se ve contrastado con otra relación proporcional directa: entre mayor es el peso de la comunidad, mayor será la capacidad de autonomía de las sociedades y mayor será el grado de descentralización.
• Los medios de comunicación tradicionales sufren una crítica importante como los motores tradicionales de la opinión pública y como elementos fundamentales del proceso democrático. Son asumidos con un rol secundario, salvo en el primer caso en el que sustentan el andamiaje del mercado y de la construcción de las autopistas de la información.
• La representación política (incluyendo a los grupos de presión, los partidos políticos, los parlamentos y los mismos medios de comunicación) es evidenciada como el problema principal a eliminar de la cadena de participación política dentro del sistema de la democracia electrónica.
• La esfera pública asume, al igual que los medios de comunicación tradicionales y la discusión, como eje de acción política, un lugar limitado en el proceso de la democracia electrónica.
• La comunidad presenta dos vías o caminos: de un lado, en los modelos basados en el individuo, queda totalmente excluida de los procesos democráticos. De otro, en las propuestas que vinculan la acción o la asociación colectiva, es la base del éxito en la consolidación de las acciones democráticas en la red.
• Por último, es conveniente resaltar que los mecanismos de participación privilegiados por el modelo se concentran en dos extremos: por una parte, en el que implica la menor incidencia social así como el mínimo compromiso ciudadano: la votación o el
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Mapa 9. Tránsito entre la democracia directa y la democracia liberal
Modelo de democracia directa
Información Base de la relación política
Modelo de ciudadano informado
CRISIS PUNTO COM
CAMBIO EN EL PROCESO POLÍTICO
Críticas al modelo existente
Refuerzo al Sistema Representativo
Nuevo Sujeto Social: Comunidad
REDES SOCIALES ON‐LINE
REVALORIZACIÓN DE LA ESFERA PÚBLICA
Mejora en el sistema participativo de toma
de decisiones
Modelo de democracia
liberal
Contexto: Revalorización de la autonomía para la formación de comunidades
plebiscito y, por otra, la construcción de la ciberturba como un ingrediente de alta movilización social y de alta implicación física y organizativa.
7. El paso de los modelos de democracia directa a los modelos liberales de la democracia en internet: una nueva forma de representación de la ciudadanía Las principales críticas que el modelo de democracia directa recibe de los teóricos se centran en su eje establecido sobre la información como el motor del desarrollo democrático. La información, como mercancía dentro del sistema de mercado que promueven las autopistas de información, queda automáticamente desvalorizada y desprestigiada con la llegada de la crisis del puntocom. Asimismo, las ideas directas cercanas a la utopía democrática pasan de largo sobre la importancia del control legislativo de la actividad ejecutiva. El viejo paradigma del control y equilibrio entre los poderes públicos es rápidamente superado por los visionarios del primer internet capaz de reasumir el mito de los antiguos medios de comunicación.
La nueva etapa de creación teórica refleja el constante debate que se sigue entre quienes piensan que internet debe favorecer la democracia directa y con ella un nuevo sistema de gobierno participativo, y quienes ven la herramienta tecnológica como un elemento adicional de mejora de las condiciones institucionales dadas. El modelo liberal rescata el equilibrio de poderes y se centra en las posibilidades de internet para, por una parte, devolver la
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credibilidad al sistema representativo, a través de los sistemas de intercomunicación y rendición constante de cuentas entre los representantes y representados.
Por otra parte, el modelo mira a internet como la llave que abre las puertas a la consolidación de un nuevo sujeto social que, organizado a través de las herramientas telemáticas, es capaz de rescatar la figura de la comunidad, con un nuevo concepto de territorialidad, que gestiona y organiza sus propias demandas y oportunidades públicas en comunicación con el sistema representativo.
En el trayecto de la democracia directa a la liberal se retoman las características del Ágora griega en cuanto a la configuración de la esfera pública y se redefine el concepto de la autonomía ciudadana, sólo ejecutable a partir de la pertenencia a una comunidad y definida por su incidencia empoderada sobre las decisiones públicas que le interesan.
El modelo liberal plantea así un modelo de análisis para la democracia electrónica completamente distinto al modelo de la democracia directa. El tercer capítulo busca presentar las principales discusiones que componen esa diferencia.
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CAPÍTULO TERCERO: LA DEMOCRACIA LIBERAL EN INTERNET
El tercer capítulo de la monografía pretende acercar la discusión sobre las propuestas de modelos de la democracia en internet al proyecto realizado desde la doctrina del liberalismo, con la selección de algunas de sus vertientes pertinentes para el análisis de su aplicación dentro de las herramientas de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. El modelo liberal es una respuesta a las críticas que sobre la democracia directa fueron planteadas en el capítulo anterior situándose, por una parte, en una concepción diferente y más activa del paradigma de la ciudadanía basado en la información y, por otra, en el fortalecimiento del sistema representativo como punto nodal del funcionamiento democrático.
En primera instancia se han identificado las discusiones que presentan la reconstrucción del sentido comunitario y local de la democracia evidenciando las posibilidades de las comunidades virtuales y de su desarrollo democrático en el ciberespacio. A partir del planteamiento de la pluralidad y del nuevo sentido de la territorialidad, las discusiones presentan un nuevo tipo de ciudadanía que articula el sentido del proceso político hacia un modelo sustentado en la deliberación comunitaria.
En la segunda parte del capítulo se abordan una serie de métodos de clasificación utilizados por varios autores en los que se presentan cuatro propuestas de modelos democráticos que se construyen con entrecruces de variables oscilantes entre los tipos de democracia propuestos, los tipos de tecnología utilizados, las formas de participación privilegiadas, el modelo de ciudadanía y el nexo político existente. Las propuestas formuladas intentan responder a la acomodación de las instituciones democráticas y de sus prácticas y procesos políticos a las nuevas posibilidades de la electricidad (de la tecnología).
El tercer modelo presentado en esta parte del trabajo se refiere a la propuesta de la democracia de monitoreo. El prototipo democrático evidenciado presenta la figura del ciudadano vigilante que ejecuta acciones (en conjunto con otros ciudadanos interesados) únicamente como respuesta a la emergencia de procesos críticos institucionales. Su misión, como ciudadanos, es realizar los movimientos necesarios para recomponer el estado de cosas dado y, una vez resuelto, volver a su rol de ciudadanos alejados de la política. Al final, el modelo responde a la formación casi hobbesiana del contrato social.
La esfera pública del ciberespacio es el nudo gordiano del cuarto modelo expuesto. Con el ideal de alcanzar un diseño institucional que proporcione un accionar normativo y deliberativo eficiente, es posible pensar en la participación ciudadana en la toma de decisiones desde los lugares virtuales construidos como esferas públicas virtuales. La ciberdemocracia encuentra su punto más alto en el desarrollo de los espacios de deliberación pública con incidencia en el sistema representativo.
Las piedras del camino constituyen el punto final del capítulo. Centradas en las dificultades que debe superar el diseño institucional para emprender un verdadero cambio en el proceso de toma de decisiones sustentado en las herramientas de internet, las piedras se sitúan en el
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problema de la clarificación de las identidades en el ciberespacio; en la dificultad de encontrar un compromiso ciudadano político sostenible y real; en la concepción idealista que se realiza sobre la ciudadanía; en la aparición de puntos de discusión que alteran la confianza sobre las redes (individualismo extremo, poca tradición deliberativa on‐line, ausencia de un sistema legislativo apropiado a las necesidades de las redes y de los usuarios y un diseño tecnológico ineficiente), y en la caracterización de la brecha digital y de la alfabetización mediática como dos barreras que deben ser superadas como un paso previo para la democratización a través de las redes telemáticas.
El capítulo, como los anteriores, encuentra su cierre con el modelo metodológico de análisis en el cual comparamos, a partir de variables determinantes para el proceso político, los diferentes modelos presentados y en el que realizamos algunas observaciones relevantes para el estudio.
A manera de resumen, la siguiente tabla señala, de acuerdo a los criterios establecidos en la metodología propuesta para la investigación, un resumen general de las Teorías Sustantivas expuestas en el presente capítulo, que se enmarcan entre el supuesto paradigmático de la diada comunicación–tecnología como elementos que, per se, significan un desarrollo democrático y que se plantean dentro de la teoría general de las propuestas de modelos de democracia electrónica que hemos denominado “Teoría de la Democracia Liberal”:
Tabla 7. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica: Teoría de la Democracia Liberal
Supuesto Paradigmático
Teorías Generales
Teorías Sustantivas
Proposiciones Teóricas Autores
Principales Críticas
Principales
Tecnolog
ía + Com
unicación = Desarrollo
Dem
ocrático
Dem
ocracia Libe
ral
1. Democracia Jeffersoniana
a. Centro en el sistema representativo y el ciudadano como parte del proceso deliberativo.
• Michael Shudson
• Patrice Flichy
• Henry Jenkins y David Thorburn
• Pierre Lévy
• Howard Rheingold
• Doug Shuler
• Amitai Etzioni
• David Winston
• Andrew Chadwick
• Roger Hurwitz
• Mark Poster
• Jurgen Habermas
• Benjamin R. Barber
b. Pequeñas comunidades locales.
c. Privilegio de la vida individual con dosis de pluralismo.
2. Democracia Representativa
a. Fortalecimiento de la democracia representativa.
• Martin Hagen
• Jan Van Dijk
• Andrew Chadwick
• Roger Hurwitz
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b. Consolidación de la democracia de base comunitaria. Modelos Bottom‐Up
• Chistine Bellami
• Joan Subirats
• Fernando Harto de Vera
• Andrew Chadwick
• Jurgen Habermas
• Benjamin R. Barber
c. Integración de los ciudadanos a las discusiones on‐line de las decisiones públicas.
3. Democracia de Monitoreo
a. Centro en el ciudadano vigilante.
• Roger Hurwitz
• Henry Jenkins
• Andrew Chadwick
• Jurgen Habermas
b. Papel ciudadano en acciones de emergencia y de crisis.
c. Preponderancia al factor informativo dentro de la acción ciudadana democrática.
4. Democracia Normativa‐Deliberativa
a. Centro en la deliberación pública de asuntos ciudadanos en la comunidad.
• Jurgen Habermas
• Benjamin R. Barber
• Pierre Lévy
• Philipe E. Agre
• Mike Westling
• Andrew Chadwick
• Roger Hurwitz
• Slavoj Zizek
• Sherry Turkle
• Yanal Breindl
b. Reconfiguración de la esfera pública como escenario de la discusión.
c. Empoderamiento de la ciudadanía a partir de la deliberación en la esfera pública.
1. Internet como impulsor de las instituciones representativas: al rescate de la democracia jeffersoniana La construcción del modelo teórico de la democracia liberal adquiere en las tecnologías de la información y de la comunicación una base que sitúa el centro del modelo en el fortalecimiento de las instituciones representativas del Estado como fundamento del escenario democrático. En ese fortalecimiento de la representatividad el papel de la ciudadanía es altamente reforzado y potenciado a partir de las nuevas herramientas propuestas por internet. Los valores de la comunidad, de las prácticas políticas en pequeños espacios y de su proyección a las actividades políticas oficiales, realizan un llamado a los principios de la representatividad, retomando las críticas realizadas a la democracia directa y
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posibilitando nuevas relaciones entre los ciudadanos (con sus roles claros) y sus representantes.
De entrada, el impulso de la nueva ciudadanía a partir de las innovaciones tecnológicas realiza una crítica al modelo de ciudadano ejemplar sustentado en la idea, traída de la cultura hacia el progresivismo, de que un buen ciudadano es aquel que se encuentra bien informado20. Michael Shudson (2003 pág. 59) define a la información como necesaria para la democracia. Sin embargo, advierte, en su explicación sobre los conceptos de ciudadanía dentro de los modelos de la democracia de derechos21, de partidos22 y de confianza23, que la información por sí misma es inerte y que no ha constituido nunca la finalidad última de la democracia. Para Shudson, los nuevos medios que necesariamente se integran en la concepción de una nueva democracia política, deben garantizar la comprensión seria de la ciudadanía que no puede pasar por el reciclaje de la vieja noción del ciudadano informado (2003 pág. 49).
El modelo propuesto por Shudson se centra en la consideración de la democracia en la era digital como un paso posterior del examen detenido de las prácticas políticas y de su adaptación a los nuevos medios: “When we can more clearly see what is going on at the level of people who spend their full time work on politics, we can better learn what digital Democracy might bring to the ordinary people” (2003 pág. 57). Para el desarrollo del modelo, el entendimiento de la cotidianidad ciudadana es fundamental puesto que internet no borrará las estructuras, comportamientos y tradiciones (las instituciones informales) de la política.
20 “This is the only model that springs readily to mind when people think about the connections between democracy and digital media” (Schudson, 2003 pág. 54). 21 La democracia o ciudadanía de derechos pertenece a la tipología que describe la conciencia de la ciudadanía como el elemento fundamental del rol democrático de cada uno de los habitantes de un territorio. Emerge a partir de los movimientos de los derechos civiles y se desarrolla a partir del encuentro de los movimientos y organizaciones políticas con las vías judiciales como alternativas de acceso a sus objetivos. Los alcances, antes clausurados hacia puntos de acceso pequeño en los espacios legislativos, abren las puertas a las garantías constitucionales de los derechos civiles y a los actos estatutarios basados en el entendimiento expandido de los derechos ciudadanos, de las obligaciones estatales y de la ejecución adecuada del principio del debido proceso (Schudson, 2003 pág. 54). 22 La democracia de los partidos se erige a principios del siglo XIX como respuesta a un mundo emergente más democrático en el que la dominación es realizada por una nueva institución: el partido político de masas. La era de los partidos y de las progresivas reformas políticas garantiza una relación política entre el ciudadano y su partido comparada con la relación de amistad en la que la membrecía al partido no es una opción sino que conlleva una valoración adjunta de pertenencia y en la que el voto no es un derecho sino una obligación de los miembros (Schudson, 2003 pág. 52). 23 La democracia de confianza está representada por el ideario de los padres fundadores de la democracia en los Estados Unidos. Dentro de sus características se destacan las siguientes: ser administrada por los hombres blancos y propietarios; dotar al voto (público y recompensado) de una función de asentamiento, restauración y reafirmación de las jerarquías en la comunidad; no contar con un sistema de evaluación política ciudadana ya que es efectuada por los representantes elegidos; no utilizar a los partidos políticos, a los grupos de interés, a los periódicos o a los ciudadanos en las calles en el proceso de la formulación de políticas; ver como peligros del orden civil a los clubes políticos (en este caso los demócratas y los republicanos), y promover un desprecio hacia el ciudadano informado dentro de un sistema en el que no hay información pública, educación ni participación ciudadana en los asuntos públicos (Schudson, 2003 pág. 51).
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La idea de retomar la estructura de las pequeñas comunidades locales, para el fomento de la democracia representativa a través del desarrollo de canales tecnológicos, es la segunda vía propuesta para la proyección democrática de internet y que juega en paralelo a la democracia directa. Para Flichy (2003 pág. 209), la ciberdemocracia tiene dos caminos: la alta tecnología de la democracia ateniense o la instauración de la democracia americana jeffersoniana, que en sus inicios se consolidó como un modelo de república agraria y descentralizada cimentada por la conjunción de las comunidades locales.
Dentro de la propuesta jeffersoniana, las comunidades privilegiaban la vida individual, mantenían una dosis adecuada de pluralismo, alimentaban la diversidad y se preocupaban por el mantenimiento pacífico de la vida comunitaria. Asimismo, siguiendo a Flichy, los medios de comunicación, como mediadores de la relación entre la comunidad y sus representantes, gozaban de varios roles entre los cuales se destacaban la difusión de ideas, la creación de espacios en los cuales argumentar sin miedo, la formulación de cuestionamientos al poder y la elaboración de una agenda social colectiva.
Lo que puede fortalecer la propuesta de Flichy es la argumentación propuesta por Lévy sobre la actual transformación de los medios de comunicación basada en tres grandes “líneas de transformación” (Lévy, 2002 págs. 38 ‐ 43): El declive del carácter territorial de los media y su creciente dependencia de las comunidades virtuales24, la convergencia entre los soportes mediáticos (prensa, radio, televisión, etc.) y más en general entre todas las instituciones con vocación de transmisoras de mensajes, y la aparición de los automedia como una creciente tendencia por parte de los agentes sociales por hacerse cargo de las funciones mediáticas. La liberación del discurso promovida por internet ha declarado la expansión del pensamiento de las comunidades pequeñas. “Las ideas de la Web son expresadas por quienes las generan y las piensan… El nuevo medio resulta, por lo tanto, especialmente adecuado para ir más allá de espacio público de antaño” (Lévy, 2002 pág. 46).
En ese sentido, de nuevo se realiza una crítica a los modelos centrados en las elecciones y en el uso de las tecnologías para preparar a los ciudadanos hacia las campañas políticas. Internet no es, dice Shudson, y no puede reemplazar la necesaria distribución, a través de las personas y a través de los valores, de las demandas cognitivas del autogobierno. Por eso, Shudson se plantea el interrogante hacia la expectativa de que el pueblo sea un soporte político, de que la teoría política prepare mejor a los ciudadanos para la contienda electoral que para la aplicación de la política del día a día y que se espere que cuando todos estemos conectados nos movamos muy cerca de una clase de democracia (Schudson, 2003 pág. 57).
A pesar de la situación planteada por Shudson, la respuesta sobre el favorecimiento a la pluralidad promovida por las herramientas de internet es suscrita por Jenkins y Thorburn
24 Para Lévy, los medios de comunicación se encuentran desterritorializados y han dejado de estar anclados en una zona geográfica. Ahora se han vinculado a comunidades virtuales de oyentes, espectadores o lectores dispersos por todo el mundo. “A partir del momento en que un medio en línea está estrechamente ligado a una comunidad virtual, puede dejar de mantener con ella la clásica relación difusión (por parte del emisor) y de recepción pasiva y aislada (por parte de los receptores), que era la característica de la sociedad del “espectáculo””.
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(2003 pág. 2) al señalar la diversificación de canales que plantea la introducción de la Web en las prácticas políticas. La red expande el rango de voces que pueden ser oídas en el debate electoral nacional, sin que ninguna voz pudiese hablar sin que pudiera ser cuestionada por el público‐usuario. Asimismo, al funcionar de forma diferente a como los medios de comunicación tradicionalmente han funcionado, se fomentan las características planteadas por Flichy potenciando ampliamente las capacidades ciudadanas de acceso, participación, reciprocidad y capacidad de transmisión de muchos a muchos. La emergencia del PC, plantean los autores, puede dar fuerza a la cultura democrática otorgando la opción a los ciudadanos y a las acciones de base de circular sus ideas más ampliamente que antes.
El aspecto comunitario convierte al ciberespacio, en el marco de opciones dadas, en el escenario por el cual pasa el gobierno de las sociedades: “El universo del lenguaje humano tal como esté estructurado por cierta ecología de la comunicación en un momento concreto” (Lévy, 2002 pág. 22).
La democracia, para Lévy (2002 pág. 148), resulta imposible de desarrollarse sin el sustento de la democracia local y de la consolidación de vínculos sociales a escala ciudadana y regional. Ante ello se antepone la necesidad de impulsar la construcción de comunidades virtuales de base territorial que den impulso a las nuevas formas de democracia participativa on‐line (a escala local), privilegiando las ágoras virtuales.
La crítica inicial, que se fundamenta en el cuestionamiento del modelo de ciudadanía basado en la recepción de información por parte de las instancias tradicionales del mundo político, propone una nueva consolidación democrática a partir de la redefinición de la ciudadanía y del centro del eje democrático. La consolidación de la democracia local, retomando el principio básico del modelo jeffersoniano, pasa por la estructuración de la comunidad de base territorial. Sin embargo, la nueva territorialidad ya no está dada por la convivencia en un
Diagrama 4. Democracia local como fortalecimiento de la participación ciudadana
Crítica Ciudadanía Democracia Base informativa
Consolidación
Democracia local
Comunidades
Virtuales
Locales
Fortalecimiento
Democracia participativa RelacionesInstituciones
representativas
Esfera Pública
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espacio físico sino por el encuentro en las redes virtuales. El papel de las nuevas tecnologías dentro del modelo consiste en propiciar dos elementos fundamentales: los escenarios para el desarrollo de la esfera pública como lugar de encuentro entre los ciudadanos interesados (que pertenecen a la comunidad) y el espacio de intercambio entre las comunidades y las instancias de representación existentes bajo el amparo de las leyes y de la Constitución. La reterritorialización puede fortalecer, asimismo, los niveles de cohesión de las comunidades locales territorialmente cercanas.
“La democracia se fundamenta en lo local. Si, por lo demás, su origen está en la ciudad y no en el imperio es porque la comunidad vecindaria supone en cierto sentido la escala natural a partir de la cual entendemos que determinados asuntos concernientes al conjunto de la comunidad deben regularse y decidirse colectivamente” (Lévy, 2002 pág. 65). De cualquier manera, la cercanía geográfica no desaparece en el ciberespacio; es completamente redefinida como una forma importante de proximidad semántica, como la lengua, la disciplina o la orientación política (Lévy, 2002 pág. 56).
1.1. Individualismo y descentralización: el papel de la comunidad en la construcción de la democracia en internet El paso de la visión de internet como potenciador de la democracia directa basada en el individuo a la concepción de las herramientas de las nuevas tecnologías como elementos de apoyo a la democracia representativa, demarca la escenificación de un nuevo elemento central de acción política. El nuevo sujeto social que se presenta como el actor político de las redes telemáticas es la comunidad que, si bien puede desarrollarse física, virtualmente o ser un híbrido entre las dos formas de existencia, encuentra en internet un elemento básico de su proceder y accionar cotidiano.
Los estudios de Jenkins y Thorburn (2003 pág. 8) sobre las comunidades virtuales desarrolladas en los espacios denominados Multi Users Domanis (MUD) señalaban que los grupos de usuarios organizados como comunidad adoptaban las virtudes cívicas básicas para mantener la cohesión de los grupos. Las experiencias les demostraron que dentro de las comunidades se desarrollaban debates interesantes que les permitían implementar estrategias para combatir los disensos y la conducta antisocial entre usuarios. Así, las comunidades virtuales ofrecen a quienes hacen parte de ellas la experiencia de afiliación cívica y de empoderamiento personal como los ideales de la ciudadanía.
Para Howard Rheingold, quien desde 1990 ha mantenido la intención de defender las comunidades virtuales como el centro de poder frente a las fuerzas políticas y económicas que pueden cooptar o corromper los sistemas sociales y las posibilidades democráticas de internet, el desarrollo del nuevo sujeto social puede, educándose a sí mismo y consolidando una masa importante de ciudadanos on‐line, apalancar las formas emergentes del poder económico y político mediante el apoderamiento de las posibilidades de los nuevos medios tecnológicos (Rheingold, 2000 En: Jenkins y otros, 2003 pág. 8).
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Las comunidades, superando las ideas de ser simplemente redes de ordenadores, garantizan un mayor acercamiento hacia la innovación democrática con una clara idea de orientación comunitaria. En el ejemplo de la Seattle Community Network (SCN), citado por Dough Shuler (2003 pág. 76), es posible ver cómo las prácticas a través de internet proveían de información y fomentaban la comunicación sobre y en la comunidad, promoviendo las diferentes actividades políticas, culturales y sociales de la misma. Así, resulta notoria la evidencia de entender las comunidades virtuales como nuevas oportunidades de participación en las que se propicia un diálogo igualitario entre los miembros de una comunidad específica.
En el ejemplo anteriormente citado se representan las conclusiones de Pierre Lévy (2002 págs. 66‐68) sobre las comunidades virtuales en las que su predominante carácter local les garantiza un brillante porvenir asociado a la capacidad de generación de riqueza medido en términos de su potencial colectivo de producir, registrar, utilizar y transferir información.
En la misma línea de pensamiento, Mike Westling (2007 pág. 2) señala cómo la comunidad facilita la comunicación política pues permite la organización ciudadana que le da un peso específico a las opiniones. Asimismo, la comunidad como soporte de las organizaciones de base permite el crecimiento de los movimientos a partir de las ideas propuestas en el ciberespacio. Lévy se acerca a la idea cuando otorga a las comunidades virtuales el eje sobre el cual se estructura la base social del ciberespacio y, como tal, la clave de la ciberdemocracia (2002 pág. 39).
Ante las preguntas de los pesimistas sobre el desarrollo de las comunidades virtuales y sobre su vinculación con los procesos democráticos, Amitai Etzioni (2003 pág. 85) propone la respuesta a dos preguntas fundamentales: ¿Pueden haber comunidades virtuales? ¿Pueden, en caso de existir, gobernarse a sí mismas con vías democráticas desarrollando nuevos avances en el ciberespacio?
En una superación a la definición dada por Lévy sobre las comunidades virtuales que las sitúa como “simplemente un grupo de individuos relacionados entre sí por medio del ciberespacio” (2002 pág. 55), Etzioni señala que las comunidades pueden entenderse como entidades sociales que cumplen dos condiciones: 1. Están constituidas como una red cargada de afecto y las relaciones entre individuos generan entrecruces que se refuerzan con otras comunidades, y 2. Existen, entre la red, medidas de compromiso que, aplicadas sobre un grupo, deciden la estructuración de normas, de valores, y de significados que propician la construcción de una historia y de una identidad compartida y que les permite alimentar una cultura particular (2003 pág. 85).
Para Etzioni muchas de las comunidades virtuales satisfacen las dos condiciones anteriores y le permiten crear tres características sobre las cuales definir a los grupos estudiados realmente como comunidades prósperas en la virtualidad, siempre teniendo el objetivo de alcanzar la estabilidad:
• Son opuestas a las salas de chat en las que los vínculos sociales y relacionales son completamente inestables.
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• Contienen una membrecía limitada en número que es relativamente estable y presentan identidades reales y verificables.
• Las materias exploradas por la comunidad son amplias, sin limitaciones.
En cuanto a las señales de la democracia en las relaciones cotidianas de las comunidades virtuales que satisfacen las condiciones anteriores, Etzioni (2003 págs. 93‐96) señala cuatro prerrequisitos para poder ser consideradas como grupalidades que se gobiernan democráticamente:
1. Comparten información: Utilizan las facilidades de internet para distribuir información, aunque el intercambio de la misma no sea tan importante como elemento de gobierno25.
2. Realizan votaciones: Periódicamente se convoca a los miembros de la comunidad a ejercer su derecho de elección entre, por lo menos, dos opciones. Ante el problema del acceso a los ordenadores para la votación, Etzioni señala cómo el fenómeno del Minitel puede llegar a demostrar que, en últimas, el acceso universal de los interesados es posible.
3. Ejercen un proceso comunitario de deliberación: Los peligros de la votación sin deliberación sugieren la aplicación de dos estrategias que, actuando como antídotos a favor de la democracia política, pueden aplicarse en los escenarios de las redes comunitarias virtuales. De una parte, se plantea la demora de las votaciones en la cual se otorga tiempo a los votantes para examinar los asuntos en disputa y para discutirlos en el seno de la comunidad. De otro lado, se enuncia la figura de la interacción a través de las redes. En este último punto, ante la inminente peligrosidad del concepto de identidad, desdibujado al máximo como en una sala de chat, se plantea la deliberación entre pequeños grupos de personas que se conocen y se identifican plenamente, como una forma de garantizar el triunfo de la democracia en internet.
4. Contienen las figuras de representación y mandato: La democracia funciona mejor cuando los votantes, a diferencia de la democracia directa, no deciden a qué políticas favorecen. La figura de representación y mandato asegura la instrucción de los representantes en las preferencias básicas del cuerpo representado y en el depósito de confianza controlado sobre su trabajo en las diferencias menores restantes.
La respuesta de Etzioni, por tanto, a sus inquietudes iniciales es completamente a favor de las comunidades virtuales como punto de realización democrática. Puede haber comunidades
25 Para Etzioni la excesiva información recibida desde las instancias políticas es irrelevante e incomprensible dado el carácter unitario del voto. El ciudadano votará por un candidato único sin que pueda subdividir el voto por carteras (educación, salud, vivienda, etc.) de acuerdo a la información que recibe: “The fabolus information features of the internet are prodemocratic, but they surely add much less to existin democratic institutions than the more dedicate information enthusiast presume” (2003 pág. 94).
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virtuales y estas pueden gobernarse a sí mismas bajo vías democráticas desarrollando nuevos avances en el ciberespacio.
El concepto de comunidad como base de la democracia representativa es asumido de nuevo por David Winston (2003) quien parte de una idea básica sobre la democracia y la tecnología: La tecnología digital es la mejor manera de comunicar las ideas y la democracia es el mejor medio para realizarlas. Sus dos conceptos principales se encuentran en la intersección del cambio en el paisaje político según el cual a partir de la comunicación digital la cultura ha reemplazado a la ideología en el campo de batalla de las ideas. El cambio, ocurrido a partir de la década del noventa, cambio en el comportamiento que trae la tecnología a nuestra cultura, significa el paso de la simple computación a la aplicación sobre todas las áreas de la vida (pero sobre todo de los tipos de conversación política) de los conceptos de comunicación, contenido, colaboración y comunidad (Winston, 2003 págs. 134‐136).
