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mo García, ~ n: Teatro
: Agui a r, as traduc
ologuista) e te Plays d Wang,
ttomadas . idas por
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p. 106.
do comake peadalfo E.
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últimas nos Ai
res, 1960. En algunos parlamentos he confrontado y prese ntado alte rnativa mentc con la versión inglesa de Muelle r ya ci tada.
24. Hauser, op. cit. tomo 111, p. 65.
25. Hans Magnus Enzensberger : Sobre el Correo de Hessen. Citado e n e l
progra ma del Teatro de la Plaza.
26. Ernesto Volkening : George Büchner, El D ccmorldo. En : Ensayos //, Co
I eión Autores Nacionales, Instituto Colombiano de Cultu ra. Bogotá: Imprenta Nacio nal de Colombia, julio de 1976.
27. Volkening. Op. cit., pp. 132-133.
26. Hao er: op_ ('jI., tomo 11 , p . 370.
1.9. Hauser : op. Cil. , lomo 11 pp. 363-364 .
30. Hauser: op. dI., tomo 11, pp. 361362.
31. Hauser: op. cit., tomo 11, pp. 395396.
32. Sobre este punto, en particular sobre el caso de Ibsen, véase la ob ra citada de Erie Bentley.
3. Tomo la referencia del libro me ncionado atrás: libertad y Terror,
pp. 28-29.
34. Bergeron y ol ros, op. cit. p. 41.
S. l ul I Micht>let: El Pueblo . Traducción de Odill' Guilpain . México,
UNAM-Fa"do rito Cultura Económica, la. edición e n spañol, 1991.
36. Alusión a la I yenda segú n la cual San Dioni io Ar 'opag/ta ( ~ ig'o 1),
patrono de París. reco i6 en su manos la cabeza que lE' acababa de ser cortada y caminó varios pasos. (N ota de l au.tor del artículo).
37. Se refie a dos partidos que e n la Conve nci n se situaban respectiva
men! e n la parte baja de la gradería y en la sección alta de la misma. (Nota d I dutor del artículo),
38. Esta~ últimas frases, y la notable escena del monólogo de Danton
al aire libre, poco antes de ser detenido, o el monólogo de su csposa lulie, vocan concretos pasajes dl' Shakespeare, especial m nI en H miel, Macbelh y Romeo y Juliela.
39. Mueller, op. cil. p . XV, traducción del autor del artículo.
guillermo maya muñoz
RETRATOS DE ECONOMISTAS
Este artículo recoge tres cortos ensayos sobre tres economistas. En el primero se presenta la curiosa historia de una envidia entre dos grandes economistas, Joseph Schumpeter y John Maynard Keynes, que nos enseña que de los defectos humanos como la envidia no se escapa nadie, incluídos los grandes hombres. En el segundo se presenta una de las grandes economistas modernas, y de todos los tiempos , Joan Robinson, cuyo trabajo y ejemplo son desconocidos en nuestro medio, especialmente por las mujeres que deben tenerla como ejemplo de voluntad, de lucha y de inteligencia. Y por último, pero no menos importante, se presenta al antioqueño Alejandro López, que con las ideas del ale mán Federico List sobre la importancia de una política industrial, y las ideas de John M. Keynes sobre la importancia de la demanda, se adelantó en mucho a las ideas que luego hicieron parte de la CEPAL y de su gran impulsor Raúl Prebish.
