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Universiteit Gent
Academiejaar 2009-2010
PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN DOS NOVELAS
PICARESCAS MEXICANAS: EL PERIQUILLO SARNIENTO (1816)
Y LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ (1938)
Verhandeling voorgelegd aan de Faculteit Letteren en Wijsbegeerte
voor het verkrijgen van de graad van
Master in de Vergelijkende Moderne Letterkunde,
Promotor: Prof. Dr. E. Houvenaghel door Delphine Scheerens
2
Agradecimientos
Antes de comenzar, deseo expresar un agradecimiento especial a todas las personas que me
han ayudado durante el desarrollo de mi tesina de maestría. Primeramente, quiero
especialmente dar las gracias a mi promotora, la Dra. Eugenia Houvenaghel, por sus consejos
útiles y su ayuda en el delineamiento del objeto de estudio y en la búsqueda de información.
Además, deseo dar las gracias a mis padres por haberme ofrecido la posibilidad de estudiar y
por sus palabras de motivación durante mi carrera universitaria. Finalmente, deseo
agradecer a mi hermana, a mis amigos y especialmente a mi novio Laurens Walcarius por su
paciencia y soporte mental.
3
El índice
0. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 5
1. PARTE TEÓRICA: EL GÉNERO PICARESCO...................................................................... 10
1.1. ORIGEN ............................................................................................................................ 10
1.2. ¿QUÉ ES LA NOVELA PICARESCA ? .......................................................................................... 14
1.3. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA PICARESCA PENINSULAR CLÁSICA Y SU RELACIÓN CON EL CONTEXTO
HISTÓRICO-SOCIAL ..................................................................................................................... 17
1.4. PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN LAS TRES NOVELAS PICARESCAS
PENINSULARES .......................................................................................................................... 27
1.4.1. Las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-social en la
novela picaresca............................................................................................................... 27
1.4.2. Análisis sucinto del contexto histórico-social en tres novelas picarescas
peninsulares ..................................................................................................................... 32
1.5. LA NOVELA PICARESCA HISPANOAMERICANA............................................................................. 46
2. PARTE ANALÍTICA : PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN DOS
NOVELAS PICARESCAS MEXICANAS ................................................................................. 50
2.1. EL PERIQUILLO SARNIENTO ................................................................................................... 50
2.1.1. Vida y obra del autor J.J. Fernández de Lizardi ...................................................... 50
2.1.2. Sumario de El Periquillo Sarniento ......................................................................... 56
2.1.3. Presencia del contexto histórico-social.................................................................. 58
2.1.4. Función del contexto histórico-social .................................................................... 63
2.1.4.1. Telón de fondo ................................................................................................ 63
2.1.4.2. Crítica de la sociedad ...................................................................................... 64
2.1.4.3. Función educativa y moralizadora .................................................................. 70
2.1.4.4. Función reformadora y la utopía .................................................................... 73
2.2. LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ............................................................................................... 79
2.2.1. Vida y obra del autor José Rubén Romero............................................................. 79
2.2.2. Sumario de La vida inútil de Pito Pérez .................................................................. 84
2.2.3. Presencia del contexto histórico-social.................................................................. 85
4
2.2.4. Función del contexto histórico-social .................................................................... 88
2.2.4.1. Telón de fondo ................................................................................................ 88
2.2.4.2. Crítica de la sociedad ...................................................................................... 90
2.2.4.3. Función educativa y moralizadora .................................................................. 93
2.3. ESTUDIO COMPARATIVO DE LA PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN DOS NOVELAS
PICARESCAS MEXICANAS .............................................................................................................. 94
3. CONCLUSIONES........................................................................................................... 98
APÉNDICE ......................................................................................................................104
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................106
5
0. Introducción
Para la escritura de este trabajo parto de dos novelas picarescas mexicanas : El Periquillo
Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi se escribe y se publica en 18161 y La vida
inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero en 19382. Una gran distancia temporal separa
ambas novelas picarescas. La novela de Lizardi aparece en el período de transición en
México, es decir se está acabando el período colonial y al mismo momento ya surge la
ideología independentista. La novela de Romero, por el contrario, aparece en el período
después de la revolución mexicana (1910-1920) y justo después de la crisis económica en
1937. Se trata de un período inestable en que el fracaso de las ideas de la revolución se
manifiesta cada vez más. Entonces, las dos novelas nacen en contextos sociohistóricos
completamente distintos. Sin embargo pertenecen al mismo género, es decir la picaresca.
Una de las características de este género constituye la presencia y relevancia de un contexto
histórico-social en la novela. Nuestro propósito es investigar cómo se interpreta y elabora la
presencia del contexto histórico-social en las dos novelas picarescas mexicanas. Se trata de
una investigación comparativa sobre la forma y la función del contexto histórico-social en
dos novelas picarescas. El objetivo de este análisis consiste en destacar diferencias y/o
correspondencias entre las dos novelas en cuanto a la presencia y función del contexto
histórico-social.
Optamos por investigar el contexto histórico-social en ambas novelas sobre la base de la
bibliografía existente. En efecto, del análisis de algunas obras teóricas y críticas,
complementado con la lectura de varios artículos críticos, en el apartado 1. de esta tesina,
titulado « Parte teórica : el género picaresco », desprendemos que el contexto histórico-
1 En 1816 sólo se publican los tres primeros tomos de la novela porque el cuarto y el quinto tomo son
prohibidos por la censura. La primera versión completa de la obra de Lizardi aparece en 1831, cuatro años después de la muerte del autor. 2 No sabemos exactamente cuando escribe Romero su novela. Suponemos, basándonos en E. Philips (1964),
que Romero empieza a escribirla algunos años antes de la fecha de publicación en 1938. E. Philips señala que en dos otras novelas de Romero, Apuntes de un lugareño (1932) y El pueblo inocente (1934), ya surge el personaje de Pito Pérez (1964 : 698). Sin embargo, en estas novelas Pito Pérez aún no constituye el protagonista. Por eso podemos suponer que después de la escritura de El pueblo inocente Romero ya tiene la idea de escribir una novela en que Pito Pérez aparece como protagonista.
6
social no es el aspecto más estudiado de la novela picaresca.3 La crítica presta mucha
atención al orígen de la novela picaresca4, a la definición del género de la picaresca5, a
algunas características típicas de este género6 y al desarrollo del género en Hispanoamérica7.
En cuanto a las características de la picaresca ya se han estudiado en profundidad los
siguientes aspectos : la presencia del pícaro como protagonista de la novela picaresca, la
forma (seudo)autobiográfica y los puntos de vista en la novela picaresca. Además, muchos
críticos de la picaresca hacen referencia a la presencia de un movimiento ascendente en un
plano social o moral en la novela, al carácter cómico de la picaresca, a las observaciones en
cuanto a algunos grupos sociales y a la crítica por parte del autor sobre aquellas clases
sociales. A continuación, la ausencia del rasgo relacionado con la crítica o la fuerte presencia
del contexto histórico en la lista de las nueve características típicas de la picaresca,
elaborada por Casas de Faunce (1977) basándose en Claudio Guillén (1971), demuestra que
este rasgo todavía no se ha estudiado en profundidad. Además, es importante observar que
los críticos, cuando abordan el tema del contexto histórico-social, en la mayoría de los casos
no utilizan el concepto de ‘contexto histórico-social’ o ‘contexto sociohistórico’ puesto que
no se refieren explícitamente a este rasgo de la picaresca ni a la relación entre la presencia
del contexto histórico-social en la novela y las funciones que puede tener este contexto.8 Sin
embargo, observamos que el rasgo del contexto histórico-social se incluye en algunas de
estas nueve características que elabora Casas de Faunce9. A partir del análisis de los rasgos
propuestos por Casas de Faunce y de varios estudios teóricos10 sobre la picaresca podemos
3 Hacemos referencia a los siguientes autores : Francis (1978), Maravall (1987), Parker (1971), Rico (2000),
Suárez (1926), Van Hoogstraten (1986), Zamora Vicente (1962), Casas de Faunce (1977), Bencomo (2003), Carilla (1967), Claudio Guillén (1971), Campuzano (1949), Rivas (2005), Campbell (2006), Borgeson (1986), Weber (1979), Carrillo (1979), Van Praag-Chantraine (1979), Mancing (1979), Montori de Guttiérez (1979), Rey (1979), Smerdou Altolaguirre (1979). 4 Profundizamos en esto en el apartado 1.1. de esta tesina, titulado « Orígen ». 5 Profundizamos en esto en el apartado 1.2. de esta tesina, titulado « ¿Qué es la novela picaresca ? ».
6 Profundizamos en esto en el apartado 1.3. de esta tesina, titulado « Las características de la picaresca clásica
peninsular y su relación con el contexto histórico-social ». 7 Profundizamos en esto en el apartado 1.5. de esta tesina, titulado « La novela picaresca en Hispanoamérica ».
8 Augustín Redondo constituye una excepción porque utiliza los términos ‘referencias histórico-sociales’ (1989 :
65) y ‘realidad histórico-social’. (1989 : 81). 9 Se trata de las características siguientes: 1) la seudoautobiografía, 2) una visión parcial de la realidad, 3) un
tono reflexivo, 4) observaciones relacionadas con ciertas clases sociales, 5) un movimiento ascendente en un plano social o moral, 6) la comicidad. (Casas de Faunce 1977 : 13) 10
Nos basamos los autores siguientes : Bencomo (2003), Campbell (2006), Campuzano (1949), Carrillo (1979), Mancing (1979), Maravall (1987), Montori de Gutiérrez (1979), Rivas (2005), Zamora Vicente (1962).
7
llegar a una descripción de las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-
social en la novela picaresca.11
Como segundo elemento básico de nuestro análisis comparativo, proponemos el estudio de
la presencia y función del contexto histórico-social en las novelas picarescas peninsulares
más famosas de los siglos XVI y XVII12 : El Lazarillo de Tormes de un autor anónimo se publica
en 1554, Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán en 1599 y 1604 y El Buscón de Francisco de
Quevedo en 1626.13 El análisis de las novelas picarescas peninsulares constituirá un punto de
comparación en el apartado final de esta tesina14, en que analizamos las semejanzas y
diferencias entre las novelas picarescas peninsulares y las mexicanas en cuanto al contexto
histórico-social. Para ello, nos basamos en varios autores15 que tratan en sus artículos u
obras algunos aspectos del contexto histórico-social de las tres novelas. Sin embargo, para
llegar a un buen análisis de la presencia y función del contexto sociohistórico en las tres
novelas peninsulares, es imprescindible basarnos también en nuestra propia lectura de las
novelas.
Volviendo sobre la bibliografía existente sobre las dos novelas del corpus, es importante
hacer una distinción entre la novela de Lizardi y la de Romero en cuanto a las investigaciones
ya realizadas sobre elementos del contexto histórico-social. En cuanto a la novela El
Periquillo Sarniento, ya se ha escrito mucho sobre algunos aspectos del contexto histórico-
social de la novela (Alba-Koch (1999), Carrera (2003), Vogeley (1987a, 2001), Spell (1925,
1928, 1956, 1963), Van Praag-Chantraine (1979), Beroud (1979), Moraña (1989), Young
(1981), Zapatero (2006-2007), Rivas (2005), Ramírez-Pimienta (1998), Oviedo y de Tudela
11
Profundizamos en esto en el apartado 1.4.1. de esta tesina, titulado « Las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-social en la novela picaresca ». 12 La literatura picaresca sólo aparece en Hispanoamérica al principio del siglo XIX, con la aparición de El Periquillo Sarniento que se considera la primera novela hispanoamericana, dos siglos después de su aparición en España. Sin embargo, la influencia que ejerce la picaresca peninsular sobre la latinoamericana queda manifiesto. A partir de la conquista de Latinoamérica por los españoles al final del siglo XV, muchas ideas, convicciones y costumbres culturales de los españoles penetran en Hispanoamérica. De ahí que la literatura picaresca peninsular influye también en la literatura hispanoamericana. 13 Profundizamos en esto en el apartado 1.4.2. de esta tesina, titulado « Análisis sucinto de la presencia y función del contexto histórico-social en tres novelas picarescas peninsulares ». 14
Se trata del apartado 3.de esta tesina, titulado « Conclusiones ». 15 Zamora Vicente (1962), Parker (1971), Rico (2000), Suárez (1926), Tierno Galván (1974), Bencomo (2003), Alpert (1969), Campbell (2006), Mancing (1979), Montori de Guttiérez (1979), Michalski (1979), Alvarez (1979), Smerdou Altolaguirre (1979), Redondo (1989), Smith (1987), Sobejano (2009).
8
(1982), Sainz de Medrano (1987) y Franco (1983)). Sin embargo, las observaciones en cuanto
a este contexto se presentan de manera más bien general y se suelen acompañar de pocos
ejemplos textuales. Además, en la mayoría de las obras consultadas los críticos sólo abordan
algunos aspectos del contexto histórico-social sin llegar a una visión global de lo que abarca
la presencia y función del contexto histórico-social en la novela de Lizardi. Señalamos por
ejemplo a la obra de Alba-Koch, Ilustrando la Nueve España (1999), en que aparecen
elementos valiosos para el estudio del contexto histórico-social de la novela de Lizardi como
por ejemplo el propósito didáctico de la obra, la presencia de ideas reformistas, el
significado de la utopía dentro de la historia y la utilidad de las imágenes insertadas. Sin
embargo, la obra de Alba-Koch no nos ofrece una visión de conjunto de las varias formas en
las que aparece el contexto histórico-social y de las distintas funciones que tiene este
contexto en la novela. Carrera (2003), por su parte, sólo aborda el aspecto de la presencia de
unas imágenes que desempeñan un papel en el desarrollo del contexto histórico-social en la
novela mientras que Vogeley, en su obra Lizardi and the Birth of the Novel in Spanish
America (2001), presta atención a varios aspectos del contexto histórico-social pero
tampoco llega a relacionar su teoría sobre el carácter educativo y reformista de la novela con
ejemplos textuales en que algunos aspectos del contexto histórico-social están expresados.
Cabe mencionar también a J.R. Spell (1925, 1928, 1956, 1963), un crítico importante de
Lizardi y de sus obras, puesto que sus artículos constituyen una fuente de información
importante para nuestro análisis del contexto histórico-social en El Periquillo Sarniento. Spell
analiza por ejemplo en su artículo « The Historical and Social Background of El Periquillo
Sarniento » (1956) la verosimilitud de los elementos histórico-sociales en la novela de
Lizardi. En otro artículo, denominado « Mexican Society as Seen by Fernández de Lizardi »
(1925) Spell nos ofrece una imagen de la actitud de Lizardi frente a la sociedad en que vive y
cómo esto se manifiesta en su producción literaria.
En cuanto a la novela de Romero, La vida inútil de Pito Pérez, todavía no se ha escrito mucho
sobre los elementos contextuales en la novela. Sin embargo, en algunas ocasiones los
críticos (Castagnaro (1953), Woodbridge y Dulsey (1953), O. Cord (1961, 1962) y Stanton
(1941) hacen referencias superficiales a este contexto pero no lo elaboran muy en detalle.
Tanto Stanton como Woodbridge y Dulsey hacen referencia al costumbrismo en la obra de
Romero, mientras que Castagnaro observa la presencia de aspectos de la revolución en sus
9
novelas. O. Cord, por su parte, analiza la actitud de Romero frente a la sociedad que le rodea
y cómo esto se manifiesta en sus novelas. En conclusión, después de haber consultado la
bibliografía existente sobre las dos novelas del corpus, nos parece justificado y pertinente
profundizar en la presencia y función del contexto histórico-social en estas dos novelas
picarescas mexicanas.16 Para ello es imprescindible, además de basarnos en las ideas ya
elaboradas por la crítica, analizar las novelas a partir de nuestra propia lectura.
16
Profundizamos en esto en el apartado 2. de esta tesina, titulado « Parte analítica : presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas picarescas mexicanas ».
10
1. Parte teórica: el género picaresco
1.1. Origen
Saavedra (1996 : 74) plantea que el género picaresco se desarrolla en los siglos XVI y XVII en
España. Según él, La vida de Lazarillo de Tormes constituye la primera novela picaresca
aunque existen autores que ya utilizan elementos de este género en sus obras antes de que
aparezca La vida inútil de Pito Pérez, por ejemplo Fernando de Rojas. (1996 : 74) Parker, por
otra parte, considera El Lazarillo de Tormes como otro precursor de la primera verdadera
novela picaresca El Guzmán de Alfarache. (1971 : 39)
Cuando indagamos en los orígenes de la novela picaresca, resulta que existe una obra de un
poeta árabe en el siglo XI cuyos rasgos muestran gran semejanza con los rasgos de la novela
picaresca (Suárez 1926 : 25). Se trata del poeta Al-Hariri. Su obra conoce mucho éxito y es
posible que su popularidad haya llegado a España. Los rasgos típicos de esta literatura árabe
son el idealismo y también el realismo. Suárez lo describe así : « el espíritu árabe es el que
sabe mejor idealizar la realidad » (1926 : 26). El autor habla aún de otras fuentes antiguas
que contienen rasgos típicos de la picaresca pero me limito a algunos de los más
importantes como por ejemplo Luciano que, según Suárez, ejerce « la más decisiva
influencia » (1926 : 29). Ya aparecen en la obra de Luciano (ca. 125 – ca. 181) el humorismo y
lo sombrío del pensamiento, elementos típicos de la picaresca. Se trata del texto Diálogos de
los muertos que forma parte de una serie de diálogos satíricos y morales : Diálogos de los
dioses, Diálogos de los muertos, Diálogos de las cortesanas, Caronte el cínico, Prometeo, La
asamblea de los dioses, El parásito, Anacarsis.
Suárez considera la obra de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (ca. 1283 – ca. 1350), como « una
verdadera novela de picardías, la que presenta una influencia decisiva en la picaresca
posterior» (1926 : 32). Se trata del Libro de Buen Amor (1330 y 1343). Entre los elementos
picarescos que aparecen en esta obra destacamos : la crítica sobre las costumbres de la
época, el humorismo y « el elemento satírico expresado en forma festiva » (1926 : 33). Otra
obra importante es la del Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera (ca. 1398 – ca.
11
1470) : El Corbacho o Reprobación del amor mundano (1438). Se trata de un libro de crítica
social, no de sátira, y el autor no utiliza alegorías. Suárez evoca que esta obra influye en La
Celestina (1499), obra de Fernando de Rojas (1470-1541), escrita al final del siglo XV. En
cuanto a La Celestina, Suárez plantea que « es una obra que puede estar incluida en la
picaresca, pero tiene una conmoción más honda, más profundamente trágica » (1926 : 43).
Cervantes utiliza en sus obras algunos elementos de La Celestina.
En cuanto al papel que desempeña Cervantes (1547-1616) en el desarrollo del género
picaresco, constatamos que en su obra figuran muchos elementos típicamente picarescos,
por ejemplo las descripciones de las clases bajas de la sociedad. Entre estas obras con rasgos
picarescos, destacamos en primer lugar la comedia Pedro de Urdemalas de los Ocho
comedias y ocho entremeses nuevos (1615). Se trata de una obra realista con mucha gracia e
ingenio. « Sólo le falta a esta obra la unidad de la acción para ser una verdadera comedia de
picardías. » (Suárez 1926 : 101). Rinconcete y Cortadillo, otra novela de Cervantes, rebosa de
elementos picarescos. Esta obra forma parte de las Novelas ejemplares (entre 1590 y 1612)
de Cervantes y muestra el manejo perfecto del lenguaje que posee Cervantes. Según Suárez,
Cervantes « sacó a la picaresca de la niñez y tuvo el arte suficiente de ahorrarla de pesadas
moralidades ; es decir, depuró el género y sólo nos dio perfecto y sin mácula. » (1926 : 107)
Mencionamos en último lugar la obra principal de Cervantes, Don Quijote de la Mancha
(1605 y 1615), que contiene también algunos rasgos del género picaresco, es decir, nos da
un reflejo de la sociedad de aquel tiempo y del comportamiento humano. A pesar de ello, la
mayoría de los críticos consideran esta novela como la última novela española de caballerías.
(Parker 1971 : 40)
Otro factor importante es la situación en que se encuentra España en aquella época. Estas
condiciones especiales tienen su influencia en la pronta evolución del género de la picaresca
en España. Campuzano plantea que es la época en que España descubre el Nuevo Mundo
(1949 : 191). A partir de este momento la religión de cada persona se hace muy importante.
Existe una diferencia importante entre cristianos viejos que tienen sangre limpia y cristianos
nuevos que son moros o judíos conversos. Entre tanto, el rey de España quiere conquistar
más tierra con el motivo de buscar oro. Al final todo eso lleva a la ruina económica de
España. La población de la península quita su tierra natal. Esta situación puede explicar la
12
existencia de un género poco realista, es decir el género de las novelas de caballerías,
porque la gente no vive en la realidad a causa de la exaltación y del heroísmo que lleva la
conquista consigo. Con el fracaso que sigue a este período, de repente el género de la
picaresca llega a ser popular mientras que la novela de caballería y la novela pastoril se
encuentran en retroceso. Las novelas picarescas describen la situación real de los españoles
que viven en aquella época. Por la presencia de este realismo que reemplaza el idealismo de
las novelas pastoriles y de las novelas de caballerías, se puede considerar la novela picaresca
como la primera manifestación de la novela moderna. (Parker 1971 : 39)
No obstante, Parker nos revela en su obra Los pícaros en la literatura (1971) que la situación
en España no es peor que en los otros países europeos como Inglaterra, Francia o Alemania.
Pues, « si la novela realista del siglo XVI necesitaba una sociedad en la que la vagancia y la
delincuencia fuesen importantes, lo mismo podía haber nacido fuera de España que dentro
de ella. » (Parker 1971 : 48) ¿Por qué entonces nace el género picaresco en España ? Según
Parker, existen dos razones no económicas sino culturales que pueden explicar el
surgimiento de la novela picaresca en España. La primera razón constituye el nacionalismo
de los españoles en el tratamiento de su propia cultura. Se trata de una actitud típicamente
española ante la vida : « una tendencia a eludir o huir de las responsabilidades » (Parker
1971 : 48). Sin embargo, esto no explica por qué nace el género en aquel período específico
en España. De ahí que Parker, basándose en Américo Castro, añade una segunda razón: « la
novela picaresca surgió como expresión del resentimiento social de la gente mísera contra
las clases privilegiadas. » (Parker 1971 : 48-49) Con « la gente mísera » se refiere a los judíos
conversos malcontentos. Esta hipótesis se basa entre otros en el hecho de que Mateo
Alemán es un judío. Parker no apoya totalmente la tesis de Castro sino que presta más
atención a las ideas de Marcel Bataillon concerniente la importancia de la ‘limpieza de
sangre’ para los autores picarescos:
Las distintas relaciones sociales a que esta ‘limpieza de sangre’ daba lugar, en
concreto, en relación con el progreso social de las personas de origen burgués, las ve
reflejadas irónica y satíricamente en los relatos de las novelas y en los antecedentes
inventados para los pícaros. (Parker 1971 : 50)
13
Otro elemento tratado en la obra de Suárez es cómo Erasmo17 influye en el carácter
picaresco y satírico. Este personaje histórico importante tiene un « espíritu crítico,
satirizador e irreverente » (Suárez 1926 : 51). Campuzano (1949) plantea que Erasmo influye
también en Cervantes y en general, en la totalidad de la vida española del siglo XVI y de los
principios del siglo XVII. Erasmo, como en las novelas picarescas, critica el dogma religioso
pero tiene que hacerlo a escondidas. Son tiempos agitados en Europa (Campuzano 1949 :
193). En España la situación cambia con la muerte del rey Felipe II : la censura se vuelve
menos rigurosa. De esta manera se publican más novelas picarescas.
En conclusión repasamos las obras que más ejercen una influencia en el desarrollo del
género picaresco. Ya en el siglo XI aparecen en la obra del poeta árabe Al-Hariri algunos
rasgos que se parecen a los rasgos picarescos. En continuación, la obra de Luciano muestra
un humorismo típicamente picaresco. Mencionamos también el Arcipreste de Hito y el
Arcipreste de Talavera, dos autores cuyas obras contienen un tono crítico, otra característica
de la picaresca. Luego, según Suárez, aparecen muchos elementos picarescos en La
Celestina. (1926 :43) En último lugar, hablamos de Cervantes cuyas obras rebosan de rasgos
picarescos, como el realismo y la gracia. Finalmente, subrayamos la importancia de dos
factores más que ejercen una influencia en el género : las circunstancias – económicas,
sociales o culturales – en que se encuentra España en aquella época y la presencia de
Erasmo.
En suma, mencionamos las tres obras más importantes escritas en el período clásico del
género de la picaresca: El Lazarillo de Tormes (1554) de un autor anónimo, Guzmán de
Alfarache (1599 y 1604) de Mateo Alemán y El Buscón (1626) de Francisco Gómez de
17
Erasmo : Desiderius Erasmo nace en 1476 (según está escrito sobre su estatua en Rotterdam) y muere en 1536. Es considerado como un humanista. El humanismo es un mundo de sabios, textos, libros y de filosofía. Además, los humanistas, incluso Erasmo, quieren reescribir la biblia. Erasmo es también un gran crítico de la Iglesia Católica. Exige reformas dentro de la Iglesia. Según él, la Iglesia tiene que volver a su sencillez y pureza original. Erasmo ejerce una gran influencia en España. Sobre todo en el período de 1527 a 1532 muchas obras de Erasmo son traducidas en español. Es el período de mayor difusión de sus libros. Se considera que existen tres períodos en que Erasmo influye en España. En el primer período, de 1516 a 1536, los erasmistas son perseguidos. En el segundo período, de 1536 a 1556, el erasmismo es adaptado a las circunstancias españolas. En este período se imprime por última vez una obra de Erasmo en castellano. En 1559, Felipe II regresa a España y a partir de este momento el erasmismo es más bien un movimiento soterrado. Este último período se prolonga hasta la apariencia de Fray Luis de León y de Cervantes. Se observa muy claro la influencia de Erasmo en El Quijote. (García Cárcel, R. El erasmismo (España), [online])
14
Quevedo y Villegas. A partir de las traducciones de estas novelas, el género de la picaresca se
difunde en Europa, sobre todo en Alemania, Francia e Inglaterra.
1.2. ¿Qué es la novela picaresca ?
Alonso Zamora Vicente empieza su obra Qué es la novela picaresca ? con profundizar en la
etimología de la palabra ‘pícaro’ (1962 : 8-9). Encuentra diversas posibilidades. En primer
lugar la palabra puede venir del latín ‘pica’ que significa ‘miserable’. Puede venir también de
otra palabra del latín, es decir de ‘pic’, palabra derivada de ‘picus’ y que quiere decir ‘picar’.
De esta manera el sentido evoluciona hasta ‘mendigo’ o ‘ladrón’. Otra posibilidad es que la
palabra viene de la Picardía, una región de dónde venían muchos emigrantes que fueron
pobres. En último lugar, la palabra ‘pícaro’ también puede estar en relación con las palabras
‘bigardo’, ‘begardo’ que significan ‘vago’ o ‘vicioso’.
Es notable, como indican tanto Francisco Rico en su obra La picaresca y el punto de vista
(2000 : 115) como Alexander A. Parker en su obra Los pícaros en la literatura (1971 : 37), que
la palabra « pícaro » no figura en El Lazarillo de Tormes, novela considerada como la primera
novela picaresca. Se utiliza el término por primera vez en El Guzmán de Alfarache, novela
picaresca escrita en 1599 (la primera parte) y 1604 (la segunda parte). Parker añade también
que, según él, una traducción adecuada en inglés para la palabra « pícaro » sería
« delinquent ». Con este término el autor designa « un tipo sin honra y antisocial pero
menos violento. » (1971 : 37)
Alison Weber aborda en su artículo « Cuatro clases de narrativa picaresca » (1979) de
manera muy clara el problema de la definición de la novela picaresca :
¿Es seria y didáctica esta literatura, o inmoral e irreverente? ¿Es innovadora o
primitiva, revolucionaria o reaccionaria? ¿Por qué no se ha podido precisar un modo,
una estructura narrativa, un contenido temático que sean característicos de la
literatura picaresca ? (Weber 1979 : 13)
15
Según Weber la causa de la dificultad para definir claramente el género de la picaresca
consiste en el comportamiento de los escritores de la picaresca : « elaboraron e
improvisaron el género sin la presión de normas fijas, añadiendo, modificando, rechazando
los rasgos según les dio la real gana. » (Weber 1979 : 13) La solución según Weber reside en
una clasificación de la narrativa picaresca en cuatro clases. La clasificación se hace mediante
un sistema de dos polaridades, una semántica (modo cómico/modo irónico), otra estructural
(novela/cuento). De esta manera se crea cuatro clases de narrativa : el cuento irónico, el
cuento cómico, la novela irónica y la novela cómica. No entramos en detalles sobre esta
teoría porque no resulta pertinente para este trabajo.18
María Casas de Faunce dedica también algunas páginas de su obra La novela picaresca
latinoamericana a la pregunta « Qué es la novela picaresca ? » (1977 : 9) Evoca, como Alison
Weber (1979), el problema de la definición del término. Según Casas de Faunce, hay un
montón de definiciones pero la mayoría resulta inadecuada. Además, a veces la noción está
aplicada en un doble sentido. La autora habla en su obra de una realidad picaresca de
filiación literaria y de otra de índole social (1977 : 9). En las obras que pertenecen a la
picaresca social, figuran personas de las clases bajas. En cambio, la picaresca literaria
significa una categoría estética. Casas de Faunce propone también una definición por el
género picaresco: « aquella representación de una filosofía vital que se manifiesta en
términos de una aparente aceptación del orden establecido, en beneficio propio, y que se
burla o critica, a la vez, el convencionalismo social que permite hacerlo. » (1977 : 10)
Seguimos el punto de vista de Gisela Bencomo (2003 : 10) que pretende en su tesis que
existen dos categorías de críticos que intentan definir la novela picaresca. El primer grupo
considera la presencia del pícaro como rasgo principal para poder hablar de una novela
picaresca. En cambio, para los partidarios del segundo grupo, la característica más
importante para poder hablar de una novela picaresca constituye la estructura de la
narración. Retomamos también la repartición que hace Bencomo de los críticos que
pertenecen a cada grupo. Según él, Alexander A. Parker y Américo Castro son seguidores del
18
Para un estudio de la teoría de los cuatro clases de narrativa, véase el artículo de Alison Weber, « Cuatro clases de narrativa picaresca » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca. Madrid : Fundación Universitaria Española. (p. 13-18)
16
primer grupo. Parker, por su parte, considera una novela como picaresca solamente cuando
el pícaro llega a ser un delincuente, mientras que Castro concede importancia al hecho de
que el autor del relato posiblemente sea «un converso que utiliza la obra para protestar
contra la opresión social» (Bencomo 2003 : 10). Al contrario, Fernando Lázaro Carreter y
Francisco Rico, partidarios del segundo grupo, consideran la forma autobiográfica como el
elemento más importante de la picaresca (Bencomo 2003 : 11).
