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CONSEJO DE LA DEFENSA NACIONAL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
CURSO DE MAESTRÍA EN PLANIFICACIÓN Y CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL
TESIS DE MAESTRÍA
GUERRA ASIMÉTRICA, FACTIBILIDAD DE ENFRENTARLA CON ÉXITO
CNEL DEM PASTOR AGÜERO ALDER
Tesis de Maestría presentada al Instituto de Altos Estudios Estratégicos, como
requisito parcial para la obtención del Título de Magíster en Planificación y
Conducción Estratégica Nacional.
TUTORA: Dra. MARÍA VICTORIA QUIÑÓNEZ M.
Asunción – Paraguay Noviembre, 2008
iii
CONSEJO DE LA DEFENSA NACIONAL INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
CURSO DE MAESTRÍA EN PLANIFICACIÓN Y CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL
GUERRA ASIMÉTRICA, FACTIBILIDAD DE ENFRENTARLA CON ÉXITO
CNEL DEM PASTOR AGÜERO ALDER
TESIS PARA LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE MAGÍSTER EN PLANIFICACIÓN Y CONDUCCIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL
-------------------------------------- -----------------------------------------
-------------------------------------------------------
Comisión Evaluadora
-------------------------------- Tutor o Director -------------------------- Fecha de Aprobación
Asunción – Paraguay
2008
iv
ACLARACIÓN
Los puntos de vista expresados en esta tesis de maestría pertenecen al autor
como cursante del Instituto de Altos Estudios Estratégicos, y el contenido de la
misma es una posición personal basada en la investigación individual. La misma no
refleja la postura de ningún ente público o privado.
v
TABLA DE CONTENIDOS
Página
INTRODUCCIÓN 01
1. EL PROBLEMA 04
2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN 04
2.1. General 04
2.2. Específicos 05
2.3. Hipótesis 05
2.4. Definición Conceptual de las Variables 05
2.5. Definición Operacional de las Variables 05
3. METODOLOGÍA 06
4. CAPÍTULO I 07
4.1. Las guerras. Generalidades 07
4.1.1. Guerra y paz 07
4.1.2. Clasificación de las guerras 07
4.1.3. Evolución de la doctrina militar 09
4.1.4. Desde el inicio del siglo XX hasta la 2ª guerra mundial 10
4.1.5. Desde la 2ª guerra mundial hasta nuestros días 13
4.2. Primera guerra del golfo 17
4.2.1. Invasión a Kuwait 18
4.2.2. La campaña 19
4.2.3. La posguerra 22
4.2.4. Qué aprendimos de la primera guerra del Golfo 22
4.3. Segunda Guerra del Golfo 26
4.3.1. La invasión de Irak 26
4.3.2. El eje del mal y la guerra contra el terrorismo 26
4.3.3. Derecho internacional 28
4.3.4. La invasión 29
4.3.5. La caída de Bagdad 33
5. CAPÍTULO II 39
5.1. La Asimetría 39
5.1.1. Asimetría estratégica 39
vi
5.1.2. Dimensiones de asimetría 42
5.1.3. Características de la asimetría 43
5.1.4. Conceptos estratégicos 46
5.2. Enfrentando a la Asimetría 50
5.2.1. La guerra asimétrica 50
5.2.2. Guerra de guerrillas 58
5.2.3. La resistencia 62
5.2.4. Antecedentes 65
5.2.5. Guerra de resistencia 68
5.2.6. Etapas y estrategia de la guerra de resistencia 69
5.3. Insurgencia y globalización 74
5.3.1. Concepto de la insurgencia 74
5.3.2. Tecnología e insurgencia 76
5.3.3. El campo de batalla mundial de hoy en día 78
5.4. Guerra asimétrica y el derecho humanitario 78
5.4.1. ¿Un fenómeno nuevo? 79
5.4.2. Guerras internacionales 81
5.4.3. La guerra asimétrica y el derecho internacional humanitario 82
5.4.4. Normas universales válidas para las partes asimétricas en
un conflicto 84
5.5. Guerra post moderna y guerra sin restricciones 85
5.6. Lecciones de la guerra asimétrica en Irak 87
CONCLUSIONES 92
RECOMENDACIONES 106
BIBLIOGRAFIA 107
vii
TÍTULO DE LA TESIS: GUERRA ASIMÉTRICA, FACTIBILIDAD DE
ENFRENTARLA CON ÉXITO
AUTOR: Cnel. DEM PASTOR AGÜERO ALDER
TUTOR: Dra. MARÍA VICTORIA QUIÑÓNEZ M.
RESUMEN
Los conflictos en Irak han reflejado el patrón para las acciones militares; los
estrategas militares, pensaron en términos de rapidez: "Golpear y abatir". Intensos
bombardeos aéreos, que buscaban aturdir y desmoralizar con el fin de conseguir una
rendición casi inmediata. Este modelo, adecuado para países poderosos, pero,
cándidamente, utilizado por los más débiles, a raíz del influjo de la doctrina
imperante, aunque las diferencias entre ellos sean abismales. Así, se estableció un
nuevo modo de hacer la guerra, concentrar una masiva fuerza terrestre en un lugar
determinado, para ponerla en acción tras prolongados y continuados bombardeos
aéreos, ésta es la propuesta del éxito, inaugurándose la era de los conflictos
asimétricos no sólo por los fines que son perseguidos, sino por los medios utilizados.
Dirigentes políticos y estrategas militares han tenido que integrar en sus decisiones
tres cosas tan novedosas como contradictorias: las victorias deben conseguirse sin
sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo y, sobre todo, sin errores que
causen daños colaterales o muertes de civiles no combatientes.
Las guerras del Golfo debieron enseñar, al menos, una cosa, que las guerras
conllevan consecuencias que no se agotan con el cese de hostilidades, sino que
perduran en la paz. Pero si dejaron patente que la única alternativa para el más débil
es recurrir a la guerra de resistencia, de modo a sobrevivir como nación.
viii
TITLE THE THESIS: ASYMMETRIC WAR, FEASIBILITY OF FACE IT WITH
SUCCESS
AUTHOR: Cnel. DEM PASTOR AGÜERO ALDER
TUTOR: Dra. MARIA VICTORIA QUIÑÓNEZ M.
ABSTRACT
The conflicts in Iraq have reflected the pattern for the military actions; the military
strategists, terms of speed thought of: "Hit and flatten." Intense air bombings, that
aimed to stun and desmoralized with the purpose of getting an almost immediate
rendition. This model, appropriate for powerful countries, but, candidly, used by the
weakkest, soon after the influence of the doctrine reigning, although the differences
between them are abysmal. So, a new way settled down of making the war,
concentrate a massive terrestrial force in a certain place, in order to put it in action
after prolonging and continuous air bombings, this is the recipe of the success,
inaugurating you it was of the asymmetric conflicts not only for the ends that were
pursued, but for the used means.
Political leaders and military strategists have had to integrate three as novel things in
their decisions as contradictory: the victories should get without suffering low,
punishing the less possible to the enemy and, mainly, without errors that cause
colateral damages or deaths of civilians not combatants.
The wars of the Gulf should teach, at least, a thing, that the wars bear consequences
that are not drained with the ceasing of hostilities, but rather they last in the peace.
But if they left patent that the only alternative for the weakkest is appeal to the war of
resistance, of way to survive like nation.
ix
INTRODUCCIÓN
Los conflictos en Irak han reflejado el patrón para las acciones militares; este modelo,
adecuado para países con gran poder –considerado éste en todas sus expresiones-, pero
que es, al mismo tiempo y con pocas excepciones, el mismo que, cándidamente, se utiliza
en la mayoría de los ejércitos occidentales, a raíz del influjo de la doctrina imperante,
aunque las diferencias entre las posibilidades y limitaciones de la mayoría de las FFAA sean,
en muchos casos, abismales.
En la Primera Guerra del Golfo (1991), la supremacía militar estadounidense aniquiló al
que, considerando el poder de combate, era el cuarto más poderoso ejército del mundo: el
iraquí. Los muertos aliados fueron menos de 500, de los cuales más del 50% fueron bajas
fuera de combate, que murieron en accidentes, antes tan siquiera de disparar un solo tiro.
Las bajas iraquíes, muy difíciles de precisar, pero se contaron en miles, la mayoría fueron en
combates. El resultado de la contienda fue la liberación de Kuwait. Pero no la caída de
Sadam Husein, quien conservó el poder, ya que había resguardado parte de sus mejores
tropas. La guerra del Golfo sentó sin lugar a dudas el patrón para las siguientes acciones
militares llevadas a cabo por los países occidentales, ya que Irak fue derrotado fácilmente
en 1991. De aquella guerra, "¿qué aprendimos?, "la ofensiva del golfo Pérsico estableció un
nuevo modo de hacer la guerra, concentrar una masiva fuerza terrestre en un lugar
determinado, para ponerla en acción tras prolongados y continuados bombardeos aéreos",
ésa es la receta del éxito.
La guerra contra Sadam fue la última del orden salido de la II Guerra Mundial y la
primera de la post guerra fría. El campo de batalla no era la boscosa línea interalemana,
sino las llanuras arenosas del Golfo. Y se libró en un teatro de operaciones alejado por miles
de kilómetros de las bases de estacionamiento de las tropas aliadas. La operación aliada de
1991, primero como Escudo del Desierto y luego como Tormenta del Desierto, fue el
producto de la recuperación militar norteamericana durante los años ochenta, Afganistán,
por citar un ejemplo reciente, ha sido el producto de la experiencia y la reflexión emanada
tras la guerra de Kuwait. El día D ya estaban desplegados o con misiones asignadas los más
de 1.600 aparatos de combate de la coalición internacional. En la Operación Tormenta del
Desierto no hubo una auténtica batalla aérea, no hubo enfrentamiento alguno en el aire de
dos fuerzas opuestas. La mayoría de los aviones iraquíes destruidos fueron eliminados en el
interior de sus búnkeres mediante bombas de penetración.
En este sentido, la guerra del Golfo inauguró la era de los conflictos asimétricos no sólo
por los fines que se perseguían (liberar frente a ocupar), sino por los medios utilizados. Que
la guerra fue un conflicto asimétrico quedó claramente patente, Sadam, tuvo que recurrir a
estratagemas orientadas a presentar batalla de una forma no convencional, primero con el
recurso del ataque de sus misiles Scud sobre Israel, y luego con actuaciones como el vertido
x
de crudo a las aguas del Golfo o el posterior incendio de casi todos los pozos de petróleo
kuwaitíes antes de su retirada del país.
En la Segunda Guerra del Golfo, a12 años de que se declarara el fin de la Primera
Guerra del Golfo, la maquinaria militar para la segunda contienda estuvo lista. Kuwait, en su
frontera norte con Irak, fue el hogar del mayor pertrechamiento bélico desde la guerra de
Vietnam. Las tropas volvieron a estar masivamente desplegadas en el Golfo. En esa
oportunidad no se trató de liberar Kuwait, en ese caso el objetivo, más allá del desarme,
fue también político, deshacerse de Sadam Husein y su régimen. En parte por esa diferencia
de objetivo, la coalición para esta guerra fue totalmente diferente a la fuerza multinacional
que incluía a Egipto, Siria y Arabia Saudí, y que ayudó a hacer el trabajo en 1991.
Para esa 2ª Guerra del Golfo, los estrategas militares, también pensaron en términos de
rapidez: "Golpear y abatir", fue nuevamente la consigna. Intensos bombardeos aéreos
sobre Irak, tan intensos que buscaban aturdir y desmoralizar al Ejército irakí con el fin de
conseguir una rendición casi inmediata.
Más allá de lo estrictamente militar o de la importancia del factor sorpresa a la hora de
desencadenar un ataque, la guerra del Golfo puso sobre el mapa de operaciones elementos
que se han hecho permanentes desde entonces y que han transformado las contiendas
bélicas. A partir del conflicto del golfo Pérsico, dirigentes políticos y estrategas militares han
tenido que integrar en sus decisiones tres cosas tan novedosas como contradictorias: las
victorias deben conseguirse sin sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo y,
sobre todo, sin errores que causen daños colaterales o muertes de civiles no combatientes.
Las guerras del Golfo debieron enseñar, al menos, una cosa, y, no lo hizo. Que las
guerras conllevan consecuencias que no se agotan con el cese de hostilidades, sino que
perduran en la paz. Que se tardase un año justo en extinguir, luego de la Primera Guerra
del Golfo, los incendios de los 630 pozos de petróleo afectados en Kuwait ya debería haber
servido de alarma. Así también, al inicio de la Segunda Guerra del Golfo, algunos de los
partidarios de tal contienda la calificaron de «guerra de liberación del pueblo iraquí». Para
ello, se basaban en la suposición de que las fuerzas agresoras serían acogidas como
liberadoras por la gran mayoría del pueblo de Irak. Lejos de confirmarse tal triunfalista
predicción, sucedió todo lo contrario. Aunque el régimen dictatorial de Sadam Hussein
tuviese muchos enemigos, el patriotismo de los iraquíes rechaza una invasión extranjera
que adopta el pretexto para justificar la agresión de tratar de liberarlos. Ya no bastaba la
grotesca mentira de que Irak disponía de armas de destrucción masiva y que su Gobierno
estaba ligado a la organización terrorista Al Qaeda. Al final, al descubrirse todos los demás
embustes anteriores, sólo quedó el pretexto de liberar al pueblo iraquí de una dictadura
represiva. Pretexto que, de aplicarse a otras dictaduras semejantes, llevaría a numerosas
guerras internacionales. La agresión norteamericana a Irak no fue inicialmente demasiado
xi
costosa. Se ha sabido que ni siquiera hubo verdadera batalla de Bagdad, debido a que las
fuerzas defensoras de la capital iraquí se entregaron al ejército invasor y facilitó la
conquista casi incruenta de la ciudad. Se desvaneció así el mito de la Guardia Republicana
iraquí, como unidad de elite, lo mismo que se desvaneció, en la primera Guerra del Golfo, la
mentira de que el Ejército iraquí era por su potencia el cuarto ejército de mundo.
Terminada oficialmente la Segunda Guerra del Golfo, se ha iniciado una tercera en
forma de guerra de guerrillas. Desde que se declaró el final de la guerra en Irak, son ya
alrededor de 5000 los soldados norteamericanos que han muerto en ésta nueva guerra.
Sobre tal eventualidad existían ya indicios antes de finalizar la guerra oficial. Así el analista
militar Joseph L. Galloway, en un artículo publicado por Tribune Information Services, decía:
«El famoso historiador militar británico Sir Basil Liddel Hart escribió que la diferencia entre
una operación militar y una operación quirúrgica es que en una operación militar el
paciente no está sujeto. En Irak el paciente se ha negado a cooperar en la operación. En
lugar de ello, los iraquíes han recurrido a la clásica guerra de guerrillas, extrayendo
lecciones y tácticas de Mogadiscio, Bosnia, Kosovo, la Unión Soviética e incluso Vietnam.
Las fuerzas norteamericanas bordeaban la autopista, autovía ideal para acelerar el paso
de combustible, municiones, comida y agua hasta las unidades de vanguardia, circulaban
por una carretera congestionada y llena de baches, porque las autopistas pasan cerca de las
ciudades. En ella las fuerzas irregulares iraquíes, decididas a ralentizar al invasor, han
simulado rendiciones y emboscadas para retirarse luego. Hombres vestidos de civil y con
granadas, propulsadas por cohetes y fusiles disimulados bajo sus túnicas, hacían que la ruta
de abastecimiento fuese una pesadilla para quienes conducían camiones cargados de
combustible y municiones. Todo ello puso de manifiesto que Sadam Hussein planificó una
guerra muy diferente a la que esperaba el Pentágono.»
La guerra de guerrillas de la Resistencia iraquí cuenta con un amplio respaldo popular.
Para comprenderlo basta con recordar las numerosas y multitudinarias manifestaciones
contra las fuerzas militares de ocupación extranjeras que se sucedieron tanto en las zonas
de predominio sunnitas como chiitas. La guerra de guerrillas en Irak ha rebasado ya la cifra
de soldados norteamericanos muertos en la primera Guerra del Golfo. Todo induce a
suponer que la guerra de guerrillas en Irak va a continuar. Sucede lo mismo en Afganistán,
aunque ello tenga menos publicidad que en Irak. Si la conquista de Irak ha sido fácil gracias
a la superioridad aplastante del ejército americano, la ocupación de Irak arriesga de
evolucionar hacia una guerra de guerrillas que podría durar años. Desde el fin de la guerra,
no ha pasado un solo día sin que soldados americanos sean heridos o matados en
emboscadas y atentados.
En fin, la victoria, en la Segunda Guerra del Golfo, es una pírrica victoria. El costo
financiero es desmesurado, originando un grandioso déficit presupuestario de Estados
xii
Unidos. En cuanto a la ocupación de Irak, su costo está estimado en 1 mil millón de dólares
por semana por el mismo Pentágono. Con tal suma, sería posible hacer muchas cosas para
el medioambiente, para la educación, para la ciencia, y para resolver la raíz de los
problemas mundiales generadores de guerra y de terrorismo (a saber la miseria y la
hambruna en los países del Tercer Mundo). El costo económico de la Segunda Guerra, para
los Estados Unidos, ronda los tres billones de dólares, y para el mundo otros tres billones de
dólares… muy superiores a los cálculos aproximados del gobierno de Bush, antes de la
guerra. El equipo de Bush no sólo engañó al mundo sobre los posibles costos de la guerra,
sino que, además, ha intentado enturbiar los costos, mientras ésta sigue. En cuanto al costo
político de esta guerra, se revela exorbitante para los Estados Unidos: reprobación
internacional, ejemplo dado a otros Estados Delincuentes para llevar guerras "preventivas"
e ilegitimas. Este resultado no es de extrañar. Al fin y al cabo, el gobierno de Bush mintió
sobre todo lo demás: desde las armas de destrucción en gran escala de Sadam Hussein
hasta su supuesta vinculación con Al Qaeda. De hecho, sólo después de la invasión pasó
Iraq a ser un caldo de cultivo para terroristas. A los estadounidenses les gusta decir que no
existe un almuerzo gratuito y tampoco —hemos de añadir— una guerra gratuita. EE.UU. —
y el mundo— pagarán su precio durante decenios por venir.
1. EL PROBLEMA
Las últimas guerras, especialmente la primera guerra del Golfo Pérsico,
han sido libradas por fuerzas oponentes con capacidades, cualitativas y
cuantitativamente, tan desiguales, pero ambos contendores utilizaron
paradigmas convencionales, resultando de las mismas, en todos los casos, la
derrota del más débil.
2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
2.1. General:
Determinar la estrategia adecuada para afrontar con éxito la guerra asimétrica.
2.2. Específicos:
� Establecer una clasificación de las guerras
� Evaluar la evolución de la doctrina militar
� Identificar los tipos de guerras internacionales más significativas y recientes
� Describir las asimetrías identificando los modos de enfrentarla
2.3. Hipótesis
xiii
La estrategia de resistencia es la más viable para afrontar con éxito una guerra
asimétrica.
2.3.1. Variables
• Independiente
Guerra asimétrica
• Dependiente
Estrategia de resistencia
2.4. Definición conceptual de las variables
� Guerra asimétrica
Es un conflicto violento donde existe una gran desproporción entre las fuerzas
tanto militares como políticas de los bandos implicados, y que por lo tanto obliga a las
partes a utilizar medios fuera de la tradición militar común.
� Estrategia de resistencia
Consiste en desgastar, a través de un conflicto prolongado, un poder militar
superior, buscando su debilitamiento moral por medio del empleo continuo de acciones no
convencionales e innovadoras, como, por ejemplo, tácticas de guerrillas. Estas acciones
podrán ser conducidas por fuerzas regulares actuando fuera de los padrones operacionales
de lo convencional y/o por fuerzas irregulares.
2.5. Definición operacional de las variables
Guerra asimétrica
o Recursos humanos
o Estrategia empleada
o Recursos tecnológicos
o Plazos
Estrategia de resistencia
o Recursos humanos
o Estrategia empleada
o Recursos tecnológicos
o Plazos
3. METODOLOGÍA
� Enfoque
xiv
El presente trabajo de investigación adopta el enfoque cualitativo y holístico
porque busca, a través de la expansión de los datos, considerar el objeto de estudio
como un todo, analizando el contexto y el significado del fenómeno social por medio
de la revisión de documentos y experiencia personal. Fundamentado en un proceso
inductivo, explorando, describiendo y generando perspectivas teóricas.
� Tipo de estudio
Es descriptivo, y no se registran investigaciones anteriores referentes a la “estrategia
más eficaz para enfrentarla”. El tipo de estudio a implementarse es el transeccional y longitudinal. A través del
diseño transeccional se describe el poder relativo de nuestro Ejército en la actualidad.
Ahora bien, por medio del diseño longitudinal se comparan los modos en que fueron
afrontadas las últimas guerras asimétricas, a fin de establecer las respectivas
consecuencias.
La investigación se enmarca dentro del tipo descriptivo porque se ocupa de
caracterizar las variables en estudio, a través de los datos e informaciones obtenidos
de la literatura científica y los documentos que tratan sobre el tema.
� Diseño
El diseño de la investigación es no experimental, sistemático y empírico, en el
que las variables no se manipulan porque ya han sucedido. Observando el fenómeno
(guerra asimétrica) tal y como se da en su contexto natural (últimos conflictos
armados internacionales), para después analizarlos.
xv
CAPITULO I
4.1. LAS GUERRAS. Generalidades
4.1.1 Guerra y paz
Varios filósofos, desde la antigüedad, se han preocupado con el fenómeno bélico,
manifestación de violencia colectiva conducida y coordinada por un líder o por un grupo.
Se puede admitir la existencia de aspectos comunes entre los variados tipos de conflictos
humanos, entre los cuales, como fenómeno social, existe un grado máximo: la guerra. En el
conflicto, la hostilidad no se manifiesta solamente por la violencia física, puede evidenciarse
también de otras formas (económicas, sicológicas y diplomáticas). El conflicto presupone un
choque intencional que implica una voluntad hostil, o sea, la intención de causar daños o
perjuicios al adversario.
En consecuencia, para posibilitar la defensa del país en una guerra, la estructura militar
debe estar siempre en condiciones de actuar con eficacia, porque cuando la guerra surge
ya no hay margen para las improvisaciones ni oportunidad de arrepentimientos tardíos: se
hace necesario emprender acciones decisivas, coordinadas y objetivas, que sean
criteriosamente planeadas desde el tiempo de paz.
4.1.2 Clasificación de las guerras
• Guerra regular: conflicto armado en el cual las operaciones son ejecutadas,
predominantemente, por formas regulares. Sus características son: es extrema
y entre Estados; es declarada, aunque esta condición no sea considerada en la
actualidad; es reconocida por los organismos internacionales; utiliza la plena
capacidad de las FF.AA 1.
o Guerra convencional: es la forma de guerra realizada dentro de los
padrones clásicos y con empleo de armas convencionales, pudiendo
ser total o limitada, ya sea por la extensión del área envuelta en el
conflicto o por la amplitud de los efectos a ser obtenidos. Es el
principal objetivo de la preparación y del adiestramiento de las FFAA
de la gran mayoría de los países.
o Guerra nuclear: es la forma de guerra caracterizada por el uso de
armas nucleares estratégicas (gran poder de destrucción y gran
alcance) o de combate nuclear táctico (menor poder de destrucción y
mediano o corto alcance)
1 C 124-1. Estrategia. Pag 2-3
xvi
• Guerra irregular: conflicto armado ejecutado por fuerzas no regulares, o por
fuerzas regulares fuera de los patrones normales de la guerra regular, contra
un gobierno establecido o un poder de ocupación, a través del empleo de
acciones típicas de la guerra de guerrilla 2.
o Guerra insurreccional: conflicto interno, sin apoyo de una ideología, en
que parte de la población se empeña contra el gobierno para
deponerlo u obligarlo a aceptar las condiciones que le fueren
impuestas.
o Guerra revolucionaria: conflicto interno, generalmente inspirado en
una ideología y apoyado desde el exterior, que busca conquistar el
poder por el control progresivo de la nación.
o Guerra de guerrilla: es una forma de guerra, inicialmente con empleo
de la clandestinidad, conducida por grupos o fuerzas no regulares,
contra un gobierno establecido o un poder de ocupación, con la
finalidad de desgastar su capacidad militar por el empleo sistemático
de las emboscadas, incursiones, golpes de mano, terrorismo, sabotaje
y otras acciones, asociado a un efectivo control y apoyo de la
población. Sus características son la actividad, la movilidad y el espíritu
ofensivo. En la fase final, pasa a conducir acciones del tipo regular
(ofensiva general).
o Guerra de resistencia nacional: es la forma de guerra en la cual las
FFAA de un país militarmente débil emplea tácticas de guerrilla, o
fuerzas irregulares, para resistir y expulsar un invasor militarmente
más poderoso, contando con el apoyo de la totalidad o de parte
significativa de la población.
• Otras clasificaciones 3:
o Guerra total: es la forma de guerra en la cual los beligerantes usan todo
su poder militar disponible, sin restricciones en cuanto a los métodos,
ingenios y leyes convencionales de guerra.
2 TE 100-1. Guerra Revolucionaria. Pag 34 3 CÁCERES, CIRILO. De la Guerra. Pag 183
xvii
o Guerra limitada: es el conflicto armado entre Estados o coalición de
estos, sin la amplitud de la guerra total, caracterizada por la restricción
implícita o consentida de los beligerantes, tales como espacio
geográfico restricto o limitación del poder militar empleado, al menos
por uno de los beligerantes.
o Guerra externa: conflicto armado, total o limitado, entre Estados o
coalición de estos.
o Guerra interna: conflicto armado en el interior de un país, regular o no,
con el fin no solo de atender a intereses internos de un grupo o de del
pueblo, sino también a los objetivos políticos de un Estado extranjero o
coalición de Estados.
4.1.3 Evolución de la doctrina militar
La Doctrina Militar, es el conjunto de valores, principios, conceptos, normas,
métodos y procesos que tienen por finalidad establecer las bases para la
organización, preparación y el empleo de las Fuerzas Armadas.
La Doctrina Militar terrestre inicia el siglo XXI aún impregnada por las ideas y
enseñanzas de la Guerra Franco-Prusiana (1870), marco de relevo en el
perfeccionamiento de técnicas e tácticas de combate hasta entonces. En el campo del
perfeccionamiento técnico de los medios vemos surgir la ametralladora, el mayor
empleo de las ferrovías, el uso del telégrafo y de la fotografía cartográfica.
El perfeccionamiento del armamento acarreó el aumento de la potencia de fuego y, en consecuencia, el desenvolvimiento del papel
desempeñado por el terreno. A pesar de la superioridad del fusil francés, el éxito prusiano se debió a la esmerada preparación para la guerra
que en aquel tiempo ya pasaba a crecer en importancia. Del lado germánico todo fue perfectamente planeado, inclusive la capacidad de tráfico de las ferrovías, elemento nuevo a considerar en la conducción
de la guerra. Por otro lado, los franceses presentaban ausencia total de planes, confusión entre movilización y concentración, tumulto e lentitud
en la ejecución de las operaciones, desconocimiento del papel de las ferrovías y poca previsión en cuanto al estudio de planes de
operaciones. Finalmente, en el aspecto estratégico de la guerra, se observó el
resurgimiento de la batalla de aniquilamiento, con la maniobra montada por MOLTKE. Luego de la guerra, el ejército francés se reorganizó y
adoptó el servicio militar obligatorio, sacando provecho de las lecciones
xviii
de la derrota, readquirió su espíritu ofensivo y creó una doctrina ofensiva.
De este modo, el siglo XIX trajo como principales contribuciones para la doctrina el poder defensivo del armamento moderno, el degradación
de los ataques frontales, la valorización de los ataques de flanco, la búsqueda de la sorpresa, el énfasis en las trincheras y en los obstáculos. 4.1.4 Desde el inicio del siglo XX hasta la 2ª guerra mundial
El primer gran conflicto del pasado siglo fue la Guerra Ruso-Japonesa (1905) que presentó un cuadro peculiar debido a la moral de las fuerzas oponentes, resultando en la adopción de la defensiva como forma primordial de combate por los rusos y agresiva ofensiva por los
japoneses. En el campo de la táctica, relativa a la actuación de la Infantería, el
problema era el empleo del fuego y del movimiento, que había sido descuidado en la Guerra de los Boers (final del siglo XIX). Desde el principio de la campaña los japoneses empleaban en su avance la
conveniencia de la disminución de la densidad de la línea de tiradores. Para el ataque se aligeraba al soldado, dispensándolo de cargar la
mochila. Cuando la resistencia de una posición o la violencia del fuego de la Artillería hacían imposible el avance durante el día, los japoneses
recurrían a los ataques nocturnos 4. La Guerra Ruso-Japonesa consolidó el empleo de la ametralladora,
surgida anteriormente en la Guerra Franco-Prusiana, pasando a ser utilizada en la ofensiva en la defensiva, presentando un poder
devastador hasta entonces inigualable. Los japoneses utilizaron en gran escala la Artillería, con excelentes resultados. La fortificación de
campaña presentó extraordinario desarrollo en el campo de batalla. En síntesis, la gran lección aprendida fue que el combatiente debe luchar
con el fusil y la herramienta de zapa, aferrase al terreno y, siempre que sea posible, organizarlo para la progresión, para abrigo y para la
defensa. En cuanto a las Comunicaciones, el empleo de la radiotelegrafía puso en evidencia que este nuevo medio técnico era ahora indispensable para las operaciones de cualquier naturaleza,
solucionando el problema de enlace de la tropa con el comandante y de la Infantería con la Artillería.
Otros aspectos doctrinarios surgidos en el nacimiento del siglo XX fueron el concepto de ejército permanente y nacional, la concepción de
la guerra en el sentido amplio (todos los campos del poder), el surgimiento da necesidad de movilización y de concentración
4 BEVIN, ALEXANDER. A Guerra do futuro. Pag 83
xix
estratégica. Se observó, también, la supremacía absoluta del fuego en las zonas de combate, particularmente luego del advenimiento de la
ametralladora y la dispersión de los combatientes durante el combate como necesidad de eludir el fuego, conquistando sus objetivos por el
movimiento. Durante la 1ª Guerra Mundial (1a GM), los adversarios fracasaron en sus tentativas de mutuo envolvimiento y terminaron por perfeccionar al
máximo un sistema de combates de trincheras. La aviación, surgida como elemento militar durante la Guerra Ítalo-
Turca de 1911/12, continuaba desempeñando su papel de observación del campo de batalla.
