Os invito a reflexionar sobre la...

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Os invito a reflexionar sobre la importanciaque el Instituto a los 150 años de la fundacióntiene de ser más generativo a partir denosotras mismas, por ser regeneradas comopersonas y como Comunidad por el EspírituSanto que es fuente de Vida Nueva y deTransformación.

Todas sentimos el deseo de una renovación profunda que devuelva autenticidad anuestra vida y fecundidad a nuestra misión. Tenemos la conciencia que las estrategias, losprogramas y los proyectos son importantes, pero a nosotras hoy, se nos está pidiendo unaescucha siempre más dócil al Espíritu de Dios para estar disponibles y abiertas a su accióntransformante en nuestra vida, en la Iglesia y en el mundo.

Primeras misioneras con

Madre Mazzarello

María nos puede ayudar a vivir la fuerza generadora del Carisma en esta horahistórica, sostenida por la alegre certeza, que el Espíritu Santo infunde unanueva vitalidad y creatividad, llena de esperanza del “vino nuevo” que brotade la Fe

Con la guía de María queremos recorrerjuntas este camino, con su estilo y su miradamaterna para ponernos en la escuchaatenta de los desafíos educativos de losjóvenes de hoy.Estoy segura que en todas vibra el ardientedeseo de “dejarnos transfigurar” por elencuentro profundo con el Espíritu Santo yen Él ser mujeres que generan Vida eirradian alegría y esperanza a las nuevas

generaciones.

La riqueza de interioridad y la pasión apostólica de M. Mazzarello y de las primeras Hnas.son fruto de su corazón abierto a la acción del Espíritu Santo que encuentra espacio;libertad para obrar, a tal punto que su existencia resulta ser un elocuente testimonio deAmor hacia Aquel que las amó primero.

La sabiduría del corazón, don del Espíritu, las hace apasionadas, enamoradas de Jesús y prontas a dar todo de sí para hacerlo conocer, amar, tenerlo como único fin de la existencia de muchos jóvenes de su tiempo.

Volver con la memoria del corazón a losorígenes del Instituto es reconocer la obramaravillosa que el Espíritu Santo ha hechoen las primeras Hermanas que han sabidoconstruir Comunidades generadoras porquehan sido Hijas, Hermanas, Madres.

También nosotras, hoy, queremosdejarnos “cincelar” por el Espíritu Santoque con delicadeza nos hace gustar elsusurro de una “brisa suave” a travésde signos casi siempre ordinarios, aveces imperceptibles, o también ensituaciones o acontecimientos como elC.G. XXIV. Se siente “su Voz” pero no sesabe de dónde viene ni para dónde va.

Él es el Artista, el verdadero protagonista del cambio que obra con sapiente creatividad y a través de acciones impensadas renueva la faz de la Tierra. Su acción parte siempre del interior: “Ustedes lo conocen porque El permanece con ustedes y estará con ustedes”

Es un reclamo a aventurarnos en un caminode interioridad que no se encierra enconfines egoístas o intereses personales sinoque se abre a horizontes inéditos de unainterioridad habitada, donde se descubrela belleza de un encuentro con Dios y conlos hermanos en las situaciones ordinarias dela vida. Es un caminos a “espacio abierto”que conduce a un encuentro profundo conJesús en Quien el Espíritu ha encontradodefinitiva manifestación

Toda la Vida de Jesús es unamanifestación del Espíritu Santodesde la concepción al períodoque precede el inicio de suministerio en Galilea hasta elatribuirse a sí mismo la profecíade Isaías: “El Espíritu del Señorestá sobre Mí”.

En este camino de apertura a la accióndel Espíritu encontramos a María,Quien en toda su vida se dejó guiar porÉl: desde la Anunciación fiándosetotalmente en Dios, después en Caná,en el Calvario, en oración con losdiscípulos, después de la Resurrecciónde Jesús y en el Cenáculo cuando elEspíritu irrumpe en Pentecostés.Todo en Ella es transparencia de lapresencia del Espíritu y aperturaincondicional a su acción.

