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HECHOS Y PROYECCIONES DEL LENGUAJE
DISLOCACIONES Y DOBLADOS: ENTRE LA CONCORDANCIA ANAFÓRICA Y LA
GRAMATICAL.
Valeria A. Belloro
Universidad Autónoma de Querétaro
RESUMEN
El presente artículo de revisión teórica tiene como objetivo contribuir en la sistematización de
conocimientos sobre las construcciones de doblado y las dislocaciones en diversas lenguas, y discutir las
dificultades para caracterizar ejemplos espontáneos, así como ofrecer, a partir del caso del español, una
aproximación en términos de continuo basada fundamentalmente en criterios funcionales.
Palabras clave: Dislocaciones, doblados, interfaz sintaxis-pragmática
ABSTRACT
This review article discusses the characterizations that have been proposed for doubling and dislocated
structures in a variety of languages, and the difficulties for distinguishing one from the other in
spontaneous discourse. Secondly, based particularly on data from Spanish, a continuum approach is
presented, which proposes four categories defined mainly in terms of functional criteria.
Key Words: dislocations, doublings, syntactic and pragmatic interface
_____________________________
Articulo recibido el 25 de Octubre de 2011y aceptado para su publicación el 12 de Diciembre de 2011. Doctora en Lingüística por la State University of New York (EEUU). Se especializa en temas de interfaz sintaxis-pragmática (estructura de la
información, estructura argumental preferida). Actualmente trabaja como profesora-investigadora de tiempo completo en
la Universidad Autónoma de Querétaro (México), donde también coordina la Maestría en Lingüística. Correo electrónico
valeria.belloro@uaq.edu.mx
:
Résumé
Cet article de révision théorique vise à contribuer à la systématisation des connaissances sur la
construction de pliage et sur les dislocations dans de diverses langues, et de discuter les difficultés afin de
caractériser des exemples spontanés, et en même temps, d‟offrir, à partir du cas particulier de l‟espagnol,
un rapprochement en termes de continueté, basé principalement sur des critères fonctionnels.
Mots clés: Dislocations, pliés, la syntaxe-pragmatique d'interface
1. Introducción
Se asume que la mayoría, si no todas las lenguas del mundo, presentan construcciones en las cuales
una frase nominal que podría funcionar como argumento de un predicado ocurre fuera del límite derecho
de la cláusula de la que ese predicado forma parte(Lambrecht 2001;Cann, Kempson y Otsuka 2002).
Estas construcciones se conocen tradicionalmente como "dislocaciones a la derecha" (en lo que sigue,
simplemente "dislocaciones"). Las dislocaciones típicamente presentan un elemento pronominal, dentro
de la cláusula, con el que la frase dislocada establece una relación de concordancia anafórica. Los
siguientes son ejemplos de dislocaciones en distintas lenguas (los elementos correferenciales aparecen en
negritas, la coma se utiliza como convención para marcar el límite clausal)1.
(1) a. Francés(Kayne 2000:165)
Jean la connaît, Marie.
Jean ACC.3sg conoce Marie
„Juan la conoce, a María.‟
b. Ruso (Lambrecht 2001:1055)
Ja ne ljublju ix, policejskix.
yo no quiero ACC.3sg policías
„No los quiero, a los policías‟.
1Abreviaturas: ACU: acusativo, DAT: dativo, GEN: genitivo, sg: singular, INF: infinitivo, PREP: preposición, FN:
frase nominal. La fuente de los ejemplos se indica previamente a cada uno. Los ejemplos sin fuente son construidos.
c. Inglés
He did it, John.
NOM.3sg AUX 3sg John
‘El lo hizo, John.‟
d. Hebreo (Grosz and Ziv 1997:5)
Raiti ota etmol, et Dorit.
vi ACC.3sg ayer ACC Dorit
„La vi ayer, a Dorit.‟
Alternativamente, algunas lenguas exhiben construcciones superficialmente similares a las
dislocaciones en las que, sin embargo, el elemento léxico forma parte de la cláusula, estableciendo con la
forma pronominal una relación más cercana a la concordancia gramatical. Estas construcciones se
analizan tradicionalmente como "doblados". Los siguientes ejemplos ilustran esta construcción en algunas
de las lenguas que la poseen:
(2) a. Rumano (Gierling 1997:73)
Il cunosc pe postas.
ACU.3sg conozco PREP cartero
„Conozco al cartero.‟
b. Griego (Anagnostopoulou 2006: 545)
Tu to edhosa tu Jani to vivlio.
GEN.3sg DAT.3sg di DET Juan DET libro
'Le di el libro a Juan.'
c. Albano (Kallulli 2000)
Do ta pija me kënaqësi një uiski.
FUT 3sg bebercon placer un whisky
„Con gusto me tomaría un whisky.‟
d. Ruwundu (Nash 1992:565)
ku-ma-land malong
INF-ACU.3sg-comprar platos
„comprar los platos.‟
Centrados en una perspectiva eminentemente sintáctica, el interés fundamental de los trabajos teóricos
que han abordado este tipo de construcciones ha sido establecer el rol gramatical de la frase léxica en
cuestión; específicamente, determinar si esta frase ocupa una posición clausal o extra-clausal y,
consecuentemente, si puede o no cumplir la función de argumento del predicado.
En muchos casos, los trabajos que estudian este tema están basados en la evidencia provista por
oraciones aisladas, cuya gramaticalidad se sustenta en el juicio introspectivo del investigador. Esta
metodología, si bien ha permitido determinar que en algunas lenguas las construcciones de doblado son
posibles, no permite distinguir de modo inequívoco doblados de dislocaciones en la mayoría de las
instancias que aparecen en textos espontáneos, ya que a menudo los ejemplos encontrados en textos
carecen de los rasgos definitorios que pueden invocarse en ejemplos construidos apelando a las
posibilidades del sistema.
