Matilde m guerra 1

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Nº 29 – ABRIL DE 2010

C/ Recogidas Nº 45 - 6ºA 18005 Granada csifrevistad@gmail.com

ISSN 1988-6047 DEP. LEGAL: GR 2922/2007

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“DIDÁCTICA GENERAL” AUTORÍA

MATILDE Mª GUERRA RODRÍGUEZ TEMÁTICA DIDÁCTICA

ETAPA EI, EP.

Resumen El trabajo que me dispongo a comentar trata de la didáctica general de todos los medios

didácticos. Este ámbito de la didáctica ofrece el fundamento teórico – práctico para el desarrollo de la enseñanza, y proporciona en cierta manera un marco indispensable para la comprensión y aplicación de las didácticas específicas.

Palabras clave Didáctica general. Educación Escuela actual. Alumnado. Currículo. Intenciones educativas. Principios procedimentales. Evaluación educativa. 1. DIDÁCTICA GENERAL

Podemos decir que la Didáctica es la ciencia que estudia y elabora teorías sobre la enseñanza. Su finalidad es la educación en general, siendo la comprensión por parte del alumno uno de los signos principales. También estudia el trabajo docente – discente teniendo en cuenta los métodos de enseñanza y aprendizaje, siendo su objetivo la instrucción.

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1.1. Aspectos generales de la educación. La educación consiste en un conjunto de prácticas o actividades ordenadas a través de las cuales un grupo social ayuda a sus miembros a asimilar la experiencia colectiva culturalmente organizada y a preparar su intervención activa en el proceso social. En nuestra sociedad la actividad de formación institucional de los miembros más jóvenes se realiza, principalmente, en la escuela. El sistema educativo es el encargado de proporcionar una serie de actividades planificadas y dirigidas intencionalmente a facilitar el aprendizaje. La educación escolar tiende a desarrollar en los niños y niñas las capacidades y competencias necesarias para su participación activa en la sociedad. 1.2. ¿ Qué aprenden los niños y niñas en las escuelas y que se debería aprender ?

Los alumnos y alumnas en la escuela actual aprenden conocimientos transmitidos por la humanidad a lo largo su historia y se tiende a simplificárselo mucho y no se deja a los niños que lo descubra por si mismo.

Por lo tanto no desarrollan la capacidad de elaborar conocimientos y desarrollar su inteligencia, si no que por el contrario desarrollan la capacidad de memorizar y reproducir unos contenidos y unos conocimientos elaborados por otros, el alumno es receptor de una verdad universal e incuestionable donde no se le permite crítica , porque el alumno no sabe y es el profesor el que está en posesión de la verdad.

Lo que verdaderamente deberíamos enseñar a los alumnos/as, es que sean capaces de construir sus propios conocimientos porque sólo lo que se descubre por uno mismo es lo que verdaderamente es significativo para ellos, ya que, los conocimientos que adquiere el alumnado de forma mecánica, no son aplicables a situaciones semejantes y cómo consecuencia caen en el olvido y no sirven de nada.

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Entonces por todo esto creo que deberíamos empezar por dar un giro a la enseñanza y al papel del profesor dentro de la escuela;

- Se debe plantear a los alumnos/as la posibilidad de elección de tareas que más les interesen y provocando en los niños situaciones donde tenga la posibilidad de reflexionar sobre esos temas, aún cuando sepamos que se están equivocando, es decir, que aprenda de sus errores, y contrastando esto con la realidad y con el resto de alumnos donde la interacción entre alumnos y profesor sea la parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje.

- Debemos dejar que los alumnos se organicen espontáneamente sin imponerles normas, reglas y

que sea esto un proceso natural.

- Pienso que todavía en la escuela sigue habiendo una enseñanza tradicional y una falta de implicación del profesorado ya que estos han sido educados con esta enseñanza y como ellos posteriormente enseñan, esto es la fuerza de la tradición, o como dirían algunos sociólogos “la resistencia al cambio”, esto creo que se podría solucionar dando una nueva formación a estos profesores, es decir reciclarlos, aunque esto sea una tarea muy difícil.

- Hay que dar un giro muy importante a la educación y a esta ignorancia, qué se cree que la

enseñanza tradicional es la única y verdadera y que se piensa que se la mejor para los niños.

- Esta resistencia al cambio de la que hablamos, puede estar debida a que implicaría una ruptura total de todos los conceptos por lo que entendemos ahora la educación.

