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Obra ganadora de los Premios Michoacán de Literatura 2014 en la categoría de Poesía "Carlos Eduardo Turón"
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Ni las flores del malni las flores del bien
José Agustín SolórzanoPremio de Poesía, Carlos Eduardo Turón
GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACÁN DE OCAMPO
Salvador Jara Guerrero
Gobernador de Michoacán
Marco antonio aGuilar cortéS
Secretario de Cultura
Paula criStina Silva torreS
Secretaria Técnica
María catalina Patricia díaz veGa
Delegada Administrativa
raúl olMoS torreS
Director de Promoción y Fomento Cultural
arGelia Martínez Gutiérrez
Directora de Vinculación e Integración Cultural
eréndira HerreJón rentería
Directora de Formación y Educación
JaiMe Bravo déctor
Director de Producción Artística y Desarrollo Cultural
Héctor García Moreno
Director de Patrimonio, Protección y Conservaciónde Monumentos y Sitios Históricos
Miguel Salmon Del RealDirector Artístico de la Orquesta Sinfónica de Michoacán
BiSMarck izquierdo rodríGuez
Secretario Particular
Héctor BorGeS PalacioS
Jefe del Departamento de Literatura y Fomento a la Lectura
conSeJo nacional Para la cultura Y laS arteS
rafael tovar Y de tereSa
Presidente
Saúl Juárez veGa
Secretario Cultural y Artístico
franciSco corneJo rodríGuez
Secretario Ejecutivo
ricardo caYuela GallY
Director General de Publicaciones
Ni las flores del mal ni las flores del bien
Gobierno del Estado de MichoacánSecretaría de Cultura
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
José Agustín Solórzano
Ni las flores del mal ni las flores del bien
Primera edición, 2014
dr © José Agustín Solórzano dr © Secretaría de Cultura de Michoacán
ColecciónPremios Michoacán de Literatura 2014Categoría Poesía “Carlos Eduardo Turón”
JuradosLucía Rivadeneyra, Víctor Manuel León Leitón yJosé Manuel Recillas
Coordinación editorial:Héctor Borges Palacios
Diseño de Colección:Jorge Arriola Padilla
Revisión de textos:Elena Medina PinedaRamón Lara Gómez
Secretaría de Cultura de MichoacánIsidro Huarte 545, Col. Cuauhtémoc,C.P. 58020, Morelia, MichoacánTels. (443) 322-89-00, 322-89-03, 322-89-42 www.cultura.michoacan.gob.mx
ISBN Volumen: 978-607-8201-93-8ISBN Colección: 978-607-8201-85-3
Impreso y hecho en México
7
Presentación
Más allá del dilema de que si los premios son bue-
nos o malos, lo único que pide el escritor es que
lleguen a tiempo. Esto significa, para alguien que
se inicia en la escritura, un aliciente para seguir
escribiendo con más fe en uno mismo y dejar de
tener preocupaciones durante el proceso de escri-
tura del siguiente libro. Los Premios Michoacán
de Literatura nacieron con esa vocación: la de des-
cubrir nuevos autores e impulsarlos en su carrera
inicial, que es cuando el escritor más lo necesita.
El Premio de Poesía “Carlos Eduardo Turón” se
ha enriquecido con las voces de jóvenes poetas,
como Leonarda Rivera o Magdiel Torres Magaña
o voces más consolidadas como Rafael Calderón y
Ernesto Hernández Doblas y cada uno de ellos le
han dado prestigio al premio. Toca hoy el turno
a José Agustín Aguilar Solórzano, que ya había
dado muestras de su trabajo poético en Versos,
moscas y poetas, y que es dueño de un estilo desen-
fado pero certero: iluminador porque nos sumerge
en los lados oscuros del alma. Creo que los jurados
Lucía Rivadeneyra, Víctor Manuel León Leitón
8
y José Manuel Recillas no se equivocaron… José
Agustín Aguilar Solórzano con su poemario: Ni las
flores del mal ni las flores del bien posee una voz
lúdica que le permite jugar y subvertir elementos
de la tradición lírica de la modernidad. Los tres
apostaron por una poesía fresca y atrevida. Podía-
mos asegurar que Nicanor Parra y Pablo Neruda
estarían felices de conocer esta nueva propuesta
que nos hace reconocernos y enriquecernos al salir
de su lectura.
Ramón Lara Gómez
PARA ALFREDO CARRERA, porque sin su beca del FONCA este libro no hubiera sido posible.
A JESÚS BARTOLO, por la honestidad intelectual que antes de él sólo había
conocido en los muertos.
A los jurados de los premios de poesía Elías Nandino, Francisco Cervantes, y Salvador
Gallardo Dávalos, entre otros, de las últimas cuatro ediciones. Sin sus dictámenes estos
poemas mediocres y resentidos no habrían sido escritos.
También, y sobre todo, es para B, por empapar de llanto mis mejores chistes y celebrar a carcajadas
mis mejores versos.
