View
4
Download
0
Category
Preview:
Citation preview
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA DIRECCIÓN GENERAL DE
EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA
ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y ARCHIVONOMÍA
LA LITERATURA DE AMÉRICA LATINA PUBLICADA EN REVISTAS CIENTÍFICAS DURANTE EL SIGLO XIX: FORMACIÓN TEMPRANA
DE INDICADORES HISTÓRICO-BIBLIOMÉTRICOS.
T E S I S
Q U E P A R A O B T E N E R E L T Í T U L O D E
L I C E N C I A D O E N B I B L I O T E C O N O M Í A
P R E S E N T A N :
C A R O L I N A A Y A L A G O N Z Á L E Z
J A Z M Í N I V O N N E G U T I É R R E Z M A Y A
DIRECTORES: Dr. Francisco Collazo Reyes Dr. Miguel Ángel Pérez Angón
MÉXICO, D. F. 2016
Dedicatorias
Dios por iluminarme, guiarme y permitirme lograr esta meta.
A mis padres y hermana por ser parte fundamental, en toda mi educación,
tanto académica, como de la vida, por su apoyo incondicional a través
del tiempo.
A mi sobrino, Santiago Ponce González, para que veas en mí un ejemplo a seguir confío
en que llegaras tan lejos como tus sueños te dejen.
A mis mejores amigas Lucia Trejo Núñez y Jazmín Ivonne Gutiérrez
ustedes hicieron de mi estancia en la Universidad una de las mejores
etapas, por su apoyo, amistad, risas y por los buenos momentos, las
quiero.
A mis familiares y todos aquellos que, de alguna manera, son parte de mi historia.
Carolina
Dedicatorias
“La casualidad no existe, si no el deseo y la necesidad de obtener algo es lo que nos
conduce a ello”
Herman Hesse
A mamá.
Nunca quise parecerme a ti.
Y hoy que veo lo diferentes que somos,
no sabes cuánto me arrepiento.
A mi padre y hermanos David, Elizabeth, y
Israel porque ellos me hacen entender el valor
y la fortuna de tener una familia unida.
Abimael
Al llevarte en mi vientre, sentía como
nuestros latidos se movían al mismo tiempo.
Sé que ahora no entiendes muchas de las
cosas que te digo, es difícil a veces expresar mis
sentimientos pero tú eres la luz de mi vida,
lo que me anima a seguir, eres el origen de
mis ganas por ser mejor persona.
Raúl
Eres el amigo que necesite durante este tiempo
el que me apoyo escuchándome y abrazándome,
por sostenerme cada vez que estoy por caerme,
por impedir esa caída. Realmente nunca abandoné
el intentar salir de este pueblo de dos estrellas, tuve
una pequeña pelea. Recuerda que aunque estemos lejos
miraremos la misma estrella.
Carolina
La mejor compañera de tesis por
aceptarme tal como soy y decirme
la verdad cuando necesito escucharla.
Jazmín
Para mi lado oculto humano.
Tu entiendes mi silencio, comprendes cada gesto,
me haces sudar, me llenas de deseo, me haces sentir avergonzada, me llevas al cielo y a la mejor
odisea.
Cuanto más adelanta el hombre la penetración de los secretos de la naturaleza, mejor se
descubre la universalidad del plano
eterno.
Johanes Kepler.
Agradecimientos
Gracias Dr. Francisco Collazo Reyes por cambiarnos la vida, por ser el motor que nos
empuja día a día, por su dedicación y tiempo a este trabajo hoy finalmente concluido.
Gracias Arqlgo. Gerardo Jiménez Delgado por creer en nosotras y dedicarnos su
tiempo, sus consejos y paciencia.
Gracias a nuestros compañeros y amigos por darnos su amor, ayuda y apoyo en todo
momento: Alejandro, Daniel, Dante, Franck, Guadalupe, Héctor, Julieta, Michelle,
Monserrath, Paloma y Paty.
Agradecemos a todos nuestros profesores que abrieron sus puertas en lugar de
cerrarlas gracias por compartir sus conocimientos y anécdotas. Carmen Urrutia, Rafael
Pagaza, Evelia Luna y Omar Hernández.
Gracias a la institución de formación y conocimiento Escuela Nacional de
Biblioteconomía y Archivonomía
Reconocimientos:
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
Centro de Investigación y Estudios Avanzados. Departamento de Física
Atlas de la Ciencia Mexicana
Carolina y Jazmín
Tabla de contenido
Índice de tablas y figuras..………………………………………………………..…...i
Prefacio.………………………………………………………………………..………iv
Introducción…………………………………………………………………….....……v
Capítulo 1 Antecedentes de la Ciencia Moderna .................................................................. 1
1.1 Características .................................................................................................... 3
1.2 Sociedades Reales ............................................................................................. 7
1.3 Revista científicas ............................................................................................. 13
1.4 Reinos ............................................................................................................... 15
1.4.1 Reinos de América Latina siglo XIX .................................................................... 17
1.4.2 Reino de Nueva España (México, Alta California, Nuevo México, Texas,
Luisiana y Florida; Cuba, Guatemala y Puerto Rico) .................................................. 17
1.4.3 Reino de Perú (Bolivia) .......................................................................................... 20
1.4.4 Reino de Nueva Granada (Panamá, Colombia, Ecuador y Venezuela) ........ 27
1.4.5 Reino Río de la Plata (Argentina, Uruguay, Paraguay, así como partes de
Bolivia, del sur de Brasil y del sureste de Perú) .......................................................... 29
1.4.6 Reino de Brasil ........................................................................................................ 30
1.5 Ascendencia de América Latina ........................................................................ 38
1.6 La ciencia moderna en América Latina .............................................................. 40
1.6.1 Antecedentes de la ciencia moderna en América Latina, siglo XIX ............... 43
1.6.2 Sociedades Científicas América Latina............................................................... 47
Capítulo 2 Indicadores históricos de la información científica ........................................... 49
2.1 Bibliografía ........................................................................................................ 49
2.2 El control bibliográfico ....................................................................................... 51
2.3 La concepción biográfíca-eugenésica ............................................................... 55
2.4 Bibliografía, control bibliográfico dimensión bibliométrica .................................. 56
2.5 El autor como institución ................................................................................... 57
2.6 Tipo de publicaciones ........................................................................................ 58
2.6.1 La comunicación científica a través de cartas ................................................... 59
2.6.2 Características ........................................................................................................ 59
2.7 Revistas científicas ............................................................................................ 60
2.7.1 La comunicación científica a través de revistas científicas.............................. 61
2.7.2 Características ........................................................................................................ 61
2.7.3 Lo que no se puede atestiguar a través de los sentidos no existe ................. 62
2.7.3.1 La ciencia positivista y el método científico ................................................ 62
2.7.3.2 Los sentidos y los hechos .............................................................................. 63
2.7.3.3 Las revistas son para atestiguar relaciones de hechos ............................ 64
2.8 Reporte científico .............................................................................................. 65
2.8.1 El canon de la publicación científica .................................................................... 65
2.8.1.1 La estructura .................................................................................................... 66
2.8.1.2 Las funciones y el estilo del género científico Argumentación,
persuasión, retórica ...................................................................................................... 67
2.9 Advenimiento de los indicadores de la ciencia .................................................. 69
2.9.1 Definición de los indicadores histórico bibliométricos ....................................... 70
2.9.2 ¿Por qué indicadores histórico bibliométricos? ................................................. 70
2.10 Tipo de indicadores histórico bibliométricos .................................................... 71
2.10.1 Concepción de los indicadores histórico bibliométricos ................................. 72
2.11 Revistas científicas en América Latina ............................................................ 72
Capítulo 3 Metodología para el desarrollo de indicadores históricos bibliométricos ..... 79
3.1 Fuentes de información utilizadas ..................................................................... 80
3.2 Investigación histórico-bibliográfica ................................................................... 82
3.3 Organización de la información en la base de datos histórica de la literatura
científica escrita en y sobre América Latina............................................................. 84
3.4 Normalización de la información ........................................................................ 86
3.5 Catálogo de Autoridad de Autores históricos ..................................................... 86
3.5.1 Normalización de los nombres de autores ......................................................... 87
3.5.2 Indicador de Autoría ............................................................................................... 87
3.6 Catálogo de revistas .......................................................................................... 88
3.6.1 Indicador de País de edición de las revistas ...................................................... 88
3.7 Catálogo por áreas del conocimiento ................................................................ 88
3.7.1 Indicador por áreas del conocimiento ................................................................. 90
3. 8 Sistema de Información Geográfica .................................................................. 90
3.9 Desarrollo de indicadores histórico bibliométricos ............................................. 95
Capítulo 4 Desarrollo de indicadores históricos bibliométricos sobre los conocimientos
científicos generados en y sobre América Latina durante el siglo XIX ............................ 99
4.1 Resultados Generales ....................................................................................... 99
4.2 Indicador histórico bibliométrico por país ......................................................... 100
4.3 Indicador por áreas del conocimiento .............................................................. 103
4.4 Formación o profesión de los autores en el siglo XIX. ..................................... 104
4.5 Indicador por tipo de documento ..................................................................... 106
4.6 Idiomas de la producción científica en y sobre América Latina, siglo XIX. ....... 107
4.7 País de edición de las revistas ........................................................................ 108
4.8 Indicador de Autoría ........................................................................................ 113
4.9 Distribución de las capacidades para producir conocimientos en América Latina,
durante el siglo XIX. .............................................................................................. 119
Discusión ................................................................................................................................. 120
Conclusiones ........................................................................................................................... 123
Referencias ............................................................................................................................. 125
i
Índice de tablas y figuras
Capítulo 1
Capítulo Tabla Nombre Página
1 1.1 Reinos de América Latina siglo XIX. 15
Capítulo 2
Capítulo Tabla Nombre Página
2 2.1 Revistas científicas de América Latina surgidas durante el siglo XIX
75
Capítulo 3
Capítulo Tabla Nombre Página
3 3.1 Primeras revistas científicas de la ciencia moderna disponibles en línea
80
3 3.2 Lista de catálogos disponibles en línea
82
3 3.3 Herramientas para el desarrollo de la investigación
84
3 3.4 Estructura de campos de información de los registros bibliográficos de la base de datos local
85
Capítulo 4
Capítulo Tabla Nombre Página
4 4.1 Formación de los autores en el siglo XIX 104
4
4.2 Producción de los conocimientos en y sobre América Latina organizados por tipo de documento. Siglo XIX
107
ii
4
4.3 Revistas extranjeras preferidas para publicar en América Latina durante el siglo XIX
110
4 4.4 Revistas más productivas de América Latina siglo XIX
112
4
4.5 Catálogo de autores con adscripción a países de
América Latina, 1800-1900
115
4 4.6 Catálogo de autores con adscripción a países
externos de América Latina, 1800-1900
117
Índice de figuras
Capítulo 1
Capítulo Figura Nombre Página
1 1.1 “America” siglo XIX. 16
Capítulo 3
Capítulo Figura Nombre Página
3 3.1 Ejemplo de un registro bibliográfico y sus campos de información
83
3 3.2 Identificación de los campos para el desarrollo de la base de datos
84
3 3.3 Tabla de atributos QGIS 93
3 3.4 Diseño del mapa 94
iii
Capítulo 4
Capítulo Figura Nombre Página
4 4.1 Producción científica América Latina siglo XIX 99
4 4.2 Distribución geográfica de la producción de América Latina, siglo XIX
101
4 4.3 Distribución de la producción por áreas del conocimiento América Latina, siglo XIX
103
4 4.4 Producción organizada por tipo de documento de la literatura científica en y sobre América Latina durante el siglo XIX
106
4 4.5 Idioma de la publicación de la producción científica en y sobre América Latina, siglo XIX
108
4 4.6 Geografía de publicación de conocimientos
generados en América Latina, siglo XIX
109
4 4.7 Distribución geográfica del origen de los autores
de la ciencia en América Latina, siglo XIX
114
4 4.8 Distribución de las capacidades para producir conocimientos en América Latina, durante el siglo XIX
119
iv
Prefacio
n el presente trabajo aborda un estudio bibliométrico titulado la Literatura
de América Latina publicada en revistas científicas durante el siglo XIX:
formación temprana de indicadores histórico-bibliométricos. El trabajo se
enfoca en el desarrollo de indicadores histórico bibliométricos. Dado que el
tema es novedoso adquiere un valor importante al contemplar el reflejo las
actividades científicas permitiendo las conexiones entre la intelectualidad, la
sociedad y la cultura.
Durante la carrera de la licenciatura de biblioteconomía nos dimos cuenta que
es transdisciplinar, especialmente la materia de bibliometría. Se ha encargado
de utilizar la información que no tenga que ver solo con las bibliotecas o su
organización. Va más allá de un servicio. La bibliometría despierta el interés
por la investigación e involucra la mayor parte de las áreas del conocimiento
humano generando nuevos servicios.
La bibliometría y la experiencia adquirida en la estancia profesional, en la
mapoteca del Instituto de Investigaciones Antropológicas es la razón por la cual
decidimos hacer este trabajo de investigación compaginando los estudios
bibliométricos y la elaboración de cartografía. Gracias a la motivación de los
profesores Mtra. Evelia Luna, Dr. Francisco Collazo, Dr. Miguel Ángel Pérez
Angón y Arqlgo. Gerardo Jiménez por darnos las herramientas y brindarnos un
espacio.
Las limitaciones a las que nos enfrentamos en este trabajo de investigación,
fueron pocas, a comparación del obstáculo que fue la perdida de interés por
concluir la investigación, durante los últimos meses el cansancio y las
correcciones que parecían no acabar, se convirtieron en un reto para nosotras.
Este trabajo pretende despertar en los lectores el interés por los estudios
bibliométricos así como asociar otras disciplinas como la antropología. La
bibliometría desarrolla productos de utilidad para el conocimiento de una
sociedad y ofrece un nicho de oportunidades para investigar, explotar y
desarrollarnos profesionalmente.
E
v
Introducción
a trama de la vida científica permitió el surgimiento y desarrollo de la
ciencia y sus disciplinas se construyó en una unidad de actividad
intelectual para el conocimiento humano y su desarrollo, creando resultados de
valor extraordinario en los estudios y artículos vertidos en los distintos órganos
de difusión científica.
La ciencia europea marca un impacto importante en el siglo XIX para el nuevo
mundo, la transculturación no solo se da a nivel de religioso, sino a nivel
cultural y científico, es decir estableciendo los patrones para las investigaciones
científicas en y sobre América Latina del siglo XIX.
En América Latina no se ha desarrollado un método para un control
bibliográfico histórico en el cual incluya la literatura científica en sus diferentes
áreas. La bibliografía acumulada de un continente es importante para su
desarrollo y su política de información generando conocimientos y un
patrimonio cultural de un país.
De esta manera, el estudio de la literatura científica en y sobre América Latina
resulta de un gran interés no hay un control bibliográfico completo de la
literatura científica del siglo XIX. No se encuentran catálogos de autores, tipo
de documento, revistas, e instituciones. En el presente trabajo de investigación
titulado “La literatura de América Latina publicada en revistas científicas
durante el siglo XIX: formación temprana de indicadores histórico-
bibliométricos”. Por esta razón fue necesario realizar una investigación histórica
en las fuentes bibliográficas documentales, seleccionando y organizando la
información generada en y sobre América Latina del siglo XIX. Se trata de un
tema con la finalidad de atestiguar las primeras marcas del surgimiento de la
ciencia moderna en y sobre América Latina.
Por medio del desarrollo de indicadores histórico bibliométricos que constituyen
una de las principales herramientas para analizar la actividad científica durante
el siglo XIX en América Latina, es de suma importancia identificar las primeras
L
vi
marcas del surgimiento de la ciencia moderna en los países de la región, lo
anterior con la finalidad de generar catálogos de autores históricos, revistas y
temas que sean de utilidad, siendo así la primera versión global de la
producción científica en América Latina.
El objetivo del proyecto fue estudiar la literatura científica en y sobre América
Latina, publicada en revistas científicas durante el siglo XIX, es importante
mencionar que este estudio represento el desarrollo de indicadores histórico
bibliométricos.
La hipótesis planteada para este trabajo de investigación fue; es posible
identificar la presencia de las características tempranas del género científico, la
formación de patrones de comunicación científica temprana de la ciencia
moderna en los países de América Latina del siglo XIX, a través del desarrollo
de los indicadores histórico bibliométricos.
Este trabajo está integrado de cuatro capítulos:
En el primer capítulo se abordan elementos generales de la ciencia moderna
como es el caso de su definición, características y clasificación. Por otro lado el
desarrollo histórico de la ciencia, hechos relacionados con las revistas, reinos
de América Latina y sociedades científicas de América Latina.
En el segundo capítulo bajo el título indicadores históricos de la información
científica donde se abordan temas como bibliografía, control bibliográfico,
concepción biográfica-eugenesia, el autor, tipo de publicación, la comunicación
científica, entre otros.
En el tercer capítulo se describe la metodología y los procedimientos
empleados durante esta investigación, en este capítulo se describen las
fuentes de información, las herramientas, y la conformación de la base de
datos local.
En el cuarto capítulo se muestran los resultados obtenidos, presentando los
resultados generales, donde se muestra el comportamiento de la producción de
conocimientos generada en y sobre América Latina, seguida del desarrollo de
indicadores histórico bibliométricos: país, área del conocimiento, formación o
vii
profesión de los autores, producción por tipo de documento, idioma, país de
edición de las revistas y autoría de esto se obtuvo lo más representativo del
siglo XIX. Y por último se presenta la producción de la literatura científica en y
sobre América Latina siglo XIX.
1
Capítulo 1
Antecedentes de la Ciencia Moderna
El ser humano es en medida de lo que hace su historia propia.
Cada ser humano está determinado al menos a una sola cosa: vivir. Esta
determinación le ha hecho crecer, soñar y conocer el mundo; no por el mundo,
no para el mundo, ni en el mundo, sino para el humano, para su gobierno y su
libertad. Cada día de la historia de la vida es la historia de los seres humanos,
del pensamiento y del alma que le son inherentes, es la historia de la ciencia, la
exploración y la búsqueda constante.
Macías B.
Renacimiento representa una nueva etapa histórica y filosófica; en
oposición a la Edad Media, etapa de oscuridad y declive para los
nuevos pensadores. Es por tanto, necesario volver a las raíces del
pensamiento griego y a la naturaleza.
El Renacimiento abarca los siglos XV y XVI, aunque la crisis del pensamiento
medieval y la decadencia del poder del papado frente al poder civil anticipaban
ya los cambios que dan lugar a la Edad Moderna. Estos cambios conllevan una
nueva forma de entender al ser humano (humanismo) y en una nueva forma de
estudiar la naturaleza (ciencia moderna).
El Renacimiento se presenta como un periodo caracterizado por el renacer en
todos los órdenes y, en especial, por el renacer de las letras, del conocimiento,
en oposición a la Edad Media, época negativa y oscura. Al mismo tiempo se
expresa el carácter antropocéntrico de esta época mediante el término
humanista.
El término humanista, aplicado al Renacimiento, designa a todo el que se
dedica al estudio de las humanidades, es decir, las disciplinas del trivium -
gramática, dialéctica y retórica, a las que se añadieron más tarde la historia y la
filosofía moral.
Su interés se centra en el estudio y conocimiento de los filósofos clásicos,
especialmente Platón y Aristóteles, y también de matemáticos y astrónomos,
como Arquímedes o Ptolomeo.
El
2
La influencia de los pensadores clásicos (conocidos ahora en sus lenguas
originales y traducidas directamente sin los intermediarios árabes) se extenderá
a todas las disciplinas, lo que contribuirá al conocimiento de distintos modos de
interpretación del mundo lejos de la unidad medieval. La influencia de Platón en
Agustín de Hipona y la de Aristóteles en Tomás de Aquino, hemos visto cómo
sus sistemas intentaban conciliar el pensamiento de estos autores clásicos con
el cristianismo y cómo no había un conocimiento directo de Platón y Aristóteles.
Aparece un nuevo platonismo interesado por la belleza como valor propio de la
realidad y la comprensión del universo como algo armónico, interpretable a
través de las matemáticas, que influirá en Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y
Galileo Galilei.
Giordano Bruno, ejerció una notable influencia en pensadores posteriores como
(Baruch Spinoza, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Friedrich Heinrich Jacobi).
Con su muerte pone fin al Renacimiento. Defendió el heliocentrismo (mezclado
con sus propias teorías, no tanto por supuestos científicos cuanto por su
concepción del universo) en oposición al geocentrismo, que todavía se
defendía por teólogos y científicos (Historia de la filosofía, 2012).
Aunque el surgimiento de la ciencia moderna tuvo lugar en el siglo XVIII
(mecánica de Isaac Newton) y el método científico su expresión con Galileo, en
el Renacimiento, se sientan las bases de la consideración científica de la
naturaleza.
Es en los siglos XVIII y XIX que se desarrolla enormemente una forma de
conocer que supone interpretaciones sobre la realidad que se pretenden
demostrar por medio de la comprobación a través de hechos o datos
observados.
Las primeras ideas que se pueden considerar propias de la ciencia moderna se
refieren al Universo, lo que siempre ha maravillado al ser humano que se ha
quedado extasiado mirando al cielo. Copérnico, Ticho Brahe y Kepler
comienzan a interpretar la realidad de la geometría celeste. Se propone un
modelo basado en la interpretación de observaciones. Pero es Galileo quien se
3
da cuenta de que bajo esta forma de actuar está naciendo una nueva manera
de pensar e interpretar la naturaleza.
El modelo mecanicista afirmación de que el universo es un conjunto mecánico
sometido a leyes que pueden conocerse gracias a las matemáticas no sería
posible sin el heliocentrismo. Con él desaparece la idea de la Tierra como
centro del universo y, por lo mismo, la distinción entre mundo sublunar y supra
lunar.
Francis Bacon, Galileo Galilei, Nicolás Copérnico, Johannes Kepler, Descartes
y Newton son los iniciadores de este nuevo modelo, dedicados a la astronomía.
La ciencia evoluciona, cambia a través de los tiempos y permite la
incorporación de nuevos métodos y teorías, que después son comprobadas.
El nacimiento de la ciencia moderna impacta a países de Europa occidental y
se desarrolla durante los siglos XVIII y XIX. En otros países se desarrolla a
través de un largo proceso como en América Latina. Para efectos de esta
investigación se abordara el surgimiento de la ciencia moderna en regiones
como América Latina. La nueva ciencia como también se le conoce a la ciencia
moderna, es un acontecimiento histórico el cual nos permite conocer e
identificar su estado actual.
1.1 Características
Los estudios sobre la evolución de la ciencia moderna en la humanidad, han
coincidido en enseñar que gracias al ascenso meteórico del pensamiento
racional, el hombre inicio un proceso para deshacerse de la tutela religiosa, de
su ominosa ignorancia y de su evidente atraso.
Ahora bien dentro de este gran esfuerzo humano por condensar los siglos “de
progreso” y “civilización” los historiadores de la ciencia han insistido en
contraponer dos términos contradictorios que son la experiencia y la
observación y por otro lado la metafísica (Méndez, 2013).
Para hablar de la ciencia moderna se mencionan sus características. Para eso
tenemos que pretender una visión de la historia donde las acciones de los
hombres estén atadas de manos ante el espíritu renovador de las
circunstancias de épocas pasadas.
4
El error que se cometió fue creer que hubo una antinomia real entre ciencia y
religión durante el devenir histórico, ya que no hubo una voluntad de libre
albedrio.
Mario Bunge, 1992, muestra algunas de las características de la ciencia:
Fáctica
Utiliza la medición de hecho y los respeta hasta cierto punto. La ciencia trata de
describir los hechos tales y como son independientemente de su valor
emocional o comercial, no poetiza ni vende, las cosas tal cual son.
Trasciende los hechos
Descarta, produce y explica. Racionaliza la experiencia y no se limita a
describirla puesto que se da cuenta de los hechos no inventándolos si no
explicándolos por medio de hipótesis y constituyendo los conceptos.
Analítica
Aborda problemas circunscriptos uno a uno y trata de descomponerlos en
elementos. Intenta descubrir los componentes de cada entidad y las
interacciones que explican su integración. Los problemas de la ciencia son
parciales y es preciso reducirlos cada vez más al inicio de la investigación, pero
sus resultados siempre serán generados y amplios.
Especializada
Una consecuencia del enfoque analítico de los problemas es la especialización.
Su aplicación depende en gran medida del asunto, y de ahí la división en tantos
sectores de la ciencia.
Clara y precisa
Problemas distintos, soluciones claras. La ciencia torna preciso lo que el
conocimiento ordinario tiene vago. La claridad y precisión la obtiene de la
siguiente manera.
Formula los problemas de manera clara
Parte de nociones que parecen claras, las complica, purifica y rechaza
5
Define la mayoría de sus conceptos a modo conveniente y fértil
Crea lenguajes artificiales inventando símbolos a los cuales les
atribuye significados determinados por medio de reglas de designación
Procura medir y registrar el fenómeno
Comunicable
Es expresable, no es privada si no pública. Los resultados de la ciencia
siempre han de estar para compartirse a través del lenguaje científico y lo
entenderá quien haya sido adiestrado para ello.
Verificable
Debe aprobar el examen de la experiencia.
Metódica
No es errática y está bien planeada, hay que saber que buscar y
estratégicamente como encontrarlo.
Sistemática
Una ciencia no es un agregado de informaciones inconexas, sino un sistema de
ideas conectadas de forma lógica entre sí.
General
Ubica los hechos singulares en pautas generales, los enunciados particulares
en esquemas amplios.
Legal
Busca leyes y las aplica. Inserta los hechos singulares en pautas generales
llamadas leyes naturales o sociales.
Explicativa
Intenta explicar los hechos en términos de leyes y las leyes en términos de
principios.
6
Predictiva
Trasciende la masa de los hechos de la experiencia, imaginando como puede
haber sido el pasado y como podrá ser el futuro. En una manera eficaz de
poner a prueba hipótesis.
Abierta
No reconoce barreras a priori que limiten el conocimiento.
Útil
Porque busca la verdad, la ciencia es eficaz en la provisión de herramientas
para el bien y para el mal. Cuando se posee un conocimiento adecuado de las
cosas es posible manipularlo con éxito. La utilidad de la ciencia es
consecuencia de su objetividad y constituye el fundamento de la tecnología
(Bunge, 1992).
La ciencia moderna es el conocimiento sistematizado, elaborado mediante
observaciones, razonamientos y pruebas metódicamente organizadas. La
ciencia moderna utiliza diferentes métodos y técnicas para la adquisición y
organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de hechos
objetivos y accesibles a varios observadores, además de estar basada en un
criterio de verdad y una corrección permanente.
La aplicación de esos métodos y conocimientos conduce a la generación de
más conocimiento objetivo en forma de predicciones concretas, cuantitativas y
comprobables referidas a hechos observables pasados, presentes y futuros
(Macionis y Plummer, 1999). Con frecuencia esas predicciones pueden
formularse mediante razonamientos y estructurarse como reglas o leyes
generales, que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo
actuará dicho sistema en determinadas circunstancias.
Hacia la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, se
desarrolló una estructura de contenidos adoptada como la forma canónica del
escrito científico a nivel internacional, mismo que se conoce como IMRD:
(Introducción, Métodos, Resultados y Discusión) (Swales, 1990; Day, 2006;
Allen, 2011; Lin, Evans, 2012; Englander, 2014). El motivo que dio origen al
7
formato fue el principio de la posibilidad de replicación de los experimentos,
misma que se convirtió en dogma fundamental en las formas de producir y
comunicar la ciencia. Esto obligaba a que los estudios científicos fueran
descritos con exquisito detalle y con una parte separada explicando los
métodos empleados para realizar el estudio. Aunque solo fuera en legítima
defensa, comenzaron a exigir que los manuscritos estuvieran sucintamente
escritos y muy bien estructurados (Camps, 2007).
En esencia para que las prácticas científicas modernas pudieran desarrollarse,
tuvo que existir espacios, con las condiciones para el desarrollo de actividades
de investigación científica moderna. Las sociedades reales son el ejemplo de
estos lugares debido al gran aporte de los estudios científicos.
1.2 Sociedades Reales
Es importante señalar que se obtuvo una nueva y favorable posición de la
ciencia, donde se originan las primeras sociedades científicas, como una de las
condiciones favorables para el desarrollo de la ciencia moderna. Se trata de
entidades nacionales en cuanto a su radio de acción y a que gozaban de la
protección real.
La producción de conocimiento científico como una actividad reconocida
profesional y socialmente, ha recorrido un largo camino histórico, con distintos
momentos asociados principalmente a las condiciones sociales existentes.
Es decir, frente al rápido progreso de la investigación, fue necesario crear
nuevas formas de difusión, dicha solución estuvo en manos de las sociedades
científicas, como lo muestran Hilary y Steven Rose (1959).
“La solución fue la creación de las primeras sociedades científicas (...) y a
medida que avanzaba el siglo diecisiete, aquéllas comenzaron a establecerse
muy rápidamente en distintos países. La Academia del Lincei italiana, fundada
en 1603, la Royal Society inglesa (1662), la Académie des Sciences francesa
(1666), la Akademie der Wissenschaften berlinesa (1700), fueron las primeras,
pero el crecimiento posterior fue tan rápido, que se ha calculado que hacia
1790 existían unas 220 academias. Desde el punto de vista de los científicos
8
estas academias eran útiles porque funcionaban como una suerte de colegio
invisible (...) y como un lugar de encuentro donde se podían intercambiar ideas,
resultados experimentales e información. Pronto las mismas sociedades
asumieron la responsabilidad de publicar los resultados experimentales,
eliminando la necesidad de que cada científico individual se comunicase
personalmente con los muchos otros” (p. 32).
Es evidente que el proceso de institucionalización de la ciencia dio pasos
vertiginosos en el periodo renacentista, sobre todo en tres aspectos. El primero
tiene que ver con la creación formalizada de colectivos o asociaciones
científicas, en su forma de academias de la ciencia en distintas partes de
Europa, permitiendo el inicio de la construcción del conjunto de normas y la
construcción de un sistema de valores asociados con la ciencia que permitieron
su aceptación social. (Morales, 2012)
Otro factor detonante del proceso de institucionalización de la ciencia fue la
conformación de un incipiente, pero ya formal, sistema de instrucción y
enseñanza de la ciencia en la mayor parte de los países europeos. Los círculos
intelectuales en Florencia, Roma y Nápoles que aparecieron alrededor del año
1440 y más tarde en París y Londres, con un carácter informal, pues eran
grupos conformados por un maestro y sus discípulos, o bien un grupo de
intelectuales que disfrutaban el patrocinio de algún magnate o un príncipe; que
operaban separados de las universidades y en cuyo seno se discutían temas
de filosofía, ciencia, literatura y arte; son el antecedente directo de las
academias (Ben-David, 1984). Sin embargo, a pesar de la formalización de la
academia de literatura, entre otras, a mediados y finales del siglo XVI, la
formalización de las academias en ciencias naturales, no sucedió hasta finales
del siglo XVII y en el XVIII (Ben-David, 1984).
Las Academias del siglo XVII eran verdaderos centros de investigaciones y
discusiones científicas, los más importantes hombres de ciencia del siglo XVII
pertenecieron o estuvieron estrechamente vinculados a las labores de éstas: la
libre discusión, la búsqueda de la utilidad de la ciencia, las artes industriales, y
la divulgación de los nuevos descubrimientos (Azuela, 2002)
9
Estas academias fueron la piedra angular en la construcción de los
mecanismos de regulación para el acceso y las formas del ejercicio de la
actividad científica, pues cada una en su momento, dictó las directrices del
modelo de organización de la actividad científica, pues su prestigió hacía que
intelectuales de muy diversas regiones no sólo de Europa, adoptaran los
principios dictados desde estos centros de actividad científica.