Casas de Faunce, por su parte, para encontrar una respuesta a la pregunta de saber ‘¿qué es
la novela picaresca ?’, consulta el estudio « Toward a Definition of the Picaresque » (1971)
de Claudio Guillén. Define la novela picaresca como :
[…] una narración ficticia, de cierta extensión y en prosa, expuesta desde el punto de
vista de un ente acomodaticio cuya filosofía existencial, subjetiva y unilateral,
enfatiza el instinto primario del individuo que no ha desarrollado las funciones
espirituales, ni la sensibilidad anticipada en el hombre. (Casas de Faunce 1977 : 12)
Casas de Faunce observa también dos puntos de vista en las novelas picarescas : el del
protagonista (el pícaro o el ex-pícaro) y el del narrador intruso.19 Además, se utiliza mucho
humor en estas novelas mientras que siempre hay también un mensaje moralizador. Lo que
destaca en la obra de Casas de Faunce, basándose de nuevo en Claudio Guillén, es la
clasificación que hace de la novela picaresca en tres categorías : « 1) novela picaresca en un
sentido estricto o clásica, 2) novela picaresca en sentido lato, y 3) novela míticamente
picaresca » (1977 : 12) Añade también una cuarta categoría que incluye novelas con
solamente algunos elementos picarescos y que no tienen el objetivo de ser escritas como
novelas picarescas.
La novela picaresca clásica, tiene, según María Casas de Faunce, basándose de nuevo en
Claudio Guillén, ocho características importantes : « 1) el pícaro, 2) la seudoautobiografía, 3)
una visión parcial de la realidad, 4) un tono reflexivo, 5) un ambiente materialista, 6)
observaciones relacionadas con ciertas clases sociales, 7) un movimiento ascendente en un
19
Esta idea es evocado también por Francisco Rico en su obra La novela picaresca y el punto de vista (Barcelona: Editorial Seix Barral, 2000)
17
plano social o moral, y 8) una aparente falta de composición » (1977 : 13). Las características
tres, cuatro y seis figuran en todas las obras picarescas, tal como otro elemento, es decir, la
comicidad. En cambio, en la novela picaresca en sentido lato se observa una transformación
de algunos rasgos de la picaresca mientras que algunas características indispensables
quedan presentes, por ejemplo el vínculo entre el personaje y el ambiente, la filosofía
existencial y la guasa. Las transformaciones permitidas tienen más que ver con la técnica
narrativa, por ejemplo el uso de la tercera persona en lugar de la primera. En último lugar, la
novela míticamente picaresca utiliza una forma descriptiva o a veces una combinación de
una forma biográfica y una descriptiva. Se interpreta el término « mito» como sinónimo de
« tradición » o « historia cultural ». De esta manera, los lectores, al leer una novela
míticamente picaresca, reconozcan los rasgos típicamente picarescos. En este tipo de novela
el pícaro ocupa el papel primordial. El término ‘pícaro’ se considera como sinónimo de bajo,
doloso, chistoso, etc. Constituye la definición cotidiana del término.
Finalmente llegamos a la conclusión que no es fácil establecer una definición clara de lo que
abarca el género picaresco y la novela picaresca. Muchos críticos lo intentan pero, en
nuestra opinión, la definición que propone Casas de Faunce resulta la mejor. Además, por
haber subdividido la novela picaresca en diferentes subclases, Casas de Faunce, basándose
en Claudio Guillén, elabora una clasificación que puede contener no sólo las novelas
claramente picarescas sino también las que solamente contienen algunos rasgos típicos de la
picaresca.
1.3. Las características de la novela picaresca peninsular clásica y su relación con el contexto
histórico-social
Casas de Faunce clasifica las tres novelas picarescas más famosas escritas en España en los
siglos XVI y XVII bajo la categoría de novelas picarescas clásicas.20 En este apartado
profundizamos en las características típicas de la picaresca clásica.21 Se trata de los nueve
20
El Lazarillo de Tormes (Autor anónimo 1554), Guzmán de Alfarache (Mateo Alemán 1599 y 1604) y El Buscón (Francisco de Quevedo 1626) 21
Puesto que la literatura picaresca mexicana siente la influencia de la picaresca peninsular, resulta útil explicar brevemente en este apartado las características de la novela picaresca peninsular clásica antes de comenzar con el análisis del corpus mexicano.
18
rasgos que elabora Casas de Faunce en su obra La novela picaresca latinoamericana,
basándose en Claudio Guillén. (1977 : 13) Para este trabajo, los rasgos que tienen algo que
ver con el contexto histórico-social en la novela picaresca merecen ser estudiados más en
profundidad.22 Se trata de los siguientes rasgos : 1) la seudoautobiografía, 2) una visión
parcial de la realidad, 3) un tono reflexivo, 4) observaciones relacionadas con ciertas clases
sociales, 5) un movimiento ascendente en un plano social o moral y 6) la comicidad.
En cuanto a las características del protagonista de las novelas picarescas, es decir el pícaro,
nos limitamos a los rasgos más importantes. Ante todo, el pícaro es un antihéroe en vez de
un héroe. Este personaje se basa en los tipos que forman parte de la sociedad española. De
ahí que Alonso Zamora Vicente señala que « el gran invento del Lazarillo no fue otro que el
de hacer del hombre de carne y hueso, con sus flaquezas y su difícil persistir sobre la tierra,
un personaje literario. Antes de Lázaro, el personaje era un ente de ficción. » (1962 : 20)
Otra característica del pícaro constituye su rebeldía ante la sociedad. Sin embargo no es un
luchador que quiere vencer. Como señala Bencomo, el pícaro se caracteriza por su
conformismo : « no quiere cambiar el orden social, lo que quiere es cambiar su posición
dentro de ese orden. » (2003 : 21) Su permanente inquietud es causa de su aversión por la
tranquilidad y la calma. El pícaro tiene un espíritu aventurero y libre. Como nos revela Suárez
(1926 : 151), la libertad es muy importante para el pícaro pero para obtener este
sentimiento de libertad es necesario que el protagonista sirva a muchos amos. Cambiando
de vez en cuando de amo y de trabajo, el pícaro se siente libre. Weber, por su parte,
basándose en Maximilian Novak, observa igualmente que :
[…] toda ficción picaresca tiene que ver – de algún modo – con un sentido de libertad
– libertad sexual (el pícaro como burlador), física (el pícaro vagabundo), económica
(el pícaro ladrón, pobre fingido), y social (el pícaro como impostor, ambicioso de
figurar). (1979 : 16)
Este carácter inestable del pícaro se nota también en la continua necesidad de cambiar de
lugar, de costumbres, de ambiente, etcétera.
22 Es que el objetivo de esta tesina constituye analizar la presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas picarescas mexicanas : El Periquillo Sarniento y La vida inútil de Pito Pérez.
19
Además, el deseo más importante de los pícaros es vivir. Como señala Guillén (1971 : 78), la
palabra « vida » aparece frecuentemente en los títulos de las novelas picarescas : La vida de
Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, Historia de la vida del Buscón, llamado
Don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños, etcétera. Guillén plantea también
que la novela picaresca ofrece el conflicto entre el individuo y su entorno (1971 : 78). De la
misma manera Carrillo señala la presencia de un « conflicto entre el hombre interior y su
medio ambiente » (Carrillo 1979 : 75) en las novelas picarescas. Bencomo añade que es la
sociedad que obliga al pícaro a meterse a engañar, a estafar, etcétera para « sacar partido
de las condiciones caóticas de esa misma sociedad » (Bencomo 2003 : 21). Otro rasgo típico
de los pícaros constituye su humorismo. Sin embargo, estas burlas y un sentimiento de
decepción a menudo van parejas. Para el pícaro, la vida es « una senda llena de obstáculos
que han de cruzarse vadeándolos, rodeándolos para evitarlos, y hay que bastarse con la
propia ayuda » (Suárez 1926 : 153) En último lugar, el pícaro es siempre un huérfano. De ahí
que el pícaro tiene que buscarse la vida. Se encuentra en una sociedad de adultos y trabaja
por varios amos. Sin embargo, como señala Guillén, « there is no material survival outside of
society and no real refuge – no pastoral paradise – beyond it. » (1971: 80) En conclusión,
retomamos lo que dice Claudio Guillén sobre el pícaro : « Guile and wile are only his
offensive weapons. A stoical good humor is his defensive one. And a philosophical temper, in
the wake of Diogenes, i.e., a cynical bent, his deeper vindication.” (1971: 76)
Un segundo rasgo importante de la picaresca clásica es el parecido con el género de la
seudoautobiografía. Los autores de las novelas picarescas clásicas recurren en la mayoría de
los casos a la primera persona. De esta manera las obras parecen a autobiografías. De ahí
que Guillén (1971) utiliza el término ‘seudoautobiografías’. El recurso a esta técnica se
explica por el deseo de insertar el relato en una doble perspectiva de ocultación y de
revelación de sí mismo. (Guillén 1971 : 82) Rico (2000) analiza también el uso de la
autobiografía en las novelas picarescas. Señala que a mediados del siglo XVI la autenticidad
se hace más importante de manera que los humanistas intentan alcanzar el mayor grado de
verosimilitud posible en sus obras (2000 : 39). Según Rico, los autores de las novelas
picarescas tienen también este deseo de representar la realidad (2000 : 39). De ahí su
recurso a la (seudo)autobiografía puesto que esta forma de narración les sirve bien para
conseguir un mayor grado de verosimilitud en sus obras. Rico hace referencia a El Lazarillo
20
de Tormes, obra autobiográfica (2000 : 39). En cuanto al recurso a la autobiografía en esta
obra, existen dos posibilidades : o bien es el deseo de realismo que incita al autor anónimo a
adoptar la forma autobiográfica, o bien es la predilección por la autobiografía que implica el
recurso al realismo. Rico concluye que :
[…] en cualquier caso, uno [el realismo] y otra [la autobiografía] se implicaban, y la
coherencia se imponía nuevamente : la novela debía ser fiel por entero a la ilusión
autobiográfica, el mundo sólo tenía cabida en sus páginas a través de los sentidos de
Lázaro y Lazarillo. (2000 : 39-40)
Según Parker, el recurso a la autobiografía puede causar también dificultades como por
ejemplo en El Guzmán de Alfarache (1971 : 77-78). En esta novela, el Guzmán adulto cuenta
su vida desde las galeras después de haber pasado por una conversión de tipo religioso. Sin
embargo, la autobiografía requiere que el pícaro, al contar sus travesuras, evoca los
sentimientos que experimenta en aquellos momentos mismos. Según Parker, no es fácil
llevar esto a buen término.
Se relaciona estrechamente la forma de la (seudo)autobiografía con el uso de un yo-
narrador. Maravall observa muy bien que con recurrir a la forma autobiográfica, el autor
crea la impresión que el pobre pícaro está hablando (1987 : 156). Antes de la aparición de la
picaresca, la imagen de los pobres aparece en la mayoría de las novelas desde la perspectiva
de los que no son pobres. La picaresca, al utilizar la forma autobiográfica, quiere « invertir la
perspectiva a fin de darla lo más directamente posible. En virtud de tal recurso retórico, era
el pobre el que parecía hablar de sí » (Maravall 1987 : 156). De esta manera, como señala
Van Praag-Chantraine, la autobiografía constituye un recurso importante para poder criticar
la sociedad, « en un período de tiempo que abarca la vida de un hombre » (Van Praag-
Chantraine 1979 : 1050).
El tercer rasgo típico de la picaresca clásica constituye la visión parcial de la realidad que
nos ofrece la novela picaresca. Esta visión del autor sobre la realidad es siempre
predispuesta. A través del pícaro el autor transmite su ideología. De esta manera nunca se
trata de una visión total y objetiva de la realidad, sino que es siempre el autor que elige qué
21
parte de la realidad va a mostrar. Zamora Vicente fija la atención en el hecho de que « la
novela picaresca es ante todo novela, es decir : recreación artística, voluntaria selección y
parcelación de una realidad. » (1962 : 12) Francisco Rico, en su obra La novela picaresca y el
punto de vista, evoca que, según las ideas principales del Renacimiento, la obra de arte se
entiende como « un segmento del universo según lo observa – o, por lo menos, según podría
observarlo – una persona determinada, desde un determinado punto de vista, en un
momento determinado. » (Panofsky citado por Francisco Rico 2000 : 37) Francisco Rico hace
referencia al Lazarillo de Tormes, novela en que el punto de vista constituye el del Lázaro
adulto.
El cuarto rasgo típico es el tono reflexivo de las novelas picarescas clásicas. El pícaro aparece
en estas novelas como un filósofo y un crítico. Reflexiona sobre lo que pasa alrededor de él y
sobre su propia vida. Este personaje pone todo en duda y nunca acaba de aprender (Guillén
1971 : 82). Rico hace referencia a la novela picaresca de Mateo Alemán, Guzmán de
Alfarache, evocando que el protagonista quiere « volver los ojos a su pasado y a sí mismo, en
examen de conciencia » (2000 : 77). Rey, por su parte, señala que las reflexiones pueden
tener también la función de hacer menos ambiguo el relato. Se refiere igualmente al
Guzmán de Alfarache: « Mateo Alemán, a la hora de exponer sus sesudas reflexiones, se
dedicó a atar cabos allí donde la novelita jugaba a la polisemia. O, en sus propias palabras, a
‘cerrar portillos’, para que el lector supiera en todo momento a qué atenerse. » (Rey 1979 :
60) En general, Rey hace referencia al problema que plantean las digresiones reflexivas para
la narración picaresca:
Exigen que el narrador, coincida o no con el protagonista, sea un fidedigno
transmisor de las ideas del autor, a fin de que el mezquino horizonte mental del
universo picaresco pueda ser ejemplarmente contrastado. No se olvide que el
narrador, a diferencia de otros elementos de la ficción narrativa, no sólo tiene que
desempeñar un papel dentro de ésta, sino que también tiene a su cargo la tarea de
conectar con la ideología del autor real. La visión del mundo que éste desea
transmitir depende en grandísima medida del narrador a cuyo cargo está la
presentación, y en su caso el enjuiciamiento, del mundo narrado. La cuestión de
quién narra, en nombre de qué ideas y en función de qué atributos, es particu-
22
larmente crucial en un tipo de literatura que no se contenta con erigir edificios de
ilusión, sino que pretende pronunciarse sobre el comportamiento del hombre. Si el
autor no logra dar con un narrador adecuado a ese propósito, puede decirse que su
novela habrá fracasado. (Rey 1979 : 71)
A través de estas reflexiones, el autor puede también exponer su crítica. El pícaro tiene asco
a la sociedad que le rodea. En largas digresiones el autor expresa las reflexiones de su
protagonista sobre todo lo que va mal en su sociedad. Revela por ejemplo las maldades de
las clases altas, los abusos del clero, etcétera. Mediante estas reflexiones, el lector se da
cuenta de que el pícaro – y también el autor – no está de acuerdo con la situación social en
que se encuentra. Citamos a Francis quien aborda muy bien este recurso de criticar la
sociedad a través de las reflexiones del pícaro, refiriéndose a Lazarillo, el protagonista de El
Lazarillo de Tormes : « Luego, después de sus reflexiones personales, poco a poco va
cobrando conciencia de las contradicciones de una sociedad particular, transformándolas en
visión universal de lo que es crecer y vivir en un mundo hostil. » (1978 : 96)
En quinto lugar, mencionamos el rasgo del ambiente materialista de las novelas picarescas
clásicas. En estas novelas se pone énfasis en el nivel materialista de la existencia. Se trata de
dos elementos : el hambre y el dinero. « Para el pícaro no existe la vida afectiva : ni amor, ni
compasión ni cosa parecida. » (Zamora Vicente 1962 : 11) Howard Mancing (1979) señala,
refiriéndose al Lazarillo de Tormes, que ya no existe un estrecho vínculo entre los personajes
de la novela y Dios o los otros hombres. Además, estos personajes se sienten también
aislados de sí mismos (Mancing 1979 : 462). En cuanto al elemento del hambre en las
novelas picarescas, podemos señalar muchos ejemplos. Sólo profundizamos en El Lazarillo
de Tormes porque en esta novela, el elemento del hambre aparece de manera muy
explícita : la alimentación constituye una verdadera obsesión del pícaro. Especialmente en
los tres primeros tratados, la búsqueda de pan y vino resulta problemática. El primer amo de
Lazarillo, el ciego, no le da nada de comer. Va de mal en peor cuando encuentra su segundo
amo, el clérigo, que, aunque dispone de bastante comida para los dos, no le ofrece nunca
una comida completa a Lazarillo. El tercer tratado relata la vida de Lázaro trabajando por un
escudero. En este episodio la situación resulta aún peor puesto que el pícaro tiene que
ocuparse de alimentar su amo.
23
El sexto rasgo típico de la picaresca clásica constituye la presencia en este tipo de novelas de
observaciones relacionadas con ciertas clases sociales. El pícaro observa algunas
condiciones sociales como las clases sociales, los oficios, las ciudades, etcétera. Para criticar
estas condiciones sociales, el autor utiliza la sátira y otros recursos cómicos. Sin embargo,
según señala Guillén (1971 : 83), el lugar que ocupa la sátira en las novelas picarescas no es
muy claro y depende de la obra. Observa que al lado de representar condiciones colectivas y
vicios, la novela picaresca contiene también humor y la valoración de la complejidad
individual. Alonso Zamora Vicente describe de manera muy clara lo que las novelas
picarescas quieren evocar:
El pícaro, sirviendo a diversos amos, yendo de uno a otro como rebotándose, va
aprendiendo la realidad hostil de la vida, oculta por los vestidos lujosos, las
apariencias, los procederes encubiertos : el juez que se vende al juzgar, el médico
ignorante, el pedantuelo sabihondo, el clérigo vicioso, la nobleza envilecida. (1962 :
11)
El séptimo rasgo típico de la picaresca clásica tiene que ver con el movimiento ascendente
del pícaro en un plano social o moral. Citamos a Guillén : « The pícaro in his odyssey moves
horizontally through space and vertically trough society (with these novels the wheel of
Fortune begins to turn for the social climber), along the road and into the inn, the large city,
the war camp.” (1971: 84) Francisco Carrillo habla de la búsqueda por parte del pícaro de
una auténtica moral : « El pícaro tiene que descubrir por su propia cuenta la moral y los
valores. Así crece, aprende y se forma. » (1979 : 76) Según Guillén, se puede considerar la
novela picaresca como un bildungsroman, puesto que el héroe crece, aprende y cambia
durante la historia (1971 : 80-82). Pues, no sólo novelas alemanes pueden estar designadas
como bildungsromane, sino también las novelas picarescas clásicas. Carrillo, por su parte,
plantea que « es necesario una estructura episódica, bildungsroman, donde el pícaro, de
forma vital, aprenda y se haga cada vez más independiente. » (1979 : 77) El pícaro puede
ascender en la escala social cuando se acomoda. Optar por la lucha no sirve a nada. Carrillo
señala también que la sociedad española de los siglos XVI y XVII está muy preocupada por
« la lucha por conquistar un alto nivel de consideración social. » (1979 : 74) El mismo autor
explica las consecuencias de esta preocupación :
24
Por esto es posible que sólo en España se produzca una literatura como dimensión
social del conflicto entre el individuo y la sociedad, motivado por dos fuerzas :
mientras el cristiano viejo se enorgullece de su fe y hombría, el cristiano nuevo se
enorgullece de su saber e inteligencia. (Carrillo 1979 : 74)
Maravall, por su parte, hace referencia al papel que desempeña la educación en el ascenso
social (1987 : 396). El pícaro tiene el deseo de medrar pero para ello necesita en primer lugar
una buena educación. « En los siglos XVI y XVII, los hijos de labradores y mercaderes ricos
buscaban con frecuencia en los estudios su promoción social y tanto en la ficción literaria
como en la realidad […] conseguían en ciertos casos […] su propósito de mejorar de
posición. » (Maravall 1987 : 397)
Como octavo rasgo típico de la picaresca clásica mencionamos la aparente falta de
composición en las novelas picarescas clásicas. Estas novelas son episódicas, sin otra
conexión entre los episodios que la presencia del (anti)héroe. Citamos a Rico quien resume
muy bien esta idea en su obra La novela picaresca y el punto de vista (2000) : « Nuestro
pícaro […] surgió asociado a un esquema narrativo, en síntesis capaz de estructurar
unitariamente infinidad de materiales que antes sólo habían tenido existencia inconexa,
episódica. » (2000 : 141). Guillén refiere a algunos otros medios a los que recurren los
autores para establecer una conexión entre los episodios : motivos recurrentes, patrones
circulares, y procesos ascendentes (1971 : 85). El uso de la primera persona constituye un
recurso suplementario. En general, este tipo de narrativa ofrece la oportunidad de crear
infinitas historias dentro de otra historia (Guillén 1971 : 85). Seguimos por ejemplo el punto
de vista de Smerdou Altolaguirre (1979) quien analiza la estructura del Guzmán de Alfarache.
Llega a la conclusión que la novela se compone de cuatro historias intercaladas que
representan las cuatro etapas en la vida de Guzmán : la primera historia representa la
adolescencia de Guzmán y simboliza la esperanza, la segunda representa su juventud y
simboliza la desesperanza, tal como la tercera historia que representa su madurez, mientras
que la cuarta historia representa su vejez y simboliza de nuevo la esperanza (1979 : 524). De
esta manera el autor crea « un perfecto círculo de la trayectoria vital del pícaro a través de
25
estas cuatro historias intercaladas ». (Smerdou Altolaguirre 1979 : 524) Rico, por su parte,
analiza la falta de una estructura coherente en El Buscón evocando lo siguiente :
En Quevedo, incluso la técnica favorita del retrato consiste en quebrar la figura en
« un mosaico de objetos inconexos » (según advirtió Leo Spitzer), nula o escasamente
gobernados por un principio unificador. No es raro, pues, que al probar fortuna en la
picaresca se le escapara casi todo cuanto la especie tenía de novela, de construcción ;
que, reconocidos los rasgos esenciales, se los incorporara como fragmentos
dispersos, sin adivinar – o, en cualquier caso, sin proponerse adaptar y recrear – su
enlace profundo. (Rico 2000 : 130-131)
En fin, llegamos al noveno rasgo, es decir la comicidad. Bencomo, en su tesis, señala
que la picaresca « se burla del honor, el linaje, el amor, la virtud, y otros mitos de la sociedad
aristócrata medieval. » (2003 : 17) Parker, por su parte, evoca que el recurso a la comicidad
constituye la única posibilidad para los autores de novelas picarescas: « Los tipos cómicos y
la ingeniosidad taimada se convierten en convenciones del género, porque el estilo realista
no podía concebirse de otra manera. » (1971 : 63) En el siglo XVI, cuando un autor quiere
escribir sobre cosas de la vida cotidiana, tiene que utilizar el estilo vulgar. Esto implica que
tiene que introducir lo cómico en sus novelas. Se trata en la mayoría de los casos de una
ironía humorística con una intención seria pero, según Parker (1971), no es posible combinar
lo cómico con lo serio. Los autores de novelas picarescas lo intentan pero lleva a muchas
confusiones al leer las novelas. Parker concluye así:
El nuevo género ha oscilado, por tanto, entre dos extremos. En general, para utilizar
la lengua literaria de la época ha oscilado entre el provecho sin deleite y el deleite sin
provecho, y, en el terreno particular de la literatura realista, entre demasiada
seriedad con poca materia cómica, por un lado, y, por el otro, una falta total de
seriedad. […] El punto de equilibrio entre lo serio y lo cómico no plantea hoy en día
problemas a los escritores, pero en la España de principios del siglo XVII esto
constituía un verdadero problema. (1971 : 97-98)
26
Maravall, a su vez, analiza también el humor en las novelas picarescas y llega a la conclusión
que el pícaro « ríe, vengativamente, de la crueldad, del engaño, del mal, y,
consiguientemente, del dolor que a otros ha producido, en contestación al hostigamiento
lacerante con que le han cercado en la vida. » (1987 : 240)
Concluimos con establecer la conexión entre los nueve rasgos que elaboramos en este
apartado y el rasgo que consituye el asunto de esta tesina, es decir la presencia y función del
contexto sociohistórico en la novela picaresca. Este rasgo se relaciona sobre todo con séis de
las nueve características : 1) la (seudo)autobiografía, 2) la visión parcial de la realidad, 3) el
tono reflexivo, 4) las observaciones relacionadas con ciertas clases sociales, 5) el movimiento
ascendente en un plano social o moral, y 6) la comicidad. La (seudo)autobiografía ofrece la
posibilidad al autor de transmitir sus ideas sobre el contexto histórico-social a través de su
protagonista, el pícaro, que habla en primera persona. Por consiguiente, esta imagen del
contexto histórico-social que aparece en la novela constituye siempre una visión parcial de la
realidad, ya que el autor elige qué elementos contextuales va a introducir en su novela. Por
añadidura, el pícaro reflexiona sobre el contexto histórico-social que le rodea en digresiones
largas que llenan la novela picaresca. Estas digresiones sirven en la mayoría de los casos para
criticar la sociedad, a veces complementado con la función de educar y moralizar a los
lectores. Relacionado con esto, mencionamos otro rasgo típico de la picaresca, es decir las
observaciones relacionadas con ciertas clases sociales. Mediante la denuncia de este aspecto
del contexto histórico-social, el autor puede exponer también su crítica. En cuanto a la
relación entre la presencia de un movimiento ascendente en un plano social o moral en la
novela picaresca y el contexto histórico-social, observamos que se establece esta relación
justamente porque el deseo de ascender en la escala social y/o moral constituye un
elemento del contexto histórico-social del pícaro. En último lugar, los autores utilizan a
menudo la comicidad (por ejemplo la ironía o la sátira) para aliviar la crítica que dirigen hacia
los aspectos contextuales.
27
1.4. Presencia y función del contexto histórico-social en las tres novelas picarescas
peninsulares
1.4.1. Las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-social en la novela
picaresca
En este apartado intentamos, basándonos en las ideas de algunos críticos23, aclarar varios
aspectos relacionados con el contexto histórico-social. En primer lugar, al profundizar en el
aspecto realista de la novela picaresca, intentamos analizar en qué medida el contexto
histórico-social representa fielmente la realidad. En segundo lugar, distinguimos entre la
presencia de elementos contextuales en la novela, destacando bajo qué formas pueden
aparecer, y el contenido de estos elementos, profundizando en las diferentes funciones que
se concede al contexto sociohistórico.
Antes de entrar en detalles sobre el carácter verosímil del contexto histórico-social,
seguimos el punto de vista de Bencomo quien explica lo que caracteriza en general a la
picaresca y a los géneros precursores:
La novela caballeresca presentaba lo ideal, y lo afectado de la corte ; la novela
pastoril presentaba lo sentimental y artificial de la vida campestre mientras que la
novela picaresca reaccionó, presentando lo actual y real de la vida a costo de a veces
resultar crudo. (Bencomo 2003 : 426)
23
No encontramos artículos u obras que abordan específicamente y únicamente el tema del contexto histórico-social en la novela picaresca. Sin embargo, algunos autores expresan sus ideas sobre esta característica importante de la picaresca. Nos referimos a las siguientes obras : Bencomo, Relectura del discurso narrativo de las tres primeras décadas de la República cubana en el contexto de los rasgos de la picaresca (2003) Zamora Vicente, Qué es la novela picaresca ? (1962), Maravall, La literatura picaresca desde la historia social (siglos XVI-XVII) (1987), Francis, Picaresca, decadencia, historia. Aproximación a una realidad histórico-literaria (1978). Nos referimos a los siguientes artículos : Campuzano, « Ciertos aspectos de la novela picaresca. » Hispania (1949), Rivas, « Utile et dulci : manifestaciones en la narrativa hispanoamericana del siglo XIX. » Divergencias. Revista de estudios lingüísticos y literarios (2005), Montori de Gutiérrez, « Sentido de la dualidad en el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca (1979), Carrillo, « Raíz sociológica e imaginación creadora en la picaresca española » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca (1979), Mancing, «El pesimismo radical del Lazarillo de Tormes » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca (1979), Campbell, « La literatura picaresca del siglo XVII ¿una narrativa reformista ? » Nueva Revista de Filología Hispánica (2006).