Las únicas flores que puedes esperar de mí son las de este libro.
Gracias.
Destruye este papella poesía te sigue los pasos
a mí también a todos nosotros
Nicanor Parra
13
QUIZÁS PUEDA ESCRIBIR UN LIBRO
ALGÚN DÍA. Quizás publiquen mis poemas. Tal
vez incluso los traduzcan a otros idiomas. Enton-
ces en algún lugar de la India leerán mis poemas
y entenderán lo que yo jamás quise decir.
Y por eso serán buenos.
14
OTRA VEZ B ME DEJÓ LA COMIDA EN LA
MESA y la computadora encendida para que
escriba.
Salió a buscar algo de esperanza a la tienda.
Por qué no me pide que deje de escribir, que con-
siga otro trabajo por las mañanas. Qué pensará
esa mujer:
¿Que puedo escribir poemas que sean más
que un buen chiste?
¿Que esta mala suerte se alejará de mí como se
nos va el camión de la basura todas las mañanas?
¿Y crees que con estas metáforas nos esperan
viajes y publicaciones?
No, mi amor, mejor ve afuera y cómprame el
periódico con los clasificados.
15
LOS LIBROS SE NOS ESTÁN ACABANDO.
Ya hemos leído la mayoría y ninguno me ha dado
una gran idea. Esa gran idea.
Mis poemas siguen plagados de lugares
comunes, de cosas comunes. Te lo dije: soy un
hombre común.
Pero tú insistías: escribe un libro, hazme un
poema, si Nogueras pudo, tú por qué no.
-¿Y Parra?, qué me dices de Nicanor Parra, él
escribió que sus poemas no le conducirían a nin-
guna parte.
-B, los poemas no tienen por qué conducir a
ningún sitio. Lo que tú necesitas es un auto, no
un poeta.
16
Poema de amor confinal musical
Yo te recuerdo y lanzo pequeñas piedras a tus ojos tranquilos
Luis Rogelio Nogueras
B, quiero decirte que te quiero. No es que necesi-
tes saberlo, tampoco es que yo necesite, urgente-
mente, decírtelo. Es más, olvida que lo he dicho.
Aquí no ha pasado nada.
Al amor ni lo alborotes, sabes cómo se pone.
La última vez que lo dejamos entrar nos dejó
la cama hecha un borlote, y ni qué decir de la
cocina o el baño. Tus ojos tibios dejémoslos así,
también mis manos taquicárdicas y mis instin-
tos salivodentales.
Insisto, no hay poema. Nadie ha dicho nada.
Ah, y el final musical aquí lo tienes:
Chan-chan.
17
CON QUÉ DERECHO VIENES, B, A CRI-
TICAR MIS POEMAS, cuando yo te saqué del
fango becqueriano, cuando fui yo quien te libró de
Neruda y puso en tus manos a Nogueras.
Cómo vienes ahora a decirme que mi poesía
es una estafa, si todavía no hace tanto leías con
ilusa juventud los más empalagosos y estúpidos
versos de Benedetti. Cuando fui yo quien frente a
tus ojos abrió al azar un libro de Szymborska para
que te despabilaras y olvidaras las ecuaciones
poéticas de algunos eruditos que más que poesía
hacen somníferos.
¿No jugamos, tú y yo, ebrios, a la lucha libre
y montamos al ring un libro de Novo que termi-
nó deshojado por los brutales derechazos de una
mala edición de Bukowski?
“La poesía debe ser una parvada de patadas
en el culo”, dijimos.
Pero vienes a criticar mis poemas, ahora, y
yo siento tus palabras como un contundente golpe
de alas que se desploma sobre mi culo celeste.
18
De una serie de cartas que jamás llegarán a su destino
Pablo, quiero pedirte disculpas. Me acabo de ente-
rar que tus Veinte poemas de amor los escribiste
antes de los 19. Entiendo que a esa edad uno es-
cribe muchas estupideces. Quiero que sepas que te
entiendo, que yo también sufrí de sensiblería y me
enamoré de algunas muchachas bobas que me ha-
cían escribir versos empalagosos.
Aun así, no te perdono del todo. Fuiste el cul-
pable de que más de tres chicas me mandaran al
carajo. Yo creí, también por aquella edad, que a
ellas les gustaba escuchar eso de Me gusta cuando
callas porque estás como ausente. Pero es difícil,
¿sabes?, darnos cuenta que la poesía no es como los
perfumes, los chocolates o el buen aspecto. Aun-
que al principio se les haga curioso que en lugar de
llegar con un par de boletos para el cine aparezcas
con un puñado de hojas manuscritas, luego empe-
zarán a reclamarte –de maneras que ni te imagi-
nas-, algo que no sólo les entre por las orejas.
19
Las mujeres buscan hombres, Pablo, no poe-
tas. Quizás tú también te diste cuenta más tarde
que temprano, y por eso ibas a llorar a los cines,
y por eso tu desilusión. ¡Cambiaste los versos de
amor por odas a los tomates!