En el camino que hemos emprendido hacia el C.G. XXIV, el Espíritu de Dios es presenciaviva en nosotras y entre nosotras, nos involucra gradualmente en un proceso de “VidaNueva” Es rocío que baña espacios personales y comunitarios a veces tibios, áridos singrandes ideales, débiles en la esperanza y fatigados en la búsqueda de caminos hacia elfuturo. He encontrado en las diversas partes del mundo: Hermanas, laicos, jóvenes yadultos que se dejan atraer de un proceso nuevo, de “un Fuego Apostólico” que hatransformado su vida, fruto del diálogo profundo con el Espíritu a través de la escucha dela Palabra de Dios con atención a los desafíos de la realidad.

El Espíritu Santo cuenta con cada una denosotras, pide que lo dejemos obrar para serel protagonista de nuestra existencia.Solamente con Él podemos realizar elobjetivo del C.G.XXIV: “Ser Comunidadesgeneradoras de Vida en el corazón de lacontemporaneidad”. Si lo dejamos obrar Élcreará armonía profunda en nosotras y fuerade nosotras.Lamentablemente, en el acelere que eltiempo nos impone, parece que la armoníafuera marginada, a veces, también ennuestras Comunidades.

¡Tenemos necesidad del Espíritu! “Es Él el quepone orden en nuestro frenesí. Es Paz en lainquietud, Confianza en el desaliento, Alegríaen la tristeza, Juventud en la vejez, Valor enlas pruebas (…) Él es el Consolador que nostransmite la ternura de Dios”

Estamos llamadas hoy a ser “mujeres deEspíritu Santo”, mujeres espirituales, y por lotanto, profundamente humanas. Donde elEspíritu encuentra “Casa” hay Amor y se gustala alegría de dar y recibir gestos sencillos:acogida, respeto, calor humano, paciencia yconfianza. Que éstos se traduzcan en Vida através de la Palabra, fuertes en la oraciónconstante, felices de abrir “la puerta delcorazón” y “los canceles de nuestra Casa” a la“venida” del Espíritu Santo.

No sea nunca “el gran Desconocido”. El“Olvidado” sino el “Bienvenido”, el“Familiar”, el “Dulce Consolador”, paraque las Comunidades experimenten un“nuevo Pentecostés” donde las diferenciasde edades, cultura y lengua se armonicen;donde las posibles tensiones y conflictosdejen el puesto a la paz, a la misericordia,al perdón, a miradas y gestos pascualesque saben ver el bien, lo bueno y lo bellode cada persona y de las situaciones.Se trata de un camino siempre abierto enel cual el paso de cada una abre un nuevohorizonte. También nuestra debilidad es elespacio en el cual el Espíritu puedehabitar porque su fuerza triunfa ennuestra debilidad.

Este es el tiempo del “vino nuevo” para ponerlo en “odres nuevos”.¿Qué comportamientos cultivar para vivir con renovado Amor yEsperanza las relaciones cotidianas signo de que “algo nuevo estásucediendo?”

¿Cómo ayudarnos a tomar conciencia de lapresencia operante y transformante delEspíritu Santo en nuestra experienciapersonal y comunitaria, en la vida de losniños, de los jóvenes, de las personas que nosencontramos?¿Qué atención del corazón debemos tenerpara percibir su Voz, su Luz?Estar siempre en búsqueda, deseosas deencontrar “el Amor de nuestra vida” es unaactitud fundamental que Él mismo suscitaen nosotras.

En la cultura actual algunos estudiososreflexionando sobre la “generatividad” laaplican a contextos y situaciones diversas.Teniendo en cuenta que el tema del C.G. XXIVtiene el propósito de reavivar o despertar, sihubiera necesidad, la conciencia de serComunidades “Generadoras” formadas porFMA, laicos, adultos y jóvenes que están ennuestro corazón.

