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LOS CINCO UNCIALES INFAMES
_________________
Ensayo
Presentado al
Dr. Rubén Quiroz
Para la clase de
TH 101 – Teología Sistemática
Seminario Bautista Teológico de Canadá
_________________
En cumplimiento parcial de los
Requerimientos para el
Doctorado en Teología
________________
Por
José Luis Torres
26 de septiembre de 2016
Título del ensayo/reporte/bosquejo/tarea
todo en mayúsculas y acentos debidos (aunque
sea en mayúsculas), no en negritas, y sin comillas
Todos los renglones: 1. Centrados. 2. Empiezan con mayúsculas.
Las demás palabras van en minúsculas, a menos que lo requiera la ortografía (como nombres propios, etc.).
3. Renglones a doble espacio.
Especificar el grado académico para el que está tomando la clase
Fecha en el formato mostrado (no poner lugar geográfico (como ciudad,
o estado, o país)
Nombre de la materia con su respectiva clave
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN 1
II. EXALTACIÓN DE LOS CINCO UNCIALES 1
A. Qué y cuáles son los Cinco Uniciales Infames 1
B. La antigüedad de los Cinco Unciales 4
C. La calidad de los Cinco Unciales 4
III. WESCOTT Y HORT Y LOS CINCO UNCIALES 6
A. Los principios de evaluación de manuscritos de Westcott y Hort 7
1. Evidencia interna 7
2. Genealogía 9
3. La nulidad de valía del texto «Sirio» 9
4. Exaltación de los cinco unciales 11
B. La respuesta del Decano Burgon 12
IV. RESPUESTA A LA TEORÍA DE WESTCOTT Y HORT 13
A. A. H. Scrivener 13
B. Decano John Burgon 15
C. Canon Cook 17
D.Edward Miller 17
V. CONCLUSIÓN 17
VI.BIBLIOGRAFÍA 18
�ii
1. Espacio doble entre renglones.
2. Seguir el formato de bosquejos para el índice
Centrado, todo en mayúsculas, con
acentuación debida. Sin comillas, no en negritas
Número de página donde aparece el encabezado
Número de página en números romanos en minúscula (el número “i” corresponde a la
portada, pero no debe aparecer en la portada). En el cuerpo del ensayo, se
empieza autilizar los números arábigos.
INTRODUCCIÓN
En la mayoría de las versiones de la Biblia se puede notar que
versículos clave para las doctrinas fundamentales de la fe cristiana, o no
están en esas versiones, o aparecen con la aclaración de que esos versículos
no aparecen en los manuscritos más antiguos y más confiables. Esos
manuscritos son unos manuscritos en letras mayúsculas, llamados
manuscritos unciales, los cuales, aunque antiguos (y no necesariamente los
más antiguos), no son de los más confiables.
La sospechosa ausencia de un análisis de estos infames cinco unciales
reverenciados en la Crítica Textual en la mayoría de las obras actuales que
tratan esta disciplina hace necesaria una investigación más a fondo del
verdadero carácter de estos venerados MSS. En seguida se citan a eruditos
contemporáneos con Wescott y Hort, quienes fueron verdaderos críticos
textuales.
LA EXALTACIÓN DE LOS CINCO UNCIALES
Qué y Cuáles son los Cinco Unciales Infames.
Los manuscritos denominados Unciales, que están escritos solo en letras
mayúsculas y de corrido, o sea, sin espacio entre las palabras, corresponden
a los primeros siglos de la era cristiana, mientras que los minúsculos,
corresponden a los siglos posteriores. El Texto Crítico se apoya en cinco
Unciales principales conocidos por las letras y símbolos que los representan
como A (Alejandrino), B (Vaticanus), a (alef, Sinaiticus), D (Beza) y E
�1En el cuerpo del
ensayo, se empieza autilizar los números arábigos, comenzando en esta página con
el número “1”.
Subtítulos centrados, en mayúsculas, debidamente
acentuados.
Sangría de media pulgada a principio de cada
párrafo. Renglones a doble espacio.