28
De la misma manera, Zamora Vicente señala que la gran novedad de las novelas picarescas
constituye el hecho de que los autores no quieren escribir una novela con personajes
heroicos ni divinos sino que su objetivo consiste más bien en mostrar la vida con su
monotonía y sus dificultades (1962 : 12). Citamos a Zamora Vicente hablando de El Lazarillo
de Tormes : « Eso es lo que descubre el Lazarillo : vivir desde dentro, pero compartiendo la
permanente influencia de otras vidas sobre las nuestras. » (1962 : 12) Sin embargo, según
Elizabeth Campuzano (1949), tenemos que hacer la distinción entre el realismo español – y
de esta manera también el realismo de las novelas picarescas – y el realismo crudo del resto
de Europa. La literatura española tiene como rasgos típicos la sobriedad y la honestidad. « El
español es retratista pero no vivisecionista a lo Zola ni hay que esperar de él compilaciones y
estadísticas teutónicas » (Campuzano 1949 : 191).
Zamora Vicente, por su parte, profundiza también en la particularidad del realismo de la
picaresca española, evocando en un capítulo de su obra Qué es la novela picaresca ? (1962)
que no es correcto pensar que la novela picaresca representa fielmente la realidad histórica
de su tiempo :
Llevamos ya mucho tiempo leyendo en manuales, libros, prólogos, etc., y oyendo
incansablemente repetido en la fácil oratoria circunstancial, que la novela picaresca
(en complicidad con el tan socorrido realismo español) representa la realidad de una
España concreta, que se movió sobre la tierra en el tiempo en que las novelas que
nos ocupan fueron escritas. No, no es verdad, o no es, por lo menos, la verdad
escueta y firme. (Zamora Vicente 1962: 11)
Alán Francis evoca la misma idea en su obra Picaresca, decadencia, historia. Aproximación a
una realidad histórico-literaria (1978), destacando la contribución del autor en el proceso de
escribir una novela: « cada autor convierte la materia prima de la realidad en una obra de
arte única. » (1978 : 94) En este contexto, cabe mencionar a Montori de Guttiérez quien
hace la distinción entre las dos cualidades que tiene cada autor : la cualidad de observar de
una manera objetiva y la de « volcar su propio yo en la vida de sus personajes » (1979 : 512).
En cada creación de un autor, según Montori de Guttiérez, una de estas dos cualidades
predomina. Cuando el autor se comporta en mayor medida como un observador objetivo, la
29
historia será más realista puesto que la historia resultará « el producto de su observación
desinteresada de la realidad. » (Montori de Gutiérrez 1979 : 512) Por otra parte, cuando el
autor está dominado en mayor medida por la segunda cualidad, ya no dominará la
objetividad, sino la subjetividad.
En resumen, referimos una vez más a Montori de Guttiérez que plantea que la picaresca
sobrepasa el realismo puro para llegar a ser un género con algunas características
específicas : el género de la picaresca quiere « darnos algo más que el realismo unilateral
que podría llegarnos si sólo contáramos con las aventuras del pícaro y su visión parcial de la
sociedad. » (Montori de Gutiérrez 1979 : 519) Entonces, la novela picaresca – y de esta
manera también el contexto histórico-social – no representa fielmente la realidad de su
tiempo, sino que siempre deja traslucir en mayor o menor medida la ideología de su autor.
De todos modos, el contexto histórico-social ocupa una posición importante en la novela
picaresca. Distinguimos entre las formas en que aparecen los elementos contextuales y las
funciones que se concede a estos elementos. En cuanto a las formas, el contexto histórico-
social puede aparecer bajo descripciones extensas y elaboradas o bajo alusiones breves en
diálogos. Resulta evidente que en una descripción extensa el autor dispone de más
posibilidades de elaborar el contexto sociohistórico que en una alusión breve en un diálogo.
Las descripciones extensas pueden aparecer bajo diversas formas. Ante todo, pueden
constituir digresiones del autor. En estos casos, la historia deja de avanzar para que el autor
pueda profundizar en un elemento del contexto histórico-social. Fuera de eso, las
descripciones extensas pueden aparecen también como reflexiones del pícaro. En estos
casos, el protagonista reflexiona sobre lo que sucede alrededor de él y en la sociedad en que
vive. En cuanto a las alusiones breves en diálogos, se trata en la mayoría de los casos de
observaciones repentinas de cosas que suceden en los alrededores inmediatos del
personaje. Otro elemento relacionado con la forma en la que aparece el contexto histórico-
social constituye la técnica de la (seudo)autobiografía. Esta técnica constituye un buen
recurso para los autores para la elaboración del contexto histórico-social en la novela. Es
decir, narrando la historia desde el punto de vista de un yo-narrador, el autor puede
fácilmente esbozar la imagen del contexto sociohistórico en que vive este personaje
principal. Leemos toda la historia desde la perspectiva del pícaro de modo que el contexto
30
histórico-social nos es presentado igualmente desde esta perspectiva. De esta manera, la
forma autobiográfica a la que recurren los autores de la picaresca facilita la expresión de una
crítica social por parte del autor.
En cuanto a las funciones que puede tener el contexto histórico-social en la novela
picaresca, distinguimos cuatro funciones importantes. La primera función consiste en
constituir el telón de fondo para la historia. Los elementos contextuales delimitan el espacio
geográfico y temporal en que se desarrolla la historia. De esta manera el contexto histórico-
social sitúa la novela en el espacio y en el tiempo para que el lector sepa situarla también.
Además, el telón de fondo puede informarnos sobre el ambiente social en que se desarrolla
la historia, por ejemplo si existen tensiones entre ciertos grupos sociales, si el sistema
político o económico funciona bien, etc.
La segunda función que se concede al contexto sociohistórico consiste en determinar la
crítica social. « La historia y sociedad de los siglos XVI y XVII han sido aspectos favoritos de la
crítica picaresca. » (Carrillo 1979 : 65) Antes de estar capaz de criticar la sociedad de su
tiempo, el autor tiene que dejar traslucir en su novela el contexto histórico-social en que se
desarrolla la historia. Es exactamente este proceso que se utiliza en las novelas picarescas.
Mediante un yo-narrador la historia gira en torno a un sólo personaje que se encuentra en
un determinado momento y en un determinado espacio y a partir de cuyo punto de vista
echamos una mirada a la sociedad. La crítica puede estar dirigida hacia varios elementos,
por ejemplo hacia la sociedad en su totalidad, hacia algunas clases sociales en particular,
hacia el clero, etcétera. Pues, la presencia de elementos contextuales en una novela
constituye un elemento importante para dar la posibilidad al autor de denunciar su crítica.
Este pesimismo que se desprende en general de las novelas picarescas a causa de su tono
crítico, choca con las ideas optimistas del Renacimiento. Mancing nos da una explicación por
este anacronismo : se debe a « la realidad histórica y humana que distingue a España del
resto de Europa del siglo XVI. » (1979 : 466) Se refiere a los judíos conversos. Según Mancing
el autor del Lazarillo forma parte de un grupo de conversos que no se sienten fieles
31
seguidores del judaísmo ni del cristianismo. Son « agnósticos » con preocupaciones
existencialistas24 que se ven reflejadas en el protagonista de la novela.
La tercera función del contexto histórico-social consiste en intensificar el mensaje didáctico
o la moraleja. Esta función se relaciona estrechamente con la función de criticar la sociedad,
es decir mediante la denuncia y crítica de algunos elementos contextuales, el autor puede
transmitir un mensaje educativo y moral a sus lectores advirtiéndoles de la sociedad
corrupta en que viven. Juan Carlos Rivas (2005), por su parte, remite al concepto de Horacio,
‘utile et dulci’. Según Rivas, existe en la literatura española de los siglos XIV, XV y XVI una
tensión entre dos valores de una obra : el valor de enseñar y el de entretener. « En la época
Medieval el énfasis estaba en ver por debajo de la superficie para encontrar la enseñanza. »
(Rivas 2005 : 79) Rivas se refiere al concepto de la ‘píldora endulzada’. Significa que los
autores cubren sus obras de elementos divertidos para aliviar el aprendizaje. El
Renacimiento se caracteriza por la unión del aspecto educativo y del aspecto divertido
mientras que durante la Ilustración predomina la preocupación didáctica. La novela
picaresca nace en España durante el Renacimiento. De esta manera las novelas picarescas
escritas en los siglos XVI y XVII, como El Lazarillo de Tormes y Guzmán de Alfarache, se
caracterizan por el precepto horaciano de ‘utile et dulci’. José Antonio Maravall, por su
parte, señala que el mensaje educativo y moral está principalmente dirigido a los lectores :
Se dirige a los lectores, inmersos en una sociedad que ha hecho posible una criatura
tan desgraciada [el pícaro], lo que revela la insana condición de aquélla. Y son los
otros, los integrados, los conformistas, esto es, los individuos que componen esa
sociedad en crisis y bajo su capa convencional aceptan con toda normalidad pautas
alejadas de una recta moral, los que tienen que tomar nota de cuanto pone de
relieve la experiencia del pícaro : el desconocimiento de las reglas según las que se
ordena una sociedad fomenta un estado de anomia y de desviación que lleva a la
infame e infamante vida picaresca ; pero esto, a su vez, es una amenaza general.
(Maravall 1987 : 770)
24
Aparece la palabra ‘existencialismo’ por primera vez en el siglo XX pero según Mancing el uso de la palabra en este contexto es justificado.
32
En último lugar el contexto histórico-social puede tener aún una cuarta función –
relacionada con la función de transmitir un mensaje didáctico y moralizador – que consiste
en transmitir ideas reformistas. No pretendemos que los autores de las novelas picarescas
son reformistas, pero sí que estas ideas reformistas se traslucen en sus novelas. Esto marca
una evolución de las opiniones y de la mentalidad en España. Ysla Campbell, en su artículo
« La literatura picaresca del siglo XVII ¿una narrativa reformista ? » (2004), aclara muy bien
lo que constituye este carácter reformista en las novelas picarescas:
El carácter reformista de la picaresca, que se muestra desde los prólogos, es evidente
al hacerse portavoz de un pensamiento renovador acorde con las circunstancias que
atravesaba la Península : proclama la igualdad fundada en la universalidad del pecado
original, lo que implicaba la ponderación de la virtud, el mérito y el trabajo, con una
reivindicación fundamental del buen uso del comercio, frente al linaje y el ocio de la
aristocracia. (2004 : 171)
1.4.2. Análisis sucinto del contexto histórico-social en tres novelas picarescas peninsulares
En este apartado analizamos el contexto histórico-social en las tres novelas picarescas
peninsulares más famosas de los siglos XVI y XVII : El Lazarillo de Tormes (1554) de un autor
anónimo, Guzmán de Alfarache (1599 y 1604) de Mateo Alemán y El Buscón (1626) de
Francisco de Quevedo. Nos basamos en lo que la crítica ya ha escrito sobre estas novelas y
en nuestra propia lectura de las tres obras. No es nuestra intención elaborar un análisis
completo del contexto sociohistórico en las tres novelas puesto que este estudio sirve de un
punto de comparación para el estudio de las novelas mexicanas que analizaré de manera
más profunda.
Empezamos por exponer brevemente el contenido de cada una de las tres novelas
picarescas peninsulares. En primer lugar tratamos la novela El Lazarillo de Tormes,
considerada como la primera novela picaresca peninsular. La historia comienza con el
nacimiento de Lazarillo, contado por Lázaro. Lazarillo y Lázaro solamente se diferencian en
su nombre, es decir, Lazarillo refiere al personaje joven mientras que Lázaro ya representa al
personaje adulto. Los padres de Lazarillo pertenecen a las clases bajas. Cuando el padre de
33
Lazarillo es condenado por ladrón, su madre abandona a Lazarillo y le entrega a un ciego.
Lazarillo tiene que servir al ciego pero a causa de los múltiples castigos que recibe del ciego,
le abandona. Su segundo amo es un clérigo pero cuando éste se entera de que Lazarillo le
roba su pan, echa a Lazarillo a la calle. Durante sus peregrinaciones Lazarillo encuentra
algunos otros amos : un pobre hidalgo vanidoso, un fraile de la Merced, un buldero, un
pintor de panderos, un capellán y un alguacil. Al final llega a Toledo donde obtiene un oficio
como pregonero y se casa con la criada de un arcipreste. Esta criada comete adulterio pero a
Lázaro no le importa. Añadimos que el tema principal de la novela es el hambre porque el
protagonista está dirigido por esta hambre durante todo el libro.
La segunda novela que analizamos en este apartado es el Guzmán de Alfarache. Según
Parker – como ya mencionamos en el apartado 1.1. – esta novela constituye la primera
verdadera novela picaresca. (1971 : 39) Alonso Zamora Vicente señala también que
« fácilmente podríamos espigar aquí y allá, en la gran literatura contemporánea o
subsiguiente, testimonios que acreditan la universal aceptación del Guzmán como el pícaro
por antonomasia. » (1962 : 40) La novela contiene dos partes. Además, antes de la aparición
de la Segunda parte del Guzmán de Alfarache, Juan Martí publica en 1602 una segunda parte
apócrifa bajo el seudónimo de Mateo Luján de Sayavedra. Según Parker la obra de Martí es
« mediocre y en conjunto bastante aburrida. » (1971 : 89)
La trama del Guzmán de Alfarache se desenvuelve de la manera siguiente. Guzmán nace en
Sevilla. De niño, pierde su padre y algún tiempo después decide dejar la casa y buscar la
aventura. Cuando llega a Madrid, se deja tentar por el juego. Al fin puede obtener un puesto
como ayudante de un cocinero pero cuando su amo descubre que Guzmán le roba, echa al
pícaro a la calle. Un poco más tarde, Guzmán roba 2500 reales y huye con el dinero a Toledo.
Ahí se une a una compañía de soldados que va a Génova. Al llegar a esta ciudad, busca sus
parientes pero aquéllos fingen no reconocerlo. Entonces, Guzmán se pone en camino hacia
Roma donde obtiene dinero por mendigar disfrazado como un leproso. Al final un cardenal
le acoge en su casa. Algún tiempo después, Guzmán parte para Florencia donde Sayavedra le
roba sus baúles. Pasa un tiempo y se encuentra de nuevo con Sayavedra que lleva su ropa.
Se disputan pero al final Guzmán lo toma por criado. Juntos, van a Bolonia donde obtienen
mucho dinero por el juego, y después a Milan. Allí pueden obtener de una manera
34
sospechosa tres mil escudos de un mercador. Los dos huyen con el dinero a Génova. Esta
vez, los parientes de Guzmán le reciben con los brazos abiertos pero Guzmán, por venganza,
les roba su dinero y sus alhajas. Durante el viaje de vuelta a España, Sayavedra muere.
Llegado a Madrid, Guzmán se casa pero el casamiento dura poco por la muerte repentina de
su mujer. Entonces, Guzmán, en quiebra, decide estudiar teología en Alcalá de Henares. Sin
embargo, su amor por Gracia, la hija de un mesonero, le impide acabar la carrera. Al fallecer
el suegro de Guzmán, el negocio del mesón quiebra y deja arruinada a la joven pareja.
Entonces, Guzmán y Gracia van a Madrid y después a Sevilla donde Gracia abandona
Guzmán y se escapa con un capitán. Guzmán recae en las prácticas de robo y de estafa.
Algún tiempo después, le condenan a una prisión celular y a las galeras. A partir de esta
situación penosa Guzmán relata la historia de su vida que se asemeja a una confesión por
sus pecados.
La tercera novela constituye El Buscón. En esta novela el pícaro se llama Pablos, denominado
‘El Buscón’. Pablos nace en Segovia y vive en una familia pobre. Empieza a estudiar pero
dentro de poco renuncia a la escuela y entra al servicio de don Diego Coronel. Pablos y don
Diego se alojan en la residencia del licenciado Cabra pero este hombre no les da nada de
comer. Deciden salir de ahí y se ponen en camino hacia Alcalá de Henares. Llegado en la
universidad, Pablos sufre las vejaciones de los otros estudiantes pero dentro de poco toda la
ciudad le conoce por su carácter travieso y engañoso. En un determinado momento, le llega
una carta de su tío en que le anuncia la muerte de su padre. De repente, Pablos se pone en
camino hacia Segovia para recoger su herencia. En el camino encuentra algunos notables :
un ingeniero, un maestro de esgrima, un poeta y un soldado. Después de haber recibido su
herencia, quiere ir a la Corte en Madrid. Un falso hidalgo le acompaña y le explica cómo
sobrevivir como él, fingiéndose ser un noble. En Madrid, el hidalgo presenta a Pablos a una
cofradía de canallas. Juntos se inmiscuyen en asuntos de estafa pero al final la policía les
detiene todos. Una vez puesto en libertad, Pablos no piensa en enmendarse. Un día decide
irse a Toledo donde tiene mucho éxito como cómico. Después de una breve carrera como
actor y escritor, viaja a Sevilla. Allí se encuentra de nuevo con una banda de ladrones y no
falta mucho para que sean perseguidos por la policía. Pablos intenta huir a las Indias pero
fracasa.
35
En cuanto al contexto histórico-social en las tres novelas picarescas peninsulares, hacemos la
distinción entre la forma en la que aparece el contexto histórico-social y el contenido de este
contexto. En cuanto a la forma, los elementos contextuales aparecen en las tres novelas
tanto bajo descripciones extensas y elaboradas como bajo alusiones breves en diálogos.
Partiendo de la lectura de las novelas, observamos que los autores, al describir el contexto
sociohistórico, recurren en la mayoría de los casos a descripciones extensas. Se trata en las
tres novelas sobre todo de reflexiones de la parte del pícaro sobre algún elemento
contextual. Citamos por ejemplo a Lazarillo reflexionando sobre el comportamiento de su
amo, el escudero :
Dios sabe que ahora, cuando me encuentro con otros de su mismo aspecto y oficio,
siento pena ; porque pienso que tal vez llevan la misma triste vida que aquel amo.
Sólo había una cosa en él que no me gustaba, y era su gran vanidad : pues siendo él
más pobre que nadie, quería parecer más rico que todos. Pero creo que esto es
costumbre en esta clase de hombres. Y si Dios no les cura, morirán enfermos de este
mal. (Anónimo 1994 : 51)
En cuanto a la novela de Alemán, El Guzmán de Alfarache, citamos a Guzmán reflexionando
sobre el carácter engañoso de la apariencia :
Suelen decir vulgarmente, que aunque vistan a la mona de seda, mona se queda. Esta
es en tanto grado verdad infalible, que no padece excepción. Bien podrá uno vestirse
un buen hábito ; pero no por él mudar el malo que tiene. Podría entretener y engañar
con el vestido, mas él mismo fuera desnudo. Presto me pondré galán, y en breve
volveré a ganapán, que el que no sabe con sudor ganar, fácilmente se viene a perder,
como verás adelante. (Alemán 1960 : 138)
Después, citamos a Pablos, el protagonista de El Buscón, reflexionando sobre la vida en la
corte :
Lo primero ha de saber que en la corte hay siempre el más necio y el más sabio,
más rico y más pobre, y los extremos de todas las cosas ; que disimula los malos y
36
esconde los buenos, y que en ella hay unos géneros de gentes como yo, que no se les
conoce raíz ni mueble, ni otra cepa de la que decienden los tales. Entre nosotros nos
diferenciamos con diferentes nombres ; unos nos llamamos caballeros hebenes ;
otros, güeros, chanflones, chirles, traspillados y caninos.
Es nuestro abogada la industria ; pasamos las más veces los estómagos de
vacío, que es gran trabajo traer la comida en manos ajenas. Somos susto de los
banquetes, polilla de los bodegones y convidados por fuerza. Sustentámonos así del
aire, y andamos contentos. Somos gente que comemos un puerro, y representamos
un capón. Entrará uno a visitarnos en nuestras casas y hallará nuestros aposentos
llenos de güesos de carnero y aves, mondaduras de frutas, la puerta embarazada con
plumas y pellejos de gazapos ; todo lo cual cogemos de parte de noche por el pueblo,
para honrarnos con ello de día. (Quevedo 1990 : 230 y 232)
En las tres novelas, el contexto histórico-social aparece también a veces bajo la forma de
alusiones breves en diálogos. Nos referimos por ejemplo a un pasaje del Lazarillo de Tormes
en que Lazarillo mantiene un diálogo con su amo, el escudero. Su amo le cuenta que tenía
que quitar su tierra Castilla la Vieja porque una única vez no había saludado con el sombrero
a un caballero.
–Señor – dije yo –, si él era lo que decís y era más importante que vos, ¿no
habéis hecho mal en no saludar a vuestro vecino primero ? ¿No decís, además, que él
se quitaba también el sombrero ?
–Sí, es cierto ; pero yo me lo quité tantas veces primero que él también tenía
que hacerlo alguna vez. ¿No le parece ?
–Me parece, señor – le contesté yo – , que no es así ; sobre todo si la persona
tiene más edad y más dinero.
–Tu eres muy joven y no le das importancia a las cosas de la honra, que es lo
único que nos queda. Pero yo te hago saber que soy, como ves, un escudero ; sin
embargo, si me encuentro con algún conde en la calle y no se quita bien el sombrero,
esto me ocurre una vez y no dos : en la próxima ocasión me meto en la primera casa,
o cruzo hacia otra calle, si la hay, antes de tenerle enfrente, para no tener que
quitarme el sombrero. Yo soy hidalgo, no lo olvides. También me acuerdo de que un
37
día discutí con un criado, porque cada vez que me encontraba con él me saludaba
con estas palabras : « Dios os guarde ». « Vos, don mezquino –le dije–, ¿por qué me
saludáis así ? ¿No sabéis quién soy yo ?, ¿creéis que soy como vos ? » Y desde
entonces aquel criado me saludó como debía.
–Pero señor –pregunté–, ¿no es ésta una buena manera de saludar
a un hombre?
–¡Sólo a la gente inferior se la saluda así ! –contestó mi amo–. Para la gente de
importancia, como yo, se usan otras palabras, como por ejemplo : « Beso las manos
de Vuestra Merced », o por lo menos : « Os beso, señor, las manos », si la persona
que me saluda es caballero. (Anónimo 1994 : 55-56)
Mediante este diálogo entre Lazarillo y su amo se revela un elemento contextual, es decir, la
costumbre en el siglo XVI del uso de títulos de tratamiento. En la novela de Alemán,
encontramos también pasajes en que los elementos contextuales aparecen bajo la forma
dialogada. Se trata por ejemplo del pasaje en que Guzmán y Sayavedra están andando por la
calle cuando de repente Guzmán empieza a hablar de un pobre que reconoce:
Díjele a Sayavedra :
–¿Ves aquel pobre ? Aquél me puede hacer a mí rico.
Preguntóme :
–¿Pues cómo pide limosna ?
Y díjele :
–Después que una vez los hombres abren las bocas al pedir, cerrando los ojos a la
vergüenza, y atan las manos para el trabajo, entulleciendo los pies a la solicitud, no
tiene su mal remedio.
(Alemán 1960 : 300)
En cuanto a El Buscón, citamos a un breve diálogo entre Pablos y el carcelero en que se
revela también un elemento del contexto histórico-social, es decir la facilidad con que se
puede sobornar un carcelero :
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Yo que me vi ir allá, aprovechéme del dinero que traía conmigo y, sacando un doblón,
díjele al carcelero : –« Señor, óigame v. m. en secreto ». Y para que lo hiciese, dile
escudo como cara. En viéndolos, me apartó. –« Suplico a v. m. » –le dije– « que se
duela de un hombre de bien ». Busquéle las manos, y como sus palmas estaban
hechas a llevar semejantes dátiles, cerró con los dichos veinte y seis, diciendo : –« Yo
averiguaré la enfermedad y, si no es urgente, bajará al cepo ». Yo conocí la deshecha,
y respondíle humilde. Dejóme fuera, y a los amigos descolgáronlos abajo. (Quevedo
1990 : 288)
En cuanto al contenido del contexto sociohistórico en las tres novelas peninsulares,
analizamos qué funciones se concede a los elementos contextuales. En primer lugar, el
contexto histórico-social puede constituir un telón de fondo para la historia. Constituye la
función básica en las tres novelas puesto que en cada novela se hace mención de algunos
elementos contextuales geográficas, temporales, sociales, políticas, etc., que forman parte
del telón de fondo de la historia. Por ejemplo, al principio de cada novela el autor esboza la
situación histórico-social en que nace y crece el pícaro. En El Lazarillo de Tormes, Lazarillo
mismo dice que es « hijo de Tomé González y de Antona Pérez, de Tejares, pueblo de
Salamanca. [Su] nacimiento fue dentro del río Tormes y por esta razón tom[ó] [su]
apellido. » (Anónimo 1994 : 9) En El Buscón, Pablos nos revela también su origen : « Yo,
señor, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo ; Dios le
tenga en el cielo. » (Quevedo 1990 : 46) Guzmán de Alfarache, por su parte, crece en Sevilla
« donde las horas [son] de a mil años, los momentos largos siglos, y el tiempo […] penoso
infierno. » (Alemán 1960 : 34) En cuanto a su descripción de Sevilla, Guzmán añade lo
siguiente :
Digo, pues, que Sevilla, por fas o por nefas, considerada su abundancia de frutos, y la
carestía dellos, padece esterilidad ; y aquel año hubo más, por algunos desórdenes
ocultos y codicias de los que habían de procurar el remedio, que sólo atendían a su
mejor fortuna. (Alemán 1960 : 44)
Además, las alusiones a ciudades y regiones en España o en el resto de Europa refieren en la
mayoría de los casos a ciudades y regiones reales. Además, Tierno Galván observa, en su
39
obra Sobre la novela picaresca y otros escritos (1974), que las tres novelas que analizamos en
este apartado contienen elementos reales de la sociedad de su tiempo, es decir de la España
durante el Siglo de Oro. En cuanto a El Lazarillo de Tormes, se trata de una sociedad en que
dominan las controversías. La lucha de clases constituye otro problema importante de este
período en la historia de España. Para las clases bajas, la vida no es fácil, « pero trabajando
se consigue vivir e incluso medrar, aunque la movilidad social ascendente tiene un techo
muy bajo. » (Tierno Galván 1974 : 51) Por el contrario, para las clases altas sólo importa el
dinero y la honra. Citamos a Tierno Galván:
Están planteados en germen todos los problemas que aparecen después, siguiendo el
derrotero de la progresiva integración ideológica y la clase media reflejará en su
estructura y reacciones el proceso de esta evolución, a la que no contradice el curso
de la estructura económica. (1974 : 52)
El Guzmán de Alfarache aparece en un momento en que ya se anuncia la crisis económica.
En la novela surge la misma idea como en El Lazarillo de Tormes, es decir que resulta muy
difícil para las clases bajas subir en la escala social. Además, como en El Buscón, se trata de la
expresión de « una sociedad estable, dinámica por efectos de la inflación, en la que
interviene una clase media integrada ideológicamente, aunque sostiene diferentes criterios
y hace diferentes críticas sobre los problemas comunes. » (Tierno Galván 1974 : 54)
En segundo lugar, el contexto histórico-social puede constituir un medio para criticar la
sociedad. En El Lazarillo de Tormes, queda muy claro el tono crítico. Mancing nos revela lo
que constituye el « concepto básico de la unidad estructural y temática del Lazarillo: la
corrupción moral del protagonista refleja la sociedad corrupta en que vive » (1979 : 461).
Según él, la interpretación tradicional del Lazarillo de Tormes como una obra optimista
frente a la obra barroca y pesimista de Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache, no se puede
sostener. Aunque los tres primeros tratados del Lazarillo de Tormes evocan entre los
lectores simpatía por el pícaro hasta que casi se identifiquen con él, a partir del cuarto
tratado el tono de la obra cambia y los lectores ya no sienten compasión por Lazarillo.
Mancing lo describe así:
40
El último engaño del autor anónimo es éste: crear un protagonista tan atractivo en el
nivel moral y luego hacer de este mismo personaje la misma encarnación de la
degradación espiritual. La moraleja del Lazarillo es que el hombre es capaz de los
actos más exaltados y sublimes, pero al fin de cuentas no puede resistir a la fuerza de
la sociedad corrupta, inmoral, hipócrita que le rodea, y siempre escoge el mal.
(Mancing 1979 : 462)
Entonces, El Lazarillo de Tormes presenta una visión pesimista de la sociedad. André
Michalski, de su parte, llama la atención al valor simbólico de los alimentos – el pan, el vino y
la carne – que aparecen en El Lazarillo de Tormes : « simbolizan, cada uno a su modo, la
relación del hombre con el mundo exterior. » (1979 : 414) En primer lugar, el pan revela el
caos social alrededor de Lazarillo. Normalmente el pan simboliza la igualdad entre los
hombres (compartir el pan, sentarse a la misma mesa) pero en los tres primeros tratados el
pícaro está privado del pan. Esto simboliza la decadencia de la jerarquía social e indica a los
amos de Lazarillo como los verdaderos delincuentes. Con este uso simbólico de la privación
del pan, el autor critica la sociedad de su tiempo. En segundo lugar, el vino aparece en la
novela bajo su valor simbólico ordinario, es decir como representación de la sabiduría, pero
transformado irónicamente. En tercer lugar, la carne aparece en la novela para designar
tanto el alimento (sentido culinario) como el sexo (sentido teológico). Solamente surge al
principio de la novela y al final. En ambos casos se trata de un hombre que da carne a una
mujer. Michalski añade también que el pan y el vino son los dos alimentos eucarísticos
(1979 : 413). Sin embargo, en la novela no obtienen el mismo valor que en un contexto
religioso. Esto revela el tono anticlerical del Lazarillo de Tormes. Guzmán Alvarez lo describe
así : « la obrita es un reflejo, más o menos fiel, de los estamentos de la sociedad de la época
o una sátira de los mismos o ambas cosas, destacándose, especialmente por lo que afecta al
aspecto satírico, la nota anticlerical. » (1979 : 437) Entonces, el autor anónimo del Lazarillo
de Tormes puede ser considerado como un humanista con ideas reformadoras (Redondo
1989 : 81).
En último lugar mencionamos lo que evoca Augustín Redondo en su artículo « Folklore,
referencias histórico-sociales y trayectoria narrativa en la prosa castellana del
Renacimiento » (1989) sobre los elementos contextuales en el relato del Lazarillo de Tormes.
