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No. 153
PRESENTACIÓN
Por iniciativa de la Vicaría de Edu-cación de la Diócesis de Morón, y conel apoyo de la Fundación Arcor, se rea-lizó entre agosto y diciembre del año2000 una encuesta a egresados delCentro de Formación Profesional 401dependiente de la Vicaría. Se elaboróun listado de egresados que tuvieranen ese momento, según el registro, en-tre dieciocho y treinta años: eran 1420personas que concurrieron entre 1987y 2000 a sus diecinueve sedes1 . Laencuesta se aplicó a una muestra alea-toria de cuatrocientos egresados, utili-zando un cuestionario que integraba:características familiares y de escola-ridad formal de los encuestados, expe-riencia laboral anterior y posterior a laconcurrencia al curso, tipo de curso al
que se asistió, y opinión del egresadosobre la formación recibida.
El trabajo de campo fue realizadopor el personal de la vicaría, que tam-bién se hizo responsable del ingreso delos datos. La coordinación técnica fuedesempeñada por la Dra. María Anto-nia Gallart, con la colaboración de laLic. Marta Knallinsky, diseñando elcuestionario, definiendo el plan de aná-lisis y ejecutando el análisis de con-sistencia y los cuadros presentadosaquí. El informe que se presenta a con-tinuación es el resultado del trabajorealizado.
El informe consta de tres partes yun capítulo de conclusiones. La prime-ra parte se refiere a la población atendi-da por el Centro: las características de
Investigación sobreel seguimiento deegresados de cursosde capacitaciónlaboral
María Antonia Gallart
Este artículo surge de una investiga-ción realizada en base a una encuestaefectuada a egresados de cursos decapacitación laboral del Centro de For-mación Profesional N°401 de la Pro-vincia de Buenos Aires. Entre los te-mas investigados se encuentran lascaracterísticas socioeconómicas de lapoblación atendida, su situación labo-ral antes y después de atendidos loscursos, y la evaluación de los partici-pantes de la capacitación recibida.María Antonia Gallart es autora de unavasta producción en el campo de laeducación, formación y trabajo, y seha desempeñado como consultora dediversos organismos internacionales.
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los respondentes en cuanto a sexo, ni-vel educativo, origen familiar, y tipode cursos a los que concurrió. La se-gunda parte se refiere a la situaciónlaboral de los egresados antes y des-pués de haber realizado el curso. Latercera es un breve resumen de la opi-nión de los egresados sobre la forma-ción recibida. Finalmente, en el capí-tulo de conclusiones, se plantean al-gunas reflexiones sobre el rol de la for-mación profesional en relación a supoblación objetivo y la situación delmercado de trabajo local, y se sugie-ren algunas líneas para la gestión delos centros de formación profesional ydesarrollos futuros de la investigaciónen este área. En los anexos se incluyenlos cuadros, los listados, un breve re-sumen de la metodología empleada yel formulario de la encuesta.
LA POBLACIÓN ATENDIDA: LOSUSUARIOS DE LA FORMACIÓN
¿Quiénes se inscriben en loscursos? Características de losusuarios
Las personas a las que llegaron loscursos son predominantemente muje-res (70,0%), adolescentes (22,6 % de14 a 16 años) y jóvenes en el momentode cursar (74,5 % de 17 a 25 años). Elnivel de instrucción en el momento deaplicar la encuesta muestra que un gru-po importante por lo menos ha inicia-do estudios secundarios (28,6%) o losha terminado (38,8%). Continuandocon la articulación con la educación
formal, muy pocos (12 personas, 3,0%)tienen estudios terciarios, mientras quealgo menos de un tercio han completa-do solamente estudios primarios(29,3%). Sin embargo, actualmente un27,0 % sigue concurriendo a estable-cimientos educativos, la mayoría en elnivel secundario.
Más de la mitad de los responden-tes eran inactivos en el momento de to-mar el curso (56.3%); la casi totalidadde ellos no había trabajado nunca(53,3%). Alrededor de un quinto erandesocupados (21,3%) y otro tanto es-taban trabajando (22,3%).
Las características de los jefes dehogar permiten una aproximación alorigen familiar de los concurrentes alos cursos. La moda de nivel de ins-trucción está en primaria completa(53,9%), casi una décima parte no hanalcanzado a terminar la educación pri-maria (9.3%), menos de una quintaparte terminó la secundaria (17,3%), yun pequeño grupo realizó estudios su-periores (5.5%). Las ocupaciones des-empeñadas muestran una realidad enque predomina la clase media baja yla clase obrera: hay aproximadamenteun centenar entre trabajadores no es-pecializados y no asalariados y traba-jadores manuales sin calificación(24,8%), ciento ochenta empleados odocentes (30,1%), y aproximadamen-te una décima parte de comerciantescuentapropistas. Los profesionales in-dependientes, gerentes y dueños deempresas, aún pequeñas, son escasos(3.4%).
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Cuadro 1Distribución de los egresados por sexo y edad
al momento de la encuesta, y nivel de instrucción actual(Números absolutos y porcentajes)
Características de los usuarios Egresados
Números
absolutos %
Sexo
Femenino 280 70,0
Masculino 120 30,0
Total 400 100,0
Edad
De 14 a 16 2 0,5
De 17 a 19 108 27,0
De 20 a 22 154 38,5
De 23 a 25 87 21,8
De 26 a 30 46 11,5
De 31 y más 3 0,8
Total 400 100,0
Nivel de instrucción
Más de secundario completo 12 3,0
Secundario completo 155 38,8
Secundario incompleto 114 28,6
Primario completo 117 29,3
Primario incompleto 1 0,3
Total 399* 100,0
Nota: el total de 399 se debe a 1 caso sin datos en esta variable
Se puede entonces plantear a estaaltura una caracterización de la pobla-ción objetivo. De acuerdo a lo previs-to son jóvenes, muchos de ellos sin
experiencia laboral, predominante-mente mujeres, en buena parte con es-tudios secundarios, provenientes de ho-gares de nivel socio-económico medio
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tonces, que existe una razonable foca-lización en jóvenes de extracción so-cial no privilegiada (aunque no sonpredominantemente de pobreza extre-ma), que toman a la formación profe-sional como una alternativa viable deformarse para el trabajo.
