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LA EFICACIA DE LAS SENTENCIAS DE LA CORTE
CONSTITUCIONAL EN LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN1
POR: MARIA CONCEPCION CERQUERA PARRA2
RESUMEN
El presente trabajo tiene como objetivo configurar la función
desempeñada por la Corte Constitucional -en adelante la Corte- en
Colombia como garante de los derechos consagrados en la
Constitución de 1991, con ocasión de los decretos proferidos por el
Presidente de la República bajo la vigencia de los Estados de
Excepción, haciendo una crítica a la demora de sus pronunciamientos
cuando estudia la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los
decretos legislativos y decretos leyes que se expiden por razón de
éstos; además, de la eventual vulneración y suspensión de derechos y
garantías constitucionales por parte del Ejecutivo.
ABSTRACT:
This investigation it has as purpose investigate on the labor recovered
by the Constitutional Court in Colombia as guarantor of the human
rights in the States of emergency, doing a critique to his late
pronouncement on the constitutionality or unconstitutionality of the
legislative decrees and statutory orders that are promulgated because
of these, besides the eventual violation and suspension of rights and
constitutional rights. In turn, we propose recommendations in order that
the Court fulfills effectively his function to avoid future transgressions to
the rights.
PALABRAS CLAVES: Estados de Excepción, Sentencias, Funciones
de la Corte Constitucional, Garantías de los derechos, Eficacia.
1 Proyecto de Investigación realizado por el Semillero de Derecho Constitucional Francisco de Paula Santander bajo la coordinación del Dr. Juan Carlos Uribe Sandoval.2 También son integrantes de este Grupo de Investigación los estudiantes: ANGELICA MARIA CHAPARRO QUINTERO, JORGE LUIS PALLARES LOBO, ANGELICA MARIA PEREZ ARENAS, FABIO RAMIREZ FIGUEROA, MARTHA LUCIA ROMERO CHACON.
KEYWORDS: States of Emergency, Judgments, Functions of the
Constitutional Court, guarantees of rights, efficiency.
INTRODUCCION
En los eventos de grave anormalidad constitucional que pongan en
riesgo la existencia del Estado y del desarrollo armónico del mismo, de
tal manera que se atente contra la democracia, el constituyente ha
establecido figuras institucionales para facultar al Presidente de la
República para que con la prudencia y salvaguarda de los derechos
constitucionales proteja la seguridad e integridad del Estado. La figura
en el derecho constitucional adoptada por el estado colombiano es la
de los Estados de Excepción, el cual otorga una excepcional y
transitoria atribución al Presidente, con la finalidad de retornar a la
normalidad y defender los derechos y libertades constitucionales.
No obstante, estas atribuciones constitucionales conferidas al
presidente no son absolutas y por el contrario deben estar conformes
con la vigencia de un estado democrático y el respeto por los derechos
de los asociados. Esto quiere decir, que este poder debe tener un
tratamiento particular, acorde con el tiempo o vigencia de la situación
suscitada, así como con temas que guarden relación directa con el
evento acontecido, no olvidando que la declaratoria de los estados de
excepción no implica la suspensión de los derechos humanos ni de las
libertades fundamentales.
Por lo tanto, la mala utilización de estos poderes Excepcionales,
presenta graves riesgos para el desarrollo del Estado Social de
Derecho, por cuanto históricamente se ha desdibujado el significado
real de esta institución, conllevando a la violación sistemática de
derechos y libertades fundamentales, como en su momento lo
enunciara quien fue presidente de la Corte Suprema de Justicia, el
maestro Alfonso Reyes Echandia: “La preservación del poder legitima
el propio ejercicio de poder, la democracia puede ser desvirtuada en
nombre de la democracia”3.
3 García Villegas, Mauricio y Uprimny Rodrigo. “¿Controlando la excepcionalidad permanente en Colombia? Una defensa prudente del control judicial de los estados de excepción”. Documento de Discusión de “DJS” Documento No. 1. Bogotá, noviembre de 2005.
Esta investigación -como su nombre lo indica- se propone analizar la
eficacia del papel de la Corte Constitucional como garante del
ordenamiento constitucional frente a los Estados de Excepción en
Colombia. Para tal fin, resolveremos interrogantes como ¿Son
oportunos los pronunciamientos de la Corte Constitucional ante los
decretos expedidos por el Presidente de la República que declaran los
Estados de Excepción? ¿Está la Corte cumpliendo con sus funciones
de guarda de la integridad y supremacía de la Constitución en estos
casos? ¿Se están resguardando los derechos humanos y las
libertades fundamentales?
Nuestro planteamiento tiene como punto de partida la Constitución de
1991, enfocándonos directamente en los artículos 212, 213, 215, 228,
241 y 242; así mismo, en la Ley Estatuaria 137 de 1994 y el Decreto
Ley 2067 de 1991 donde se regulan los Estados de Excepción y las
funciones de la Corte, teniendo en cuenta también los Tratados y
Convenios Internacionales relativos a los Derechos Humanos, como lo
son el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos del 16 de
diciembre de 1966, así como el Pacto de San José del 22 noviembre
de 1969, y las modulaciones jurisprudenciales pertinentes.