41
Según él, la historia del Lazarillo de Tormes revela algunos problemas contemporáneos en la
España del siglo XVI (1989 : 80). Se refiere por ejemplo al problema de la pobreza y la
mendicidad que se manifiesta en los primeros capítulos de la novela. Redondo distingue tres
tipos de pobres en la historia: « el legítimo (el ciego), el vergonzoso (el escudero) y el fingido
(Lazarillo) » (1989 : 80). Como conclusión citamos una vez más a Redondo porque resume
muy bien lo que hace el autor del Lazarillo de Tormes al crear su novela : « la realidad
histórico-social más conflictiva también la ha utilizado el autor para moldear el texto,
entroncándola con el folklore. » (1989 : 81) En El Lazarillo de Tormes, se utiliza entonces la
materia folklórica como una máscara que esconde algunas realidades histórico-sociales
contemporáneas.
En el Guzmán de Alfarache, el contexto histórico-social determina también la crítica social
pero en menor medida que en El Lazarillo de Tormes. Como señala Francisco Rico « el
Guzmán de Alfarache […] nace de un más amplio intento aleccionador » (2000 : 66).
Volvemos más tarde a la función didáctica que se concede al contexto histórico-social en el
Guzmán de Alfarache. En cuanto a la crítica social que aparece en la novela queda muy clara
la crítica sobre las honras vanas. Citamos a un episodio de la novela en que Guzmán,
renunciando a la honra, pasa a una nueva etapa en su evolución como individuo :
No haces honra de vestir al desnudo, ni hartar al necesitado, ni ejercer, como
debes, las obras de tu ministerio, y otras muchas que sé y las callo y tú las conoces de
ti mismo y las disimulas, creyendo que otro no te las entiende, siendo públicas, que
las dejo de escribir por no señalarte con el dedo, y hácesla del humo, y aun de
menos.
Haz honra de que esté preveído el hospital de lo que se pierde en tu botillería o
despensa ; que tus acémilas tienen sábanas y mantas, y allí se muere Cristo de frío ;
tus caballos revientan de gordos y se te caen los pobres muertos a la puerta de
flacos.
Esta es honra que se debe tener y buscar justamente ; que lo que llamas honra,
más propiamente se llama soberbia o loca estimación, que trae los hombres éticos y
tísicos, con hambre canina de alcanzarla, para luego perderla y con el alma ; que es lo
que se debe sentir y llorar. (Alemán 1960 : 106)
42
Además, Violeta Montori de Gutiérrez (1979 : 511) plantea que hay una dualidad en la
historia de Guzmán de Alfarache : la vida de Guzmán y la Atalaya – se refiere al título
completo de la novela, es decir Vida del pícaro Guzmán de Alfarache. Atalaya de la Vida
Humana – desde donde vemos la vileza y las maldades de los hombres. Estas maldades son
criticadas por parte de la voz de la conciencia del autor-personaje y al mismo tiempo
también se muestra cómo rectificar esos errores. En conclusión, el Guzmán de Alfarache nos
ofrece « la amarga y desolada pintura de la sociedad de su época que nos hace Guzmán,
planteándonos a lo largo de su ‘atalaya de la vida humana’ el problema tan barroco de la
salvación individual, como única forma de salvación posible. » (Smerdou Altolaguirre 1979 :
521) Sin embargo, Parker señala que la sátira de Alemán no sólo abarca su propia época y su
propio país. Se trata más bien de un « juicio universal sobre la naturaleza humana. » (Parker
1971 : 80)
En El Buscón, los elementos contextuales determinan también la crítica social. Por ejemplo,
el pícaro Pablos, siendo un snob y un hipócrita, se avergüenza del oficio de su tío y desprecia
sus amigos borrachos. Poniéndose en camino hacia Madrid, encuentra un hombre que
dedica su vida a parecer rico sin trabajar. Michael Alpert, en el prólogo a su traducción de El
Lazarillo de Tormes y de El Buscón, señala que es « all make-believe, symptomatic of a
Spanish preoccupation, quedar bien, reliance on past glory and bullion from Mexico and
Peru, instead of expansion and work for future prosperity. » (1969: 14) Entonces, este pasaje
de la novela expresa claramente una crítica por parte del autor sobre la sociedad española
de su tiempo. Además, como señala Smith, Francisco de Quevedo quiere reproducir en su
obra la opresión de los individuos por las restricciones sociales y su ilusión de libertad de
acción dentro de los límites de estas restricciones (Smith 1987 : 104).
En resumen, citamos a Zamora Vicente (1962) quien nota que hay una evolución en las tres
novelas picarescas peninsulares. Se hacen cada vez más crueles : El Lazarillo de Tormes
ofrece una visión honesta y una sonrisa espléndida, mientras que El Guzmán de Alfarache
está escrito en un tono amargado y El Buscón en un tono cruel y caricaturesco. Sin embargo
los tres pícaros tienen la misma idea de « no estimar la vida terrena. » (Zamora Vicente
1962 : 13) Antes de pasar a la tercera función que puede tener el contexto histórico-
social, mencionamos una observación importante de Bencomo, es decir : el pícaro, « para
43
lograr su objetivo, se vale de los mismos vicios que critica, y de los que se siente víctima. »
(2003 : 36) Así que en ningún caso podemos pensar que el pícaro desempeñe una función
modélica.
La tercera función que se concede al contexto histórico-social constituye la función didáctica
y moralizadora. Esta función está presente en mayor o menor medida en las tres novelas
picarescas peninsulares que analizamos en este apartado. En el caso de El Lazarillo de
Tormes uno de los más importantes mensajes didácticos y morales consiste en « mostrar
cuánto virtud sea saber los hombres subir, siendo bajos, y dejarse bajar, siendo altos, cuánto
vicio. » (Autor anónimo del Lazarillo de Tormes citado por Rico 2000 : 48) Junto con la visión
pesimista de la sociedad que ofrece El Lazarillo de Tormes, la moraleja que el autor quiere
transmitir es que la sociedad corrupta e inmoral siempre predomina a los hombres aunque
está seguro de que los hombres son capaces de los actos más nobles y sublimes. (Mancing
1979 : 462) Revelando y criticando los vicios y las maldades de la sociedad, el autor del
Lazarillo llega a transmitir un mensaje didáctico y moral, advirtiendo a sus lectores de la
corrupción de su sociedad.
La historia del Guzmán de Alfarache está entreverada de digresiones moralizadoras. Mateo
Alemán explica en el prólogo a su novela la diferencia que hace entre la conseja y el consejo
en su novela (1960 : 14). La conseja constituye el relato mismo mientras que el consejo
remite a la doctrina que está expresada con claridad en la novela. De ahí que se hace
también la distinción entre el Guzmán actor y el Guzmán autor. Según Rico, « el ‘consejo’, la
enseñanza químicamente pura, se enlaza en diversas formas con la ‘conseja’, la narración. »
(2000 : 87) Rico añade que la novela trata de « la pintura del paso de actor a autor » (2000 :
73) Parker hace también referencia a la dualidad en la obra de Alemán : « la propia historia o
narración es en sí misma una novela valiosa, pero, dentro de la serie de comentarios, es algo
más, es un intento serio de enfocar el problema de la delincuencia. » (1971 : 78) Nos
referimos una vez más a Parker porque según él, las digresiones moralizadores en El Guzmán
de Alfarache abordan cinco proposiciones teológicas y morales que retomamos aquí : 1) en
el pecado los hombres son todos iguales, 2) todos los hombres tienen la capacidad de
salvarse, 3) no existe determinismo sino que los hombres tienen la posibilidad de elegir
entre el bien o el mal, 4) la Providencia gobierna todas las cosas, 5) los hombres tienen la
44
posibilidad de colaborar con la gracia divina para efectuar su salvación. (1971 : 80-81)
Concluimos con citar lo que plantea Rico sobre Guzmán de Alfarache :
Por definición, la obra había de enseñarnos la vida humana desde un punto de vista
peculiar, desde una atalaya explícitamente reconocida como tal. En lograrlo, en dar
forma a todos los ingredientes en función de un punto de vista (y explicar el uno por
los otros), radica la hazaña literaria de Mateo Alemán (2000 : 98)
En cuanto a la obra de Quevedo, El Buscón, existe una discrepancia sobre la función
didáctica y moralizador del contexto histórico-social. Alonso Zamora Vicente (1962) plantea
por ejemplo que la novela no contiene un mensaje didáctico y moral mientras que partiendo
de nuestra lectura sí distinguimos en algunos momentos un tono didáctico y moral. Este
desacuerdo entre los críticos da prueba de la existencia de dos posturas diferentes ante la
novela de Quevedo: un grupo de críticos considera la novela como « a morally serious
enterprise in which the truth of Catholic dogma is demonstrated by the inevitable
misfortune of a ‘rounded’ character placed within a setting which is recognizably ‘real’,
albeit dramatically intensified » (Smith 1987: 102) mientras que un otro grupo de críticos
encuentra en la novela un esteticismo lingüístico con un enfoque cómico y un ejemplo de
una ingeniosidad verbal, lo que da muestra de poca preocupación por la verosimilitud
psicológica o por el mensaje didáctico de la novela (Smith 1987 : 102). Se trata entonces del
enfrentamiento de respectivamente una escuela moral y una escuela estética. De todos
modos, el contexto socio-histórico en El Buscón, contrariamente al contexto en El Lazarillo
de Tormes y Guzmán de Alfarache, no tiene claramente una función didáctica y
moralizadora. Sobejano (1971) nota muy bien que el autor de El Buscón no opta por la
enseñanza explícita a través de la denuncia y crítica de elementos contextuales. El sentido
moral se deduce de « la sucesión de los hechos, los cuales son entretenidos por la intensa
ingeniosidad con que se describen, no por la comicidad sobrepuesta de los arrequives
verbales. » (Sobejano 1971 : 7)
Otra función – relacionada con la función de transmitir un mensaje didáctico y moralizador -
que puede tener el contexto histórico-social consiste en transmitir ideas reformistas. Según
Ysla Campbell (2004) este carácter reformista está presente en las tres novelas picarescas
45
peninsulares. Por ejemplo en el Guzmán de Alfarache y en El Buscón aparece la idea
reformista que todos los hombres son iguales. (Campbell 2004 : 156) La ‘limpieza de sangre’
ya no constituye un concepto significativo. « La raza, nacionalidad, ocupación y procedencia
social carecen de importancia : todos los hombres son iguales » (Campbell 2004 : 157).
Además, se pone en duda una convicción importante de los nobles, es decir la herencia
biológica de la virtud. Citamos lo que dice Pablos a sí mismo en El Buscón : « Más se me ha
de agradecer a mí, que no he tenido de quien aprender virtud, ni a quien parecer en ella,
que al que la hereda de sus agüelos. » (Quevedo 1990 : 170) Además, las ideas reformistas
que surgen en las novelas picarescas rechazan la ociosidad y aprueban el trabajo. Según
Campbell, « el trabajo es considerado fuente de virtud como el ocio de los vicios » (2004 :
161). Por ejemplo en El Lazarillo de Tormes, Lazarillo obtiene en el último tratado un oficio
real y dice : « con la ayuda de amigos y señores, todos mis trabajos y problemas pasados me
fueron pagados : porque conseguí un oficio real, viendo que sólo las personas que tienen
uno viven bien » (Anónimo 1994 : 71). En resumen, podemos decir que las tres novelas
picarescas revelan un « trasfondo ideológico » (Campbell 2004 : 162) :
[…] las nuevas concepciones (paternidad colectiva, importancia del trabajo, valor de
mérito) y necesidades económicas (racionalización de la economía) se oponen al
pensamiento dominante (otium cum dignitate y nobleza basada en la herencia
biológica y el recuerdo de las hazañas de los antepasados). (Campbell 2004 : 162)
En conclusión, resumimos los aspectos más importantes del análisis del contexto
sociohistórico en las tres novelas. En cuanto a la forma en que aparece el contexto histórico-
social observamos que en las tres novelas los elementos contextuales aparecen en la
mayoría de los casos bajo digresiones extensas y elaboradas. Se trata sobre todo de
reflexiones de la parte del protagonista. Sin embargo, encontramos también en cada novela
algunos pasajes en que mediante alusiones breves en diálogos se revela un aspecto del
contexto histórico-social. En cuanto al contenido y la función del contexto histórico-social en
las tres novelas, mencionamos en primer lugar la función básica del contexto histórico-social
en las tres novelas picarescas peninsulares : constituir un telón de fondo para la historia.
Delimitando el espacio temporal, geográfico, social, etc., mediante la inserción de elementos
contextuales, se construye un telón de fondo para la historia. Además, una gran parte de los
46
elementos contextuales existen realmente en la España de los siglos XVI y XVII. La segunda
función que se concede al contexto histórico-social constituye la de criticar la sociedad. Esta
función está presente en las tres novelas. El Lazarillo de Tormes da una visión pesimista de la
sociedad criticando entre otros los problemas sociales en España, como la pobreza y la
mendicidad, y los abusos de los clérigos. El Guzmán de Alfarache contiene un tono menos
crítico porque domina sobre todo el enfoque educativo. Sin embargo, el autor de la novela
critica explícitamente las honras vanas y transmite un juicio universal sobre la naturaleza
humana. En El Buscón, se critica, mediante los elementos contextuales, la postura típica de
los españoles de querer enriquecerse sin trabajar. La tercera función del contexto
sociohistórico, es decir la de transmitir un mensaje educativo y moralizador, está sobre todo
presente en el Guzmán de Alfarache. Existe una discrepancia entre los críticos de El Buscón :
un grupo reconoce que la novela quiere transmitir un mensaje moral mientras que otro
grupo aprecia la novela por su valor estético. La última función del contexto histórico-social
que encontramos en las tres novelas, constituye la de transmitir ideas reformistas. Una de
estas ideas reformistas constituye la del valor y de la necesidad del trabajo.
1.5. La novela picaresca hispanoamericana
Puesto que el asunto de esta tesina consituye el análisis de dos novelas picarescas
mexicanas, nos parece imprescindible esbozar brevemente en este apartado el desarrollo
del género picaresco en Hispanoamérica. Los primeros rasgos picarescos en obras
hispanoamericanas aparecen en la época virreinal25 : El Carnero (1636), Los infortunios de
Alonso Ramírez (1690) y El Lazarillo de ciegos caminantes (1773). No entramos en detalles
sobre estas obras sino que continuamos con investigar cómo nace el género de la picaresca
en Hispanoamérica.
A partir de la conquista de Latinoamérica por los europeos en 1492, todo lo que pasa en
Europa tiene su influencia en Latinoamérica. En Europa, el género de la novela no tiene
25
La época virreinal en Latinoamérica: Colón hizo viajes a América Latina entre 1492 y 1504. Al final del siglo XVI, los europeos ya conquistaron y colonizaron gran parte de la tierra latinoamericana, del Nuevo Mundo. Trajeron consigo los conceptos de derecho, administración, y justicia, desarrollando un sistema colonial burocrático y impusieron su lenguaje, su cultura y sus instituciones a la población indígena. Además, introdujeron la Iglesia Católica como elemento unificador. (Lockhart, J. y S.B. Schwartz 1983)
47
mucho éxito en aquel período y por eso tampoco en Latinoamérica se publican muchas
novelas. Sin embargo, algunos escritores escriben unas novelas importantes en Europa, por
ejemplo en España se escriben La Celestina, Amadís, El Lazarillo, Don Quijote, etc., pero
estas novelas no pueden estimular la producción de novelas en América. Solamente
hablamos de la novela hispanoamericana a partir del siglo XIX con la ascensión de la clase de
la burguesía. Según Emilio Carilla, se puede considerar los relatos novelescos que se escriben
durante el período colonial como los antecedentes de la novela hispanoamericana (1967 :
t.2, 60).
Casas de Faunce escribe sobre el origen del género picaresco en Hispanoamérica,
concluyendo que podemos considerar la novela El Periquillo Sarniento (1816), escrita por
José Joaquín Fernández de Lizardi, como la primera novela picaresca hispanoamericana
(1977 : 32). En su obra clasifica las novelas picarescas hispanoamericanas en los tres grupos
ya mencionados en el apartado 1.2. de este trabajo, « ¿Qué es la novela picaresca ? ». Como
ejemplos de la picaresca clásica en Hispanoamérica, Casas de Faunce menciona El Periquillo
Sarniento (1816), Don Catrín de la Fachenda (1832), Divertidas historias del nieto de Juan
Moreira (1910), El Lazarillo en América (S. F.) y Oficio de vivir (1958). En cambio, como
ejemplos de la picaresca en sentido lato trata las obras El casamiento de Laucha (1906),
Suetonio Pimienta (1924) y Quince uñas y Casanova, aventureros (1945). En último lugar
investiga las novelas míticamente picarescas : El Cristiano Errante (1846-1847), Historia del
Perinclito Epaminondas del Cauca (1863), Chamijo (1930), El falso Inca (1905), Don Pablos en
América (1932), La vida inútil de Pito Pérez (1938), Tata Lobo (1952) y Aventuras de Perico
Majada (1962).
Nos centramos en primer lugar en la categoría de las novelas picarescas clásicas porque
constituye la categoría a la que pertenece una de las novelas que analizamos en esta tesina,
es decir El Periquillo Sarniento. José Joaquín Fernández de Lizardi, el autor de la novela,
recurre al género de la picaresca, imitando la novela picaresca clásica española. Ya
explicamos los nueve rasgos típicos de esta picaresca clásica en el apartado 1.3. de esta
tesina, titulado « Las características típicas de la novela picaresca clásica y su relación con el
contexto histórico-social ». No analizamos en este trabajo en qué medida estos rasgos
48
típicos están presentes en El Periquillo Sarniento sino que aceptamos la decisión de María
Casas de Faunce de considerar la novela como novela picaresca clásica.
En segundo lugar nos centramos en la categoría de las novelas míticamente picarescas
porque es la categoría a la que pertenece la segunda novela que analizamos en esta tesina,
es decir La vida inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero. Casas de Faunce describe la
diferencia entre este tipo de novelas míticamente picarescas y los otros dos tipos :
[…] se diferencia de las anteriores por su énfasis en lo social o costumbrista y porque
el punto de vista narrativo no es el del pícaro, ni el de su picardía, sino el de un
observador que ha interpretado subjetivamente la filosofía picaresca y la utiliza como
medio expositivo de su ideología, olvidándose de las relaciones y de la función del
pícaro y su ambiente, en la justificación del caso individual de un estado de picardía.
(1977 : 153-154)
A continuación, Casas de Faunce declara a propósito de la obra La vida inútil de Pito Pérez lo
siguiente: « El mito picaresco del libro se encarna en la traslación de una materia literaria
para combinarla con una experiencia vivida y que ambas sirvan como vehículo agente de la
ideología de su autor. » (1977 : 192)
En último lugar, analizamos las diferencias y semejanzas entre el género picaresco
peninsular y el hispanoamericano. En primer lugar, es evidente, si recordamos el período de
colonización de Latinoamérica por los españoles, que la picaresca, que nace en España,
influye en el desarrollo del género picaresco en Hispanoamérica. Sin embargo, las
circunstancias en que surge el género en España no son las mismas como en
Hispanoamérica. Es decir, El Lazarillo de Tormes nace durante el Siglo de Oro en España
mientras que el nacimiento del género en Hispanoamérica tiene lugar en un período en que
dominan las ideas de Rousseau y en que surgen nuevas ideas sobre la libertad, la igualdad y
la fraternidad en una sociedad que se encuentra en decadencia.
En segundo lugar, profundizamos en la primera novela picaresca hispanoamericana, es decir
El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi. Gisela Bencomo evoca en su
49
tesis, citando a Luis Leal, que « la contribución de Fernández de Lizardi al género es la
creación de prototipos picarescos originales : el lépero, el catrín, la pícara pomposa, el
pelado, todos ellos genuinamente representativos de la nueva sociedad mexicana. » (2003 :
30). De ahí podemos concluir que los pícaros que figuran en las novelas españoles no son
iguales a los que actúan en las novelas hispanoamericanas.
En tercer lugar, existe, según Borgeson (1986), aún otra diferencia entre la picaresca
española y la hispanoamericana, es decir, mientras que el pícaro español rechaza totalmente
la sociedad que critica, el pícaro hispanoamericano solamente lucha por una sociedad mejor.
Borgeson toma El Periquillo Sarniento como ejemplo y evoca que « Lizardi pudo ser
reformista sin llegar a completo rechazo de la repugnante sociedad que observa el pícaro
español clásico. » (1986 : 505). Analizamos más en profundidad este rasgo en la parte
analítica de esta tesina, puesto que tiene mucho que ver con la característica de la picaresca
que queremos investigar, es decir la presencia y función del contexto histórico-social.
50
2. Parte analítica : presencia y función del contexto histórico-social en dos
novelas picarescas mexicanas
En esta parte analizamos la presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas
picarescas mexicanas : El Periquillo Sarniento (1816) de José Joaquín Fernández de Lizardi y
La vida inútil de Pito Pérez (1938) de José Rubén Romero. Para el análisis de la novela de
Lizardi disponemos de muchos artículos críticos y algunas obras en que se discuten ciertos
aspectos del contexto histórico-social. Constituyen el punto de partida para el análisis del
contexto histórico-social en El Periquillo Sarniento, complementado con los resultados que
surgen de nuestro propio análisis de la novela. Para el análisis de la novela de Romero, por el
contrario, no disponemos de mucha información concerniente el contexto histórico-social y
por consiguiente tenemos que basarnos en mayor medida en nuestro propio análisis.
2.1. El Periquillo Sarniento
2.1.1. Vida y obra del autor J.J. Fernández de Lizardi
José Joaquín Fernández de Lizardi, el autor de la novela El Periquillo Sarniento (1816). Nace
en la ciudad de México, el 15 de noviembre de 1776 y muere en la misma ciudad en 1827.
Para los datos biográficos de este autor nos basamos en lo que está escrito sobre él en el
capítulo introductorio de la novela El Periquillo Sarniento26 y en los artículos críticos de Carol
M. Young27 y Jefferson Rea Spell28. No es nuestro objetivo enumerar todos los
acontecimientos que tienen lugar en la vida de José Joaquín Fernández de Lizardi, sino que
solamente intentamos esbozar una imagen general del autor. Prestamos más atención a su
carrera literaria porque es interesante averiguar lo que estimula a Lizardi a escribir su novela
El Periquillo Sarniento.
26
Se trata de la edición de Carmen Ruiz Barrionuevo, publicada en 1997. 27
El artículo se titula « Lizardi’s El Negro Sensible » (CLA journal 1981). 28
Se trata de dos artículos : « Fernández de Lizardi and His Critics » (Hispania 1928), y « New Light on Fernández de Lizardi and His El Periquillo Sarniento » (Hispania 1963).
51
En cuanto a su vida personal, sabemos que cuando tiene cuatro años ya tiene que
trasladarse a Tepotzotlán. Ingresa en el Colegio de Tepotzotlán y después regresa a México
para estudiar latín. En 1793 entra en el Colegio de San Ildefonso pero no llega a obtener el
grado de Bachiller a causa de la enfermedad que atrapa a su padre. Empieza a trabajar como
juez en Taxco. En 1805 se casa con Dolores Orendain. Cuando la ciudad de Taxco es
conquistada por los españoles, le acusan a Lizardi de haber colaborado con los insurgentes.
Después de una breve estancia en la cárcel, Lizardi empieza a trabajar como periodista en la
ciudad de México en 1811.
En 1808 aparece su primera obra literaria, el poema Polaca. En aquel poema honra a
Fernando VII, el rey de España. A partir de 1811 empieza realmente la carrera literaria de
Lizardi. Escribe folletos, poemas y periódicos con una clara preocupación social, política y
satírica. En 1812 se establece la Constitución de Cádiz que implica la libertad de imprenta en
México. Aparece el primer periódico de Fernández de Lizardi : El Pensador Mexicano. Desde
aquel momento el autor adopta el título del periódico como seudónimo. En su periódico
Lizardi aborda los problemas de su país pero a causa de las ideas reformistas que surgen en
sus artículos, Lizardi queda detenido por segunda vez. En marzo de 1813, con la llegada del
virrey Calleja, ponen en libertad a Lizardi. A partir de este momento, se nota un cambio en el
contenido de los artículos de Lizardi : quiere ganar el favor del nuevo virrey y por eso tiene
que suavizar un poco sus ideas. De esta manera pierde la simpatía tanto de los realistas
conservadores que sospechan de Lizardi de tener contactos con los rebeldes como de los
insurgentes que no tienen confianza en él porque adula al virrey y rechaza la violencia.
En 1816 aparece la primera novela de Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento. La fuerte
censura que domina México en aquel período, obliga a Lizardi de renunciar al periodismo y
de empezar con escribir novelas que le ofrecen más posibilidades para expresar sus ideas
reformistas. No obstante, la censura prohíbe la publicación del cuarto y último tomo de El
Periquillo Sarniento. Estos dos tomos sólo se publican en 1831, cuatro años después de la
muerte del autor. Lizardi escribe algunas otras novelas entre 1817 y 1920 : Fábulas (1817),
Noches tristes (1818), La Quijotina y su prima (1818 y 1819) y Don Catrín de la Fachenda
(1920). En 1920 se establece la Constitución en México y a partir de este momento Lizardi se
dedica de nuevo al periodismo. En su folleto Chamorro y Dominiquín (1821) se declara en
52
favor de la separación de México de España. Sin embargo, no quiere participar en la
violencia a la que recurren los insurgentes. A causa de este folleto, Lizardi va a parar una vez
más a la cárcel. Más tarde, Lizardi cambia su actitud y se une con Iturbide y los insurgentes
para luchar con violencia por la independencia de México. En 1822, es excomulgado por su
Defensa de los francmasones.
En 1823 destronan a Iturbide, el emperador de México. A partir de aquel momento
empiezan las luchas entra federalistas y centralistas. Lizardi se encuentra al lado de los
federalistas. Va a parar otra vez a la carcél pero después de su liberación, empieza a publicar
él mismo sus escritos. El 29 de diciembre de 1823 consigue el levantamiento de la
excomunión. Entretanto, Fernández de Lizardi se ha puesto enfermo : sufre de tuberculosis.
En aquel momento, está trabajando en la segunda edición de El Periquillo Sarniento pero
sólo el primer tomo se publica durante su vida. En 1826 Lizardi publica el primer número de
su periódico Correo Semanario de México. En 1827 redacta el Testamento y Despedida del
Pensador Mexicano, en que expresa sus propias ideas acerca de la sociedad en México.
Lizardi declara en aquel texto que no cree en la infalibilidad del papa y tampoco en la
superstición religiosa. Este folleto incluye también el epitafio del autor: « Aquí yacen las
cenizas del Pensador Mexicano, quien hizo lo que pudo por su patria. »29
Fernández de Lizardi está impregnado de las ideas de la Ilustración americana del siglo XVIII.
Sus ideas de reformismo, filantropía, racionalismo, utilitarismo, liberalismo y la fe en el
hombre, tienen su origen en la ideología de la Ilustración. Lizardi pone en duda los dogmas
de la Iglesia Católica, la escolástica y la fidelidad política a las monarquías ibéricas. Lizardi
comienza su carrera literaria en el período de la independencia de México y del golpe de
estado de Hidalgo (1810). Hidalgo y los liberales están igualmente influidos por escritores
ilustrados como Rousseau, Voltaire o Diderot. Sin embargo, no rechazan totalmente la
Iglesia Católica sino que mantienen su fe religiosa.
En sus periódicos Lizardi difunde estas ideas ilustradas. De esta manera acceden a un nuevo
público de lectores que tiene ganas de discutir las nuevas ideas. La libertad de imprenta que
29
Fernández de Lizardi, José Joaquín. 1827. Testamento y despedida del Pensador Mexicano. México: Imprenta de la Testamentaría de Ontiveros
53
se establece en 1812 con la promulgación de la Constitución de Cádiz, juega también un
papel importante en el crecimiento de la popularidad del periodismo en México. Lizardi
publica en aquel año el primer número El Pensador Mexicano. En este periódico critica entre
otras cosas la Inquisición. Sin embargo, a partir de su estancia en la cárcel durante siete
meses, Lizardi se modera un poco en sus escritos, tratando con mayor frecuencia reformas
sociales y cívicas. En su segundo periódico, la Alacena de Frioleras, publicada por primera vez
en 1815, Lizardi trata temas satíricos y costumbristas como las corridas de toros, los
hospitales, el juego, etcétera. A partir de 1816 la carrera de Lizardi como periodista se
interrumpe y el autor empieza a escribir su primera novela, El Periquillo Sarniento. A partir
de 1820 reanuda su trabajo como periodista y publica aún seis periódicos y muchísimos
folletos. En el periódico El Conductor Eléctrico (1920) Lizardi defende la Constitución y critica
la Inquisición. El periódico El Amigo de la Paz y de la Patria aparece en el período anárquico
que sigue a la declaración de la independencia de México. En este periódico Lizardi elogia el
gobierno de Iturbide. En 1823 aparece El Payaso de los Periódicos y El Hermano del Perico
que Cantaba la Victoria. En este periódico de Lizardi, el periodista quiere alabar el
federalismo liberal y criticar el centralismo conservador a través de un diálogo entre el
Pensador y un perico que simboliza a Pitágoras. La última prueba de la carrera periodística
de Lizardi encontramos en el periódico Correo Semanario de México, publicado en 1826 y
1827. Al lado de la publicación de periódicos, Lizardi escribe también muchos folletos. Este
‘género’ le permite eludir la censura y acceder a un público amplio. El contenido de sus
folletos no difiere mucho de los temas abordados en sus periódicos. Su objetivo consiste en
difundir las ideas de libertad e instruir la moralidad a sus lectores.