Los cursos elegidos
Una primera aproximación se re-fiere a la fecha en que concurrieron alprimer curso. La focalización de laencuesta en los egresados jóvenes y laexpansión de la oferta del centro en losaños noventa señalada por sus directi-
vos influyen en la concentración de lasfechas en que los encuestados concu-rrieron a los cursos. Una enorme ma-yoría (80,9%) habían concurrido alprimer curso entre el año 1995 y 2000.Una segunda pregunta se refiere al tipode cursos: ¿Predominan los cursos deoficios, aquellos de especialidades “demoda” como inglés e informática, o sonmayoritarios los dirigidos a tareas ad-ministrativas? La distribución es bas-tante pareja entre las dos primeras op-ciones, algo menos de la mitad hicie-ron un primer curso referido a oficios(40,8%), y algo más a inglés o infor-mática (43,8%). Los estudios adminis-trativos cubren una cantidad menor deusuarios (15%). Una última preguntase refiere al número de cursos a los queasistieron en el Centro; la idea aquí essaber si existe una posibilidad de se-cuencia de cursos que les permita unaformación más completa. La mayoríahicieron un solo curso (82,8%), y ungrupo reducido pero relevante hizo másde uno (69 encuestados). Si se obser-van los cursos a los que concurrieronaquellos que realizaron más de un cur-so, en el caso de PC-informática y ad-ministración existe un grupo importan-te que cursa temas relacionados paraobtener una calificación más comple-ta, lo cual no suele suceder en los quecursaron capacitación en oficios.
Los distintos tipos de cursos
Es conveniente a esta altura ana-lizar la distribución interna de las gran-des categorías de tipos de curso3 . En
La población quellega a estoscursos aparececomo diferente deaquella queaccede a estudiossuperiores, o de laque tiene acceso auna inserciónlaboral relativa-mente calificadasiendo joven.Existe una razona-ble focalización enjóvenes de extrac-ción social noprivilegiada quetoman a la forma-ción profesionalcomo unaalternativa viablede formarse parael trabajo
y bajo2 . Escasean los jó-venes de origen socialmedio alto y con estu-dios universitarios. Hay,en cambio, un grupo im-portante con menoresniveles educativos (pri-maria completa), quetienen experiencia labo-ral, inclusive muchos deellos trabajadores en elmomento de tomar elcurso.
La población quellega a estos cursos apa-rece entonces como di-ferente de aquella queaccede a estudios supe-riores, o de la que tieneacceso a una inserciónlaboral relativamentecalificada siendo joven.Se puede postular, en-
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aquellos categorizados como oficios,hay tres grandes grupos: costura y ves-timenta, con el 11,3 % de los encues-tados, electricidad y mecánica del au-tomotor con el 13,8%, y peluquería conel 14,8%. En el segundo tipo predomi-na PC-informática (36,3%) sobre in-glés (7,5%) (Cuadro 2).
A lo largo del período se obser-van diferencias en la distribución dela matrícula por cursos. Durante losaños 1987-91 la casi totalidad de losencuestados que se habían capacitado,lo habían hecho en oficios (92,3%).Estos guarismos fueron disminuyendopaulatinamente hasta ser alrededor deun cuarto del total en el período 1998-2000, en particular, los de profesiones“femeninas” (costura y belleza) des-cienden desde más de la mitad de lamatrícula total en el primer período aalgo más de una décima parte en el úl-timo período (12,8%). El caso contra-rio es el de PC-informática, que co-mienza con menos de una quinta parteen 1992-94, para crecer hasta el 43,3%en el último período. Los cursos admi-nistrativos tienen un comportamientomás parejo, aunque tienden a disminuirsu participación a fines de la décadadel 90 (Cuadro 3).
Con respecto al género, si bien lamayoría de los que se capacitaron enoficios son mujeres (62,0%) por la ci-tada influencia de los cursos de profe-siones “femeninas”, solamente algomás de un tercio de las mujeres hicie-ron ese tipo de cursos, la misma pro-porción concurrió a los de informática
(36,4%), y casi un quinto de ellas con-currieron a especialidades administra-tivas (18,9%). La mitad de los varonesse capacitaron en oficios (51,7%) yalgo más de un tercio en informática(35,8%) (Cuadro 2).
Algo semejante ocurre con la rela-ción entre el tipo de curso y la condi-ción de actividad. La gran mayoría delos que cursaron especialidades de ofi-cios y alrededor de la mitad de los quecursaron las otras especialidades eraninactivos. Pero, si la atención se con-centra en la distribución por especiali-dades de los que eran inactivos al ins-cribirse, en comparación con los ocu-pados y desocupados, se puede obser-var una distribución por cursos bastan-te similar. Un 43,2% de los inactivoseligen las especialidades de oficios enrelación con un 42,0% de los ocupa-dos, lo mismo sucede con la especiali-dad de PC-informática que es elegidapor un 34,2% de los inactivos y un37,5% de los que actualmente trabajan.Los desocupados, en cambio, prefierenla informática por sobre los oficios(40,5% y 31,0%) respectivamente.
