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POEsíAS
DE LA VENERABLE MAORE
GHEGOHIA FRANCISCA
DE SAXTA TERESA
PARIS. - DIPRENTA DE J. CLAYE,
CALLE DE SA~ BE:\ITO¡ X,o i.
POESIAS
DE LA VEXERABLE MADRE
GREGORIA FRANCISCA
DE SAl\'TA TERESA
C~,RMELIT'l DESCALZA E:'< EL CO"VE~TO DE, SEVILLA
E ~ EL 51 G L P
Do5;A GREGORIA FRAj\jCISCA
DE LA PARRA QUEIXOGE
PRÓLOGO.
lL~ligiosa muy poco conocida, ni aún en Anda-
:,-cuyas poesías ofrecemos á España y en par
á nuestros amigos de Sevilla, nació en esta
el dia 9 de marzo de 1653, oriunda de una
ilustre.
de una vocacion precoz, á los 15 años
~:l el convento de Carmelitas Descalzas, fun
~:l Sevilla pOl~ santa Teresa, de quien tomó el
:~. y en él murió el dia 27 de abril de 1735,
."". de mas de 60 años de una vida ejemplar. Un
-,,:,etor de la universidad de Salamanca, D. Diego1
de Torres Yillaro81, Íla escrito su i}iografía, en \ista
de documentos involumariameme LlciJitados por ella
misma, y á ruegos de su último confesor Fr. Jullall
')o
"ublimos que hacen de santa Teresa una de
. }"2raSde la Iglesia, la madre Fnnlcisca Gre-
-.ba de sus arl~8bat(ul1i8ntos y de su COlllU-
Han esparcidas en esa biografía y creo que es esta la
primera vez que hayan sido é impresas
aparte, como un monumento que merezca figurar
entre los que mas honran á ia poesía mística en
España.
El m\men poético, tan reprimido en santa Teresa,
se ha desarrollado por el contrario en los versos de
la que habia tomado su nombre, como por instinto
del pa¡>entesco de sus almas. Y en efecto no es la tal
fraternidad la sola semejanza que haya existido
entre esas dos bellas almas. Como su predecesora,
la nueva Teresa fllé muchas veces asaltada por las
mas impetuosas tentaciones :-, como ella tambien,
recibió los consuelos de visiones sobrenaturales.
de San Joaquin, Las que -ran á leerse se ha- con Dios y lo:') Santos tlemas y sencillas
" E58.S poesías están sin embargo animadas
,}}.) espíritu, inflamadas del mismo amor; Y
-.',,'endo á difllndil'las, creemos rendü' Ulllluevo
',o á la misma santa Teresa y hacer Ull se1'v1-
l" corta medida de nuestras fuerzas, á las
A:n. DE L.
Pero como habia en ella el alma de una santa mas
bien que el genio de un eloctor, en lugar de esos
LA PASTORCILLA.
l:na humilde PastorcilIa
Esta mañana salió
Á la soledad de un monte
En busca de su Pastor.
Querido Amante, le dice,
¿ Cómo es posible, Señor,
Que viva yo con alivio,
Estando ausente de Vos'l
-6-
Ablándente, Pastor mio,
Las lágrimas con que hoy
En aquesta soledad
Os busca mi corazon.
y pues me le habeis herido
Con las saetas de amor,
No desprecieis mis gemidos,
Dad aliYio á mi dolor.
Estando con estas ansias,
El amoroso Pastor,
Que gustoso la escuchaba,
De esta manera le habló:
Amada, y querida Esposa,
No me he ausentado, no, no ;
Ocultéme para ver
La fineza de tu amor.
Gozoso de haberla Yisto,
Concedo tu peticion ;
Porque á 111Í 1118, agrada nlucho
[n rendido corazon.
y pues el tuyo desea
Solo le posea yo,
Desde hoy, Esposa querida,
En ól tonlO POSC;SlO'l1
La dichosa PastOl'cilla,
Con tan divino favor,
En silencio se ha Cjuedado,
Gozando de su PasTO!'.
EL MAH D E AMOR.
Mi Jesus, si á Vos me vengo.
Nada me puede faltar;
Ni nadie me puede dar
Mayor gusto que el que tengo.
y puesta toda en olvido
De falaces criaturas,
Tendré mis creces seguras
Haciendo en tu pecho nido.