Las comunidades en el modelo de Winston se posicionan como la agregación organizada de individuos que mantienen una presión constante sobre todas las instancias de toma de decisiones públicas. La nueva era de la razón aportada por la comunicación digital ha distribuido el contenido y el significado de tal manera que se ha empoderado a los individuos de base, a las comunidades, a expensas de la élite política. Asimismo, las comunidades mismas han marcado el ritmo de trabajo de los medios de comunicación mediante la presión sobre la necesidad de publicar las noticias en tiempo real y de mantener una conversación política constante y abierta.
Por otra parte, la comunicación digital ha generado un desgaste institucional producido por la asincrónica relación entre el mundo político y el mundo mediático tradicional sin que ninguno de los dos sea capaz de impulsar los cambios necesarios que satisfagan las demandas informativas y políticas de los ciudadanos (Winston, 2003 pág. 136). Así, las comunidades se hacen fuertes y se consolidan tanto en la producción de sus propios servicios informativos, con un carácter más identitario, como en la autogestión de sus demandas y necesidades básicas. Existe, por tanto, una mayor dificultad de alcanzar a los ciudadanos con un mensaje político.
Winston propone asimismo un factor de valor agregado a los procesos comunitarios: El costo del valor de la información y del envío de los mensajes ante públicos poco identificados26. El envío de los mensajes en una conversación política resulta mucho más elevado entre individuos que no se conocen y que, por tanto, no necesitan identificarse, que en una comunidad estable en la que todos los participantes están plenamente identificados y pueden ser segmentados por grupos de direccionamiento de mensajes. Las comunidades se convierten
26 El caso de las redes sociales como Facebook o Myspace resulta muy orientativo para la explicación del fenómeno. Ambas redes están construyendo una base de datos de sus usuarios absolutamente inteligente que puede direccionar mensajes estratégicos a ciertos interesados exclusivamente. No es extraño que un usuario, dentro de su página principal, pueda encontrar, sin pedirlo, publicidad sobre sus grupos favoritos, vuelos a su país de origen, ofertas de cursos formativos en las áreas de interés, etc. La identificación de los usuarios, con fines publicitarios, es fundamental para los fines políticos y para el direccionamiento del mensaje de este tipo. Las comunidades ayudan así a la disminución de los costos de transacciones políticas tanto en la comunidad como en sus relaciones con las instituciones.
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en los nuevos árbitros de la conversación política a través de las redes telemáticas (Winston, 2003 pág. 136).
Con el nuevo árbitro circulando por el campo político, los cambios en las prácticas se empiezan a asomar en el juego. El éxito de la comunicación digital está marcado por el cambio cultural propio que genera una presión sobre las instituciones democráticas, sobre su cambio. El Congreso, por ejemplo, comienza a exigir a los congresistas la construcción de relaciones claras con sus electores (en medio de las cuales pueden emitir sus declaraciones sin la censura de la prensa tradicional) y estos últimos han obtenido acceso a cierta clase de información antes sólo disponible para los grupos de presión.
Asimismo, se empieza a notar un cambio en la forma de conducir las campañas políticas en las que la comunicación digital es un flujo constante de ida y vuelta y en la que varias de las actividades del candidato son orientadas desde las herramientas de internet. Pero el factor de lo electoral recibe la exigencia absoluta de la ciudadanía organizada como comunidad y, en la misma línea de la lógica del Congreso, el representante debe obligarse a la construcción de una comunidad de soporte que, desarrollando un mecanismo de comunicación vía internet, le permita un mayor acercamiento con las necesidades de sus electores.
Pero también los medios de comunicación han tenido que situar su contenido con base en los requerimientos del individuo, que tiene a su disposición múltiples canales de información en el que el centro es el contenido. Tal y como lo propone Lévy (2002 pág. 39), la comunidad virtual es, por sí mismo, una reserva de inteligencia y de información que contribuye a alimentar de contenido a los medios de comunicación tradicionales y alternativos. Y volviendo a la idea de la desterritorialización, señala el autor que los medios se mantienen sin un anclaje geográfico claro que han de reemplazar por un vínculo con las comunidades virtuales de oyentes, espectadores y lectores dispersos por el mundo.
Los criterios de efectividad para los medios de comunicación (Lévy, 2002 pág. 58) en un mundo gobernado por la economía de la información, están así determinados por su capacidad de establecer y de estabilizar sus relaciones con las comunidades virtuales (ayudando al establecimiento y a la estabilización de las mismas) y por su capacidad de convertir a las asociaciones ciudadanas en la conciencia colectiva de las sociedades.
El panorama definido por Winston en esas condiciones, y retomando la idea de F.D. Roosevelt para quien la democracia no es algo estático, se esgrime como un proceso cambiante, constantemente reinventado, expandido y que aísla al entorno político tradicional otorgando a la comunidad el rol principal de acción política como una oportunidad histórica de ubicar a la gente y a sus ideas, por primera vez, juntas (Winston, 2003 pág. 142).
En esta perspectiva netamente comunitaria, el nuevo papel del Estado, en la búsqueda de la promoción de la organización y acción de las grupalidades organizadas, es el de proponer a los ciudadanos objetivos virtuales comunes capaces de catalizar el enfoque compartido de los fines de la acción colectiva con sus resultados. En esta propuesta de Lévy (2002 pág. 147) se plantean cuatro posibles iniciativas desde los marcos institucionales estatales:
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1. Redes de ágoras y de parlamentos virtuales. 2. Bases de datos hipertextuales (legislación y jurisprudencia). 3. Mundos virtuales con la capacidad de traducir en imágenes el flujo del dinero público y
de otras decisiones públicas que enriquezcan el debate de las ágoras. 4. Redes de simulaciones y escenarios interactivos que funcionen como medios de
visualización de los efectos de las decisiones técnicas y de las actividades políticas y económicas.
“Cuando se recorren los sitios de las regiones y de las ciudades que progresivamente van transformándose en comunidades virtuales se comprende que una fuerte voluntad política a favor de la construcción de “comunidades inteligentes”, a condición de que pasen a ser responsabilidad de la población, puede constituir el principal activo de una región” (Lévy, 2002 pág. 74). Hoy, la comunidad inteligente no puede concebirse por fuera de las herramientas de la Web.
2. Tipos de democracia representativa posibles en internet: la acomodación de las instituciones a la electricidad Sobre las propuestas de Martin Hagen (1997 y 2000), Jan Van Dijk (2000), Christine Bellami (2000) y Joan Subirats (2002), Fernando Harto de Vera (2006) construye un catálogo de tipologías sobre la democracia electrónica que, dependiendo del tipo de variables utilizadas, intenta responder a las posibilidades que existen en las nuevas tecnologías para el desarrollo democrático. Harto de Vera realiza la distinción entre las posibilidades de internet tanto para crear un nuevo tipo de participación democrática como para mejorar los mecanismos disponibles de cara a la participación activa del ciudadano en los procesos de toma de decisiones.
De acuerdo con cada autor mencionado por Harto de Vera, se pueden clarificar cuatro tipologías de democracia, dentro de las cuales existe una subdivisión que se aproxima a criterios determinados y diferenciados sobre la base del uso de las nuevas herramientas tecnológicas.
La primera tipología es la planteada por Martin Hagen que puede sintetizarse en cuatro criterios: Objetos tecnológicos de referencia o tecnología de la comunicación empleada; Tipo de democracia; Dimensiones de la participación política consideradas como las más vitales para la democracia, y Agenda política. Hagen define entonces tres posibles modelos de democracia electrónica de los cuales sólo el tercero se ubica en la órbita de la democracia representativa: el modelo de la democratización electrónica. Los restantes, la teledemocracia y la ciberdemocracia, pertenecen al conjunto de la democracia directa. Las variables empleadas y la tipología son resumidas por Hagen en el siguiente cuadro:
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Tabla 8. Los tipos de democracia electrónica de Martin Hager
Concepto Teledemocracia Ciberdemocracia Democratización electrónica
Asuntos Principales
La comunicación mediada a través de los ordenadores puede «enlazar el tiempo y el espacio» y hacer practicables formas de participación política que anteriormente no se consideraban posibles. Las formas tradicionales de democracia representativa no pueden tratar la complejidad de la era de la información. Formas locales de democracia y de dar poder al individuo son necesarias y posibles vía comunicación por ordenador y otros medios interactivos. Para contrarrestar los «abusos» mediáticos con objetivos comerciales es necesario utilizar los medios de comunicación de forma democrática.
Una tarea central de la democracia del siglo XI es la creación de comunidades tanto virtuales como materiales. La información se convierte en un recurso económico primario, las empresas y los individuos pueden maximizar sus beneficios vía comunicación por ordenador. La nueva comunicación permite formas de Gobierno descentralizadas y autónomas, evitando de forma eficaz los abusos de autoridad del Estado (como la censura, la invasión de la privacidad, etc.)
Los sistemas de información política basados en la comunicación a través del ordenador permiten mayor y más libre acceso a información crucial de tipo gubernamental. Las asambleas electrónicas locales pueden proporcionar las tan necesitadas relaciones entre los ciudadanos y sus representantes para debatir temas políticos y crear un nuevo sentido de comunidad entre el electorado. Dado que los grupos de interés pueden reducir los costes de organización y transacción, la sociedad civil se fortalece vía comunicación por ordenador.
Formas de participación política centrales
Información‐ Debate – Votación
Debate – Actividad Política Información – Debate
Formas de democracia
Directa Directa Representativa
Fuente: Hagen, 1997 pág. 11‐12 En: Harto de Vera, 2006 pág. 5
El modelo de democratización electrónica pretende así perfeccionar la democracia representativa mediante el incremento de los flujos y de los canales de la información, en los que la ciudadanía obtenga un mayor peso específico en el proceso de toma de decisiones. Las ventajas de las TIC tendrían así un dominio público y se establecerían las reuniones de las comunidades virtuales para fortalecer el sentido comunitario de la política. Dentro de la propuesta, el desafío estaría marcado por el paso de lo local a lo nacional, aunque su principal motivación sería la adecuación de las herramientas de internet para el fortalecimiento de la
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sociedad civil y para la reducción de los costos de transacción y de organización de la misma (Harto de Vera, 2006 pág. 4).
La segunda tipología, retomada de Jan Van Dijk, está sustentada en la tipología de la democracia que realiza David Held a la cual el autor le pregunta, a cada uno de los modelos de la tipología propuesta, por el uso que hace de las TIC. Sobre los nueve modelos propuestos por Held, Van Dijk encuentra que seis pueden realizar un uso de las TIC para mejorar sus posibilidades y sistemas de participación. A partir de sus usos, plantea dos criterios: Los objetivos y los significados de la democracia (formación de opinión y toma de decisiones) y la preferencia por la democracia representativa o por la democracia directa.
El modelo de Van Dijk es sintetizado en el diagrama siguiente:
Diagrama 5. Los tipos de democracia electrónica de Van Dijk
Objetivos principales Formación de opiniones Toma de decisiones
Medios principales Legalista
Democracia representativa Pluralista
Competitiva
Democracia directa Participativa
Libertaria Plebiscitaria
Fuente: Van Dijk, 2000 pág.39 En: Harto de Vera, 2006 pág. 8
De acuerdo a la anterior clasificación realizada por van Dijk, es posible formular una ordenación de acuerdo a las características principales de los modelos y del uso de las herramientas tecnológicas a través de un cuadro comparativo:
Tabla 9. Los modelos de democracia de Van Dijk y el uso de TIC
Modelo de democracia
Características básicas Uso de TIC
Legalista Base constitucional y legal de la democracia. Concepción procedimental, separación de poderes y sistema de controles y contrapesos.
Resuelven el déficit de información de las democracias modernas y eliminan la brecha entre el gobierno y los gobernados. El uso eficiente del procesamiento de la información incrementa los niveles de la transparencia. Funciones: a. Proporcionan más y mejor información. b. Fomentan la interactividad y los valores del gobierno abierto y
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responsable.
Competitiva
Visión procedimental de la democracia representativa. Base electoral y competencia (mercado) de partidos. Apuesta por el ejecutivo.
Uso en las elecciones y en las campañas electorales para la captación de los votos.
Pluralista
Acento en las funciones de intermediación del Estado como árbitro de la sociedad civil, de los individuos y de las organizaciones. Estado constituido por múltiples centros de poder: descentralización. Combinación de la democracia directa con la representativa. Formación de opinión es más importante que la toma de decisiones del Estado central
Multiplicación de los canales y medios: Pluralidad en la información política. Redes de comunicación interactivas: Adecuación a la concepción horizontal y reticular de la política. Intercambios interactivos: email, listas de discusión, videoconferencias.
Participativa
Mezcla entre democracia directa y representativa. Rol fundamental de la ciudadanía: mecanismos de educación y discusión colectiva para formar ciudadanos y construir comunidad. Proporcionar la máxima información posible para formar al ciudadano. Centros de poder abiertos a la participación.
Centro: Información Discusión: Listas en las redes (Town Hall)
Libertaria
Desconfianza y rechazo al establecimiento y al libre mercado. Autonomía democrática: Defensa de las comunidades virtuales, encuestas y comunicación horizontal sin la mediación del centro. Sustitución de las instituciones obsoletas por la nueva realidad política basada en las redes. Cercana a la democracia directa.
Énfasis en la autonomía política de los ciudadanos auto‐organizados y con capacidades del desarrollo de la comunicación horizontal a través de las TIC. Brindan información libre en internet. Permiten los debates sobre la información recibida y circulante. Permiten expresar la opinión y participar en la toma de decisiones.
Plebiscitaria
Apertura a los canales de información entre las autoridades y la ciudadanía para amplificar y reforzar las voces de cada una. Democracia directa: restringir al máximo las decisiones tomadas por los representantes y expandir la toma de decisiones de la ciudadanía a través de la convocatoria a los plebiscitos.
Base de la teledemocracia: encuestas, referendos y votaciones a través de internet y de otros medios de comunicación.
La tipología de Christine Bellamy, como tercera línea organizativa de los modelos de democracia electrónica, se sitúa en la forma en la que las TIC afectan las prácticas y los discursos contemporáneos sobre la democracia. Se asiste así a una preocupación normativa sobre las amenazas y las posibilidades de la democracia en internet. Las variables y criterios analizados en este caso son seis: a. Visión sobre la ciudadanía. b. Valor democrático
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predominante. c. Nexo político. d. Forma central de participación. e. Intermediario político principal. f. Norma procedimental predominante.
El modelo, conceptúa a la democracia y a la ciudadanía como una derivación de las normas procedimentales y, a la vez, a las normas procedimentales como un elemento relevante fruto de la concepción de la naturaleza de la información que tienen las TIC (y su uso). Asimismo, para Bellamy los usos de las TIC responden evidentemente a las lecturas sobre las amenazas, los retos y las oportunidades que tienen las nuevas herramientas realizadas en las agendas políticas. El tipo de modelo puede concebirse gráficamente de la siguiente manera:
Los modelos de democracia electrónica desarrollados por Bellamy, de acuerdo a las características y criterios señalados anteriormente son condensados por el autor en la siguiente tabla:
Tabla 10. La tipología de Bellamy
Modelo de democracia
Consumidor Demo‐elitista Neo‐republicana Ciberdemocrática
Perspectiva sobre la ciudadanía
Neoliberal (Pluralista) Liberal
Republicana/social demócrata
Comunitaria/democrática radical
Valor democrático dominante
Libertad de elección
Eficacia Deliberación y participación
Comunidad, aceptación de la diversidad
Nexo político El momento de la verdad (relación
Discurso experto
Esfera pública –Medios de comunicación
Debate electrónico (internet)
Mapa 10. Estructura del modelo de Bellamy para la tipología de democracia electrónica
Concepción
Uso de TIC
Derivación
Normas Procedimentales
Naturaleza de la información
Relevancia Amenazas Retos Oportunidades
Lecturas
Agendas Políticas
Modelo Democracia ‐ Ciudadanía Concepción
Asociado
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productor‐consumidor)
Forma central de participación política
Elección de servicios públicos (salida)
Creación de consenso, lobbying
Debate público – Asociaciones
Debate virtual, acciones virtuales y reales
Principal intermediario político
Declaraciones de servicios, datos de consumo
Instituciones de negociación y campaña
Reuniones, audiencias (reales – virtuales)
Redes y comunidades electrónicas
Norma de procedimiento dominante
Desarrollo de capacidades (derechos)
Desarrollo de sistema político adaptable
Desarrollo de identidades y de un sistema político adaptable
Desarrollo de identidades y de capacidades (competencias)
Fuente: Bellamy, 2000 pág. 7 En: Harto de Vera, 2006 pág. 10
A partir de este modelo, mucho más complejo y completo que el enunciado por Van Dijk, el concepto de la democracia electrónica de base representativa se aleja de la dependencia informativa y se cimenta por la construcción comunitaria. Se retoma así la idea principal de Hagen que coincide casi por completo con la propuesta de Vedel planteada en la sección metodológica de la monografía: “Hagen, basándose en los planteamientos de Milbrath (1965) y Verba/Nie (1972) distingue dentro del concepto de «participación política» cuatro dimensiones: información, discusión, voto y acción política. El nivel más básico de participación es la búsqueda de información política por parte de los ciudadanos. Un paso más se produce cuando los ciudadanos informados discuten y debaten de política dentro de su círculo cotidiano. El tercer nivel consiste en la expresión de las preferencias políticas a través de la emisión del voto. Finalmente, el cuarto nivel, y el que expresa un mayor grado de participación política, consiste en la militancia activa dentro de organizaciones políticas como partidos políticos, ONG, o cualquier organización implicada en la política” (Harto de Vera, 2006 pág. 2).
Dentro del modelo de la democracia neorrepublicana se pone el acento en la calidad de la participación, en el compromiso y en el fomento del poder local, del micropoder, con la intención del enriquecimiento y del fortalecimiento de las asociaciones de la sociedad civil. Las TIC, en ese contexto, son la base de la construcción de una réplica del ágora (town meeting) como esfera pública virtual de expresión de la ciudadanía activa.
De una forma incluso más evidente, el modelo de la ciberdemocracia enunciado por Bellamy, reconstruye la idea comunitaria para la participación en la representatividad, a través de la recuperación del debate posmoderno sobre la identidad como el eje articulador de las dinámicas políticas y sociales de las sociedades avanzadas. En el modelo, las TIC fomentan la creación y recreación libre de identidades, la configuración de redes virtuales que faciliten la pluralización de la sociedad posmoderna y la concepción de las cibercomunidades como un desafío a la vieja política con su falsa seguridad, su frágil cohesión y su capacidad para marginalizar e invisibilizar la participación comunitaria (Harto de Vera, 2006 pág. 10).
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Joan Subirats, por su parte, en la cuarta tipología recogida por Harto de Vera, reintroduce los mismos modelos que Bellamy, pero introduce dos variables adicionales para el análisis de las TIC en los sistemas políticos democráticos. La primera tiene que ver con el uso específico de las herramientas hacia la política (las relaciones) o hacia las políticas (la gestión). La segunda está referida a las vías de TIC en cuanto son implementadas como una mejora o innovación al marco constitucional y político o como caminos alternativos de toma de decisiones que buscan vincular más directamente al ciudadano con la toma de decisiones.
En esas condiciones, Subirats construye una nueva clasificación, manteniendo algunos de los nombres catalogados en el modelo de Bellamy. Su propuesta se sintetiza en la siguiente gráfica:
Diagrama 6. Los modelos de democracia electrónica de Subirats Uso de TIC
Las Políticas La Política
Grado de innovación democrática y de aceptación de procesos participativos y pluralistas
Baja Mecanismos consumeristas
Cambios en elitismo democrático
Alta Redes pluralistas de prestación de servicios
Procesos de democracia directa
Fuente: Subirats, 2002 pág. 98 En: Harto de Vera, 2006 pág. 13
En esta nueva propuesta las características de una democracia representativa se mantienen en un grado alto de innovación democrática sobre el campo de las políticas más que sobre la política. Los procesos de democracia directa planteados por el autor merecen replantearse desde la perspectiva ciberdemocrática de Bellamy, en la cual se aleja de la decisión como elemento fundamental y se concentra en el espacio de la discusión y apropiación de la temática por parte de la comunidad como el punto a alcanzar en las relaciones políticas del representante con su electorado, con la comunidad a la cual representa.
Sobre las tipologías esbozadas, se erigen algunas ideas en común que recoge Andrew Chadwick (2006) sobre la democracia en internet a partir de la base de ser un mecanismo de fortalecimiento de la democracia representativa. Las comunidades políticas parten de su consolidación desde abajo como modelos de capital social y de compromiso cívico que inician con la construcción de confianza en las actividades fuera de la política. Las características de las TIC permiten empoderar, así, al ciudadano en sus redes sociales a lo ancho, a lo largo y a lo profundo. Una vez logrado esto, la tarea consiste en el establecimiento de los puntos de conexión entre las redes sociales y los procesos políticos, manteniendo la independencia de los actores (gobierno, partidos, grupos de interés, etc.).
Las iniciativas a través de las redes necesariamente pasan por intentar la unión entre los tipos de asociación y deliberación entre los ciudadanos, que tienen lugar espontáneamente, y las estructuras formales de gobierno, que deben proveer la interfaz necesaria para permitir la inclusión de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones. La democracia electrónica se
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trata de la introducción de internet en los mecanismos de participación tradicionales, dentro de los cuales el modelo de la deliberación–representación sobrepasa ampliamente al consultivo–informativo. La democracia electrónica se plantea como la integración directa de los ciudadanos con las deliberaciones on‐line (desde las cuales se pueden informar de los comportamientos de los representantes elegidos) y como la opción de promover, no de suplantar, las instituciones representativas (Chadwick, 2006 págs. 98‐100)
3. El equipo de urgencia ante las alarmas antidemocráticas: la democracia de monitoreo El modelo de la democracia de monitoreo expuesto por Roger Hurwitz (2003) inicia por la consideración del ciberespacio como un área de disputa entre dos conjuntos de fuerzas. Por una parte se enfrentan las luchas de lo privado frente a los intereses públicos27 y, por el otro, entran en lid las libertades civiles, la sociedad civil y el poder estatal. A partir de la representación enunciada, Hurwitz señala que el ciberespacio debería desarrollarse, más amigablemente, como un modelo de monitoreo, en el cual los netizens28, alertados por una crisis, se unen a la demanda colectiva para que los funcionarios o representantes realicen alguna acción y así, una vez superada la situación conflictiva, puedan volver a sus intereses no políticos.
Dentro del área de disputa los partidos políticos, en el uso de la Web, intentan construir comunidades nacionales de interés que, con un foco muy estrecho, pueden involucrar a la ciudadanía en la acción política de asuntos de interés. Aún así, señala Hurwitz (2003 pág. 102), la participación obtenida, como una cultura política embrionaria, no es ni democrática ni segura de acuerdo al perfil de los usuarios determinado y sesgada en última instancia por el nivel de educación y de recursos de los participantes, concentrando al conjunto de individuos activos entre los adinerados urbanos.
La difusión de internet incrementa las posibilidades de la acción política entre los ciudadanos política e informáticamente activos. Sin embargo, el consumo, como valor fundamental de la política del ciberespacio (y de la vida cotidiana), sobrepasa las capacidades del netizen, quien termina sumándose al espacio del consumidor. Desde la perspectiva política, la caracterización del ciberespacio como área de disputa, otorga beneficios a la democracia sin que puedan,
27 En este caso es interesante la descripción que realiza Henry Jenkins de la apropiación de lo público en los lugares privados o, lo que es lo mismo, la promoción de lo público desde un escenario de dominio y de plataforma privada. Los modos de los mundos virtuales se desarrollan en espacios privados desde los cuales se piensa en la modelación de las democracias virtuales ideales. Sin embargo, estará siempre la garantía de la mayor libertad de expresión en las plazas públicas que en los centros comerciales, aunque sean estos los que promuevan, dentro de sus muros, al igual que los videojuegos y las plataformas de comunidades virtuales en internet, las libertades públicas (Jenkins, 2006 pág. 231) 28 El término netizen surge de la fusión de las palabras internet y ciudadano en 1994. Se refiere a la concepción del usuario de internet y a la misma internet como un centro de poder que confiere una nueva identidad sociopolítica al usuario (así como la ciudad generó un cambio en la identidad sociopolítica de los ciudadanos) (Hurwitz, 2003 pág. 101).
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hasta ahora, superar el uso remarcado sobre la construcción de la información política y gubernamental para que esté plenamente disponible para los netizens: La fuerza de internet se consolida en la facilidad que tiene para, más que los medios de comunicación, otorgar información rápida y completa a los partidos y gobiernos, en el nivel local, nacional e internacional (Hurwitz, 2003 pág. 104).
En esta perspectiva y planteando los modelos democráticos partisano29 y deliberativo30, Hurwitz retoma el modelo de la democracia de monitoreo en el cual la política llega a la vida cuando hay una gran insatisfacción con el estado de cosas actual y encuentra su expresión en movimientos ad hoc a menudo dirigidos en contra de representantes electos.
Ante la democracia de partidos la crítica esbozada se sitúa en la perspectiva electoral sobre la cual el candidato es empacado cuidadosamente y vendido al votante que se encuentra políticamente desmovilizado y actúa como un consumidor pasivo de información. Dentro del modelo, del que Hurwitz también resalta sus posibilidades, la mayor interacción vía internet puede generar una inferencia del usuario en los asuntos de interés, con su consecuente aumento de recepción de información. Asimismo, es posible la realización de focus groups o sesiones on‐line en los que el usuario participe y la creación de listas de contribuyentes y otros ayudantes de la comunidad votante. Los portales enormes que ofrecen comparaciones uno a uno de los candidatos (y de sus partidos), de acuerdo con la propuesta, van a reemplazar los portafolios de mercado, sustituyendo así el marketing político por las comparaciones y afiliaciones on‐line.
Sobre la democracia deliberativa, señala Hurwitz (2003 pág. 105) que las discusiones políticas on‐line tienden a perder el foco y a caer en malentendidos, mientras propone tres factores que determinan la conducta del usuario en los foros: la ausencia de tradiciones legales que definan la retórica del debate on‐line, la debilidad de la sinceridad y de la identidad en el ciberespacio y el gran valor impuesto a las rápidas respuestas como una de las virtudes del nuevo medio. Incluso el uso de la moderación es peligroso para el sistema ya que genera un incremento de los costos de transacción y un aumento de las preguntas del qué y el quién define tanto el diseño de los espacios de discusión como los comentarios aceptados. Por último, Hurwitz retoma uno de los peligros ante la gran cantidad de participación en el ciberespacio: la hiperdemocracia. Si todos participan el caos organizativo de las discusiones aumentaría de forma impensable los costos de transacción de las actividades y procesos políticos.
El modelo de monitoreo, finalmente, tiende, de acuerdo con Hurwitz, a sobrevivir entre los dos modelos anteriores, a mantenerse, transformando la política hacia consultas entre sistemas de computadores: “El prospecto puede recordarnos que la sociedad política, como Hobbes decía, es la creación de un ser artificial” (Hurwitz, 2003 pág. 110).
29 Los partidos organizan las actividades políticas en las que se eligen a los candidatos quienes realizan sus planes y propuestas y el voto del ciudadano es el resultado de la lealtad a la organización. 30 Los asuntos políticos tienen un grado alto de organización y, en su etapa de debate, se realiza un llamado a los ciudadanos para que puedan expresar su opinión ante los decisores.
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Mapa 11. Modelo de democracia de monitoreo
Ciberespacio
Libertades Cívicas
Sociedad Civil
Interés público Privado
Disputa
Poder Estatal
Espacio Amigable
Democracia de monitoreo
Organiza Orienta
Demanda Colectiva
Estructuración
Ciudadano Vigilante
Henry Jenkins, aunque parece cercano a la idea de la comunidad como un motor con capacidad de movilizar la inteligencia colectiva para transformar el gobierno, se inscribe en la línea de la democracia de monitoreo introduciendo la figura del ciudadano vigilante. Para él, el cambio del papel del público en el proceso político con la llegada de las nuevas tecnologías y de la convergencia mediática, significa el tránsito entre la concepción individualizada del ciudadano informado hacia el concepto cooperativo del ciudadano vigilante (Jenkins, 2006 pág. 211).
De acuerdo con Walter Benjamin (1989 En: Jenkins, 2003 pág. 224), Jenkins admite que la capacidad de producción y difusión masiva de imágenes tiene un impacto profundamente democrático. Con el ciudadano informado, en el contexto de la revolución de la información, se inicia el cuestionamiento de las nociones tradicionales de ciudadanía remitidas a la aristocracia y al modelo de los partidos políticos31. Sin embargo, el ideal del ciudadano se desmorona al verse ampliamente superado por el conocimiento distribuido a través de los canales de información de múltiples procedencias.