La industrialización y la técnica alteraron profundamente el armamento y, en consecuencia, transformaron la fisionomía general del combate. A pesar de su carácter eminentemente estático, la 1a GM trajo relevantes
contribuciones evolutivas a la Doctrina Militar: - la supremacía del fuego sobre el movimiento y la comprensión de la
necesidad del movimiento para obtener la decisión en combate; - el convencimiento de que solamente la ofensiva conduce a la victoria, por tanto las dificultades de maniobra y de movimiento tendrían que ser
removidas; - relevancia del papel del Blindado, por obtener la sorpresa y ser apto
para acompañar a la Infantería; - se conciben las tácticas de infiltración y la valorización de las
pequeñas fracciones; - el surgimiento de las armas químicas, del lanzallamas y de las
granadas de mano. En el período entre la 1ª y la 2ª GM hubo una serie de conflictos,
destacándose la Guerra Civil Española (1936), de la que se pueden destacar las siguientes contribuciones: generalización de la
motorización; integración de la aviación en las batallas; combinación Infantería-Blindados, surgimiento de la defensa anti-carro; retorno de la
Caballería a sus misiones clásicas de reconocimiento y seguridad; utilización da guerra psicológica en sentido más organizado;
valorización de la radiofonía en las comunicaciones de combate, permitiendo mayor coordinación del movimiento. En el campo de la
táctica se preconizaban la permanente búsqueda de puntos débiles en la resistencia enemiga para atacarlos con superioridad local, la previa
ruptura en un punto del frente y el envolvimiento de las alas interiores, resultantes de esa ruptura.
Durante la 2ª Guerra Mundial, el mayor conflicto bélico del siglo pasado, fue confirmado el carácter total de la guerra, en ella se vieron
xx
envueltas no solo las operaciones militares, sino también las actividades económicas y sicológicas, siendo la victoria final el
resultado de todos los esfuerzos en los diversos frentes de lucha 5. El desarrollo de los medios blindados y mecanizados, por los alemanes utilizando maniobras con movimientos rápidos y envolventes, junto a los modernos medios de comunicaciones, amplió sensiblemente los espacios necesarios para el combate, adoptando preferencialmente la maniobra envolvente. El envolvimiento vertical fue ampliamente utilizado por las
fuerzas aeroterrestres cuya gran movilidad estratégica permitió la obtención de la sorpresa. Otro aspecto importante es que el dominio del espacio aéreo se volvió imprescindible para el éxito de las acciones de superficie. Las minas terrestres son empleadas con mayor asiduidad,
para detener a los blindados y combatientes a pie. Como contramedida surge un nuevo invento, el detector de minas.
Este conflicto trajo significativo incremento de las operaciones combinadas. La realización de operaciones anfibias, la superación de
la idea de actuación independiente de las fuerzas singulares y la exigencia de la unidad de comando hacen surgir la organización militar
el Teatro de Operaciones como un nuevo escalón de comando. La 2ª GM significó la consolidación de la influencia norteamericana en
nuestra doctrina militar terrestre. Además, cabe resaltar la crucial importancia de la ciencia y da tecnología en la guerra, en su
preparación y en su conducción. Ejemplos de esto fueron las bombas voladoras alemanas, el radar, los cañones sin retroceso y hasta llegar a
la bomba atómica. 4.1.5 Desde la 2ª GM hasta nuestros días
La Guerra Fría provocó la mayor evolución militar y tecnológica de la historia de la humanidad, ya que desencadenó una obstinada carrera
espacial. Desde el punto de vista militar generó la doctrina de empleo de armas tácticas nucleares; el potencial destructivo de las armas
disponibles por las coaliciones adversarias y el grado de envolvimiento de las respectivas sociedades generaron un comprometimiento nunca visto antes de los civiles con el esfuerzo militar, en la formulación de
políticas, en el planeamiento estratégico y en la producción tecnológica. Las Fuerzas Especiales, a cargo de la realización de campañas
insurreccionales, operaciones contra-insurgentes e incursiones en territorio enemigo, fueron empleadas en todos los continentes con
resultados compensadores. Las acciones aeromóviles y aeroterrestres en gran escala pasaron a ser viables debido a los avances tecnológicos. La
5 VON LUDENDORFF, ERICK. La guerra total. Pag 11
xxi
guerra electrónica, la guerra sicológica y la guerra revolucionaria fueron otras modalidades de lucha que pasaron a afectar
indistintamente a las poblaciones civiles en todo el mundo. Las superpotencias desarrollaron armas químicas y biológicas, así como armamento convencional en escala industrial, equipando los
ejércitos en todo el mundo. La perspectiva de una guerra nuclear indujo a una concepción estratégica según la cual las fuerzas armadas
deberían tener poder atómico para preservar la paz (disuasión). Pero, el peligro nuclear por si solo fue suficiente para mantener los conflictos de
forma latente y localizada, sin que los artefactos nucleares fuesen efectivamente utilizados en conflictos devastadores.
Las guerras coloniales eclosionaron casi al mismo tiempo en que terminaba la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Fría ideologizó buena parte de esos conflictos, haciendo ms confusa la lucha entre
etnias sobrevivientes de la guerra contra el colonizador. En ese contexto, se destacan los siguientes conflictos: las guerras de la
Indochina y de Argelia, los levantamientos en Kenia y en el Congo, la lucha civil en Yemen. La guerra se volvió política y la doctrina militar
poco avanzó en esa fase, aunque, desde el punto de vista militar produjo gran evolución en la doctrina de operaciones contra fuerzas irregulares,
enriquecida con contribuciones doctrinarias para las operaciones contra guerrilleros en ambiente rural.
Las Guerras Árabe-Israelí, centradas en una disputa territorial y política secular en Oriente Medio, aunque lejos de ser resueltas hasta hoy, tienen como marco inicial la Guerra de Independencia de Israel
(1948/49) y con la Guerra del Yon Kippur (1973). Esas guerras reactivaron una nueva forma de conflicto, el terrorismo internacional,
que, utilizada inicialmente por guerrilleros palestinos, se ha diseminado por todo el mundo.
La contribución a la doctrina militar está dada por la aparición de los misiles livianos y portátiles, devolviendo a la Infantería la capacidad de contraponerse a los blindados y a la aviación, el perfeccionamiento de los medios de ingeniería de combate, particularmente en cuanto a los
medios de transposición de cursos de agua obstáculos y la gran utilización de técnicas de disimulación frente a poderosos medios de
inteligencia. Además de eso, la Brigada pasó a ser el escalón básico de combate y la División a tener constitución variable. En la medida en que
arreciaba la competición entre las superpotencias, un proceso de descolonización y de nacionalismo provocaba conflictos en las más
diferentes regiones del mundo, en base a disputas territoriales, religiosas o étnicas. En esos conflictos las fuerzas armadas asumieron
xxii
un papel de creciente importancia en el cuadro de la seguridad interna y ajustaron sus estrategias de preparación y empleo. La ideologización de
los conflictos internos produjo gran evolución en la doctrina de operaciones contra fuerzas irregulares, ofreciendo la oportunidad para
el desarrollo de doctrinas anti guerrilla propias y particulares para cada caso.
La caída del Muro de Berlín puso fin a la bipolaridad mundial y cambió de manera radical el panorama internacional, así como el equilibrio de
las relaciones diplomáticas hasta entonces vividas, con reflejos significativos para la doctrina militar en el combate moderno.
Los avances tecnológicos de los últimos tiempos alteraron profundamente la dinámica del campo de batalla, los modernos
instrumentos de combate de que disponen los ejércitos más desarrollados se constituyen en el principal factor de desequilibrio entre dos fuerzas oponentes. El empleo de sofisticada tecnología aplicada a los medios militares – satélites de observación, aviones imperceptibles por los radares, vehículos aéreos no tripulados, radares de vigilancia y medios de guerra electrónica – permite obtener, en tiempo real, amplia
gama de informaciones precisas sobre el terreno y el enemigo, posibilitando la toma de decisiones oportunas. La mayor necesidad de
obtención de esas informaciones se volvió preponderante para asegurar la conquista y manutención de la iniciativa, así como para proporcionar
el adecuado grado de seguridad para las fuerzas. El desarrollo de sistemas de armas dotados de altos índices de precisión, de alcance y de
letalidad, sumado al empleo cada vez mayor de fuerzas aeromóviles, impone al campo de batalla las características del combate no linear,
con la ejecución de acciones simultáneas en la retaguarda del enemigo, impidiendo sus refuerzos, cortando sus rutas de abastecimiento y
desarticulando su sistema de comando y control. El concepto de la batalla aire-tierra surgió en función de la necesidad de profundizar el combate, rompiendo la cohesión de las fuerzas oponentes por medio de
acciones violentas e inesperadas, ejecutadas por aeronaves sobre blancos importantes en profundidad. El empleo de los medios aéreos hizo del espacio aéreo un componente tan importante para el combate
terrestre como lo es el proprio terreno, volviéndose el campo de batalla tridimensional. La batalla aire-tierra fue empleada macizamente en los conflictos recientes, particularmente en las Guerras del Golfo y en la
intervención de la OTAN en Kosovo. El amplio empleo de agentes químicos es una de las posibilidades del combate moderno. El humo,
como uno de sus efectos, cuando empleada en apoyo a las operaciones ofensivas, defensivas, de reconocimiento y de seguridad, es un
xxiii
multiplicador del poder de combate significativo para las fuerzas blindadas. La degradación de la eficiencia combativa, la ruptura del planeamiento inicial y de las formaciones de combate, la dificultad de
coordinación y control, además de otros efectos sobre el enemigo hacen de esos agentes químicos una importante herramienta en el combate
moderno. El perfeccionamiento de equipos de visión nocturna – individuales o integrados a sistemas de armas - aumentó la importancia del combate continuado, permitiendo que el ritmo de las operaciones sea mantenido ininterrumpidamente, a la noche o en períodos de reducida visibilidad. El dominio del espectro electromagnético se volvió esencial
para asegurar la eficiencia de los sistemas de armas y para el adecuado gerenciamiento del sistema de C³ I (Comunicaciones, Comando, Control e Inteligencia). Ese aspecto aumentó la importancia del empleo de los medios de guerra electrónica y, consecuentemente, limitó el empleo de los medios de comunicaciones. El empleo de fuerzas blindadas, dotadas de elevado grado de movilidad, con la finalidad de sacar provecho de
las informaciones obtenidas en tiempo real es otra exigencia del combate moderno. Eso posibilita la rápida concentración de fuerzas en los locales y momentos oportunos, explotando las vulnerabilidades del
enemigo. La rapidez de las operaciones, aliada al combate continuado y no linear, requiere especial atención en la sincronización de las
acciones, buscando la obtención del máximo poder relativo de combate en los momentos decisivos. Las características de las armas modernas y
de los sofisticados equipamientos optrónicos posibilitan aferrar y destruir blancos situados a grandes distancias. Por otro lado, se hizo más difícil la identificación de tropas amigas que estuvieren operando
en ese combate no linear, donde la rapidez es un factor esencial, aumentando considerablemente los riesgos de fratricidio. Como
consecuencia, fuerzas amigas pueden ser aferradas y destruidas en segundos, por fuego amigo, sin que la tropa se percate de su error.
Nuevos equipamientos son creados para asegurar una identificación más segura y la reducción del fratricidio en combate.
Por tanto, el campo de batalla actual está esencialmente condicionado por el empleo de sofisticadas tecnologías, que se
constituyen en importantes herramientas para un ejército, desde el estudio de situación, la toma de decisión y hasta la conquista de los
objetivos estratégicos. La concepción doctrinaria, resultante del escenario descripto, está fundamentada en los siguientes principios:
conducción de combate ofensivo, con gran ímpetu y valorización de la maniobra; realización de acciones simultáneas en toda la profundidad del campo de batalla; búsqueda del aislamiento del campo de batalla
xxiv
con énfasis en la destrucción del enemigo; priorización de las maniobras de flanco; empleo del máximo poder relativo de combate en
el momento y local decisivos; combate continuado, con máxima utilización de las operaciones nocturnas, de las incursiones y de ataques
de oportunidad; valorización de la infiltración como forma de maniobra; búsqueda de la iniciativa, de la rapidez, de la flexibilidad y de la sincronización de las operaciones; valorización de los principios de guerra de objetivo, ofensiva, maniobra, masa y sorpresa; mínimo de pérdidas para las propias fuerzas y población civil envuelta; decisión de
la campaña en el más corto plazo. Se puede deducir que, en la aplicación de esta doctrina, las
fuerzas blindadas y aeromóviles son ampliamente empleadas, en función de su movilidad, de su capacidad de realizar el combate continuado y de su capacidad ofensiva. Por ello, aumenta la necesidad de poseer fuerzas
blindadas y aeromóviles bien equipadas y adiestradas, capaces de realizar acciones ofensivas extremamente rápidas y profundas,
orientadas a las vulnerabilidades del dispositivo enemigo, buscando obtener resultados decisivos. Podemos afirmar que el avance
tecnológico y la letalidad de los conflictos ocasionarán pérdidas en vidas y materiales en escala gigantesca. La comunicación social asume
un papel estratégico, pasando el factor opinión pública a tener influencia en el proceso de toma de decisiones y en el desenlace de los
conflictos. 4.2. PRIMERA GUERRA DEL GOLFO 6
La llamada Guerra del Golfo fue la guerra de 1990 a 1991 entre Iraq y una coalición
internacional, compuesta por 34 naciones y liderada por Estados Unidos, como respuesta a
la invasión y anexión de Iraq al emirato de Kuwait. El inicio de la guerra comenzó con la
invasión iraquí a Kuwait el 2 de agosto de 1990, las hostilidades comenzaron en enero de
1991, dando como resultado una crucial victoria para las fuerzas de la coalición, lo cual
condujo a que las tropas Iraquíes abandonaran Kuwait dejando un saldo muy alto de
víctimas humanas. La guerra no se expandió fuera de la zona de Iraq-Kuwait-Arabia, aunque
algunos misiles iraquíes llegaron a ciudades israelíes.
4.2.1 Invasión a Kuwait
Al amanecer del 2 de agosto de 1990, las tropas iraquíes cruzaron la frontera de
Kuwait con vehículos armados e infantería, ocupando puestos estratégicos en todo el país,
incluyendo el Palacio del Emir. El ejército de Kuwait fue rápidamente aplastado, aunque
lograron dar el tiempo necesario para que las fuerzas aéreas de aquel país lograsen huir a
Arabia Saudita. La lucha más difícil se desarrolló en el Palacio del Emir, donde los miembros
6 www.usacac.army.milcac/spanish/indexjf06
xxv
de la guardia real lucharon a favor de que la familia real tuviera tiempo de escapar. Las
tropas saquearon reservas alimenticias y médicas, detuvieron a miles de civiles y tomaron
el control de los medios. Iraq detuvo a miles de turistas occidentales como rehenes para
después intentar usarlos como escudo para las negociaciones. Después de que un breve
gobierno títere liderado por Saddam Hussein fuese instalado, Iraq anexó Kuwait. Hussein
instaló entonces un nuevo gobernador provincial, describiendo lo acaecido como la
"liberación" del pueblo de las manos del Emir; esto fue usado principalmente como
propaganda de guerra.
Como respuesta a estos sucesos, el 16 de enero de 1991 una coalición internacional de 31
países liderada por Estados Unidos y bajo mandato de la ONU, inició una campaña militar
con el fin de obligar al ejército invasor a replegarse de Kuwait. Los países integrantes de la
coalición eran Argentina, Arabia Saudita, Australia, Bangladesh, Bélgica, Canadá,
Checoslovaquia, Corea del Sur, Colombia, Dinamarca, Egipto, Emiratos Árabes Unidos,
España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Hungría, Reino Unido, Italia, Kuwait, Marruecos,
Países Bajos, Nueva Zelanda, Nigeria, Noruega, Omán, Pakistán, Polonia, Portugal, Qatar,
Senegal y Siria. Para la batalla, la coalición había logrado reunir un ejército de 680.000
hombres, 2.000 carros de combate y una flota de 100 barcos de guerra entre los que había
seis portaaviones, además de un impresionante despliegue aéreo de al menos 1.800
aviones. Cabe destacar que el contingente norteamericano era por mucho el más numeroso
con 415.000 soldados de los cuales 27.000 eran mujeres.
Los Iraquíes disponían de un ejército de 545.000 soldados, 4.500 blindados y 700 aviones
de combate y algunos bombarderos. También contaban con un buen número de misiles
Scud-B de alcance medio y algunas plataformas móviles con las cuales era posible
dispararlos desde cualquier zona en Iraq. Todo esto sin mencionar un importante arsenal
de armas químicas y biológicas que diferentes países occidentales, entre ellos Estados
Unidos, le habían proporcionado a Saddam Hussein durante la sangrienta guerra que el
dictador había librado con Irán unos años antes.
Inicialmente, la operación aliada recibió el nombre de Escudo del Desierto y más adelante
sería rebautizada como Tormenta del Desierto. La campaña se inició el 17 de Enero con una
serie de bombardeos en los que se utilizaron 100 misiles crucero Tomahawk disparados
desde barcos estacionados en aguas del Mar Rojo y el Golfo Pérsico. Durante la primera
semana de ataques aéreos, la coalición anunció que se había logrado la destrucción de al
menos 350 aviones enemigos, mientras que los Iraquíes afirmaban haber derribado 60
aviones aliados. La coalición únicamente reconocería la pérdida de 4 aviones y más tarde se
daría a conocer que una refinería de Khafji en Arabia Saudita había sido atacada por la
artillería Iraquí. En un intento por romper la coalición y provocar la salida de Egipto, Siria y
otras naciones árabes del conflicto, Saddam Hussein dio la orden de bombardear Israel
xxvi
usando misiles Scud-B para obligar al estado hebreo a entrar en la guerra. La táctica no
funcionó y los israelíes se abstuvieron de realizar represalias, pero estos ataques obligaron
a la coalición a modificar sus planes. A partir de ese momento, las plataformas móviles con
las cuales los Iraquíes disparaban contra Israel serían el objetivo primordial de los ataques.
En total unos 41 misiles Scud con carga convencional impactarían sobre las ciudades
israelíes de Tel-Aviv y Haifa. El pánico se apoderó de los habitantes de Israel, pues temían
que Saddam Hussein decidiera lanzar un ataque químico o biológico en cualquier momento.
Debido a esto, el gobierno de Israel distribuyó máscaras antigás. El día 19 un bombardeo
Iraquí causó la muerte de 3 personas y dejó heridas otras 16. Para evitar esto, el ejército de
Estados Unidos dispuso la instalación de 6 baterías de anti misiles Patriot en territorio
israelí, 2 en Turquía y 21 en Arabia Saudita. A pesar del despliegue de la defensa anti misil,
esto no impidió que 46 misiles Scud cayeran sobre territorio saudita.
4.2.2 La campaña
Apenas iniciada las hostilidades, los italianos lanzaron ocho aviones Tornado para atacar
blancos dentro de Kuwait. Siete de estos aviones debieron abortar la misión debido a
problemas logísticos y sólo uno se internó en Kuwait de donde nunca más volvió. El piloto y
el navegante fueron reportados como desaparecidos. La Royal Air Force británica, por su
parte, experimentó serios problemas en sus ataques a las bases aéreas Iraquíes. El objetivo
de los ingleses era dejar caer bombas para inutilizar las pistas, aunque para esto los aviones
debían volar a no más de veinte metros de altura para evitar los radares o de lo contrario
serían detectados con antelación. Así, de este modo, los británicos perdieron cinco aviones
Tornado en las primeras 400 misiones, lo cual constituyó un récord en la historia de la
aviación militar ya que el promedio de aviones perdidos por la Fuerza Aérea de los Estados
Unidos era, hasta ese momento, de un avión por cada 750 misiones. Debido a este
incidente, los británicos suspendieron los ataques a baja altura. La Fuerza Aérea Iraquí
efectuó algunas salidas en un intento por defender al país, pero no había mucho que
pudiera hacer ya que la coalición contaba con aviones de última generación. De hecho
nunca hubo propiamente una batalla aérea, salvo algunos encuentros esporádicos y la
mayoría de los aviones de Iraq fueron destruidos en los bunkers donde se encontraban o en
las pistas. En los combates aéreos, los iraquíes perdieron 39 aviones de los cuales 30
derribos fueron causados por los F-15 Eagle. Se calcula que unos 127 aviones de Iraq fueron
destruidos durante el conflicto, entre estos se contaban cinco de los seis bombarderos
Tupolev Tu-22K con que contaba la nación árabe. Pese a los esfuerzos de los iraquíes, la
superioridad de la coalición se fue imponiendo rápidamente. Pronto se hizo evidente que
no había forma de competir con el poderío de la coalición y los mejores pilotos iraquíes
decidieron huir en sus aviones hacia Irán. Se estima que un total de 115 aviones militares y
33 aparatos civiles hallaron refugio en suelo iraní. Al final del conflicto se reportó la pérdida
xxvii
de 38 aviones de la coalición, la mayoría abatidos por fuego antiaéreo. Privados de fuerza
aérea y acosados por intensos bombardeos, las fuerzas de Iraq optaron por proteger sus
tropas y su equipo bajo tierra con lo que perdieron toda movilidad. Una vez alcanzada la
total supremacía aérea, la coalición incrementó sus ataques a fin de que Saddam Hussein
diera la orden de retirarse de Kuwait y aceptara rendirse. Todas las ciudades de Iraq fueron
blanco de bombardeos y sufrieron severos daños; murieron decenas de miles ya que lo que
los aliados arrojaron sobre todo Iraq tuvo una inmensa capacidad destructiva equiparable a
unas ocho veces la bomba de Hiroshima. Uno de los incidentes más sonados ocurrió el 13
de Febrero cuando dos misiles impactaron un refugio antiaéreo en Bagdad llamado Al-
Ameria y provocaron la muerte de 1.200 civiles.
Los resultados de la campaña aérea fueron abrumadores para las fuerzas Iraquíes y
mermaron terriblemente su capacidad de combate por no hablar de su moral. Se estima
que al terminar la guerra unos 2.435 tanques, 1.443 blindados y 1.649 piezas de artillería
fueron destruidos o inutilizados como consecuencia directa de los demoledores ataques
aéreos.
El 13 de Febrero de 1991, algunas unidades de la 1 y 2 División de Marines
desplegadas en la frontera con Arabia Saudita realizaron algunas incursiones dentro de
Kuwait realizando un reconocimiento en fuerza con el objetivo de medir el peligro con
vistas a iniciar un ataque por tierra. Lo cierto es que los iraquíes habían comenzado a
replegarse desde principios de Febrero y la moral de las tropas era baja. De las 42 divisiones
desplegadas en Kuwait, al menos 14 habían sido desbandadas y sólo 19 conservaban entre
un 60% y un 70% de sus capacidades de combate. El resto de las fuerzas Iraquíes se hallaba
en una situación precaria y comenzaron las deserciones en masa. El plan del general
Schwarzkopf dependía de mantener una fuerza significativa de marines frente a las costas
de la capital de Kuwait, lo cual hizo creer a los iraquíes que las fuerzas norteamericanas
efectuarían un desembarco y los obligó a concentrar sus tropas en esa zona. El siguiente
paso de la coalición fue movilizar el grueso de sus fuerzas hacia el oeste, donde las defensas
Iraquíes consistían en meros montículos de arena, dispersos y no guarnecidos además de
zanjas y campos minados. Las fuerzas norteamericanas estuvieron acompañadas por la 6
División acorazada, Daguet, francesa, y la 1 británica, con las célebres Desert Rats. Los
franceses ocuparon todo el tiempo la posición más occidental funcionando como un escudo
protector para el resto de las fuerzas aliadas. El plan consistía en rodear a las fuerzas
enemigas a través de un flanco para envolverlas, sorprenderlas y al mismo tiempo cortarles
la retirada. A los dos días de haber iniciado el asalto terrestre, unos cien mil soldados
Iraquíes se rindieron en masa ante las fuerzas de la coalición que avanzaban sin ningún
problema. La única batalla por tierra de cierta importancia fue denominada 73 Easting en la
xxviii
que carros de combate del séptimo cuerpo se toparon con una división de la Guardia
Republicana que se retiraban y comenzaron un enfrentamiento que duro seis horas.
El 25 de Febrero un misil Scud impactó contra un cuartel norteamericano ubicado en Arabia
Saudita y causó la muerte inmediata de 25 soldados y 50 más resultaron gravemente
heridos. El 28 de febrero de 1991 Iraq se rindió y aceptó las condiciones impuestas por las
Naciones Unidas. En ese momento las fuerzas francesas de la 6 División acorazada se
hallaban a sólo 150 kilómetros de Bagdad. Al final del conflicto la coalición internacional
reportó la pérdida de 378 soldados y unos 1.000 resultaron heridos. Los iraquíes se llevaron
la peor parte ya que sus bajas oscilaron entre los 25.000 y 30.000 muertos.
4.2.3 La posguerra
Tras el conflicto, la ONU impuso a Iraq un severo embargo que produjo gravísimos
trastornos sociales en el país. En julio de 1992, aviones británicos y estadounidenses
despegaron desde Turquía y quemaron cultivos en Iraq. El 30 de junio de 1993, Estados
Unidos bombardeó Iraq en represalia por una supuesta conspiración para asesinar a George
Bush. Del 16 de diciembre al 19 de diciembre de 1998, mientras en EE.UU. arreciaba el
"escándalo Lewinsky", EE.UU. y Gran Bretaña llevaron a cabo sobre Iraq una serie de
bombardeos a la que llamaron «Operación Zorro del Desierto». En el año 2002 George W.
Bush acusa a Iraq de constituir un «eje del mal», junto con Corea del Norte e Irán,
desencadenando la Invasión de Iraq de 2003 bajo pretexto de tener gran cantidad de armas
de destrucción masiva, y de tener vínculos con Al Qaeda.
4.2.4 ¿Qué aprendimos de la primera guerra del Golfo?
El primer conflicto contra Irak ha sentado el patrón para las posteriores acciones militares
estadounidenses. En la guerra del Golfo de 1991, la supremacía militar estadounidense
aniquiló al que Occidente consideraba el cuarto Ejército más poderoso del mundo: el iraquí.
Los muertos aliados fueron menos de 500, de los cuales más de la mitad murieron en
accidentes antes de disparar un solo tiro. Las bajas del adversario resultaron muy difíciles
de precisar, pero se midieron en decenas de miles.
Los militares de EE UU piensan en términos de rapidez. "Golpear y abatir" es la consigna. Tal
como se denominó entonces, el de la guerra del Golfo fue para la comunidad internacional
un "triunfo sin victoria". El resultado de la contienda supuso la liberación de Kuwait. Pero
no la caída de Sadam Husein, capaz de conservar el poder a pesar de la revuelta interna de
los shiíes en el sur y de los kurdos en el norte, ya que había resguardado parte de sus
mejores tropas para emplearlas contra ellos. Sadam fue un mal soldado, pero también un
dictador dispuesto a mantenerse hasta el final: se equivocó en casi todo excepto en pensar
que él mismo se mantendría en el poder. No muchos meses después del final de la guerra,
los parados norteamericanos paseaban con carteles que decían "Sadam sigue teniendo su
trabajo".
xxix
La guerra del Golfo sentó sin lugar a dudas el patrón para las siguientes acciones militares
llevadas a cabo por los países occidentales. De aquella guerra que ganaron pero en la que
perdieron la paz, se pueden aprovechar algunas lecciones. "¿Qué aprendimos del 91?", la
ofensiva del golfo Pérsico estableció un nuevo modo de hacer la guerra, concentrar una
masiva fuerza terrestre en un lugar determinado, para ponerla en acción tras prolongados y
continuados bombardeos aéreos, ésa es la receta del éxito. Este modo de hacer la guerra
quedó patente, ya que, doce años después, las tropas de EE UU y Reino Unido volvieron a
estar masivamente desplegadas en el Golfo, en concreto en Kuwait. Un total de 220.000
hombres esperando una sola orden: la del ataque.
Ahora no se trata de liberar Kuwait. En este caso el objetivo, más allá del desarme, es
también político, deshacerse de Sadam Husein y su régimen. En parte por esa diferencia de
objetivo, la coalición formada para esta guerra fue totalmente diferente a la fuerza
multinacional que incluía a Egipto, Siria y Arabia Saudí, y que ayudó a su padre a hacer el
trabajo en 1991.
La guerra contra Sadam fue la última del orden salido de la II Guerra Mundial y la primera
de la post guerra fría. El campo de batalla no era la boscosa línea interalemana, sino las
llanuras arenosas del Golfo. Y se libró en un teatro de operaciones alejado por miles de
kilómetros de las bases de estacionamiento de las tropas aliadas. La operación aliada de
1991, primero como Escudo del Desierto y luego como Tormenta del Desierto, fue una
novedad por el atisbo de la revolución militar y estratégica que se estaba calladamente
fraguando: el uso de los Scud como armas de terror de masas, la cobertura mediática de la
acción en tiempo real, el peso decisivo del ataque aéreo, la guerra sucia y el eco terrorismo.
Así como el Golfo de 1991 fue el producto de la recuperación militar norteamericana
durante los años ochenta, Afganistán, por citar un ejemplo reciente, ha sido el producto de
la experiencia y la reflexión emanada tras la guerra de Kuwait, según expertos militares. Las
hostilidades duraron 43 días, y con la excepción de las 100 horas justas de la campaña
terrestre, durante las seis primeras semanas de la guerra la acción fue esencialmente aérea.
Campaña aérea caracterizada por su intensidad. A diferencia de Vietnam (y posteriormente
Kosovo), no estuvo sujeta a una escalada progresiva, sino que todos los medios se
emplearon con contundencia desde el primer momento. En la Operación Tormenta del
Desierto no hubo una auténtica batalla aérea, no hubo enfrentamiento alguno en el aire de
dos fuerzas opuestas. La mayoría de los aviones iraquíes destruidos fueron eliminados en el
interior de sus búnkeres mediante bombas de penetración.
En este sentido, la guerra del Golfo inauguró la era de los conflictos asimétricos no sólo por
los fines que se perseguían (liberar frente a ocupar), sino por los medios utilizados. Que la
guerra fue un conflicto asimétrico quedó claramente patente para Sadam, que tuvo que
recurrir a estratagemas y tácticas orientadas a presentar batalla de una forma no
xxx
convencional, primero con el recurso del ataque de sus misiles Scud sobre Israel, y luego
con actuaciones como el vertido de crudo a las aguas del Golfo o el posterior incendio de
casi todos los pozos de petróleo kuwaitíes antes de su retirada del país. La gran diferencia
entre las contiendas anteriores y la guerra del Golfo de 1991 estribó, y estribará, en los
grandes avances en el bombardeo de precisión. La importancia del uso de esta munición
guiada no vino dada sólo por su habilidad para alcanzar exitosamente los objetivos, sino
también por su capacidad para limitar los daños colaterales y el nivel general de
destrucción. A pesar de los ataques, Bagdad nunca se pareció al Londres de la II Guerra
Mundial, ni a Berlín, ni mucho menos a Dresde. Pero más allá de lo estrictamente militar o
de la importancia del factor sorpresa a la hora de desencadenar un ataque, la guerra del
Golfo puso sobre el mapa de operaciones elementos que se han hecho permanentes y que
han transformado las contiendas desde entonces.
A partir del conflicto del golfo Pérsico, dirigentes políticos y estrategas militares han tenido
que integrar en sus decisiones tres cosas tan novedosas como contradictorias: las victorias
deben conseguirse sin sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo y, sobre todo,
sin errores que causen daños colaterales o muertes de civiles no combatientes. Baste
recordar, por ejemplo, la angustia de la Alianza Atlántica en la guerra de Kosovo con cada
pérdida de civiles serbios causada por sus ataques aéreos, y la necesidad de investigar
dichas acciones para poder ofrecer una explicación plausible, más allá de la lacónica pero
certera frase del general Sherman "la guerra es el infierno".