- 10-
Allí gozarme l))'etendo,
y en tus brazos descansa]"
Entregada toda á amar,
Sin qucrer qucrer, qucriendo.
Quie]'o en el golfo de ama]'
Ancgm'me, cual barquilla,
Que apartada de la orill,l,
Se recoge en alta mar.
En él me quiero pel'de]',
Que es lisonja de un amante
Hendir la vida constante,Sacrificando su ser.
En el mar de amor me anego
Con tan dulce suavidad,
Que del alma la ciudad
Dulcifica con sosiego.
- 11 --
En suma tranquilidad
Mi pobre barca nayega,
Con una obediencia cicga,
Sin temol' de tempestad.
Que aunque falte yela y remo,
Segura es la barca mia;
Pues siendo Jesus mi guia,
Nada falta y nada temo,
Firme confío en su amor,
Pues es de mi alma esposo;
y con süave reposo
Espero ya sin temor.
Pues si en mi pecho le tengo,
Aun cuando esté mas dormido,
Se asegura mi sentido,
y con mi fe le mantengo.
-12-
y con sus divinos lazos
Jlas mi dicha se asegura:
y mas si de su hermosura
10g]'0 los tiel'l1os abrazos.
LA OVEJUELA.
De mis penas, congojas y angustias,
Trabajos, temores y ]'iesgo fatal,
Hoy mi pecho, exhalando suspiros .
.\1 cielo se rjucja con ánimo igual.
lclusignado y amante mi afecto,
Temiendo, y dudando, con perplejidad,
Cual bajel que fluctüa en las aguas,
Sin velas ni remos, teme peligra!'.:1
-14-
iO mi Dios! io mi Bien! i o mi Gloria!
iO Vida, que al alma la vida le das!
¿Cómo cabe en tu amante carilla,
Dejar á tu sola así á solas penar?
Si no vieras, Pastor Sobel'ano,
Á aquesta ovejuela por tu amor balar,
1\0 admira!'a tus justos retiros,
Que adora rendida mi fe y voluntad.
Mas si triste y ansiosa l)j'oeura
Seguir el redil, y tu huella observar;
¿Cómo el silbo amoroso le niegas,
y escondes tu rostro, Divina Beldad?
¿Es posible, mi Adónis Divino,
Que así te retires de quien, por ama!'
Tu hermosura y belleza, dejara
De ser, si su ser le llegara á estorbar?
-15-Bien conozco, mi amor, y mi dueño,
:llis culpas y ofensas y mi iniquidad;
y aunque tantas y enormes, confieso
Que á ellas excede tu inmensa piedad,
Vuelve, vuelve, mi Pastor querido,
De tu bello rostro la gloria y solaz
Á esta alma que, triste y llorosa,
Tu hermoso semblante desea gozar.
'\0 me niegues tu vista amorosa,
Que muero de pena, y es tanto mi maL
Que agoniza por puntos la vida,
Si no me socorre tu auxilio eficaz.
;.\y de mí! que rendida á la pena
De tanto combate \"oy á desmayar;
;Yalga el cielo mi fe, y mi constancia!
¡Socorro, favor, mi Sion celestial!
A JESrS .
.Je.sus nllloruso.
Amante eE rino.
Objeto cld alma
Pastor ~obCl'allO~
:m Dueño, Hey mio
No desprecies, Señor, mis suspiros.:!.
-18-Vida de mi '!ida,
POl' quien muero y \'ivo,
Dulce prenda mia :
No desprecies, Señor, mis suspiros.
Traspasado tiene
La ausencia y retiro
Este corazon :
.1\0 desprecies, Señor, mis suspiro.".
Por tu vida lloro,
Por tus ojos gimo,
Mírame piadoso:
No desprecies, Señor, mis suspiros.
AunquB negra soy,
Ya el Sol peregrino
Me presta belleza· :
No desprecies, Señor, mis suspiros.
- 19-
Vuélveme tu rostro,
Lleno de cariño,
Que vivo muriendo
No desprecies, Señor, mis suspiros.
Llena estoy de penas,
En silencio gimo,
Cual Tórtola amante
No desprecies, Señor, mis suspü'os .
Mil perplejidades
Me traen de continuo
En puntos de muerte:
No desprecies, Señor, mis suspiros.