Con base en lo anterior, analizaremos cómo se han lesionado en el
pasado nuestros derechos y libertades fundamentales en los eventos
en los cuales se han declarado los estados de excepción como
consecuencia del abuso del poder por parte del Ejecutivo, aunado a
una falta de control material oportuno por parte de la Corte frente a los
decretos que así lo decidan, faltando al término de 43 días ordenado
por la Carta Política en su artículo 242 numeral 5.
Posteriormente, propondremos que este término de pronunciamiento
por parte de la Honorable Corporación debería traducirse en un control
más ágil y benevolente a los derechos fundamentales priorizando así
la Normativa Constitucional.
Por último, expondremos las respectivas conclusiones, donde el
semillero dejará su planteamiento crítico sobre las funciones de la
Corte y su eficacia en el mandato constitucional de salvaguarda y
garantía de la Carta Magna, cuando realiza el respectivo control de los
decretos que declaran los Estados de Excepción.
METODOLOGÍA
El desarrollo del presente trabajo se basa en la metodología
constitucional. En este sentido, se seguirá una organización
metodológica de la siguiente manera:
En primer lugar, se constituirá el parámetro constitucional de la
Institución objeto de estudio, que en el presente caso se trata de las
funciones de la Corte y de la eficacia de sus sentencias en los Estados
de Excepción. Para ello, se utilizarán sentencias de la Corte
Constitucional de Colombia; así como diversos Tratados
Internacionales y muy especialmente las sentencias de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Lo anterior, permitirá
configurar el referente constitucional que será utilizado para analizar la
constitucionalidad de la normativa de desarrollo. Una vez se encuentre
plenamente identificado y constituido el parámetro constitucional, se
procederá a un análisis desde la Constitución.
Luego se observará la organización, estructura y funcionamiento que
se ha establecido para las funciones de la Corte Constitucional y los
decretos que emita el Presidente en virtud a la declaratoria de los
Estados de Excepción conforme a lo dispuesto en las leyes y los
decretos reglamentarios.
Finalmente, se establecerán las debidas conclusiones.
JUSTIFICACIÓN
Se pretende demostrar que la Corte no cumple de forma eficiente e
idónea la función de salvaguardar el ordenamiento constitucional en
eventos que dan origen a la declaratoria de los Estados de Excepción
y sus efectos pro tempore; con la negativa incidencia en los derechos
y libertades fundamentales de los ciudadanos. Por lo tanto, se
considera menester buscar las soluciones pertinentes para evitar que
se siga presentando dicha problemática y se garantice con ello el
verdadero Estado democrático.
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES
La Constitución de 1991 confirió al Presidente de la República poder
especial y excepcional para subsanar situaciones eventuales que se
presenten, que lleguen a perturbar la armonía y el normal
funcionamiento de las actuaciones del Estado, y tenga repercusión
directa sobre todos los habitantes del país. Este poder excepcional se
configura con los decretos legislativos o los decretos con fuerza de ley,
estipulados en los artículos 212, 213, 215, 241 y 242; en la Ley
Estatuaria 137 de 1994 y el Decreto Ley 2067 de 1991, donde se
regulan los Estados de Excepción que van encaminados a conjurar las
causas de la perturbación y a impedir la extensión de sus efectos con
ocasión a su declaratoria.
Por lo tanto, partiendo del postulado que la Constitución es la norma
suprema del ordenamiento jurídico y por ende, quien establece las
funciones propias de cada uno de los órganos del Estado como lo es
la Corte; con relación a los decretos legislativos que declaran los
Estados de Excepción dicho órgano no se limita únicamente a conocer
el aspecto formal como lo venía haciendo la Corte Suprema de
Justicia en la Constitución de 1886, sino también se encarga de
analizar su aspecto material4. En este sentido, la Corte Constitucional
no sólo tiene la función de interpretación de la Constitución sino que
además se le confía la guarda de la integridad y supremacía de la
misma, según lo establecido en el Artículo 241 superior5 ratificado por
4 En este sentido, la Corte Constitucional en diversos pronunciamientos ha considerado que el Control que recae sobre los decretos expedidos bajo la vigencia de los Estados de Excepción se debe hacer de manera integral; tal es el caso de la Sentencia C-004 de 1992 en la cual se expresa: “El control jurídico constitucional debe ser integral y no parcial o limitado a uno solo de los aspectos de la institución, cual es el mero procedimiento formal como quiera que la defensa atribuída a esta Corte por las normas constitucionales, no se contrae a una parte de la Constitución sino que se refiere a toda ella. En las actuaciones en cuya virtud los órganos constituídos cumplen la función de administrar justicia, es imperativa la prevalencia del derecho sustancial”.5ARTICULO 241. A la Corte Constitucional se le confía la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, en los estrictos y precisos términos de este artículo. Con tal fin, cumplirá las siguientes funciones: (…) Numeral 7. Decidir definitivamente sobre la constitucionalidad de los decretos legislativos que dicte el Gobierno con fundamento en los artículos 212, 213 y 215 de la Constitución.