Estés donde estés, no te sientas mal, Pablo.
Sucede que a veces todos nos cansamos de ser
hombres, de ser poetas. Sucede que nos entera-
mos tarde de las cosas y ya no podemos ocultar la
cabeza ni los versos de amor ya publicados.
La cagaste, mi buen, pero todos la cagamos.
Quizás hoy, que la noche está estrellada y los as-
tros tiritan a lo lejos (igual que todas las noches del
mundo), podamos escribir los versos más tristes;
pero lo mejor será olvidar que sucedimos, quedar-
nos hombres, llamarnos como nos llamamos, y no
cometer la ridiculez de creer en el amor o rebauti-
zarnos como Neruda.
20
QUÉ CREES, OCTAVIO, TODAVÍA HAY IM-
BÉCILES que piensan que la poesía es oscura
metáfora y pedantería; se llenan la boca con flores
pestilentes y las perfuman con lenguas en clave
que suenan a cacareos fatuos; debes estar feliz,
en Paz, Octavio. Pero también están los Otros, los
que creen en el poema como sencilla revelación y
se lo comen en la mesa de la cotidianidad, con le-
che o agua; lo que haya, mientras la poesía les dé
palabra aunque sea simple, y la metáfora la en-
tienda hasta el hombre bestia que alimenta al si-
mio letrado que bebe del cántaro de los desleídos.
Ya ves, Octavio, pero de los primeros es el
reino de los ciegos, y de los segundos el arrabal de
los iluminados.
21
CUANDO LEER SE VUELVE TIEMPO PER-
DIDO, al igual que el sillón o la consola de vi-
deojuegos, salir de casa es otra forma de escribir a
pasos. Desorientado. Breve andar en el silencio de
una ciudad de brújulas aletargadas. No habría que
ir tan lejos, sino avanzar con lentitud dando vuelta
a las páginas del mundo: escribir que nos encontra-
mos con un viejo amigo, que hablamos de los viejos
años, que recordamos lo viejos que somos, que nos
extrañamos de veras, de la piel para dentro y entre
calles. Que no sabemos olvidarnos de las lecturas
que nos hicieron no querer salir de casa. Saber que
la valentía a veces tiene más que ver con perma-
necer en el viejo sillón o encender la consola de los
videojuegos. Y no con embravecernos allá afuera,
practicando la vida como un deporte extremo.
Hemos aprendido, nos decimos mientras la
despedida y el bus interrumpe nuestro abrazo:
que la vida es un trago de whisky al llegar a casa,
lo demás es buscar la sed con la terquedad propia
de un atleta.
22
Cuando vivir se vuelve tiempo perdido, lo
mejor es echarse sobre los cojines de nuestra
tumba y ponerle pilas nuevas al control remoto
de la muerte.
23
UN BUEN VERSO ES COMO UNA CUCARA-
CHA: sucio, inevitable, y sobrevivirá al fin del
mundo.
24
Tres sugerencias para elescritor independiente
Sobre la autogestión…
Uno no vende su refrigerador para publicarse un
libro. Uno publica un libro para poder comprar un
refrigerador.
Sobre la autocomplacencia…
Recuerda, un artista no sólo se alimenta de aplau-
sos. Pon el ejemplo: una dieta baja en autoengaño
podría fortalecer tu obra y, por qué no, también tu
despensa.
Posdata:
La escritura automática no funciona para los poe-
tas estándar.
25
Quiero encontrar el versoque abra todos los cajerosautomáticos.
Mallarmé buscaba el silencio, Paz la blancura,
Baudelaire el infierno. Yo busco la barra libre, un
cheque cada quincena, dos días de asueto. No me
importa ni un poco lo que haya pasado con el uni-
cornio azul. No estoy interesado en ningún ser
inexistente ni en la trascendencia de mi espíritu.
Yo sé, escogí mal. Debí haberme dedicado a
otros menesteres menos ecuménicos. Pero estoy
aquí, en el fango del espíritu, traficando misera-
blemente con el ánima de los lectores, usando un
diccionario para sonar cierto y contundente.
Mi cuenta permanece tan vacía como mi
cuerpo. No encuentro el NIP para dejar salir to-
das estas aguas de silencio que hierven en mis
entrañas.
Quiero un alma pobre, que se conforme con
un televisor encendido, con un paquete de fritu-
ras, con un par de tetas que le acolchonen las ore-
jas por las noches.
26
Ya me cansé de los caballos inexistentes
que trotan en mi cabeza, del pájaro azul que
Garcín me disparó a la sien. Me cansé del exceso
de libros, de la escasez de papel sanitario cuando
se necesita.
Espero que Baudelaire esté disfrutando su
infierno. Espero, firmemente, que Mallarmé man-
tenga su cómodo silencio. Confío en que Paz siga
tan poco leído como hasta ahora.