Jenkins toma como referente a la cultura popular como el ingrediente que abona el terreno para la construcción de una cultura pública más significativa, de una cultura en la que el individuo supera el carácter informativo y adquiere una función política visibilizada por sus acciones colectivas como marco de control a la acción pública. De lo que se trata es de una nueva forma de ciudadanía: el ciudadano vigilante que desarrolla nuevas destrezas
31 Aunque Jenkins también es cuidadoso de no dejar el peso de la ciudadanía en la información. Retoma a Shudson cuando menciona que la distancia entre la información política fácilmente accesible y la capacidad individual de controlarla no cesa de crecer (Shudson, 2003 En: Jenkins, 2006 pág. 227).
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cooperativas y comunitarias acompañadas de una nueva ética de distribución del conocimiento teniendo como base de intercambio a los procesos de deliberación.
4. Los debates sobre la construcción de la esfera pública en internet: el paso hacia la democracia normativa – deliberativa La esfera pública es el sitio en que tienen lugar las deliberaciones sobre las necesidades civiles y donde el consenso público toma forma. Para Habermas, el ideal de la esfera pública es un lugar abierto a todos los ciudadanos y compuesto por cada una de las conversaciones entre las personas privadas que, en conjunto, forman el carácter público de las discusiones (Jenkins, y otros, 2003 pág. 8) y adquieren la dimensión necesaria para canalizar las demandas y las necesidades de la comunidad. En su crítica, Habermas señala que el auge de los medios de comunicación modernos privatiza la vida civil y convierte a los ciudadanos en consumidores de las ofertas provenientes de las múltiples pantallas a las cuales tienen acceso los ciudadanos32. En esas condiciones, la promesa de la nueva esfera pública depende de la destrucción de las barreras a la completa participación de los interesados, de la superación de los problemas técnicos que frecuentemente interrumpen los procesos de comunicación y del desarrollo de un plan de acción de carácter universal que pueda superar los atrasos técnicos, económicos y culturales que conforman el caldo de cultivo de la brecha digital.
El modelo comunicativo de la política deliberativa se desarrolla a través de la comunicación mediada por la esfera pública. La esfera pública facilita los procesos de legitimación deliberativa en las sociedades complejas cuando cumple dos condiciones: Por una parte, cuenta con un sistema mediático autorregulado que es independiente y que se relaciona directamente con el ambiente social. Por otra, la existencia de audiencias anónimas y frecuentes garantiza un feedback entre el discurso informado de las élites y la sociedad civil responsable (Habermas, 2008 pág. 10).
Con el referente anterior, Habermas (2008 pág. 10) propone el diseño institucional necesario para la estructuración de la base normativa de la democracia liberal. Las democracias modernas, señala, contienen tres elementos esenciales de base normativa:
1. La autonomía privada de los ciudadanos en la que cada uno de ellos sigue su vida propia.
2. La ciudadanía democrática que permite la inclusión de los ciudadanos libres e iguales en la comunidad política.
32 Pierre Lévy señala, al costado de Habermas, que en los últimos siglos el mundo se ha hecho más visible y transparente gracias al crecimiento de la esfera pública como un espacio compartido de visibilidad y de comunicación colectiva. Para Lévy (Jenkins, 2006 pág. 29) la esfera pública define completamente la esfera privada que es reservada al individuo y a la familia, pero no al contrario, como lo plantea Habermas y como ya se había expuesto en las ideas de Henry Jenkins en el apartado de la democracia de monitoreo.
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3. La independencia de la esfera pública que opera como el sistema intermedio entre el Estado y la sociedad.
La concepción de la esfera pública como espacio deliberativo sitúa en su espacio la búsqueda cooperativa de soluciones a problemas políticos mientras sustituye la idea de la agregación de preferencias de los ciudadanos privados por la autodeterminación colectiva representada en una nación éticamente integrada. El paradigma deliberativo es el punto de referencia empírico principal del proceso democrático en cuanto genera legitimidad a través del proceso de formación de la voluntad y de la opinión pública. El proceso garantiza la publicidad y la transparencia33 para el proceso deliberativo, la inclusión e igualdad de oportunidades para la participación y la pretensión justificada de que los resultados obtenidos son el resultado del intercambio de argumentos entre los discursos de los ciudadanos y de las instituciones en los que se movilizan los tópicos y demandas relevantes, se promueve la evaluación crítica y las contribuciones y se conducen las reacciones favorables y contrarias racionalmente motivadas. La deliberación es una forma de comunicación exigente que se desarrolla a través de rutinas diarias invisibles de intercambio racional en las que se realiza un ofrecimiento de pretensiones de validez entre los hablantes. En su centro, la deliberación conlleva una referencia implícita al discurso racional construida en la acción comunicativa como una alternativa presente en el comportamiento rutinario (Habermas, 2008 pág. 11).
La deliberación se consolida así como la comunicación política. Como el andamiaje del aprendizaje cooperativo que se obtiene en la búsqueda colectiva de las soluciones a los problemas comunes. Su impacto en la formación de la opinión pública es el resultado de una cuidadosa reflexión comunitaria y constituye un proceso social determinante, en el que los argumentos neutros tienden a recibir prioridad y en el que se manifiesta una expresión creciente de confianza que otorga la legitimidad procedimental necesaria para considerar la argumentación como justa. Todas estas condiciones, otorgan a la deliberación un potencial cognitivo fundamental (Habermas, 2008 pág. 12) que señala el camino en la consolidación de las bases de confianza necesarias para la estructuración del capital social.
Señala Habermas (2008 pág. 12), sin embargo, que las sociedades occidentales contemporáneas revelan un aumento del volumen de la comunicación política a través de una esfera pública dominada por la comunicación mediada unidireccional que no presenta características definitorias de la deliberación: “La dinámica de la comunicación de masa es dirigida por el poder de los medios de seleccionar y dar forma a la representación de mensajes y por el uso estratégico del poder político y social para influenciar las agendas, así como para activar y encuadrar las cuestiones políticas” (Habermas, 2008 pág. 13). Aquí se ubica de lleno el papel de las nuevas tecnologías como la posibilidad de garantizar el proceso deliberativo de la esfera pública y de evitar la fragmentación de las grandes audiencias de masas como un gran
33 La importancia de la transparencia también es, como ya anotamos en el capítulo anterior, muy importante para Lévy. La cibercultura, anota, establece un cambio importante en el incremento de la transparencia gubernamental. El proceso se lleva a cabo ante la aparición de nuevos espacios virtuales que permiten el debate y el diálogo político entre los actores (participantes o no) interesados en los asuntos públicos.
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número de públicos aislados. Los debates on‐line seguidos por los usuarios de la Web, estructurados desde las esferas públicas nacionales, promueven la comunicación política cuando los nuevos grupos se cristalizan en puntos focales y adquieren las características de constructores públicos de la opinión. El internauta, retomando a Lévy, puede convocar las imágenes de los agentes sociales a su gusto en los espacios cristalizados de la red, en lo que claramente es una alteración de las relaciones en la esfera pública. Los actores políticos pueden estar siempre disponibles para los ciudadanos (2002 pág. 41). Pero aún allí es difícil superar dos ausencias: la ausencia de la interacción cara a cara y la ausencia de la reciprocidad de los roles entre el hablante y los receptores en su capacidad de intercambiar igualitariamente las demandas y las opiniones.
Habermas se acerca a la definición de una buena comunicación política como el fruto de una deliberación entre los miembros de una comunidad. La esfera pública es entonces el lugar –ambiente aislado de la autoridad gubernamental y de los poderes económicos‐ de la comunidad, el lugar de la formación colectiva de la opinión pública34 (Westling, 2007 pág. 2). Plantea asimismo, que la comunidad puede reflejar una buena comunicación política cuando en la deliberación participan diferentes actores: Los actores de las políticas que emiten comunicados por sí mismos y a través de los medios de comunicación; los medios de comunicación que brindan al público diferentes tipos de información y revisan la información proveniente del gobierno, y el público que tiene un rol activo ante los medios de comunicación: cuestionar las fuentes, responder a los periodistas y situar temáticas relevantes.
La comunicación política asume diferentes formas ante diferentes escenarios. La circulación de su contenido se realiza de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo conteniendo un sistema de múltiples niveles en los que se encuentran la conversación cotidiana de la sociedad civil, el discurso público de la comunicación mediada y los discursos institucionales de los centros de poder. La comunicación política manifestada en la esfera pública no es otra cosa que el espacio en el que ocurre el proceso de legitimación deliberativa de los consensos sociales (Habermas, 2008 pág. 13).
La esfera pública actúa como un sistema intermediario de comunicación entre las deliberaciones formalmente organizadas y las deliberaciones cara a cara que se desarrollan informalmente en arenas localizadas tanto en el centro como en la periferia del sistema político. En el centro son desarrolladas por instituciones reconocidas cuyo output es el resultante de diferentes tipos de deliberación institucionalizada y procesos de negociación. En la periferia, la esfera pública está enraizada en redes de flujos de mensajes desordenados. Las opiniones publicadas tienen origen en una gran variedad de actores, en una opinión sondeada dentro del agregado medible de opiniones y actitudes (a favor o en contra de las cuestiones políticas) influenciadas por la conversación cotidiana en los espacios informales, los públicos
34 La opinión pública continuará formándose progresivamente mediante las marcas de discusión que se tracen en los foros, los chats y las conversaciones entre las redes sociales como mecanismos característicos de las comunidades virtuales. Los medios clásicos serán relegados como simples puntos de reunión ante una opinión pública designada en comunidades lingüísticas unidas por afinidad (Lévy, 2002 pág. 43).
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episódicos de la sociedad civil y la atención de los medios de comunicación. (Habermas, 2008 pág. 14). Las opiniones, en última instancia, son seleccionadas y formateadas por los profesionales de los medios de comunicación y recibidas por las amplias audiencias.
Sobre los profesionales de la comunicación, Benjamin R. Baber (2003 pág. 43) acompaña la discusión de Habermas al señalar que la información organizada como conocimiento permite elegir a los manipuladores legítimos que, establecidos como mediadores, ayudan a dar sentido al mundo en el que vivimos. Ellos ayudan a fortalecer la democracia pues son elegidos y emergen de sus mismos controles y responsabilidad.
En esta línea de la discusión se puede encontrar la postura de Lévy que se sitúa en una posición más radical y optimista. Según Lévy las ideas de la Web son publicadas por quienes las idean y las piensan sin que se sometan al filtro de simplificación que significa el periodismo. La Web va más allá del espacio público de antaño y permite la expresión de cualquier agente. La nueva esfera pública, en sus características de extensión, diversificación y complejidad, comporta las transformaciones fundamentales que dan paso y vida plena al concepto de ciberdemocracia (Lévy, 2002 pág. 46).
La esfera pública promovida por Habermas que tiene su origen en la sociedad europea occidental del siglo XVIII, adquiere un impulso fundamental en la mitad del siglo XIX y en el inicio del siglo XX que se ve mermado por el incremento de su dominación por los oligopolios mediáticos y por el surgimiento del Estado burocrático burgués (Chadwick, 2006 pág. 88). Ante estas condiciones, y con el impulso de la sociedad de la información y su promoción del libre mercado, internet plantea un reto sobre la construcción de la esfera pública en los escenarios de la ciberdemocracia. Lincoln Dahlberg (2001 En: Chadwick, 2006 pág. 88) manifiesta que deben cumplirse seis condiciones para que la democracia electrónica pueda crear esferas públicas deliberativas, tal y como lo plantea el ideal habermasiano:
1. Autonomía frente al Estado y el poder económico: Los discursos promovidos en las discusiones en las redes del ciberespacio deben estar basados en los intereses de los ciudadanos como público. La intercesión y direccionamiento de los medios de comunicación o de las élites políticas debe ser eliminado de las discusiones en las comunidades on‐line.
2. Razonamientos antes que decisiones: La deliberación establece un compromiso de crítica recíproca desarrollada sobre las posiciones normativas de los participantes que se originan en los propios razonamientos de soporte. Las posiciones normativas nunca serán originarias de las decisiones dogmáticas adoptadas.
3. Reflexividad: Los participantes deben criticar el reflejo de sus valores culturales, de sus suposiciones e intereses como su contexto social y los efectos que tienen sobre sus posiciones.
4. Toma de rol: Los participantes debe situarse en el contexto del otro para entender su posición.
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5. Sinceridad: Los participantes necesitan realizar un esfuerzo sincero para hacer llegar
toda la información (referida a sus intenciones, intereses, necesidades y deseos que sean relevantes para el problema bajo consideración) a sus interlocutores.
6. Inclusión y equidad discursiva: Tanto como sea posible, cada persona afectada por los temas abordados estará equitativamente capacitada e invitada a participar en la deliberación.
El centro de poder de la esfera pública radica en su independencia‐autonomía que refleja otros valores y permite la inclusión y la agenciación propia de las comunidades participantes: “The idea of citizens deliberating in freely formed associations in civil society before taking that knowledge up to the level of government recalls the direct Democracy of ancien Athens but updates this for contemporary period by focusing on the inescapability of mediation” (Chadwick, 2006 pág. 89). Internet es el único medio que provee arenas múltiples para el debate público espontáneo, flexible y auto‐gobernado (Dahlgreen, 2000 En: Chadwick, 2006 pág. 89).
En Habermas encontramos la concepción del Estado constitucional liberal pensado comunicativamente como la representación de las figuras del principio de la publicidad y, a través de ella, de la organización de la esfera pública, en la que la circulación de los juicios y las opiniones sobre los asuntos públicos (centrados en la libertad de prensa y en la amplificación de la confrontación‐deliberación pública) alcanzan el objetivo de penetrar el aparato del Estado a través del parlamento, concebido este como el corazón de la deliberación política y como el potenciador de los debates de la sociedad civil (Nevéu, 2006 pág. 13).
A partir de la ayuda del diseño institucional y teórico centrado en las ideas de Habermas (que puede situarse bajo la línea demócrata participativa (Chadwick, 2006 pág. 86) en la que la influencia transformadora de los ciudadanos se encuentra situada sobre la opinión configurada a través de la interacción), Philip E. Agre nos ayuda a recomponer el discurso sobre las bases de la tecnología que promete internet. El real impacto tecnológico es la renegociación de las reglas de trabajo de todas las instituciones de la sociedad. "Si el sistema político será reorientado a través de la negociación entre los ciudadanos y sus representantes, entre otros, entonces internet debe proveer las herramientas que permitan la asociación de cada uno de los grupos interesados y, cada uno a su manera, de presentar sus intereses" (Agre, 2003 pág. 64). Internet abre la posibilidad de visibilizar las capas sociales del proceso y las razones por las cuales la gente que tiene algo en común piensa como comunidad. Además, otorga nuevas oportunidades para el diseño de los mecanismos institucionales de negociación social y colectiva.
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Mapa 12. Esfera pública y sistema político. Definición de opiniones publicadas desde el centro y la periferia
Periferia ‐Base
Esfera Pública enraizada en las redes de flujos de mensajes desordenados
OPINIONES PUBLICADAS
Origen: Variedad de actores
Influencias
Favor – Contra cuestiones políticas
Opinión sondeada: agregado medible de opiniones y actitudes
Espacios informales de conversación cotidiana
Medios de Comunicación
Públicos episódicos de la sociedad civil
Seleccionadas y formateadas por los profesionales de los medios de comunicación y
recibidas por amplias audiencias
Esfera Pública
Instituciones reconocidas
Cara a Cara
Deliberaciones
Sistema intermediario de comunicación
Formalmente organizadas
Sistema Político
Informales en arenas localizadas
Centro ‐ Tope
Diferentes tipos de deliberación
institucionalizada y procesos de negociación
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Las TIC, en definitiva, presentan características interactivas que otorgan oportunidades sin precedentes para generar una mayor inclusión de los ciudadanos en los intereses públicos (diseño y deliberación de los asuntos públicos)35. La calidad general de la participación debe medirse en la incidencia de ellos mismos en la formulación de las decisiones democráticas (Aichholzery, y otros, 2008). Los niveles de calidad de la participación planteados en la monografía (permitir electrónicamente, comprometer electrónicamente y empoderar electrónicamente) sólo pueden ser llevados a la práctica mediante el paso de los ciudadanos por el proceso deliberativo de la esfera pública, potenciada por las innovaciones tecnológicas y por la conectividad (venciendo el tiempo y la distancia) que permite internet.
Las nuevas herramientas que aparecen a partir del año 2000, que permiten asemejar los espacios virtuales al ágora virtual, dan acceso a la información política al ciudadano, permitiendo un ejercicio de influencia del ciudadano sobre el gobernante. Las ágoras no son otra cosa que comunidades virtuales que ofrecen libre acceso a las posibilidades de intercambio de información y que ponen el acento en las herramientas de acción política inmediata por parte de los ciudadanos. (Lévy, 2002 págs. 96‐97, 189). En las ágoras, al igual que en la esfera pública, la ética del diálogo funciona como la verdadera corona de la ciberdemocracia, siendo el carácter no objetivo del significado –pues el sentido no tiene un carácter objetivo‐ el sustento de las relaciones de intersubjetividad necesarias para el mantenimiento del tejido social de la comunidad.
La democracia electrónica implica el uso de las TIC dentro de todo internet en el proceso de formulación de políticas y en el fortalecimiento de la relación Estado y sociedad: ciudadanía activa, vida pública y toma de decisiones. Los potenciales democráticos de la red (interactividad, disponibilidad creciente de información política y control del usuario ‐eficiente y descentralizado‐) refuerzan a internet como plataforma de interacción ciudadana que contribuye al proceso político (Breind, y otros, 2008).
M Hagen, a su vez, apoya el fundamento de la participación política con el centro dentro de la democracia electrónica. Al igual que el espacio de encuentro y de discusión pública, Hagen señala que la esfera pública electrónica es la suma de actos realizados por individuos o grupos en orden de influir sobre la forma en que opera el sistema político (1997 En: Breindl, y otros, 2008).
Incluso, Mike Westling (2008) se atreve a declarar a las tecnologías de la información y la comunicación como un escalón más alto en la escala de la esfera pública planteada por Habermas. Para Westling la comunidad en el ciberespacio no tiene el centro de mira en los
35 Andrew Chadwick (2006 pág. 22) retomando las palabras de Agre (2002 pág. 312), señala que por primera vez en la historia un medio de comunicación, como lo es internet, promueve la tecnología requerida para vincular la cibersociedad civil políticamente activa al proceso formal de toma de decisiones que era controlado antiguamente por las élites políticas y por los intermediarios que ahora se presentan como actores anquilosados ante una esfera pública mediada por internet. En las conclusiones de las Primeras Jornadas sobre Ciberperiodismo también se reconocía que. “Con la aparición de internet, los proceso de digitalización y la convergencia mediática han cambiado los vigentes modelos de comunicación, y han presentado retos muy serios a la teoría, las prácticas y las estructuras del periodismo y también a la esfera pública y a la participación ciudadana” (AA.VV, 2006).
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procesos de deliberación planteados por Habermas y que luego son asumidos por el sistema representativo. El objetivo principal de la esfera pública ciberespacial, y de la comunidad que la soporta, está situado en la línea de la acción política de los miembros.
5. Las piedras del camino: principales problemas a resolver 5.1. La trampa de las identidades virtuales La construcción de nuevos actores sociales, de un nuevo movimiento social colectivo que plasme sus espacios de organización y funcionamiento en internet y en sus redes sociales, necesita pasar por la solución del problema de la definición de las identidades en el espacio virtual. Para los ideólogos del deconstruccionismo del ciberespacio (que Zizek centra en los estudios de Turkle y Stone) en las redes se presentan dos tipos de comportamiento. Por una parte, las redes permiten esquivar las dificultades de la vida real y, por otra, ayudan a reconocer, descubrir y explorar las inconsistencias y multiplicidades de los componentes de las identificaciones subjetivas (tanto individuales como colectivas). Turkle termina señalando que el uso de la realidad virtual reconoce el papel psicoanalítico de la interfaz como la “suspensión de las reglas simbólicas que regulan mis actividades en la vida real y que me permiten escenificar y externalizar mi contenido reprimido que de otro modo soy incapaz de afrontar” (Turkle, 1995 En: Zizek, 2006: 229).
En el mismo camino que Turkle (1995), para quien la posibilidad política de internet queda reducida a la dificultad para construir un punto de vista común dentro de una comunidad (consensual para fines democráticos) ante tal coexistencia de las identidades, la búsqueda del consenso, retomando a Poster, queda así minada ante un espacio virtual fácilmente manipulable por parte de los usuarios, tal y como pasa en el mundo comercial: Para la construcción de un espacio público es necesario que se den tres características: Un debate entre iguales, la presencia de argumentos racionales y la búsqueda del consenso. En internet estos elementos se reflejan así: Base de igualdad, no hay intercambio de argumentación racional sino una multiplicación de los puntos de vista (generalmente contradictorios) y las identidades confusas y móviles dificultan la construcción del consenso. El cuerpo es la base de la identidad y da estabilidad a las posiciones de los individuos. Los espíritus informáticos puros no pueden crear una democracia deliberativa36. Internet no es un espacio público nuevo pues no permite vivificar de nuevo el debate democrático y no representa la renovación democrática… Las diferencias básicas entre el ágora y el cibercafé se definen por el tipo de
36 Poster también señala el papel del cuerpo como la base de la identidad y de la estabilidad de las posiciones de los individuos: Esta idea del cuerpo es asumida igualmente por Zizek para quien la suma de tres procesos sucesivos (la pérdida de diferencia entre las entidades vivas y artificiales, su cuestionamiento por parte de la realidad objetiva y el desdibujo de la distinción entre la realidad objetiva y la apariencia) conduce a la identidad disuelta del sujeto que percibe únicamente la apariencia. Esa progresiva subjetivización –continúa‐ produce la desaparición del límite que separa lo interior del exterior con la progresiva colonización tecnológica del cuerpo. La paradoja, señala Zizek, es la “coincidencia entre la progresiva inmovilidad del cuerpo y el aumento de la hiperactividad corporal: el superman interactivo coincide con el inválido para el que todos sus movimientos se producen a través de prótesis reguladas por chips informáticos” (Zizek, 2006: 222‐223).
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intercambio ocurrido. El que ocurre entre el texto y el vídeo es diferente al que ocurre cara a cara. Cada uno tiene una lógica propia de generación de opinión que afectan, en su tipología, las políticas que emergen de la era digital. El discurso político hace tiempo que está mediatizado por máquinas electrónicas. El problema hoy se refiere a las nuevas posibilidades de diálogo descentralizado creando combinaciones únicas de ensamblajes entre el hombre y la máquina (Poster, 1995 En Flichy 2000).
Ante la separación identitaria, se vuelve a repetir la pregunta sobre el concepto y la emergencia de la reputación de los usuarios (en sus perfiles) y de las comunidades (con sus grupos) en las redes sociales que se tejen en los medios electrónicos (Breindl, y otros, 2008). La relación entre la reputación (que en este caso puede ser vista como legitimidad política o incluso ideológica) y la calidad de la información que ofrecen no es directa, así sea, peligrosamente, el producto simbólico requerido por la tecnología (elaborado y manipulado) para otorgar sentido a su ideología y trascender en la fundación de la imagen social (Vilches, 2001 pág. 59). El peligro fundamental es apreciado en la sesión legítima sobre actores sociales (manipuladores aceptados) a partir de una identidad construida tecnológica y virtualmente.
Con este panorama, las nuevas posibilidades técnicas y los avances de las redes permiten pensar en dos posibilidades sobre el conflicto de la identidad. De un lado, es posible retomar el concepto de identidad basado en el cuerpo o en el nombre único (con su correspondiente carnet de identificación) mediante sistemas propios de identificación y control en el ciberespacio. Aunque con esta salida probablemente las redes sociales corran la misma suerte que Friendster a comienzos del año 200037.
De otro lado, las actuales formas de representación en internet permiten plantearse la reconstrucción del concepto de identidad a partir de los usos e identificación como usuarios. En este modelo es necesario replantearse el camino con dos opciones: hacia una nueva institución cero (Levi‐Strauss En: Zizek, 2006: 188) que señale la presencia de una institución social o, con otro sentido, la trayectoria identitaria hacia el rescate de los vínculos sociales primarios y comunitarios con una identificación resuelta por las matrices y reglas simbólicas adoptadas por un número de usuarios que las conforman y las aceptan en una comunidad (virtual o física).
5.2. La dificultad del compromiso ciudadano y la concepción idealista de la ciudadanía El auge de los medios de comunicación modernos ha causado la emergencia de la crítica centrada en la visión de la privatización de la vida civil y en la conversión de los ciudadanos en consumidores (Jenkins, y otros, 2003 pág. 8). Dentro de su rol como consumidores, adaptados a las circunstancias impuestas por el sistema mercantil, el ciudadano adquiere la condición perturbadora de la ignorancia pública que ataca al ciudadano medio y que lo mantiene
37 Entre el 2002 y el 2003 la red social Friendster intentó realizar un control a los usuarios evitando su uso descontrolado. El resultado fue la migración masiva a las nuevas opciones abiertas, principalmente a Myspace (Boyd, y otros, 2007).
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desinformado y, lo más grave, desinteresado de los asuntos de trascendencia pública (Habermas, 2008 pág. 18).
Las características de velocidad de los medios de comunicación actuales dejan al ciudadano ante la naturaleza privatizadora del espacio. Los nuevos medios favorecen la velocidad y la simplicidad con la cual se incrementa la soledad política de los individuos privatizados que desde casa, en sus pantallas, ven el mundo y las opciones políticas como alternativas de consumo. El privilegio del hogar como espacio político conduce a la idea del extremo ilógico de la votación que deja a los ciudadanos como electores privados excentos de la responsabilidad de explicar y defender sus elecciones (Barber, 2003).
El acceso y la participación dentro del proceso comunicativo dominado por la comunicación mediada está ampliamente determinada por los intereses específicos sobre las cuestiones públicas de parte del ciudadano y de los demás agentes, y el uso de los medios de comunicación con un objetivo político está relacionado con el estatus social y el background cultural de cada ciudadano. Estas características constituyen un indicador que señala las diferenciaciones funcionales que coexisten ante las posibilidades de construcción de las esferas públicas. En ellas, las estructuras de clase, que se reflejan de la misma sociedad civil, quedan manifiestas (Habermas, 2008 pág. 19).
El compromiso ciudadano se ve superado por la privatización de las actitudes cívicas y políticas. Los contenidos y los formatos producidos desde las nuevas tecnologías, en los que se está generando la comunicación política, alimentan un modo de comunicación mediada que contribuye independientemente a la alineación difusa de los ciudadanos en relación con la política. La nueva redefinición de la política se realiza en términos de categorías de mercado económico bajo las cuales se desarrolla una invasión de sus imperativos funcionales (con su lógica interna de producción y presentación de mensajes). Lo anterior conduce a la sustitución secreta de una categoría de comunicación por otra y así las cuestiones ligadas al discurso son asimiladas y absorbidas por modas y contenidos de entretenimiento con sus características de personalización, de dramatización (eventos), de simplificación (de los problemas complejos) y de polarización (de los conflictos). Las tres características anteriores promueven la privatización cívica y la consolidación de un ambiente antipolítico con su consecuente personalización de la política sustentada en la privatización programática y en la eliminación del tradicional periodista y político, piezas centrales de la política deliberativa (Habermas, 2008 pág. 21).
Los foros on‐line demuestran las perspectivas teóricas de Habermas debido a su debilidad ante las críticas formuladas. Los foros on‐line celebrados como libres esferas públicas de deliberación política son criticados por su pobre calidad y su pobre interacción creada, alimentando la tendencia a generar asociaciones políticas segmentadas mucho más que pluralismo: “Since the emergence of internet, several writers have revisited the concept of reinforcement to guide their empirical research. And many have concluded that increasing the amount of political information available online does not necessarily contribute to higher levels of civic engagement” (Chadwick, 2006 pág. 25). Todo lo anterior alimentado por la escasa oferta interactiva promovida por los sitios de gobierno electrónico: “Pocos son
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interactivos y pocos están orientados explícitamente a la comunidad” (Chadwick, 2006 pág. 91).
Los nuevos retos que se plantean generan nuevos problemas para la democracia que se traducen en el constante incremento de la comercialización en el ciberespacio y en la pregunta sobre quién controla la circulación de la información en internet. Asimismo, es inminente la fragmentación de la esfera pública ante la individualización excesiva de los espacios de relacionamiento de las redes sin que en las actividades desarrolladas en el ciberespacio se alimenten las conductas asociativas o comunitarias: Las nuevas prácticas políticas se han desarrollado on‐line aunque pocos usuarios las utilizan para comprometerse en el proceso democrático (Coleman ‐ Goetze, 2002; Vedel, 2007 En: Breindl y otros, 2008).
La evaluación de la democracia electrónica en su característica de promover las instancias de representación pasa por el análisis de doce ideas clave planteadas por Chadwick (2006 pág. 102, 108):
• El poco presupuesto e interés depositado en los programas públicos de fomento a la democracia electrónica.