- Hay que cambiar este desinterés y el desencanto general que tienen la mayoría de los

profesores por la escuela, porque lo que hace falta por parte de los profesores es una implicación directa y activa dentro del proceso de enseñaza-aprendizaje.

- El peso de los conocimientos científicos-teóricos tienen un peso en nuestra sociedad muy

importante ya que se las considera infalibles y pienso que todo debería estar en constante revisión y reflexión.

Esta nueva escuela constructiva que se debe llevar a cabo tiene que tener en cuenta algunas cosas muy importantes como:

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- Que el alumnado sabe y va la escuela a reflexionar sobre sus experiencias, es decir, el discente no es robot que va en blanco a la escuela y nosotros tenemos que ir introduciéndoles conocimientos sin más.

- Por lo tanto es deber del profesor garantizar que el alumno pueda dar lo máximo de sí mismo.

- Que la inteligencia no se adquiere sino que se modifica y se enriquece por las experiencias

vividas.

- Para ello es muy importante que hay una interacción con la diversidad y la experiencia en grupo ya que los seres humanos nos construimos como tales con la interacción de unos con otros.

- El profesor no debe llevar a cabo una evaluación final sino una evaluación basada en la

observación y documentación individual de cada alumno.

- El profesor tiene un nuevo rol dentro de la clase, que es el de investigador, donde se precisa

estar más preparado y cualificado, ya que tendrá que demostrar cualquier duda.

- Por todo esto necesitamos profesionales de la enseñanza con una mayor formación no tan teórica y mucho más practica.

No nos podemos olvidar del ámbito familiar del alumnado en el proceso de aprendizaje. Todos los

niños y niñas tienen derecho a la educación pero para ello se necesita el consentimiento de otro. Los niños/as dependen de los padres y éstos son los responsables de ofrecerle este derecho a sus hijos.

1. 3. ¿Cómo cambiar la escuela?

Se ha distinguido a veces entre dos tipos de enseñantes: aquellos que son conscientes de la importancia del trabajo que realizan y aquellos que se contentan con cumplir con la obligación. Los primeros quieren cambiar la escuela, los segundos la aceptan tal cual es. Cabe destacar un número importante de profesores que se sienten insatisfechos con lo que hacen y que desean educar de otra manera.

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El educador consciente de las limitaciones de lo que hace y preocupado por nuevos modos de hacer, no tiene que inventar la transformación de la escuela, no puede actuar como si nada hasta él se hubiese hecho por esa transformación. La tarea del educador tiene un amplio margen de creatividad, de “arte” (creatividad que, por otra parte, no surge sino del trabajo y la reflexión), pero tiene también un gran margen de conocimiento científico, un margen importante que debe cubrir el estudio de lo que las ciencias de la educación enseñan y de lo que han aportado y aportan las personas y los grupos que han luchado por una escuela diferente, por una escuela mejor, más enriquecedora, menos frustrante. Todo esto es debido a que los cambios escolares no se han producido con la misma rapidez de los cambios sociales y ello porque la escuela tiene un carácter regresivo, es uno de los elementos más conservadores de la vida social y está fundamentalmente anclada en el pasado.

1. 4. Diferentes perspectivas sobre el currículo y el papel del profesorado en las mismas.

Planificar el currículo escolar o, si se prefiere, planificar la enseñanza, es algo más que establecer objetivos, contenidos, métodos y criterios de evaluación; significa pensar ,valorar y tomar decisiones que valgan la pena, entre otras cosas, sobre situaciones cotidianas, sobre posibles acontecimientos imprevisibles, sobre un colectivo de personas agrupadas según su edad, en un espacio llamado aula, personas que son niños y niñas con un rostro que a veces denotan alegría, aburrimiento o cansancio. También planificar el currículo escolar significa, a veces, pensar sobre el patio de recreo, sobre libros y libretas, lápices, rotuladores y plastilina, pizarras y quizás vídeos. Y por supuesto, forma parte del currículo escolar el conjunto de experiencias públicas y privadas que entre unos y otros viven cada día de clase, durante cinco días a la semana, durante bastantes semanas al año y durante bastantes años de escolaridad. La planificación de la enseñanza por parte de los profesores y profesoras ha sido, tradicionalmente, uno de los temas más trabajados desde la literatura pedagógica, quizás bajo la hipótesis de que una buena enseñanza comienza por una buena planificación escrita, o que una buena planificación es condición necesaria para una buena enseñanza.