La generatividad no es un hecho personalsino Sinodal. Es la Comunidad Educativallamada por el Espíritu Santo a asumireste recorrido típicamente salesiano, paraser “vientres” generadores de vida,lugares de la fecundidad del Amor.En muchas Comunidades este llamado seestá realizando gradualmente, no solocomo un proyecto escrito, sino como unestilo de vida.

Esta línea de la “Sinodalidad” puede realmente llenar de linfa nueva y renovada esperanzalos “odres vacíos” en este tiempo inédito de la historia, que nos interpela como InstitutoEducativo y que, a veces, nos deja inquietas y dudosas. Las inevitables dificultades no nosdebe opacar la felicidad de sentirnos llamadas a una misión que el Espíritu nos confía: serMadres, Mujeres Consagradas que generan Vida.

Ser “Madres” es un don que se nos dio a nosotras gratuitamente, no sin sufrimiento comotoda gestación lo exige; queremos volver a darnos con alegría, en respuesta a lasexpectativas profundas de tantos jóvenes y al signo de Dios que, a través del Espíritu Santo,nos orienta a desear, con pasión apostólica, un futuro rico de humanidad.

“ La alegría de la fecundidad espiritual animevuestra existencia; sed Madres como figurasde María Madre y “Madre de la Iglesia”. No sepuede entender a María sin su maternidad,no se puede entender a la Iglesia sin sumaternidad y vosotras sois iconos de María yde la Iglesia”.

Papa Francisco a las Religiosas

La belleza y la riqueza de ser Comunidadesque generan vida, se expresa en plenitud, sonel reclamo de algunos valores ya conocidospero que es oportuno revitalizar para dar anuestras Comunidades un rostro nuevo. Son lasComunidades que requieren una auténticatransformación.El tema de la generatividad ha sidoprofundizada por estudiosos de la culturacontemporánea y es interesante notar queellos evidencian la importancia de algunasacciones generativas, entre las cuales esprioritaria “el cuidar de”…

En nuestra tradición carismática “el cuidarde” significa el acompañamiento recíproco.Eso requiere “una mirada de cercanía paracontemplar, conmoverse y pararse delantedel otro, todas las veces que sea necesario”. Esentrar en la dimensión de la “sacralidad” dela persona, delante de la cual se necesitaquitarse las sandalias, porque se toca una“tierra sagrada”.

Una de las modalidades del acompañamiento,aunque no es la única, es el coloquio personalcomo experiencia de vida, posibilidad deconfrontarnos con la persona que compartenuestra vocación, el carisma don del EspírituSanto. Es un acontecimiento de Fe que suscitaEsperanza, genera confianza, toca laprofundidad del mundo interior y repercute enla Comunidad. No es adhesión a una norma oa una pura formalidad. Es un sintonizar con elmismo Dios que es Misericordia, Ternura,Perdón, Confianza, Amor gratuito porque Dioses Padre y Madre, en Quien todo tiene elrostro de la Gratuidad.

El coloquio puede ser “el vino bueno”derramado sobre la cotidianidad que buscaespacios de Amor siempre más amplios,haciéndonos gustar la fascinación de seguira Jesús, la Alegría y la Esperanza deanunciar y testimoniar la belleza delEvangelio, madurar gradualmente en ladisponibilidad y “hospedar al otro” en lapropia morada interior.

El Coloquio puede contribuir a hacermadurar la capacidad de perdónrecíproco que es “el triunfo del Amor” másfuerte que cualquier herida, ofensa yfragilidad. Todo ésto es dar energíasnuevas a gestos diarios de nuestro viviren Comunidad. Según D. Bosco “es lallave que abre los corazones”.