Este análisis muestra el cambio dela formación desde aquella más dirigi-da al aprendizaje de oficios particular-mente “femeninos”, al aprendizaje deespecialidades de apoyo tecnológico adiversas ocupaciones, como la infor-mática, manteniendo en ambos casosuna alta proporción de mujeres en lamatrícula. La proporción de inactivosal tomar el primer curso está fuerte-mente relacionada con el sexo y la
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lidades administrativas. Esto puedeestar relacionado con una apreciaciónrealista de las posibilidades de ocupa-ción en el mercado de trabajo, ya quesuelen desempeñarse en ocupacionesde baja calificación en relación de de-pendencia en servicios o comercio,como se verá en el apartado siguiente.
LA INSERCIÓN LABORALANTES Y DESPUÉS DE HABERREALIZADO LOS CURSOS
La situación laboral al iniciar lacapacitación
Del total de los encuestados, 283nunca habían trabajado al iniciar sucapacitación, 210 eran inactivos, y 73buscaban trabajo, en total son el 71,8%de la muestra. El grupo restante habíatrabajado o estaba trabajando, 88 de los111 que constituían este grupo estabantrabajando a esa fecha, sumaban entre
un cuarto y un quinto de la muestra,12 habían trabajado y abandonado labúsqueda y 11 buscaban trabajo. Da-das las edades en que cursaron y lapoblación predominantemente femeni-na, esta situación de escasa inserciónlaboral efectiva no es de extrañar, puesla inmensa mayoría de las mujeres nun-ca habían trabajado (78,6%), en com-paración con alrededor de la mitad delos varones. La relación entre edad einiciación laboral es también muy fuer-te. Los que no tenían experiencia la-boral eran el 86,4% del grupo de edadmás joven, y van disminuyendo encada grupo.
Si se concentra la atención enaquellos que habían trabajado o lo ha-cían en el momento de concurrir al cur-so, se observa que el trabajo era pre-dominantemente en relación de depen-dencia (74,8%) y en el sector privado(95,2% de los dependientes), en esta-blecimientos de menos de diez em-pleados (72,1%), en el comercio o losservicios (88,1%). El tipo de ocupacio-nes desempeñadas son de poca califi-cación, salvo en algunos casos de em-pleados administrativos y docentes(Cuadro 5).
Se puede resumir este panoramade la inserción laboral al comienzo dela capacitación como la de personaspredominantemente sin experiencialaboral, con una minoría que tenía al-guna experiencia y otra aún más pe-queña que estaba trabajando en ese mo-mento, insertada en ocupaciones conpredominio de tareas no calificadas,
En general, sepasa de unamayoría de cursosrelacionados conel trabajo en laproducción indus-trial y los serviciospor cuenta propiaal neto predominiode aquellos rela-cionados conadquirir algunasventajas en lacompetencia porocupaciones en elsector terciario
edad. En general, se pa-sa de una mayoría decursos relacionados conel trabajo en la produc-ción industrial y los ser-vicios por cuenta propia(corte y confección, pe-luquería, reparación eléc-trica y mecánica) al netopredominio de aquellosrelacionados con adqui-rir algunas ventajas enla competencia por ocu-paciones en el sector ter-ciario, tales como infor-mática, inglés y especia-
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Cuadro 4Distribución de los egresados por sexo según experiencia
al iniciar la FP por sexo(Números absolutos y porcentajes)
Experiencia laboral al iniciar la FP Sexo
Mujeres Varones Total
Números Números Númerosabsolutos % absolutos % absolutos %
Nunca había trabajado 217 78,6 66 55,9 283 71,8
Nunca había trabajado y no buscaba 160 58,0 50 42,4 210 53,8
Nunca había trabajado y buscaba 57 20,7 16 13,6 73 18,5
Había trabajado o estaba trabajando 59 21,4 52 44,1 111 28,2
Había trabajado y no buscaba 10 3,6 2 1,7 12 3,0
Había trabajado y buscaba 8 2,9 3 2,5 11 2,8
Estaba trabajando 41 14,9 47 39,8 88 22,3
Total 276 100,0 118 100,0 394 100,0
Nota: el total de 394 se debe a casos sin datos.
como dependientes en el sector priva-do, y la casi totalidad en comercio yservicios. Se puede presumir, entonces,que el inscribirse en un curso de FP esparte de una estrategia para conseguirtrabajo, más que una para mejorar lasituación ocupacional o calificarse. Esinteresante dejar constancia que el sec-tor industrial y/o de la construcción nocaptan a esta población.
La inserción laboral actual
Los cambios de condición deactividad anterior y actual
De los 177 actualmente ocupados,72 eran inactivos al iniciar la capaci-
tación, 47 desocupados, y 55 ocupa-dos. De los 82 inactivos, 64 ya lo eran
Se puede resumireste panorama de
la inserciónlaboral al comien-zo de la capacita-
ción como la depersonas
predominantemen-te sin experiencia
laboral, con unaminoría que tenía
alguna experienciay otra aún más
pequeña queestaba trabajando
en ese momento
al tomar el curso. De los1404 desocupados, 86eran inactivos, 22 ocu-pados y 30 ya estabandesocupados.