El español, por ejemplo, presenta ambos tipos de estructuras. De hecho, la clasificación del español
como una lengua que posee construcciones de doblado (de objeto) ha surgido de un largo debate teórico
que tuvo su punto culminante durante la década de los ochenta, especialmente en círculos ligados al
paradigma generativo chomskyano (cf. Kayne 1975, Rivas 1977, Jaeggli 1986, Suñer1988 entre muchos
otros). Sin embargo, si bien hoy en día existe un considerable acuerdo respecto de que en español las
construcciones de doblado son posibles, esto no implica, claramente, que todas las secuencias en las que
una FN forma una cadena referencial con un pronombre átono representen casos de doblado. En otras
palabras, aún queda pendiente el problema de distinguir doblados de dislocaciones frente a ciertos
ejemplos concretos.
Por otra parte, mientras que los estudios sobre estas construcciones desde la teoría sintáctica son
numerosos, los trabajos en los que la distinción entre dislocaciones y doblados se analiza desde un
enfoque discursivo-funcional son, comparativamente, muy escasos. Este trabajo se inscribe dentro de esta
perspectiva funcional, partiendo de la hipótesis Givoniana de que los sistemas de concordancia gramatical
evolucionan diacrónicamente a partir de la concordancia anafórica entre pronombres y tópicos discursivos
(Givón 1976). Sin embargo más allá del proceso intra-lingüístico de evolución de uno a otro sistema, el
objetivo de este trabajo es explorar inter-lingüísticamente el espacio que existe entre los dos tipos de
concordancia. Con este objetivo, se examinan los rasgos característicos de dislocaciones y doblados en
distintas lenguas, para luego proponer un abordaje de tipo prototípico en el que se determinan cuatro
zonas focales dentro de lo que se concibe como un continuo de gramaticalización de estrategias
discursivas.
2. Las dislocaciones
En el análisis de las dislocaciones que se realiza desde una perspectiva puramente sintáctica, en la
medida en que uno de los objetivos centrales es establecer el tipo de relación gramatical que el predicado
sostiene con los distintos constituyentes, existe una cierta tendencia a homologar las nociones de “frase
dislocada” y “adjunto”.A los fines del análisis que queremos desarrollar aquí, sin embargo, nos interesa
distinguir entre las dos categorías. De hecho, los conceptos de adjunto y dislocación son mutuamente
excluyentes: mientras que el primero refiere a una relación gramatical o semántica entre un denotatum y
una predicación, el otro refiere a una cierta posición sintáctica. Las dislocaciones, en sentido estricto, no
son argumentos ni adjuntos de un predicado, ya que mantienen con la proposición una relación de tipo
exclusivamente pragmático (Lambrecht 2001: 1066).
La característica definitoria de las dislocaciones es involucrar una frase léxica extra-clausal cuya
contraparte dentro de la cláusula cumple cierta función gramatical en relación con el predicado2. En
algunos casos, la ocurrencia de una frase dislocada tiene como consecuencia una alteración en orden
lineal de los constituyentes. Por ejemplo, en lenguas de verbo final, la ocurrencia de una frase nominal en
posición post-verbal sugiere un análisis en términos de dislocación. Esta posibilidad se ilustra abajo con
ejemplos del turco y el yaqui:
(3) a. Turco (Erguvanli 1984)
Adam taŝiØ atti,oglana.
hombre piedra PRO arrojar muchacho
„El hombre le arrojó la piedra, al muchacho.‟
b. Yaqui (Belloro y Guerrero2010)
Itom a me’e-bae ju-ka aniimal-ta’.
1pl.NOM 3sg.ACU matar.SG-DESID DET.ACU animal-ACC
„Nosotros queremos matar a ese animal.‟
Sin embargo, en todas aquellas lenguas en las que el orden de constituyentes es relativamente libre, o
en las que el constituyente dislocado ocurriría canónicamente en posición final de cláusula, el orden lineal
de los constituyentes evidentemente no ofrece ningún indicio claro respecto de la integración o
dislocación sintáctica del elemento en cuestión, y es necesario apelar a otros criterios. El yimasy el
cayuga ilustra este caso. En ambas lenguas el orden de constituyentes es libre, y las FN posverbales son
admitidas en la cláusula. En ambas lenguas, sin embargo, la dislocación se marca prosódicamente: las
frases nominales dislocadas aparecen precedidas de una pausa distintiva y tienen un marcado contorno
entonacional descendente, mientras que las frases no dislocadas aparecen prosódicamente integradas a la
cláusula. En los siguientes ejemplos, la coma se utiliza convencionalmente para marcar este límite
prosódico, que es el único correlato formal que distingue estructuras dislocadas de no dislocadas (Foley
2007).
2En algunas lenguas, esta contraparte clausal puede en algunos casos estar realizada por un pronombre
nulo, como se ilustra en (3a). Para una justificación de este análisis para el turco, cf. Lambrecht (2001).
(4) a. Yimas(Foley 2007: 446)
mum pu-n-mampi-awkura-mpi-api-k, paympan.
3pl 3pl-3sg-nuevamente-reunir-SEQ-poner.en-IRR águila
'Él nuevamente las reunió y las puso adentro, las águilas.'
b. Cayuga (idem)
kye’ sakáeyo, kashehawáhksho’.
entonces 3pl.volver 3pl.PSS.hijas
'Entonces ellas volvieron, tus hijas.'
