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NALEP CORPORATION
2
Dedicación:
Dedico este manual a todos los que han abierto los ojos.
Después de un largo sueño, a todos aquellos que nunca han dejado de luchar.
Para todos aquellos que por la comprensión nunca han dejado de buscar.
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"CUANDO UNA PERSONA DESEA SALUD, PREGÚNTALE SI
ESTA DISPUESTA A SUPRIMIR LAS CAUSAS DE SU
ENFERMEDAD”. Hipócrates
Perder peso no es sólo un objetivo que mejora el punto de vista estético,
es una meta que requiere un crecimiento mental. Ponerse a dieta es, de
hecho, emprender un camino que puede durar meses, para ello, es
necesario ser constante y tener el autocontrol para seguir un régimen
alimentario diferente a lo que generalmente estamos acostumbrados.
Igualmente, el éxito de la pérdida de peso, con el mantenimiento de éste,
nunca podría ser alcanzado sin esa voluntad y determinación que permite
la conquista de objetivos difíciles y a largo plazo. A menudo, el principal
enemigo contra el cual se debe combatir es precisamente el pensamiento
negativo, acompañado de una actitud de desconfianza en sus
comparaciones. La influencia de nuestro estado mental es absolutamente
decisivo para el logro de los objetivos. Una buena predisposición
psicológica y una actitud segura, pueden permitirte dar ese paso hacia
adelante, de lo contrario, nunca tendrás la fuerza de voluntad para dar
dicho paso. Tener pensamientos que pongan en duda el posible éxito de
nuestros proyectos, hace que nuestras metas se alejen, creando un poder
destructivo. Pensamientos como: "¡hoy me salto la dieta, hoy como!” o
bien: "una pizza ¿qué me podrá hacer?" son profundamente deletéreos, de
renuncia, y llegan cuando la fuerza de voluntad falta.
Del mismo modo, cuando estamos en compañía de amigos, nos
autocompadecemos de forma negativa, con frases como: "estoy
engordando". Hay que tener en cuenta que lo hacemos como una forma
de autodefensa que generamos en una patética necesidad de probar una –
falsa- seguridad. Dicha seguridad, en efecto, nos ofrece una relajación
psicológica, pero provocaría una interrupción en el crecimiento personal,
o peor, un retroceso.
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FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CEREBRAL
Para tener éxito en nuestros objetivos, es de primordial importancia, saber
reconocer y detectar esos enemigos que a continuación abordaremos.
Principalmente se trata de dos tipos de pensamientos:
- La disminución constante = tener pensamientos negativos
constantemente.
Estos pensamientos no son para nada una ayuda, al contrario, contribuye
a hacer la vida de una persona sometida a una dieta absolutamente
insoportable, provocando el deseo de interrumpir ese nuevo régimen
alimentario y renunciando a él lo antes posible.
Por el contrario, la actitud de alguien que quiera perder peso, debe estar
necesariamente centrada en los objetivos que quiere alcanzar y sobre
cómo quiere cambiar, recordando que debe de tratarse siempre con el
debido respeto (un tema que discutiremos más adelante).
- La obsesión sobre las diferencias entre el Yo actual y el Yo ideal, al que
se aspira = Persistir con desconfianza, observando cada cosa que no vaya
bien frente a como nos gustaría ser, implica casi paradójicamente la
creación de un vínculo con nuestros defectos, hasta el punto de que
podamos identificarnos con ellos. Nuestro Yo profundo teme perderse a sí
mismo cuando los defectos físicos, o de cualquier naturaleza que sean,
desaparezcan.
Estas razones nos impiden imaginar un nuevo Yo más en forma, más
desenvuelto, más activo en la vida social, capaz de realizar y de sentirse
realizado.
Es absolutamente esencial, por lo tanto, aprender a amarte a ti mismo y
visualizar sobre su propio cuerpo los cambios que se querrían ver: trabajar
con la imaginación, tomando como punto de referencia nuestro cuerpo es
5
un ejercicio muy útil, así como una fuente de inspiración esencial.
Siguiendo el ejemplo de los estudios del profesor Enzo Soresi, fisiólogo
patólogo y oncólogo, emérito Primaria de neumología en Niguarda de
Milán, os expongo algunas nociones realmente esclarecedoras.
En los últimos años, el profesor Soresi, después de dejar su profesión en
el hospital para dedicarse al estudio de la neurobiología, elaboró una tesis
en la que afirma, que el encéfalo, es el interruptor capaz de encender y
apagar enfermedades, no sólo psicológicas sino también físicas. Soresi
afirma que nuestra salud depende de un network formado del sistema
endocrino, el sistema inmunológico y el sistema nervioso central. El
sistema nervioso nos defiende y nos organiza la vida, y no sólo: nos tolera.
El órgano-mito es el linfocito, un tipo particular de glóbulo blanco que
responde a los ataques de los virus creando anticuerpos. Tenemos 40
billones de linfocitos. Cuando se activan, fabrican hormonas cerebrales.
La nueva gran ciencia capaz de hacer luz sobre estas temáticas, toma el
nombre de PNEI (psiconeuroendocrinoimmunologia). Esta ciencia es
lamentablemente descuidada por la medicina actual a causa de la
incapacidad, actualmente, de cuantificar el número de neurotransmisores
que son liberados por una emoción determinada.
No hay límite a la plasticidad cerebral, no hay límite a la neurogénesis.