• La generación de expectativas no realistas incluidas en los objetivos a conseguir.
• El uso de la tecnología inapropiada.
• Las disputas políticas internas.
• La ausencia de objetivos y metas claras.
• El énfasis inadecuado de las comunidades virtuales que se alejan de los reales problemas de la comunidad.
• La idealización de la ciudadanía.
• La concentración en la esfera pública de diálogos no políticos y el hallazgo de diálogos políticos completamente ignorados.
• El exceso de espacios publicitarios ubicados en las zonas de posible desarrollo de la esfera pública.
• La concepción de los foros de discusión como escenarios segmentados o semi‐públicos.
• La concepción de los escenarios de discusión como los espacios de validación de las políticas del gobierno de turno.
• El desarrollo de las comunidades virtuales como modelo de negocio en los que las empresas privadas desarrollan espacios públicos.
Para Barber (2003 pág. 33) la historia de los desarrollos tecnológicos ha demostrado que la cultura se ve reflejada en la tecnología bajo la fórmula de que un avance tecnológico responde a la cultura en la que se desarrolla. No es la tecnología la que realiza una guía directiva sino que es apreciada como un escenario de manifestación de tendencias no determinantes y que son condicionadas por la sociedad en la que se crean y por las características que ella contiene.
Ante su modelo de la democracia fuerte (que reúne elementos deliberativos y participativos) se presenta como una alternativa normativa el enlace ciudadano en los niveles nacional y local que desarrollan una variedad de actividades políticas y realizan una serie de discursos,
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deliberaciones y debates para alcanzar las condiciones de consenso esenciales para la administración de las diferencias. Los ciudadanos participan así en el gobierno, en relación a sus intereses, en algunas materias y durante alguna vez en el tiempo (Barber, 2003 pág. 38).
Sin embargo, las consecuencias de la velocidad del nuevo medio de comunicación se ven reflejadas en la simplicidad reductiva de los dualismos binarios y de la negación de las matices: “voting yes or no may ultimately be requiered by democratic decisión making, but reducing participation to terminal choices between polarized alternatives is hardly a useful way to capture democracy’s strenghts” (Barber, 2003 pág. 39). Así, ante las problemáticas de las sociedades modernas a gran escala (aislamiento, alienación civil, declinación de confianza) la ciberpolítica difícilmente parece ofrecer apropiados remedios pues la acción de estar on‐line se reduce a un acto de privatización y de simple soledad (Barber, 2003 pág. 40).
Barber analiza la virtud de la inmediatez como una herramienta de facilitación para la igualdad y la equidad y como una promotora de las formas horizontales de la comunicación. Pero no deja de preguntarse sobre cuál es el tipo de facilitación, cuál el tipo de mediación y qué tipo de protección deben ofrecer y considerarse para asumir a internet como un medio de promoción de la democracia. Ante esto, señala, las opciones no se sitúan sobre la fórmula dual información no mediada e información manipulada. La propuesta de Barber se centra en la diferenciación del usuario entre la información legítimamente manipulada y la información ilegítimamente manipulada.
Pero en su construcción de la información declara el peligro de que las nuevas tecnologías tengan su base plena de acción en la información y no en el conocimiento. De esta forma, con el centro situado en la información, las nuevas tecnologías pueden obstruir el conocimiento: “Defined as information organized according to values, theories and paradigms, knowledge is the key to political competence as well as to culture and civilization” (Barber, 2003 pág. 43). Así, la información organizada como conocimiento permite la elección de los manipuladores autoritarios (las autoridades), de los mediadores, que ayudarán a dar sentido a la construcción democrática.
En el escenario pesimista planteado por Lévy, el individuo aislado se encuentra perdido en los datos de internet y es incapaz de encontrar lo que busca. La abundancia de información y la ausencia de selección es una carencia más que un progreso en los procesos y actividades desarrollados on‐line (2002 pág. 48).
Barber es pesimista ante las opciones otorgadas por la tecnología y por la cultura en la cual se inscribe. Las características de la digitalización corrompen la democracia tras sus tendencias de segmentar y compartimentar aquello que se busca conocer. Así, la tecnología es una dinamita en contra de la capacidad de cosechar el conocimiento (Barber, 2003 pág. 44). En los medios segmentados no puede existir el espacio público, no hay un lugar de encuentro, “a place for us”. Como ya lo comentamos en el capítulo primero, en las mismas palabras de Barber, la especialización de las tecnologías en los nichos de mercado (belleza individual) ofrecen una ventaja para las políticas en contra de la deliberación pública, además de minar la deliberación con lo que se consigue (para los políticos) la adecuación de un terreno común y la delimitación de la participación democrática.
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En último término, sobre las comunidades virtuales, Barber argumenta que estos espacios promueven el globalismo sin que lleguen a fomentar el internacionalismo. El globalismo virtual, continúa, destruye la comunidad real. A su vez, retoma el posicionamiento del mercado sobre las redes mientras le otorga su capacidad de incrementar las opciones privadas con su consecuente costo de control de la agenda pública tan necesaria para el funcionamiento de la democracia.
5.3. Roger Hurwitz: las ironías de la democracia en el ciberespacio Roger Hurwitz presenta cuatro visiones escépticas de la democracia en internet que se anteponen a las posturas que ven en el nuevo medio tecnológico un lugar de alcance global, con bajos costos de transacción y con un potencial enorme de desarrollo a partir de estructuras no jerárquicas:
La primera visión se corresponde con las perspectivas de la individualidad señalas en las críticas anteriores, con su carácter privatizador, en el que Hurwitz destaca la improbabilidad de la democratización de la distribución del acceso a las redes y a la tecnología disponible para hacer parte de ellas. Así, el ethos individualista y la prevalencia de la noción del pago por acceso terminan por minar todas las perspectivas esperanzadoras de la concepción de internet como un medio de promocionar las relaciones entre la ciudadanía y los poderes públicos representativos.
El segundo punto de interés para Hurwitz está centrado en la escasa tradición existente de deliberación on‐line. Así, los esfuerzos por organizar acciones políticas en el ciberespacio son gritos en el vacío y muy pocas veces superan alcances escasos y fragmentarios. La escasa tradición, el poco interés en la discusión política y el escaso seguimiento a los procesos de debate en internet dejan claro que es imposible, ante este panorama, consolidar una verdadera opinión pública.
El sistema legislativo constituye el eje central del tercer tema conflictivo expuesto por Hurwitz. En esta crítica se señala cómo las leyes mantienen atados a los proveedores de servicios y cómo han logrado obstruir algunos desarrollos de la arquitectura de red, obligando a que los programadores deban codificar sus materiales con el fin de evadir censores y de disfrazar posibles transacciones.
Asimismo, el sistema legislativo se halla en una encrucijada ante las posibilidades de la participación política a través de las redes. Los mecanismos de participación política necesitan ser organizados dentro de los marcos normativos existentes para que tengan un peso específico claro en los juegos decisionales de los poderes públicos. La positivización de los procesos resulta fundamental para otorgar poder de decisión real a los ciudadanos a través de las redes. Pero la inclusión de los nuevos procedimientos en los tradicionales sistemas legales es un paso aún lejano.
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En la última visión escéptica planteada por Hurwitz se explica cómo la tecnología que debe ser usada en los procesos democráticos no debe ser diseñada pensando, como se hace ahora, en la conducción de transacciones u orientada a la búsqueda de información. La propuesta, con el objetivo democrático, se resume en el direccionamiento del diseño principal de la tecnología hacia la configuración de instrumentos que permitan el reporte de las actividades del gobierno a los ciudadanos y que faciliten la tarea de mantenimiento del Estado con sus correspondientes capacidades y responsabilidades sociales.
5.4. La brecha digital y la necesidad de la alfabetización mediática Las TIC (desde la pintura rupestre hasta el world wide web) son productos ambivalentes que acompañan a la sociedad humana desde sus orígenes. A partir del siglo XXI, en el que se desarrolla el fenómeno de la convergencia digital, se ha promovido un incremento de la tecnicidad y con ella un uso recurrente de las TIC en la vida cotidiana. Las TIC han configurado una dimensión fundamental de las prácticas sociales contemporáneas, generando una dependencia digital y tecnológica, principalmente en el escenario mercantil. Asimismo, se han acentuado en la creación, la transmisión y el tratamiento de los conocimientos de tal forma que han desplazado el interés del que tiene el conocimiento al que quiere adquirirlo, produciendo un modelo de aprendizaje diferenciado, ubicado más allá del universo de los educadores y que se extiende a todos los niveles de la vida económica y social.
En esta nueva dimensión, las TIC han hecho visible varios problemas sociales que se representan en las ambivalencias tecnológicas (origen bélico de las tecnologías, transferencia de funciones del hombre a la máquina, fragilidad tecnológica inherente) pero que ahora se manifiestan específicamente en la Brecha Digital. El fenómeno, que plantea las limitaciones de la sociedad de la información demuestra cómo existen varias brechas digitales que se complementan, dificultando así el aprovechamiento de los recursos tecnológicos por la gran mayoría de las personas en el mundo. Los recursos económicos, la geografía, la edad, el género, la integridad física, la lengua, el empleo, etc. son factores que fomentan la exclusión de la información en tanto a accesos (brecha digital), como a contenidos (brecha cognitiva).
El planteamiento de la alfabetización mediática requiere una iniciación en las nuevas tecnologías para el total aprovechamiento de los elementos que componen el nuevo programa político y ciudadano y para su posible aprovechamiento como herramienta al servicio de la democracia deliberativa y participativa.
Los requerimientos del sistema político para el funcionamiento como motor de la comunicación política se traducen en la independencia del sistema de medios de comunicación autorregulado y en la forma correcta y justa del establecimiento del feedback necesario entre la comunicación política y la sociedad civil. Sin embargo, la privación social y la exclusión cultural de los ciudadanos explican el acceso selectivo y la participación irregular dominada por la comunicación mediada y la colonización de la esfera pública por los imperativos del mercado, factores que conducen a la parálisis de la sociedad civil.
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El ejemplo de la Blacksburg Electronic Village resulta esclarecedor sobre la importancia de la alfabetización mediática para el aprovechamiento de los recursos que la Web 2.0 ofrece y para la superación de la brecha digital. Sin embargo, en palabras de Chadwick, la comunidad de Blacksburg no es relevante como espacio democrático participativo en tanto se trataba de una comunidad estudiantil, cuya importancia básica radicaba en el contexto previo de ser alfabetizados en las nuevas tecnologías (Chadwick, 2006 pág. 94).
La problemática plantea dos caminos que deben responder tanto a las necesidades de la ciudadanía como a los avances tecnológicos cada vez más avanzados. Por una parte, el desarrollo de elementos tecnológicos básicos e intuitivos para ser usados y manipulados por cualquier usuario, incluyendo aquellos usuarios novatos o analfabetas digitales. Por otra, el planteamiento de una política clara de alfabetización mediática que, en uno de sus objetivos busque la vinculación de la ciudadanía al proceso político participativo a través de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Al respecto José Manuel Pérez Tornero (2009) define la alfabetización mediática como un elemento esencial para la vitalidad y la buena marcha de los servicios mediáticos y cuyas capacidades derivan en la sustancial mejora de los medios de comunicación en factores como la transparencia, el pluralismo y la seguridad comunicativa, todos ellos valores fundamentales para el ejercicio de la ciudadanía democrática. Asimismo, señala el autor que la alfabetización mediática se establece como el tercer pilar básico de los derechos de la comunicación al lado de la libertad de expresión y del derecho a la información. Es, en últimas, una demanda ante la estructuración de una democracia participativa en las redes de internet. La alfabetización mediática ayuda en el objetivo de “desarrollar –con y a través del uso mediático responsable– el sentido de la ciudadanía activa y participativa en los asuntos locales, europeos y globales” (Pérez Tornero, 2009).
En la misma línea que Pérez Tornero, Henry Jenkins manifiesta la importancia de la alfabetización mediática distanciándose de la idea de Chadwick. Para Jenkins, los consumidores no pueden ser acusados de no saber hablar y utilizar el nuevo idioma ante el poco esfuerzo realizado por educarles en el pensamiento sobre la convergencia (Jenkins, 2006 pág. 19). Jenkins refleja la necesidad de promover la alfabetización mediática como política que nos lleva necesariamente al fortalecimiento de la capacidad de acción de la ciudadanía en un sistema democrático.
Las investigaciones promovidas por la Comisión Europea que plantean a la alfabetización mediática como un pilar fundamental de la construcción de la ciudadanía democrática y participativa, parten de varios documentos que determinan el camino a seguir y que intentan situar a las políticas educativas mediáticas como un eje transversal en la formación individual y colectiva. La Declaración de Grunwald38 y el Congreso de la Unesco en Viena de 199939 son los
38 Documento resultante del Congreso Internacional de la Unesco sobre Educación en Medios en 1982. La Declaración señalaba que: “el papel de la comunicación y los medios en el proceso de desarrollo no debería ser subestimado, ni tampoco la función de los medios como instrumento para la participación activa de los ciudadanos en la sociedad. Los sistemas políticos y educativos deben reconocer sus
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precedentes para una nueva etapa de actividades a favor de la alfabetización mediática. “En 2001, la Unesco elabora el informe Media Education a Global Strategy for Development (Buckingham, 2001) que traza una guía para la educación en medios y propone una estrategia para su desarrollo futuro, y en el 2002, celebra un seminario en Sevilla que reafirma el componente crítico y creativo de la alfabetización mediática, destacando que la educación en medios ha de darse tanto en el ámbito formal como informal promoviendo tanto el desarrollo individual como el comunitario” (Pérez Tornero, y otros, 2009).
El Parlamento Europeo, por su parte, desarrolla la “Recomendación sobre las competencias clave del aprendizaje continuo (Recommendation of the European Parliament and of the Council of 18 December 2006 on key competences for lifelong learning), que identifica las competencias clave que deberían ser adquiridas: competencia digital (uso seguro y crítico de la tecnología), competencia social y cívica (dota a los individuos de las herramientas necesarias para realizar una participación activa y democrática en la sociedad), y competencia de concienciación cultural y de expresión (dota a los individuos de las herramientas para apreciar la expresión creativa de ideas y emociones en los medios)” (Pérez Tornero, y otros, 2009).
La alfabetización mediática va estrechamente relacionada con la capacidad del ciudadano de relacionarse con su entorno social y, aprovechando todas las posibilidades de las herramientas tecnológicas de las redes y servicios de internet (y de su Web 2.0), participar en los procesos de toma de decisiones públicas a través de las instancias ofertadas por las entidades representativas y por los canales que él mismo proponga en su acción conjunta con otros ciudadanos organizados.
Por esta razón, dentro del estudio de la Comisión Europea denominado “The Study On Assessment Criteria For Media Literacy Levels” (en curso a julio de 2009) el factor de la participación a través de internet es tenido en cuenta en varios de los indicadores propuestos por la investigación, particularmente en las habilidades comunicativas y sociales del usuario promedio analizado. Dentro de las habilidades se mencionan las siguientes que están particularmente vinculadas con las características de una ciudadanía participativa e involucrada en los procesos democráticos y de creación y trabajo comunitario:
• Establecer y mantener contacto con otros a través de medios individuales y sociales.
• Imitar y ajustarse a las prácticas con “pares”.
• Seguir tendencias transmitidas a través de los medios (mimesis).
• Seleccionar conscientemente y permanecer en un grupo que comparta objetivos y modelos comunes.
• Dirigir los diferentes aspectos de la identidad propia en diferentes contextos a través de la apropiación de representaciones de sí mismo (avatares y perfiles).
obligaciones y promover en sus ciudadanos un conocimiento crítico del fenómeno de la comunicación”. (Declaración de Grunwald, 1982 En: Pérez Tornero y otros, 2009). 39 Bajo el título: “Educando para los medios y la era digital” el Congreso estableció el derecho a una educación en medios como un “derecho básico de todos los ciudadanos, en cualquier país del mundo” y un “instrumento en la construcción y sostenimiento de la democracia”. (Pérez Tornero, y otros, 2009).
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• Interactuar adecuada y pertinentemente (en calidad de ciudadano, contribuyente, como padre o madre de familia, etc.).
• Habilidad para compartir dispositivos.
• Habilidad para utilizar los medios del gobierno electrónico.
• Habilidad para proponer y fomentar el trabajo colaborativo y la cooperación a través de los medios
• Capacidad para resolver problemas, colaborando a través de los medios.
• Incrementar la conciencia y el conocimiento entre los interesados acerca de las medidas de auto y co‐regulación, así como del la implementación y desarrollo de buenas prácticas.
• Alentar la transparencia en la esfera mediática (financiamiento público o privado, relación de medios y poder, control de los medios, etc.) (Pérez Tornero, y otros, 2009).
Así, tres elementos básicos son necesarios para el desarrollo de la democracia participativa sustentada en las redes telemáticas e internet. El primero de ellos se refiere a la oferta institucional de un adecuado servicio que provea las herramientas tecnológicas necesarias para satisfacer las condiciones de los tres tipos de acción política y de los altos niveles de participación descritos. El segundo lo conforma el grado de interesamiento que el público tiene en la política, el cual puede crecer si el mecanismo de la toma de decisiones comienza a abrirse significativamente. El tercero es la implementación de los programas de alfabetización mediática sin el cual ninguno de los dos puntos anteriores puede llevarse a cabo satisfactoriamente (Pérez Tornero, y otros, 2009b).
6. El modelo de la democracia liberal: una posible evaluación El cuadro de evaluación propuesto a continuación (Tabla No. 9 a partir de la Tabla No. 1) presenta 10 puntos de mira a las condiciones de los modelos de democracia planteados anteriormente. Iniciando con las tres características del modelo de análisis (ejes básicos de acción política, niveles de participación y herramientas de la Web 2.0), en la Tabla se proponen algunas otras variables de medición que responden a las relaciones entre las instancias del Estado y las organizaciones de la sociedad civil a partir de la inclusión de los valores propios de la democracia electrónica propuesta.
Las variables añadidas son: el rol del Estado en el nuevo modelo de democracia, el papel de los medios de comunicación tradicionales, la existencia y el papel de los sistemas de representación, el diseño y los actores de la esfera pública de acuerdo con el modelo sugerido, la presencia de la movilización social (si es el caso), el rol otorgado a la comunidad y los mecanismos de participación tradicional que pueden incluirse dentro de los parámetros aportados por el modelo.
La Tabla de evaluación se presenta a continuación:
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Tabla 11. Evaluación del modelo de democrático liberal
Identificación La democracia jeffersoniana
Democracia representativa
Democracia de monitoreo Democracia normativa ‐
deliberativa Aspecto de evaluación
Ejes básicos de acción política
Información
El envío de la información política a las comunidades es fundamental y necesario para el desarrollo del modelo. Sin embargo, la centralidad de la comunidad supera los alcances informativos.
El catálogo de modelos propuesto retoma a la información emitida por las instancias como un pilar fundamental de las relaciones entre representación‐ciudadanía. Sin embargo, resaltan los modelos que superan las perspectivas informativas para situarse en las instancias deliberativas sobre las cuales se consolida el modelo de la comunidad política.
La democracia de monitoreo tiene en el flujo informativo a través de las redes el sistema principal de motivación de la acción desde dos frentes: el primero como fuente de rendición de cuentas desde las instituciones ejecutivas y legislativas y el segundo como centro de divulgación de la acción desde la ciudadanía a los otros agentes civiles que acompañan la función de control político.
La información en el modelo normativo‐deliberativo es fundamental como punto de partida para los procesos posteriores, pero no se concibe como el eje central de desarrollo democrático. Los ciudadanos necesariamente deben estar informados para participar en las discusiones, pero la recepción y procesamiento de la información recibida no es suficiente para el desempeño de su rol activo como ciudadanos.
Discusión
La apertura de los espacios de deliberación se realiza dentro de las comunidades territorializadas. El espacio no se sitúa en las instancias de representación políticamente tradicionales, sino que se retorna a lo culturalmente tradicional.
Constituye el centro de los modelos avanzados presentados. Las características de las redes permiten el debate virtual y la celebración de reuniones virtuales de discusión superando las barreras del espacio y del tiempo. Los modelos empiezan a abrir una brecha en el sentido de estructurar dos vías de desarrollo del modelo representativo: uno centrado en la deliberación y el otro centrado en la decisión.
El proceso de discusión en el modelo se concentra en la convocatoria y en la elección de la acción reivindicativa por parte de la sociedad civil para el retorno a los compromisos del contrato social adquiridos entre el sistema representativo y la ciudadanía articulada bajo la figura del ciudadano vigilante.
La discusión es el centro de la comunicación política. La deliberación entre los miembros de una comunidad política constituye la base de la democracia en la que participan diversos actores. El proceso de discusión entre los sujetos interesados en el que se persigue el objetivo de la búsqueda de consensos conforma la base del modelo de democracia normativa‐deliberativa.
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Participación
La participación dentro de la formulación de las políticas públicas es aún incipiente en el modelo. Existe un respeto absoluto por los mecanismos de representación que cuentan con las opiniones y deliberaciones de la comunidad, pero se mantiene la confianza en las decisiones soberanas de las instituciones parlamentarias.
Los modelos centrados en la decisión privilegian la toma de decisiones con el centro en la votación. Aún es escaso el planteamiento de la participación de la ciudadanía y de su comunidad en los procesos de toma de decisiones, de una forma institucionalizada y reglada por el sistema jurídico establecido.
La participación ciudadana está reducida a espacios pequeños de crisis institucional identificada por el ciudadano vigilante a través de los mecanismos de información y vehiculada en los espacios de discusión y deliberación. La acción de monitoreo, la participación, se reduce a la reconducción o reincorporación a las reglas de juego del sistema representativo.
La complejidad del espacio público virtual que permite la extensión y la diversificación de espacios y de condiciones bajo las cuales cualquier actor puede encontrar e intervenir en las decisiones públicas, apuesta por garantizar la inclusión de los actores institucionales en los procesos de deliberación sobre las políticas públicas. Las diferentes arenas que conforman la esfera pública y su interacción constante significan la consideración de la ciberdemocracia como el siguiente paso democrático en el cual, luego de un proceso deliberativo, los consensos obtenidos ante la discusión racional son cristalizados en las decisiones institucionales de los cuerpos representativos del Estado.
Niveles de participación
Permitir
El acceso a las fuentes de información es completo. Las instancias de representación otorgan a la comunidad toda la información que ella requiera. Es permitida la discusión pública sobre asuntos de interés de la comunidad, pero en escenarios construidos autónomamente por el sujeto social comunitario. No es permitida la participación en las instituciones de toma de decisiones.
Los procesos de información y de deliberación son los permitidos por el modelo. Las decisiones aún permanecen afuera de la órbita de las herramientas telemáticas (tanto como de las físicas) utilizadas en los procesos de participación tradicional.
El ciudadano vigilante mantiene sus funciones en las tareas de controlar la función pública. Se le permite vigilar y, en caso de encontrar un factor de crisis, puede convocar y alimentar la acción ciudadana con el objetivo de reorientar las acciones legislativas y ejecutivas, realizadas generalmente por representantes que ocupan cargos de elección popular.
El ciudadano dentro del modelo deliberativo hace parte del sistema de toma de decisiones. En tal sentido se le permite electrónicamente realizar todas las acciones que constituyen y hacen parte de la actividad política. Puede informarse, puede deliberar y puede decidir mediante el uso de las herramientas telemáticas. Pero su papel como ciudadano no se limita a lo que se le permite hacer. El ciudadano normativo‐
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deliberativo se enfrenta a altos niveles de compromiso y empoderamiento.
Comprometer
Las comunidades y los ciudadanos se comprometen con los procesos deliberativos en la comunidad de la cual hacen parte integral. El compromiso y el rol cívico de los interesados son completamente reforzados y facilitados por las redes electrónicas de contacto.
El nivel de compromiso ciudadano permanece dependiente de las posibilidades que tenga. El compromiso no supera la barrera de la discusión y de la construcción de canales informativos. Las acciones ciudadanas y la participación aún están excluidas de los compromisos de la comunidad.
Los compromisos están determinados por los niveles de permiso que tiene el ciudadano vigilante para actuar. Su rol como ciudadano está centrado en la intervención ante las crisis que encuentre en el diseño institucional, mientras realiza su función de inspección. No existe, sin embargo, alguna función que lo comprometa con el proceso de participación ni de toma de decisiones. Mantiene así una absoluta confianza en el sistema representativo que funciona bajo una regla constitucional clara.
El compromiso del ciudadano funciona en el sentido de su participación como miembro de la comunidad en las discusiones y decisiones sobre los asuntos que le interesan. El compromiso se sustenta éticamente bajo la concepción de individuos libres que asisten al proceso deliberativo en igualdad de condiciones. El usuario Web, su ciudadanía, se manifiesta bajo el compromiso adquirido electrónicamente y utiliza las herramientas para expresar su opinión en la esfera pública ciberespacial.
Empoderar
El ciudadano se empodera al hacer parte de la comunidad y de los procesos deliberativos. La descentralización en la toma de decisiones aún no es llevada a la comunidad, aunque el encuentro en red significa el afianzamiento del tejido y del capital social.
La toma de decisiones en el modelo sigue situándose en los espacios de representación considerados en la legislación establecida. El empoderamiento, centrado en la decisión ciudadana sobre sus asuntos públicos de interés, sigue estando reducido a los sistemas de votación en los que se elige a los representantes y, en algunas ocasiones plebiscitarias, se toman decisiones sobre dos opciones de acción ejecutiva específica.
El ciudadano vigilante, en último término, continúa siendo el depositario del poder constituyente y su accionar en casos de desorden en el poder constituido constituye la única instancia de participación posible. El ciudadano mantiene su autonomía individual y no debe desempeñar un rol político mayor al de la fiscalización del poder público.
El proceso deliberativo sustentado en el encuentro de diversos actores y en la búsqueda racional del consenso vía argumentación, definen el carácter participativo del modelo. El empoderamiento ciudadano se decreta en la institucionalización de los consensos generados en la esfera pública en las instancias decisionales del Estado. El ciudadano libre y autónomo, como miembro de la comunidad, participa activamente en la toma de decisiones bajo la estructura de la esfera pública. Su acción ciudadana tiene, efectivamente,
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repercusiones en las políticas públicas formuladas.
Herramientas de la Web 2.0
Blogs – Wikis
Se utilizan por las instituciones para el envío de información y para promover la discusión reducida de temáticas de interés comunitario. También son empleadas por los miembros de la comunidad para informar, manifestar sus opiniones y contribuir a los debates ciudadanos.
Se centran en la transmisión informativa que realizan las instancias de poder hacia la ciudadanía interesada.
Pueden ser utilizados como instrumentos de envío y recepción de información en los dos caminos de la función ciudadana: realizar la vigilancia a las instancias legislativas y ejecutivas y organizar las acciones civiles en caso de ser necesario.
Cumplen una función plenamente informativa bajo la cual permiten el envío y la recepción de mensajes entre las instancias estatales y los ciudadanos y entre los ciudadanos mismos que emiten información y expresan sus opiniones. Asumen, a su vez, un primer nivel de discusión e intercambio de opiniones.
Marcadores Sociales
Si están disponibles por parte de las herramientas que ofrecen las instancias y los centros de producción de información (ciudadana o institucional), pueden ser empleados por los ciudadanos para realizar seguimientos específicos a las instancias y a los temas de interés que se debaten en la comunidad.
Pueden ser empleados por los ciudadanos para realizar seguimientos específicos a las instancias y a los temas de interés que se debaten en la comunidad.
Redes Sociales
Son el elemento fundamental del modelo. Permiten la construcción de espacios de encuentro virtual y facilitan la escenificación de ágoras virtuales en las cuales se desarrollan las discusiones. Son elementos que se pueden explotar desde las comunidades o desde los centros de poder.
Pueden entenderse como herramientas fundamentales del modelo como espacios de encuentro informativo con posibilidades de desarrollo de las discusiones virtuales comunitarias. Pueden considerarse como el espacio en el que se efectúa el nexo político entre el sistema representativo y la ciudadanía.
En términos de la convocatoria a las acciones civiles ante la emergencia, las redes sociales son la principal plataforma de contagio y convocatoria colectiva gracias a su efecto de viral.
Permiten el desarrollo de la esfera pública en las plataformas de discusión y en las opciones de construcción de comunidades que tienen en sus interfaces. Sin embargo, representan espacios privados con un servicio público que puede estropear la calidad de la discusión y que puede, en términos de intereses privados, favorecer o manipular la información generada por los usuarios miembros.
Otras herramientas relevantes para el modelo
Los foros y las plataformas bajo las cuales se pueden construir comunidades virtuales permiten un diseño más específico a las necesidades de la comunidad y permiten un mayor control
Los foros de discusión adquieren un elemento deliberativo importante para los modelos. Las plataformas de comunidades virtuales pueden generan espacios específicos de las
Las listas de correo electrónico y las plataformas de las comunidades virtuales como centros de contagio informativo y de rápido diseño logístico de eventos
Los foros generados desde las estructuras públicas así como el desarrollo de plataformas de desarrollo de comunidades de usuarios propias, tanto para comunidades como para las
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sobre los usuarios y las discusiones que en ellas se desarrollan.
comunidades interesadas. de grandes magnitudes. instancias representativas, deben ser objetivos prioritarios como herramientas de consolidación de espacios de discusión democrática. La esfera pública independiente.
