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INTERVENCIÓN LOGOPÉDICA EN MAYORES
Programa de Intervención Logopédica
en personas mayores con Enfermedad
de Parkinson
Paloma Baena Redondo
Curso 2018/2019
Programa de Intervención Logopédica en personas mayores con Enfermedad de Parkinson
Curso 2018/2019
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DECLARACIÓN DE ORIGINALIDAD:
Dña. Paloma Baena Redondo, con DNI 26502377Y, declara que el presente trabajo formativo es original, no habiéndose utilizado fuentes sin ser citadas debidamente. Para que conste así, lo firmamos en Granada, a 21 de Marzo de 2019.
Fdo.: Paloma Baena Redondo
Programa de Intervención Logopédica en personas mayores con Enfermedad de Parkinson
Curso 2018/2019
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Índice
1. Justificación
2. Evaluación
3. Objetivos
4. Contenidos
5. Metodología
6. Actividades
7. Recursos y materiales
8. Evaluación del programa
9. Bibliografía
Programa de Intervención Logopédica en personas mayores con Enfermedad de Parkinson
Curso 2018/2019
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JUSTIFICACIÓN
La enfermedad del Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta al
sistema nervioso central de forma progresiva y crónica. Tiene origen idopático
(desconocido) y la edad media de inicio suele presentarse entre los 55 y 60 años de
edad.
Esta enfermedad afecta al sistema nervioso, específicamente a los ganglios basales
situados en el tronco del encéfalo, provocando una pérdida o degeneración de
neuronas situadas en la sustancia negra (tálamo) que hace que exista una falta de
dopamina en el organismo, la cual es una sustancia necesaria para la transmisión de la
información. Esta falta de dopamina provoca una alteración en el control de los
movimientos dando lugar a una serie de síntomas motores y no motores que
caracterizan a esta enfermedad.
Entre los principales síntomas motores que provoca esta falta de dopamina en el
organismo, podemos encontrar: temblor en reposo, lentitud de los movimientos
(Bradicinesia), rigidez o aumento del tono muscular y trastornos posturales. Además
de aparecer síntomas motores como los que se han comentado anteriormente,
también pueden aparecer otros síntomas no motores que en este son los que afectan
o pueden comprometer la comunicación y el lenguaje del individuo. Algunos de estos
síntomas son: disartria, disfagia, alteraciones en la fonación, disminución del volumen
respiratorio, disfonía; junto con otros síntomas secundarios a la comunicación como
puede ser la disgrafia.
Estos síntomas hace fundamental y necesaria la presencia de un Logopeda, así
como de la elaboración de un programa de intervención logopédica dirigido a personas
mayores con enfermedad de Parkinson, con el fin de prevenir, enlentecer, mantener o
mejorar aquellas alteraciones del habla, voz y deglución que pueden comprometer las
funciones comunicativas de la persona, afectándole a su calidad de vida cotidiana y
social.
Además, cabe destacar que este tipo de intervención se ha convertido en un
aspecto fundamental, ya que en la actualidad, se estima que en España 100 de cada
100.000 habitantes mayores de 80 años padece la enfermedad de Parkinson.
Este programa de intervención va dirigido a estas personas, porque los resultados
obtenidos con este tipo de rehabilitación, son satisfactorios ya que el objetivo que se
persigue es potenciar y mejorar las funciones que se ven comprometidas, sobre todo la
comunicación, que es fundamental para el ser humano. Para llevar a cabo esta
intervención se propone una serie de contenidos en los que se trabajarán mediante
una metodología específica para la cual se aportan diferentes actividades y ejercicios
dirigidos a este tipo de población.
Programa de Intervención Logopédica en personas mayores con Enfermedad de Parkinson
Curso 2018/2019
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EVALUACIÓN
Previamente a la implantación del programa de intervención logopédica que se
propone para personas mayores, es fundamental llevar a cabo una evaluación inicial
para poder establecer los objetivos, contenidos, procedimientos, actividades y
materiales necesarios y adaptados individualmente a cada persona, con el fin de llevar
una adecuada intervención logopédica.
Hay que tener en cuenta que la evaluación debe ser un proceso continuo, es decir,
se debe evaluar inicialmente así como a lo largo del proceso de intervención, con el fin
de conocer los si se han alcanzado los objetivos o si es necesario realizar algunas
adaptaciones en el proceso de intervención, así como la posibilidad de elaborar nuevos
objetivos. Esta evaluación continua es fundamental en la enfermedad de Parkinson, ya
que es una enfermedad degenerativa y pueden manifestarse nuevos síntomas así
como una agravación de los ya presentes, lo que nos puede llevar a la necesidad de
plantear o reformular los objetivos de la intervención para poder adaptarnos a las
necesidades del paciente.