Sin embargo, existe un flujo continuo de células madre producido por el
cerebro y las que no se utilizan simplemente se pierden. La falta de
actividad física y/o cerebral, bloquea el recambio de estas células y el
factor de crecimiento (BDNF) que nutre el cerebro no se libera. Cuando
nos comprometemos a leer, o a ejercer el cerebro con visualización e
imaginación, las células madre se capturan en la zona del encéfalo
interesada en estas actividades. Un ejemplo: los taxistas de Londres tienen
un hipocampo más grande porque han tenido que aprender de memoria la
carta topográfica de una ciudad que se extiende a siete millas.
Como dice del profesor Soresi, la medicina, no es una verdadera ciencia,
es más como una ciencia "en progreso”, una ciencia inexacta. Pero
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volvamos al cerebro. Los lóbulos frontales tienen la función secretora de
un órgano endocrino que no sólo produce neurotransmisores cerebrales
sino que también serotonina, dopamina, endorfinas y citoquinas, en otras
palabras, la clave de los tres sistemas que crean el Network de vida.
Pero, ¿qué son las citoquinas en particular? Ellas constituyen la
combinación de cuatro interferones que ayudan a las células para resistir
los ataques de virus, bacterias, cáncer y parásitos. Existen 39 interleucinas,
cada una con una función específica. Si soy alegre y libero mi creatividad,
son las citoquinas las que se secretan, y éstas, me hacen estar bien. En
cambio, si estoy obsesionado por el sobrepeso o algún trastorno
alimenticio, me bombardeo de citoquinas flogogene que producen
procesos inflamadores. Aquí está ilustrado muy brevemente, cómo y
porqué el futuro de la medicina está en "manos" del cerebro.
Quiero compartir con ustedes un relato del profesor Soresi que ilustra de
manera muy simple el poder de nuestras convicciones, y por tanto de
nuestra mente:
«Este es un hecho ocurrido realmente, que prueba cómo el cerebro por si
sólo puede curar una patología: tuve un paciente afectado con asma,
obsesionado en informarse de los síntomas, cuanto más terapias
emprendía, más empeoraba. Pasados tres meses volvió al estudio diciendo
que creía haberse curado. Le dije: "No bajes la guardia, porque para el
asma lamentablemente no hay cura." "No, no”, contestó él, “¡tenía mal de
ojo y una curandera de mi país me sanó poniendo agujón en el colchón!"
Le envié entonces a un experto en el mal de ojo, y fue pronto enviado a
un psiquiatra el cual determinó que el paciente sufría delirios psicóticos.
¿Conclusión? Cuando deliraba se encontraba bien, el asma había
desaparecido completamente, pero una vez recuperadas las facultades, la
patología regresaba. ¿Efecto placebo del agujón?
¿Milagro? ¿Cómo justificar lo sucedido? ¿Cómo explicar, por ejemplo en
las personas afectadas por trastornos de personalidad múltiple, la
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"capacidad" de enfermar y de repente de curarse por diversas
enfermedades simplemente pasando de una persona a otra?
El cerebro tiene poder en toda nuestra realidad. Nuestras convicciones nos
moldean. ¿Cómo proceder entonces? Si se está en la oscuridad y no
estamos seguros de nada, ni siquiera sabes por dónde empezar, una buena
guía puede representar un gran trampolín de lanzamiento para aprender a
utilizar el poderoso instrumento de control y creación que es nuestro
cerebro.
Yo, ideador del programa NALEP y LOSENJOY, creo firmemente en la
fuerza de la palabra, y sé, con seguridad, que si nosotros hablamos, poco
a poco modificaremos nuestro aspecto biológico. Por ello, allí donde la
palabra es utilizada con fines terapéuticos, resultará igual o mejor que la
intervención un medicamento.
Repito, además, que es de vital importancia el creer en nuestras
capacidades y las potencialidades que residen dentro de nosotros. Esta
actitud de confianza crea una fuerza que, aplicada con la correcta
metodología a los debidos ejercicios mentales lleva a resultados seguros.
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FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA NERVIOSO
(NETWORK ENDOCINO DE LA VIDA)
Podría escribir más de un libro sobre el funcionamiento del sistema
nervioso, pero me limitaré a exponer lo que a nosotros nos interesa en este
contexto. Las famosas citoquinas, mencionadas antes, son ese grupo de
interferones que se segregan cuando estamos de buen humor. Vamos a ver
le qué pasa al sistema nervioso y sobre todo porqué estamos de buen
humor.
Una noche pasada con los amigos, tal vez nuestros mejores amigos, entre
bromas, risas y flagrantes ridiculeces en el karaoke, podría ponernos en
un estado profundo de euforia. Esto que nosotros vivimos «sólo» como
una emoción positiva, es mucho más para nuestro cuerpo. En efecto, actúa
de manera física sobre nuestro sistema nervioso central, el cual, estando
en función de tolerar cualquier cosa que sea impuesto mediante estímulos,
sensaciones, emociones y situaciones externas, actuará en consecuencia,
preparando el cuerpo con una serie de impulsos relativos.
En este punto, es esencial una puntualización. El sistema nervioso, nuestro
más grande amigo-enemigo, no es capaz de distinguir la diferencia entre
una experiencia realmente sucedida y otra vívida de forma imaginaria. Por
lo tanto, frente a una situación, que sea real o inventada, reaccionará
idénticamente, poniendo en funcionamiento los lóbulos frontales y
segregando las hormonas. Esta noción abre las puertas a un enfoque
totalmente renovado de visualización. ¿Si una situación imaginada, para
nuestro cuerpo es equivalente a una situación realmente vivida, y si como
es cierto, la imaginación no conoce límites, si no los que le ponemos
nosotros, logramos comprender la inmensidad del poder de la mente? No
es cierto que durante siglos el conocimiento de los ejercicios mentales
útiles se haya omitido a los demás. La negativa evolución de los humanos
es, en efecto, el resultado de esta grave omisión. Señoras y señores, he
descubierto agua caliente. Estas nociones se conocen desde siempre, sin
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embargo, el 98% de la población mundial es completamente inconsciente,
viviendo su vida como autómatas, piezas de una cadena de montaje,
arrastrando su existencia entre falsas creencias, preguntas sin respuestas
bajo la capa superficial de las cosas.