la ley que reglamenta los Estados de Excepción y por la misma Corte
donde expresa:
“El control constitucional recae no sólo sobre los decretos
declarativos de los tres estados excepcionales, sino
también con respecto a cada uno de los decretos
legislativos que expida el Gobierno, en desarrollo de las
atribuciones que le confiere la Constitución, para ser
utilizadas durante los periodos transitorios. La revisión
oficiosa o control automático de los citados decretos
legislativos implica el examen no sólo de los requisitos
formales sino también de los de fondo, tales como la firma
del Presidente y los Ministros, la conexidad de las medidas
que se dictan con las causas que dieron origen a su
implantación, la transitoriedad de las mismas, su finalidad,
que no es otra que el restablecimiento del orden
perturbado, la proporcionalidad de las medidas, la
competencia para expedirlas, etc.”6
En desarrollo de esas funciones, la Constitución también impone
términos para los procesos que se adelanten en esta Corporación, que
para el caso que nos atañe, -los estados de excepción-, se encuentran
plasmados en el articulo 242 numeral 5, donde establece: “En los
procesos al que se refiere el numeral 7, del artículo anterior, los
términos ordinarios se reducirán a una tercera parte y su
incumplimiento es causal de mala conducta, que será sancionada
conforme a la ley.”
Por ende, es deber de la Corte Constitucional realizar el control
jurisdiccional correspondiente de forma oportuna, dentro del término
previsto en la Constitución y el Decreto 2067 de 19917 que establece
como término perentorio 43 días concordante con el articulo 242
numeral 5 “(…) los términos ordinarios se reducirán a una tercera parte 6 Corte constitucional. Sentencia 179 de 1994 7 Articulo 37… en la revisión de los decretos legislativos, repartido el negocio, el magistrado sustanciador ordenara que se fije en lista en la secretaria de la corte por el termino de 5 días…Articulo 38. expirado el término de fijación en lista, pasara el asunto al procurador para que dentro de los 10 días siguientes rinda concepto. Presentado el concepto del procurador, comenzara a correr el lapso de 7 días para la presentación del proyecto de fallo, vencido el cual, se iniciara el de 20 días para que la corte adopte su decisión.
y su incumplimiento es causal de mala conducta, que será sancionada
conforme a la ley estatuaria.” Desglosado así:
1. El magistrado sustanciador ordena la fijación en lista
durante 5 días en la secretaria de la Corte.
2. Vencido el anterior término se hace traslado al Procurador
durante 10 días para que emita concepto correspondiente.
3. Traslado al Sustanciador para presentar proyecto de fallo
7 días.
4. La Corte tendrá un término de 20 días para pronunciarse.
Entonces, nos devine con el anterior planteamiento el siguiente
interrogante ¿Por qué es tan importante el control jurisdiccional de la
corte constitucional? La respuesta es muy sencilla, al encontrarnos
frente a los estados de excepción estamos hablando de la
eventualidad justificada por el ejecutivo de restringir o limitar Derechos
y Libertades fundamentales8, los cuales deben ser argumentados de
forma clara y precisa, guardando con ello el factor conexidad entre las
causas de la perturbación y los motivos que dieron origen a ellas;
dichos derechos son muy susceptibles a encontrarse vulnerados o
violados en una situación de anormalidad del Estado; es así, como
encontramos que la ley estatuaria realiza un aporte importante al
establecer prohibiciones en el momento de suspender derechos, tales
como la dignidad humana entre otros9. Si bien la misma Carta Magna
ha sido precavida y ha blindado este tema,10 lo refuerza aún más con
la participación e inclusión de los Derechos Humanos, teniendo su
punto de partida el artículo 93 superior, y la ley que reglamenta los
estados de excepción que abre otra ventana para nuevos ¨controles¨,
ya que expresa que se debe dar a conocer a los organismos
internacionales la declaratoria de dicho estado de anormalidad. Dicho
8 Corte constitucional. Sentencia 179 de 1994 “Si bien es cierto que durante los estados de excepción, el legislador extraordinario está facultado para restringir o limitar determinados derechos o libertades fundamentales, no lo es menos que el constituyente le ha negado, en todo caso, la posibilidad de suspenderlos; pues las garantías constitucionales en los periodos excepcionales no se extinguen, a pesar de que algunas de ellas sean objeto de restricciones o limitaciones. Tampoco se le permite al Gobierno interrumpir el funcionamiento normal de cualquiera de las ramas del poder público (…)” 9 Ley estatuaria 137 de 1994. Articulo 5 10 Constitución Política de Colombia 1991. Articulo 214. “Los estados de excepción a que se refiere los artículos anteriores se someterán a las siguientes reglas: N. 2 No podrán suspenderse los derechos humanos ni las libertades fundamentales. (…) “
control fue un logro que alcanzo el derecho Constitucional a nivel
mundial, ya que a partir de 1950 los países europeos que se
encontraban organizados establecieron que para la declaratoria de los
Estados Excepción se debe someter a un control Internacional.