Actualmente sola-mente alrededor de unquinto del total son in-activos y tres cuartaspartes de ellos nunca tra-bajaron. El grupo dedesocupados es el másnumeroso, más de untercio de la muestra; al-rededor de la mitad deellos nunca trabajaron
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(17,0%), casi una décima parte del to-tal de la muestra están desocupadoshace más de un año. Esta situación no
to del curso, al menos dos factores con-trapuestos pueden haber influenciadoen este incremento de los que efecti-vamente trabajan: un factor favorablees el efecto de maduración, pues ob-viamente tienen mayor edad que cuan-do se capacitaron, ya que no hay casiadolescentes, en cambio los jóvenes dediecisiete a veinticinco años han pasa-do de casi tres cuartos del total (74,5%)al 87,3%. El segundo factor, esta veznegativo, es el incremento de los nive-les de desocupación entre la fecha derealización del curso y la fecha de apli-
Se puede presumirque el inscribirse enun curso de FP esparte de unaestrategia paraconseguir trabajo,más que una paramejorar la situaciónocupacional ocalificarse
es de extrañar dado elalto nivel de desocupa-ción juvenil existenteactualmente en el GranBuenos Aires. Los quetienen trabajo son 177personas (45,0% del to-tal), más que duplican lacantidad de ocupados enel momento de tomar elcurso. Además del efec-
Cuadro 5Distribución de egresados con experiencia laboral al iniciar la FP,
por edad al iniciar la FP, por categoría ocupacional por dependenciadel establecimiento en que trabajaban,
por tamaño del establecimiento y por sector de la economía(Porcentajes seleccionados).
Egresados con experiencia laboral
%
Edad al iniciar la FP
De 14 a 16 años 22,6
De 17 a 25 años 74,5
Categoría ocupacional
Dependiente 74,8
Dependencia del establecimiento
Privado 95,2
Tamaño del establecimiento
Hasta 10 empleados
(incluye cuenta propia) 72,1
Sector de la economía
Comercio 54,5
Servicios 33,6
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cación de la encuesta. Sin un grupo decontrol, es imposible aislar estos efec-tos (Cuadros 5, 6 y 7).
Se puede, en cambio, avanzar so-bre las características de los ocupadospara luego ver qué los diferencia de losinactivos y desocupados. La inserciónse asemeja a la que tenían anteriormen-te a la iniciación de la capacitación,alrededor de dos tercios trabajan enrelación de dependencia (76,3%), lacasi totalidad en el sector privado(92,6%); de ellos, casi dos tercios tra-
bajan en establecimientos de hasta diezempleados, la casi totalidad en comer-cio o servicios (89,3%). El nivel de ca-lificación de las ocupaciones no pare-ce haber aumentado significativamentea juzgar por el listado de tareas (Cua-dro 7).
Es relevante a esta altura centrar-se en el análisis de las característicasde los inactivos, los desocupados, y losocupados. El sexo influye en la condi-ción de actividad: las mujeres tienenuna mayor propensión a ser inactivas
Cuadro 6Distribución de los egresados por tiempo que llevan sin trabajar
y condición de actividad actual(Números absolutos y porcentajes)
Condición de actividad y tiempo sin trabajar Egresados
Númerosabsolutos %
Inactivos 82 20,9
Nunca trabajaron 62 15,8
Lleva menos de 1 año 6 1,5
De 1 año a 23 meses 7 1,8
2 años y más 7 1,8
Desocupados 134 34,1
Nunca trabajaron 67 17,0
Lleva menos de 1 año 29 7,4
De 1 año a 23 meses 33 8,4
2 años y más 5 1,3
Ocupados 177 45,0
Total 393 100,0
Nota: El total de 393 se debe a casos sin datos.
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(22,6 y 15,8% los varones) y a estardesocupadas (36,9 vs 30,8%). Loshombres, en cambio, tienden más aestar ocupados (53,3% de ellos estantrabajando, en comparación con 40,5%de las mujeres).
Como era de esperar, la actividadestá fuertemente correlacionada con laedad, a mayor edad menor proporciónde inactivos. La desocupación es altaen los jóvenes, y tiende a bajar paula-
tinamente con la edad, desde el 39,8%del total en los de diecisiete a dieci-nueve años al 28,9 de los de veintiseisa treinta años. Esta relación se repro-duce en los actualmente ocupados, sonsolo el 29,6% de los de diecisiete a die-cinueve, y son el 55,6% de los deveintiseis a treinta años de edad.
El nivel de instrucción tiene unaconsiderable influencia en la inserciónlaboral. Una pequeña minoría de los
Cuadro 7Distribución de egresados ocupados por edad al momento
de la encuesta, por categoría ocupacional actual, por dependenciadel establecimiento en que trabaja, por tamaño del establecimiento
en que trabaja y por sector y rama de la economía(Porcentajes seleccionados)
Características actuales Egresadosocupados
%
Edad al momento de la encuesta
De 17 a 19 años 27,0
De 20 a 22 años 38,5
De 23 a 25 años 21,8
Categoría ocupacional
Dependiente 76,3
Dependencia del establecimiento
Privado 92,6
Tamaño del establecimiento
Hasta 10 empleados
(incluye cuenta propia) 71,1
Sector de la economía
Comercio 51,4
Servicios 37,9
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que tienen estudios secundarios o su-periores son inactivos, mientras quecasi un tercio de los que solo alcanza-ron estudios secundarios incompletosse encuentran en esta situación; estaproporción baja a un quinto para losque tienen estudios primarios, lo cualpuede deberse a la mayor edad de losmenos educados.
Con respecto a la dificultad enconseguir empleo, las tasas de empleo,
o sea la proporción de los que tienentrabajo sobre el total de los encuestadosde cada nivel educativo, es de aproxi-madamente la mitad en los de estudiossecundarios completos y más, redu-ciéndose a alrededor del 40% para losque tienen niveles de instrucción infe-riores. La proporción de desempleadososcila en alrededor de un tercio de losde cada nivel educativo sin una clararelación con los estudios alcanzados(Cuadro 8).