Palabras extranjeras, de cualquier idioma, deben ir en
bastardillas
(Efraímico). Este hecho debería hacer sentir escalofríos a cualquiera. De los
más de 5,400 manuscritos existentes , los cuales, en su mayoría coinciden 1
con el Texto Recibido , solo un puñado, cinco, en el mejor de los casos, 2
aunque son solamente B y a, pero sobre todo B, los favorecidos por los
venerados críticos del siglo XIX, son los que conformaron el Texto Crítico del 3
cual vienen todas las modernas versiones de la Biblia. Los defensores del
texto de Westcott y Hort argumentan que no es así, que en realidad se han
considerado todos los MSS existentes, y no solamente esos cinco unciales, y
que hasta los MSS en minúsculas del TR también han sido tomados en
cuenta. De la boca misma de los críticos son las siguientes citas:
Hort, siguiendo el “timbre de autenticidad”, prefirió las lecturas del tipo de texto “Neutral” (Alejandrino) y especialmente las del códice B, mientras que otros eruditos subsecuentes han preferido las lecturas del tipo de texto “Occidental” y el códice D sobre las mismas bases. Aunque Hort profesó seguir evidencia externa (y sí siguió de hecho su tipo de texto “Neutral”, en su mayor parte), su elección previa a ese tipo de texto estuvo basado en consideraciones internas (subjetivas). 4
El Decano John Burgon, contemporáneo de Westcott y Hort, escribió su
The Revisión Revised (“La Revisión Revisada”) para advertir al pueblo
William P. Grady, Final Authority (Schererville, Indiana: Grady Publications, Inc., 1993), 1
pág. 26.
“Texto Recibido” o Textus Receptus es la versión del Nuevo Testamento en griego de 2
donde han sido traduc idas las versiones de la Biblia más confiables, tales como la King James en inglés, y la RV60 en español.
“Texto Crítico” o “Texto Ecléctico” es como se le denomina a la version del Nuevo 3
Testamento en griego de donde se han traducido las versiones modernas de la Biblia corrompidas.
Wilbur N. Pickering, The Identity of the New Testament Text (Nashville: Thomas Nelson 4
Publishers, 1977), pag. 27.
�2
Citas largas (de más de 4 líneas) deben ir a renglón
seguido, sin comillas, con sangría a ambos
lados.
Cuando se cita una
fuente a pie de página, el orden es el autor, título
en bastardillas, dentro del
paréntesis la ciudad, casa publicadora,
fechas de publicacón. Fuera del paréntesis
va la página dode se
encuebntra la cita.
Tamaño de letra es 10.
cristiano del peligro de la nueva revisión de estos profesores, por estar
basada en un completamente rediseñado texto griego del Nuevo
Testamento. Al referirse a la preferencia de Hort por el códice B, Burgon dice
de la preferencia textual de Hort: “. . . que el códice B es tan
excepcionalmente un documento tan puro como para merecer ser la guía
principal en la determinación de la Verdad de la Escritura.” Más adelante 5
Burgon cita al mismo Hort:
Todo grupo binario [de MSS] que contenga a B se encuentra que ofrece una proporción grande de lecturas, las cuales, bajo escrutinio más detallado, tienen el “timbre de autenticidad”: Aunque es difícil encontrar alguna lectura así determinada que se veía sospechosa después de una completa consideración. (p. 227. También vol. i. 557 - en donde se repite la redacción). 6
Estos venerados códices tan preferidos por Westcott y Hort, son los que 7
han dejado fuera los pasajes tratados anteriormente en esta disertación.
Pasajes eliminados como los últimos 12 versículos de Marcos (Marcos
16:9-16), el pasaje de la Trinidad de 1 Juan 5:7, 8, el pasaje de la mujer
encontrada en adulterio (Juan 7:53-8:11), el pasaje del ángel que agitó el
agua (Juan 5:4) y muchos otros, los cuales, las versiones modernas dicen en
sus respectivas notas al pie de la página que esos pasajes no aparecen en
los manuscritos más antiguos y más confiables.
John W. Burgon, The Revision Revised (Collingswood, New Jersey: Dean Burgon Society 5
Press; 2000), pág. 306.
Burgon, pág. 307.6
Códice es un manuscrito en forma de libro encuaderno moderno, en contraste con los 7
pergaminos y rollos antiguos.
�3
Las veces subsiguientes que se cite
una obra, es suficiente el apellido del autor y la página.
La Antigüedad de los Cinco Unciales
Ni B ni Alef (a) tienen fecha, pero se les considera que pertenecen al
siglo IV. Esa fecha es cuestionable, pero para efectos de argumento, se
concede que estos unciales son más antiguos que los MSS en minúsculas
que son los que contienen las pasajes en cuestión citados en el párrafo
anterior. Eso es solo parte del argumento, lo que no explican los traductores
modernos como es que más de 3,000 MSS en minúsculas sí contienen esos
pasajes, y que además, hay testigos más antiguos que B y Alef que
contienen esos pasajes, por lo que se echa por tierra el argumento de
Westcott y Hort que esos pasajes fueron el resultado de una fusión de textos
tardía hecha por escribas llevados de un celo desmedido. Se va a
documentar esta afirmación más adelante, pero hay que abordar otro
aspecto de los calificativos de estos códices (MSS).