Yo como Bulgákov voy a tirar todas mis hojas
a la hoguera y me sentaré a esperar, con mi estado
de cuenta en las manos, la llegada de ese tropel de
caballos que corre en mi cabeza.
27
A Alejandro Ontiveros
“HERMANITO, NO TE SUELTES DEL MÁS-
TIL SIN IMPORTAR LO HERMOSO DEL
CANTO DE LAS SIRENAS”
Sigo amarrado al mástil, Alex. Las sirenas
parecen perros que ladran y el mar se ha olvida-
do de acecharme. Realmente ya no recuerdo muy
bien por qué estoy atado en el sitio más alto de
este barco.
A veces sueño con un cíclope que me pregun-
ta mi nombre. Debo decirle que mi nombre es Na-
die y él se aleja llorando por su único ojo.
Desde aquí no puedo ver gran cosa. El cielo
en el que me dejaste es más aburrido que los pro-
gramas de concurso. A la mano tengo la ciudad y
un par de buses que se mueven sobre ella como
perros amaestrados. También hay tiendas de au-
toservicio, ya sabes, un Oxxo en cada esquina, ci-
garros sueltos, gatos en los tejados y postes que
iluminan a los ebrios en la noche.
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Acá no llegan las olas pero las golondrinas
siguen cagándonos desde los cables. Los cines dan
funciones como si las películas se dieran en los ár-
boles y los árboles crecen derechitos, por concien-
cia vial, supongo.
A veces extraño tu casa verde, el mar. A ve-
ces me bajo un rato del mástil y recorro la bahía
de mi cuerpo; encuentro aguas todavía de Pichi-
linguillo, pero de las sirenas ni un solo rastro; acá
los peces no cantan más que para evitar la asfixia.
Debo confesártelo, hermanito, nada me se-
duce pero vuelvo a montarme al mástil porque se
está mejor y desde acá la ciudad parece un cíclope
ciego que no espera a Nadie.
29
A Julio Rodríguez
Metáforas indispensables
Los pianos como las cascadas, los poetas como los
animales, los amores como los aeroplanos, el si-
lencio como el fuego, el fuego como la sal, la sal
como la herida, la herida como la espada, la espada
como el silencio, el silencio como los animales, los
animales como las cascadas, las cascadas como los
poetas, los poetas como los pianos.
Pero el amor, lector, el amor como los
aeroplanos.
30
Ni las flores del malni las flores del bien
Los poemas son mamíferos deshojados. Decapi-
tados ángeles. Zapatos de lujo para estrenar en
nuestro funeral.
No los aceptes en casa. ¡Cuidado, troyano!,
huye de los enloquecidos potros tripulados por el
escritor de versos. No te fíes jamás de estos ani-
males silvestres. No adoptes uno por más desam-
parado que parezca: muerde.
Los poemas son perros con plumas en los
colmillos.
Y el poeta no es más que un infeliz y estúpido
pájaro.
31
Para ganarme el pan, cada mañanavoy al mercado donde se compran mentiras.
Lleno de esperanza,me pongo a la cola de los vendedores.
Bertolt Brecht
A Armando Salgado
LA MUERTE CUELGA DE LOS CABLES: el
cadáver desnudo de unos Convers: un pájaro que
apesta el silencio. La ciudad ofrece vitrinas va-
cías: escaparates atestados de ataúdes: el aire es
un ave dormida en el escape de un Volkswagen.
Slavoj Zizek me ofrece la pastilla azul o la
pastilla roja: huyo de los mendigos porque me
aterran los filósofos contemporáneos. Brecht está
formado en la fila de los vendedores, lleno de es-
peranza ofrece sus poemas: huyo de los estudian-
tes universitarios porque sólo ellos creen en la
poesía.
Y los sindicalizados y los políticos y los acti-
vistas sociales creen en la poesía. Las amas de casa
que enjugan lágrimas frente al televisor creen en
la poesía. Los libreros también y los editores y los
32
organizadores de festivales creen en la poesía. Los
hombres de fe, los burócratas, las secretarias y los
periodistas: todos creen en la poesía.
Los poetas no; pero la vendemos con moño,
con corbata, frente a los asalariados y las amas de
casa y los estudiantes universitarios, y ellos, que
sí creen, la mastican ávidamente y la descarnan.
Me voy. Se está mejor en casa, aunque la últi-
ma vez que fumigaron no hayan acabado con todos
los libros de Franz Kafka.
33
Breve historia de mis fracasos
Yo también estoy bailando dentro de un ataúd.Fito Paez
Nací en el seno de una familia copa C, desde pe-
queño buscaron un ataúd de mi talla pero nunca
fui de los que lucen bien en traje festivo.
Mis primeras lecturas se las debo a la so-
ledad de ser hijo único. Me gustaron los libros,
hasta que conocí el porno. Entonces conocí a las
mujeres… y me siguió gustando el porno. Luego
me dejó mi primera novia y volví a la tristeza y a
los libros; aunque siempre, entre el abandono y
los poemas de Sabines, hallaba espacio para una
buena chaqueta.
