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LA CULTURA POLÍTICA EN ORGANIZACIONES JUVENILES: UNA REFLEXIÓN DESDE LA EDUCACIÓN/PEDAGOGIA SOCIAL MARIA ELISA ALVAREZ OSSA ESTUDIANTE DOCTORADO CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN DEL CONVENIO RUDECOLOMBIA CADE UNIVERSIDAD DE CALDAS – UNIVERSIDAD DE GRANADA DOCENTE UNIDAD CENTRAL DEL VALLE DEL CAUCA proelisa@hotmail.com RESUMEN Este ejercicio reflexivo sobre la comprensión de la cultura política en las
organizaciones juveniles, incursiona en caminos que se están edificando sobre
la comprensión de las prácticas sociales desde la lectura de las subjetividades.
Se pretende comprender al sujeto político en tiempo, espacio y realidades
históricas concretas, desde el saber cotidiano que los jóvenes construyen y con
lo cual se integran a un mundo intersubjetivo, lingüísticamente mediado y
culturalmente en permanente construcción. En la articulación de dos campos: la
educación y la cultura política, la Educación /Pedagogía Social abre un abanico
de posibilidades tanto en la aprehensión del tejido vital de estos actores sociales
como en la búsqueda de elementos que aporten a la construcción de cultura
política democrática
Palabras claves: Cultura política, Jóvenes, Organizaciones Juveniles,
Subjetividad, Pedagogía/Educación Social. INTRODUCCIÓN:
Es posible pensar que mediante procesos educativos se puede encontrar en el
tejido social de las nuevas generaciones, elementos valiosos para la
construcción de una cultura política democrática que aporte al desarrollo de la
sociedad y se constituye en el propósito de esta reflexión aportar a la
comprensión de la cultura política democrática de los jóvenes que hacen parte
de organizaciones juveniles. Se asume como punto de partida dos campos
complejos: la Educación y la Cultura Política, mediante herramientas
2
conceptuales y metodológicas que aporta la Educación/Pedagogía Social, donde
sus teóricos plantean propuestas para el desarrollo de procesos educativos con
sectores sociales no necesariamente escolarizados. Lo anterior convierte en
posibilidad la lectura de las subjetividades e intersubjetividades y la manera en
que los jóvenes conviven en los procesos democráticos, el cómo se vinculan a
las prácticas políticas locales con su experiencia individual y colectiva a la vida
comunitaria, haciendo parte de una diversidad cultural.
En este ejercicio deliberativo, haré mención de manera breve de algunos
estudios realizados sobre el tema de los jóvenes en el contexto Colombiano y
Latinoamericano, sin desconocer que existen referentes en la comunidad
Europea y en Norte América, también de algunos estudios representativos sobre
cultura política, con el propósito de tener en cuenta algunos de sus
planteamientos que me permitan ir precisando algunas ideas en esta reflexión.
También lo que voy a plantear recoge experiencia propia del trabajo que he
iniciado, con grupos juveniles del municipio de Guacarí – Valle del Cauca /
Colombia, fundamentándome a la vez en los aportes que me posibilita la
pedagogía/Educación social.
¿QUIÉNES SON LOS JOVENES? La juventud ha de ser entendida no sólo como etapa de preparación para la vida
adulta. Los jóvenes hay que reconocerlos como sujetos que construyen su
propio estilo de vida a partir de sus subjetividades que son expresión de sus
ideas, inquietudes, intereses y sensibilidades tanto individuales como colectivas
y con lo cual interactúan como agentes sociales en los grupos y contextos a los
que pertenecen.
“joven es una cantidad de elementos diversos que el genera, es deporte,
es arte, en cambio el adulto es casa, trabajo, familia, es muy cuadriculado, el
3
joven es también educación, es sociedad, es participación, ósea hay muchos
conceptos para establecer lo que son los jóvenes, entonces si usted pone a que
le digan lo que es un concepto de joven, yo le diría a usted que incluya todas
estas variables porque hay jóvenes que les gusta la música, hay unos que no,
hay otros que les gusta la política, entonces eso es lo que de alguna manera nos
diferencia.”(Relato de un joven que pertenece al Concejo Municipal de juventud
del municipio de Guacarí , Octubre 23/2010):
El testimonio citado, reafirma lo expresado por Diego Pérez y Marco Raúl Mejía
“El joven de hoy encarna el cambio de civilización, la reestructuración cultural y
la nueva subjetividad. Expresa a través de sus representaciones la nueva
positividad y la nueva manera de interrelacionarse y actuar que los cambios de
la época construyen.” (Pérez, Mejía, 1997, pág. 60)
Es difícil establecer la categoría joven por la simple división de edad biológica,
sobre todo porque es necesario reconocer la concepción que de ellos se
construye socioculturalmente sin dejar de tener en cuenta la incidencia de las
relaciones de poder manifiestas no sólo en la tensión clases sociales, de
géneros, también se da entre generaciones. Al respecto Bourdieu plantea “Esta
estructura que existe en otros casos (como en las relaciones entre sexos),
recuerda que en la división lógica entre jóvenes y viejos está la cuestión del
poder, de la división (en el sentido de repartición) de los poderes. Las
clasificaciones por edad (y también por sexo, o, claro, por clase….) vienen a ser
siempre una forma de imponer límites, de producir un orden en el cual cada
quien debe mantenerse, donde cada quien debe ocupar su lugar.” (1984, pág.
164) Es diferente ser joven siendo hombre o mujer, heterosexual u
homosexual, pertenecer a una clase social u a otra e integrar la estructura de un
determinado modelo societal y no otro.