La Calidad de los Cinco Unciales
El otro calificativo, además de ser de los más antiguos, que se les da a
estos códices, es que son los más puros y más confiables. Al examinar la
familia de textos “Alejandrina” con la “Bizantina” en su totalidad, se
encuentra que hay una discrepancia enorme.
Everett Fowler, escribe:
Este autor ha encontrado que el texto de Westcott y Hort tiene 2,288 diferencias con el Texto Recibido que afectan la traducción. El texto de Nestle tiene 2,212 y el texto de las Sociedades Bíblicas tiene 2,077. De estas diferencias, 1,995 de
�4
ellas son comunes a los tres textos griegos al compararlos con el Texto Recibido. De las diferencias en el texto de las Sociedad Bíblicas, 2,018 (97.2%) son idénticas a las diferencias encontradas en el texto de Westcott y Hort. 8
Pero eso no es lo más grave, aunque era de esperarse. Lo más grave
son las discrepancias entre estos mismos dos venerados códices. Pickering,
citando Hoskier informa que:
Hoskier, después de llenar 450 páginas con un tratamiento detallado y cuidadoso de los errores en el códice B y otras 400 sobre la idiosincrasia del códice a, afirma que solamente en los Evangelios, estos dos MSS difieren más de 3,000 veces, sin incluir errores mínimos de ortografía, ni variantes entre ciertos sinónimos que podrían deberse a “intercambio provincial”. 9
Debido a esto y a la preferencia por B, el códice Sinaiticus (a) ha sido
desechado ahora por la mayoría de los eruditos en la actualidad. Y bien que
lo hagan, porque fue Tischendorf, un crítico textual contemporáneo de Hort
quien lo encontró en 1853 en un cesto de basura para ser quemado en el
convento de Santa Catarina (que se encuentra en el Monte Sinaí, de allí el
nombre), pero que Tischendorf se lo compró a los monjes y que ahora lo
alberga la Biblioteca Británica en Londres. Quizá esos monjes tenían mas
seso que los Tischendorf y los modernos traductores de la Biblia.
Como se indicó arriba, el hecho mismo que estos MSS dejan fuera tan
importantes pasajes de la Palabra de Dios, debería ser un factor
Everett W. Fowler, Evaluating Versions of the New Testament (Watertown, Wisconsin: 8
Maranatha Baptist Press, 1981), pág. 9.
Pickering, pág. 51.9
�5
determinante para evaluar su cercanía (o su alejamiento, en este caso) a los
escritos originales y a la verdad divina revelada de la Palabra de Dios.
Podrán estos venerados códices ser de los más antiguos, pero
definitivamente no pueden ser de los más puros, y por lo tanto, de los más
confiables.
WESTCOTT Y HORT Y LOS CINCO UNCIALES
El Texto Crítico tomó su forma permanente, con cambios minúsculos,
con la obra de los doctores Brooke Foss Westcott y Fenton John Anthony
Hort. Westcott y Hort fueron eruditos anglicanos en la Universidad de
Cambridge. En su Introducción a la Edición Revisa en Inglés, claramente
develaron su propósito de sistematizar los principios de Lachmann. Estos dos
eruditos laboraron juntos durante 25 años, aunque Hort fue la mente
maestra de la teoría que lleva sus nombres. Básicamente, dicha teoría se
puede resumir en la exaltación de solo dos unciales, a y B, pero
especialmente B, en total menosprecio de la mayoría de los otros testigos
con base en un sistema complicado de principios, los cuales, como se
demostrará más adelante, no son ni científicos ni imparciales. El enfoque
naturalista de estos dos catedráticos anglicanos contrasta con el enfoque
sobrenatural de los doctores Scrivener, Burgon, Miller y otros campeones del
Textus Receptus. Lo que es importante señalar aquí es que estos teólogos
produjeron su sospechoso Texto Griego en 1881 justamente a solo cinco días
después de la publicación de la misma Revisión.
�6
Los Principios de Evaluación de Manuscritos de Westcott y Hort
La Teoría de la Crítica Textual se sostiene sobre los pedestales de los
principios concebidos por Westcott y Hort los cuales suenan muy científicos
inicialmente, pero en la práctica, no son ni sostenibles, ni utilizables; más
que nada, por abordar una obra sobrenatural, como lo es la Palabra de Dios,
en una manera naturalista. He aquí una descripción concisa de su teoría.