En esta evaluación inicial, se pretende conocer el estado de los procesos que
intervienen en la comunicación y en la deglución. Es necesario realizar una historia
clínica del paciente, en la que podemos incluir información aportada por otros
profesionales o de otros informes anteriores; además, de recoger los datos personales
e información procedente de la anamnesis (entrevista con el paciente).
Posteriormente, recogeremos información sobre la evaluación de la postura,
respiración, fonación, timbre, resonancia, prosodia, musculatura oro-facial, expresión
facial, diadococinesia, articulación, ritmo y fluidez del habla, eficacia comunicativa,
deglución, junto con otros datos. Hay que tener en cuenta que en ocasiones es
necesaria la participación de algún familiar o cuidador que nos proporcione este tipo
de información siempre y cuando el propio paciente no nos la pueda proporcionar.
Una vez realizada la evaluación inicial, conoceremos la base de la que tendremos
que partir en la intervención, adaptándonos a las características del paciente y sus
dificultades y alteraciones en la comunicación y disfagia provocadas por la
enfermedad. El objetivo fundamental de la evaluación es poder elaborar un programa
de tratamiento eficaz como si se tratara de un traje a medida para responder a las
necesidades de cada paciente, para de esta forma, alcanzar el éxito.
Programa de Intervención Logopédica en personas mayores con Enfermedad de Parkinson
Curso 2018/2019
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OBJETIVOS
Objetivo principal:
Prevenir y mejorar los síntomas que afectan comunicación y deglución a causa
de la enfermedad de Parkinson, con el fin de mejorar la calidad de vida los
estos pacientes a través de la implantación de estrategias preventivas y de
mantenimiento en su actividad cotidiana.
Alcanzar la máxima funcionalidad comunicativa a través de unos adecuados
parámetros vocales.
Objetivos específicos:
Reeducación del habla a través de estrategias para la modificación y control de
los parámetros alterados y la mejora de la disfonía.
Aprender técnicas y estrategias para conseguir la máxima funcionalidad de la
deglución.
Aumentar la sensibilidad y relajación muscular de los órganos que intervienen
en el proceso fono-respiratorio a través del control de la respiración.
Mejorar la inteligibilidad del habla y las posibles praxias.
Disminuir la rigidez del tono muscular de la mandíbula, labios, lengua y faringe
para aumentar y mejorar la expresividad facial o hipotonía facial.
Trabajar sobre las características melódicas y de acentuación del habla.
Adquirir una postura corporal correcta para la fonación y la respiración
adecuada.
Disminuir la tensión de los pliegues vocales y desarrollar un movimiento lo más
eficaz posible para mejorar su elasticidad.
Motivar al paciente para evitar un aislamiento social debido a la sintomatología
y dificultades que aparecen por la enfermedad de Parkinson.
Eliminar la hipernasalidad y controlar el velo del paladar.
Informar sobre estrategias para mejorar hacia una comunicación eficaz.
Dominar técnicas de relajación.
Mantener o mejorar el lenguaje escrito a través de la mejorar del trazo y el
tamaño de la grafía, así como la velocidad de escritura.
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CONTENIDOS
Los contenidos del programa de intervención están orientados a alcanzar los
objetivos planteados, por lo que serán contenidos en los que se trabajaran las
diferentes aéreas que se pueden ver alteradas y que provocan dificultades en la
comunicación y la deglución del paciente con enfermedad de Parkinson.
- Respiración:
a. Respiración costo-diafragmática
b. Control y fuerza del soplo.
- Expresividad facial y relajación:
a. Mímica facial
b. Masajes faciales
- Postura corporal
- Articulación:
a. Praxias articulatorias
b. Precisión articulatoria.
c. Control velocidad diacocinetica.
- Fonación, Prosodia y Resonancia vocal:
a. Acentuación
b. Entonación
c. Control del ritmo
d. Coordinación fono-respiratoria.
e. Control de la intensidad vocal
f. Control del tono vocal
g. Control sonoridad.
h. Control del velo del paladar.
- Deglución
a. Maniobras deglutorias
b. Ayudas técnicas
- Lenguaje escrito
a. Psicomotricidad gruesa y fina.
b. Grafomotricidad y preescritura.
c. Tamaño, forma y calidad.
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METODOLOGÍA
El programa de intervención Logopédica que se propone, se pretende llevar a cabo
en aquellas personas mayores diagnosticadas con Enfermedad de Parkinson o aquellas
que tengan los síntomas iniciales de dicha enfermedad.
El programa se implantará en sesiones individuales, con el objetivo de llevar a cabo
un programa individualizado, flexible y adaptado a las capacidades y habilidades de
cada persona, para de esta forma trabajar los contenidos y objetivos según las
necesidades.