CONTEXTUALIZACIÓN DE LOS ESTADOS DE EXCEPCIÓN
La institución de los Estados de Excepción no es nueva en el
ordenamiento jurídico colombiano, sino que es una herencia de la
Constitución de 1886, la cual denominaba Estados de Sitio. Estos
otorgaban un amplio poder al gobierno, donde no existía límites para
restringir y suspender los derechos y libertades fundamentales. Se
realizaba un control jurídico formal por parte del Consejo de Estado,
donde en su generalidad consideraban que los decretos estaban
ajustados a la Constitución; pero, es a partir de la Carta Política del
1991 que se da viraje con la Sentencia C-366 de 1994, donde el
Colegiado Constitucional ejerce un control formal y material. En
consecuencia, el gobierno de ante mano tiene conocimiento que no
puede decretar un estado de excepción sin la apropiada justificación,
ya que corre el riesgo que sea declarado inexequible.
Como lo indica Mauricio García Villegas y Rodrigo Uprimny “El
Estado de Excepción se convirtió, por lo menos hasta 1991, en un
instrumento ordinario de la política gubernamental. He aquí cuatro
indicaciones de esta anomalía: (1) la excepción era casi permanente.
Así, por ejemplo, en los 21 años transcurridos entre 1970 y 1991,
Colombia vivió 206 meses bajo estado de excepción, es decir, 17
años, lo cual representa el 82% del tiempo transcurrido. Entre 1949 y
1991 Colombia vivió más de treinta años en estado de sitio. (2) Buena
parte de las normas de excepción las ha legalizado el Congreso, lo
que ha convertido al Ejecutivo en un legislador de hecho. (3) Hubo
períodos en los cuales se impusieron profundas restricciones a las
libertades públicas, a través, por ejemplo, de la justicia militar para
juzgar a los civiles. Según Gustavo Gallón (1979), a finales de 1970, el
30% de los delitos del Código Penal eran competencia de cortes
marciales. (4) La declaratoria y el manejo de la excepción desvirtuaban
el sentido y el alcance de las normas constitucionales sobre la materia,
debido a la ausencia total de un control político y jurídico. Al finalizar
este período, en 1991 se promulga la Constitución actual, con la cual,
por primera vez en la historia del país, se imponen claras restricciones
a esta práctica.”
Ahora, en los Estados de Excepción concurre un requisito fundamental
de indudable cumplimiento; la relación de conexidad de las medidas
que se dicten con las causas que dieron origen a la declaración del
mismo, es decir, que las normas que se expidan deben ir de forma
directa y precisa a combatir los hechos perturbadores, empero, no se
puede utilizar los mismos hechos para invocar más de un Estado de
Excepción.11 Para una mejor conceptualización, se dirá en qué
consiste cada uno de ellos, el estado de guerra, el de conmoción
interior, y emergencia económica, social y ecológica.12 Estos se
pueden definir como:
“ESTADO DE GUERRA EXTERIOR en esta situación
el gobierno asume las facultades estrictamente necesarias
para repeler la agresión, defender la soberanía, atentar los
requerimientos de la guerra y procurar el restablecimiento
de la normalidad. Este tipo de decretos suspende las leyes
incompatibles con los estados de guerra y rigen durante el
tiempo que ellos señalen y su vigencia se da hasta cuando
se declare restablecida la normalidad.
ESTADO DE CONMOCIÓN INTERIOR ante éste,
nos encontramos frente una grave perturbación del orden
público, que atenta de manera inminente contra la
estabilidad institucional, la seguridad del estado y la
convivencia ciudadana; y que no puedan ser corregidas
mediante uso de atribuciones ordinarias. Este tipo de
11INDEPENDENCIA Y COMPATIBILIDAD: Como cada uno de los estados de excepción tiene causas propias, los mismos hechos no pueden invocarse para poner en vigencia uno u otro de tales periodos, pero sí se pueden configurar al mismo tiempo por hechos separados, estén o no vinculados entre sí, cada uno de acuerdo con las normas constitucionales que los rigen y que no permiten confundirlos. Corte constitucional. Sentencia c-179 de 1994.
12Artículos 212, 213 y 215 Constitución Política de Colombia 1991
decretos también pueden suspender las leyes
incompatibles con los estados de conmoción y dejaran de
regir cuando se declare el restablecimiento del orden
publico, la vigencia de este se podrá prorrogar por 90
días.