Lizardi escribe también muchos poemas. A pesar de esto, no constituye el mejor poeta de su
tiempo. En 1808 publica su primer poema, la Polaca. Los años siguientes muchos de sus
poemas aparecen en el Diario de México, un periódico que circula en México en aquel
tiempo. Lizardi tiene una preferencia por la poesía satírica y las fábulas30 pero escribe
también poemas políticos y religiosos. Además, la poesía de Lizardi choca con la concepción
de literatura a que apoya la ‘Arcadia mexicana’. Según estas poetas la literatura tiene que
ser refinada, neoclásica. Utilizan la concepción literaria de los ‘árcades’ que constituye el
contrario de la concepción literaria de Lizardi, es decir que la obra literaria tiene que estar 30
Reúne sus fábulas en 1817 en su obra Fábulas.
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escrita en un lenguaje popular y a veces vulgar. Sin embargo, las dos concepciones tienen en
común el deseo de transmitir, conforme con las ideas del siglo XVIII, un mensaje didáctico. El
afán por el didacticismo aparece en toda la obra poética de Lizardi.
Lizardi crea también algunas obras de teatro. El teatro en México en aquel tiempo se
caracteriza por el dominio del teatro de España : Lope de Vega, Calderón, Moreto, etcétera.
Además, las obras dramáticas mexicanas sufren la influencia del neoclasicismo de por
ejemplo Moratín e Iriarte. Lizardi no quiere crear este tipo de obras porque según él, estas
piezas de teatro ofrecen un mal ejemplo a los jóvenes. Para Lizardi el teatro tiene que ser
útil y verosímil. Aunque tiene buenas ideas en relación con la producción de obras de teatro,
no tiene grandes dotes de crear teatro él mismo. Sin embargo, los mismos temas que
aparecen en sus folletos, periódicos y poemas reaparecen en sus obras teatrales : mostrar
las problemas sociales y políticos de México y el carácter didáctico de sus obras.
En cuanto a las novelas que escribe Lizardi, la novela más conocida es El Periquillo Sarniento
(1816). No obstante, mencionamos también brevemente las características de las otras
novelas de Lizardi. En 1818 el autor publica la novela Noches tristes y día alegre. Para la
escritura de esta novela Lizardi se basa en la obra de Cadalso, Noches lúgubres. En el mismo
año escribe también La Quijotina y su prima pero la obra solamente se publica en 1831-
1832. En esta novela, como en El Periquillo Sarniento, el autor trata el tema de la educación.
La diferencia con El Periquillo Sarniento es que el protagonista no es un hombre sino una
mujer. En 1819-1820 crea la novela Don Catrín de la Fachenda, en que protagoniza « un
Periquillo sin los enfadosos comentarios didáctico-moralizantes ». (Barrionuevo 1997 : 33)
El Periquillo Sarniento constituye la primera novela hispanoamericana. Es una novela
moralizadora con un claro objetivo didáctico. El recurso a la novela tiene por Lizardi, además
de la razón de eludir la censura, también una razón de índole económica. Las novelas se
venden bien en aquel período y puesto que el autor tiene que vivir de la pluma, sus obras
literarias tienen que ser rentables. El modelo en que se basa Lizardi para escribir El Periquillo
Sarniento es la picaresca española. Resulta lógico que Lizardi recurra al género de la
picaresca porque existe una afinidad entre la picaresca y el periodismo, el género preferido
de Lizardi. Además, las novelas picarescas tienen una estructura clara y fácil a imitar. Se
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puede entonces considerar la picaresca española como fuente primaria de El Periquillo
Sarniento. Entre los elementos picarescos que aparecen en la novela, mencionamos entre
otros el autobiografismo, el servicio a diferentes amos y el tono didáctico y moralizador. No
sólo la picaresca española influye en Lizardi, sino también algunas obras americanas con
elementos picarescos. Citamos como ejemplos la obra de Carlos de Sigüenza y Góngora, los
Infortunios de Alonso Ramírez (1680) y la novela de José Mariano Acosta Enríquez, El sueño
de sueños (principio del siglo XIX). En esta última novela aparece por primera vez el lépero,
el pícaro mexicano. Por último, es importante tener en cuenta que la picaresca que adopta
Lizardi para su novela El Periquillo Sarniento sufre la influencia de las ideas ilustradas de
entre otros Rousseau. Sin embargo, Lizardi no adopta todas las ideas de los ilustrados
franceses : por ejemplo, no quiere abandonar su fe cristiana. Por esta razón sería mejor
clasificar a Lizardi entre los ilustrados españoles. En último lugar, mencionamos que Lizardi,
en El Periquillo Sarniento, se dirige a los lectores de su época. Para aumentar la verosimilitud
de la historia, Lizardi crea en su obra contextos localizables por los lectores. De esta manera
los lectores se pueden reconocer en Periquillo. En la novela figuran también varios tipos
sociales representados por personajes típicos de los diferentes ámbitos sociales de la
sociedad de México.
Después de haber transcurrido la carrera literaria de Lizardi, nos centramos ahora en los
críticos del autor. Lizardi constituye durante toda su carrera literaria el centro de mucha
controversia por no ocupar en su vida definitivamente una posición en contra o en favor de
la revolución. De esta manera no le cogen simpatía a Lizardi. Además, el autor no tiene
realmente el objetivo de escribir literatura de modo que le critican continuamente su estilo,
su lengua, etcétera. Otra polémica reside en la convicción religiosa del autor : por una parte
Lizardi pretende ser católico, por otra parte su obra es censurada por el clero a causa de su
contenido anticlerical. Además el autor es condenado y excomulgado por la Inquisición.
Se puede clasificar los críticos de Lizardi en tres grupos : los que critican la literatura de
Lizardi, los que critican su punto de vista político y los que critican su reproducción del
ambiente religioso de aquel tiempo. (Spell 1928 : 233) A partir de 1811 critican a Lizardi
porque vende sus poemas como panfletos en la calle. Se trata de los críticos Juan María
Lacunza y Mostaza. Estos críticos publican artículos dirigidos contra Lizardi, mientras que
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Lizardi los responde en los mismos periódicos. Al aparecer en 1812 el primer periódico de
Lizardi, El Pensador Mexicano, en que trata problemas políticos, acaban con criticar la poesía
de Lizardi. Sin embargo, en el mismo año se suprime la libertad de expresión y encarcelan a
Lizardi. Un año después le ponen en libertad pero entretanto el autor ha perdido todos sus
amigos. En 1815 publica dos revistas que tratan de problemas sociales en vez de políticos :
La Alacena de frioleras y Caxoncito de la Alacena. En 1816 aparece la primera novela de
Lizardi, El Periquillo Sarniento. La novela ofrece más oportunidades al autor para expresar su
ideas reformistas que los periódicos que están bajo fuerte censura en aquella época. Cuando
en 1820 se restablece la libertad de expresión, Lizardi vuelve a escribir panfletos. Sin
embargo, la obra de Lizardi sólo empieza a ser apreciada por los críticos después de la
muerte del autor.
Concluimos este apartado sobre el autor de El Periquillo Sarniento con lo que dice J.R. Spell
al final de su artículo Lizardi and His Critics : « One by one many reforms which he [Lizardi]
outlined have been accomplished; others are still subject of debate. But above all, Lizardi’s
pamphlets served to promote discussion among his own people; he aroused in others the
need to become what he himself was called – a thinker.” (1928: 245)
2.1.2. Sumario de El Periquillo Sarniento
La historia comienza con Pedro Sarmiento que anuncia que va a escribir la historia de su
vida. Se dirige a sus hijos porque quiere ponerles a la altura de los peligros de la vida.
Comenzando la historia de su vida con relatar sobre su niñez, señala que como niño vive con
su padre, un hombre inteligente, su madre, una mujer cándida y la nana Tomasa. Cambia
muchas veces de escuela pero finalmente llega a obtener el grado de bachiller en filosofía.
Sus padres lo envían a la hacienda de don Martín donde encuentra a Juan Largo, un ex
compañero de clase. Sin embargo Periquillo no puede quedarse en la hacienda puesto que
su padre le da ocho días para reflexionar sobre lo que quiere hacer con su vida. Martín
Pelayo le convence de estudiar para clérigo. Sin embargo, cuando su padre se entera de que
Periquillo no asiste a las clases, decide ponerle en un convento. Algún tiempo después el
padre de Periquillo fallece y Periquillo decide salir del convento y volver a vivir con su madre.
Cuando también muere su madre, Periquillo ya no puede pagar la renta de la casa y se huye.
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Encuentra a Juan Largo que inicia a Periquillo en conocer los secretos del robo y del engaño.
Sin embargo, ayudando a Juan Largo durante un robo, Periquillo es detenido y puesto en la
cárcel. Ahí encuentra a Antonio Sánchez que le cuenta la historia de su encierro injusto. Al
salir de la cárcel, Antonio deja sus cosas a Periquillo pero los otros presos le roban todo. Un
día un payo pide a Periquillo si quiere escribir dos cartas para él. Al leer estas cartas de
Periquillo, el escribano Chanfaina decide poner en libertad a Periquillo y ofrecerle un puesto.
Constituye el primer amo de Periquillo pero dentro de poco Periquillo ya se entera del
carácter perverso de su amo. Después de haber permanecido algún tiempo en la casa del
escribano, Periquillo tiene que huirse a causa de un conflicto. Pasa a su segundo amo, un
barbero y después a su tercero amo, un boticario. Su cuarto amo es el doctor Purgante.
Después de haber trabajado ocho meses para él, Periquillo le roba sus títulos, libros, recetas,
una bata, etcétera, y se pone en camino hacia Tula donde se hace pasar por médico. Sin
embargo, su carrera como doctor no dura mucho tiempo. Con el dinero que obtiene de la
venta de las cosas del doctor Purgante, compra un billete de lotería. Gana mucho dinero y
compra una casa amueblada con un sirviente y una cocinera. Dentro de poco Periquillo se
casa con Mariana, una chica de dieciséis años. Sin embargo Periquillo siente más amor por la
cocinera Luisa que por su mujer. Entonces, cuando su mujer muere, encuentra de nuevo a
Luisa pero ella ya está casada. Tiempo después, Periquillo trabaja como aprendiz de un
sacristán. Un día, Periquillo y el hijo del sacristán deciden robar las joyas del cadáver de una
mujer. A causa de esto pierde su oficio. Entonces, un subdelegado le ofrece un empleo en su
casa en Tixtla. Durante la ausencia del subdelegado, Periquillo gasta mucho dinero del
subdelegado. Pierde de nuevo su oficio y va a parar otra vez a la cárcel. Sin embargo,
consigue en obtener que durante ocho años puede estar al servicio de un coronel que le
lleva consigo a Manila. Con la muerte del coronel, Periquillo recibe tres mil pesos y decide
regresar a su patria, México. Sin embargo, el barco en que Periquillo se encuentra, naufraga.
Periquillo sobrevive con la ayuda de algunos pescadores chinos que le llevan a su isla
Saucheofú, donde Limahotón, el hermano del virrey, le acoge. Periquillo le dice que en su
patria es un conde pero durante el viaje de vuelta a México, el chino se entera de que es una
mentira. De esta manera, el chino lo considera como su criado. Sin embargo, un incidente en
la casa del chino causa la partida obligatoria de Periquillo de la casa. Periquillo se desespera
y quiere ahorcarse pero no lo logra. Llegado a Puebla, Periquillo se une con algunos amigos
que se meten en asaltos a ciudadanos. Cuando un día sus dos amigos mueren, se escapa. En
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su camino encuentra el cadáver de Juan Largo. Regresa a México donde se confesa de sus
pecados. Su confesor es Martín Pelayo y éste le ayuda a encontrar un puesto como
administrador del mesón del pueblo. Un día llegan al mesón don Antonio, su mujer y su hija.
Periquillo declara su amor por la hija de Antonio y algún tiempo después, los dos se casan. Al
morir su amo, Periquillo hereda sus bienes. Luego, ya estando enfermo, Periquillo deja a
Lizardi, el Pensador Mexicano, sus cuadernos para que los corrija. Al final de la novela Lizardi
toma la palabra, reproduciendo el testamento de Periquillo y describiendo las últimas horas
de él. Entonces, concluimos que « la autobiografía de Periquillo Sarniento se presenta como
un testimonio espiritual confiada a un cierto Lizardi para que la publique. » (Van Praag-
Chantraine 1979 : 1054)
2.1.3. Presencia del contexto histórico-social
Antes de pasar al análisis formal de los elementos contextuales en El Periquillo Sarniento,
esbozamos la imagen del contexto histórico-social real en que J. J. Fernández de Lizardi
escribe su novela. Para esto nos basamos en lo que plantean, entre otros, Catherine Beroud
(1979), Jacqueline van Praag-Chantraine (1979) y J.R. Spell (1925). En primer lugar seguimos
a J.R. Spell que enumera los aspectos positivos de la ciudad de México y su región en aquel
tiempo (1925 : 146-147). Hace referencia a la buena situación geográfica de la ciudad, al
buen clima y a las tierras fértiles, a los palacios, las iglesias y los monasterios, semejantes a
aquéllos en las grandes ciudades en Europa. Estos edificios fueron erigidos por los
colonizadores españoles con el dinero que obtenían del oro de las minas mexicanas. Por lo
contrario, la situación social de México de aquel tiempo revela una imagen más bien
negativa de la ciudad de México y de sus alrededores. J.R. Spell se refiere a « the unequal
distribution of wealth » (1925 : 147). En general, la población en México se organiza en tres
clases sociales : la clase de los ricos, que forma un grupo pequeño, la clase media cuyos
‘miembros’ se comportan como ricos pero que en realidad no poseen mucho dinero y la
clase baja a la que pertenece la mayor parte de la población nativa y que está por lo general
ignorante y menesterosa.
Al escribir la novela, Lizardi se encuentra entonces en un México en plena transición : se está
acabando la época colonial y ya surgen los primeros índices de la Independencia. Este
59
período de transición implica muchas transformaciones en la vida política y social de México.
En primer lugar, Beroud hace referencia a la fragmentación de la organización de la política
colonial, causada por la llegada a México de las ideas revolucionarias que servían como base
para las luchas de independencia en América y en Francia (1979 : 1041). En segundo lugar, la
situación social sufre también una transformación. Las ideas liberales de los franceses se
difunden en «la clase social acomodada y semiacomodada que […] se [siente] frustrada al
verse apartada del poder.» (Beroud 1979 : 1041-1042) Estas ideas chocan con las ideas
tradicionales de las clases altas y bajas. En tercer lugar, surge un sentimiento de
« americanismo » (Beroud 1979 : 1042) entre los criollos. Van Praag-Chantraine (1979 :
1049) llama la atención al hecho de que los padres de Lizardi son también criollos. Este
grupo de población ya no acepta el predominio de los colonizadores en su tierra y día tras
día el deseo de independencia incrementa entre ellos. Van Praag-Chantraine lo formula así :
« A comienzos del siglo XIX y en vísperas de una independencia aún insegura, los criollos
vivían ansiosamente en la Nueva España la transformación ideológica y social de Europa. »
(1979 : 1050) En cuarto lugar, se trata en aquel período de « una sociedad en crisis que
[busca] su identidad » (Beroud 1979 : 1042) La sociedad conta cada vez más mendigos,
léperos, etcétera. La observación de estos individuos constituye el punto de partida para la
novela de Lizardi. Según Lizardi, la situación de éstos es culpa de la clase media porque esta
clase, a causa de su sentimiento de honor, se niega a aprender un oficio y a dedicarse al
comercio (Spell 1925 : 147).
En los párrafos siguientes intentamos hacer un análisis de la forma en que el contexto
sociohistórico aparece en El Periquillo Sarniento. Partiendo de la lectura de la novela nos
parece que los aspectos contextuales aparecen en la mayoría de los casos bajo digresiones
extensas y elaboradas. Se trata sobre todo de reflexiones por parte del pícaro en que se
aborda un elemento o problema especial de la sociedad en que vive el pícaro. Citamos por
ejemplo a lo que opina Periquillo de los errores ortográficos que comete su profesor :
Ya ven ustedes qué expuesto está a escribir mil desatinos el que carece de
instrucción en la ortografía, y cuán necesario es que en este punto no os descuidéis
con vuestros hijos. Es una lástima la poca aplicación que se nota sobre este ramo en
nuestro reino. No se ven sino mil groseros barbarismos todos los días escritos
60
públicamente en las velerías, chocolaterías, estanquillos, papeles de las esquinas y
aun en el cartel del Coliseo : Es corriente ver una mayúscula entremetida en la mitad
de un nombre o verbo, unas letras por otras, etc. […]
¿Qué juicio tan mezquino formará un extranjero de nuestra ilustración cuando
vea semejantes despilfarros escritos y consentidos públicamente no ya en un pueblo,
sino nada menos que en México, en la capital de las Indias Septentrionales, y a vista y
paciencia de tanta respetable autoridad y de un número de sabios tan acreditados en
todas facultades ? ¿Qué ha de decir ni qué concepto ha de formar sino de que el
común del pueblo (y eso si piensa con equidad) es de lo más vulgar e ignorante, y que
está enteramente desatendido el cuidado de su ilustración por aquellos a quienes
está confiada ? […]
Pues aún no es esto todo lo malo que hay en el particular, porque es una
lástima ver que este defecto de ortografía se extiende a muchas personas de fina
educación, de talentos no vulgares, y que tal vez han pasado su juventud en los
colegios y universidades ; de manera que no es muy raro oír un bello discurso a un
orador, y notar en este mismo discurso escrito por su mano sesenta mil defectos
ortográficos. Y a mí me parece que esta falta se debe atribuir a los maestros de
primeras letras, que o miran este punto tan principal de la escritura como mera
curiosidad o como requisito no necesario, y por eso se descuidan de enseñarlo a sus
discípulos, o enteramente lo ignoran, como mi maestro, y así no lo pueden enseñar.
(Lizardi 1997 : 120-122)
Entonces, Lizardi provee diversas páginas de su novela para la elaboración del pensamiento
de Periquillo. De esta manera revela el contexto histórico-social en que vive el protagonista,
es decir, una sociedad que carece de un buen sistema de enseñanza. Además de recurrir a
digresiones extensas, Lizardi opta a veces también por expresar los elementos contextuales
bajo alusiones breves en diálogos. En estos casos se trata de referencias breves a fenómenos
de la sociedad en que vive el protagonista. Por ejemplo en el capítulo V del tercer tomo, el
subdelegado llama a Periquillo, que se finge un médico, a rendir cuentas ante el cura.
Durante la disputa entre los dos, se revela algunos aspectos del contexto histórico-social en
que vive Periquillo. Además, recurriendo a la forma del diálogo, Lizardi, a través del discurso
de Periquillo, puede explícitamente criticar el cura :
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Se acabó de incomodar el cura con esta impolítica reprehensión, y parándose
del asiento, alzándose el birrete y dando una palmada en la mesa me dijo : - Poco a
poco, señor doctor, o señor charlatán. Advierta usted con quién habla, en qué parte,
cómo y delante de qué personas. ¿Ha pensado usted que soy algún topile o algún
barbaján para que se altere conmigo de ese modo y quiera regañarme como a un
muchacho ? ¿O cree usted que porque lo he llevado con prudencia me falta razón
para tratarlo como quien es, esto es, como a un loco vano, pedante y sin educación ?
Sí, señor, no pasa usted de ahí ni pasará en el concepto de los juiciosos, por más
latines y más despropósitos que diga…
El subdelegado y todos, cuando vieron al cura enojado, trataron de serenarlo ; y
yo, no teniéndolas todas conmigo, porque a las voces salieron todos los indios que ya
habían acabado de comer, le dijo muy fruncido : —Señor cura, usted dispense, que si
erré fue por inadvertencia y no por impolítica, pues debía saber que ustedes los
señores curas y sacerdotes siempre tienen razón en lo que dicen, y no se les puede
disputar sin exponerse a una de éstas ; y así lo mejor es callar y no ponerse con
Sansón a las patadas. Ne contendas cum potentioribus, dijo quien siempre ha hablado
y hablará verdad.
—Vean ustedes, decía el cura ; si yo no estuviera satisfecho de que el señor
doctor había sin reflexión lo primero que se le viene a la boca, ésta era mano de
irritarse más ; pues lo que da a entender es que los sacerdotes y curas, a título de
tales, se quieren siempre salir con cuanto hay, lo que ciertamente es un agravio no
sólo a mí, sino a todo el respetable clero ; pero repito que estoy convencido de su
modo de producir[se] ; y así es preciso disculparlo y desengañarlo de camino ; y
volviéndose a mí, me dijo : ―Amigo, no niego que hay algunos eclesiásticos que, a
título de tales, quieren salirse con cuanto hay como usted ha dicho ; pero es
menester considerar que éstos no son todos, sino uno o otro imprudente que en esto
o en cosas peores manifiestan su poco talento y acaso vilipendian su carácter ; mas
este caso, fuera de que no es extraño, pues en cualquiera corporación por pequeña y
lucida que sea no falta un díscolo, no debe servir de regla para hablar
atropelladamente de todo el cuerpo. (Lizardi 1997 : 568-570)
62
En último lugar hacemos referencia a una particularidad de la novela de Lizardi en cuanto a
la representación de los elementos contextuales, es decir, la inserción de imágenes en la
historia. A través de diez imágenes que ilustran la novela – nos basamos en la versión de
Carmen Ruiz Barrionuevo de El Periquillo Sarniento (1997) – el contexto histórico-social se
manifiesta ante los lectores.31 Resulta muy interesante analizar qué fin tienen estas
imágenes32 en la novela. Según Vogeley, Lizardi quiere que el lector tanto oiga como vea el
mensaje moral de la novela (2001 : 145).33 Según la misma crítica, Lizardi, mediante el uso de
imágenes en su texto, « shows his awareness of a book’s visual and auditory dimensions. »
(2001: 145) El apéndice 1 de este trabajo contiene una imagen que figura en El Periquillo
Sarniento de Carmen Ruiz Barrionuevo en el capítulo dos del primer tomo. Vogeley (2001)
hace referencia a la misma imagen, describiendo lo que representa: a la izquierda surge un
clérigo erudito que acaba de entrar en la clase de Periquillo y que ve bajo la imagen de la
Inmaculada Concepción, un verso mal escrito. El clérigo reprende al profesor que a causa su
uso incorrecto de los signos de puntuación, ha cambiado el sentido del verso (Vogeley 2001).
El texto correcto sería:
Pues del Padre celestial
fue María la hija querida,
¿no había de ser concebida
sin pecado original ?
(Romero 1962: 120) 31
En algunos estudios sobre El Periquillo Sarniento, por ejemplo en la obra de Nancy Vogeley (2001), y en la obra de Beatriz de Alba-Koch (1999), se hace referencia a aún más imágenes que figuran en las versiones más antiguas de la novela. Magali M. Carrera, por su parte, señala que la versión original del Periquillo Sarniento contiene 36 imágenes grabadas (2003 : 130). Para nuestro análisis del contexto histórico-social no importa realmente el número de imágenes sino que resulta más interesante observar qué fin tienen estas imágenes en la obra de Lizardi. 32
Algunos críticos comparan los imágenes de la novela de Lizardi con la pintura de castas. Sin embargo, según Beatriz de Alba-Koch, no son iguales : « Las ilustraciones del Periquillo, a diferencia de la pintura de castas, ofrecen una mirada reflexiva en donde el reconocimiento de la diversidad racial es dramatizado. En ellas se enfatiza lo que la pintura de castas no admite, y es que en la Nueva España la interacción entre los grupos raciales es violenta. No obstante cierta comicidad, pues el Periquillo y sus ilustraciones no dejan de ser satíricos, es en la obra de Fernández de Lizardi que se encuentra una de las visualizaciones más claras de este tipo de violencia en las postrimerías del periodo virreinal. » (Alba-Koch 1999 : 106) Para saber más sobre este tema, véase la obra de Alba-Koch, Beatriz. 1999. Ilustrando la Nueva España : Texto e imagen en El Periquillo Sarniento de Fernández de Lizardi. Cáceres : Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones. 33
Juan Carlos Ramírez-Pimienta señala también otra función de estas imágenes : tomando en consideración que gran parte de la población estuvo analfabeto, « el escritor concibió su libro como una especie de ‘comic’ primitivo, es decir, se aseguró que tuviera un gran número de ilustraciones que hacían su lectura más fácil. » (Ramírez-Pimienta 1998 : 230)
63
Pues, el profesor de Periquillo no sabe usar correctamente los signos de puntuación porque
escribe lo siguiente, modificando así el sentido:
¿Pues del Padre celestial
fue María la hija querida ?
No, había de ser concebida
sin pecado original.
(Romero 1962: 120)
Mediante una imagen que acompaña el texto, Lizardi puede intensificar la denuncia de algún
elemento contextual. En nuestro ejemplo se trata de la crítica que tiene Lizardi sobre la
ignorancia de los profesores mexicanos. La inserción de algunas imágenes funciona entonces
como complemento de la elaboración textual del contexto histórico-social que se efectúa a
través de digresiones extensas o alusiónes breves en diálogos.
Al fin, hacemos referencia a una observación interesante de Nancy Vogeley. Nos revela que
el punto de vista desde que Lizardi nos transmite la historia no constituye la perspectiva de
la clase privilegiada y tampoco la de la clase baja (1987a : 464). Además, basándose en el
argumento que se trata de una autobiografía, añade que ni siquiera constituye el punto de
vista de un moralista que se encuentre fuera de la historia. Llega a la conclusión que Lizardi,
como criollo, contempla las estructuras sociales de la colonia con sentimientos encontrados.
De esta manera Lizardi « used the narrative mode both for purposes of literal recording and
imaginative relief. » (Vogeley 1987a: 464) Tenemos que tener esto en cuenta al analizar los
elementos contextuales en la novela porque es a través de este punto de vista que Lizardi
describe el contexto sociohistórico en la novela.
2.1.4. Función del contexto histórico-social
2.1.4.1. Telón de fondo
La función básica del contexto histórico-social consiste en constituir un telón de fondo para
la historia. Por lo general, el telón de fondo del Periquillo Sarniento constituye el
« desplazamiento de Pedro Sarmiento a través de una serie no casual de espacios públicos y
64
privados que constituyen la cotidianeidad virreinal. » (Moraña 1989 : 114-115) Los
elementos contextuales sirven entonces sobre todo para delimitar el espacio temporal y
geográfico en que se desarrolla la historia. Periquillo mismo relata a sus lectores que nació
« en México, capital de la América Septentrional en la Nueva España » (Lizardi 1997 : 106).
Nos da también una indicación del tiempo en que se desarrolla la historia : « nací en esta rica
y populosa ciudad por los años de 1775, de unos padres no opulentos » (Lizardi 1997 : 106).
Estos datos específicos confirman lo que señala Magali M. Carrera (2003). Según ella, la
novela ofrece a sus lectores « an amazing journey through late-colonial Mexico City. »
(2003 : 126)
J.R. Spell, en su artículo « The Historical and Social Background of El Periquillo Sarniento »
(1956), describe los elementos reales del contexto histórico-social en la novela de Lizardi. El
artículo contiene un mapa de la ciudad de México (en el período 1793-1830) en que están
indicados los lugares reales a los que se refiere Lizardi en su novela. Mencionamos, por
ejemplo, el colegio San Ildefonso adonde va Periquillo para estudiar filosofía. Citamos a
Periquillo : « Acabé mi gramática, como os dije, y entré al máximo y más antiguo colegio de
San Ildefonso a estudiar filosofía, bajo la dirección del doctor don Manuel Sánchez y Gómez,
que hoy vive para ejemplar de sus discípulos. » (Lizardi 1997 : 158) Este colegio34 existe
realmente en el momento en que Lizardi está escribiendo su novela. (Spell 1956 : 449)
2.1.4.2. Crítica de la sociedad
Mediante el contexto histórico-social, Lizardi transmite también su crítica sobre la sociedad
de su tiempo, es decir, el México de la colonia. Lizardi siente un gran amor por su patria pero
tiene que ser muy patético para el escritor ver la región de la ciudad de México como un
lugar lleno de prácticas corruptas y de miseria (Spell 1925 : 146). Zapatero plantea que
Lizardi, en su obra, lanza
[…] un furibundo ataque contra la labor de los españoles en México durante el
período colonial, responsables de una educación paupérrima, de una organización
34
Este colegio se estableció en 1585 y llegó a ser importante a partir de 1618, cuando fusionó con el Colegio de San Pedro y San Pablo. (Spell 1956 : 449n)
65
política que excluye a los criollos como Fernández de Lizardi de los puestos de poder
y de una serie de lacras sociales que inducen al pecado. (2006 : 1)
Revelando, mediante el contexto histórico-social en su novela, los abusos de varios grupos
sociales de su sociedad, Lizardi llega a criticar estas maldades. Por ejemplo, en cuanto a los
gastos enormes que lleva consigo un funeral de un rico mexicano, Periquillo no deja de
expresar su crítica. Además el pícaro expresa también su crítica sobre los pobres que, según
él, no se comportan mejor que los ricos:
Toda esta bambolla [del entierro] cuesta un dineral, y a veces en estos gastos
tan vanos como inútiles se han notado abusos tan reprehensibles que obligaron a los
gobernantes a contenerlos por medio de las leyes, mandando éstas que siendo los
gastos de los funerales excesivos, atendidos los haberes y calidad del difunto, los
modifique el juez del respectivo domicilio.
Entra aquí la grave dificultad para saber cuándo no hay exceso en estos gastos.