Personalmente, creo que la hipótesis de que la calidad de lo que sucede en un aula, la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes, la calidad de un trabajo bien hecho; por parte del profesor o del alumno; la calidad de las personas de un centro escolar... básicamente son un estado o situación, que

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no deriva necesariamente de un documento sobre el propio trabajo. Es decir, una buena enseñanza se basa en que tras ella haya unos buenos profesores y profesoras, no solo objetivos, contenidos, métodos y criterios de evaluación bien formulados y ordenados.

2. LAS INTENCIONES EDUCATIVAS.

La enseñanza es una actividad intencional y esa intencionalidad consiste en el ejercicio deliberado de influencia sobre aquellos a los que se enseña. Una influencia que trata de proponer, no imponer, significados sobre la realidad a través del conocimiento y las formas más accesibles para los alumnos y de las relaciones pedagógicas que para su adquisición se establecen.

Por todo ello, es una actividad moral; por lo que la enseñanza se realiza de acuerdo a algunas razones, para algunos propósitos que deben explicitarse y comunicarse.

Las intenciones educativas son los objetivos, finalidades o metas que se pretenden alcanzar.

Aunque la situación no es tan simple como parece, ya que existen diversas fuentes de selección y justificación de objetivos y por que, no existe ningún procedimiento válido para deducir los objetivos de las intenciones. No existe ningún conjunto de reglas o procedimientos justificables que puedan considerarse válidos para derivar los objetivos específicos de los generales. El proceso de derivación se inicia en las finalidades del sistema educativo y finaliza en los objetivos didácticos. Personalmente, creo, que la especificación de objetivos puede, en algún momento, ayudar al docente a centrar sus intenciones reales, proporcionándoles a éstos una dirección clara sobre lo que hay que enseñar; pero hay que tener en cuenta, que los docentes, cuando se encuentran en sus aulas, su atención está centrada en crear unas condiciones de aprendizaje determinadas y en garantizar la implicación de los estudiantes, por lo que no se dirigen a la consecución de los objetivos.

Pienso que los objetivos es un medio para mejorar el rendimiento de los estudiantes, pero sin elevar la calidad personal y docente de los profesores.

La práctica no se mejora definiendo mejor las metas que se intentan perseguir (y mucho menos cuando éstas se traducen en resultados de aprendizaje) sino a través del análisis y la crítica de la propia práctica.

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Existe otro modo válido y racional de interpretar las intenciones educativas es, plantear unos principios procedimentales. La educación ha de estar dirigida por ciertos fines que marcan o sugieren la dirección en que habrán de situarse las actividades educativas. Esas actividades, que son procesos, se regirán por unos determinados criterios; y es a esos criterios respecto a los cuales se realiza una actividad a lo que se denomina principios de procedimiento.

Los principios de procedimiento constituyen principios de enseñanza o estrategias de acción que, al

mismo tiempo que definen el fin educativo establecen criterios de actuación y decisión, ya que a los alumnos se le asignarán papeles activos, en lugar de pasivos, en situaciones de aprendizaje. De esta manera las actividades se hacen mucho más gratificantes para los alumnos, ya que son partícipes de su propio aprendizaje.

Otro aspecto importante de la didáctica general son los contenidos. Entendemos por éstos, los

objetos de enseñanza-aprendizaje que se consideran útiles y necesarios para promover el desarrollo personal del alumno. Para acometer una adecuada selección, organización y secuenciación de los contenidos, es necesario previamente considerar la perspectiva particular del currículo de Andalucía, expresado en la Orden de 10 de Agosto de 2007 y teniendo en cuanta las enseñanzas mínimas recogidas en el Real Decreto 1513/2006 de 7 de Diciembre. En el desarrollo de los contenidos en Andalucía se tienen que reflejar los siguientes principios:

a) La dimensión histórica del conocimiento. b) La visión interdisciplinar del conocimiento. c) La aplicación de lo aprendido a las situaciones de la vida cotidiana. d) La consideración de la vida cotidiana y de los recursos del medio cercano como un instrumento

para relacionar la experiencia del alumno o alumna con los aprendizajes escolares. e) El aprovechamiento de las diversas fuentes de información, cultura, ocio y estudio. f) La toma de conciencia sobre temas y problemas que afectan a todas las personas en un mundo

globalizado. g) El análisis de las formas de exclusión social que dificultan la igualdad de los seres humanos.