Cuadro 8Distribución de los egresados por nivel de instrucción
según condición de actividad actual(Números absolutos y porcentajes)
Nivel educativo Condición de actividad actual
Inactivos Desocupados Ocupados Total
Más de secundario completo 2 4 6 12
% 16,7 33,3 50,0 100,0
Secundario completo 20 56 78 154
% 13,0 36,4 50,6 100,0
Secundario incompleto 35 35 44 114
% 30,7 30,7 38,6 100,0
Primario completo 24 44 49 117
% 20,5 37,6 41,9 100,0
Primario incompleto 0 1 0 1
% 0,0 100,0 0,0 100,0
Total 81 140 177 398
% 20,4 35,2 44,5 100,0
Nota: el total de 398 se debe a registros sin datos
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166
Tipo de curso e inserción laboral
Si se observa la condición de acti-vidad al iniciar la formación, predomi-nan los inactivos entre aquellos que seanotaron en oficios (60,4%), particu-larmente los “femeninos”; la propor-ción de los que cursaron PC-informá-tica es algo menor (53,1%). En cuantoa los que estaban trabajando en el mo-mento de tomar el curso, si bien en lascategorías más amplias de especialida-des la diferencia es pequeña (42,0% delos oficios y 37,5% de informática),más de la mitad de los que trabajabanal capacitarse en oficios correspondíana las especialidades de electricidad ymecánica automotor.
La relación entre tipo de curso ycondición de actividad actual muestraque los que tienen menor proporciónde inactivos son los oficios y PC-in-
inglés. La proporción de desempleadoses menor entre los que estudiaron in-formática, seguidos por los que estu-diaron cursos administrativos, se ca-pacitaron en oficios, y finalmente losque estudiaron inglés.
Se puede comparar ahora la con-dición de actividad antes y después dela capacitación, a modo de aproxima-ción a la observación de los efectos decada tipo de curso. En el caso de losoficios disminuye en alrededor de cin-co puntos porcentuales la inactividad,pero también disminuye la tasa de em-pleo en tres puntos, en PC-informáticala actividad se mantiene prácticamen-te idéntica, y la proporción de ocupa-dos se incrementa en algo más de cua-tro puntos porcentuales. En los cursosadministrativos las diferencias son irre-levantes (Cuadro 9).
El examen del listado de las ocu-paciones que desempeñan actualmen-te muestra que la inmensa mayoría si-guen realizando tareas de baja califi-cación, inclusive aquellos que hicieronmás de un curso en especialidades re-lacionadas con la administración y lainformática, que se desempeñan comomáximo, y en muy pocos casos, comoempleados administrativos.
Es importante relacionar el nivelde instrucción con la elección de loscursos, pues puede ser una variableinterviniente en el mayor o menor éxi-to en la inserción laboral, dada su co-rrelación con la posibilidad de conse-guir trabajo.
Aparececlaramente lacorrelación entreel nivel de instruc-ción y el tipo decurso, ya que el61,5% de los quesólo han alcanza-do a terminarestudios primarioscursaron especia-lidades de oficios,en comparacióncon sólo el 23,2%de los que hanterminadoestudiossecundarios
formática con algo me-nos de un quinto, y elque tiene más es inglés,con un tercio, aunque elpequeño número en lamuestra lo hace irrele-vante. En el otro extre-mo, más de la mitad delos que asistieron a cur-sos relacionados con lainformática están traba-jando, seguidos por losque realizaron cursosadministrativos y ofi-cios, con alrededor dediez puntos porcentua-les menos, y finalmenteaquellos que cursaron
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Aparece claramente la correlaciónentre el nivel de instrucción y el tipode curso, ya que el 61,5% de los quesolo han alcanzado a terminar estudiosprimarios cursaron especialidades deoficios, en comparación con solo el23,2% de los que han terminado estu-dios secundarios. En cambio, más dela mitad de los que llegaron a terminarla secundaria como máximo nivel secapacitaron en las especialidades dePC-informática, en contraste con soloel 16,2% de los que solo completaronestudios primarios. Esto permite supo-ner que en el efecto positivo de los cur-sos de informática se esconde tambiénel efecto del mayor nivel de instruc-ción promedio (Cuadro 10).
Conclusiones sobre asistencia acursos de capacitación e inser-ción laboral
Los datos presentados indican queexiste una moderada mejora en la in-serción laboral de las personas queasistieron a los cursos. Si bien puedehaber contribuido a ello el efecto demaduración por el paso del tiempo, eldeterioro del mercado de trabajo en elperíodo considerado posiblementehaya neutralizado el efecto favorablede la mayor edad. Se puede arriesgar,entonces, la afirmación que la capaci-tación ha tenido un efecto favorable enla empleabilidad de los usuarios. Encambio, con respecto a la calidad delos trabajos desempeñados, pese a laprecariedad de los instrumentos utili-zados para medirla, existen indicios de
aparece como neutra.
Lo anterior permite plantear doshipótesis relativamente contradicto-rias: la primera, es que la capacitaciónmejora marginalmente la probabilidadde encontrar trabajo; la segunda, es quela capacitación no ayuda a conseguirtrabajos calificados, dada la fuerte in-fluencia del nivel de instrucción en laobtención de ocupaciones calificadasy las dificultades que tienen los jóve-nes de origen socioeconómico bajo enacceder al primer empleo.
Se pueden agregar a estas hipóte-sis algunas complementarias que sur-gen de la literatura en el tema. La pri-mera, es que la formación en habilida-des básicas y competencias de emplea-bilidad para los jóvenes que han aban-donado tempranamente la escuela pue-
Los datospresentados
indican que existeuna moderada
mejora en lainserción laboralde las personasque asistieron a
los cursos
que no se ha modifica-do sustancialmente5 .
