View
219
Download
0
Category
Preview:
Citation preview
Esta es una traducción libre de un estimado hermano de México para DA (www.DefensaAdventista.com) del libro: PABLO EL TEÓLOGO JUDÍO
Torá: ¿Letra Muerta o Palabra Viva?
La preeminente contribución de Pablo al mundo ha sido su
presentación de las buenas nuevas de gracia gratuita –como
él mismo lo habría dicho (y con razón), su representación
de las buenas nuevas explícitas en las enseñanzas de Jesús
y encarnadas en su vida y obra.
F.F. Bruce
(Pablo: Apóstol del Corazón liberado)
Está Pablo en contra de la ley? ¿Debe la Torá ser vista como un marido
muerto que a nadie realmente le agradaba? Esta es la forma en que
algunos cristianos han interpretado Romanos 7:1-6. Pablo presenta su
apología:
Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si
el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. (v. 2)
Comúnmente la ilustración se lee como si la Torá es sinónima a un
marido muerto. El apóstol no está sugiriendo que así como una mujer se ha
liberado de un marido desagradable, ahora nosotros estamos liberas para
hacer lo que nos plazca, al contrario, utilizando un argumento de la antigua
ley judía, Pablo ilustra su relación con la Torá a la luz de su nueva fe en
Jesús. Él está profundizando en su herencia judía con el fin de encontrar
una metáfora para explicar el impacto que ha tenido la fe en Jesús en su
entendimiento de la Torá y la pecaminosidad de la condición humana.
¿
Sin embargo, como teólogo judío, la influencia de la Torá impregna su
pensamiento. Para Pablo, la Torá es buena. Es la palabra viva de Dios, la
cual es sagrada. Cuando la carne muere, el creyente es libre para obedecer la
Torá en la nueva vida del Espíritu. La condición humana, sin embargo,
conduce a cada persona a la esclavitud del pecado.
El enfoque de Pablo recalca la necesidad para los cristianos de tener una
visión correcta hacia el judaísmo y sus enseñanzas. Sin este punto de vista,
los cristianos pierden la capacidad de penetrar el mensaje de Pablo. El
trasfondo del lenguaje gráfico y descriptivo fluye desde el judaísmo antiguo.
Pablo menciona en efecto la muerte de un marido. Pero, ¿podría Pablo a
utilizar esto como una metáfora de la muerte a la carne? ¿Acaso hemos
malinterpretado el mensaje de Pablo? ¿Es realmente la Torá para Pablo un
marido fallecido? Yo creo que Pablo estaba hablando acerca de la muerte a
la pecaminosidad de la carne en lugar de lo sagrado de la Torá.
Como cristianos, debemos tomar el estudio de la Torá y los enfoques
judíos de la Biblia muy seriamente.1 Pablo ciertamente lo hizo. A veces, se
sumergía enormemente con cuestiones relacionadas con la fe en Jesús y la
Torá y la manera en que estas se relacionaban con su trabajo misionero
como un apóstol judío enviado a los gentiles. Lamentablemente, rara vez
reconocemos que gran parte de lo que Pablo dice acerca de la Torá debe ser
interpretado en el contexto de su comprensión de los Judíos y gentiles, con
sus respectivas distinciones, como socios iguales en familia de Dios.2
El texto griego de Romanos 10:4, además , como se mencionó
anteriormente en el capítulo 2, comúnmente es mal traducido de la
siguiente manera: "Porque Cristo es el fin de la ley ..." cuando en realidad
debiera decir: "Porque el Mesías [Cristo] es el objetivo [o propósito] de la
Torá [ley] ... "3 ¿Cómo puede uno leer la fuerte afirmación de Pablo en
Romanos 3:31, "¿Luego deshacemos la ley [Torá] por la fe? Por supuesto
que no! Por el contrario, establecemos los laicos [Torá]," Una de dos, o
Pablo esta teológicamente esquizofrénico o algunos de sus intérpretes han
dejado de lado aspectos claves para entender su modo de pensar.