Rol del Estado
El Estado garantiza los espacios adecuados para el encuentro ciudadano (ágoras virtuales, parlamentos, bases de datos hipertextuales, espacios de rendición de cuentas, redes de simulación de políticas, etc.). Propone a los ciudadanos objetivos virtuales comunes capaces de catalizar el enfoque compartido de los fines de la acción colectiva con sus resultados.
El Estado se concentra en el fortalecimiento institucional del sistema representativo y de las relaciones de este con las comunidades interesadas. Es constituido por una multiplicidad de poderes de la sociedad civil que se reflejan en el sistema representativo y bajo el cual actúa como árbitro y garante de derechos ciudadanos.
El rol del Estado se mantiene dentro de la concepción del contrato social y como garante de las funcionalidades de las instituciones. Se concentra en velar por el cumplimiento de los deberes señalados en las normas positivas y en las reglas del juego democrático.
El Estado actúa como garante del proceso ocurrido en la esfera pública mediante tres tipos de actuación: por una parte, garantiza la adecuación de espacios públicos desde terminales ciberespaciales públicas para el desarrollo del debate. Por otra, asegura la adecuación institucional a los consensos obtenidos durante el proceso de discusión pública. Por último, debe garantizar la participación de los actores interesados y afectados por las temáticas relevantes elegidas en las discusiones dentro de la esfera pública.
Papel de los medios de comunicación tradicionales
Son actores que participan en el proceso de envío y recepción de información pública. Sin embargo, dejan de tener el monopolio de la información y sus capacidades se miden en términos de las relaciones que tienen con las comunidades virtuales y en su competencia de satisfacer las necesidades específicas de cada una de ellas.
Actúan en varios de los modelos como actores del nexo político‐informativo entre los ciudadanos y el sistema representativo y viceversa. Su papel, es complementado con las múltiples opciones de información ciudadana disponibles ahora para los usuarios de internet.
Acompañan el proceso de monitoreo que realiza el ciudadano vigilante y, en la medida de sus intereses, se adhieren a las campañas de acción ciudadana con motivo de las crisis institucionales señaladas por la ciudadanía. Por lo general, intentan abanderar las movilizaciones convocadas.
Son apreciados con recelo como direccionadores de la opinión pública. Sucumben, sin embargo, ante las posibilidades de las nuevas tecnologías en las que la multiplicidad de canales garantiza la libre expresión de la ciudadanía interesada y se evita la fragmentación e individualización de los públicos que la sociedad civil constituye.
Representación Es la instancia estatal de mayor relevancia para el modelo. Las comunidades se construyen con
Es la instancia central de los modelos propuestos. Tanto el Estado como los ciudadanos
Es la instancia principal del modelo y a la cual se le realiza, principalmente, la
La representación mantiene su papel dentro del modelo como el cuerpo estatal que debe traducir
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la intención de relacionarse con los agentes representativos quienes se relacionan permanentemente con la comunidad. Las herramientas tecnológicas en el modelo intentan fortalecer el escenario representativo y no eliminarlo.
buscan fortalecer la instancia en el establecimiento de mejores relaciones entre ambos.
vigilancia. Su papel, como organismo del Estado, es garantizar la representación de la ciudadanía bajo el mandato otorgado por el poder constituyente.
en marcos institucionales los consensos alcanzados en las esferas públicas, de las cuales hacen parte integral. El modelo deliberativo fortalece el sistema representativo y le otorga la legitimidad necesaria resultante del proceso dialógico y de la construcción del consenso en la esfera pública.
Esfera Pública
Se ubica en la raíz del modelo comunitario. Las discusiones dentro de la esfera pública orientan el sentido de la comunidad y garantizan la inclusión de los miembros interesados en las discusiones sobre asuntos de interés. La esfera pública en el escenario comunitario es ampliamente favorecida con las nuevas herramientas de internet.
Representa una importante herramienta en la misión de restablecer la función y la credibilidad de la instancia parlamentaria en sus relaciones con la comunidad. La esfera pública permite identificar las expresiones y las opiniones ciudadanas consensuadas que deben ser defendidas por los representantes en las altas instancias del proceso representativo.
La esfera pública tiene un papel reducido en la aplicación del modelo. En ella se discuten las acciones que se deben realizar ante la emergencia de la crisis, pero no está configurada como un elemento permanente de intercambio de deliberaciones sobre temáticas relevantes entre los miembros de la comunidad.
Constituye el punto nodal del modelo. En ella se desarrolla el componente deliberativo del proceso democrático. La esfera pública es el lugar de la comunidad, el lugar de la formación colectiva de la opinión pública en el que participan diversos actores y en el que se consolidan los consensos necesarios para orientar la formulación de políticas y la toma de decisiones en una comunidad local o nacional.
Movimiento social
Ante las buenas relaciones entre las instancias de representación con las comunidades locales, los movimientos sociales reivindicativos dejan de ser necesarios. La confianza en la representatividad elimina su razón de ser, manteniendo el peso del modelo en las relaciones entre la deliberación comunitaria y el sistema representativo.
La acción ciudadana de respuesta ante la crisis institucional puede ser considerada como un incipiente movimiento social. No adquiere, sin embargo, toda la connotación de movimiento en tanto no es reivindicativo. Simplemente actúa como un actor que llama al orden a las instancias democráticas existentes y que se rigen por un contrato social establecido.
El sistema deliberativo propuesto desde la esfera pública garantiza la argumentación racional y evita las medidas de hecho por parte de la sociedad civil en contra de las instituciones democráticas.
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Rol de la Comunidad
La comunidad es el actor político fundamental en el modelo. Sustenta el modelo de ciudadanía que supera las características individualistas e informativas de los modelos utópicos y directos.
Cumple un rol fundamental, aunque deja de ser el factor básico de acción, situado en el parlamento. La comunidad define los lineamientos de política que sus representantes necesitan seguir y se estructura a través de los procesos deliberativos ocurridos en la esfera pública.
El rol de la comunidad no es fundamental. La figura del ciudadano vigilante es más bien una concepción individualista que sólo realiza un llamado a la comunidad (como agregación de individuos masificados) en tanto es necesario que ella se manifieste (física o virtualmente) en la acción ciudadana establecida.
La comunidad adquiere su lugar en la esfera pública en la cual manifiesta sus opiniones y en la cual consolida su sentido político. Aunque a la esfera pública se asiste como individuo autónomo, en el proceso deliberativo se construyen las necesidades comunitarias y se llega al consenso como el proyecto de la unión y la deliberación de intereses compartidos por los miembros de la comunidad. Los individuos libres con vida propia adquieren la inclusión como personas libres e iguales sólo mediante el establecimiento de la comunidad política en la cual adquieren la credencial de la ciudadanía democrática.
Mecanismos de participación
Dentro del modelo el fortalecimiento del sistema representativo, en una escala desde el nivel local al nacional y sustentado en la comunidad local reterritorializada, constituye el principal mecanismo de participación que asegura la inclusión de las opiniones de las comunidades en las decisiones públicas vehiculadas por los representantes de la comunidad. El mecanismo requiere, sin embargo, de una positivización jurídica como garantía participativa.
Los mecanismos de participación principales del modelo varían de acuerdo al enfoque. En ese sentido, de un lado aparecen los espacios de voto y de desarrollo de campañas electorales y de otro se aprecian los espacios que promueven las intenciones de la discusión y deliberación tanto on‐line como físicas. Ambos lineamientos de participación mantienen un alto peso específico para los procesos informativos desde las instituciones hacia la ciudadanía.
Los mecanismos de participación centrales del modelo pueden encasillarse en el voto, en la revocatoria del mandato y en la iniciativa popular. Sin embargo, un llamado plebiscitario convocado por las autoridades o por el mismo movimiento cívico puede ser considerado como solución a la emergencia de la crisis institucional.
El principal mecanismo de participación evidenciado en el modelo normativo‐deliberativo está consolidado en los espacios de discusión pública abiertos a toda la ciudadanía. El modelo del cabildo abierto o de los presupuestos participativos puede utilizarse como ejemplo de participación. Asimismo, los sistemas de votación necesariamente acompañan las prácticas deliberativas, aunque siempre se privilegiará el proceso de la toma de decisión guiado por los mecanismos consensuados por parte de los miembros de la comunidad.
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A partir de lo expuesto en el cuadro anterior y una vez realizada una lectura horizontal de las variables comparando los modelos reseñados en este tercer capítulo es posible señalar las siguientes observaciones:
• Es posible encontrar dentro del modelo de democracia liberal, en el que resalta la intención del mantenimiento de los sistemas representativos del Estado, tres vertientes que separan el accionar ciudadano frente a las instituciones políticas. En primer lugar encontramos las corrientes que sitúan el peso de la acción ciudadana en la decisión para la cual la información y la discusión son procesos necesarios pero sólo como herramientas que posibilitan un voto más justificado y consciente. La segunda vertiente mantiene el peso del modelo sobre el escenario de la deliberación y la discusión en el seno de las comunidades, dejando la decisión como una consecuencia lógica de los consensos acordados en el proceso argumentativo de la deliberación. Por último, encontramos el modelo del ciudadano vigilante en el que la acción ciudadana se establece en la emergencia de la crisis institucional ante la cual la decisión y la deliberación pueden considerarse como etapas superadas pues el objetivo siempre será el de volver al estado de cosas dado.
• El modelo o la concepción de la ciudadanía, y con ella la derivación del diseño democrático requerido, está asociado invariablemente a las lecturas que realicen los representantes ocasionales del sistema político. El uso de las TIC con el objetivo del fortalecimiento de ese diseño democrático requerido en su momento pretende responder a los riesgos y amenazas y aprovechar las oportunidades y retos de la coyuntura gubernamental. La ciudadanía, su modelación, responde a la concepción que esa agenda política tenga sobre la naturaleza de la información que está dispuesto a brindar al público y que adquiere relevancia tanto en la modelación ciudadana, como en la emisión de normas procedimentales de actuación civil, apoyadas y legitimadas por el ciudadano modelado bajo el sistema informativo elegido.
• El concepto de ciudadanía propuesto por el modelo liberal se edifica sobre la crítica a otros modelos que aprecian la información como el motor de la acción ciudadana y como el factor determinante para diferenciar al ciudadano comprometido del ciudadano poco interesado políticamente. La información promovida por las nuevas tecnologías, con su velocidad y su infinitud, es fundamental para el modelo liberal como base de conocimiento y como insumo para las discusiones y las decisiones. Sin embargo, el proceso democrático que promueven las herramientas de internet no se detiene en el ir y venir de los datos. El papel ciudadano con las nuevas posibilidades telemáticas se extiende hacia la discusión de las temáticas relevantes y la participación directa en la toma de decisiones.
• El proceso de la discusión se convierte así en el centro del modelo de la democracia liberal (salvo en el modelo de la democracia de monitoreo) resaltando la importancia del encuentro y de la deliberación entre los miembros de la comunidad. Los requerimientos necesarios para el encuentro hacen pensar en las redes telemáticas
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como los lugares precisos para el encuentro y la deliberación ciudadana bajo la concepción de las comunidades virtuales de usuarios. La edificación de la esfera pública ideal renace ante las potencialidades de internet y ante las nuevas plataformas de discusión que intenta hacer frente a las principales críticas de la deliberación on‐line: la identidad, la ausencia de la corporeidad y la construcción real de una esfera pública independiente de los lugares y dominios privados.
• El eje básico de acción política centrado en la participación como el espacio de toma de decisiones por parte del ciudadano aún continúa siendo débilmente exigido por los modelos teóricos de la ciberdemocracia. No es clara la búsqueda de la autonomía y la descentralización en la toma de decisiones que apunte a la superación de las formas tradicionales de participación como el voto o que acompañe al proceso representativo desde la ciudadanía. Las opciones de internet de participación aún se encuentran alejadas tanto de los diseños de los sitios de internet de los parlamentos como de los marcos institucionales legales necesarios para otorgar tanto legitimidad como legalidad a las acciones participativas en el ciberespacio.
• Los niveles de participación se concentran en lo que se permite electrónicamente más que en los niveles de compromiso y de empoderamiento a través de internet. La libertad de expresión y el derecho a la información condicionan las posibilidades de las deliberaciones y, a partir de ellas, se construye el espacio de compromiso y empoderamiento. El compromiso ciudadano parecería centrado en la emisión de mensajes y en la recepción “a la carta” de las emisiones (de las cuales puede realizar retroalimentación) de los demás usuarios.
• Dentro de los límites de lo que está permitido electrónicamente destaca la acción política bajo los periodos de crisis del ciudadano vigilante. Su accionar sustentado en la información como mecanismo de rendición de cuentas permite la fiscalización y la preparación, vía redes telemáticas, de las acciones ciudadanas pertinentes para exigir el cumplimiento de los compromisos adquiridos por los representantes elegidos.
• Los niveles de compromiso ciudadano se concentran entonces en la deliberación y en la información que son importantes para los procesos democráticos pero que aún deben trascender al empoderamiento como único espacio de toma de decisiones autónomas bajo el sistema de representación sustentado y alimentado comunicativamente en las comunidades locales.
• Empoderar electrónicamente todavía se sitúa por fuera de la ciudadanía electrónica. Está depositada en los espacios de toma de decisiones tradicionales poco influenciados por las figuras deliberativas e informativas permitidas por el sistema modelado. Dentro de las características favorables para el empoderamiento de la ciudadanía, destaca la consideración y el posicionamiento de la comunidad, como nuevo sujeto social y como motor de la democracia en la construcción del consenso.
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• Las herramientas fundamentales ofrecidas por la Web 2.0 para la promoción del modelo de la democracia liberal están centradas en las redes sociales y en las plataformas que permiten la construcción de comunidades virtuales con usuarios identificables.
• El papel del Estado se consolida en la prestación de garantías, en el desempeño de la función de arbitraje y en el diseño de los espacios virtuales públicos de encuentro bajo los cuales se realizan las discusiones esenciales sobre el diseño y ejecución de las políticas públicas. El Estado debe utilizar la información producida en sus espacios para las decisiones y acciones ejecutivas y legislativas. Asimismo, el aparato estatal propone objetivos virtuales comunes y vela tanto por el fortalecimiento de las instituciones y de las relaciones entre estas y la ciudadanía como por la edificación de un marco legal apropiado para la participación democrática de todos los interesados en el proceso.
• El papel de los medios de comunicación tradicionales se reduce a la transmisión de la información, o mejor a ser parte del proceso de transmisión de la información, mientras abandonan el monopolio de la información al ser superados por las nuevas posibilidades informativas disponibles para los usuarios y al tener que relacionarse y negociar con las comunidades del ciberespacio acoplándose a sus gustos, necesidades y agendas temáticas.
• El organismo de representación, los parlamentos, se ubican como la instancia estatal principal del modelo. En cada una de las propuestas se busca el fortalecimiento del sistema representativo y de su legitimación a partir de la discusión permanente con las comunidades, más que la eliminación de la instancia y su reemplazo por mecanismos de democracia directa. El modelo, por tanto, apuesta por la refundación del sistema representativo y por la superación de su histórica crisis asentada en la desconexión con el pueblo al que representan.
• La esfera pública está en el punto nodal del modelo y tiene el rol de legitimar el proceso representativo. En ella se desarrolla la formación de la opinión y la generación del consenso de la comunidad. En la esfera pública, además, tiene lugar el contacto entre los sistemas representativos y la comunidad, dando origen al direccionamiento de las decisiones y acciones políticas.
• Ante la apuesta por las instituciones representativas legitimadas en los espacios de la esfera pública, el movimiento social desaparece y su razón de ser se sumerge en la confianza ciudadana otorgada a los procesos políticos legalizados por los marcos normativos.
• La discusión del espacio público no deja de ser un elemento preocupante y contradictorio en el sentido de su realización a partir de espacios privados. Las plataformas bajo las cuales se desarrollan las comunidades virtuales son construidas como zonas privadas que responden a las lógicas del mercado. Para la independencia
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de la esfera pública como motor democrático y comunitario es necesario que la agrupación social misma desarrolle sus propias estrategias de contacto y deliberación on‐line que superen el posible control que ejercen los dominadores de los espacios privados. La Web está concebida, desde su origen, como una herramienta al servicio de los intereses económicos con lo cual retornaríamos al viejo debate sobre los medios tradicionales de comunicación que realizan una función pública siendo una empresa de naturaleza netamente privada40.
• Las palabras de Lévy, generalmente esperanzadoras, pueden parecer pesimistas cuando señala que: “En general, todavía no existe ninguna región del globo que disponga de una larga tradición en materia de diálogo político democrático por internet” (2002 pág. 100). Sin embargo, para su salud y para la de la democracia representativa del 2002 al 2009 han corrido los años y las experiencias empiezan a demostrar algunas posibilidades reales del juego democrático participativo a través de las redes de internet.
7. De los modelos liberales de la democracia representativa a su posibilidad en las nuevas herramientas tecnológicas: La alfabetización mediática y las redes sociales Los modelos escenificados en la teoría liberal ponen de manifiesto algunos elementos fundamentales para el desarrollo democrático. El mantenimiento de los sistemas de representación, el fortalecimiento de las estructuras de la comunidad y la construcción de la esfera pública como el lugar de la participación son fichas claves para el desenvolvimiento de la ciudadanía en condiciones aptas para su participación y para la superación de la crisis de representatividad existente.
Las herramientas de la comunicación deben ponerse al servicio de la ciudadanía y posibilitar la conjunción de los tres elementos anteriores. Para ello es necesario que se creen los escenarios tecnológicos apropiados para el desarrollo de las ágoras virtuales de encuentro. Pero también es imprescindible que los ciudadanos puedan entrar y puedan saber moverse y hablar en las ágoras.
Ambas condiciones, el campo de juego y las instrucciones del mismo (con la correspondiente práctica frecuente) definirán el éxito de la introducción de las tecnologías de la comunicación en el proceso político. Hasta el momento (2009) las iniciativas han sido incipientes y las ofertas han sido pocas y tímidas, tanto por parte de la ciudadanía como por parte de las instituciones democráticas.
40 Al respecto vale la pena volver a Jenkins cuando dice: “Deberíamos preocuparnos de los que ocurre con la libertad de expresión en un entorno contrlado por las corporaciones, donde la búsqueda de beneficio puede arruinar cualquier decisión tomada por la ciudadanía y donde la empresa tiene capacidad de veto siempre que las cifras de ventas lo justifiquen” (2006 pág. 231).
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En el último capítulo de la monografía exploraremos el camino de la alfabetización digital como mecanismo de construcción de una ciudadanía crítica y participativa y las posibilidades de las redes sociales para configurar y vincular los principales elementos de la participación democrática. El paso de las teorías formuladas en la teoría liberal a su escenificación en las redes sociales permite visualizar opciones democráticas que pueden desarrollarse y alternativas ciudadanas que sirven de ejemplo a las nuevas formas de acción política y a la nueva estructuración del sujeto social: las comunidades.
Mapa 13. La oportunidad de la democracia en la alfabetización mediática y las redes sociales
Redes Sociales
Alfabetización Mediática
Oferta Estatal
Participación
Requerimientos
Ciudadanía activa
Herramientas Web 2.0
Ciudadanía Democrática
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CAPÍTULO CUARTO: LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL Y LAS REDES SOCIALES: HACIA UNA REALIDAD DE LA DEMOCRATIZACIÓN ON‐LINE
Hasta ahora hemos analizado los dos principales modelos de democracia que pueden desarrollarse a partir de las herramientas de la Web 2.0 y de los avances y masificación de internet. El último capítulo de la monografía presenta la discusión sobre dos elementos fundamentales para la consolidación de la democracia electrónica, que han sido recurrentes en los análisis anteriores y que constituyen, en los debates actuales sobre temas tecnológicos, factores de alta importancia. La alfabetización mediática como capacidad de participar en el proceso comunicativo de forma activa, abandonando la tradicional y pasiva figura de la recepción, a través de la adquisición de competencias específicas y las redes sociales como las herramientas más avanzadas de las tecnologías de la información y comunicación, conforman un binomio que se acerca al diseño institucional que permitiría la participación de la ciudadanía interesada en los procesos de decisión dentro del sistema político.
En la primera parte del capítulo nos centraremos en el establecimiento de un modelo ideal de la democracia electrónica en el que se busca la conjunción tanto de los ejes básicos de la acción política como de los niveles de participación. La propuesta se formula a partir de los posibles estadios de la democracia on‐line y de la respuesta de las variables analizadas a los largo del trabajo.
El segundo apartado corresponde a la concepción de la alfabetización mediática como herramienta al servicio de la construcción del ciudadano competente, activo y crítico. En esta sección se examinan las principales características que aporta un proceso de formación en las nuevas tecnologías de la información y comunicación a la estructuración de un sistema político de base democrática y participativa. Las redes sociales y su potencial generador de discusiones, lugar de encuentro de comunidades y de individuos interesados, es el eje articulador del tercer desarrollo del capítulo.
La comparación de lo expuesto entre el modelo ideal de la democracia electrónica y los episodios de la alfabetización mediática y las redes sociales sitúa la discusión elaborada en la cuarta parte del capítulo en la que se pretende valorar las capacidades reales de cada uno de los elementos analizados en relación con su potencial para la democracia electrónica.
El último punto abordado es una aplicación del modelo ideal al estudio de caso del Parlament de Catalunya en el que se ponen en desarrollo los modelos de análisis y las trayectorias de discusión propuestas tanto en los capítulos precedentes como en el modelo ideal, basándonos en la oferta institucional de herramientas de la Web 2.0 al servicio de la ciudadanía.
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1. El modelo ideal de la democracia electrónica: Hacia los estadios de la democracia electrónica41 A partir de los modelos de democracia expuestos a lo largo de la monografía y de las opciones tecnológicas brindadas por las nuevas herramientas de internet, que permiten mayores niveles de comunicación e interacción entre usuarios, es posible construir una tabla de análisis que refleja los posibles cruces entre los ejes básicos de acción política y los niveles de participación, enfrentados hacia las seis variables o aspectos fundamentales de evaluación que hemos utilizado como marcos de comparación en los tres modelos generales estudiados y que representan los elementos principales de la constitución del sistema político. Como séptima variable, de acuerdo a los ejes básicos de acción política y a los niveles de participación, hemos adicionado una casilla que permite clasificar las principales herramientas electrónicas necesarias para garantizar el desarrollo de las características específicas de los ejes básicos de la acción política o del nivel de participación.
La tabla intenta no reflejar las condiciones que se desarrollan políticamente por fuera de los escenarios on‐line. Parte de la base de las acciones que las instituciones realizan con sus ciudadanos y de las potencialidades que tienen los ciudadanos‐usuarios a partir de los diseños institucionales creados tanto por las instancias estatales como por las agrupaciones de la sociedad civil, los representantes ante los cuerpos legislativos o los ciudadanos interesados para participar (informarse, discutir o decidir) en el proceso de toma de decisiones políticas.
Tabla 12. Seguimiento a los modelos de democracia electrónica
Aspecto de evaluación ‐ Variables de análisis
Rol del Estado Papel de los medios de comunicación tradicionales
Representación Esfera Pública
Ejes básicos de acción política
Información
Centralizado. Emisión de información a los ciudadanos. Recepción y respuesta a la información de los ciudadanos.
Manejo de las agendas públicas. Control de la información emitida por la mayoría de los agentes. Son promotores de la mayoría de las acciones ciudadanas. Modelo básico de información emisor‐receptor
Emisión de los comportamientos y de las acciones de los representantes hacia los ciudadanos. Comunicación de procesos. Recepción de demandas ciudadanas y envío de respuestas.
No es contemplada como un elemento fundamental. La información se envía pero no hay espacios destinados específicamente a la discusión abierta.
Discusión
Descentralizado básico. Apertura de espacios para la deliberación sobre las temáticas relevantes propuestas por agentes institucionales y ciudadanos.
Apertura de agendas mediáticas hacia los intereses de los ciudadanos. Espacios de discusión abiertos en las plataformas mediáticas sobre temáticas planteadas
La discusión en las cámaras incluye los elementos de debate propuestos por la ciudadanía de una manera representativa y no tan solo nominal.
Elemento fundamental. Es abierta y contiene las posibilidades de inclusión e igualdad necesarias para la participación de los interesados.
41 Este apartado ha sido desarrollado a partir de la comunicación titulada: “Legislative assemblies in Spain: the application of information and communication technologies in the Parliament and the Senate” (Pérez Tornero, y otros, 2009) presentada por el grupo de investigación Gabinete de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona en el 27º Encuentro Internacional de la AIERI, celebrado en México, D.F, entre el 21 y el 24 de julio de 2009.
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por todos los actores.
Participación
Descentralizado amplio. El proceso de formulación, implementación y evaluación de políticas públicas, tanto como los sistemas de decisión cuentan con algún tipo de incidencia de la ciudadanía. Las decisiones son tomadas, en su mayoría, en comunidades y gobiernos locales.
Ciudadanos presentes en el proceso de construcción de la información y en las plataformas de los medios. Producción propia y alternativa de medios de comunicación ciudadana, en espacios abiertos.
En las decisiones parlamentarias se incluyen las discusiones y las decisiones de los ciudadanos que han seguido los procesos de deliberación y decisión pública.
Define el escenario de la toma de decisiones y de construcción de los acuerdos de la ciudadanía participante. Desde la discusión se garantiza el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en el espacio de deliberación público y abierto, con un marco institucionalizado de regulación.
Niveles de participación
Permitir
Permite el acceso a las fuentes de información y la interacción entre las instituciones y los ciudadanos de forma electrónica. La oferta se realiza completamente a partir del Estado y el ciudadano habla con las entidades de las cuales obtiene respuestas informativas.
Permite al usuario realizar algunas acciones dentro de las plataformas creadas por el medio para que interactúe con los agentes de la información y otros ciudadanos interesados en la temática particular.
Las instituciones abren las puertas para que ciudadano presente opiniones y para que pueda interactuar con los representantes.
Permite encontrar un espacio en el que los ciudadanos se encuentran y discuten sobre los asuntos de interés mutuo.
Comprometer
El ciudadano hace parte de los procesos de la política pública y adquiere una obligación con su rol en la sociedad, a través de los mecanismos electrónicos.
Los medios proponer espacios de involucramiento ciudadano en campañas de interés colectivo.
El sistema representativo abre canales para que los ciudadanos organizados se involucren en los procesos de deliberación y de decisión en los parlamentos.
El espacio creado genera un grado de responsabilidad ciudadano sobre su papel como miembro de la sociedad y como posible actor de influencia en los debates públicos de definición de políticas.
Empoderar
El público interesado es tenido en cuenta en la toma de decisiones de forma institucionalizada. La formulación de las políticas se realiza desde los procesos descentralizados a partir de las necesidades concertadas con la población objeto de intervención. La comunidad se
Canalizan los espacios de encuentro de las discusiones ciudadanas. Hay multiplicidad de canales libres y abiertos. Los ciudadanos se apoderan de las herramientas con las que emiten información y con las cuales comunican sus acciones y decisiones a los agentes sociales.
Los espacios institucionalizados son abiertos y efectivamente alcanzables para que los ciudadanos organizados logren agendar sus demandas en las instancias adecuadas e influyan en las decisiones y discusiones que sobre ellas se
Las decisiones y acuerdos generados en la esfera pública están institucionalmente reglados para que tengan incidencia sobre las decisiones de los cuerpos estatales en todos sus niveles.
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mantiene en contacto electrónicamente y sus discusiones y decisiones virtuales se trasladan al campo de la acción política real. El rol del Estado permite la autogestión ciudadana.
realicen en los entes de representación.
Seguimiento a los modelos de democracia electrónica (Cont.)
Aspecto de evaluación ‐ Variables de análisis
Rol de la comunidad Movimiento Social Mecanismos de participación Herramienta tecnológica
básica
Ejes básicos de acción política
Información
No es relevante. La toma de decisiones puede llevarse a cabo de forma individual y los intereses de la comunidad no son reflejados por el sistema político. Se privilegia la individualización social.
No está contemplado.
Página web informativa con opción de contacto. Correo electrónico. Blogs y artículos con opción de comentarios. Marcadores sociales
Discusión
Garantiza el espacio de encuentro en el que se llegan a acuerdos sobre intereses comunes. Construcción importante de capital social: creación de confianza y fortalecimiento de lazos sociales.
Toma de decisión del movimiento del tipo de acción política a realizar.
Foros Redes Sociales con usos limitados de sus plataformas Blogs Abiertos Comunidades virtuales
Participación
Es la encargada del proceso de construcción y ejecución de la política pública a partir de su inclusión en la toma de decisiones, con el apoyo de las instancias de gobierno.
