Ego

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  • La naturaleza del egoPor Ralph M. Lewis, F.R.C.

    Desde el punto de vista de la psicologa acadmica, el concepto del ego varacon casi cada escuela particular de pensamiento. En vista de que el tema esabstracto (por lo menos hipottico) es decir, algo no tan tangible como parapoder colocarlo bajo un microscopio, slo se puede teorizar del comportamientohumano. Hay tal intercambio entre los trminos alma, mente, ego, psiquis, etc.,que a veces se vuelve difcil distinguir uno del otro en las explicaciones dadaspor algunos de los psiclogos clsicos y contemporneos.

    Por ejemplo, Carl Jung se refiere a la mente (y aqu nosotros solamentegeneralizamos) como el proceso que concierne a las funciones mentales como larazn, voluntad, imaginacin, memoria y percepcin sensoria. Por otra parte, lconsidera lo que el hombre llama alma como la personalidad interna.

    Es el modo en que uno responde o el comportamiento hacia los procesospsquicos internos de uno. Dice Jung: "Al carcter que uno muestra a suinconsciente, a esa actitud interna, yo la llamo alma". En otras palabras, haydos conjuntos primarios separados de estmulo, uno de afuera y uno deadentro. El ms sutil -los procesos psquicos provenientes de los niveles mshondos de la consciencia, o el inconsciente como le llama Jung-, origina esarespuesta de la personalidad (o carcter interior) que se considera como alma.

    En cuanto al ego, Jung dice que es el "tema de la consciencia". Podemossubstituir por ego la palabra ser, el usted, en su relacin a la externalidad porun lado y el completo interior, o ser psquico, por el otro, siendo la conscienciael medio a travs del cual este ego, o ser, tiene realizacin? Jung dice: "Laconsciencia es la funcin o actividad que mantiene la relacin del contenidopsquico con el ego".

    Existen interesantes diagramas en los cuales Jung ilustra su concepto del ego.Primero se dibuja un crculo para representar el todo, la organizacin psquicacompleta. Este crculo es intersectado por una lnea gruesa. En el centro deesta lnea hay un pequeo crculo en el que aparece la palabra ego. Este es elpunto central. Luego la parte superior del gran crculo tiene una lnea punteadaa travs de su mitad inferior, con la palabra consciencia en ella. La mitadinferior del gran crculo tiene otra lnea punteada a travs de s, y en esta reaest la palabra inconsciente. Sin embargo, el rea inconsciente se hizo muchoms grande que aquella de lo consciente. Esto indica que el reino de loinconsciente (o de los procesos psquicos) es mucho ms vasto en relacin alego de lo que es la esfera consciente.

    Impresiones del inconsciente

  • Jung indica: "Todo lo que se percibe es del objetivo; todo lo que no se percibe esdel inconsciente". El inconsciente constituye un tremendo depsito deimpresiones del que no estamos ordinariamente conscientes. Por supuesto, aveces estas llegan dentro del nivel consciente y son percibidas por el ego, envarias formas.

    En otro diagrama, Jung subdivide ms la esfera de lo inconsciente.Inmediatamente abajo est el reino de lo que l designa como la esfera deinconsciencia personal. Esta consiste en impresiones latentes, el resultado deexperiencias de la infancia, tempranas asociaciones, etc., las que a veces vienena la mente y tienen una influencia directa sobre nosotros.

    Detrs de esta esfera de la inconsciencia personal hay aun otra, la que Jungdenominada la inconsciencia colectiva. Esta consiste en impresiones adquiridaspor la totalidad de la especie humana, a medida que ha evolucionado a travsde eones de tiempo. No es una acumulacin individual sino que la adquisicincolectiva, por parte de toda la humanidad, en su surgente lucha por lasupervivencia. Por supuesto, en esta esfera, se nos dice, yacen muchasmotivaciones reprimidas.

    De nuevo Jung nos dice que hay dos clases de funciones psquicas, una es laconsciente y la otra lo inconsciente. Entre ellas yace la tercera, lopreconsciente, que se interpone a ambas.

    Podemos interpretar esto como siendo el ser que trata de ajustarse a ambas deesas esferas de manera de conseguir una reconciliacin? Sin embargo, muchasveces ocurre un desequilibrio.

    Ego, Sper-Ego e Id

    Las opiniones de Freud acerca del ego contrastan con aquellas de Jung.Podramos decir que Freud ha subdividido el ego en tres funciones. Sinembargo, l se refiere a la organizacin psquica o naturaleza del hombre, comoestando dividida en ego, sper-ego e d. Si interpretamos a Freudcorrectamente, cada uno de estos lucha por el dominio del ser consciente.