SCHUMPETER EL ENVIDIOSO
En La Fábula de las Abejas (1729), libro elogiado por Keynes en La Teoría General (1936), Bernard Mandeville, filósofo social, trató de demostrar que los vicios privados producen beneficios públicos, y en este sentido "la misma envidia, y la vanidad eran los ministros de la industria (. , . ) la misma rueda que movía el comercio" (El Panal Rumoroso), en tanto estimulaban el consumo, y de aquí, entonces la derivación keynesiana del principio de la demanda efectiva: el gasto determina el nivel del producto y del empleo, y su incremento los aumenta; mientras que por otro lado, el ahorro, como expresión de la frugalidad y de la virtud, los disminuye. Las virtudes privadas producen, en oposición, males públicos. Por otro lado, la envidia era definida como , "ese bajo senti miento de nuestra naturaleza que nos hace entristecernos y consumirnos por lo que constituye la felicidad de otros", y agregaba: "la experiencia humana nos enseña que nada en el mundo alivia estos pesares tanto como el descargar nuestra cólera contra los que poseen lo que apreciamos y deseamos". Joseph Schumpeter, el gran economista, es sabido padeCió el sentimiento de la envidia, y no lo pudo
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ocultar. Sus biográfos han encontrado evidencias de ese sentimiento en su diario personal, lo mismo que en algunas de las apreciaciones críticas sobre hombres y obras que el gran economista realizó en su momento. Es reconocida la envidia que Joseph Schumpeter sentía por J. M. Keynes.
Joseph Schumpeter (1883-1950), el gran economista austro-americano, abogado, ministro de finanzas y banquero, es más conocido como académico, y por sus contribuciones a la teoría económica. La teoría del empresario corno el factor dinámico en el ciclo económico, y su teoría del desarrollo económico del capitalismo, se tienen como sus máximas contribuciones. Entre sus obras más admiradas están: Teoría del Desarrollo Económico (1912). Los Ciclos Económicos (1939), Capitalismo, Socialismo y Democracia (1947) I Y su opus magnus Historia del Análisis Económico (HAE-1954). Su extenso trabajo y sus aportaciones a la teoría lo colocan, sin duda, como uno de los Grandes de la economía en el siglo XX.
Don Patinkin ha documentado la envidia de Schumpeter a Keynes. Para Schumpeter la colaboración de Richard Kahn, el pupilo predilecto de Keynes, en el logro de la Teoría General (1936), la obra más importante de la economía en el siglo XX, la coloca a nivel de coautoría (HAE) - sin ofrecer ninguna evidencia-o Pero el mismo R. Kahn ha rechazado esta afirmación de Schumpeter, como "claramente absurda" e "inspirada en su hostilidad inconsciente hacia Keynes". La rivalidad de Schumpeter con Keynes estaba basada sobre el honor de quien era el más importante economista de su tiempo. Y muchos de los biogrMos de Schumpeter lo han admitido.
Swedberg escribió que "Schumpeter parece habar considerado a Keynes como el principal rival de toda su vida". Igualmente, la recepción entusiasta de los estudiantes de Harvard, donde Schumpeter era profesor, a la Teoría General, fue recibida por éste con envidia. Allen ha citado pasajes del diario de Schumpeter en el que repetidamente revela sus intensos celos del éxito de Keynes, que en ocasiones le cegaban hasta su sentido de pureza científica. Por ejemplo, la tesis de grado de Erik Lundberg (¿quién se acuerda de él
ahora?) Studie.s in the theory of economic expansion, publicado un año después de 'la Teoría General, fue considerada por Schumpeter corno un trabajo, "de tal alcance y profundidad, que en el curso de un ariO, no puede ser formada por una influencia externa (Keynes), a menos que el autor haya llegado un poco a conclusiones similares por sí mismo", y agrega: "Para nosotros, el libro es especialmente interesante porque pone de manifiesto las raíces micro y macrodinámicas del Keynesionismo corriente mucho mejor que el mismo Keynes" (HAE). Lundberg, en persona, ha dicho que "Schumpeter tuvo que haber gozado usando de esa manera un libro de un economista desconocido, en una remota parte del mundo, como medio para mostrar que uno no tiene que considerar la esencia de la Teoría General como revolucionariamente nueva", que era precisa'mente lo que Keynes afirmaba: "Creo que el libro que estoy escribiendo en teoría económica, revolucionará grandemente la rn'anera en que el mundo piensa los problemas económicos. Cuando mi teoría haya sido debidamente asimilada, y haya sido mezclada con la política, los sentimientos y las pasiones, no puedo predecir qué resultados finales tendrá sobre la acción y los asuntos (humanos), pero habrá un gran cambio, y en particular, los fundamentos ricardianos del marxismo serán derribados" (carta a George Bernard Shaw, junio de 1935). Para Patinkin, la apreciación de los casos de Kahn y de Lundberg es el producto de la envidia, profundamente arraigada, que sentía Schumpeter por Keynes, y no precisamente "la evaluación juiciosa del historiador objetivo del pensamiento que Schumpeter aspiraba a ser".
