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7/31/2019 Devoto Pagano
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1. Coordenadas iniciales
Si toda empresa historiogrficapuede resultar a primera vistauna tarea desbordante (elpasado, al fin de cuentas, puedeconsiderarse un territorioinfinito), escribir una historiade la historiografa no parece
ms que redoblar ese vrtigo.Apelar a una coordenadaespacial permite entoncesacotar el espectro del anlisis.
En este sentido, la aparicin deHistoria de la historiografa
argentina de Nora Pagano yFernando Devoto a la par quenos ofrece una reconstruccindel pasado de la disciplina ennuestro pas nos permite
apreciar una serie de estrategiasy herramientas en el campo dela historiografa y de la historia
intelectual.De esta manera, una de las
primeras operaciones realizadapor los autores consiste endelimitar su objeto de estudio.En efecto, si las coordenadasespaciales han brindado unaprimera orientacin se hacenecesario establecer un recorte
dentro del vasto material que seha dedicado al estudio delpasado argentino. As, en laestela de Bloch y Momigliano,Pagano y Devoto definen lahistoriografa moderna comouna prctica intelectual quecombina esquemas generales deinterpretacin del pasado juntocon una serie de tcnicas einstrumentos para abordar las
fuentes y los documentos.Ahora bien, en el momento de
enfocar esta primera definicinsobre la produccin local, losautores advierten que estos dos
componentes no se articulanpor completo. El material aanalizar combina de estamanera una serie de registros ygneros que van desde lacrnica al panfleto poltico,
pasando por la erudicin o elensayo interpretativo. As,sealan, ser necesario ampliarlos mrgenes de la
historiografa argentina a fin dedar cuenta de la persistente yno resuelta tensin entreerudicin y divulgacin, entreaspiracin cientfica yaspiracin poltica. Serprecisamente esta tensin la
que funcionar como el hiloconductor de la obra ypermitir a los autoresdesplegar una serie de
estrategias metodolgicas quepueden ser consideradas comopropias de la historiaintelectual.
2. Bifurcaciones,
reencuentros, yuxtaposiciones
y relevos
A lo largo de los ltimos veinteaos, una serie de trabajoscolectivos (algunos de ellosdirigidos por los mismosDevoto y Pagano) han tratadode dibujar un mapa sobre elpasado de nuestrahistoriografa. El resultado hasido una serie de afinados
productos corales que, a travsde distintas periodizaciones (el
siglo XX, el perodo deentreguerras) y perspectivas
(la historiografa acadmicavs. la historiografa militante,la estructuracin del campoprofesional), presentan unareconstruccin acabada y pluraldel pasado del oficio dehistoriador en la Argentina.
Frente a estos antecedentes,Pagano y Devoto hacen un usopreciso y seguro de tresherramientas esenciales delmtier del historiador. Enprimer lugar, un recortetemporal que les permiteabarcar un siglo de la historiaargentina: desde la segundamitad del siglo XIX, hasta ladcada del 60 del siglo XX;
perodo en el que los autoresubican la produccin de unaserie de trabajos (desde la obra
mitrista, a la historia social)que coincidira con lascaractersticas de lahistoriografa moderna. Ensegundo lugar, una seleccinde fuentes compuesta por uncorpus de obras en el que esposible hilvanar un dilogoentre diferentes autores y sus
lecturas del pasado argentino.Finalmente, una perspectivade anlisis que busca alejarsedel inventario y la compilacinpara proponer una seriede itinerarios y problemasmediante el anlisis dediferentes tradicioneshistoriogrficas. Lacombinacin de estasherramientas da por resultado
una obra que, a diferencia delos trabajos previos, puede ser
Nora Pagano y Fernando Devoto,
Historia de la historiografa argentina,
Buenos Aires, Sudamericana, 2009, 475 pginas
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considerada una historia, en lamedida en que permite apreciar
una serie de continuidades yrupturas entre las diferentesposiciones tericas presentadas.Esto puede verse tanto en lo
que se refiere a las trayectoriasde los actores involucrados,como a las temticas y losproblemas planteados por cadatradicin, y as tambin en lasestrategias metodolgicas para
el abordaje del pasado y susrelaciones con la coyunturapoltica y cultural en la quecada uno se desarrolla.
Las estaciones de este
derrotero sern, en un primercaptulo, la historiografaerudita de la segunda mitad delsiglo XIX, donde, en torno alclsico debate Mitre-Lpez y
sus repercusiones yderivaciones, se puede apreciarla emergencia de la disciplinaen trminos tanto heursticoscomo metodolgicos, as comosu estrecha vinculacin con laconstruccin de una identidadnacional en el marco de laconsolidacin de lasinstituciones estatales. En elsegundo captulo, que presenta
el pasaje entre los siglos XIXy XX, los historiadorespositivistas darn cuenta delpasado argentino desde unaperspectiva que ya no se centraen una figura paradigmtica oejemplar (como podra ser el
caso de San Martn o Belgranoen la historiografa mitrista),
sino que apela a categorasuniversales (como las de raza omultitud) y a una vinculacincon el discurso cientficonatural (en especial la biologa,la medicina o incluso lapsiquiatra) como garanta delegitimidad de la reflexinsobre lo social. Con estos
elementos, los historiadorespositivistas buscan dar cuenta
de ciertas regularidades en eldevenir de las sociedades.