4
Dependiendo la sociedad y el estatus social dentro de ella se generan diferentes
posibilidades de ser joven, por ello es improcedente presentar una concepción
abstracta y única de juventud. No es lo mismo ser joven sin tener que trabajar,
que ser joven con la tarea de instalarse como sujetos con obligaciones y
libertades en el mundo de los adultos, e incluso al verse desarraigados de los
beneficios de esa edad de transición la mayoría de esta población ven la
expectativa de vincularse al mundo laboral por el deseo de satisfacer
posibilidades económicas que le den seguridad entre su grupo de pares para
tener amigos, novia(o), satisfacer necesidades o simplemente estar a la moda
en una sociedad de consumo que cada vez les exige más y los constriñe a una
vida de usos y abusos.
Otra concepción para delimitar la etapa de la juventud es que se deja de ser
joven cuando se adquiere autonomía, especialmente económica porque ello
implica la posibilidad de adquirir independencia con respecto a su familia de
origen e incluso construir su propia familia. “la juventud suele definirse como el
periodo en el que se pasa de la vida dependiente propia de la niñez a las formas
de independencia propias de los adultos. En otras palabras: La juventud es la
fase bilógica de transición entre la infancia (heteronomía) y la madurez
(autonomía), transición durante la que se inicia la proyección social
independiente de la persona en el contexto de su comunidad” ( Redoli, 2004,
pág. 306).
En una sociedad donde el porcentaje de desempleo se incrementa y cada vez
es más exigente las condiciones en la formación que deben tener los individuos
para ser competentes en el mercado laboral y las posibilidades de trabajo
disminuyen, entonces la posibilidad de autonomía se disuelve como un sueño
efímero de una sociedad que vende ilusiones que no encajan en la realidad y se
ve limitada la integración de los jóvenes a la sociedad como ciudadanos
independientes. Ante esto el concepto de joven ha tenido una movilidad ya no
5
se habla de <ser joven> sino de <un estar en la juventud>, la segunda
proposición tiene una connotación no de un rango de edad sino de unas
características que tienen que ver con el ser de la persona, incluso con una
amplia cobertura intergeneracional “estado caracterizado ya no por la edad, sino
por experimentar una situación de inestabilidad y de dependencia y por las
dificultades existentes para emanciparse plenamente y llegar a la edad de adulto
autónomo” (Redoli, 2004, pag. 310) y que otro autor Giner llama “juvenilización
de la sociedad”(1998, pag. 413 en: Redoli, 2004, pág. 308), es la obligada
prolongación de la juventud porque sin tener autonomía económica o en algunos
casos en que se tiene un trabajo pero con ingresos insuficientes, esto genera
que personas que están por encima del rango usualmente reconocido para los
jóvenes (17 y los 26 años de edad) compartan pautas de comportamiento, los
gustos en su manera de vestir, en la música, las manifestaciones a través de su
cuerpo, lugares que habitan, el lenguaje y expresiones que utilizan, las
costumbres que les permite ir generando cierta identidad y que los hace
diferentes al mundo de los adultos.
ESTUDIOS SOBRE JÓVENES En el contexto académico se ha incrementado el interés por investigar el tema
de los jóvenes. La revisión sobre los estudios realizados en América Latina y en
Colombia acerca de la relación entre juventudes y política, me ha permitido
entender que es un tema nuevo en producción investigativa. Podemos ubicar
sus inicios en la década del sesenta, aunque se hallen antecedentes por fuera
del medio académico, desde comienzos del siglo XX, cuando son visibilizadas
las juventudes a partir de las movilizaciones estudiantiles, principalmente en las
universidades públicas y de esta manera los jóvenes irrumpieron por primera vez
en la vida política, otros antecedentes son las luchas proselitistas anti
oligárquicas con el surgimiento de partidos políticos de oposición y sus
especificidades en cada país, pero con el común denominador reivindicar
6
condiciones sociales de libertad e igualdad, expresándose así las primeras
relaciones entre juventudes, partidos políticos y poder.
Los estudios dedicados a las juventudes desde el contexto académico, se inician
con referentes epistémicos de las ciencias sociales desde el estructural
funcionalismo y el marxismo, sólo hasta la década de los ochenta, siguiendo los
noventa y hasta la actualidad, es que se da un cambio en los procesos
investigativos, reconociendo su papel como sujetos en los procesos sociales,
aparecen los jóvenes en el escenario como actores de los procesos históricos y
como víctimas o protagonistas en contextos de violencia y/o descomposición
social que acompaña la dinámica de la modernización y los controles sociales
ejercidos por las fuerzas del poder en las transiciones hacia la democracia. Se
van gestando estudios sobre los jóvenes, desde tres perspectivas, así lo plantea
Montoya en una investigación que hizo en el Perú: “lo social, lo cultural y lo
político”( 2003, pág. 8)
La primera perspectiva son los estudios sociales, que enfatizan en análisis
orientados a los problemas juveniles manifiestos en los contextos donde
interactúan mirándose en doble sentido su relación con las estructuras sociales,
pero también la forma en que se organizan como colectivo. La segunda son los
estudios culturales que evidencian las relaciones que establecen con: la
violencia, la ciudad, los lugares de pertenencia, los medios audiovisuales y las
nuevas tecnologías, también otros estudios dedicados al análisis de la
afectividad, la sexualidad y sobre las relaciones marcadas por las
desigualdades en las relaciones étnicas y de género. Finalmente los estudios
desde lo político, prevalen dos modalidades: Una desde la cultura política, que
no sólo reflexiona las relaciones que establecen las juventudes con el Estado y
las instituciones que ejercen poder sino también las percepciones, valores y
cultura política de las juventudes. La otra modalidad aborda las políticas de
juventud, al respecto se han hecho estudios de las políticas que desde el Estado
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se implementan con relación a las juventudes y las iniciativas públicas que
desde la sociedad civil se llevan adelante sobre el mismo tema.