Evidencia Interna.
¿Cómo se determina el valor y carácter de un manuscrito? El Dr. Hort
sugiere el principio sano de que “el conocimiento de los documentos debe
preceder los fallos finales de las lecturas:” y más adelante explica que dicho
carácter depende: “(a) primordialmente de su fecha, (b) luego de la pureza
o corrupción de su texto.” Todo esto suena muy bien, pero cuando se trata 10
de la implementación misma de este principio, el experto encuentra que:
Hay abundanc ia de cons ide rac i ones , con je tu ras , probabilidades, generalizaciones, hechas tanto de datos específicos conocidos de la historia como de los detalles que yacen en las memorias o en los libros de notas de los autores; pero un arreglo de los hechos lo suficientemente firmes como para establecer satisfactoriamente cada una de las etapas por adelantado están totalmente ausentes, mientras que los saltos hechos en ardiente especulación aquí y allá sobre amplios vacíos revelan la inseguridad del campo transitado. Se requieren las pruebas: y no se ha ofrecido ninguna prueba real. En verdad ninguna teoría ha sido propuesta con tan pocos hechos como base.
Continuando ahora con la evaluación de las consideraciones generales que se presentan, encontramos poco énfasis en tal
Miller resume la Introduction de Westcott y Hort’s, pp. 30-39 en su A Guide to Textual 10
Criticism. . ., p. 39.
�7
Evidencia Interna como la basada en claros hechos o en sano juicio, y demasiado en la clasificación de documentos que descansan exclusivamente en la opinión individual. 11
Por supuesto, las obras de estos eruditos que tratan con estos temas
son bastante extensas y abundan en la promoción de sus puntos de vista.
Sus obras son fácilmente accesibles a cualquiera que esté interesado en
estudiar el tema en más detalle. No obstante, solo una muestra se provee
aquí en apoyo a la cita en el párrafo anterior. Considerad las mismas
declaraciones de los doctores Westcott y Hort, como los cita Miller:
Cuando B entonces se mantiene con cualquiera de los otros manuscritos que no sea a, su lectura casi siempre “tiene un timbre de autenticidad”. Y “aun cuando B queda bastante solo, su lectura nunca debe ser rechazada a la ligera”. 12
El “timbre de autenticidad” y la falta de una razón sólida de por qué
una lectura solitaria en B “nunca debe ser rechazada a la ligera” reduce la
evaluación del Texto como depósito de la verdad divina a merced de la
opinión subjetiva prejuiciosa de la mente humana.
El Dr. Scrivener, en su A Plain Introduction (“Una Introducción Llana”)
demuestra en gran detalle los peligros y las falacias del principio de la
Evidencia Interna. Él derrumba de uno en uno los pilares sobre los que el
edificio se erige peligrosamente (demasiado extenso para ser tratado en esta
disertación): Entre más difícil sea la lectura más probable que la lectura sea
auténtica; Es preferible aquella lectura entre varias, de la cual todas las
Ibid., p. 45.11
Ibid., p. 44.12
�8
Otra manera de citar al
mismo autor consecutiva-
mente.
otras han de haberse derivado, aunque no se haya derivado de ninguna de
ellas; Las lecturas más cortas son mejor que las más largas; La lectura de
un pasaje es preferible que mejor se ajusta a un estilo peculiar, maneras y
hábitos de un autor; Se debe poner atención al genio y uso de las variadas
autoridades; Que la lectura ortodoxa debe ser sospechosa; Probabilidades
aparentes de transcripción, permutación de letras, itacismo, etc. 13
Genealogía.
El mito de las recensiones genealógicas fue una artimaña ingeniosa
por la cual los doctores Westcott y Hort pudieron derrocar el abrumador
abundante apoyo del Textus Receptus y exaltar sus “más antiguos y
confiables” manuscritos predilectos a y B. La imposibilidad de implementar
tal principio tanto en teoría como en práctica ya ha sido señalado arriba.