Los captulos tercero ycuarto se encuentran dedicadosa la Nueva Escuela Histrica yal revisionismo histrico,
respectivamente. En relacincon la Nueva Escuela Histrica,Pagano y Devoto buscanproblematizar la imagen de ungrupo monoltico legada por latradicin historiogrfica (y en
parte construida por susmismos miembros). Sin dejarde reconocer las coincidenciasde sus integrantes en cuanto aprocedimientos metodolgicos
y heursticos, as como laimagen de la prcticaintelectual del historiador comouna actividad cientfica yprofesional, los autores sealan
una serie de diferencias entrelas trayectorias institucionalesde los distintos actores(tomando como referencia,aunque no exclusivamente, laspersonalidades de RicardoLevene y Emilio Ravignani),las temticas abordadas porcada uno de ellos, y las diversasvinculaciones con el Estado alo largo de sucesivas
coyunturas polticas. Al abordarel revisionismo, Pagano yDevoto sealan unasuperposicin de criterios en lasdiferentes demarcaciones desdelas cuales se suele considerareste movimiento. Por un lado,
desde una perspectivainstitucional, el revisionismosera considerado un
movimiento desde la sociedadcivil y contra las institucionesestatales. Por otra parte, desdeuna perspectiva ideolgico-poltica, se tratara de unalectura del pasado provenienteen un primer momento delnacionalismo y luego del
peronismo. Finalmente, y yadesde una perspectiva
propiamente historiogrfica, elrevisionismo sera una nueva
interpretacin del pasadoargentino, especialmente delperodo que va desde 1820hasta 1852. Sin desconocer
estos criterios, y en la bsquedade una perspectiva que puedaabarcarlos e integrarlos, losautores proponen considerar alrevisionismo desde su dinmicatemporal, es decir, pensarlo a lavez como una secuencia de
etapas y como una tradicinacumulativa de distintos rasgos,problemas y elementosidentificatorios a lo largo de
diferentes contextos polticos oculturales.
Los dos ltimos captulosdel libro, el quinto y el sexto,se encuentran dedicados a lahistoriografa de las izquierdas
y a la renovacinhistoriogrfica de los aossesenta, respectivamente. A lahora de abordar la historiografade las izquierdas, Pagano yDevoto sealarn que, desdeesta tradicin, la operacinhistoriogrfica ser entendidacomo una forma deintervencin poltica en la queel componente terico
proveniente del marxismo serun factor fundamental yconstante, cuyos usos, sinembargo, irn desde el marcoterico hasta la aplicacinmecanicista y acrtica. Ahora
bien, para rastrear estos usosser necesario tener en cuentaque esa misma vocacinpoltica enmarca esta
historiografa en una ampliacorriente poltico-intelectual enla que convergen diferentesvertientes formadas pordistintos grupos y subgruposque a su vez intervienen desdediferentes formatos y soportes
(desde el ensayo interpretativohasta la investigacin
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acadmica). Teniendo en cuentatodas estas condiciones, el libro
propone un recorrido querastrea la participacin de laizquierda en el campohistoriogrfico desde sus
primeras apariciones a finalesdel siglo XIX hasta la IzquierdaNacional y la NuevaIzquierda en los aos setentadel siglo XX. En este derrotero,y desde la utilidad poltica que
se le atribuye al relato histrico,el peronismo aparecer comoun punto de inflexin quegenerar nuevas bifurcaciones,realineamientos y reacciones.
Finalmente, la ltima estacinde este recorrido se centrar enla renovacin historiogrfica delos aos sesenta. La figura deJos Luis Romero funcionar
como hilo conductor parahilvanar las caractersticas deuna nueva manera de concebirla historia. Que, sin descuidaruna preocupacin por lopoltico (preocupacin queconstitua una de lascaractersticas esenciales en laconcepcin de la historia dela Nueva Escuela y delrevisionismo), lo integre en una
visin ms amplia queprivilegie la comprensin de losprocesos sociales por sobre laprecisin del dato emprico.Esta perspectiva, que en el casode Romero se gesta en elcampo cultural de la Argentina
de entreguerras, vincular a loshistoriadores renovadores, yadesde la primera mitad de la
dcada del 50, con otrasciencias sociales como lasociologa y la economa. En suconjunto, estas disciplinascontribuirn a producir unarenovacin de las cienciassociales en una experiencia que,en trminos acadmicos o
cuando menos universitarios,suele considerarse como
relativamente efmera. En partepor las posiciones acaso
marginales que alcanzaron aocupar los historiadoresrenovadores en la estructurauniversitaria posperonista, en
parte por la abrupta finalizacinde esa experiencia en 1966. Noobstante esto, Pagano y Devotosealan que es precisamente apartir de ese momento cuandovern la luz las obras msimportantes de los miembros de
esta generacin intelectual,gestadas y maduradas enaquella experiencia derenovacin.