Mis primeros poemas eran así: breves espas-
mos de soledad y cursilería que escupía y dejaba se-
car a la intemperie. No hay una gran historia, ni el
más mínimo atisbo de lo que podría ser una biografía
respetable: mis versos son manchas en la sábana y
en los calzones. Fracasos trémulos y parpadeantes.
Encontré un traje de gala a mi medida y con
él salgo a asustar a los viandantes.
34
No ser un boxeador, ser un poeta,con una condena a poemas forzados…
Szymborska
SIEMPRE ES LO MISMO: los escritores son es-
critores porque el fracaso los llevó a ello. De niño
se quiere ser futbolista, astronauta, científico loco,
boxeador, no poeta. Pero se es demasiado torpe con
los balones, con los puños, con las estrellas, con los
microscopios, y uno termina buscando el infinito
de formas menos remuneradas.
Cuándo se ha escuchado decir a un niño:
Mamá, cuando crezca quiero ser poeta.
A la poesía nos llevan los fracasos. La pala-
bra es la casa de los infelices. Por eso cuando no
se puede uno escribe las estrellas con los puños,
se abalanza a patadas contra la hoja en blanco;
recuerda que quiso ser feliz y ser grande, pero la
poesía es la batalla de los enanos, la escritura es
la ciencia de la derrota.
Y Dios, ese astronauta hijo de puta, no para
de atestarnos gancho tras gancho mientras nos
mira desde su microscopio.
35
DESPOJAR A LA POESÍA DE TODOS SUS
MALES. Es decir, despojarla del poeta.
Lamentablemente son más útiles los escusa-
dos que las flores.
36
Dos vidas sin saber quién eres, dos tragos para el último bye bye…
Leiva
COMO SI CADA POEMA FUERA UNA DES-
PEDIDA. Las únicas palabras sinceras son las
que sirven para decir adiós, lo demás es la false-
dad con lentejuelas en el cuello.
Escribir es hacer una carta de suicidio, inau-
gurar la soledad venidera: echarnos a las faldas
del olvido.
El poema quedará entonces impune y será
real; no una muestra de sensiblería ni una ovación
chapucera frente al espejo.
Al poeta no lo necesitamos:
Dejemos que siga colgando en el silencio, con
esa soga de lentejuelas adornándole el pescuezo.
37
El talento es pura gana de molestar a los demás.Roque Dalton
BASTA YA DE LOS POEMAS MERÓLICOS,
de los líricos sonsonetes, del canto de fayuca. Que-
remos poesía para lanzar al fuego, versos que apa-
guen el frío. Queremos un poeta lo suficientemen-
te idiota y lo suficientemente divino. Un poeta que
domine la caligrafía de los imbéciles y de los dioses.
Buscamos el talento en su presentación más
económica: un poeta de mala raza, con dos o tres
palabras en la bolsa y con necesidad de algunos
pesos y un trozo de pan.
Es necesario un poeta a nuestra imagen y se-
mejanza. Uno de carne entre los dientes; algo sucio
y con hambre. No necesitamos uno saciado ni de
buenos modales.
Si lo encuentra no nos escriba; no se moles-
te ni nos moleste. Basta que él esté ahí, enfren-
te suyo. Dele unas monedas, evite los aplausos y
mándelo a su casa sin mayores pleitesías:
Ahí va un dios que necesita estar solo para
picarse la nariz a sus anchas.
25 freestyle
Se acabaron los poemitas lacrimógenoslas noches de insomnio
los dos paquetes de cigarrillos al día (...)A partir de hoy todo va a cambiar
¿Te fuiste con tus lindos ojos azules?Mala suerte
Que te vaya bien(y los hermosos ojos azules
te los puedes meter en tu inolvidable culo)
Luis Rogelio Nogueras
43
25 freestyle
a veces el poema
no es más tabla de salvación
ni triste pornografía mirada a escondidas
por una rendija desde nuestro propio cuerpo
pasa entonces
que nos afligimos por las grietas de la tabla
por las grietas del mar y por las grietas del cielo
que no salimos a la calle por miedo al poema
nos encadenamos al televisor
a la sala de estar y a un té amargo
nos clavamos el dedo gordo del pie
sobre un suelo nublado
masticamos cualquier cosa que nos estriña el alma
y damos vuelta sobre nosotros mismos
como un perro solo o un planeta
solo
nadie que nos invite a jugar a las canicas
con nuestros duros universos fracturados
nadie que nos abra una bolsa de frituras
44
que nos regale el tazo en señal
de fraternidad
la libertad es un hueso duro a veces
el moco náufrago renuente a dejar el dedo materno
la pereza despilfarrada sobre un vaso con
cicatrices invisibles