Pickering cita a Coldwell en este sentido:
Que Westcott y Hort no aplicaron este método a los manuscritos del Nuevo Testamento es obvio. ¿Dónde están las gráficas que comiencen con la mayoría de los manuscritos tardíos y salten hacia atrás a través del menoscabo de generaciones de ancestros hasta los textos Neutrales y Occidentales? La respuesta es que no se encuentran por ningún lado. Eche un vistazo al primer diagrama, y verá que a, b, c, etc. No son manuscritos reales del Nuevo Testamento, sino hipotéticos. Las demostraciones o ilustraciones del método genealógico como son aplicados a los manuscritos del Nuevo Testamento por los seguidores de Hort, los “Horticuli” como los llama Lake, utilizan manuscritos hipotéticos de la misma manera., y no códices reales. Note, por ejemplo, los diagramas y comentarios en la obra más popular de Kenyon sobre crítica textual, incluyendo la edición más reciente. Todos estos
Scrivener, pp. 247-256.13
�9
manuscritos aludidos son manuscritos imaginarios, y las últimas de estas gráficas fueron impresas sesenta años después de Hort. 14
La Nulidad de Valía del Texto “Sirio”.
El tercer encabezado con el que Miller clasificó la teoría de Westcott y
Hort es la nulidad de valía del así llamado Texto Sirio, o sea, el TR. Las
razones tras el menosprecio del Texto Tradicional son resumidas por Van
Bruggen, tal como las cita Surrett:
1. El texto se remonta a una revisión del texto griego en el siglo IV, probablemente bajo la dirección de Luciano de Antioquía;
2. En base a fundamentos externos, este texto se puede catalogar como tardío: no se encuentra en los antiguos mayúsculos [manuscritos unciales] y no es seguido por los Padres de la Iglesia antes de Nicea en las citas del Nuevo Testamento;
3. En base a fundamentos internos, este texto se puede catalogar como secundario por su naturaleza inclusiva (lecturas confladas) y por su tendencia a armonizar y a asimilar, lo cual conduce a un texto completo y lúcido. 15
Una y otra vez, los defensores de la escuela opositora protestan con
evidencia razonable tanto en contra de la invención de esta supuesta
recensión luciánica y los fundamentos sobre los que es hecha a un lado con
tanto desdén. Con suma erudición Burgon demuestra, más allá de toda duda
que las Versiones, Los Padres y los Leccionarios, dan testimonio de la
autenticidad del Texto Tradicional. Miller asevera que: “… el texto de los
Pickering, pp. 44, 45, citando a Colwell, The Genealogical Method, pp. 111-12.14
Jakob Van Bruggen, The Ancient Text of the New Testament (Winnipeg: Premier 15
Printing, Ltd., 1976), 15. Quoted by Surrett, pp. 29-30.
�10
Cursivos incuestionablemente disfruta del apoyo, con mucho, del mayor
número entre ellos, y también de los Unciales y las Versiones y los Padres.” 16
Pickering resume el hecho obvio de que no hay “hijos huérfanos” en
las “familias” de textos de la siguiente manera:
La edad de un manuscrito no debe ser confundida con la edad del texto que representa. Toda copia, por definición, contiene un texto que es más antiguo que sí mismo. En las palabras de Burgon mismo: “… representa un MS, o un pedigrí de MSS, más antiguos que sí mismo; y no es sino justo suponer que ejerce tal representación con tolerable precisión”.
Además, un MS tardío puede reflejar más fidedignamente el ancestro común que su primo anterior, como lo ilustran los Códices P y A; P es del siglo XIX, A del siglo V. Silva Lake hizo un estudio de éstos y otros MSS relacionados, y concluyó que tenían un ancestro común, quizá del siglo IV, y que el texto de P se asemejaba más que el texto de A. En efecto, por tanto, P contiene a un texto del siglo IV, a pesar de que el pergamino es del siglo XIX, y pueda que se pueda declarar con mayor justicia como un “MS Bizantino primitivo.” 17
Además de las alusiones previas a esta declaración, considere la
siguiente explicación:
Y, antes que nada, el lector tiene la necesidad de ser puesto al tanto (con referencia a la clase de evidencia mencionada primero) que la mayoría de nuestras copias existentes las Escrituras del N.T. son de fecha reciente comparativamente hablando, y varían desde el siglo x hasta el XIV de nuestra era. Que éstas son, en cada instancia, copias de manuscritos aún más antiguos, es evidente por sí mismo; y que en general representan fielmente los sagrados autógrafa mismos, ninguna persona razonable lo duda. Aún más, es incuestionable que ellos son así separados por cerca de mil años de
Edward Miller, The Traditional Text of the Holy Gospels Vindicated and Established by 16
the Late John William Burgon (Cambridge: Deighton, Bell and Co., 1896; reprint, Collingswood, New Jersey: The Dean Burgon Society, Inc., 1983), p. 206.
Wilbur N. Pickering, The Identity of the New Testament Text (Nashville: Thomas 17
Nelson Publishers, 1977), p. 131.