3. Para una historia
de las ideas
Llegados a este punto
quisiramos sealar una seriede rasgos que permitenconsiderarHistoria de lahistoriografa argentina comouna obra de historia intelectual.
En principio, esta ubicacinpuede apoyarse tanto en lafocalizacin presentada por losautores como en el objeto questa les permite recortar y
analizar. En efecto, al trabajarsobre movimientoshistoriogrficos consideradoscomo tradiciones, la obrapermite apreciar una serie dedesplazamientos en trminos derecepcin de ideas, relecturas y
referencias. Es en este sentidoen el que la nocin de tradicinparece adquirir todas susdimensiones: se tratara tanto
de un producto complejo(constituido por temas,problemas, categoras,procedimientos metodolgicosy filiaciones polticas y/opartidarias) que se recibe comoun legado, pero tambin de un
proceso mediante el cual lospropios actores construyen
vnculos y precursores. Estosprocedimientos genealgicospueden advertirse, por ejemplo,
en el reconocimiento de JosIngenieros por parte de AnbalPonce y Hctor P. Agosti, en
los orgenes de la historiografade las izquierdas, o bien en elsealamiento de Saldas yQuesada como una anticipacintemtica del revisionismo o, ylos ejemplos podran seguir, enla apoyatura de Jos Luis
Romero en las crticas que PaulGroussac efectuara a la NuevaEscuela Histrica.
La obra tambin permite
ubicar todos estos derroterose itinerarios en el interior de ununiverso institucional(constituido, entre otrosespacios, por mbitosacadmicos, institutos deinvestigacin, publicaciones
peridicas o asociacionesprofesionales) que funcionancomo marco para diferentesencuentros y contactos. Bastecomo ejemplo el Colegio Librede Estudios Superiores que enla dcada de 1930 surge comoespacio alternativo a launiversidad conservadora.Durante casi treinta aos
alberg en sus aulas y en laspginas de su publicacin(Cursos y conferencias) aintelectuales de diferentesorientaciones tericas yfiliaciones polticas como
Carlos Ibarguren, EmilioRavignani, Ricardo Caillet-Bois, Jos Luis y FranciscoRomero, Gino Germani o
Anbal Ponce.Pero tambin podemos decir
queHistoria de lahistoriografa argentinaconstituye una produccin dehistoria intelectual en unsegundo sentido. Carlos
Altamirano ha propuesto comoun posible objeto para la
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historia intelectual, y en
especial para una que indaguela realidad latinoamericana, loque denomina literatura deideas y caracteriza comotextos de la imaginacin social
y poltica de las litesintelectuales.1 Si bien lamirada de Altamirano se centraen la produccin de las litesintelectuales del siglo XIX, una
caracterstica central de estostextos estara dada no slo porla programtica poltica, sinotambin por la interrogacinacerca de la identidad. En esteltimo sentido, entonces, los
anlisis de Pagano y Devoto
1 Carlos Altamirano, Ideas paraun programa de historia intelectual,
en Para un programa de historiaintelectual y otros ensayos, BuenosAires, siglo XXI, 2005, p. 24. El textoapareci originalmente en Prismas
Revista de historia intelectual,
N 3, 1999.
permiten apreciar la progresiva
conformacin y complejizacindel campo historiogrficoargentino a la vez queconsiderar las producciones quese generan en esa trama como
una bsqueda de respuestaspara saber quines fuimos,quines somos y quinesqueremos ser.
Por ltimo, quisiramos
dedicar unas lneas finales paraconsiderar algunos aspectosformales del texto. El ensayobibliogrfico final constituye, anuestro entender, uninstrumento de gran utilidad
para el investigador queconsulte la obra, dado quepermite ubicar con claridad ydistincin diferentes ncleos
temticos y bibliogrficosacompaados de unaapreciacin crtica de cada unode ellos. Sin embargo, esteinstrumento podra habersecompletado provechosamente
con otros dos elementos. Por
una parte, la presencia de unaparato crtico en el interior deltexto permitira contactar demanera inmediata undeterminado momento de la
argumentacin con dichasreferencias y crticas. Por otraparte, dada la envergadura de laobra (la diversidad de perodos,autores, temticas y obras
abordadas) y el hecho de quepueda constituirse en materialde consulta ineludible, lapresencia de ndices temticos yde autores sera un instrumentoms que til para quien deba
acercarse al texto confrecuencia. Acaso estos rasgosque sealamos obedezcan ms auna lnea editorial que a unadecisin de los autores.
Damin Canali
UBA
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