Socorre, mi Bien,
En tanto conflicto
Esta pobre alma:
No desprecies, Señor, mis suspiros.
Tll fayor e,¡pero.
Imoco tu auxilio.
Objeto del alma:
~o desprecies, Señor, mis SllspÍl'OS.
En:;:, mi con';lle!o.
:\Ii Amante y Amigo:
y pues 11110 Cl'es~
'\0 desprecie,;, Señor, mis suspiro:,.
Adorada
Vida por quien vivo,
Alma de mi alma:
Señor, mis suspiros.
Desleal é ingrata
Confieso que he sido:
Mis maldades lloro :
No desprecies, Señor, mis suspiros.
EL PAJARILLO.
Zelos me da Ull pajarillo.
Que remontándose al ciclo,
Tanto en sí mismo se excede,
Que deja burlado el viento.
Enamorado del sol,
Sus plumas bate lijero,
y escalando el aire bajo,
Toca la regio n del fuego.
- 22-
¡O, quién imitar pudiera,
Juguete hermoso del viento,
De tu natural impulso
El acelerado vuelo!
Mi amor ansioso te sigue
Con impacientes afectos,
Que es dura pri.sion del alma
La cárcel triste del cuerpo.
Del Sol mas supremo soy
Mariposa, en cuyo incendio
Deseo abrasal'llle, cuando
Sus luces, amante, bebo.
Avecilla soy en jaula,
Que al ver del sol los reflejos,
Son sus gorjeos endechas,
Son sus trinados lamentos.
ElWidio tu libertad.
y abrasándome tus zelos,
Quisiera ser salamandra,
Para vivir en su fuego.
Los rayos del Sol Divino
Hieren en mi amante pecho,
Siendo alhago en la prision
Lo que en la prision tormento.
Vuelas feliz, Pajarilla,
Cuando yo presa me quedo;
y viendo que al cielo subes,
Me llevas el alma al cielo.
Por amante, y por cautiva.
Dos veces presa, padezco:
¡O, quién quebrantar pudiera
De las cadenas el hierro!
j Quién de aqueste lazo débil
Deshiciera el nudo estrecho,
y con mas ardiente impulso
Te excediera en el empeüo!
Ese luminar celeste,
Es (\c tu amor d objeto,
Que simplemente te cien!'
:'legado el r'onocimiento.
lilas yo, q lle conozco y amo
Sol de mayor hemisferio,
Formo de mis ansias plumas.
y de mis suspil'os. yueJos,
En lo inmenso de sus luces,
Cuanto mas miro, me anego,
Que en golfos de claridad
Se absoltw H! ell!i'nclimientcJ,
- 25-
Sus lucientes resplandores
Me excitan rápido yuelo;
y detiéneme la liga
Del yital unido alirmto,
j O ttí, que con blandas plumas,
Giras el yago elemento!
Sube mas alto, si puedes,
y serás mi mensajel'o.
Darás de mis tristes penas
Un amol'OSO l'ecuerdo
Á la luz inaccesible
Del Sol de Justicü) Etrm1O.
Dile que sus resplandores
Me tienen de amor muriendo.
Porque á la luz de mi fe
Descubro sus rayos bellos.
- 211-
Que en ellos me engolfo tanto
Cuanto en eUos mas me ciego:
Que es gloria quedar nmcida
Del imposible á que anhelo.
Dile que de mí se duela,
Que rompa el vital aliento.
Que desate las prisiones
De tan dilataJo tiempo.
Que el mil'arle por resquicios
Es del amor mas tormento,
Pues al 11eri1'me sus rayos,
:Mas me abraso, y mas me quemo.
Que del todo los descubra,
Corriendo el cándido velo,
Para que le goce el alma
Del todo, y al descubierto.
- 27-
Pajarilla, si de amor
Has gustado los ef8cto~.
Lastímate de mis ansias.
Dllélete de mis tormentos.
}Ii libertad solicita
Con mi dulce Amante Dueño:
y de tus alas me presta
Plumas, que vuelen al centro.
Salga de esta dura cál'cel,
De este largo cautiverio,
Donde triste gimo, y lloro
Mi prolongado destierro.
Dondc, aclYirtiendo tu dicha,
Tan infeliz me contemplo
Cuanto es mi amO!' impaciente,
y mas divÜl0 mi objeto.