La guerra del Golfo debió enseñar, al menos, una cosa, y, no lo hizo. Que las guerras
conllevan consecuencias que no se agotan con el cese de hostilidades, sino que perduran
en la paz. Que se tardase un año justo en extinguir los incendios de los 630 pozos de
petróleo afectados en Kuwait ya debería haber servido de alarma. La aparición del
síndrome del veterano de la guerra del Golfo, aún más.
Con todo esto, la mayor lección de 1991 fue la aparición de una fuerza novedosa que
irrumpió dramáticamente junto con la guerra del Golfo: la retransmisión televisiva, en
directo, de las operaciones bélicas. El mundo supo del inicio de los ataques aliados sobre
Bagdad por las cámaras y comentarios desde la azotea del hotel Rashid, gracias a los
equipos de la CNN, la única cadena de televisión que fue capaz de retransmitir sin
interrupciones la primera noche del conflicto. Una docena de años después, el nuevo
conflicto del Golfo tuvo lugar en una atmósfera de "cruzada contra el terrorismo" iniciada
por George W. Bush y un creciente antiamericanismo en casi todo el mundo árabe. La CNN
ha perdido la exclusividad. Hubo otra cadena vía satélite que retransmitió el color verde de
la guerra nocturna en directo. En esta nueva guerra, las imágenes de las víctimas iraquíes
que ofrecía la cadena Al Yazira a todos los árabes del planeta pudieron llegar a convertir a
xxxi
Estados Unidos en su propio y peor enemigo. Quizá Washington no ha tenido tiempo de
aprender esta lección.
4.3. SEGUNDA GUERRA DEL GOLFO 7
4.3.1 La invasión de Iraq
Entre el 19 de marzo y el 1 de mayo de 2003, fue encabezada por los Estados Unidos,
respaldados por fuerzas británicas y pequeños contingentes de Australia, Polonia y
Dinamarca. Una serie de otros países estuvieron involucrados en sus consecuencias. La
invasión marcó el inicio de la actual guerra de Iraq.
Según el Presidente de los Estados Unidos George W. Bush y el Primer Ministro del Reino
Unido Tony Blair, las razones para la invasión eran "desarmar a Iraq de armas de
destrucción masiva (ADM), poner fin al apoyo brindado por Saddam Husein al terrorismo, y
lograr la libertad al pueblo iraquí."
La invasión de Iraq provocó una fractura política entre las grandes potencias, que se
dividieron entre aquellas que se opusieron activamente a la invasión, como lo fueron
Francia, Bélgica, Alemania, Rusia, China (además de otros países que mostraron una
oposición pasiva), y aquellos que apoyaron públicamente a los Estados Unidos, como fue el
caso de Gran Bretaña, España, Polonia, Portugal y demás naciones que integraron la
coalición. La guerra también sirvió para que se diera la primera manifestación ciudadana
global en la historia en contra de un conflicto.
4.3.2 El Eje del Mal y la Guerra contra el terrorismo
Meses después del inicio de la invasión y ocupación estadounidense de Afganistán, el
Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, situó a Iraq dentro de lo que denominó
como eje del mal, un término reminiscente al eje Eje Roma-Berlín-Tokio o equiparable al
Telón de Acero durante la Guerra Fría. Además acusó al gobierno de Saddam Husein de
tener armas de destrucción masiva, y de tener vínculos con Al Qaeda (la misma
organización guerrillera islámica internacional que los Estados Unidos ayudó a crear
indirectamente durante la guerra Afgana contra la Unión Soviética mediante la CIA )
vínculos que tampoco han podido confirmarse. El 29 de noviembre de 2001 se aprobaba la
lista de artículos que las próximas inspecciones examinarían y su procedimiento de análisis,
y fijaba en el 30 de mayo de 2002 la fecha en la que se comenzaría a aplicar. Asimismo se
subrayaba la obligación de Iraq de cooperar con la aplicación de las resoluciones. En el 2007
Alan Greenspan, ex presidente del banco central estadounidense (la Reserva Federal),
aseguró en su libro de memorias que el verdadero motivo para invadir Iraq no eran las
razones expresadas públicamente relativas a las supuestas armas de destrucción masiva y
acabar con la supuesta relación entre el gobierno baasí iraquí y la organización guerrillera
7 www.usacac.army.milcac/spanish/indexJA03
xxxii
Al Qaeda; sino controlar las reservas de petróleo y evitar que la Unión Europea o potencias
emergentes como China e India se acercaran a esas gigantescas reservas de petróleo.
En la importante resolución 1441, aprobada en la sesión celebrada el 8 de noviembre de
2002, el Consejo decidió dar una última oportunidad de Iraq para la realización de las
inspecciones ordenadas referidas a la existencia de armas de destrucción masiva. Para ello
daba un plazo de 30 días a partir del día de la publicación de la resolución para presentar
una completa declaración de todos los aspectos de los programas para el desarrollo de
armas químicas, biológicas, nucleares, misiles balísticos, etc., además de decidir que Iraq no
realizaría ningún acto o amenaza contra cualquier Estado Miembro que adoptase medidas
para hacer cumplir sus resoluciones. Producido el informe el Consejo se reuniría
nuevamente para examinarlo y adoptar las decisiones que pudieran corresponder. La
resolución finaliza recordando que ha advertido reiteradamente a Iraq que, de seguir
infringiendo sus obligaciones, se expondrá a graves consecuencias.
Tras presionar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con la presentación de
supuestas pruebas, para que aprobara una resolución apoyando explícitamente la invasión,
el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush obtuvo el apoyo de un grupo de países
para formar una alianza que invadiese Iraq para derrocar al gobierno de Saddam Husein y
apoderarse del petróleo. Esta coalición, que se autodenominó Coalición de la voluntad,
estaba formada por los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido, España, Portugal,
Italia, Polonia, Dinamarca, Australia y Hungría. La mayoría de la población de estos países,
así como la de la opinión pública mundial fue mayoritariamente contraria, haciéndose notar
especialmente en las manifestaciones mundiales contra la guerra de Iraq. Bush recibió
también el apoyo de los gobiernos de la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, los estados
bálticos de Estonia, Letonia y Lituania, las islas mediterráneas de Malta y Chipre; el estado
de Israel o el de Kuwait. Francia, Alemania, China, México y Rusia manifestaron su
oposición a medidas de fuerza contra Iraq y fueron partidarios de una salida negociada a la
crisis. Francia, Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, abogaban
por la continuidad de la labor de los inspectores y anunciaron su intención de vetar
cualquier documento que legitimase explícitamente el ataque. Durante estas
demostraciones se produjeron varios roces entre Estados Unidos y los países que se
oponían a la invasión. Pero al final estos que se oponían con razón a la guerra cedieron y se
mantuvieron neutrales desde el inicio de la invasión.
El 16 de marzo de 2003, se produjo la Cumbre de las Azores, donde los líderes de los
Estados Unidos, Reino Unido, España y Portugal anunciaron un ultimátum al gobierno baasí
de Saddam Husein para que procediera al desarme.
El entonces jefe del gobierno español, José María Aznar, aludió a que la intervención
respondía a la falsa convicción de que aquel gobierno constituía una amenaza para sus
xxxiii
vecinos y para los propios países occidentales. Recordó que en ocasiones las intervenciones
militares se hacen bajo el mandato de las Naciones Unidas, como en el caso de Afganistán
en 2001, y en otras ocasiones, sin mandato expreso de Naciones Unidas, como en el caso
de la Guerra de Bosnia en 1992. Afirmó también que España no participó en esa guerra sino
que únicamente apoyó a los aliados, pero que en ningún caso el ejército español participó
de la invasión.
4.3.3 Derecho Internacional
La guerra no contó con el mandato expreso del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, lo que ha generado que expertos del derecho internacional condenen la guerra
como invasión ilegal. Así lo expresó el entonces Secretario General de las Naciones Unidas,
Kofi Annan. Sin embargo, ni los miembros de la Corte Penal Internacional pueden juzgar a
los invasores en caso de considerarlo una agresión porque el Estatuto de Roma indica que
hay que encontrar una definición de este crimen, lo que no pasará antes de 2009 y en
cualquier caso, no se puede juzgar un supuesto delito que se cometió antes de que existiera
la ley que lo castiga.
El fiscal británico Peter Goldsmith emitió un documento el 7 de marzo de 2003 donde
manifestaba sus dudas respecto a la legalidad de la invasión y en 2005 afirmó públicamente
que la acción militar fue ilegal. Para el profesor en derecho Nicholas Grief sería posible
imputar cargos criminales contra George W. Bush y Tony Blair invocando la Carta de
Nuremberg de 1945 que estableció el concepto de crímenes contra la paz. Esta postura, no
obstante, ha sido rechazada por los gobiernos que realizaron la invasión. La mayoría de los
expertos en derecho internacional consideran que es inviable cualquier tipo de iniciativa en
contra de los dirigentes de la coalición, puesto que entonces se podrían iniciar acciones
contra todos los líderes que han realizado alguna operación militar sin apoyo de las
Naciones Unidas. Los defensores de la intervención aluden a las ya citadas resoluciones del
Consejo de Seguridad, especialmente a la 1441 para avalar sus acciones, y recuerdan otras
intervenciones sin mandato de las Naciones Unidas que han sido reconocidas
posteriormente como necesarias. Tal es el caso, por ejemplo, de la guerra de Kosovo. Sin
perjuicio de las diferentes opiniones sobre el inicio del conflicto, las Naciones Unidas
hicieron suya la situación en el momento en que las fuerzas ocupantes empezaron a actuar
bajo el paraguas de la organización. Así, en octubre del mismo año de la invasión
recomendó en su resolución 1511 a los estados miembros que prestasen a la fuerza
multinacional presente en Iraq toda la asistencia necesaria, incluyendo la militar. Algunos
consejeros legales aseguran que la invasión ha quedado justificada legalmente en otras
resoluciones existentes. Por ejemplo, el profesor Anthony Aust, anterior Consejero Legal de
la cancillería británica, opinó que las resoluciones anteriores brindaban la justificación
xxxiv
necesaria para invadir Iraq y por lo tanto no era necesario buscar legalidad en resoluciones
posteriores.
4.3.4 La invasión
El 19 de marzo de 2003, sin que mediara declaración de guerra por alguna de las partes,
comenzó el ataque de la coalición contra Iraq. Para el ataque, los estadounidenses habían
dispuesto de 225.000 soldados, 800 tanques Abrams M1, 600 blindados Bradleys M2/M3,
100 helicópteros AH-64 Apache, 200 helicópteros AH-20 Cobra, 100 helicópteros de
transporte Chinook, Black Hawk y Sea Stallion, 50-60 F-14 Tomcat, 90 F-15 Eagle, 75 F-16
Fighting Falcon, 180-220 McDonnell Douglas F/A-18 Hornet, 50 A-10, 36 bombarderos B-1B,
B-52 y B-2, 60 Harrier AV-8B y 4 grupos de combate maritimo que incluían a los
portaaviones Constellation, Harry S. Truman, A. Lincoln y T. Roosevelt. Los británicos
dispusieron unos 45.000 soldados, 120 carros Challenger-2, 150 blindados Warrior, 100
aviones de combate entre los que habían Tornado, Jaguar y Harrier y un portaaviones
además de 16 buques de guerra. Australia cooperó con 2.000 soldados, tres fragatas, 17
aviones de combate y algunos helicópteros. Para proteger a Israel, las fuerzas de los
Estados Unidos desplegaron tres baterías de misiles Patriot en Jordania.
Con la intención de defender al país, Saddam Husein ordenó dividir Iraq en cuatro secciones
y encargó la defensa de cada región a una persona de su entera confianza. Para combatir,
los iraquíes disponían, en teoría, de un ejército de 327.000 hombres, 400.000 reservistas,
2.200 carros de combate de los cuales unos 1.500 eran T-55 y 700 T-72, 2.200 piezas de
artillería, 3.000 cañones antiaéreos, entre 640 y 760 lanzaderas de mísiles antiaéreos, entre
70 y 90 helicópteros de combate y 300 aviones de combate de los cuales la mitad estaban
fuera de servicio debido a la falta de reparaciones y mantenimiento adecuado. La mayoría
de estos aparatos eran Mikoyan-Gurevich MiG-21, MiG-23 y MiG-25 de fabricación
soviética y una cincuentena de Mirage F-1 franceses. Antes de la guerra, el ejército iraquí
había hecho destruir varios de sus misiles Al-Samud como muestra de cooperación en un
intento por detener el conflicto.
Un percance obligó a replantear los planes de invasión al negársele al ejército
estadounidense la entrada desde Turquía lo que hubiera permitido realizar una rápida
maniobra en tenaza para tomar Bagdad. A pesar de todo, fuerzas especiales tomaron
contacto con las milicias kurdas y se planeó un ataque coordinado de los guerrilleros desde
el norte con apoyo de tropas aerotransportadas siempre y cuando las operaciones en el sur
marcharan según lo previsto.
La invasión empezó con bombardeos sobre Bagdad mediante misiles Tomahawks lanzados
desde buques y submarinos, a lo que le seguirían ataques aéreos con cazas y bombarderos
pesados. La respuesta de los iraquíes no se hizo esperar y las fuerzas desplegadas cerca de
la frontera con Kuwait iniciaron un duelo artillero con elementos de la 1ª División
xxxv
Acorazada de los Estados Unidos. A los pocos minutos, los iraquíes lanzaron tres misiles Al-
Samud contra Kuwait. Uno de estos proyectiles fue interceptado por un misil Patriot y
explotó en el aire; los otros dos lograron superar a los Patriot e impactaron en la zona norte
de Kuwait, aunque sin causar daños importantes o víctimas. Posteriormente, se adentró en
el desierto una columna estadounidense formada por numerosos tanques Abrams,
vehículos blindados Humvee y helicópteros artillados Apache y Blackhawk luego de pasar la
frontera de Iraq. Los Royal Marines británicos, por su parte, tenían como objetivo principal
la toma de Basora, la segunda ciudad más populosa del país. Curiosamente, la Fuerza Aérea
de Iraq no realizó ni una sola salida para defender el país. Esto ocurrió debido al mal estado
en que se encontraban las aeronaves por culpa del embargo que sufría Iraq desde 1991, así
como por la escasa instrucción de los pilotos iraquíes frente a los de la coalición. De
entrada, en los primeros dos día de la ofensiva, varios helicópteros británicos fueron
derribados por el sistema SAM Strela ruso operado por los iraquíes. El sistema de radar de
Iraq continuó funcionando en los primeros días de la invasión pese al fuerte bombardeo de
la Coalición, aunque poco después dejó de funcionar.
Se cree que durante los primeros siete días de la guerra, el Ejército Iraquí habría logrado
degradar la señal de la red de satélites GPS o Navstar y por eso muchos misiles no pudieron
hacer blanco sobre las coordenadas exactas de sus objetivos. Se especula que tal vez
técnicos rusos o ucranianos colaboraron con el ejército iraquí para crear una pantalla
distorsionadora empleando equipos portátiles anti-GPS, la cual tendría un alcance
horizontal de entre 20 y 150 kilómetros y vertical de 30 a 50 kilómetros. Debido a esto, las
fuerzas estadounidenses únicamente habrían podido usar misiles de crucero que podían ser
guiados hasta sus blancos sin la necesidad de señales GPS, mísiles infrarrojos o de guía
láser, pero la precisión de todas estas armas podía ser fácilmente disminuida por tormentas
de arena o simples medidas de interferencia como la quema de zanjas rellenas de petróleo,
mezcladas con arena y trozos de aluminio. (AVION REVUE, en su número 41 del 2003)
El 24 de marzo, el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleisher acusó a Rusia de haber vendido
dispositivos de alta tecnología a Bagdad, pero evitó mencionar el hallazgo en Basora de una
gran cantidad de armas británicas con el nombre de Wallop vendidas a los iraquíes (The
Guardian, 24.03.2003). Asimismo, el Pentágono denunció que la empresa rusa
Aviaconversiya era la que había suministrado los equipos. La acusación fue negada
inmediatamente por los rusos, quienes sustuvieron que dichos equipos de interferencia
habían sido fabricados fuera de Rusia. Los militares estadounidenses negaron que la
interferencia de los satélites GPS hubiera afectado los misiles lanzados por aeronaves o
buques norteamericanos y restaron importancia al asunto, pero el 25 de marzo el coronel
Victor Renuart, jefe de Operaciones del Comando Central, afirmó con importancia que las
xxxvi
fuerzas angloamericanas habían logrado destruir seis equipos de interferencia instalados en
vehículos o caminones todoterreno.
Las fuerzas invasoras encontraron poca resistencia, que se concentró principalmente en Um
Qasr, puerto clave para afianzar la entrada de tropas y pertrechos, que se tomó enseguida.
Los estadounidenses avanzaron rápidamente sin encontrar oposición destacable hasta la
llegada al puente de Nasiriya, punto donde el Ejército Iraquí esperaba detener a las fuerzas
invasoras. Las bajas para la coalición fueron ahí mucho mayores llegando a superar la
treintena de muertos. De Nasirya llegaron las primeras imágenes de estadounidenses
abatidos. La televisión iraquí incluso mostró a cinco prisioneros norteamericanos que
fueron capturados. El 27 de marzo, unos mil paracaidistas estadounidenses llegaron al
norte de Iraq para sumarse a los guerrilleros kurdos. A pesar del tiempo perdido en
Nasiriya, la resistencia iraquí pronto fue doblegada y el largo convoy invasor prosiguió su
travesía por el desierto. Sin embargo, la columna de la Tercera División de infantería de
marines fue resquebrajada en varios puntos, principalmente en las ciudades de Najaf y
Kerbala, y en Nasirya. Las fuerzas invasoras hubieron de frenar su avance debido a una
fuerte tormenta de arena y eso permitió que varias unidades iraquíes se replegaran del
campo de batalla donde estaban siendo apabulladas. Pese a los continuos reveses militares,
el gobierno de Iraq insistía en mostrarse optimista y por eso trasladaba rápidamente a los
periodistas a los sitios donde podían verse restos de tanques estadounidenses quemados.
Las operaciones de combate llevadas a cabo por la Coalición no estuvieron exentas de
errores y problemas que cobraron la vida de varios efectivos. Uno de los más sonados
ocurrió cuando un avión de combate Tornado británico fue derribado por un misil Patriot
cuando volvía de una misión. Los dos pilotos que manejaban el aparato murieron al
instante. Otro incidente tuvo lugar el 28 de marzo cuando un avión norteamericano atacó y
destruyó por error un blindado británico matando a un sargento. Posteriormente, el 2 de
abril, un F/A-18 Hornet norteamericano fue abatido sobre los cielos de Bagdad por las
propias fuerzas estadounidenses. Uno de los casos más polémicos fue el ocurrido en el
Hotel Palestina de Bagdad, donde se alojaban la mayoría de periodistas internacionales, y
que el 8 de abril recibió disparos de un tanque Abrams norteamericano, muriendo los
periodistas José Couso de España y Taras Protsyuk de Ucrania. Se discutió largamente si los
soldados en cuestión sabían de los huéspedes del hotel, pudiendo disparar a conciencia
contra los periodistas para evitar "testigos molestos" o si simplemente dispararon al
confundir las cámaras de televisión con posibles lanzamisiles u otros artefactos militares.
Paralelamente, mientras se desarrollaban los principales combates en el sur y centro de
Iraq, unos mil soldados turcos penetraron algunos kilómetros en el norte para vigilar las
acciones de los kurdos que luchaban contra las fuerzas iraquíes. Apoyados por aviones y
tropas de la Coalición, los guerrilleros kurdos se lanzaron sobre las principales ciudades y
xxxvii
poblados del norte del país, pero el ejército iraquí respondió lanzando 37 misiles tierra-
tierra.
4.3.5 La caída de Bagdad Para la defensa de la capital, el Alto Mando iraquí tomó la decisión de formar dos anillos
defensivos alrededor de la ciudad usando a la Guardia Republicana. La División Medina fue
emplazada al sur para combatir contra las fuerzas norteamericanas mientras que la División
Hammurabi fue desplegada en el norte para contener a los kurdos. Cada división contaba
con 10.000 soldados, 200 tanques T-72, 200 blindados BMP-2, 50 cañones Howitzer GH-45
y artillería ligera. Los soldados habían cavado trincheras en la periferia de la ciudad, los
blindados habían sido colocados en garajes y zonas arboladas para protegerlos de los
ataques aéreos y se habían provocado algunos incendios para dificultar la visibilidad de los
aviones y los satélites. Todo hacía suponer que los invasores habrían de combatir casa por
casa para tomar la capital, pero eso no ocurrió así. Al llegar a los tan temidos anillos
defensivos apenas sí se encontró oposición destacable. Muchos aseguran que la Guardia
Republicana no presentó pelea debido a los demoledores bombardeos americanos contra
las líneas iraquíes y a la deserción masiva de las tropas; otros sostienen que los comandantes dieron la orden a sus soldados de retirarse y mezclarse entre la población
para continuar la lucha mediante una guerra de guerrillas que ya se estaba organizando.
Tras la desarticulación de la mayor parte de las fuerzas iraquíes, el aeropuerto de Bagdad
fue controlado por los invasores después de unos breves combates. Más tarde, los
norteamericanos realizaron incursiones de tanteo con columnas de blindados a través de
las calles Bagdad y luego se tomó la decisión de entrar en bloque y capturar la capital, que
cayó casi sin resistencia el 1 de abril. Los combates no terminarían con la toma de Bagdad y
ello quedó demostrado cuando el 7 de abril un F-15 Eagle fue derribado sobre los cielos de
Tikrit resultando en la muerte de sus dos pilotos.
El 1 de Mayo de 2003, el presidente George W. Bush proclamó el fin de las principales
operaciones militares de la invasión desde la cubierta del portaaviones USS Lincoln en un
acto que sería recordado por la frase “Misión cumplida”, la cual fue pronunciada por el
mismo mandatario estadounidense y escrita en una enorme manta que ondeaba sobre el
barco. La coalición angloamericana perdió 173 soldados y aproximadamente 542 resultaron
heridos durante las primeras batallas de la invasión. No se conoce el número exacto de
bajas entre las fuerzas armadas iraquíes, pero diferentes fuentes estiman que sufrieron
entre 4.000 y 6.000 muertos. Sin embargo, la resistencia iraquí estaba lejos de ser
completamente doblegadas y algunos sostienen que el ejército estadounidense únicamente
logró la ocupación del país, pero que la guerra todavía no ha terminado. Cabe destacar que
durante la invasión, los iraquíes jamás emplearon armas de destrucción masiva para
defenderse.
xxxviii
Tras el derrocamiento del gobierno de Saddam Husein, la coalición liderada por Estados
Unidos proclamó una prematura y aparente victoria. La primera medida de las fuerzas de la
coalición invasora fue la re-organización del ejército y la policía iraquíes, lo cual tomó
tiempo llegar a un grado de estabilidad debido a la incertidumbre política, económica y
social imperante en esos momentos.
La invasión militar fue aparentemente un éxito desde el punto de vista de los invasores. Las
fuerzas iraquíes probaron estar bien preparadas para combatir a las fuerzas de la coalición,
pero como ya se esperaba, no lograron evitar la ocupación total del país, la caída de la
capital y la expulsión del gobierno baathista del poder. Para combatir la ocupación y el
nuevo gobierno títere, se repartieron armas por todo el país; reclutaron milicianos y se
prepararon para guerra de guerrillas, y así tratar de defender y liberar el país de las fuerzas
de ocupación extranjeras.
El ejército de la coalición anglo-americano ha sufrido una gran cantidad de bajas, contando
a los muertos, heridos y desaparecidos en un continuo goteo a manos de la resistencia
iraquí y diversos grupos extranjeros que convergen en Iraq para combatir contra los
ocupantes. Las armas del ejército regular iraquí fueron distribuidas tiempo antes entre los
militantes de la resistencia, y gran parte de oficiales y militares del antiguo ejército iraquí,
que sin trabajo ni sueldo se dedican a trabajar como mercenarios para los grupos contrarios
a la ocupación. La gestión durante la ocupación arroja un saldo mortal de 4000 soldados
estadounidenses (23 de Marzo de 2008), 175 británicos (23 de Marzo de 2008), 133
provenientes de otros países que se sumaron a la ocupación tras la victoria aliada (33
italianos, 23 polacos, 18 ucranianos, 13 búlgaros, 11 españoles, 7 daneses, 5 salvadoreños,
4 eslovacos, 3 letones, 3 rumanos, 2 australianos, 2 estonios, 2 holandeses, 2 tailandeses, 1
checo, 1 georgio, 1 húngaro, 1 kajaztano y 1 surcoreano) y 1.001 contratistas de diferentes
nacionalidades que laboran para la coalición y/o el nuevo gobierno iraquí. Por lo menos
unos 29.314 soldados estadounidenses, varios centenares de otras nacionalidades (23 de
Marzo de 2008) y 4.000 contratistas han resultado heridos y existen 4 militares
norteamericanos desaparecidos en acción. La resistencia iraquí también ha conseguido
destruir o averiar tanques Abrams, vehículos blindados Stryker y Bradley, además de
derribar más de 50 helicópteros de combate y de transporte. De igual forma han logrado
abatir algunos aviones de transporte comercial, e incluso se atribuyen la destrucción de un
caza F-16 Falcon norteamericano. Las bajas de la insurgencia no se encuentran oficialmente
registradas, y es poco probable que se llegue a constatar el número exacto de insurgentes
muertos, porque se confunde con las cifras de las víctimas de la violencia sectaria y de las
operaciones militares de la coalición, que comenzaron a ser contabilizadas a partir de enero
de 2005, y hasta el momento suman un total de 38.412 iraquíes muertos (9 de octubre de
2007), aunque de acuerdo con un estudio de la revista británica Lancet, el número total de
xxxix
víctimas iraquíes causadas por la guerra rondaría los 700.000. El rotativo británico The
Observer (16/ 9/07) sugiere que podrían haber muerto 1.2 millones de personas en el
conflicto en Iraq. Ambos estudios chocan con el posterior cálculo de la ONU, que cifra las
víctimas violentas en 150.000. También es importante señalar que un número significativo
de funcionarios del nuevo gobierno iraquí han sido asesinados por la resistencia, que los
acusa de actuar como colaboradores de las fuerzas de ocupación. De acuerdo con los datos
proporcionados por la asociación Reporteros Sin Fronteras (RSF), un total de 167
periodistas de distintas nacionalidades han muerto desde que se inició la guerra en 2003, y
al menos otros 69 han sido víctimas de secuestro en la nación árabe de Iraq.. A esto hay
que sumar el hecho de que existen 4 millones de iraquíes desplazados por la guerra.
El Iraq ocupado se ha convertido en un polo de atracción para musulmanes de todo el
mundo que vienen a combatir en la yihad. A consecuencia de esto, no sólo no se han
reducido las actividades terroristas en el mundo sino que, de hecho, se han incrementando,
ahora azuzadas por el apoyo de los Estados Unidos y sus aliados a la ocupación de
Cisjordania por parte de Israel, y la de los propios Estados Unidos a Iraq y Afganistán. Si
antes sólo existía un foco de tensión a orillas del Jordán, ahora existe otro mucho mayor a
la vera del Tigris y el Éufrates. Se esperaba que las exportaciones de crudo iraquí
permitieran a la coalición anglo-norteamericana enjugar en parte el elevado coste de la
invasión y de la ocupación, (6.000 millones de dólares mensuales); sin embargo, los
constantes sabotajes de las líneas de suministro, así como los ataques a las empresas
encargadas de su extracción, imposibilitan que se llegue siquiera a los niveles obtenidos
durante el gobierno de Saddam Husein. El resultado de todas estas acciones es un
incremento de la inseguridad en la ciudadanía, víctima tanto del pillaje incontrolado, que
desborda a la policía iraquí colaboracionista.
El terrorismo también ha usado el conflicto de Iraq como argumento y motivo de sus
ataques a Madrid y Londres. Actualmente, todos los países que mantienen tropas en ese
país siguen (supuestamente) en la lista de objetivos de la organización guerrilleraAl-Qaeda y
están bajo amenaza permanente de ataque en represalia por su agresión contra Afganistán
y contra Iraq.
Debe entenderse que si bien Al-Qaeda es mencionada en diarios y medios occidentales
como la dirigente de la llamada insurgencia iraquí, no existe una correlación clara entre las
facciones armadas en Iraq y esta organización guerrillera, de hecho, hay medios y analistas
que afirman que tal correlación nunca ha existido, y que se alude a ella como una
justificación más de la guerra preventiva norteamericana. Incluso el vicepresidente
estadounidense Dick Cheney ha manifestado en reiteradas ocasiones que existía un fuerte
vínculo entre Al-Qaeda y Saddam Hussein antes de la guerra, el cual continúa hasta la
actualidad, pero tales aseveraciones han sido negadas por el Pentágono y la Comisión
xl
creada para investigar los atentados del 11 de septiembre de 2001. Relacionado con esto,
un estudio ordenado por el Pentágono, y realizado por un equipo de especialistas en Salud
del Ejército de los Estados Unidos, reveló que aproximadamente el 40% de los soldados
desplegados en Iraq piensan que la tortura y asesinato es aceptable, como medio de
intimidación en la población civil, y que incluso debería ser autorizada en los casos que
permitan salvar vidas u obtener información valiosa, y al menos el "10%" de los
entrevistados reconoció que en algún momento había maltratado a ciudadanos iraquíes
con golpes, patadas, violaciones en cárceles de mujeres detenidas en los puestos de control
o dañado propiedad privada cuando realmente no era necesario hacerlo. Justificaron sus
acciones alegando el enorme estrés y la ansiedad que padecen los soldados y marines
destacados en Iraq, debido a los continuos ataques de la resistencia que los acosa
diariamente.