Las sesiones tendrán un periodo de duración de aproximadamente 40 minutos
(pudiendo ser flexibles en cada caso), y con una frecuencia de dos días a la semana. Es
fundamental que estas sesiones sean reforzadas a través de diferentes ejercicios de
corta duración que se le aportaran al paciente para que realice a lo largo del día; esto
conllevará a obtener una mayor eficacia y promover la generalización de los
resultados.
Este programa inicialmente se llevara a cabo de forma individual, pero hay que
tener en cuenta que el objetivo es que vaya orientado a poder trabajar más adelante
en pequeños grupos de 4 a 6 personas, con las que se puedan trabajar otras
actividades de forma conjunta fomentando la participación social de forma lúdica.
Un aspecto fundamental en la intervención y rehabilitación logopédica de la
enfermedad de Parkinson es, que al ser una enfermedad degenerativa, es necesario
realizar una intervención intensiva y prolongada. Para ello es muy importante
mantener el factor de motivación en el paciente, para que este no de desmotive y
pueda mantener la constancia y la fuerza de voluntad a lo largo de toda la intervención
del tratamiento logopédico.
Además, podemos incluir la participación de otras personas cercanas a la persona
como personas de su familia, cuidadores, u otras personas que formen parte de su
círculo cercano. Este es un aspecto muy importante a tratar en una intervención, ya
que pueden contribuir a un mejor resultado de la intervención si aportan su ayuda y
participación junto con el paciente. Es importante proporcionar una serie de
recomendaciones a seguir los cuidadores o familiares sobre los diferentes contenidos
que se van a tratar en el programa de intervención Logopédica.
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ACTIVIDADES
EJERCICIOS DE REPIRACIÓN
1. Tomar conciencia de la respiración a tiempos: indicar al paciente que en la
posición corporal correcta (sentado o de pie), realice una inspiración de 5
segundos, continuamente realice una pausa de 5 segundos, y
posteriormente espire durante 5 segundos. Estos tiempos deben de ir
incrementándose progresivamente.
2. Burbujas con pajitas en el agua: el ejercicio consiste en realizar burbujas en
un vaso lleno de agua a través de pajitas de diferentes tamaños y diámetros,
así como a diferentes niveles de profundidad a la que se hunde la misma en
el agua. El paciente tendrá que ir aumentado los niveles de soplo así como
su resistencia. A través de este ejercicio el paciente podrá ir mejorando el
control del soplo así como el reflejo de la voz, de tal forma que si el nivel de
potencia del soplo es pequeño, la potencia de la voz será baja, y viceversa. El
objetivo de este ejercicio es que el paciente pueda controlar la resistencia al
paso del aire que ejerce el agua y su recuperación en la fonación.
Este ejercicio también se puede realizar soplando una pelota de pin pon con
una pajita, al igual que la utilización de un pompero.
3. Inflar un globo: el paciente debe de inflar un globo, para ello se le pide que
mantenga un globo con los labios fuertemente, que inspire de forma
profunda a la vez que coloca sus manos en el abdomen; a continuación debe
presionar el abdomen, para que el aire salga con más presión, y a la vez que
introduce el aire en el globo. Con este ejercicio se pretende que l paciente
consiga alcanzar que la presión de aire necesaria para producir la voz salga
de los pulmones.
4. Soplar una vela: para llevar a cabo este ejercicio, se puede seguir la misma
metodología que en el ejercicio anterior, pero en este caso se le pedirá al
paciente que mantengan una apertura labial, de tal forma, que el aire salga
a través de esta apertura. Se le pide al paciente que se ponga a una cierta
distancia de una vela encendida, al inicio la distancia será menor y se irá
aumentando progresivamente. A continuación, se le pide que sople de
forma suave y que la salida de aire sea continua, para de esta forma
controlar la salida y trabajar a la vez la respiración costo-diafragmática. Se
irá aumentando la fuerza del soplo así como intentando que no apague la
vela.
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5. Respiración emitiendo una vocal: el paciente debe inspirar lentamente por la
nariz a la vez que toma conciencia de cómo se hincha la barriga. Debe
mantener el aire 3 segundos, y emitir una vocal a la vez que suelta el aire de
forma continua. Los tiempos de inspiración y espiración se pueden ir
incrementando. El ejercicio se puede realizar tanto de pie como tumbado
con un libro en el abdomen para percibir su elevación durante la inspiración,
y su descenso en la espiración.
6. Emitir la consonante /s/ durante el máximo tiempo posible: se le pide al
paciente que emita la consonante /s/ de forma continua como si pidiera
silencia. La emisión debe ser mantenida y constante, sin modificación.
Debemos de advertirle que no debe de agotar el aire para que no se
produzca un sobreesfuerzo. Este tipo de ejercicio puede realizarse de una
formar ascendente o descendente, es decir, de una menor a mayor duración
y amplitud, y viceversa.