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GÉNESIS
En este capítulo expondré a grandes líneas las técnicas de visualización y
de entrenamiento cerebral. Aquí están los puntos principales:
1- Ser capaz de conseguir por lo menos dos veces al día el estado llamado
"silencio".
2- Aprender a utilizar las afirmaciones y negaciones.
3- El desarrollo de la meditación que se activará en nosotros justo cuando
nos centramos en él.
4- La visualización positiva; o cómo educarse para visualizar siempre lo
bueno, lo bello, lo justo.
Nuestra vida reflejará esta energía. Por cierto, la práctica de visualización
aumenta en gran medida la capacidad de concentración.
Tener muy presente que cuanto antes se comience a pensar en la forma
más justa, antes se tomará el camino la construcción de la vida que se
desea. Quisiera que este claro este punto: dentro de cada individuo existen
posibilidades y poderes infinitos.
El poder interior puede ser invocado y llevado a expresarse teniendo en
mente los ideales más altos, las mejores afirmaciones y mediante la
meditación. Es necesario dedicarse por un período al ejercicio, tanto de
noche como de día, accediendo así a un nivel en el que la palabra será
creadora directa de nuestro querer y lo imaginado será realidad. Siempre
hay que imaginar sus vidas en un contexto positivo, en la mejor forma que
se pueda concebir en salud, y llena de victorias en la que proceder con
alegría y gratitud. Una vez que ha configurado la mente en este tipo de
frecuencias, el concepto de fracaso será automáticamente excluido de
nuestro camino.
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Para la correcta ejecución de estos ejercicios, es preciso tener en cuenta
los siguientes pasos:
1- La alteración de la actitud mental.
2- La redirección de sus pensamientos en aquellos canales que conducen
el éxito.
3- La elevación de su poder interior.
4- El rebasamiento del BH (Bad Habit, o las malas costumbres);
5- La construcción de un carácter fuerte.
Por eso debe concentrarse cuidadosamente en el recorrido que se va a
emprender; teniendo en cuenta las dificultades, sin tomarlas con ligereza
y la preparación para enfrentarlas mediante la colocación de la propia
mente, aquí y ahora, lista a la conquista. Puede haber tenido fracasos en el
pasado, pero con la ayuda de este programa, esta vez, se tendrá la certeza
de un apoyo asegurado contra todas las dificultades y cualquier debilidad.
Esto será posible gracias al dominio sobre sí mismos, la victoria en la
errónea forma mental actual y la consiguiente condición de control
completo de su vida. No hay manera de contemplar un fracaso cuando el
éxito ha sido creado mediante imágenes mentales que conforman nuestra
existencia a nuestro antojo.
Modelando en nuestra mente el propio Yo futuro, nos daremos cuenta de
cómo día tras día crecerá la similitud con respecto a esa imagen. Es
fundamental, por lo tanto, crear la imagen justa.
Dejarse guiar por su ambición. No contentarse con ser una persona común;
si queremos ser más, podemos serlo y nos merecemos darnos la
posibilidad de alcanzar esos deseos. El ejercicio de proyección por el
futuro, previendo las operaciones que se deberán realizar, hará el éxito
final doblemente asegurado. El poder en cada uno de nosotros es grande
y omnipotente. Nada puede obstaculizar el ascenso. No hay nadie que
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puede impedir este objetivo, nada que pueda obstaculizar su progreso si
no nuestras mismas dudas y temores. La confianza es la nota dominante
del éxito. Otro término para indicar confianza, es la fe. Cada hombre de
éxito es, en el fondo, un hombre de fe, que cree con todo el poder que
posee, en sí mismo. Esa es la clave de su éxito. No se trata de vanidad o
de exceso de autoestima, sino de la realización de su "Yo" (el
reconocimiento de su yo y la eliminación del ego, serán puntos profundos
durante los seminarios). La confianza en sí mismos es algo que pocos
poseen y en su mayoría es adquirida con el ejercicio. Esto explica que un
número limitado de hombres tenga realmente éxito. Porque así, ese
número limitado consigue despertar las propias potencialidades y porque
así, pocos pueden utilizar con éxito los poderes de la mente.
En resumen, podemos decir con absoluta certeza que cada hombre es una
persona de fe (fe en sí mismo) y que detrás de cada hombre de éxito, se
encuentra un hombre que cultiva el pensamiento positivo. Un hombre de
éxito está siempre lleno de pensamientos positivos, nunca pesimistas y
siempre en compañía de su fuerza y su fe. Para esto es obligatorio, en este
mismo instante, empezar a cultivar fe y esperanza, calidad sin las cuales
ninguno, no importa el talento, o la inteligencia, o afortunado, o hijo de,
podrá nunca tener éxito.