La ocupación ha causado varios problemas para los países ocupantes; por un lado una
guerra de guerrillas, cada vez más profesionalizadas gracias a la participación de miembros
del antiguo ejército, con experiencia de campo; por otro lado, la presión de la opinión
pública norteamericana, que impondrá una enorme limitación al gobierno en sus futuras
operaciones en Oriente Medio, si llegara a fracasar en Iraq. Los costos de la guerra además
de humanos y materiales, se extienden ahora al campo psicológico, provocando una
reducción en el número de reclutas para el Ejército, dadas los estadísticas de mutilados y
lisiados que mes a mes llegan a los Estados Unidos (en una proporción de 10 a 1 por cada
soldado muerto en Iraq). Además cabe mencionar el gran número de soldados que
padecen de trastorno de estrés postraumático, muchos de ellos diagnosticados de "severo
a grave" y que ya ha cobrado la vida de 6256 soldados que se han suicidado, alegando que
no pueden vivir con la culpa de haber masacrado en la guerra a civiles, hombres, mujeres y
niños inocentes y desarmados siguiendo órdenes superiores, en promedio se quitan la vida
120 veteranos de Iraq por semana, con un promedio de 17 suicidas diarios, de los cuales
más de la mitad son jóvenes menores de 25 años. Luego que la CBS News presentó a fines
de noviembre un reportaje nacional investigado durante cinco meses, el Pentágono se vio
obligado a reconocer que 2006 fue el año con mayor índice de suicidas de las fuerzas
armadas de los Estados Unidos.
xli
CAPITULO II
5.1. LA ASIMETRÍA8
5.1.1 Asimetría estratégica
La asimetría estratégica emplea algún tipo de diferencia para obtener ventajas sobre
un adversario. Muchos de los mejores generales de la historia, tenían un instinto especial
para su aplicación. Muy similar a las tácticas utilizadas por el Ejército de los Estados Unidos
en la Guerra del Golfo Pérsico, los mongoles bajo el mando de Genghis Khan y sus
sucesores emplearon a menudo una movilidad superior, rapidez en las operaciones,
inteligencia, sincronización, adiestramiento y moral para derrotar a sus enemigos en
campañas relámpago. Cuando era necesario, los mongoles empleaban la ingeniería china
considerada muy superior, para realizar asedios exitosos. Otros conquistadores tales como
los romanos, europeos, aztecas y zulus, aportaron tecnología superior, disciplina,
adiestramiento y liderazgo al campo de batalla. Los rebeldes en las guerras anticoloniales
también dependían de la asimetría al organizar acciones de guerrilla, guerras prolongadas,
guerras políticas y al tener voluntad para sacrificarse como en la Guerra Popular de Mao
Tse–Tung.
Durante la Guerra Fría, la asimetría fue un aspecto importante del pensamiento estratégico,
pero no estaba definido como tal. Conceptos estratégicos como el de equilibrar las ventajas
cuantitativas soviéticas en Europa con la superioridad cualitativa de los EE.UU. y de la OTAN
eran indispensables para la estrategia de los EE.UU. Otros conceptos tales como la Masiva
Represalia de los años 50 o la estrategia marítima en los años 80 elevaron la asimetría a un
plano aún más alto. En los comienzos de la década de los 90, se comenzó a reconocer el
potencial de los desafíos asimétricos para cada país. Debido a que la distribución del poder
global era asimétrica, la evolución de las estrategias asimétricas resultaron ser un proceso
natural. La asimetría apareció mencionada claramente por primera vez en la Publicación
Conjunta de 1995, Joint Warfare of the Armed Forces of the United States, pero el concepto
fue empleado en un sentido simplista y limitado. La doctrina definió los enfrentamientos
asimétricos como aquellos que ocurren entre fuerzas desiguales, específicamente aire
versus tierra, aire versus mar y así sucesivamente. Este concepto limitado de asimetría
tuvo una utilidad limitada. Más tarde, en 1995, occidente abordó el asunto en forma más
amplia al incluir el terrorismo, utilizando o amenazando con utilizar armas de destrucción
masiva además de la guerra informática como desafíos asimétricos. En 1997, las amenazas
asimétricas comenzaron a recibir mayor atención. El Informe de la Revisión Cuadrienal de
Defensa declaró que el “dominio de los EE.UU. en el ámbito convencional puede estimular
a los adversarios a emplear medios asimétricos para atacar nuestras fuerzas e intereses en
8 www.usacac.leavenworth.army.mil/CAC/milreview/spanish/indexJA06
xlii
el extranjero y a los conciudadanos en nuestra propia tierra.” El Panel de Defensa Nacional
(National Defense Panel – NDP), un selecto grupo de individuos, nominado por el Congreso
para evaluar a largo plazo asuntos relacionados con la defensa de los EE.UU., fue aún más
explícito. Los panelistas informaron que: “Debemos asumir que nuestros enemigos y
futuros adversarios han aprendido algo en la Guerra del Golfo Pérsico. Es poco probable
que nos enfrentemos de manera convencional con tropas blindadas masivas, fuerzas de
superioridad aérea o veloces flotas navales, áreas en las cuales los EE.UU. mantiene una
supremacía. Por el contrario, pudiera ser que encuentren nuevas formas de atacar nuestros
intereses, nuestras fuerzas y a nuestros ciudadanos. Buscarán una manera de igualar
fuerzas con nuestros puntos débiles.” El NDP mencionó específicamente el peligro de bajas
estadounidenses en proporciones altas causadas por armas enemigas de destrucción
masiva, con el propósito de demorar o complicar el acceso de los EE.UU. a una región e
infligir bajas, ataques a los sistemas de información electrónicos basados en computadoras,
uso de minas y misiles a lo largo de estrechos y litorales y acciones terroristas. La
comunidad de inteligencia y el Estado Mayor Conjunto reaccionaron al informe del panel y,
después de mucho trabajo consiguieron clarificar el significado y las implicancias de la
asimetría estratégica. El estudio más importante fue el de la Revisión Estratégica Conjunta,
Aproximaciones Asimétricas de la Guerra, en 1999, el cual propuso un marco de trabajo
conceptual y varias recomendaciones. Visión Conjunta 2020, un documento preparado en
1995 por el Jefe de Estado Mayor Conjunto, para proveer una plantilla o un patrón
conceptual para las futuras fuerzas armadas estadounidenses, no mencionó la asimetría,
pero el documento redactado posteriormente como anexo a la Visión Conjunta 2020 y
presentado en el año 2000, identificó las aproximaciones asimétricas como “tal vez el
peligro más serio que los Estados Unidos enfrentará en el futuro inmediato.” Finalmente, el
Informe Anual presentado por el Secretario de Defensa al congreso en 1998 y 1999 e hizo
notar que el dominio militar convencional de los EE.UU. estimula a los adversarios a buscar
medios asimétricos para atacar a las fuerzas militares, a los intereses y a ciudadanos
estadounidenses. La importancia dada al concepto de asimetría a nivel estratégico indica
que, ésta podría aumentar de manera significativa. No obstante, la estrategia y la doctrina
para tratar con amenazas asimétricas y subrayar aptitudes asimétricas requieren de un
mayor rigor conceptual.
La claridad conceptual comienza con compartir definiciones simples, aunque globales. La
Revisión de la Estrategia Conjunta de 1999 ofreció una definición bastante amplia con
respecto a la asimetría: “Las aproximaciones asimétricas son intentos para eludir o socavar
las fuerzas estadounidenses mientras se explota su vulnerabilidad empleando métodos que
difieren significativamente de aquellos métodos operacionales empleados por los EE.UU . . .
[las aproximaciones asimétricas] generalmente buscan un gran impacto sicológico, tal como
xliii
el choque o la confusión, que afecte la iniciativa del adversario, la libertad de acción o la
fuerza de voluntad. Los métodos asimétricos exigen una apreciación y el entendimiento de
las vulnerabilidades del oponente. Las aproximaciones asimétricas muchas veces emplean
tácticas, armas o tecnologías innovadoras y no tradicionales las cuales pueden ser aplicadas
en todos los niveles de la guerra —estratégico, operacional y táctico— y a través de todo el
espectro de las operaciones militares.” La definición más reciente de asimetría amplió el
pensamiento tradicional pero tiene dos defectos: se refiere específicamente al ambiente
estratégico actual y a la situación de seguridad de los EE.UU. además de encarar
principalmente lo que podría hacer un oponente a los EE.UU. en vez de enfatizar cómo los
militares pueden emplear la asimetría contra sus adversarios. Una definición más completa
y generalizada de asimetría estratégica sería: En asuntos militares y de seguridad nacional,
asimetría significa actuar, organizar y pensar en forma diferente al adversario para
maximizar los esfuerzos relativos, tomar ventaja de sus debilidades y adquirir mayor
libertad de acción. Puede ser política-estratégica, militar–estratégica, operacional o una
combinación que implica distintos métodos, tecnologías, valores, organizaciones o
perspectivas de tiempo. Puede ser a corto o a largo plazo. Puede también ser discreta o
complementada en conjunto o con aproximaciones simétricas y tener una dimensión tanto
sicológica como física. A pesar de que la idea clave es que hay diferencias significantes,
existen sin embargo varios elementos en esta definición que merecen más elaboración.
5.1.2 Dimensiones de asimetría
La asimetría estratégica puede ser positiva o negativa.
La asimetría positiva utiliza diferencias para obtener una ventaja. La estrategia militar
de los EE.UU. valoriza el adiestramiento, el liderazgo y la tecnología para mantener y
explotar su superioridad.
La asimetría negativa se refiere a la amenaza que representa un adversario hacia
nuestras vulnerabilidades. El pensamiento actual se enfoca más en la asimetría negativa.
Con respecto a la asimetría estratégica de corto o largo plazo, la historia militar indica que,
el enemigo se adapta a varios tipos de asimetría a corto plazo. Durante la II GM, por
ejemplo, la guerra-relámpago alemana (blitzkrieg) dio resultado durante uno o dos años
hasta que los soviéticos militares encontraron una manera de contrarrestarla. Tomó pocos
años, que los gobiernos del tercer mundo y sus militares encontraran eventualmente
maneras de combatir la Guerra Popular de Mao Tse- Tung. La campaña aérea de 1999
contra Serbia sugirió que el enemigo puede encontrar formas de combatir la superioridad
aérea de los EE.UU. con sistemas de defensa antiaérea poco sofisticados por medio del
camuflaje, la dispersión y la concentración. La asimetría a largo plazo es poco común.
Estados Unidos probablemente mantendrá su ventaja asimétrica sobre ciertos tipos de
enemigo por un período de tiempo bastante largo, principalmente destinando más recursos
xliv
para mantener su superioridad militar. Pero, el mantener una ventaja asimétrica requiere
un constante esfuerzo; cualquier fuerza militar que no se adapte a los cambios estratégicos
pierde su eficacia. Normalmente, los opositores en un conflicto, simplemente emplean lo
que tienen y hacen lo que saben. Un final asimétrico es más accidental que planificado, se
sale victorioso por luchar de la manera en que se sabe, y no por analizar los puntos débiles
de las fuerzas más convencionales, diseñando maneras de sacar ventaja de ellas. En la
mayoría de las guerras anticoloniales o insurgentes, las fuerzas menos avanzadas
prefirieron imitar a las más modernas. Mao Zedong mantuvo la opinión de que la guerra de
guerrilla fue no sólo poco decisiva, sino que también debería haber sido empleada como
prefacio en una guerra a gran escala. Después de todo, no fueron los Viet Con los que
causaron el derrocamiento del gobierno de Vietnam del Sur, sino fuerzas convencionales de
armas combinadas de Vietnam del Norte. Comprender cuando la asimetría es intencional o
consecuencia de un incumplimiento sería importante, ya que el enemigo que emplea la
asimetría intencional probablemente hará mas ajustes y exigirá una contra-estrategia más
flexible. Otras formas de asimetría son experimentales y muy arriesgadas. El terrorismo, por
ejemplo, puede ser un método de alto riesgo y bajo costo debido a que puede tener
enormes repercusiones negativas para quien lo emplea o fortalecer en vez de debilitar la
resolución del país que fue el objetivo de la acción terrorista. Así como la mayoría de las
mutaciones en la naturaleza son defectuosas o poco significativas, muchas formas de
asimetría estratégica son actos desesperados que funcionan, a veces sólo temporalmente.
La asimetría estratégica puede ser discreta o integrada con técnicas simétricas.
Generalmente, sólo los antagonistas desesperados dependen sólo de métodos asimétricos.
Los más capaces integran métodos asimétricos y simétricos.
Finalmente, la asimetría puede ser material o sicológica. Los dos conceptos están
interrelacionados: una ventaja asimétrica material muchas veces genera ventajas
sicológicas. No obstante, ha habido estados o fuerzas militares a lo largo de toda la historia
adeptos especialmente a la manipulación de la asimetría sicológica, muchas veces por
medio de la propagación de una imagen de ferocidad. Los mongoles, asirios, aztecas y
zulúes son ejemplos de grandes conquistadores que combinaron asimetría material y
sicológica eficazmente. La imagen de ferocidad aumentó sus ventajas en el entrenamiento,
el liderazgo y la doctrina. A menudo la asimetría sicológica es menos costosa que su
variante material pero es más difícil de mantener.
5.1.3 Características de la asimetría
La forma más común de la asimetría, se genera en el nivel operacional de la guerra.
Algunos ejemplos históricos incluyen el empleo de submarinos por parte de los alemanes
para desequilibrar la ventaja británica en buques de gran tamaño; operaciones urbanas
para desequilibrar alguna fuerza militar con superior movilidad; fuegos de largo alcance en
xlv
las batallas de Stalingrado; operaciones de guerrilla en la retaguardia enemiga como apoyo
a las operaciones convencionales; Operación de decepción a nivel operacional para apoyar
la invasión de Normandía; y las técnicas para impedir el acceso o el contra despliegue,
empleando misiles, minas, terrorismo y otras armas. La asimetría militar-estratégica es una
estrategia militar integrada basada en la asimetría; en vez de emplearla como auxilio para
métodos simétricos. Los ejemplos incluyen, la Guerra Popular de Mao Tse-Tung, la
blitzkrieg y la Represalia Masiva, el concepto estratégico basado en que la agresión del
Pacto de Varsovia podría inducir a un ataque nuclear por parte de los Estados Unidos sobre
territorio soviético.
La asimetría político-estratégica, es aquella que consiste en emplear los mejores métodos
no militares para obtener una ventaja militar. Por ejemplo, intentos recientes de prohibir
formas de tecnología militar, incluyendo la guerra informática, afectan más a los Estados
Unidos que a los países menos desarrollados. Igualmente, en un conflicto el oponente
puede obtener una ventaja reclamando su condición de víctima. Mientras que los
Vietnamitas del Norte obtuvieron una superioridad moral frente a los EE.UU., Slobodán
Milosevic y Saddam Hussein fracasaron. De todos modos, la asimetría político-estratégica
probablemente aumentará a medida que la información y la globalización hagan que los
países sean más susceptibles a la presión política externa.
Los métodos de asimetría son relevantes en el dominio de la seguridad nacional y en
la guerra. Los métodos asimétricos involucran el empleo de diferentes conceptos
operacionales, doctrinas tácticas o aquellos empleados por los enemigos. Ejemplos incluyen
la guerra de guerrillas y otros conceptos no lineales. Muchos de los conceptos
operacionales que los Ejércitos de los estados poderosos pretenden emplear en el futuro,
tales como el envolvimiento vertical profundo con fuerzas móviles protegidas (a la inversa
de asaltos aéreos o lanzamiento aéreo empleando infantería a pie), implicaría una asimetría
operacional. Las tecnologías asimétricas han sido comunes en la historia militar,
particularmente en las guerras entre un país avanzado industrialmente contra uno que no
lo es, sin embargo, durante las guerras prolongadas, la inteligencia del enemigo puede
adoptar medios para combatir la tecnología asimétrica. Vietnam es el ejemplo más claro.
La asimetría de la fuerza de voluntad es importante cuando un antagonista percibe que su
supervivencia o intereses vitales están en juego y la otra está protegiendo o promoviendo
los intereses menos vitales. Este tipo de asimetría tuvo un papel preponderante durante los
conflictos de Vietnam, Somalia e Iraq. La asimetría de la fuerza de voluntad hace que el
antagonista que tiene más que perder gaste más, acepte mayor riesgo y lleve a cabo
acciones que un oponente menos motivado tal vez evite por motivos morales o legales. Las
asimetrías de fuerza de voluntad son más relevantes a nivel de estrategias mayores. En los
niveles operacional y táctico, el equivalente a una asimetría de fuerza de voluntad es la
xlvi
asimetría moral, que puede ser crucial, y hasta decisiva. Napoleón Bonaparte aseguraba
que: “En la guerra; la moral es con respecto a lo material lo mismo que la proporción de
tres a uno.” Las asimetrías de fuerza de voluntad están asociadas a las asimetrías
normativas entre antagonistas de diferentes estándares legales y éticos. Los países
poderosos enfrentan enemigos dispuestos a emplear el terrorismo y los escudos humanos.
A largo plazo, tales acciones pueden ser contraproducentes, sobre todo si aíslan a sus
aliados potenciales; pero pueden generar resultados decisivos a corto plazo,
particularmente al incorporar una asimetría de fuerza de voluntad.
Las asimetrías de organización pueden proporcionar grandes ventajas aún para un estado
que carece de otras ventajas. Ejemplo de esto incluye, el levantamiento en masa que ayudó
a los revolucionarios franceses a combatir una cantidad de ejércitos profesionales
europeos, el sistema de cuerpos independientes —aunque de apoyo mutuo— creados por
Napoleón, y los insurgentes de la resistencia subversiva. En el futuro, los militares de un
estado podrán enfrentar enemigos no estatales organizados como redes en vez de
jerarquías.
Finalmente, las asimetrías de paciencia o de perspectivas de tiempo pueden ser
significativas. Están conceptualmente ligadas a una asimetría de fuerza de voluntad aunque
operan, la mayoría de las veces, en conflictos entre culturas. Específicamente, la asimetría
de perspectiva de tiempo, puede ocurrir cuando un oponente determinado entra en una
guerra y el oponente sólo tiene la fuerza de voluntad para una guerra corta. Los estados
poderosos prefieren resolver un conflicto armado rápidamente, en parte porque el apoyo
del congreso y del público en general para un conflicto armado es limitado; a menos que
dicho conflicto involucre los intereses vitales nacionales. Además, muchas de las armas y
sistemas avanzados empleados por los militares estadounidenses, tales como bombas y
misiles a precisión se encuentran en una situación de escasez. El reabastecimiento requiere
reactivar las líneas de producción. Debido a los compromisos estadounidenses referentes a
la seguridad global, el tomar parte en un conflicto prolongado podría motivar al enemigo a
iniciar agresiones, pensando que los recursos de los estados poderosos son limitados. Las
ventajas de la movilidad estratégica de los países más avanzados son iguales a su deseo por
una victoria rápida–el método operacional preferido. Conociendo esta preferencia y
conociendo o sospechando la escasez estadounidense en cuanto a armas de precisión y
misiles, un adversario podría intentar prolongar un conflicto. Además de exhortar la
preferencia por una victoria rápida, si las armas se tornan menos precisas, las bajas
colaterales irán aumentando y el enemigo podrá obtener una ventaja moral. Mientras más
corto sea el conflicto, mayor es la ventaja para el más poderoso. Las asimetrías de paciencia
también tienen un componente cultural. La población de los países poderosos es
instintivamente impaciente, prefiriendo soluciones rápidas ante cualquier problema. Esta
xlvii
actitud contrastó con la paciencia asiática y la voluntad de permanecer en un conflicto por
años o décadas.
5.1.4 Conceptos Estratégicos
Los conceptos operacionales—el dominio de todo el espectro derivado del dominio de
la maniobra, un enfrentamiento preciso, con un enfoque en lo logístico y con una
protección en todas sus dimensiones— son diseñados para tomar ventaja de la asimetría
positiva, pero son además relevantes para combatir la asimetría negativa.
Para enfrentar mejor los desafíos asimétricos, las FF.AA. de los más poderosos deben
adoptar y desarrollar cinco conceptos estratégicos que tienen como base los conceptos
operacionales de una visión conjunta.
Dos características de amenazas asimétricas son de particular importancia: los
planeadores de defensa deben saber con precisión cuáles son las amenazas que surgirán o
que serán eficaces, y la eficiencia de las amenazas asimétricas tarde o temprano es
reducida a medida que el enemigo se adapta a la situación. Al maximizar la adaptabilidad,
la flexibilidad conceptual y organizacional, los militares pueden asegurar que rápidamente
contrarrestarán las amenazas asimétricas que surjan y acelerarán el proceso que hace que
las amenazas asimétricas sean insignificantes o ineficaces. Los militares que desarrollen
nuevos conceptos y organizaciones más rápidamente que el adversario tendrán una ventaja
contundente. Se deben institucionalizar los procesos de adaptación y transformación de
manera que sean continuos y rápidos. Parte de la solución involucra cambiar las actitudes.
La innovación y la creatividad deben ser nutridas y valoradas en todos los niveles, tanto por
parte de los militares como de los civiles involucrados en la planificación de la defensa.
Iconoclastas e inconformistas no deben guiar a los militares quienes, deben ser valorados,
mantenidos y escuchados. La experimentación e investigación debe enfocarse en la
adaptabilidad estratégica y operacional. Por ejemplo, los experimentos deben crear nuevos
tipos de organizaciones para enfrentar los nuevos tipos de enemigo. Si una red criminal no
estatal se torna en una amenaza importante para la seguridad, ¿cuánto tiempo le tomaría a
la nación organizarse y enfrentarla? Con toda probabilidad, algunos componentes de las
FF.AA. deberán adaptar las características de una red para combatir a los enemigos de una
red. Los experimentos de defensa deberían enfocarse más en los desafíos asimétricos
potenciales. Hoy en día el enemigo en la mayoría de los experimentos de las Fuerzas
Armadas o juegos de guerra, continúa siendo una fuerza militar tradicional y mecanizada de
un país que ha invadido un país vecino. Los juegos de guerra asimétricos se deben realizar
en una mayor proporción. Los juegos de guerra conjuntos deben ser una prueba
importante de los programas de transformación y modernización y no la confirmación de
un proceso de endoso. El proceso de enfocarse más en el análisis y experimentación de
desafíos asimétricos debería ser fortalecido por un enfoque institucional. El criterio debe
xlviii
incluir la versatilidad y la agilidad. Las FF.AA. y la comunidad conjunta deberían
experimentar rápidamente formas para crear organizaciones específicas a las tareas. Esto
daría un mayor grado de flexibilidad y mejor preparación para los desafíos asimétricos.
Los esfuerzos de la inteligencia necesitan enfocarse en las amenazas no tradicionales.
La recopilación de inteligencia, el análisis y difusión del conocimiento de la inteligencia cada
vez más, debe ser hecha con la participación entre las agencias para obtener el máximo
efecto. Adicionalmente, la inteligencia con un enfoque sobre retos asimétricos podría hacer
un uso mayor de fuentes abiertas–información disponible al público. La comunidad de
inteligencia debe ayudar a mejorar la adaptabilidad y la flexibilidad, para combatir las
amenazas asimétricas. Las nuevas tecnologías para recolectar, evaluar, incorporar y difundir
inteligencia podrían ser también de gran ayuda. Las fuentes de inteligencia humana no
siempre son confiables o están disponibles. Para no depender solamente de las fuentes de
imágenes vía satélite y de intercesión de señales y la robótica podrían formar sistemas de
inteligencia que superen los antiguos sistemas técnicos de recolectar datos y de inteligencia
humana para ciertas tareas. La defensa contra las amenazas asimétricas exige nuevos y
probados métodos de recolección.
La protección en todas las dimensiones se aplica a las amenazas asimétricas. Los
esfuerzos para la protección de la fuerza, pueden ayudar a reducir las bajas y su
consecuente acción desmoralizadora. Minimizar la vulnerabilidad también exigirá
flexibilidad y la no dependencia de sistemas susceptibles de ataque. Todos los pasos
razonables deben ser tomados, para evitar la dependencia de un sistema único o de un
método operacional. Por ejemplo si las FF.AA. se tornasen tan dependientes de la
información que no pudiesen funcionar sin ella, los ataques asimétricos contra los sistemas
de información podrían ser devastadores y hasta decisivos. Tal como los militares
aumentan el uso de la tecnología digital, deberían mantener capacidades en el empleo de
métodos que utilizaban una menor tecnología y más antigua. Una de ellas sería por medio
de una mayor movilidad dentro del teatro, empleando fuerzas más ligeras.
Las fuerzas armadas permanecerán vulnerables ante las asimetrías normativas y
políticas. Cuanto más las operaciones limiten los daños colaterales y generen las
condiciones para una rápida resolución, disminuirán las probabilidades de que estos
problemas resulten importantes. Una forma de hacerlo es a través de la precisión en toda la
dimensión. Un componente de este concepto es la precisión física, la habilidad de batir
objetivos con más exactitud a largas distancias en forma precisa y deseada. Sin embargo, la
precisión es más que batir el objetivo correcto. Los estrategas y comandantes militares
deben pensar también en términos de precisión sicológica, planeando y estructurando una
operación militar para modificar actitudes, creencias y las percepciones sobre el enemigo y
de otros observadores, ya sean no combatientes locales o audiencias internacionales.
xlix
La tecnología puede apoyar a las fuerzas militares del futuro a alcanzar más precisión
sicológica. Esto sugiere una necesidad creciente de demostrar la inutilidad de oponerse, sin
eliminar un gran número de enemigos y de no combatientes a tal punto que fortalece la
voluntad del enemigo en vez de destruirla o que la oposición pública se moviliza. La
tecnología constituye sólo una parte de la precisión tecnológica. Gran parte del análisis
sicológico, particularmente el que trata con la ansiedad y el miedo, no se integra
adecuadamente en el planeamiento militar. Cuando la meta es generar miedo y ansiedad o
socavar la voluntad del enemigo, la operación debe ser en fases y desarrollada para lograr
el máximo impacto sicológico. Las fuerzas militares exitosas deben asegurarse que el
personal del equipo de planeamiento cuente con una perspicacia sicológica, ya sea
educando a los planeadores o utilizando información tecnológica que les permita el acceso
a sicólogos, sicólogos culturales o miembros de otras culturas.
La tecnología moderna y la globalización han cambiado la geografía estratégica. Los
estados ya no pueden asumir que el conflicto y la guerra ocurrirán sólo lejos de su
territorio. Futuros enemigos tendrán la capacidad de atacar cualquier territorio con misiles,
actos de terrorismo y ataques informáticos. Por ello se necesita desarrollar una estrategia y
estructura de seguridad nacional sólida e integrada. Una importante tarea futura será la de
terminar con las divergencias entre las agencias que están involucradas en la defensa
nacional ya que las mismas crean vulnerabilidades que el enemigo puede emplear para
beneficiarse.
Al fin de cuentas, la asimetría negativa puede ser minimizada pero no eliminada. Cuanto
más adaptable, flexible y estratégicamente ágil se encuentren los militares, estarán mejor
preparados para enfrentar las amenazas asimétricas.
La asimetría positiva continuará proporcionando al segmento militar de los países
poderosos una ventaja sobre la mayoría de sus enemigos.
5.2. ENFRENTANDO A LA ASIMETRÍA
5.2.1 La guerra asimétrica
"Conocer, afirmar la realidad, constituye una necesidad para el fuerte; del mismo modo que
el débil necesita, a impulsos de su debilidad, esa cobardía y esa huída de la realidad que es
el "ideal". Al débil no le está permitido conocer: los decadentes precisan la mentira; ésta es
una de sus condiciones previas para conservarse". Friedrich Nietzsche
Se observan cada vez más países latinoamericanos con las características de estados en
desintegración social. Por desintegración social se entiende la destrucción de las
disposiciones y controles sociales, el debilitamiento simétrico de las creencias y valores
establecidos. Este fenómeno trae aparejado una desmoralización creciente en la población,
tornándose errática y apática. El deterioro de los controles sociales, en especial los
concernientes a la familia, religión, educación y artes, acarrea la aparición de innumerables
l
fenómenos psicosociales. Todo lo que contribuya a la desorganización social, está
demostrado históricamente, alienta a la aparición de alternativas sociales.
Se llega a esta situación por la falla de todos los actores de la sociedad de un país. Nada es
casualidad, estos fenómenos han sido programados a finales de los años setenta por los
grupos de poder internacionales. Han previsto sus consecuencias para su posterior
aplicación en el plan denominado "Programa de los Ochenta", donde la implementación de
determinadas medidas conduciría a una "Desintegración Controlada". Si no fuera porque la
situación se encuentra dirigida, generalmente en su primera fase sería aprovechada en
secreto por organizaciones revolucionarias. Estas organizaciones, que siempre llevaron a
cabo guerras irregulares, se podría decir que seguían un orden en sus acciones. Sus
modalidades de combate en todas sus variantes ideológicas y en variados terrenos ya han
sido estudiadas por los especialistas.
En cuanto a lo político el lema principal se podría resumir en " Liberación o Dependencia". A
mediados de los años noventa, los planificadores del Pentágono comienzan hablar en forma
pública de la "guerra asimétrica". Se cree que es a raíz de los resultados de las
intervenciones militares norteamericanas de esos tiempos donde quedó en evidencia una
abrumadora superioridad militar. El dominio de la tecnología, sumado al poder económico
y financiero de las grandes empresas transnacionales interesadas directas en las guerras,
hicieron llegar a la conclusión de que los pueblos afectados por semejante poder estatal y
privado iban a tener efectos de asimetría insoportables. Ante esa situación comenzaron a
prever formas de defensa porque, entre otras, el arma de los débiles iba a estar presente:
el terrorismo.
La guerra asimétrica se define como un conflicto violento donde existe una gran
desproporción entre las fuerzas tanto militares como políticas de los bandos implicados.
Por lo tanto, obliga a las partes a utilizar una diversidad de medios fuera de la tradición
militar común. No existe un frente predeterminado, hay combinaciones de acciones
políticas y militares con participación de la población civil; implica resistencia, guerra de
guerrillas, sabotajes, golpes de mano, terrorismo, desobediencia civil, entre tantas otras
formas de lucha. Tiene una de las formas de la guerra moderna, cuyas únicas limitaciones
serán las impuestas por el propio interés. Lo dicho por Gandhi deberá ser tenido en cuenta
para quienes deban resistir en este tipo de guerra: "La fuerza no proviene de la capacidad
física sino de la voluntad indomable".
La guerra asimétrica bajo ese concepto es tan vieja como el mundo. Posiblemente se
recuerde a Mao Tse Tung como uno de los ejemplos en como condujo una guerra
asimétrica. En base a la superioridad del enemigo y su velocidad éste desarrolló una
estrategia sin tiempo en una larga Guerra de Resistencia. Convirtió una desventaja en
ventaja.
li
En la actualidad, hay una serie de componentes que quizás no todos comprendan y que la
hacen una nueva guerra. En las escuelas militares de los países más poderosos le dedican
un espacio importante, posiblemente se deba además a que esas naciones también tienen
empresas donde existe un interés directo en este nuevo tipo de guerra. Algunos analistas
europeos afirman que en esta guerra de confusión se ha producido un cambio en lo que
respecta al tiempo y el espacio. A diferencia de guerras anteriores, ahora ya no se sabe bien
cuándo empiezan ni cuándo terminan. En cuanto al espacio, afirman que ya no es una
violencia estatal externa distinta de la acción policíaca interna y a diferencia de otras
épocas, no se logra imponer un orden y la partida de las tropas se encubre con una serie de
mentiras para el propio pueblo de las fuerzas invasoras y de sus aliados. Lo que queda en
evidencia cada vez que se produce una intervención militar colonial es el debilitamiento
fatal del Estado que fue socorrido y el desorden.
Anteriormente, frente al invasor se preparaba una defensa en profundidad, buscando un
"empantanamiento" a medida que avanzaban dado que el objetivo final de la estrategia
terrestre era la posesión del terreno. En las últimas guerras quedó demostrado que ya no
interesa consolidar la ocupación del terreno. De esta manera no deben asumir las
responsabilidades ante las sociedades sometidas. El beneficio parecería ser sumir a los
gobiernos y pueblos en el caos, siendo los invasores una especie de administradores del
caos, mediante normas financieras y expediciones militares similares a las coloniales.