La importancia que adquirió la ciencia, por el impulso que le dieron las
prestigiadas academias europeas, provocó transformaciones en el interior de
las universidades europeas como: Halle, Königsberg, Gotinga, Heidelberg,
Cambridge, entre otras; en ellas se inició una fuerte promoción de la educación
basada en la ciencia y las aplicaciones prácticas (Merton, 1964). A finales del
siglo XVIII una vez que Francia se había convertido en el nuevo centro del
mundo científico, se creó una nueva estructura educativa y científica que
permitió a los intelectuales seculares apoderarse del monopolio intelectual
previamente ejercido por el clero, derivando de ello, una nueva organización de
la educación y que el gobierno priorizara el suministro de carreras para
intelectuales seculares, incluyendo a los científicos. Los establecimientos
universitarios franceses tuvieron excelentes laboratorios, que eran
complementados por establecimientos únicamente dedicados a la investigación
(Ben-David, 1984).
En Europa, las corporaciones científicas en forma de asociaciones; colegios o
academias, adquirieron como funciones: el otorgamiento de títulos de
capacidad profesional; garantizar la calidad de los estudios; determinar,
incluso, salarios y normas; derecho del trabajo; además de representar los
intereses de sus miembros (Pontón, 2000).
Las sociedades científicas nacieron con el desarrollo de la ciencia y fue en los
países de Europa Occidental: Inglaterra, Francia, Alemania, Italia,
principalmente, donde encontraron condiciones para su desarrollo y para
encauzar la avalancha de nuevos conocimientos (Christianson, 1984).
El pensamiento renacentista a partir del siglo XV influyó aprovechando la
aparición de la imprenta y permitió una mayor difusión de ideas e intercambio
de conocimientos entre expertos en cada materia. De ésta forma en Europa se
10
fueron formando pequeños grupos de personas con ciertos conocimientos que
formaron las primeras sociedades científicas (Christianson, 1984).
Cuando en el siglo XVI comenzó una rebelión general contra la autoridad, se
sintió la necesidad de crear espacios como puntos de reunión, donde la ciencia
pudiera progresar en un ambiente propicio y comenzar a afianzarse en sus
propios logros.
Las primeras sociedades científicas realmente significativas y estables eran
aquellos lugares en donde tenía lugar la investigación mediante
manipulaciones de los fenómenos naturales. No obstante, sin duda que
cualquier exposición acerca del desarrollo del laboratorio en los orígenes de la
ciencia moderna debe incluir no sólo el laboratorio químico, sino también el
teatro anatómico, el gabinete de curiosidades, el jardín botánico y el
observatorio astronómico. La aparición del laboratorio es indicativa de un nuevo
modo de investigación científica, uno que involucra la observación y
manipulación de la naturaleza mediante instrumentos especializados, técnicas
y aparatos que requieren de habilidades manuales, al igual que de
conocimiento conceptual para su construcción y explotación siendo este uno de
los rasgos distintivos de la nueva ciencia que emergió de los siglos XVI y XVII.
Las primeras academias surgieron en la Italia del siglo XV. Los trabajos de
aquellas primeras academias eran de alcances enciclopédicos. Mientras la
Academia Platónica de Florencia se dedicaba principalmente a la filosofía, los
estudios de la Academia Romana se enfocaron más hacia el conocimiento
clásico la arqueología, y la gran labor de la Academia Veneciana consistía en
hacer asequibles para toda Europa tesoros del pensamiento y literatura griegos
imprimiendo ediciones de esos clásicos. Entre las del siglo XVII surgieron las
primeras que podríamos denominar “modernas”. Comenzando con la Academia
dei Lindei en Roma (1601-1630). La idea era establecer “monasterios
comunales científicos, no monacales”, no solamente en Roma, sino en todos
los confines del globo. Habría una biblioteca, un museo y una imprenta,
además de instrumentos científicos, jardines botánicos o laboratorios.
Surgió después la Academia del Cimento, cimento significa experimento, de
Florencia (1657-1667), en la que nueve científicos, la mayor parte discípulos de
11
Galileo, se esforzaron durante una década en construir instrumentos,
desarrollar sus habilidades experimentales y buscar verdades básicas. De Italia
el modelo de las academias se fue extendiendo a Inglaterra, con la Royal
Society del año 1660, que llegó a presidir Newton; a Francia con la Académie
des Sciences del 1666; a Alemania con la Academia de Berlín en el 1700.
Comenzaba de esta manera una nueva era de la ciencia. Es en el siglo XVII
cuando los medios de transporte y comunicación mejoraron
considerablemente, expandiéndose su utilización. Así la diligencia, que fue
introducida en Londres en 1608, se difundió rápidamente por el país y en 1685
había un sistema de servicio de diligencias entre Londres y las estaciones
terminales importantes de toda Inglaterra, que llegaban hasta Edimburgo. El
desarrollo de las comunicaciones fue similar. A mediados del siglo XVII se creó
en Inglaterra una oficina postal general para la correspondencia privada. Las
relaciones postales internacionales mejoraron continuamente, de modo que a
fines del siglo la comunicación con el continente europeo era constante y
regular. Así, la correspondencia entre los científicos, que constituyó el único
medio de comunicación científica a principios del siglo XVII, se vio facilitada por
las mejoras en el servicio postal. Otro medio de comunicación y difusión
científica, desarrollado durante la revolución científica, fueron las revistas
donde se publicaron descripciones de muchas de las principales
investigaciones de la época. Antes del siglo XIX la ciencia y la tecnología eran
actividades esencialmente separadas. Lo que no impidió que ambas
avanzaran. Se trata de una coincidencia el que la revolución científica
comenzada durante el siglo XVII y desarrollada en el XVIII, haya precedido a
las revoluciones industriales que se diseminaron por Europa durante los siglos
XVIII y XIX ya que hasta la segunda mitad del siglo XIX las innovaciones
tecnológicas importantes casi nunca provinieron de las personas, las
instituciones, o los grupos sociales que trabajaban para las ciencias.
La aparición de la ciencia como método para explicar todo lo que sucedía a
nuestro alrededor se volvió fundamental. Los nuevos modelos del pensamiento
influyeron para promover que la única verdad sería la comprobable a través de
un método científico aprobada por un grupo de expertos en cada tema. Esta
nueva etapa conocida como la Revolución Científica enfrentó constantemente a
12
la Iglesia y algunos sectores de la sociedad debido a los nuevos
descubrimientos que surgieron y que rompieron con muchas de las teorías
aceptadas durante muchos siglos (Chinchilla-Rodríguez, 2010).
En resumen las Sociedades Científicas han contribuido a un mayor
conocimiento del ser humano y del entorno que nos rodea. Desde el siglo XVI
hasta nuestros días, las sociedades científicas continúan intercambiando
conocimientos y debates sobre nuevos descubrimientos en algunos casos
controversiales, pero en la gran mayoría benéficos para la humanidad (Saldivia
Maldonado, 2006).
En el siglo XVII se hace evidente la creación de este tipo de sociedades, así
como el problema de la autoridad y legitimación en el conocimiento, a partir de
entonces la ciencia empezó a organizarse y a reconocerse su desarrollo ligado
directamente a un fuerte sentido de comunidad (Fundación René Descartes de
Buenos Aires, 2011).
Con el paso del tiempo las sociedades adquirieron un papel importante en la
difusión de la ciencia, funcionaban con bastante autonomía en sus tareas
científicas, sin duda representan un aporte intelectual. En cierta forma
dependían del gobierno el cual les otorgaba el título de Real, que era garantía
de prestigio frente a otras sociedades.
Las sociedades reales tienen sus inicios en los países más avanzados los que
tuvieron la necesidad de crear este tipo de sociedades para encauzar la
avalancha de nuevos conocimientos, generalmente estaban protegidas por el
rey.
La participación de las sociedades científicas en los albores de la ciencia
moderna es un tema amplio. La historia de la ciencia ha sido pródiga en
analizar los orígenes de la Royal Society y de las distintas academias
nacionales de ciencias del siglo XVII, el desarrollo de las sociedades
profesionales de científicos en el siglo XIX o la creación de asociaciones
internacionales en el marco del proceso de internacionalización de la ciencia en
el siglo XX (Delicado, 2011).
13
El objetivo central, o principal de todas esas sociedades era el mismo:
aumentar el conocimiento natural por medio de la libre discusión, sin embargo
sus actividades adoptaron distintas formas en los diferentes países, en gran
parte como reflejo inevitable de la cultura y la política imperantes en cada uno
de ellos.
1.3 Revista científicas
Las expediciones fue una de la actividades más emprendidas durante la ciencia
moderna, mediante, estas expandieron los horizontes físicos de dominio sobre
el territorio natural, a la vez que se enriqueció el estado de los conocimientos
hasta entonces habidos, no solo por su incremento sino por la novedad de
información que obligó a una reformulación del saber, aquí se encuentran
algunas características tempranas del texto científico, manifiestas en las cartas
entre los científicos. También debemos incluir, discursos, informes, libros. Las
revistas surgen a mitad del siglo XVII con el propósito de comunicar resultados,
especialmente datos en las disciplinas de física, química y anatomía: las
revistas fueron adoptadas como el medio más idóneo para comunicar nuevos
resultados a la comunidad científica.
A hora bien, en el siglo XIX ya existían 750 revistas científicas y las primeras
Universidades. Es importante mencionar que surgen las revistas científicas
como Journal des Scavans y Philosophical Transactions en 1665, dos siglos
después, la primera revista de resúmenes Pharmaceutisches Zentralblatt en
1830.
Journal des Scavans fue la primera revista científica publicada en Europa, si
bien desde un principio incluía contenidos que se podrían considerar no
científicos, tal como obituarios de hombres famosos e informes legales.
Fundada por Denis de Sallo, la primera edición apareció en forma de un
panfleto in quarto de doce páginas en París, el 5 de enero de 1665, poco antes
de la aparición, el 6 de marzo de ese mismo año, de Philosophical Transactions
of the Royal Society. La revista cesó su publicación en 1792, durante la
Revolución Francesa, y, aunque reapareció brevemente en 1797 bajo el nuevo
nombre de Journal des savants, no volvió a retomar su publicación regular
14
hasta 1816. Desde entonces, Journal des Scavants pasó a ser más una revista
literaria, dejando de publicar material científico significativo (Valencia, 2013)
La Royal Society es la sociedad científica más antigua del Reino Unido, tuvo
sus inicios en las reuniones de científicos, naturalistas, filósofos entre otras
áreas del conocimiento, su objetivo principal es dar a conocer sus
investigaciones, esto lo hace mediante su publicación la antes mencionada
Philosophical Transactions. Es la primera revista del mundo dedicada
exclusivamente a la ciencia, y se ha mantenido en continua publicación desde
entonces, pudiendo considerarse el medio de difusión científica que lleva más
tiempo en activo a nivel mundial.
"Fue concedida una carta a publicar por el rey Carlos II y el 6 de marzo 1665, el
primer número de Philosophical Transactions se publicó bajo la dirección de
Henry Oldenburg, que era también el Secretario de la Sociedad. Los primeros
volúmenes de lo que fue la primera revista científica del mundo eran muy
diferentes de hoy, pero en esencia sirven a la misma función; es decir, para
informar a los miembros de la sociedad y otros lectores interesados de los
últimos descubrimientos científicos como el Philosophical Transactions se
establecieron los principios importantes de la prioridad científica y la revisión
por pares, que se han convertido en los fundamentos centrales de las revistas
científicas desde entonces. En 1886, la amplitud y el alcance de los
descubrimientos científicos habían aumentado hasta tal punto que fue
necesario dividir la revista en dos, Philosophical Transactions A y B, que
abarca las ciencias físicas y las ciencias de la vida, respectivamente
(Philosophical Transactions, 2015).
La revista científica se caracterizaba por su velocidad de publicación, calidad
avalada, el prestigio de sus editores y su organismo asociado, permitían foros
de participación abiertos y los colegios de científicos, visibles e invisibles.
Es importante mencionar que su objetivo ya no era principalmente almacenar
conocimiento sino también divulgarlo.
15
1.4 Reinos
El conjunto de los sujetos soberanos que dominaron el planeta formaron una
sociedad de las naciones, una asociación contractual de estados miembros.
Las sociedades que no adoptaron la forma nacional y estatal no tuvieron
existencia jurídica, estuvieron “sujetas a ser descubiertas, conquistadas y
colonizadas” (Vessuri, 1994).
América Latina es un conjunto de pueblos aborígenes, que por un error
geográfico de Colón se denominan “Indios”. Muy distintos entre sí, tanto física
como culturalmente, hasta fines del siglo XV no habían tenido contacto con los
europeos. A partir de entonces tres países de Europa conquistaron y
colonizaron tan vastos territorios, a los que denominaron Indias Occidentales.
España llego primero, ocupó la mayor parte del “Nuevo Mundo” y contribuyó
con la mayoría de colonizadores. Fue segundo Portugal, que solo alcanzo a
conquistar y fundar un país (Beltrán, 1984).
A partir de que España llega al “Nuevo Mundo” forma reinos, creados mediante
la Real Cedula y la Real Audiencia, quienes emitían la orden sobre que
regiones conformaban los reinos. En los primeros tiempos, la Corona delegó
muchas de sus atribuciones en personas particulares al no poder hacerse
cargo directamente del Nuevo Mundo, el virrey como representante personal
del Rey de España, es recibido en el Nuevo Mundo con toda solemnidad. La
corona Española creó los reinos los cuales son:
Tabla. 1.1 Reinos de América Latina siglo XIX.
REINOS
N° Reino de Nueva España
Reino de Nueva
Granada
Reino de
Perú
Reino de Río de la Plata
Reino de Brasil
1 México Panamá Bolivia Argentina Brasil 2 Alta California Colombia Uruguay 3 Nuevo México Ecuador Paraguay 4 Luisiana Venezuela partes de
Bolivia
5 Texas Sur de Brasil 6 Cuba Sureste de
Perú
7 Florida
16
Fuente America” siglo XIX. En: The cartography of north america : 1500-1800.
Realizada por Portinaro, P. 1897.
Figura 1.1 “America” siglo XIX. En: The cartography of north america : 1500-
1800. Realizada por Portinaro, P. 1897.
8 Guatemala 9 Puerto Rico
17
1.4.1 Reinos de América Latina siglo XIX
Los reinos fueron las representaciones administrativas de la monarquía
española en América, como ya había ocurrido en Europa, tratándose, por
ejemplo, de Cataluña o de Nápoles. Algunos, como el de la Nueva España, en
México, o el del Perú, superaron en magnificencia a la corte hispana. El primer
virrey de México fue Antonio de Mendoza, que cumplió estas funciones desde
1535 hasta 1550, pasando luego a Lima para ocupar el mismo cargo. El
primero, en el Perú, fue Francisco Pizarro, que murió asesinado. Hubo allí
nueve virreyes durante el s. XIV, XVI y el s. XVII; en México, durante iguales
lapsos, del s. XVIII y XIX. Más tarde, en 1717, fue creado el Virreinato de
Nueva Granada, que comprendía lo que luego fue la Gran Colombia, desde
Quito hasta Venezuela. En 1776 quedó establecido el Virreinato del Río de la
Plata, cuyo primer virrey fue Pedro de Cevallos. Comprendía las actuales
naciones de Paraguay, Uruguay, Bolivia y la Argentina. Los virreyes eran
representantes directos del monarca español, presidentes de la Audiencia,
superintendentes de la Real Hacienda y vice patronos de la iglesia, cuya
máxima autoridad religiosa eran los arzobispos (Palacios, 2008).
1.4.2 Reino de Nueva España (México, Alta California, Nuevo
México, Texas, Luisiana y Florida; Cuba, Guatemala y Puerto Rico)
Mientras que el mundo avanzaba hacia la ciencia basada en conocimiento y
cultura, el reino más importante de la Corona Española, se encontraba en una
realidad de vetas, picos y martillos (Portas, 2010).
España pretendía conocer bien cuáles eran los recursos de su imperio por lo
que el propio Rey Carlos III ordena esa expedición con estas palabras: "Por
cuanto conviene a mi servicio, y al bien de mis Vasallos, que a exemplo de lo
que de mi Real Orden se está executando en los Reynos del Perú, y Santa Fé,
se examinen, dibujen y describan metódicamente las producciones naturales
de mis fértiles Dominios de la Nueva España, no solo con el objeto general, e
importante de promover los progresos de las Ciencias Phisicas, desterrando las
dudas, y adulteraciones, que hay en la Medicina, Tintura, y otras Artes útiles, y
aumentar el comercio, sino también con el especial de suplir, ilustrar y
18
perfeccionar con arreglo al estado actual de las mismas Ciencias Naturales, los
escritos originales que dexó el Proto-Médico de Felipe Segundo por fruto de la
expedición de igual naturaleza, que costeó aquel Monarca, y hasta ahora no ha
producido las completas utilidades, que debían esperarse de ella" (fundación
de ciencias de la salud).
Con el fin de impulsar la agricultura, la industria y el comercio. Carlos III
promovió en Nueva España la formación de instituciones que fomentaran los
avances técnicos y científicos y difundieran las artes: el Colegio de Minería, el
Jardín Botánico, la Academia de Cirugía y la Academia de Artes de San Carlos
(...) Los temas abordados por los ilustrados de Nueva España fueron muy
variados estudios matemáticos, astronómicos, descripciones geográficas y
cartográficas; investigaciones de botánica, química y física dirigidas a la
minería y la medicina; trabajos de arqueología y de recuperación de piezas y
monumentos prehispánicos (Rubial, 1999).
El interés de la Corona española por mejorar las técnicas mineras y las
ciencias geológicas y metalúrgicas, no fue de menor importancia. Ejemplo de
esto fue el despliegue de los hermanos Elhuyar, Fausto y José; españoles hijos
de padres alemanes, a quienes el conde de Aranda envió a París, Mannheim y
Leipzig en 1778, para estudiar lo más avanzado de las ciencias de la tierra en
ese entonces. Sus investigaciones en Upsala, Suecia, en 1781, resultaron en el
descubrimiento del tungsteno, lo que les dio renombre en Europa. En 1785,
Carlos III le comisionó a Fausto organizar una misión de científicos y mineros
alemanes para que introdujeran las técnicas mineras más avanzadas a todos
los reinos. A Fausto lo nombraron director general de los Cuerpos Mineros
Reales en la Nueva España (Morales, sf.).
México gozó del privilegio de ser el centro de una de las zonas imperiales
creadas por la Metrópoli, la otra fue Perú. En ambos casos, se trata de dos
países ricos en recursos naturales, principalmente mineros- y en esa época era
decisivo- bien estructurados en sus economías y poseedora de un desarrollo
técnico-cultural muy avanzado (López, 1984).
Cuba sirvió de asiento de las expediciones de conquista de nuevas tierras para
la corona de España (López, 1984). Las posibilidades que brindaba México,
19
como Perú, Florida, etc, eran mucho más importantes que los que ofrecían la
Isla, de ahí que estos países coloniales ejercieran una muy fuerte atracción
sobre los pobladores cubanos (López, 1984).
Los viajes de descubrimiento y posteriormente de exploración, a partir del siglo
XVIII, realizados a tierras americanas hicieron progresar considerablemente la
Geografía, la Cosmografía, la Cartografía, la Náutica. No menos importancia
tuvieron sobre la Antropología, la Etnografía y la Lingüística, enriquecidas por
el sortilegio de lo americano, el hombre, sus dioses, mitos, ritos, lengua,
costumbres. Pero, por sobre todo, el descubrimiento de su flora, fauna, tuvo
entonces incalculables consecuencias en el desarrollo de las ciencias naturales
así como en los hábitos alimentarios de las poblaciones europeas y en el
tratamiento de las enfermedades mediante el empleo de la extraordinaria flora
americana (De Vega-Pennini, 1984).
En el proceso de difusión de los conocimientos científicos, existen diversos
medios e instituciones, pero también se reconocen a hombres que de forma
particular promovieron la extensión de la ciencia, sobre todo en el siglo XVIII,
entre ellos destaca José Antonio Alzate, quien elaboró obras en torno a la
filosofía, astronomía, meteorología, química, metalurgia, geografía, agricultura,
zoología, botánica e historia, pero su mérito no se limita a la escritura, pues
buscó la manera de divulgar su obra, haciendo uso de publicaciones
periódicas, como el Diario Literario de México, la Gazeta de México y el
Mercurio Volante, en torno a ello Eli de Gortari (1963) anota “Los trabajos de
Alzate propagaron los conocimientos científicos de su tiempo en un conjunto
ordenado de artículos claros y sencillos dirigidos al gran público. Sus
propósitos no se cumplían con exponer teóricamente las ciencias, sino que se
encaminaban al fin práctico de despertar en los mexicanos el interés y la
inquietud por la ciencia” (p. 244).
Los países de América han tenido, en toda época, una actividad científica y
técnica; a veces con contribuciones al conocimiento universal, y siempre
significativa socialmente en cada país, y en el conjunto Latinoamericano. El
estudio de la historia científica y técnica de América Latina está lejos de haber
recibido toda la atención que merece. Debe reconocerse como un paso de gran
20
significación para la compresión del desarrollo científico y técnico (Guimarâes y
Shozo, 1981).
1.4.3 Reino de Perú (Bolivia)
La historia de la ciencia es frecuentemente cultivada en países como México,
Argentina y Colombia donde se encuentran trabajos y líneas de investigación
que abarcan la historiografía, pero no es el caso de Perú a pesar de la
existencia de un número de trabajos sobre ciencias fácticas correspondientes
al siglo XIX y siglo XX.
En el siglo XVIII, la imagen de Perú a ojos de los franceses ira modificándose
en la medida que desembarquen en sus costas, hombres de ciencias que
venían a cumplir los cargos específicos de la monarquía. Estudiar la fauna,
flora y costumbres, en esta historia de deslumbramientos. No será sino hasta el
siglo XIX cuando una pléyade de viajeros franceses arribó a estas tierras
explorando su interior. Lima era atractiva y estaba aureolada de imágenes muy
difundidas en Europa pero, en óptica de un viajero, en el interior se hallaba un
territorio enorme por recorrer y describir.
Las relaciones de viaje, escritas, publicada y difundida a lo largo de tres siglos,
contribuyeron a delinear una imagen de América y los americanos a los
lectores franceses.
El estudio de los viajeros europeos llegados al Perú ha sido emprendido desde
tiempo atrás por una gama de historiadores. Los aportes y estudios
preliminares que Raúl Porras Barrenechea se dedicó al tema cultivándose en
los de su discípulo Pablo Macera. A ellos habría que agregar los de Estuardo
Nuñez abarcando a los viajeros de otras nacionalidades europeas, los de
Edgardo Rivera Martínez. Ellos constituyen la base sobre la que sea construida
una perspectiva amplia sobre una temática sugerente y atractiva en la que se
han ido agregando en los últimos años nuevas miradas sobre cada viajero. Los
recientes aportes de Pascal Riviale han revelado los interese del estado
francés sobre la arqueología americana en la segunda mitad del siglo XIX. Una
reciente antología de viajeros rusos en Chile aporta información interesante de
costumbres sobre el Perú del siglo XIX (Porras Barrenechea, 1954)
21
En el siglo XVIII aparece una nueva modalidad de viajero, el viajero científico.
El primer viajero científico en llegar al Perú fue Louis Feuillée, sacerdote de la
orden de San Francisco de Paula. En realidad, la motivación original de
Feuillée fue dar término a la obra de su antecesor Charles Plumier. Enviado por
la corona francesa a América, Plumier también perteneciente a la orden de los
mínimos exploró las Antillas y México aunque fallece poco antes de partir hacia
el Perú (Duviols, Jean-Paul, 1978.)
Plumier y Feuillée, científicos y clérigos los dos, representan la evidencia del
franco apoyo brindado por la corona francesa en pro de la ciencia. La fundación
de la Academie Royale des Sciences en 1666 y la inmediata aparición de las
actas de sus sesiones fueron una importante tribuna de discusión y difusión de
nuevas ideas científicas. En Inglaterra, Carlos II, muy interesado en la Química
y la Navegación, al fundar la Royal Society sólo coronaba un proceso de
incremento constante de la estima social por el cultivo de la ciencia iniciado en
la década de 1640 (Merton, 1984).
El método científico progresó en Academias y no en Universidades; los
científicos pioneros se habían formado en éstas pero no regentaban cátedras y
pudieron aprovechar un ambiente de mayor independencia (Kamen, 1977).
América es vista como un vastísimo espacio, aún desconocido en el que debe
cumplir una finalidad práctica, a saber, dar a conocer a la medicina plantas
nuevas, las que representan una riqueza desconocida, no aprovechada y tan
importante como la minera, privilegiada por España (Feuillée,1712).
Debía centrarse principalmente en la observación de los vientos, mareas,
eclipses y especies botánicas y animales entre estos últimos destaca la
descripción de un tucán y de más de cincuenta plantas recogidas a lo largo de
su gran periplo americano y entre las que se incluye para el Perú, la del árbol
de la tara (Vegas, 1991).
De la primera mitad del siglo XIX proviene el relato de William Bennet
Stevenson, comerciante inglés que arribó a Lima hacia 1804 Su arribo a la
capital no fue nada auspicioso; llegado a Chile a comienzos de 1804 en un
barco contrabandista inglés, fue capturado y remitido al Callao. Su estadía
22
entre el Perú, Chile y la Gran Colombia se extendió hasta 1827 y le permitió ser
testigo privilegiado de sucesos trascendentales en la historia de los tres países.
Para el Perú fue testigo de la jura de la Constitución de 1812, el saqueo del
Tribunal de la Inquisición y la proclamación de la Independencia en 1821; su
relato concluye en 1823, cuando refiere la partida de Lord Cochrane de Chile
rumbo a Brasil, a hacerse cargo de la escuadra de ese país (Núñez, 1989).
En la parte dedicada a Lima, Stevenson incluye observaciones termométricas y
climáticas hechas en 1805 y 1810. Habiendo trazado un rápido cuadro de la
historia de la ciudad, empezando en época pre-incaica y narrando los
pormenores del descubrimiento y fundación de la ciudad sin evitar una furiosa
alusión a la destrucción perpetrada por Pizarro en Pachacamac emprende
luego la descripción del entorno físico en el que se hallaba asentada la capital;
topografía, hidrografía y clima son abordados sucesivamente por el inglés. Del
último opina en los siguientes términos: De Lima puede decirse con justicia que
goza de uno de los climas más deliciosos del mundo; es una sucesión de
primavera y verano, tan libre de los fríos del invierno como de los calores del
otoño destaca la imposibilidad de diferenciar con claridad las cuatro estaciones
del año e igualmente la casi inexistencia de lluvia tanto como de otros
fenómenos meteorológicos como truenos o rayos. Sin embargo, tanta belleza
no podía ser completa. Los terremotos eran parte de la vida de la ciudad y
aportaban su cuota de temor sobre la población. Alcanza a ofrecer opiniones
sobre dichos fenómenos. La baja pluviosidad registrada en Lima y en toda la
porción de la costa que se extiende entre Cabo Blanco y Arica se explicaba por
la presencia de neblinas aunque en realidad se trata de un fenómeno asociado
a las características del clima de la costa central. Los conocimientos hoy en día
disponibles indican que en la costa central peruana, las precipitaciones a los
100 milímetros anuales, lo que está en relación directa a la aridez visible en la
zona. El clima de Lima no podía ser más bonancible pues en el gozo completo
de un clima cuyo valor máximo raras veces excede los 78° en el termómetro de
Fahrenheit y el mínimo que raras veces baja de los 62° (Stevenson, 1971).
De la década de 1810 provienen otros relatos como los del inglés John
Shillibeer o del francés Julien Mellet. Teniente de la marina británica, Shillibeer
escribió un relato de viaje a bordo de la fragata Briton entre 1813 y 1815 y vivió
23
en Lima varias semanas a fines de 1814 y comienzos de 1815. No se detiene
únicamente en destacar las diferencias que el clima frío imperante en la costa
peruana tiene en relación a lugares ubicados a la misma latitud, por ejemplo en
Africa, sino que se interroga sobre las diferencias que en general presenta el
clima en América en relación con el europeo (Schillibeer, 1973).
Inicios de la década de 1820 provienen las opiniones de un maestro y pastor
protestante, agente de la Sociedad Bíblica, quien extendió su permanencia en
tierras americanas entre 1821 y 1827. James Thomson, nacido en 1795, viajó
por Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia, Guatemala y México con varios
miles de ejemplares de Biblias en castellano con la misión de traducirlas a
lenguas nativas, sobre todo aymara y quechua, y también fundar escuelas con
sistemas pedagógicos modernos como el lancasteriano. Su estadía en el Perú
se circunscribió casi completamente a Lima salvo una corta estadía en Trujillo y
se extendió por espacio de dos años. Su obra está estructurada alrededor de
numerosas cartas en las que se refiere a los hechos de los cuales es testigo o
actor. Se sabe que el Libertador San Martín le encomendó la dirección de la
primera escuela normal y la reforma de los sistemas pedagógicos la única carta
enviada durante su estadía limeña en la que anota impresiones sobre el clima
está fechada a 9 de noviembre de 1822 (Núñez, 1989).
La Coquille navegó por la costa peruana entre febrero y marzo de 1823. Sus
informes sólo contienen datos científicos, no impresiones de viaje. En el mismo
barco la Coquille, venía René Lesson, geólogo y médico. Sus informaciones
versan sobre tópicos diversos en los cuales no son menores los que dedican a
describir la naturaleza, dedicándole varios párrafos a la fauna y flora.
En la misma década de 1830, los viajeros de nacionalidad francesa asumen un
protagonismo relevante. La expedición a cargo del Capitán Duperrey al frente
de La Coquille se extendió entre 1822 y 1825 y al igual que varias de las
expediciones que se organizaron en los años siguientes, recibió un gran
impulso de la Academia de Ciencias de Paris. Ello favoreció una correcta
organización del recojo de muestras de objetos de todos los órdenes de la
naturaleza y el establecimiento de una homogenización de los métodos de
observación y registro meteorológico.
24
Entre 1827 y 1845 se extiende el período que Raúl Porras llamaba de “lucha
por las fronteras y de formación de la nacionalidad” (Porras Barrenechea,
1935).
Varios viajeros arribaron al Perú por aquellos años, el alemán Poeppig, los
sajones Brand, Temple, Sutcliffe, Archibald Smith y Scarlett quienes describen
principalmente la costa peruana y los usos sociales de Lima. Entre ellos,
Eduard Poeppig, médico alemán nacido en 1798, recorrió Chile, Perú y las
regiones amazónicas entre 1827 y 1832, haciendo indagaciones botánicas,
geográficas y etnográficas y publicando su relato de viaje en 1835 (Poeppig,
2003).
Poeppig no era el primero en emprender tales travesías; en el siglo XVII, la
presencia misional jesuita era exitosa y se encarnaba en la figura del P.
Samuel Fritz. Sin acompañante alguno y financiado por un grupo de
entusiastas naturalistas alemanes, la finalidad del viaje era “... la recolección
del mayor número posible de objetos que tuvieran interés para la historia
natural...”, empresa coronada con éxito pues resultó un acopio de 17,000
ejemplares de plantas disecadas y centenas de animales (Rumrrill, Dávila, y
García, 1986).