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SOMOS LO QUE COMEMOS
Lo que estamos ingiriendo, nuestro organismo lo utiliza para construirse
a sí mismo. Estamos hechos de alimentos que comemos, del agua que
bebemos, del aire que respiramos y sobre todo de los pensamientos que
preconizamos. La calidad y la justa combinación de estas sustancias, que
nuestro organismo absorbe en su totalidad, depende nuestro bienestar
físico, mental, espiritual y emocional. En general, se hace poca atención a
lo que se ingiere, a menudo guiados sólo por el sabor o gusto, por el hábito
o simplemente la disponibilidad que tenemos en ese momento de los
alimentos. Rara vez, o nunca, se piensa en qué procesos biológicos,
químicos y enzimáticos van a aportar tales combinaciones de alimentos
Fue precisamente esta ignorancia la que creó el gran problema del siglo:
el sobrepeso y los trastornos alimenticios en general. La realidad de hoy
está lamentablemente llena de personas infelices, insatisfechas respecto a
su apariencia física. El cuerpo, el cual refleja nuestro estado mental, sufre
de nuestras infelicidades, nuestro sentido de inadecuación. Éste establece
un círculo vicioso que nunca deja de hundir el tenor general de nuestra
existencia.
Digamos la verdad, entre otras cosas, tener sobrepeso, más allá del
precario estado de salud que esto suscita, es un estatuto que nos debilita,
marcando profundos surcos en el consciente e inconsciente y socavando
nuestra confianza, así como nuestra actitud hacia la vida. El número de
personas aquejadas de este desequilibrio psicológico-físico es
impresionante. Basta dar un paseo para darse cuenta de que más de la
mitad de las personas que veremos tiene más o menos evidentes
problemas de peso y\o de alimentación. La relación con el alimento es
algo primordial y son demasiadas las cosas que pueden interponerse entre
nosotros y una sana actitud hacia el mismo.
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Mi idea, que lentamente ha madurado y se ha expandido nació
precisamente de la conciencia de ésta infelicidad humana, el enfoque
inoperante del acto natural, sin embargo tan elaborado y multiforme de
alimentarse hoy.
Si se quiere profundizar en los mecanismos de los efectos de la comida
sobre nuestro cuerpo, del porqué efectivamente se engorda, del cómo las
dietas realmente funcionan, y del porqué así poca gente en el mundo
considera vencido el problema alimentario, hasta hoy todavía era
imposible encontrar una respuesta satisfactoria. Y es precisamente para
dar una respuesta válida y definitiva a esta gran pregunta, que el programa
NALEP ha dado este gran paso en el camino hacia la continua evolución
humana.
Es inadmisible pensar que la mayor parte de las personas esté convencida
de que para tener un cuerpo saludable y alcanzar el peso adecuado, el
único camino a seguir es el odiado sistema de dietas hoy disponibles.
Dietas que obliguen a pesar ridículas cantidades de alimentos
y/o que prevean el recuento de las calorías. Estos sistemas imponen una
continua tomadura de pelo con microscópicas comidas y un constante
morir de hambre estresándose con innumerables cálculos, y debiendo
transformar en nuestra mente aterrorizada, cada alimento en cifras. O peor
aún, el tener que someterse a la sustitución de las comidas con esos
ridículos drinks o absurdas barritas dietéticas que nadie, y digo nadie, sino
quién movido por la desesperación de perder algún kilo, tomaría en serio
como sustitutivos de una comida. Además, el enorme lapso de tiempo
necesario a fin de alcanzar las insignificantes y padecidas pérdidas de
peso, es a mi juicio inviable, si no se quiere desembocar en puro concepto
de tortura.
Después de años de investigaciones y estudios sobre las distintas dietas
disponibles hoy, llegué a la conclusión de que son todas, desde la primera
hasta la última, simplemente inaceptables. Además, aun admitiendo que
una persona aceptara un empeño similar, los resultados serían a largo
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plazo escasos y efímeros y no merecerían la pena. En efecto, en la mayor
parte de los casos, el problema del peso no está nunca del todo resuelto.
Esto es debido a las dietas de hoy, además de dar inadecuados menú a
seguir no ofrecen ninguna otra cosa. Por eso, el verdadero problema del
sobrepeso permanece allí, presente, como una bestia feroz, a malas penas
tenida a raya: en cualquier momento dispuesta a saltar, más hambrienta
que nunca. Puede parecer realmente una incógnita sin esperanza y para
quien se siente aplastado por tanta falta de respuestas adecuadas, puede
parecer como un callejón sin salida, sobre el cual seguimos golpeándonos
la cabeza, desesperados. O peor aún, completamente ausentes. Incapaz de
aceptar tal punto muerto y luego forzado a una desensibilización de la
realidad, se vuelve la cara hacia otro lado, pero la cabeza continúa
golpeando la pared, y el dolor es profundo, aunque superficialmente no
advertido.
¿No creen que es absurdo que en el siglo XXI el ser humano se someta
aún a estos mediocres sistemas de alimentación que no llevan a ninguna
parte?
Esta es la pregunta que ha estado rondando en mi mente desde hace mucho
tiempo y que me ha llevado a profundizar mis investigaciones hasta
hacerme ver la luz.
Unificando las informaciones que con el tiempo he hecho mías, he
descubierto en cuanto a las empresas farmacéuticas, industria alimentaria
y a todo el negocio del fitness (como los programas y las estructuras actas
al adelgazamiento), conviene que el problema de la obesidad sea una
pregunta sin respuestas.
El punto fundamental sobre el que he hecho luz es tan increíble, tan
absurdo, que yo mismo al principio casi no podía creerlo. Pero
contrastando las informaciones y tratando de quitar cualquier duda
razonable, la respuesta está siempre ahí, flagrante, increíblemente clara,
sin embargo tan desconocida a los demás.
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He descubierto que la dietética misma, ha crecido sobre una base hecha
de errores desatinados que han creado, con el paso del tiempo, una de las
mentiras más grandes que jamás ha existido. ¡Y esta mentira, tan gruesa y
nutrida es profundamente inculcada en la mente de todos! ¡Yo incluido
hasta hace poco tiempo!