El beneficio es llevado por las grandes empresas y bancos. Las guerras serán en las
ciudades, y ya no solamente contra soldados sino contra guerreros, lo cual es una nueva
denominación del civil combatiente discriminados en función a la clase social de donde
provienen. Posiblemente la diferencia entre el soldado y el guerrero la haya marcado José
Ortega y Gasset cuando dijo: " El militar significa una degeneración del guerrero
corrompido por el industrial". Debemos tener en cuenta que en estas guerras la
participación civil será importante porque además del saqueo de las riquezas y recursos
naturales se busca la eliminación de grandes masas humanas para consolidar la
dominación. En Irak es muy alto el porcentaje de muertos civiles no combatientes. Las
naciones que ofician de invasores tienen en sus ejércitos gente de color, latinos y de
diversas nacionalidades; ya hace tiempo que los ejércitos no son atractivos para las elites.
En 1840 Alexis de Tocqueville decía que "Cuando el espíritu militar abandona a un pueblo,
la carrera militar deja inmediatamente de ser apreciada, y los militares caen al rango más
bajo de los funcionarios públicos". La versión moderna es que son sociedades pos heroicas.
Años atrás, un congresista norteamericano habló de "la privatización de la guerra". De
hecho ya se observa la actuación en Medio Oriente y Afganistán, el reclutamiento de
hombres para ser enviados a esos lugares a través de empresas de seguridad
internacionales. Los combatientes invasores no se llevarán más que muerte, mutilación y
lii
dolor, pero jamás honor. Y se habla de honor porque lo militar guarda relación directa con
éste, o por lo menos en teoría 9.
La consigna neoliberal es que los más débiles deben morir voluntariamente y para aquellos
que resistan les espera la muerte violenta por medio del poder militar. Desde hace décadas
que se viene actuando y ha sido logrado: estados débiles y empresas privadas fuertes. A la
Guerra Preventiva imperial seguramente se le opondrá, en algunas naciones, una Defensa
Preventiva. De hecho ya muchos países comienzan a tomarse en serio esta ofensiva de la
potencia hegemónica y sus principales aliados: Londres y Tel Aviv. Se aprecia que el negocio
imperial es el desorden y la confusión. Por otra parte, es lógico que así sea. Al capital
financiero no le interesa el orden social de las naciones. Las aproximadamente trescientas
empresas transnacionales que manejan el mundo ya hace tiempo que han accedido al
manejo de la política y las relaciones internacionales. Varios empleados de grandes
corporaciones se encuentran ubicados en los sillones del poder político en la capital
imperial. Para las empresas, el terreno es una cuestión de mercado y éste de relación de
poder. Como señala el profesor de historia Gabriel Kolko: " Para el capitalismo, la guerra no
es más que la continuación del mercado por otros medios". El siglo XX demostró que las
guerras siempre fueron una cuestión de los gobiernos, ahora ya es una cuestión comercial
de manera visible.
Es una guerra que por las características mencionadas será sin tener en cuenta ninguna
objeción ética; el resto será como en todas las tradicionales, siendo sus primeras víctimas la
verdad y la justicia. En las democracias liberales siempre se habla de libertad, justicia,
derechos humanos, orden internacional; todos términos que en los hechos no se ven
reflejados para con las naciones menos poderosas. Ya estaba señalado por Tucídides en la
historia de la Guerra del Peloponeso cuando mencionó que: " Nadie que tenga la
oportunidad de adquirir algo por la fuerza ha sido disuadido jamás por el argumento de la
justicia". Todo Estado que se vea involucrado en una Guerra Asimétrica, y si los gobiernos
no son de ideología nacional, tendrán el riesgo de revoluciones. En cuanto al plano
estrictamente militar, los pueblos seguramente aplicarán al enemigo lo dicho por el General
José de San Martín: "No hay respeto humano que deba guardarse cuando se trata de la
seguridad y libertad americana". Es una forma de guerra donde quizás la frase de
Almafuerte sirva como guía: "En la facilidad de las transformaciones está el éxito".
Así, la diferencia más notable, de las guerras actuales y futuras, con las guerras de la
Independencia no va a ser el avance tecnológico logrado en dos siglos, sino,
probablemente, la escasez de hombres patriotas en puestos de conducción. Parecería que
éstos no son tiempos de héroes ni de estadistas, quizás no se comprenda que al poder del
9 www.usacac.army.milcac/spanish/indexmj05
liii
dinero lo vence solamente el poder de las armas y a éste la toma de conciencia de los
pueblos. Como en todas las guerras, para vencer se necesita un pueblo y sus dirigentes con
voluntad estratégica, que generalmente surge como consecuencia de un proyecto ideal de
país con identidad y orgullo nacional.
En los casos en que no se encuentre una dirigencia nacional, quienes resistan y participen
de esta guerra asimétrica tendrán que ocuparse de dos frentes: el externo con las tropas
militares invasoras, y el interno con las autoridades claudicantes ante el poder del dinero y
su red de colaboracionistas en distintos campos estratégicos. Como en toda guerra, hasta el
enemigo más poderoso tiene vulnerabilidades. Con este enemigo seguramente se
aprovechará la vulnerabilidad en el nivel de desarrollo socio-económico. El factor más
importante en un conflicto armado es siempre el hombre, pues es en su espíritu donde se
libra la primera batalla. Ya Napoleón advertía que "Hay solamente dos poderes en el
mundo, la espada y el espíritu. A la larga la espada será siempre vencida por el espíritu".
Tanto las fuerzas armadas como los grupos irregulares de combatientes hacen hincapié en
el contenido espiritual a través de sus doctrinas para que se pueda imprimir en los cuadros
y tropas. También comprende las cualidades potenciales e innatas del pueblo. Al respecto
Sun Tzu decía que "La Doctrina hace nacer la unidad de pensamiento, nos inspira una
misma manera de vivir y de morir y nos hace intrépidos e inconmovibles en las desdichas y
en la muerte". Con la claridad intelectual que lo distingue, el Dr. Henry Kissinger ha definido
hace muchos años el accionar de su país. "La influencia política de las naciones es siempre
correlativa a su poder militar y la impotencia trae en su estela la abdicación de la política".
De manera muy completa e inteligente y a través de operadores nativos, han ido
debilitando todos los campos de la vida de las naciones subdesarrolladas. La conducción
política de las distintas naciones de este subcontinente ha demostrado su incapacidad o
falta de voluntad para producir proyectos alternativos. El anular la Defensa Nacional de un
país es comenzar a transitar el camino del suicidio para los pueblos. La responsabilidad de
los votantes puede ser cubierta bajo los efectos de la propaganda y la acción psicológica de
los medios masivos de comunicación y obviamente la falta de educación y patriotismo. En
fin, la penetración cultural propia de los países con educación colonial. Si se comprende el
Poder claramente se entiende y hasta se justifica la presión externa, lo triste y grave es el
tener elementos locales que oficien de entregadores y propagadores de la dependencia En
la toma de decisiones de carácter mundial no hay ningún país de América Latina aunque
son integrantes o miembros de los grupos de poder internacionales como ser la ONU, FMI,
BM, BID, OEA, firmamos pactos y tratados que en la letra chica nos exigen la sumisión
económica y financiera, también la destrucción de nuestras políticas soberanas 10.
10 www.ucm.es/info/bas/utopia/html/oet2-09.htmbm23
liv
Ernesto "Che" Guevara, que entre otras cosas se caracterizó por enfrentar a los
estadounidenses, había lanzado una especie de consigna que era crear "Uno, dos,
tres...muchos Vietnam". Eso nunca lo pudieron lograr, además no fue ni es tan sencillo
encontrar pueblos resistentes, heroicos y con dirigentes estratégicos de la talla que tuvo
Vietnam. La historia demostró que Afganistán es un pueblo que hace frente a los invasores.
Ninguno salió ileso de sus tierras. En la actualidad se encuentra ocupado y parte de su
dirigencia colabora con las tropas invasoras. Todavía la guerra continúa y ya se verá si les
espera el mismo final histórico o se romperá esa tradición nacional. Parecería que hay
cierta urgencia por parte de la potencia hegemónica dado que va abriendo varios frentes de
guerra. Por un lado se podría decir que está aprovechando la ventaja militar que dispone o
quizás sea más una señal de debilidad que de fortaleza en otros planos.
¿Cómo se organiza una Resistencia eficaz ante el enemigo invasor si se está en plena
desintegración social controlada? Como primera medida, rompiendo lo controlado. Este
tipo de guerra excede la capacidad de lo militar e incluye una variedad de factores que van
desde lo psicológico, comercial, financiero, económico, información, tecnológico, cultural,
derecho internacional y ecológico. El siglo XX se ha caracterizado por la cantidad de guerras
que hubo, muchas de ellas no han estado conducidas a la altura de las circunstancias y
supuestamente estaban todos con títulos y honores para eso. Hay posibilidades de éxito en
la guerra asimétrica para los países que deban soportarla, pero la conducción estratégica
deberá ser formada por hombres con determinadas particularidades 11. Posiblemente el
enemigo la haya pensado con este tipo de conductores actuales. Muchos de los actores no
se encuentran en la superficie, dificultando el análisis de la personalidad de los dirigentes.
El general inglés Lidell Hart aportó una reflexión al respecto: " La verdad profunda de la
guerra es que el resultado de las batallas se decide habitualmente en las mentes de los
comandantes que se enfrentan, no en el cuerpo de sus hombres". La Resistencia deberá
comprender a todos los factores de la Estrategia Nacional.
En América Latina el interrogante que se plantean algunos agudos observadores de la
realidad es si nos espera un desmembramiento como en la ex URSS y Yugoslavia en los años
noventa. Hasta el momento daría la impresión que la Resistencia no será de los Estados
sino quizás por identidad cultural, razas o clases sociales. Hay una religión mayoritaria en la
región, la incógnita es qué posición adoptarán sus dirigentes con respecto a la suerte de sus
fieles, amén de sus intereses. También los analistas advierten que la política exterior
imperial para América Latina fue enunciada en tres documentos estratégicos como el Santa
Fe IV, ALCA y Plan Colombia. Esta operación geoestratégica global para la región no es vista
11 SUN, TZU. El Arte de la Guerra. Pag 95
lv
con preocupación por parte de varios de los gobiernos latinoamericanos que tienen en
muchos de sus gobernantes a gerentes de esta maquinaria guerrera imperial.
Venezuela parecería ser que quisiera ser una excepción. Su presidente ha manifestado
claramente quién es el enemigo de su política y, en consecuencia, comenzó la preparación
de sus fuerzas armadas y su pueblo en un plan que denominó " Soberanía o Muerte".
Inclusive mencionó enfáticamente que se trata de una guerra asimétrica. Es un hombre que
viene del campo militar, obviamente político y con una fuerte inspiración en los grandes
hombres de la historia, en particular con Simón Bolívar. Su país tiene grandes reservas de
petróleo, lo que lo hace susceptible de ser saqueado como Kuwait, Afganistán e Irak entre
otros. Si la preparación para la guerra asimétrica cubre todos los frentes y su pueblo lo
acompaña seguramente podrá presentar batalla. Eso no garantiza éxitos, pero tendría un
costo para el invasor. La preparación para la guerra asimétrica requiere de sumar
conocimientos y voluntades entre civiles y militares, un alto grado de patriotismo, y
concientización política. No obstante a las expresiones de deseos de grupos o partidos
políticos, en América Latina no se observan líderes o políticas que pudieran poner en riesgo
el sistema impuesto, por lo menos en el corto y mediano plazo. Pero en política y cuando
los dirigentes se dirigen a las masas es muy fácil que se escapen palabras o bravuconadas,
pero deben ser analizadas dentro del contexto romano de "pan y circo"; al haber poco pan
para repartir se debe aumentar necesariamente el circo. Lo importante siempre es lo que
no trasciende, el sometimiento y la obediencia hacia el poder en los temas estratégicos. En
la política latinoamericana nada se pierde, todo se recicla; el objetivo de los dirigentes es
permanecer. Como bien decía José Ingenieros: "Se es siervo por necesidad y servil por
elección".
Últimamente se han producido varios hechos en la región y casi todos con implicancia en lo
militar. Seguramente la doctrina de Guerra Preventiva también puede estar presente en
nuestra región. Casi siempre se consideró que las guerras eran generadoras de grandes
transformaciones sociales. Algo positivo quedaba aún en medio de la devastación. Las
excepciones se pueden encontrar en el continente africano, que siempre está en guerras de
baja intensidad, focalizadas, dirigidas por caudillos apadrinados por empresas
multinacionales que contribuyen más a la limpieza étnica que a la defensa de los intereses
de sus países. Las riquezas naturales las siguen llevando los occidentales y ellos administran
la pobreza. Por lo tanto, si no se tiene un proyecto alternativo a este estilo de vida
mercantilista que opera en beneficio de minorías dueñas del dinero judeo-cristiano,
seguiremos viendo pasar la vida de manera miserable y peor aún que ser cobarde es que no
se conformarán con nuestras existencias, sino que deberemos entregar la de nuestros hijos.
lvi
Esta situación hace recordar a la frase del poeta griego Arquías: "Un león cuando ha
probado sangre y la carne humana, ya no quiere comer otra cosa. Nuestro gobierno ha
probado la sangre y carne del pueblo y eso le ha dado el gusto del poder sin limitaciones".
5.2.2 Guerra de guerrillas
Los países con Política de Poder consideran que la paz no existe, sino que es la continuidad
de la guerra por otros medios. Para los logros de los Objetivos Nacionales, que no son otra
cosa que la pretensión de lo que se quiere ser, se establece una Estrategia Nacional que
comprende obviamente los aspectos políticos, militares, económicos, psicológicos, etc.
Como bien dijeron los ingleses: "No existen las naciones amigas permanentes, sino los
intereses permanentes".
Siempre la relación entre los estados ha sido una relación de fuerzas. La guerra que es un
instrumento de la política y generadora de las grandes transformaciones sociales, tiene
motivaciones religiosas, políticas y /o económicas. Muchas veces se encubrió la verdadera
causa, pero siempre se utilizaron algunos de estos tres términos.
La clasificación de la guerra en términos generales se la conoce como: Guerra Clásica, que
se combatía únicamente en el teatro de operaciones. Esta modalidad continuó hasta la
IGM.
Finalizada la Primera Guerra Mundial, y en base a lo aprendido de ella, el General alemán
Ludendorff desarrolla la teoría de la Guerra Total. Esta incluía a las poblaciones como
blanco militar, para romper la moral y la cohesión. Esta modalidad se debió al avance
tecnológico logrado en esa Gran Guerra, especialmente la aviación.
En la Revolución Rusa de 1917 aparece la propaganda como parte importante de la guerra.
En la década del treinta Mao Tse Tung desarrolla la Guerra Revolucionaria, que consistió en
una estrategia sin tiempo, la captación de la psiquis de las masas, la politización del
combatiente, terrorismo, sabotaje y el perfeccionamiento de la guerra de guerrillas como
colateral del ejército regular.
La Segunda Guerra Mundial es comenzada con la metodología de la Guerra Relámpago, que
implicaba imprimir velocidad a la maniobra y potencia de fuego a la Guerra Total. Además
incluyó la propaganda y politización de sectores de combatientes. En cuanto a la Guerra
Nuclear, lo más conocido es la Teoría de la Disuasión Nuclear del General francés Beaufre 12.
Los escritos de Sun Tzu y Von Clausewitz fueron utilizados como base para otros teóricos-
prácticos de la guerra. La evolución de los armamentos y la participación de civiles en las
guerras derivaron en otras metodologías. En la lucha por la independencia, los sionistas
utilizaron el terrorismo como arma contra los ingleses, además de la guerrilla urbana. Con
12 RATTENBACH, AUGUSTO. Introducción a la Estrategia. Pag 54
lvii
los años algunas técnicas utilizadas en Medio Oriente, fruto del conflicto árabe-israelí y la
guerra civil del Líbano, como ser los auto-bombas fueron trasladadas a Occidente.
En la década del ochenta en Colombia durante la guerra que sostenían los carteles de la
droga, primero entre ellos y luego contra el Estado colombiano, se utilizaron los coche
bombas.
Los combatientes suicidas más notables fueron los kamikaze japoneses en su lucha contra
los norteamericanos durante la II GM, aunque siempre atacaron blancos militares. Esta
modalidad del suicida está siendo utilizada por guerrilleros de Medio Oriente, pero sus
objetivos no siempre son blancos de valor militar: apuntan a sembrar pánico y destruir la
cohesión de la población.
Posiblemente la que más innovaciones ha tenido es la guerra de guerrillas. Cada pueblo o
dirigente la ha adaptado para hacerla más eficaz de acuerdo a sus necesidades y
posibilidades para el logro del objetivo político. Se destacan Ho Chi-Minh en su lucha contra
los franceses, norteamericanos y nativos anticomunistas, cuyos principios básicos de su
estrategia política fueron: explotación al odio racial, agitación del fanatismo nacionalista y
religioso, organización política como movimiento de liberación y esfuerzo de guerra de toda
la población. Adaptó a su realidad las técnicas de la guerra de guerrillas, siguiendo la línea
de Mao, que era la de colateral del ejército regular. A finales de la década del cincuenta,
Fidel Castro en Cuba accede al poder mediante la guerra de guerrillas13.
Uno de esos comandantes era el argentino Che Guevara, que a raíz de esa experiencia
comienza a desarrollar la teoría del foquismo, cuyos objetivos estratégicos era la creación
de un foco guerrillero, que una vez consolidado debía convertirse en guerra revolucionaria
total. Se lo recuerda entre otras frases por la de " atacar, morder y huir", como un lema del
accionar guerrillero.
En el Brasil surge un dirigente llamado Carlos Maringhella que rechaza la idea del foco
insurreccional y el partido revolucionario, estimando que la guerrilla rural debe ser
posterior a la guerrilla urbana, considerando que la ciudad era más favorable para el
desencadenamiento de esta forma de lucha. Se caracterizó por su activismo permanente.
Pese a su fracaso, se lo recuerda como el creador del mini manual del guerrillero urbano. En
ese mismo país había otro grupo con tendencia pro-china que opinaba lo contrario a
Maringhella.
Después de la experiencia guerrillera brasileña, siguió la de Tupamaros en Uruguay y luego
la más violenta de todas que fue la experiencia argentina con una diversidad de
organizaciones político-militares.
13 BONNET, GABRIEL. Guerras Insurreccionáis e Revolucionarias. Pag 213
lviii
Otras organizaciones latinoamericanas siguieron la línea trotskista que se puede definir su
pensamiento con una frase " Las luchas de masas son, pues, inseparables de la guerrilla,
debiendo ser dirigidas las dos, por un partido revolucionario trotskista". Su accionar fue
terrorismo urbano y guerra permanente. La guerrilla está considerada como una de las
formas de la guerra moderna, aunque hay antecedentes muy antiguos de su empleo. Si
bien la guerra de guerrillas es librada por pocos, para subsistir depende de muchos, pero
para que tenga éxito debe contar con el apoyo de la población. En el marco de la estrategia
militar, generalmente se la trata en forma separada debido al carácter político, social y
psicológico que reviste.
La guerrilla cuando está inserta en una causa nacional se la denomina resistencia y cuando
obedece a una acción política-ideológica es denominada acción subversiva. La guerrilla
urbana entre otras técnicas emplea el terrorismo. Las Fuerzas Armadas encargadas de su
lucha son denominadas contraguerrilleras. Existen también grupos urbanos antiterroristas
de fuerzas policiales y de seguridad.
El contraterrorismo es una defensa agresiva, una forma de defensa del estado. Hay estados
latinoamericanos que han recurrido a formas de autodefensa de su población. La República
del Perú en su década de lucha contra la organización Sendero Luminoso, recurrió al
entrenamiento y armado de los campesinos. Inclusive fue una forma de que toda la
población participara del esfuerzo de guerra. En la actualidad, el Presidente de Colombia ha
ordenado la creación de grupos de campesinos entrenados y armados para la autodefensa
de sus poblaciones. No siempre un ejército entrenado convencionalmente resulta ser una
herramienta eficaz, especialmente si el objetivo es ganar la lealtad del pueblo. La sola
aplicación militar está condenada al fracaso. Primero se debe derrotarla políticamente.
Luego mediante operaciones militares y en lo posible en forma "quirúrgica". A veces lo que
es eficaz en términos militares, resulta una complicación a mediano o largo plazo en
términos políticos, especialmente si el enfrentamiento es entre compatriotas.
La guerra de guerrillas ha sido utilizada en muchos países en contra de los invasores. Los
resultados cuando se trata de resistencia son altamente favorables. También hubo una
variedad de grupos en América Latina que utilizaron esta forma de guerra, con distintos
matices y casi todos con la misma suerte, cuando se trató de acción subversiva. Pese a que
la mayoría de los ejércitos contemplan en sus doctrinas y entrenamiento las Guerras de
Baja Intensidad, de las cuales forma parte la guerra de guerrillas, son las fuerzas especiales
las que se mantienen actualizadas en esta forma de lucha. Los integrantes de las fuerzas
deben ser seleccionados de otra manera y con otra preparación. El alto entrenamiento y
capacitación debe ser en forma diaria y no solamente con un curso. Se les debe proveer de
armamento especial de limitada potencia de fuego y equipadas a gusto y habilidad del
combatiente. Se requiere una alta movilidad y una red de comunicaciones confiable. Diez
lix
horas de entrenamiento diario con lugar de residencia en la zona de operaciones, con
relevos cada treinta días.
Aprender a tener paciencia como lo enseñan las tácticas de Mao, utilizar la sorpresa,
engaño, movilidad, imaginación, astucia y familiarización del terreno operacional. Combatir
cuando la victoria es segura, sin problemas de tiempo, haciendo de la emboscada su táctica
principal. Su Jefe debe ser un líder y además debe ganarse el apoyo popular. Este tipo de
guerra en varios lugares del mundo ha empleado a muchos civiles, además de militares. A
los militares se les reconoce dos privilegios sobre los demás ciudadanos: vestir el uniforme
de la Patria y ser los primeros en morir en defensa de ella.
5.2.3 La resistencia
Hoy en día se habla de las "luchas de resistencia" que corresponden a un carácter defensivo
en la correlación de fuerzas en el periodo actual, factor que no niega la posibilidad de
construcción de alternativas de transformación social. En la actualidad, el imperialismo
viene arremetiendo de manera violenta contra los pueblos del mundo, en particular contra
las naciones oprimidas. Desde el saqueo de recursos naturales (como el petróleo en el golfo
Pérsico y en el golfo de Guinea en África, el control del agua en Centroamérica, y la
biodiversidad de la Amazonía) pasando por una mayor explotación de la mano de obra por
medio de las reformas laborales impuestas para establecer maquilas; por las agresiones
militares como en Afganistán e Irak, intervenciones en golpes de Estado como en Haití y
Venezuela, e intervenciones de todo tipo (con asesores, contratistas, financiación, etc.
como el Plan Colombia); hasta la imposición de una supuesta racionalidad más avanzada en
contra de otras culturas para el control ideológico de los seres humanos (basta recordar la
frase de Henry Ford: "además de coches, creamos personas"), y la pretensión de
monopolizar el conocimiento acumulado por la humanidad por medio de las patentes,
unido a una mayor criminalización de los pueblos, tachándolos de "terroristas" para
justificar sus genocidios.
En oposición a esta arremetida, encontramos una diversidad de manifestaciones de
resistencia del pueblo contra el imperialismo: desde resistencias armadas como en Filipinas,
Irak, Nepal, México, entre otras, hasta las resistencias de movimientos sociales contra la
globalización, contra los tratados de libre comercio, o más recientemente el "Foro Social
Mundial", los movimientos ecológicos, los movimientos de desempleados, las resistencias
indígenas en Bolivia, Ecuador y Colombia, etc. Encontramos hasta campañas de resistencia
contra el consumo de mercancías imperialistas, como la que se desarrolla actualmente
contra Coca-Cola, en la que además se expresa su rechazo por la financiación de grupos
paramilitares.
En Argentina, en el año 2001, después de que De la Rua decretó el Estado de Sitio, los
porteños se lanzaron a las calles, conformando asambleas barriales. A pesar de que
lx
inicialmente fue un fenómeno puramente bonaerense, el movimiento se fue extendiendo a
otros lugares del país, lo que muestra que ante la alianza desembozada de los gobiernos de
las naciones oprimidas con el imperialismo, los pueblos se han movilizado hasta llegar al
punto de tumbar presidentes: en los últimos años, han caído gobiernos en Argentina,
Ecuador, Bolivia y Perú. Esta diversidad de manifestaciones a su vez ha dado lugar a
múltiples interpretaciones teóricas. Unas desde el marxismo, y otras para tratar de
desvirtuarlo. De ahí que el debate sobre los actuales procesos de resistencia cobre gran
importancia política e ideológica. Lo cierto es que en los hechos encontramos una
diversidad de formas de lucha y de organización del pueblo en los procesos de resistencia,
pues encontramos desde resistencias de género, de minorías étnicas, de consumidores,
hasta las formas clasistas de organización; desde luchas armadas, diplomáticas, de masas,
hasta actos individuales y espontáneos. En toda esta situación de diversidad de la
resistencia del pueblo, y ante la condición actual, es fundamental que el pensamiento
político de quienes están al frente de los procesos de transformación social sea flexible y
comprenda dicha realidad para poder darle mayor perspectiva a los actuales procesos de
resistencia.
A pesar de que tanto en las décadas pasadas como hoy, la contradicción principal en el
ámbito internacional es entre el imperialismo y las naciones oprimidas, la diferencia es que
existía el campo socialista, y además hoy en día es el imperialismo quien está a la ofensiva y
el pueblo a la defensiva, resistiendo. Esto es evidente en casos como las invasiones directas
a naciones oprimidas, o el mayor saqueo de los recursos. Si bien en las décadas anteriores
el pueblo conquistaba reivindicaciones económicas y políticas, y se tenía como máxima
reivindicación su ascenso al poder, en la época actual se lucha principalmente por no
perder derechos ya adquiridos. (Aunque hay que tener en cuenta que no por ello los
pueblos han renunciado al poder, pues algunas luchas siguen esta perspectiva). Dicha
contradicción principal no niega las contradicciones interimperialistas, como los casos de la
región del Caucaso entre EE. UU. y Rusia, en África entre EE. UU. y Francia, entre otros. De
hecho, esta situación no es eterna, sino temporal, y su superación depende de que se
presente una mayor crisis económica del sistema imperialista o de hechos revolucionarios
como el surgimiento de un gobierno con un programa revolucionario y transformador que
promueva un nuevo auge. Por ejemplo, la existencia del gobierno bolivariano de Venezuela,
liderado por Chávez, ha generado cierto auge en América Latina.
En el caso particular de los pueblos de América, el concepto de resistencia está muy ligado
a su historia, pues ésta existe desde la resistencia de los pueblos aborígenes contra la
barbarie de la conquista, hasta el rechazo de las actuales medidas institucionales que
buscan arrasar violentamente con los pueblos física y culturalmente, así como su riqueza,
como lo son los tratados militares y los de "libre comercio".
lxi
Para entender a qué se está refiriendo cuando se habla de un periodo de resistencia, es
necesario diferenciar entre qué es guerra de resistencia y cuándo se caracterizan las luchas
del pueblo como resistencia. La guerra de resistencia corresponde al momento de una
invasión directa de un país imperialista a una nación.
En general, la resistencia al imperialismo no es una actividad esporádica, sino que es algo
inherente al pueblo. Pero caracterizar las luchas del pueblo como "de resistencia",
corresponde a un carácter defensivo en la correlación de fuerzas de la lucha de clases en un
periodo determinado, pues de lo contrario se hablaría de auge de la revolución o de
predominancia de las guerras de liberación nacional. Sin embargo, decir que la resistencia
corresponde a un carácter defensivo no niega la posibilidad de construcción de alternativas
de transformación social, sino al contrario: esto es una necesidad.
Hay valiosos aportes de las actuales manifestaciones de resistencia. Entre ellas, se puede
resaltar la diversidad organizativa: encontramos organizaciones de género, étnicas, de
usuarios, organizaciones clasistas, etc., y variadas formas de lucha que ya se mencionaron.
También han aportado a la construcción de experiencias económicas, políticas y culturales,
como comedores populares para la solución del hambre, cooperativas de autogestión,
redes de trueque comercial, formas de poder popular como pautas de control territorial,
etc., lo que muestra la posibilidad y necesidad de construir nuevas formas de relaciones,
antes del momento de ascenso al poder central. Aunque si no se le da una perspectiva
política a estas ricas experiencias, pueden ser absorbidas por el imperialismo, ya que sin tal
perspectiva estas tienen un límite en el tiempo y en su desarrollo.
5.2.4 Antecedentes Antes de que, en China, se iniciara la Guerra de Resistencia, existían muchas opiniones
inspiradas en la teoría de la subyugación nacional. Se decía, por ejemplo: "China está peor
armada que el enemigo, y condenada a la derrota en una guerra." "Si China resiste, se
convertirá inevitablemente en otra Abisinia (hoy Etiopia)." Desde que empezó la guerra, ya
no se expresan abiertamente opiniones de este orden; pero siguen manifestándose
solapadamente, y en abundancia. Por ejemplo, de tiempo en tiempo surge una atmósfera
de compromiso, y sus partidarios argumentan: "La continuación de la guerra significa la
subyugación inevitable."
La cuestión es entonces: ¿Por qué China no fue subyugada? ¿Pudo China vencer
rápidamente?
El 16 de julio de 1936, en una entrevista con el Sr. Edgar Snow, periodista norteamericano,
Mao Tse Tung hizo una apreciación general de la situación de la guerra entre China y el
Japón y formuló una serie de orientaciones para conseguir la victoria. No está de más traer
acá algunos apartes:
lxii
Snow: ¿En qué condiciones puede China vencer y destruir las fuerzas del imperialismo
japonés?
Mao: Se necesitan tres condiciones: primera, la creación de un frente único antijaponés en
China; segunda, la formación de un frente único antijaponés internacional; tercera, el
ascenso del movimiento revolucionario del pueblo japonés y de los pueblos de las colonias
japonesas. Para el pueblo chino, la más importante de las tres condiciones es su gran
unidad.
Snow: Según piensa usted, ¿cuánto tiempo durará esta guerra?
Mao: Eso dependerá de la fuerza del frente único antijaponés de China, y de cómo se
desarrollen muchos otros factores decisivos para China y para el Japón. Es decir, aparte de
la propia fuerza de China, que es lo principal, desempeñarán también un papel importante
la ayuda internacional y el apoyo que le preste la revolución en el propio Japón. Si el frente
único antijaponés de China se desarrolla con vigor y se organiza eficiente en amplitud y
profundidad; si los gobiernos y pueblos convencidos de que el imperialismo japonés
amenaza sus propios intereses proporcionan a China la ayuda necesaria, y si la revolución
estalla rápidamente en el Japón, entonces la guerra terminará pronto y China obtendrá
rápidamente la victoria. Si estas condiciones no se hacen realidad con prontitud, la guerra
se prolongará. Pero el resultado será el mismo: el Japón será derrotado y China vencerá,
sólo que los sacrificios serán grandes, y habrá que pasar por un período muy doloroso.