�11
sus arquetipos inspirados . . . En honor a la verdad, la seguridad de la que disfruta el Texto del Nuevo Testamento es del todo única y extraordinaria. 18
Una vez más, la razón de pesar, sin duda alguna, y no pesar la
evidencia, es debido al hecho embarazoso de que la evidencia de apoyo a la
que aducen Westcott y Hort es superada diez a uno, como fue establecido
arriba en esta disertación. Burgon y sus aliados no estaban en contra de
pesar, pero sí abogaron por pesar y contar.
Exaltación de los Cinco Unciales.
La “excelencia sobre-eminente” de los “Cinco Grandes Unciales”, pero
sobre todo B. El último encabezado bajo el cual Miller resume la Teoría de la
Crítica Textual es el servilismo sin reservas hacia el Códice B y los otros
representantes del así llamado Texto Neutral.
La Respuesta del Decano Burgon
Esto es lo que el experto en Crítica Textual, Burgon, opinaba de estos
principios:
Aludimos al resultado de la familiarización incrementada con ciertos códices existentes antiguos del N.T. Dos de éstos, (son a saber: una copia en el Vaticano técnicamente identificado con la letra B, y el recientemente descubierto códice Sinaítico, identificado al estilo de la primer letra del alfabeto hebreo a), se los cree que pertenecen al siglo IV. Dos son atribuidos al V, a saber: el Alejandrino (A) en el Museo Británico, y el códice prescrito preservado en París, designado como C. Uno es probablemente del siglo VI, a saber, el códice Beza (D) preservado en Cambridge. Es curioso relatar que el primero el segundo, el cuarto, y el quinto de estos códices (B a C D), pero sobre todo B y a, en los últimos
Burgon, The Revision Revised, pp. 10-11.18
�12
veinte años, han establecido una ascendencia tirana sobre la imaginación de los críticos, que solamente se puede hablar de ellos en forma adecuada como ciega superstición. Nada importa que los cuatro hayan sido descubiertos, con cuidadoso escrutinio, que difieren, no solamente de noventa y nueve de cien de todo el cuerpo de MSS existentes, sino además entre ellos mismos. Esta última circunstancia, obviamente fatal a sus pretensiones corporativas, es pasado por alto sin dar cuenta de ello, a saber: que los cinco exhiben, en variado grado, un texto fabricado. 19
Más adelante, Burgon provee algunas cifras importantes en cuanto a los
cambios, omisiones y añadiduras hechos tan solo en los códices B y a.
Solo en los Evangelios, se encuentra que B omite por lo menos 2877 palabras, añade 536, sustituye 935, transpone 2098, modifica 1132 (7578 por todas): - las cifras correspondientes de a son severamente 3455, 838, 1114, 2299, 1265 (8972 por todas). Y ha recordarse que las omisiones, añadiduras, sustituciones, transposiciones, y modificaciones, de ningún modo son los mismos en ambos. De hecho, es más fácil encontrar dos versículos consecutivos en los que difieren estos dos MSS uno del otro, que dos versículos consecutivos en los que estén completamente de acuerdo. 20
Burgon continúa diciendo que “por mucho el texto más depravado es
el exhibido por el códice D.” y que . . .
Enseguida de D, el códice menos confiable es a, que lleva al frente una nota memorable de la mala reputación bajo la cual siempre ha laborado, a saber, se ha encontrado que por lo menos diez revisores entre los siglos IV y XII se ocuparon con la tarea de corregir sus muchas y extraordinarias perversiones de la verdad de las Escrituras. 21
John William Burgon, The Revision Revised, (a reprint, Collingswood, New Jersey: The 19
Dean Burgon Society, Inc., 2000), pp. 11-12.
Ibid., p. 12. Énfasis de él.20
Ibid., p. 13.21
�13
Aún más adelante, Burgon resume las corrupciones de estos Cinco
Unciales de la siguiente manera:
Lo precedente admite hasta cierto punto otra ilustración numérica. Se ha descubierto que en 111 (de las 320) páginas de una copia ordinaria del Testamento Griego, en las cuales estos cinco manuscritos están en conjunto disponible para comparación en los Evangelios, - los serios alejamientos de A del Textus receptus ascienden por todas a solamente 842; mientras que en C ascienden a 1798; en B, a 2370; en a, a 3392; en D a 4697. La lectura distintiva de A dentro de los mismos límites son 133; las distintivas a C son 170. Pero las de B ascienden a 197; mientras que a exhibe 443; y las lecturas distintivas de D (dentro de los mismos límites), no son menos de 1829 . . . . Proponemos que estos hechos – que resultan de meramente referir cinco manuscritos a un solo estándar común – de ninguna manera son calculados para inspirar confianza en los códices B a C D; - los cuales códices, recuérdese, que nos llegaron a nosotros sin carácter, sin historia, de hecho sin antecedentes de ninguna clase. 22
RESPUESTA A LA TEORÍA DE WESTCOTT Y HORT
A. H. Scrivener
Hasta esta etapa en la historia de la Crítica Textual, parece haber una
tendencia degradante en esta importante ciencia. Los efectos dañinos y el
establecimiento absoluto de la Teoría de la Crítica Textual hubieran quedado
sin respuesta, de no ser porque Dios levantó eruditos temerosos de Dios,
creyentes en la Biblia, del calibre de los doctores Scrivener, Burgon, C.F.