Desde Europa se organizaron expediciones con el propósito de recoger nuevas
especies para enriquecer las colecciones de museos particulares. De la década
de 1860 data el interés de los condes Branicki por recoger especies de aves
peruanas; su objetivo era mejorar las colecciones de su museo privado y para
tal efecto envían jóvenes científicos a hacerse cargo del material; sus
exploraciones se vieron enormemente facilitadas por el apoyo que les brindó
Antonio Raimondi (Seiner, 2003).
Por otra parte el Presidente de la República, el general Andrés A. Cáceres, de
22 de febrero de 1888 determinó crear la Sociedad Geográfica de Lima para
“fomentar los estudios científicos de aplicación, facilitar la explotación e
incremento de los productos naturales del país, y crear un centro de datos e
informaciones sobre la Geografía en general y sobre la especial que interesa a
la buena marcha de la administración pública”. Pero a pesar de los deseos de
poner en marcha inmediatamente la Sociedad, esta no inició de forma efectiva
25
su vida oficial hasta 1891 (Palacio, 1988). En ese año el Gobierno Peruano
pudo al fin asignar recursos a la incipiente institución limeña. Esta sociedad
inauguró entonces sus sesiones, ordenó sus tareas e inició la edición de un
Boletín, que se convirtió en su órgano oficial. En el transcurso del tiempo esa
publicación se convirtió en el instrumento fundamental que han tenido los
miembros de la Sociedad Geográfica de Lima para difundir sus estudios e
investigaciones con los que han procurado obtener un mejor conocimiento del
territorio peruano con el fin de incrementar el control y aprovechamiento de los
recursos del espacio nacional.
Al ponerse en marcha en 1891 la Sociedad Geográfica de Lima, su primer
consejo directivo diseñó un amplio programa de investigaciones con el que se
deseaba hacer efectiva la labor de cohesión, orientación y promoción de la
ciencia que caracteriza a cualquier institución científica. Este programa
enfatizaba la necesidad de hacer trabajos de carácter práctico y concreto, dada
la ideología positivista dominante entre los miembros de la Sociedad, y estaba
organizado en torno a siete líneas de trabajo, que desarrollaron otras tantas
comisiones técnicas, como se puede observar:
COMISIONES Y PROGRAMA DE LA SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE LIMA
I. Historia Natural del Perú en sus relaciones geográficas, dividida en tres
secciones:
1) Zoología nacional, bajo la presidencia del naturalista Guillermo Nation
2) Botánica, bajo la presidencia del hacendado y naturalista Manuel García
Merino
3) Mineralogía, Geología y Paleontología, bajo la presidencia del ingeniero
de minas y geólogo Leonardo Pflücker y Rico.
II. Geografía General Descriptiva del Perú, dividida en tres secciones:
1) Orografía, Topografía e Hidrografía fluvial del Litoral, bajo la presidencia
del capitán de navío Melitón Carvajal
2) Orografía, Topografía e Hidrografía fluvial de los Andes y de la región
amazónica, bajo la presidencia del director de la Escuela de Ingenieros
Eduardo Habich
26
3) Hidrografía oceánica, bajo la presidencia del contraalmirante Antonio A.
de la Haza
III. Meteorología y climatología del Perú, bajo la presidencia del doctor en
ciencias, ingeniero y astrónomo Federico Villarreal
IV. Razas, Etnografía, Arqueología y Geografía Histórica del Perú, bajo la
presidencia del médico y cirujano Pablo Patrón
V. Estadística y Demografía Nacional y Estadísticas Civil y Militar de las
naciones vecinas, bajo la presidencia del doctor en jurisprudencia
Enrique Perla.
VI. Comisión de límites y dirección del archivo del ramo, bajo la presidencia
de José Casmiro Ulloa.
VII. Comisión de informe del archivo Raimondi, bajo la presidencia del
ingeniero civil Ernesto Malinowski. (Boletín de la Sociedad Geográfica de
Lima).
La expedición científica española al mando de Alejandro Malaspina, una de las
escalas del extenso viaje de exploración por el mundo que emprendió entre
1789 y 1794. Entre mayo y setiembre de 1790, los científicos de la expedición
Malaspina se instalaron en el pueblo de la Magdalena, al sur de Lima, desde
donde iniciaron una serie exhaustiva de registros térmicos paralelamente a
otros parámetros geofísicos; entre aquellos se encontraban dos miembros de la
expedición, vinculados directamente al Perú, el naturalista Tadeo Haenke y el
cartógrafo Felipe Bausá y Cañas.
Antonio Pineda, por su parte, desarrolló investigaciones en Zoología, Química,
Geología y Física, las áreas tradicionales que componían el corpus de la
Historia Natural. En la conformación de la expedición puede apreciarse la
inclusión de una serie de especialistas, lo que le confería una solidez inusitada
por la formación académica de aquellos y, como corolario, una visión
totalizadora de la naturaleza de América y Oceanía (Galera, 1991)
El propio Malaspina mostró interés por el tema meteorológico. En carta fechada
en Lima a 15 de setiembre de 1790, Malaspina propone el establecimiento de
un “Servicio Meteorológico Hispanoamericano”, gracias al cual la corona
contaría con una estructura que le permitiría acopiar una inmejorable base de
datos, superior a la de cualquier otro reino europeo. La empresa exigía contar
27
con personal idóneo en las ciudades donde se llevarían a cabo las mediciones;
para acometer dicha tarea en Lima propuso al P. Francisco Romero, de la
orden de agonizantes, sugiriendo se le remita desde España “... termómetros
fahrenheit y el tratado del señor Cotle de Montmorency sobre la meteorología”
(Martínez-Cañavate).
Aun cuando el proyecto no llegó a materializarse; sin embargo, es un excelente
indicativo del interés científico por conocer la naturaleza americana bajo
parámetros concretos y adecuadamente medidos.
1.4.4 Reino de Nueva Granada (Panamá, Colombia, Ecuador y
Venezuela)
En el reino de Nueva Granada, el pensamiento ilustrado se inauguró cuando
José Celestino Mutis abrió la cátedra de matemáticas en el Colegio Mayor del
Rosario en 1763. Era la primera vez que se enseñaba la física de Newton y las
teorías astronómicas de Copérnico. En este sentido, las ciencias fueron una de
las más importantes transformaciones que tuvieron lugar en el siglo XVIII.
El ascenso del pensamiento ilustrado valoró la importancia de la geografía, la
botánica, la astronomía, la medicina y la biología, entre otras nacientes
ciencias. La Ilustración continuó circulando en el Nuevo Reino de Granada en
la segunda mitad del siglo XVIII mediante la propagación de libros, cartas y
viajeros. La preocupación por conocer el medio geográfico, sus animales y
plantas; el empleo de productos naturales para la medicina o la observación
astronómica, permitieron que se comenzara a producir textos de ciencia,
especialmente entre criollos.
Para entonces, las expediciones científicas se convirtieron en un objetivo
prioritario de los imperios europeos, pues, bajo las nuevas teorías ilustradas,
conocer y dominar la naturaleza facilitaba el control de las culturas y, por
supuesto, el incremento del poder económico y político. Se buscaba llevar a
cabo una explotación más eficaz de la riqueza natural de las colonias. La
corona española promovió expediciones botánicas en muchos de sus reinos
con el fin de investigar nuevas plantas y sus aplicaciones medicinales y
comerciales, lo que implicaba recolectar, clasificar y pintar las nuevas especies.
28
Muchas publicaciones neogranadinas estaban relacionadas con la Expedición
Botánica que encabezó José Celestino Mutis, cuyos resultados también se
publicaron en los periódicos que aparecían en aquel momento, especialmente
en el Semanario del Nuevo Reino de Granada. (Biblioteca Nacional de
Colombia)
Simón Bolívar como hombre de estado, no solo apoyo las actividades
científicas de su época, sino que se adelantó en la utilización de la ingeniería
para grandes obras. Bolívar apoyo las importantes investigaciones científicas
que desarrollaba Mutis y su escuela en Bogotá, tuvo amistad con el Barón de
Humboldt, recibió con entusiasmo a todos los que Humboldt le recomendó y
defendió a Bonpland. Bolívar considero a Panamá, no solo como el sitio
apropiado para establecer la capital del mundo y como el foro natural para que
los pueblos latinoamericanos discutieran la defensa del continente, sino que
también se ocupó de contratar dos ingenieros, uno inglés y otro sueco, para
que estudiaran la viabilidad tecnológica de una comunicación entre los dos
océanos. En una artículo científico, escrito por el ingeniero inglés Lloyd,
publicado en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society, en
1830, el autor reconoce explícitamente en el primer párrafo las directrices que
le dio Bolívar. Y en el último párrafo le da las gracias por haberlo contratado y
por permitirle publicar libremente todos los datos topográficos recogidos en ese
estudio. Bolívar reconocía la importancia de la ciencia y la tecnología para el
progreso de los pueblos latinoamericanos y adema aceptaba la norma principal
de la comunidad científica que es la libertad de publicar (Arends, 1985).
A finales del siglo XVIII había organizado el sabio José Celestino Mutis un
grupo de jóvenes intelectuales bajo el nombre de Expedición Botánica, cuyo
objetivo principal era estudiar científicamente la flora de Nueva Granada. Había
descrito varias especies nuevas, las cuales ya estaban aceptadas por los
expertos europeos de la época. Cuando Bolívar tomo a Bogotá, el grupo estaba
capitaneado por un sobrino de Mutis, Sinforoso Mutis, Bolívar recomendaba en
enero de 1815, al Secretario de la Guerra: las ciencias han inmortalizado
siempre a los países donde han florecido; publicada la Flora Bogotana, esta
ciudad no solo será más ilustre, sino el renombre influirá sobre el gobierno
protector (Bolívar, 1815).
29
Esta comunicación demuestra que claramente que Bolívar concebía a la
ciencia como un ente productor de nuevos conocimientos, que daba prestigio y
hasta podía tener cierto efecto utilitario.
José Celestino Mutis y sus colaboradores, descubrieron la quina en el Nuevo
Reino de Granada, así como el té de Bogotá; las propiedades del guaco o
bejuco como preservativo contra mordeduras de serpientes, la yuca, la papa y
la ipecacuana del río Magdalena. Hizo ensayos para aclimatar el canelo, el anís
y la nuez moscada. Igualmente descubrió varias minas (Guzmán, 1985).
1.4.5 Reino Río de la Plata (Argentina, Uruguay, Paraguay, así como
partes de Bolivia, del sur de Brasil y del sureste de Perú)
La enorme superficie que abarcaba el reino del Perú dificultaba las tareas de
gobierno, lo cual fue un poderoso motivo para la división del territorio. Otras
causas que influyeron en la decisión de efectuar esa separación fueron: la
ambición de Portugal sobre la Banda Oriental, en donde se hallaban la Colonia
del Sacramento y las Misiones Orientales, así como el constante avance
lusitano sobre toda la frontera hispano-portuguesa en América del Sur; la
creciente importancia que iba cobrando Buenos Aires como centro comercial; el
valor del estuario del Río de la Plata como entrada hacia el interior del
continente y la defensa de los puertos de Buenos Aires y Montevideo; y las
sucesivas expediciones del Reino Unido y de Francia sobre las costas de la
Patagonia.
El reino del Río de la Plata nació de una escisión del reino del Perú e integró
los territorios de las gobernaciones de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán y
Santa Cruz de la Sierra, el corregimiento de Cuyo de la Capitanía General de
Chile y los corregimientos de la provincia de Charcas. Esos territorios integran
en la actualidad las repúblicas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y
partes del sur de Brasil, del norte de Chile y del sureste de Perú, así como
también las disputadas islas Malvinas. Además incluyó nominalmente las islas
africanas de Fernando Poo (hoy Bioko) y Annobón en la actual Guinea
Ecuatorial, 2 cedidas por Portugal en 1777, aunque el intento por colonizarlas
30
fracasó. El reino se situaba en el Cono Sur de América del Sur sobre el océano
Atlántico y se disputa si poseía costas en el océano Pacífico sur (Lesser, 2003).
Al otro lado del continente, el reino del Río de La Plata, se fundaba en 1779 el
Protomedicato del Río de La Plata, el último Protomedicato en ser fundado por
la Corona (tras el de la Nueva España, Nueva Granada y del Perú), pero el
primero en organizarse como una escuela de medicina ilustrada, emulando a la
Universidad de Edimburgo. Su primer graduado y posterior director fue el
irlandés Miguel O’Gorman, quien dirigió la preparación de médicos, enfermeras
y farmacéuticos hacia el pensamiento científico.
En 1799, también en el reino del Río de La Plata, se fundaría la Escuela
Náutica por Manuel Belgrano, quien lograría impulsar la primera escuela del
continente en enseñar arquitectura y dibujo con los preceptos científicos de la
matemática y la geometría. La misma Escuela Náutica terminó por convertirse
en un centro de investigación matemático, hasta que viera su fin cuando fue
declarada como innecesaria por la Corona tras las invasiones inglesas de 1806
(Fernández, 2015).
1.4.6 Reino de Brasil
Los viajantes europeos que llegaron a Brasil en la primera mitad del siglo XIX
buscaron conocer una parte de América hasta entonces desconocida de su
mirada. Este desconocimiento se debía sobre todo a los impedimentos creados
por la Corona portuguesa delante de sus dominios coloniales en Brasil. Sólo
era permitida la exploración del territorio a viajantes, científicos y
administradores vinculados a Portugal. No obstante, con la venida de la familia
real a Brasil, en 1808, ese cuadro se alteró considerablemente. Una de las
primeras providencias tomadas por el rey de Portugal, D. João VI, al llegar a
tierras brasileñas, fue la apertura de los puertos a todas las naciones amigas
de Portugal. Ese acto posibilitó la llegada de viajantes europeos, que buscaban
explorar las potencialidades de esta parte de América, motivados por objetivos
de naturaleza científica y económica.
Los viajantes europeos que se dirigieron a Brasil, en las primeras décadas del
siglo XIX, para escudriñar la inmensidad de su territorio, conocer cada
31
particularidad de la fauna, flora, recursos hídricos y mineros, como también las
costumbres de sus habitantes. Dentro de ese espíritu, se dirigieron para Brasil
el príncipe Maximilian Alexander Philip de Wied-Neuwied (1815-1817), Karl
Frederic Martius (1817-1820) y Johann Moritz Rugendas (1822-1825), todos
relacionados con empresas de naturaleza científica y motivados por los mismos
propósitos de descubrir las riquezas y bellezas de esta parte del Nuevo Mundo.
No obstante, ellos no fueron los primeros en recorrer los territorios brasileños
en los inicios del siglo XIX (Pratt, 1991).
El inglés John Mawe estuvo anteriormente en el interior de Fluminense y en
Minas Gerais, desde 1807 a 1811, siendo publicado su relato de viaje en 1812.
La elección de estos tres viajeros se debe, básicamente, a las siguientes
razones: Sus viajes, además de cubrir diferentes partes del territorio brasileño,
siguieron un encadenamiento temporal, tanto referente al período del viaje
propiamente dicho como en relación al aparecimiento de sus memorias,
expresando, por tanto, un tipo de producción propia de la primera mitad del
siglo XIX. Los tres son de origen germánico, cuyo sentido aquí debe ser
aprehendido por pertenecer a un determinado ethos cultural y social, científicos
que posibilitaron la constitución de un determinado tipo de afinidad entre el
pensamiento científico y romántico de la época, en su vertiente alemana
(Fayet, 2006).
Por institucionalización de la ciencia comprender el proceso de construcción de
una práctica y un discurso científico que requiere de la implantación, desarrollo
y consolidación en ciertas situaciones de espacio temporal específico.
En este proceso los elementos más visibles son los llamados instituciones
científicas, sin embargo, no se limita a análisis meramente funcional de estos
últimos. Que por cierto, están comprendidas en términos generales, no abarca
sólo las instituciones de investigación, pero el conjunto de todas las
posibilidades del logro y la divulgación de las investigaciones científicas. Lo que
significa que un museo, una revista, una expedición de exploración también
son espacios institucionales, aunque tienen características diferentes y
específicas.
32
A finales del siglo XVIII hasta principios del XX, Alexandre Rodríguez Ferreira
al mariscal Rondo, los recuerdos difundidos por Regina Presione los diarios de
los museos de historia natural, fueron las expediciones de exploración del
territorio junto a los invernaderos y Botánicos museos, las primeras academias
científicas y asociaciones de naturalistas espacios institucionales privilegiados
donde, también en Brasil, forjaron las ciencias naturales taxonómicos y
descriptivos basados en colecciones e inventarios.
En la transición al siglo XX, la creciente especialización de las ciencias
naturales, proporcionando nuevos espacios de investigación para una mejor
adecuación a sus propósitos, se desplazó estos centros a los laboratorios e
institutos de investigación una prioridad en sus estudios experimentales.
En el caso de Brasil, el período que media el paso de la interpretación
aristotélica de la ciencia llamada ciencia moderna se encuentra en la mitad del
siglo XVIII y se hizo principalmente a través de las reformas educativas de
Pombal. La hora del despotismo ilustrado inaugurado por el ministro de Loft en
Portugal, fue seguido tanto como su despliegue de su negación como el
reinado del rey Marial I y el Príncipe Regente. Si Pombal sentó las bases de las
instituciones que apuntaban a la modernización del país, incluyendo la reforma
de la Universidad de Coimbra (1772), fue en este último período el que
Portugal se unió a la Ilustración de gran parte de Europa. La real Academia de
Ciencias (fundada en 1779) un movimiento intelectual que implicaba un estudio
exhaustivo de las condiciones naturales y económicas del Reino y en el
extranjero.
Y en este contexto, marcado, entre otros factores, por declive la minera de oro
brasileño, la revalorización de la política agrícola y de frente a la competencia
con el productor de las Indias Occidentales, que el interés por la historia natural
en particular la botánica, íntimamente relacionados con la agricultura, la
medicina y la química se tornó una preocupación explícita del gobierno
portugués en relación con sus colonias y en particular Brasil.
Fecha a partir de entonces los incentivos de toda Orden de aumentar la
cantidad y mejorar la calidad de la producción colonial, entre los que podemos
incluir el recorrido filosófico, la creación de huertos botánicos, museos y la
33
publicación de memorias, muchas de las cuales serían las expresiones de
viajes que había estado organizando en los dominios portugueses.
Una vez en Brasil, a partir de 1808, la Corte tomará todo conocida serie de
medidas de liberalización de la economía, ya sea cultural o, lo que permitirá la
colonia como la nueva sede de la monarquía.
Desde el punto de vista de las iniciativas científicas, la transferencia de la Corte
que el Brasil no dio lugar a ninguna interrupción en el proceso de adhesión de
la ciencia moderna. Las instituciones que tratan de crearse consideran
fundamentales, desde las reformas de Pombal, ponen en un entorno generis y
recursos escasos. Bajo el enfoque parece ser una continuación, que cambió
fundamentalmente, era exactamente lo que caracteriza el sistema colonial
portugués.
Así, por primera vez en Lisboa y después en la nueva sede del Imperio, en Río
de Janeiro, las autoridades portuguesas en las primeras décadas del siglo XIX
integraron museos, jardines botánicos junto a las demás instituciones que han
integrado los proyectos de modernización, incluyendo también los Colegios.
Modernizar el país promoviendo Intereses agrarias particularmente nuevas
élites caficultoras, y tratando de mantener el principio de la supervivencia de la
Corona tomaría el gobierno para hacer frente desde la década de 1870. Toda
una serie de los desafíos que plantea ya desde mediados de siglo.
Las vías de comunicación, medios de transporte mejora la formación de
personal técnico, la reforma de los planes de estudio de la educación superior.
Invirtió en comisiones para las encuestas de fronteras, la cartografía,
geográfica, geológica, en la construcción de carreteras, incluyendo que
reverberó con fuerza tanto en la determinación de la estructura natural del país
o en el exterminio de naciones indígenas que ocupaban los territorios
requeridos por la expansión agrícola, de lo que se enviaron toda una serie de
medidas de higiene, la urbanización y la inmigración, la participación de las
preguntas de aligerar la carrera, cuyo objetivo era introducir en última instancia,
el país en su conjunto de las naciones civilizadas.
34
Todo ese proceso de modernización conservadora que caracterizó las últimas
décadas del siglo, se apoya en la ciencia no sólo en el nivel del discurso, sino
también a nivel de acciones concretas.
En la búsqueda de soluciones a los Intereses esta élite parcelas agrarias de
urbanizada Clases comunidades médicas y científicas ya entonces
consolidadas, trataron de donde era conveniente, también en el marco de la
ciencia, los modelos institucionales y tradiciones científicas de diferentes
fuentes, por medio de un camino de acuerdo dibujado propios ideales alcanzan
siendo típico de finales del siglo XIX el progreso. Por lo tanto, para la viabilidad
de estos ideales obedecieron a las normas internacionales, si contrató a
expertos extranjeros, proporcionado un contexto de nuevos modelos en sus
diversos aspectos y en formas originales, tratado de comprender e intervenir en
la realidad social del país, incluyendo también a través de la renovación y
multiplicación instituciones científicas.
Este proceso de expansión de instituciones de investigación en realidad
registra el desplazamiento de Ciencias Naturales de carácter fuertemente
taxonómico para procesos de especialización de Ciencia, con el valor creciente
de la ciencia de laboratorio.
Hacia el final de ese período, ya había comunidad científica diversificada,
compuesta por botánicos, zoólogos, geólogos, microbiólogos, astrónomos,
antropólogos, además de otros profesionales. Como reflejo de esta situación en
1916 fue incluso creó la Sociedad Brasileña de Ciencias, la Academia
Brasileña de Ciencias futuro.
A pesar de que estudios recientes sobre la historia de la ciencia en el país, se
ha centrado en gran aporte este último período y el análisis preciso de
precisión de varias de estas instituciones específicas.
La Educación en Ciencias Naturales
Las Ciencias Naturales en Brasil también fecha a partir de las últimas décadas
del siglo XVIII, inserta en el contexto de la Ilustración de Europea a Portugal y
sus colonias. En la Universidad de Coimbra (1772), marcó la consolidación de
la ciencia moderna en el imperio portugués, que incorpora la facultad de
35
Matemáticas el nivel de otros colegios mayores y designados crear la Filosofía
de la universidad, con los nuevos cursos de física experimental, Historia
Natural y Química. Así estudió bajo la dirección de los Profesores Vandelli de
Mineralogía, Química, Zoología y Botánica en Brasil.
En Brasil, el marco institucional del comienzo de la enseñanza regular de
Ciencias Naturales fue la fundación del Seminario Episcopal de Nuestra Señora
de las Gracias de Pernambuco, por el obispo José Joaquim de Azeredo
Coutinho en 1798.
Frei José da Costa Azevedo, quien se convertiría en el primer director del
Museo Nacional de Río de Janeiro fue el profesor de Filosofía de este
Seminario. Llevó a cabo su silla en virtud del Estatuto del Seminario, que
dividió este curso en tres ramas principales: racional, moral y filosofía natural,
reservado la última enseñanza de las verdades de hecho de habidas, Historia
Natural de la observación, sino como la observación por sí mismo no
simplemente no hay experiencia, (el profesor) en caso de que también pasar el
conocimiento interna de productos de la naturaleza, cuya búsqueda es el tema
principal de la química.
Con la llegada de la corte a Brasil y el conjunto de medidas que permitan el ex
colonia en la nueva sede del imperio, creó un curso de agricultura en Bahía en
1812, una cátedra de Botánica y Agricultura a cargo de Frei Leandro do
Sacramento en Río en 1814, una cátedra de Química en Bahía en 1817, y
básicamente las primeras instituciones que responsabilizarían oficialmente por
la enseñanza de las Ciencias Naturales a través del siglo: la Escuela de Cirugía
de Bahía y los médicos quirúrgicos y Academias Militar de Río de Janeiro.
En las facultades de medicina de las disciplinas relacionadas con las Ciencias
de la franja naturales siempre han considerado la formación de los médicos. Un
curso específico de Ciencias Naturales fue creado sólo en 1842, con la reforma
de la Academia Militar, y después de una larga disputa con el Museo Nacional
de Río de Janeiro, que anhelaba para acoger este tipo de cursos.
En 1848 los primeros estudiantes se han graduado como Licenciatura o
doctores en Matemáticas y Física y Ciencias Naturales. Los cursos continuaron
36
siendo ofrecidos por la Escuela Central de la separación de la educación en
ingeniería militar y civil en 1858, y de la Escuela Politécnica de partida 1874.
La Comunidad Científica
Academias y Sociedades científicas eran lugares importantes aglutinantes
aquellos interesados en la ciencia, de los siglos transcurridos. Ellos tienen una
larga tradición que tiene la Academia italiana y más particularmente la Real
Sociedad Inglesa que son puntos de referencia.
La organización de las academias científicas literarias también se ilustra en el
contexto de la política portuguesa de Brasil. Tales como la Academia Científica
de Río de Janeiro, que aprobada en 1771. Existió entre 1772 y 1779, dedicada
a la Historia Natural, Física, Química, Agricultura, Medicina, Cirugía y
Farmacia. La Sociedad Literaria cuyo trabajo contribuyó a la determinación de
Río de Janeiro, desde 1786 hasta 1790 y se renovó por seis meses en 1794.
Además de estas iniciativas, también se crearon diversas academias para el
fomento de la Historia Natural. El borrador del proyecto de Real Academia de
Río de Janeiro, posiblemente escrita poco después de la llegada de la Corte,
propuso que participara en Medicina, Cirugía, Obstetricia Arte y Veterinaria; la
Botánica, Zoología y la Agricultura; Mineralogía, Química y Docimástica; La
física, la navegación, Artes, Mecánica y Geometría.
El estado de la Real Sociedad Bahiense de Letras de hombres, 1810, fue
integrada por una biblioteca, laboratorio químico, Observatorio Astronómico y
Museo además una revista científica en Historia Natural y otras ciencias.
Para mediados de siglo a iniciativa más amplia escala para las Ciencias
Naturales será la organización por Freire llamado de la Sociedad Velloziana,
que reunió a los naturalistas vinculados al Museo Nacional y otras instituciones
de Río de Janeiro, además de contar tantos corresponsales en provincias, por
lo que es la primera compañía principalmente naturalistas dedicados las
Ciencias Naturales.
Esto fue parte de los esfuerzos que la ciencia de los hombres hizo entonces,
para consolidar su actividad científica, como un campo de conocimiento
autónomo, que proporcionarían ellas prestigio político y profesional después del
37
reconocimiento de la forma no disociada de la pretensión de contribuir a la
ciencia universal.
Esta iniciativa, junto a otros como de la creación de "Conferencia Científica",
también apunta al hecho de que los nuevos grupos profesionales naturalistas
además de los ingenieros y los médicos que poseían sus propias asociaciones,
ya que consolidaban en el país.
El surgimiento de estos nuevos grupos profesionales se caracterizó por
ejemplo, en la trayectoria de los museos brasileños por sus directores que hay
profesionalizaban.
A lo largo del siglo XIX, cuando de manera más eficaz el país se abrió a la
investigación extranjera eran numerosos naturalistas que recorrieron el país.
Exhaustivamente estudiados bajo diferentes enfoques están todavía coloca la
necesidad de evaluar aún más su contribución efectiva a la formación de la
comunidad científica local, y para controlar en qué medida no fueron o
alterando los objetivos estratégicos de los diferentes tipos de cooperación de
las misiones extranjeras que desde entonces y hasta hoy.
El banco esta comunidad científica emergente y marcada también por el
cambio en el rendimiento de estos naturalistas extranjeros en Brasil. Para la
segunda mitad del siglo, los viajeros o aficionados, estos naturalistas que
estaban aquí durante el siglo XIX, sobre todo en el servicio de los museos de
historia natural de sus países de origen, para los que investigan, recogen y
envían colecciones de productos naturales, ya no estaban relacionadas con los
museos brasileños.
Desarrollado sus carreras en el país, y aquí establecido sus relaciones con sus
pares internacionales, también contribuyó de manera significativa en varias
áreas de conocimiento para consolidación la comunidad científica del país.
Durante el siglo XIX los países de América Latina se enfrentaron a la tarea de
construir estados nacionales. Después del proceso independentista, América
Latina formada por países autónomos.
38
1.5 Ascendencia de América Latina
Como se sabe, el ‘descubrimiento’ de estas tierras fue accidental, e igualmente
accidentado ha sido el proceso de nombrarlas. Colón pensó que había llegado
al continente asiático y durante varias décadas los textos de la época se
refirieron a este territorio como “Las Indias”. En España se mantuvo esta
denominación, modificada como “Las Indias Occidentales”, hasta el siglo XVIII
(Phelan, 1979).
Pero la noticia sobre estas tierras llegó a otras partes de Europa a través de las
cartas del navegante florentino Américo Vespucio1 (Florencia, 1454 – Sevilla,
1512), quien participó en varios viajes de exploración por las costas de lo que
hoy conocemos como Sudamérica. Al regresar del último viaje, Vespucio
escribió en 1504 una carta en la que afirmaba que este territorio era "la cuarta
parte del mundo", y añadía: "Yo he descubierto el continente habitado por más
multitud de pueblos y animales que nuestra Europa, Asia o la misma África".
Esta carta se difundió por Europa y, en 1506, el monje alemán Martín
Waldseemüller incluyó la información en su libro de geografía, proponiendo:
"otra cuarta parte [del mundo] ha sido descubierta por Americo Vespucio... [y]
no veo razón para que no la llamemos América, como la tierra de Americus, por
Américo, su inventor". El libro incluía un mapa en el que apareció por primera
vez el nombre del continente y, para 1507, ya se habían hecho seis ediciones.
Así fue como –sin hacer justicia a Cristóbal Colón, que murió ignorado en
1506– comenzó a popularizarse en Europa el nombre de América, como una
manera simbólica de cuestionar la exclusividad de España sobre los nuevos
territorios.
Tres siglos más tarde, el nombre de América adquirió una connotación
emancipatoria. Tanto en los territorios españoles como en las colonias inglesas
del norte, los partidarios de la independencia defendieron un espíritu
americanista para oponerse a la Europa imperial. Después de independizarse
en 1776, las colonias del norte adoptaron el nombre de Estados Unidos de
América. De manera similar, los nuevos gobernantes de las colonias que se
1 Debido al contexto histórico el nombre presenta diversas variantes Amerigho Vespucci (registro de
nacimiento), Américo Vespucio (español) , Americus Vespucius (latín), Albericus Vespuccius (latín)
39
independizaron de España entre 1810 y 1830 hablaban de “las repúblicas
americanas” para referirse a los países hispanohablantes del continente. En
1815 Simón Bolívar (general de las fuerzas revolucionarias en Sudamérica)
describía así su sueño de unificar a las antiguas colonias españolas: “Yo deseo
más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo
por su libertad y gloria”. También en 1847 y 1864 se celebraron en Lima dos
“Congresos americanos” para promover la unión entre las nuevas naciones de
habla española.