Snow: ¿Cuál es su opinión acerca del probable desarrollo de esta guerra en el plano político
y militar?
Mao: La política continental del Japón está ya fijada. Quienes se imaginan que un
compromiso con el Japón y nuevos sacrificios del territorio y de la soberanía de China
pueden detener la ofensiva japonesa, sólo viven de ilusiones. Sabemos a ciencia cierta que
también el valle inferior del Yangtsé y nuestros puertos del Sur están ya incluidos en la
política continental del imperialismo japonés. Más aún, el Japón aspira a apoderarse de las
Filipinas, Siam, Vietnam, la península de Malaca y las Indias Orientales holandesas, con el
objeto de aislar a China de otros países y establecer su dominación exclusiva en el Pacífico
del Sudoeste. Esta es la política marítima del Japón. En tales circunstancias, está fuera de
toda duda que China se encontrará en una situación sumamente difícil. Pero la gran
mayoría de los chinos creen que las dificultades pueden superarse. Sólo la gente adinerada
de los grandes centros comerciales es derrotista, porque teme perder sus bienes.
Snow: ¿Cuál es, en su opinión, la línea estratégica fundamental que ha de seguirse en esta
guerra liberadora?
Mao: Nuestra línea estratégica debe ser la de emplear nuestras fuerzas principales en
operaciones sobre frentes muy dilatados y variables. Para alcanzar la victoria, las tropas
chinas deben sostener una guerra de movimientos de gran movilidad en vastos teatros de
lxiii
operaciones, actuar con rapidez tanto en los avances como en las retiradas, tanto en la
concentración como en la dispersión. Es decir, una guerra de movimientos en gran escala, y
no una guerra de posiciones, que depende exclusivamente de las obras de fortificación con
profundos fosos, altas fortalezas y sucesivas líneas defensivas. Esto no significa el abandono
de todos los puntos estratégicos vitales, que deben ser defendidos mediante una guerra de
posiciones siempre que sea provechoso. Pero la estrategia capaz de transformar toda la
situación ha de ser la guerra de movimientos. La guerra de posiciones también es necesaria
pero sólo puede desempeñar un papel secundario, auxiliar. Desde el punto de vista
geográfico, el teatro de la guerra es tan vasto que nos permite efectuar una guerra de
movimientos con la máxima eficacia. Frente a las vigorosas acciones de nuestro ejército, las
tropas japonesas tendrán que actuar con prudencia. Debemos evitar toda gran batalla
decisiva en el periodo inicial de la guerra, y recurrir primero a la guerra de movimientos
para minar la moral y la capacidad combativa de las tropas enemigas.
Además de emplear para la guerra de movimientos tropas adiestradas, debemos organizar
gran cantidad de unidades guerrilleras entre los campesinos de todo el país que pueden
movilizarse para sostener la Guerra de Resistencia. Las fuerzas latentes del campesinado
chino son enormes, y basta organizarlas y dirigirlas apropiadamente para no dar sosiego a
las tropas japonesas durante las veinticuatro horas del día, abrumándolas basta el
agotamiento completo. No hay que olvidar que la guerra se desarrolla en China. Esto
significa que las tropas japonesas estarán completamente rodeadas por una población
hostil, que se verán obligadas a traer los pertrechos necesarios, y vigilarlos ellas mismas,
que tendrán que emplear importantes fuerzas para proteger las líneas de comunicación,
manteniéndose constantemente en guardia contra los ataques por sorpresa, y además,
guarnecer con gran parte de sus fuerzas a Manchuria y al propio Japón 14.
En el curso de la guerra, China podrá hacer prisioneros a muchos soldados japoneses y
capturar gran cantidad de armas y municiones para pertrecharse a sí misma; al mismo
tiempo, procurará obtener ayuda extranjera para reforzar gradualmente el armamento de
sus tropas. Por eso, en las postrimerías de la guerra, podrá emprender una guerra de
posiciones, atacando las posiciones enemigas en las zonas ocupadas. De este modo, la
economía del Japón se derrumbará a consecuencia del prolongado desgaste causado por la
Guerra de Resistencia de China, y sus tropas se desmoralizarán en el curso de innumerables
batallas extenuativas. En cuanto a China, sus fuerzas latentes de resistencia brotarán con
pujanza creciente y, en un inmenso torrente ininterrumpido, las masas populares
revolucionarias marcharán al frente para combatir por la libertad. Todos estos factores,
coordinados con otros, nos permitirán lanzar los ataques finales y decisivos contra las
14 CHIAN, KAI-SHEK. La Rusia Soviética en China. Pag 135
lxiv
fortificaciones y bases del Japón en el territorio por él ocupado, y arrojar de China a sus
tropas invasoras.
La tarea central consiste en movilizar a todas las fuerzas para obtener la victoria de la
Guerra de Resistencia. La clave para la victoria reside en desarrollar la Guerra de
Resistencia ya iniciada, convirtiéndola en una guerra de resistencia general de toda la
nación. Sólo mediante una guerra así, se podrá lograr la victoria final.
La guerra chino-japonesa no es una guerra cualquiera, sino una guerra a muerte que se
lleva a cabo en los años 30 del siglo XX, entre la China semicolonial y semifeudal y el Japón
imperialista. Esta es la base de todo el problema. Ambos contendientes, que
consideraremos por separado, presentan numerosas características opuestas entre sí. El
Japón posee un gran poderío militar y económico y una gran capacidad político-
organizativa, pero que su guerra es retrógrada y bárbara, sus recursos humanos y
materiales, insuficientes, y su posición internacional, desventajosa. China, por el contrario
dispone de un menor poderío militar y económico y de una capacidad político-organizativa
inferior, pero se encuentra en una época de progreso y sostiene una guerra progresista y
justa; además, es un país grande lo cual le permite mantener una guerra prolongada, y la
mayoría de los países del mundo le brindarán su apoyo. Tales son las características básicas,
contradictorias entre sí, de la guerra chino-japonesa. Estas características han determinado
y determinan todas las medidas políticas, la estrategia y táctica militares de ambos bandos:
han determinado el carácter prolongado de la guerra y el que la victoria final pertenezca a
China y no al Japón.
5.2.5 Guerra de resistencia Si argumentamos que el enemigo es una fuerte potencia imperialista en tanto que
nosotros somos un débil país semicolonial y semifeudal, corremos el peligro de caer en la
teoría de la subyugación nacional, pues el simple hecho de que el débil se oponga al fuerte
no puede producir como resultado, ni en la teoría ni en la práctica una lucha prolongada.
Tampoco puede producirla el solo hecho de que uno sea grande y el otro pequeño, o uno
progresista y el otro retrógrado, o el que uno cuente con amplio apoyo y el otro no. La
anexión de un país pequeño por otro grande, o de uno grande por otro pequeño, son cosas
que suceden corrientemente. Es frecuente que un país o fenómeno progresista, pero débil
sea destruido por otro país o fenómeno retrógrado, pero fuerte. La amplitud del apoyo es
un factor importante, y no obstante, secundario y su efecto depende de los factores básicos
de ambos contendientes. Por eso, que la Guerra de Resistencia contra el Japón fuese una
guerra prolongada, es una conclusión derivada de la interrelación entre todos los factores
de los contendientes. Un enemigo es fuerte y el otro débil; en esto reside el peligro de ser
subyugados. Pero al mismo tiempo, uno enemigo tiene sus puntos débiles, y el otro, sus
ventajas. Con esfuerzos, la ventaja del enemigo puede ser reducida, y sus defectos,
lxv
agravados. Por otra parte, con esfuerzos, se pueden acrecentar ventajas y superar puntos
débiles.
5.2.6 Etapas y estrategia de la guerra de resistencia
La primera es el período de ofensiva estratégica del enemigo y defensiva estratégica
nuestra. La segunda será el período de consolidación estratégica del enemigo y preparación
nuestra para la contraofensiva. La tercera, el de contraofensiva estratégica nuestra y
retirada estratégica del enemigo. Es imposible predecir lo que ocurrirá concretamente en
las tres etapas, pero, se pueden señalar ciertas tendencias fundamentales del desarrollo de
la guerra. El desarrollo de la realidad objetiva será extraordinariamente rico, variado y
sinuoso, no obstante, para la dirección estratégica de la guerra, es necesario trazar un
esquema de su desarrollo. Aunque el esquema no puede coincidir exactamente con los
futuros acontecimientos y ha de ser corregido por ellos, sigue siendo necesario trazarlo,
con el objeto de dar a la guerra prolongada una dirección estratégica firme y bien definida.
La segunda etapa puede ser denominada de equilibrio estratégico. Al final de la primera
etapa, debido a su escasez de tropas y a nuestra firme resistencia, el enemigo se verá
obligado a fijar, dentro de ciertos límites, el punto final de su ofensiva estratégica. Llegado
a este punto, detendrá su ofensiva y entrará en la etapa de consolidación del territorio
ocupado. En esta segunda etapa, el enemigo tratará de consolidar ese territorio, de
apropiárselo recurriendo al engañoso método de establecer gobiernos títeres, y de saquear
hasta el máximo al pueblo; pero entonces tendrá que enfrentar una tenaz guerra de
guerrillas. Aprovechando que la retaguardia del enemigo está débilmente guarnecida, la
guerra de guerrillas habrá experimentado un amplio desarrollo en la primera etapa y se
habrá creado muchas bases de apoyo, lo que constituirá una seria amenaza para el intento
del enemigo de consolidar el territorio ocupado; así, durante la segunda etapa, seguirán
entablándose operaciones militares en vastas zonas. En dicha etapa, la forma de lucha será
principalmente la guerra de guerrillas; complementada por la de movimientos, será difícil
pasar pronto a la contraofensiva estratégica, pues de un lado, el enemigo adoptará una
posición estratégicamente defensiva en las grandes ciudades y a lo largo de las principales
vías de comunicación ocupadas por él, y del otro, las condiciones técnicas distarán aún de
ser adecuadas. A excepción de las tropas dedicadas a defender los frentes, gran cantidad de
nuestras fuerzas se trasladarán a la retaguardia enemiga para actuar en formaciones
relativamente dispersas, y apoyándose en las zonas que el enemigo no haya ocupado y en
coordinación con las fuerzas armadas de la población local, desencadenarán una vasta y
violenta guerra de guerrillas contra las zonas ocupadas y, en la medida de sus posibilidades,
obligarán al enemigo a desplazarse a fin de destruirlo en operaciones móviles. En esta
etapa, la guerra será cruel y muchas regiones del país sufrirán una grave devastación. Pero
la guerra de guerrillas tendrá éxito y, de ser bien conducida, hará que el enemigo sólo
lxvi
pueda conservar aproximadamente una tercera parte del territorio ocupado, mientras que
alrededor de dos terceras partes se encontrarán en nuestras manos. Esto constituirá una
gran derrota para el enemigo y una gran victoria del invadido. Para entonces, todo el
territorio ocupado por el enemigo estará dividido en tres categorías: bases enemigas, bases
de apoyo de la guerra de guerrillas y zonas guerrilleras disputadas por ambas partes. La
duración de esta etapa dependerá del grado en que cambie la correlación de fuerzas entre
el enemigo y nosotros y de los cambios en la situación internacional. Hablando en general,
debemos estar preparados para atravesar una etapa relativamente larga y recorrer un
camino penoso. Será un período muy doloroso, el país enfrentará dos graves problemas: las
dificultades económicas y las actividades de zapa de los colaboracionistas. El enemigo
desplegará febrilmente sus actividades para socavar el frente único, y todas las
organizaciones de los colaboracionistas en las zonas ocupadas se fusionarán para formar un
"gobierno unificado”. Dentro de nuestras filas, debido a la pérdida de grandes ciudades y a
las dificultades causadas por la guerra; los elementos vacilantes abogarán a voz en cuello
por el compromiso, y el estado de ánimo pesimista alcanzará serias proporciones. Nuestras
tareas entonces consistirán en movilizar a las masas populares de todo el país para que se
unan como un solo hombre y perseveren con inquebrantable firmeza en la guerra; ampliar
y consolidar el frente único; barrer todo pesimismo y toda idea de compromiso; promover
el espíritu de tenacidad en la lucha, y poner en práctica una nueva política de tiempos de
guerra, a fin de salir airosos de esta difícil prueba. En esta segunda etapa, tendremos que
llamar a todo el país a mantener con decisión un gobierno unificado y oponerse a la
división; tendremos que mejorar sistemáticamente nuestra técnica de combate,
transformar el ejército, movilizar a todo el pueblo y prepararnos para la contraofensiva. En
esta etapa, la situación internacional se tornará aún más desfavorable para el invasor, y
aunque puedan surgir cantinelas del "realismo" tipo Chamberlain que se acomoda a los
"hechos consumados", las principales fuerzas internacionales brindarán mayor ayuda al
agredido. En lo que atañe al agresor, decenas de sus divisiones permanecerán
irremediablemente empantanadas, la vasta guerra de guerrillas y el amplio movimiento
popular fatigarán a esta enorme fuerza enemiga, desgastándola en gran medida, por una
parte, y por la otra, quebrantando su moral al avivar su nostalgia y acrecentar su
sentimiento de apatía e incluso hostilidad hacia la guerra. Esta segunda etapa será la de
transición de la guerra en su conjunto y también el periodo más duro, pero marcará su
punto de viraje. El que el invadido se convierta en país independiente o sea reducida a
colonia, no lo determina la conservación o la pérdida de las grandes ciudades en la primera
etapa, sino la magnitud del esfuerzo de toda la nación en la segunda. Si perseveramos en la
Resistencia, en el frente único y en la guerra prolongada, adquiriremos en esta etapa la
fuerza suficiente para evolucionar de la parte débil en la fuerte. Este será el segundo de los
lxvii
tres actos en el drama de la Guerra de Resistencia. Con los esfuerzos de todos los actores,
será posible representar un brillantísimo acto final.
La tercera etapa será la de contraofensiva para recuperar el territorio perdido. Su
recuperación dependerá principalmente de la fuerza que se haya preparado en la etapa
precedente y que continúe creciendo en la tercera. Pero la sola fuerza no será suficiente, y
tendremos que contar con la ayuda de las fuerzas internacionales y con aquella
representada por los cambios que se operen dentro del territorio enemigo; de otro modo
no se puede triunfar. Esto aumenta las tareas en la propaganda para el extranjero y en las
actividades diplomáticas. En esta etapa, ya no se está a la defensiva estratégica, sino que se
pasa a la contraofensiva estratégica, la cual asumirá la forma de ofensiva estratégica; en vez
de seguir operando en líneas estratégicamente interiores, poco a poco se empieza a operar
en líneas estratégicamente exteriores. La tercera etapa será la última de la guerra
prolongada, en ella la principal forma de lucha será, de nuevo, la guerra de movimientos,
pero la guerra de posiciones ocupará un lugar destacado. En esta etapa, la guerra de
guerrillas volverá a desempeñar un papel auxiliar, de apoyo estratégico a la guerra de
movimientos y a la de posiciones, en lugar de ser la forma principal como en la segunda
etapa. En tales circunstancias es evidente que la guerra será prolongada y, por lo tanto,
encarnizada. El enemigo no podrá engullirse por completo al territorio ocupado, pero sí
ocupar muchas de sus regiones por un tiempo considerable. El invadido no podrá expulsar
con rapidez a los invasores, pero conservará en sus manos la mayor parte de su territorio.
Al final, el enemigo será derrotado; pero será preciso recorrer un penoso camino.
De esta guerra larga y encarnizada, el pueblo saldrá bien templado, quienes participan en
la guerra también serán sometidos a temple y prueba. El frente único debe ser mantenido
firmemente; sólo manteniéndolo se podrá perseverar en la guerra, y sólo perseverando en
el frente único y en la guerra se podrá obtener la victoria final. Únicamente así será posible
superar todas las dificultades. Después de recorrer en la guerra el sendero escabroso, se
llega al camino real de la victoria. Esta es la lógica natural de la guerra.
La llamada teoría de que "las armas lo deciden todo", teoría mecanicista y punto de vista
subjetivo y unilateral sobre el problema de la guerra, no solo es simplista sino que también
es incorrecto. El punto de vista más correcto y opuesto a esta teoría; no sólo tiene en
cuenta las armas, sino también los hombres. Las armas son un factor importante en la
guerra, pero no el decisivo. El factor decisivo es el hombre, y no las cosas. La correlación de
fuerzas es determinada no sólo por la potencia militar y económica, sino también por los
recursos humanos y el apoyo popular. La potencia militar y económica es manejada por el
hombre Si la gran mayoría de nuestra población y de la de otros países se colocan del lado
de nuestra Guerra de Resistencia, ¿podrá considerarse como superioridad la potencia
militar y económica que una potencia detenta por la fuerza? En cuanto a nuestro enemigo,
lxviii
que será debilitado por la larga guerra y las contradicciones internas y externas, su potencia
militar y económica sufrirá inevitablemente un cambio en sentido inverso. El invasor que
sostiene una guerra retrógrada y bárbara, quedará cada vez más aislado en el plano
internacional.
Ya está fuera de duda que la guerra de resistencia será prolongada; pero nadie puede
predecir con exactitud cuántos años y meses durará, pues ello depende por completo de la
medida en que cambie la correlación de fuerzas entre el enemigo y nosotros. Todos
aquellos que quieren abreviar la duración de la guerra, no tienen otro recurso que
esforzarse por aumentar su propia fuerza y reducir la del enemigo. Hablando
concretamente, el único camino es el de esforzarnos en ganar más batallas y desgastar a las
tropas enemigas; en desarrollar la guerra de guerrillas para reducir al mínimo el territorio
ocupado por el enemigo; en consolidar y ampliar el frente único para unir las fuerzas de
toda la nación; en formar un nuevo ejército y desarrollar una nueva industria de guerra; en
promover el progreso político, económico y cultural; en movilizar a los obreros,
campesinos, hombres de negocios, intelectuales y otros sectores del pueblo; en desintegrar
a las tropas enemigas y ganarnos a sus soldados; en realizar propaganda para el exterior a
fin de conseguir la ayuda internacional, y en ganarnos el apoyo del pueblo de las naciones
oprimidas. Sólo haciendo todo esto podremos abreviar la duración de la guerra. No hay
ningún atajo posible.
Así, la Guerra de Resistencia se realiza, en su conjunto, en líneas interiores. Pero, en cuanto
a la relación entre las tropas regulares y las guerrillas, las primeras operan en líneas
interiores y las últimas, en exteriores, ofreciendo un cuadro extraordinario de tenazas en
torno al enemigo. Lo mismo puede decirse respecto a la relación entre las distintas zonas
guerrilleras. Desde su propio punto de vista, cada zona guerrillera se encuentra en líneas
interiores, y las demás, en exteriores, formando así una multitud de líneas de fuego entre
las cuales se halla atenazado el enemigo. En la primera etapa de la guerra, el ejército
regular, que opera estratégicamente en líneas interiores, se repliega, mientras las
guerrillas, que operan estratégicamente en líneas exteriores, avanzan por amplias zonas a
pasos agigantados sobre la retaguardia enemiga, continuando este avance, con mayor
ímpetu aún, en la segunda etapa. De esta forma, se produce una combinación
extremadamente original de repliegue y avance.
5.3. INSURGENCIA Y GLOBALIZACIÓN
Hoy en día, luego de varias décadas, se está combatiendo nuevamente una
insurgencia sólida. En este tiempo, ha ocurrido una transformación mundial en
cuanto a la tecnología, información, movilidad, cultura y guerra. Estas
transformaciones, conjuntamente definidas como la “globalización”, han afectado
lxix
prácticamente cada aspecto de la conducta humana, hasta la guerra contrainsurgente.
Por ende, la imagen del contrainsurgente moderno es la de un soldado que patrulla
las calles de Bagdad, llevando puesto un uniforme de combate avanzado, protegido
por una armadura de cerámica, que se comunica vía satélites, armado con una
moderna carabina y con un puñado de dólares para realizar proyectos de
reconstrucción.
5.3.1 Concepto de la insurgencia
Podemos definir la insurgencia como “un movimiento organizado cuya meta es
la de derrocar un gobierno a través del uso de actos de subversión y conflicto
armado” En el centro de los movimientos de insurgencia tradicionalmente se
encuentra el deseo de traer aparejadas un cambio sociológico y/o político, mientras
las insurgencias entablan la guerra de guerrillas para lograr sus objetivos.8 Es
importante distinguir entre las insurgencias y movimientos de insurgencia debido al
hecho de que las operaciones de contrainsurgencia son más extensas que las
operaciones contraguerrilleras ya que estas últimas tratan sólo con las acciones de
enfrentar a la fuerza militar de la insurgencia. En este artículo, la “contrainsurgencia”
se refiere a las operaciones de espectro total diseñadas para atacar a la insurgencia
política, económica y militarmente.
Las insurgencias exitosas comparten algunos rasgos primordiales,tales como una
población vulnerable, liderazgo fuerte por parte del líder insurgente y falta de control
por parte del gobierno. El requisito más básico es el de tener un nivel de apoyo
popular o, por lo menos, un nivel de consentimiento por parte de la población. Tal
como Mao Tse Tung destacó, “Puesto que la guerra de guerrillas proviene de las
masas y está apoyada por las mismas, no puede existir ni florecer si se separa de su
fuente de apoyo y cooperación”. Una población vulnerable, líderes carismáticos y el
fracaso por parte del gobierno de controlar la libertad de movimiento permiten a las
insurgencias obtener el apoyo de manera más eficiente.
A medida que se concreta la insurgencia, es probable que se pase de entablar la
guerra de guerrillas a la convencional mientras se pretende destruir (más que hostigar
o dañar) el poder del Estado y establecer cada vez más extensas bases operativas en
su territorio. Cuando esto ocurre, se aumenta el nivel de violencia y la insurgencia
debe justificar el mismo para lograr los objetivos que el Pueblo al fin y al cabo
lxx
apoyará, por ejemplo proporcionar más seguridad, prosperidad, tener un poder
nacional más justo entre otros.
La insurgencia continúa a obtener, mantener e incrementar el nivel de apoyo
popular por medio de una comunicación eficaz, no sólo a través de los medios de
comunicación, sino al tratar a civiles respetuosamente. Numerosas obras elaboradas
por los insurgentes tratan plenamente de este segundo tema, el cual no ha sido
modificado a pesar de la globalización. Sin embargo, la comunicación oral y escrita
difundida a través de los diversos medios tiene todo que ver con la globalización. Las
insurgencias se comunican internamente de líder a líder, de líder a combatiente y de
combatiente a combatiente, y externamente con civiles y la comunidad internacional.
Al principio, las insurgencias tienen que depender del hermetismo para evitar la
aniquilación de su indefensa organización naciente; sin embargo, la necesidad de
comunicar permanece siendo una alta prioridad. La proliferación de la tecnología en
gran parte ha solucionado este problema.
5.3.2 Tecnología y la insurgencia 15
La globalización abarca una serie de cambios que afectan la realización de
operaciones insurgentes, pero el cambio más profundo consta de la tecnología. El
teléfono celular se encuentra a la vanguardia del avance tecnológico. El uso de
teléfonos celulares ha escalado alrededor del mundo a una velocidad vertiginosa. Los
beneficios para los insurgentes son obvios ya que ofrecen una red global casi
gratuita, en gran parte anónima, extraordinariamente eficaz y fácil de usar.
Los teléfonos móviles no obstante también presentan problemas a los insurgentes,
con la llegada de los teléfonos celulares, la capacidad de los líderes de la insurgencia
de controlar la difusión de información esencial (entre otras la ideología y estrategia)
ha llegado a ser más difícil. El empleo de teléfonos móviles además ha expuesto al
insurgente a la tecnología superior del contrainsurgente. Tanto el Ejército
Republicano Irlandés como Al Qaeda en gran parte abandonaron el empleo de redes
de telecomunicaciones móviles debido a que sintieron un nivel de vulnerabilidad ante
los esfuerzos de vigilancia de los contrainsurgentes.
Esta tecnología tiene una grave desventaja, ya que se puede fácilmente monitorear
sus conversaciones no protegidas mediante el empleo de un simple escáner de
15 www.usacac.army.milcac/spanish/indexJA09
lxxi
frecuencias, o por medio de físicamente acceder a las líneas telefónicas tanto
protegidas como no protegidas entre edificios en los campamentos y bases operativas
avanzadas.
Los insurgentes fueron beneficiados por la tecnología en la solución de sus
problemas de seguridad mediante el uso de la combinación de dos otras que han
alterado el paradigma de la tecnología en general; la Internet y programas fáciles de
usar de “fuerte encriptación”. La Internet, en particular, ha profundamente mejorado
las comunicaciones, operaciones y organización de los insurgentes.
El impacto más notable y tal vez más profundo de la Internet ha sido en el ámbito
de la comunicación. Existe una serie de opciones de comunicación de las cuales los
insurgentes pueden seleccionar, incluso el correo electrónico, mensajes instantáneos,
sitios cibernéticos, foros de discusión, transmitir la voz a través de la Internet en vez
de líneas telefónicas y tecnologías relacionadas, para luego emplearlas cuando sean
necesarios. Aunque las comunicaciones a través de la Internet presentan los mismos
problemas de seguridad operativa como las que surgen en las redes de teléfonos
móviles y satelitales, la variedad y multiplicidad de los medios consisten en un
ciberespacio cada vez más amplio que el contrainsurgente debe vigilar.
La proliferación del software de fuerte encriptación, fácil de comprar en la Internet
desde el estreno del software Pretty Good Privacy (PGP) 1.0 en el año 1991, reprime
más los esfuerzos de la contrainsurgencia. Este software revolucionó las
comunicaciones protegidas al usar algoritmos complejos de encriptación de manera
simplificada y accesible a los usuarios comunes. Esto resultó en poner a disposición
comunicaciones electrónicas casi imposibles de descifrar. Esta tecnología continúa a
desarrollarse con programas y versiones más refinadas (p. ej., existen por lo menos
ocho versiones más recientes del PGP).
La Internet también permite a la insurgencia atraer a una gama de individuos tanto
dentro como fuera del país. La globalización, mediante la Internet y la difusión de
información asociada a la globalización, ha acrecentado la capacidad por parte de la
insurgencia de propagar su mensaje a personas que nunca antes habrían tenido
acceso al mismo. Las organizaciones insurgentes (y terroristas) se han aprovechado
de la Internet y el empleo de teléfonos móviles para difundir la propaganda, reclutar
lxxii
a combatientes y solicitar armas y dinero. La geografía y capacidad de físicamente
imprimir y difundir literatura ya no limita a las insurgencias.
La Internet, además del alcance extenso en el área de las comunicaciones, provee
al insurgente un plano de operaciones diferente que transciende del tradicional
campo de batalla. Los hackers o piratas informáticos que colaboran o simpatizan con
movimientos insurgentes de han saboteado docenas de portales cibernéticos
empresariales y gubernamentales. Otros piratas han desarrollado virus informáticos
para apoyar a movimientos insurgentes.
Los insurgentes también llevan la información táctica actual a través de la
proliferación de información facilitada por la Internet acerca de la fabricación de
dispositivos explosivos improvisados. Se pueden comprar libros que proveen
información parecida por medio de portales cibernéticos tales como Amazon.com, un
análisis superficial del cual destacó que se venden los libros siguientes: Manual de
municiones improvisadas; Explosivos y demoliciones; Armas expedientes de
fabricación casera y La química de la pólvora y los explosivos.
5.3.3 El campo de batalla mundial de hoy en día
La globalización ofrece ventajas al insurgente. Dispersó la tecnología de los
estados-naciones contrainsurgentes en forma tan avasalladora que la misma es ahora
omnipresente e incluso invasiva, hasta tal punto que ejerce un nivel de influencia en
todos los aspectos de los conflictos. Sin duda alguna, puesto que el insurgente ahora
tiene acceso a lo que el contrainsurgente ya ha tenido por mucho tiempo, la balanza
de beneficios se inclina muy a favor del insurgente. Uno reconoce intuitivamente que
el nuevo insurgente que opera en el mundo ha obtenido beneficios de mando, control
e inteligencia.
La insurgencia es movida por la comunicación no sólo en sus propios círculos sino
más importante aun la difundida de la insurgencia a la población civil. Por ende,
cualquier éxito logrado por tanto el insurgente como el contrainsurgente reside en la
población civil. El éxito en las operaciones de contrainsurgencia pertenece al grupo
que obtiene el más amplio apoyo popular. Los insurgentes dependen de una
población que los apoya (o por lo menos es neutral) para facilitar su movimiento y
operaciones. El mensaje del insurgente para la población civil es, tal vez, el elemento
más importante de su comunicación.
lxxiii
La tecnología, ha ayudado al insurgente al mejorar su capacidad de difundir
información, sobrevivir y adaptarse para que pueda continuar difundiendo el
mensaje.
La globalización ha posibilitado la distribución de una serie de ideas y tecnologías,
fortaleciendo así al insurgente.
5.4. GUERRA ASIMÉTRICA Y EL DERECHO HUMANITARIO 16
En las guerras asimétricas, las partes son desiguales y el principio de la igualdad
de las armas pierde validez. Los beligerantes tienen propósitos diferentes y emplean
medios y métodos distintos para perseguir sus tácticas y estrategias.
Los atentados terroristas mencionados son sólo una variante de este tipo de
guerra: por su carácter excepcional y extremadamente brutal, han marcado un
momento crucial en la historia. Los actos violentos de terrorismo, destinados a lograr
fines políticos esparciendo el horror, no son novedosos. En todas las guerras hubo
atentados suicidas con bombas. Tanto órganos del Estado como individuos han
perpetrado actos terroristas y, a menudo, han desencadenado guerras, o han dejado su
marca en un país incluso en tiempo de paz.
5.4.1 ¿Un fenómeno nuevo?
El Viejo Testamento narra cómo el ejército del rey Saúl, temeroso de
enfrentarse con las colosales y aparentemente invencibles fuerzas de los filisteos con
sus gigantes tremebundos, había sido incapaz de derrotarlas. Como ningún soldado
estaba dispuesto a afrontar al gigante Goliat, el campeón de los filisteos, el joven
pastor David aceptó el desafío. Con su honda, arrojó una piedra que dio en la frente
del gigante, y éste se desplomó boca abajo en la tierra. David corrió hasta él, sacó la
espada de Goliat de su vaina, lo hirió con ella y después le cortó la cabeza. Presas del
pánico, los soldados filisteos huyeron. Esta historia bíblica demuestra que la guerra
asimétrica no es nada novedoso. Se cuestionó la igualdad de los combatientes; un
civil (un jovenzuelo) se trabó en combate, y el espantoso acto de decapitar al
adversario hizo cundir el pánico y permitió ganar la batalla. La guerra asimétrica
favorece ciertos comportamientos, pero a diferencia de la historia de David y Goliat,
el guerrero que parece ser el más débil no necesariamente gana la batalla, y mucho
menos la guerra.