Para Mandeville "los hombres de letras", como llamaba a los intelectuales, f'cuando envidian a una persona por sus prendas y erudición, su principal cuidado es ocultar hábilmente esta debilidad, empezando generalmente por negar y despreciar las buenas cualidades que envidian: escrudiñan con cuidado las obras de sus víctimas, encuentran defecto en los mejores pasajes, no buscan más que los errores y no desean otra cosa que tener la ocasión de poder regalarse con una equivocación evidente: en sus censuras son tan capciosos como severos, hacen montañas de toperas y 'no sólo no perdonan ni la sombra de una falta, sino que exageran
la más insignificante omisión convirt la en el mayor de los desatinos". Na podido expresar mejor que Mandevi forma como la envidia opera en el c de los intelectuales y en el más de los mortales: "No creo que exis sola criatura humana, con sentidos ros, que en un momento u otro no s sentido verdaderamente arrebatada ta pasión; pero nunca he encontrad die que, a menos que lo haga en bro.¡ atreva a confesarse culpable de ell~ anterior muestra que si el propio Sch ter no pudo evitar el sentimiento de vidia, a pesar de su grandeza, aquéll
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a Mandeville "los hombres de lecomo llamaba a los intelectuales, o envidian a una persona por sus s y erudición, su principal cuidado Itar hábilmente esta debilidad, emo generalmente por negar y despres buenas cualidades que envidian : ifian con cuidado las obras de sus s, encuentran defecto en los mejoajes, no buscan más que los erro
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, n evidente: en sus censuras son ciosos corno severos, hacen mane toperas y no sólo no perdonan ni
bra de una falta, sino que exageran
la más insignificante omisión convirtiéndola en el mayor de los desatinos". Nadie ha podido expresar mejor que Mandeville, la forma como la envidia opera en el corazón de los intelectuales y en el más común de los mortales: "No creo que exista una sola criatura humana, con sentidos maduros, que en- un momento u otro no se haya sentido verdaderamente arrebatada por esta pasión; pero nunca he encontrado a nadie que, a menos que lo haga en broma, se atreva a confesarse culpable de ella". Lo anterior muestra que si el propio Schumpeter no pudo evitar el sentimiento de la envidia, a pesar de su grandeza, aquéllos que
son menores en estatura intelectual están indefensos y expuestos, a todo lo ancho y a todo lo largo, a padecer este bajo y molesto sentimiento. En Colombia, decía el famoso ciclista colombiano Cochise, muere mfis gente de envidia que de cáncer.
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JOAN ROBINSON: MUJER V ECONOMISTA
La economía como arte o como ciencia ha sido dominada por los hombres desde sus comienzos, hace ya un poco más de
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200 años. En general, se podría decir que la "ciencia triste" o la "ciencia lúgubre", por la dedicación de la economía a estudiar los problemas de es'casez, ante las necesidades casi ilimitadas de los humanos, es más atractiva para los espíritus conservadores y ortodoxos, pero poco para las mujeres, que poseen un corazón menos duro y racional que el de los hombres, al fin y al cabo son nuestras madres. Sin embargo, ha habido grandes mujeres que se han dedicado a este oficio y no siempre para agradar. Rosa Luxemburgo, por ejemplo, el más bello nombre que haya tenido economista alguna, es la estrella de los seguidores de Marx. Anne Krueger y Anna Schawartz (la esposa de Milton Friedman) son dos símbolos contemporáneos para los economistas neoclásicos. Sin embargo, la estrella que más alumbra intensamente en el cielo de los economistas, donde a pesar de lo de cielo la escasez reina, es Joan Robinson, líder de los economistas Postkeynesianos, que como Jorge Luis Borges, el gran cuentista y pensador, nunca recibió el Premio Nobel, a pesar de sus grandes merecimientos humanos y científicos.