La revista Niñez y Juventud publicó una edición especial sobre el “Panorama de
la investigación en juventud en Latinoamérica, siglo XXI”, donde se referencian
las publicaciones de artículos desde diferentes perspectivas: Salud, Asuntos
Sociales Críticos, Educación, Política, Subjetividades y Culturas. Los estudios
referenciados en esta edición sobre política son los de Silvia Helena Simoes
Borelli, Rose de Melo Rocha, Rita de Cássia Alves Oliveira y Marcos Rodríguez
de Lara, Cristian David Soto Ospina, Johana Vásquez Jaramillo, Yudi Viviana
Cardona Loaiza y Melina Vásquez. (Grupo de trabajo Clacso y Grupo de
investigación Jóvenes, Culturas y Poderes del Doctorado en Ciencias Sociales
Niñez y Juventud de la Universidad de Manizales, 2009, pag. 20).
Sara Victoria Alvarado; Vommaro Pablo (Clacso, Cuadernos del CENDES nro.
70 /2009). Estos son estudios realizados sobre las prácticas políticas en América
latina, la transversalidad de la política en la cotidianidad y los significados que le
otorgan los jóvenes a la política, como también la relación de ellos con la
problemática de los desocupados y la manera en que organizan para participar y
constituirse en la nueva militancia política. Estos estudios son un indicador de
las problemáticas comunes existentes en las sociedades latinoamericas y la
manera en que la población de jóvenes cada vez se ve más afectada por
políticas que tienen que ver con las proyecciones que hacen los organismos
internacionales y la manera de concebir el desarrollo, anteponiendo lo
económico sobre lo humano. Ante esta realidad en el escenario latinoamericano
e incluso en Europa se evidencia la preocupación de los jóvenes por constituirse
en una fuerza social, con reconocimiento como sujetos políticos, aunque todavía
se muestre demasiado atomizada, tímida e insegura en estos primeros pasos de
búsqueda de identidad, de referentes y de espacios propios de actuación.
8
Hoy más que en otro momento histórico es relevante el papel de los jóvenes en
la construcción de cultura política. Por lo tanto, es necesario revisar algunas
experiencias de organizaciones juveniles. En la década de los noventa
movimientos como los caras pintadas en el Brasil que movilizó cantidades de
jóvenes para protestar contra la corrupción del presidente Collor de Melo
generando la reformulación de discursos y proyectos sociales y políticos “En
agosto de 1992, Brasil fue sacudido por una serie de manifestaciones en
demanda de juicio político contra el primer presidente elegido democráticamente
en 30 años en el país, quien era acusado de corrupción. Los principales
protagonistas de las protestas eran estudiantes de educación media y superior
que se lanzaron en masa a exuberantes marchas organizadas apresuradamente
que cerraban las principales avenidas de las ciudades más importantes del
país.” (Mische, 1998, pag. 3) En Colombia en esta misma época se da el
movimiento de la séptima papeleta liderado por estudiantes universitarios que
promovieron la inclusión de una séptima papeleta en los comicios de 1990, para
apoyar la convocatoria a una asamblea constituyente de reformar o de construir
una nueva Constitución Política con sentido de democracia participativa y para
que la sociedad colombiana diera un cambio positivo hacia la convivencia y la
paz. “En los primeros meses de 1990, los estudiantes universitarios se
organizaron para respaldar una Asamblea Constituyente, inspirados en el lema
<todavía podemos salvar a Colombia>. Esta propuesta estudiantil tuvo amplia
acogida nacional.” (Ocampo, 1995, pág. 347)
Actualmente se está gestando desde España, con resonancia en otros países un
movimiento también liderado por jóvenes el 15M o de los indignados, quienes
han asumido un proceso pluralista de construcción de la democracia, como
ejercicio colectivo de reflexión que pretende generar cambios de mentalidad y
acciones políticas, mediante la ampliación de las relaciones comunicativas que
permitan la participación de las personas en eventos culturales y asambleas
deliberativas donde se evoca el diálogo, los acuerdos y las decisiones, se
9
organizan grupos y temas de trabajo, las reuniones se hacen en espacios
públicos como lo son las plazas de las ciudades, también se organizan marchas
y la divulgación de la información mediante la red de internet que se ha
constituido en una contundente estrategia para la comunicación permanente. Se
auto reconocen como un movimiento que canaliza sentimientos de indignación y
pensamientos que posibiliten en las sociedades donde llegue la voz de este
movimiento, la construcción de una verdadera democracia, como lo expresan
Pablo y Luis, jóvenes que hacen parte de las asambleas de la Plaza del Carmen
en Granada:
“El movimiento 15M o indignados o como se quiera llamar, es un
movimiento político a mi parecer, que sectores grandes de la población
española y más los jóvenes, la juventud pierden el contacto con la
democracia, es decir no se sienten parte de un sistema político. Nosotros
la población española hemos pensado que al sistema político lo llevan
otros y ahora nos hemos dado cuenta que nos lo han quitado, el sistema
político no nos pertenece, pertenece a políticos y banqueros, cuando
realmente debería pertenecer es a la población española, al pueblo y no
está siendo así” (Luis: entrevista junio 8 de 2011- Granada/España)
“El movimiento 15M surge de una plataforma que se crea, que llevo aquí
en esta camiseta que dice <democracia real>, que aglutina a colectivos e