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h) La adopción de una perspectiva que permita apreciar la contribución al desarrollo de la humanidad de las diferentes sociedades, civilizaciones y culturas.

i) El análisis y la valoración de las contribuciones más importantes para el progreso humano.

Es necesario dejar constancia del enfoque globalizador (con carácter interdisciplinar) que debe caracterizar la Didáctica, este se caracteriza por una utilización mutua de contenidos que se entrelazan e interactúan para la consecución de los distintos objetivos de cada área. Así, respetando la posible organización por áreas que recoge el currículo, el enfoque globalizador se circunscribe a la puesta en práctica de los contenidos de las distintas áreas implicadas en dicho enfoque para acceder a objetivos que requieren por su complejidad la acción simultánea de varias áreas, hecho que confiere riqueza y funcionalidad al resultado final.

3. LA EVALUACIÓN EDUCATIVA

La evaluación es una actividad básicamente valorativa e investigadora y, por ello, facilitadora de cambio educativo y desarrollo profesional docente.

La evaluación es el elemento clave para orientar las decisiones curriculares, definir los problemas educativos, y regular el proceso de adaptación y contextualización del currículo en cada comunidad educativa.

El alumnado puede utilizar la evaluación como actividad crítica de aprendizaje, pero para que esto suceda es imprescindible que el alumno desarrolle una mente organizada además de informada. Para ello es imprescindible convertir el aula en espacio de encuentro donde se dan los aprendizajes, y no, un aula donde el alumno acude a surtirse de información con el fin de adquirir un cúmulo de datos para su consumo inmediato: el examen. Algunos autores proponen dos formas de entender la evaluación: la evaluación formativa y la sumativa.

La evaluación formativa se preocupa de mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. En la práctica se traduce, en el caso de la corrección de un ejercicio o de un examen, en una actividad que aporta al alumno las informaciones suplementarias donde tiene necesidad de corregir o aclarar alguna confusión.

La evaluación sumativa se preocupa directamente de la calificación, se realiza al término de un proceso de enseñanza-aprendizaje.

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Además, destacaría dos tipos de evaluación aparte de las dos citadas anteriormente, como son

la evaluación continua y la evaluación final. Creo que la evaluación continua es de gran ayuda para el alumno, ya que ésta, persigue de forma permanente el análisis y valoración de los resultados que alcanza el alumno en los aprendizajes y en su formación, comparando esos resultados con los contenidos mínimos. Al final de un proceso educativo, es conveniente hacer una evaluación final, para determinar lo que el alumno ha conseguido y lo que se podría y debería mejorar en el futuro. 4. CONCLUSIÓN Un docente ha de disponer de un proyecto de valores sólidos, puesto que esta concepción ideológica ha de servirle de plataforma para entenderse a sí mismo, comprender el papel que jugará como maestro y el tipo de relaciones que establecerá con sus alumnos. Además de la perspectiva ética, se ha de fomentar la perspectiva intelectual, es decir, unos conocimientos científicos que sirvan de punto de partida para el análisis y reflexión de los procesos de enseñanza-aprendizaje que propicien en el maestro la utilización crítica en el contexto real del aula. Según Gimeno Sacristán, (1998), “la profesionalidad del docente antes que deducirse sencillamente de la ciencia tiene que asentarse sobre el buen juicio, ilustrado por el saber y apoyarse en un sentido crítico y ético que sea capaz de apreciar qué conviene hacer, qué es posible, y cómo hacerlo dentro de unas determinadas circunstancias”. 5. BIBLIOGRAFÍA

- Gimeno, J. (1988). El currículum: una reflexión para la práctica. Madrid: Morata. - Gimeno, J y Pérez, A. (1993). Comprender y transformar la enseñanza. Madrid: Morata. - Palacios, J; Marchesi, A. y Coll, C. (2004). Desarrollo psicológico y Educación. Volumen I y II.

Madrid: Alianza Editorial. - Monedero, J.J (1998). Bases teóricas de la evaluación educativa. Málaga: Aljibe - Ley Orgánica 2/2006, de 3 de Mayo de Educación, LOE.

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Autoría

Nombre y Apellidos: Matilde M. Guerra Rodríguez Centro, localidad, provincia: Cádiz E-mail: matilya@hotmail.com