El pensamiento francés propuso un modelo que se convirtió en la base del
término “América Latina”. En 1836, el economista político Michel Chevalier
publicó en París las crónicas de sus viajes por América, un continente que,
para él, reproducía las divisiones étnicas de Europa: “Las dos ramas, latina y
germana, se reproducen en el Nuevo Mundo. América del Sur es –como la
Europa meridional–, católica y latina. La América del Norte pertenece a una
población protestante y anglosajona”. Muchos intelectuales y políticos tanto
europeos como hispanoamericanos comenzaron a utilizar el adjetivo ‘latina’
para enfatizar las diferencias de estos países con los Estados Unidos de
Norteamérica y sus afinidades con la cultura francesa. El colombiano José
María Torres Caicedo, por ejemplo, creó en París una “Liga Latinoamericana”
en 1861, y poco después publicó su libro Unión latinoamericana (1865). En
esta y otras publicaciones, Torres Caicedo argumentaba que el adjetivo ‘latina’
era la mejor “denominación científica” para la América de habla española,
portuguesa y francesa. El autor colombiano también denunciaba en su obra el
carácter imperialista del “Destino manifiesto” que el presidente Buchanan había
articulado en 1857 (Phelan, 1979).
Con base en estos antecedentes decidimos utilizar el nombre de América
Latina para referirnos a la producción de conocimientos generados en y sobre
los países y reinos de esta región durante el siglo XIX.
40
1.6 La ciencia moderna en América Latina
La modernidad comienza a expandirse a través del mundo intentando
homogenizar modos de vida o de organización social. Esta expansión será
para Occidente el desarrollo de distintas modernidades y procesos de
modernización iniciados en el campo de la ciencia, político y cultural. Cada
nación perteneciente a la cultura occidental, conformaría su propia modernidad
y consecuentemente vía de modernización, permitiéndoles constituirse como
sociedad moderna. El caso de América Latina sería uno de los más singulares,
pues el hecho de conformarse étnicamente por pueblos indígenas, fabricantes
de su propia cultura, rechazaban importaciones extranjeras. No obstante, la
dominación vía fuerza a la que se vieron sometidos permitiría la ausencia de
rebeldía frente a los conquistadores dominantes. Esto favoreció a que las
condiciones peculiares de existencia de los pueblos aborígenes se mezclaran
con los valores de los conquistadores y colonizadores. Aquí se presentaría un
proceso socio histórico interesante, puesto que la cultura hispánica de la época
no sería el fiel reflejo de la modernidad Europea, por lo tanto, la modernidad a
la región no habría llegado a través de las expediciones de los conquistadores.
Algunos de los librepensadores latinoamericanos, entre ellos el sociólogo
chileno J. J. Brunner, realizan conjeturas teóricas acerca de la concreción de la
modernidad en América Latina. Éste plantea que lo que se dio en la región fue
una “pseudomodernidad” que combinaría la existencia de culturas autóctonas
con un proceso modernizador derivado de la modernidad.
Se puede afirmar, por lo tanto que la mundialización de la ciencia moderna
llevada a cabo por los imperios europeos en sus colonias no condujo, como si
lo había hecho en las metrópolis, a la creación de las verdaderas instituciones
para estimular la investigación original y la docencia científicas.
Tampoco se obtuvo con ella la creación de una capacidad científica
propiamente dicha en las regiones periféricas, sino únicamente la difusión de la
ciencia para ser utilizada con fines prácticos, y, además, siempre acotada a
ciertas disciplinas o algunos aspectos a ellas. Esta característica de la
institucionalización de la ciencia se encuentra en el origen de la orientación
pragmatista, el carácter privado y el consecuente atraso científico que
41
heredaron las colonias al producirse su independencia política. Pero una vez
obtenida esta, en el caso de los países latinoamericanos se produjo un
movimiento de ideas, de interés y una legislación para conseguir la creación de
verdaderas instituciones científicas (Saldaña, 1996).
La institucionalización de la ciencia no ha sido un proceso uniforme ni
homogéneo en todos los países y las épocas históricas. Su desenvolvimiento
ha dependido de las peculiaridades de la organización social, de la cultura, de
la historia y de los condicionantes del medio físico en cada país y en diferentes
regiones dentro del mismo país (Saldaña, 2005).
La ambición de institucionalizar la actividad científica marco el inicio en la
época moderna de la asociación entre el saber y el poder, o, más bien el
surgimiento del conocimiento como una forma de poder.
La Royal Society of London (creada en 1662) y la Académie Royale des
Sciences (creada en 1666) son ejemplos paradigmáticos de la
institucionalización y las funciones cívicas de la ciencia que vinieron a
remplazar a las tertulias y otras formas organizativas privadas que existieron
con anterioridad en Italia y Francia y cuyo fin era cultivar la erudición de sus
miembros. Fue así que la construcción de “La Casa de Salomón” se convirtió
para los científicos y los políticos de todas las latitudes en un propósito que
paulatinamente se materializo (Thomas Spratt, 1667).
La modernización fue impulsada por los propios americanos y su puso la
creación de espacios sociales nuevos con ethos formado por valores no
trascedentes sino propios de la disciplina y de la actividad económica que
cultivaban, pero que no se correspondían cabalmente con el modelo
económico europeo (Saldaña, 2005).
Lo que tenemos es un cambio cultural local que se gestó por largo tiempo en
cual intervinieron diversos factores socio-históricos igualmente locales, como
las existencia de un mercado interno dinámico, un sector privado (mineros y
comerciantes principalmente).
Se acudió también a la ciencia y la técnica moderna, y sus instituciones típicas
(periódicos, instituciones de enseñanza y asociaciones) por el contenido
42
cognoscitivo y practico que de ella se derivan, de evidente interés para
desarrollar la economía y las culturas locales sometidas como estaban al
control peninsular una, y eclesiástico y universitario la otra, desde luego, un
propósito político.
En otros términos, se intentó construir a partir de las condiciones locales
elementos epistémicos capaces de generar una ciencia para la sociedad
colonial, lo que no dejaba de tener un propósito político
Sin embargo estas instituciones que fueron establecidas bajo el control
peninsular y al servicio de los intereses de España. Por este motivo se redujo
una institucionalización de la ciencia muy diferente a Europa (Saldaña, 1996).
En América Latina fue un incipiente en cuanto a la ciencia moderna en el siglo
XIX, algunos trabajos se han publicado pero ofrecen trabajos poco detallados.
Marcos Cueto, 1989 afirma que en Perú republicano la emergencia de
sociedades científicas no correspondió en ningún caso al estilo académico, se
trató de agrupaciones no universitarias de diversas dimensiones y con
publicaciones por lo general irregulares dirigidas a un público aficionado de la
ciencia y no especializado, estas asociaciones eran apoyadas por el gobierno.
Margaret López, 2000 considera, que el Museo Nacional y otras instituciones
científicas brasileña durante el siglo XIX se establecieron siguiendo los
estándares europeos. Diana Obregón, 1993 por su parte menciona que la
Sociedad de Naturalistas Neogranadinos, por carecer de apoyo estatal y “no
poder conformar una mínima comunidad de pares”, sucumbió. En tanto Silvia
M. Figueirôa, 2000 considera que el Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro
actuó “como autentica Academia de Ciencias. Estas diferentes apreciaciones
sobre la naturaleza y la función de algunas instituciones científicas latino
americanas aun no son concluyentes, y están demandando la realización de
estudios específicos que permitan conocer y caracterizar el proceso.
En la mayoría de los países de América Latina la institucionalización de la
ciencia fue resultado de un proceso político y cognoscitivo llevado acabo por un
proyecto modernizador concebido por los promotores mismos de la
independencia.
43
En el caso de México se ha considerado como uno de los factores que ha
incidido en aspectos de la ciencia local para explicar, las revoluciones políticas
americanas, las guerras tomo algunas formas de organización científica en la
nueva España finales del siglo XVIII, las revoluciones de independencia de la
modernización científica para inducir en el cambio de las ideas, valores y
comportamientos, como fueron los periódicos, los establecimientos de
enseñanza y las agrupaciones científicas (Saldaña, 2005).
1.6.1 Antecedentes de la ciencia moderna en América Latina, siglo
XIX
Tal vez sería desproporcionado ir más allá de los siglos XVIII y XIX basta decir
que en estos siglos en Europa ha sido el espacio más propicio para los
pensamientos, porque da un lugar especial a la razón humana emancipada de
lo divino. Tiene estrecha relación con la formula cartesiana pienso, luego
existo. La ciencia moderna surge cuando el hombre tiene una actitud de
apertura al cambio, cuando cuestiona, pone en duda o acota lo divino y acepta
en los hechos la superioridad de la razón.
La curiosidad investigadora de nuevas realidades que despertó el
descubrimiento del Nuevo Mundo. No olvidemos que la nueva ciencia surgió en
un proceso dialéctico en el que se enfrentó con la ciencia tradicional vigente en
el Occidente europeo.
Por otra parte, la revolución científica nos resultaría incomprensible si no
prestamos atención al impacto que el descubrimiento del Nuevo Mundo, la
cuarta parte del mundo, y un insaciable afán de saber cosas nuevas, que pudo
desplegarse a sus anchas en el Nuevo Mundo recién descubierto.
En Europa a finales del siglo XVIII y XIX se refleja un proceso de
“circunnavegación” de los territorios y los saberes en el Nuevo Mundo esta
época se caracterizaron por la expansión de los estados europeos así como
por la independencia y apertura de las ex–posesiones españolas en América.
Las principales capitales europeas seguían siendo los lugares en donde se
concentraba los datos sobre ultramar. Allí llegaban los viajeros con sus
descubrimientos y con los objetos que traían; también era allí en donde se
44
publicaban y difundían. A ello habría que agregar la información que circulaba
en las cortes, sobre todo en la española, aunque posteriormente en Inglaterra,
Austria y Francia. De manera tal que, para finales del siglo XVIII los europeos
disponían de un corpus documental significativo que les permitía conocer las
regiones del orbe a las que no tenían acceso directo (Burke, Peter 2002). Para
el caso de América, la información disponible abarcaba obras de los primeros
conquistadores, entre los que destacaban las Cartas de Relación de Hernán
Cortés y la verdadera historia de la conquista de Bernal Díaz, pasando por los
estudios del siglo XVII, como los de Francisco López de Gómara y Francisco
Hernández. Finalmente, estaban las obras de la era ilustrada, como la “History
of America” de William Robertson (1777) y la “Historia Antigua de México de
Francisco J. Clavijero”, en las que se distinguía ya el afán de método y
sistematización propios de la época.
La historia de la ciencia en América Latina ha tenido un carácter estratégico y
medular relativo a las circunstancias que explican el proceso de expansión de
la ciencia occidental, así como el de los mecanismos que favorecen la
apropiación local de ciertas prácticas y valores científicos.
Un gran número de observadores contribuyó a enriquecer con gran cantidad de
nuevas informaciones el conocimiento de la naturaleza y de las culturas
humanas, y a realizar análisis comparados de la descripción física de la tierra,
que rectificaron los mapas hasta entonces existentes. Aunque no puede
negarse la participación de los misioneros en la desarticulación y destrucción
de las culturas amerindias, algunas tan notablemente desarrolladas como la
Azteca y la Inca, debemos aceptar, a la vez, que ellos y otros españoles o
europeos, se convirtieron en agentes de una transmisión intercultural de
conocimientos y prácticas científicas entre Europa y América, especialmente en
el campo de la botánica y de sus aplicaciones terapéuticas.
La flora americana fue estudiada sobre todo en dos épocas: en el siglo XVI,
inmediatamente después de la conquista, y en el siglo XVIII, cuando llegaron
varias expediciones científicas procedentes de Europa. La botánica europea se
enriqueció con numerosas plantas: la quina, la coca, el tabaco, el árbol del
caucho, el maíz, el cacahuate, el tomate, el cacao, la patata, etc. Algunas de
45
ellas habrían de revolucionar la vida económica del mundo. Consideremos
simplemente, por ejemplo, lo que aún supone la patata en la economía
alimenticia de muchos países europeos (Ensayo para la Materia Medica
Mexicana, 1832).
En el siglo XVIII volvió a suscitarse un renovado interés por la flora americana.
Se organizaron numerosas expediciones científicas a América del Sur. Signo
de ese interés y de las investigaciones que suscitó son los escritos de Antonio
de Ulloa, del jesuita chileno J.I. Molina y del alemán Alexander von Humboldt,
junto con el francés Aimé Bonpland (Álvarez, 1993).
En lo que se refiere al acontecimiento del virreinato de Nueva España. En los
últimos años, antes de la independencia, comenzó el proceso de creación de
una red institucional dedicada a la «ciencia moderna»: la Real Escuela de
Cirugía (1768), la Academia de las Nobles Artes de San Carlos (1781), la Real
Escuela de Minería (1792), etc. A fines del siglo XVIII, la enseñanza
matemática impartida por la Escuela de Minas supera a la de la Universidad e
incluye nociones de cálculo infinitesimal.
Uno de los principales factores que favorecieron la aparición de una generación
que sentía interés por la ciencia moderna, tanto en la América de tradición
española como en la de tradición portuguesa, fue la labor educativa llevada a
cabo por la Compañía de Jesús en los muchos colegios que organizó y dirigió
antes de su expulsión. También fueron responsables de que se concediera una
mayor importancia a las culturas indígenas, a los mestizos y a su papel en la
fundación de la sociedad mexicana. Lo cual habría sucedido de modo
semejante en los otros pueblos de América, incluido Brasil, en que
desarrollaron su actividad los jesuitas (Mendirichaga, 2010).
El mundo determinó en gran medida que el flujo de viajeros fuera moderado,
sobre todo en los primeros dos siglos. Durante ese lapso, la mayor parte de los
relatos que proveían información en Europa eran las crónicas de viajeros
hispánicos o de otras partes del imperio español, gran parte de los cuales eran
religiosos. Había, sin embargo, la excepción pues el inglés Thomas Gage y el
italiano Gemelli Carreri habían logrado adentrarse en el siglo XVII en territorios
novohispanos. A partir del siglo XVIII, y en adelante, la afluencia de viajeros no
46
hispánicos habría de incrementarse, en parte debido al incremento de la
actividad comercial. Destaca el caso de Lorenzo Boturini, un italiano que logró
introducirse sin permiso para recopilar información histórica. Pero, sin duda, el
viajero más influyente fue Alexander von Humboldt, quien con su viaje por
América y la serie de libros que sobre ello publicó, habría de marcar a lo largo
del siglo XIX el tono de las investigaciones europeas sobre el Nuevo Mundo.
Su obra fue referencia obligatoria: de consulta para el viajero o de sustento
documental para la obra académica. Se convirtió en el texto más leído en
Europa para todos aquellos que quisieran conocer algo sobre América. Fuera o
no la Nueva España el destino final de los viajeros del siglo XVIII.
Entre las actividades intelectuales implícitas en el viaje estaba la observación
detallada, la descripción fuera en mapas, dibujos o textos, la escritura de
diarios, así como la recolección y clasificación de flora, fauna y objetos
antiguos.
América no puede ser transportada a Europa, el Nuevo Mundo tiene que ser
comprimido en una imagen, en una narración que nos permita comprender los
órganos de una flor, una hoja, una planta, un bosque, el clima, el territorio, las
montaña y sus diversos climas en un solo cuadro, en una sola pintura móvil y
accesible (Caldas-Humboldt, s.f.).
Con base en lo anterior, es posible afirmar que durante el siglo XVIII y el XIX,
América Latina fue el vínculo del conocimiento de las nuevas regiones logrado
por la expansión europea que se establecieron, esto se puede observar con la
llegada de Salvador Calderón geólogo, a Nicaragua para iniciar allí una
enseñanza científica y moderna de la que se carecía, permitiéndole estudiar la
geología de América Central (Aragón de la Cruz, 1979).
47
1.6.2 Sociedades Científicas América Latina
El fortalecimiento de la ciencia en América Latina se refleja en la creación de
sociedades científicas, que del mismo modo que las europeas su principal
objetivo era la difusión de la ciencia.
Desde las primeras sociedades de letrados y naturalistas, pasando por las
academias, creadas al finalizar el siglo XIX, hasta las asociaciones científicas
que surgieron a partir de los años cincuenta, se observa el camino de
configuración de pequeños grupos interesados en sostener y legitimar la
investigación y las ciencias (Becerra y Restrepo, 1993).
“Carlos III fue que permitió, como nunca antes, la libre circulación de las ideas
en Hispanoamérica. Ello dio lugar, por una parte, a que los círculos
intelectuales latinoamericanos – constituidos básicamente alrededor de las
universidades coloniales, como en México, Quito, Chuquisaca, Santa Fe -
pudieran intercambiar ideas y proyectos, recibir las influencias de la revolución
norteamericana y, sobre todo, del pensamiento liberal español y la ilustración
europea.” (Núñez, 1989)
Fue en la segunda mitad del siglo XVIII cuando la actividad científica en
América Latina adquiriendo así su propio perfil pues no solo trato de difundir o
trasladar la ciencia europea, sino más bien la conformar condiciones mínimas
para el desarrollo de la ciencia en América Latina en ese entonces.
La memoria científica en algunos países comenzó a construirse en el siglo XIX.
Justamente cuando nacieron las primeras sociedades científicas, nuevas
cátedras, enseñanza de modernas disciplinas, y la creación instituciones de
investigación, los hombres de ciencia transitaban en dirección a la
profesionalización, fue una tarea que emprendieron los propios científicos en su
intento por mostrar el valor de su trabajo, y el de estar a la altura de la ciencia
universal. El entusiasmo que despertó la ciencia en aquella época llevo a los
intelectuales y académicos a despertar esperanzas para desarrollar en sus
países un movimiento hacia un largo camino para obtener beneficios a los que
pensaban podían acceder todos los pueblos civilizados.
48
Los procesos de institucionalización de la ciencia moderna en América Latina
se desarrollaron contextos diferentes a los de los países europeos quienes
tardaron varios siglos en lograr la profesionalización misma trata de estudiar en
América Latina.
La primera institución creada con objetivos de enseñanza y de investigación en
América Latina se construyó en México. El Real Seminario de Minería (1792-
1811).
A las sociedades científicas y de especialistas les interesaba desarrollar
programas de enseñanza y de investigación en física, geología, botánica,
química, farmacia, metalúrgica, medicina científica, antropología, arqueología,
geografía, bacteriología, matemática, paleontología y muchas más disciplinas y
especialidades.
49
Capítulo 2
Indicadores históricos de la información científica
"La nomenclatura en las Américas ha reflejado muy a menudo, de
manera simbólica, algunas de las aspiraciones de los poderes
europeos hacia el nuevo mundo".
John Phelan
2.1 Bibliografía
abriel Naudé emplea el término bibliografía por primera vez en 1633,
para significar descripción de libros o lista de libros, y descarta el término
biblioteca utilizado desde Conrad Gesner (quien publicó la primera bibliografía
general internacional en 1545, “Bibliotheca universalis, sive Catalogus omnium
scriptorum locupletissimus, in tribus linguis, Latina, Graeca et Hebraica:
extantium, veterum et recentiorum”), que designaba tanto una lista de libros
como un conjunto organizado de ellos en un local (Torres, 1996).
La definición de Malclès (1967) “La bibliografía es el conocimiento de todos los
textos impresos y está basada en la investigación, transcripción, descripción y
clasificación de esas obras con objeto de elaborar los instrumentos de trabajo
intelectual, llamados repertorios bibliográficos o bibliografías”. Explica que
hasta el siglo XIX las bibliografías permitieron preservar la memoria de los
textos del pasado, es decir, eran retrospectivas pero a partir de mediados del
siglo XX la divulgación de los avances de la ciencia y la técnica serán la
principal preocupación de los bibliógrafos y surge la bibliografía en curso (p.6).
El trabajo bibliográfico no forma parte del movimiento que dio origen a la
ciencia moderna y las revistas científicas. El desarrollo de bibliografías es una
tarea más antigua. Está ligada a las etapas de producción del libro antiguo.
Una etapa histórica importante en la evolución del quehacer bibliográfico es la
invención de la imprenta en el siglo XV. La bibliografía se conceptualiza como
un conjunto de métodos y operaciones mediante los que se registran y
organizan los recursos que componen el universo bibliográfico. Incluye la
creación y almacenamiento de información bibliográfica según normas
establecidas, y su manipulación para la recuperación (Spedalieri, 2007).
G
50
La acepción de bibliografía como ciencia del libro tiene éxito fundamentalmente
en Francia y en Inglaterra, aunque otros países europeos también comparten el
concepto. Como consecuencia de la Revolución Francesa, a fines del siglo
XVIII, se constituye un centro bibliográfico destinado a crear las normas y
políticas para la selección, catalogación y distribución de grandes cantidades
de libros de todas partes de Francia que se habían acumulado (Naumis, 2008).
Con el surgimiento de las revistas Journal des Scavans y Philosophical
Transactions of the Royal Society, a mediados del siglo XVII (Hunter, 1995), la
comunicación científica evolucionó de una forma personal de comunicación,
basada en el intercambio de cartas, a una modalidad de comunicación hecha
pública en revistas como medio de testimoniar y validar conocimientos. Como
parte de estas nuevas características, los trabajos publicados en revistas
adquieren un registro bibliográfico oficial de cada texto que permite llevar un
control a manera de inventario de la producción de conocimientos. De esta
manera el nombre del autor, el título del artículo, el nombre de la revista,
volumen, páginas y año, se convirtieron en los elementos simbólicos del control
bibliográfico universal de la información científica. Con el tiempo se agregaron
a estos datos el resumen de contenido, palabras clave y otros elementos que
sirven para la investigación bibliográfica. Estas compilaciones bibliográficas
tomaron la forma de servicios de índices bibliográficos de resúmenes en
diferentes disciplinas a principios del siglo XX. Ejemplo Chemical Abstracts,
entre otros.
En suma, la bibliografía, como instrumento y mecanismo, permite hacer más
efectivo el principio de accesibilidad a la producción de información
bibliográfica.
Malclès (1954) apunta “a facilitar el trabajo intelectual”. Esto significa tener
siempre presente que la actividad bibliográfica se configura como acto
intelectual útil a la sociedad. Esta afirmación se comprende mejor cuando
Maceviciute y Janonis (2004) escriben: “La práctica bibliográfica es la creación
práctica de la información bibliográfica y de los servicios bibliográficos en la
sociedad”. Así, la unidad «bibliografía y sociedad» se estima como un tema
teórico de investigación (p. 30-42).
51
2.2 El control bibliográfico
La humanidad ha registrado todo el conocimiento que produce y siempre ha
tenido la necesidad de tener el control sobre este. A partir de los siglos XVIII y
XIX el concepto de control bibliográfico logrará fundamentarse a partir de la
consolidación de los procesos que modernamente lo hacen posible: la
catalogación, el análisis temático y la clasificación, creados para el propósito
exclusivo de controlar y ordenar el universo bibliográfico.
El siglo XIX es considerado por la mayoría de los teóricos de las ciencias de la
información, como el siglo en el que la bibliotecología, la documentación y
también la bibliografía, se consolidaron como disciplinas y como prácticas
profesionales.
El control bibliográfico se conceptualiza como el conjunto de métodos y
operaciones mediante los que se registran y organizan los recursos que
componen el universo bibliográfico, para que puedan ser identificados y
recuperados en respuesta a una necesidad especifica. Implica la creación y
almacenamiento de información bibliográfica según normas establecidas y su
manipulación para la recuperación (Spedalieri 2007).
Este término abarca una serie de actividades bibliográficas; refiriéndose a
realizar registros bibliográficos completos para todos los documentos a medida
que se publican; la normalización de la descripción bibliográfica, la provisión de
acceso físico a través de consorcios, redes, u otros emprendimientos
cooperativos; y la provisión de acceso bibliográfico a través de la compilación y
distribución de catálogos colectivos y bibliografías temáticas y a través de
centros de servicios bibliográficos (Young, 1988).
Existen tres tipos de control: control bibliográfico regional (CBR), control
bibliográfico nacional (CBN) y control bibliográfico universal (CBU).
El control bibliográfico regional se da en regiones geográficas pequeñas
comunidades y es importante porque permite captar documentos esenciales,
sobre aspectos de la vida de las personas que habiten en la comunidad donde
52
están inmersos y que solo puedan ser recuperados por instituciones
gubernamentales o privadas de esa localidad.
El control bibliográfico nacional concentra una parte de los documentos
producidos y publicados en cada país, continuamente se encuentra en periodo
de mejoramientos para poder unificar criterios y así compartir esfuerzos para
lograr el control bibliográfico universal (Acuña, 2008).
El Control Bibliográfico Nacional tiene dos objetivos principales que son:
• Servir de fuente informativa irremplazable para la transferencia
de información nacional e internacional.
La consolidación y la integración de todos los documentos registrados es
fuente de información que se puede transmitir a usuarios del país de origen y
usuarios internacionales.
• Aportar información al CBU por ser indispensable para su
elaboración (Jaramillo, 1999).
EL control bibliográfico universal tuvo sus inicios durante la Reunión
Internacional de Expertos en catalogación (IMCE), celebrada en Copenhague
en 1969 (Anderson, 2000). El Universal Bibliographic Control (CBU), es un
programa a largo plazo desarrollado por la UNESCO y la IFLA con el propósito
de desarrollar un sistema de alcance mundial para el control y el intercambio de
información bibliográfica de acceso universal y rápidamente disponible en una
forma que sea aceptable internacionalmente, a la información bibliográfica
sobre las publicaciones en todos los países.
El concepto del CBU presupone la creación de una red formada por
componentes nacionales, cada uno de los cuales deben cubrir diversas
actividades como:
a) realizar el registro bibliográfico de cada publicación emitida en el país
obteniéndolo por medio de depósito legal, regularización gubernamental o por
acuerdo voluntario.
b) el establecimiento de una agencia bibliográfica que será capaz de:
53
• Establecer el registro de una autoridad para cada nueva
publicación emitida en el país.
• publicar los registros con la brevedad posible.
• Elaborar y distribuir los registros en un formulario estándar
• recibir y distribuir dentro de su propio país los registros
similares
• Producidos por otras agencias bibliográficas nacionales
• crear una bibliografía nacional retrospectiva de la producción
editorial
El CBU tiene dos principios los cuales son el reconocimiento de que cada país
es el indicado para identificar y registrar todas las publicaciones de los autores
nacionales y la aceptación de las ISBD por parte de todos los países para la
elaboración de sus registros bibliográficos (Anderson, 1974).
La International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA 2012)
publicó la declaración profesional sobre el control bibliográfico universal, en
donde dos de sus principios certifican que:
• En cada país debe existir una Agencia Bibliográfica Nacional
(ABN) que debe proporcionar los datos bibliográficos de las
publicaciones de su propio país y hacer accesibles esos datos
a otras ABNs, bibliotecas y otros colectivos (archivos y
museos); a través de servicios adecuados y actuales con la
finalidad de incrementar el acceso abierto a los datos
bibliográficos.
• Esta ABN, debe documentar los puntos de acceso autorizados
para personas, familias, entidades corporativas, nombres de
lugar y las referencias fiables para las obras relacionadas con
su propio país y permitir el acceso a esos datos de autoridad a
otras ABNs, bibliotecas y otros colectivos.
No se puede concebir la idea de un control bibliográfico universal sin el apoyo
del control bibliográfico nacional que aporta cada país, existen países que a
pesar de la ayuda brindada por la IFLA y la UNESCO no cuentan con
organismos u órganos que se encarguen de estos procesos en cuanto a control
bibliográfico.
54
Importancia:
• Sabemos que el CBN es un requisito previo al CBU por lo
tanto es indispensable.
• Conocer datos estadísticos sobre la producción de
documentos del país ya que serviría de fuente para futuras
investigaciones.
• Identificar los documentos del país con fines comerciales sino
también para conocer la propiedad intelectual y hacer respetar
los derechos de autor.
• Recolectar la bibliografía nacional, ya que de esta manera se
conocen los antecedentes e historia de una determinada
nación. (Jaramillo, 1999).
El control bibliográfico permite conocer y organizar todo lo que se publica en un
país, quienes son sus autores, cuales son las temáticas sobre las que se
escribe y también permite obtener un perfil cultural e intelectual del país, de
manera universal permite conformar la memoria de la humanidad (Acuña,
2008).
El control bibliográfico tiene una razón de ser y un sentido. El control y el orden
se ejercen sobre los registros del conocimiento, es una forma en la cual se
permite describir, organizar y almacenar cualquier tipo de material bibliográfico
con el fin de ser recuperados y ponerlos a disposición del usuario.
Cabe mencionar que nuestra investigación abarca el periodo de 1800-1900 en
y sobre América Latina, por lo tanto en Europa se hizo un intento por tener el
control bibliográfico universal a través ROYAL SOCIETY OF LONDON,
lograron hacer el “Catalogue of Scientific Papers (1800-1900)”.
Es por este motivo que nuestra investigación es proponer las bases de un
control bibliográfico de la literatura científica de América Latina siglo XIX, y
generar catálogos bibliográficos de autoridad, títulos y revistas que sirvan como
herramientas de información a los investigadores de cualquier disciplina.
55
2.3 La concepción biográfíca-eugenésica
La concepción más tradicional de la información ha estado anclada a los
dominios de la bibliografía. El registro bibliográfico, como la unidad básica de
análisis, ha perdurado por varios siglos. Bajo esta concepción, los elementos
del registro bibliográfico se utilizan como marcas catalográficas para diferenciar
los registros entre sí. Estas características les asignan una función histórica
relacionada con aspectos de control bibliográfico. Una tarea realizada a través
de catálogos de bibliotecas organizados por autores, títulos y revistas, así
como bibliografías especializadas por áreas del conocimiento y periodos de
tiempo. Los esfuerzos están orientados a dar cuenta de los conocimientos
producidos a nivel universal. Por ejemplo, los esfuerzos de identificación y
compilación bibliográfica realizados por la Royal Society of London (1916) para
cubrir la historia de la literatura científica publicada durante 350 años. Con
repertorios bibliográficos de periodos específicos. Por ejemplo “Catalogue of
Scientific Papers, 1800-1900”.
Los procedimientos propios del control bibliográfico de la información han
evolucionado hasta alcanzar estándares confiables de calidad. Cuentan con un
importante conjunto de normas de control bibliográfico, reglas de catalogación,
formatos de captura de datos, esquemas de clasificación y listas de
encabezamientos de materia. Herramientas que son garantía para un
tratamiento normalizado que le han permitido ganar autoridad al control
bibliográfico a nivel internacional. Estas actividades son promovidas por
iniciativas internacionales y apoyadas por distintas asociaciones
internacionales (IFLA 2012) y agencias bibliográficas locales.
El control bibliográfico de la información histórica involucra distintos actividades
y procedimientos. La identificación de los recursos implica un trabajo de
investigación histórica documental en fuentes impresas y electrónicas.
Actividades de organización de los registros bibliográficos en repertorios de
información. Tareas de desagregación y normalización de la información por
dominios de información, organizados en tablas y campos, así como la
creación de los catálogos de autoridad tradicionales (autores, temas, revistas) e
índices de recuperación de información.
56
Las bibliografías de la literatura científica aparecieron en las primeras revistas.
Publicadas en secciones de resúmenes de trabajos reportados en otras
fuentes. Un ejemplo temprano fue Philosophical Transactions of the Royal
Society. La primera revista especializada, específicamente en química, que
incluyó bibliografías con resúmenes fue Crell's Chemische Journal fur die
Freunde der Naturlehre, que se publicó durante 1778-1781. A esta le siguieron
otras publicaciones alemanas, francesas (Annales de Chemie) y de Gran
Bretaña (Journal of the Chemical Society) que aparecieron a finales del siglo
XVIII y principios del XIX (Hufbauer, 1982). Paralelamente a estas últimas
revistas aparecieron publicaciones desarrolladas específicamente para publicar
resúmenes en el área de química. El primer caso fue Chemisches Zentralblatt
que inició en 1830. Esta publicación alemana inspiró los servicios de índices
bibliográficos de resúmenes, desarrollados principalmente en los Estados
Unidos de Norteamérica, a finales del siglo XIX y principios del XX.