individuos, especialmente a jóvenes y donde se omiten o evitan los
partidos políticos por la concepción que tiene la sociedad española,
porque hay casos de corrupción, malversación de fondos, entonces a lo
largo de tres meses se prepara una gran movilización con el lema <no
somos mercancía en manos de políticos y banqueros>, bajo este lema
vamos a la calle y entonces se convocó para el 15 de mayo a toda
España, y son miles de personas que salen a las calles, aquí en Granada
5.000 personas según los medios oficiales y a partir de ahí en Puerta del
Sol en Madrid que es como el corazón geográfico de España, desde allí
10
se empiezan las acampadas que se van reproduciendo por las principales
ciudades del estado,….. el principal objetivo de este movimiento es
concienciar a la gente y que salgan a la calle”.( Pablo: entrevista junio 8
de 2011- Granada/España)
También en los testimonios de jóvenes entrevistados en el estudio de caso que
vengo desarrollando en Guacarí, se expresa la iniciativa de participar en la
construcción de alternativas de solución, manifiestan desde sus propias
realidades las preocupaciones que tienen de sus escenarios de futuro:
especialmente la falta de oportunidades laborales, la continuidad de estudio,
acceso a escenarios culturales, deportivos y recreativos entre otras
problemáticas que también son relevantes en su contexto pero su mayor
inquietud es encontrar la manera de poder participar:
“ Los Jóvenes en Guacarí quieren crear empresa, pero no se han dado los
espacios, las condiciones para que lo puedan realizar, por ejemplo queremos
que dentro de una Política Publica este muy enmarcado el tema del
emprendimiento y la habilidad de los Jóvenes, y además con el tema de
creación de las PYMES que ahorita tienen una gran inversión por parte del
Gobierno Nacional y que el Municipio podemos digamos canalizar recursos
del nivel Nacional involucrando a los jóvenes, capacitándolos en creación de
empresa, creando un fondo para que puedan acceder a él y en alguna
manera sus proyectos y sus iniciativas sean financiadas y así pues digamos
poder cumplir con ese objetivo de muchos jóvenes en Guacarí.”1
“En Guacarí mucho joven está desocupado, salen de la Institución Educativa
y muy pocos pueden acceder a la Educación Superior y muchos otros no
pueden acceder también al empleo como tal, no hay continuidad en aspectos 1 (Palabras de un joven (nº 002) que hace parte del concejo municipal del municipio de Guacarí, entrevistado el 17 de julio de 2010. )
11
deportivos, se crean, digamos las escuelas deportivas pero vemos que al
poco tiempo no tiene continuidad para que los Jóvenes sigan desarrollando
esa actividad y también hace falta una mayor inversión en el aspecto
cultural”2
“Mi mayor experiencia ha sido con el Concejo Municipal de Juventud, donde hemos podido y hemos también querido promover la Organización Juvenil en el Municipio de Guacarí, también involucrar a los jóvenes como actores importantes del desarrollo del Municipio que no siempre se vea al joven como un problema, una persona que siempre esta digamos en situaciones de vulnerabilidad sino que también tiene sus fortalezas y también tiene como aportarle o que aportarle pues, a una sociedad para su desarrollo.”3
Los jóvenes cuando hacen presencia de diferentes formas en los temas que les
son sensibles, participan en la discusión y elaboración de propuestas que tienen
que ver con sus problemáticas y que a la vez son los problemas de la sociedad.
Ellos cuando se organizan y participan en la acción política, no siempre son
conscientes que sus prácticas tienen contenido político y que mediante sus
actuaciones por ejemplo a través de la música, la danza, el deporte, la religión,
la lúdica y la recreación, etc. aportan a la construcción de tejido social y a
construir alternativas de solución real ante las problemáticas sentidas en una
comunidad.
Esa aproximación sobre la noción y los estudios acerca de los jóvenes permite
seguir avanzando en la comprensión del sujeto político que se va configurando
y recreando a través de la cultura política que se construye en las
organizaciones juveniles, como también su coherencia con un proyecto político
de democracia. 2 (Palabras de un joven (nº 001) que hace parte del concejo municipal del municipio de Guacarí, entrevistado el 17 de julio de 2010. ) 3 (Palabras de un joven (nº 001) que hace parte del concejo municipal del municipio de Guacarí, entrevistado el 18 de julio de 2010. )
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LA SUBJETIVIDAD EN LA COMPRENSIÓN DE LA CULTURA POLÍTICA DE LOS JÓVENES Es relevante el sentido que tiene la comprensión de las subjetividades de los
jóvenes, en la reflexión de la manera de convivir y aportar a los procesos de
transformación de las sociedades democráticas. Al respecto Habermas plantea
desde la pregunta ¿qué significa comprender las acciones sociales?, presenta
una seña fundamental en el ejercicio de la comprensión y es la importancia de
hilar las distintas relaciones del actor con el mundo en lo cual hay implícito unas
racionalidades que entran a conjugarse con la racionalidad del intérprete “Los
distintos modelos de acción presuponen cada uno de ellos distintas relaciones
del actor con el mundo; y estas relaciones con el mundo no solamente son
determinantes de los aspectos de la racionalidad de la acción, sino también de la
racionalidad de la interpretación de esas acciones por un intérprete”(1998, pag.
