Franz Josef Hinkelammert - Dialéctica del desarrollo desigual [1970]

Preview:

Citation preview

variar solamente en relación con el efecto multiplicador que los países subdesarrollados den a la importación de equipos. Según las etapas de su industrialización, será distinto: más pe-' queño en la etapa de sustitución de la importación de bienes finales, y más alto en la etapa de sustitución de medios de producción. 3. La inversión extranjera y la ayuda económica para el desa-rrollo. Tomando en cuenta las limitaciones de los factores men-cionados hasta ahora, la factibilidad del gran empuje podría, buscarse, de hecho, únicamente en la inversión extranjera y en la ayuda económica para el desarrollo. Parte, por lo tanto, de una paradoja curiosa: el mundo subdesarrollado tendría que someterse a una dependencia económica total e ilimitada para alcanzar posteriormente su independencia. El capital extranje-ro tendría que trasformarse en la base misma del desarrollo económico.

La ausencia de mecanismos de canalización de la ayuda externa

Pero, aun aceptando la dependencia total que implica este c mino, podemos señalar otras razones de su impracticabilida No cabe suponer ni la disposición subjetiva para facilitar 1 sumas fabulosas necesarias, ni la existencia de estructuras qu permitan trasplantar esas sumas del centro hacia las zonas riféricas subdesarrolladas. La falta de mecanismos adecuados para canalizar la ayuda extej na se hizo cada vez más evidente durante la década de 1967 Pero, para hablar de ayuda económica, habría que aclarar pr mero qué significa este concepto. No se puede fundamentar! basándose sencillamente en lo que los países desarrollados 1! man ayuda y en lo que así se designa en sus presupuestos e tatales. Tenemos que formular el concepto a partir de la tar de desarrollo de los países subdesarrollados. Ayuda es, pu^ un traspaso de fondos que permite superar la situación estancamiento dinámico producido por la trasformación la industria en enclave industrial. También se podría llain ayuda a un traspaso de fondos que permita mantener cier" tamaño de enclave industrial en el caso de que fracasen V

«exportaciones de materias primas, o disminuyan de una n: ñera tal que no permitan mantener el tamaño de la industr* una vez logrado. Pero el rasgo más característico de una ayu

124

economica que cumple con estos objetivos es permitir un dé-ficit en la balanza del comercio exterior. Solamente en este ca-so el aporte económico al desarrollo es efectivo y real. Pero, de hecho, el aporte de capitales extranjeros al desarrollo lati-noamericano muy rara vez tiene este carácter. La entrada de capitales —sean privados o del Estado— llega más bien a com-pensar los déficit de la balanza de pagos originados por la salida de superávit del capital privado o por servicios de capi-tal de otra índole. En la actualidad, las balanzas comerciales de los diversos países latinoamericanos son positivas en mu-chos casos, y existen balanzas comerciales negativas de escasa significación. Solo cuando se observa la situación de las ba-lanzas de pagos los déficit llegan a tener importancia. En tér-minos aproximados, se puede muy bien afirmar que estos dé-ficit de la balanza de pagos son producto de la salida de supe-rávit de América latina, compensados por la entrada de capi-tales extranjeros. Por lo tanto, hay dos puntos de vista para considerar este aporte de capitales extranjeros:

1. Desde el punto de vista del desarrollo nacional, la impor-tancia del aporte de estas sociedades tiende a ser nula. A través del capital extranjero efectivamente no entra nada, sino una compensación parcial de las divisas originadas por la presencia misma del capital extranjero. En última instancia, se trata pues, de pagos de trasferencia en el interior de los países desarrolla-dos. El aporte de capitales extranjeros permite a la sociedad latinoamericana pagar sus deudas con el extranjero. Los go-biernos latinoamericanos, por lo tanto, son intermediarios de un pago de trasferencia entre el exportador de capital en el país desarrollado y el propietario de empresas productoras la-tinoamericanas con sede en los mismos centros desarrollados. 2. Desde el punto de vista del sistema capitalista mundial, el aporte de capitales extranjeros es esencial. Sin este aporte, el país subdesarrollado puede realizar sus pagos al capital extran-jero solamente en casos muy extremos, y a través de una res-tricción muy grande de sus importaciones que, políticamente, siempre parece imposible. Por lo tanto, estará siempre a punto de salirse definitivamente del sistema capitalista mundial. El aporte de capital extranjero, en esta perspectiva, tiene el signi-ficado de hacerle posible al país subdesarrollado mantenerse en el marco del sistema capitalista mundial. En último térmi-no, el aporte de capital extranjero al mundo subdesarrollado carece por ahora de otro significado. Es la manifestación de la presencia de la propiedad extranjera en los países subdesa-

125