PABLO EL TEÓLOGO JUDÍO
Aquí estamos tratando de establecer el trasfondo de Romanos 7:1-6 con tal
de descubrir el enfoque que tenía Pablo respecto a ley, a la carne, y a la
analogía del "marido muerto", todo dentro del marco del pensamiento judío
del primer siglo. Para interpretar correctamente lo que Pablo quiere decir en
este pasaje, primero es imperativo reconocer que el dicho "Cuando una
persona muere, es libre de la ley y los mandamientos" (Kivan Shemet adam
Naaseh kofshi hombres HaTorá vehamitzvot) fue un reconocido concepto
halájico (legal) que probablemente era casi proverbial en el antiguo
pensamiento judío.4 Cuando Pablo dice que él está escribiendo a aquellos
que conocen la ley (Rom. 7:1), él está obviamente hablando de la práctica de
la Halajá, con la que los Judios en la congregación de Roma estarían muy
familiarizados. Las leyes sobre el matrimonio concernientes al marido y su
mujer eran bastante bien conocidas entre el pueblo judío. Rabán Gamaliel el
Anciano, que según Lucas fue el maestro de Pablo en sus primeros días
como estudiante en Jerusalén, comentó en cuestiones relacionadas a estas
leyes en la Mishná. Gamaliel enseñó que una mujer es libre para volver a
casarse, incluso si sólo un testigo da testimonio de que su marido había
muerto (m. Yebam. 16:7).5 Los estudiosos han señalado que el pasaje en
Romanos 7:1-6 podría muy bien traicionar la influencia de Gamaliel, el
maestro de Pablo.6 Aunque la similitud entre Pablo y Gamaliel en este punto
de Halajá no debe ser negada, no es menos cierto que tales enseñanzas
fueron probablemente parte del conocimiento común, generalizado entre
hombres y mujeres judíos que vivieron vidas piadosas conforme a su fe.
Pablo pudo haber estado familiarizado con este principio a través de
muchas fuentes. Una puede haber sido Gamaliel el Anciano. De hecho, lo
fue, porque este principio era tan conocido que Pablo empleó la Halajá para
basar su defensa.
UN ESCLAVO DEL PECADO O DE DIOS
El problema al que nos enfrentamos es que muchos intérpretes
Cristianos, probablemente de manera no intencional, destruyen el mensaje
de Pablo al decir –en muchas palabras- que como Pablo “murió” a la Torá,
él ahora es libre de hacer lo que le plazca. De acuerdo a esta interpretación,
Torá: ¿Letra Muerta o Palabra Viva?
los Cristianos ahora son libres de mantener el estilo de vida que deseen
debido a que ellos, después de todo, son libres de la esclavitud de la ley.
Ellos ya no están más obligados ni moral ni éticamente. ¿Pero acaso esta
radical interpretación tiene sentido a la luz de Romanos 6? Ahí Pablo habla
acerca de la esclavitud a lo carnal, lo cual obliga a la persona a desobedecer
a Dios. El apóstol desea la obediencia a Dios y una dedicación a la justicia.
La piedad caracteriza la misma vida de Pablo. El Espíritu Santo habilita al
apóstol a vivir una vida de servicio a Dios. En Romanos 7:1-6, el emplea una
analogía basada en la ley Judía. Es lógico pensar que las fuentes judías
pueden arrojar más luz sobre el mensaje de Pablo y sobre la conclusión que
él desea extraer de la evidencia que cita. Los rabinos también discutieron el
problema de los deseos carnales, los cuales ellos comúnmente llamaban
como “inclinación al mal”. Ellos estaban al tanto del poder que posee la
mala inclinación para esclavizar a una persona. Aun así, cada persona debe
buscar servir al verdadero Maestro que lo creó en lugar de a su inclinación
de desobedecer a Dios. En sus enseñanzas, el sabio Rabí Simeon ben Pazzi
utiliza muchos de los ejemplos que encontramos en los escritos de Pablo.