la sangre caliente que no aplacan ni cinco
trémulas chaquetas
ni el poema
ni su cuerpo enterrado en las uñas
las másdeunmilmaneras
de cabecear:
de sueño
de asco
de
estesequietonosevayaacaerpincheborracho
van a salvarte del silencio que deja
la botella vacía
la mujer vacía
la calle vacía
el taxi vacío
45
la cama despeinada
la pasta de dientes abierta en el lavamanos
del mar que guardas en la despensa
nada
de la isla negra a la que te mudas por las noches
nada
del salado sudor que nadie lame
nada
de la falta de mordidas en la espalda
nada
de la fuente desbordándose en el pecho
nada
ni la alcantarilla abierta a media calle
ni la bragueta con candado
ni el foco que parpadea a risa suelta
ni el reloj digital del microondas
nada
de qué te sirve una tabla
un barco entero
un faro en medio de un charco a punto de tener
un orgasmo
46
de nada
pura cursilería sembrada en estas hojas
pura saliva echada al cesto de mis
perversiones
soy libre de enfermarme
de aplacar la pesadumbre de los días
con un bostezo o un rascarme losdeabajo
soy libre del olor a muerte de los veinticinco
de la fragancia dulce de un vientre deshilado
por mis manos inquietas y temblorosas
libre de sentir hambre resaca
de maniatar mis mancas ganas
de dispararme
de abrirme la cabeza con el control remoto
y dejar de hacer zapping con un
libro de Nogueras
libre
no feliz
soy libre
no infeliz
47
soy libre
no desalmado
ni con el alma en buenas condiciones
sino libre para malbaratar
dos o tres de mis calcetines impares
la tierra entre mis dedos
cinco tangas blancas que robé
para que la gente
al ver mi tendedero creyera que tenía novia
libre para convertir el vino en agua
para desembocar en cualquier esquina
como un río largo y lento que se cansa
y que se va cansado
como un suspiro de agua
a estancarse en la vitrina de los días
y así pasa
que uno se queda sin tabla
sin naufragio
sin un balón al cual ponerle nombre
y pintarle un par de tetas
48
¿para qué necesitaba ojos Wilson?
sin poema
se queda uno
y con ganas de coger
un resfriado
aunque sea.
49
De cuando no hubo para ir por la despensa
a veces no estoy de humor
para escribir poemas
y me entretengo transcribiendo
recetas de cocina
practicando listas de supermercado
para cuando haya para ir por la despensa
ejerzo la sana labor de dibujar
casitas de palitos habitadas
por la palabra Silla
por ejemplo
la palabra Ventana Puerta
la palabra Cama
la palabra Botella
la palabra Hombresolo
escribo también que Hombresolo ha salido
que atravesó la palabra Puerta
luego de mirar por la Ventana
50
palabra que siempre me hace
querer escribir la palabra Cielo
fuera de la casa
pero me aburro
cuando Hombresolo llega a la orilla
de la página
y se da cuenta nos damos cuenta
que el mundo siempre tiene un límite
por eso
como no estoy de humor para escribir poemas
me pongo a transcribir uno de Parra
otro de Lizalde
me entretengo cambiando comas
desgastando los versos más bellos
escribiéndolos una y otra vez
los vecinos escuchan a Paz
Espinoza digo
y la canción también la transcribo
pero me entra el hastío y ese sentimiento
que he llamado la deshora
mejor dibujo un hombre
de palitos
51
en la puerta de mi casa
y la palabra Página en el centro de su pecho
salgo
el mundo nunca había estado tan vacío.
52
De por qué las mujeres nos prefieren poetas
no soy un poeta mal parecido
mi nombre tampoco es el más feo
pude haberme llamado
por ejemplo: Anivdelarev
o Benito u Octavio
pero no
no soy un poeta con el pene
muy grande
calzo del 26
y mis años todavía son menos
que el dinero que guardo en la bolsa
me alcanza al menos
para invitarte a un cigarro
a una Coca Cola de lata
a caminar e intentar
que pase algo
53
por ejemplo:
que mi mano derecha
salga de mi control
y ruin y descarada
te agarre las pompas
mientras yo veo las palomas
y pienso lo bonito
lo realmente bello
que es el parque
“no te enfades”
te diría
“realmente
aunque no quería tocarlas
me gustó
tienes unas bonitas nalgas”
porque
tampoco soy un poeta
con los gustos más exquisitos
me gusta leer la nota roja del periódico
cantar en la regadera
y picarme la nariz a solas
54
como puedes ver
de poeta no tengo nada
pero podría tener
al menos esta noche
con quien compartir
la última lata de atún
que guardo en la despensa.