7. Respiración costo-diafragmática: se le indica al paciente que se tumbe boca
arriba, y que coloque un libro sobre su pecho y otro su abdomen. A
continuación, debe comenzar a respirar lentamente y de forma profunda a
través de la nariz, con ello tiene que percibir como el libro colocado en el
abdomen se eleva progresivamente. Tras ello, debe de expulsar el aire por la
boca muy despacio y de forma continua, siendo consciente del descenso
progresivo del libro colocado en el abdomen. El libro colocado en el pecho
sirve para ser consciente de que el pecho no debe de elevarse durante el
ejercicio. A través de este ejercicio se pretende conseguir que el paciente
logre controlar la respiración costo-diafragmática que posteriormente debe
de generalizar para la correcta producción del habla.
8. Abrazar a varias personas: el ejercicio consiste en pedirle al paciente que
con los brazos intente realizar un círculo frente al pecho, como si estuviera
abrazando a varias personas a la vez. Este gesto aumenta la abertura de las
costillas y mejora el alineamiento vertebral. El paciente debe mantener esta
postura durante unos segundos a la vez que realiza una respiración tranquila
y continua.
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EJERCICIOS EXPRESIVIDAD FACIAL Y RELAJACIÓN
1. Mímica facial: pedir al paciente que se coloque frene a un espejo, y que
gesticule las diferentes emociones a través de los cambios del gesto de la
cara. Por ejemplo, el gesto de sorpresa hace que retroceda la base del
cráneo y que la mandíbula pueda resituarse, así como una elevación del
esternón y el aporte de armónicos agudos en la voz. En el caso de que exista
una elevada tensión y rigidez, podremos ayudar al paciente a realizar dichos
cambios del gesto a través de masajes fáciles con el fin de aumentar el tono
muscular y la fuerza.
2. Ejercicios cervicales: el paciente debe de girar la cabeza hacia la derecha y
después hacia la izquierda; flexionar la cabeza hacia delante y hacia atrás;
realizar una inclinación de derecha a izquierda y al contrario. Estos
movimientos ayudan a que los músculos de la zona cervical disminuya su
tensión y de esta forma mejore la fonación.
3. Masajes faciales: este tipo de masajes pueden ser con ayuda o de forma
autónoma. El logopeda puede realizar una serie de masajes en la cara con
los dedos, realizando pequeños círculos de forma continua y lentamente por
toda la zona facial evitando entrar en las cuencas de los ojos. Los ejercicios
de masajes faciales de forma autónoma por parte del paciente, se pueden
realizar con la utilización de un cepillo de dientes eléctrico con el cual el
paciente puede ir realizando un recorrido por toda la cara, con el fin de
realizar una estimulación táctil y disminuir las tensiones faciales.
4. Movimientos de cejas: se le pide al paciente que realice una inspiración
profunda a la vez que eleva las cejas, y que seguidamente, relaje la frente
mientras realiza la espiración de forma lenta y continúa. El paciente debe de
tomar conciencia de que su frente se relaja y se libera tensión en esa zona.
5. Arrugar la nariz: el paciente debe arrugar la nariz a la vez que cierra los ojos
apretándolos con fuerza; posteriormente, debe relajar su rostro como si le
acariciara la brisa del mar.
6. “Los morritos”: se le indica que apriete los labios y que posteriormente los
relaje dejándolos flácidos y blandos a la vez que los separa lentamente.
Puede realizar este mismo ejercicio incluyendo la producción de forma
silenciosa de la /m/, es decir, pedir al paciente que mientras aprieta los
labios, pronuncie la /m/, lo que provocará unas pequeñas vibraciones en los
labios, que contribuirán a la liberación de rigidez.
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EJERCICIOS DE POSTURA CORPORAL
1. Postura corporal correcta para la fonación: indicar al paciente la correcta
posición tanto de pie como sentado. Para ello pediremos al paciente, que
de pie, coloque la espalda contra la pared, mantenga los hombros hacia
atrás, evite que el estómago sobresalga, coloque el peso en la puntas de los
pies, cabeza erguida, mirada al frente, brazos colgando a los lados, pies
separados a la altura de los hombros. También podemos trabajar la
posición correcta sentados; para ello, una vez que se sienta, debe
mantener la espalda recta, hombros atrás y abajo, plantas de los pies
apoyadas en el suelo, no cruzar las piernas y mantener un ángulo de 90º
entre las rodillas.