Aquel profundo abismo
Del Sumo Bien, que adoro,
Donde el alma se engolra,
y es su dicha mayor el irse á fondo;
Aquella Luz Dirina,
Que en arrebol gozoso
Ilumina y abrasa,
Purifica, aniquila, y causa gozo;
~::50 ~
Aquel aire delgado,
Silbo blando, amoroso,
Que el oorazon penetra,
y la mente levanta á unirse al todo:
Aquel bien, que en sí mismo,
Por soberano modo,
Con infinito exceso
Es del alma el objeto mas hermoso;
Aquella Luz inmensa,
Aquel Divino soplo,
Cuando á sí mas me une,
Ménos alcanza mi ignorancia el cómo:
En este, pues, inmenso
Piélago, en que me gozo,
Cuanclo mas sumergida,
Ménos penetro, y mas y mas me engolfo.
Perdida mi memoria,
I\li entendimiento absorto,
Illi voluntad se rinde,
y cLlllcemente en nnr de amor ZOZObl'O,
El alma desfallece,
y en agóne dichoso,
En cada aliento espil'a,
y aspira á entrarse en centro lJElS gl()rio,'().
En suspension süave,
En desmayo amoroso,
Sentidos y potencias
Se pierden, y se ganan en Dios solo.
LA TORTOLILLA.
Tortolilla, que á tu Amante
Consideras tan ausente,
¿Para qué tantos gemidos,
Si sabes lo que te quiere?
;\'0 tengas de su amor duda,
Pelea varonilmente,
Que el eertámen que te tia
Es por mas favorecerte.
- 34-
Aviva la fe, constante,
y confía fil'memente,
Qlle el escudo de obediencia,
El fuerte armado le teme.
Es el arnés mas seguro,
Con que no podrá ofenderte,
Que obedecer sin discurso
Avienta al diablo, y le vence.
En la guerra que te hallas,
La victoria te previene
Tu amante Dios, que á la vista
Está para socorrerte.
Persevera, pues, constante,
Polea gallardamente,
Que el triunfo será mayor
A resistencia mas fuerte.
::\0 hay cosa imposible á quien
Sabe que todo lo puede
En Dios, que conforta el alma
Aunque sea flaca, y débil.
[\0 le vuelvas las espaldas,
Por temores aparentes,
Á un Esposo tan Divino,
Que te ama tiernamente.
[\0 admitas los argumentos
Del que solo ciencia tiene
Para contrastar las almas,
Que será cierto perderte.
Sea tu norte la fe
Con que, humilde y reverente,
Tu destrmmdo bajel,
Tome puerto permanente.
9"-<.>iJ-
Donde con júbilo cantes
La victoria, y de laureles
Tej as vistosa guirnalda,
Con que S8 adornen tus sienes.
y al Gran Dios de las batallas
Laudes repitas alegres,
Por haberte dado esfuerzo
Para rendir tantas huestes.
FUEGO DE A~lOR.
De una amorosa dolencia
Enfermo está el corazon,
y entre val'ios accidentes,
Le aqueja un amante ardor.
Arde dentro de si mismo
Con tan intenso calor,
Que sin levantarse llama,
Le abrasa el fuego de Amor.
- 38-
A yC'ces, cual l1ulriposa
Enamorada clrl sol,
Busca su ,"ida en su nlnerT(l.
Cual ~Fénix quP I'Pl1(\C'¡ó.
E"u clirinrt Yiolencia
Es de tan alto lll'imol',
(¿al? el que se aliYie es trabajo~
y que crezca gTan favor.
Penetrado de 8StP fU8g0~
Padece amantes deliquios,
y una dulcp suspension.
Que en su se prendi(J.
.\ ü la eau:::arOll alHOl'eS
De 11l1l1lflna cunsü;lac.:ion ~
Sino im:fJUlsos de la Gracia.
Que su autor comunicó.
Utras veces~ sufneado
Con pl incem]io jnlel'ior,
En nada encuentra sosieg'o,
y en torlo ]li'l1a y dolor.
Palpitando muchas ',eces.
Le es muy corta habitaeioll
El pecho, que le contiene
É impidr~ yola¡' á Dios.
¡O. "i fuera tan clidlOSO
Este humano corazon.
Que rindiene sus alientos
A los impulsos dp amor!