2.4 Bibliografía, control bibliográfico dimensión bibliométrica
Se utiliza como información testimonial base los distintos elementos
bibliográficos tradicionales: autores, títulos, revistas, temas, referencias y año
de publicación. La cuantificación y ponderación de los dominios de información
de los componentes bibliográficos permiten monitorear y advertir las etapas de
cambios en las formas de organización, modos de producción, financiamiento y
certificación de las prácticas científicas (Collazo, 2015).
Se revisa el desarrollo de indicadores de la literatura científica de acuerdo con
las concepciones tradicionales de la información que corresponden a tres
dominios distintos: bibliográfico, biográfico y bibliométrico. Estas concepciones
han desarrollado interpretaciones diferenciadas de los elementos bibliográficos
como unidades básicas de análisis. Sin embargo, ninguna de estas
concepciones resulta, por si sola, suficiente para abordar el desarrollo de
indicadores históricos. En este trabajo complementamos los recursos
heurísticos de aproximación al tema. Se recurre a una concepción que
interpreta la formación de las estructuras de contenidos de los textos, como
resultado de la intertextualidad referencial (Porter, 1986; Durañona, et al., 2006;
Haberer, 2007). Apoyados en la corriente post-estructuralista. Un movimiento
57
que concibe los textos como la imagen de un tejido de relaciones e
intertextualidad, donde cada texto adquiere una forma documental articulada
por una estructura de contenidos, funciones de comunicación y un estilo
argumentativo. Estos aspectos gobiernan la dinámica de evolución del género
científico a través de un largo proceso de varios siglos de evolución de las
prácticas científicas modernas (Ayers, 2008; Brinton, 2001; Barton, Papen,
2010; Zhang, 2012). Para el análisis y monitoreo de evolución de estos
componentes se utiliza un método crítico de análisis literario, aplicado a textos
científicos (Bazerman, 1984, 1988; Van Dijk, 2001).
Se toma como punto de partida las características emergentes de los textos
publicados en las primeras revistas del género científico: Philosophical
Transactions of the Royal Society and Journal des Scavans (Bazerman,
1988b). Consideradas como uno de los eventos más simbólicos del movimiento
que gestó el surgimiento de la ciencia moderna, durante las décadas
intermedias del siglo XVII. Los frutos de este movimiento, tomaron la forma de
reportes experimentales, que ha sido con el tiempo, el tipo de documento más
representativo del género científico y que lo distingue de otros géneros
(Bazerman, 2008c).
2.5 El autor como institución
La eugenesia nació a finales del siglo XIX, Francis Galton fue el padre de la
eugenesia desarrolló las primeras bases para mejora de la raza. Con la
pretensión de ser una ciencia aplicada. El estudio teórico de los factores que
pudieran elevar o disminuir las cualidades raciales, tanto físicas como
intelectuales, de las futuras generaciones, se fue convirtiendo poco a poco en
una serie de acciones prácticas concretas (Cruz, 2000).
La eugenesia es un movimiento que representa la inclinación de las ciencias a
creer en el perfeccionamiento de la especie humana por la vía biológica. La
idea es un vástago de la formulación de las leyes de la herencia, del
darwinismo y de la fe en que alterando la naturaleza física del ser humano es
posible mejorar su naturaleza moral e intelectual. De la eugenesia se
alimentaron los ideales higiénicos de todos los proyectos que acogieron la
58
ciencia con miras a mejorar las condiciones de vida, cosa que ocurrió en todos
los países que desde mediados del siglo XIX fueron receptores de las ideas de
Morel, Lombroso y Krafft Ebing.
Su expansión se propago también la idea de la generación contenida de los
principios eugenésicos los descubrimientos de microbiología, la creencia de los
caracteres adquiridos podrían ser heredados y la imposición de la higiene
alimentaron la convicción de que cada generación desmejoraba su naturaleza
bilógica a raíz del efecto de factores ambientales y condiciones de vida
insalubres, mermando las posibilidades del progreso.
El discurso eugenésico en entorno a la idea de la raza, cuyo campo semántico
guarda siempre un vínculo con lo que las ciencias de la época (Pedraza, 1996).
2.6 Tipo de publicaciones
En relación con las primeras su estructura organizativa, sus nexos con la
cultura y la sociedad, en particular las formas de legitimización del trabajo
científico, y los tipos de problemas que se han configurado en estos espacios
para la indagación-, sobresalen en el siglo XIX y las primeras cuatro décadas
del XX, las expediciones, comisiones, misiones que con variable número de
investigadores hacen cartografías, floras, faunas, diccionarios, compendios de
folklore y las costumbres. Un estilo de trabajo artesanal y unas ciencias
taxonómicas, normativas, descriptivas, de recolección e inventario. La
investigación científica ha demostrado su utilidad, no ha representado un valor
por si misma sino para pequeños grupos que han sostenido en condiciones
difíciles las disciplinas. Una situación que revela lo precario de los procesos de
institucionalización de las ciencias (Becerra y Restrepo, 1993).
A hora bien la vía de comunicación con que se contaba en los siglos XVIII y
XIX fue mediante los viajes de navegación como su principal forma. También
se utilizaron las cartas privadas así como los extractos de cartas, informes de
las exploraciones, la taxonomía de plantas, flores, arboles, insectos, pájaros y
animales, las colecciones de mariposas los catálogos de objetos antiguos y
diarios personales.
59
Al establecerse las sociedades científicas se pretendió que no se almacenara
el conocimiento si no divulgarlo, esto implicaba que los científicos tenían que
seguir una nueva metodología en su nueva forma de escribir, de esta forma se
logró que publicaran sus artículos en las revistas más importantes de Europa y
dos siglos después en publicar América Latina.
2.6.1 La comunicación científica a través de cartas
Todos los formatos de comunicación científica persiguen como ideal llegar a la
máxima calidad y visibilidad para la ciencia. La carta científica fue la primera
forma de presentar trabajos de investigación en la Edad Media. A través de la
correspondencia, los científicos medievales enviaban la información de sus
nuevas investigaciones a los demás miembros de las sociedades científicas de
la época y, con ello, además de divulgar el descubrimiento, se determinaban y
autenticaban como sus responsables.
La comunicación de los hallazgos científicos entre estas sociedades se
realizaba a través del intercambio de cartas como un consolidado sistema al
cual denominaron Republique des Lettres (Piedra; Martínez, 2007).
Las cartas eran leídas y discutidas en las asambleas por sus miembros, que
podían de este modo conocer y dar a conocer los últimos avances en
numerosas áreas de investigación.
Con el creciente desarrollo de las sociedades, el surgimiento de la imprenta y la
prensa, este sistema no resultó muy eficiente por lo que dio lugar al surgimiento
de los primeros periódicos que se convertirían más tarde en académicos y
luego en revistas científicas.
2.6.2 Características
La carta científica no tenía un formato de contenidos con una estructura
determinada, sino que variaba de acuerdo con la necesidad o interés del
erudito. Así, podía ser desde una misiva corta hasta un tratado de muchas
páginas y el lenguaje empleado abarcaba tanto formas coloquiales como
poéticas. Es que por aquellas épocas en la redacción de este tipo de
60
manuscritos prevalecía una gran subjetividad, que no fue desterrada hasta la
llegada del método científico. Recién en ese momento comenzó a utilizarse un
marco formal en la presentación de trabajos y la carta científica adquirió el
formato clásico que aún persiste. Su contenido, para cumplir con la finalidad,
debe ser objetivo y descriptivo, así como también tiene que incluir imágenes y
una corta bibliografía (Meadows, 1999).
2.7 Revistas científicas
Las publicaciones son fundamentales para el campo de la comunicación formal
de la ciencia. Las publicaciones científicas nacieron a comienzos del siglo XVII,
cuando dejó de ser práctico para los miembros de las sociedades científicas
eruditas comunicar sus trabajos mediante cartas privadas (Russell, 2000).
La introducción de la revista científica en el siglo XVII rompe con el esquema
de comunicación basado principalmente en la comunicación oral, la
correspondencia personal y los libros, al mismo tiempo que se convierte en el
elemento fundamental que determinó el proceso formal de la comunicación
científica. Para Meadows, la revista es una colección de artículos de
investigación publicados por distintos autores, y los artículos se reúnen o juntan
durante cierto tiempo para después ser publicados y distribuidos bajo un solo
título.
Durante el siglo XVIII y XIX la revista adquiere el papel que hasta hoy ha
mantenido como agente principal del proceso de la comunicación científica,
particularmente porque publica resultados originales de investigación.
Las primeras revistas representaban para la época verdaderas fuentes de
información ya que permitían que los científicos se mantuvieran al día sin
necesidad de estar integrados a una red de correspondencia (Luna Morales,
2009).
61
2.7.1 La comunicación científica a través de revistas científicas
La revista científica presenta una evolución histórica muy dinámica donde
también han tenido que ver la institucionalización, la profesionalización y la
especialización de la ciencia, ocurridas principalmente como consecuencia del
crecimiento del conocimiento científico (Luna Morales, 2009).
Las revistas científicas empezaron a reforzar el concepto de autor, cuya
importancia residía tanto en la cuestión de los beneficios económicos como en
la de la responsabilidad.
2.7.2 Características
Surgen nuevas formas para organizar la información producida, particularmente
en especialidades o áreas de investigación a fin de hacer más accesible el
proceso de intercambio de datos, ideas y metodologías entre científicos (Luna
Morales, 2009).
En el esquema general de comunicación de la ciencia, la revista científica
representa el registro público que organiza y sistematiza los conocimientos
acumulados y es un canal indirecto y formal del mensaje científico, pues se
inserta en medio de un proceso comunicacional que se inicia con la información
creada por autores (científicos), perfeccionada y formalizada por editores y
revisores, ampliamente difundida por las instituciones de información y recibida
por usuarios, ya sea para integrarla y aplicarla a su actividad práctica o para
generar nuevos conocimientos (Cañedo, 2003).
En un principio, las revistas intentaron ofrecer sólo resúmenes de los nuevos
libros científicos que iban apareciendo y gradualmente estos escritos fueron
reemplazados por los artículos que contenían los recientes descubrimientos no
publicados en ningún libro. Se considera que la revista Philosophical
Transactions fue la que inició en 1752 el sistema de tener un comité revisor
para determinar si los artículos que recibían merecían ser publicados, pues su
prestigio había disminuido considerablemente (Piqueras, 2001).
62
La revisión de pares (peer review) quedó ligada a las revistas desde que éstas
se consolidaron como vehículo principal en la difusión de la ciencia. También
se le conoce con el nombre de arbitraje o juicio de los pares porque
intervienen, casi siempre, dos especialistas que son designados árbitros
(referees) (Giordanino, 2005).
2.7.3 Lo que no se puede atestiguar a través de los sentidos no
existe
La esencia de la ciencia es la validación mediante la observación. Pero no es
suficiente que las teorías científicas concuerden solamente con las
observaciones que ya se conocen; en primer lugar, también deben ajustarse a
observaciones adicionales que no se hayan utilizado para formularlas; es decir,
las teorías deben tener poder predictivo.
El investigador científico en su trabajo ha de tener algún tipo de «señal», que le
instigue a reflexionar sobre cierto fenómeno o resultado, bien a partir de ciertas
hipótesis preestablecidas -meditadas con antelación por el científico-, donde se
indican los resultados que se esperan obtener; o bien de manera inesperada o
accidental (Quine, 2001).
2.7.3.1 La ciencia positivista y el método científico
El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático
francés del siglo XIX Auguste Comte (1798-1857), pero algunos de los
conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume (1711-
1775), al filósofo francés Saint-Simon (1760-1825), y al filósofo alemán
Immanuel Kant (1724-1804).
Augusto Comte, propulsor de la corriente positivista, marcó un hito en la
concepción de la ciencia, en el modo de construcción de la ciencia. Según su
perspectiva, se debía construir un modelo que incluyera todas las ramas del
saber. Comte propuso un sistema unitario de conocimiento científico y una
teoría orgánica basada en el método baconiano (Casal; Viloria, 2002).
Además de Auguste Comte en Francia, los representantes más significativos
del positivismo son: John Stuart Mill (1806-1873) y Herbert Spencer (1820-
63
1903) en Inglaterra; Jakob Moleschott (1822-1893) y Errist Haeckei (1834-
1919) en Alemania; Roberto Ardigó (1828-1920) en Italia. Por lo tanto, el
positivismo se integra en tradiciones culturales diferentes: en Francia se inserta
en el interior del racionalismo que va desde Descartes hasta la ilustración; en
Inglaterra, se desarrolla sobre la tradición empirista y utilitaria, y se relaciona a
continuación con la teoría darwinista de la evolución; en Alemania asume la
forma de un rígido cientificismo y de un monismo materialista; en Italia, con
Ardigó, sus raíces se remontan al naturalismo renacentista (García, s.f.).
Para Comte, era prioritaria la unificación de las ciencias; el conocimiento
científico como única forma válida para construir ciencia debe tener un orden
preestablecido. Trasladó el método científico inductivo de las ciencias físico-
naturales a las ciencias sociales, desarrollando un modelo desde la perspectiva
de la ciencia empírica experimental para alcanzar la percepción de los
fenómenos naturales y sociales. Su fundamentación es sencilla: “lo único que
se puede conocer es el hecho” (Cappelletti, 1994). Según la visión de
Cappelletti 1994, por “hecho” se entiende el fenómeno estudiado, lo que
aparece ante nuestros sentidos, pero no es algo puesto por el sujeto, es decir,
creado o manipulado, sino que es algo dado por el entorno.
2.7.3.2 Los sentidos y los hechos
El rasgo distintivo del conocimiento científico es captado por el lema “la ciencia
se deriva de los hechos” (Chalmers, 2000).
Cuando se afirma que la ciencia es especial porque se basa en los hechos, se
supone que los hechos son afirmaciones acerca del mundo que pueden ser
verificadas directamente por un uso cuidadoso y desprejuiciado de los sentidos.
La ciencia ha de basarse en lo que podemos ver, oír y tocar y no en opiniones
personales o en la imaginación especulativa. Si se lleva a cabo la observación
del mundo de un modo cuidadoso y desprejuiciado, los hechos establecidos de
tal manera constituirán una base segura y objetiva de la ciencia (Chalmers,
2000).
Las observaciones anteriores son la esencia de un relato bien conocido y que
se refleja en gran parte de la literatura que versa sobre la ciencia. “La ciencia
64
es una estructura asentada sobre hechos", escribe J. J. Davies (1968) en su
obra sobre el método científico, tema que ha sido elaborado por H. D. Anthony
(1948), No fue tanto las observaciones y experimentos realizados por Galileo lo
que originó la ruptura con la tradición, como su actitud hacia ellos. Para él, los
hechos extraídos de ellos habían de ser tratados como hechos y no
relacionados con una idea preconcebida... Los hechos observacionales podían
encajar o no en un esquema admitido del universo, pero lo importante, en
opinión de Galileo, era aceptar los hechos y construir una teoría que se
ajustara a ellos. Anthony (1948), no sólo da expresión clara a la opinión de que
el conocimiento científico se basa en los hechos establecidos por la
observación y el experimento, sino que da un sesgo histórico a la idea, algo en
lo que no es en absoluto el único. Un aseveración extendida dice que es un
hecho histórico que la ciencia moderna nació a comienzos del siglo XVII al
adoptarse, por primera vez, la estrategia de tomar en serio los hechos
observacionales como base de la ciencia.
Hay dos aspectos bastantes distintos involucrados en la afirmación de que la
ciencia se deriva de los hechos. Uno concierne a la naturaleza de esos
“hechos" y cómo los científicos creen tener acceso a ellos. El segundo atañe a
cómo se derivan de los hechos, una vez que han sido obtenidos, las leyes y
teorías que constituyen el conocimiento (Chalmers, 2000).
Se pueden distinguir tres componentes en la postura adoptada por el punto de
vista común respecto de los hechos que se supone son la base de la ciencia.
Estos son:
a. Los hechos se dan directamente a observadores cuidadosos y
desprejuiciados por medio de los sentidos.
b. Los hechos son anteriores a la teoría e independientes de ella.
c. Los hechos constituyen un fundamento firme y confiable para el
conocimiento científico.
2.7.3.3 Las revistas son para atestiguar relaciones de hechos
La figura histórica del científico moderno nació en Europa entre finales del siglo
XVI y XVII y se irá progresivamente fortaleciendo sobre el desarrollo de los
65
conceptos de “institucionalización” y “profesionalización” de las prácticas
científicas. Aunque el segundo aparece recién en el siglo XIX y designa la
transformación de la investigación en una actividad permanente generando la
desaparición de la figura del científico diletante, el primero de los conceptos es
importante considerarlo pues indica el proceso por el cual la ciencia construye
sus propias instituciones, llámense academias, sociedades científicas y,
andando el tiempo, laboratorios y centros de investigación.
2.8 Reporte científico
El conocimiento del hombre tiene como base las investigaciones y
descubrimientos, el desarrollo que se vive actualmente se ha logrado gracias a
las investigaciones y a la aplicación de la tecnología en el campo científico, los
nuevos conocimientos que se generan deben ser transmitidos para la
existencia y desarrollo de la ciencia.
Actualmente, las ideas científicas son el producto colectivo de la ciencia
moderna permeada en todos los campos por la innovación tecnológica (Ziman,
1996). Los científicos se apoyan en una densa red de telecomunicaciones. El
uso del medio electrónico en la comunicación científica es uno de los mayores
cambios en la práctica de la Ciencia en esta era. Las comunicaciones
científicas incluyen el correo electrónico, las conferencias, los preprints
públicos, el acceso a versiones de artículos de revista.
El tipo de documento científico por excelencia es el artículo científico, que
presenta un informe acabado sobre algún aspecto de una investigación, una
pieza completa ofrecida para el debate o la consideración de otros científicos
(Maltras, 2003). El canon de la publicación científica es el reporte experimenta
de una investigación científica el cual se aborda a continuación.
2.8.1 El canon de la publicación científica
Podemos definirlo de acuerdo a Day (2005) como un informe escrito y
publicado que describe resultados originales de investigación. Esta breve
definición debe matizarse, sin embargo, diciendo que un artículo científico debe
ser escrito y publicado de cierta forma, definida por tres siglos de tradiciones
66
cambiantes, práctica editorial, ética científica e influencia recíproca de los
procedimientos de edición y publicación (Day, 2005).
Los avances producidos como resultado de la investigación no pasan a formar
parte del conocimiento científico en tanto no hayan sido comunicados al
mundo. Las revistas científicas constituyen el medio para que los autores
ofrezcan su producción, avalados por el prestigio que históricamente significó
este medio y que aún subsiste.
Un artículo científico es un escrito organizado para satisfacer los requisitos
exigidos de la publicación válida. Es, o debería ser, sumamente estilizado, con
unas partes componentes destacadas y claramente distintas. En las ciencias
básicas, la forma más corriente de designar esas partes componentes es:
Introducción, Métodos, Resultados y Discusión (de ahí la sigla IMRYD) (Day,
2005). En 1972 el American National Standars Institute estableció como norma
para la presentación de artículos científicos el formato IMRYD, que en la
actualidad goza de una ampliar consenso en las ciencias (Camps, 2007).
El artículo científico es un informe escrito que comunica los resultados
originales de una investigación. Los artículos científicos publicados en miles de
revistas científicas componen la literatura primaria de la ciencia (Mari, 2010).
2.8.1.1 La estructura
El artículo científico tiene seis secciones principales:
Resumen (Abstract)- resume el contenido del artículo
Introducción- provee un trasfondo del tema e informa el
propósito del trabajo
Materiales y Métodos- explica cómo se hizo la
investigación
Resultados- presenta los datos experimentales
Discusión- explica los resultados y los compara con el
conocimiento previo del tema
Literatura Citada- enumera las referencias citadas en el
texto (Mari, 2005).
67
2.8.1.2 Las funciones y el estilo del género científico
Argumentación, persuasión, retórica
Estilo o genero científico
Moyano (2000) que la comunicación científica consiste en la circulación de un
conjunto de textos que permiten difundir nuevos conocimientos de una
disciplina.
Moyano (2000) da una síntesis de clasificación del género científico se muestra
a continuación:
Artículo científico: Texto escrito, generalmente publicado en una revista
especializada, que tiene como finalidad informar a la comunidad científica los
resultados de un trabajo de investigación realizado mediante la aplicación del
método científico según las características de cada disciplina de la ciencia.
Su estructura expone en el orden que enunciamos los siguientes capítulos:
Introducción, Materiales y Métodos, Resultados, Discusión y Conclusiones.
Comunicación preliminar: Éste es un texto también escrito, publicado
habitualmente en jornadas de actualización y congresos, que difunde en la
comunidad científica los primeros resultados y los avances del desarrollo de un
trabajo de investigación que aún no ha sido completado.
Mural: Conocido también con el nombre de poster, el mural tiene como
finalidad exponer en un congreso, ante la comunidad científica, los resultados
de una investigación completa o sus resultados preliminares. Presenta de
manera esquemática el contenido de un texto que recibe publicación en forma
de resumen en los anales de congresos y conserva la estructura del artículo
científico, a excepción de la Discusión.
Tesis: Documento académico escrito que tiene como contenido los resultados
de un trabajo de investigación, generalmente de bastante complejidad.
Presenta la estructura del artículo científico, aunque la revisión bibliográfica
suele ser suficientemente profunda para merecer un capítulo aparte (ubicado
entre la Introducción y Materiales y Métodos). Su finalidad es dar cuenta de los
68
resultados y conclusiones de un trabajo de investigación de manera de
acreditar méritos para la obtención de un título.
Tesina: Nombre que reciben las tesis de grado, que se diferencian de las de
post-grado porque tienen menor complejidad y menor profundidad en el
tratamiento y análisis del tema elegido.
Monografía: Texto que también circula en el ámbito académico en forma escrita
y responde a la finalidad de acreditar méritos ante los docentes de una materia
de grado o post-grado universitario. Desarrolla, generalmente, una
investigación documental y tiene una estructura lógica sencilla, argumentativa.
Informe científico: Texto por el cual se informa acerca del estado de avance de
una investigación, se proponen acciones técnicas para la solución de un
problema o se da cuenta de un estudio que haya permitido diagnosticarlo. Su
finalidad es acreditar méritos ante un funcionario o empresario con el fin de
obtener dinero para un proyecto, justificar un área de trabajo, etc.
Resumen: Texto breve que tiene por finalidad dar cuenta del contenido de otro
texto científico, con el fin de interesar a la comunidad científica en su lectura.
Se publica por escrito en revistas y en las revistas de resúmenes de los
congresos.
Comunicación: Texto escrito cuya finalidad es informar a la comunidad
científica acerca de nuevas técnicas o aparatos de medición, métodos de
investigación o análisis de datos, así como también estudios de casos.
Revisión bibliográfica: Texto escrito que informa a la comunidad científica
acerca del estado en el que se encuentra la investigación sobre un tópico de
interés disciplinar. El investigador evalúa la información generada por otros,
establece su posición frente al tema y suele hacer sugerencias para próximas
investigaciones.
Ensayo: Escrito por el cual el estudioso presenta teorías o discute un problema
en forma teórica, haciendo evaluaciones y estableciendo su propia posición
ante la comunidad científica.
69
Ponencia: Es éste un texto de oralidad secundaria, en tanto es escrito para ser
expuesto oralmente o leído en voz alta en una mesa compartida con otros
expositores en un congreso. Su estructura es libre, así como su contenido,
puesto que un investigador puede a través de él hacer formulaciones teóricas o
presentar nuevas técnicas o métodos, experiencias realizadas o estudios de
casos. Se publica en actas de congresos.
Conferencia: Texto escrito para ser expuesto oralmente, que posteriormente
suele ser publicado junto con otros en antologías, en forma de capítulo de un
libro o en actas de congresos. Tiene como finalidad informar a la comunidad
científica las novedades y últimas especulaciones sobre un tema de interés
científico, exponer teorías y hacer sugerencias de líneas de investigación.
Debate: Texto oral de estructura conversacional, en el que diversos
participantes confrontan ideas y posiciones frente a un tema o problema o
hacen aportes para su solución. Tiene lugar en distintos ámbitos científicos,
especialmente en los congresos, y se desarrolla con la asistencia de un
moderador que plantea el tema, hace las preguntas que considera pertinentes
y otorga los turnos de participación en la conversación (Moyano, 2000)
2.9 Advenimiento de los indicadores de la ciencia
La bibliometría utiliza un conjunto de indicadores que permiten expresar
cuantitativamente las características bibliográficas del conjunto de documentos
estudiado así como las relaciones existentes entre estos documentos. “Estos
indicadores bibliométricos son datos numéricos calculados a partir de las
características bibliográficas observadas en los documentos publicados en el
mundo científico y académico, o los que utilizan los usuarios de tales
documentos, y que permiten el análisis de rasgos diversos de la actividad
científica, vinculados tanto a la producción como al consumo de información. El
indicador sintetiza una característica bibliográfica o una combinación de ellas
utilizando un valor numérico que toma más interés cuando se puede comparar
con observaciones de otros conjuntos de documentos (de otras zonas
geográficas, universidades, disciplinas, bases de datos, etc.) y estudiar su
evolución con el tiempo” (Sancho, 1990).
70
Se pueden definir como “indicadores” los parámetros que se utilizan en el
proceso evaluativo de cualquier actividad. Normalmente, se emplea un
conjunto de ellos, cada uno de los cuales pone de relieve una faceta del objeto
de la evaluación.
Russell indica que los indicadores bibliométricos constituyen una de las
herramientas más utilizadas para la medición del producto de la investigación
científica, ya que la documentación (independientemente del tipo de soporte)
es el vehículo más prolífico y exitoso para la transferencia del conocimiento
científico, conjuntamente con su transferencia oral por medio de conferencias y
comunicaciones personales (Russell, 2004).
2.9.1 Definición de los indicadores histórico bibliométricos
La baja eficacia en la comunicación de la producción científica ha llevado a
algunos especialistas a afirmar que la mayor parte de la información científica
de los países del tercer mundo permanece en la penumbra (Garfield, 1999),
situación que se torna más grave cuando se constata que si un investigador
proveniente de los países en desarrollo publica en revistas de alto
reconocimiento internacional, su factor de impacto es menor al de un
investigador proveniente de los países que controlan la producción científica
(Gibbs, 2001). De ahí que la debilidad, la falta de presencia y visibilidad
internacional, el desconocimiento y la inadecuada valoración que experimentan
las revistas producidas en la región latinoamericana se constituyan en una
preocupación central de los actores mismos de la producción científica (Cetto,
1998).
Por otra parte Maltrás lo define como medidas obtenidas a partir de análisis
estadístico de los rasgos cuantificables de la literatura científica (Maltrás-Barba,
2003).
2.9.2 ¿Por qué indicadores histórico bibliométricos?
Debido al periodo de la investigación que abarca el siglo XIX, y al tratamiento
que se le dio a la información es indispensable establecer que los indicadores
bibliométricos contemporáneos no serán aplicados, la información requiere de
71
un tratamiento especial, al ser información histórica no presenta datos que son
indispensables para los indicadores bibliométricos contemporáneos, en relación
a los indicadores histórico bibliométricos es importante hacer referencia a la
bibliometría histórica, que es definida, como el estudio bibliométrico de las
publicaciones y los libros publicados en un área y en un periodo de tiempo y
espacio específico (Hérubel, 1999), sobre todo editado durante los siglos XVIII,
XIX y principios del XX tomando la referencia de los artículos publicados como
elemento básico de análisis.
El método bibliométrico que actualmente se aplica en estos estudios, se apoya
de elementos muy similares también toma las publicaciones y libros registrados
en siglos y años pasados, con la diferencia de que algunos campos puedan ser
medidos y complementados con variables adicionales, de tal manera que se
puedan obtener datos valiosos que generalmente son desconocidos (Luna
Morales, Collazo Reyes, Ruseell Barnard, Pérez Angón, 2009).
2.10 Tipo de indicadores histórico bibliométricos
Los elemento de la referencia bibliográfica, como representación descriptiva del
documento científico, son la principal fuente de datos para los análisis
bibliométricos contemporáneos. También se utilizan para el desarrollo de
indicadores histórico bibliométricos, pero se estudian a partir de la formación de
relaciones y estructuras de comunicación científica, como eventos que
acompañaron los procesos de emergencia de las prácticas científicas
modernas.
En este sentido, los indicadores históricos están orientados a buscar el
surgimiento de los elementos bibliográficos como son: autores, incluyendo su
procedencia y formación; las fuentes de difusión y los lugares de edición; los
países de las instituciones sedes de los trabajos; los tipos de investigación y
tipos de trabajo; idiomas de publicación, y los temas y subtemas de
investigación. La presenta investigación analiza la aparición de estos
componentes histórico bibliográficos en los trabajos publicados en revistas de
interés científico.
72
2.10.1 Concepción de los indicadores histórico bibliométricos
Existe una idea general asociada a la concepción del desarrollo del indicador
histórico. Tiene que ver con los procesos de surgimiento del texto científico
moderno en las distintas disciplinas. Los componentes bibliográficos son las
marcas testimoniales de este surgimiento que responden preguntas tales
como: ¿quién escribió los primeros trabajos en una disciplina?, ¿en qué fuentes
y dónde están publicados?, ¿Qué temas abordan?, ¿en qué idiomas se
empezó a publicar?, etc. Estas marcas o componentes bibliográficos se
desarrollan cuando se repiten en más de un trabajo. Por ejemplo, cada vez que
un autor de una disciplina publica, se repite su nombre y se distingue. En la
medida que mantiene la continuidad en la publicación, su nombre se distingue
como un nodo que establece relaciones con otros componentes bibliográficos
(autores, revistas, temas, tipo de documentos, idiomas), de una red de
comunicación científica. De la misma manera los demás componentes
bibliográficos se repiten, establecen relaciones, conforman estructuras de
comunicación y acumulan distinción como nodos. De esta manera, las
disciplinas científicas desarrollan sus indicadores histórico bibliométricos, en la
medida que encuentran las condiciones suficientes para mantener una
continuidad en la producción de conocimientos. La formación de estos
indicadores tempranos se interpreta como señales u horizontes de arraigo de
las disciplinas en contextos específicos (Collazo, 2015)
2.11 Revistas científicas en América Latina
Las publicaciones con contenidos de interés científico, nacieron a comienzos
del siglo XVII, cuando dejó de ser práctico para los miembros de las
sociedades científicas, comunicar sus trabajos mediante cartas privadas. La
calidad del trabajo impreso estaba garantizada por el proceso de revisión de los
pares. Las publicaciones formales también eran una manera de conservar un
archivo de los resultados y observaciones publicadas como artículos de
revistas. A lo largo de tres siglos se construyó una enorme industria
internacional de publicaciones académicas para facilitar la comunicación entre
73
investigadores, estudiosos y académicos (Oppenheim, Greenhalgh y Rowland
2000).
La revista científica es uno de los principales canales de transmisión del
conocimiento. Como se mencionó anteriormente las revistas científicas
surgieron en Europa. El contexto histórico que posibilito el surgimiento de la
ciencia moderna proporcionó las condiciones para que las investigaciones se
divulgaran formalmente y las revistas académicas comenzaron a circular a
partir de 1665.