¡Todos están convencidos y todos hablan de esta mentira! La enseñan en
la escuela, las universidades la imprimen y la siguen imprimiendo sobre
libros, explicándolo y reelaborando de maneras cada vez más organizadas,
atractivas y creíbles. ¡Está en todas partes y es una de las más grandes
calumnias del siglo!
Lo que más asusta es que todos la dan por buena y a nadie se le ocurre
ponerla en entredicho. ¡Es tan increíble que pensareis que estoy loco! Pero
no lo estoy, créanme. Voy a darles una noción que romperá totalmente lo
que piensen del alimento, pero les ruego sólo por un momento, que
prueben a reflexionar sobre lo que voy a decirles, con la mente abierta, sin
los condicionamientos debidos a lo que siempre les han enseñado en la
nutrición.
Pues bien, aquí estamos. ¿Están listos?
El concepto de caloría atribuida a la comida y respecto a nuestro cuerpo,
es algo totalmente absurdo. ¡La comida no contiene calorías, por lo menos,
no para el cuerpo humano!
Nuestro cuerpo no es una maquinaria de combustión y no quema el
alimento, lo asimila, metabolizándolo mediante un proceso bioquímico
muy elaborado que no tiene nada que ver con el concepto de caloría
descubierto por Joule.
En 1850, este físico inglés de nombre James Prescott Joule, fue el primero
en definir el concepto de caloría, gracias a un experimento de su
concepción, que consistía en la utilización de un cierto carrete por él
construido, inmerso en un recipiente cilíndrico que contiene un kilo de
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agua a la temperatura de 14,5ºC. Este carrete, constituido por palas
pegadas al extremo inferior de una varilla inserta verticalmente dentro del
contenedor con el agua, gira sobre sí mismo gracias a la tracción de dos
pesos vinculados a las extremidades de una cuerda retorcida en la parte
superior de la varilla y que pasa por dos motores, una por cada extremo.
La rotación de dicho carrete provocaba con el movimiento, el
calentamiento del agua.
Él, entonces, gracias a este experimento, definió que la gran caloría, o la
Cal correspondía a la cantidad de calor necesaria para hacer subir 1ºC la
temperatura de un kilo de agua. Joule hizo un gran descubrimiento a nivel
termo-energético, lamentablemente no podía saber que unos 40 años
después, el químico estadounidense Wilbur Atwater, hizo de su
descubrimiento un uso inadecuado...
En efecto, y de Wikipedia, cito:
"Wilbur Olin Atwater (Johnsburg, 3 Mayo 1844 –
Middletown, 22 septiembre 1907) fue un químico estadounidense,
conocido por sus estudios sobre nutrición humana y en el metabolismo.”
Desafortunadamente, fue el que sentó las bases para el desastre nutricional
de proporciones monumentales que son: la obesidad, la diabetes de tipo 2
y la hipertensión; al que asistimos impotentes hoy, víctimas de la común
ignorancia sobre las reales funciones bioquímicas del cuerpo humano.
Siempre de Wikipedia: "A él se debe también el llamado "Sistema
Atwater" para medir la energía proporcionada por la comida, precisamente
las calorías de los alimentos."
Inspirándose en los resultados obtenidos quemando los distintos tipos de
comida (proteínas, lípidos y glúcidos), dentro de un dispositivo de
combustión hecho para determinar el calor específico de cualquier
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sustancia examinada, Atwater pensó que se podía considerar válido
también para el hombre.
En práctica, comparó el complejo laboratorio bioquímico que es nuestro
cuerpo con un contenedor equipado de un termómetro, que contenga agua
constantemente agitado con un palo.
Ahora pregunto, según ustedes, lo que sucede dentro de nuestro cuerpo
cuando nos alimentamos ¿puede ser comparado como funcionamiento y
reacción a lo que sucede dentro de un contenedor, en el cual se haya
metido un segundo recipiente que contenga cualquier comida y se haga
quemar? ¿Es sabio atenerse a resultados obtenidos observando la
variación de la temperatura del agua, dada por la mencionada combustión
de alimentos, calculándola como calorías que asumimos en nuestro cuerpo
mediante el alimento?
Una vez conocida la mecánica de este dispositivo, llamado bomba
calorimétrica, a hoy ¿podemos realmente creer aún que es posible tal
comparación con nuestro cuerpo?
Pero todas las dietas se calculan en el recuento de calorías y esta noción
es tan arraigada en nuestro cerebro que cualquiera al que se le ponga
adelante cualquier comida, puede estar seguro de afirmar si se trata de un
alimento ligero y saludable o por el contrario de un súper calórico, que
nos hará engordar. Por ejemplo, una persona deseosa de adelgazar, puesta
adelante de una elección entre una ensalada y un plato de pasta, sin
pensarlo dos veces optará por la ensalada. Aunque esta elección puede
parecer sensata, ¡les puedo asegurar que no es apoyada por ninguna
realidad científica!
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Ahora que hemos puesto un poco de luz en el cálculo de las calorías, estoy
seguro de que estás probablemente empezando a razonar sobre eso y a
poner en tela de juicio su validez. Hemos aclarado, cómo el cálculo de las
calorías, precisamente como unidad de medida y técnica de cálculo no
puede ser aplicado a nuestro cuerpo. Repito, el cuerpo humano no es una
central térmica pero si un laboratorio bioquímico, dentro del cual ocurren
reacciones químicas dictadas por la combinación entre los alimentos que
introducimos mediante la boca y lo que está ya en nuestro interior. Nuestro
cuerpo metaboliza. ¡No quema!