55
Yo no tengo equipo de futbol
quizás por eso
yo no grito ¡gol! Los domingos
quizás por eso
me gustan las mujeres
pero del vientre para adentro
quizás por eso
he dejado los dos últimos trabajos
que he tenido
he bebido antes del medio tiempo
del medio día y después de media botella
he orinado más esquinas que escusados
quizás por eso
me molestan los poetas con chaqueta
los seudointelectuales con espíritu de carniceros
los perezosos que vierten su tedio en tazas de té
los contraculturales con mechones largos
los hacedores de festivales
los antologadores que te citan en Starbucks
56
quizás por eso
me he leído todas las etiquetas de champú
que he comprado
todos los cuadernos de instrucciones
desde el de Cortázar hasta el de
Walkman Sony
quizás por eso
porque escribo para leer algo
realmente mío
aunque lo único mío
verdaderamente
es lo que he perdido
eso que nunca va a dejarme
con las manos vacías
quizás por eso exprimo todas las tardes
mi alma percudida bajo el sol de las seis
y mi siesta son dos espesos ojos
que se miran uno al otro
quizás por eso hoy amanecí con el orín adentro
con todas mis tripas adentro
57
con todo lo mío en su lugar
y no desparramado en una calle vacía
quizás por eso
digo
a mí nunca me ha gustado el futbol
las mujeres cerradas
y sí mucho el aliento de las botellas
las novias que te hablan desnudas
a deshoras
las caminatas nocturnas
e ir en los buses mirando para afuera
quizás por eso estoy solo
y no a solas que no es lo mismo
quizás por eso me he ido a tantos lados
y en todos me he quedado
quizás por eso hoy no encuentro las
llaves de mi casa
y estoy aquí afuera, tocando la puerta
esperando que el yo que estuvo aquí
venga a abrirme
quizás por eso.
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Para Agustín
Mi padre es un hombre flaco
tenue línea de arena
frágil lo veo
con hambre de espuma, de sal
esperando el mar de la tristeza
que de vez en vez revuelca sus ojos
en eso nos parecemos
mi padre me pide un abrazo
cada vez que salgo de casa
y me aprieta la espalda
pero como si fueran los ojos
siento ganas de ser río
y caminar con pasos de agua
hacia el mar del pecho de mi padre
tan amanerado como yo salió él
hijo de su hijo
padre de la semilla que fui
y que le salió árbol malo para los columpios
lo he visto llorar algunas veces
él nunca quiso darme explicaciones
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pero me pedía perdón y yo lo perdonaba
y era como inyectarme olas en mis ojos
olas que me hinchaban el pecho
y le decía:
“algo papá, algo me aprieta la barriga”
y lloraba más
por eso
nunca he vuelto a decirle
aunque mi barriga esté por tronar
de hambre de sed o de tristeza
nada
mi padre me mintió
cuando quiso hacerme creer
que mi primer amor me amaba
que no era un niño feo
me mintió cuando dijo
al verme torturando hormigas
que un día diosito me iba a castigar
y no es cierto, papá
me castigué yo solo
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condenándome a este rincón
donde bebo y me lleno de ruidos
las dos orejas
tan parecidas a las tuyas
donde oigo todavía tus pasos
y me escondo
para que no veas que no me abrigué bien
para salir del vientre
y que de catarros tengo lleno el pecho
para que no veas
que nunca logré ser bueno para el futbol
para el trompo para las canicas
que dejé de ir a morderme las uñas
cada domingo al templo
y que ahora, pa
sé que el poeta eres tú
que nunca necesitaste la letra
que de escribir no te acuerdas
y sin embargo tus ojos
son dos botes donde viaja la tristeza
que tus manos están mejor cosidas que las mías
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que tú todavía estás de pie
como un árbol viejo
mientras yo me derrito
como una veladora de esas
que les enciendes a tus santos
y que a los tres días
despide un humo negro
ojalá bebieras
una cerveza cuando menos
para poderte invitar a un trago
y que pudiéramos los dos
soltar el mar para que se fuera a beber
también un poco de agua dulce
pero no
tu tristeza es más valiente que la mía
y se aguanta como los hombres.
62
Yo no quiero afectar
a las nuevas generaciones
como un virus o una receta médica para curar
la gripa
yo no quiero estar solo
porque me gusta la compañía y solas
sólo las mujeres
ni quiero la orilla
la última hoja del calendario
no quiero marcar con una equis
los días que no me duelen
porque lo que me duele de veras me duele
y los doscientos gramos de jabón en polvo
me duelen
como un hueso quebrado
o: la pantaleta de mi novia colgada en
otro tendedero
me duele
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poquito
ya tú verá cómo no
(que diría el Dady Yanky)
pero me duele
y lloro.
64
Escribo
porque mi tiempo
no sabe andar libre en los lugares públicos
porque dice la gente
que lo único que sé hacer es eso
no sé si es una ofensa o un halago
escribo porque remendar me da pavor
y arar la tierra me aterra
escribo porque las palabras son mi sostén
y mi par de tetas
escribo cuando y donde se puede
porque escribo siempre sin cuidarme de mí mismo
que soy mi peor y único enemigo
sin precaución escribo
no miro a ambos lados de la página antes de atra-
vesar
su transitada calle sin semáforos
sin cinturón escribo
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aunque escribiendo se me haya caído el pantalón
un par de veces
sin paracaídas
sin tierra firme
sin esperanza escribo
porque quien canta no busca alas
ni pájaros ni huracanes
así escribo
sin fiebres ni sala de espera
mi palabra ésta
afilada
es una inyección de aire
que viene a estrellarse contra mis duras nalgas.