En general, la for-mación en oficios tienemenor efecto que la for-mación en tecnologíasde apoyo (PC), y la for-mación administrativa
Con respecto a lacalidad de los
trabajos desempe-ñados, pese a la
precariedad de losinstrumentos
utilizados paramedirla, existen
indicios de que nose ha modificadosustancialmente
de ser un elemento ne-cesario para obtener unbuen trabajo. La segun-da, es que el solo hechode haber concluido estu-dios secundarios no esgarantía para obtener unempleo digno, pero sí escondición necesaria pa-ra mejorar la empleabi-
boletín cinterfor
170la capacitación no se complementa conel incremento del capital social de loseducandos, los efectos en la calidad delempleo son muy pequeños. Se volverásobre estos temas en las conclusionesfinales de este estudio.
adaptadas a las necesidades del traba-jo, y que el equipamiento era suficien-te (90,8%). Se consideraba que los ins-tructores estaban dispuestos siempre aescuchar las preguntas de los alumnos(98,8%). Con respecto a la compren-sión de lo que se explicaba en clase, lamayoría consideraba que las explica-ciones eran muy claras, y un grupoimportante que se explicaba bien(41,4%). Finalmente, en cuanto alaprovechamiento del tiempo, la mayo-ría opinaba que no había tiempos va-cíos (63,3%), y casi todos los demásque había pocos tiempos vacíos(35,8%). Con respecto a las activida-des fuera de lo específico del curso, el85,8% no recibió clases de apoyo, yuna cantidad importante manifestó nohaber realizado actividades extracurri-culares (85,5%). Dos cosas saltan a lavista: una, es la conformidad generalcon los contenidos de los cursos y, laotra, la ausencia de actividades de re-fuerzo externo al contenido de la ca-pacitación. La revisión del listado derespuestas a la pregunta sobre aquelloque les había sido de mayor utilidaden el curso confirma lo anterior, refi-riéndose fundamentalmente a conteni-dos de utilización de instrumentos(“manejar la PC”), de habilidades(“cortar y peinar”, “coser ropa”, “arre-glar alternadores y luces”). Muchosmenos se refieren a un contexto másamplio profesional (“aprendí una pro-fesion útil”, “aprender a trabajar, su im-portancia”), y un pequeño grupo se re-fiere a competencias más generales yhabilidades básicas (“profundicé cono-cimientos del secundario”, “aprendí a
Dos hipótesisrelativamentecontradictorias: laprimera es que lacapacitaciónmejoramarginalmente laprobabilidad deencontrar trabajo;la segunda es quela capacitación noayuda a conseguirtrabajoscalificados, dadala fuerte influenciadel nivel deinstrucción en laobtención deocupacionescalificadas
Si lacapacitaciónno secomplementacon el incrementodel capital socialde los educandos,los efectosen la calidaddel empleoson muypequeños
lidad. La tercera, es quela preferencia por cursosrelacionados con em-pleos no industriales seadecua a la realidad delmercado de trabajo.
Finalmente, a partirde la experiencia ante-rior de los investigado-res, cabría agregar algu-nas observaciones: a)sería conveniente imple-mentar un control decalidad de la formaciónactual, lo que permitiríair ajustando tanto lacurrícula como las ca-racterísticas de los ins-tructores para poder me-jorar los resultados; b) si
LA OPINIÓN DE LOSEGRESADOS SOBRELA FORMACIÓN
Se les preguntó alos encuestados sobre laevaluación de los cursosa los que asistieron6 : laopinión fue muy favora-ble: el 91,3% considera-ba que las prácticas detaller eran suficientes y
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171
leer, a escribir el idioma”). Algunasparticipantes en cursos de profesiones“femeninas” encuentran utilidad en laaplicación a nivel personal o familiar(“para el arreglo personal”, “para usopersonal, confección de camisas”,“para cortar el pelo a mi familia”). Lavariación de los intereses de los capa-citandos que muestra el listado, y lasdiferencias en la amplitud y la aplica-ción de los conocimientos adquiridos,señala uno de los problemas de la de-manda social por formación profesio-nal, tal es la ausencia de una defini-ción unívoca de las competencias aimpartir.
Se puede completar esta visión dela opinión de los egresados sobre lautilidad de los diversos aprendizajes.Aproximadamente la mitad (50,8%)manifiestan que hubiera sido mejorhaber estudiado más, tanto en la escue-la como en los cursos de FP. Algo másde un quinto opina que hubiera sidomejor estudiar más años en la escuela(21,5%). Los que privilegian solamen-te la formación profesional son menos(14,9%). Finalmente, una décima par-te descalifica a la escuela, pues pien-san que la FP fue más útil y que la es-cuela no les sirvió (9,7%). Un númeroirrelevante (3,1%) considera que solole sirvió la escuela y no la FP. Esta dis-tribución muestra claramente la valo-ración que se hace tanto de la enseñan-za formal como de la FP. Los egresadostienen conciencia que ambas formas deaprendizaje son útiles para la vida la-boral (Cuadro 11).
generalidad o especificidad, aunquehay un alto grado de conformidad conla formación recibida.