ESTADO DE EMERGENCIA ECONÓMICA, SOCIAL
Y ECOLOGICA esta destinado a conjurar la crisis e
impedir sus efectos cuando sobrevengan hechos que
perturben o amenacen de forma eminente el orden
económico social y ecológico del país. El Presidente de la
República puede declararlo por plazo de 90 días y no
mayor de 90 días calendario en un año.”13
Con relación a lo anterior la Corte Constitucional se ha pronunciado
así:
“En nuestro ordenamiento constitucional se reconocen
tres estados de excepción cuyas diferencias se establecen
en función de sus causas, consecuencias y gravedad, los
que fueron instituidos para hacer frente a situaciones que
se juzgan excepcionales, las cuales no es posible
contrarrestar con las medidas ordinarias que consagran la
Constitución y la ley. Es por ello que, durante tales
periodos transitorios, se le confieren al Presidente de la
República mayores poderes para restablecer el orden
perturbado y poner fin a la crisis, salvaguardando los
derechos de la población, garantizando su seguridad y el
funcionamiento normal de las instituciones públicas.
Dichos poderes del Presidente, sin embargo, no pueden
ser utilizados siempre que se declare uno de esos
regímenes exceptivos, sino únicamente cuando la
situación perturbadora así lo reclame, respetando los
principios de finalidad, proporcionalidad, necesidad de las
medidas.”14
13Decretos legislativos de excepción pág.806. Camargo, Pedro pablo. DERECHO CONSTITUCIONAL. Editorial Leyer 2009 págs. 915 14 Corte constitucional. Sentencia c-179 de 1994.
Las diferentes causas y consecuencias que argumente el Presidente
de la República y el control al cual se encuentran sujetos los decretos
que se promulgan con ocasión de los Estados de Excepción, van
encaminados a garantizar los derechos constitucionales y libertades
fundamentales consagrados en la Carta Magna y en los Tratados y
Convenios Internacionales ratificados por Colombia, como lo es el
Pacto Internacional de Derechos Civiles Y Políticos del 16 de
diciembre de 1966 el cual prevé:
“Articulo 4: 1. En situaciones excepcionales que ponga en
peligro la vida de la nación y cuya existencia haya sido
proclamada oficialmente, los estados partes en el presente
pacto podrán adoptar disposiciones que, en la medida
estrictamente limitada a las exigencias de la situación
suspenden las obligaciones contraídas en virtud de este
Pacto, siempre que tales disposiciones no sean incompatibles
con las demás obligaciones que le impone el Derecho
Internacional y no entrañen discriminación alguna fundada
únicamente en motivos de raza, color, sexo, idioma, religión u
origen social.
2. La disposición precedente no autoriza la suspensión
alguna de los artículos 6 -el derecho a la vida es inherente a
la persona humana-, 7 -no ser sometido a torturas-, 8
(Parágrafo 1 y 2) -no ser sometido a esclavitud-, 11 -a no ser
encarcelado por incumplir una obligación contractual-, 15 -no
ser condenado por actos u omisiones-, 16 -reconocimiento de
la personalidad jurídica-, 18 -la libertad de pensamiento-.
3. Todo estado parte en el presente Pacto que haga uso del
derecho de suspensión deberá informar inmediatamente a los
demás estados partes en el presente Pacto, por conducto del
Secretario General de las Naciones Unidas de las
disposiciones, cuya aplicación haya suspendido y de los
motivos que haya suscitado la suspensión. Se hará una
nueva comunicación por el mismo conducto en la fecha en
que haya dado por terminada tal suspensión.”
De lo anterior se puede inferir que los Estados de Excepción se
pueden declarar por encontrarse en peligro la vida de los habitantes
del territorio, y que es deber del Estado garantizar dicho derecho.
A su vez, el Pacto de San José del 22 noviembre de 1969 dispone:
“Artículo 27: En caso de guerra, de peligro público o de otra
emergencia que amenace la independencia o seguridad del
Estado parte, este podrá adoptar disposiciones, que en la
medida y por el tiempo estrictamente limitadas a las
exigencias de la decisión, suspendan las obligaciones
contraídas en virtud de esta convención siempre que tales
disposiciones no sean incompatibles con las demás
obligaciones que les impone el Derecho Internacional y no
entrañen discriminación alguna fundada en motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión u origen social.”
Para los Estados que se encuentran vinculados por el Pacto
anteriormente mencionado, es de vital importancia salvaguardar su
soberanía y la independencia implementando cualquier institución que
ordenamiento jurídico le provea, así sea en el desarrollo de un
mecanismo excepcional.