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Vivo rodeado de libros
los hay por todas partes
lo que no significa que sean buenos
o que finalmente
tengan alguna utilidad para mí o los otros
más bien podría decirse
que vivo rodeado de papeles
que en mi casa huele a árbol
o que mi habitación es un cementerio
la última morada de un bosque
intento explicar que me siento solo
que los libros comienzan a caer de
los estantes
quiero decir que no los entiendo
que hasta ahora no he podido entender
una sola palabra
los árboles al menos sirven para
columpiarse
los libros no.
Residencia en la web
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloranlentas lágrimas sucias.
Pablo Neruda
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Residencia en la webo poética de un Nerudahipermoderno
sucede que me canso de ser hombre
yo también
sucede que
de alguna manera no quepo
en 140 letras y silencios
en el mundo dactilar
en las manos que amasan el espejo
yo también recorro Oxxos y jardines
y me sumerjo en el Facebook y
en los parques
sucede que este narciso
fuma delicados con filtro
y se bebe un café en Starbucks
ya nadie casi nadie
cuelga ropa bajo el sol
el sol es un pescado encerrado en las secadoras
sucede que los cines ya son más reales que nosotros
que el olor de los Mc Donalds me hace
llorar a gritos
72
yo también me canso de blandir la frente
sucede que mi camisa ya no llora
que no he aprendido a arar la tierra
sucede que el comunismo es una estafa
que el neoliberalismo no libera
yo paseo con calma
con mi laptop como un pan al hombro
paseo con sed, con furia, con cuatro ojos
sin un rincón donde conectar mi alma
no hay dios inalámbrico ni ascensores
ni enlace directo al cementerio
no hay paraguas para mojar la lluvia
yo también quiero un descanso de piedra
pero aquí ya sembraron cables en las rocas
por eso el día lunes arde como luz eléctrica
y
yo también me canso de ser hombre
por eso le doy refresh a mi ventana
y escape
y nada
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Poética del videojugador
por más que trato no puedo
me siento sobre el sillón y enciendo
la página
como una pantalla fría y descarnada
la escritura es un juego
un exorcismo lúdico para sanar ese virus inasible
que es el alma
a veces
la vida se queda sin hojas en blanco
y no encontramos el control remoto
la combinación de botones
para ese combo que nos despierta con una
erección matutina
para qué pararse si no hay dónde meter la cabeza
una plaza con wi-fi un estornudo que nos reseteé
el app para el fin del mundo
para qué despertar si nunca sabremos el
ingrediente secreto
del hambre que nos zampamos a diario
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el día la hora exacta del doomsday
nunca nos alcanzará la quincena para comprarnos
todas las horas muertas
para descongelarnos la sangre en ningún
microondas
a la chingada el poema digo
y me pongo a teclear como un loco
su arquitectura de bits y versos binarios
mejor encomendarnos a Mario Bros
a su heroica forma de destapar la cañería
voy a destruir el circuito vertebral de mi alma
y pegaré de gritos si alguien trata
de detener
mi manera de desangrar el espectro de
colores de mi alta definición
yo no soy nadie si no aparezco en Google
se me puede encontrar en un par de
videos del Youtube
siempre despeinado y pixeleado
-así se ven las cosas cuando uno anda ya
algo tomado-
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el 3D me provoca náuseas porque la realidad a
veces es tan plana
como la pantalla del Word o mi noviecita de la
primaria
soy más real cuando no existo
cuando un artilugio imaginario me emboba
frente al televisor para disparar a los zombis
y me hace creer que la vida es una acumulación
de puntos
canjeables en cualquier tienda virtual por una
muerte cómoda
con su pertinente invitación de Facebook
y miles de me gusta ensuciando con sus huellas
dactilares
mi cadáver frío metálico infértil y reciclable
la muerte también estará presente en mi funeral
siempre y cuando su GPS no le falle
a la hora de venir a buscar el mapa
maloliente
de este cuerpo que no conduce a ningún lado
ni al cielo
ni al infierno
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Virgilio debería pedirnos disculpas
poetas
Virgilio debería venir a enseñarnos el
infierno fuera de este infierno
el cielo debajo de aquel cielo
lo siento
de veras
pero si la poesía no es un juego no entiendo
qué hacemos disparándole a los patitos del televisor
con una pistola que no contiene ni una sola bala
vean
hasta el pinche perro se ríe.
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PAGE \* MERGEFORMAT 58
Se terminó de imprimir en diciembre de 2014en los talleres gráficos de Impresora Gospaubicados en Jesús Romero Flores no.1063,
colonia Oviedo Mota, C.P.58060en Morelia, Michoacán, México
La edición consta de 1,000 ejemplaresy estuvo al cuidado del Departamento de
Literatura y Fomento a la Lectura.
Ni las flores del mal ni las flores del bien
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