CONCLUSIONES FINALES
El panorama presentado por elanálisis de la encuesta permite extraeralgunas conclusiones sobre el alcancede la formación estudiada; algunas deestas se refieren a características rela-tivamente permanentes, y otras se re-fieren a tendencias de cambio. Las ca-racterísticas permanentes son la pre-
Dos cosas saltan ala vista, una es la
conformidadgeneral con los
contenidos de loscursos y la otra la
ausencia deactividades de
refuerzo externo alcontenido de la
capacitación
Los egresadosaprecian
positivamente loaprendido en laFP, consideranque esta es útil
para su inserciónlaboral, pero quedebe ser comple-
mentada por laeducación formal
Se puede concluir,entonces, que los egre-sados aprecian positiva-mente lo aprendido en laFP, consideran que estaes útil para su inserciónlaboral, pero que debeser complementada porla educación formal.Hay indicios, asimismo,de que no tienen deman-das claras en cuanto alos contenidos de la for-mación, ni a su grado de
ponderancia femeninaentre los usuarios, el he-cho que se trata en estegrupo de edad de unaformación inicial, o seade transición entre laformación escolar y elmundo del trabajo, másque de una formacióncontinua (aquella que serealiza para actualizarse
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172
Cuadro 11Distribución de los egresados por opinión sobrela utilidad de la FP para su desempeño laboral
(Números absolutos y porcentajes)
Utilidad Egresados
Númerosabsolutos %
Solo lo que estudió en la escuela y no la FP 12 3,1
La FP fue lo más útil, la escuela no le sirvió 38 9,7
Hubiera sido mejor estudiar más años en la escuela 84 21,5
Hubiera sido mejor hacer más cursos de FP 58 14,9
Hubiera sido mejor haber estudiado más tantoen la escuela como en los cursos de FP 198 50,8
Total 390 100,0
Nota: El total de 390 se debe a casos sin datos.
durante la vida activa), y el nivel deeducación formal actual, que en la granmayoría de los casos no incluye estu-
bajos desempeñados. La inserciónen establecimientos chicos de comer-cio y servicios permanece; la forma-ción no parece, entonces, facilitar elacceso a los sectores más formales dela economía. La valoración de losegresados de la formación recibida espositiva.
De este conjunto de hallazgos sepueden desprender algunos puntos departida que señalan posibles pautaspara el futuro de la formación en elCentro 401, temas que la experienciade los investigadores señala como co-munes a la FP en el contexto del GranBuenos Aires.
La formación profesional es unaopción para aquellos jóvenes que no
Las característicaspermanentes sonla preponderanciafemenina entre losusuarios, el hechoque se trata eneste grupo deedad de unaformación inicial yel nivel deeducación formalactual, que en lagran mayoría delos casos noincluye estudiosuniversitarios
dios universitarios. Lascaracterísticas quemuestran cambios, sonel aumento de los jóve-nes en relación a losadolescentes al momen-to de tomar el curso, yla tendencia a elegir es-pecialidades de “cuelloblanco” en relación conla anterior preferenciapor los oficios. Con res-pecto a los resultados,parece tener un impactoen la empleabilidad, pe-ro muy poco efecto enla calificación de los tra-
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173
pletar los estudios secundarios, es pro-bable que la mayoría sufra de una ca-rencia de competencias básicas deempleabilidad, tales como las habili-dades básicas de lectoescritura y ma-temática aplicada y competencias so-ciales. Estas competencias son condi-ción necesaria para una digna inserciónlaboral.
En el contexto del mercado de tra-bajo actual con altísimos índices dedesocupación de jóvenes, el mero he-cho de concurrir a un curso de forma-ción profesional no es suficiente parafacilitar la inserción en ocupacionesque permitan trayectorias calificantes,aunque pueda aumentar la emplea-bilidad de los jóvenes.
El incremento del capital social(red de relaciones) de los jóvenes, lasposibilidades de práctica laboral, y elacompañamiento de los egresados enel mercado de trabajo han sido en otroscontextos apoyos muy importantespara la inserción laboral de este tipode jóvenes.
bilidades de contratación de los jóve-nes con esos niveles de educación for-mal es un paso necesario para mejorarel impacto de la formación profesio-nal.
Finalmente, la carencia de crite-rios de control de la calidad, tanto delos contenidos como de las calificacio-nes de los instructores, frente a la fuertedemanda social por algunas especiali-dades “mágicas”, como computacióne inglés, hace necesaria una autoexi-gencia y autoevaluación que contrastelo efectivamente enseñado con el “es-tado del arte” de la enseñanza y las
La formaciónprofesional es una
opción para aquellosjóvenes que no siguenestudios superiores.Esa opción deberíacumplir el papel de
puente entre laformación recibida enel sistema educativo y
la inserción laboral
Las opciones realesde inserción laboral aesa edad no se dan en eltrabajo por cuenta pro-pia calificado, ni en elempleo industrial; lasposibilidades están enlos servicios y el comer-cio. En este aspecto, laexploración de las de-mandas reales de califi-caciones y de las posi-
siguen estudios superio-res. Esa opción deberíacumplir el papel depuente entre la forma-ción recibida en el sis-tema educativo y la in-serción laboral.
Si bien un grupo nodespreciable de jóvenessigue estudiando y aspi-ra por lo menos a com-
Con respecto a losresultados, parece
tener un impactoen la emplea-
bilidad, pero muypoco efecto en la
calificación de lostrabajos
desempeñados
competencias requeri-das en esas disciplinas.
Reflexiones para elfuturo desdeun contexto másamplio
La formación pro-fesional en general, y enparticular la formación
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174
de jóvenes, está sujeta a fuertes ten-siones entre la demanda de los emplea-dores, escasa en tiempos de recesióncomo los actuales, que busca nivelesaltos de educación formal como filtrode selección y tiende a capacitar soloa los que emplea, y la demanda socialde los usuarios de la formación, queen contextos de desocupación tienenbajos costos de oportunidad, y buscanen la formación profesional una herra-mienta para insertarse mejor laboral-mente. Los usuarios de los Centros deFormación Profesional seleccionanaquellos cursos que piensan que tienenimpacto, y como se vió lo tienen, aun-que leve. Lo que es muy difícil paraellos es salvar la distancia entre el tí-tulo y contenido previsto del cursos ysu real utilidad en el mercado de tra-bajo. La oferta de formación profesio-nal tiende a responder a la demandade sus “clientes”, que son los que pro-veen la necesaria matrícula para el de-sarrollo de los cursos. La articulacióncon la performance real de los egresa-dos en el mercado de trabajo, si bien
rios países de Europa se prevén for-maciones distintas según el nivel enque se dejó la escuela. En el caso deIrlanda, hay un interesante desarrollode formación para adolescentes, queintegra una educación de fundamentoinicial que brinda las habilidades bási-cas que debería haber provisto la es-cuela, con la formación llamada de“progresión”, centrada en las compe-tencias más específicas para el ingre-so al trabajo.