¡No se puede calcular la repercusión de un alimento, basándose en el calor
que ese alimento produce dándole fuego!
La comida, por lo tanto, una vez metabolizada no produce energía de tipo
térmico pero si energía química. Veamos cómo funciona.
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LA INSULINA
Hormona producida por las células beta de las islas de Langer Hans (de
aquí el nombre insulina), situadas en el páncreas.
La producción estimulada de insulina ocurre cuando la glucosa supera la
cantidad de un gramo por litro de sangre.
Un hecho muy importante sobre la insulina es, que activa la síntesis del
colesterol. Por este motivo no sirve para nada reducir la aportación de
alimentos ricos de colesterol, la única cosa que se puede hacer es reducir,
cueste lo que cueste la secreción de insulina, porque solo así
mantendremos bajo el colesterol.
La insulina también es necesaria para la síntesis de las proteínas en los
músculos y en el tejido adiposo, produce grasa depositándola en él, y evita
la pérdida de esta grasa inhibiendo el adelgazamiento.
El mecanismo de regulación de la glucosa se basa en el control de dos
hormonas antagonistas: la insulina y el glucagón (hormona péptida
segregada del páncreas). En la siguiente tabla se indican los principales
efectos de estas dos hormonas en el metabolismo.
Efectos de la insulina en el metabolismo
Promueve la acumulación de glucógeno (azúcar de reserva) en el hígado
y los músculos.
Reprime el consumo de grasa y proteína en favor de los carbohidratos
(Empuja a las células a quemar carbohidratos más que proteínas y grasas).
Promueve la formación de triglicéridos (grasas) a partir de carbohidratos
y proteínas.
Promueve el almacenamiento de grasas en el tejido adiposo.
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Efectos de glucagón sobre el metabolismo
Promueve la liberación de glucógeno del hígado, que se vierten en forma
de glucosa en la sangre.
Promueve el consumo de grasas y proteínas contra los carbohidratos
(empuja a las células a quemar las proteínas y grasas más que los
carbohidratos).
Promueve la movilización de las grasas de los tejidos adiposos, que están
disponibles en los tejidos, para ser quemados.
Gracias a este mecanismo podemos introducir la glucosa (en forma de
carbohidratos), sólo unas pocas veces al día, durante las comidas: al
mantener constante su presencia en la sangre se responsabiliza el eje
hormonal insulina-glucagón, que utiliza como "almacén" para la glucosa
el hígado. Si la glucemia desciende, como durante el ayuno, el páncreas
segrega glucagón que ordena al hígado tomar glucosa de sus provisiones
e introducirla en la sangre.
El glucagón, además, empuja a las células a la utilización de grasas y
proteínas como fuente energética: de este modo se preparará todo el
organismo en el ahorro de glucosa. En cambio, si la glucemia sube, como
después de una comida, el páncreas segrega insulina que manda al hígado
tomar la glucosa de la sangre y almacenarla. Visto que la capacidad del
hígado de almacenar glucosa es bastante limitada (alrededor de 70
gramos), los carbohidratos en exceso se convertirán en grasas y serán
depositadas en los tejidos adiposos. La insulina, al contrario del glucagón,
empuja a las células a utilizar los carbohidratos como fuente energética.
Nuestro organismo se comporta aproximadamente en este modo: cuando
hay abundancia de glucosa, se esfuerza por utilizarla lo máximo
posible, y el exceso lo almacena en forma de grasas y cuando hay una
escasez de esta, intenta ahorrarla lo máximo posible sacando la grasa
almacenada, utilizándola como fuente de energía. El mecanismo de
insulina pasa a ser "dañino" cuando se segrega demasiada: en este
caso la glucemia se rebaja muchísimo, el cerebro se desequilibra y envía
al organismo los estímulos para introducir nuevo combustible
22
(HAMBRE). La cantidad de insulina secretada por el páncreas depende
de la velocidad con la que se eleva la glucemia, esta velocidad depende de
dos factores: el índice glucémico y la cantidad de carbohidratos que
asumimos.
En la figura 1A se muestra el caso relativo a la ingestión de carbohidratos
a bajo índice glucémico: la glucemia se dispara gradualmente, se segrega
una cantidad normal de insulina que expone gradualmente la glucemia a
los niveles anteriores a la asimilación de los carbohidratos. En este caso
el hambre sobrevendrá en aproximadamente 3 horas.
Figura 1B: Después de la ingestión de carbohidratos AIG (de Alto Índice
Glucémico), la glucemia padece un fuerte aumento, se segrega una
cantidad considerable de insulina que causa una brusca disminución de la
glucemia. En una situación de este tipo el hambre llegará
aproximadamente 1 hora después del consumo de la misma cantidad
de carbohidratos.
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Figura 1A
Figura 1B
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El índice glucémico de los alimentos y la cantidad de carbohidratos no
son el único factor que influye en la cantidad de insulina que se
segrega del páncreas, puesto que existe una distinta reacción
individual, como se ha demostrado por Gerald Ravenen 1987. Según sus
estudios, el 25% de la población tiene una respuesta insulínica perezosa.
En práctica estos afortunados individuos tienen una respuesta similar a la
figura 1A también asumiendo carbohidratos con alto índice glucémico.