Sacl'iflLi111c10 t~n sus al'a~
La vida, el ser que le clió
El que es Antol' de la vida
y por dál's81a ll1Ul'ió.
LA ZAGALEJA.
Cuando alegre el alba rie.
Una amante Zagaleja
LlOl'a, en aquel al'l'ayal,
y tiernamente se queja.
Suspiros exhala ardientes,
Entre amorosas endechas,
Que penetrando los cielos,
Enternecen las estrellas.4.
Por la~ fuentC's de sus ojo~
\c¡uestos ecos re ,llenan .
Lleranclo el compas ('] llanto.
y el contrapunto la pena.
¡\y de mí. (¡ue mi destierro
Se dilata y atürrnenta;
; O n1i Dio::;! i O Gloria n1ia:
Esttl al1na, que os aelar;J.,
La
1Ib getllido~ anlorosos~
-\ vuc~tros oidos ;-)ean
J uzganclo 21 bien .1CClJtos; rnil'aC!., ~Hnado,
De gozar 1ni ::Lll1acla prenda,
.11 gu:;to toda in,en,;ible.
Solo lllP asisten tristezas~
0,1', de,faJ!ecen de fuerzas .
, exhalam!u un suspiro,
Con abundancia de perlas,
Rinda e.l ali?uto á la p~~na,
Soledades me acumpaüan,
y lúgTinltlS 1118alill1enütn.
Sienclo el dolor,
En 13abilonia (:~llltiva,
Lloro con lágrimas tiernas
La ausencia de mi Querido,
y de mi patria la ausencia.
Rcclinada sO!Jl'e llll tronco,
y cesando las que¡'cllas,
En un silencio hablador,
Al i\üw de ,\mo1' dió las velas.
Sabe el cielo que te adoro,
Amado, y no lo encarezco:
y pol'Cjue tú no lo ignOl'as,
Digo que lo sabe el cielo.
Atiende á mi mal, Querido:,
y pues estás en mi pecho.
Lo que la voz no articula,
Te lo dirán mis afectos.
'lo quiero, no, que la lengua
Pl'onuncie mis sentimientos.
Que lo que el alma
}!ejor lo dice el silencio.
Jlas ay. mi ])ju". q lle las an"ias
Dc amor, (lue siento en el pecho.
Á l'eferil'!as me instan.
Cuando explicadas nu pueclo.
y :0 nu sé lo que siento,
y cllal mariposa, amante
De la luz, la galantc(J.
Sahl'o;~a inquietud llle tiene
Tan sin mí, que no me entiendo;
Solo entiendo, que no hallo
Heposo en cosa del suelo.
'F'-ti -
; _-\y, yjcla de.l ahl1a n1Ül:
:Ue tienen de anl01' 1111.n·jendu,
PL1e~ya 111C tienps t>endüla.
Toda por' Ldanro 111P nfrezC'l),
Dispara nueras saetas,
\~o ee3PS en 81 eIn peü o,
(lUe ü mas heridas, mas triunfos
Cantará nü }'cnc1irnirnto,
Dulce Amor, por quien sllspi ¡'O.
Cuando de amor adolezco,
y como ü mi Dios te adoro,
Si como amante te quienl'
- 48-
Bien sabes, dulce Amor mio,
Lo que yo decir l)l'etendo;
y pues lo rulwica el alma,
Echen los labios el sello.
LA :\ AVECILLA.
Gózase tanto en penal'
El alma que adora amante,
Que, agitada naveci1Ja,
Se finge roca constante.
En cliJuvios de tormentus,
Innnclacion de pesares,
Serenidades conserva.
Teniendo por bien los males.
- ;)0-
Azotada de lo." yientos,
La sorbe el mar y la bate:
y aunque fluctlÍa en el golfo,
Se alegra entre sus ultraje:,.
Entre las inquietas olas,
En medio de los contraste""
De tranquilidades ,.wza,
POS8e se.~:nr¡idal
\. el mas soberbio hm'acan
Hesiste cluro~ ('on1bate~~
Encallando su t'speranza
En el pecho de su .\mantt'.
El corawn ("s la popa
De esta combatida nare:
) si (:n eHa duerme Cl'Ji;to,
Seguro tiene salyarse.
Dormido está, pero no.
Que el corazon yigilante
Tiene, cuando con descuido
Parece al sueño entregarse.