Joan Robinson nació en 1903 en Inglaterra, en el hogar del Mayor General Frederic Maurice y de Helen Marsh. Y murió en 1983. Joan Robinson era de carácter duro y fuerte, inconformista y heterodoxa, no tenía ningún sentimiento de reverencia o timidez, incluso en presencia de celebridades mundiales, y la acompañaba un ansia apasionada por lo nuevo y desconocido.
En 1922 fue admitida en la Univesidad de Cambridge (Inglaterra), en el Girton College, donde estudió economía cuando las figuras dominantes en Cambridge eran Alfred Marshall y Arthur Pigou. Este último como sucesor de Marshall (t 1924) se encargó del curso de economía política, en cuyas clases los estudiantes absorbían el verbum oficial de la economía marshalliana. Keynes en esa época era una especie de intruso en Cambrid~e, con medio tiempo en la cátedra y medio tiempo en el gobierno o en la oposición pública. En ~eneral el ambiente intelectual de la época era marcadamente tradicional. Y Joan Robinson como buena chica se graduó con honores en 1925.
Joan Robinson se casó en 1926 con el más tarde Sir Austin Robinson, a quien
acompañó a la India, y regresó en 1928 para ingresar a la U. de Cambridge para hacer asesoría a los estudiantes de pregrado, y dedicarse a la investigación económica. El ambiente que encontró ya no era el mismo de antes. Keynes ero la figura central, había sido nombrado editor del Economic Journal, una de las revistas más antiguas y prestigiosas del mundo, y se estaba ro~ deando con grandes figuras científicas e intelectuales: trajo a Piero Sraffa, el joven economista italiano que había lanzado un ataque demoledor a las fortalezas de la tradición marshalliana, poniendo en entredicho la validez de la competencia perfecta; a Frank Ramsey, gran matemático; al brillante filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein, y al economista Richard Kahn, el pupilo favorito de Keynes, y con quien Joan Robinson establecería una sociedad intelectual, que duraría toda su vida. En Cambridge, Joan Robinson fue deslumbrada por el trabajo revolucionario de Keynes, quien establecería una manera novedosa y muy distinta de hacer economía, opuesta a la manera de pensar de la economía ortodoxa de su maestro Marshall, y que contribuiría con dos grandes instrumentos de política, el gasto · deficitario del gobierno y la teoría de la liquidez. para hacer del capitalismo del siglo XX, un capitalismo más exitoso y capaz de superar las recesiones y las depresiones económicas. En este sentido Joan Robinson perteneció al grupo de asociados a Keynes, que se conoció como el "circus de Cambridge", y como tal fue uno de los lectores de los borradores de La Teoría General, el libro más importante en economía del siglo XX .
En 1931 Joan Robinson ingresa a la carrera académica, subiendo peldaño a peldaño las categorías docentes, pero tuvo que esperar a que su esposo, que era miembro de la misma facultad, se jubilara, para poder ser profesora. Finalmente se retiró de Cambridge en 1971, pero sin abandonar su vida intelectual, con giras y seminarios alrededor del mundo. Como profesora era muy popular entre sus estudiantes, al mismo tiempo que despertaba sentimientos muy fuertes, amor u odio. Sus oponentes se aterrorizaban con ella, mientras sus amigos realmente la adoraban.