Matthaei, su discípulo Edward Miller y otros dentro de los cuarteles de la
Iglesia de Inglaterra también. Con humildad, Burgon alaba la obra de
Scrivener en su Revision Revised:
Ibid., p. 14. Énfasis de él.22
�14
El Dr. Scrivener, aunque él no ha editado en forma independiente el Texto original, claramente debe ser reconocido entro los que lo han hecho, a razón de sus cuantiosas contribuciones acertadas e importantes a nuestro conocimientos de los documentos antiguos. Transfiriendo sus colecciones de varias lecturas al pie de la página de una copia del Texto Recibido comúnmente, - y el ‘Nuevo Testamento de Scrivener’ ha de permanecer entre las ediciones de Mill y de Westein. Que se diga la verdad, C. F. Matthaei y él son los únicos dos eruditos que han comparado una cantidad considerable de códices sagrados con la requerida cantidad de precisión. 23
De hecho, gracias a la erudición y al hecho de que el Dr. Scrivener fue
parte del Comité de Revisión que produjo el Nuevo Testamento Griego de
Westcott y Hort, es como pudo tener tanto la habilidad como la autoridad
para refutar y oponerse a la obra de los profesores de Cambridge. Una vez
más, en una nota al pie de la página, Burgon expande:
Nadie que atienda tan poco a los temas puede exigir estar seguro que ‘El Nuevo Testamento en el Original Griego, de acuerdo al texto seguido por la Versión Autorizada, aunado a las variaciones adoptadas en la Versión Revisada’, editado por el Dr. Scrivener para los Síndicos de Cambridge University Press, 1881, de ninguna manera representa sus propios puntos de vista. El entendido Prebendary meramente editó las decisiones de las dos terceras partes mayoritarias de los revisionistas, - las cuales no eran las suyas. 24
La obra del Dr. Scrivener A Plain Introduction to the Criticism of the
New Testament, ya citada varias veces en esta disertación es un testigo
silencioso de la erudición y carácter cristiano con el que él trata tanto las
evidencias, como los hombres detrás de las obras y los puntos de vista en la
Burgon, p. 246.23
Ibid., nota al calce #1 on p. 246.24
�15
ciencia, sin importar la cantidad de acuerdo, o falta de él, en sus propias
posiciones.
Además, hay una parte en este legado, además de los detalles
añadidos de 374 manuscritos que no habían sido previamente conocidos, en
la introducción de las publicaciones arriba mencionadas, así como en la
publicación en 1835 de ‘A full and exact Collation of about twenty Greek
manuscripts of the Holy Gospels.’ En esta también, así como en ‘An exact
Transcript of the Codex Augiensis. to which is added a Full Collection of Fifty
Manuscripts,’ hay un conjunto de principios de la ciencia de Crítica Textual,
que contiene tratamientos detallados sobre cuestiones controversiales, en su
usual manera cándida de caballero. Él contesta concienzudamente a cada
uno de sus oponentes. Su ruego constante fue que “toda la evidencia debe
ser utilizada” en la Crítica Textual. 25
Decano John Burgon
Para estas alturas el lector deberá estar bien familiarizado con la
posición de este erudito anglicano expuesta en las obras citadas en esta
disertación. Por lo tanto, solo frases breves que resumen su posición en
oposición a la teoría de los doctores Westcott y Hort se presentan a
continuación para concluir su contribución en el campo de la Crítica Textual.