Podemos considerar que en Europa las revistas científicas surgieron por la
necesidad de crear un vehículo de comunicación entre las comunidades que
hacían ciencia, cabe la pregunta ¿Y qué sucedía en América Latina?, el
hombre de ciencia Latinoamericano del siglo XIX respondía a una demanda
nacional, es decir, el de propagar los conocimientos científicos, los Anales de la
Universidad de Chile es una publicación fundada el 23 de abril de 1843. Es una
de las publicaciones periódicas científicas más antiguas en español de
América. Su lectura fue recomendada por Alexander Humboldt en su obra
Cosmos, como primer ejemplo de lo que ya se trabajaba en América Latina,
México es el segundo en particular el caso de José Antonio Álzate, quien
propago conocimientos científicos de manera teórica con la inquietud de
despertar en los mexicanos un gran interés en la ciencia y poder aplicarla a su
realidad.
En México, en el siglo XIX, consumada la Independencia, se tuvo el propósito
de poner la educación al alcance de un mayor número de ciudadanos.
"Nada más importante para un Estado que la instrucción de la juventud"...
decía el doctor José María Luis Mora, al tiempo que apoyaba la formación de
instituciones para, la enseñanza de las ciencias.
Esta política dio también impulso a la investigación científica y creó condiciones
favorables para la multiplicación de organizaciones científicas, institutos y
academias de investigación. Como consecuencia natural nacieron numerosas
publicaciones de carácter científico, algunas editadas por las mismas
74
instituciones de investigación otras por dependencias oficiales y otras más por
imprentas o editores particulares.
Proliferaron las memorias, boletines y anales que relataban las expediciones,
describían investigaciones o simplemente reproducían artículos de revistas
europeas científicas.
Se habían creado revistas de contenido científico, siendo las más
representativas: la Gaceta de México, publicada primero por Juan Ignacio
María de Castoreña Ursúa Goyeneche y de Villarreal, después por Juan
Francisco Sahagún de Arévalo y Ladrón de Guevara, y finalmente por Manuel
Antonio Valdés y Murguía; los cuatro periódicos ,editados por José Antonio
Alzate, el Diario Literario de México, Asuntos varios sobre ciencias y artes,
Observaciones sobre la física, y las Gacetas de literatura; finalmente el
Mercurio volante, editado por el Doctor José Ignacio Bartolache, 1772-73, fue la
primera revista médica en América.
La inquietud por dar a conocer y dejar datos para la historia de la ciencia se
encuentra presente en este siglo XIX con importantes ensayos, como los
"Apuntes para la historia de la geografía en México", de Manuel Orozco y
Berra, la “Historia crítica de la literatura y de las ciencias en México, de
Francisco Pimentel, y la "Historia de la medicina desde la época de los indios
hasta el presente", en tres volúmenes, por Francisco A. Flores.
“José Antonio Álzate público el Diario Literario de México, que incluía tópicos
sobre agricultura, comercio, minería, astronomía, historia natural y medicina”
(Licea, 1994).
Las publicaciones que se presentan a continuación, tuvieron sus inicios en
1835, algunas de ellas cesaron su publicación años más tarde, lo
transcendente de estas publicaciones mexicanas que están consideradas como
los orígenes de las revistas científicas de América Latina las cuales son:
75
Tabla 2.1 Revistas científicas de América Latina surgidas durante el siglo XIX.
Titulo Editor Editorial/Imprenta Periodicidad Tema Año
Almacén Universal
Anual Historia, geografía
y otros
1840
Anales de la
Asociación de
Ingenieros y
Arquitectos de
México
Anual Arquitectura 1886
Anales de la
Asociación Larrey
Admon. Manuel S.
Soriano
Comisión de Redacción y
Estilo
Mensual Medicina 1875
Anales de la Minería
Mexicana
Anual Geología 1861
Anales de la
Sociedad Humboldt
Sociedad
Humboldt
Impr. De Ignacio
Escalante
Mensual Ciencia en general 1872
Anuario del Colegio
Nacional de Minería
Colegio Nacional
de Minería
Impr. De I. Cumplido Anual Geología 1845
Anuario del
Observatorio
Astronómico
Nacional
Chapultepec
Ángel Anguiano Impr. De Francisco Díaz
de León
Anual Astronomía 1881
Anuario del
Observatorio
Astronómico
Nacional de
Tacubaya
Felipe Valle Impr. Y fototipia de la
Secretaría de Fomento
Anual Astronomía 1884
Anuario Estadístico
de la República
Mexicana
Dirección General
de Estadística
Oficina Tip. De la
Secretaría de Fomento
Anual Estadística 1890
Boletín de la
República Mexicana
José María Romero Talleres de la Tipografía
artística de Revillagigedo
Mensual Ciencia en general 1898
Boletín Demográfico
de la República
Mexicana
Dirección General
de Estadística
Oficina Tip. De la
Secretaría de Fomento
Anual Estadística 1896
Boletín Semestral de Ministerio de Oficina Tip. De la Semestral Estadística 1888
76
la Estadística de la
República Mexicana
Fomento Secretaría de Fomento
El Artista
Jorge Gammeken,
et.al
Impreso por Díaz de León
y White
Anual Ciencia en general 1874
El Bien Público
Joaquín M. et.al. Diario Ciencia en general 1876
El Craneóscopo
Plotino
Riiodakanaty
Semanario Frenología 1874
El Cultivador
Irregular Agricultura 1872
El Diorama
Semanario Historia, geografía
y otros
1837
El Minero Mexicano
Mauricio Levek Semanario Geología 1873
El Museo Mexicano
Impr. Iilog de Cumplido Anual Historia natural 1843
El Progreso Minero
Mauricio Levek y Pedro
Mendoza y Guerra
Semanario Medicina 1885
El Propagador
Homeopático
Instituto
Homeopático
Mensual Geología 1870
El Propagador
Industrial
Sociedad Minera
Mexicana
Semanario Geología 1875
El Veterinario y el
Agricultor Prácticos
José E. Mota y
Miguel García
Quincenal Agricultura 1881
Gaceta Agrícola
Veterinaria de la
Sociedad Ignacio
Alvarado
Veterinaria de la
Sociedad Ignacio
Alvarado
Mensual Agricultura 1880
Gaceta Médica de
México
Academia Nacional
de Medicina
Merck Sharp & Dohme de
México
Mensual Medicina 1875
Informes y
Documentos
Relativos a
Comercio Interior y
Exterior Agricultura
e Industrias
Departamento de
inferior
Mensual Agricultura 1888
La Escuela de
Agricultura
Gustavo Ruiz y S
[et al]
Escuela Nacional de
Agricultura y Veterinaria
Quincenal Agricultura,
veterinaria
1878
La Escuela Nacional Manuel F. Álvarez Escuela Nacional de Artes Quincenal Ciencia en general 1878
77
de Artes y Oficios
[et al] y Oficios
La Farmacia
Ricardo Arévalo Sociedad Farmacéutica
Mexicana
Mensual Medicina 1890
La Independencia
Médica
Hilarion Frías y
Soto, Francisco
Patiño
Tip. Literaria de Filomeno
Mata
Semanario Medicina 1880
La Medicina
Científica
Fernando Malanco Imp. Del Gobierno
Federal
Quincenal Medicina 1893
La Naturaleza
Sociedad Mexicana
de Historia Natural
Imp. De Ignacio Escalante Irregular Historia natural 1869
La Reforma Medica
Instituto
Homeopático
Mexicano
Mensual Medicina 1875
Periódico de la
Academia de
Medicina en México
Imp. De Galván Mensual Medicina 1836
Revista Científica y
Literaria de Méjico
Antiguos Redactores del
Museo Mexicano
Anual Ciencia en general 1845
Revista Nacional de
Letras y Ciencias
Justo Sierra [et al] Oficina Tip. De la
Secretaría de Fomento
Anual Ciencia en general 1889
Synopsis plantarum
Aequatoriensium
Jameson, William Typis J.P. Sanz Botánica 1865
Anales de la
Universidad central
del Ecuador.
Universidad
Central del
Ecuador.
Imp. Universidad Central
del Ecuador.
Humanidades 1881
Fuente: Atlas Histórico de la Ciencia Mexicana. Catálogo histórico de revistas
científicas de América Latina del siglo XIX.
El conocimiento generado por la comunidad científica tras finalizar sus
investigaciones, tiene como meta difundir y divulgar los resultados de sus
indagaciones, y el medio formal para llevarlo a cabo es la revista científica, y
como Krauskopf y Vera (1995) aseveran “El modo social para validar el
conocimiento y que permite, al mismo tiempo, su difusión pública, implica un
proceso riguroso que converge en la publicación de un artículo en una revista
científica…” Las publicaciones periódicas latinoamericanas dedicadas a
divulgar investigaciones originales, siguen constituyendo hoy en día un
universo poco conocido, debido a factores tales como: escasa presencia en
servicios internacionales, regionales e incluso nacionales de información;
78
normalmente no están accesibles en bibliotecas y centros de documentación y
reciben poco reconocimiento por parte de la comunidad científica internacional,
a pesar de la relevancia que puedan tener los artículos científicos que divulgan
(Ratto y Dellamesa, 2001).
79
Capítulo 3
Metodología para el desarrollo de indicadores históricos
bibliométricos
“El amor es la respuesta a todo. Es la única razón para
hacerlo todo. Si no escribes historias que amas, nunca
funcionará. Si no escribes historias que otras personas
aman, nunca funcionará”.
Ray Bradbury,
En este apartado se describen tres aspectos importantes del trabajo de
investigación: (1) el proceso de la investigación bibliográfica documental, las
fuentes de información y las herramientas de búsqueda utilizadas; y una
descripción detallada de los procedimientos que se llevaron a cabo para
identificar, recuperar y organizar la producción científica correspondiente a la
literatura científica escrita en y sobre América Latina durante el siglo XIX; (2) el
desarrollo de las herramientas de control bibliográfico: catálogos de autores,
revistas y temas; y (3) desarrollo de los indicadores histórico bibliométricos.
A continuación presentamos la metodología de la investigación, donde se
complementan las fuentes de información, las herramientas para el manejo de
la información, y los procedimientos utilizados en la obtención de los
resultados.
La información del capítulo está organizada en los siguientes apartados.
Fuentes de información utilizadas
Recursos de información disponibles en línea
Metodología
Investigación histórica bibliográfica
Identificación de la información
Normalización de la información
Organización de la información en una base de datos local
Desarrollo de indicadores histórico bibliométricos
Herramientas
80
3.1 Fuentes de información utilizadas
La base de esta investigación son obras que formaron parte del movimiento
documental mundial de la época que dan luz a las publicaciones de los
científicos latinoamericanos de corte internacional en todo el siglo XIX y los
primeros años del siglo XX (Gómez, C. 2016). Las obras se obtuvieron en
formato digital a través del catálogo en línea de la Biodiversity Heritage Library
(tabla 3.1). Estas fuentes permitieron completar el proceso de identificación y
recuperación de los datos para posteriormente integrarlos a la base de datos.
Dentro de estas obras se encontraron diversos artículos de publicaciones de la
literatura científica escrita en y sobre América Latina.
Recursos disponibles en línea
Tabla 3.1. Primeras revistas científicas de la ciencia moderna disponibles en
línea.
Journal Des Scavans. Una de las primeras revistas científicas publicadas en
Europa, aunque también incluía contenidos que se podrían considerar no
científicos. Fundada por Denis de Sallo, la primera edición apareció en forma
de un panfleto de doce páginas en París
Philosophical Transactions of the Royal Society of London (1800-1886). Es una
de las revistas científicas más antiguas de la ciencia moderna está escrita en
idioma Inglés y publicada en Londres desde el siglo XVII. Philosophical
Transactions de la Royal Society de Londres, empezó a publicarse en 1665,
N° Revistas en línea Año de inicio País
1 Journal des Scavans (1816-1889) Enero de 1665 Francia
2 Philosophical Transactions of the
Royal Society of London
Marzo de 1665 Inglaterra
3 Anales de Historia Natural Octubre de 1799 España
4 Anales de Ciencias Naturales Enero de 1801 España
5 Anales de la Sociedad Española
de Historia Natural
1872 España
81
con un título ligeramente diferente "Philosophical Transactions". En 1887 se
dividió en dos partes (A y B), uno para las matemáticas, las ciencias físicas y la
ingeniería, y otra para la biología. Estas dos partes todavía se publican en la
actualidad.
Anales de Historia Natural. Es la primera revista española especializada en
ciencias naturales, llego a un séptimo número y cambió su título a Anales de
Ciencias Naturales (La Biblioteca Digital del Real Jardín Botánico, 2015).
Anales de Ciencias Naturales. Con este cambió título se llegaron a publicar 21
números entre 100 y 150 páginas cada una, de elaboración muy cuidada, y que
aparecían irregularmente. Los trabajos eran en su mayoría originales y fueron
contribuciones en el área de botánicas (La Biblioteca Digital del Real Jardín
Botánico, 2015).
Anales de la Sociedad Española de Historia Natural. Bajo este título público la
mayor colección posible de trabajos botánicos (históricos, florísticos,
taxonómicos, etc.; tanto de criptógamas como de fanerógamas) (La Biblioteca
Digital del Real Jardín Botánico, 2015).
Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. Es la primera versión
de un catálogo universal, elaborado como una obra colectiva que incluye la
recopilación de la información sobre la literatura científica del siglo XIX
contenida en 18 volúmenes disponibles en línea. El catalogo debe servir como
un índice de los títulos y datos de publicación de artículos científicos contenidos
en las revistas, periódicas y otras obras que se habían publicado desde 1800
hasta 1863, a nivel mundial. Sin embargo el trabajo de compilaciones
bibliográficas de la Royal Society of London no cesó y continuó publicando
actualizaciones de la obra hasta abarcar toda la producción científica del siglo
XIX. De esta manera la obra se extendió hasta 19 volúmenes. Se trata de una
obra multidisciplinaria y su arreglo sigue el orden alfabético de los apellidos de
los autores. Cabe señalar que el volumen I no está disponible en formato
electrónico.
El arreglo general de los catálogos no muestra una clasificación temática, ni
una regional, sólo sigue el orden alfabético de los autores.
82
Tabla 3.2 Lista de catálogos disponibles en línea
3.2 Investigación histórico-bibliográfica
Dentro de estas obras se encontraron diversos artículos científicos escritos en
y sobre América Latina, estas fueron la materia prima de esta investigación
albergados en las fuentes de información que se mencionaron en el apartado
anterior.
Como se menciona en el capítulo uno, América Latina del siglo XIX estaba
integrada por reinos y capitanías, para la recuperación de artículos científicos
escritos en y sobre América Latina consistió en detallar criterios de inclusión
como los nombres de los reinos, los nombres de los países de acuerdo a sus
variantes por ejemplo: Reino de la Nueva España (integrada por la Capitanía
de Guatemala son: Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, y Puerto Rico, México, Mexico, Mejico, mexico), Reino Río de la
Plata (variantes utilizadas fueron, Buenos Aires, Argentina, Córdova, Cordova,
La Plata), Reino de Perú (sus variantes fueron Bolivia, Chile, Perú, Peru en
inglés Lima, Cuzco, Callao), Reino de Brasil (se utilizó la variante en inglés de
Catalogo electrónico
1 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1863.) vol. II
2 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1863.) vol. III
3 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1863.) vol. IV
4 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1863.) vol. V
5 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1863.) vol. VI
6 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1864-1873.) vol. VII
7 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1864-1873.) vol. VIII
8 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1874-1883.) vol. IX
9 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1874-1883.) vol. X
10 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1874-1883.) vol. XI
11 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1883.) vol. XII suplemento
12 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1884-1900.) vol. XIII
13 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1884-1900.) vol. XIV
14 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1884-1900.) vol. XV
15 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1884-1900.) vol. XVI
16 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1884-1900.) vol. XVII
17 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1863.) vol. XVIII
18 Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. (1800-1863.) vol. XIX
83
Brazil), Reino de Nueva Granada (Colombia, Ecuador, Panama en inglés,
Panamá, Venezuela); se utilizó la herramienta del “buscador” en el cual se
escribió el país y nos arrojó el resultado de todos los trabajos sobre ese país.
Se revisó cada uno de los registros, así como los campos bibliográficos
principales del registro: autores, título del trabajo, título de la revista y notas.
Estrategia de búsqueda
Se realizó una búsqueda minuciosa en cada uno de los 19 volúmenes.
Se revisó cada uno de los registros bibliográficos de cada tomo, así como los
campos bibliográficos principales del registro: autores, título del trabajo, título
de la revista y notas.
Figura 3.1 Ejemplo de un registro bibliográfico y sus campos de información.
84
Así mismo se identificaron los datos bibliográficos de captura de la información
de los trabajos recuperados de los catálogos de la Royal Society of London,
como se ejemplifica en la figura 3.2.
Figura 3.2 Identificación de los campos para el desarrollo de la base de datos
Herramientas de software utilizados
Las herramientas que se utilizaron para el desarrollo de la investigación y el
tratamiento de la información recuperada, son:
Tabla 3.3 Herramientas para el desarrollo de la investigación.
Microsoft Office 2010 Función
1 Word 2010 Se utilizó para el procesamiento de textos
2 Excel 2010 Normalización de la información Tratamiento estadístico de los datos
3 Access 2010 Elaboración de la base de datos local Tablas relacionales de autores, títulos, revistas
4 Sistema de información geográfica
Tratamiento de información
Aplicación Quantum GIS elaboración de mapa.
Natural Earth Data
3.3 Organización de la información en la base de datos histórica de
la literatura científica escrita en y sobre América Latina
Una vez que la información fue ingresada en el formato de captura, en la tabla
3.3 se muestra la estructura de datos de los campos bibliográficos de las
referencias y los artículos contenidos y recuperados se organizaron en una
hoja de cálculo de Excel.
85
Tabla 3.4 Estructura de campos de información de los registros bibliográficos
de la base de datos local.
En algunas ocasiones no todos los registros cumplen con la información de
todos los campos, es por ello que se debe recurrir a fuentes externas para
completar los campos faltantes; para ello se consultaron cuatro fuentes de
información bibliográfica disponibles en línea; la Biodiversity Heritage Library,
WorldCat, Genamics JournalSeek y Catalyst @ Johns Hopkins Libraries. Todos
ellos proveen información de utilidad para la base de datos, dependiendo del
campo a cubrir. A continuación se muestran los campos:
Algunos de los campos antes mencionados necesitaron un tratamiento
específico el cual se presenta a continuación:
El campo número 2 Incluye oficios, profesiones y especialidades.
N° Campo Descripción
1 Autor Nombre completo del autor o autores.
2 Formación Formación del autor* 3 Título Título del trabajo completo. 4 Revista Título de la revista completo. 5 Revista abreviada Título de la revista abreviado. 6 Serie Nombre de la serie 7 Tipo de
documento Tipo de trabajo*
8 Institución Institución responsable de la publicación
9 Editor Editor responsable de la revista 10 País del editor País de edición de la revista 11 ISSN ISSN de la revista 12 Año de
publicación Año de publicación de la revista
13 volumen Volumen 14 Número de página
inicio Página inicial del trabajo
15 Número de página final
Página final del trabajo
16 Categoría temática
Área general del conocimiento*
17 Área temática Área específica* 18 País Origen del trabajo*
86
El campo número 7 acuerdo con la siguiente tipología: articulo, nota, informe,
taxonomía, observaciones, estudio, descripción, apuntes, catálogo, noticia,
memoria, carta colección, exploración, resumen, etc.
El campo número 16 de acuerdo con la siguiente clasificación: zoología,
botánica, geografía, mineralogía, geología, astronomía, sociales y
humanidades.
El campo número 17 clasifica los registros bibliográficos de acuerdo con las
siete áreas del conocimiento.
El campo 18 se refiere al trabajo ya sea que se trate de un trabajo desarrollado
en el país en cuestión o fuera de él.
3.4 Normalización de la información
El proceso de normalización es fundamental para la recuperación y el manejo
de la información y tiene como finalidad establecer la consistencia y
uniformidad dentro de la base de datos. Además de la construcción de los
catálogos de autoridad de autores históricos, revistas y temas.
3.5 Catálogo de Autoridad de Autores históricos
Al finalizar la organización de los 2,375 trabajos se hizo una parte importante
que es la normalización de la información referente a los autores, Spinak
(1995) menciona que los datos de procedentes de las bases de datos
bibliográficas existen tres que tienen relevancia capital para los estudios
bibliométricos: los autores, que permiten estudiar la productividad de los
investigadores; la afiliación institucional, importante para aprender sobre la
actividad científica de las instituciones; y los datos de carácter temático, que
permiten analizar la actividad científica por disciplinas. Sin embargo, estos
campos nos siempre presentan una correcta normalización, lo que dificulta la
realización de cálculos.
El campo de autor es uno de los campos más sensibles a la falta de
normalización ya que las variaciones sobre la forma en que figura un autor en
sus diferentes publicaciones (Costas & Bordon, 2006). Es decir que las autorías
87
representan a los autores intelectuales de los artículos científicos en y sobre
América Latina en el siglo XIX. El catálogo de Autoridad histórico nos permite
manejar los nombres de los autores completos, su formación, su país de origen
y se presentan en orden alfabético.
3.5.1 Normalización de los nombres de autores
La normalización de la lista de autores tiene el propósito de unificar y mantener
un control de autores históricos, es necesario normalizar los nombres de
autores bajo una forma, y no permitir irregularidades o duplicidad. Respecto a
la normalización de esta tabla de autores, se llevó a cabo bajo los criterios
aceptados en el Atlas de la Ciencia Mexicana, los cuales fueron:
• Incluir el nombre más completo o desarrollado de cada autor (si se
encuentra)
• El orden de los nombres debe ser invertido (APELLIDOS, NOMBRE)
• Los apellidos deben estar ligados por un guion, los nombres con
espacio (ej. SANCHEZ-ORTIZ, LUIS)
• Utilizar altas (mayúsculas)
• Omitir acentos, diéresis, tildes y otros signos
• Omitir el carácter Ñ (Gómez, 2015)
Un ejemplo: es el caso del zoólogo Alfredo Dugés en la base de datos
identificamos las siguientes variantes en el nombre: Dalsescantz, Alfred
Auguste; Dugés, Alfred; Dugés, Alfredo. El nombre quedó normalizado de la
siguiente forma: DUGES, ALFREDO.
3.5.2 Indicador de Autoría
Se desarrolló una tabla como módulo en donde se identificó el total de autores
históricos únicos normalizados así como el número de trabajos realizados, su
formación o profesión y su país de origen.
88
3.6 Catálogo de revistas
Se construyó un catálogo que incluye 467 revistas, los nombres de las revistas
con la producción de conocimientos en y sobre América Latina del siglo XIX.
Respecto a la normalización del catálogo de revistas se investigó el nombre
correcto de algunas revistas, se eliminaron signos ortográficos además de
utilizar altas en los títulos y ordenar alfabéticamente.
Por otro lado, se dieron de baja las revistas que solo tenían abreviatura y no
contaban con información disponible que las identificara como un título para su
recuperación como ejemplos:
• LIMA MEM CI NAT
• RIO SOC VELL TRABAL
• GIORN ARCAD
3.6.1 Indicador de País de edición de las revistas
Se construyó una tabla como módulo de la base de datos, sobre las revistas en
donde se publicaron los conocimientos generados en y sobre América Latina
durante el siglo XIX, este catálogo nos permitió identificar las revistas
regionales y extranjeras más preponderantes de este periodo.
3.7 Catálogo por áreas del conocimiento
Se realizó una investigación exhaustiva que nos permitió ofrecer una
clasificación de nombres de las disciplinas en el periodo establecido.
Basándonos en fuentes de la historia de la producción de conocimiento de la
ciencia. El trabajo se centró en el periodo durante el cual las disciplinas
científicas iniciaron, en términos generales, su profesionalización e
institucionalización y permitieron, del mismo modo, la construcción de la
organización disciplinaria específicamente durante el siglo XIX.
Toda disciplina científica tiene un cierto devenir histórico, desde su nacimiento
u origen, pasando por su institucionalización y por otras etapas evolutivas,
hasta alcanzar su consolidación (Kleiche-Dray M., [et al], 2013). Las disciplinas
89
son la infraestructura del cuerpo de una ciencia; nos muestra su verdadera
dimensión material, que se encuentra en las dependencias universitarias, las
sociedades científicas y profesionales, los libros de texto y otros recursos de
información académica. Como sostiene Lenoir -siguiendo a Bourdieu- las
disciplinas son formaciones institucionalizadas para la organización de
esquemas de percepción, apreciación y de acción y para inculcar herramientas
de cognición y comunicación (Lenoir, 1977; Bourdieu, 1977, citado por
Ledesma 2013).
Los indicadores relacionados con los campos del conocimiento fueron
desarrollados de acuerdo con la siguiente clasificación de áreas temáticas.
El área de Biología agrupa las siguientes disciplinas de morfología, fisiología,
bioquímica, biofísica, genética, microbiología, embriología, botánica, zoología,
ecología y paleontología (Ledesma, 2013)
En el caso de Geografía mencionan que la integran: geología, geodesia,
mineralogía, astronomía, cosmografía, topografía, uranografía, meteorología,
economía política, cartografía e hidrografía (Moncada, Escamilla, Morelos,
2010).
En el siglo XIX la física, química y matemáticas se impartían como un
conocimiento único. Para esta investigación se consideraron, como lo
mencionan los autores para el caso de física: mecánica, óptica, acústica,
termodinámica y electrodinámica (Reale, Antisieri, 2010). En el caso de
química: química orgánica, química de los minerales, química analítica y
farmacia (Schifter, 2014).
En sociales y humanidades consideramos las disciplinas economía, psicología,
antropología, arqueología e historia (Braudel, 1986).
Se construyó un catálogo de la base de datos que incluye los trabajos
relacionados con los temas más representativos en el siglo XIX. El proceso de
normalización no presento complicaciones se eliminaron signos ortográficos
además de utilizar altas y ordenar alfabéticamente.
90
3.7.1 Indicador por áreas del conocimiento
Se realizó una tabla como módulo, se identificó el total de las áreas del
conocimiento y sus temas preferidos para publicar conocimientos generados en
y sobre América Latina en el siglo XIX.
3. 8 Sistema de Información Geográfica
Un sistema de información geográfica (también conocido con los acrónimos
SIG en español o GIS en inglés) es un conjunto de herramientas que integra y
relaciona diversos componentes (usuarios, hardware, software, procesos y
objetivos del usuario) que permiten la organización, almacenamiento,
manipulación, desplegar, análisis y modelización de grandes cantidades de
datos procedentes del mundo real que están vinculados a una referencia
espacial, facilitando la incorporación de aspectos sociales-culturales,
económicos y ambientales que conducen a la toma de decisiones de una
manera más eficaz (Bosque, 1992).
En el sentido más estricto, es cualquier sistema de información capaz de
integrar, almacenar, editar, analizar, compartir y mostrar la información
geográficamente referenciada. En un sentido más genérico, los SIG son
herramientas que permiten a los usuarios crear consultas interactivas, analizar
la información espacial, editar datos, mapas y presentar los resultados de todas
estas operaciones.
La tecnología de los SIG puede ser utilizada para investigaciones científicas, la
gestión de los recursos, la gestión de activos, la arqueología, la evaluación del
impacto ambiental, la planificación urbana, la cartografía, la sociología, la
geografía histórica, el marketing, la logística por nombrar unos pocos
(Calvo,1992).
El Sistema de Información Geográfica está compuesto por
Equipo de cómputo
91
Aplicaciones
Administradores de bases de datos, programas para conversión de
datos raster a vectorial, programas para administración de unidades de
posicionamiento global (GPS), programas de diseño arquitectónico,
hojas de cálculo etc.
o Aplicaciones Sistema de Información Geográfica Quantum GIS
Información espacialmente referenciada.
o En este caso es la división política a nivel mundial que se obtuvo
de Natural Earth Data
Información no espacialmente referenciada
o Datos obtenidos de los indicadores histórico bibliométricos
El objetivo de un SIG es mostrar de manera cartográfica la distribución espacial
de un fenómeno o conjunto de fenómenos cuantitativos o cualitativos en esta
investigación fue el ingreso de conteos de la frecuencia de aparición de la
producción científica producida en y sobre América Latina obtenidos a través
de consultas en la base de datos en Access asociándolos con los lugares a
representar.
Con lo anterior expuesto se planteó utilizar un sistema de información
geográfica, el cual serviría de apoyo en el desarrollo del indicador histórico
bibliométrico, ya que los sistemas de información geográfica tienen una
característica común que permiten asociar información (datos no geográficos)
con los lugares (datos geográficos), esta característica permitió el ingreso de
conteos de la frecuencia de aparición de la producción científica generada en y
sobre América Latina siglo XIX.
Para poder comparar la producción científica por país en América Latina, se
cuantifico la producción de artículos por país, con el objetivo de mostrar la
división política y la distribución de capacidades que hicieron posible la
emergencia de la ciencia moderna en América Latina en el siglo XIX
92
El objetivo de nuestra investigación es estudiar la literatura científica en y sobre
América Latina. Nuestro último indicador llamado "Distribución de las
capacidades para producir conocimientos en América Latina, durante el siglo
XIX. " nos brindó un panorama en la utilización de un SIG, un mapa es el
producto de un SIG el cual nos permite vincular la información no
espacialmente referenciada (indicador histórico bibliométrico) con información
espacialmente referenciada. Para la disciplina de biblioteconomía la aplicación
de SIG es nuevo, y se tomó la decisión de hacer un primer acercamiento a esta
aplicación y abrir nichos de oportunidad para futuros trabajos de investigación y
poder cambiar estilo de obtención de resultados y ampliar la gama en el área
bibliométrica, para utilizar las ventajas que ofrece un SIG.
Para la elaboración de los mapas se utilizó el Sistema de Información
Geográfica Quantum GIS (QGIS) de código abierto con el cual se construyeron
mapas de temas. Además de Natural Earth el cual se utilizó para la división
política mundial.
Con la información organizada en tablas de Access, fue posible ingresar
nuevos registros, modificar, borrar y realizar consultas por los datos de cada
tabla o consultas cruzadas de dos o más tablas. Con los datos de las consultas
elaboramos gráficas, tablas y clasificaciones.
Para este caso se realizó el conteo de la información por país para plasmar en
el mapa. El número de trabajos publicados por cada país de América Latina en
el siglo XIX. Se realizó el conteo en el software se ingresaron los datos en una
tabla de atributos que se muestra a continuación. Esto permitió así elegir el
rango disponible que ofrece el sistema.
93
Figura 3.3 Tabla de atributos QGIS
Una vez que ingresamos el conteo, el software permite realizar modificaciones
una de ellas fue elegir el diseño del mapa es decir, elegir que parte del mundo
se quería representar, para efectos de esta investigación se eligió América
Latina.
94
Figura 3.4 Diseño del mapa
La cartografía nos permitió obtener representaciones que rápidamente nos
ayuden a comprender cada uno de los elementos a desarrollar para la
investigación, con fines de comunicar en forma clara los resultados obtenidos.
Se representa un indicador histórico bibliométrico el cual fue el número de
trabajos publicados en y sobre América Latina siglo XIX. Se muestra en el
capítulo 4.
95
3.9 Desarrollo de indicadores histórico bibliométricos
Un indicador es definido como un parámetro que se utiliza para evaluar
cualquier actividad. En el caso de la investigación científica los libros, los
artículos de revistas, tesis doctorales, actas de congresos, informes, reportes,
entre otros, forman parte de los resultados de la investigación y es por ello que
son considerados las fuentes más importantes para el análisis bibliométrico
(Luna, M., 2009).