La capacidad analítica de Joan Robinson era sobresaliente; como no usaba nor
mal mente matemáticas, cuando lo asesorada por su amigo Frank Ka habilidad era tal que desafía una ción convencional. Su estilo era m cil de imitar, pero muy efectivo, y sultados impresionantes. Aquellos cutían y debatían con ella sabían capaz de comprender y de guardar mente, para expresarlo en el m apropiado, una serie de efectos en e interdependencias que sus inte res eran incapaces de imaginar. bargo, y a pesar de su espíritu de c tación crítica con sus interlocuto muy abierta a las contribuciones personas que conocía.
Si bien en el comienzo de su Joan Robinson era muy cautelosa, pada en construir sus fundamento . ticos sólidamente, después que s segura de su equipamento analítico su idea de la economía como 'caja rramientas', empezó a aventurarse más en el excitante campo de la • ción. Su peculiar mixtura de factor cativos, temperamentales e intel hizo de ella una de las Ifderes hete de la economía del siglo XX, siemp ciente con los dogmas, constantem chando contra las creencias establ
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,añó a la India, y regresó en 1928 pa'eS8r a la U. de Cambridge para hacer 'ía a los estudiantes de pregrado, y irse a la investigación económica. El ,te que encontró ya no era el mis~ntes. Keynes eré" la figura central,
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a con dos grandes instrumentos de , el gasto . deficitario del gobierno ría de la liquidez. para hacer del cao de'l siglo XX, un capitalismo más y capaz de superar las recesiones
depresiones económicas. En este Joan Robinson perteneció al gru
sociados a Keynes, que se conoció I "circus de Cambridge", y como uno de los lectores de los borrado-La Teoría General. el libro más ime en economía del siglo XX.
1931 Joan Robinson ingresa a la cacadémica, subiendo peldaño a pels categorías docentes, pero tuvo perar . a que su esposo, que era o de la misma facultad, se jubilaa poder ser profesora. Finalmente ró de Cambridge en 1971, pero sin nar su vida intelectual, con giras y rios alrededor del mundo. Como ra era muy popular entre sus estu, al mismo tiempo que despertaba ientos muy fuertes, amor u odio. onentes se aterrorizaban con ella, s sus amigos realmente la adora
apacidad analítica de Joan Robin~ sobresaliente; como no usaba nor
malmente matemáticas, cuando lo hacía, asesorada por su amigo Frank Kahn, su habilidad era tal que desafía una descripción convencional. Su estilo era muy difícil de imitar, pero muy efectivo, y los resultados impresionantes. Aquellos que discutían y debatían con ella sabían que era capaz de comprender y de guardar en su mente, para expresarlo en el momento apropiado, una serie de efectos en cadena e interdependencias que sus interlocutores eran incapaces de imaginar. Sin embargo, y a pesar de su espíritu de confrontación crítica con sus interlocutores, era muy abierta a las contribuciones de las personas que conocía.
Si bien en el comienzo de su carrera Joan Robinson era muy cautelosa, preocupada en construir sus fundamentos analíticos sólidamente, después que se sintió segura de su equipamento analítico, de ahí su idea de la economía como 'caja de herramientas', empezó a aventurarse más y más en el excitante campo de la innovación. Su peculiar mixtura de factores educativos, temperamentales e intelectuales hizo de ella una de las líderes heterodoxas de la economía del siglo XX, siempre impaciente con los dogmas, constantemente luchando contra las creencias establecidas,
la llevó a desarrollar una vocación por las herejías económicas. En cierta manera hizo suya la frase del filósofo renacentista italiano Pietro Pomponazzi: "Es mejor ser herético si se desea encontrar la verdad".