Confieso que será muy rara la vez que el juez pueda decidir en este caso, porque casi
siempre le faltarán los conocimientos interiores del estado de las cosas del finad ; y
así sólo podrá determinar el exceso con atención a su calidad. […]
A proporción de los abusos que se notan en los entierros de los ricos, se
advierten casi los mismos en los de los pobres ; porque como éstos tienen vanidad,
quieren remedar en cuanto pueden a los ricos. No convidan a los del Hospicio, ni a
los trinitarios, ni a muchos monigotes, ni se entierran en conventos, ni en cajón
compuesto, ni hacen todo lo que aquéllos no porque les faltan ganas, sino reales. Sin
embargo, hacen de su parte lo que pueden. Se llaman a otros viejos contrahechos y
despilfarrados que se dicen hermanos del Santísimo ; pagan sus siete acompañados,
la cruz alta, su cajoncito ordinario, etc., y esto a costa del dinero que antes de los
nueve días del funeral suele hacer falta para pan a los dolientes. (Lizardi 1997 : 280-
281)
Mabel Moraña plantea que Periquillo, al vagar por diversas tierras, se encuentra con « las
instituciones que componen el aparato (represivo) de Estado (instituciones de gobierno,
administración, policía, tribunales, prisiones) » y con las instituciones que componen el
66
« aparato ideológico del Estado (instituciones religiosas, sistema escolar, familiar, jurídico,
informativo y de producción cultural en sentido amplio) ». (Moraña 1989 : 116) Mediante los
contactos con estas instituciones mexicanas y los representantes de éstas, por ejemplo un
profesor, un clérigo, etc., el contexto histórico-social se forma. Además, este recurso ofrece
la posibilidad a Lizardi de criticar los elementos contextuales. Relacionado con esta idea,
Moraña evoca que Lizardi fija su crítica en « el nivel de los micropoderes de la sociedad
civil » (1989 : 123). Según Moraña, constituye una muestra de la fragmentación total del
imperio. Se trata en la mayoría de los casos de acontecimientos anecdóticos en la vida de
Periquillo que representan una problemática mayor en la totalidad de la sociedad. Hacemos
referencia, por ejemplo, a las prácticas corruptas del escribano Chanfaina que representan la
corrupción generalizada en la sociedad mexicana. Periquillo entra en contacto con este
hombre durante su estancia en la cárcel. La función del escribano consiste normalmente en
tomar declaración de los prisioneros. Sin embargo, modifica las declaraciones de tal manera
que siempre resulten favorables para él (J.R. Spell 1925 : 151). Además, Chanfaina consigue
a poner a Periquillo en libertad, ofreciéndole un puesto en su casa. Sin embargo, después de
haber pasado algunos días en la casa de su nuevo amo, Periquillo ya se da cuenta del
carácter corrupto de Chanfaina :
Si tanta determinación tenía el amigo Chanfaina para cometer un atentado
semejante, ¿cuánta no tendría para otorgar una escritura sin instrumentales, para
recibir unos testigos falsos a sabiendas, para dar una certificación de lo que no había
visto, para ser escribano y abogado de una misma parte, para comisionarme a tomar
una declaración, para omitir poner su signo donde se le antojaba, y para otras
ilegalidades semejantes ? Todo lo hacía con la mayor frescura, y atropellaba con
cuantas leyes, cédulas y reales órdenes se le ponían por delante, siempre que entre
ellas y sus trapazas mediaba algún ratero interés ; y digo ratero, porque era un
hombre tan venal que por una o dos onzas, y a veces por menos, hacía las mayores
picardías.
A más de esto era de un corazón harto cruel y sanguinario. El infeliz que caía en
sus manos por causa criminal bien se podía componer si era pobre, porque no
escapaba de un presidio cuando menos ; y se vanagloriaba de esto altamente
teniéndose por un hombre íntegro y justificado, jactándose de que por su medio se
67
había cortado un miembro podrido a la república. En una palabra, era el hombre
perverso a toda prueba. (Lizardi 1997 : 482)
Lizardi, a través de Periquillo, critica también la costumbre del juego en aquella época en
México. Como señala J.R. Spell, la parte de la novela que trata de las experiencias de
Periquillo como jugador constituye uno de los más importantes documentos sobre esta
temática de la vida social en México. (1956 : 455) Para reforzar aún el cuadro realista que
quiere esbozar Lizardi, utiliza la jerga típica de los jugadores de cartas deshonestos o, en
general, de los bajos fondos de la sociedad. En la cita siguiente, Periquillo habla con Juan
Largo, apodado Januario, sobre las reglas del juego :
Así se pasó la mañana hasta que dieron las doce, a cuya hora nos fuimos al
mesón ; sacamos veinte y cinco pesos del puntero, y nos fuimos al juego.
En el camino dije a Januario : —Hombre, si van los payos, donde nos acierten un
albur, nos lleva Judas. —No nos llevará, me dijo, ¡ojalá vayan ! ¿Pues tú piensas que
está en ellos el errar o el acertar ? No, hijo, está en mis manos. Yo los conozco y sé
que juegan la apretada figura ; y así les amarro los albures de manera que si ponen
poco, dejo que venga la figura ; y si ponen harto, se las subo al lomo del naipe. Eso
malo tiene el jugar cartas de afición o una regla fija.
—¿Pues qué, tiene reglas el juego ?, le pregunté. Y me dijo : —Lo que los
tahúres llaman reglas no es sino un accidente continuado (en barajando bien),
porque venga el cuatro contra la sota, es un accidente ; que venga después el siete
contra el rey, es otro accidente ; que venga el cinco contra el caballo, es otro ; y así
aunque se hagan diez o veinte contrajudíos, no son más que diez o veinte accidentes,
o un accidente continuado. No hay mejor regla ni más segura que los zapotes,
deslomadas, rastrillazos, y otras diligencias de las que yo hago, y aun éstas tienen su
excepción, que es cuando se las advierten a uno y le ganan con su juego ; por eso
dice uno de nuestros refranes que contra vigiata35 no hay regla. Lo demás de judía,
contrajudía, pares y nones, lugar y todas ésas, son entusiasmos, preocupaciones y
35
Carmen Ruiz Barrionueva explica el sentido de la palabra vigiata en su versión del Periquillo Sarniento : « la acción de espiarse las cartas de los jugadores. » (1997 : 363n)
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vulgaridades en que vemos que incurren todos los días hombres por otra parte nada
vulgares ; pero parece que en el juego nadie es dueño de su juicio.
Ten, pues, entendido que no hay más que dos reglas : La suerte y la droga.
Aquélla es más lícita ; pero ésta es más segura. (Lizardi 1997 : 363-364)
A este episodio sigue otro en que Periquillo se encuentra en un hospital denunciando los
abusos y la carencia de cuidado médico en este hospital. Según J.R. Spell, se puede
considerar la situación en el hospital, que aparece en la novela sin referencia explícita a un
verdadero hospital, como representativo de la situación en todos los hospitales mexicanos
en aquella época (1956 : 457). Citamos a Periquillo que está relatando sobre sus experiencias
en el hospital :
Por un yerro de cuenta me pusieron a mí en la sala de medicina debiéndome
haber zampado en la de cirugía, y esta casualidad me hizo advertir los abusos que voy
contando. Sin duda en mi cama, que era la 60, había muerto el día antes algún pobre
de fiebre, y el médico sin verme ni examinarme sólo vio el recetario y el número de la
cama, y creyendo que yo era el febricitante, dijo : —Número 60, cáusticos y líquidos.
—¡Cáusticos y líquidos !, exclamé yo, por María Santísima, que no me martiricen ni
me lastimen más de lo que estoy. Ya que ayer no me mató el payo a palos, no
quieran ustedes, señores, matarme hoy de hambre, ni a quemadas.
A mis lamentos, hicieron advertir al doctor que yo no era el febricitante, sino un
herido. Entonces, cargándose de razón para encubrir su atolondramiento, preguntó :
—¿Pues qué hace aquí ?, a su sala, a su sala.
Así se concluyó la visita y quedamos los enfermos [entregados] al brazo secular
de los practicantes y curanderos. De que yo vi que a las once fueron entrando dos
con un cántaro de una misma bebida, y les fueron dando su jarro a todos los
enfermos, me quedé frío. ¿Cómo es posible, decía yo, que una misma bebida sea a
propósito para todas las enfermedades ? Sea por Dios. (Lizardi 1997: 376-377)
En cuanto a la actitud de Lizardi frente a la religión, observamos un rechazo parcial del
catolicismo. Por un lado, Lizardi critica duramente los abusos de la Iglesia y de sus
69
instituciones. Por ejemplo, el padre de Periquillo, en un intento de impedir que su hijo
emprenda los estudios de teología, revela la ignorancia de los clérigos :
En efecto, hijo, yo conozco varios vicarios que, imbuidos en la detestable máxima que
te han inspirado de que no es menester saber mucho para ser sacerdotes, y mirando
por desgracia que algunos han soltado el acocote para tomar el cáliz, o se han
desnudado la pechera de arrieros para vestirse la casulla, se han echado con las
petacas y se han metido a los que no eran llamados. (Lizardi 1997 : 224)
Por otro lado, J.R. Spell (1925 : 153) observa que la descripción de un sacerdote inmoral o
corrupto siempre está contrastada con la descripción de un sacerdote que posee todas las
cualidades requeridas de un buen sacerdote. Hacemos referencia al episodio en que una
pobre pide dinero a su cura para que pueda enterrar su marido. Este cura se niega a
ayudarle, lo que demuestra su carencia total de caridad, pero el cura de Chilapa sí le ayuda.
En esta escena Lizardi quiere claramente contrastar el cura corrupto con el cura de buen
corazón. Entonces, Lizardi no nos da una visión unilateral de los sacerdotes de su tiempo
sino que señala que existen, además de los curas corruptas, también curas virtuosos.
En último lugar, observamos una fuerte crítica contra el sistema mexicano de enseñanza y la
formación que reciben los mexicanos de sus padres. J.R. Spell evoca esta idea también,
formulándolo así : “[…] Lizardi did not neglect to point out other weak spots in the social
fabric of Mexico. He struck at what he considered the roots of many of the evils – the home
and the school.” (1987: 154) En primer lugar, hacemos referencia a los padres de Periquillo
que no consiguen dar una formación general a su hijo. Periquillo, ya como personaje adulto,
reflexiona sobre esto :
Es menester que sepáis, hijos míos (por si no os lo he dicho), que mi padre era de
mucho juicio, nada vulgar, y por lo mismo se oponía a todas las candideces de mi
madre ; pero algunas veces, por no decir las más, flaqueaba en cuanto la veía afligirse
o incomodarse demasiado, y ésta fue la causa por que yo me crié entre bien y mal, no
sólo con perjuicio de mi educación moral, sino también de mi constitución física.
(Lizardi 1997 : 111)
70
En segundo lugar, referimos a algunos pasajes en la novela en los que Lizardi expresa su
crítica contra el sistema de enseñanza en México. Una vez más Lizardi opta por la técnica de
denunciar las maldades de un maestro específico de Periquillo para representar a la
ignorancia generalizada de los profesores en las escuelas mexicanas. Periquillo, observando
su propio maestro, enumera tres elementos que no le parecen aceptables:
En primer lugar, era un pobre, y emprendió este ejercicio por mera necesidad y sin
consultar su inclinación y habilidad ; no era mucho que estuviera disgustado como
estaba, y aun avergonzado en el destino. […]
En segundo lugar carecía, como dije, de disposición para ella [su profesión] o de lo
que se dice genio. Tenía un corazón muy sensible, le era repugnante el afligir a nadie,
y este suave carácter lo hacía ser demasiado indulgente con sus discípulos. Rara vez
los reñía con aspereza, y más rara los castigaba. La palmeta y disciplina tenían poco
que hacer por su dictamen ; con esto los muchachos estaban en sus glorias, y yo
entre ellos, porque hacíamos lo que se nos antojaba impunemente. […]
Por otra parte, mi maestro carecía de toda la habilidad que se requiere para
desempañar este título. Sabía leer y escribir, cuando más, para entender y darse a
entender, pero no para enseñar. No todos los que leen saben leer. Hay muchos
modos de leer, según los estilos de las escrituras. No se han de leer las oraciones de
Cicerón como los Anales de Tácito, ni el panegírico de Plinio como las comedias de
Moreto. Quiero decir que el que lee debe saber distinguir los estilos en que se
escribe, para animar con su tono la lectura, y entonces manifestará que entiende lo
que lee y que sabe leer. (Lizardi 1997 : 116-118)
2.1.4.3. Función educativa y moralizadora
Junto con la función de criticar la sociedad, el contexto histórico-social en El Periquillo
Sarniento tiene claramente una función de enseñar a los lectores y transmitir un mensaje
moralizador. En el prólogo al Periquillo Sarniento, Lizardi señala lo siguiente :
[E]sta obrita no es para los sabios, porque éstos no necesitan de mis pobres
lecciones ; pero sí puede ser útil para algunos muchachos que carezcan, tal vez, de
mejores obras en que aprender ; o también para algunos jóvenes, o no jóvenes, que
71
sean amigos de leer novelitas y comedias, y como pueden faltarles o no tenerlas a
mano algún día, no dejarán de entretenerse y pasar el rato con la lectura de mi vida
descarriada. (Lizardi 1997 : 96)
Entonces Rivas, igual que Lizardi mismo en la cita anterior, presta atención a la tensión entre
el aspecto educativo de una obra y el aspecto deleitoso, refiriéndose de nuevo al concepto
de Horacio, ‘utile et dulci’. (2005 : 81) De la misma manera, Beroud evoca que Lizardi eligió
el género de la picaresca porque « le parecía adecuada para ‘enseñar deleitando’ » (1979 :
1042). Sin embargo, partiendo de nuestra lectura de El Periquillo Sarniento, nos parece que
domina claramente el aspecto educativo y moralizador. En el prólogo a la novela, Periquillo
explica que no escribe la novela para toda la gente, sino sólo para sus hijos porque, como
dice Periquillo mismo, « son los que más me interesan y a quienes tengo obligación de
enseñar. » (1997 : 97). Sin embargo, al publicar la novela, toda la gente puede leerla y
concebir el mensaje didáctico y moralizador que quiere transmitir Periquillo a sus hijos. En el
último capítulo de la novela, Lizardi toma la palabra y dirigiéndose a la esposa de Periquillo:
Es verdad que don Pedro escribió sus cuadernos con el designio de que sólo sus hijos
los leyeran ; pero por fortuna éstos son los que menos necesitan su lectura, porque
ya tienen el espíritu bien formado.
En México, señora, y en todo el mundo hay una porción de Periquillos a quienes
puede ser más útil esta leyenda por la doctrina y la moral que encierra. (Lizardi 1997 :
938)
En su novela, Lizardi hace explícitamente referencia a la importancia de la educación en la
nueva sociedad de México. Periquillo se dirige a sus hijos: « Hijos míos: las buenas o malas
costumbres que se imprimen en la niñez echan muy profundas raíces, por eso importa tanto
el dirigir bien a las criaturas en sus primeros años. » (Lizardi 1997 : 154) Se refiere también a
la importancia del « buen ejemplo » durante la formación de un joven (Lizardi 1997 : 137).
Por eso, figuran en la novela algunos personajes que sirven de mentores para Periquillo y
que le dan consejos. Sin embargo, sus consejos resultan a menudo malos, por ejemplo
cuando Periquillo quiere empezar con su estudio de teología, sus amigos le estimulan a
hacerlo pero al final no resulta una buena idea. Periquillo reflexiona : « pero por mi
72
desgracia los primeros amigos que tuve fueron malos, y de consiguiente pésimos sus
consejos. » (Lizardi 1997 : 244) A pesar de ello, encuentra otros amigos que le ayudan y le
dan buenos consejos por ejemplo el coronel que le lleva consigo hacia Manila : « Tales eran
los consejos que frecuentemente me daba el coronel, quien a un tiempo era mi jefe, mi amo,
mi padre, mi amigo, mi maestro y bienhechor, pues todos estos oficios hacía conmigo aquel
buen hombre. » (Lizardi 1997 : 701)
En cuanto al mensaje moral que se desprende de la presencia de elementos contextuales en
la novela de Lizardi, seguimos el punto de vista de Nancy Vogeley. Según ella, Lizardi choca
con actitudes inmorales en todos los niveles de la sociedad : se trata de un mundo en que los
pobres honestos se mezclan con los charlatanes y los jugadores, los mentirosos y los
estafadores (1987a : 461). ¿Por qué Lizardi inserta estos ejemplos de actitudes inmorales en
su novela cuando su deseo constituye justamente enseñar la buena moral a sus lectores ?
Vogeley nos da una solución a esta pregunta, evocando que “an attitude toward morality
and education that, perhaps stemming from Lizardi’s own contact with low life, as well as
collective guilt over the colony’s rebellion, justifies the inclusion of immoral material in
teaching morality.” (2001: 150) Denunciando y criticando algunos elementos contextuales
inmorales, Lizardi quiere advertir a sus lectores de no comportar así y a adoptar una actitud
moral en sus vidas. Además, la historia de Pedro Sarmiento es una historia en que el
protagonista hace progresos : el personaje inmoral al principio de la novela se transforma en
un personaje moral hacia el final de la novela.
Uno de los más importantes mensajes morales que quiere transmitir Lizardi consiste en « la
ética del trabajo » (Ramírez-Pimienta 1998 : 231). Periquillo quiere integrarse en la sociedad
sin dedicarse al trabajo. Sin embargo, al leer la historia, el lector se da cuenta que no es
posible. Hacemos referencia al pasaje en que Periquillo gana mucho dinero en la lotería pero
poco después lo pierde todo gastándolo sin saber contenerse. Según Ramírez-Pimienta, el
mensaje que Lizardi quiere transmitir consiste en « que el dinero que no es ganado por
medio del trabajo no puede durar. » (1998 : 231) Los consejos que el depositario de
Periquillo da al pícaro, contienen aún otro mensaje moral :
73
Es cierto que el refrán vulgar dice : vístete como te llamas ; y así usted, llamándose
don Pedro Sarmiento y teniendo con qué, debe vestirse como don Pedro Sarmiento,
esto es, como un hombre decente pobre ; pero ahora me parece usted un marqués
por su vestido, aunque sé que no es marqués ni cosa que lo valga por su caudal.
El querer los hombres pasar rápidamente de un estado a otro, o a lo menos, el
querer aparentar que han pasado, es causa de la ruina de las familias y aun de los
Estados enteros. No crea usted que consiste en otra cosa la mucha pobreza que se
advierte en las ciudades populosas que en el lujo desordenado con que cada
pretende salirse de su esfera. (Lizardi 1997 : 609-610)
En la cita anterior Periquillo quiere mantener las apariencias, vistiéndose como un marqués
aunque no lo es. En este contexto, Carrera plantea también que en varias ocasiones Lizardi
hace referencia al carácter engañoso de la apariencia de ciertos tipos sociales (2003 : 128-
129). Citamos a Periquillo :
Tomé el hábito, pero no me desnudé de mis malas cualidades ; yo me vi vestido de
religioso y mezclado con ellos, pero no sentí en mi interior la más mínima mutación ;
me quedé tan malo como siempre, y entonces experimenté por mí mismo que el
hábito no hace al monje. (Lizardi 1997 : 256)
En último lugar citamos a Nancy Vogeley que resume muy bien lo que elaboramos en este
apartado sobre la función educativa y moralizadora que se concede al contexto histórico-
social en la novela de Lizardi: “The Periquillo’s realism in portraying Mexico’s lower classes,
the book’s exposé of upper-class corruption and decadence, the careful clarity of its
digressions – were all part of the appropiation of a moral stance by colonials.” (2001: 184)
2.1.4.4. Función reformadora y la utopía
Como ya señalamos en la parte teórica de esta tesina, el contexto histórico-social puede
también tener la función de denunciar ideas reformistas. Moraña plantea que la vida de
Periquillo no sólo constituye la narración de lo que pasa en la vida del pícaro sino también
« un punto de apoyo desde el cual se perfila el proyecto social nacionalista e ilustrado, que
Lizardi entrevé desde su perspectiva reformista de intelectual urbano. » (1989 : 119) Juan
74
Carlos Rivas trata también este tema, evocando que « debido a su carácter ilustrado, Lizardi
no pide el cambio radical del sistema sino su mejora. » (2005: 81) Según Javier Sánchez
Zapatero, estas ideas reformistas tienen su origen en Europa y llegan a México por los
ilustrados. (2006 : 4) Estas ideas ilustradas inlfuyen en Lizardi pero es necesario observar que
Lizardi no rechaza totalmente el catolicismo, como hacen los ilustrados europeos, sino que
quiere « conciliar el catolicismo con el liberalismo » (Van Praag-Chantraine 1979 : 1052).
Nancy Vogeley (1987a), por su parte, nota que Lizardi construye una imagen de las clases
bajas, no simplemente describiendo sus características, sino también imaginando una
situación en que estas clases serían capaces para constituir un nuevo orden económico.
« Under the new system in which agriculture would replace mining and unproductive
members of society such as the nobility would work, the lower classes would be educated to
be sober, honest and hard-working. » (Vogeley 1987a: 463) Según Lizardi, las clases bajas
tienen la capacidad de emprender estudios pero la sociedad colonial no les ofrece bastantes
oportunidades. En la nueva sociedad que propone Lizardi, los pobres podrían disfrutar de la
riqueza, estudiar y de esta manera su actitud, a veces viciosa, cambiaría. Entonces, Lizardi
aboga por la igualdad de las clases y de los hombres en general : « a union across social
classes separate from Spain. » (Vogeley 1987a : 463) En relación con esta idea de la igualdad
de todos los hombres, Lizardi, a través de su protagonista Periquillo, se declara en contra de
la esclavitud36 :
Sentado esto, he de concluir con que el maltratamiento, el rigor y desprecio con que
se han visto y se ven los negros no reconoce otro origen que la altanería de los
blancos, y ésta consiste en creerlos inferiores por su naturaleza, lo que como dije, es
una vieja e irracional preocupación. (Lizardi 1997 : 729)
Magali M. Carrera añade que en las tres primeras partes de la novela Lizardi describe los
problemas sociales en la Nueva España mientras que en la cuarta parte discute cómo
podrían ser resueltos estos problemas (2003 : 130). De ahí que en esta parte encontramos la
mayoría de las ideas reformistas de Lizardi. En esta parte de la novela, Periquillo va a Manila
36
Esta parte de la novela fue censurada porque en aquella época la esclavitud estaba autorizada por el rey. (Vogeley 2001 : 102)
75
pero durante el viaje de vuelta, el barco naufraga. De esta manera Periquillo llega a la isla
Saucheofú donde se encuentra con una cultura utópica. Cuando Periquillo regresa a México,
está totalmente reformado. Observamos en esta parte de la novela que el contexto
histórico-social cambia, es decir, el pícaro ya no se encuentra en su país natal, México, sino
en una isla cuya existencia real no se puede verificar. Se trata de un lugar ideal y utópico en
que las ideas reformistas de Lizardi están realizadas. Carrera lo describe así : « […] Periquillo
surveys a utopian society, one that has none of the social and economic defects of New
Spain chronicled in the earlier sections of the book. » (2003: 139)
Seguimos también el punto de vista de Sainz de Medrano (1987). Según él, Lizardi,
describiendo la vida en la isla utópica, aborda ocho temas : « 1) Nobleza. 2) Ejército. 3)
Religión. 4) Medicina. 5) Derecho en general. 6) El lenguaje como vehículo cultural. 7)
Actividades laborales. 8) Usos penales. » (Sainz de Medrano 1987 : 513) Sólo profundizamos
en algunos de estos ocho aspectos. Por ejemplo, en cuanto la nobleza, una de las grandes
realizaciones de esta sociedad utópica consiste en que los nobles tienen que trabajar tanto
como las clases bajas. A partir de una conversación entre Periquillo y Limahotón, el chino
que encuentra en la isla, observamos el menosprecio que siente Limahotón por los nobles
mexicanos que se caracterizan por la holgazanería:
Sorprendido me quedé con tales avisos porque no sabía hacer cosa de
provecho con mis manos, y así le contesté al tután : ―Señor, yo soy noble en mi
tierra, y por esto no tengo oficio alguno mecánico, porque es bajeza en los caballeros
trabajar corporalmente.
Perdió su gravedad el mesurado mandarín al oír mi disculpa, y comenzó a reír a
carcajadas, apretándose la barriga y tendiéndose sobre uno y otro cojín de los que
tenía a los lados, y cuando se desahogó me dijo : ―¿Conque en tu tierra es bajeza
trabajar con las manos ? ¿Luego cada noble en tu tierra será un tután o potentado, y
según eso todos los nobles serán muy ricos ? ―No señor, le dije ; no son príncipes
todos los nobles, ni son todos ricos ; antes hay innumerables que son pobrísimos, y
tanto que por su pobreza se hallan confundidos con la escoria del pueblo.
―Pues entonces, decía el tután, siendo esos ejemplares repetidos, es menester
creer que en tu tierra todos son locos caballerescos ; pues mirando todos los días lo
76
poco que vale la nobleza a los pobres, y sabiendo lo fácil que es que el rico llegue a
ser pobre y se vea abatido aunque sea noble, tratan de criar a los hijos hechos unos
holgazanes, exponiéndolos por esta especie de locura a que mañana u otro día
perezcan en las garras de la indigencia. (Lizardi 1997 : 753-754)
Esta idea utópica de que sería mejor que todos los nobles también aprendan un oficio,
revela el deseo reformista de Lizardi que consiste en la creación en México de « una
educación tecnológica vocacional que permitiría crear oficiales, es decir, practicantes de
algún oficio, en lugar de aprendices de filósofos y latinajos. » (Ramírez-Pimienta 1998 : 230)
En cuanto a los usos penales, el asiático que encuentra Periquillo en la isla utópica explica las
ventajas del sistema penal de su tierra :
En la Europa me dicen que a un ladrón reincidente lo ahorcan ; en mi tierra lo marcan
y mutilan, y creo que se consigue mejor fruto. Primeramente, el delincuente queda
castigado y enmendado por fuerza, dejándolo gozar del mayor de los bienes que es la
vida ; los ciudadanos se ven seguros de él, y el ejemplo es duradero y eficaz.
[…]
El ladrón ahorcado en Europa dura poco tiempo expuesto a la pública expectación, y
de consiguiente dura poco tiempo el temor. Luego que se aparta de la vista del
perverso aquel objeto fúnebre, se borra también la idea del castigo y queda sin el
menor retraente para continuar en sus delitos.
[…]
Aquí sucede todo lo contrario. El delincuente permanece entre los buenos y los malos
y por lo mismo el ejemplo permanece, y no aislado a una ciudad o villa, sino que se
extiende a cuantas partes van estos infelices, y los niños se penetran de terror contra
el robo y de temor al castigo, porque les entra por los ojos la lección más elocuente.
(Lizardi 1997 : 785-786)
Basándonos en todo lo que mencionamos en este apartado, pensaríamos que Lizardi es un
reformista y un luchador por la independencia de México. Sin embargo, Vogeley (1987a),
entre otros, nos hace dudar. Según ella no resulta claro si Lizardi, mediante las ideas
77
reformistas que inserta en su novela, lucha por la independencia de México (1987a : 463). La
misma autora señala en otra obra suya, Lizardi and the Birth of the Novel in Spanish America
(2001), que probablemente Lizardi simpatiza con los insurgentes pero no comparte su deseo
de romper totalmente con España porque según él, « desunión would only hurt Mexico still
more. » (Vogeley 2001 : 97). Ramírez-Pimienta, por su parte, refuerza esta tesis evocando
que Lizardi no « tenía en mente una sociedad igualitaria. Muy al contrario, aun en su isla
utópica novelada se asegura de dejar en claro la existencia de jerarquías. » (1998 : 233-234)
La jerarquía en la isla utópica se manifiesta a través de la ropa que llevan los habitantes : al
echar una mirada a un habitante, ya se sabe quién es y qué oficio hace. Vogeley (2001 : 104)
hace también referencia a la importancia que confiere Lizardi a la presencia de jerarquía en
una sociedad para el buen desarrollo de ésta. En un diálogo entre Periquillo y un negro que
encuentra en el barco, este negro dice lo siguiente :
Según esto, es preciso que reconozcan superiores y se sujeten a algunas leyes. La
naturaleza y la fortuna misma dictan cierta clase de subordinaciones a los unos, y
confieren cierta autoridad a los otros ; y así ¿en qué nación, por bárbara que sea, no
se reconoce el padre autorizado para mandar al hijo, y éste constituido en la
obligación de obedecerlo ? Yo no he oído decir de una sola que esté excluida de estos
innatos sentimientos. (Lizardi 1997 : 733)
A pesar de no abogar por una liberación total de México de los colonizadores españoles y de
no rechazar totalmente la organización jerárquica de una sociedad, queda claro que Lizardi,
a través de su novela, quiere proponer algunas reformas para su patria. En este contexto,
Franco hace referencia al mérito de Lizardi : « [t]enía una extraordinaria previsión de los
problemas que aguardaban a un México post-independentista, sobre todo los problemas
contingentes en la construcción de un estado nuevo y el papel que le tocaba el escritor en
todo eso. » (1983 : 34)
Resumiendo todo lo que elaboramos en este análisis de las funciones del contexto histórico-
social en la novela de Lizardi, podemos decir que Lizardi inserta elementos contextuales en
su novela para crear un telón de fondo para su historia. Además, estos elementos le ofrecen
la posibilidad de criticar la sociedad que le rodea. En la mayoría de los casos, los pasajes en
78
que Lizardi critica algún abuso social, algún comportamiento vicioso, etc., están
complementados con un consejo o un mensaje moral de la parte del autor puesto que
criticando las maldades de la sociedad mexicana, Lizardi quiere advertir a sus lectores de la
mala situación en México. Nuestro análisis del contexto histórico-social confirma entonces lo
que evoca Beroud : « Lizardi no desaprovecha ni una ocasión para criticar y aconsejar
después. » (1979 : 1043). Sin embargo, además de tener la función de criticar la sociedad y
de transmitir un mensaje educativo y moral, el contexto histórico-social en El Periquillo
Sarniento sirve sobre todo para denunciar las ideas reformistas y utópicas de Lizardi.