La asociación entre estructuras dislocadas y ciertas características prosódicas de los enunciados orales
que las instancian es frecuente, y tradicionalmente se ha asumido que la presencia de una pausa o, al
menos, un quiebre en el contorno entonacional, es una condición necesaria para un análisis en términos de
dislocación. Gutiérrez-Rexach (2000: 333), por ejemplo, sostiene que la prosodia es uno de los rasgos que
permite distinguir entre objetos doblados y dislocados en español. Lo mismo plantea Ceccheto (1999: 40)
para el italiano, lengua en la que las dislocaciones a la derecha con copia clítica (cliticrightdislocations)
aparecen necesariamente asociadas con un quiebre entonacional. Samek-Lodovici (2006:838) hace una
observación en el mismo sentido, indicando que en esta lengua los constituyentes dislocados
necesariamente siguen a la palabra que lleva el acento entonacional principal. Otros estudios, sin
embargo, han señalado que ciertas frases “dislocadas” pueden aparecer prosódicamente integradas a la
cláusula .Además de algunos estudios del italiano, como por ejemplo el de Duranti y Ochs(1979: 389), la
integración prosódica de las frases dislocadas se ha propuesto para el francés (Auger 1994: 95), noruego
(Fretheim 1995) y alemán (Averintseva-Klisch 2008). Las opiniones discordantes en este área ponen en
evidencia el hecho de que la interfaz entre fonología y sintaxis es un terreno aún poco explorado
experimentalmente, lo que echa dudas sobre caracterizaciones de la estructura sintáctica basadas
exclusivamente en características prosódicas de los enunciados, especialmente si no están respaldadas por
evidencia empírica.
Quizás el único rasgo prosódico que, hasta el momento, puede invocarse con suficiente confianza para
distinguir doblados de dislocaciones es el acento focal. Debido a su posición extra-clausal, un
constituyente dislocado no puede, por definición, aparecer asociado al acento focal de la cláusula
(Lambrecth 2001). La relativa "desacentuación" de la frase dislocada se ha observado en el turco
(Ergunvanly 1984), chino (Guo 1997), francés (Lambrecht 1981) y noruego (Fretheim 1995). Como
veremos más adelante, sin embargo, a las reservas expresadas arriba respecto del uso de criterios
prosódicos, debemos agregar que la ausencia de acento focal sobre la frase léxica en cuestión, si bien
necesaria, no puede interpretarse como condición suficiente para un análisis en términos de dislocación.
En posible, sin embargo, reinterpretar las observaciones referidas al acento focal en la medida en que
las liberamos de su dependencia de la fonología y las analizamos en tanto correlatos del estatus
informativo de los denotata. De hecho, la relación (negativa) que existe entre foco oracional y elementos
dislocados remite, independientemente de cómo se exprese prosódicamente, al estatus informativo de
estos elementos. En la medida en que se abandona el intento de analizar enunciados aislados y se
comienza a observar ejemplos en su contexto discursivo, es en muchos casos posible deducir el estatus
informativo de un elemento aún en ausencia de información prosódica, tal como lo hacen regularmente
los hablantes al decodificar textos escritos. Es en este tipo de características pragmáticas en las que nos
enfocaremos en adelante.
Por ejemplo, una característica inter-lingüística típica de las dislocaciones a la derecha es el
requerimiento de que refieran a elementos previamente mencionados. Esta característica se ha constatado
en lenguas como el francés (Lambrecht 2001), inglés (Ward y Bierner 2004), italiano (Samek-Lodovici
2006), catalán (Mayol 2006) y español (Martín Butragueño 2007), entre otras. Los siguientes ejemplos
del inglés (adaptados de Ward y Birner 2004: 168) ilustran este punto:
(5) a. Below the waterfall (and this was the most astonishing sight of all), a whole mass of
enormous glass pipes were dangling down into the river from somewhere high up in the
ceiling! They really were ENORMOUS, those pipes.
„¡Debajo de la caída de agua (y este era el paisaje más deslumbrante de todos), una serie de
enormes tubos de vidrio colgaban arriba del río desde algún lugar alto en el cielo! Eran
realmente ENORMES, esas tuberías.‟
b. Below the waterfall (and this was the most astonishing sight of all), a whole mass of enormous
glass pipes were dangling down into the river from somewhere high up in the ceiling! #They
really were ENORMOUS, some of the boulders in the river.
„¡Debajo de la caída de agua (y este era el paisaje más deslumbrante de todos), una serie de
enormes tubos de vidrio colgaba arriba del río desde algún lugar alto en el cielo! #Eran
realmente ENORMES, algunas de las rocas que había en el río.‟
En (5)a) la frase dislocada refiere a un elemento mencionado en la oración precedente (los tubos de
vidrio). En (5)b), en cambio, el uso de una estructura dislocada es inadecuado, ya que se denota un
elemento discursivo nuevo (las rocas en el río).
Es importante notar que el uso pragmáticamente apropiado de una dislocación requiere que la fuente
de identificabilidad del referente sea efectivamente el contexto discursivo. En términos de Prince (1992),
el referente de una frase dislocada debe estar “dado en el discurso” (discourseold) y no solamente “dado
para el oyente” (hearer-old). En otras palabras, la identificabilidad que resulta del conocimiento previo
del interlocutor no es suficiente para posibilitar el uso de una dislocación, tal como ilustran los siguientes
ejemplos:
(6) a. #Hola Pedro, ¿a que no sabes? Ayer laví por la calle, a tu hermana menor.
b. Hola Pedro, ¿a que no sabes? Ayer ví por la calle a tu hermana menor.
(7) A: ¿Dónde te gustaría comer?
a. B: #No sé. Es un poco caro, el Azul y Oro. Mejor vayamos a otro sitio.
b. B: No sé. El Azul y Oro es un poco caro. Mejor vayamos a otro sitio.
Más aún, el uso apropiado de una dislocación no solamente requiere que su denotatum haya
sido previamente mencionado sino que, además, éste debe tener el estatus de “centro de
interés”en el contexto discursivo (Lambrecht 2001:1073). Es decir que las dislocaciones deben
referir, como todo constituyente topical, a una entidad que de alguna manera es esperable que
aparezca codificada como tópico. Esto explica por qué frecuentemente refieren a contrapartes
clausales en función sujeto, en la medida en que los sujetos gramaticales constituyen el
locustopical no marcado(cf. GroszyZiv 1997 para datos sobre el inglés y el hebreo; Martín
Butragueño 2007 para el español). De hecho, en lenguas como el noruego, las dislocaciones a la
derecha prosódicamente integradas a la cláusula solo son posibles en relación con constituyentes
clausales en función de sujeto(Fretheim 1995).