147)
Hacer un ejercicio comprensivo de la experiencia que han construido los jóvenes
como actores sociales y políticos, implica contemplar tanto la racionalidad del
intérprete que se acerca desde afuera como también el crisol de experiencias
cotidianas de su mundo, su vinculación a organizaciones sociales,
específicamente las que se constituyen como organizaciones juveniles, donde
ellos encuentran el terreno propicio para que sus ideas, inquietudes, intereses y
sensibilidades tengan resonancia. “Tienen diferentes motivaciones e intereses
para ingresar a una organización; van desde la utilización de la organización
como medio para evadir problemas familiares, efectivos o económicos, la
canalización de sus deseos altruistas y de servicio, la búsqueda de reales
alternativas de participación social y política y el deseo de ampliar el nivel de
formación, de encontrar un espacio para crear y fortalecer lazos de amistad.”
(Zeta periodismo, 1985. P.19), Además es significativo comprender la
beligerante acción social, cuando participan en movimientos sociales que
13
visibilizan sus insatisfacciones y rechazo a ciertas condiciones de la realidad
social.
El sujeto entendido como subjetividad, suscita la comprensión en doble sentido:
desde la búsqueda de la inquietud de sí mismo, <epimeleia heautou>4 , como en
la búsqueda de identidad en lo socio –cultural e históricamente contextualizado,
queriendo ser 5 y en el reconocimiento que además de estar determinados
históricamente también construimos historia 6 . Es el sujeto entendido en su
subjetividad e intersubjetividad, quien mediante la apropiación de los contenidos
culturales de la tradición de su entorno, forma su conciencia ética e histórica,
contextualizando el mundo intersubjetivo y lingüísticamente mediado que habita,
ello incide en el tipo de conciencia social y política, porque en él se halla la
capacidad integradora y posibilitadora de comunicación.
Comprender subjetividades de los jóvenes, entre otras posibilidades, es acceder
al reconocimiento de ellos como actores sociales y políticos dentro de una
cultura democrática; es abrir la puerta para conocer sus pensamientos,
propósitos, propuestas, obstáculos, sensibilidades, su plasticidad al cambio, así
como los sentidos que tienen para ser y deber ser en una sociedad que apenas
los empieza a reconocer en su potencial. En el saber cotidiano de los jóvenes se
construye subjetividad, la cual expresa el modo habitual de existir, es decir el
modo particular de habitar y estar en el mundo.
4 FOUCAULT, Michel. (2002) La hermenéutica del sujeto. Fondo de Cultura
Económica, Buenos Aires, Argentina. P.28
5 TOURAINE, Alain. (1999) Critica a la modernidad. Fondo de Cultura económica.
México D.F. P.48
6 ZEMELMAN Op. Cit. P. 12
14
Desde las ciencias sociales Wallerstein, nos lleva a la reflexión “más allá del
argumento obvio de que es preciso reconocer las voces de los grupos
dominados (y por eso mismo en gran parte ignorados hasta ahora), está la tarea
más ardua de demostrar en qué forma la incorporación de las experiencias de
esos grupos, es fundamental para alcanzar un conocimiento objetivo de los
procesos sociales”7.
En la comprensión de la subjetividad de los jóvenes es relevante dos posiciones:
Una de ellas ve a los jóvenes como reproductores culturales, seres incapaces de
generar alternativas diferentes. La otra posición es la que asimila a los jóvenes
como sujetos que construyen nuevos valores y formas de ser y estar en el
mundo, los cuales son afectados y tienen la capacidad de afectar la sociedad.
En esta investigación se asume la subjetividad como el concepto que expresa el
modo de constituir una realidad social, en los diferentes aspectos que la
integran: lo social, lo cultural y lo político. Que a la vez implica el modo de
pensar, sentir, comunicar y dar sentido e intencionalidad a las formas de
interactuar y convivir del sujeto en la cotidianidad. Es así que la subjetividad se
expresa en las vivencias que son propias de cada individuo, como también en
las construcciones colectivas que implican la relación con el otro y lo otro.
LA CULTURA POLÍTICA EN LOS JÓVENES
Estamos ante un momento histórico en que los jóvenes apenas empiezan a ser
reconocidos como sujetos sociales y políticos, ni ellos mismos son conscientes
de la connotación que tiene su beligerancia o no en el desarrollo de los procesos
sociales, esto hace necesario abordar este análisis. La población juvenil en
Colombia, se perfila prometedora en los cambios trascendentales, con
mentalidad renovada y actitudes favorables a la construcción de cultura política 7 WALLERSTEIN, Inmanuel. (1997): Abrir las Ciencias Sociales. Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las Ciencias Sociales. Editorial siglo XXI, México. P. 95
15
democrática. Teniendo en cuenta que son una generación formada en éste
discurso y en medio de nuevos marcos legales como son la Constitución de
1.991, la Ley 115 de 1994, la Ley 1098 de 2006 código Infancia y adolescencia y
la ley 375 de 1.997 de la Juventud entre otros.
Se parte de la revisión analítica del concepto de cultura política y a partir de allí
identificar elementos de análisis que permitan la reflexión de la cultura política en
las organizaciones juveniles:
Este concepto tuvo sus raíces en la noción de cultura cívica (civic culture)
desarrollada en la investigación de Almond y Verba, un aporte a la ciencia
política moderna, se ha constituido en un obligado referente en las
investigaciones sobre cultura política. Quienes definen la cultura política como
“el término cultura política se refiere a orientaciones específicamente políticas,
posturas relativas al sistema político y sus diferentes elementos, así como
actitudes con relación al rol de uno mismo dentro de dicho sistema. Hablamos
de una cultura política del mismo modo que podríamos hablar de una cultura
económica o religiosa. Es un conjunto de orientaciones con relación a un
sistema especial de objetos y procesos sociales.” (1963, p. 30)
Admon y Verba, articularon la micropolítica (aspectos psicológicos del individuo)
con la macropolítica (aspectos estructurales del sistema político) e hicieron un
estudio comparativo de la cultura política de cinco democracias
contemporáneas. Estos autores para plantear una clasificación de las culturas
políticas, tomaron como punto fundamental las orientaciones de los individuos.