Para efectos de este trabajo se desarrollaron los siguientes indicadores:
Autoría
A través de la metodología de desagregación y normalización de la información
del campo de autor, se desarrolló el catálogo de autores únicos, mismo que
sirvió de base para el desarrollo de los indiciadores de autoría.
Autores locales con adscripción a instituciones de los países de América
Latina.
Autores externos con adscripción a instituciones de países externos
Número total de autores
Clasificación de autores por producción
Buscar la formación de la autoría por disciplina
Surgimiento de los indicadores de autoría científica en América Latina
Fuentes de difusión
Se contabilizó la información relacionada con las fuentes de difusión de los
trabajos. Se identificaron las fuentes preferidas de los autores para dar a
conocer sus investigaciones.
Se realizó una clasificación de revistas de acuerdo con el número de trabajos
publicados, ordenadas de mayor a menor.
Se identificaron las revistas locales preferidas y se organizaron en forma
descendente por producción.
96
Formación o profesión de los autores
De acuerdo con la desagregación del campo relacionado con la formación de
los autores se contabilizo el número de formaciones de todos los autores. Estos
nombres de profesiones u oficios marcan el inicio de las trayectorias de
formación de la autoría científica en América Latina.
País de edición de las revistas
A partir de este dato se identificó la geografía de publicación de los
conocimientos generados en y sobre América Latina. Para ello se utilizaron
gráficos de pastel.
Países del trabajo (país de la institución de adscripción del autor del
trabajo)
Aquí se identificaron dos tipos de trabajos. Los trabajos locales que son
escritos por autores con adscripción a instituciones de los países de América
Latina. Los trabajos externos aquellos escritos por autores adscritos a
instituciones de países fuera de la región latinoamericana.
Tipo de documento
En la investigación se contabilizaron los diferentes tipos de documentos como;
artículos, cartas, extractos de cartas, discursos, notas etc. Esta información nos
permitió conocer las formas que utilizaban los autores para dar a conocer sus
puntos de vista, opiniones, discursos, cartas, ensayos y difundir los resultados
de sus investigaciones. Cada tipo de documento tiene función es diferenciada
en el proceso de comunicación y difusión de la ciencia (Suárez-Balseiro, 2004).
A partir de los diferentes tipos de documentos se realizó una clasificación o
tipología de documentos.
97
Artículos
Para la realización del mapa utilizamos el conteo general de producción por
cada región de América Latina.
Áreas del conocimiento
Se realizó una investigación exhaustiva que nos permitió ofrecer una
clasificación de nombres de las disciplinas en el periodo establecido.
Basándonos en fuentes de la historia de la producción de conocimiento de la
ciencia. El trabajo se centró en el periodo durante el cual las disciplinas
científicas iniciaron, en términos generales, su profesionalización e
institucionalización y permitieron, del mismo modo, la construcción de la
organización disciplinaria específicamente durante el siglo XIX.
Toda disciplina científica tiene un cierto devenir histórico, desde su nacimiento
u origen, pasando por su institucionalización y por otras etapas evolutivas,
hasta alcanzar su consolidación (Kleiche-Dray M., [et al], 2013). Las disciplinas
son la infraestructura del cuerpo de una ciencia; nos muestra su verdadera
dimensión material, que se encuentra en las dependencias universitarias, las
sociedades científicas y profesionales, los libros de texto y otros recursos de
información académica. Como sostiene Lenoir -siguiendo a Bourdieu- las
disciplinas son formaciones institucionalizadas para la organización de
esquemas de percepción, apreciación y de acción y para inculcar herramientas
de cognición y comunicación (Lenoir, 1977; Bourdieu, 1977, citado por
Ledesma 2013).
Los indicadores relacionados con los campos del conocimiento fueron
desarrollados de acuerdo con la siguiente clasificación de áreas temáticas.
El área de Biología agrupa las siguientes disciplinas de morfología, fisiología,
bioquímica, biofísica, genética, microbiología, embriología, botánica, zoología,
ecología y paleontología (Ledesma, 2013)
En el caso de Geografía la integran: geología, geodesia, mineralogía,
astronomía, cosmografía, topografía, uranografía, meteorología, economía
política, cartografía e hidrografía (Moncada, Escamilla, Morelos, 2010).
98
En el siglo XIX la física, química y matemáticas se impartían como un
conocimiento único. Para esta investigación se consideraron, para el caso de
física: mecánica, óptica, acústica, termodinámica y electrodinámica (Reale,
Antisieri, 2010). En el caso de química: química orgánica, química de los
minerales, química analítica y farmacia (Schifter, 2014).
En sociales y humanidades consideramos las disciplinas economía, psicología,
antropología, arqueología e historia (Braudel, 1986).
99
Capítulo 4
Desarrollo de indicadores históricos bibliométricos sobre los
conocimientos científicos generados en y sobre América Latina
durante el siglo XIX
“Sé que has oído mil veces antes. Pero es cierto - el trabajo duro
tiene su recompensa. Si quieres ser bueno, tienes que practicar,
practicar y practicar. Si no amas algo, entonces no lo hagas”.
Ray Bradbury,
4.1 Resultados Generales
on la metodología de investigación histórica bibliográfica se identificaron
y recuperaron 2,375 trabajos referentes a los conocimientos de interés
científico generados en y sobre América Latina durante el siglo XIX; están
publicados en 436 revistas escritos en tres idiomas preferentes: para publicar
inglés, español, alemán entre otros.
Figura 4.1 Producción científica América Latina siglo XIX.
0
20
40
60
80
100
120
17
97
18
01
18
04
18
09
18
14
18
18
18
21
18
24
18
27
18
30
18
33
18
36
18
39
18
42
18
45
18
48
18
51
18
54
18
57
18
60
18
63
18
66
18
69
18
72
18
75
18
78
18
81
18
84
18
87
18
90
18
93
Producción científica generada en y sobre América Latina siglo XIX
Periodo de continuidad en la producción en y sobre América
Latina
C
Emergencia de los
conocimientos científicos
generados en y sobre América
Latina
100
Los 2,375 trabajos identificados nos permiten ofrecer una visión global de la
producción científica en los países de la región, de acuerdo con la cobertura de
los catálogos bibliográficos internacionales, Catalogues of Scientific Papers. of
the Royal Society of London.
La línea correspondiente a la producción da cuenta de dos periodos de
producción de conocimientos realizados con condiciones distintas. El primero
que abarca las 7 primeras décadas y que muestra un crecimiento impredecible
entre cada año. Presenta una producción sin crecimiento estabilizada en una
producción promedio menor a 20 trabajos por año. Esta situación refleja una
falta de condiciones promotoras del quehacer científico durante este periodo. El
segundo periodo, 1870-1900, presenta un cambio en la tendencia de
crecimiento, con una continuidad en la producción de orden exponencial. Este
cambio en la producción de conocimientos de finales del siglo XIX, sugiere un
cambio importante en las circunstancias promotoras de la actividad científica.
De acuerdo con el capítulo uno estas circunstancias tienen que ver con la
última década que experimenta un cambio como resultado de procesos
tempranos de la profesionalización e institucionalización de las disciplinas
científicas. Estas circunstancias se relacionan también con la creación de
sociedades de profesionistas, revistas científicas e institutos de investigación.
4.2 Indicador histórico bibliométrico por país
El país de origen del trabajo es uno de los indicadores más importantes. En la
figura 4.2 se muestran 17 países donde se realizó la producción de
conocimientos de interés científico en y sobre América Latina. En México se
produjeron las dos quintas partes de estos conocimientos, seguido por tres
países: Argentina, Chile y Brasil que juntos suman la tercera parte del total.
101
Figura 4.2 Distribución geográfica de la producción de América Latina, siglo
XIX.
En el capítulo uno se menciona la importancia del descubrimiento de América.
Este acontecimiento significó un importante hallazgo que hizo el viejo mundo
de un amplio territorio continental del cual hasta entonces no se tenía noticia.
Este evento convocó a etnógrafos, arqueólogos, lingüistas y otros hombres de
ciencia con la tarea de buscar y ordenar los datos sobre el origen de América.
Con el tiempo se pudo apreciar la gran diversidad de las inmensas tierras de
América y sus riquezas: la fauna, flora, minerales, el paisaje, la población y su
evolución en tiempos de la colonia.
Cuando la corona española abrió sus puertas a las ideas liberales, algunos
criollos cultos conocían las obras de Voltaire, Raynal, Montesquieu y
Rousseau, introducidas en las colonias con grandes riesgos, cuando imperaba
la censura. Con la llegada de nuevos intendentes y virreyes más tolerantes, el
contrabando de libros y revistas aumentó rápidamente y los criollos se
entusiasmaron con la discusión de nuevas ideas sobre la forma de gobernar los
pueblos.
MEXICO 41%
ARGENTINA 15%
CHILE 9% BRASIL
9%
PERU 6% CUBA
4%
BOLIVIA 3%
GUATEMALA 3%
VENEZUELA 2%
COLOMBIA 2%
ECUADOR 1%
COSTA RICA 1%
URUGUAY 1%
PARAGUAY 1%
HONDURAS 1% PANAMA
1%
NICARAGUA 1%
Otros 5%
102
El término América Latina se aplica por lo general en forma colectiva para
designar a las repúblicas independientes del Nuevo Mundo. De ellas 18 tienen
el español como idioma oficial y Brasil tiene el portugués.
En México se vivía un momento de auge que incluía entre otros aspectos el
impulsó el desarrollo de la enseñanza de las ciencias. En este movimiento
surgieron iniciativas de formación de sociedades científicas especializadas.
Estas promovieron las publicaciones científicas, así como la creación de las
primeras instituciones que promovieron actividades de investigación. Estas
actividades atrajeron a los intelectuales que realizaban trabajos de
investigación y de formación de los nuevos profesionales. No se debe olvidar
que las otras regiones también presentaron cambios debidos a los procesos de
apertura a flujos de conocimientos y movilidad de hombres de ciencia; además
de enfrentarse a numerosos problemas heredados de la época de La Colonia.
En el siglo XIX, Argentina era uno de los países menos desarrollados y
poblados, sobre todo cuando pertenecía a la Corona Española. También
experimentó un importante crecimiento debido a la influencia de la cultura
italiana. Con el movimiento de independencia, logro formar y crear instituciones
para la enseñanza superior de las ciencias físicas donde prevaleció la corriente
de pensamiento positivista. Se enseñaba y cultivaban las ciencias exactas y
naturales, donde destacaba la zoología, también se realizaron exhaustivos
trabajos sobre la descripción de la fauna, flora, geología y paleontología,
especialmente en la región de la Patagonia.
En el caso de Chile, su riqueza radicaba en recursos mineros como el cobre
convirtiéndolo en un país exportador. En cuanto a la creación y desarrollo de
instituciones de enseñanza se enfocaban al desarrollo de programas y cursos
de ciencias naturales. Los chilenos realizaron progresos notables en las
ciencias útiles en el siglo XIX.
103
4.3 Indicador por áreas del conocimiento
Las áreas del conocimiento muestran, en la figura 4.3, que los trabajos
relacionados con los temas de la zoología, geografía y botánica, fueron las más
representativas en el siglo XIX. La clasificación tradicional basada en los tres
reinos: animal, vegetal y mineral, dio lugar a una clasificación más específica.
La producción de conocimientos en las áreas de ciencias exactas, naturales,
sociales y humanidades eran las menos desarrolladas, juntas representaba
menos de la quinta parte del total.
Figura 4.3 Distribución de la producción por áreas del conocimiento en América
Latina, siglo XIX.
Debido al incremento de las exploraciones en América Latina, que era una de
las regiones que presentaba mayor biodiversidad, ofreció buenas
oportunidades para realizar diversas observaciones de sus recursos y
fenómenos naturales. Su diversidad, y la gran extensión territorial atraían
muchos investigadores extranjeros interesados en clasificar la existencia y
104
formación de recursos naturales. Es por ello que la figura 4.3 muestra una
mayor producción de conocimientos en las áreas de zoología, geografía y en la
botánica. Cada región tenía características muy particulares y producía
conocimientos en diversa áreas y con distinta intensidad además de aumentar
las capacidades científicas en las ciencias de la región.
4.4 Formación o profesión de los autores en el siglo XIX.
Tabla 4.1 Formación de los autores en el siglo XIX.
N° FORMACION ÁREA DE CONOCIMIENTO TOTAL
1 BOTANICO BOTÁNICA 410
2 NATURALISTA BOTÁNICA 406
3 ZOOLOGO ZOOLOGÍA 321
4 GEOLOGO GEOLOGÍA 177
5 EXPLORADOR GEOGRAFÍA 141
6 ENTOMOLOGO ZOOLOGÍA 136
7 ORNITOLOGO ZOOLOGÍA 114
8 PALEONTOLOGO GEOGRAFÍA 100
9 ASTRONOMO ASTRONOMÍA 74
10 MINERALOGISTA MINERALOGÍA 59
11 TOPOGRAFO GEOGRAFÍA 55
12 LINGUISTA SOCIALES Y HUMANIDADES 52
13 MEDICO MEDICINA 47
14 ANTICUARIO SOCIALES Y HUMANIDADES 44
15 GEOGRAFO GEOGRAFÍA 43
16 QUIMICO CIENCIAS 39
17 ABOGADO SOCIALES Y HUMANIDADES 38
18 MICOLOGO ZOOLOGÍA 36
19 FARMACEUTICO CIENCIAS 35
20 ICTIOLOGO ZOOLOGÍA 32
21 PROFESOR SOCIALES Y HUMANIDADES (VARIAS)
32
22 INGENIERO GEOGRAFÍA 30
23 BIOLOGO BIOLOGÍA 28
24 ETNOLOGO SOCIALES Y HUMANIDADES 27
25 POLITICO SOCIALES Y HUMANIDADES 26
26 CIENTIFICO CIENCIAS 23
27 MILITAR SOCIALES Y HUMANIDADES 23
28 ANTROPOLOGO SOCIALES Y HUMANIDADES 22
29 TAXONOMISTA ZOOLOGÍA 22
30 SACERDOTE SOCIALES Y HUMANIDADES 19
Otros (74) 346
105
El desarrollo de este indicador histórico bibliométrico contribuye a la
identificación del perfil de los responsables de generar los conocimientos
durante el siglo XIX, en términos de su formación, especialización, oficio o
profesión. Como se puede observar en la tabla 4.1, los autores más
productivos tenían formación de botánico, naturalista, zoólogo, geólogo,
explorador, entomólogo, ornitólogo y paleontólogo. Se identificaron en total 104
profesiones distintas. Las más comunes están asociadas también con las áreas
más productivas: zoología, geografía y botánica. Esta situación refleja la
importancia e influencia de los recursos naturales en la formación de los
autores del siglo XIX y en el nacimiento de la ciencia en América Latina. Para
los botánicos ilustres su preocupación era realizar un análisis de la flora de
América Latina, para ello formaron nuevas generaciones de botánicos
nacionales y extranjeros. En las áreas de sociales y humanidades
encontramos, además de algunas profesiones que aún existen como lingüista,
abogado y antropólogo, otras menos comunes como anticuario, político, militar
y sacerdote.
Las expediciones científicas realizadas por Charles Darwin, Alexander Von
Humboldt, verdaderos naturalistas, dieron la pauta para que América Latina
emergiera en el escenario mundial como una región con enorme potencial para
las investigaciones y el desarrollo científico. Los investigadores extranjeros
influyeron en la formación de profesionales en todas las áreas del
conocimiento. Además de construir espacios y reunir recursos para el
desarrollo de prácticas científicas durante el siglo XIX. Estas actividades
incluyeron la recolección de especímenes botánicos, la toma de apuntes, la
elaboración de mapas y la realización de observaciones experimentales. En la
cuarta parte (625) de los 2,375 trabajos no existe información sobre la
formación de los autores.
106
4.5 Indicador por tipo de documento
La mayoría de los trabajos que se recuperaron incluye información en el título
sobre el tipo de documento, misma que fue de gran ayuda para el desarrollo de
este indicador histórico bibliométrico.
El total de trabajos recuperados fue de 2,375. De estos, el 51% son artículos,
seguido de notas con el 10%, informes con 8%, taxonomías con 6% y
observaciones con el 4%, el 21% restante se encuentra distribuido entre
estudios, descripciones, apuntes, catálogos, noticias, colecciones, cartas,
investigaciones, memorias, resúmenes y exploraciones (Figura 4.4).
Figura 4.4 Producción organizada por tipo de documento de la literatura
científica en y sobre América Latina durante el siglo XIX.
En la tabla 4.2 se presenta la producción distribuida por tipo de documento, la
tabla 4.2 incluye los 16 más comunes que se identificaron. Se puede apreciar
claramente que la mitad, fueron publicados como artículos. Después de
analizar por separado los 1,222 artículos, encontramos que 636 casos
corresponden a reportes experimentales, 184 informes, 102 estudios, 80
107
observaciones y 220 casos difíciles de clasificar. Creemos que los 636 reportes
experimentales pueden ser utilizados, en otro trabajo, para realizar estudios
sobre la evolución de los textos científicos en América Latina.
Tabla 4.2 Producción de los conocimientos en y sobre América Latina
organizados por tipo de documento, siglo XIX.
N° TIPO DE DOCUMENTO
TOTAL
1 ARTICULO 1222
2 NOTA 248
3 INFORME 199
4 TAXONOMIA 152
5 OBSERVACIONES 97
6 ESTUDIO 78
7 DESCRIPCION 53
8 APUNTES 40
9 CATALOGO 40
10 NOTICIA 37
11 MEMORIA 26
12 CARTA 19
13 COLECCION 18
14 EXPLORACION 15
15 RESUMEN 15
16 INVESTIGACION 13
4.6 Idiomas de la producción científica en y sobre América Latina,
siglo XIX.
El resultado que arroja la figura 4.5 muestra la distribución por idioma de
publicación de los conocimientos generados en y sobre América Latina. El
idioma inglés cuenta con 1,016 trabajos seguido de español con 766 y alemán
con 352. Encontramos casos de trabajos publicados en más de un idioma.
108
Figura 4.5 Idioma de publicación de la producción científica en y sobre América
Latina, siglo XIX
Este indicador histórico bibliométrico ofrece información sobre el idioma de
difusión de los conocimientos publicados en y sobre América Latina durante el
siglo XIX., Como se puede observar, existen tres idiomas dominantes durante
todo el siglo. Los tres idiomas presentan un estado de inconsistencia en su
frecuencia de uso durante todo el siglo, con crecimientos y decrecimientos
entre un año y otro. El inglés se mantuvo como el idioma de difusión preferido
en las décadas intermedias del siglo y principalmente durante el último cuarto
del siglo. En este último periodo mantuvo un crecimiento de tendencia
exponencial. El idioma español fue el más importante a principios del siglo y en
la década de los años 70. El idioma alemán se mantuvo como el tercer idioma
de difusión de la ciencia de América Latina durante el siglo XIX.
4.7 País de edición de las revistas
La figura 4.6 muestra la geografía de difusión de los conocimientos generados
en y sobre América Latina. La información está organizada por los nombres de
109
los países donde se editan las revistas que publican los conocimientos
mencionados.
Como se puede observar en la figura 4.6 se identificaron 11 países. Un poco
más de la mitad (54 %) de los trabajos fueron difundidos en revistas editadas
localmente. Argentina difundió el 18% de los conocimientos, seguida de Chile
con 17%, México con 16% y Brasil con el 2%. Un poco menos de la mitad (46
%) fueron publicados en revistas extranjeras: Gran Bretaña, Estados Unidos de
Norteamérica, Alemania y Francia, principalmente.
Figura 4.6 Geografía de publicación de los conocimientos generados en
América Latina, siglo XIX.
Los países de América Latina con mayor capacidad para producir
conocimientos también resultaron con mayor capacidad para difundirlos como
es el caso de Argentina, México y Chile. En el caso de los países extranjeros
con más trabajos difundidos se encuentran aquellos que mandaban sus
investigadores a estudiar los recursos de América Latina. Una parte de ellos se
quedaron en los países de la región para transmitir sus conocimientos y formar
profesionales y publicar en revistas del mismo país de procedencia de estos
autores. Como son los casos de Inglaterra, Estados Unidos de Norteamérica,
110
Alemania y Francia. La inquietud por dar a conocer y dejar datos para la
historia de la ciencia se encuentra presente en el siglo XIX.
La tabla 4.3 presenta la información de las revistas extranjeras. Incluye los
títulos, el número de trabajos y el país de origen. Están clasificadas por el
número de trabajos de mayor a menor. Se trata de las revistas científicas más
importantes del siglo XIX con cobertura en el Catalogue of Scientific Papers of
the Royal Society of London, del siglo XIX.
La tabla 4.3 incluye los 30 títulos que publicaron el mayor número de trabajos
publicados, de un total de 436 revistas. No hay que olvidar que la mayor parte
de los autores eran extranjeros y generalmente sus trabajos también eran
publicados en revistas extranjeras. Las dos revistas más importantes:
Proceedings of the Zoological Society of London y Proceedings of the United
States National Museum, se publicaban en Inglaterra y los Estados Unidos de
Norteamérica.
Tabla 4.3 Revistas extranjeras preferidas para publicar en América Latina
durante el siglo XIX.
N° REVISTA PRODUCCIÓN PAÍS
1 PROCEEDINGS OF THE ZOOLOGICAL SOCIETY OF LONDON 70 GRAN BRETAÑA
2 PROCEEDINGS OF THE UNITED STATES NATIONAL MUSEUM
60 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA 3 ANALES DE CIENCIAS NATURALES 31 ESPAÑA
4 PROCEEDINGS OF THE ACADEMY OF NATURAL SCIENCES OF PHILADELPHIA
31 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA 5 THE ANNALS AND MAGAZINE OF NATURAL HISTORY 30 ESTADOS UNIDOS
DE NORTEAMERICA
6 METEOROLOGISCHE ZEITSCHRIFT 24 ALEMANIA
7 THE INTERNATIONAL JOURNAL OF AVIAN SCIENCE 24 GRAN BRETAÑA
8 PROCEEDINGS OF THE BIOLOGICAL SOCIETY OF WASHINGTON
24 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA 9 THE AUK A QUARTERLY JOURNAL OF ORNITHOLOGY 23 ESTADOS UNIDOS
DE NORTEAMERICA
10 ASTRONOMISCHE NACHRICHTEN 23 ALEMANIA
11 ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL
23 ESPAÑA
12 DR A PETERMANNS MITTHEILUNGEN AUS JUSTUS 23 ALEMANIA
111
PERTHES GEOGRAPHISCHER ANSTALT
13 ANNALS OF NATURAL HISTORY 22 GRAN BRETAÑA
14 TRANSACTIONS OF THE AMERICAN ENTOMOLOGICAL SOCIETY
21 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA 15 PHILOSOPHICAL TRANSACTIONS OF THE ROYAL SOCIETY 21 GRAN BRETAÑA
16 SILLIMAN JOURNAL 21 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA 17 AMERICAN JOURNAL OF SCIENCE 20 ESTADOS UNIDOS
DE NORTEAMERICA
18 PROCEEDINGS OF THE AMERICAN ACADEMY OF ARTS
AND SCIENCES 19 ESTADOS UNIDOS
DE NORTEAMERICA
19 ANNALS AND MAGAZINE OF NATURAL HISTORY 19 ESTADOS UNIDOS
DE NORTEAMERICA
20 WIEGMANNS ARCHIV FUR NATURGESCHICHTE 17 ALEMANIA
21 BOLLETTINO DEI MUSEI DI ZOOLOGIA ED ANATOMIA COMPARATA DELLA R UNIVERSITA DI TORINO
16 ITALIA
22 THE AMERICAN NATURALIST 15 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA 23 KEW BULLETIN OF MISCELLANEOUS INFORMATION 15 GRAN BRETAÑA
24 THE CANADIAN ENTOMOLOGIST 14 CANADA
25 REVUE ET MAGASIN DE ZOOLOGIE 14
26 ZEITSCHRIFT DER DEUTSCHEN GEOLOGISCHEN GESELLSCHAFT
14 ALEMANIA
27 MONATSBERICHTE DER KONIGLICH PREUSSISCHEN AKADEMIE DER WISSENSCHAFTEN ZU BERLIN
13 ALEMANIA
28 BULLETIN OF THE AMERICAN MUSEUM OF NATURAL HISTORY
13 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA
29 TRANSACTIONS OF THE AMERICAN INSTITUTE OF MINING ENGINEERS
12 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA
30 THE NAUTILUS 12 ESTADOS UNIDOS DE
NORTEAMERICA
31 Otros (375)
En la tabla 4.4 se muestran las revistas locales editadas en América Latina con
cobertura en el Catalogue of Scientific Papers of the Royal Society of London.
112
Se incluyen las 31 revistas identificadas que publicaron 781 trabajos. Esta
producción es la más representativa del contexto latinoamericano en la medida
que, generalmente, está escrita por autores, en temas, idioma y publicada en
fuentes locales. Tiene las características de ser local-local-local. Es importante
mencionar que las circunstancias socioeconómicas que impulsaron los cambios
ocurridos en la segunda mitad del siglo XIX promovieron procesos de
institucionalización y profesionalización de las ciencias. Estos aspectos
influyeron en la diversificación de las diferentes disciplinas científicas y se
mantuvo la continuidad en la publicación de nuevos trabajos. Las revistas más
representativas, con más de 100 trabajos publicados fueron: Anales de la
Sociedad Científica de Argentina, Anales de la Universidad de Chile y la
Naturaleza de México. Es importante mencionar que las 31 revistas de la tabla
4.4 son las más representativas de América Latina y que se vinculan con la
creación de universidades e instituciones de investigación.
Tabla 4.4 Revistas más productivas de América Latina siglo XIX.
N° REVISTA PRODUCCIÓN PAÍS
1 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA 171 ARGENTINA
2 ANALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE 130 CHILE
3 LA NATURALEZA 118 MEXICO
4 MEMORIAS DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ANTONIO ALZATE 64 MEXICO
5 REVISTA DEL MUSEO DE LA PLATA 38 ARGENTINA
6 BOLETIN DEL INSTITUTO GEOGRAFICO ARGENTINO 28 ARGENTINA
7 BOLETIN MENSUAL DEL OBSERVATORIO METEOROLOGICO CENTRAL DE MEXICO
22 MEXICO
8 REVISTA DO MUSEU PAULISTA 20 BRASIL
9 OBSERVATORIO ASTRONOMICO DE CORDOBA 20 ARGENTINA
10 BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE GEOGRAFIA Y ESTADISTICA DE LA REPUBLICA MEXICANA
17 MEXICO
11 ARCHIVES DO MUSEU NACIONAL DO RIO DE JANEIRO 16 BRASIL
12 COMUNICACIONES DEL MUSEO NACIONAL DE BUENOS AIRES
14 ARGENTINA
13 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EXACTAS EXISTENTE EN LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA
10 ARGENTINA
14 BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CORDOBA
9 ARGENTINA
15 BOLETIN DEL INSTITUTO NACIONAL DE GEOGRAFIA Y ESTADISTICA DE LA REPUBLICA MEXICANA
9 MEXICO
16 ACTA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EXACTAS 8 ARGENTINA
113
EXISTENTE EN LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA
17 ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE MEXICO 8 MEXICO
18 ANALES DEL MUSEO NACIONAL DE BUENOS AIRES 8 ARGENTINA
19 ANALES DE LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA
8 CUBA
20 BOLETIN DEL OBSERVATORIO ASTRONOMICO NACIONAL DE TACUBAYA
7 MEXICO
21 ANALES DEL MUSEO DE LA PLATA 5 ARGENTINA
22 REPERTORIO FISICO NATURAL DE LA ISLA DE CUBA 4 CUBA
23 REVISTA DE LA ASOCIACION GEOLOGICA ARGENTINA 3 ARGENTINA
24 BOLETIN DE LA ASOCIACION GEOLOGICA DE CORDOBA 3 ARGENTINA
25 ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA
2 CUBA
26 COLOMBIA CONTRIBUCIONES 2 COLOMBIA
27 BOLETIN DEL INSTITUTO GEOLOGICO DE MEXICO 2 MEXICO
28 REVISTA MINERA 2 MEXICO
29 BOLETIN MENSUAL DEL OBSERVATORIO METEOROLOGICO MAGNETICO CENTRAL DE MEXICO
1 MEXICO
30 BOLETIM RIO DE JANEIRO TRABALHO E SOCIEDADE 1 BRASIL
4.8 Indicador de Autoría
Número total de autores
La figura 4.7 presenta la distribución geográfica del origen o procedencia de los
autores de la ciencia en América Latina, durante el siglo XIX. El origen de los
autores se asignó de acuerdo con el país de las instituciones de adscripción de
los autores.
114
Figura 4.7 Distribución geográfica del origen de los autores de la ciencia en
América Latina, siglo XIX.
Cerca de tres cuartas partes de los investigadores proceden de países
externos a la región latinoamericana. Entre estos se encuentran los países más
interesados en los recursos y fenómenos naturales de la región, como es el
caso de Inglaterra de donde procede la quinta parte (20%) de los autores,
Alemania con 18%, y Estados Unidos de Norteamérica con 17%, en el 6%
restante se encuentran Suecia, Canadá y Portugal. El 25% restante de los
autores de la región están distribuidos en México, Argentina, Cuba, Chile, Perú,
Puerto Rico, Venezuela, Bolivia y Colombia. Llama la atención que no
aparezcan autores con adscripción a Brasil. Existe una cantidad importante de
trabajos que no cuentan con información sobre los autores y que fueron
considerados como anónimos.
El desarrollo del indicador histórico de autoría, además de identificar el origen
de los autores, desarrolló un catálogo como herramienta histórica de consulta
que ofrece información sobre quien es quien en la ciencia de América Latina en
el siglo XIX, en términos de la producción de conocimientos. La tabla 4.5 ofrece
una lista de autores clasificados en los primeros 30 lugares, con cuatro o más
115
trabajos registrados en el catálogo de 199 autores regionales. Los nombres
están organizados por el número de publicaciones en forma ascendente. Cabe
mencionar que los primeros lugares están ocupados por autores extranjeros
(Berg, Carlos; Dugès, Alfredo; Bárcena, Mariano; Gundlach, Johann) con
interés en los recursos de los reinos animal, vegetal y mineral, y que con el
tiempo se arraigaron, junto con sus prácticas de investigación, en instituciones
con sede en países de América Latina. Esto demuestra el gran interés y aporte
que realizaron a la ciencia naciente de América Latina.
Tabla 4.5 Catálogo de autores con adscripción a países de América Latina,
1800-1900.
N° AUTOR PRODUCCIÓN AÑO PAÍS DE ORIGEN
1 BERG, CARLOS 43 1875 ARGENTINA 2 DUGES, ALFREDO 29 1870 MEXICO 3 BARCENA, MARIANO 26 1870 MEXICO 4 GUNDLACH, JOHANN 25 1840 CUBA 5 VILLADA, MANUEL
MARIA 16 1870 MEXICO
6 LEAL, MARIANO 15 1884 MEXICO 7 GORMAZ, FRANCISCO
VIDAL 13 1863 CHILE
8 AMEGHINO, FLORENTINO
12 1884 ARGENTINA
9 MORENO Y ANDA, MANUEL
12 1894 MEXICO
10 PUIGGARI, MIGUEL 12 1876 ARGENTINA 11 LLAVE, PABLO DE LA 12 1832 MEXICO 12 ARATA, PEDRO NARCISO 11 1878 ARGENTINA 13 VERGARA, JOSE IGNACIO 11 1866 CHILE 14 HERRERA-FERNANDEZ,
ALFONSO 10 1870 MEXICO
15 AVE-LALLEMANT, GERMAN
9 1875 ARGENTINA
16 DUGES, EUGENIO 8 1876 MEXICO 17 SPINA, PADRE PEDRO 8 1888 MEXICO 18 SANCHEZ, PEDRO C 8 1895 MEXICO 19 AGUIRRE, EDUARDO 8 1879 ARGENTINA 20 LISTA, RAMON 8 1878 ARGENTINA 21 AMBROSETTI-BAUTISTA,
JUAN 7 1893 ARGENTINA
22 LYNCH-ARRIBALZAGA, ENRIQUE
7 1879 ARGENTINA
116
La tabla 4.6 ofrece una lista de autores clasificados en los primeros 24 lugares,
con 10 o más trabajos registrados en el catálogo de 648 autores extranjeros.