16 www.nodo50.org/irak
lxxiv
Hoy en día, el factor verdaderamente novedoso y esencialmente diferente es que
los actos terroristas forman parte integrante de la guerra asimétrica. En casos
extremos, como el de Al Qaeda, este tipo de acción se transforma en la principal
estrategia de guerra. Esa estrategia tiene tres características principales: en primer
lugar, los métodos de combate tradicionales aceptados por la normativa militar y
jurídica son deliberadamente rechazados, prefiriéndose, por ejemplo, secuestrar
aviones y utilizarlos, con perfidia, contra objetivos y personas civiles. En segundo
lugar, el probable objetivo futuro de esta estrategia sea causar pérdidas de vidas
humanas incluso mayores e infligir daños no militares y, sobre todo, económicos,
posiblemente mediante la utilización de dispositivos prohibidos, esto es, armas
biológicas y químicas. En tercer lugar, la estrategia ya no se limita a un territorio
determinado, dado que los actos terroristas pueden cometerse en cualquier lugar y
momento.
El propósito fundamental de la guerra asimétrica es encontrar la forma de
superar la fuerza militar del adversario, descubriendo y explotando al máximo sus
debilidades. Las partes más débiles se han dado cuenta de que los ataques contra
"objetivos blandos" son los que causan los mayores daños, sobre todo en las
sociedades modernas. Consecuentemente, los objetivos militares son frecuentemente
reemplazados por objetivos civiles.
Las Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias tampoco han salido
ilesas: el bombardeo intencional, en Bagdad, de la sede de las Naciones Unidas en
agosto de 2003, y de las oficinas del CICR a fines de octubre del mismo año,
demostraron que esos organismos también eran parte del "vientre blando",
parafraseando la expresión de Churchill. Estos ataques inéditos obligan a examinar el
entorno en que se realizaron y los efectos de la guerra asimétrica en el derecho
internacional humanitario y en las actividades del CICR.
En cierto sentido, todas las guerras son asimétricas, porque nunca hay
beligerantes que sean idénticos. La guerra asimétrica puede combatirse en diferentes
niveles y tomar formas distintas. Hay un nivel operacional (que comprende los
ardides, las operaciones encubiertas, la perfidia, el terrorismo, etc.), un nivel
estratégico militar (guerra de guerrillas, represalias masivas, etc.), y un nivel
estratégico político (guerra moral o religiosa, choque de culturas). Las diferentes
lxxv
formas incluyen la asimetría de la fuerza, los medios, los métodos, la organización,
los valores y el tiempo. La expresión "guerra simétrica" se entiende, por lo general,
como un conflicto armado clásico entre Estados cuyas fuerzas militares son
aproximadamente iguales. Se ha dicho a veces que las guerras de los siglos XVIII y
XIX, es decir, posteriores a la Paz de Westfalia, en las que tropas gubernamentales
de capacidades parejas se confrontaban y combatían en batallas abiertas, son cosa del
pasado, porque en el siglo XX las guerras se han tornado más complejas y
desiguales. Además, hoy en día, la mayoría de las guerras son internas, aunque, en
muchos casos, tienen ramificaciones internacionales. Son tan diversas como
numerosas, y la forma en que esas guerras se conducen varía según el tipo de
conflicto.
5.4.2 Guerras internacionales
Las guerras simétricas entre Estados son riesgosas, porque es imposible prever
cuál de las partes saldrá victoriosa y además, porque los costos por lo general son
mayores que los beneficios esperados. Hoy en día, son raros los conflictos que se
aproximan a ese modelo; algunos ejemplos son la guerra entre Argentina y Gran
Bretaña por las Islas Malvinas, la guerra entre Irak e Irán en el decenio de 1980, o el
conflicto entre Eritrea y Etiopía al finalizar el siglo XX. Los escenarios amenazantes,
como los protagonizados por dos potencias nucleares como India y Pakistán, nos
recuerdan que todavía existe, en el plano estratégico, una simetría potencialmente
destructiva. Pero incluso en este caso, deben invertirse cuantiosos recursos en la
creación de una asimetría que, en caso necesario, permita pelear una guerra y, si es
posible, ganarla. Incluso los conflictos armados internacionales suelen ser
asimétricos. Cuando una gran potencia militar entra en guerra, la asimetría es
prácticamente inevitable, porque el adversario de la potencia militar más fuerte no
está tan bien armado como ésta. La Guerra del Golfo, librada a principios del decenio
de 1990, fue un ejemplo de este caso. Como Irak no evitó la confrontación abierta,
sufrió una derrota aplastante a manos de la coalición encabezada por Estados Unidos.
En la nueva guerra de Irak, muchos aspectos de las hostilidades ilustran cabalmente
la asimetría. En tanto que la parte con mayor fuerza militar procura alcanzar una
victoria rápida y decisiva en el campo de batalla mediante el uso masivo de la fuerza,
la parte más débil, reconociendo la superioridad militar de su oponente, evita la
lxxvi
confrontación abierta que indudablemente conduciría al aniquilamiento de sus tropas
y a la derrota; más bien, tiende a compensar las deficiencias de su arsenal utilizando
medios y métodos no convencionales y prolongando el conflicto mediante una guerra
clandestina de desgaste contra su enemigo bien equipado. El recurso frecuente a los
actos de terrorismo tiene por objeto pelear la guerra en las pantallas de televisión y
en los hogares del Estado más poderoso, en lugar de hacerlo en el campo de batalla.
Las armas de la parte más débil, esto es, los atentados y actos terroristas
espectaculares que se consideran traicioneros y se califican de "golpes bajos",
permiten al oponente más débil librar una guerra ofensiva, atacando el "vientre
blando" del Estado con mayor fuerza militar. El ataque contra el CICR demostró que
no habría piedad ni siquiera para las organizaciones de ayuda de carácter neutral. La
finalidad de esa agresión probablemente no haya sido tanto obstaculizar las
operaciones de ayuda como causar, deliberadamente, una conmoción y librar una
guerra salvaje sin concesión alguna a la neutralidad. Los ataques al azar perpetrados
contra zonas pobladas por civiles también demostraron que, a diferencia de la guerra
de guerrillas, los responsables de esos bombardeos no necesitaban la aprobación de
la población para continuar luchando.
Del mismo modo, para compensar las desventajas comparativas causadas por su
voluminoso aparato militar, el adversario más fuerte se siente tentado a utilizar
tácticas asimétricas y medios y métodos no convencionales. En las guerras
asimétricas de este tipo, la línea divisoria entre los combatientes y los civiles se
difumina, y a veces, se borra intencionalmente. Durante la última guerra en Irak, el
ejército iraquí retrocedía cada vez que podía, ante la abrumadora fuerza del enemigo.
Incluso en la etapa más temprana de la guerra, el ejército iraquí, comprensiblemente,
no deseaba exponerse al bombardeo. Por esta razón, sus miembros se mezclaron con
la población civil y, por último, se quitaron los uniformes. De este modo, se puso en
tela de juicio el principio más importante del derecho de la guerra: la obligación de
distinguir entre combatientes y civiles.
5.4.3 La guerra asimétrica y el derecho internacional humanitario
Las guerras asimétricas no encajan en el concepto de Clausewitz sobre la guerra
entre partes básicamente iguales ni en la noción tradicional del derecho internacional
humanitario. Es discutible que sea posible encarar los retos de la guerra asimétrica
lxxvii
con el actual derecho de la guerra. Si es verdad que las guerras entre Estados están
tocando a su fin, quizá los principios de derecho internacional que se elaboraron para
ellas también estén envejeciendo. Una pregunta incluso más importante, que podría
plantearse en vista de la creciente privatización de las guerras de hoy, es si el modelo
basado en el Estado, consagrado en la Paz de Westfalia y destinado a poner fin a la
privatización de las guerras en el siglo XVII, está perdiendo su pertinencia. En un
plano más modesto, intentaré comparar ciertos principios básicos del derecho
internacional humanitario, a los que hoy se aplica, con creciente frecuencia, el
término militar de "derecho de la guerra", con las tendencias actuales de la
conducción de la guerra.
Básicamente, el derecho internacional postula la distinción entre las razones para
librar una guerra y la guerra en sí. Esta distinción se trazó a fines de la Edad Media y
los dos ámbitos del derecho se denominaron jus ad bellum, el derecho a hacer la
guerra, y jus in bello, el derecho que rige la conducción de la guerra. Incluso hoy,
esta distinción es un factor crítico y decisivo, sin el cual no sería posible garantizar el
respeto del derecho internacional humanitario. La Carta de las Naciones Unidas y el
derecho internacional consuetudinario establecen las normas relativas a la primera
serie de cuestiones. Todavía recordamos claramente los debates actuales sobre la
legitimidad de la defensa propia en el caso de Afganistán (2001) y la falta de
legitimación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU para el uso de la fuerza
contra Irak (2003). En términos estrictamente fácticos, cuanto mayor es la
desigualdad de las partes beligerantes, tanto más asimétrica se torna la licitud de
recurrir a la fuerza armada. Cuando más sólida sea la situación jurídica de una parte,
tanto más podrá alegar fundamentos jurídicos para justificar el uso de la fuerza. Para
determinar la licitud del recurso a las armas, un país que es miembro permanente del
Consejo de Seguridad tiene más peso que un Estado común.
En un conflicto armado interno, los Estados suelen negar que los grupos nacionales
tengan derecho a empeñarse en una lucha armada y afirman que sólo las estructuras
del Estado tienen el monopolio del uso de la fuerza contra los individuos. Por lo
tanto, normalmente se reconoce el derecho al uso de la fuerza de la parte que dispone
de la mayor fuerza militar. Al mismo tiempo, se impone nuevamente el concepto de
una "guerra justa" sin limitaciones, sostenido por argumentos morales. La parte más
lxxviii
débil busca una legitimación externa a la esfera jurídica y proclama que tiene
motivos morales o religiosos para librar la guerra, y apela también al discurso de la
"guerra justa". Resulta sintomático que se utilicen, cada vez más, los conceptos de
"cruzada" y "jihad".
Sin embargo, las reglas de la guerra de los conflictos armados deberían aplicarse a
cualquier conflicto armado, independientemente de que sea legítimo o no. El
propósito de esta distinción tajante entre las razones de la guerra y los principios que
la rigen es evitar que se permita a las partes beligerantes desconocer, por razones
jurídicas, morales o religiosas, los principios humanitarios mínimos y emprender una
guerra sin cuartel para alcanzar lo que considera un objetivo elevado.
5.4.4 Normas universalmente válidas para las partes asimétricas en un conflicto
La Corte Internacional de Justicia resaltó la tendencia jurídica a apartarse de la
reciprocidad cuando, en la conocida decisión sobre Nicaragua, calificó a los
preceptos contenidos en el artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra, que
se aplican a los conflictos internos, como un "miniconvenio" aplicable en todas las
situaciones de violencia armada; además, describió a los principios del derecho
internacional humanitario como "consideraciones elementales de humanidad". En
general, se considera que las normas aplicables a los conflictos internacionales son
vinculantes para todas las partes en un conflicto. Para el CICR, estas normas y
principios humanitarios vinculantes son de primordial importancia cuando se
enfrenta con una guerra asimétrica, ya que ofrecen una alternativa a los argumentos
basados en la reciprocidad que, en esas circunstancias, a menudo empeoran la
situación en vez de mejorarla, ya que las partes finalmente dejan de sentirse
obligadas a cumplir las reglas. El derecho humanitario ya ha incorporado barreras
contra esos sucesos, porque los Convenios suponen un equilibrio entre los intereses
humanitarios, militares y de seguridad, y proporcionan un marco para librar las
guerras. En particular, no pueden utilizarse las amenazas contra la seguridad del
Estado como una oportunidad para quebrantar las normas creadas precisamente para
enfrentar un caso así. Sobre todo en las guerras entre Estados, las reglas de la guerra
y la protección de las víctimas todavía constituyen, por lo general, una respuesta
adecuada a los sucesos contemporáneos en los teatros de la guerra, incluso en
conflictos en los que no hay una igualdad de armamentos. Sin embargo, la
lxxix
superposición, en el mismo teatro, de los tipos de guerra mencionados más arriba,
dificulta la tarea de los expertos jurídicos cuando procuran encontrar soluciones
sencillas. En las guerras internacionales más recientes, las de Afganistán e Irak, a
menudo se han producido, simultáneamente, confrontaciones armadas
internacionales, internas, privadas y transnacionales. A pesar de ello, en todas se han
observado normas jurídicas diferentes.
5.5. GUERRA POST MODERNA Y GUERRA SIN RESTRICCIONES 17
Más allá del hecho cierto que siempre hay distintos enfoques para un mismo problema
o que no todos entendemos lo mismo respecto a determinado concepto, a mi juicio, están
presentes en la discusión dos posturas extremas y, naturalmente, otras intermedias.
Pareciera que cada vez que hay cambios de importancia en el sistema internacional, como
lo son aquellos directamente provocados por la globalización, se tiende a apreciar que todo
es nuevo, actitud que no comparto. En el otro extremo, con el cual tiendo a sentirme más
identificado, están quienes aprecian que poco ha cambiado en la naturaleza de la guerra, si
es que algo. La naturaleza de la guerra, como hecho social e instrumento de la política, es
esencialmente inmutable.
Que los actores no estatales hayan tomado preeminencia en algunos conflictos en
desarrollo, no cambia lo que la guerra es, en su primera acepción, una desavenencia y
rompimiento de la paz entre dos o más potencias. Nótese que el diccionario de la Real
Academia Española no habla de Estados o naciones, salvo en una segunda acepción.
En cuanto a su naturaleza o "esencia y propiedad característica", ella sigue siendo un
recurso "político" extremo para imponer nuestra voluntad a un adversario o rechazar una
agresión, llegando al empleo de la violencia. ¿O acaso no muere gente, combatiente o
inocente, todos los días en algún conflicto, tal como nos informa la televisión?
Se nos señala, que la guerra sería "menos militar" que antes y que "ahora", se emplearían
preferencialmente otros recursos, en aparente olvido de la Estrategia Total de Beaufre o la
Gran Estrategia de Liddell Hart?
Pero si siempre otros factores, más allá de los militares, han resultado ser decisivos, como
lo son los aspectos morales, principalmente según Clausewitz, o los económicos o
softpower como hoy algunos los denominan.
Otros agregan que, ahora, se trataría de vencer, ojalá sin combatir. ¿A nadie le recuerda esa
frase al maestro Sun Tzu, haya existido o no alguien con ese nombre?
17 http://hl33.dinaserver.com/hosting/juantorreslopez.com/jtl/
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En este mismo orden de ideas se abordó la más reciente contribución china al pensamiento
estratégico, la "Guerra sin restricciones", que sería una "nueva teoría de la Guerra",
focalizada en las debilidades de sus potenciales adversarios y enemigos.
Nuevamente creo que, en ello nada hay de nuevo ya que el arte de la guerra, o estrategia
debe justamente apuntar a los centros de gravedad de los cuales también nos habla
Clausewitz.
Aunque se presenta como algo nuevo, la guerra, para tener razonables perspectivas de
éxito, debiera ser asimétrica. ¿o no ha sido así desde David y Goliat?
Se debería mirar al "talón de Aquiles" de sus enemigos.
La superioridad militar del adversario debería ser compensada estudiando su aproximación
a la guerra para detectar sus debilidades:
1) Prefiere combatir a distancia y con un mínimo de pérdida de vidas.
2) Para lo anterior, descansa en la tecnología, manteniendo a sus tropas alejadas de
cualquier daño, hasta donde sea posible. Habría que examinar sus sistemas para ver en qué
momento atacarlos.
3) La preocupación por evitar actos terroristas contra sus tropas, centrándose en su
protección.
Considerar al terrorismo como una estrategia para esta guerra "sin restricciones".
En China se habría comentado que es la primera teoría original surgida en las últimas dos
décadas y que representa un nuevo pensamiento militar, expuesto por dos veteranos
coroneles de alto nivel de la fuerza aérea china, Qiao Liang y Wang Xianghui.
"Se combatirá y ganará más allá del campo de batalla".
El tema central es cómo sobrevive un país comparativamente débil y en desarrollo
enfrentado a una potencia en una guerra de alta tecnología.
También describen los autores 25 diferentes tipos de guerra con interesantes ejemplos.
Uno de ellos sugiere la forma en que Milosevic debió haber evitado la derrota en su
enfrentamiento con la OTAN: haber enviado grupos terroristas a diversos países europeos
para desarrollar una guerrilla urbana, atacando de preferencia bases norteamericanas. De
esa forma, al sentirse vulnerables, dichos países habrían presionado para que Estados
Unidos y Gran Bretaña cesaran sus ataques sobre Yugoslavia.
Como visión global de la guerra, sería improbable que se le recuerde por mucho tiempo,
aún cuando contiene ideas originales y es un aporte respetable al pensamiento estratégico.
De estar de acuerdo en que el fenómeno de la guerra no ha cambiado sustancialmente, ¿se
requieren nuevas estrategias militares?
La estrategia militar a aplicar seguirá siendo aquella coherente con la conducción global del
conflicto (estrategia total), como en toda guerra, pareciendo que no tiene sentido pensar
en estrategias militares para enfrentar amenazas que no lo son.
lxxxi
5.6. LECCIONES DE LA GUERRA ASIMÉTRICA EN IRAK
Irak representa hoy ante los ojos del mundo un fiasco militar. La resistencia en Irak está
demostrando, que la mayor maquinaria bélica del mundo moderno, dotada de la más
sofisticada tecnología, si se puede derrotar con una guerra de guerrillas moderna en la que
predomine la sorpresa, la organización, la concentración de tropas y el repliegue de los
efectivos militares.
Una guerra de guerrillas, para enfrentar en la actualidad a cualquier potencia con fines
imperialistas, debe aprender las enseñanzas de la poderosa resistencia iraquí. Varias son las
lecciones a asimilar de la resistencia guerrillera árabe y que debieran enriquecer la doctrina
militar de resistencia.
La primera tiene que ver con la condena categórica del terrorismo. La guerra de resistencia
y su estrategia militar es completamente ajena a las matanzas realizadas por el
imperialismo, por fuerzas fanáticas fundamentalistas religiosas y bandas criminales
manipuladas por los servicios secretos, como el ataque a las torres gemelas del 11 de
septiembre del 2001, la masacre en los trenes de Madrid, en Londres y otras acciones
similares que son crímenes de lesa humanidad. No comparte los asaltos y toma de rehenes
en centros de enseñanza, locales privados o públicos y en cualquier otro lugar, los
secuestros, la tortura, los degüellos, los ataques a mezquitas, sinagogas, iglesias o los
denominados "templos" en general, los ataques a reuniones privadas o públicas de carácter
religioso así como los ataques indiscriminados con coches bomba que lo único que
ocasionan son odiosas masacres de la población civil.
La segunda sugiere la necesidad de diferenciar al enemigo principal de las fuerza
colaboracionistas. El ataque indiscriminado a las colas de postulantes a las fuerzas
policiales, es contraproducente. Cosa bien distinta es golpear selectivamente a los mandos
de las fuerzas colaboracionistas, sean éstas civiles o militares. Debemos recordar que el
ejército invasor usa a los colaboracionistas y vasallos como carne de cañón y le importa
muy poco que se despedacen entre ellos, como ha quedado demostrado en la guerra en
Vietnam.
La tercera lección permite recordar que las expresiones aniquilar al enemigo, liquidar al
enemigo y destruir al enemigo significan causar bajas al adversario entre muertos, heridos y
prisioneros. La guerrilla y la resistencia no están en condiciones de hacer prisioneros y debe
tenerse presente que para las operaciones en movimiento y ante persecuciones lo mejor es
causar al enemigo la mayor cantidad posible de heridos, por la simple razón de que ello
limita su capacidad de movimiento, dado que no deben dejarlos abandonados y atenderlos
requiere una gran movilización de fuerzas de reserva y en el caso de Irak, la utilización de
helicópteros de rescate que siempre tienen escolta, que puede y debe ser golpeada
(evitando, claro está, golpear a las que cumplen el papel de "ambulancias").
lxxxii
La cuarta enseña que hay que evitar a toda costa la guerra de posiciones, como en el caso
de Fallujah, que era una batalla perdida desde antes de iniciarse. Fue grande la heroicidad
de los combatientes pero fue un desperdicio de vidas. El vaciamiento de población civil en
el área de combate no era ninguna novedad imprevisible para sus mandos; todo lo
contrario, es sabido, a nivel mundial, que fue una práctica permanente en la guerra de
Vietnam. El imperialismo ha sacado sus lecciones y las aplica con cuidado; así que no hay
que olvidar la experiencia de ambos bandos en contienda. El ejército invasor no se detiene
ante museos, lugares religiosos de valor histórico ni cualquier otra cosa parecida,
simplemente no existe el denominado "bastión inexpugnable"; la política del agresor y la
reacción es matar todo, quemar todo, arrasar todo. Que propongan dialogo,
conversaciones, mediaciones u otros regateos parecidos no es más que para preparar a la
opinión pública antes de la masacre.
La quinta lección es que es necesario golpear constantemente en la retaguardia y allí donde
sean más débiles, en toda la línea de abastecimiento ( alimentos, combustible, munición,
tropas de reserva, etc.), en todos los sistemas de depósito y en los centros de
comunicaciones. Ir arriba y golpear a los mandos centrales en sus guaridas. Darles con su
propia táctica de descabezar.
La sexta es que el sabotaje a las instalaciones de servicios básicos, principalmente lo
relativo a energía y comunicaciones, debe ser constante en toda la línea y sin ninguna clase
de reserva.
La séptima aconseja que sea de tremenda importancia no ignorar el problema de la unidad
nacional contra la ocupación. Se deben dejar a un lado las pugnas intestinas irracionales. Se
debe centralizar el mando y descentralizar las acciones. Unidad para la guerra de
resistencia contra la ocupación. Guerra de guerrillas y resistencia nacional contra la
ocupación. Derrotar a los imperialistas y a sus lacayos, a los colaboracionistas y
reaccionarios vende patrias.
La octava recomienda estudiar con mayor detenimiento las costumbres y los
desplazamientos de las tropas de ocupación y la de los colaboracionistas. Golpear tres
veces: cuando están en movimiento, cuando vienen los refuerzos y cuando se retiran, a los
de la cola. Y la guerrilla no da la cara.
Otras lecciones que se desprenden de la resistencia iraquí son las siguientes:
es prioritario, analizar todo el proceso de la guerra, por lo menos las operaciones en las del
Golfo, hasta la actual, y sacar lecciones en el aspecto militar, económico, ideológico y sobre
todo en el aspecto político.
Al sistematizar estas lecciones y enseñanzas de la resistencia iraquí lo que queremos
destacar es la necesidad de comprender el significado real y los alcances de la crisis
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provocada desde allí a un país imperialista. El análisis de la guerra de agresión contra Irak
permite sacar lecciones que nos sean útiles en un futuro no muy lejano.
El otro elemento, desde el punto de vista militar, que debe ser analizado, tiene que ver con
la dirección de la guerra. El conocimiento de la situación, la determinación de las tareas, la
disposición de las fuerzas, la instrucción militar y la educación política, el avituallamiento, el
mantenimiento del equipo y la conquista del apoyo popular, forman parte del trabajo de
los jefes guerrilleros, quienes deben considerar todo ello cuidadosamente, realizarlo a
conciencia y verificar su ejecución. Sin esto, resulta imposible toda iniciativa, flexibilidad y
ofensiva. Es cierto que las condiciones de la guerra de guerrillas no permiten un grado tan
elevado de planificación como las de la guerra regular, y sería un error intentar elaborar un
plan sumamente minucioso en la guerra de guerrillas. Sin embargo, es necesario planificar
en la forma más minuciosa que permitan las condiciones objetivas, pues debemos
comprender que luchar contra el enemigo imperialista no es ningún juego.
Los puntos antes mencionados sirven para explicar el primero de los principios estratégicos
de la guerra de guerrillas: iniciativa, flexibilidad y planificación en la realización de
operaciones ofensivas dentro de la guerra defensiva; operaciones de decisión rápida dentro
de la guerra prolongada; y operaciones en líneas exteriores dentro de la guerra en líneas
interiores.
Este es el problema clave en relación a los principios estratégicos de la guerra de guerrillas.
Si se resuelve, la victoria de la guerra de guerrillas, por lo que respecta a su dirección
militar, estará en gran medida garantizada.
La relación entre el todo y la parte se refiere no sólo a la relación entre la estrategia y la
campaña militar, sino también a la relación que hay entre la campaña militar y la táctica. La
relación entre las operaciones de una división y las de sus regimientos y batallones, y la
relación entre las operaciones de una compañía y las de sus pelotones y escuadras, son
ejemplos concretos. En una operación militar, la dirección y el punto de asalto deben
elegirse con arreglo a la situación real del enemigo, al terreno y a la fuerza de nuestras
tropas en el momento dado. Donde el aprovisionamiento es abundante, hay que cuidar de
que los soldados no coman demasiado; pero donde es insuficiente, hay que cuidar de que
no pasen hambre. En las zonas enemigas, la filtración de una sola información puede
ocasionar la derrota en un combate posterior, mientras que en las zonas conquistadas, tal
filtración de ordinario no es lo más grave. Es necesario que los mandos superiores
participen personalmente en ciertas campañas, pero en otras no.
Entre los problemas estratégicos figuran los siguientes: tomar en consideración las
características específicas de la situación general, tomar en consideración la relación entre
el frente y la retaguardia, tomar en consideración la distinción así como la conexión entre
las pérdidas y su reposición, entre el combate y el descanso, entre la concentración y la
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dispersión de las fuerzas, entre el ataque y la defensa, entre el avance y la retirada, entre
cubrirse y exponerse, entre el ataque principal y los ataques secundarios, entre el asalto y
la contención, entre la centralización y la descentralización del mando, entre la guerra
prolongada y la guerra de decisión rápida, entre la guerra de posiciones y la guerra de
movimientos, entre las fuerzas propias y las vecinas, entre una y otra arma del ejército,
entre los mandos superiores y los inferiores, entre los cuadros y los soldados rasos, entre
los veteranos y los bisoños, entre los cuadros superiores y los inferiores, entre los cuadros
veteranos y los nuevos, entre las zonas enemigas y las propias, entre las zonas propias
antiguas y las nuevas, entre la región central y las periféricas de una base de apoyo dada,
entre el tiempo frío y el caluroso, entre la victoria y la derrota, entre las agrupaciones
grandes y las pequeñas, entre el ejército regular y las fuerzas guerrilleras, entre el
aniquilamiento del enemigo y el ganarse a las masas.
CONCLUSIONES
El presente trabajo fue una investigación pionera en el ámbito de la defensa, que
no pretendió ofrecer explicaciones causales sobre el fenómeno de la guerra
asimétrica, sino más bien describirlo. Con esa finalidad, se estudiaron dos conflictos
contemporáneos, que involucraron a casi los mismos contendores. En ambos, uno de
los contendores empleó la misma estrategia, mientras que el otro contendor (el más
débil) en el primer conflicto empleó la estrategia directa, con resultados
catastróficos; pero, para el segundo conflicto, recurrió a la estrategia de resistencia,
que desembocó en una guerra prolongada, que perdura hasta estos días. De modo que
podemos concluir que es factible enfrentar con éxito una guerra asimétrica través de
la estrategia de resistencia. Aunque los datos relativos a las asimetrías en los
conflictos bélicos, son abundantes; las referencias a los modos de enfrentarla son
escasas, casi inexistentes, especialmente en el nivel estratégico.
La Primera Guerra del Golfo inauguró la era de los conflictos asimétricos no sólo
por los fines que se perseguían (liberar frente a ocupar), sino por los medios
utilizados. Que la guerra fue un conflicto asimétrico quedó claramente patente para
Sadam, que tuvo que recurrir a estratagemas y tácticas orientadas a presentar batalla
de una forma no convencional, primero con el recurso del ataque de sus misiles Scud
sobre Israel, y luego con actuaciones como el vertido de crudo a las aguas del Golfo
o el posterior incendio de casi todos los pozos de petróleo kuwaitíes antes de su
retirada del país.
En la Segunda Guerra del Golfo (2003), a12 años de que se declarara el fin de la
Primera Guerra del Golfo, la maquinaria militar para la segunda contienda estuvo
lxxxv
lista. Kuwait, en su frontera norte con Irak, fue el hogar del mayor pertrechamiento
bélico desde la guerra de Vietnam. Las tropas volvieron a estar masivamente
desplegadas en el Golfo. En esa oportunidad no se trató de liberar Kuwait, en ese
caso el objetivo, más allá del desarme, fue también político, deshacerse de Sadam
Husein y su régimen. En parte por esa diferencia de objetivo, la coalición para esta
guerra fue totalmente diferente a la fuerza multinacional que incluía a Egipto, Siria y
Arabia Saudí, y que ayudó a hacer el trabajo en 1991. Los estrategas militares,
también pensaron en términos de rapidez: "Golpear y abatir", fue nuevamente la
consigna. Intensos bombardeos aéreos sobre Irak, tan intensos que buscaban aturdir y
desmoralizar al Ejército irakí con el fin de conseguir una rendición casi inmediata.
Más allá de lo estrictamente militar o de la importancia del factor sorpresa a la
hora de desencadenar un ataque, la guerra del Golfo puso sobre el mapa de
operaciones elementos que se han hecho permanentes desde entonces y que han
transformado las contiendas bélicas. A partir del conflicto del golfo Pérsico,
dirigentes políticos y estrategas militares han tenido que integrar en sus decisiones
tres cosas tan novedosas como contradictorias: las victorias deben conseguirse sin
sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo y, sobre todo, sin errores que
causen daños colaterales o muertes de civiles no combatientes.
Las guerras del Golfo debieron enseñar, al menos, una cosa, y, no lo hizo. Que
las guerras conllevan consecuencias que no se agotan con el cese de hostilidades,
sino que perduran en la paz. Que se tardase un año justo en extinguir, luego de la
Primera Guerra del Golfo, los incendios de los 630 pozos de petróleo afectados en
Kuwait ya debería haber servido de alarma. Así también, al inicio de la Segunda
Guerra del Golfo, algunos de los partidarios de tal contienda la calificaron de «guerra
de liberación del pueblo iraquí». Para ello, se basaban en la suposición de que las
fuerzas agresoras serían acogidas como liberadoras por la gran mayoría del pueblo de
Irak. Lejos de confirmarse tal triunfalista predicción, sucedió todo lo contrario.
Aunque el régimen dictatorial de Sadam Hussein tuviese muchos enemigos, el
patriotismo de los iraquíes rechaza una invasión extranjera que adopta el pretexto
para justificar la agresión de tratar de liberarlos. Ya no bastaba la grotesca mentira de
que Irak disponía de armas de destrucción masiva y que su Gobierno estaba ligado a
la organización terrorista Al Qaeda. Al final, al descubrirse todos los demás
embustes anteriores, sólo quedó el pretexto de liberar al pueblo iraquí de una
dictadura represiva. Pretexto que, de aplicarse a otras dictaduras semejantes, llevaría
a numerosas guerras internacionales.