Con tan Dhinu Famd
Que nunc:a pllCde apagal's8,
I~l l\Iar t-nnal'go de pena;-;.
Es Sll nécüll' mas süare.
El lJajíu es ,w segUl'u.
Lus escollos sus atlantes,
Que con Cristo no hay peligros,
Aun en los riesgos mas grandes.
Por eso goza en la:::;pellas~
y se alegra en los pcsal'cs~
Descansa en los infortunios,
Padece sin alterarse.
ESTl\IBILLO.
Despierta, Dueüo mio,
Manda á los mares
Que sosieguen, y al viento
Que luego calme:
Deshagan las tinieblas
Tus dos luceros:
y admirados t8 alaben
La ticrra y cielo.
LA SOLEDAD DEL AL\IA.
Despuéblese mi alma,
Mis potencias me dejen
En una vida yerma,
Que no discurre y siente.
Asi se lamentaba,
Triste en su adversa suerte,
1n discreto; Y yo trova
Asi sus caractéres.o.
Pm'ece que nú alm a
Se llalla muchas veces
Tan desierta, que ú sí
,lun no puede entendersp.
Sube sobre sí el alma,
y el cuerpo desfallece,
Que arrebata las fuerzas
El superiOl' ambkntp.
Que la tiene y mantiene.
't aune¡ ue ella no discUlTe,
Bien conoce que sienteQup ni moverse pueden
Para sus actos propios
De un ay están pendientes.Ln no sé DivÜlO,
Confusos los sentidos.
.\0 acahan de perc!l'rse.
Porque su mismo susto
Los pasma, y los detiene.
La imaginacjon loca
Tal vez soltarse quiel'e;
Pero no ellcuentm estribo,
Adonde sostenerse.
En soledad muy suma
De todo lo terrestre,
Con una inspiracion
Tan firme como leve
Pues apélHts percibe
El empleo que tiene,
y como ,solital'Ía,
Se sienta y enmudece.
-:'0 -
Suspcnsa y sin aliento,
Yive de lo tlue ceee,
Siendo su fe el caudillo
Que conducida puede.
Al elLÜce, amante empleo
Del amor que la mueve
A uniese con su Amante
~'l.spira y apetece.
A"í desieeta vive,
\sí penando muere,
Sin saber de sí misma,
Sin cntender entiende.
Gustosa en sus pesares,
En nada gusto tiene,
Solo la gloria busca
Del que es todos sus bienes.
- oí
¡O soledad dichosa,
Adonde se contiene
1'n lleno de dulzueas,
[n todo de deleites!
,\ SA;,\TA TERESA.
ESTRIBILLO.
í ~-\y! qUe. se· abrasa, se abr'usa ~
¡c\~-! que se quema, se quema.
En Etna Divino,
La virgen Teresa;
¡Ay! que se' abra,a, ay, que ,e quema.
COPLAS.
Ln dardo cuya punta
Formó ele fuego lengna,
La enciende con su llama,
Si hiere con su Hecha.
- 60-
En amoroso fuego,
Que activo la penetra,
Es víctima sagrada
A su dulce violimcia.
Con ansias amorosas
Süavemente pena,
Que de amor accidentes
fiegaJan y atol'mentan.
El Serafin alado,
Por prenda,s de Teresa,
En la punta d;31dardo
El C01'azon le lleva.
Al cielo se remonta,
y en su corte se muestra,
PUl'a que de esta vírgen
Todos á amar aprendan.
- (11 -
Aí'pon y fuego unidos
El pecho le atraviesan
y amorosos impulsos
La sacan de sí nwsma.
Ella toda elevada
Á la celeste esfera,
En suspension dichosa,
En su Dio" se deleita.
Deífica la admira,
Tocla atencion atenta,
Viendo asiste en el cielo,
Habitando en la tierra. .
(j
el DIOS,
j O Dios de suma grandeza;
j Dios Soberano é inmenso!
j Sumo bien inaccesible,
Incomprensible y eterno!
Dios Santo, en cuya presencia
Los Serarrnes supremos,
Si en fuego divino arden,
Su rostro cubren temiendo.
-(i"
Increado Ser, que á todo
Ser cl'iado le da aliento;
Sel', que ha de sel' pal'a siempre
Lo que en sí fué ántes del tiempo.
e\negad¡¡ mi razon.