Como también son vinculantes las apreciaciones de la Comisión y los
pronunciamientos que realice la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. Tal es el caso de Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador en la
sentencia de fecha 04 de julio de 2007, donde se expresa que “Es
obligación del Estado determinar las razones y motivos que llevan a
las autoridades internas a declarar un estado de emergencia y
corresponde a éstas ejercer el adecuado y efectivo control de esa
situación y que la suspensión declarada se encuentre, conforme a la
Convención, “en la medida y por el tiempo estrictamente limitados a
las exigencias de la situación”. Los Estados no gozan de una
discrecionalidad ilimitada y corresponderá a los órganos del sistema
interamericano, en el marco de sus respectivas competencias, ejercer
ese control en forma subsidiaria y complementaria. En este caso, la
Corte analiza la conformidad de los actos estatales en el marco de las
obligaciones consagradas en el artículo 27 de la Convención, en
relación con las otras disposiciones de la Convención objeto de la
controversia.”
TRAYECTORIA DE LOS PODERES EXCEPCIONALES EN
COLOMBIA
“Los estados de excepción son el antifaz que tiene el gobierno para
disimular su imposibilidad de afrontar una crisis eventual”
Semillero constitucional
Bajo la dictadura del estado de sitio de la Constitución Política de
1886, el gobierno, mediante decretos legislativos no solo suspendía
aquellas leyes incompatibles con la emergencia, sino que también
establecía legislación de excepción, usurpando las facultades del
congreso convirtiéndose el ejecutivo en un legislador de facto.
Existía dos controles al Estado de Sitio: por una parte, la revisión de
los decretos legislativos por parte de la corte suprema de justicia, que
por lo general los encontraba siempre ajustados a la Constitución
siendo así este meramente formal, por otro lado, la responsabilidad del
presidente y sus ministros, la cual nunca se exigió y no se ha exigido
hasta la fecha, excepto la dictadura de General Gustavo Rojas
Pinilla15. Incluso en 1949, el entonces presidente Mariano Ospina
Pérez dio un golpe de estado y cerró el Congreso de la República para
evitar que lo enjuiciaran políticamente, quedando este crimen impune.
Después de promulgada la Constitución de 1991, se frena el
desmedido uso del anteriormente llamado Estado de Sitio, que en
lugar de cumplir con la finalidad excepcional terminó siendo una
medida de permanente aplicación por el Gobierno.
Con las nuevas disposiciones constitucionales que enuncian y
especifican los eventos, las atribuciones del gobierno y las
modalidades de cada situación de anormalidad, se contempla además,
el factor objeto de la presenta investigación, el cual es el tiempo que
tiene la Corte Constitucional para ejercer el control automático de los
decretos que promulgan los Estados de Excepción, que según el
15 El 10 de mayo de 1958 el Congreso inicia una acusación al General Rojas Pinilla ante la Corte Suprema de Justicia, donde fue condenado por indignidad, siendo el único caso en nuestra historia Constitucional.
Decreto 2067 de 1991 es de 43 días, concordante con lo dispuesto por
la Constitución en su artículo 242 numeral 5 donde expresa que para
tales eventos los tiempos estipulados se reducirán a la tercera parte;
teniendo claro que el tiempo ordinario para una decisión de la Corte
Constitucional es de 130 días.
La primera crisis se suscitó el 24 de febrero de 1992 con ocasión a la
falta de un instrumento que pudiera regular el alza de salarios con la
finalidad de frenar la perturbación laboral que se presentó en el sector
oficial, el presidente Cesar Gaviria por medio del Decreto 333/92
declaró el estado de emergencia por el término de un (1) día. La Corte
Constitucional, cumpliendo con el deber legal de ejercer el control los
decretos legislativos, efectuó su revisión y por medio de la sentencia
C-004 de mayo 7 de 1992, del magistrado ponente Dr. Eduardo
Cifuentes Muñoz, declaró la constitucionalidad. De lo anterior,
podemos concluir que la Corte, demoró dos meses con trece días para
pronunciarse.
A continuación se presentará una reseña de la trayectoria de los
Estados de Excepción tanto de los Decretos legislativos (del cual trata
los artículos 212 estado de guerra y 213 de conmoción interior) y el
decreto ley, del cual expresa el artículo 215 (emergencia económica,
social y ecológica).
ANÁLISIS DE LA EFICACIA DE LA CORTE AL REALIZAR EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE LOS DECRETOS DE
EMERGENCIA ECONÓMICA, SOCIAL Y ECOLÓGICA
Para cumplir con la finalidad de la presente investigación, se
presentan las declaratorias del Estado de emergencia económica,
social o ecológica desde la promulgación de la Constitución de 1991
hasta el año 2011.
DECRETOCUAUSA DEL
DECRETO SENTENCIATÉRMINO DE PRONUNCIA-
MIENTO
Decreto 333/92(24 de febrero de 1992)
Perturbación del clima laboral en el sector oficial
Sentencia C-004/92(07 de mayo de
73 días
por falta de alza en salarios.
1992)
Decreto 680/92(23 de abril de 1992)
Verano, racionamiento eléctrico.
Sentencia C-447/92(09 de julio de 1992)
76 días
Decreto 1178/94(09 de junio de 1994)
Sismo, desbordamiento de ríos y avalanchas en Cauca y Huila.