Otro 25% de la población tiene una reacción insulínica excesiva, también
asumiendo carbohidratos a medio índice glucémico, estas personas tienen
una reacción insulínica similar a la de figura 1B. El 50 % restante tiene un
comportamiento que podemos definir "normal". En pocas palabras para
el 25% de la población el mecanismo de insulina pasa a ser dañino
con extrema facilidad. En general, el 75% de la población debería
controlar la ingesta de carbohidratos, lo que significa controlar el índice
glucémico y las cantidades tomadas, de otra manera la inevitable
tendencia al sobrepeso. Ser capaces de controlar este mecanismo es
fundamental, sobre todo para los sujetos "desafortunados" que engordan
también sólo pensando en un bombón.
Estos son los principales beneficios que se obtienen teniendo bajo
control la producción de insulina:
- se previenen disfunciones metabólicas graves como la diabetes de tipo2.
- se consigue seguir una dieta hipocalórica sin tener siempre el estímulo
del hambre.
- se consigue mantener el peso adecuado sin demasiados sacrificios.
- se contribuye a mantener bajo el colesterol, porque la insulina es uno de
los factores que estimula la producción endógena.
Para poder mantener la insulina entre niveles aceptables es necesario
seguir estas simples reglas:
-limitar los carbohidratos AIG;
- asumir comidas con la correcta distribución de los macronutrientes
(evitar las comidas a base de únicamente carbohidratos);
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- comer 4-5 veces al día, evitando atracones en las comidas principales;
- preferir fuentes de carbohidratos de baja densidad y de bajo índice
glucémico.
Por lo tanto si se quiere mantener el peso corporal ideal ES NECESARIO
NO COMER ALIMENTOS QUE FAVORECEN LA PRODUCCIÓN DE
INSULINA y sobre todo NUNCA por la NOCHE.
Función de las materias grasas en nuestro organismo - Son nutrientes
indispensables.
Los glúcidos, junto a los prótidos y a los lípidos son los nutrientes que nos
proporcionan la energía necesaria para el buen funcionamiento de nuestro
organismo. Desempeñan fundamentales funciones biológicas, en forma de
glucógeno depositado en el hígado y los músculos, aproximadamente 350
gramos. Se dividen en carbohidratos simples y carbohidratos complejos.
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LA GLUCEMIA Y LA TASA GLUCÉMICA
La glucemia es la concentración de glucosa en la sangre. Teniendo bajo
control la glucemia mediante la alimentación, se evita de incurrir en toda
una serie de cuestiones relativas a la salud y el aumento de peso.
El índice glucémico de un alimento indica, en porcentaje, la respuesta
glucémica (es decir, el tipo de azúcar en la sangre) que ese determinado
alimento produce frente a la respuesta glucémica de glucosa (que es igual
a 100).
Lamentablemente, el índice glucémico de los alimentos varía de persona
a persona, e incluso, en la misma persona, cambia también en función del
tiempo de asimilación.
Por eso las tablas que encontramos en la tasa glucémica son sólo
indicativas y no fiables al 100%.
GLÚCIDOS o carbohidratos, se dividen en cuatro especies:
Oligosacáridos; disacáridos; monosacáridos y polisacáridos.
A los monosacáridos pertenecen la glucosa, la fructosa y la galactosa. Por
su estructura molecular son absorbidos por el intestino delgado así como
llegan.
Quiero hablarles de los dos glúcidos más importantes, es decir, la glucosa
y la fructosa.
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LA GLUCOSA
Se encuentra en la fruta, verduras y legumbres y cuando es introducido en
nuestro cuerpo interactúa con la insulina, desencadenando la producción.
LA FRUCTOSA
Se encuentra en grandes cantidades en fruta madura. Aunque sea mucho
más dulce que la glucosa, no se utiliza en la industria azucarera a causa
del elevado coste para la extracción. La fructosa, además a diferencia de
la glucosa, si es tomado con moderación, no estimula la producción de
insulina.
ALCOHOL
Debe dedicarse particular atención al ALCOHOL.
El alcohol etílico, mayormente tomado en forma de bebidas, no es
adecuado para la metabolización del cuerpo humano. El hecho de que un
vaso de vino en cada comida sea beneficioso, no tiene ninguna validez
científica, al contrario. El alcohol provoca sólo daños a nuestra salud,
actuando negativamente sobre el sistema nervioso central, en el hígado,
sobre el sistema cardiovascular y el estómago.
Establecerá la aparición de casos tumorales, patologías gotosas y como
colofón, ¡hace engordar!
Debe dedicarse particular atención al alcohol.
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FRUTAS Y VERDURAS VS GRASAS
Nos han convencido hasta tal punto de que la fruta y verduras son la
respuesta para introducir en una dieta para perder peso, que no soñamos
ni siquiera ponerla en entredicho. Lamentablemente, la verdad es que
tanto la fruta como las verduras son ricas en glucosa, o mejor azúcar. Estos
alimentos tan ricos en azúcares no sólo son los precursores del colesterol
sino que una vez ingerido desencadenan la producción de insulina, con la
consiguiente producción de grasa y por lo tanto aumento de peso. La
insulina es la única hormona que se atribuye a la producción y
acumulación de grasas en el tejido adiposo. Por otra parte, los triglicéridos
o las materias grasas contenidas en algunos alimentos y los que se imputan
como los responsables del aumento de peso, en realidad ¡no hacen
engordar nada! Precisamente así, las grasas no hacen engordar. En efecto,
la molécula de triglicéridos, o la grasa, es la única que no desencadena la
producción de insulina, que como ya hemos dicho, es la única hormona
responsable de la producción de grasa que va a depositarse en nuestro
tejido adiposo y nos engorda.
Por lo tanto, en resumen: la fruta y verduras hacen engordar, mientras las
grasas no. ¿No me creen? ¡Miren a su alrededor! El mundo está lleno de
gente con sobrepeso, sin embargo, muchos están atentos a seguir una dieta
de tipo mediterráneo, donde los alimentos principales son precisamente
los que hacen engordar más: ¡fruta y verduras!