AbsOl'to mi entendimiento,
Creo lo que no percibo,
y adoro lo que no entiendo.
En lJl'ofunclidad,
Que reverente veuero,
Engolfacla, goza cl alma
Lo que investigar no puedo.
iO Dios! io Bien infinito l
Alábete con silencio
El corazon, que te adora
Todo elevado y suspenso.
- 135-
En tanto que llega el dia
En que merecer espero
Yel'te en Sion, Dios de Dioses,
Donde sacie mi deseo.
Cuando aparezca tu o'loriab ,
Cuando te vea sin velos ,
riostra á rostro, y me recree
Eternamente en tu pecho.
G.
A n:sus cRrclFlcADO.
Crucificado amor,
En quien mi amor descansa,
Cuando de amor las pemls
'de tienen mas penada.
Crucificado Dueño
De aquesta vil esclava,
Que á honor de esposa Y reina
Tu inmenso amor la exalta.
- 68-
Mansísimo Cordero,
Que cuando mas te ultrajan,
Sufriendo con silencio,
Mas tu inocencia clama.
Jesus, alnado 111iO~
Vida y bien de mi alma,
~iquien mi amor redujo
A ser blanco de infamias.
Cuando en la Cruz te miro.
Entre 1110rtales ::tn;:das,
De tres clavos pendiente,
Vm'tiendo sangTe tanta,
Cuanta ofreces amame
En cinco fuentes clm'as,
Para regar la tíeITa
Estéril de mi alma.
-ti\) -
Cuando miro tu frente
De espinas taladrada,
y que tus ojos ciega
La sangre que los baña;
Cuando miro tus labios,
En quien la Esposa Santa
Quiso imprimir los suyos,
~ fuer de enamorada,
Cárdenos, desunidos,
La sed, que te aquejaba,
De padecer explican;
¡O Piedad Soberana!
Cuando así te contemplo,
Lleno de angustias tantas,
y tu Sagrado Cuerpo
Hecho todo una llaga;
- iO-
Si heridas te pelletl'all
Tus piadosas entl'añas,
A mí herida me dejan
El coraZOll y el alma;
Herida de tu amor,
Herida y traspasada
De un ardiente deseo
De estar crucificada
En la cruz con mi Cristo,
Mi bien, y mi esperanza,
Mi amor, mi rey y esposo,
y centro de mis ansias,
j () mi Jesus benigno!
¡Quién se viese engolfada
En ese mar amargo,
y dulce á quien te ama!
-il-:lo mis cortos pesares
Se alivian, Prenda amada;
Viva yo padeciendo,
Pues mueres por mi eausa.
En tus brazos descanse,
~lore siempre en tus lJagas,
Mi alma, que sedienta
De amOl" POl' tu amor clama.
EL PASTOR PEROl DO.
ESTRIBILLO.
Escuchad, Cortesanos del cielo,
El misterioso pregon,
Que atendiendo al consuelo de mi alma,
Publica mi voz.
Cuidado con el pregon;
Que buscando á un embozado
Galan, disfrazado,
Que al alma ha robado,
Publica sus señas
Con tierno dolor.
Cuidado con el pregoll.
COPLAS.
Si habeis visto, criaturas,
A mi querido Pastor,
Manifestadle mis ansias,
Porque me muero ele amor.
Cuillado, etc.
Ad,'ertid que en var'ias formas
Se transforma, porque yo
Como Cordero le coma,
Si ántes le temi Leon.
Cuidado, AtC.
Debajo de blanca hostia,
Se ofrece en viva oblacioll,
Dando en un bocado solo
Cuanto pudo un Homhre-Dios.
Cuidado, cte.
j5
Entre viriles se oculta,
É hiriendo mi corazon.
Sin sentido los sentido",
Las potencias me robó.
Cuidado, etc.
:\lanifestóse al l1erirme
Con modo tan superior,
Que solo su gran saber
Hiciera tal invencion.
Cuidado, etc.
Es tan Divino Gitano.
y hechiza con tal primor,
Que cuando de amores mata,
Por morir me muero yo,
Cuidado, ete.
Si le viereis, criaturas,
Tened de mí compasion :
- 76-
Decidle que ando perdida,
y que oculte su rigor.
Cuidado, etc.