Sentencia C-366/94(18 de agosto de 1994)
69 días
Decreto 080/97(13 de enero de 1997)
Revaluación del peso, acumulación de reservas, déficit fiscal.
Sentencia C-122/97(12 de marzo de 1997)
59 días
Decreto 2330/98(16 de noviembre de 1998)
Terremoto del Eje Cafetero.
Sentencia C-122/99(01 de marzo de 1999)
105 días menos 22 días
de vacancia judicial = 83
días
Decreto 195/99(29 de enero de 1999)
Captadoras ilegales de dinero.
Sentencia C-216/99(14 de abril de 1999)
75 días
Decreto 4333/08(17 de noviembre de 2008)
Captadoras ilegales de dinero.
Sentencia C-135/09(25 de febrero de 2009)
98 días
Decreto 4704/08(15 de diciembre de 2008)
Crisis en el Sistema de Seguridad Socialde Salud
Sentencia C-254/09(02 de abril de 2009)
107 días menos 22 días
de vacancia judicial = 85
días
Decreto 4975/09(23 de
Situación económica en la frontera con
Sentencia C-252/10
113 días menos 22 días
diciembre de 2009)
Venezuela, rompimiento de relacionesDiplomáticas
(16 de abril de 2010)
de vacancia judicial = 91días
Decreto 2693/10(27 de julio de 2010)
Crisis por la ola invernal. Fenómeno climático de la Niña.
Sentencia C-843/10(28 de octubre de 2010)
91 días
Decreto 4580/10(07 de diciembre de 2010)
Crisis por la ola invernal. Fenómeno climático de la Niña.
Sentencia C-156/11(09 de marzo de 2011)
92 días menos 22 días de vacancia
judicial = 70 días
Decreto 020/11(07 de enero de 2011)
Crisis por la ola invernal. Fenómeno climático de la Niña.
Sentencia C-216/11(24 de marzo de 2011)
77 días
ANÁLISIS DE LA EFICACIA DE LA CORTE AL REALIZAR EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE LOS DECRETOS DE
CONMOCION INTERIOR
Además, se presentan las declaratorias del Estado de conmoción
interior desde la promulgación de la Constitución de 1991 hasta el año
2011.
DECRETOCUAUSA DEL
DECRETO SENTENCIATÉRMINO DE PRONUNCIA-
MIENTO
Decreto 1155/92(10 de julio de 1992)
Eventual excarcelación masiva de detenidos por la justicia regional.
Sentencia C-556/92(15 de octubre de 1992)
95 días
Decreto 1793/92(08 de noviembre de 1992)
Agravación del
Sentencia C-031/93(01 de febrero de 1993)
83 días menos 22 días de vacancia judicial = 61días
1ra PrórrogaDecreto 261/93(05 de febrero de 1993)
2da Prórroga Decreto 829/93(6 de mayo de 1993)
orden público por acciones terroristas de la guerrilla y la delincuencia organizada.
1ra PrórrogaSentencia C-154/93(22 de abril de 1993)
2da Prórroga Sentencia C-294/93(29 de julio de 1993)
77 días menos 4 días por
semana santa = 73 días
83 días
Decreto 874/94(1 de mayo de 1994)
Eventual excarcelación de detenidos por la justicia regional.
Sentencia C-300/94(01 de julio de 1994)
55 días
Decreto 1370/95(16 de agosto de 1995)
Alteración del orden público por masacres y acciones de la delincuencia común y organizada.
Sentencia C-466/95(18 de octubre de 1995)
62 días
Decreto 1900/95(02 de noviembre de 1995)
1ra PrórrogaDecreto 208/96(29 de enero de 1996)
2da Prórroga Decreto 777/96(30 de abril de 1996)
Alteración del orden público por elasesinato de Álvaro GómezHurtado.
Sentencia C-027/96(29 de enero de 1996)
1ra PrórrogaSentencia C-153/96(18 de abril de 1996)
2da Prórroga Sentencia C-328/96()
87 días menos 22 días de vacancia
judicial = 65 días
79 días menos 4 días por
semana santa = 75 días
Decreto 1837/02(11 de agosto de 2002)
Acciones de grupos armados
Sentencia C-802/02(02 de octubre de 2002)
51 días
1ra PrórrogaDecreto 2555/02(08 de noviembre de 2002)
2da Prórroga Decreto 245/03(05 de febrero de 2003)
ilegales, violaciones al DIH,acciones contra la población civil yAutoridades locales.
1ra PrórrogaSentencia C-063/03(04 de febrero de 2003)
2da Prórroga Sentencia C-327/03(29 de abril de 2003)
86 días menos 22 días de vacancia
judicial = 64 días
84 días menos 4 días por
semana santa = 80 días
Decreto 3929/08(09 de octubre de 2008)
Paro de la rama judicial
Sentencia C-070/09(12 de febrero de 2009)
123 días menos 22 días
de vacancia judicial = 101
días
Es importante resaltar también, las diferentes oportunidades de
declaratorias de Estados de Excepción en períodos presidenciales, a
lo largo de la vigencia del Estado Social de Derecho.