Sintámonos responsables la una de las otras para que el Señor nos reúna en su Nombrepara ser signos de su Amor; es un don y una tarea que todos los días estamos llamadasa vivir con la ayuda del Espíritu Santo. De este modo, realizaremos juntas unmaravilloso proyecto de Amor que da fecundidad a la misión que se nos confía.

Hacer nacer Vida no es un hecho individual,privado, sino una misión de la ComunidadEducativa que está llamada a sembrarabundantemente con fidelidad creativa en elpresente para dar rostro al futuro en el cual,sobre todo, las jóvenes generaciones puedanencontrar puesto como “ciudadanos activos ycristianos convencidos”, según el proyecto delAmor de Dios. La experiencia de Valdocco y deMornés es para todos un punto de referencia,por el dinamismo, la creatividad, el valor deatraer a tantos jóvenes con los recorridoseducativos adecuados.

Es también para nosotras, hoy, un desafíoque debemos afrontar juntas poniendo enacto la riqueza del Sistema Preventivo parareconocer y llenar de “vino nuevo” las “jarrasvacías” de tantos jóvenes en todo el mundo.

La Educación por naturaleza tiene unafecundidad generativa y proponerla hoy esuna apuesta fuerte, que no nos debeatemorizar sino provocar, para expresar unnuevo ardor apostólico creando buenascondiciones atendiendo las inquietudes demuchos jóvenes y a los sueños de tantos otrosque conocemos o que son desconocidos porqueviven en “las periferias existenciales”.

Son muchas las pobrezas que hieren a lasnuevas generaciones y que impiden a muchosinvertir mejor sus potencialidades. La pobrezamás grave es la pobreza de valores, deprospectivas, de significados vitales. ComoInstituto Educativo no podemos desatender,ni esperar “ tiempos mejores” para tomarmedidas, estamos llamadas a ponernos encamino con valentía y entusiasmo como nosenseñan nuestros Fundadores. Nos lo pidenlos jóvenes, la Iglesia y, quizás no siempreexplícitamente, también la sociedad.

“El desafío educativo” es el centro del pensamiento del Papa Francisco que con miradarealista y corazón de Pastor sabe bien lo importante que es asumir la Educación como undesafío positivo, como recurso y no como un problema.El Papa promueve un acontecimiento mundial para el 14 de mayo del 2020 con el tema:“Reconstruir el pacto Educativo global”.

El pacto tiene como objetivo: “Reavivar elcuidado por las jóvenes generaciones,renovando la pasión por una educación másabierta e inclusiva, capaz de una escuchapaciente, diálogo constructivo y mutuacomprensión. Nunca como ahora, haynecesidad de unir los esfuerzos en una amplia“Alianza Educativa” para formar personasmaduras, capaces de superar quiebres yreconstruir el tejido de las relaciones para teneruna humanidad más fraterna”.

En el mundo contemporáneo en continuatransformación y atravesado por un sinúmero decrisis es necesario construir “un pueblo educativo”donde haya respeto a la diversidad, se compartael empeño de generar una red de relacioneshumanas y abiertas. Construir este “pueblo” es lacondición para poder educar y realizar “ unaAlianza entre los habitantes de la Tierra y la “CasaComún”, a la cual debemos cuidado y respeto.Una Alianza generadora de paz, de justicia yacogida entre todos los pueblos de la familiahumana, así como el diálogo entre las religiones.

Os invito cálidamente a conocer y profundizareste mensaje como Comunidad Educativa, esun óptimo “cuadro de referencia” con el cualpodemos confrontarnos para hacer de nuestrasComunidades “pueblos de la educación”,capaces de generar Vida y Vida enabundancia en el corazón de lacontemporaneidad.

Nos confiamos a María, quien con su “SÍ” fue“vientre fecundo” del misterio de laEncarnación, para que nos enseñe a escucharel Espíritu que habla en el cotidiano paradejarnos regenerar por Él, para redescubrir,así, la alegría de ser “Madres” y “Auxiliadoras”que generan Vida Nueva.