En relación con esta característica, es también interesante señalar que las entidades inferibles
(como lo son por ejemplo los miembros de un conjunto mencionado en el contexto precedente),
generalmente no licencian el uso de dislocaciones. Esto se puede ilustrar con los siguientes
ejemplos del catalán (Villalba 1998), donde solo (8)a‟), pero no (8)a)sirve como un contexto
adecuado para (8)b):
(8) a. A: On va posar les coses?
¿Dónde puso las cosas?
a‟. A: On va posar elsllibres?
¿Dónde puso los libros?
b. B: Emsembla que els va posar al despatx, elsllibres.
„Me parece que los puso en el despacho.‟
Si bien las dislocaciones requieren un denotatum “dado en el discurso”, existen algunas diferencias
respecto de que tan “a la izquierda” la expresión referencial en cuestión debe (o puede) recuperar su
antecedente. En algunas lenguas, las dislocaciones parecen preferir participantes que se han codificado en
el contexto inmediato. Este es el caso del catalán, por ejemplo, donde el 60% de las dislocaciones
selecciona a un antecedente que se ha mencionado en la cláusula precedente (Mayol 2006), tal como
ilustra el ejemplo de (8). En otras lenguas, sin embargo, esto es solo posible si en la segunda mención la
descripción definida tiene un uso atributivo, del tipo que se ilustra en(9)(para ejemplos del inglés, cf.
Grosz y Ziv1997).
(9) A: ¿Y qué me dices de Juan?
B: Justo me lo encontré ayer, al condenado.
Crucialmente, en muchos de los casos en los que el antecedente aparece en la cláusula precedente, el
uso de una construcción dislocada difícilmente puede adscribirse a la necesidad del hablante de clarificar
la referencia. Los siguientes ejemplos del alemán (Averintseva-Klisch 2008) ilustran este punto:
(10) a. Ich mag sienicht, (ichmeine) die Serena.
'No me gusta ella, (quiero decir) Serena.'
b. 'Der Taifun!Da ister!' Ja, da warer, der Taifun.
'¡El tifón!¡Aquí viene!' Sí, ahí estaba, el tifón.'
Es plausible suponer que, en casos como(10)a),el referente del pronombre sie es ambiguo, y que por lo
tanto la frase léxica die Serena cumple justamente la función de desambiguar la intención referencial del
hablante. En estos casos la posible adición de la expresión ichmeine 'quiero decir' hace explícita esta
función pragmática. En casos como (10)b), sin embargo, la frase dislocada refiere al que es en realidad el
único participante en el segmento; participante que el pronombre er permite identificar sin ambigüedad.
La adición de la frase der Taifun, por lo tanto, necesariamente cumple una función distinta a la que
cumple la frase dislocada en (10)a). Según el análisis de Averintseva-Klishen estos casos la
dislocaciónsirve para señalar al referente en cuestión como tópico discursivo.
En efecto, mientras que algunas dislocaciones cumplen una función correctiva y meramente local,
otras están determinadas por la estructura global del discurso. Existen, por lo tanto, desde un punto de
vista comunicativo, dos motivaciones distintas que hacen que el hablante utilice una frase nominal
dislocada para codificar léxicamente a un participante previamente mencionado y relativamente saliente
en el contexto discursivo. En el primer caso, el hablante planifica su enunciado asumiendo que el
referente en cuestión puede ser identificado a partir de su codificación exclusivamente pronominal, pero
una vez iniciada la enunciación decide denotarlo mediante una frase léxica. Este tipo de motivación es a
veces atribuida a las dislocaciones en general (Givón 1976:153), pero corresponde a lo que aquí
llamaremos "reparaciones". De acuerdo con esta definición, es esperable que este tipo de dislocaciones
refiera a participantes dados, ya que el hablante debe tener alguna base para suponer, en principio, que un
pronombre sería suficiente para que su interlocutor identificara al referente. Por otra parte, en la medida
en que son concebidas como estrategias de reparación en las que el hablante “cambia de idea”luego de
haber planificado su enunciado, también es esperable que en este tipo de dislocaciones exista algún tipo
de límite prosódico entre la cláusula y el constituyente dislocado. Como señalábamos más arriba, estas
dislocaciones tienen un efecto meramente local, y no afectan la estructura global del discurso ni están
determinadas por ella.
Por otra parte, ejemplos como los de (8), (9) o (10)b)sugieren la existencia de casos en los que las
dislocaciones no tienen como objeto clarificar la intención referencial del hablante, sino que la frase
dislocada forma parte desde el inicio dela planificación del enunciado. La función pragmática
característica de estas dislocaciones ya no desambiguar la referencia sino marcar la continuidad como
tópico discursivo de cierto participante. Adoptando el término acuñado por Chafe (1976) nos referiremos
a este segundo tipo de dislocaciones como "antitópicos". En la medida en que forman parte del enunciado
desde su planificación, los antitópicos no están prosódicamente separados de la cláusula; y en la medida
en que exceden el ámbito de la reparación local, los antitópicos pueden interpretarse como un paso más
avanzado, respecto de las reparaciones, en la gramaticalización de estrategias discursivas. Entre las
reparaciones y los antitópicos, por un lado, y los fenómenos de concordancia gramatical, en el otro
extremo, existe aun la posibilidad de distinguir otra zona intermedia, la de los doblados, que es el objeto
de la siguiente sección.