El acompañamiento a los egresa-dos en la experiencia inmediatamenteposterior a la formación rinde resulta-dos interesantes, pues permite unaprendizaje en la búsqueda de empleoy en la conservación de los puestos unavez adquiridos. En Estados Unidos yen Uruguay existen experiencias muyinteresantes en ese sentido.
Las prácticas laborales gestiona-das por los centros de formación ayu-dan a romper el aislamiento de los jó-venes, pues estos suelen tener un ám-
El incremento delcapital social de los
jóvenes,las posibilidades depráctica laboral, y elacompañamiento delos egresados en elmercado de trabajohan sido en otros
contextos apoyos muyimportantes para lainserción laboral deeste tipo de jóvenes
reconocida como nece-saria, raramente es enca-rada por los centros.
Hay una experien-cia internacional en estesentido que es conve-niente rescatar, la forma-ción inicial para los jó-venes que salen del sis-tema educativo en laadolescencia y primerajuventud tiene exigen-cias peculiares. En va-
bito muy reducido deempresas en las que pue-den acceder. Uno de losresultados más positivosde la fallida experienciadel Proyecto Joven fuepermitir la incorpora-ción de los jóvenes aempleos en empresasformales que estabanfuera de su alcance.
La evaluación de laformación, inclusive
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175
con métodos de calidad del tipo de ISO9000, es una de las tendencias másnotables actualmente. Si se piensa enel esfuerzo de capacitadores y capaci-tandos, el tiempo y los costos inverti-dos, es una necesidad para que la for-mación sea un real aporte a la socie-dad.
Todas estas propuestas superan lasposibilidades de un solo centro. Sonexigencias para la gestión de la FP, sinembargo, a escala del centro, se pue-den realizar algunas aproximaciones.
Las prácticaslaborales
gestionadas porlos centros de
formación ayudana romper el
aislamiento de losjóvenes, pues
éstos suelen tenerun ámbito muy
reducido deempresas en las
que puedenacceder
Esta es una tarea que sepropone para el futuro:elegir alguna de estas lí-neas y trabajarlas en unainvestigación participa-tiva que permita avanzaren el objetivo común,que es el mejoramientode los servicios de for-mación para todos, y,particularmente, paraaquellos con mayoresdificultades en el merca-do de trabajo.♦
NOTAS
1 El total de los egresados en ese período era de 6886 personas.2 Las características de la vivienda de los egresados complementa los datos anteriores sobre los jefes
de hogar, 77,3% vivían en casas o departamentos de 2 y 3 habitaciones (sin contar cocina y baño), 84,8%contaban con todos los servicios de agua corriente, electricidad y baño con artefactos, y en el 93,6% de loscasos la familia es propietaria de la vivienda (Cuadro A5)
3 En todos los casos se trata del primer curso.4 Ídem nota 4.5 Hubo problemas en la aplicación de la encuesta para las preguntas más específicas sobre clasifica-
ción de ocupaciones, que no resistieron la prueba de consistencia. Se prefirió, entonces, utilizar el listadode tareas que es una medida más gruesa.
6 Al igual que en el apartado anterior estas preguntas corresponden al primer curso al que se asistió.
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176
República Dominicana: Plan estratégico del Instituto Nacionalde Formación Técnico Profesional
El Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional elaboró, parael período 2001-2005, su segundo plan estratégico, denominado “PlanEstratégico INFOTEP Acción 2005”. Este persigue la ampliación y con-formación eficaz del sistema nacional de formación para el trabajo pro-ductivo en República Dominicana.
El plan se elaboró mediante un proceso participativo de las entidadesdel sistema nacional de formación y de los distintos niveles jerárquicosde la institución, y se sustentó en un estudio del entorno socioeconómicodel país y de una evolución del plan estratégico anterior.
Los objetivos estratégicos que el INFOTEP se ha fijado para el pe-ríodo son:
• Objetivo N°1: Fortalecer los mecanismos de interrelación entre losintegrantes del sistema nacional de formación para el trabajo pro-ductivo.
• Objetivo N°2: Aumentar la cobertura cualitativa y cuantitativa de laoferta del sistema a fin de satisfacer eficazmente la demanda de ca-pacitación y formación laboral del país.
• Objetivo N°3: Implementar un sistema curricular innovador y flexi-ble, que facilite ser homologado con otros subsistemas educativos yque responda a las necesidades contemporáneas del mercado laboral.
• Objetivo N°4: Adecuar la estructura organizacional del INFOTEP alas exigencias y requerimientos del sistema nacional de formaciónpara el trabajo productivo y a las necesidades de los planes de desa-rrollo establecidos.
• Objetivo N°5: Aplicar mecanismos de financiamiento que garanti-cen la adecuación y desarrollo tecnológico de la oferta, así como elfinanciamiento de los programas establecidos para el sistema nacio-nal de formación para el trabajo productivo.
Derivado del plan estratégico se ha diseñado el plan de desarrolloinstitucional, que, basándose en los objetivos, políticas y estrategias deaquel, establece los resultados y productos, con sus indicadores o metas ylas áreas responsables de su ejecución. Este plan de desarrollo contienetambién los programas y proyectos a implementarse en el período señala-do.
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