Ejecución de la acción política que tiene incidencia en la definición de la agenda política legislativa o ejecutiva.
Redes sociales públicas o propias y comunidades virtuales
Niveles de participación
Permitir
La comunidad logra establecerse como agente de interlocución ante las entidades públicas y logra garantizar el efectivo cumplimiento de los trámites burocráticos ante las instancias estatales.
Las posibilidades de encuentro electrónico dan las primeras bases a la acción política del movimiento social. Es posible a partir de ellas iniciar un proceso de concientización sobre la problemática que convoca la participación.
Página web informativa con opción de contacto. Correo electrónico. Blogs y artículos con opción de comentarios. Marcadores sociales
Comprometer
La comunidad adquiere una responsabilidad en cuanto a su rol como tal. Se adquiere el concepto básico de confianza y de reconocimiento mutuo de sus problemáticas y acuerdos de solución. Hay un compromiso con sus propias formas de organización en la que los actores ejercen un rol legitimado por los mismos
Los ciudadanos adquieren la responsabilidad de su acción como la forma de llamar la atención de las instituciones y como espacio de autoafirmación comunitaria independiente de los organismos estatales.
Foros Redes Sociales con usos limitados de sus plataformas Blogs Abiertos Comunidades virtuales
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miembros de la colectividad.
Empoderar
El proceso de compromiso es traducido en la capacidad de la comunidad, dado su poder, de hacerse dueña de su gestión pública a partir de los mecanismos legítimos existentes. Proceso completo de descentralización y de autogestión.
La acción colectiva tiene la completa autonomía de funcionamiento. El rol de las instituciones es superado por la auto‐organización de la sociedad civil que enfrenta y supera sus problemáticas particulares.
Redes sociales públicas o propias y comunidades virtuales
El mecanismo de análisis que se deriva de la tabla anterior, que toma muchos elementos de los modelos analizados previamente con muchas características entremezcladas en ellos, queda así demarcado por un camino que bien puede recorrerse de forma inversa, a partir de la información disponible o del tipo de estudio que se pretenda realizar. El camino del estudio realizado hasta ahora en esta monografía plantea una propuesta que corresponde, dentro del mapa siguiente a la dirección de lectura de derecha izquierda. Los modelos que ayudan a construir una tipología de democracia electrónica describen los ejes de acción política posibles y los niveles de participación existentes en un sistema político determinado. El análisis de estas dos variables permite deducir el tipo de herramientas electrónicas de participación que las instancias, tanto de la sociedad civil como del Estado, ofrecen para vincular a la ciudadanía en los procesos democráticos de toma de decisiones públicas.
Del mismo modo, realizando una lectura de izquierda a derecha, es posible analizar las ofertas institucionales de participación electrónica que los actores y agencias públicas brindan a la ciudadanía interesada y, a partir de ellas, establecer los ejes de acción política básica y los niveles de participación posibles a partir de las herramientas dadas. Con los elementos adquiridos es factible la catalogación del objeto de estudio en los lugares de la tipología de propuestas de modelos de democracia electrónica.
Tanto Hagen (1997) como Vedel (2003), pasando por la propuesta de Aichholzer y Kozeluh (2008), admiten que la democracia electrónica se desarrolla a partir de tres (o cuatro) niveles
Mapa 3. Trayectoria de análisis
Análisis
Usos de la Web 2.0
¿Qué brinda la instancia a
los ciudadanos?
Ejes básicos de acción política
Niveles de participación
Modelo –Tipología de democracia electrónica
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que, en este caso, pueden pasar a denominarse estadios democráticos que se superan uno al otro y que, de acuerdo a la teoría de los estadios desarrollada en el aprendizaje42 y en la psicología (del desarrollo moral de Kohlberg o del desarrollo cognitivo de Piaget, por ejemplo), no es posible llegar al siguiente sin haber alcanzado el grado máximo del anterior que, en el siguiente, es asumido y reincorporado como un conocimiento o estructuración necesaria para alcanzar niveles más adecuados de comportamiento dentro del sistema social.
En su comparación con los estadios de desarrollo cognitivo o moral, los estadios democráticos se establecen sobre los sistemas políticos y no sobre los individuos y no corresponden a un proceso de ruptura del equilibrio emocional. Sin embargo, la adecuación a los procesos más elevados de participación política a partir de las herramientas tecnológicas, sí comporta un sentido de adecuación tanto de los sistemas tradicionales de regulación legal y un cambio en las relaciones políticas existentes, principalmente entre los ciudadanos, normalmente excluidos del proceso político y las instancias de representación, normalmente excluyentes.
Los estadios democráticos, a partir de su desarrollo en las redes de internet pueden sintetizarse en la siguiente tabla, de acuerdo a las tres propuestas planteadas por Hagen (1997), Vedel (2003) y el e‐Participation Index propuesto por Naciones Unidas de acuerdo con su encuesta sobre e‐Government (2008).
Tabla 13. Estadios de la democracia electrónica Estadio Hagen Vedel ONU43
Informativo
Información. El nivel más básico de participación es la búsqueda de información política por parte de los ciudadanos.
Los nuevos medios generan un tránsito infinito de información de acceso fácil. Las instituciones pueden realizar la publicidad en sus acciones. Su enfermedad es la infoxicación.
Las páginas del gobierno ofrecen información sobre los oficiales elegidos, la estructura del gobierno, sus políticas y programas, los puntos de contacto, el presupuesto, las leyes y las regulaciones y otra información de interés público. La información es distribuida a través de herramientas on‐line como: comunidades virtuales, blogs,
42 Los estadios representan diferencias cuantitativas pero, sobre todo, cualitativas en las estructuras que ordenan la realidad y que se hallan en las estructuras mentales de los sujetos, en su inteligencia que atraviesa fases totalmente distintas cada una de la otra (Carretero, 1993 págs. 23‐26). Dentro de la teoría de la equilibración piagetiana la ruptura más importante del equilibrio se da en el paso de un estadio a otro del desarrollo cognitivo o moral. El estadio significa un salto en las capacidades del individuo, un cambio cualitativo en el que las capacidades cognitivas –o morales‐ se reestructuran. Las adquisiciones cognitivas no son productos aislados, guardan relación con la estructura de conjunto. Ellas son integrativas y cada una resulta de la precedente. Esta se incluye como estructura subordinada que prepara a la siguiente y que se integra después de ella. Los estadios tienen un periodo inicial de preparación y otro de culminación (Carretero, 1993 págs. 39‐40). 43 Los índices planteados por la ONU están direccionados únicamente a las ofertas realizadas desde el Estado a la ciudadanía sin que se contemplen los desarrollos de la sociedad civil direccionados a la participación en el proceso del diseño de las políticas públicas a partir de iniciativas autogestionadas y con agendas propias.
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foros, mensajes de texto, grupos de noticias o listas de correo electrónico
Deliberativo
Discusión. Un paso más se produce cuando los ciudadanos informados discuten y debaten de política dentro de su círculo cotidiano
Discusión. Es el punto de mayor atención en los estudios sobre la democracia en internet. La red es concebida como una nueva esfera pública.44
E‐consultation. Las páginas del gobierno proveen las herramientas necesarias para la consulta en línea. Es permitido a los ciudadanos intervenir en la agenda para los debates a través de las peticiones electrónicas. El gobierno asegura que los representantes elegidos tienen una web para comunicarse directamente con sus constituyentes quienes mantienen un archivo de sus discusiones y aseguran el feedback a los ciudadanos.
Participativo
Expresión de un mayor grado de participación política, consistente en la militancia y actividad constante dentro de organizaciones políticas.
Participación definida como el impacto de la participación activa en la toma de decisiones
El gobierno se encuentra dispuesto a tomar en cuenta las demandas de los ciudadanos recibidas vía medios electrónicos en los procesos de la formulación de políticas. El gobierno informa sobre cuáles decisiones se han tomado basadas en el proceso de consulta.
1.1. Una propuesta de modelo ideal
De acuerdo a los lineamientos básicos que hemos establecido a lo largo del escrito, encasillar un modelo ideal hacia alguna de las formas de acción política o hacia alguno de los niveles de participación descritos, dejaría necesariamente sin una parte estructural de la función ciudadana al concepto de participación que puede desarrollarse a través del empleo de las TIC en las instancias de representación. El modelo a seguir debe estar compuesto por la utilización adecuada, y acorde a las necesidades de las comunidades, de las posibilidades de las nuevas herramientas electrónicas, realizando una articulación de todas las formas y adecuando los procesos a los niveles más altos de participación mencionados.
44 Hagen introduce entre el segundo y el tercer estadio el mecanismo de participación de la votación. Para él, el tercer nivel consiste en la expresión de las preferencias políticas a través de la emisión del voto. Sin embargo, su inclusión puede situarse sin problemas en el último escaño, siempre que haya seguido el proceso acumulativo de los niveles anteriores.
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La función informativa de parte de las instancias de representación de la ciudadanía no puede olvidarse y debe prestarse para que el ciudadano encuentre en los espacios virtuales de las instancias toda la información que pueda requerir. Las cámaras representativas deben publicar sus acciones y sus intervenciones de una manera cada vez más ordenada y deben permitir el contacto con los representantes. Las herramientas de archivo, de búsqueda de información y de seguimiento en tiempo real (o a la carta) de las sesiones parlamentarias (tanto de las comisiones como de las plenarias) debe estar asegurado para que cualquier ciudadano pueda acceder a la información. Asimismo, de acuerdo a sus intereses particulares, el ciudadano debe poder suscribirse a entradas temáticas de interés bajo las cuales reciba, específicamente, las reglamentaciones, decisiones e informaciones emitidas y producidas por las instancias respectivas. Por último, el intercambio de información entre los ciudadanos y los representantes debe realizarse desde espacios institucionalizados abiertos, que permitan un seguimiento (bidireccional) y que admita la fácil ubicación de los representantes por parte de los ciudadanos interesados y plenamente identificados.
La función deliberativa o discursiva debe ser diseñada para que los ciudadanos puedan estar presentes y expresarse en los debates legislativos. Una vez que se obtiene la información necesaria, los interesados en determinadas temáticas deben tener la opción de presentar sus posiciones sobre las mismas. Esta participación debe ser preparada y sistematizada y debe enriquecer la discusión que sobre el proceso de formulación, implementación y evaluación de políticas públicas se lleva a cabo en las asambleas representativas. Las herramientas implementadas por las instancias deben utilizar los espacios existentes on‐line para convocar a las discusiones públicas y para recoger los elementos básicos de las intervenciones ciudadanas. No resulta suficiente la publicación de comentarios destacados de las personas en las páginas de las instancias. La información recibida de la ciudadanía, como la expresión de una “alquimia de las multitudes” (Pisani, 2009) debe ser tenida en cuenta como insumo inteligente para las deliberaciones de los representantes.
Pero asimismo, las herramientas diseñadas (ya existentes) permiten el encuentro entre los ciudadanos en las salas de discusión sobre temáticas de interés. La configuración de la esfera pública, con la caracterización y rasgos de incidencia en la agenda pública, puede ayudar a recuperar el interés y la motivación del ciudadano en los asuntos públicos.
Tanto en el punto anterior, como en el siguiente, la incidencia del ciudadano en la elaboración de las políticas públicas empieza a ser un factor relevante que exige un marco normativo básico que debe ser incluido tanto en los procesos y trámites legislativos como en las reglamentaciones sobre los mecanismos de participación ciudadana.
Por último, la participación e incidencia real de los ciudadanos en las decisiones debe estar garantizada dentro de la normativa como una parte del proceso legislativo. Superadas las etapas de información y de discusión, el ciudadano estará en la misma capacidad del representante de tomar una decisión sobre las temáticas de interés. Si el sistema de decisión es abierto, vía herramientas democráticas, y el ciudadano demuestra el seguimiento a las cuestiones tratadas y a las deliberaciones realizadas, dentro de las cuales ha participado activamente, su posición debe ser tomada en cuenta, de acuerdo a los diseños institucionales
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correspondientes, en el momento de la toma de decisión. Con esto no declaramos la sustitución del sistema representativo por la democracia directa. Al contrario, la inclusión del ciudadano en el proceso de toma de decisiones obligará al representante a discutir con las comunidades de votantes las posiciones y a rendir cuentas ante ellos por sus decisiones y acciones. El ciudadano interesado no tendrá el mismo peso específico en una decisión legislativa que el correspondiente al elegido por miles o millones de votos, pero sí podrá intervenir activamente y ser tomado en cuenta en el proceso.
De la misma forma, los mecanismos de participación ciudadana, como el referendo o los presupuestos participativos, en los que los ciudadanos son parte integral de la decisión, encuentran en las TIC mayores espacios de desarrollo, de deliberación, de encuentro y de cobertura espacial que puede permitir índices de participación más elevados.
Bajo estas condiciones de las formas de acción política garantizadas tanto procedimental como legalmente, los niveles de participación electrónica (permitir, comprometer y empoderar) quedan cubiertos en una escala progresiva en cuanto el tipo de acción implica una mayor pertenencia del sujeto sobre las acciones políticas dada su cercanía con el proceso de la decisión pública. Cuanto más partícipe sea el ciudadano del proceso de decisión, mayor será el grado de compromiso cívico y el grado de empoderamiento generado.
En el diagrama 7, las variables analizadas en la tabla 9 aparecen en el entorno de la construcción de la decisión pública con la presencia de la ciudadanía. Todas ellas hacen parte de los niveles y de las formas de acción de la participación y potencian, en su buen uso, los máximos niveles de la participación ciudadana.
El ciudadano, miembro de la comunidad, en el uso de los instrumentos ofrecidos por las TIC, establece una relación directa con sus órganos de representación como instancia plena del Estado en la que se toman las decisiones de política pública. El Estado descentralizado permite la participación de la ciudadanía y crea, de acuerdo a las herramientas de internet las oportunidades para informarse (él mismo y a los ciudadanos), para generar las necesarias deliberaciones que incluyen las expresiones de los interesados y para involucrar en los procesos de toma de decisiones a los actores relevantes. El Estado, de acuerdo a las necesidades, demandas, capacidades e intereses del ciudadano, ofrece una gama de herramientas para promover los más altos niveles de participación, hasta llegar al empoderamiento y su consiguiente formulación de políticas propias y autónomas. Todo el diseño, sin embargo, es un fracaso si el individuo no tiene ningún interés participar en su comunidad cumpliendo su rol de ciudadano.
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Diagrama 7. Modelo ideal de participación política ciudadana en los sistemas representativos
Marco institucional
Empoderar
Informar
COMUNIDAD
CIUDADANO
Permitir
Comprometer
Medios de Comunicación
Participar Deliberar DECISIÓN PÚBLICA
Estado
ÓRGANO DE REPRESENTACIÓN
Redes Sociales Agregadores Sociales Foros Wikis Blogs
Esfera Pública
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2. La alfabetización mediática: el camino necesario a la ciudadanía democrática electrónica
En la confluencia de convenciones narrativas con itinerarios que construyen múltiples opciones se consolida la necesidad de una alfabetización específica cuyo uso encuentre sus recursos en la comunicación. Internet, como medio de referencia de las nuevas tecnologías, aunque no por eso el único, requiere de la alfabetización digital (Tejedor Calvo, 2007).
Si nos centramos en la idea básica de que el aprendizaje de las conductas y de las acciones comunicativas implica el desarrollo de los principios y de los valores suprasociales fundamentales (Boladeras, 1996), la alfabetización mediática se erige como una posibilidad de usar las competencias comunicativas como una forma de construir al ciudadano de la sociedad de la información. El aumento de las capacidades del espectador para que pueda entrar óptimamente en la era de la información es un proceso delimitado por el desarrollo de la alfabetización mediática: la adquisición de conocimientos y capacidades para ver, leer y producir en y con los medios de comunicación (Pérez Tornero, 26 de febrero de 2007).
La alfabetización mediática tiene por objeto dar competencias en todos los medios de comunicación con la intención de aumentar la conciencia de las diversas formas de los mensajes con los que nos relacionamos cotidianamente. Su función principal es dar a conocer cómo los medios construyen la información creando un retrato del mundo que influye en las decisiones de los espectadores. A través de la alfabetización mediática se pretende el desarrollo del pensamiento crítico y la autonomía de los individuos que les permita pensar por ellos mismos (Pérez Tornero, 26 de febrero de 2007) y adquirir las capacidades necesarias para participar activamente en los espacios públicos a través de las nuevas opciones de la comunicación.
El acceso y el uso, como instrumentos de apropiación de los medios de comunicación, ayudan a conformar el sentido vital de la conciencia (meta conocimiento) sobre los mismos. La alfabetización digital, a través de esta conciencia, y ante un panorama en el que el uso de la tecnología se aplica cada vez más a la vida humana y en el que la convergencia mediática ha conformado un ecosistema mediático lleno de pantallas individualizables, promueve la consolidación de una nueva manera de ser social, a través de la conexión. Esta nueva forma de ser social responde a los deberes como ciudadano, al reconocimiento de los derechos y deberes orientados al desarrollo del hombre y al rescate de los medios de comunicación como elementos de oxígeno para el modelo democrático (Pérez Tornero, 9 de mayo de 2007).
La alfabetización mediática conlleva la necesaria reflexión de pensar si los medios de comunicación y sus productos están bien hechos. A pensar sobre el problema de que el espectador, y no los contenidos, son los únicos que pueden realizar una censura a los medios. Es una oportunidad para que se construya ciudadanía y para que se promueva el dominio sobre los medios tecnológicos (leer, escribir, usar los medios). Es un espacio que permite descubrir la hipnosis que producen las industrias de la comunicación y cómo a través de ellas se transmiten y se interiorizan valores por la vía de las emociones humanas (Aguaded, 30 de marzo de 2007). El nuevo impulso significa el encuentro entre diferentes disciplinas del
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lenguaje y de la expresión humana, que posibilitan la construcción del sentido a través de las capacidades imaginativas (Pérez Tornero, 2003).
Dentro de sus características básicas, la alfabetización mediática permite que los ciudadanos adquieran la capacidad de resolver problemas con creatividad, de consumir y producir de manera razonable y de conocer y respetar los derechos fundamentales de las personas relacionados con la libre expresión y la libre información. Respondiendo a las exigencias planteadas, y entendiendo a los medios como los motores de la construcción de sentido y de sus visiones de realidad ‐en las audiencias negocian el sentido con los medios‐ (Pérez Tornero, 26 de febrero de 2007), se asistiría al cumplimiento del objetivo de promover el cambio en el ciudadano pasando de televidente pasivo a un sujeto de derechos que promueve su ciudadanía activa sobre todo por la vía de los medios de comunicación, como emisor de contenidos, receptor crítico y participante de las decisiones públicas.
La nueva garantía de derechos que promueve la alfabetización mediática promueve, asimismo, una mayor comprensión de la influencia de los medios de comunicación en la sociedad, particularmente entre los niños y los jóvenes, avala una reflexión mucho más informada y genera un modo constructivo de reaccionar ante el poder mediático. El uso inteligente con acercamientos y alejamientos de los medios de comunicación plantea la construcción de una alianza educativa, con el nuevo paradigma de la pedagogía mediática. En ella, la alfabetización mediática provocaría el uso constructivo y participativo de los medios de comunicación y otorgaría la conciencia crítica, ciudadana y activa necesaria para asumir los medios como una herramienta de aprendizaje y de colaboración social (Pérez Tornero, 2005) y no como un vehículo de socializaciones inadvertidas (Ferrés, 2002).
De acuerdo con Pérez Tornero (2005), la alfabetización digital es una herramienta fundamental que puede derivar en la consolidación de la ciudadanía participativa en la sociedad del conocimiento, a través de las siguientes carcaterísticas:
• Asegura el conocimiento de las funciones de los medios de comunicación y de sus sistemas semióticos.
• Profundiza en los discursos mediáticos. • Cultiva las competencias comunicativas. • Desarrolla la conciencia crítica y autónoma. • Promueve la construcción de una nueva ciudadanía democrática y participativa. • Garantiza el sostenimiento del pluralismo comunicativo (Pérez Tornero, 2005).
La alfabetización mediática responde así, a dos grandes campos de trabajo. Por una parte a las posibilidades estratégicas vinculadas a la educación y al ocio (o a la conjunción entre ambas) y, por otra, a los elementos dentro de los que se sitúan las competencias comunicativas básicas que permiten el acceso de los ciudadanos a las herramientas de participación on‐line.
Las posibilidades estratégicas de la alfabetización mediática que vinculan las trayectorias de los campos educativos y de ocio constituyen el campo principal de adopción y de cultivo de los elementos o competencias comunicativas necesarias para ingresar en la sociedad del
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conocimiento. Los medios de comunicación en su relación con la escuela (Pérez Tornero, 2005b), así como la edificación de los telecentros como mecanismos de eliminación de las barreras de la brecha digital, deben ser proyectados hacia la adquisición de las competencias y destrezas que le permitan al usuario de las tecnologías desempeñar un rol como ciudadano activo.
Los elementos de la alfabetización mediática, los factores que hacen posible que el ciudadano pueda participar activamente en un sistema democrático sustentado en internet, pueden describirse, siguiendo el proyecto de investigación: “Study on Assessment Criteria for Media Literacy Levels” de la Comisión Europea, dentro de dos campos. En primer lugar, se cuenta con las competencias individuales (uso, comprensión crítica y comunicación). En segunda medida, buscando la creación de un ambiente plural y favorable al desarrollo de las oportunidades y herramientas de las redes, el proyecto presenta unos elementos o factores ambientales (disponibilidad de medios de comunicación y contexto de la alfabetización mediática: educación en medios, autoridades reguladoras, papel de la industria y sociedad civil) con los cuales se puede generar el contexto necesario para el despliegue de una política de impacto político, social y cultural, cuyo sustento sea la alfabetización mediática de los ciudadanos.
Mapa 14 El proceso de alfabetización mediática en el proceso de construcción de ciudadanía
ESTRATEGIAS EDUCATIVAS
OCIO
Medios y escuela
BLENDEDLEARNING
E ‐LEARNING
Posibilitan
ALFABETIZACIÓN MEDIÁTICA
ELEMENTOSPOSIBILIDADES ESTRATÉGICAS
TELECENTROS
COMPETENCIAS COMUNICATIVAS
•Técnicas•Comprensivas•Comunicativas•Sociales
•Condiciones generales de consumo•Educación en medios•Industria mediática•Entidades reguladoras•Sociedad Civil
FACTORES AMBIENTALES
Brecha DigitalReducciónFormación ciudadana
DEMOCRACIA
Participación Ciudadanía
• Uso
• Comprensión Crítica
• Comunicación
• Disponibilidad de medios de comunicación
• Contexto de la alfabetización mediática
COMPETENCIAS INDIVIDUALES
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Tanto los elementos (competencias y factores ambientales) como las posibilidades estratégicas de la alfabetización mediática posibilitan los proyectos de formación ciudadana en la búsqueda del estadio más alto de participación democrática, vía nuevas tecnologías. Asimismo, la formación en nuevas tecnologías, permite acercar al usuario a las herramientas disponibles y ayudarlo a superar los problemas tanto cognitivos como de acceso, reduciendo el tamaño de la brecha cognitiva.
Las competencias adquiridas y el ambiente favorable al desarrollo libre de las características de la sociedad del conocimiento, permiten la comprensión de los mensajes de los medios de forma integral, como la respuesta que ofrece la competencia comunicativa, orientada por la alfabetización mediática, a la ausencia de conciencia en la transmisión de los efectos socializadores por parte de los medios a los consumidores (Aguaded, 1998).
La formación ciudadana es el currículo oculto de la educación en medios. Es el valor fundamental que se pone en evidencia en las prácticas que implican su desarrollo, a través del fomento de la participación y de la promoción de las actuaciones democráticas.
La garantía de formación en valores ciudadanos promovida por la alfabetización mediática garantiza que los individuos participen de manera crítica dentro de las estructuras democráticas y que sean artífices de espacios comunicativos propios. La participación, a través de la opinión responsable, y la consolidación de una ciudadanía activa son los objetivos a conseguir por quienes promueven la integración social a través de la sociedad del conocimiento.
Los medios de comunicación, siguiendo esta lógica, pueden fomentar la creación de contextos democráticos a partir del reconocimiento de la dignidad personal y de la realización de la diversidad y la identidad. Son ellos los puentes y mediadores entre la información y la comunicación. En el nuevo orden social y cultural, la distribución justa y equilibrada de la información, de los recursos comunicativos, permitiría alcanzar el ideal del respeto a los valores de la democracia (Pérez Tornero, 2005b).
Asimismo, la regulación, la co‐regulación y la autorregulación de los medios apoya y fortalece el sistema democrático. La presión social que la alfabetización mediática puede hacer frente a estas tres dimensiones de la regulación es otra de los aportes que realiza el modelo al fomento democrático (Pérez Tornero, 2005b). La democracia requiere de ciudadanos educados y activos que eviten los llamados al pueblo de los nacionalismos (Perceval, 1995). La formación de la ciudadanía configura un nuevo espacio de presión social sobre el funcionamiento de las entidades de regulación de los medios de comunicación, con el fin de que ellos mantengan una oferta programática que satisfaga las necesidades de cultura de los sujetos sociales (Perceval, 29 de mayo de 2007).
La nueva manera de ser social en la sociedad de la información garantiza nuevas herramientas de trabajo en Red a partir de la alfabetización mediática. La ciudadanía promovida desde los procesos tecnológicos, promoverá la lectura crítica de los medios y ayudará a velar por su papel para que asuman que la democracia pasa necesariamente por ellos y que, a través de ellos, de sus pantallas y de las producidas por los millones de usuarios, se pueden promocionar
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los valores y derechos que permiten el desarrollo del hombre como sujeto social, autónomo y democrático (Pérez Tornero, 9 de mayo de 2007).
El nuevo personaje que aparece en la escena democrática, con las enormes potencialidades de las redes, es el ciudadano comunicador quien, a través de sus múltiples opciones personales y comunitarias, desarrolla puntos vitales de contacto con el resto de su comunidad y con otras comunidades. Los nuevos recursos audiovisuales y tecnológicos posibilitan el contacto y la comunicación comunitaria, el mantenerse informado. Su uso responsable y civilizatorio depende del tipo alfabetización mediática que se tenga (Perceval, y otros, 2007).
La configuración del espacio público en los medios de comunicación, pasa por la puesta en escena de los asuntos de trascendencia social por parte de los medios, en respuesta a la demanda de los ciudadanos. El derecho a la información veraz sobre cualquier tema está en la base de las exigencias de la alfabetización mediática. Asimismo, la diversidad, como la expresión de la cultura de la sociedad, es también un factor que debe ser parte de la formación de la ciudadanía y que ella debe exigir a los medios de comunicación. El pluralismo y la diversidad cultural son el producto de la igualdad comunicativa y de la libertad de expresión. Es la participación en la esfera pública, a través de las manifestaciones de la opinión y de las opciones, la que garantiza la igualdad (Pérez Tornero, 2005b).
Los cambios de naturaleza en los medios y en los lenguajes plantean el reto de que el espectador deje de ser un agente pasivo. La sociedad democrática necesita un cambio para convertir a estos receptores inconscientes en participantes críticos (Pérez Tornero, 2005c). La opinión responsable, crítica y sustentada, dentro de los parámetros del diálogo comunicativo, argumentada y criticable, marca las bases de la participación en los nuevos espacios electrónicos de desarrollo democrático.
El fomento de los derechos sobre la comunicación marca las bases de la nueva sociedad democrática de la era de la información. El necesario paso de la información al conocimiento, a la comunicación, requiere entonces de una apuesta por la formación de una nueva competencia comunicativa. La democracia se sustenta en la participación de la ciudadanía activa, a través de sus recursos, en los asuntos de interés público. Los recursos y las herramientas están abiertas y las opciones de participación para la ciudadanía pueden ser accesibles en cualquier ordenador. El último paso para que la sociedad tenga una base mayor de participación es la garantía que aporta la alfabetización mediática como constructora de nuevos sujetos sociales de actuación en red.
Las nuevas formas de ciudadanía, de educación, de trabajo, de democracia, de relacionamiento encuentran su base en las nuevas formas de comunicarse. Un escalón más alto en la escalera de las habilidades básicas del ser humano. Leer y escribir ya no son suficientes. Entender, recibir y producir información a través de los medios de comunicación disponibles es la clave de acceso a la participación y a la ciudadanía activa. A través de las nuevas competencias es posible cumplir con un rol social dentro de las comunidades y alcanzar el estadio máximo de la participación electrónica democrática.
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3. Las redes sociales: ¿Una herramienta cercana al modelo ideal de la democracia electrónica? Tanto para los políticos como para la política, las nuevas posibilidades de la comunicación, sus nuevos medios, otorgan un instrumento que define tanto el papel de la política como el de la comunicación: la oportunidad de reconstruir la comunidad.