Por tanto las orientaciones de la cultura política tienen que ver con las actitudes
y las formas particulares en que el individuo internaliza el proceso “la Cultura
Política se constituye por la frecuencia de diferentes especies de orientaciones
cognitivas, afectivas y evaluativas hacia el sistema político en general, sus
aspectos políticos y administrativos y la propia persona como miembro activo de
la política” (1963, pág. 30). Caracterizaron los tipos de cultura política de una
16
nación,: Cultura política parroquial(no hay roles políticos especializados porque
el liderazgo se ejerce de acuerdo a las características de la estructura social de
jefatura), Cultura política de Súbdito(no se da orientación política a las personas
para que estas asuman con autonomía roles de liderazgo) y la Cultura política
Participante (Tanto las estructuras como los procesos políticos y administrativos
están dados para la participación activa del ciudadano).
Admon y Verba, encontraron que la mayoría de las culturas políticas son
heterogéneas, es decir se genera una mezcla de varios tipos de cultura política.
De acuerdo al proceso de congruencia que se va desarrollando se pueden
distinguir tres tipos de cultura política mixta: la Cultura parroquial de Súbdito, la
Cultura de Súbdito Participante y la Cultura Parroquial Participante. Sugieren
como alternativa la construcción de una cultura cívica, la cual es una cultura
política mixta y lo más relevante de ella es que plantea la coherencia entre la
estructura y la participación política (1963, p. 49)
Es necesario señalar que Almond y Powell(1.972) continuaron investigando el
papel de lo subjetivo en la acción política desde la tradición de la “civic culture”
que enfatiza en las actitudes del individuo y en la explicación de cada uno de las
orientaciones: el cognitivo, el afectivo y el evaluativo. Explicando que no es
posible señalar a priori cuál de estos componentes es el más decisivo en la
acción política individual y sólo en la medida de la reflexión, será posible
determinar el grado de influencia de cada uno de ellos (Almond y Powell.1972.
P. 50), consideraron importante explicar el rol, la actitud del individuo y de los
grupos sociales frente al sistema político, profundizando en la internalización de
sentimientos y valores en el desempeño de determinados comportamientos
políticos.
Pye y Verba en Political cultura and political development (cultura política y
desarrollo político) conjugan elementos cognitivos con los simbólicos en estudio
de la política, cuestionando planteamientos de estudios previos, estos autores
reconocieron que las actitudes políticas hacen parte de un conjunto de valores
culturales que responden a una propia lógica interna, que no se puede
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generalizar a todo tipo de sociedades, como se hizo en Civic Culture, con
modelos de democracias estables. “la cultura política <consiste en un sistema de
creencias empíricas, símbolos expresivos y valores que definen la situación en
la cual la acción política tiene lugar> (Pye y Verba, 1965, 527).” (Torcal, En Del
Águila, 2005, pág. 241)
Mariano Torcal hace un estudio del concepto de cultura política analizando el
modelo clásico de Civic Culture y las reacciones críticas que hicieron diferentes
autores a este modelo, a continuación se destacan algunos de los que el
referenció en su libro:
Se analizó el etnocentrismo y el sesgo ideológico en relación con el concepto de
cultura cívica (Barry y Pateman, 1989), la cultura política como resultado de la
interacción de los ciudadanos con las propias instituciones democráticas”(Barry,
1970), la construcción de cultura política es un proceso en que se aprende a
tomar decisiones en medio de las relaciones de poder existes y no un concepto
estático que haga posible la clasificación entre sociedades cívicas, autoritarias,
subjetivas, sugiriendo que en cada nación hay una mezcla de culturas con
elementos comunes (Wildavsky, 1987), la estabilidad y funcionamiento de las
instituciones democráticas tiene relación con algunas características de la
cultura política existente <satisfacción con la vida, confianza interpersonal,
satisfacción con la política, altos niveles de discusión política y apoyo al orden
social existente> (Inglehart, 1990)
Inglehart, hace alusión exclusiva al tema de la cultura política en los jóvenes,
planteando la incidencia de los valores que favorecen la participación de las
nuevas generaciones “Inglehart ha defendido que la prosperidad y la paz de las
que han disfrutado las sociedades industriales han generado entre las
generaciones más jóvenes un cambio cultural que propicia el progresivo
aumento de los valores postmaterialistas en detrimento de los materialistas,
favoreciendo, como consecuencia, la búsqueda de esos mecanismos de
participación política alternativos (ibíd., 67-71)” (Torcal, En Del Águila, 2005,
pág. 243)
18
Torcal presenta una postura diferente cuando ve la cultura política como un
aprendizaje “los ciudadanos pueden adquirir valores democráticos a través de
sus experiencias en un nuevo régimen.” (Torcal, En Del Águila, 2005, pág. 246)
En los aportes que se van dando al concepto de cultura política cada vez se va
articulando más al concepto de democracia y específicamente a la democracia
participativa.