2. “El bastón”: el paciente debe de coger el bastón (o una barra) con las dos
manos, manteniendo una posición correcta de verticalidad. Debe estirar los
brazos hacia el frente y de forma paralela al cuelo, de tal forma que ambos
brazos estén equilibrados y a la misma altura siguiendo una línea imaginaria
que sale de los hombros. A continuación el paciente debe subir el bastón
hacia la cabeza manteniendo los brazos estirados; mantener unos segundos
el bastón a la altura de la cabeza, y posteriormente descender el bastón
hasta la posición inicial levemente. Los tiempos pueden ir aumentando.
Este ejercicio contribuye a la relajación de la zona cervical y a la correcta
posición de los hombros y al mantenimiento de la verticalidad.
3. “El cuenco”: pedimos al paciente que de pie con una postura corporal
adecuada, realice pequeños balanceos y movimientos rotatorios de la
cintura de un lado al otro y de delante hacia atrás. El paciente puede
imaginar que tiene un cuenco lleno de agua en la zona de la pelvis y que
tiene que intentar mover el agua, o que está realizando ejercicios con un
aro en la cintura y que no puede caerse al suelo (aunque también puede
utilizarse un aro). Este ejercicio sirve para relajar la zona pélvica para
contribuir a una respiración diafragmática.
4. Estimulación planta del pie: debemos colocar el bastón (o una barra) en el
suelo y pedir al paciente de presione la planta del pie con el bastón y que
haga rodar el bastón hacia delante y hacia atrás desde la punta de los dedos
hacia el talón. Con esto se pretende realizar pequeños masajes en el pie
para contribuir a una distensión. Este ejercicio también se puede realizar
con una pelota de tenis. Además podemos realizar este ejercicio sin
necesidad de ningún material a través de pequeños masajes en el pie,
presionando y haciendo pequeños movimientos con las manos.
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5. “Reloj de hombros”: el paciente debe de colocarse en la postura corporal
correcta de pie, y debe realizar pequeñas rotaciones con los hombros hacia
atrás y luego hacia delante. Este ejercicio ayuda a adoptar una posición
adecuada de los hombros y su relajación, lo que contribuirá a la elevación
del esternón y una fonación adecuada.
6. “Tumbados en la colchoneta”: Le pediremos al paciente que se tumbe en
una colchoneta y que mantenga la posición correcta, con la espalda recta y
los brazos alineados con el cuerpo. debe mantener esta posición durante 5
segundos a la vez que es consciente de una adecuada respiración. Se puede
ir incrementando el tiempo.
EJERCICIOS DE ARTICULACIÓN
1. Ejercicios de praxias labiales emocionales: existe una serie de ejercicios
breves, que contribuyen a la relajación de los músculos de los órganos que
interviene en la articulación para la fonación. Algunos de estos es ejercicios
consisten en pedir al paciente que abra y cierre la boca y la abra, hinche y
chupe las mejillas (boca de pez), flemón con aire a la derecha y a la
izquierda, empuje ambas mejillas con la lengua, el labio de arriba muerde el
de abaja y viceversa, los dientes muerden el labio contrario, lleve la lengua
afuera y adentro, lleve la punta de la lengua arriba y abajo, hacia la comisura
derecha e izquierda, relamer con la lengua los labios, relamer con la lengua
las encías, toque con la lengua las muelas de arriba y abajo, mastique a la
derecha y a la izquierda, entre otras. Este ejercicio se puede realizar frente a
un espejo, a la vez que se trabaja la expresividad facial.
2. El depresor: con un depresor, le pediremos al paciente que haga fuerza con
la lengua haciendo contra resistencia con el depresor.
3. El chasquido: pedir al paciente que chasquee la lengua lentamente, es decir,
que con la lengua mantenga presionado el paladar y luego lo suelte. Esta
técnica se puede utilizar junto con a un ritmo que debe de ir siguiendo, por
lo que se puede trabajar conjuntamente la relajación de la lengua y el ritmo.
4. Silabeo de palabras y frases: presentar una lista con una serie de palabras y
frases que debe de pronuncia, primero realizando un silabeo y después ir
aumentando la pronunciación a palabras y luego a frases.
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5. “La exageración”: este ejercicio se puede realizar conjuntamente al anterior,
en el cual se debe exagerar los momentos articulatorios en la producción de
vocales, consonantes, silabas, palabras, frases y textos. También se realizar
este ejercicio colocando un lápiz en la boca.
6. “La liebre y la tortuga”: para controlar la velocidad de articulación,
propondremos al paciente que imagine que es una liebre o una tortuga, y
que al realizar la articulación de las diferentes vocales y consonantes debe
hacerlo de forma lenta como una tortuga, o de forma rápida como una
liebre. Con esto se pretende controlar la velocidad de articulación y así como
una mejorar de la diacocinesia.
EJERCICIOS PARA LA FONACIÓN, PROSODIA Y RESONANCIA VOCAL
1. “Voz de niña”: consiste en la emisión prolongada de una vocal representado
el tono de voz de una niña, es decir, producir un tono agudo.