A continuación, el Rabí Simeón ben Pazzi enseña sobre cómo ser “un
esclavo del pecado o de Dios”:
“el esclavo se libera de su amo.” (Job 3:19) Una persona, mientras viva, es
siervo de dos maestros: es siervo de su Creador y de su [mala]
inclinación.7 Cuando hace la voluntad de su Creador, hace enojar a su
inclinación, y cuando él hace la voluntad de su inclinación, hace enojar a
su Creador. Y cuando muere, es libre, “el esclavo se libera de su amo.”8
El dicho del Rabí Simaón ben Pazzi “Cuando muere, él es liberado…” no
solamente nos recuerda a las palabras de Pablo en Romanos 7:1-6 sino que
también provee un claro paralelo al pensamiento de Pablo en cuanto a la
discusión del siervo quien es esclavizado ya sea por su mala inclinación o
por su Creador. En Romanos 6, Pablo enseña que un individuo es siervo ya
sea del pecado para obedecer a la carne o un siervo de justicia para obedecer
a Dios.
PABLO EL TEÓLOGO JUDÍO
David Flusser y Shmuel Safrai han comentado sobre esta enseñanza del
Rabí Simeón ben Pazzi en relación con la enseñanza de Jesús acerca de
servir a dos señores –al dinero o a Dios. Y un punto de dicha discusión está
relacionado a nuestro propósito. Ellos comentan, “De acuerdo al Rabí
Shimeón ben Pazzi, el hombre, mientras vive, es esclavo de su inclinación,
pero después de su muerte, su único Señor es Dios.”9 Esta perspectiva
también tiene una relación directa con Pablo y su analogía del matrimonio.
¿Acaso Pablo deseaba abolir o abrogar la ley al decir que una persona ha
muerto espiritualmente a través de su fe en Jesús? Un estudio comparativo
con las fuentes rabínicas debilita esta conclusión simplista. Lo que Pablo
está tratando de decir es que una persona muere a su mala inclinación, con
el propósito de que él o ella se pueda convertir en siervos de Dios
únicamente. La inclinación carnal pecaminosa muere para que la persona
pueda convertirse en siervos de justicia (ver Romanos 6). De esta manera, el
individuo es libre para vivir una vida que agradable a Dios.
Pablo mantiene un alto estándar moral y ético. Cuando escribió su
epístola a los Gálatas, por ejemplo, él se refirió a las “obras de la carne”
como también a los “frutos del Espíritu” (ver Gálatas 5:13-25). El también
sostuvo que si uno es circuncidado, también le es requerido guardar toda la
ley; esto es, no solo las leyes morales que aplican a los hijos de Noé (leyes
Noájicas) sino también todos los mandamientos del pacto realizado en Sinaí
con los hijos de Israel (Gálatas 5:3). De acuerdo a Lucas, Pablo hizo
circuncidar a Timoteo (Hechos 16:1-3). Tanto las enseñanzas como los actos
de Pablo no sugieren que el viera a la Torá como un sistema legalístico el
cual se opusiera a la gracia. La ley está impregnada de la gracia de Dios y de
su divina compasión. Un individuo no se salva del castigo eterno mediante
una observancia meticulosa de la ley, sino únicamente mediante la gracia de
Dios. Aun así, esto no quiere decir que la fe, aun sin una acción
correspondiente, tiene valor. Aunque uno nunca podrá ganarse la salvación
de su propia alma mediante la observancia de la Torá, aún para Pablo, fe sin
obras no tiene ningún sentido. Mediante la gracia, es que al creyente se le
confiere el poder de vivir una vida santa y agradable a Dios, y por lo tanto,
cumplir la Torá (ver Romanos 3:31).
Torá: ¿Letra Muerta o Palabra Viva?
El punto al que Pablo se refiere en la analogía del matrimonio de
Romanos 7:1-6 es simple. El individuo muere a su inclinación carnal.
La carne pecaminosa muere con tal de que la persona pueda vivir para
servir únicamente a Dios. Paul estaría fuertemente en desacuerdo con
los intérpretes cristianos que dicen que debido a que el creyente ha muerto
en Jesús, la enseñanza de la Torá, es nula. Pablo no está en contra de la
Torá. La Torá no debe ser relacionado ni identificada con el pecado. El
mismo Pablo explícitamente advierte a sus lectores al declarar, “¿Qué
diremos entonces?, ¿Es la ley pecado?, De ninguna manera!” (Romanos
7:7). Al contrario, Pablo afirma que la Torá es espiritual (Romanos 7:14,
8:3). Es santa y buena (Rom. 7:12). Es un custodio el cual guía al creyente a
Jesús, demostrándole su necesidad del poder espiritual de salvación
a través de la fe.