Otra aproximación teórica, es la de Lechner, entiende la construcción de la
cultura política en la subjetividad que subyace en las colectividades. “El
pensamiento político, como el arte o la moral, significa hacer visible lo colectivo,
reconstruyendo contextos, relacionando creencias e instituciones, vinculando
imágenes y cálculos, expresiones simbólicas y acciones instrumentales”
(Lechner.1.988. P. 15). Este autor, en la explicación de las dictaduras de
América Latina, pone de relieve la subjetividad para explicar la realidad socio
política de forma relacional en el estudio comparativo de las distintas formas de
expresión en los actores. Aclara cómo en la década del 90 del s.XX los estudios
de la cultura política de modelos de ciudadanía liberal, conservadora y de
izquierda, que conciben el ciudadano desde una ideología política pasan a
modelos más amplios pensados desde las identidades, dando una
resignificación a la cultura desde los grupos, movimientos y organizaciones
sociales. Las nuevas investigaciones de las ciencias humanas reivindican el
reconocimiento, la autonomía, el multiculturalismo y la interculturalidad; enfoque
que permite entender la cultura política desde la subjetividad, de manera
relacional entre los actores, teniendo en cuenta las transformaciones del
individuo y de las colectividades en el desarrollo de la democracia.
Otro teórico que está aportando actualmente elementos importantes a la
reflexión de la cultura política es Giroux, para él no es preciso separar la política
de la cultura, porque lo político incluye las esferas culturales de la vida pública,
las luchas sociales, los conocimientos y construcciones de identidad donde
median las relaciones de poder entre el individuo y la sociedad. la cultura como
19
ámbito político bien puede servir de vehículo para la reproducción del orden
establecido o para generar cambios sociales.
La cultura se vuelve política no sólo porque esta vehiculizada por los
medios de comunicación y otras formas institucionales que procuran
conseguir determinadas formas de autoridad y legitimar relaciones
sociales específicas, sino también como conjunto de prácticas que
representa y ejerce poder y por lo tanto perfila las identidades
particulares, moviliza una gama de pasiones y legitima formas precisa de
cultura política (Gioux. 2001. P. 17)
En el siguiente planteamiento de Giroux, entiende la cultura como una fuerza
pedagógica que hace posible lograr transformaciones y va más allá de la
enseñanza institucionalizada:
la cultura se ha convertido actualmente en la fuerza pedagógica por
excelencia y su función como condición educativa fundamental
para el aprendizaje es crucial para establecer formas de
alfabetización cultural en diversas esferas sociales e institucionales
a través de las cuales las personas se definan a sí mismas y
definan su relación con el mundo social. (Giroux. 2001. P.18).
La cultura además, puede y debe servir para aportar en la construcción de la
democracia “La cultura es un terreno estratégico y político cuya fuerza como <
ámbito y arma de poder crucial en el mundo moderno> se puede extender a
discursos y prácticas públicas sobre el significado de la democracia, la
ciudadanía y la justicia social” (Giroux. 2001. P. 43). Propone abordar una
pedagogía radical, crítica y emancipatoria que implique el desarrollo de una
política cultural y de una cultura política democrática. “Esta pedagogía indica la
necesidad de elaborar una teoría de la política y la cultura que analice el
20
discurso y la voz como equilibrio continuamente cambiante de recursos y
prácticas en la lucha por modos específicos de nombrar, organizar y
experimentar la realidad social.” (Giroux. 2003. P. 195)
Investigadores como Fabio López de la Roche, Martha Herrera y Alexis Pinilla,
aportan una aproximación teórica sobre la cultura política producto de los
estudios de la realidad colombiana: López de La Roche, permite comprender la
cultura política comprendiendo el papel de los actores“conjunto de
conocimientos, sentimientos, representaciones, imaginarios, valores,
costumbres, actitudes y comportamientos de determinados grupos sociales,
partidos o movimientos políticos dominantes ó subalternos, con relación al
funcionamiento de la acción política en la sociedad”.(López de la
Roche,1993,95). Dicho de otro modo, la cultura política trata los procesos
sociales que inciden en el sujeto y los grupos que establecen un tipo de
relaciones políticas en una sociedad, es decir a partir de las prácticas y
concepciones en torno al Estado. En ella, los sujetos asumen formas de
relaciones de poder, de participación y de organización, como también las
maneras de afrontar el conflicto socio político.
EDUCACIÓN/PEDAGOGÍA SOCIAL Y CULTURA POLÍTICA EN LOS JÓVENES Se constituyen en un reto para el campo de la educación la articulación de la
reflexión política de la realidad social en los procesos formativos. Colombia es
un país de jóvenes y los problemas de nuestro contexto, son problemas que se
manifiestan de manera alarmante en esta población, generando de cierta
manera incertidumbre y lo preocupante desesperanza en relación a su futuro y
por ende también el de la sociedad.
La violencia social que ha caracterizado la historia de Colombia y que repercute
en el panorama político, económico y cultural y los cambios profundos
suscitados por el desarrollo del mundo contemporáneo, justifica la necesidad de
21
encontrar respuestas y nuevos interrogantes sobre la construcción de la
sociedad Colombiana desde la viva voz de los jóvenes.
La pedagogía social da la posibilidad de desarrollar procesos educativos con
sectores sociales no necesariamente escolarizados sino desde la dinámica de
los procesos sociales donde se configuran los problemas de la sociedad en que
se vive y desde donde se puede generar otras alternativas diferentes de la
educación formal.