Citamos a Moraña porque hace un buen resumen de las diferentes funciones del contexto
histórico-social en El Periquillo Sarniento :
Las críticas al mercantilismo metalista, a los privilegios de la nobleza, al sistema de
mayorazgos, al régimen de propiedad de la tierra, la defensa de la artesanía y los
oficios mecánicos, la fe en la educación y en el trabajo, los reclamos por un civilismo
estabilizador y productivo, apuntan, por tanto, a algo más que el demontaje (sic)
crítico de la sociedad virreinal. Permiten sobre todo delinear la existencia de un
proyecto utópico – un ‘provincialismo ilustrado y reformista’ – que marca la
perspectiva enunciativa, y que expone, a través de la figura de Pedro Sarmiento, sus
posibilidades de realización. (1989 : 120)
Concluimos con evocar que la función predominante de este contexto consiste más en
proponer unas reformas y un proyecto utópico que en simplemente criticar la sociedad o
transmitir un mensaje moralizador. Sin embargo, para llegar a la expresión de estas ideas
reformistas y utópicas, Lizardi tiene que denunciar las maldades de la sociedad colonial
criticándolas bajo el pretexto de querer advertir a sus hijos – y de manera indirecta también
a sus lectores – de estas maldades.
79
2.2. La vida inútil de Pito Pérez
2.2.1. Vida y obra del autor José Rubén Romero
Para este apartado en que abordamos la vida y obra del autor de La vida inútil de Pito Pérez,
nos basamos en lo que escriben Castagnaro37, O. Cord38, Stanton39 y Dulsey40 sobre José
Rubén Romero. El autor de La vida inútil de Pito Pérez nace en Cotija de la Paz, Michoacán, el
25 de septiembre 1890. Muere el 4 de julio 1952 en la ciudad de México. Es poeta,
diplomático y novelista.
Profundizamos brevemente en los datos biográficos del autor. En cuanto a la carrera
diplomática del autor, Rubén Romero obtiene muchos empleos relacionados con el gobierno
de la Revolución mexicana. Entre otros, trabaja como recaudador, como secretario privado
de los gobernadores Silva y Ortiz Rubio de Michoacán, como cónsul general de España, como
director general del Registro Civil, como embajador mexicano en Cuba, etcétera.
En el párrafo siguiente volvemos a la juventud del autor. Cuando Romero tiene siete años
tiene que ir a la escuela en la ciudad de México. Seis años después vuelve a Michoacán. Sus
primeros poemas se publican en 1908 en una obra llamada Fantasías. Su poesía nace en un
ambiente de paisajes magníficos y al mismo tiempo en un paisaje que sirve para uno de los
episodios más crueles de la historia de México : la Revolución41. Nacen al mismo tiempo el
37
Se trata del artículo “Rubén Romero and the Novel of the Mexican Revolution” aparecido en Hispania en 1953. 38
Se trata de dos artículos : « José Rubén Romero : The writer as seen by himself » aparecido en Hispania en 1961, y “José Rubén Romero’s Image of Mexico” aparecido en Hispania en 1962. 39
Se trata del artículo “José Rubén Romero, Costumbrista of Michoacán” aparecido en Hispania en 1941. 40
Se trata de un artículo que escribió Dulsey junto con Woodbridge y se tituló « José Rubén Romero (1890-1952) », aparecido en The Modern Language Journal en 1953. 41
La Revolución Mexicana ocurrió al principio del siglo XX. Empezó en noviembre 1910 como un intento de abatir la dictadura de Porfirio Díaz. Finalmente llegó a ser una rebelión que cambió la estructura de la economía, del gobierno y de la sociedad de México. Con las elecciones presidenciales de 1910, en las que Francisco Madero presentaba su candidatura, se formó una revolución. Madero fue un partidario de elecciones libres y de una imposibilidad de reelección. Díaz encarceló a Madero hasta el fin de las elecciones. Después Madero huyó a San Antonio, Texas para preparar una revolución. Los protagonistas de la Revolución tuvieron diferentes objetivos : los líderes conservadores (Francisco Indalécio Madero, Venustiano Carranza) quisieron una reforma política mientras que los líderes más radicales (Francisco « Pancho » Villa, Emilio Zapata) lucharon por una reforma social y una reforma laboral. Casi todos los revolucionarios desarrollaron un sentimiento de nacionalismo y por eso quisieron reducir el papel que
80
poeta y el revolucionario. En 1922 se publica la obra Tacámbaro. Según Rubén Romero esta
obra abre la puerta a la crítica literaria metropolitana. Ocho años más tarde, se publica
Versos viejos (1930), obra en que Rubén Romero no sólo aparece como un idealista pero
también como un amante realista de la vida. Ruth Stanton (1941 : 424) llama la atención
sobre la semejanza entre los Versos viejos de Romero y Les Méditations, obra de Alphonse
de Lamartine. En ambas obras los autores admiran la belleza de la naturaleza y la
humanidad. Además, los dos evocan con nostalgia algunas escenas de la juventud, expresan
su provincialismo y muestran el encantamiento de estas tierras provincianas. Sin embargo,
Romero no llega a crear una imagen sensible del alma complejo y confuso de los hombres
como lo hace Lamartine.
Pero José Rubén Romero sobre todo es conocido como novelista. Le consideran como uno
de los mejores novelistas en México y además, le han dado el apodo de « costumbrista de su
tierra ». Ruth Stanton (1941) llama de esta manera a Rubén Romero y evoca que Rubén
Romero aparece en 1932 – el año en que aparece su primera novela, es decir Apuntes de un
Lugareño – con un estilo lleno de humor, de elementos pictóricos y de amor por la población
de su estado de Michoacán. Según Stanton, el autor es considerado como uno de los
mejores pintores de la vida de los pueblos mexicanos. Además, es un narrador infatigable de
cuentos populares y conocía muy bien el folclore mexicano (1941 : 423). Esta idea de que
Rubén Romero constituye más bien un narrador que un novelista está evocado también por
Castagnaro (1953) en su artículo sobre el autor. Según Castagnaro, Romero utiliza anécdotas
como base de sus obras, lo que contribuye a la oralidad de sus novelas (1953 : 300). Además,
siempre se puede observar un aspecto egocéntrico en sus novelas, por ejemplo en Apuntes
de un lugareño (1932). En esta novela Rubén Romero ocupa el papel de protagonista
mientras que en La vida inútil de Pito Pérez (1938) el autor comparte esta posición con otro
personaje.
Castagnaro (1953) señala que los personajes que figuran en las novelas de Rubén Romero
casi siempre constituyen personas conocidas por el autor. Cuando introduce estas personas
en sus historias, Romero no cambia mucho a sus personalidades. Otra característica del
desempeñaban los extranjeros en la economía de México. Aunque la lucha perduró hasta 1920, se formó una constitución en 1917 que incorporó los objetivos de la Revolución. (Coerver, Don M. Mexican Revolution [online])
81
autor constiste en que no describe sus personajes de manera detallada. Lo que sí hace, es
describir las peculiaridades de los personajes porque esto ofrece una impresión más fuerte
del personaje al lector. Solamente mediante lo que dicen, los personajes revelan sus
personalidades. Además, como ya mencionamos, la mayoría de los retratos de Romero son
retratos de verdaderos mexicanos. Señalamos por ejemplo a Pito Pérez, el personaje
principal de la novela La vida inútil de Pito Pérez. Romero pretende que este personaje existe
realmente y que vive en el poblado Santa Clara del Cobre.42 Este carácter verosímil de los
personajes contribuye al estudio de la escena mexicana. Aunque las descripciones son
incompletas, representan una imagen real. Además, describiendo objetos en sus novelas, el
autor añade más detalles cuando el objeto tiene un mayor valor emocional para él. Recurre
también con gran frecuencia a la figura retórica de la personificación. En cuanto al
vocabulario que utiliza el autor en sus obras, se observa que Rubén Romero varía mucho,
utilizando a menudo un lenguaje coloquial, regionalismos, palabras académicas, expresiones
extranjeras, etcétera. A veces utiliza también palabras más eruditas para dar la impresión de
ser un hombre de letras.
Le dan el apodo de « novelist of the Revolution » a José Rubén Romero (Castagnaro, 1953:
301) En sus novelas aparecen algunos capítulos que tratan de la Revolución en Michoacán,
por ejemplo en Apuntes de un lugareño (1932) y en Desbandada (1934). Sin embargo el
lector no encuentra un verdadero análisis, ni una crítica del desarrollo de la Revolución o de
su valor. El autor solamente considera la Revolución como otra fuente de anécdotas
(Castagnaro 1953 : 302). En realidad, Rubén Romero surge como el producto revolucionario
más antiguo de México : un hombre no educado que se desarrolla hasta devenir famoso. O.
Cord (1962) redacta un artículo sobre la imagen que esboza Romero de México. Ya
mencionamos que Romero es un partidario de las ideas democráticas que propone la
Revolución. De ahí que Romero se exita con observar que algunos años después de la
Revolución estas ideas todavía no están realizadas. A pesar de ello, Romero siente un gran
amor por su patria y sobre todo por la provincia : « In Mexico, the province is more than a
mere geographic division, it is a mode of life. » (O. Cord 1962: 614) De esta manera, en la
42
Entramos más en detalles sobre esto en el apartado 2.2.4.1. denominado « Telón de fondo ». En este apartado analizamos la primera función que se concede al contexto histórico-social en la novela de Romero La vida inútil de Pito Pérez.
82
mayoría de los casos, la vida en una provincia mexicana constituye el contexto histórico-
social en las novelas de Romero. O. Cord hace también referencia a la tesis que consiste en
la convicción por parte de Romero que la mala condición en que se encuentra México es
causada por algunas impresiones falsas que ha adoptado la población de México (1962 :
617-618). La primera de estas impresiones falsas constituye la convicción de que México es
un país fuerte. Esto causa la actitud negligente de México frente a los problemas de sus
países vecinos y el sentimiento de superioridad frente a éstos. La segunda de estas
impresiones concierne la convicción falsa de que México es un país rico. “Romero would
have his country know that what it rejected most often, work, was really the secret of all
progress and wealth, economic and spiritual.” (O. Cord 1962: 617) En último lugar, la tercera
de estas impresiones falsas tiene que ver con el gobierno de México. Romero rechaza la idea
de superioridad que tiene México de sí mismo, es decir la de ser el modelo de un país
democrático. Citamos una vez más a O. Cord que reproduce las ideas de Romero:
Mexican democracy assumed that public power was hereditary. In essence, the
people were dominated by the concept that a clan of politicians was above reproach,
that brute force determined the powerful, and that authority disseminated blame
but was above being disciplined or chastised. (O. Cord 1962: 618)
En este contexto, mencionamos también a la entrevista de Bernard Dulsey43 con Rubén
Romero en que Romero declara ser nacionalista (1953 : 336). Además, su crítica en cuanto a
los líderes de la Revolución es muy amargo. Considera los médicos rurales y los profesores
como los verdaderos héroes de México. El autor también critica la iglesia, por ejemplo en su
obra Apuntes de un lugareño en que aparecen el gobierno y el clérigo como responsables
por la tragedia de la gente. En 1949, Rubén Romero hace una entrevista a sí mismo y cambia
su punta de vista : la población de México sería responsable porque resiste a las medidas
impuestas por el gobierno. La tragedia de la Revolución se ve aún más en Mi Caballo, Mi
Perro y Mi Rifle (1936).
43
Las respuestas de Romero figuran en el artículo de Woodbridge y Dulsey, « José Rubén Romero (1890-1952) », aparecido en The Modern Language Journal en 1953.
83
Según William O. Cord (1961), existen ya muchos estudios y análisis sobre José Rubén
Romero y sus obras pero pocos análisis sobre el autor como escritor (1961 : 431). Según O.
Cord, una fuente importante para saber más de este autor es el conjunto de ensayos y
artículos no coleccionados, escritos un poco antes de la muerte del autor. El estudio de estos
documentos revela que Romero se auto-evalúa como escritor y critica su propia obra (O.
Cord 1961 : 431). El autor observa entre otros que compone sus novelas sin reflexionar, en el
estilo que le es natural, y sobre lo que le es familiar. Escribe una vez : « Escribo como puedo.
Soy un lugareño ; hablo como quien quiero ser : un hombre del pueblo » (Romero citado por
O. Cord 1961: 431). Además, dice que sus novelas tratan sobre todo de la vida en las
provincias mexicanas. Su deseo de abordar aquel tema se desarrolla a partir de 1932 porque
en este momento está en Barcelona y siente mucha nostalgia por su tierra natal. Por eso
empieza a escribir sobre Michoacán. También declara que está impregnado de los
sentimientos revolucionarios que dominan México. Los personajes de sus novelas son
personas reales en medio de la Revolución.
O. Cord denomina la obra de Rubén Romero esencialmente autobiográfica porque el autor
utiliza temas que se basan en sus propias experiencias (1961 : 431). De esta manera no tiene
que construir una intriga, ni desarrollar el carácter de los personajes, ni ocuparse de un
lenguaje figurado. Castagnaro revela también que casi en cada página de las novelas de
Romero podemos sentir la presencia del autor (1953 : 302). Esto revela su carácter
autobiográfico. El objetivo del autor es llamar la atención sobre sí mismo, lo que intenta
cumplir mediante la oralidad de sus cuentos y su humor. Este humor le distingue de los otros
novelistas de la Revolución como Guzmán, Azuela y Magdaleno que siempre abordan el
tema de manera seria. Para poder definir y entender el humor que utiliza Romero, es
necesario recordar que el humor hispánico siempre ha sido diferente del humor anglosajón.
El humor hispánico es más accesible y también es más pesado por su sublimación de la
tristeza. Es serio y trágico en su orientación general frente a la vida. Además es menos
refinado mientras que el humor anglosajón es más intelectual. Romero utiliza este humor
hispánico : la caricatura, la escatología, el sexo como objeto de humor, etcétera. En La vida
inútil de Pito Pérez, el autor realiza la mayor variedad del humor hispánico. A través de este
humor, expresado por el protagonista en la novela, el autor critica las injusticias en el
mundo. (Castagnaro, 1953 : 303)
84
En conclusión, según O. Cord (1961 : 432), Rubén Romero declara que es incapaz de crear
una obra cuyo estilo y cuya forma puedan ser evaluados por las normas literarias aceptadas.
Es así que a la obra de Romero le faltan el pormenor y el refinamiento literarios. Además,
como evoca O. Cord (1961), Romero admite que escribe más utilizando su intuición en vez
de tener el talento de un buen escritor. La escritura de Rubén Romero es sobre todo un
método de experimentar los placeres de su país natal, México, durante sus estancias en
otros países. No obstante, sus obras conocen mucho éxito y dentro de seis años el autor ya
es aceptado como miembro de la Academia Mexicana. Sin embargo, el autor continúa a
menospreciar su obra y dice que en sus novelas solamente vuelve a contar la historia de su
vida. El autor se expresa de manera honesta y sincera y escribe sobre lo mexicano. No
considera su éxito popular como un sinónimo del valor artístico.
2.2.2. Sumario de La vida inútil de Pito Pérez
La vida inútil de Pito Pérez comienza con el encuentro entre Pito Pérez y un poeta. Empiezan
a hablar y Pito Pérez cuenta sobre su vida y sobre la desgracia que experimenta en su vida:
« Mi vida es triste » (Romero 1961 : 21). El poeta quiere volver a ver a Pito Pérez y se ponen
de acuerdo para darse una cita cada noche. Puesto que el poeta se entera de la obsesión por
el alcohol de Pito, decide traer cada noche una botella a las citas. Así Pito Pérez empieza a
hablar de su juventud, de su familia, etc., y así comienza la verdadera historia de la vida de
Pito Pérez.
De joven, Pito Pérez abandona su familia y decide echarse al mundo. Vagando por las tierras
de México, encuentra diferentes amos pero cada vez la relación entre Pito y su amo termina
mal. Un día vuelve a su casa en Santa Clara del Cobre pero su familia no le presta atención y
no le pregunta nada. Cuando Pito cuenta al poeta sobre su vida amorosa, lo representa de
manera muy negativa. Su vida amorosa ha sido un fracaso. Sin embargo, al final de la historia
encuentra una mujer pero resulta ser un esqueleto ! En la segunda parte de la historia, el
autor efectúa un salto en el tiempo, es decir Romero no relata nada de lo que pasa durante
los diez años en que el poeta y Pito Pérez no se ven sino que directamente empieza a narrar
sobre el reencuentro entre los dos. No ha cambiado mucho puesto que Pito Pérez todavía
85
queda muy negativo hablando de sí mismo: “Las personas decentes huyen de mí con asco;
asco de mi aspecto repugnante, de mi hedor a vino agrio, de mis manos negras, que ni los
amigos quieren estrechar, simulando que llevan las suyas ocupadas con el pañuelo »
(Romero 1961 : 152). Además, habla de su mala experiencia en el hospital y de su amor por
Caneca, un esqueleto. Dice que Caneca es una mujer perfecta : « No es coqueta, ni
parlanchina, ni rezandera, ni caprichosa. Muy al contrario, es un dechado de virtudes. »
(Romero 1961 : 179) La historia termina con la muerte de Pito Pérez. En su testamento, Pito
Pérez atribuye la culpa de su desgracia a la Humanidad.
2.2.3. Presencia del contexto histórico-social
Antes de pasar al análisis formal de los elementos contextuales en La vida inútil de Pito
Pérez, esbozamos la imagen del contexto histórico-social real en que José Rubén Romero
escribe su novela. Nos basamos en un artículo de Coerver que trata de la Revolución
mexicana.44 Romero escribe su novela en 1938, más o menos veinte años después del final
de la Revolución mexicana. La Revolución se inicia en 1910 y se acaba en 1917 con la
elaboración de la constitución. Sin embargo se considera el año 1920 como el verdadero
final de la Revolución. El objetivo de la Revolución consiste en derribar el gobierno de
Porfirio Díaz. Sin embargo, se desarrolla hasta convertirse en una verdadera rebelión contra
el gobierno con consecuencias para la economía, el gobierno y la sociedad de México. Es
Francisco Indalécio Madero quien prepara la Revolución. Como Venustiano Carranza,
Madero, es un miembro de los conservadores que abogan por elecciones libres, por la
imposibilidad de reelección y, en general, por una reforma política. Existe también un grupo
de revolucionarios que son más radicales, como Francisco « Pancho » Villa y Emilio Zapata,
cuyo objetivo consiste en una reforma social y laboral. Se nota entonces una discrepancia
entre los protagonistas de la Revolución. Sin embargo, tienen un objetivo en común, es decir
quieren reducir el papel que desempeñan los extranjeros en la economía de México. La
Revolución se acaba con la formación de una constitución en 1917 que incorpora los
objetivos de la Revolución. Sin embargo, las luchas continúan hasta 1920. En diciembre de
44 Coerver, Don M. Mexican Revolution, [online]. Microsoft Encarta Online Encyclopedia 2009. URL : <http://encarta.msn.com/encyclopedia_761588457/Mexican_Revolution.html>. [Consulta : 13 de abril de 2009]
86
1920 Obregón asume el poder en México. Una de las mayores realizaciones de Obregón
constituye la elaboración de un programa de educación que es instalado en México por José
Vasconcelos, el ministro de educación. Consiste en reformar el currículo, estimular el
alfabetismo e aumentar las posibilidades de acceder a la educación en el campo. Además,
Obregón restablece las relaciones con los Estados Unidos. Con las elecciones de 1924,
Plutarco Elías Calles toma el poder e exige una mejor efectuación de la constitución de 1917,
lo que provoca mucha polémica tanto en México como en otros países como por ejemplo en
los Estados Unidos. Además limita el poder de la Iglesia, lo que le es tomado a mal. La
población de México reacciona con la rebelión cristera45 (1926-1929). En 1928 Obregón gana
las elecciones pero es asesinado poco después. El presidente ínterin es Emilio Portes Gil. Sin
embargo, Calles entra de nuevo en escena, dominando la política mexicana durante las
presidencias de Portes (1928-1930), Pascual Ortiz Rubio (1930-1932) y Abelardo L. Rodríguez
(1932-1934). Calles instala también el Partido Nacional Revolucionario o PNR. Constituye un
mecanismo que garantiza un cambio de poder pacífico y que centraliza el poder político en
la presidencia. En el período de 1934 a 1940, Lázaro Cardenas ejerce el poder en México.
Contrariamente a sus predecesores, Cardenas puede liberarse de la influencia de Calles y es
su objetivo realizar los temas constitucionales de la Revolución. Una de las reformas que
pone en práctica consiste en conceder más atención a las demandas de los campesinos y de
los obreros. Sin embargo, en 1937 una crisis económica atormenta el país y a partir de este
momento los objetivos apuntados en la constitución de 1917 llegan a ser cada vez menos
importantes. Por el contrario, se estimula la industrialización, ya no se oye las demandas de
los obreros, ya no se rechaza las influencias extranjeras porque el turismo conoce un gran
éxito, etcétera. En 1946, la Revolución deja de ser una realidad política para llegar a ser
solamente una herencia histórica. La novela de Romero denuncia justamente el fracaso de
las ideas de la Revolución.
Analizando la forma en que aparece el contexto histórico-social en la novela de Romero,
observamos una particularidad : la novela constituye un largo diálogo en que Pito Pérez
responde a las cuestiones de un poeta. Entonces, resulta los elementos contextuales
45
La rebelión cristera consistió en una lucha entre el gobierno anticlerical de Calles y los rebeldes católicos, denominados los cristeros. El motivo que hizo desencadenar el conflicto constituyó la inauguración de la ley Calles en 1926 que limitaba la libertad religiosa. En 1929 se restableció la paz entre el gobierno y los cristeros. (Bailey 1976 : 145-147)
87
aparecen en la mayoría de los casos bajo alusiones breves – a menudo están también más
largas – en diálogos. Sólo en el último capítulo de la novela cambia la perspectiva de la
novela, es decir ya se trata de un diálogo entre Pito Pérez y el poeta, sino de una descripción
de algunos habitantes del pueblo que encuentran el cadáver de Pito Pérez y su testamento.
Sin embargo, este testamento aparece en la novela como si Pito Pérez lo leyera en voz alta.
De este documento se desprende también algunos elementos importantes del contexto
histórico-social pero entramos en detalles sobre esto en el apartado siguiente sobre la
función que se concede al contexto sociohistórico. Además observamos que en varios casos
Romero reproduce los diálogos entre Pito Pérez y las personas con las que entra en contacto
durante su vida. De esta manera, el autor puede revelar también algunos aspectos del
contexto histórico-social. Citamos por ejemplo al pasaje en que Pito Pérez acaba de aceptar
un puesto como « administrador responsable de un periódico quincenal. » (Romero 1961 :
130) Sin embargo, su amo le engaña, indicando a Pito Pérez como el responsable de una
edición del periódico en que figura un artículo ofensivo contra el Jefe Político :
Después de conocer las calles, fuí a instalarme en una luneta de la plaza, a donde
momentos después llegó el comandante de la policía, diciéndome que el Jefe Político
quería verme.
Entramos en la oficina y el prefecto me interrogó, agitando un periódico que tenía en
la mano :
« ― ¿Es usted el responsable de este pasquín ? »
« ― Y el Admor. al mismo tiempo” ― le dije en abreviatura.
« ― ¡Sinvergüenza, quiere usted hacerse, además, el gracioso! ¡Pues a la cárcel, no
sin que antes y en mi presencia se trague usted este papelucho ! »
Hizo que me comiera el periódico, masticándolo sabrosamente, lo mismo que si se
tratara de un delicioso manjar. (Romero 1961 : 130-131)
Además de revelar el carácter engañoso del amo de Pito Pérez, este diálogo indica también
otro aspecto del contexto histórico-social, es decir la existencia de censura en el México
después de la Revolución. Esta práctica de castigar duramente a quienes que publican por
ejemplo un artículo con un contenido subversivo va en contra de uno de los ideales de la
Revolución : la libertad.
88
En algunos momentos en la novela, las alusiones al contexto histórico-social en forma
dialogada aparecen como si fueran digresiones extensas y elaboradas. Se trata en estos
casos sobre todo de Pito Pérez que se está perdiendo en largas digresiones sobre algo que le
llega a pasar o que está expresando sus reparos sobre algo. Citamos por ejemplo a una larga
digresión en que Pito Pérez se pronuncia sobre el error de los habitantes del pueblo que
piensan que la familia de Pito Pérez está loca. Sólo citamos a la última parte de la exposición
de Pito :
Locos son los que viven sin voluntad de vivir, tan sólo por temor a la muerte, locas las
que pretenden matar sus sentimientos y por el qué dirán no huyen con un cirquero ;
locos los que martirizan a los animales en lugar de enseñarles a amar a los hombres
―¿no es cierto, hermano de Asís ? ― ; locos los que se arrodillan delante de un ente
igual a ellos, que masculla latín y viste sotana, para contarle cosas sucias, como esas
lavanderas que bajan al río todos los sábados, a lavar su camisa, a sabiendas de que a
la siguiente semana volverán a lo mismo porque no tienen otra que ponerse, y más
locos que yo los que no ríen, no lloran, ni beben porque son esclavos de inútiles
respetos sociales. Prefiero a mi familia de chiflados y no a ese rebaño de hipócritas
que me ven como animal raro porque no duermo en su majada, ni balo al unísono de
los otros. (Romero 1961 : 17)
2.2.4. Función del contexto histórico-social
2.2.4.1. Telón de fondo
México, y particularmente la región de Michoacán aparece frecuentemente en las novelas
de Romero. Como ya mencionamos en el apartado sobre José Rubén Romero, el autor siente
un amor inmenso por esta región de México. Raymond L. Corro plantea que La vida inútil de
Pito Pérez constituye « un canto, un himno dedicado a la tierra y al hombre de Michoacán. »
(1979 : 1056) En la novela misma, Pito Pérez, representando a Romero, dice explícitamente
que prefiere los pequeños poblados a las grandes metrópolis. Además, las referencias a los
municipios de Michoacán son reales : « Romero nombra una quinta parte [de todos los
municipios en Michoacán] en La vida inútil de Pito Pérez. » (Corro 1979 : 1057) Esto aumenta
89
considerablemente el carácter auténtico de la novela. Como ilustración del amor que siente
Rubén Romero por su tierra citamos a Pito Pérez que está describiendo la salida de su lugar
natal, Santa Clara del Cobre :
El pueblo alargaba sus calles blancas, como si siquiera retenerme con sus brazos
amorosos ; pero el camino, lleno de misterios, me atraía.
¡Adiós, Santa Clara del Cobre, que me viste nacer y crecer, humillado y triste !
Volveré a ti vencedor, y tus campanas se echarán a vuelo para recibirme. (Romero
1961 : 38)
Estas descripciones de la tierra natal sirven para crear un telón de fondo para la historia. Los
datos geográficos delimitan el contexto histórico-social de la novela. Sin embargo, la novela
carece de indicaciones temporales explícitas pero, puesto que la novela se publica en 1938,
podemos presumir que la historia se desarrolla más o menos en los años treinta. Además, en
su testamento, Pito Pérez alude a los tres conceptos claves de la Revolución (1910-1920), es
decir la libertad, la igualdad y la fraternidad y evoca que la realización de estas ideas fracasó.
Entonces es muy probable que la historia se desarrolla en los años después de la Revolución.
En último lugar es significante tener en cuenta que el personaje Pito Pérez se basa en una
persona real. O. Cord señala que el nombre de la persona en que el personaje Pito Pérez se
basa es Jesús Pérez Gaona y que esta persona vivía en Santa Clara del Cobre (1961 : 433).
Este poblado figura en la novela La vida inútil de Pito Pérez como el lugar natal de Pito Pérez.
E. Phillips, por su parte, afirma la autenticidad de Pito Pérez, señalando que la génesis de
Pito Pérez remonta al período en que Rubén Romero estaba recaudador en Santa Clara del
Cobre (1964 : 698). Sin embargo, el personaje solamente hace su aparición más o menos
veinte años después en Apuntes de un lugareño (1932). En esta novela, Pito Pérez aparece
como una combinación de elementos ficticios y reales o más bien autobiográficos. Pito vive
en Santa Clara del Cobre y cada vez cuando vuelve a este pueblo después de un período, le
echan en la cárcel porque ha hecho algo mal. Más tarde, en la tercera novela de Romero, El
pueblo inocente (1934), Pito Pérez ya ocupa una posición más importante para llegar a ser el
protagonista en La vida inútil de Pito Pérez (1938), novela en que Pito Pérez relata su vida
desde su niñez hasta su muerte. Concluimos entonces que la elaboración del contexto
90
histórico-social de Romero en su novela La vida inútil de Pito Pérez se basa en gran parte en
datos reales tanto en el nivel geográfico, puesto que Romero vivía en la misma región que la
que aparece en la novela, como en el nivel social, puesto que Romero creó su personaje a
partir de su contacto con un Pito Pérez real. De esta manera podemos también considerar
como auténtica la visión de la sociedad que nos da Romero desde el punto de vista de Pito
Pérez. No obstante, tenemos que tener en cuenta que una novela siempre constituye una
creación por parte del autor y que la ideología del autor siempre se refleja en mayor o
menor medida en su texto.
2.2.4.2. Crítica de la sociedad
La segunda función que se concede al contexto histórico-social en la novela de Romero
consiste en criticar la sociedad. Los encuentros de Pito Pérez con varios personajes que
representan a diferentes tipos sociales ofrecen la posibilidad al autor de denunciar las
injusticias sociales y los abusos de autoridad que caracterizan al México posrevolucionario.