Los nombres están organizados por el número de publicaciones en forma
ascendente.
Durante los siglos XVIII y XIX existió cierta atracción sobre hombres de ciencia
y exploradores, envueltos en la idea de que América Latina prometía, además
de recursos naturales para la investigación, riquezas y beneficios materiales.
La mayor parte de estos exploradores estudiosos habían pasado su vida entre
bibliotecas y laboratorios, y con estos conocimientos se animaron a incursionar
en los países exóticos y lejanos de América. Los países con mayor tradición
científica como Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos de Norteamérica,
decidieron a provechar la oportunidad y enviaron naturalistas, exploradores y
astrónomos quienes traían consigo el canon del oficio científico y que después
formarían nuevos profesionales, en cada área del conocimiento. Los primeros
autores de la tabla 4.6: Cockerell, Theodore Dru Alison: Sapper, Carl Theodor;
Thome, John Macon; Ridgway, Robert; Sclater, Philip Lutley; Liebmann-
Frederik, Michael; Oldfield-Thomas, Michael Rogers; Humboldt, Friedrich
Heinrich Alexander Von; y Ihering, Hermann Von, de Gran Bretaña, Alemania,
Estados Unidos de Norteamérica y Dinamarca; son los 9 autores extranjeros
más productivos, con más de 20 trabajos, en la ciencia en América Latina,
generada durante el siglo XIX. Seguramente que este es un dato desconocido
dentro y fuera de los países de la región. Estos datos se asocian con los otros
23 LOZANO Y CASTRO, MARIANO
7 1891 MEXICO
24 SEUROT, ALFREDO 6 1885 MEXICO 25 GALINDO, JUAN 6 1832 COSTA
RICA 26 AGUILAR Y SANTILLAN,
RAFAEL 5 1889 MEXICO
27 FERNANDEZ, VICENTE 5 1887 MEXICO 28 GONZALEZ, BENIGNO G 5 1884 MEXICO 29 MORENO, FRANCISCO
PASCASIO 5 1876 ARGENTINA
30 CASTRO, MANUEL FERNANDEZ DE
4 1865 MEXICO
OTROS (169)
117
indicadores histórico bibliométricos de autoría que muestra la procedencia de
los autores y el indicador de formación o profesión de los autores del siglo XIX.
Tabla 4.6 Catálogo de autores con adscripción a países externo de América
Latina, 1800-1900.
N° AUTOR PRODUCCIÓN PAÍS DE ORIGEN FORMACIÓN
1 COCKERELL, THEODORE DRU ALISON 47 GRAN BRETAÑA NATURALISTA
2 SAPPER, CARL THEODOR 44 ALEMANIA EXPLORADOR
3 THOME, JOHN MACON 43 ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
ASTRONOMO
4 RIDGWAY, ROBERT 32 ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
ORNITOLOGO
5 SCLATER, PHILIP LUTLEY 29 GRAN BRETAÑA ZOOLOGO
6 LIEBMANN-FREDERIK, MICHAEL 26 DINAMARCA BOTANICO
7 OLDFIELD-THOMAS, MICHAEL ROGERS 22 GRAN BRETAÑA ZOOLOGO
8 HUMBOLDT, FRIEDRICH HEINRICH ALEXANDER VON
21 ALEMANIA ZOOLOGO
9 IHERING, HERMANN VON 20 ALEMANIA ZOOLOGO
10 SCHAUS, WILLIAM 17 ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
ENTOMOLOGO
11 FHILIPPI, RA 17 ALEMANIA NATURALISTA
12 GARDNER, GEORGE 15 GRAN BRETAÑA BOATNICO
13 MERRIAM, CLINTON HART 15 ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
ORNITOLOGO
14 WOODWARD, ARTHUR SMITH 14 GRAN BRETAÑA PALEONTOLOGO
15 DERBY, ORVILLE A 13 ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
GEOLOGO
16 KOSLOWSKY, JULIO 13 LITUANIA NATURALISTA
17 COPE, EDWARD DRINKER 13 ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
ZOOLOGO
18 MOESTA, KARL WILHELM 13 ALEMANIA ASTRONOMO
19 KYLE, JUAN JJ 11 ESCOCIA QUIMICO
20 DOMEYKO, IGNACIO 11 RUSIA GEOGRAFO
21 SEURAT, LEON GASTON 11 FRANCIA ZOOLOGO
22 REICHE, CARL FRIEDRICH 11 ALEMANIA BOTANICO
23 JORDAN, DAVID STARR 10 ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA
ICTIOLOGO
24 GRAY, JOHN EDWARD 10 GRAN BRETAÑA BOTANICO
OTROS (648)
La figura 4.8 muestra un mapa del Continente Americano para mostrar la
cartografía de las capacidades para generar conocimientos de interés científico
en la región latinoamericana. Incluye una escala con cinco niveles de valores
que van de 3 a 987. Los países tienen el color que les corresponde, en la
118
escala, de acuerdo con el número de trabajos publicados. El rango de valores
entre 790 y 987 trabajos, clasifica a los países más productivos, como es el
caso de México. Argentina con 367, Chile con 229 y Brasil con 224, están
clasificados en el tercer nivel con valores entre 200 y 397. El resto de los
países: Perú con 157, Cuba con 88, Bolivia y Guatemala con 71, Venezuela
con 41, Colombia con 38, Ecuador con 36, Costa Rica con 34, Uruguay con 26,
Paraguay con 25, Honduras y Panamá con 14, Nicaragua con 13, Puerto Rico
con 12 y El Salvador con 3, están clasificados en el nivel menos productivo con
valores entre 3 y 200 trabajos.
119
4.9 Distribución de las capacidades para producir conocimientos en
América Latina, durante el siglo XIX.
Figura 4.8 Cartografía de la producción científica de América Latina, siglo XIX.
El mapa de la figura 4.8 muestra un panorama de la región que da cuenta de la
distribución de capacidades que hicieron posible la emergencia de la ciencia
moderna en América Latina. Si bien es cierto que algunas regiones destacaban
más que otras, no quiere decir que no se produjeron conocimientos. En cada
país influyeron intereses que estaban orientados principalmente hacia los
recursos económicos, así como los conflictos internos de cada región que
inhibieron el desarrollo de la ciencia. Durante el siglo XIX, México jugó un rol
central en el impulso de estudios de los reinos animal, vegetal y mineral. En
ese contexto, la exploración y explotación de los recursos naturales se convirtió
en un imperativo para los hombres de ciencia, en las diversas áreas del
conocimiento. Estas características desarrollaron, horizontes de significación
de las ciencias nacientes en América Latina.
120
Discusión
eneralmente ha existido poco interés por la literatura científica
retrospectiva, como es el caso de la generada durante el siglo XIX.
Existen distintas razones. Faltan políticas de información científica y
acciones orientadas a lograr el control bibliográfico completo como parte de un
proyecto de recuperación de la memoria histórica cultural regional.
El presente trabajo como parte del proyecto del Atlas de la Ciencia Mexicana
(ACM), tiene el propósito de aportar recursos de información para poner a
disposición de los usuarios una base de datos histórico bibliográfica, que cubra
el vacío de falta de información organizada sobre los conocimientos generados
durante el siglo XIX. Una fuente de información histórica base para realizar
estudios de tipo académico sobre la evolución del texto científico moderno en
América Latina, así como el desarrollo de indicadores histórico bibliométricos.
La ciencia moderna en América Latina del siglo XIX se construyó en diferentes
momentos históricos. La primera etapa de 1800 a 1821, con movimientos de
independencia de los países de América de la Corona Española. Estos
movimientos crearon nuevas circunstancias que permitieron a los criollos cultos
quedar a cargo del desarrollo de la ciencia y crearon las primeras sociedades y
revistas científicas, así como nuevas instituciones de enseñanza. La segunda
etapa de 1823 a 1841 es la división de América del Sur por países. Se iniciaron
procesos de apertura que atrajeron exploradores extranjeros interesados en
conocer la nueva América Latina y su territorio. En la tercera etapa de 1850 a
1900. Se intensificó la movilidad de investigadores extranjeros y el flujo de
conocimientos que favoreció el desarrollo de prácticas científicas.
En el presente trabajo identificamos las formas de comunicación tempranas de
la ciencia moderna en América Latina. A partir de los tipos de trabajos
identificados (artículos, informes, notas, estudios, observaciones, discursos,
cartas) se pueden realizar otros estudios sobre la evolución del texto científico
en las distintas disciplinas y países. Por ejemplo de los 1,222 artículos
identificados 636 son casos de reportes experimentales, mismos que se
G
121
pueden utilizar para realizar otras investigaciones que incluyan el análisis de
las estructuras de cada documento como metodología para analizar la
evolución de las estructuras de contenidos, la diferenciación de las funciones
de comunicación y de los estilos argumentativos del género científico en la
región.
Para esta investigación utilizamos como fuente de información básica el
Catalogue of Scientific papers Royal Society of London. Solo cubre las revistas
más importantes de la época. Deja fuera una gama de revistas locales porque
seguramente no cubrían los criterios establecidos por el catálogo. Una
característica de la cobertura de este Catálogo es que ninguno de los 19
volúmenes revisados incluye trabajos sobre las distintas áreas del
conocimiento en medicina.
Los esfuerzos, metodologías, teorías y herramientas destinadas al desarrollo
de indicadores bibliométricos contemplan, principalmente, los indicadores
contemporáneos. No existen iniciativas regionales orientadas específicamente
a desarrollar indicadores histórico bibliométricos., Los 2,375 trabajos
analizados en esta investigación, a través de la metodología utilizada, ofrece
una aproximación a la producción global de la región y establece los
indicadores histórico bibliométricos básicos de la literatura científica generada
en y sobre América Latina siglo XIX. Estos indicadores son testimoniales que
ofrecen un panorama de recursos de información de utilidad para el estudio del
surgimiento de la ciencia moderna en América Latina, escritos en distintos
idiomas: inglés, español, alemán, y francés.
La aportación de esta investigación se centra en el desarrollo de una versión
histórico bibliométrica sobre el surgimiento temprano de la ciencia moderna en
América Latina. Una versión que utilizó los elementos bibliográficos
tradicionales como son: el nombre del autor, título de la revista, temas, año de
publicación, tipo de trabajo e idioma; como las marcas catalográficas
descriptivas que caracterizan los textos de la ciencia moderna hechos en
públicos en revistas científicas. Estos componentes bibliográficos fueron
utilizados como elementos testimoniales para documentar la producción de
textos científicos modernos, en revistas científicas, sobre América latina. Los
122
ocho indicadores bibliométricos resultantes (autores, formación, áreas del
conocimiento, tipo de documento, idioma, país de edición de las revistas,
distribución de las capacidades para producir conocimientos, por país), nos
permitieron caracterizar, a través de la frecuencia de aparición de cada uno de
los elementos bibliográficos mencionados, los periodos de surgimiento, los
diferentes estados que caracterizan su proceso de evolución: periodos de
estancamientos, de crecimiento con continuidad y de decrecimientos, durante
la primera mitad del siglo XIX; así como periodos de cambios con tendencias
novedosas de crecimiento ocurridos al final del siglo.
Los resultados, en forma de indicadores histórico bibliométricos, nos revelan un
proceso resultante de una combinación de factores locales y externos. Los
minerales, la flora y la fauna local, atrajeron el interés de investigadores de
distintos países, como objetos de investigación. En este sentido, el surgimiento
de la ciencia en América está asociado a la movilidad de científicos y la
circulación de conocimientos en torno al estudio de sus recursos naturales.
Esto explica, por un lado, por qué la mayoría de los primeros trabajos
referentes a la ciencia en América están publicados en revistas extranjeras y en
idiomas distintos al español. Los autores extranjeros buscaron dar a conocer
sus investigaciones entre sus comunidades de origen y preferían difundirlas,
principalmente, en las revistas y el idioma de su país de procedencia.
Por otro lado, los indicadores histórico bibliométricos, también muestran que los
momentos de mayor continuidad y de cambios en las tendencias de
producción, están relacionados con la formación y participación de autores
locales, con la existencia de revistas científicas locales, la conformación de
sociedades profesionales y científicas, la construcción de instituciones de
enseñanza y de investigación. La coincidencia de estos componentes,
principalmente, en la segunda mitad del siglo XIX, en varios países de América
Latina, funcionaron como una fuerza promotora de procesos de arraigo e
institucionalización de prácticas de investigación científica moderna. Estos
aspectos explican la tendencia de crecimiento exponencial de la producción de
conocimientos en América Latina durante las últimas décadas del siglo XIX.
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron
todas las preguntas”. Mario Benedetti
123
Conclusiones
na vez analizados los resultados de La literatura de América Latina
publicada en revistas científicas durante el siglo XIX, es necesario
determinar la importancia así como las aportaciones de la investigación.
De acuerdo con los resultados obtenidos consideramos que nuestro trabajo
tiene las siguientes aportaciones principales:
El desarrollo de una base de datos con los registros bibliográficos de la
literatura en y sobre América Latina publicada en revistas científicas
durante el siglo XIX.
El desarrollo de los indicadores histórico bibliométricos de la literatura
científica en y sobre América Latina en el siglo XIX.
Se desarrollaron catálogos históricos de autores, revistas y temas.
o El catálogo histórico de autores ofrece una versión global de los
autores de la ciencia en América Latina durante el siglo XIX. Una
fuente de información bibliográfica que nos permite saber quién
es quién en la generación de conocimientos durante este siglo
mencionado.
o El catálogo de revistas ofrece información útil sobre los títulos de
las revistas científicas locales y extranjeras utilizadas en el
periodo abordado. Una fuente de información bibliográfica de
utilidad para distintos propósitos, entre ellos los de tipo
inventaríal.
o El catálogo de áreas temáticas ofrece información sobre los
temas más tradicionales que sirvieron de base para el desarrollo
de prácticas científicas que dan cuenta del surgimiento de la
ciencia moderna en América latina.
U
124
Identificación de la formación o profesión de los responsables de
generar los conocimientos durante el siglo XIX.
Identificación de los tipos de trabajos preferidos para dar a conocer los
conocimientos generados durante el siglo XIX.
Las geografías de producción, difusión, y origen de los actores que
influyeron en el desarrollo de las prácticas científicas modernas en
América Latina.
Gracias a este trabajo se cubre un vacío existente referente a la conformación
de una memoria histórica sobre la producción de conocimientos en América
Latina durante el siglo XIX
“Prestándole atención a los locos se hacen los grandes
descubrimientos”.
Julio Verne
125
Referencias
Acuña Paredes (2008). Material de apoyo didáctico hipertextual para la
asignatura de Bibliografía Mexicana Contemporánea: formas de control
bibliográfico, derecho de autor, depósito legal, ISBN e ISSN. Recuperado: 22
de julio 2015. De:
http://www.filos.unam.mx/LICENCIATURA/bibliotecología/textos-apoyo-
docencia/acunia-paredes-saul.pdf
Aguado López, E.; Rogel Salazar, R. (2006). Redalyc: Red de Revistas
Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Un balance a tres
años de camino. En: publicación: Babini, Dominique; Fraga, Jorge CLACSO,
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Ciudad de Buenos Aires,
Argentina. ISBN: 987-1183-53-4
Allen, RB. (2011), “Model-oriented Scientific Research Reports”. D-Lib
Magazine, 17 (5-6): 9 pp.
Álvarez, R. (1993). La conquista de la naturaleza americana, Madrid, CSIC.
Recuperado. 17 de Marzo de 2015. De:
http://asclepio.revistas.csic.es/index.php/asclepio/article/viewFile/462/459
Anderson, D. (1974). Universal Bibliographic Control: a long term policy, a plan
for action. München: Documentation.
Anderson, D. (2000). IFLA’s Programme of Universal Bibliographic Control:
origins and early years. IFLA Journal, 26 (3). 209-214. Recuperado el 21 de
Julio de 2015 de, http://archive.ifla.org/V/iflaj/jour2603.pdf , pero la idea es un
tanto más reciente ya que en 1973 se organiza en Grenoble un congreso sobre
el UBC siendo Dorothy Anderson con apoyo de la UNESCO quien publicara
UBC: a long term policy, a plan for action, publicación que abordaría todas las
cuestiones en cuanto a definiciones y establecimientos de objetivos.
Bataillon, M. (Prolog.). Angrand, Léonce: Imagen del Perú en el siglo XIX. 1a.
edición.
Anthony, H. D. (1948). Science and its Backgound. Londres, Macmillan.
126
Antiseri D.; Reale G. (2010). Historia del pensamiento filosófico y científico.
Italia: Herder.
De la Paz, Ramos M. L., León Olivares, F. (coord.). (2014). Aportes recientes
a la historia de la química en México. México: Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades: Instituto de Química.
Becerra Ardila, D. y Restrepo Forero, O. (1993). La Universidad Colombiana:
actividades científicas y formación de investigadores. Quipu, Revista
Latinoamericana de Historia de las Ciencias y la Tecnología. Vol. 10, núm. 1
Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, vol. I, pp. 41-43 y 468-70.
Braudel, F. (1986). La historia y las ciencias sociales. Madrid: Alianza.
Bunge, M. (1992). La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires: Siglo XX.
Burke, P. (2002). Historia social del conocimiento. De Gutemberg a Diderot.
(Trad. I. Arias). Barcelona: Paidós.
Camps, D. (2007). El artículo científico: desde los inicios de la estructura al
IMRYD. Recuperado: 18 de agosto 2015
Cappelletti, A. (1994) Positivismo y evolucionismo en Venezuela. Caracas:
Monte Avila Editores.
http://webdelprofesor.ula.ve/humanidades/elicap/es/uploads/Biblioteca/resena_
positivismo_cappell.pdf
Casal, R. A.; Viloria, N. (2002). La Corriente Positivista y su Influencia en la
Ciencia Contable. Actualidad Contable Faces, Enero-junio, 7-22.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=25700505
Castillo Martos, M. (1992). III Congreso Latinoamericano de Historia de la
Ciencia y la Tecnología. Anuario de Estudios Americanos, 49, Supl. 1.
Conezzenc S.E. (1990) literatura-based data in research evaluation: a
manager’guide to bibliometrics. SPSG Concept Paper N°. 11. London: Science
Policy Support Group 25p.
Cordón García, J. A. (1998). La bibliografía general internacional: Bibliografía
general internacional y Control Bibliografico Universal. I. Torres (coord.). En:
Guía práctica de fuentes de información. Madrid: Síntesis. Recuperado el 21 de
Julio de 2015 de
http://eprints.rclis.org/15035/1/bibliografias_isabel_de_Torres.pdf
127
Collazo-Reyes, F; Luna-Morales, ME and Vélez-Cuartas, G (2010).
Surgimiento de las prácticas científicas de colaboración en la ciencia mexicana
con cobertura en los índices internacionales. REDES, 19: 143-167.
Collazo-Reyes, F.; Luna-Morales, M.E.; Russell, J.M. and Pérez-Angón,
M.A. (2011). Emergence and convergence of scientific communication in a
developing country: Mexico 1900-1979. In: Proceedings of the International
Society for Scientometrics and Informetrics, (Durban, South Africa, Jul 4-8
(2011), 155-162.
Cueto, M. (1989). Excelencia científica en la periférica. Actividades científicas e
investigación biomédica en el Perú, Lima, Grade-CONCYTEC.
Davies,J.J. (1968).On the Scientific Method (Trads., F. García) Londres:
Longman (Trabajo original publicado en 1968).
Day, RA; Gastel, B. (2006), “How to Write and Publish a Scientific Paper”.
Westport, Connecticut: Greenwood Press.
De la Paz, Ramos L. M. (coord.). (2013). Vicisitudes de la ingeniería en México
(Siglo XIX). México: UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades.
De la Paz, Ramos L. M. y León Olivares, F. (coord.) (2014). La química entre
la minería y la farmacia en México en el siglo XIX Docencia, difusión e
investigación de la química.en el Colegio de Minería. En: Aportes recientes a la
historia de la química en México. México: UNAM, Instituto de Química.
Detalles del proyecto para Quantum GIS - SIG 0.9.0 Quantum". Freshmeat.
Duviols, Jean-Paul: Voyageurs francais en Amérique: colonies espagnoles et
portugaises. Paris, Bordas, 1978. p. 147
Englander, K. (2014), “Writing the Five Principal Sections: Abstract,
Introduction, Methods, Results and Discussion”. Writing and Publishing Science
Research Papers an English: A Global Perspective, Springerbriefs in Education,
39-55
Fernández Valdés, M.M, Sánchez, Alfonso I. R. Estado actual de la
normalización y la estandarización en las bibliotecas sobre ciencias de la salud.
Acimed 2005; 13(5). (Consultado el: agosto 05 de 2015). Disponible en:
http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_5_05/aci03505.htm
128
Fierro-Benítez, R. (1987). La escritura en la historia de las ciencias en
Hispanoamérica. Cuadernos Hispanoamericanos.
Figueirôa, S. M. (2000).” Associativismo científico no Brasil: O Instituto
Histórico e Geográfico Brasileiro como espaco institucional para as ciências
naturais durante o século XIX”.
Galera Gómez, A. (1991). “Antonio Pineda y el proyecto científico de la
Expedición Malaspina”. En: La ciencia española en ultramar. Díez Torre, A. et
al. (coords):. Madrid, Ateneo de Madrid.
Hérubel, J.P. (1999). Historical Bibliometrics; Its purpuse and Significant to
History of Disciplines. Libraries & Culture, 34(4): 1-8.
Hilary R. y Steven R. (1972). Ciencia y sociedad. Buenos Aires, Tiempo
Nuevo.
Historia social de las ciencias en América Latina (1996). México: M. A. Porrúa.
Hunter, M. (1995). Science and Shape of Orthodoxy: Intellectual Change in
Late Seventeenth-century Britain. Woodbridge, Suffolk; Boydell & Brewer.
ISBN: 0-85115-594-4.
Introducción y notas de Edgardo Rivera Martínez. Lima, Editor Carlos Milla
Batres, 1972.
Jaramillo, O.; Ramírez, J. A. (1999). Fundamentos de información.
Recuperado: 22 de julio 2015.
Kamen, H. (1977). El siglo de Hierro; cambio social en Europa, 1550-1660.
Madrid, Alianza Editorial.
La Expedición Malaspina, 1789-1794. Madrid, Ministerio de Defensa, Museo
Naval, 1994. 6 tomos.
Ledesma Mateos, I. (2013). La Biología y los biólogos en México: ciencia,
disciplina y profesión. En: La institucionalización de las disciplinas científicas en
México (siglos XVIII, XIX y XX): estudios de caso y metodología. Mina Kleiche-
Dray [et al] (coord.). México: UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales;
Institut de recherche pour le développement,
Lesser, R. (2003). Los orígenes de la Argentina: historias del reino del Rio de
la Plata. Biblios.
129
Lin, L; Evans, S. (2012), “Structural patterns in empirical research articles: A
cross-disciplinary study”. English for Specific Purposes, 31 (3): 150-160.
Lopes, M. (2000). “Braziliam Museums of Natural History and International
Exchanges in the Transition to the 20th Century”, Science and Empires.
Louis, F. Journal des observations physiques, mathématiques et botaniques
faites par l’ordre du Roy sur les côtes orientales de l’Amérique méridionale et
dans les Indes Occidentales depuis l’année 1707 jusques en 1712. Paris, chez
Pierre Giffart, Libraire.
Loza, J. (2013). Representaciones sobre América Latina en sectores populares
de Argentina y Uruguay (2008-2011). Latinoamérica. Revista de estudios
Latinoamericanos, (56), 191-217. Recuperado en 23 de noviembre de 2015, de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-
85742013000100009&lng=es&tlng=es.
Luna Morales, M.E., Collazo Reyes, F., Ruseell, J.M. and Perez Angon,
M.A. (2009). Early patterns of scientific production by Mexican researchers in
mainstream journals, 1900-1950. Journal of the American Society for
Information Science and Technology, 60(7): 1337-1348.
Maceviciute, E.; JANONIS, O. (2004). Conceptions of bibliography in the
Russian Federation: the Russian phenomenon of bibliographic theory. Libri, vol.
54, no. 1, p. 30-42
Malclés, L. N. (1967). La bibliografía. 2ª ed. Buenos Aires: EUDEBA.
Maltrás-Barba B. (2003). Los indicadores bibliométricos: fundamentos y
aplicación al análisis de la ciencia. Austrias, España: Trea. 272p.
Manuel V. “Viajeros franceses en el Perú; siglos XVIII y XIX; entre los intereses
comerciales y las observaciones científicas”. En: Boletín de Lima, No. 75. mayo
Martínez-Cañavate, L. R. “Trabajos astronómicos, geodésicos e
hidrográficos”. En: La Expedición Malaspina, 1789-1794, Tomo VI, p. 172.
1991. p. 29.
Mendirichaga, R. J. (2010). Dos jesuitas italianos del siglo XIX en la sociedad
científica ‘Antonio Alzate’. Ingenierías, Julio-Septiembre 2010, Vol. XIII, No. 48.
Recuperado 17 de Marzo de 2015. Documento en PDF.
Moncada Maya, J. O.; Escamilla Herrera, I. y Morelos Rodríguez, L. (2010).
Ingenieros geógrafos y astronomía en el México del siglo XIX. En: La
130
astronomía en México en el siglo XIX. (p.63). De la Paz Ramos, M. L. y Moreno
Corral, M. A. (coord.) México: UNAM, Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
Merton, R. Ciencia, tecnología y sociedad en la Inglaterra del siglo XVII.
Madrid, Alianza Editorial, 1984. pp. 55-57.
Naumis Peña, C. (2008). Registro bibliográfico y referencia bibliográfica: una
revisión conceptual. Revista Interamericana de Bibliotecología. Ene.-Jun. vol.
31, no. 1, p. 227-245.
Núñez, E. (1989) Viajes y viajeros extranjeros por el Perú; apuntes
documentales con algunos desarrollos históricobiográficos. Lima, CONCYTEC,
1989. p. 249.
Núñez, E. (1989). Viajes y viajeros extranjeros por el Perú; apuntes
documentales con algunos desarrollos históricobiográficos. Lima, CONCYTEC,
1989. p. 531.
Núñez, J. (1989). La Revolución Francesa y la Independencia de América
Latina. NUEVA SOCIEDAD NRO.103 SEPTIEMBRE- OCTUBRE 1989.
Recuperado 06 de febrero de 2015. De:
http://www.nuso.org/upload/articulos/1793_1.pdf
Obregón, D. (1993). La Sociedad de Naturalista Neogranadinos o la invención
de una tradición”, Mundialización de la ciencia y cultural nacional.
Patalano, M. (2005). Las publicaciones del campo científico: las revistas
académicas de América Latina. Anales De Documentación, Nº 8, 217-235.
Phelan J. (1986). "El origen de la idea de Latinoamérica", en Ideas en torno de
Latinoamérica, vol. I, México: UNAM.
Pierluigi P. y Franco k. (1987). The cartography of north america : 1500-1800.
New York : Facts on File.
Poeppig, E. (2003). Viaje al Perú y al río Amazonas, 1827-1832. Monumenta
Amazonica. (Trads., F. Schwab; Introducción A. Brack Egg) Iquitos, CETA,
2003.
131
Porras Barrenechea, R. (1963). Fuentes históricas peruanas [1954]. 2ª
edición. Lima, 1963. Su amplio conocimiento de los relatos de viaje se observa
en los extractos de aquellos incluidos en su Pequeña Antología de Lima (1535-
1935). Madrid, Imp. de Galo Saez, 1935.
Porras Barrenechea, R. (1963): Fuentes históricas peruanas [1954]. 2ª
edición. Lima, pp. 312-314.
Pratt, M. L. (1991). “Humboldt e a Reinvenção da América”. In: Estudos
Históricos, vol. 4, n. 8. Rio de Janeiro.
Quine, W. (2001). Acerca del conocimiento científico y otros dogmas.
Barcelona. Paidós: I.C.E. de la Universidad Autónoma de Barcelona. PDF
Rumrrill, Roger, Carlos Dávila y Fernando Barcia García (1986).
Yurimaguas, capital histórica de la amazonía peruana. Yurimaguas, Concejo
Provincial del Alto Amazonas.
Russell J.M. (2004). Obtención de indicadores bibliométricos a partir de la
utilización de las herramientas tradicionales de información. En: Congreso
internacional de la información Info 004. Ciudad de la Habana, 12 al 16 de abril.
Saldaña, J. (1993). “Nuevas tendencias en la historia latinoamericana de las
ciencias”. En: Cuadernos Americanos, 38, Nueva época, marzo-abril.
Saldaña, J. (1996). Ciencia y felicidad publica en la ilustración americana,
historia social de la ciencia en América Latina. México, UNAM.
Saldaña, J. (1996). “Ciencia y Libertad: la ciencia y la tecnología como política
de los nuevos estados americanos”. En: Historia social de las ciencias en
América Latina.
Saldaña, J. (Coord.). (2005). La casa de Salomón en México. Facultad
Filosofía y Letras, UNAM.
Sancho, R (1990). "Indicadores bibliométricos utilizados en la evaluación de la
ciencia y la tecnología". Revista Española de Documentación Científica, 13 (3-
4): 842-865.
Schillibeer (1817), 1973, Tomo XXVII, vol. 4, pp. 367-368.
132
Seiner, Lizardo (2003). “Antonio Raimondi y sus vinculaciones con la ciencia
europea” En: Bulletin de l´Institut Francais d´Etudes Andines, Tome 32, N° 3,
2003. pp. 532-53
Spedalieri, G. (2007). Catalogación de monografías impresas. Argentina:
Alfagrama.
Stevenson (1825), 1971, Tomo XXVII, vol. 3, p. 89.
Swales, J.M. (1990), “Genre Analysis: English in academic and research
settings”. Cambridge, UK; Cambridge University Press.
Thomas, Spratt: History of the Royal Society, 1667.
Torres Ramírez, I. (1996). Qué es la bibliografía: introducción para estudiantes
de biblioteconomía y documentación. Granada: Universidad de Granada.
Trabulse, E. “Aspectos de la difusión del materialismo científico de la
ilustración francesa en México a principios del siglo XX”. En: Quipu, Revista
Latinoamericana de Historia de las Ciencias y la Tecnología. vol. 6, núm. 3
Voyage autour du monde entrepris par ordre du Gouvernement sur la corvette
La Coquille (1822-1824) París, Pourrat Fréres Editeurs, 1839, 2 vols. 510 y 547
pp. Respectivamente. La traducción de la parte referente al Perú se vertió por
primera vez al castellano, En: Colección Documental de la Independencia del
Perú, tomo XXVII, vol. 2, Lima, 1971, pp. 339-400.
Recommended