Que pues experiencia tiene
En accidentes de amor,
Se apiade de mis fatigas,
Pues él mismo las causó:
Cuidado con el peegon.
Es mi gloria mi ('~pel'anza.
Es mi vida mi tormento.
Pues muero de lo que vhu
y yi\~o de lo que espero.
Espero gozal' lnj vida
En la muerte que apetczco,
y en cada instante que yivo
En siglo forma el deseo.
- íx-
Deseo mOl'Ü'nle, y cuando
Efecto juzgo mi afecto,
La muerte traidora huye,
Para dejarme muriendo.
M,ll'iel1élo vivo, y me aqueja
El dolor cle no haber muerto,
Que ausente del bien que adoro,
Ni salud ni vida quiero.
Quiero en las aras de amor
Sacrificar Lnis alientos~
y como el vital no rindo,
Por rendil'lc desfallezco.
Desfallezco, gimo y lloro,
y triste Tórtola peno,
Siendo mis tristes arrullos
Índices de mi tormento.
- 'i0-
Tormento que me reduce
Á llegar á tal extremo,
Que sin admitir alivio,
Lágrimas son mi sustento.
:E~THrHILLU.
Piedad, SOCOITO, cielos,
Que 1118 abraso y 111P que1110 :
Anl0r: ~18111Í te duele;
y pues 111e abras~ls en dulce incendio.
Conviértame en cellizas
Lo activo de tu fuego,
y muera, amante Fénix,
De tu llama al incendio.
Piedad, socOl'ro. cielos.
.U\ [\ DA LE\. [N A AUL\ RESISTA
.~ DIOS,
y SE Q(EJA A:\IOHOSA1IE:\TF,
iHIGOROSA OIlEDlEXCIA!
iPrecepto cuasi impio !
Que por guarelm' mi "ida,
_'le priva de la vida con que vivo.
¿, Cómo podré apartarme
Del único bien mio,
Que es alma de mi alma,
y centro venturoso donde animo?
Qne no piense me mandan
ió rigor excesiYo!)
En quien es dulce cll1eño
De mi sel', mis potencias y albecll'Ío:
De quien de mis potenGias
Tiene todo el dominio,
¿Cómo podré alejal'me,
Si toda mi alma tiene allá en sí mhlilo?
]'ropo"icioll muy dura
Pam mi afecto fino,
Que á finezas amantes
l\csponcla con tibiezas y desvíuc.
Si el COnSel'\'al' mi vida
Es el fin y el motiyo.
lli mas dichoso fin
Sm'án de amor desmayos y deliquios.
- 83-
Feliz fuera mi suerte,
Si tirano Divino,
A impulsos de su brazo,
Cortase de mi Yida el clébil hilo,
'Has ¡ay! que la obediencia
Á que me sacrifico,
En nueya lid guerrea
Contea mi afecto y sentimiento mismo.
Obedecer pretendo,
Mas como es infinito
El objeto que adoro,
Salir no puedo de su inmenso abismo.
Procuro divel'tiJ'me,
y cuanto veo y miro
Es incentivo al alma,
y es nuevo fervor á los sentidos.
y zozobrando amante.
:'Ile V80 en el conflicto
De hacerle 1'8,,1stenc1a
Á la fuerza y poder el ma" activo:
A cuyo t'nel'te imper'¡u.
Á cuyo brazo il}y1cto
Se e"tremecen los montes.
y ,,8 l'inden los altos obeliscos.
Pues ¿cómo pocln) yc"
Pobre, vil gusanillo.
"\8gat'me al amor fuerte
De tan sabio y robusto poderío.
NnICE.
Prólogo. . . .
La Pastorcilla •
El :iIar de Amor.
La Ovejuela.
Á Jesus ...
El Pajarilla.
Aquel profnndo abismo.
La Tortolil1a .
Fuego de AnlOl'
La Zagaleja. .
Sabe el cielo que te acloro.
Pélg.
13
17
2l
37
41
Mi
85 -
La Navecilla .....
La soledad del alma.
Á Santa Teresa.
Á Dios, .. ,
A Jesus crucificado
El Pastor perdí do .
Es mi glori:, mi esperanza.
}lándale tí una alma resista ü Dios.
l'ARIS. - L\lPRE:'\T.-1. DE J, CLAYE) CALLE DE S,'>:\' I3E::\lF\ x,o ·'i.
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