En la comunidad de usuarios virtuales, y piénsese también en una comunidad física estable, las relaciones entre los diferentes actores del poder electoral y representativo (en sus características de funcionamiento, diseño institucional y transparencia) son resueltas de una manera más armónica en cuanto se promueven espacios de interacción social cotidiana. Asimismo, la identidad de esos mismos actores es reconocida y, a su vez, legitimada por un sistema simbólico construido a partir de valores y funciones distribuidas en la misma comunidad que, al mismo tiempo, confiere roles sociales a sus miembros y, en sus espacios de debate, logra tomar decisiones socialmente vinculantes, cercanas al consenso.
Para Jenkins y Thorburn (2003), como lo expusimos en el capítulo tercero, existen evidencias claras de que las comunidades virtuales adoptan las virtudes cívicas (como en el caso de las comunidades Multi User Dungeon (MUD) por ellos estudiadas y anteriores a las redes sociales actuales).
Dentro del juego electoral, y en su posterior proyección hacia las prácticas representativas, la construcción de una comunidad, tanto electoral como representada y participante, puede reconducir la práctica política en la que el sistema social alimente mucho más de cerca las conductas y decisiones legislativas y ejecutivas. Jenkins y Thorburn también señalan ese fenómeno como la necesaria construcción de una comunidad virtual que permita estar cerca de los seguidores en la campaña. Esta conducta, como un uso efectivo de la red en las elecciones, permite a su vez ganar visibilidad a las comunidades constituidas y estables, tanto como para ser parte de la agenda pública.
Dentro de ese contexto de uso de internet en el plano electoral, las redes sociales emergen como una plataforma que permite a los candidatos mantener un espacio adicional desde el cual comunicarse con sus posibles electores. Tal y como lo señala Beneva Schulte, jefe de relaciones públicas de la campaña por la presidencia del Senador Demócrata por Connecticut Chris Dodd en el 2007, la búsqueda por los electores y por su participación en los actos de campaña empieza a desarrollase en los nuevos espacios virtuales: “We are not waiting for them to come to us, we are finding them where they life. College students, unless they are overtly political, don't go to political Web sites and attend political rallies, so we are meeting them on college campuses at Harvard and Howard ‐on Facebook and Youtube” (En: Westling, 2007).
Pero más allá del punto electoral, lejano aún de la política democrática, el interés de la comunidad virtual aparece en el seguimiento bidireccional hacia el sistema representativo: "The real benefits of social networking sites will be felt in the future for those candidates who continue to engage their supporters after the election is over by promoting a genuine sense of community among them" (Gullati, 2006 En: Winston, 2003 pág. 9). E incluso, situándonos por encima de lo electoral y posicionándonos en la arena de discusión pública, las redes sociales
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con diferentes plataformas de diálogo y recursos logísticos y operativos, como Facebook, tienen la característica de permitir la organización y la comunicación con los representados de forma eficiente. Su uso en política provee al público el instrumento para publicar ideas y para recibir respuestas de la comunidad y de los representantes de ella misma. Las redes sociales permiten la construcción de una comunidad que facilita la comunicación política positiva (Westling, 2007).
Más que realizar vínculos con personas extrañas, las redes sociales permiten la articulación y la visibilidad de las redes sociales propias, con los puntos de interacción (intereses, personas) y de tejido de trabajo colaborativo o de capital social. El uso primario de la comunicación con los otros se da en la red social como el primer paso al que es seguido una ampliación exponencial de circuitos y relaciones sociales con diferentes objetivos e intereses. En la red social los perfiles visibles expuestos y articulados a las redes y listas de amigos, constituyen su columna vertebral (Boyd, y otros, 2007).
Una primera evaluación puede ser propuesta a partir de la comparación de la herramienta de las redes sociales con las diferentes variables de análisis, niveles y ejes básicos de acción política propuestas en la tabla 9 del presente capítulo. Siguiendo esa propuesta, las redes sociales pueden ubicarse dentro de los siguientes parámetros:
Tabla 14. Las Redes Sociales como herramienta de democracia electrónica
Ejes básicos de acción política Niveles de participación
Participación Empoderar
Rol del Estado
Descentralizado amplio. El proceso de formulación, implementación y evaluación de políticas públicas, tanto como los sistemas de decisión cuentan con algún tipo de incidencia de la ciudadanía. Las decisiones son tomadas, en su mayoría, en comunidades y gobiernos locales.
El público interesado es tenido en cuenta en la toma de decisiones de forma institucionalizada. La formulación de las políticas se realiza desde los procesos descentralizados a partir de las necesidades concertadas con la población objeto de intervención. La comunidad se mantiene en contacto electrónicamente y sus discusiones y decisiones virtuales se trasladan al campo de la acción política real. El rol del Estado permite la autogestión ciudadana.
Papel de los medios de comunicación tradicionales
Ciudadanos presentes en el proceso de construcción de la información y en las plataformas de los medios. Producción propia y alternativa de medios de comunicación ciudadana, en espacios abiertos.
Canalizan los espacios de encuentro de las discusiones ciudadanas. Hay multiplicidad de canales libres y abiertos. Los ciudadanos se apoderan de las herramientas con las que emiten información y con las cuales comunican sus acciones y decisiones a los agentes sociales.
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Representación
En las decisiones parlamentarias se incluyen las discusiones y las decisiones de los ciudadanos que han seguido los procesos de deliberación y decisión pública.
Los espacios institucionalizados son abiertos y efectivamente alcanzables para que los ciudadanos organizados logren agendar sus demandas en las instancias adecuadas e influyan en las decisiones y discusiones que sobre ellas se realicen en los entes de representación.
Esfera Pública
Define el escenario de la toma de decisiones y de construcción de los acuerdos de la ciudadanía participante. Desde la discusión se garantiza el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en el espacio de deliberación público y abierto, con un marco institucionalizado de regulación.
Las decisiones y acuerdos generados en la esfera pública están institucionalmente reglados para que tengan incidencia sobre las decisiones de los cuerpos estatales en todos sus niveles.
Rol de la comunidad
Es la encargada del proceso de construcción y ejecución de la política pública a partir de su inclusión en la toma de decisiones, con el apoyo de las instancias de gobierno.
El proceso de compromiso es traducido en la capacidad de la comunidad, dado su poder, de hacerse dueña de su gestión pública a partir de los mecanismos legítimos existentes. Proceso completo de descentralización y de autogestión.
Movimiento Social
Ejecución de la acción política que tiene incidencia en la definición de la agenda política legislativa o ejecutiva.
La acción colectiva tiene la completa autonomía de funcionamiento. El rol de las instituciones es superado por la auto‐organización de la sociedad civil que enfrenta y supera sus problemáticas particulares.
La tabla original (No. 9) muestra a las redes sociales como herramienta especialmente útil en los estadios superiores tanto de los ejes de la acción política como de los niveles de participación, privilegiando siempre procesos de construcción colectiva de las decisiones. El Estado mantiene un papel activo pero privilegia la formación descentralizada de las decisiones públicas, los medios de comunicación son superados por los sistemas informativos provenientes de la sociedad civil organizada que utilizan las mismas redes sociales para reproducir y difundir la información producida y en los sistemas representativos siempre se toma en cuenta la opinión de los ciudadanos como parte integral del mecanismo de toma de decisiones.
Las redes sociales potencian el desarrollo de la esfera pública y con él la consolidación de las comunidades. Las comunidades, en permanente contacto, toman decisiones autónomamente debido a procesos argumentativos llevados a cabo en la esfera pública virtual, espacio en el que se llegan a consensos. Asimismo, en caso de ser necesario, las redes sociales permiten la discusión, asociación y organización rápida de las acciones o movimientos sociales con incidencia directa en las políticas o acciones de gobierno.
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El segundo escenario evaluativo se puede extraer de la igualación de variables sobre el mapa de trayectoria de análisis (No. 3). La propuesta inicial es reemplazada por los valores resultantes de la variable redes sociales ubicada en la parte izquierda del mapa y la lectura se realiza de izquierda a derecha:
Si analizamos el mapa 3 y el diagrama 7 del capítulo en la clave de la tabla 11 y del mapa 15 del presente apartado podemos situar a las redes sociales como la herramienta más importante para generar los procesos de democracia electrónica. Puede ayudar a controlar la trampa de las identidades virtuales; posibilita –de acuerdo a su uso‐ la consolidación de comunidades de base territorial; contiene en sus plataformas millones aplicaciones de fácil empleo y con posibilidades de ser modificadas por el usuario; puede ser empleada como un arma en contra del sentimiento de soledad de la era posmoderna; otorga el sentido preciso a la comunicación sin sobredimensionarla; funciona exitosamente como organizador logístico económico, y responde a las demandas de las nuevas generaciones que desarrollan todas sus actividades desde la convergencia mediática (Jenkins, 2006).
El aporte a la transparencia en las relaciones políticas y sociales, su facultad de movilización, la reunión de microsensibilidades que pueden encontrarse entre los usuarios que no se conocen, las posibilidades infinitas de comunicación, la creación de política fuera de la política, su potencial de romper fronteras y de relacionar personas, comunidades o grupos, su capacidad de construir ciudadanía, su entorno propicio a la creatividad y sus virtudes para humanizar son también características positivas que se asocian a las redes sociales como herramientas de la Web 2.0 al servicio de la democracia electrónica (Donaire, 2008).
La base de la comunicación política es la comunidad como la formación colectiva de la opinión pública (escenificación de la esfera pública habermasiana). La buena comunicación política
Mapa 15. Igualación de variables en la trayectoria de análisis: Redes Sociales
Modelo de democracia liberal representativa.
Estado descentralizado
Medios de comunicación superados.
Representación abierta a la ciudadanía.
Esfera pública contemplada y operativa.
Rol de la comunidad es fundamental.
Análisis
Plataformas de Redes Sociales
¿Qué brinda la instancia a
los ciudadanos?
Participar
Empoderar electrónicamente
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requiere de la participación de los políticos, de los medios y del público. Las redes sociales contienen características del mejor medio creado para la arena de la comunicación en términos de la igualdad y la efectividad, ya que incluye una plataforma de servicios en una misma ubicación ciberespacial. En estos servicios se establece un diálogo directo entre la comunidad y el actor político. La red social “tiene el potencial de formación de comunidad que incluso puede superar el ideal habermasiano al transformarse en un espacio que, más allá de la esfera pública, sea el centro de la acción política de los miembros de la comunidad” (Westling, 2007).
Yana Breind y Pascal Francq (2008) aseguran, al igual que Westling, que las redes sociales son útiles para compartir conocimiento entre usuarios y que facilita la creación de acciones organizadas (una de las bases de la democracia electrónica). Las redes sociales, al contener plataformas tecnológicas de información y comunicación, son un elemento al servicio de las comunidades y al servicio de la democracia electrónica.
De otra parte, también aparecen las principales críticas que se pueden resumir en los siguientes puntos, varios de los cuales son recurrentes de los modelos democráticos de los capítulos anteriores:
• Existen muy pocos grupos que invitan al debate abierto sobre temas polémicos en las redes sociales. La tendencia es encontrar grupos partidistas que ignoran las posiciones disímiles.
• Hasta el momento el uso de las redes sociales por los políticos se ha centrado en las campañas electorales. Los perfiles permanecen activos después de las elecciones, pero la mayoría de los elegidos dejan de contactar con sus seguidores a través de la herramienta.
• Los directores de campañas políticas no encuentran en las redes sociales un mecanismo para encontrar seguidores. Las aprecian como una herramienta más de comunicación uno a uno.
• Las redes sociales no son un antídoto en contra de la espectacularización de la vida cotidiana. Al contrario, potencian su orientación en valores como la cantidad de amigos que los usuarios tengan o sus puntajes en las diversas aplicaciones.
• La hiperdemocracia y la ausencia de la cultura del debate se mantienen en los foros políticos propuestos en las redes de usuarios libres.
• La mayoría de redes sociales exitosas son empresas privadas con ánimo de lucro. De nuevo sobresale la discusión entre las opciones de los debates públicos desde las redes de intereses y dominio privado.
Aún teniendo delante las herramientas tecnológicas para nuestra inclusión como ciudadanos en la vida pública, la configuración de los nuevos actores sociales guiados por las posibilidades de lo político en los escenarios virtuales pasa por la decisión de los ciudadanos de involucrarse en el proceso y de aceptar el nuevo tipo de comunidad política que puede construirse en las plataformas de las redes sociales de internet. La juventud de las redes sociales hace posible pensar en su futuro institucionalizado en formas informativas, deliberativas y participativas, pero habrá que crear una figura política tan eficiente y audaz como las producidas en los juegos de las mismas redes sociales, que permiten la atracción de millones de usuarios que
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ingresan a las plataformas con la sola intención de alimentar a su mascota creada en la comunidad de animales del pet society en la red social Facebook.
4. La conjunción del modelo: ¿Puede el modelo ideal ser satisfecho desde la alfabetización mediática y la herramienta de las redes sociales? El modelo ideal de la democracia en internet es una conjunción de los niveles máximos de participación y de los tres ejes básicos de la acción política, que se suceden hasta el estadio más alto: la participación en la toma de decisiones y el empoderamiento. En la interacción de los niveles y ejes, las herramientas de internet, básicamente de la Web 2.0, posibilitan el desarrollo de las variables analizadas anteriormente (rol del Estado, papel de los medios de comunicación, estructura de la representación, lugar de la esfera pública, rol de la comunidad y posibilidades del movimiento social) hacia modelos ideales de desarrollo de la democracia participativa, con una base de representación que supera la crisis institucional actual que arremete contra los partidos políticos y contra el ejercicio de la política en el parlamento.
El modelo idea está construido como un escalonamiento de procesos con una cúspide conformada por la toma de decisiones públicas por parte de la ciudadanía activa. El papel de la alfabetización mediática se sitúa en la base de la pirámide. A partir de ella los ciudadanos desarrollan habilidades técnicas y críticas que les permiten ser parte de los procesos de decisión pública, en un ambiente institucional diseñado para que los interesados puedan, efectivamente, incidir en la formulación de las políticas.
A partir de la alfabetización mediática el ciudadano obtendrá la forma de garantizar inputs al sistema político, y el mismo sistema político aprenderá a garantizar outputs para el ciudadano. Tanto el ciudadano como el sistema político pueden emplear herramientas para el progresivo mantenimiento de la comunicación bidireccional con múltiples usuarios. Dentro de ellas, las páginas de internet, los blogs personales o institucionales, las listas de distribución de información, las wikis colaborativas y los agregadores sociales cumplen funciones importantes en la distribución de información y en la creación de canales menores de discusión.
Sin embargo, la mejor herramienta de la Web 2.0 creada hasta ahora para la participación de los usuarios mediáticamente alfabetizados es la red social. Su concepción como plataforma permite el desarrollo de la célula fundamental de la democracia electrónica: la comunidad. En el nuevo sujeto social del ciberespacio es posible superar la función individualizadora de la democracia tradicional bajo la fórmula un ciudadano‐un voto, encontrando nuevas fórmulas de organización política comunitarias (sin que implique necesariamente una afiliación territorial) que consoliden la función primaria de edificación de capital social y de tejido social vinculante.
El volcado de los usuarios hacia las redes sociales, desplazando en una buena medida al correo electrónico –que poco a poco queda ingresado en los servicios de plataforma de las redes sociales‐, a los sistemas de distribución de vídeos, fotografías, links de interés, etc. es una evidencia del potencial de trabajo y de la confianza que poco a poco ganan los espacios y de
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cómo la misma comunidad de usuarios se auto organiza en ellas para promover eventos sociales, apoyos a causas políticas, reuniones o mítines en campañas electorales o incluso acciones ciudadanas de incidencia real en la política pública o en las acciones de gobierno45.
Sin duda que las nuevas tecnologías permitirán cada vez una mayor participación de los usuarios en la generación de los contenidos siguiendo principios técnicos básicos de manejo de plantillas para la publicación de mensajes en la Web. La alfabetización digital garantiza la entrada a un campo inmenso de posibilidades para los usuarios dentro de las cuales la ciudadanía activa es una de sus opciones. Las posibilidades de las redes sociales son, asimismo, inmensas e inconmensurables, pero también contienen las actividades políticas y de participación. En el juego educativo y en la apertura de los espacios democráticos a los usuarios, en los que se facilite la participación y en los que los usuarios vean que sus propuestas y decisiones son tomadas en cuenta para la elaboración de políticas, se encuentra la nueva democracia electrónica.
El ciudadano volverá a la práctica política sólo en sus temas de interés y, en la medida en que logre posicionar sus ideas encontrará en las redes sociales los nuevos caminos de transmisión de intereses y necesidades al sistema político. El representante tendrá una mayor independencia del partido y responderá más a las comunidades virtuales en las cuales apoya su elección y las comunidades recibirán de su representante mayores beneficios en materia de políticas. La relación bidireccional es, además, un mecanismo de control mutuo y un escenario de disputa racional de la comunidad que se conoce y participa activamente en la resolución de sus problemáticas.
Generar las motivaciones políticas no es fácil y menos aún ante la gran cantidad de posibilidades que brindan las nuevas tecnologías. Sin embargo, dar las herramientas para asumir críticamente las opciones y para permitirse entrar en el juego de construcción de informaciones publicables, con un espacio de fácil acceso para difundirlas a un grupo amplio (quizás muy amplio) de personas es un paso adelante que nos sitúa muy cerca de la cúspide de la pirámide de la democracia electrónica.
De nuevo, volvemos a los intereses tradicionales de la política y del ciudadano. Cada uno debe dar lo suyo. Uno en exigencias y otro en respuestas para que las posibilidades de la tecnología permitan la participación directa e institucional de la ciudadanía en la construcción de la política pública.
45 Un ejemplo muy claro del uso de las redes sociales que produjo acciones de gobierno efectivas fue la Marcha Mundial del 4 de febrero de 2007, organizada en Colombia bajo el lema: “Un millón de voces contra las Farc”. La marcha, cuyo impulso inicial se dio a través de la red social Facebook fue acompañada en más de 50 países del mundo y reunió a más de cuatro millones de personas sólo en Bogotá. Días después de la marcha el gobierno colombiano intensificó la acción militar en contra de la guerrilla colombiana de las Farc dando serios golpes a la estructura política y militar del grupo armado ilegal (Giraldo, 2009).
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5. Estudio de caso “El Parlament de Catalunya”: ¿Qué modelo democrático se desprende de las herramientas ofertadas por la institución representativa?46 La mayoría de las asambleas legislativas europeas han adoptado las TIC para informar, interactuar y atraer a los ciudadanos (Coleman y Blumler 2005). Sin embargo, los desarrollos encontrados en las diferentes asambleas se ubican solamente en dos categorías diferenciadas, que bien pueden suscribirse a los dos primeros estadios de la democracia electrónica: la información y la deliberación. Los casos estudiados, del cual nos centramos en el Parlament de Catalunya, quedan aún un poco lejos de satisfacer lo dispuesto en la Recomendación sobre democracia electrónica del Consejo de Europa en la cual se destaca que para que la e‐democracy esté bien diseñada es necesario que provea no sólo de información comprensible sino que también sea un nuevo medio para la participación ciudadana, con recursos dirigidos a la ciudadanía para que puedan participar y deliberar sobre un tema determinado.
Teniendo en cuenta los estadios señalados para la democracia electrónica, a continuación analizaremos en qué grado de desarrollo se encuentra el Parlament de Catalunya, es decir, analizaremos si la asamblea utiliza las nuevas tecnologías simplemente para modernizarse o si las utiliza para dar un nuevo impulso a la democracia representativa facilitando nuevas oportunidades para la participación de los ciudadanos (Ward, y otros, 2005 pág. 61).
En el análisis realizado hemos dividido los recursos entre los informativos (acceso a la documentación, atención al ciudadano, boletín informativo a través de diferentes medios, canal de televisión), recursos que requieren una interactividad con el ciudadano (buzón virtual del Presidente o de los miembros del parlamento, blogs o páginas personales, uso de las redes sociales), recursos de participación directa en el proceso de toma de decisiones (e‐petitioning, e‐legislation, e‐voting y e‐consultation) y otros recursos, como puede ser proveer de información educativa.
A nivel informativo, la cámara analizada provee de libre acceso a la documentación generada por ella (informes, transcripciones de las sesiones, iniciativas, intervenciones, leyes en trámite, leyes aprobadas, proyectos de ley, proposiciones de ley, etc.). También la asamblea dispone de un servicio de atención al ciudadano por diferentes medios (teléfono, fax, correo postal, correo electrónico) con el que responde a las solicitudes de información sobre las diferentes funciones de las asamblea y la actividad parlamentaria. El Parlament de Catalunya, además, ofrece un servicio de envío automático de titulares de noticias y otros contenidos de actualización frecuente vía correo electrónico, además de una suscripción a noticias de última hora a través del lector de RSS o a podcast.
El Parlament dispone de un canal audiovisual con el cual informa de la actividad de las comisiones. El Canal Parlament es una plataforma audiovisual que emite por el canal de
46 Este apartado ha sido desarrollado a partir de la comunicación titulada: “Legislative assemblies in Spain: the application of information and communication technologies in the Parliament and the Senate” (Pérez Tornero, y otros, 2009) presentada por el grupo de investigación Gabinete de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona en el 27º Encuentro Internacional de la AIERI, celebrado en México, D.F, entre el 21 y el 24 de julio de 2009.
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noticias de 24 horas de Televisión de Catalunya, el 3/24 (sistema analógico como digital), y también por el portal virtual del Parlament47.
El cuerpo representativo catalán, como propuesta de interactividad, tiene activado un canal propio en la red de YouTube: (http://www.youtube.com/ParlamentCatalunya). En el canal es posible hacer un seguimiento a la actividad de la Cámara, entender el funcionamiento del Parlament y conocer los retratos de los diputados. A su vez, para contactar con los miembros de la cámara, la instancia cuenta con la “Bústia de la Presidència del Parlament” y es posible contactar directamente al 19% de los diputados por el correo electrónico facilitado a través de la web del Parlament. Los blogs y las páginas personales en activo de parte de los miembros del Parlament representan una actividad media. Desde su página web es posible acceder a 62 blogs en activo de sus parlamentarios (46% de los integrantes). En relación con las redes sociales el Parlament de Catalunya participa en Facebook y Twitter.
En el análisis de los recursos que permiten a los ciudadanos participar directamente en el proceso legislativo, la cámara catalana no ha desarrollado iniciativas tales como las e‐peticiones, el lobby virtual o las e‐consultas, que permite a los ciudadanos hacer llegar su opinión y solicitar una actuación sobre un tema concreto a los miembros del parlamento, como es el caso de la House of Commons en el Reino Unido.
Por último, la página del Parlament de Catalunya utiliza su web para potenciar su función educativa mediante recursos pedagógicos no sólo dirigidos a estudiantes sino también promocionando el conocimiento y participación en el conjunto de los ciudadanos.
En un ejercicio comparativo entre el Congreso de los Diputados, el Senado (España), la House of Commons (Reino Unido) y el Parlament de Catalunya en el cual se puede establecer la presencia de las herramientas tecnológicas en sus servicios electrónicos, es posible observar los siguientes resultados:
Tabla 15. Análisis de las herramientas de los órganos de representación estudiados
Congreso de los
Diputados Senado
Parlament de Catalunya
House of Commons
(Reino Unido)
Acceso a documentación de las cámaras
Sí Sí Sí Sí
Servicio de atención de consulta de los ciudadanos
Sí (correo postal, teléfono, fax, internet)
Sí (correo postal,
teléfono, fax, internet)
Sí (correo postal, teléfono, fax, internet)
Sí (correo postal, teléfono, fax, internet)
Boletín informativo vía email
‐ ‐ Sí Sí
47 Actualmente, el Parlament de Catalunya tiene proyectado incrementar la oferta televisiva con un canal propio o compartido de TDT.
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Sindicación por RSS ‐ ‐ Sí Sí
Sindicación por Podcast
‐ ‐ Sí Sí
Canal TV ‐ audiovisual
Sí (satélite) Canal Parlamento: pleno, comisión, y
programas divulgativos
Sí (satélite) Canal Senado:
Pleno y Comisiones
Sí (analógico y digital) Canal 3/24: plenos,
comisiones, conferencias de prensa, actos institucionales,
reportajes sobre leyes y la serie Retrats.
Sí (digital) BBC Parliament
Canal TV ‐ portal virtual en Internet en directo
Sí (en directo y diferido)
Canal Parlamento: pleno, comisión, y
programas divulgativos
Sí (en directo) Canal Senado:
Pleno y Comisiones
Sí (en directo y diferido)
Canal Parlament: plenos, comisiones, conferencias de prensa, actos institucionales
Sí (en directo y diferido)
parliamentlive.tv
Canal en YouTube ‐ ‐
Sí, http://www.youtube.
com/Parlament Catalunya
Sí, http://www. youtube.com/UK
Parliament
Buzón virtual del Presidente de la Cámara
‐
Sí, "Espacio de Encuentro
Virtual con el Presidente del
Senado"
Sí, "Bústia de Presidència del Parlament"
‐
Buzones virtuales (emails) para contactar con los parlamentarios
85% 94% 19% 97%
Blogs / Páginas personales de miembros de las cámaras legislativas
66 páginas personales de los miembros del
parlamento (de 350 miembros)
‐
61 páginas personales de los miembros del parlamento (de 135
miembros)
558 páginas personales de los miembros del
parlamento (646 miembros)
Uso redes sociales (Facebook, Twiter,…)
‐ ‐ Sí (Twitter, Facebook)
Sí (Twitter, Flickr, YouTube, Facebook, FriendFeed)
Opción de hacer peticiones / lobby a los MPs
‐ ‐ ‐ Sí (petitioning / lobbying /e‐consultation)
Función educativa (student/educational information)
‐ ‐ Sí Sí
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5.1. Comparando el modelo ideal con el panorama del Parlament de Catalunya Las TIC en el modelo del sistema representativo catalán han sido planteadas como mecanismos de información y de interacción y como una forma de atraer a los ciudadanos hacia las instituciones de representación del Estado. Sin embargo, el análisis realizado de las herramientas utilizadas por el Parlament de Catalunya demuestra que el centro específico de la acción es la producción informativa alcanzando apenas el primer estadio de las formas de acción política descritas en la metodología aplicada. El nivel de la interacción o deliberación entre los ciudadanos y entre los representantes y los ciudadanos se mantiene en un nivel de intercambio informativo (email, comentarios en blogs) y la intención de atracción a la ciudadanía a través de las TIC aún está por ser probada mediante estudios de impacto.
En el nivel informativo, la institución parlamentaria ha intentado utilizar las TIC como un instrumento de modernización respondiendo a la tendencia de que todas las entidades estatales (y no estatales también) necesitan contar con una página en internet. Así, todos los esfuerzos se han centrado en volcar las informaciones emitidas por la institución al ciberespacio sin que se utilicen las posibilidades de los nuevos medios en las decisiones ciudadanas sobre las políticas públicas. La presencia de los canales audiovisuales es un hecho importante que permite la realización de un seguimiento transparente a las sesiones de los cuerpos representativos, pero los tipos de servicios brindados a través del medio y de los otros espacios ubicados en el ciberespacio no responden a altos grados de interactividad, privilegiando el mantenimiento de la figura del ciudadano‐receptor en contra de la ideal: ciudadano‐usuario. Los máximos niveles de interactividad se han concentrado en el buzón de contacto, en el email y en el blog, herramientas diseñadas, principalmente, para mantener una conversación entre dos destinatarios‐emisores, únicamente. El escenario de interactividad ha sido desplazado hacia canales externos, como YouTube, que si bien confiere a la ciudadanía mecanismos diferentes de conocimiento de la labor de los representantes y de la institución como tal, no representa una forma ideal de interacción pues, al igual que en los blogs, los sistemas de comentarios y de votaciones son las únicas opciones de contacto.
De igual forma, el plano informativo deja todavía grandes caminos por recorrer. Las posibilidades de que el usuario acceda a los contenidos por sistemas de agregadores sociales o listas de distribución deben ser más explotadas como factores diferenciados y el uso de los blogs debe superar con creces al 50% de los representantes.
Por otra parte, el uso de las redes sociales, como plataforma de construcción de una comunidad de usuarios y de un medio de posibles estrategias de formulación de discusiones entre los miembros ha sido explorado por el Parlament pero no ha sido desarrollado en beneficio de la participación activa de los usuarios‐ciudadanos. El intento de la cámara catalana sigue siendo limitado a los procesos de información y su uso, en la red social de Facebook, no permite la asociación del usuario como miembro del grupo. La única opción del usuario ante el Parlament en Facebook es su inscripción como Fan, figura que ni siquiera permite la realización de comentarios sobre las noticias que se publican en la página que, de hecho, es un volcado de las informaciones que también se presentan en la página web oficial.
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El análisis de las herramientas utilizadas en internet por la instancia de representación en Catalunya demuestra una tendencia a privilegiar la actividad individual del ciudadano respecto a la política y no intenta utilizar las posibilidades de la Web 2.0 para promover en la ciudadanía una actitud de comunidad (deliberativa, participativa) que privilegie la construcción tanto de la esfera pública y que pueda servir como base de un fortalecimiento del capital social (Chadwick 2006). No hay realmente una política de impulso a la participación ciudadana en internet y el potencial real de interacción de las utilidades de la Web 2.0 aún está por explorar y utilizar en la instancia estudiada.