Su obra económica se puede dividir en tres grandes grupos: El primer grupo de trabajos gira alrededor de su primera y gran contribución a la teoría económica, que consistió en la crítica y reformulación de la teoría tradicional del valor, basada sobre la noción de la competencia perfecta. En La Economía de la Competencia Imperfecta (1933), ella integró el trabajo temprano de Piero Sraffa con la teoría tradicional de la formación de los precios para desarrollar el análisis de la competencia imperfecta entre productores, cada uno con un elemento de poder monopólico creado por la diferenciación de productos. Esta obra es una pieza maestra de la economía moderna. Las condiciones restrictivas de la competencia perfecta de la economía marshalliana son abandonadas, en un mundo donde la competencia monopolística es el caso general. El segundo grupo de su producción económica gira alrededor de La Teoría General de Keynes, explicando. extendiendo y defendiendo el análisis keynesiano. Y el tercer grupo de artículos y li
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bros gira en torno a su libro La Acumulación de Capital (1956), donde presenta un modelo que le debe más a Keynes. a Harrod y a Ricardo, que a los sofisticados modelos matemáticos de la economía neoclásica. Las preguntas de Joan Robinson en esta obra son de corte clásico. ¿Cuáles son las condiciones para lograr el crecimiento acumulativo de largo plazo. y cuál es el resultado de este proceso, en términos del crecimiento del producto bruto y neto, y la distribución del ingreso entre salarios y ganancias, dada una cierta evolución en el tiempo de la fuerza de trabajo y la tecnología?
Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con el legado de Joan Robinson pero no se puede dejar de reconocer que en ella se encuentra una de las economistas, incluyendo a los economistas, más excepcionales de todos los tiempos. Pigou, un reconocido misógino. la llamó "hombre honorario". como una distinción. pero se equivocó. Joan Robinson representa lo mejor que las mujeres, de toda la historia, han mostrado a los hombres: Una capacidad de sacrificio y de lucha sin igual. Oue este retrato de Joan Robinson sea un pequeño tributo a todas las economistas. y a todas las mujeres en general.
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ALEJANDRO LOPEZ: ANTIOQUEÑO UNIVERSAL
En Colombia se nos ha mirado a los antioquerlos con cierta sospecha sobre nuestras actividades, nuestra idiosincrasia. y nuestra forma de ser. Una de estas características más criticadas por el resto de colombianos es nuestro sentimiento regionalista, y probablemente tengan razón. En el colegio cantábamos el himno nacional en voz baja mientras el himno antioqueño (Oh libertad que perfumas las montañas de mi tierra) se cantaba a voz en cuello, lo que acarreaba algunas reprimendas cómplices de los propios maestros. Sin embargo, nuestros mejores hombres no sólo han sido antioqueños raizales. y orgullosos de serlo, sino también grandes colombianos. y no sólo eso sino además universales. Es decir, no sólo se alimentaban de la cultura de su región sino que también estaban atentos a lo mejor del pensa
miento y la creaclOn universales que se estaban produciendo en los grandes centros culturales de Europa y del mundo. Así tenemos a Ñito Restrepo, Sanín Cano, León de Greiff, Luis A. Cano, Luis Tejada. Pedro Nel Ospina, Fernando González, Uribe Uribe. Fernando Botero. Belisario Betancur, Tomás Carrasquilla, Alejandro López. y tantos otros.
Este último. Alejandro López, nació en Medellín el 14 de junio de 1876 y murió el 13 de marzo de 1940 en Fusagasugá. Hijo de una famil ia de un sastre carente de prosapia. se graduó en Ingeniería Civil e Ingeniería de Minas -1899 y 1908 respectivamente- en la Facultad Nacional de Minas. hoy perteneciente a la Universidad Nacional de Colombia, Sede de Medellín.
Alejandro López fue un hombre polifacético por las muchas actividades que desempeñó, pero sobre todo fue un hombre preocupado por los problemas nacionales, en sus dimensiones económicas, políticas y sociales. Sus numerosos escritos fueron el resultado de su preocupación por entender y solucionar , los grandes problemas de su época. y de plantear estrategias globales hacia . el .fuWro para mejorar la condición de la mayoría de los colombianos.