Terminada oficialmente la Segunda Guerra del Golfo, se ha iniciado una tercera
en forma de guerra de guerrillas. Desde que se declaró el final de la guerra en Irak,
lxxxvi
son ya alrededor de 5000 los soldados norteamericanos que han muerto en ésta nueva
guerra. Sobre tal eventualidad existían ya indicios antes de finalizar la guerra oficial.
Así el analista militar Joseph L. Galloway, en un artículo publicado por Tribune
Information Services, decía: «El famoso historiador militar británico Sir Basil Liddel
Hart escribió que la diferencia entre una operación militar y una operación quirúrgica
es que en una operación militar el paciente no está sujeto. En Irak el paciente se ha
negado a cooperar en la operación. En lugar de ello, los iraquíes han recurrido a la
clásica guerra de guerrillas, extrayendo lecciones y tácticas de Mogadiscio, Bosnia,
Kosovo, la Unión Soviética e incluso Vietnam.
Las fuerzas norteamericanas que circulaban por una carretera congestionada y
llena de baches, porque las autopistas pasan cerca de las ciudades. En ella las fuerzas
irregulares iraquíes, decididas a ralentizar al invasor, han simulado rendiciones y
emboscadas para retirarse luego. Hombres vestidos de civil y con granadas,
propulsadas por cohetes y fusiles disimulados bajo sus túnicas, hacían que la ruta de
abastecimiento fuese una pesadilla para quienes conducían camiones cargados de
combustible y municiones. Todo ello puso de manifiesto que Sadam Hussein
planificó una guerra muy diferente a la que esperaba el Pentágono.»
La guerra de guerrillas de la Resistencia iraquí cuenta con un amplio respaldo
popular. Para comprenderlo basta con recordar las numerosas y multitudinarias
manifestaciones contra las fuerzas militares de ocupación extranjeras que se
sucedieron tanto en las zonas de predominio sunnitas como chiitas. La guerra de
guerrillas en Irak ha rebasado ya la cifra de soldados norteamericanos muertos en la
primera Guerra del Golfo. Todo induce a suponer que la guerra de guerrillas en Irak
va a continuar. Sucede lo mismo en Afganistán, aunque ello tenga menos publicidad
que en Irak.
Si la conquista de Irak ha sido fácil gracias a la superioridad aplastante del
ejército americano, la ocupación de Irak arriesga de evolucionar hacia una guerra de
guerrillas que podría durar años. Desde el fin de la guerra, no ha pasado un solo día
sin que soldados americanos sean heridos o matados en emboscadas y atentados.
En fin, la victoria, en la Segunda Guerra del Golfo, es una pírrica victoria. El
costo financiero es desmesurado, originando un grandioso déficit presupuestario de
Estados Unidos. En cuanto a la ocupación de Irak, su costo está estimado en 1 mil
millón de dólares por semana por el mismo Pentágono. Con tal suma, sería posible
hacer muchas cosas para el medioambiente, para la educación, para la ciencia, y para
resolver la raíz de los problemas mundiales generadores de guerra y de terrorismo (a
saber la miseria y la hambruna en los países del Tercer Mundo). El costo económico
de la Segunda Guerra, para los Estados Unidos, ronda los tres billones de dólares, y
lxxxvii
para el mundo otros tres billones de dólares… muy superiores a los cálculos
aproximados del gobierno de Bush, antes de la guerra. El equipo de Bush no sólo
engañó al mundo sobre los posibles costos de la guerra, sino que, además, ha
intentado enturbiar los costos, mientras ésta sigue.
En cuanto al costo político de esta guerra, se revela exorbitante para los Estados
Unidos: reprobación internacional, ejemplo dado a otros Estados Delincuentes para
llevar guerras "preventivas" e ilegitimas.
Este resultado no es de extrañar. Al fin y al cabo, el gobierno de Bush mintió
sobre todo lo demás: desde las armas de destrucción en gran escala de Sadam
Hussein hasta su supuesta vinculación con Al Qaeda. De hecho, sólo después de la
invasión pasó Iraq a ser un caldo de cultivo para terroristas. Así, es posible determinar que los resultados de la Primera Guerra del Golfo
difieren sustancialmente de los de la Segunda Guerra, principalmente debido a las
siguientes causas:
I. Primera Guerra del Golfo
a. Fuerza multinacional:
1) Recursos humanos: Los países integrantes de la coalición eran
Argentina, Arabia Saudita, Australia, Bangladesh, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia,
Corea del Sur, Colombia, Dinamarca, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, España,
Estados Unidos, Francia, Grecia, Hungría, Reino Unido, Italia, Kuwait, Marruecos,
Países Bajos, Nueva Zelanda, Nigeria, Noruega, Omán, Pakistán, Polonia, Portugal,
Qatar, Senegal y Siria. Para la batalla, la coalición había logrado reunir un ejército de
680.000 hombres. Cabe destacar que el contingente norteamericano era por mucho el
más numeroso con 415.000 soldados de los cuales 27.000 eran mujeres.
2) Método empleado: los estrategas militares, pensaron en términos de
rapidez: "golpear y abatir". Intensos bombardeos aéreos, que buscaban aturdir y
desmoralizar con el fin de conseguir una rendición casi inmediata. Este modelo,
adecuado para países poderosos, pero, cándidamente, utilizado por los más débiles, a
raíz del influjo de la doctrina imperante, aunque las diferencias entre ellos sean
abismales. Así, se estableció un nuevo modo de hacer la guerra, concentrar una
masiva fuerza terrestre en un lugar determinado, para ponerla en acción tras
prolongados y continuados bombardeos aéreos, ésta es la receta del éxito. Dirigentes
políticos y estrategas militares han tenido que integrar en sus decisiones tres cosas
tan novedosas como contradictorias: las victorias deben conseguirse sin sufrir bajas,
lxxxviii
castigando lo menos posible al enemigo y, sobre todo, sin errores que causen daños
colaterales o muertes de civiles no combatientes. El plan del general Schwarzkopf
dependía de mantener una fuerza significativa de marines frente a las costas de la
capital de Kuwait, lo cual hizo creer a los iraquíes que las fuerzas norteamericanas
efectuarían un desembarco y los obligó a concentrar sus tropas en esa zona. El
siguiente paso de la coalición fue movilizar el grueso de sus fuerzas hacia el oeste,
donde las defensas Iraquíes consistían en meros montículos de arena, dispersos y no
guarnecidos además de zanjas y campos minados. El plan consistía en rodear a las
fuerzas enemigas a través de un flanco para envolverlas, sorprenderlas y al mismo
tiempo cortarles la retirada. A los dos días de haber iniciado el asalto terrestre, unos
cien mil soldados Iraquíes se rindieron en masa ante las fuerzas de la coalición que
avanzaban sin ningún problema. La única batalla por tierra de cierta importancia fue
denominada 73 Easting en la que carros de combate del séptimo cuerpo se toparon
con una división de la Guardia Republicana que se retiraban y comenzaron un
enfrentamiento que duro seis horas. Todo esto a través de la acción directa en una
guerra convencional.
3) Recursos tecnológicos: La gran diferencia entre las contiendas
anteriores y la guerra del Golfo de 1991 estribó, y estribará, en los grandes avances
en el bombardeo de precisión. La importancia del uso de esta munición guiada no
vino dada sólo por su habilidad para alcanzar exitosamente los objetivos, sino
también por su capacidad para limitar los daños colaterales y el nivel general de
destrucción. Campaña aérea caracterizada por su intensidad. A diferencia de
Vietnam (y posteriormente Kosovo), no estuvo sujeta a una escalada progresiva, sino
que todos los medios se emplearon con contundencia desde el primer momento. La
gran diferencia entre las contiendas anteriores y la guerra del Golfo de 1991 estribó,
y estribará, en los grandes avances en el bombardeo de precisión. La importancia del
uso de esta munición guiada no vino dada sólo por su habilidad para alcanzar
exitosamente los objetivos, sino también por su capacidad para limitar los daños
colaterales y el nivel general de destrucción. Para esta campaña, contaban con 2.000
carros de combate y una flota de 100 barcos de guerra entre los que había seis
portaaviones, además de un impresionante despliegue aéreo de al menos 1.800
aviones. Todo este implica un enorme esfuerzo que los EEUU dedican a la
lxxxix
investigación militar y está encaminado hacia el objetivo, en buena parte ya
conseguido, de poder librar guerras conducidas a distancia y, sobre todo, sin bajas
norteamericanas. El hecho de que los EEUU se puedan lanzar a una guerra en Irak
con la confianza de que no sufrirán demasiadas bajas entre sus propios soldados
constituye otro factor importante a la hora de explicar su belicismo. No sería igual la
actitud de la opinión pública de ese país si se esperasen miles de muertos entre su
propio ejército.
4) Plazos: Las hostilidades duraron 43 días, y con la excepción de las
100 horas justas de la campaña terrestre, durante las seis primeras semanas de la
guerra la acción fue esencialmente aérea.
b. Irak
1) Recursos humanos: Los Iraquíes disponían de un ejército de
545.000 soldados, 4.500 blindados y 700 aviones de combate y algunos
bombarderos. También contaban con un buen número de misiles Scud-B de alcance
medio y algunas plataformas móviles con las cuales era posible dispararlos desde
cualquier zona en Iraq. Todo esto sin mencionar un importante arsenal de armas
químicas y biológicas que diferentes países, entre ellos Estados Unidos, le habían
proporcionado a Saddam Hussein durante la sangrienta guerra que el dictador había
librado con Irán unos años antes.
2) Método empleado: la disimulación aliada hizo creer a los iraquíes
que las fuerzas norteamericanas efectuarían un desembarco en las costas de la capital
de Kuwait y los obligó a concentrar sus tropas en esa zona. A raíz de esto, las
defensas Iraquíes, en los otros frentes, consistían en meros montículos de arena,
dispersos y no guarnecidos además de zanjas y campos minados. La principal
posición defensiva iraquí fue desbordada y rendida sin presentar resistencia
significativa. Es decir, empleo del método directo en una guerra convencional.
Asimismo, Sadam tuvo que recurrir a tácticas orientadas a presentar batalla de una
forma no convencional, primero con el recurso del ataque de sus misiles Scud sobre
Israel, y luego con actuaciones como el vertido de crudo a las aguas del Golfo o el
posterior incendio de casi todos los pozos de petróleo kuwaitíes antes de su retirada
del país.
xc
3) Recursos tecnológicos: si bien para ese entonces Irak era
considerada la cuarta potencia militar a nivel mundial, estaba muy lejos de las
tecnologías utilizadas por los aliados, tanto que, al inicio nada más de las acciones y
por obra de los aviones “invisibles” a los radares, todo el sistema iraquí de comando,
control y comunicaciones fue desarticulado, al punto que la defensa antiaérea no
tenía manera de alcanzar, tan siquiera, la altitud en la que operaban los bombarderos
aliados, y mucho menos batirlos.
4) Plazos: en poco más de cuatro días de campaña terrestre, Irak tuvo
que abandonar suelo kuwaití.
II. Segunda Guerra del Golfo
a. Fuerza multinacional:
1) Recursos humanos: la coalición estaba integrada por Estados
Unidos, Reino Unido, España, Portugal, Italia, Australia, Polonia, Dinamarca y
Filipinas. Para el ataque, se reunió una fuerza efectiva de 325.000 hombres, los
estadounidenses habían dispuesto de 225.000 soldados, los británicos dispusieron
unos 45.000 soldados, Australia cooperó con 2.000 soldados, el resto fue
proporcionado por los demás integrantes. Relacionado con esto, un estudio ordenado
por el Pentágono, y realizado por un equipo de especialistas en Salud del Ejército de
los Estados Unidos, reveló que aproximadamente el 40% de los soldados
desplegados en Iraq piensan que la tortura y asesinato es aceptable,como medio de
intimidación en la población civil,y que incluso debería ser autorizada en los casos
que permitan salvar vidas u obtener información valiosa, y al menos el "10%" de los
entrevistados reconoció que en algún momento había maltratado a ciudadanos
iraquíes con golpes, patadas, violaciones en cárceles de mujeres detenenidas en los
puestos de control o dañado propiedad privada cuando realmente no era necesario
hacerlo. Justificaron sus acciones alegando el enorme estrés y la ansiedad que
padecen los soldados y marines destacados en Iraq, debido a los continuos ataques de
la resistencia que los acosa diariamente.
La ocupación ha causado varios problemas para los paises ocupantes; por un lado
una guerra de guerrillas, cada vez más profesionalizadas gracias a la participación de
miembros del antiguo ejército, con experiencia de campo; por otro lado, la presión de
la opinión pública norteamericana, que impondrá una enorme limitación al gobierno
xci
en sus futuras operaciones en Oriente Medio, si llegara a fracasar en Iraq. Los costos
de la guerra además de humanos y materiales, se extienden ahora al campo
psicológico, provocando una reducción en el número de reclutas para el Ejército,
dadas los estadísticas de mutilados y lisiados que mes a mes llegan a los Estados
Unidos (en una proporción de 10 a 1 por cada soldado muerto en Iraq.) Además cabe
mencionar el gran número de soldados que padecen de trastorno de estrés
postraumático (PTSD), muchos de ellos diagnosticados de "severo a grave" y que ya
ha cobrado la vida de 6 mil 256 soldados que se han suicidado, alegando que no
pueden vivir con la culpa de haber masacrado en la guerra a civiles, hombres,
mujeres y niños inocentes y desarmados siguiendo órdenes superiores, en promedio
se quitan la vida 120 veteranos de Iraq por semana, con un promedio de 17 suicidas
diarios, de los cuales más de la mitad son jóvenes menores de 25 años. Luego que la
CBS News presentó a fines de noviembre un reportaje nacional investigado durante
cinco meses, el Pentágono se vio obligado a reconocer que 2006 fue el año con
mayor índice de suicidas de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.
2) Método empleado: la maquinaria militar para la segunda contienda
estuvo lista. Kuwait, en su frontera norte con Irak, fue el hogar del mayor
pertrechamiento bélico desde la guerra de Vietnam. Las tropas volvieron a estar
masivamente desplegadas en el Golfo. En esa oportunidad no se trató de liberar
Kuwait, en ese caso el objetivo, más allá del desarme, fue también político,
deshacerse de Sadam Husein y su régimen. En parte por esa diferencia de objetivo, la
coalición para esta guerra fue totalmente diferente a la fuerza multinacional que
incluía a Egipto, Siria y Arabia Saudí, y que ayudó a hacer el trabajo en 1991. Para
esa 2ª Guerra del Golfo, los estrategas militares, también pensaron en términos de
rapidez: "Golpear y abatir", fue nuevamente la consigna. Intensos bombardeos aéreos
sobre Irak, tan intensos que buscaban aturdir y desmoralizar al Ejército iraquí con el
fin de conseguir una rendición casi inmediata. Más allá de lo estrictamente militar o
de la importancia del factor sorpresa a la hora de desencadenar un ataque, la guerra
del Golfo puso sobre el mapa de operaciones elementos que se han hecho
permanentes desde entonces y que han transformado las contiendas bélicas. A partir
del conflicto del golfo Pérsico, dirigentes políticos y estrategas militares han tenido
que integrar en sus decisiones tres cosas tan novedosas como contradictorias: las
xcii
victorias deben conseguirse sin sufrir bajas, castigando lo menos posible al enemigo
y, sobre todo, sin errores que causen daños colaterales o muertes de civiles no
combatientes. La agresión norteamericana a Irak no fue inicialmente demasiado
costosa. Se ha sabido que ni siquiera hubo verdadera batalla de Bagdad, debido a que
las fuerzas defensoras de la capital iraquí se entregaron al ejército invasor y facilitó
la conquista casi incruenta de la ciudad. Nuevamente, se recurrió a la acción directa
en una guerra convencional.
3) Recursos tecnológicos: La invasión empezó con bombardeos sobre
Bagdad mediante misiles Tomahawks lanzados desde buques y submarinos, Las
operaciones de combate llevadas a cabo por la Coalición no estuvieron exentas de
errores y problemas que cobraron la vida de varios efectivos. Uno de los más
sonados ocurrió cuando un avión de combate Tornado británico fue derribado por un
misil Patriot cuando volvía de una misión. Los dos pilotos que manejaban el aparato
murieron al instante. Otro incidente tuvo lugar el 28 de marzo cuando un avión
norteamericano atacó y destruyó por error un blindado británico matando a un
sargento. Posteriormente, el 2 de abril, un F/A-18 Hornet norteamericano fue abatido
sobre los cielos de Bagdad por las propias fuerzas estadounidenses.
4) Pazos: el 19 de marzo de 2003, comenzó el ataque de la coalición
contra Iraq. El 1 de Mayo de 2003, el presidente George W. Bush proclamó el fin de
las principales operaciones militares de la invasión desde la cubierta del portaaviones
USS Lincoln en un acto que sería recordado por la frase “Misión cumplida”, la cual
fue pronunciada por el mismo mandatario estadounidense y escrita en una enorme
manta que ondeaba sobre el barco.
b. Irak
1) Recursos humanos: los iraquíes disponían, en teoría, de un ejército
de 327.000 hombres.
2) Método empleado: las fuerzas iraquíes probaron estar bien
preparadas para combatir a las fuerzas de la coalición, pero como ya se esperaba, no
lograron evitar la ocupación total del país, la caída de la capital y la expulsión del
gobierno del poder. Para combatir la ocupación y el nuevo gobierno títere, se
repartieron armas por todo el país; reclutaron milicianos y se prepararon para guerra
de guerrillas, y así tratar de defender y liberar el país de las fuerzas de ocupación
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extranjeras. El ejército de la coalición ha sufrido una gran cantidad de bajas,
contando a los muertos, heridos y desaparecidos en un continuo goteo a manos de la
resistencia iraquí y diversos grupos extranjeros que convergen en Iraq para combatir
contra los ocupantes. Las armas del ejército regular iraquí fueron distribuidas tiempo
antes entre los militantes de la resistencia, y gran parte de oficiales y militares del
antiguo ejército iraquí, que sin trabajo ni sueldo se dedican a trabajar como
mercenarios para los grupos contrarios a la ocupación. La resistencia iraquí también
ha conseguido destruir o averiar tanques, vehículos blindados, además de derribar
más de 50 helicópteros de combate y de transporte. De igual forma han logrado
abatir algunos aviones de transporte comercial, e incluso se atribuyen la destrucción
de un caza F-16 Falcon norteamericano. Con lo expuesto queda demostrado que se
recurrió a la acción indirecta, a través de la estrategia de resistencia.
La Guerra del Golfo, librada a principios del decenio de 1990, fue un ejemplo de este
caso. Como Irak no evitó la confrontación abierta, sufrió una derrota aplastante a
manos de la coalición encabezada por Estados Unidos. En la nueva guerra de Irak,
muchos aspectos de las hostilidades ilustran cabalmente la asimetría. En tanto que la
parte con mayor fuerza militar procura alcanzar una victoria rápida y decisiva en el
campo de batalla mediante el uso masivo de la fuerza, la parte más débil,
reconociendo la superioridad militar de su oponente, evita la confrontación abierta
que indudablemente conduciría al aniquilamiento de sus tropas y a la derrota; más
bien, tiende a compensar las deficiencias de su arsenal utilizando medios y métodos
no convencionales y prolongando el conflicto mediante una guerra clandestina de
desgaste contra su enemigo bien equipado. El recurso frecuente a los actos de
terrorismo tiene por objeto pelear la guerra en las pantallas de televisión y en los
hogares del Estado más poderoso, en lugar de hacerlo en el campo de batalla. Las
armas de la parte más débil, esto es, los atentados y actos terroristas espectaculares
que se consideran traicioneros y se califican de "golpes bajos", permiten al oponente
más débil librar una guerra ofensiva, atacando el "vientre blando" del Estado con
mayor fuerza militar. El ataque contra el CICR demostró que no habría piedad ni
siquiera para las organizaciones de ayuda de carácter neutral. La finalidad de esa
agresión probablemente no haya sido tanto obstaculizar las operaciones de ayuda
como causar, deliberadamente, una conmoción y librar una guerra salvaje sin
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concesión alguna a la neutralidad. Los ataques al azar perpetrados contra zonas
pobladas por civiles también demostraron que, a diferencia de la guerra de guerrillas,
los responsables de esos bombardeos no necesitaban la aprobación de la población
para continuar luchando. Del mismo modo, para compensar las desventajas
comparativas causadas por su voluminoso aparato militar, el adversario más fuerte se
siente tentado a utilizar tácticas asimétricas y medios y métodos no convencionales.
En las guerras asimétricas de este tipo, la línea divisoria entre los combatientes y los
civiles se difumina, y a veces, se borra intencionalmente. Durante la última guerra en
Irak, el ejército iraquí retrocedía cada vez que podía, ante la abrumadora fuerza del
enemigo. Incluso en la etapa más temprana de la guerra, el ejército iraquí,
comprensiblemente, no deseaba exponerse al bombardeo. Por esta razón, sus
miembros adoptaron un comportamiento inadmisible: se mezclaron con la población
civil y, por último, se quitaron los uniformes. De este modo, se puso en tela de juicio
el principio más importante del derecho de la guerra: la obligación de distinguir entre
combatientes y civiles.
La ocupación ha causado varios problemas para los países ocupantes; por un lado
una guerra de guerrillas, cada vez más profesionalizadas gracias a la participación de
miembros del antiguo ejército, con experiencia de campo; por otro lado, la presión de
la opinión pública norteamericana, que impondrá una enorme limitación al gobierno
en sus futuras operaciones en Oriente Medio, si llegara a fracasar en Iraq. Los costos
de la guerra además de humanos y materiales, se extienden ahora al campo
psicológico, provocando una reducción en el número de reclutas para el Ejército,
dadas los estadísticas de mutilados y lisiados que mes a mes llegan a los Estados
Unidos (en una proporción de 10 a 1 por cada soldado muerto en Iraq). Además cabe
mencionar el gran número de soldados que padecen de trastorno de estrés
postraumático, muchos de ellos diagnosticados de "severo a grave" y que ya ha
cobrado la vida de 6256 soldados que se han suicidado, alegando que no pueden vivir
con la culpa de haber masacrado en la guerra a civiles, hombres, mujeres y niños
inocentes y desarmados siguiendo órdenes superiores, en promedio se quitan la vida
120 veteranos de Iraq por semana, con un promedio de 17 suicidas diarios, de los
cuales más de la mitad son jóvenes menores de 25 años. Luego que la CBS News
presentó a fines de noviembre un reportaje nacional investigado durante cinco meses,
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el Pentágono se vio obligado a reconocer que 2006 fue el año con mayor índice de
suicidas de las fuerzas armadas de los Estados Unidos.
3) Recursos tecnológicos: durante los primeros siete días de la guerra,
el Ejército Iraquí habría logrado degradar la señal de la red de satélites GPS o
Navstar y por eso muchos misiles no pudieron hacer blanco sobre las coordenadas
exactas de sus objetivos. Se especula que tal vez técnicos rusos o ucranianos
colaboraron con el ejército iraquí para crear una pantalla distorsionadora empleando
equipos portátiles anti-GPS, la cual tendría un alcance horizontal de entre 20 y 150
kilómetros y vertical de 30 a 50 kilómetros. Debido a esto, las fuerzas
estadounidenses únicamente habrían podido usar misiles de crucero que podían ser
guiados hasta sus blancos sin la necesidad de señales GPS, mísiles infrarrojos o de
guía láser, pero la precisión de todas estas armas podía ser fácilmente disminuida por
tormentas de arena o simples medidas de interferencia como la quema de zanjas
rellenas de petróleo, mezcladas con arena y trozos de aluminio.
El portavoz de la Casa Blanca Ari Fleisher acusó a Rusia de haber vendido
dispositivos de alta tecnología a Bagdad, pero evitó mencionar el hallazgo en Basora
de una gran cantidad de armas británicas con el nombre de Wallop vendidas a los
iraquíes. Asimismo, el Pentágono denunció que la empresa rusa Aviaconversiya era
la que había suministrado los equipos. La acusación fue negada inmediatamente por
los rusos, quienes sostuvieron que dichos equipos de interferencia habían sido
fabricados fuera de Rusia. Los militares estadounidenses reconocieron que la
interferencia de los satélites GPS ha afectado los misiles lanzados por aeronaves o
buques norteamericanos, el coronel Victor Renuart, jefe de Operaciones del
Comando Central, afirmó con importancia que las fuerzas angloamericanas habían
logrado destruir seis equipos de interferencia instalados en vehículos o camiones
todoterreno.
4) Plazos: el 19 de marzo de 2003, comenzó el ataque de la coalición
contra Iraq. El 1 de Mayo de 2003, el presidente George W. Bush proclamó el fin de
las principales operaciones militares de la invasión, sin embargo, a más de 5 años, y
a medida que se prolonga la guerra contra Irak, que crece la resistencia iraquí civil y
militar, que los ataques de la guerrilla y las milicias se hacen más audaces, y que las
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bajas británico-estadounidenses aumentan y las líneas de suministro pierden
consistencia, el mando civil y militar estadounidense desarrolla su escalada bélica.
Así, el aparato militar invasor, luego de una fulminante victoria inicial se ha visto
empantanado en sus tareas como potencia ocupante.
Para enfrentar una guerra asimétrica se debe aprender las enseñanzas de la
poderosa resistencia iraquí. Varias son las lecciones a asimilar de la resistencia
guerrillera árabe y que debieran enriquecer la doctrina militar de resistencia.
Al respecto, aquella sugiere la necesidad de diferenciar al enemigo principal de
las fuerzas colaboracionistas. El ataque indiscriminado a las colas de postulantes a
las fuerzas policiales, es contraproducente. Cosa bien distinta es golpear
selectivamente a los mandos de las fuerzas colaboracionistas, sean éstas civiles o
militares. Debemos recordar que el ejército invasor usa a los colaboracionistas y
vasallos como carne de cañón y le importa muy poco que se despedacen entre ellos.
Además, la resistencia no está en condiciones de hacer prisioneros y debe tenerse
presente que para las operaciones en movimiento y ante persecuciones lo mejor es
causar al enemigo la mayor cantidad posible de heridos, por la simple razón de que
ello limita su capacidad de movimiento, dado que no deben dejarlos abandonados y
atenderlos requiere una gran movilización de fuerzas de reserva.
La siguiente lección enseña que se debe evitar a toda costa la guerra de
posiciones. El ejército invasor no se detiene ante museos, lugares religiosos de valor
histórico ni cualquier otra cosa parecida, simplemente no existe el denominado
"bastión inexpugnable"; la política del agresor y la reacción es matar todo, quemar
todo, arrasar todo. Que propongan diálogo, conversaciones, mediaciones u otros
regateos parecidos no es más que para preparar a la opinión pública antes de la
masacre.
Otra importante lección hace referencia a la necesidad de golpear constantemente
en la retaguardia y allí donde sean más débiles, en toda la línea de abastecimiento
(alimentos, combustible, munición, tropas de reserva, etc.), en todos los sistemas de
depósito y en los centros de comunicaciones. Ir arriba y golpear a los mandos
centrales en sus puestos de mando. Darles con su propia táctica de descabezar.
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Además, se deduce que el sabotaje a las instalaciones de servicios básicos,
principalmente lo relativo a energía y comunicaciones, debe ser constante en toda la
línea y sin ninguna clase de reserva.
Una importante lección aconseja que es de tremenda importancia no ignorar el
problema de la unidad nacional contra la ocupación. Se deben dejar a un lado las
pugnas intestinas irracionales. Se debe centralizar el mando y descentralizar las
acciones. Unidad para la guerra de resistencia contra la ocupación. Guerra de
guerrillas y resistencia nacional contra la ocupación.
Se recomienda estudiar con mayor detenimiento las costumbres y los
desplazamientos de las tropas de ocupación y la de los colaboracionistas. Golpear
tres veces: cuando están en movimiento, cuando vienen los refuerzos y cuando se
retiran, a los de la cola. Y la guerrilla no da la cara.
Otras lecciones que se desprenden de la resistencia iraquí son las siguientes:
es prioritario, analizar todo el proceso de la guerra, por lo menos las operaciones en
las del Golfo, hasta la actual, y sacar lecciones en el aspecto militar, económico,
ideológico y sobre todo en el aspecto político.
Los puntos antes mencionados sirven para explicar el primero de los principios
estratégicos de la guerra de guerrillas: iniciativa, flexibilidad y planificación en la
realización de operaciones ofensivas dentro de la guerra defensiva; operaciones de
decisión rápida dentro de la guerra prolongada; y operaciones en líneas exteriores
dentro de la guerra en líneas interiores.
Llegado a este punto, es pertinente aceptar la hipótesis planteada al inicio del
presente trabajo, afirmando que: “la estrategia de resistencia es la más viable para
afrontar con éxito una guerra asimétrica”. Para ello, considerando nuestro poder
relativo de combate ante cualquier potencia oponente, partiendo de la peor hipótesis
y asumiendo el papel del más débil, es imperiosa la adopción de una estrategia de
resistencia, advirtiendo que esta requiere un gran conocimiento de nuestra historia,
tradiciones, cultura, además del rigor doctrinario y conceptual propios, debiendo,
necesariamente, ser objeto de otra investigación. Esto es fundamental, considerando
que en la actualidad nuestra doctrina no considera enfrentar asimetrías a través de
una guerra de resistencia, por lo tanto, este asunto tampoco es abordado en ninguna
de las instituciones militares de enseñanza, haciendo la salvedad de que en ellos se
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trata someramente como enfrentar una guerra de resistencia pero, tal vez por influjo
de la doctrina imperante, no se considera, ni tan siquiera como remota posibilidad, el
hecho de recurrir a una guerra de resistencia ante la ocupación de nuestro territorio.
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RECOMENDACIONES
En base a la presente conclusión, considerando que hay posibilidades de éxito en
la guerra asimétrica para los países que deban afrontarla, se recomienda una
estrategia de resistencia que considere, entre otros, los siguientes factores:
1. Organizar una resistencia eficaz, que involucre a toda la nación, desde tiempo de
paz, bajo la dirección del Ministerio de Defensa Nacional.
2. Crear una conciencia nacional sobre la importancia de recurrir a la estrategia de
resistencia, que sume conocimientos y voluntades entre civiles y militares.
3. Emplear a las agrupaciones campesinas constituidas como base organizacional de
la resistencia, involucrándolas en tareas pertinentes a través de los líderes rurales.
4. Promocionar, a nivel nacional, temas que propicien la unidad nacional y
fortalezcan el patriotismo, como la defensa de la identidad cultural y el arraigo de
nuestros compatriotas.
5. Planear el empleo de diversidad de medios y métodos fuera de la tradición militar
común., buscando gran impacto sicológico que afecte la iniciativa del adversario, su
libertad de acción, aumentando sus bajas y generando miedo y ansiedad que socaven
su voluntad.
6. Asignación de hombres patriotas en puestos de conducción. Para vencer se
necesita un pueblo y sus dirigentes con voluntad estratégica, que generalmente surge
como consecuencia de un proyecto ideal de país con identidad y orgullo nacional.
Finalmente, como nación, no podemos olvidar lo señalado por Tucídides en la
historia de la Guerra del Peloponeso, cuando mencionó que: “Nadie que tenga la
oportunidad de adquirir algo por la fuerza ha sido disuadido jamás por el argumento
de la justicia”
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