3. Los doblados
Las construcciones de doblado comparten con las dislocaciones la presencia de una cadena co -
rreferencial entre un elemento léxico y otro pronominal. Los doblados se diferencian de las dislocaciones,
sin embargo, en que en estos la frase nominal, al formar parte de la cláusula, cumple dentro de ésta una
función gramatical. Y mientras que las estructuras dislocadas son posibles en todas las lenguas, no todas
las lenguas permiten los doblados. Son excepcionales, en este sentido, el español, el rumano, el griego, el
albano, el macedonio y el búlgaro. Respecto de otras lenguas, existen opiniones divergentes. Por ejemplo,
algunos autores reconocen ciertas construcciones del francés e italiano como instancias de doblado
(Kayne 2000:164ss; Capone 2003), mientras que otros sostienen que estas lenguas solamente hay casos
de dislocación.
Parte del debate sobre la existencia o no de construcciones de doblado en una lengua particular deriva
del empleo de distintas pruebas para establecer de modo inequívoco el estatus argumental de la frase
léxica. Por ejemplo, se asume que lo que dentro de ciertos modelos de la gramática generativo-
chomskyana se considera como "extracción" de frases interrogativas se realiza desde posiciones
argumentales. Así, las diferencias de gramaticalidad en los ejemplos de(11)sugieren, según esta prueba,
que en español los doblados de dativo son posibles pero los de acusativo no lo son.
(11) a. ¿A quiénle diste tu voto?
b. *¿A quiénlo votaste?
Sin embargo, una vez admitida la posible gramaticalidad de las construcciones en el sistema, aun
queda pendiente el distinguir, frente a ejemplos concretos, cuáles efectivamente instancian casos de
doblado y cuáles casos de dislocación. Para esta cuestión, tal como mencionamos en la sección anterior,
en lenguas de orden de palabras rígido, el orden de los constituyentes puede ocasionalmente invocarse
como criterio para determinar si la frase léxica que se analiza está doblada o dislocada. Por ejemplo,
incluso admitiendo que dentro del sistema del francés el doblado es en ciertos casos admisible, el
siguiente ejemplo solo puede involucrar dislocación, en la medida en que el supuesto “objeto”ocurre
después de un adjunto, orden que no es posible, en esta lengua, dentro de la cláusula(De Cat 2007:510).
Así, el análisis correcto es considerar, para este ejemplo, que la frase ces petitsenfants aparece dislocada y
no sostiene ninguna relación gramatical con el predicado:
(12) On va lesmangeravec des pommes, ces petitsenfants.
„Nos los vamos a comer con manzanas, a estos chiquitos.‟
En otras lenguas, sin embargo, los ejemplos en los que un adjunto interviene entre la frase léxica y el
resto de la cláusula no pueden considerarse automáticamente como casos de dislocación, tal como ilustra
el siguiente ejemplo del español.
(13) Empezaron a ayudar, lo llamaron enseguida a un médico y todo, pero
el señor--- se murió del corazón.(hcba)
En (13), la frase léxica aparece después de un adjunto sintáctico similar al que aparecía en el ejemplo
del francés presentado en(12). Por lo tanto, el orden de constituyentes podría sugerirnos un análisis en
términos de dislocación. Sin embargo, el hecho de que objeto está determinado por un artículo indefinido
(de lo que se deduce su integración sintáctica en la cláusula, cf. Rizzi1986), lleva a pensar que en español
la ocurrencia de un adjunto entre el verbo y el objeto léxico no es evidencia de la dislocación del objeto, y
que este tipo de cláusulas pueden también constituir instancias de doblado.
Si los criterios exclusivamente gramaticales son muchas veces poco concluyentes, no es muy distinta
la situación en lo que respecta a los criterios prosódicos. Vimos antes que la presencia de una pausa antes
de un elemento léxico del que existe una contraparte clausal pronominal es una de las señales que pueden
sugerir la dislocación sintáctica de este constituyente. En el caso de las reparaciones, especialmente, la
pausa es reflejo de la reformulación del enunciado planeado originalmente. Si bien estos ejemplos pueden
presentarnos con un indicio del análisis más adecuado, es necesario recordar que de la ausencia de pausa
no es posible deducir integración sintáctica ya que, como también mencionamos arriba, una de las
características que se ha señalado de los antitópicos es, justamente, su integración prosódica a la cláusula.
También mencionábamos arriba que en rasgo también ligado a la prosodia pero que puede hasta cierto
punto ser detectado en ausencia de evidencia fonética es el acento focal. Hemos mencionado que solo las
frases relacionadas con doblados (pero no las dislocaciones) pueden recibir acento focal. Esto se sigue del
hecho de que los denotata focales son por definición elementos de la proposición comunicativamente
indispensables y, dado que las proposiciones se expresan en cláusulas, los constituyentes focales tienen
por necesidad que ocurrir dentro de ella (Lambrecht 2001). Así, cualquier frase léxica asociada con el
foco del enunciado debe interpretarse necesariamente como integrada a la cláusula. La respuesta de B en
(14) ilustra este caso:
(14) a. A: -¿A quién le diste la carta?
B: -Se la di a Maria
Nuevamente, sin embargo, la ausencia de este rasgo no permite deducir ningún análisis estructural. En
las siguientes construcciones del griego, por ejemplo, el foco (en versalitas) excluye a la frase léxica
doblada (Anagnostopoulou 2006:546ss):
(15) A: Pjios tin efage tin turta?
¿Quién se comió la torta?
B: Tinefagetin turtaO JANIS.
ACC comer.3sg la torta el Juan.
„Se comió la torta Juan.‟
C: O Petros agorase enavivlio.
„Pedro compró un libro.‟
Ke tin ali mera, to katestrepseto vivlio ENAS MATHITIS TU.
y el otro día ACC destruyó el libro un estudiante suyo.
„Y al día siguiente, le destruyó el libro un estudiante suyo.‟
El griego permite secuencias de tipo VOS en las que el foco coincide con el constituyente sujeto
(Alexiadou 1999). En estos casos, el objeto directo aparece relativamente “desacentuado” (según la
terminología que se utiliza tradicionalmente) a pesar de estar integrado sintácticamente a la cláusula.
