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El siguiente trabajo tiene como finalidad elaborar un ensayo analítico, explicando cada una de las personas encontradas con referencia a los dos primeros capítulos del libro titulado “La Columna de Hierro” del Autor. Taylor Caldwell.
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NOMBRE: GABRIELA FERNANDEZ MERLOS
GRUPO: 9103 SEMESTRE: 3013-2
NUMERO DE CUENTA: 4-1312551-8
LICENCIATURA: DERECCHO SUA
ASIGANATURA: DERECHO ROMANO I
ENSAYO
TITULO: La Columna de Hierro
AUTOR: Taylor Caldwell
Aristóteles: “Las nociones que ignoran la Historia están condenadas a repetir sus tragedias”
El siguiente trabajo tiene como finalidad elaborar un ensayo analítico, explicando
cada una de las personas encontradas con referencia a los dos primeros capítulos
del libro titulado “La Columna de Hierro” del Autor. Taylor Caldwell.
Comenzando con Marco Tulio Cicerón abuelo: Nació en la isla del río junto a
Arpinum, su hijo Tulio y su nieto Marco igual nacieron ahí, fue un personaje
polifacético: poeta, orador, político, abogado, esposo y padre; era un hombre
chapado a la antigua, alto, delgado e irascible que llevaba una barba al estilo
antiguo que, según él, le hacía parecerse a Cincinato, con ojos negros y vivaces,
el decía que ser virtuoso consistía en ser desdichado, y en esto se parecía a su
nuera , el decía a su hijo Tulio que su esposa Helvia no tenia emoción, ni fuego, ni
paciones. Por lo tanto era estúpida, pero él le contesta que ella es honesta en su
pasión como lo es en sus cuentas de gastos.
Marco Tulio Cicerón hijo: No era un hombre irritable por naturaleza, sino amable
y cariñoso, siempre un poco abstraído, de rostro moreno y delgado, con grandes
ojos negros, sus rasgos eran suaves y precisos, hombre joven y representaba
menos edad de la que tenía, su fino cabello castaño le crecía desordenado y caía
sobre su alargado cráneo, él prefiere las voces melosos, la música, los libros y la
tranquilidad, aunque admiro a los militares, no le hacía gracia la gente sana que
amaba los inviernos, paso unos años en el ejercito, su vida casara era plácida, lo
que era bueno para su delicada digestión. El llego a pensar que su mujer veía las
cosas igual que un animal en calma, aceptándolo todo con sencillez y sin
maravillarse. El siempre había vivido ensimismado, como recluido en silencio, se
sentía solitario, y se volvió esperanzado a su hijo, que tenía su rostro y su
expresión introspectiva. No anhelaba nada del teatro, el circo, la algazara o el
intercambio intelectual. Sólo aquí, en esta isla paternal, se sentía libre y por
encima de todo, seguro.
Helvia esposa de Tulio: hace las cosas con prontitud, mujer de muchas virtudes,
esplendida, valerosa, de sangre noble, ella jamás sentía frío y gozaba siempre de
la más perfecta salud, vitalidad y viveza, su voz juvenil tenía unos ojos muy
bonitos, grandes y de color cambiante, sus espesas pestañas eran negras, su
rostro redondo era perfecto y al ruborizarse se asemejaba a una pera madura, su
frente era estrecha, la nariz era ligeramente aquilina con amplias ventanas, su
boca era grande y cándida como una niña su cuello era corto, cabellera negra
espesa y rizada, sus redondeados senos destacaban bajo su camisón y sus
brazos eran musculosos; las manos anchas y fuertes, ella procedía de la noble
familia de los Helvios el padre de Tulio menciona que es una hembra robusta, y
cuando no estaba fastidiando o intimidando, el padre la consideraba una excelente
matrona y pensaba que su hijo era muy afortunado en general le tenía miedo,
aunque fuera tan joven y acabase de llegar a la pubertad, pues sólo tenía dieciséis
años. No era una persona avariciosa sino sencillamente ahorrativa. Aunque la
casa es del abuelo ella llevaba el bastón de mando, aunque hay que reconocer
que lo usaba con gran moderación, cuando se encontraba de mal genio nunca
estaba enfadada del todo, para ella no había nada sutil, nada inconmensurable,
maravilloso o inexplicable, no tenia duda acerca de nada, ejecutaba todos sus
deberes a la perfección y era en gran medida admirada, nunca sintió un éxtasis
en primavera ni penas inexplicables, ni se atemorizaba por el futuro, no era muy
habladora, lo cual es una gran virtud para una mujer.
Lira: era la niñera de Helvia, sirvienta
Marco Tulio Cicerón hijo de Tulio y de Helvia: nació el 3 de enero del año 648
de la fundación de Roma, Helvia comentaba que su hijo era la imagen de Tulio y
Lira decía que todas las expresiones de su noble madre las tenía Marco el niño, es
delgado como Tulio y sujeto a inflamaciones, había andado solo a la prodigiosa
edad de ocho mese y dos años y ya poseía un formidable vocabulario, Lira le
enseño a hablar no con acento de niño si no de hombre culto, tenia ojos grandes y
cambiantes de su madre, Marco escuchaba a su padre con una expresión grave y
pensativa, arrugando la frente con aire de concentración y sonriendo dulcemente,
tenía la cabeza alargada de Tulio, su fino pelo castaño, su redondeada barbilla y
su boca delicada, mirada decidida, cosas ambas heredadas de su abuelo, de su
madre la calma y la constancia. Su madre pensaba que era muy frágil, al igual que
su padre y le dedicaba la misma ternura maternal que otorgaba a su esposo. El
niño era muy alto y gracioso, con pelo rizado.
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