    El ego representa nuestra relacin con nuestros alrededores, con el mundo anuestro alrededor. El d gobierna nuestros impulsos e instintos. El sper-egodirige nuestros ideales y expresa las prohibiciones morales. Estas tresfunciones bsicas del psquico se dice que forman "la dinmica psquica con unintercambio de energas".

    De esto parecera que Freud ha hecho al d lo ms primitivo de nuestraorganizacin psquica. Contiene los impulsos e instintos que son necesariospara la existencia del ser fsico, tales como el sexo, proteccin y supervivencia.

  • Podemos decir que es el ms bsico requisito de la naturaleza biolgica delorganismo, que es necesario para el ciclo de la vida.

    El ego es, si nuevamente podemos usar la palabra "ser", la conscienteevaluacin, por el ser, de sus alrededores. Es el anlisis y seleccin de aquelloque sentimos y pensamos que es necesario alcanzar para satisfacer losimpulsos del d, pero los modos y mtodos a travs de los cuales tratamos derealizar esta preservacin constituyen las decisiones hechas por el ego enrelacin con sus alrededores.

    El sper-ego es una especie de juicio ms alto en cuanto al comportamiento delego. Tiende, por sus ideales y su contenido moral, a decir lo que el ego har ono har en el alcance de su funcin. Freud nos cuenta que el sper-egorepresenta tanto las restricciones como los estmulos morales hacia laperfeccin. En consecuencia, el sper-ego puede muchas veces oponerse a losimpulsos primitivos del d. Como primariamente sirviendo una funcinbiolgica, el d no est concernido con los efectos morales de sus objetivos o surelacin con factores de los alrededores.

    Para mayor analoga, el apetito sexual, una funcin del d, no se preocupa delas restricciones convencionales impuestas por la sociedad, las que son unproducto del sper-ego. De este modo, el sper-ego muchas veces esttrabajando en contra de la "reserva de impulsos del d." Freud llama a estareserva del d "una caldera de hirvientes energas".

    Los impulsos del d "estimulan al ego". El sexo, el hambre, la supervivencia ensus varias formas (las que son del d) constantemente compelen al ego, el serconsciente objetivo como puede llamrsele, a buscar y extraer de o transformarlos alrededores de manera de llenar tales demandas. Podramos entregarcompletamente a nuestro ego a tales impulsos del d si no fuese por el sper-ego que nos hemos hecho, al que la palabra consciencia nos ayudar acomprender mejor. Para usar una frase de Freud, "el pobre ego est atrapadoentre dos fuegos". Si los dos fuegos, aquel del d y del sper-ego, son demasiadofuertes, el ego "desarrolla una especie de proteccin, que aparece comocomportamiento neurtico".

    Realizacin

    El concepto Rosacruz del ego puede compendiarse en la palabra ser. Es laconsciencia de los impulsos, emociones y presiones interiores hacia cualquierade los variados nombres que la psicologa acadmica pueda decidir llamarlospor el momento. Es tambin aquella realizacin personal que uno tiene comoparada en contra o separada de toda otra realidad que es realizada. LosRosacruces sostienen, sin embargo, que este ser se levanta del estado deconsciencia, pero que no es verdaderamente consciencia sino ms bien unafuncin de la misma.

  • Nosotros tenemos una consciencia de estmulos externos a travs de nuestrossentidos que causa que realicemos al mundo a nuestro alrededor. Pero tambinestamos conscientes de tener esta funcin de percepcin. En otras palabras,existe un sentido ms hondo de consciencia que aparta de l aquellaconsciencia que tenemos del mundo. Es esta realizacin de que somos un serconsciente lo que constituye el ser.

    El hecho de que seamos capaces de percibir esas cualidades como el fro, caloro dimensin, no engendra la idea de ser. Pero que estamos conscientes delhecho de que somos capaces de tener tales percepciones, eso es, unaconsciencia del mecanismo de nuestros procesos mentales como aparte de sufuncin actual, es ser; puesto ms simplemente, es que sabemos que estamosconscientes. En este saber existe aquel ego o nocin de ser.

    Del aspecto mstico de este tema, esta facultad de consciencia que es capaz derealizar su propio orden de funcionamiento, es de la propia fuerza vital de vidaque, a su vez, es de la consciencia universal que el hombre denomina comoalma csmica, etc. En realidad, es bastante difcil separar el fenmeno del serde lo que ordinariamente es considerado como alma. Si uno piensa del ser,nada ms que como el estado de personalidad interior como existiendo apartede cualquiera realizacin del mundo, entonces l tambin est cercano aaquellas ideas caractersticas que la religin y la filosofa mstica denominanalma.