Ejemplos de este tipo muestran que, por lo tanto, es posible tener frases “dobladas” que no coinciden con
elemento focal del enunciado.
En segundo lugar, es posible que la frase doblada siga a un foco contrastivo. En lenguas como el
español, por ejemplo, se asume que mientras el foco neutro se asigna a la última sílaba tónica del último
constituyente del grupo melódico, el foco contrastivo puede asignarse a cualquier sílaba acentuable
(Zubizarreta 1999, pero ver Ortiz-Lira 2000 y Labastía 2006). El siguiente ejemplo tomado de El Habla
Culta de la Ciudad de Buenos Aires(Barrenechea 1987, en adelante hcba) ilustra esta posibilidad:
(16) ¿Y la habrá hecho CON ÉLla tesis?
Nuevamente, sin embargo, la relativa desacentuación de la frase objeto no es evidencia suficiente para
asignar esta construcción a la clase de las dislocaciones, aun si en este caso ocurre como último elemento
de la cadena. Nótese, por ejemplo, que no es esperable que la entonación cambie si el pronombre es
omitido de la estructura, tal como se ilustra en (17).
(17) ¿Y habrá hecho CON ÉLla tesis?
Por otra parte, es también cuestionable que los focos que no coinciden con el límite derecho de la
cláusula determinen necesariamente una interpretación constrastiva en español. En un estudio sobre el
español de Argentina, Labastía (2006) provee evidencia empírica de que ciertos constituyentes de final de
cláusula pueden aparecer relativamente des acentuados sin que surja una interpretación contrastiva del
elemento focal. El autor examina datos que revelan que es posible desfocalizar, en términos prosódicos,
partes del enunciado en usos metalingüísticos y contrastivos, así como paráfrasis o en referencia a
elementos inferibles. Resultados análogos han sido obtenidos por Ortiz-Lira (2000:34) para el español de
Chile.
El siguiente ejemplo muestra que la coincidencia del acento prosódico principal con la frase muy mala
espinano determina que ésta reciba una interpretación contrastiva (interpretación que, en todo caso, recae
sobre el pronombre tónico).
(18) …todo crea una especie de buena conciencia. Además el público que hay es espantoso
y el público sale feliz, ¿viste la cara del público? Eso me dio MUY MALA ESPINAa
mí.(hcba)
En realidad, lo que estos ejemplos señalan es que, lamentablemente, es todavía mucho lo que queda
por investigar sobre la relación entre prosodia, sintaxis y estructura de la información; lo que hace
necesario desconfiar de cualquier análisis que descanse en una concepción biunívoca de la relación entre
prosodia y sintaxis, como ya han señalado algunos autores (cf. Martín Butragueño 2005).Hasta que se
hayan logrado más avances en este terreno, sin embargo, debemos reconocer que los criterios de tipo
prosódico presentan una validez muy limitada.
Por último, un criterio adicional para distinguir dislocaciones y doblados que se ha invocado en la
literatura (conocido como “generalización de Kayne”) postula que las construcciones de doblado solo son
posibles en la medida en que las frases dobladas aparezcan asociadas a cierto elemento
(pseudo)preposicional, como la marca pe del rumano o la a del español (Jaeggli 1981, Lyons 1999,
Belletti 2005, Anagnostopoulos 2006, pero ver Suñer 1988).
En el caso del español, esta generalización permite capturar gran parte de los datos, ya todos los
objetos pronominales, tanto dativos como acusativos, aparecen marcados por esta preposición, así como
todos los dativos léxicos. Por otra parte, en los dialectos más innovadores, el doblado de objetos directos
léxicos parece extenderse en primer lugar a nombres propios de persona, que también responden a la
generalización (cf. Flores y Melis 2004). Sin embargo, la correlación entre doblados y frases marcadas
por a en español tampoco es absoluta. En primer lugar, la presencia de a no constituye una condición
suficiente para asignar a los enunciados candidatos a la clase de los doblados, ya que esta marca también
ocurre con dislocaciones:
(19) El año pasado le tocó a mi hija, a Norma(hprm)
Por otro lado, la presencia de la preposición, si bien común, tampoco es condición necesaria, al menos
en algunos dialectos. El estudio de un corpus interaccional de español de Buenos Aires (Belloro 2007)
provee ejemplos de construcciones de doblado no marcadas por a (cabe señalar que estos casos
involucran referentes discursivamente nuevos, por lo que no pueden constituir ejemplos de dislocación,
tal como se discute arriba):
(20) a. Un médico amigo que estaba siguiéndolasu especialidad…(hcba)
b. …hay que verlaslas cosas para aprenderlas un poquito mejor ¿no? (hcba)
En Belloro (2007) se muestra que las condiciones de adecuación pragmática que se aplican a las
construcciones de doblado de acusativo en el español de Buenos Aires requieren que el referente
seleccionado sea identificable o inferible (i.e. se asuma como conocido para el oyente), si bien las frases
léxicas dobladas no admiten foco estrecho (a diferencia de las pronominales).Dado que la
identificabilidad del referente no es una condición suficiente para el uso adecuado de las dislocaciones, tal
como se discutió en la sección previa, el desafío que estas construcciones plantean es que si bien, a
diferencia de los doblados de dativos u objetos pronominales, no parecen pasibles de aceptar foco
estrecho sobre la frase léxica, tampoco constituyen instancias de dislocaciónen a medida en que pueden
referir a elementos discursivos nuevos y el referente denotado por la frase léxica puede formar parte del
foco oracional (algo que también está vedado en el caso de las dislocaciones).
Así, de modo análogo a lo que sucede con las dislocaciones, dentro de las cuales reconocíamos
reparaciones y antitópicos, aquí también parece necesario reconocer al menos dos tipos de doblados, que
llamaremos doblados "propios" y pseudo-concordancias. Para el caso del español, clasificamos como
doblados "propios" los casos en los que la frase léxica no puede ser sede de foco estrecho, y en los que la
presencia del clítico se concibe como gramaticalmente opcional (ejemplos como (16) y (20) arriba).