2. “Voz de niño”: consiste en la emisión prolongada de una vocal representado
el tono de voz de un niño, es decir, producir un tono grave. Este ejercicio se
puede combinar con el anterior en secuencias para practicar el cambio de
tono.
3. “La pronunciación del ánimo”: pediremos al paciente que pronuncie una
misma palabra con diferentes estados de ánimo.
4. “Los números altos y bajos”: consiste en pedir al paciente que cuente del 1 al
10 en voz alta, diciendo los números alternando la intensidad de emisión, es
decir, decir un numero en voz alta y el siguiente en voz baja, y
sucesivamente apreciando una diferente importante en la intensidad.
También se puede realizar este ejercicio con los días de la semana, los meses
del año.
5. “La sílaba destacada”: presentamos una serie de palabras en la que una de
las sílabas aparece destacada respecto a las demás. El paciente debe leer o
decir la palabra y pronunciar más fuerte la sílaba que aparece destacada.
Con ello se trabaja la diferencia de volumen del habla.
6. Proyección: el paciente debe realizar vocalizaciones ascendentes y
descendentes y mantenerlas durante el mayor tiempo posible, es decir,
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proyectando la voz. Para llevar a cabo este ejercicio, podemos utilizar la
escala musical y las notas de un piano.
7. Entonación: consiste en pronunciar la misma frase con diferente entonación,
es decir, de forma declarativa, interrogativa y exclamativa.
8. Refranes y rimas: le aportaremos al paciente una serie de rimas y refranes
que debe recitar con una entonación adecuada o con diferentes
entonaciones.
9. Cantar: en este caso le pedimos al paciente que cante canciones típicas
como cumpleaños feliz, las tablas de multiplicar, entre otras canciones
conocidas por el paciente.
10. El bostezo: pedir al paciente que simule un bostezo. Con ello estaremos
contribuyendo a ampliar la cavidad bucal, además de controlar y movilizar el
velo del paladar con el fin de poder eliminar la posible hipernasalidad.
11. Fuerza: el paciente debe sentarse en una silla, se agarrará a ésta con las dos
manos y se le pide que se estire hacia arriba, como si intentara levantar su
propio cuerpo en la silla. A la vez, realizara inspiraciones por la nariz y que
retenga unos segundos el aire. Al mismo tiempo, se inspirará por la nariz y
se retendrá el aire antes de empezar cada serie. Tras esto, deberá emitir
unas series articulatorias a la vez que suelta el aire. Primero las series se
realizaran con sonidos posteriores (Ka Ka Ka, Ke Ke, ke, Ki Ki Ki, ko Ko Ko, Ku
Ku); después con palabras con sonidos posteriores (casa, gato, corazón,
gorro, caramelo, gamba, cocina,…; y por último, se relazarán las series con
frases con sonidos posteriores (cada día compro guisantes, la guitarra le
gusta tocar en su casa…).
EJERCICIOS PARA DEGLUCIÓN
1. Conocer el proceso de deglución con seguridad: le damos una serie de
pautas al paciente para que las vaya siguiendo cada vez que se introduzca
un alimento en la boca. Estas pautas son:
- Lleve una cantidad de comida o bebida pequeña a la boca colocándola
en el lado que mejor movilidad posea y lo más atrás posible.
- Cierre los labios con fuerza y mantenga suavemente la mandíbula contra
el dorso de su mano.
- Mastique exageradamente.
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- Haga una pausa tras terminar de masticar, de uno o dos segundos para
poder saborear la comida.
- Mantenga la respiración para tragar a la vez que aproxima el mentón al
pecho, y trague con fuerza. Se puede realizar un segundo trago para
eliminar cualquier posible resto de comida que haya quedado en la
boca.
- Haga una pausa antes de volver a llevar alimento a la boca.
- Una vez a ha terminado de comer, tosa fuertemente para eliminar
cualquier resto.
- Mantenga una posición vertical durante media hora aproximadamente,
con el fin de evitar el reflujo nasal.
2. Recomendaciones:
- Utilizar cubiertos anchos o de postres.
- Después de llevarse un alimento a la boa, deje los cubiertos y hasta que
no haya tragado no los vuelva a coger.
- No se lleve comida a la boca mientras exista algún resto dentro.
- Reduzca la distancia del plato a la boca manteniendo una posición
sentada adecuada en la mesa.
- Realice movimientos rápidos de la mano para evitar que aparezca el
temblor en reposo.
- Acompañe el brazo que utiliza para coger el alimento junto con el otro
brazo.
- Utilice ayudas técnicas para la deglución como por ejemplo, cubiertos
engrosados y angulados, platos con rebordes, vasos adaptados.