La Torá no es ni el problema ni la solución. El problema es el pecado.
El conflicto entre la ley y el pecado también es mencionado en antiguas
fuentes Judías. El 2do libro de Esdras, un texto Judío escrito poco después
de la destrucción del templo en el 70 d.C., en relación con la naturaleza
eterna de la Torá, afirma: “Pero los que hemos recibido la ley y hemos
pecado, pereceremos, así también como nuestro corazón que la recibió;
pero la ley, sin embargo, no perecerá sino que permanecerá en su gloria” (2
Esd. 9:36-37). Los paralelos entre la teología Paulina en estos textos son
excepcionales. La preocupación de Pablo sobre el pecado está profun-
damente impregnada en su trasfondo judío. El pecado no anula la Ley. La
Torá revela el pecado, exponiendo la injusticia humana a la luz de la
santidad divina. Revela tanto lo profano como lo sagrado.
El amor de Pablo por la Torá no disminuyó debido a su encuentro con
Jesús. Su enfoque en Rom. 7:1-6 demuestra que el apóstol creía en la validez
de la halajá y su fidelidad a su herencia religiosa. Es más, para Pablo, la
Torá hablaba precisamente de la misión de Jesús. Toda la visión de Pablo, la
cual se centraba en la misma Torá, contenía un fresco significado en cuanto
al propósito redentor de Dios. Las enseñanzas de Jesús, su vida, muerte y
resurrección, seguida por el poder del Espíritu, motivó a Pablo a integrar
PABLO EL TEÓLOGO JUDÍO
este revolucionario punto de vista en todo lo que el entendía acerca de la
estrategia divina de recibir e integrar a los Gentiles en la familia de Dios.
Si teología se concentraba en Jesús como el centro de la revelación de la
Torá y se extiende hasta reflejarse al fin en una vida de rectitud. Esta vida
Cristo-céntrica, esta vida de rectitud, debe ser caracterizada por un
adecuado entendimiento de la voluntad divina tal y como es expresada en la
Torá. Jesús es el propósito de la Torá el cual los Cristianos cumplen por fe.
Como apóstol a los Gentiles, Pablo se da cuenta de que Jesús es la razón
para esparcir la fe de Israel en el único y verdadero Dios a través del mundo
pagano. Lo que es aún más, el traer a gente pagan a la fe se encuentra
dentro de los principales objetivos de la actividad redentora de Dios.
La Torá entonces, no es pecado. Al contrario, la Torá es espiritual y
buena, revelando el plan divino para todo el mundo. A través de los ojos de
Pablo, Jesús es revelado en la Torá. El poder del pecado en nosotros se
debilita a través de la muerte y resurrección de Jesús. Mucho antes de
Pablo, los fariseos ya había hecho hincapié en la doctrina de la resurrección.
Aquí, las raíces fariseas de Pablo emergen mientras que el lucha con el
problema del poder del pecado en la vida de una persona. Él se esforzaba
por alcanzar una piedad religiosa a través de una vibrante relación personal
con Dios mediante su fe en Jesús el Mesías. La Torá no es el problema, sino
la respuesta individual a la revelación divina en la ley de Dios. La Torá
revela la pecaminosidad de la humanidad. Pero cada persona es libre para
responder negativamente o positivamente al mensaje de la Torá. Es la
respuesta del individuo la que determina si la Torá es la “ley de pecado y
muerte” o si es “Espíritu de vida en Cristo Jesús” (Rom. 8:2). El poder de la
resurrección impacta la vida del creyente. A través del poder del Espíritu
Santo, el Cristiano puede lograr vivir una vida santa y agradable para Dios, y
de esta manera, cumple con los requerimientos de la Torá en la realidad de
su experiencia personal.