Como pseudo-concordancias, por su parte, clasificamos a los casos en los que la frase léxica puede ser
sede de foco estrecho y la presencia del clítico se concibe como obligatoria o altamente favorecida en
todos los dialectos y con independencia de requerimientos pragmáticos particulares (ejemplos como (14),
(18), (19)). En general, en diversos dialectos del español, los doblados de dativos y objetos pronominales
constituyen casos de pseudo-concordancias, mientras que son típicamente doblados "propios" los que
involucran acusativos léxicos con referentes discursivos nuevos.
Los doblados "propios" se diferencian de las pseudo-concordancias en que evidencian un estadio más
cercano al de la concordancia anafórica que emerge entre pronombre y antitópico en las construcciones de
dislocación, que al de la concordancia gramatical prototípica. En términos pragmáticos, doblados
“propios” y pseudo-concordancias se diferencian en que entre los doblados la ocurrencia del elemento
concordante está fuertemente condicionada por factores discursivos. Por su parte, los doblados “propios”
se diferencian de los antitópicos en que, en contraste con estos, pueden ser parte del foco oracional así
como referir a entidades discursivas nuevas.
4. Los objetos del español: entre dislocaciones y doblados
Como vimos en las secciones precedentes, existe una serie de rasgos de tipo prosódico, morfológico,
sintáctico y pragmático característicos que permiten distinguir los ejemplos prototípicos de dislocaciones
y doblados:
(21) Característicasprototípicas de las dislocaciones:
(i) La frase dislocada no cumple un rol argumental.
(ii) La frase dislocada está separada del resto de la cláusula por una pausa o un
quiebre entonacional (solo para las reparaciones);
(iii) La frase dislocada ocurre en una posición lineal no canónica;
(iv) La frase dislocada no forma parte del foco oracional;
(v) La frase dislocada no refiere a un participante discursivo dado o activo.
(22) Características prototípicas de los doblados:
(i) La frase doblada cumple un rol argumental.
(ii) La frase doblada no está separada prosódicamente del resto de la cláusula;
(iii) La frase doblada ocurre en una posición lineal canónica;
(iv) La frase doblada forma parte del foco oracional (para dativos y frases
pronominales, puede incluso tener la función de foco constrastivo);
(v) La frase doblada refiere a un participante discursivo nuevo o no activo.
A estos rasgos se suma, a nivel del sistema, el hecho de que en las lenguas que aceptan construcciones
de doblado las formas concordantes muestran signos de pérdida de rasgos pronominales y atributos
típicos de los afijos flexivos.
Ninguno de estos rasgos, por sí solo, permite clasificar a todas las cadenas, ya que muchas veces los
ejemplos no presentan los valores específicos permitirían clasificarlos de forma unívoca. Por ejemplo, es
posible detectar doblados en aquellos casos en los que es el constituyente en cuestión coincide con el
locus del foco contrastivo, pero la ausencia de este valor no permite deducir ningún análisis estructural.
De forma análoga, se puede adscribir a la clase de los doblados los ejemplos en los que la frase léxica está
marcada como indefinida, pero claramente no todas las frases definidas son casos de dislocación.
Por otra parte, vimos que existen al menos dos tipos de dislocaciones (las reparaciones y los
antitópicos), así como dos tipos de doblados (los doblados propios y las pseudo-concordancias). La
existencia de estos cuatro subtipos sugiere que es necesario relativizar no solamentela dependencia
exclusiva en un tipo de rasgo,sino de hecho el valor heurístico de la dicotomía sintáctica dislocación-
integración. Desde esta perspectiva, reparaciones, antitópicos, doblados y pseudo-concordancias emergen
como instancias a lo largo de un continuo de gramaticalización de estrategias discursivas que tiene como
punto culminante los fenómenos de concordancia gramatical. La siguiente tabla distingue las
características de cada subtipo.
Reparaciones < Antitópicos< Doblados < Pseudo- Conc.
Función
gramatical
de la FN
No No Sí Sí
Orden
canónico
No No Sí Sí
Puede ser
foco
No No Sí Sí
Puede
refppte
nuevo
No No Sí Sí
Separación
prosódica de
la cláusula
Sí No No No
Función
discursiva
Identificación del
referente
Continuidad
tópica
Accesibilidad Referencialidad
Tabla 1. Continuo entre reparaciones y pseudo-concordancias
Dentro de la clase de las dislocaciones vimos que existen razones para distinguir las reparaciones de
los antitópicos. Ambas comparten la característica de ocurrir fuera de los límites de la cláusula, y por lo
tanto no pueden cumplir una función gramatical dentro de ésta. Típicamente, las frases léxicas asociadas a
las reparaciones y antitópicos no ocurren en posición canónica. De hecho, aparecen frecuentemente
asociadas a contrapartes clausales en función sujeto que aparecen desplazadas hacia la derecha respecto
de su posición esperada. Tanto reparaciones como antitópicos deben referir a elementos dados en el
contexto discursivo, pero mientras la frase léxica asociada con una reparación típicamente se encuentra
prosódicamente separada de la cláusula, las frases que sirven como antitópicos se encuentran
prosódicamente integradas a esta. Por último reparaciones y antitópicos cumplen diferentes funciones
pragmáticas: las reparaciones sirven para asegurar la identificación del referente denotado, mientras que
los antitópicos lo señalan como topical en el contexto discursivo subsecuente. Los siguientes ejemplos de
habla espontánea ilustran una reparación (23)a) y un antitópico(23)b) en español:
(23) a. A: -Se la regaló. Entonces...
B: - La compró.