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LAS PROTEINAS
Para tener un aporte nutricional correcto necesitamos introducir al menos
un gramo de proteínas al día para cada kg de peso corporal. Hay que
enfatizar que los sujetos sanos que toman diariamente cantidades de
proteínas mucho más elevadas, resultan tener los mismos valores, en los
análisis fisiológicos de nitrógeno y urea, que los sujetos sanos que se
atienen a una alimentación vegetariana.
Afirmo esto porque muchos, gente normal y también médicos, están
convencidos de que el asunción de proteínas no debe superar las RDA
(Recommended Dietary Allowance) o podrían tener problemas de salud,
a causa de un agotamiento por parte de los riñones. Estas creencias son
absolutamente carentes de fundamentos científicos.
El COLESTEROL
Molécula fundamental para el organismo, se encuentra en efecto en todos
los tejidos.
La mayor parte de la gente se ha visto obligada a pensar que el colesterol
lo asumimos de los alimentos, pero la verdad es que sólo el 20% lo
absorbemos por los alimentos. En efecto, el 80% del colesterol es
producido por nuestro propio cuerpo, y es la insulina la que activa la
producción. Ya la asunción mediante los alimentos es tan bajo (20%) y
que el cuerpo produzca la inmensa mayoría (80%), podemos afirmar que
no es comiendo alimentos sin colesterol por lo que lo tengamos bajo, como
nos quieren hacer creer la publicidad de alimentos y bebidas con baja tasa
de colesterol, sino evitando consumir alimentos que estimulen la
producción de insulina, que a su vez va a desencadenar la producción de
colesterol.
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LA SAL
O el cloruro de sodio, permite a la glucosa pasar del intestino directamente
en la sangre. Cuanta más sal esté presente en los alimentos que comemos,
más rápida y abundantemente pasará la glucosa a la sangre, haciendo
activar de nuevo, la producción de insulina, que, como ya sabemos bien,
¡es la hormona imputada en la creación de las moléculas de grasa!
Dicho todo esto, podemos decir que la sal no hincha sino que, como se
dice, retiene el agua creando retención de líquidos, pero esto precisamente
hace engordar.
De ahí, la deducción de que es necesaria la eliminación total de la sal
añadida en nuestra alimentación. Al comienzo parecerá todo insulso, es
cierto, pero después de algunos días sin sal, se podrá volver a saborear
matices olvidados en los alimentos e incluso nunca probados, porque
estaban cubiertos por la sal.
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LA DIABETES
Se ven afectados más de 170 millones de personas en todo el mundo y es
una de las principales causas de muerte en el occidente.
Pero ¿de qué se trata? En sustancia, quien sufre de diabetes tiene en la
sangre un nivel glucémico inestable. Esto nos lleva a toda una serie de
complicaciones que hacen la expectativa de vida de los diabéticos más
corta. Hay dos tipos de diabetes, serán diferenciados como la diabetes de
tipo 1 y diabetes de tipo 2 o diabetes alimentaria. La diabetes de tipo 1 es
generalmente de origen hereditario y se desarrolla normalmente a una
edad temprana. El páncreas no siendo capaz de segregar insulina, el
diabético es destinado a inyectarse insulina sintética cada día por toda la
vida.
La diabetes de tipo 2 es la que padecen el 90% de los diabéticos. A
diferencia del enfermo de diabetes de tipo 1, el enfermo de diabetes de
tipo 2 no presenta deficiencias en la producción de insulina, pero sufre un
desensibilización de las células de ésta, por lo que no consigue
desempeñar sus funciones. Mucho menos grave que la diabetes tipo 1, ésta
podrá ser mantenida bajo control con una alimentación correcta en clave
bioquímica.
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ACTIVIDAD FÍSICA
Quisiera aclarar también el mito del ejercicio físico. Hacer gimnasia es sin
duda una actividad positiva, que estimula la producción de hormonas que
nos hacen sentir bien y mejoran nuestro humor ¡pero no hace adelgazar!
Esto es, porque en el momento en que nuestro cuerpo es sometido a un
esfuerzo físico notable, los músculos que trabajan producen el famoso
ácido láctico que vertido en la sangre llega hasta el hígado y se transforma
en glucosa, listo a volver mediante la sangre a los músculos. La glucosa
que se forma, pasando por la sangre a través el páncreas, estimula la
secreción de insulina que como ya hemos visto, irá a bloquear aquellas
enzimas encargadas de la metabolización de ácidos grasos y al
adelgazamiento. En un estado por lo tanto, en el que sea necesaria la
presencia de moléculas de glucosa, como en el entrenamiento de bajo
esfuerzo, se da el proceso de gluconeogénesis, en otras palabras se crea
nuevo glucosa (en este caso, para ser mandada a los músculos que están
trabajando) y es así accionado todo este mecanismo que hace bloquear el
proceso de adelgazamiento.
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CONCLUSIÓN
Me gustaría concluir este texto comunicando, que todos aquellos que
participaron o que todavía están siguiendo el programa, han encontrado
beneficios a gran escala, y no solo la pérdida de peso entre 7 y 10 kg por
mes, con el consiguiente mantenimiento de un peso saludable.
Esto, combinado con una profunda sensación de bienestar psico-físico, se
ha conseguido alimentándose cada día con comida sabrosa, sin límites de
cantidad, sin calcular las calorías ahora desenmascaradas y con el total
apoyo y la asistencia diaria proporcionada por este sistema de nutrición y
programa de evolución.
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