PresidenteNúmero de meses
enestado de excepción
Porcentaje delperíodo en estado
deexcepción
Lleras Camargo(1958-1962)
4,0 8,3
Valencia (1962-1966) 14,5 30,2
Lleras Restrepo(1966-1970)
30,0 62,5
Pastrana (1970-1974) 39,0 81,3
López (1974-1978) 34,0 70,8
Turbay (1978-1982) 47,0 97,9
Betancur (1982-1986) 27,0 56,3
Barco (1986-1990) 48,0 100
Gaviria I (1990-1991) 11,0 100
Gaviria II (1991-1994) 14,6 39,5
Samper (1994-1998) 9,0 18,8
Pastrana (1998-2002) 0,0 0,0
Uribe (2002-2010) 16,0 33,3
Santos (2010-2012) 1,8
CONSIDERACIONES
1. El semillero Francisco de Paula Santander deja presente su
inconformidad frente a la existencia de un sistema de control de
constitucionalidad sujeto a la favorabilidad política.
2. En segundo lugar, que por tratarse de magistrados d un tribunal
de cierre, se da la imposibilidad de aplicar sanciones efectivas
por la omisión de su función vigilante de los derechos
constitucionales en Colombia, considerando en este sentido, que
sea necesario revisar el procedimiento de control de
constitucionalidad en nuestro sistema jurídico colombiano.
CONCLUSIONES
1. El Presidente de la República en virtud de las facultades
estrictamente necesarias conferidas con ocasión de la
declaratoria de un Estado de Excepción, tiene la obligación de
ajustar su decisión al cumplimiento de los principios de finalidad,
necesidad, proporcionalidad, motivación de incompatibilidad y
demás requisitos y condiciones ineludibles para que tales
decretos sean acordes a los mandatos constitucionales.
2. Como lo ha sostenido la Corte en la Sentencia C-252 de 2010:
"los Estados de Excepción no excepcionan la Constitución y no
son, ni pueden ser un Estado de facto. Si bien la Carta Política le
confiere al Presidente de la República poderes extraordinarios,
éstos no revisten un grado absoluto, al encontrarse limitados por
diversos tipos de controles que buscan impedir los excesos y a
la vez garantizar los principios fundamentales que soportan el
Estado de derecho".
3. “El control de los estados de Excepción a posteriori por la Corte
Constitucional es aleatorio y por ende, no lo suficientemente
eficaz para contener los excesos y el abuso del poder de un
omnímodo Presidente de la República. Sin embargo, hay que
observar que la erección de la Corte como tribunal especializado
para el control constitucional a posteriori de los Estados de
Excepción, que tiene a su cargo “la guarda de la integridad y
supremacía de la Constitución”, es un avance sobre el sistema
de la Constitución de 1886 que confiaba esa función a la sala
plena de la Corte Suprema de Justicia, cuyas tareas se vieron
altamente politizadas por ese control”16.
4. Según el Artículo 228 de Nuestra Carta Magna “(…) los términos
procesales se observarán con diligencia y su cumplimiento será
sancionado (…)”. Al terminar el presente estudio investigativo
sobre la eficacia de la Corte, encontramos varias falencias en
relación con la sujeción a dicho mandato constitucional, por
cuanto, en primer lugar, la Corte no atiende de forma diligente la
función de efectuar el control automático de los decretos
expedidos por el Presidente de la República con ocasión de
situaciones de anormalidad y además debería existir una
sanción por el incumplimiento injustificado de esta norma, pero ni
en la Constitución, ni en la Ley Estatutaria de los Estados de
Excepción, ni en el Decreto Ley 2067 de 1991 aparece un
precepto que conlleve a su adecuado acatamiento.
5. A su vez, el artículo 7 de la Ley 270 de 1996 define la eficiencia
como “la administración de justicia debe ser eficiente. Los
funcionarios y empleados judiciales deben ser diligentes en la
sustanciación de los asuntos a su cargo, sin perjuicio de la
calidad de los fallos que deban proferir conforme a la
competencia que les fije la ley”. Sin embargo, si bien es cierto,
que la Corte debe pronunciarse en los estrictos y precisos
términos previstos en el Artículo 241 de la Constitución hasta la
16 Camargo, Pedro Pablo. Los estados de excepción. Editorial Leyer. Tercera edición. Año. 2008.
fecha, no ha habido ni una solo sentencia de constitucionalidad
que haya sido proferida dentro de tal término.
BIBLIOGRAFÍA
1. Los estados de excepción. Camargo, Pedro Pablo. Editorial
Leyer. Tercera edición. Año. 2008. ISBN 978-958-711-411-9
2. El Control de Constitucionalidad. Reyes Blanco, Sergio. Librería
Ediciones del Profesional LTDA. Primera edición. Año. 2004.
ISBN 958-707-041-0
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