Las funciones de e‐peticiones, e‐consultas, e‐lobbying, e‐legislación y e‐voto no han sido implementadas en el funcionamiento institucional del cuerpo representativo catalán. Así, el nivel real de incidencia de los ciudadanos en los procesos de la política pública sigue siendo completamente marginal, a pesar de los discursos de apertura utilizados por los representantes de la comunidad autónoma. Es claro que los niveles de deliberación y de participación, defendidos como máximos estadios de inclusión de la comunidad en los procesos de toma de decisión no tienen ninguna aparición en los marcos formales o informales de la institución.
El proceso de participación queda así truncado a partir del primer nivel de acción política, evitando que la ciudadanía logre pasar a niveles más altos de la calidad de la participación. El interesado aún se mantiene al margen de los niveles de compromiso y empoderamiento que pueden ser generados a través de la inclusión y de la generación de caminos abiertos en los escenarios de discusión y de toma de decisiones.
Por último, es necesario mencionar un elemento que, aunque a primera vista pueda parecer accesorio, resulta fundamental para alcanzar los niveles de compromiso y empoderamiento por parte de los ciudadanos. Los programas de alfabetización mediática resultan fundamentales para que el ciudadano logre adquirir las competencias y habilidades adecuadas para poder utilizar las herramientas ofrecidas por las instituciones en el proceso de la formulación de las políticas públicas. Y también son fundamentales para que las instituciones brinden a los ciudadanos las herramientas adecuadas que les permitan vincularse a los procesos políticos fundamentales de información, deliberación y toma de decisión (o participación).
5.2. ¿Qué tipo de participación se promueve en la instancia de representación catalana? De acuerdo a la comparación realizada en el apartado anterior y siguiendo el modelo ideal planteado en el punto 1 del capítulo, podemos diseñar el estado de la instancia catalana analizada, a partir de las herramientas encontradas. Así, podemos observar el panorama expuesto en el diagrama 8.
Como se aprecia en el modelo, la ausencia de mecanismos y herramientas que permitan niveles de acción política más vinculantes con la ciudadanía, hace que tanto los marcos institucionales normativos como el tamaño de la esfera pública se reduzcan y se concentren en
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las instancias formales y tradicionales, alejadas del ciudadano regular. El órgano de representación, por su parte, recibe de los votantes todo el peso político para la decisión sobre las políticas públicas y a cambio únicamente emite informaciones que van a los ciudadanos, como receptores. La comunidad y los representantes, solamente hacen uso de los blogs y de las páginas oficiales, así como de los medios de comunicación, como herramientas de vinculación al proceso político que deja claramente a la vista su carácter de acción informativa. Los niveles de la calidad de la participación no superan la fase de permitirle al ciudadano algunas funciones de contacto con las instituciones.
Si regresamos a la tabla 9 y analizamos el tipo de acción política, los niveles de calidad de la participación y las herramientas utilizadas por Parlament de Catalunya, claramente se puede ubicar el diseño institucional de la democracia electrónica propuesta en el primer eje horizontal del cuadro tanto en lo correspondiente a los tipos de acción, como a los niveles de participación, que recogen un tipo de herramientas basadas en los blogs y en las páginas institucionales informativas con opciones de contacto.
Así, manteniendo la trayectoria de análisis propuesta en el mapa 3 de la monografía podemos realizar una igualación de las variables propuestas inicialmente por los valores dados a cada una de ellas, obteniendo los siguientes resultados:
Diagrama 8. Modelo de participación política de la cámara catalana
Marco institucional
Informar
COMUNIDAD
CIUDADANO
Permitir
Medios de Comunicación
DECISIÓN PÚBLICA
Esfera Pública
Estado
ÓRGANO DE REPRESENTACIÓN
Blogs
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El panorama planteado no es satisfactorio si se tiene en cuenta la gran cantidad de posibilidades actuales que permitirían una oferta institucional mucho más amplia por parte de la cámara de representación buscando la reconquista del interés ciudadano por la política. La introducción de las TIC como posibilidad del fortalecimiento del sistema representativo no puede reducirse a un tipo de acción meramente informativo sobre la función de los representantes en el desempeño de sus cargos. Es necesario que el proceso de deliberación y de toma de decisiones, a través de las herramientas de los nuevos medios de comunicación, se consolide y se institucionalice con la intención de facilitar los escenarios tanto de discusión y encuentro público como de toma de decisiones regladas por parte de los ciudadanos.
Pero para ello se requiere de tres elementos básicos de desarrollo. El primero es la oferta institucional adecuada que brinde las herramientas necesarias para satisfacer las condiciones de los tres tipos de acción política y de niveles altos de calidad de la participación. El segundo es el grado de interés de los ciudadanos en la política que puede crecer en tanto los mecanismos de toma de decisiones entren en una fase importante de apertura. El tercero es la implementación de los programas de alfabetización mediática sin los cuales ninguno de los dos puntos anteriores se podrá resolver exitosamente.
Mapa 16. Igualación de variables en la trayectoria de análisis: Parlament de CatalunyaModelo de democracia liberal representativa.
Estado semi‐centralizado.
Medios de comunicación tradicionales.
Representación tradicional.
Esfera pública no contemplada.
Rol de la comunidad no es importante; privilegio a la individualidad.
Análisis
Página institucional ‐
Blogs
¿Qué brinda la instancia a
los ciudadanos?
Información
Permitir electrónicamente
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Diagrama 1. Catálogo de Tipologías de Democracia Electrónica. Cuadro base
Espacio de la teoría
Espacio de la medición y observación
Nivel de Abstracción
Amplitud de los fenómenos o procesos
Mayor
Mayor Menor
Menor
Regularidades empíricas – Conceptos observables
Proposiciones teóricas
Teorías Sustantivas
Teorías Generales
Supuestos paradigmáticos
CONCLUSIONES
A. CONCLUSIONES SUSTANTIVAS
1. Mapa de Tipologías de las Propuestas de Modelos de la Democracia en Internet. Si retomamos la referencia del cuadro expuesto en la metodología que da cuenta de los diferentes escalones teóricos que componen los estudios investigativos sobre marcos teóricos, podemos presentar el mapa de tipologías de las propuestas de modelos de la democracia en internet que componen el estudio realizado.
Fuente: Sauto y otros (2005)
Para no alterar las directrices básicas del cuadro, los modelos están contenidos en la siguiente tabla, siguiendo las variables planteadas en el diagrama. Así, cada una de las columnas corresponde a un nivel de análisis de acuerdo a las variables dadas en la metodología: Supuestos Paradigmáticos, Teorías Generales, Teorías Sustantivas y Proposiciones Teóricas Fundamentales. Las regularidades empíricas y los conceptos observables se han dejado a un lado del cuadro aunque bien pueden hallarse en las descripciones interiores realizadas en los capítulos ‐fundamentalmente los conceptos‐.
Como se puede apreciar fácilmente, cada uno de los tres primeros capítulos de la monografía constituye una teoría general y el escrito mismo, en su totalidad, intenta descomponer los principales rasgos del supuesto paradigmático de la democracia en internet y de lo que
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comporta la inclusión de la nueva herramienta de comunicación en los procesos democráticos.
Los modelos de evaluación propuestos recogen múltiples elementos que permitirían realizar una acomodación de los sistemas políticos estudiados (o de sus cuerpos democráticos) a la tipología propuesta a continuación. Es evidente que un modelo tal y como se presenta en el cuadro sería imposible de encontrar en la vida política real, pero las características del sistema permitirían, tal y como se hizo con el Parlament de Catalunya, ubicar el objeto de estudio en algunas de las siguientes opciones planteadas en el cuadro.
El cuadro presenta además los autores principales de cada una de las doctrinas analizadas y recoge las voces críticas más representativas:
Tabla 16. Catálogo de las Propuestas de Modelos de Democracia Electrónica
Supuesto Paradigmático
Teorías Generales
Teorías Sustantivas
Proposiciones Teóricas Autor
Principal Críticas
Principales
Tecnolog
ía + Com
unicación = Desarrollo
Dem
ocrático
1. Utopía de
la Com
unicación como Motor Dem
ocrático 1.1.
Electricidad y Aldea Global
a. Centro en el ciudadano informado.
• Marshall McLuhan
• Norvall Baitello
• Malena Segura
• Slavoj Zizek
• Erik Nevéu• Asrad Torrres
• Benjamin R. Barber
• Armand Mattelart
b. Ideal de mundo intercomunicado. Sociedad Mundial.
c. Decisión ciudadana desde mecanismos de participación informativos.
1.2. Gobierno Máquina
a. Centro en el ciudadano informado.
• Norbert Wiener
• David Bell • Asrad Torrres
• Armand Mattelart
• Fabio Tropea
b. Retroalimentación tecnológica informativa como base del gobierno y de las decisiones.
c. Estado tecnocrático.
1.3. Realidad Virtual
a. Combina el centro del ciudadano informado con la ciudadanía participativa en la toma de decisiones.
• Jaron Lanier
• Malena Segura
• Henry Jenkins
• Asrad Torres
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b. Rescata el modelo de las comunidades como artífices del tejido social.
• Benjamin R. Barber
c. Decisiones tomadas por el ciudadano‐usuario.
2. Dem
ocracia Directa
2.1. Nueva Era Ateniense de la Democracia
a. Centro en el ciudadano informado e individualizado.
• Al Gore
• Robert Wright
• Ricardo Stagliano
• Ignacio Ramonet
• Lloyd Morrisette
• Paul Virilio• Phillippe Quèau
b. Desregulación que favorece la democracia y el avance tecnológico.
c. Conexión directa entre el ciudadano y la decisión.
2.2. Nueva Nación Digital
a. Centro en el ciudadano informado e individualizado.
• Jon Katz
• Robert Wright
• Ricardo Stagliano
• Ignacio Ramonet
• Lloyd Morrisette
• Paul Virilio• Phillippe Quèau
b. Eliminación de todos los intermediarios políticos.
c. Símil de las decisiones de consumo con las decisiones políticas.
2.3. Democracia de las comunidades virtuales
a. Centro en el ciudadano informado e individualizado.
• Howard Rheingold
• Pierre Lévy
• Robert Wrigth
• Ricardo Stagliano
• Win Van de Donk
• Giovanni Sartori
• Lloyd Morrisette
• Paul Virilio• Slavoj Zizek
b. Inteligencia colectiva, transparencia y rendición de cuentas.
c. Espacio público dentro de la lógica del mercado.
2.4. Poliarquía y Redes Distribuidas
a. Centro en el ciudadano que participa en la discusión de las acciones civiles en la red.
• David de Ugarte
• Paul Virilio• Slavoj Zizek
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b. Formas de red distribuidas. Anárquicas.
c. Nuevo sujeto social colectivo que acciona la ciberturba con incidencia en la política pública.
3. Dem
ocracia Libe
ral
3.1. Democracia Jeffersoniana
a. Centro en el sistema representativo y el ciudadano como parte del proceso deliberativo.
• Michael Shudson
• Patrice Flichy
• Henry Jenkins y David Thorburn
• Pierre Lévy
• Howard Rheingold
• Doug Shuler
• Amitai Etzioni
• David Winston
• Andrew Chadwick
• Roger Hurwitz
• Mark Poster
• Jurgen Habermas
• Benjamin R. Barber
b. Pequeñas comunidades locales.
c. Privilegio de la vida individual con dosis de pluralismo.
3.2. Democracia Representativa
a. Fortalecimiento de la democracia representativa.
• Martin Hagen
• Jan Van Dijk
• Chistine Bellami
• Joan Subirats
• Fernando Harto de Vera
• Andrew Chadwick
• Andrew Chadwick
• Roger Hurwitz
• Jurgen Habermas
• Benjamin R. Barber
b. Consolidación de la democracia de base comunitaria. Modelos Bottom‐Up
c. Integración de los ciudadanos a las discusiones on‐line de las decisiones públicas.
3.3. Democracia de Monitoreo
a. Centro en el ciudadano vigilante. • Roger
Hurwitz • Henry Jenkins
• Andrew Chadwick
• Jurgen Habermas
b. Papel ciudadano en acciones de emergencia y de crisis.
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c. Preponderancia al factor informativo dentro de la acción ciudadana democrática.
3.4. Democracia Normativa‐Deliberativa
a. Centro en la deliberación pública de asuntos ciudadanos en la comunidad.
• Jurgen Habermas
• Benjamin R. Barber
• Pierre Lévy
• Philipe E. Agre
• Mike Westling
• Andrew Chadwick
• Roger Hurwitz
• Slavoj Zizek
• Sherry Turkle
• Yanal Breindl
b. Reconfiguración de la esfera pública como escenario de la discusión.
c. Empoderamiento de la ciudadanía a partir de la deliberación en la esfera pública.
2. El eje básico de acción política centrado en la participación como el espacio de toma de decisiones por parte del ciudadano aún continúa siendo débilmente expuesto por los modelos teóricos de la ciberdemocracia. No es clara la búsqueda de la autonomía y la descentralización en la toma de decisiones que apunte a la superación de las formas tradicionales de participación como el voto o que acompañe al proceso representativo desde la ciudadanía. Las opciones de internet de participación aún se encuentran alejadas tanto de los diseños de los sitios de internet de los parlamentos como de los marcos institucionales legales necesarios para otorgar tanto legitimidad como legalidad a las acciones participativas en el ciberespacio.
Los ejes básicos de la acción política analizados en el estudio –información, discusión y participación‐ marcan dos claras tendencias en los modelos presentados. Las discusiones utópicas y el modelo de democracia directa representan una misma línea en la que se realiza un énfasis en la información. En estos dos modelos no hay caminos de discusión y la participación queda reducida a la elección mediante el voto. En la otra orilla, sin llegar a ser el otro extremo, se presenta el modelo liberal que avanza un escalón en los ejes y ubica su centro en la discusión, superando al eje informativo. Dentro del modelo liberal, la participación se concentra en el proceso de discusión, mas no se llega a profundizar en la canalización de las discusiones hacia su participación en la formulación de la política pública.
3. Los niveles de participación –permitir, comprometer y empoderar‐ estudiados en cada modelo de la monografía tienen un comportamiento similar a los ejes básicos de acción, demostrando una profunda relación entre las dos componentes de análisis. Así, encontramos que los modelos que centran sus ejes básicos de acción en la información (utopías y democracia directa) se alejan de los compromisos y del empoderamiento del ciudadano hacia
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la política. En estos modelos no hay discusión y el voto, al ser una actividad política individual, no representa ninguna vía de desarrollo para los procesos de empoderamiento comunitario. Por el contrario, el modelo liberal, respondiendo al siguiente eje de acción política, presenta en la definición de los niveles de participación una cercanía al compromiso de la deliberación pública entre los individuos y las comunidades que conforman.
Aún así, empoderar electrónicamente todavía de sitúa por fuera de los modelos de la ciudadanía electrónica.
4. Existe una relación directamente proporcional entre el empoderamiento y la herramienta básica de la Web 2.0 implicada en su desarrollo. Las aplicaciones que permiten la utilización y el intercambio de más recursos que la simple información fomentan un nivel mayor de compromiso ciudadano y un mayor grado de potenciación de las capacidades comunitarias.
Los modelos analizados permiten corroborar la relación entre los ejes de acción, los niveles de participación y el tipo de herramientas de la Web 2.0 que se privilegian en el tipo de modelo. Así, los modelos de poca interacción se centran en herramientas informativas unidireccionales, mientras que las herramientas fundamentales ofrecidas por la Web 2.0 para la promoción del modelo de la democracia liberal están centradas en las redes sociales y en las plataformas que permiten la construcción de comunidades virtuales con usuarios identificables que interactúan en sus plataformas.
5. Los medios de comunicación tradicionales sufren, en cada uno de los modelos expuestos, una fuerte crítica sobre su papel como mediadores del proceso democrático. Tanto los modelos centrados en los procesos informativos, como el liberal que enfrenta la cuestión con el foco en la discusión, aprecian la labor de los medios de comunicación como poco importante. Las propuestas utopistas presentan a los medios desde el aislamiento, superados por el Estado, como monopolio de la información, y por las organizaciones de la sociedad civil. El modelo de democracia directa presenta una importante crítica a su papel como motores tradicionales de la opinión pública y como elementos fundamentales del proceso democrático, estableciéndoles un rol secundario. Por último, el modelo liberal reduce su papel a la transmisión de información, siendo superados por los mecanismos auto organizados de la sociedad civil y por las nuevas formas de producción y emisión de mensajes en las plataformas de la Web 2.0.
6. Los modelos expuestos responden completamente –con diferentes propuestas‐ a la significativa crisis del sistema representativo actual. Los dos caminos planteados en la introducción –la eliminación de las cámaras de representación tradicional y su reemplazo por los sistemas de la conexión directa entre el poder constituyente y las decisiones, por una parte, y el uso de las TIC como herramienta de relegitimación y de recomposición del sistema representativo, por otra‐ son evidentemente representados por los modelos expuestos. Las
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teorías utopistas y de democracia directa abogan directamente por la supresión de la instancia representativa, mientras que el modelo liberal intenta salvar y curar las principales fallas del sistema a través del empleo de las nuevas posibilidades de las redes telemáticas.
Las dos posturas, en su desarrollo histórico, recrean, en tan sólo veinte años, dos momentos de la historia política de la civilización occidental bajo la cual, en sus inicios, las decisiones democráticas en la Grecia antigua se establecían mediante el contacto directo de los ciudadanos con el poder político (ejecutivo, legislativo y judicial), para luego pasar a la estancia de las Revoluciones Liberales en las que se logró limitar el poder absoluto de los soberanos con la implementación del sistema representativo, que, junto con la separación de la justicia, actúa como factor equilibrador de los poderes monopolizados por el sistema monárquico.
B. CONCLUSIONES METODOLÓGICAS
1. El análisis de la incidencia de internet en la construcción democrática debe hacerse a partir de dos ejes de estudio. Por una parte, es necesario contemplar el uso de la herramienta para el fomento de las relaciones políticas a cuatro bandas: entre los ciudadanos; entre el Estado y sus instituciones; entre el Estado y los ciudadanos, y entre los ciudadanos y el Estado. Cada uno de estos caminos merece un serio estudio que parte de la ejecución del segundo eje de análisis.
En este componente, segundo eje de estudio, es necesario realizar una mirada con dos niveles y con un tercer escenario transversal. En primer lugar, es necesario encontrar la oferta que realizan las instituciones del Estado mediante el uso de las herramientas de internet para que los ciudadanos participen en el proceso de toma de decisiones públicas. En segundo término, es vital el estudio sobre la creación y ejecución de alternativas ciudadanas que demandan la participación y que toman decisiones en el escenario comunitario. Entre estas dos actividades es necesario garantizar interacciones e integraciones de caminos e intercambios para fomentar las buenas prácticas. Finalmente, el escenario transversal debe estar compuesto por la evaluación del contexto general y de los niveles individuales de alfabetización mediática que componen el sistema político respectivo.
Diagrama 9. Niveles de Análisis de la incidencia de internet en los procesos democráticos
Alfabetización Mediática
Niveles de análisis
Creación
Oferta Instituciones del Estado
Alternativas ciudadanas
Demandas
Ciudadanos ParticiparIntegración
157
2. Los tipos de participación política en internet deben asociarse y analizarse en relación a los tipos de comportamiento de los usuarios y a las tendencias observables de sus actividades en internet. La velocidad, la escasa fidelidad, los cambios constantes de interfaces, el juego permanente de las identidades, el aislamiento físico que comportan las actividades on‐line, etc. son elementos que deben tenerse en cuenta en el diseño de la oferta de herramientas participativas por parte de las instituciones y organizaciones públicas. Asimismo, deben tenerse en cuenta para la configuración de preferencias políticas y para la configuración de un nuevo catálogo de acciones cívicas (¿movimientos sociales?) que se desarrollan con la misma velocidad y con la escasa fidelidad en la que un usuario pasa de una página a otra en el universo de la World Wide Web. El cambio de paradigma asociado entre la sociedad moderna y las características de la nueva sociedad contemporánea de consumo (¿posmoderna?) permite decantar aún más el problema de la inmediatez y del escaso compromiso con los asuntos públicos por parte de la ciudadanía. El cambio lo podemos ver reflejado en el siguiente gráfico:
Diagrama 10. Cambio entre la producción y el consumo entre la modernidad y la posmodernidad
Sociedad Moderna
Dificultad de producción
Producción industrial
Medios de comunicación
Sociedad Posmoderna
Facilidad de venta
Facilidad de
producción
Dificultad de venta
Es más fácil producir
que vender
Sobreoferta de
producción
Dificultad de producción
Únicos mediosMonopolios de la información
Sociedad Moderna
Facilidad de emitir y producir
Dificultad de venta
Es más fácil producir que ser leído
Multiplicidad de medios y de accesos
Sociedad Posmoderna
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Así, la participación política queda sumergida entre las lógicas del consumo que se dispara en todos los niveles del desarrollo cotidiano humano y la multiplicidad de información que llega diariamente a cada usuario. Las nuevas lógicas de participación se remiten a la selección por agrupación y por masificación de determinados eventos coyunturales que, apoyados por los medios de comunicación tradicionales, logran congregar a las masas e incidir de algún modo en la agenda pública ‐más bien ejecutiva‐. Sería imposible contabilizar las propuestas de acciones ciudadanas que cada día se cuelgan en internet. Su accionar real sigue anclado a las lógicas de los medios “analógicos”, guiados por el protagonismo y por el afán de brillar como una estrella mediática –claramente analógica.
C. CONCLUSIONES GENERALES
1. La calidad de la democracia puede ser mejorada gracias a las herramientas de internet sólo si se consiguen superar los estadios básicos de los niveles de participación política para llegar, asimismo, a los ejes avanzados de la acción política a través de las redes. La forma de evaluar el impacto de internet sobre las condiciones democráticas de los sistemas políticos debe superar los resultados numéricos que demuestran que grandes cantidades de usuarios intercambian información con las entidades e instituciones públicas.
En este sentido, internet no puede ser visto más que como una herramienta, como un medio, al servicio de un fin democrático, completamente dependiente del uso que el usuario‐ciudadano decida otorgarle a la herramienta. Internet no deja de ser un medio de comunicación, con sus lógicas y sus formas de dominación, con nuevas características y muchas nuevas posibilidades de pluralismo en el lado de las emisiones y con una nueva figura a resaltar y a potenciar: el usuario.
2. En esas condiciones, el ciudadano‐usuario, el concepto mismo de ciudadanía en internet como nuevo medio de comunicación interactivo, necesita ser repensado hacia los niveles altos de los estadios de participación política.
El ciudadano informado ya no es suficiente y la información, como producto, es fácil de construir, pero difícil de seleccionar y más aún de procesar. Las competencias de la ciudadanía en internet pasan por la capacidad de producir y de seleccionar información, con todas las cargas de responsabilidad cívica que ello conlleva. El espacio público virtual puede, en cualquier caso, encontrar comunidades de interés público y compartido real en los que se canalicen las voces y opiniones públicas de los ciudadanos realmente interesados en la participación activa y en las decisiones sobre asuntos de preocupación común. La consolidación de la ciudadanía en la época de la nueva tecnología pasa por una refinación de su papel activo dentro del sistema político y por la reconfiguración de un sistema representativo que sea cercano, accesible, visible, rápido y transparente y que supere el anacronismo de la representación anti‐dinámica de los partidos políticos y de los medios de comunicación tradicionales.
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Aún así, no toda la ciudadanía tiene que participar en el proceso político o en la construcción de las políticas públicas. Sin embargo, la nueva propuesta representativa de las redes de internet debe garantizar los mecanismos de participación para que cualquier interesado logre ser parte de la decisión pública.
3. Internet es la herramienta pero no es la solución en sí misma. Las propuestas actuales sobre la incidencia de internet en los procesos democráticos, mantienen la confianza en las innovaciones tecnológicas y en los avances de los medios de comunicación como elementos favorables a la democratización y a una mayor participación de la ciudadanía en las decisiones públicas. Sólo con mirar la evolución de internet es suficiente para darse cuenta del fenómeno, pasando por la democracia directa, la democracia representativa o liberal y por las redes sociales como el fenómeno que puede, ahora sí con la llegada de la Web 2.0 ‐y 3.0‐, ser determinante para el futuro de la democracia participativa. La mitología de la electricidad, en el ritual de la serpiente, se mantiene intacta en las propuestas formuladas que ven a internet como la solución a la mayoría de las problemáticas sociales. La concepción debe ser retomada desde la otra orilla. Sus características permiten desarrollar innumerables actividades y fomentan la interacción entre individuos y comunidades, pero, de nuevo, es el usuario el que tiene la opción de elegir el uso que le da a la tecnología. El networking ofrece un alto potencial para la construcción comunicativa; cómo se usan los recursos depende de cómo la sociedad adopte los ideales cívicos esenciales para darle viabilidad a la esfera pública.
4. Dentro de las posibilidades que los nuevos medios de comunicación plantean para el desarrollo más avanzado de la democracia se consolida la oportunidad histórica para la refundación, con nuevas características, de la comunidad civil, cultural y política. Más allá de los partidos políticos y de los sistemas tradicionales de representación, las características de internet como herramienta de interacción y de comunicación, permiten la construcción de una relación entre la comunidad de base (reterritorializada bien sea en lo físico o en lo virtual) y los espacios más elevados de la representación. Teniendo en cuenta la crisis de los partidos y la aparición cada vez más frecuente de los liderazgos outsider, las características del nuevo medio permiten un nuevo tipo de relaciones políticas, contando con internet como el sistema de rendición de cuentas y como el espacio de encuentro del profesional de la política con la comunidad a la cual representa. No nos encontramos con la relación entre el representante y el voto, en un evento electoral, sino en una nueva relación constante y casi cotidiana con una grupalidad de interés, entre individuos plenamente identificados y que confían sus intereses a miembros que efectivamente los representan en las instancias estatales destinadas para tal fin. En este sentido, internet puede convertirse en el canal de transmisión de demandas y en el mecanismo de control político a los representantes elegidos democráticamente.
Asistimos a la conformación de un nuevo sujeto político que se conoce, discute, toma decisiones y se gesta en las redes, pero que incide en el proceso de decisión pública. Aunque la
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estabilidad de las comunidades on‐line y la agrupación de intereses políticos aún puede estar lejos de materializarse.
5. La discusión sobre los asuntos públicos se presenta en los dominios privados del ciberespacio. No deja de ser necesaria la mención a la discusión entre lo público y lo privado que pasa transversalmente sobre la herramienta de internet como potenciadora de los espacios democráticos. Así, los espacios de construcción de comunidades responden a ofertas comerciales mucho más que a ideales de compromiso cívico, las cuales quedan completamente ahogadas en la publicidad y en los objetivos comerciales de los propietarios de las plataformas. La discusión y la esfera pública deben encontrar espacios públicos de encuentro, que se alejen del control de intereses, así como las comunidades necesitan construir sus propios espacios de deliberación de intereses.
Las autopistas de información, que se inician con la época de las desregulaciones de la década del noventa, continúan siendo la base del sistema internet. La lógica del mercado se mantiene imperante en ellas acentuando aún más la individualidad del sujeto (evidenciada en las calles de las ciudades).
Aún teniendo delante las herramientas tecnológicas para nuestra inclusión como ciudadanos en la vida pública, la configuración de los nuevos actores sociales guiados por las posibilidades de lo político en los escenarios virtuales pasa por la decisión de los ciudadanos y de los políticos de “tomar la píldora roja”48 y aceptar tanto el nuevo tipo de comunidad política que puede construirse en las plataformas de las redes sociales de internet como el reto de consolidar espacios públicos que garanticen la discusión pluralista. La juventud de las redes hace posible pensar en su futuro institucionalizado en formas informativas, deliberativas y participativas, pero habrá que crear un diseño institucional y comunitario que responda a las nuevas complejidades y que, alimentado por un fuerte sistema de alfabetización mediática, permita la inclusión en lo público del ciudadano‐usuario.
48 La expresión es tomada del guión de la película “The Matrix” en la escena en la que Neo decide “tomar la píldora roja” para conocer el funcionamiento real de la Matriz: Neo: What truth? Morpheus: That you are a slave, Neo. Like everyone else, you were born into bondage, born inside a prison that you cannot smell, taste, or touch. A prison for your mind. (long pause, sighs) Unfortunately, no one can be told what the Matrix is. You have to see it for yourself. This is your last chance. After this, there is no turning back. (In his left hand, Morpheus shows a blue pill.) Morpheus: You take the blue pill and the story ends. You wake in your bed and believe whatever you want to believe. (a red pill is shown in his other hand) You take the red pill and you stay in Wonderland and I show you how deep the rabbit‐hole goes. (Long pause; Neo begins to reach for the red pill) Remember ‐‐ all I am offering is the truth, nothing more. (Neo takes the red pill and swallows it with a glass of water)
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