Con respecto a pesar y contar las autoridades, él insiste en que “la Verdad
del Texto de la Escritura ha de ser recabada exclusivamente del testimonio
Miller, A Guide to Textual Criticism . . ., pp. 31, 3225
�16
en acorde del gran número de las mejores Copias, Padres, y Versiones.” 26
Que “una apelación debe hacerse sin reservas a la Antigüedad Católica; y
que el veredicto combinado de Manuscritos, Versiones, Padres, debe ser
considerado como decisivo.” Y . . . 27
Un método más seguro, el único confiable, de hecho, para determinar la Verdad de la Escritura, sostenemos que es el método que, - sin prejuicio o parcialidad, - simplemente determina QUE FORMA DEL TEXTO DISFRUTA EL APOYO MÁS ANTIGUO, MÁS COMPLETO, MÁS AMPLIO, MÁS RESPETABLE Y, SOBRE TODO, EL MÁS VARIADO. 28
Ya se ha citado a Burgon sobre esta posición respecto a la
confiabilidad de los Cinco Unciales, especialmente del Códice B. Su
contribución es valiosa por la cantidad numerosa de MSS cursivos que
comparó, el Códice D, y muchos otros, así como la catalogación en índice de
más de 30.000 citas patrísticas. Miller evalúa la contribución del Decano
Burgon al comentar, como editor de A Plain Introduction . . . del Dr.
Scrivener en una nota a pie de página:
Me he visto obligado a alterar el primer párrafo en este capítulo por la confesión del Dr. Scrivener que me hizo del gran valor de los servicios del Decano Burgon en esta providencia de la Crítica Textual Sagrada. Estoy convencido que él no hubiera podido continuar manteniendo una opinión tan adversa al valor de las citas primitivas como la que él se formó cuando la gente no estaba suficientemente consciente de la riqueza de evidencia ilustrativa que les estaba al alcance de sus manos. Como Editor, le debo muchísimo a este capítulo, tanto a la enseñanza expresa en el gran
Burgon, p. 518.26
Ibid., p. xxvii.27
Ibid., p. 339.28
�17
libro del Decano Burgon, y su método de argumentación con respecto a las citas patrísticas. El Decano no dejó esta providencia como la encontró de ninguna manera. 29
Canon Cook
Miller menciona a Cook como otro de los contribuidores a la causa del
Texto Tradicional, tal como lo defendieron Scrivener y Burgon. Él fue el
editor de varias obras, entre las cuales están Speaker’s Commentary (El
Comentario del Locutor), y la Revised Version of the First Three Gospels (La
Versión Revisada de los Primeros Tres Evangelios), en las que él claramente
establece su oposición a la teoría de Westcott y Hort. Concerniente a los
códices B y a, Miller dice que …
Él sostiene que el códice Vaticano (B) y el Sinaítico (a) han sido exaltados indebidamente; que el Alejandrino (A), el cual en los Evangelios representada justamente el texto utilizado por San Crisóstomo y sus grandes contemporáneos, es superior a ellos; que los dos primeros probablemente fueron escritos bajo la dirección de Eusebio, y que las teorías y los argumentos de los doctores Westcott y Hort están destituidos de fundamento sólido. 30
Edward Miller
Este ensayo no podría concluirse sin el reconocimiento a Edward Miller
mismo, a cuyas obras se ha hecho constante apelación a través de esta
tesis. Él fue el discípulo de Burgon y admiró tanto a Burgon como a
Scrivener, al editar las obras de estos dos eruditos después de su muerte.
CONCLUSIÓN
Scrivener, 2:167.29
Miller, A Guide to Textual Criticism. . ., p. 35.30
�18
Queda demostrado, entonces, que los tan reverenciados manuscritos
unciales, ni son necesariamente los más antiguos, y definitivamente no son
los más confiables. La idealización de estos manuscritos es el producto de
una perpetuación de suposiciones prejuiciosas que las nuevas generaciones,
por lo poco informados, siguen creyendo y promoviendo.
�19
BIBLIOGRAFÍA
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Fowler, Everett W. Evaluating Versions of the New Testament. Watertown, Wisconsin: Maranatha Baptist Press, 1981.
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Hills, Edward F. The King James Version Defended. Des Moines, Iowa: The Christian Research Press; 1979.
Miller, Edward. The Traditional Text of the Holy Gospels Vindicated and Established by the Late John William Burgon. Cambridge: Deighton, Bell and Co., 1896; reimpresión, Collingswood, New Jersey: The Dean Burgon Society, Inc., 1983.
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Sorenson, David H. Touch Not The Unclean Clean. Duluth, MN: Northstar Baptist Ministries; 2002
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Waite, D.A. Defending The King James Bible. Collingswood, New Jersey: The Bible for Today Press, 1993.
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En mayúsculas, centrado y acentuado.
Entradas por orden alfabético de apellido del autor. Párrafo a renglón
seguido. Párrafos separados a doble espacio.
Segundo renglón con sangría
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