- Sustituir alimentos secos y fibrosos por alimentos de consistencia
homogénea y húmeda.
- Al tomar líquidos incline el mentón hacia delante.
- No hable con la boca llena.
- Realizar una buena higiene oral y dental después de cada comida.
3. Ejercicio de Shaker: Para su realización, pedimos al paciente que se tumbe
boca arriba y eleve la cabeza hasta verse los pies. Debe mantener esta
postura 15-20 segundos y repetir varias veces. Con este ejercicio se facilita
la apertura del esfínter esofágico superior.
4. Maniobra de Masako: pedir al paciente que sujete la lengua entre los
dienta a la vez que traga, con el fin de que la base de la lenguaje se eleve y
exprima el bolo contra el paladar duro y lo propulse hacia la faringe.
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5. Maniobra de Mendelshon: el paciente debe colocar su mano sobre la
laringe y elevarla antes de tragar el bolo, para mejorar el retraso que puede
existir en la elevación laríngea.
6. Deglución supraglótica: al introducir el alimento, el paciente debe
mantener la barbilla hacia el pecho a la vez que forma el bolo, detener la
respiración y deglutir. A continuación debe toser voluntariamente y tras
esto volver a deglutir. Por último vuelva a levantar la cabeza. Con este
ejercicio se pretende conseguir que las cuerdas vocales se cierren y a su vez
eliminar los residuos faríngeos provocando la tos.
7. Deglución supra-supraglótica: se le pide al paciente que aguante la
respiración con esfuerzo antes y durante la deglución para que de esta
forma se cierre la vía aérea. A continuación debe deglutir el alimento con
esfuerzo empujando el bolo con la mayor fuerza posible. Se pretende
conseguir un cierre de la vía aérea voluntario.
-
8. Deglución forzada: con el fin de facilitar el paso de la comida hacia el
esófago con rapidez y evitar restos a lo largo del tracto deglutorio, se le
pide al paciente que realice una deglución forzada en la que envié el bolo
hacia la faringe. Para ello, se le pide que realice una deglución con fuerza
extendiendo el cuello, y que vuelva a repetir la deglución.
9. Control del bolo: se le indica al paciente, que realice ejercicios de
manipulación con materiales de diferentes consistencias durante la fase
preparatoria y oral. El logopeda debe de ayudar al paciente al principio,
sujetando dichos materiales fuera de la boca, y después será el paciente
quien tendrá que controlarlo.
10. Propulsición del bolo: el terapeuta utilizará unas gasas empapadas en
líquidos de diversos gustos y la introducirá en la boca del paciente; a
continuación se le indica al paciente que succione el líquido realizando de
manera consciente movimientos linguales para el traslado del bolo a
faringe. Este ejercicio también se utiliza para trabajar las técnicas
compensatorias sensitivas.
11. Sensibilización y activación del reflejo de deglución: para estimular la
aparición del reflejo de deglución, se pueden utilizar bebidas frías, hielo,
bebidas carbonatadas, junto con degluciones voluntarias de saliva, cambios
de consistencias, uso de alimentos ácidos como el limón.
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12. Movimientos facilitadores y de relajación:
- Elevación de la punta de la lengua, para ello podemos utilizar una
sustancia pegajosa (sirope de arce) en el paladar anterior y cestas, y
pedir al paciente que lo chupe.
- Movimientos linguales laterales: al igual que en el ejercicio anterior,
pero chupando el sirope del interior de las mejillas y las encías.
- Movimiento anterior- posterior de la lengua: enrollar una gasa y
empaparla en líquido con colorante; colocarla en la lengua lo más
profundo posible, y pedir al paciente que trague.
- “Test de los 3 dedos”: colocar el dedo índice, anular y pulgar en la
laringe, realizar una deglución forzada, y comprobar cómo la laringe se
eleva rápidamente y desciende mas ligeramente.
EJERCICIOS PARA LENGUAJE ESCRITO
1. Nombre en el aire: podemos pedir al paciente que se ponga de pie, y que
escriba su nombre en el aire a través de movimientos de mayor amplitud.
Primero se realizará con la mano dominante y después con la otra. El
logopeda puede ayudar al paciente para el control del temblor si es
necesario, además de hacer de modelo. Con este ejercicio se pretende
trabajar la psicomotricidad gruesa, en este caso trabajaremos a través de
movimientos de flexión- extensión y rotación, sobre todo trabajaremos los
hombros, antebrazo, manos y dedos.
2. Figuras con plastilina: el paciente permanecerá sentado delante de la mesa
con una postura corporal adecuada y le pediremos que amase o realice
figuras con la plastilina. Primero con una mano y después con la otra.
Primero trabajara con trozos de plastilina más grandes y después más
pequeños.