Alejandro López como estudiante presentó la tesis de grado, "El Paso de la Ouiebra del Ferrocarril de Antioquia"; los jurados la impugnaron pero finalmente fue aceptada. El túnel de la Ouiebra fue posteriormente una realidad, y así Antioquia se hizo a una vía por donde salió el café, y entraron las maquinarias y materias primas importadas, financiadas por las divisas que produjo el grano. base de la modernización industrial antioqueña y colombiana, en las tres primeras décadas de este siglo.
Igualmente, Alejandro López fue administrador de la mina El Zancudo, en donde se convirtió en un innovador de los métodos de cianuración para la extracción de oro. Posteriormente, fue profesor universitario (1912-1920) en la misma Facultad de Minas, donde instauró y enseñó la cátedra de Economía Industrial, En este curso divulgaba los métodos de la "administración científica" del trabajo, como los taylorianos y los fayolianos. propios de la moderna manufactura de principios de siglo, y que tuvieron su culminación con el
fordismo. Por otro lado, fue cónsul lombia en Londres : (1920-1935), luej gerente general de la Federación N~ de Cafeteros hasta el a;ño 37.
Sus preocupaciones ·intelectual eJ líticas lo llevaron en el año 35 a pa en la elaboración del programa del liberal colombiano, que después de go predominio del partido conserVé la detentación del poder político en bia, había regresado al poder, insta) se así el período de la República del 30 al 46, período éste de grande: mas políticas y sociales para el pa mayoría de los colombianos. y Al López era tenido como una de las n del partido liberal para ocupar la pi cia de la república, sueño que nunc: culminado, a pesar de sus grandes mientas.
La lectura de los textos de A López sorprende no sólo por la de su ingenio, y por la brillantez de luciones, sino porque todavía esos mas y soluciones a los mismos vigencia", Y las soluciones suger López ( ... ) han caído en oídos como afirma Jorge Villegas.
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pal de Colombia, Sede de Medellín.
bjandro López fue un hombre polifapor las muchas actividades que de
. ñó, pero sobre todo fue un hombre ~pado por los problemas nacionales p dimensiones económicas, política~ ales. Sus numerosos escritos fueron hitado de su preocupación por entenolucionar los grandes problemas de ~a, y de plantear estrategias globala . el Juturo para mejorar la condila mayoría de los colombianos.
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a. El túnel de la Ouiebra fue posente una, realidad, y así Antioquia a una vla por donde salió el café on las maquinarias y materias pri~ portadas, financiadas por las divi
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teriormente, fue profesor univer1912-1920) en la misma Facultad , donde instauró y enseñó la cáEconomía Industrial. En este curaba los métodos de la "adminisientífica" del trabajo, como los s y los fayolianos, propios de la manufactura de principios de si
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Sus preocupaciones intelectuales y políticas 10 llevaron en el año 35 a participar en la elaboración del programa del partido liberal colombiano, que después de un largo predominio del partido conservador en la detentación del poder político en Colombia, había regresado al poder, instaurándose así el período de lá República Liberal del 30 al 46, período éste de grandes reformas políticas y sociales para el país, y la mayoría de los colombianos. Y Alejandro López era tenido como una de las reservas del partido liberal para ocupar la presidencia de la república, sueño que nunca se vio culminado, a pesar de sus grandes merecimientos.
La lectura de los textos de Alejandro López sorprende no sólo por la agudeza de su ingenio, y por la brillantez de sus soluciones, sino porque todavía esos problemas y soluciones a los mismos tienen vigencia", y las soluciones sugeridas P?,r López ( ... ) han caído en oídos sordos , como afirma Jorge Villegas.