La pedagogía, entendida como la disciplina que estudia todo tipo de proceso
formativo en sus distintas manifestaciones, tanto lo que se desarrolla en las
instituciones educativas, como en instituciones sociales (Álvarez de Zayas,
2004, p.49), se constituye en posibilitadora de comprensión de las realidades
existentes. En este sentido es muy significativo el aporte de la
pedagogía/educación social porque enfatiza en la reflexión de los problemas que
se expresan en los contextos por fuera del ámbito escolar.
Se encuentran elementos conceptuales importantes en el planteamiento de
Pérez Serrano acerca de la Educación social “<aquella acción sistemática y
fundamentada, de soporte mediación y transferencia que favorece
específicamente el desarrollo de la sociabilidad del sujeto a lo largo de toda su
vida, circunstancias y contextos, promoviendo su autonomía, integración y
participación crítica, constructiva y transformadora en el marco sociocultural que
le envuelve, contando en primer lugar con los propios recursos personales, tanto
del educador como del sujeto y en segundo lugar movilizando todos los recursos
socioculturales necesarios del entorno o creando, al fin nuevas
alternativas>.”(Pérez Serrano, 136,137) También Mínguez explicar cómo la
racionalidad de la educación social no se queda en lo instrumental sino en el
conocimiento de la realidad y su transformación “la enfatización de lo “social” de
la educación/pedagogía es algo más que un mero adjetivo de los que se suelen
22
aplicar a la educación, es un ámbito científico y práxico en el que lo social
progresa sobre la educación/instrucción, la transciende, potencia, complementa
y especifica…La originaria legitimidad del fenómeno educativo y social se halla
tanto en la reflexión de los significados históricos, como en la búsqueda de la
entidad capaz de conseguir la ansiada integración del ser humano, siempre
proyecto, y la sociedad nunca conclusa.”(Mínguez, 2010. Pág. 2)
CONCLUSIONES Sin desconocer los aportes de la tradición “Civic cultura” del análisis de lo
subjetivo desde las actitudes personales, en es necesario diferenciarlo del
concepto de subjetividad que asume al sujeto en lo individual y en lo colectivo,
en tiempos, espacios y realidades históricas concretas con las cuales se articula
al mundo intersubjetivo, lingüísticamente mediado y culturalmente en
permanente construcción. Es al sujeto social y político a quién se indaga y da
cuenta de la cultura política construida en la cotidianidad del tejido vital.
Los jóvenes han iniciado sus acciones sociales y políticas de acuerdo al acceso
que han tenido del conocimiento y divulgación de la ley y bajo la lógica de
resolver necesidades sentidas desde la inmediatez, pero falta educación en
cultura política y contextualización de sus propias realidades, para
transformarlas mediante el reconocimiento de sí mismo y del otro en el ejercicio
democrático. Ha sido muy lento el proceso de implementación de la ley de
juventud en todos los entes territoriales (Departamentos y municipios), lo cual ha
dificultado la articulación de lo normativo con el desarrollo de la cultura política,
aún no se han diseñado las políticas públicas a nivel local, que es lo que hace
viable en el plan operativo anual asignar recursos específicos para la juventud
con base en diagnósticos de las problemáticas reales de esta población.
Es necesario cambiar la lógica que ha venido orientando el sentido de lo político
en el campo educativo, el cual es un tema que se ha mitificado e incluso
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rotulizando a quienes buscan su acercamiento dentro y fuera de la escuela. La
tendencia ha sido el énfasis en lo ético, sobrevalorando el deber ser en la
construcción de ciudadanía, separándolo de lo político y de lo social en los
procesos educativos. Los procesos de formación de cultura política democrática
deben trascender la educación escolarizada, han de ser manifiestos en otros
escenarios de socialización de la comunidad, promoviendo actitudes y pautas de
acción en los individuos y en los grupos sociales. Es una tarea de los entes
territoriales el Municipio, el Departamento y la Nación, que puede reafirmar o
contradecir el tipo de cultura política, generando caminos divergentes o
convergentes en la construcción de la cultura democrática.
A la escuela se le ha encomendado un encargo social trascendental: preparar
las nuevas generaciones de ciudadanos capaces de convivir en una sociedad
democrática, mediante procesos de formación pedagógica que articulen el
mundo de la vida con el mundo escolar. Sin embargo es evidente que las
Instituciones educativas se quedan cortas en este propósito de lograr afectar la
vida comunitaria. Igualmente sucede con las organizaciones sociales que
tampoco logran articularse a los procesos pedagógicos de la Escuela. Sus
acciones se quedan en buenas intenciones y parecieran gethos motivados por
creencias artificiales que le determinan obstáculos para comprender la realidad
como una totalidad.
La construcción de cultura democrática implica articular democracia y pedagogía
(Meirieu, 2001,Pág. 172), generar acciones educativas de transformación social
direccionadas al bien común. Apple, reflexiona las conexiones que hay entre el
poder y las formas de conocimiento (Apple. 1.996. P.15) La educación es un
campo de tensiones donde la complejidad está presente, sólo cuando se asume
el sentido social de la educación se logra trascender la limitación de la
socialización como fenómeno reproductor de modelo social. La pedagogía nos
hace el llamado a no preocuparnos por la construcción de lo mismo y de lo
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hegemónico, entonces hay que abrir la razón de la sensibilidad y la
comprensión, que permita desarrollar procesos formativos que aporten a la
liberación del sujeto, que en esta reflexión son los jóvenes de las organizaciones
juveniles. Hacer que el sujeto que se ha vuelto un cuerpo social con ataduras,
logre la comprensión y transformación de su propia realidad, mediante el
encuentro con la subjetividad individual y colectiva que lo constituye en su
praxis.
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