3. “El collar”: para trabajar la psicomotricidad fina, le proponemos al paciente
que realice un collar con un cordón y de abalorios diferentes legumbres con
agujeros de diferente diámetro y tamaño...
4. “La hucha”: otro de los ejercicios para trabajar la motricidad fina, es pedir al
paciente que meta monedas en la hucha. Primero trabajaremos con
monedas de mayor tamaño y grosura, así como huchas con unas rejillas de
mayor grosor. Posteriormente, iremos trabajando con monedas más
pequeñas. Esta actividad sirve para trabajar la psicomotricidad fina.
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5. “Coser”: El paciente puede realizar el ejercicio de la costura. Para ello al
principio utilizará agujas de mayor tamaño, un hilo más grueso, y botones
con agujeros de mayor diámetro. Después iremos utilizando un hilo más
fino, botones más pequeños y con menor diámetro. Hay que tener siempre
presente, que el paciente esté sentado con una postura corporal correcta.
6. Pinzas de la ropa: el paciente puede utilizar pinzas de la ropa para abrirlas y
cerrar, ponerlas en diferentes sitios como por ejemplo primero en folios de
papel (tendrá que realizar una menor fuerza y presión para abrir las pinzas),
y luego sobre otros materiales de un mayor grosor siempre y cuando se
adapten a la capacidad de apertura de las pinzas.
7. Relajación de la muñeca: antes de comenzar a escribir, se le pedirá al
paciente que realice ejercicios de flexión, extensión y rotación de la muñeca
para que disminuya la rigidez.
8. Fichas para grafomotricidad: para trabajar la psicomotricidad, se le
proporcionará al paciente unas fichas que constan de serie de dibujos
esquemáticos, letras y números, los cuales están impresos para que el
paciente tenga que seguir los puntos para realizar la figura, bien copiarlos al
lado, o seguir una serie de líneas con diferente curvatura y grosor.
9. Grafía: para mejorar la grafía del paciente, se propone realizar ejercicios de
copia, dictado o expresión libre de palabras, frases o textos; se utilizarán
temas de interés del paciente.
10. Recomendaciones para la escritura:
- Utilizar hojas cuadriculadas y rayas.
- Utilizar un bolígrafo con un mango grueso para facilitar el agarre.
- Realizar una grafía grande e ir disminuyéndola.
- Apretar el codo contra el costado para intentar realizar un trazo firme.
- Escribir con rapidez, pensado previamente lo que quiere expresar.
- Realizar trazos amplios y evitar levantar el bolígrafo del papel.
- Utilizar adaptadores de goma más gruesos para crear la presión correcta
del bolígrafo y cogerlo más fácilmente.
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RECURSOS Y MATERIALES
- Material para los ejercicios de respiración: vela, vaso de agua, pajitas, pelota de
pimpón, globos, libros …
- Material para los ejercicios de relajación y expresión facial: espejo, cepillo
eléctrico …
- Material para los ejercicios de postura corporal: un bastón o una barra, pelota
de tenis, aro …
- Materiales para los ejercicios de articulación: depresor, lista de palabras, espejo,
lápiz …
- Materiales para los ejercicios de fonación, prosodia y resonancia vocal:
melodías, canciones, listas de palabras, refranes …
- Materiales para los ejercicios de deglución: gasas, hielo, alimentos líquidos y
sólidos …
- Materiales para los ejercicios de escritura: bolígrafos y lápices, adaptadores de
bolígrafos, botones, hilo, agujas, hucha, monedas, pinzas de la ropa, fichas de
grafomotricidad, cordón, legumbres, plastilina …
EVALUACIÓN DEL PROGRAMA
Tras implantar un programa de intervención, es necesario llevar a cabo una
evaluación, con el fin de comprobar si se han alcanzado los objetivos planteados
inicialmente, o si por el contrario, no ha habido una mejoría y es necesario restablecer
los objetivos o los métodos y estrategias que se han utilizado.
También puede aparecer la necesidad de realizar ciertas adaptaciones en el
programa con fines futuros, ya que como en esta enfermedad se debe intervenir de
forma crónica y progresiva, quizás sea necesario ir incluyendo nuevos objetivos
dependiendo de la evolución de cada paciente así como de sus necesidades.
Es importante destacar que este tipo de evaluación es una evaluación subjetiva que
realiza el logopeda, y que no sólo se debe de realizar al final de la intervención, sino
que se propone que al final cada una de las sesiones, se dedique un periodo de tiempo
a reflexionar sobre el resultado de estas. La evaluación es un aspecto fundamental a lo
largo del programa de intervención, es decir, antes, durante y después.
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BIBLIOGRAFÍA
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Revista Neurológica, 51, 542-50.
Zurita, A. (2005). Guía técnica de intervención logopédica en la enfermedad de Parkinson.
Madrid: Síntesis.
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