Alvaro Ochoa observa muy bien que este mensaje crítico por parte del autor revela « su
conciencia del fracaso de los ideales de progreso y transformación social que prometía la
Revolución, y de las realidades tan diferentes a las que ésta dio lugar. » (1991 : 80) Sin
embargo, Rubén Romero tiene también una clara intención de divertir : recurriendo a la
sátira, puede transmitir su desaprobación de la situación social en el México de su tiempo de
una manera cómica. La sátira « se endereza contra todos los sectores de la sociedad : desde
el político y el social, hasta el religioso e individual. » (Ochoa 1991 : 81)
Romero, a través de su protagonista Pito Pérez, critica muy claramente la política en México.
Por ejemplo, al hablar de las cárceles en México, Pito revela las malas condiciones de éstas:
No he tenido aún la suerte de llegar a una de esas cárceles modernas, en
donde, según dicen, todo es confort y costumbres refinadas ; donde los presos visten
elegantes uniformes, que se han puesto de moda fuera de los penales como ropa de
dormir y con el nombre de pijamas.
En las cárceles de los pueblos encontré a honrados y caballerosos ciudadanos,
aprehendidos para substituir a personas que gozaban de libertad absoluta. Reina en
ellas un espíritu infantil que hace a los reclusos orinarse en los zapatos de sus
91
compañeros, como una inocente diversión ; aún hay sentimientos generosos y nadie
se muere de hambre, a pesar de la buena voluntad del Gobierno, que ha suprimido el
rancho de los presos, como cosa superflua. El que tiene comida, porque se la llevan
de su casa, la comparte con el que no la tiene, y al que no le ven cobija, le mientan la
madre, con solicitud, para que se caliente. (Romero 1961 : 116-117)
Además, Pito Pérez revela también las malas condiciones de los hospitales en México. Por
ejemplo, en el hospital de Morelia, donde Pito tiene que pasar algunos días, trabaja Pelagia.
Esta enfermera « hizo sus estudios en un solo día, y recibió su título de enfermera en el
mismo instante en que la contrataron como criada del hospital. » (Romero 1961 : 161)
Además, los enfermos están indicados con el número de su cama y no hay un buen control
sobre el uso de los medicamentos puesto que la enfermera los distribuye arbitrariamente.
Este hospital de Morelia representa a muchos otros hospitales en el México después de la
Revolución.
La religiosidad constituye otro elemento sumiso a la visión crítica de Romero. Pito Pérez
denuncia los actos ridículos que emprenden los hombres para gozar de la gracia de Dios : «
La humanidad es una hipócrita que pasa la vida alabando a Dios, pretendiendo engañarlo
con el Jesús en los labios y maldiciendo y renegando sin piedad del Diablo. » (Romero 1961 :
89) En otro episodio de la novela se revela una vez más la ignorancia de los fieles. Hacemos
referencia al pasaje en que Pito Pérez conseja al padre Pureco a introducir en sus sermones
algunas frases en latín :
Yo no sé si sería por el uso del latín, o por una mera coincidencia, el caso es que los
feligreses comenzaron a dar muestras de mayor respeto para su pastor espiritual, y
éste a sentirse más engreído y a estirarse, como cualquier funcionario, a tal extremo,
que a mí mismo aplicábame los latines que le enseñaba, y con mayor acierte que en
el púlpito. (Romero 1961 : 72)
El autor utiliza la descripción de los elementos contextuales también para criticar la vida en
las grandes ciudades. Pito, igual que Romero, prefiere la vida en un pequeño poblado a la
92
vida en una ciudad. Citamos a Pito Pérez, evocando su preferencia por la vida en los
poblados de México :
De no vivir en una gran metrópoli, preferí siempre los pequeños poblados a las
capitales provincianas, que son planteles de vanidad y asiento de extravagancias. Sus
habitantes pueden ser clasificados de este modo ; tres o cuatro familias dueñas de
hacienda grande, que fué heredada o hecha al vapor en negocios usurarios ; diez
casas muy ilustres, arruinadas, y con las cómodas repletas de pergaminos, en donde
consta que un bisabuelo fué Oidor, otro Coronel realista, otro cuñado del Conde de
Cerro Gordo o sobrino del Marqués de Sierra Madre. (Romero 1961 : 57-58)
En lo que sigue, Pito Pérez continúa denunciando y criticando lo que sale mal en una gran
ciudad. Dice que en « estas ciudades la miseria adquiere gestos trágicos, y los sinvergüenzas,
como yo, no pueden vivir decorosamente. » (Romero 1961 : 59) Según Pito Pérez, los pobres
y los ricos son iguales en los pequeños pueblos mientras que en las ciudades existen grandes
diferencias entre pobres y ricos. En relación con los ricos, Pito Pérez señala lo siguiente :
Porque un rico mata y se esconde mientras su dinero quebranta leyes y suaviza
voluntades ; un rico hace un fraude, y acumula tales pruebas de descargo, que al final
de cuentas él es quien resulta defraudado y calumniado. (Romero 1961 : 115-116)
La crítica de Romero dirigida contra ciertos grupos sociales, se revela sobre todo al final de la
novela, en el testamento de Pito Pérez:
Para los ricos, sedientos de oro, dejo la mierda de mi vida. Para los pobres, por
cobardes, mi desprecio, porque no se alzan y lo toman todo en un arranque de
suprema justicia. ¡Miserables esclavos de una iglesia que les predica resignación y de
un gobierno que les pide sumisión, sin darles nada en cambio ! (Romero 1961 : 182-
183)
En esta cita observamos de nuevo una fuerte crítica contra la Iglesia que, según Pito Pérez,
aparece en México como una institución que explota el ser humano. Este pasaje revela muy
93
bien el carácter anticlerical de Pito Pérez. Además, más adelante en su testamento, Pito
Pérez revela que ya no cree en los ideales de la Revolución, es decir libertad, igualdad y
fraternidad. Se refiere a estos ideales con las siguientes palabras : « A la Libertad la asesinan
todos los que ejercen algún mando ; la Igualdad la destruyen con el dinero, y la Fraternidad
muere a manos de nuestro despiadado egoísmo. » (Romero 1961 : 183)
En último lugar observamos que Pito Pérez indica a la ‘Humanidad’ como el culpable de su
desgracia : « ¡Humanidad, te conozco ; he sido una de tus víctimas ! De niño me robaste la
escuela para que mis hermanos tuvieran profesión ; de joven me quitaste el amor, y en la
edad madura la fe y la confianza en mí mismo. » (Romero 1961 : 183-184) De esta manera
podemos concluir que el contexto histórico-social en La vida inútil de Pito Pérez, no sólo
sirve para criticar la sociedad mexicana posrevolucionaria, sino también para criticar la
humanidad en su totalidad.
2.2.4.3. Función educativa y moralizadora
El contexto histórico-social en la novela de Romero tiene solamente en algunas ocasiones
una función educativa y moralizadora. Uno de los mensajes que Romero quiere transmitir
consiste en « ser generoso con los necesitados. » (Romero 1961 : 104) Este mensaje moral se
manifiesta en el episodio en que Pito Pérez se encuentra solo en la botica de su tío :
Gozando de aquella libertad y del producto de las ventas, organicé bailecitos en los
barrios apartados y comencé a fiar mercancías sin apuntarlas en ningún libro para no
caer en la pichicatería de todo comerciante. Dios había tocado mi corazón y sentía,
por primera vez, el regocijo de ser generoso con los necesitados. Los tramos de la
tienda a medio vaciar, hablaban muy alto de mi desprendimiento, y yo miraba
desaparecer sin dolor los bienes terrenales, embriagado por deífico ejercicio de dar, o
por el alcohol que ingería devota y abundantemente. (Romero 1961 : 104)
Otro mensaje moral se desprende del pasaje en que Pito Pérez anda por la calle llevando la
ropa de un acólito, lo que su madre le obliga a hacer. El mensaje moral consiste en la
advertencia que el hábito no hace el monje y que muchas veces las personas orgullosas,
94
llevando ropa elegante, en realidad solamente ocultan sus pequeños vicios. Pito Pérez lo
describe así:
A la hora de las comidas, las gentes me veían pasar, rumbo a mi casa, vestido
con la sotana roja, y comentaban emocionadas :
«—¡ Ah, qué buen muchacho este de doña Conchita Gaona, tan piadoso y tan
seriecito ! »
¿Y sabe usted por qué no me apeaba mi vestido de acólito?, pues porque no
tenía pantalones que ponerme y con las faldillas de la sotana cubría mis desnudeces
hasta los tobillos. Así aprendí que los hábitos sirven para ocultar muchas cosas que a
la luz del día son inmorales. (Romero 1961 : 26)
Profundizándonos en el testamento de Pito Pérez, observamos que Pito denuncia en primer
lugar las maldades de la sociedad en que vive. En segundo lugar advierte a sus
contemporáneos de estas maldades : « Esclavo miserable, si todavía alientas alguna
esperanza, no te pares a escuchar la voz de los apóstoles : su ideal es subir y permanecer en
lo alto, aun aplastando tu cabeza. » (Romero 1961 : 183) Pues, denunciando y criticando los
elementos contextuales, Romero quiere transmitir un mensaje educativo y moral que
consiste en advertir a sus lectores de las maldades en su sociedad. Más adelante en el
testamento, Pito Pérez se dirige a la Humanidad, que, según él, constituye la causa de su
infortunio, advirtiéndola de que « del coraje de los humildes surgirá un día el terremoto, y
entonces, no quedará piedra sobre piedra. » (Romero 1961 : 185) Podemos interpretar esto
como un estímulo para sus contemporáneos a actuar.
2.3. Estudio comparativo de la presencia y función del contexto histórico-social en dos
novelas picarescas mexicanas
A partir del anális de la presencia y función del contexto histórico-social en cada una de las
dos novelas picarescas mexicanas que constituyen el asunto de esta tesina, sacamos algunas
conclusiones generales destacando las semejanzas y las diferencias entre las dos novelas. En
cuanto a la forma en que aparece el contexto histórico-social concluimos en primer lugar
que ambos autores utilizan digresiones extensas y elaboradas para las descripciones
95
explícitas del contexto histórico-social. Sí observamos que Lizardi recurre con mayor
frecuencia a esta técnica que Romero. En segundo lugar, ambos autores dominan muy bien
la técnica del diálogo, puesto que en las dos novelas el contexto sociohistórico se revela
mediante alusiones breves en diálogos. Cabe mencionar la particularidad de la obra de
Romero, es decir está concebida como un largo diálogo entre un poeta y Pito Pérez. De ahí
que casi todas las referencias contextuales aparecen bajo la forma dialogada. Sin embargo,
estas referencias se asemejan en algunas ocasiones más a digresiones extensas porque
ocupan a veces más de una página en la novela. En tercer lugar, hacemos referencia a una
particularidad de la novela de Lizardi, es decir la inserción de imágenes que contienen
también información complementaria sobre ciertos elementos contextuales.
En cuanto a las funciones que se concede al contexto histórico-social, observamos algunas
semejanzas entre las dos novelas. En primer lugar, el contexto histórico-social constituye en
ambas novelas el telón de fondo para la historia. Es decir, los autores, mediante la
elaboración del contexto histórico-social en la novela, pueden así establecer los límites
geográficos, temporales, históricos, sociales, etc., dentro de los que se desarrolla la historia.
Además, los dos autores han reproducido en sus novelas el contexto histórico-social real en
que viven. En el caso de Lizardi, se trata de los últimos años de la colonización de México y
de los primeros signos de la independencia mientras que en el caso de Romero se trata del
período después de la Revolución. A partir de nuestra lectura de las novelas, resulta muy
clara la aversión que sienten ambos autores por la sociedad en que viven. De esta manera
llegamos a la segunda función del contexto histórico-social, es decir, la de criticar la
sociedad. Las dos novelas abundan de pasajes en que se revelan y critican ciertos abusos de
la sociedad. Además en ambas novelas se critica mediante los elementos contextuales
específicamente algunos tipos o grupos sociales y algunas instituciones como el catolicismo,
el sistema de enseñanza, etc. Entonces, la presencia del contexto histórico-social en las
novelas constituye una condición necesaria para que se pueda efectuar la crítica sobre este
contexto.
La tercera función que puede tener el contexto histórico-social consiste en transmitir un
mensaje educativo y moral. Observamos claramente una mayor preocupación por el
elemento educativo y moralizador en la novela de Lizardi que en la novela de Romero. En el
96
prólogo a El Periquillo Sarniento Pito Pérez señala explícitamente que su objetivo consiste en
instruir a sus hijos. Es más, la línea argumental que relata las andanzas de Periquillo está
continuamente interrumpida por digresiones moralizadoras insertadas en la historia. En La
vida inútil de Pito Pérez, por el contrario, no encontramos semejantes digresiones
moralizadoras. No obstante, la novela contiene algunos mensajes morales pero el lector no
los encuentra mencionados en la novela de manera tan explícita como en la obra de Lizardi.
Sin embargo, en ambas novelas el contexto histórico-social de un punto de referencia y de
reconocimiento para los lectores de modo que éstos lleguen a entender mejor los mensajes
moralizadores que, según ambos autores, los pueden venir de molde en la sociedad en que
viven.
La cuarta función que se concede al contexto histórico-social, es decir, la de transmitir ideas
reformistas y elaborar un proyecto utópico, sólo la encontramos en la novela de Lizardi. Esta
función tiene mucho que ver con la de transmitir un mensaje educativo y moral pero no
obstante es importante hacer la distinción entre las dos. Cuando el contexto histórico-social
tiene la función de transmitir ideas reformistas y de elaborar un proyecto utópico, se trata
de una novela con una preocupación social mucho más adelantada que cuando el contexto
histórico-social sólo sirve para transmitir un mensaje educativo y moralizador. En fin,
citamos a R. Oviedo y P. De Tedula que resumen muy bien los propósitos de Lizardi al escribir
su novela :
[Lizardi] se sirve de los medios tradicionales de ficción, con dos orientaciones
diferentes : la noticia social y la reforma-educación de la sociedad, que convergen en
un mismo punto en cuanto a intencionalidad y resultado : la exposición de los ideales
ilustrados (en una línea conducente al liberalismo) como forma de obtener una
mejora política y social, pero no de exposición teórica – en el caso de Lizardi – sino
basada en las realidades cotidianas de la sociedad mexicana. (Oviedo y De Tudela
1982 : 55-56)
Contrariamente a El Periquillo Sarniento, la novela de Romero no contiene esta dimensión
reformadora. En La vida inútil de Pito Pérez, el contexto histórico-social sólo sirve para
elaborar el telón de fondo y criticar las maldades de la sociedad. Además se puede deducir
97
también un deseo de transmitir un mensaje moral pero esta función pasa al segundo plano,
puesto que el objetivo principal de Romero consiste en criticar de una manera cómica la
sociedad posrevolucionaria.
98
3. Conclusiones
A partir del estudio que hemos elaborado, intentamos formular algunas conclusiones
revelando las correspondencias y diferencias entre las novelas picarescas peninsulares (El
Lazarillo de Tormes, Guzmán de Alfarache y El Buscón), analizadas en el apartado 1.4.2.46 y
las mexicanas (El Periquillo Sarniento y La vida inútil de Pito Pérez), analizadas en el apartado
« Parte analítica : presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas picarescas
mexicanas », en cuanto a la presencia formal y las funciones del contexto histórico-social.
En primer lugar, hemos prestado atención a la forma en que aparece el contexto histórico-
social. Observamos que tanto en las novelas picarescas como en las mexicanas el contexto
histórico-social aparece bajo digresiones extensas y elaboradas y bajo alusiones breves en
diálogos. Sin embargo, los autores de la picaresca peninsular y mexicana recurren en la
mayoría de los casos a digresiones extensas y elaboradas. Constituyen sobre todo
reflexiones por parte del pícaro sobre un elemento del contexto histórico-social. La novela
de Romero constituye un caso particular porque consiste de un largo diálogo entre el poeta
y Pito Pérez, interrumpido solamente en algunas ocasiones breves y complementado con
diálogos entre Pito Pérez y otros personajes secundarios.47 Así que el diálogo desempeña un
papel más importante en esta novela que en la novela de Lizardi o en las novelas
peninsulares. Implica que los elementos contextuales en la novela de Romero aparecen casi
sólo bajo la forma del diálogo. Sin embargo, los largos pasajes en que Pito Pérez reflexiona
sobre varios fenómenos característicos de su sociedad parecen formalmente más a
digresiones extensas y elaboradas que a alusiones breves en diálogos. De todos modos, al
recurrir a la forma dialogada, Romero intensifica la impresión de que la historia se trata de
un personaje particular, el pícaro, que se queja de la sociedad que le rodea. El autor se
esconde entonces totalmente detrás de su protagonista de modo que vemos todos los
aspectos contextuales a través de los ojos del pícaro. Además, mediante los diálogos entre el
poeta y Pito Pérez y la reproducción de diálogos entre Pito Pérez y otros personajes
46 El apartado 1.4.2. se titula « Análisis sucinto de la presencia y función del contexto histórico-social en tres novelas picarescas peninsulares ». 47
Como ya señalamos en el apartado 2.2.3., titulado « Presencia del contexto histórico-social en La vida inútil de Pito Pérez », en el último capítulo de la novela ya no se trata de un diálogo entre el poeta y Pito Pérez porque Pito ya está muerto.
99
secundarios, Romero llega a esbozar una imagen viva del contexto sociohistórico que rodea
al protagonista. De esta manera, la forma dialogada a la que recurre Romero evita largas
digresiones contextuales que a veces resultan aburridas y repetitivas para el lector. En
cuanto a la novela de Lizardi, El Periquillo Sarniento, observamos también una particularidad,
es decir la presencia de imágenes en que se revelan algunos aspectos del contexto histórico-
social. En conclusión, podemos observar que las formas en las que aparecen los elementos
contextuales varían y que la variante mexicana del género picaresco ha encontrado
soluciones formales variadas, que en parte retoman las propuestas de la picaresca
peninsular (digresiones extensas, reflexiones del pícaro) y en parte agregan nuevas formas
(imágenes, predominio de elementos dialogales).
En cuanto al contenido y la función del contexto histórico-social abordamos en primer lugar
las correspondencias entre las novelas españolas y las mexicanas. En cada una de estas
novelas el contexto histórico-social funciona, en primer lugar, como un telón de fondo,
estableciendo los límites del espacio temporal, geográfico y social dentro de los que se
desarrolla la historia. Estas referencias al contexto histórico-social de la novela corresponden
en muchos casos a elementos de la vida real como por ejemplo las referencias a ciudades o
regiones reales, a ciertas clases sociales, a costumbres y usos típicos de la socieda española o
mexicana, etcétera. Son elementos fácilmente reconocibles para el lector de la novela
picaresca. En segundo lugar, revelando varios aspectos del contexto histórico-social, los
autores dejan traslucir sus ideas críticas sobre estos aspectos. Resulta evidente que el
contexto en que vive el autor determina el contenido de la crítica que transmite el autor en
su novela. Encontramos esta función del contexto histórico-social de criticar la sociedad
tanto en las novelas peninsulares como en las mexicanas. Podemos entonces considerar la
crítica social como una característica clásica de la picaresca peninsular que la variante
mexicana ha incluido, adaptándola a las circunstancias mexicanas.
En cuanto a la función de transmitir un mensaje educativo y moralizador, se comprueba que
es una constante tanto en la novela picaresca como en la mexicana, aunque la relevancia
que se concede a dicho papel varía. Parace como si la decisión de prestar más o menos
atención al mensaje moralizador dependiera, no tanto del hecho de que se trata de una
novela peninsular o de una mexicana, sino del proyecto de cada autor de una novela
100
picaresca. Además, observamos que la función didáctica y moral del contexto histórico-social
se relaciona estrechamente con la función de criticar la sociedad. Mediante la denuncia de
elementos contextuales, por ejemplo las maldades y los abusos de la sociedad en que vive el
pícaro, el autor quiere transmitir un mensaje educativo y moral a sus lectores advirtiéndoles
de la sociedad corrupta que les rodea. En cuanto a las novelas peninsulares que analizamos,
sólo el contexto histórico-social del Guzmán de Alfarache tiene realmente una función
didáctica y moralizadora ya que el autor mismo lo señala en el prólogo de la novela. En El
Lazarillo de Tormes el lector encuentra también algunos pasajes que contienen un mensaje
educativo y moral pero menos frecuente que en la novela de Alemán. En cuanto a El Buscón,
existen dos grupos de críticos cuyas opiniones no coincidan, es decir están divididos en dos
escuelas, la escuela moral, que encuentra en la novela de Quevedo un mensaje moral, y la
escuela estética, que valoriza el aspecto estético de la obra. Entre las dos novelas mexicanas
existe también una diferencia en cuanto a la función didáctica y moralizadora que se
concede al contexto histórico-social. El paralelismo entre el Guzmán de Alfarache y El
Periquillo Sarniento en este contexto es llamativo. Señalamos que mediante la descripción y
la crítica de algunos elementos contextuales, como las maldades y hipocresías de varios
tipos sociales inmorales, Lizardi, tal como Alemán, quiere enseñar a sus lectores de no actuar
de la misma manera y de adoptar una actitud moral. Además, Lizardi señala también, a
través de la voz de Periquillo, en el prólogo de su novela que su objetivo consiste en enseñar.
Por el contrario, en La vida inútil de Pito Pérez no encontramos semejante planteamiento :
los mensajes didácticos y morales aparecen, en dicha novela picaresca mexicana, más bien
de manera implícita en la novela mientras que la novela de Lizardi abunda de digresiones
contextuales con función moralizadora.
Se observa en la novela de Lizardi aún otra particularidad : el contexto histórico-social de su
novela desempeña otro papel, el de transmitir ideas reformistas y de elaborar un proyecto
utópico. En cuanto al aspecto reformador, también lo encontramos en menor medida en las
novelas peninsulares pero el proyecto utópico que propone Lizardi en su novela constituye
realmente un elemento particular de El Periquillo Sarniento. El contexto histórico-social de la
novela de Romero no tiene este enfoque reformador. En El Periquillo Sarniento,
particularmente en el cuarto capítulo, cambia el contexto histórico-social, es decir ya no
constituye un contexto con elementos reales y reconocibles sino un contexto imaginario y
101
utópico cuya función consiste en proyectar la posibilidad de otro mundo mejor que la
sociedad novohispana mal dirigida de aquel entonces. Lizardi dedica por ejemplo mucha
atención al hecho de que toda la gente tiene que trabajar en la isla utópica mientras que los
nobles mexicanos rechazan el trabajo corporal. « Saucheofú, entonces, es más un espacio
para recalcar ciertos males específicos de la Nueva España, y proponer algunas soluciones,
que una propuesta global para una sociedad ideal. » (Alba-Koch 1999 : 157) Después de
Lizardi, muchos autores hispanoamericanos continúan con insertar este aspecto utópico en
sus obras. Mencionamos por ejemplo las obras de José Martí, Nuestra América (1891), de
Leopoldo Lugones, Odas seculares (1910) y de Rubén Darío, Canto a la Argentina (1914).
En conclusión, vemos que la novela de Lizardi concede más funciones al contexto
sociohistórico que la novela de Romero. Al contextualizar El Periquillo Sarniento, intentamos
buscar la razón por la cual los aspectos educativo y reformador del contexto sociohistórico
desempeñan un papel tan importante en la novela de Lizardi. Seguimos a Rivas quien explica
que durante el Renacimiento el objetivo de las obras literarias consiste en entretener y
enseñar mientras que durante la Ilustración, que empieza en Europa al principio del siglo
XVIII y que continúa en las primeras décadas del siglo XIX, se presta mucho más atención al
aspecto educativo, moralizador y reformador que al deseo de entretener a los lectores
(2005 : 79). Lizardi es un autor impregnado de las ideas reformistas de la Ilustración. De ahí
su preocupación por enseñar, moralizar e incluso proponer una sociedad utópica para la
población de México. Además, Lizardi conoce la tradición literaria de la utopía en Europa. Las
semejanzas entre la obra de Lizardi y las obras utópicas europeas son significativas:
« Fernández de Lizardi sigue la pauta de los utopistas dieciochescos, creando una sociedad
ideal en el oriente. » (Alba-Koch 1999 : 155) Sobre todo la influencia de la obra del escritor
inglés Tomás Moro, Utopía48 (1516), queda manifiesto en El Periquillo Sarniento (Sainz de
Medrano 1987 : 515). Según Sainz de Medrano, tanto Moro como Lizardi no sólo exaltan una
sociedad utópica sino que también reprueban la sociedad de sus países natales, haciendo
referencia por ejemplo a la ociosidad de los nobles (Sainz de Medrano 1987 : 518). Alba-
Koch (1999 : 156) y Vogeley (2001 : 123-125), por su parte, destacan, basándose en
Knowlton, la influencia de la obra del ecritor español Juan González de Mendoza, Historia de
las cosas más notables, ritos y costumbres del gran reino de la China (1585) sobre la novela 48
Aparece por primera vez el término ‘utopía’ en la obra de Moro.
102
de Lizardi. Según ellas, Lizardi se basa en la obra de Mendoza para sus descripciones de la
isla china, Saucheofú. Aunque Lizardi utiliza elementos de las obras de Moro49 y de
Mendoza para la escritura de su novela, rechaza también algunas ideas utópicas europeas.
No adopta por ejemplo la idea utópica que expone Jean-Jacques Rousseau en su Discours sur
l’inégalité (1755) concerniente el buen salvaje que lleva una vida simple en libertad y sin
trabajar. Por el contrario, Lizardi « construye su isla sobre la imagen de la sociedad oriental
como una cuyo sistema social es complejo pero transparante y donde impera un férreo
control sobre los habitantes, materializando ahí, no la negación del mundo europeo, sino su
perfeccionamiento. » (Alba-Koch 1999 : 156) En último lugar, seguimos el punto de vista de
Vogeley quien nota que Lizardi no utiliza la palabra ‘utopía’, sino el término ‘Jauja’50 para
referir a la situación en la isla Saucheofú (2001 : 120). Según Vogeley el rechazo de utilizar el
término ‘utopía ‘, indica que Lizardi no quiere continuar con la tradición literaria europea
(2001 : 126). Además, Vogeley sugiere que de esta manera Lizardi promulga la posibilidad de
un México independiente de España.
La presencia de ideas reformistas y utópicas en El Periquillo Sarniento se debe también al
hecho de que Lizardi, al dedicarse en 1816 por primera vez a escribir una novela, continúa
escribiendo como si todavía estuviera redactando artículos periodísticos. Esto implica que
Lizardi continúa preocupándose por transmitir un mensaje educativo, moralizador y
reformador más que por experimentar con las posibilidades estéticas del género de la
novela. De ahí que seguimos a J.R. Spell quien evoca que las novelas peninsulares dan
muestra de un alto grado de artisticidad mientras que las novelas mexicanas carecen de esta
cualidad artística (1925 : 146). Citamos a Vogeley quien evoca también la misma
idea refiriéndose a la obra de Lizardi: « The picaresque form he [Lizardi] borrowed had
49
Resumiendo las conexiones entre la obra de Moro y la de Lizardi, hacemos referencia a la cita siguiente de Sainz de Medrano: « Si faltan en la descripción de la organización social en la isla de Saucheofú precisiones sobre algunos de los aspectos considerados por Moro, como la educación, la importancia de la agricultura sobre los metales preciosos, o la organización asistencial, el resto de la novela de Lizardi abunda en disquisiciones sobre estos y otros aspectos, bien amparado el autor, insistimos, en las más solventes autoridades, dentro de la fusión de su proyecto de sociedad ideal con la censura de los males sociales de su patria, ambos también factores determinantes de la Utopía de Tomás Moro. » (1987 : 521) 50
Lizardi mismo da una explicación por el término ‘Jauja’ : « Ciudad imaginaria que algunos, dando crédito a viajeros embusteros, buscaron inútilmente en la América española, llevados de las magníficas descripciones y ponderados elogios que se hacían de sus riquezas, fertilidad y hermosura. Hoy sólo se usa de su nombre como sinónimo de paraíso de delicias, para exagerar la abundancia de alguna ciudad o país donde la tierra, sin necesidad de cultivo, produce espontáneamente todo lo necesario al hombre, que ahí no tiene que trabajar para comer. » (Lizardi citado por Ruiz Barrionuevo 1997 : 762n)
103
respectable antecedents in the Spanish Golden Age, but he deviated from these in
abandoning the intellectual wordplay with which the baroque authors often told their
stories. » (1987b: 794) En resumen, citamos a lo que dice Ramírez-Pimienta en cuanto a la
diferencia entre las novelas picarescas peninsulares del Siglo de Oro y la novela picaresca
mexicana de Lizardi :
Empero, a diferencia de la mayoría de sus progenitores de la picaresca producida en
el Siglo de Oro español, al Pensador Mexicano no le interesa solamente narrar los
errores y lacras de una sociedad corrupta. El autor señala el problema e
inmediatamente da una solución. (Ramírez-Pimienta 1998 : 227)
En definitiva, en la novela de Lizardi se elaboran sobre todo de manera particular y mexicana
las funciones que tiene el contexto histórico-social. En este sentido se aproxima al modelo
de Guzmán de Alfarache, agregando a la función didáctica y moralizadora de la novela
peninsular otra función más : la de sugerir una posibilidad de otro mundo mejor a través del
esbozo de un contexto sociohistórico imaginario y utópico. La novela de Romero, por otra
parte, se parece más bien a las novelas picarescas peninsulares por seguir experimentando
con la forma en la que aparece el contexto a través de la elaboración original de una novela
picaresca de forma y estructura dialogal.
104
Apéndice
Apéndice 1
Fuente : Fernández de Lizardi, José Joaquín. 1997 [1816]. El Periquillo Sarniento. Ed. de
Carmen Ruiz Barrionuevo. Madrid: Ediciones Cátedra (p. 129)
105
Fuente: Vogeley, Nancy. 2001. Lizardi and the Birth of the Novel in Spanish America.
University Press of Florida.
106
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