El problema agrario, campesinos sin tierras, y que todavía está sin resolver, y
la importancia de implantar solu~io~es de justicia al respecto n~ I.e fuer~n ,n?,ferentes a este ingeniero CIVrl: La hlstorra y las soluciones al problema agrario, que estorba el proceso de modernización del país, están magistralmente estudiadas 'por Alejandro López, en su ~amoso Ilb!o titulado: Problemas Colombianos (Parrs, 1927). Por otro lado, se le anticipa .a R~,úl Prebish , y a la CEPAL. bajo la insplrac~~n de Federico List. en proponer la protecclOn a la industria infante. para promover la industrialización, porque la "capacidad de producir" es lo que cuenta para el desarrollo económico.
Bajo la organización y la administración científica del trabajo, los métodos taylorianos y fayolianos, Alejandro López busca que el trabajador reciba los incentivos materiales, basados en el incremento de la productividad por la aplicación de éstos, de tal manera que se desarticule 18 base de la lucha de clases. Este es el mensaje central en su libro El Trabajo (Londres, 1928) . Sobre la propuesta de programa para el partido liberal, recogida en su libro Idearium liberal (París, 1931), puede decirse que en materia ideológica y de recomendaciones de política, las soluciones recogidas en el libro siguen todavía vigentes
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para algunos de los grandes problemas nacionales, pues como dice Villegas: "los remedios por él sugeridos nunca se pusieron en práctica".
Sin embargo, en El Desarme de la Usura: La depresión económica, sus causas y posibles remedios (Londres, 1933), título de claro sabor keynesiano, es donde López se define claramente como un economista moderno. Este texto fue escrito a la luz de la mayor depresión económica mundial, en el presente siglo: La crisis del 30. La sombra de John Maynard Keynes es visible en la construcción del análisis de El Desarme de la Usura, a pesar de que López sólo se refiere de pasada a Keynes, como el "señor Keynes" , en una de sus páginas.
La influencia de Keynes durante gran parte de la primera mitad del siglo XX, y que todavía perdura, en los asuntos económicos, políticos, sociales y culturales, es sin lugar a dudas fuera de cuestión. Antes, durante, y después de la Gran Crisis del 30, los asuntos económicos fueron de tanta importzmcia para la opinión pública inglesa , que éstos llegaron a debati rse, inclusive, a través de la radio, y obviamente con la presencia de Keynes.
Para un hombre como Alejandro López, representante de los intereses económicos colombianos en Londres, estos debates no le serían indiferentes , así como la producción intelectual en economía que se estaba publicando en "journals", periódicos y libros. Alberto Mayor, ha encontrado que López asistía con cierta regularidad a las conferencias del Club Liberal de Londres,
que representaba al partido de las simpatías de Keynes, del cual era uno de sus máximos ideólogos y conferencista. López, en cierta ocasión dio una conferencia titulada " Colombia" en ese mismo club. Igualmente, el hecho de que El Desarme ... hubiera sido traducido al inglés por Fabio López, hijo de Alejandro, nos habla de la intencionalidad en buscar el reconocimiento y el aprecio de los círculos académicos y de negocios de la City .
El examen de El Desarme... sobre las condiciones de la crisis del 30, y especialmente sobre la problemática de la deuda externa, resulta sorprendente para el lector moderno, testigo de la pasada cri sis de deuda, y que todavía sigue hiriendo a muchas economías, y no menos a los pobres . Y es sorprendente la lectura del texto de López, no sólo por las coincidencias de la problemática de la deuda del 30 con la del 80, sino que también lo es por la naturaleza del análisis de López, que sin tener una educación formal como economista , sabe captar el examen, a lo K-eynes, de la crisis, sus causas más profundas y los remedios a males tan dolorosos.
Alejandro López no sólo fue un excelente científico, técriico, y administrador de negocios, sino también un hombre de una gran formación cultural, social y económi· ca . La revista Estrategia Económica y Financiera en una encuesta elaborada en 1993, para escoger a los economistas más importantes del país, lo seleccionó entre los primeros. Pero, sobre todo Alejandro López fue un pensador : alguien a quien le cabía el país en la cabeza .
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edgar garavito
DELEUZE: MAQUII DE GUERRA Y APARATOS DE CAPTURA *
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