A: - ¡No!, se la regaló a él, al... al chico, porque no sabían qué hacer con la
ballena…(hcba)
b. Eh... nuestros abuelos--- tuvieron todos los hijos que quisieron--- y vivieron como
pudieron los chicos. (hcba)
Dentro del grupo de los doblados, tanto las frases léxicas dobladas como las que aparecen asociadas a
una relación de pseudo-concordancia forman parte de la cláusula y, por lo tanto, cumplen una función
gramatical dentro de ésta. A diferencia de las reparaciones y los antitópicos, en los doblados y pseudo-
concordancias la frase léxica puede referir a elementos nuevos en el contexto discursivo y estar asociada
al acento focal. Por otra parte, doblados y pseudo-concordancias se diferencian entre sí en la medida en
que los primeros están fuertemente condicionados por factores pragmáticos, mientras que estos juegan un
rol muy limitado en el caso de las segundas. En las pseudo-concordancias, en realidad, la función del
clítico es meramente indicar la referencialidad del denotatum.
Para continuar con los ejemplos del español, en la variedad de Argentina los casos en los que una frase
en función de objeto directo coocurre con un clítico acusativo usualmente corresponden a lo que aquí
consideramos como doblado propiamente dicho (24)a), mientras que los casos en los que una frase en
función de objeto indirecto coocurre con un clítico dativo corresponden a lo que definimos como pseudo-
concordancia (24)b)3.
(24) a. …yo la invito a hacer este experimento: tomar todo lo que es sacando Piazzolla, tomar... tomar
todo lo que es eh... yo no diría--- nueva ola, diría--- vanguardia en tango; en todos los
movimientos musicales siempre nos interesa la vanguardia; es lo que va quedando, por
supuesto. Tomémosloa Troilo, tomémosloa Berlingieri, tomémosloa Salgán…(hcba)
b. ¿Pedro Páramo? Eh... escuchame, Pedro Páramo, mirá--- yo lo leí este año cuando fui a la
facultad. Eh... es la historia de un tipo--- cuya madre al momento de morir--- le dice que vaya--
- a un pueblo donde vive--- Pedro Páramo. Pedro Páramo es su padre, él es hijo de Pedro
Páramo. Entonces el tipo le cierra los ojos a su madre--- y va a ese pueblo. (hcba)
En (24)a) los participantes denotados por las frases dobladas son discursivamente nuevos. Sin
embargo, su relativa accesibilidad está garantizada por el tema que se discute, en la medida en que los tres
referentes en cuestión son, en el momento de la interacción, miembros salientes de la vanguardia del
tango. Nótese que los referentes denotados por los doblados son identificables en el contexto particular en
el que ocurren, a pesar de que no están activos como tópicos discursivos ni constituyen, como sí lo hacen
los referentes asociados típicamente a las dislocaciones, el “centro de interés” del pasaje en cuestión.
Belloro (2007) argumenta a partir del análisis de un corpus de conversación entre hablantes de español de
Buenos Aires que es solo en estas condiciones precisas que las construcciones de doblado de acusativo
ocurren en español.
El ejemplo de (24)b), por su parte, ilustra un caso en el que el referente codificado por la frase dativa
su madre aparece mencionado en el contexto previo. Sin embargo, ejemplos en los que el clítico y la frase
nominal dativa co-ocurren no están restringidos a estos contextos. La coocurrencia del clítico y la frase
léxica puede estar asociada con la mención de referentes nuevos, incluso aquellos que no aparecen
asociados inferencialmente al tópico discursivo. De hecho, en oposición a la restricción pragmática que
3Tomando como criterio la obligatoriedad de la marca, los ejemplos de concordancia plena a nivel de la
cláusula, en español, están limitados a la concordancia de Sujeto.
pesa sobre la ocurrencia de clíticos de acusativo, en el caso de los clíticos dativos la restricción opera en
sentido inverso, desfavoreciendo su omisiónya que, al menos en el caso del español, es en los casos de
entidades no referenciales o particularmente poco salientes en el contexto discursivo que el clítico se
omite en el uso, tal como se ilustra en (25) (cf. Bogard 1992, Maldonado 2002, Belloro 2007, Ibáñez
2006, Guerrero Hernández y Belloroenviado).
(25) Nosotros no habíamos querido pedir el auto prestado a nadie. (hcba)
La pérdida de restricciones pragmáticas en los contextos de uso y la extensión de los contextos de
obligatoriedad son aspectos complementarios que conspiran en la relativa gramaticalización del clítico
dativo. Es en este sentido que llamamos pseudo-concordancia a las construcciones como las de (24)b),
diferenciándolas tanto de los casos de doblado más prototípicos, asociados con un significado pragmático
específico, como de la concordancia gramatical canónica, que típicamente se caracteriza por su
obligatoriedad, su total pérdida de valores referenciales y la presencia de controladores locales (Corbett
2003), nivel que incluso el relativamente más gramaticalizo clítico dativo del español no ha alcanzado
aún por completo.
5. Conclusiones
El trabajo clásico de Givón (1976) planteaba una relación diacrónica entre concordancia anafórica y
concordancia gramatical. Mientras que las dislocaciones son claramente instancias del primer grupo, los
doblados demuestran el avance incipiente hacia el segundo. Sin embargo, la evidencia presentada por
construcciones análogas en diversas lenguas lleva a concluir que es necesario postular grados
intermedios. Así, aquí hemos distinguido, dentro del grupo de las dislocaciones, a reparaciones y
antitópicos. Por su parte, dentro del grupo de los doblados, hemos distinguido a los doblados “propios” de
las peudo-concordancias. En este trabajo intentamos explorar, a partir de ejemplos de diversas lenguas,
construcciones que ocupan el espacio intermedio entre los dos polos que reconoce la sintaxis, para
establecer ciertas zonas focales en un continuo de gramaticalización de estrategias discursivas. Una de las
expectativas de esterevisión es que pueda servir como base para la categorización y el análisis de nuevos
ejemplos de lengua en uso.
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