En resumen, Pablo no compara la Torá con un cadáver. Al contrario, el
usó un muy bien conocido principio legal para ilustrar el significado más
profundo de la Torá. Utilizando lenguaje metafórico, Pablo habla de la
Torá: ¿Letra Muerta o Palabra Viva?
muerte a la carne la cual se convierte en la semilla para vida eterna.
El apóstol declara, “porque el que muere queda liberado del pecado.” (Rom.
6:7). A través de la muerte al “yo”, uno logra caminar en una nueva vida en
el Espíritu. Cuando la carne muere, uno deja de tratar de obedecer o
complacer a Dios mediante nuestras propias fuerzas. Y en lugar de ello, el
individuo confía en el poder de Dios, demostrado en la resurrección del
Mesías, para obtener nuevas fuerzas. A través de Jesús, de acuerdo a la
teología Paulina, el individuo puede vivir para Dios al morir a la
pecaminosidad de la carne, y así sirve al propósito divino en novedad de
vida. Así que para Pablo, la Torá no es una “letra muerta”, sino la palabra
viva y fortalecida mediante Jesucristo y el poder del Espíritu Santo dentro
del creyente.
Notas:
1. Ciertamente, Jesús mismo trato la ley con extremo cuidado. Ver Young, Jesus y sus
parábolas judías; y David Flusser, Judaísmo y los orígenes de la Cristiandad.
2. Ver Stendahl, Pablo entre Judíos y Gentiles.
3. Está más allá de nuestro estudio actual el discutir esto por completo. Ver Howard,
“Cristo es el Fin de la Ley.”
4. Ver no solo only b.Nid. 61b sino también b.Sabb. 30a, 151b; b. Pesah 51b; j. Kil. 32a,
ch. 9, hal. 3; cf. also m. Qidd, 1:1; y Urbach, Los Sabios, 1.379. Me he beneficiado
grandemente de S. Safrai y D. Flusser, “El esclavo de dos Maestros,” Immanuel 6
(1976) 30-33. A pesar de que Safrai y Flusser no discuten Romanos 7, su análisis de
textos, literatura y manuscritos rabínicos son de valor incalculable. Los dichos de
Jesús concernientes a los dos señores no podrían ser bien entendidos sin tomar en
consideración este artículo y su tratamiento en los rollos del Mar Muerto y la
literatura rabínica.
5. La discusión aborda el caso de una agunah (una esposa abandonada, literalmente
“atada”), por ejemplo, una mujer cuyo marido ha desaparecido sin darle carta de
divorcio. Su esposo pudo haber muerto durante su viaje, durante la guerra, o en
alguna situación en la cual su muerte debe de ser confirmada por testigos. Ella es libre
del contrato matrimonial solo a través del divorcio o mediante la muerte de su
marido. Después de que su muerte ha sido documentada, a ella se le permite volver a
contraer matrimonio. Rabán Gamaliel, hizo esta ley más fácil para las mujeres
mediante su fallo halájico.
PABLO EL TEÓLOGO JUDÍO
6. Para las alusiones a la relación de las enseñanzas de Gamaliel con los escritos y
enseñanzas de Pablo; ver la discusión y análisis crítico de Schoeps, Paul, 37 n. 3.
7. Aquí el texto Hebreo permite un juego de palabras entre yetzer (inclinación) y yotzer
(Creador). Inserté la palabra “mala” para clarificar el significado del texto. Muchos
estudiosos ven la cercana similitud entre el uso paulino del concepto “carne” y el
término rabínico “mala inclinación”. El texto de Ruth Rabbah habla de la batalla
espiritual entre la voluntad de Dios y el deseo humano contrario al propósito divino.
8. La mejor edición del texto de Ruth Rabbah es de M. Lerner, “Midash Ruth Rabbah”
(Ph.D. diss., Universidad Hebrea, 1971) págs.78-80. Ver también el comentario del
texto, 24 Cf. Edición Vilna, Ruth Rabbah 3:1, 6a. Ver también la traducción al Inglés
de L. Rabinowitz, Midrash Rabbah Ruth (Inglaterra: Soncino, 1983) 8.41.
9. Ver Sefrai y Flusser, “El esclavo de dos señores”, 31. Ver no. 4, arriba.
Torá: ¿Letra Muerta o Palabra Viva?
Recommended