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Surg For All. Semana Urológica 2015.
Kumba (Camerún), del 11 al 20 de septiembre de 2015
Parece que fue ayer cuando empezamos esta aventura, proyecto o locura, pero no, fue solo anteayer (octubre de 2014), y aquí estamos en Kumba (Camerún) 5 personas, y muchas más en Valencia, entregadas a una causa que nos gusta y nos evade del día a día. Quizá por ello saca lo mejor de nosotros, nos une y nos realiza como personas al no buscar dinero, reconocimiento ni curriculum, 3 de los objetivos que sabemos mueven a mucha gente, e incluso a nosotros en otros momentos, en nuestro ególatra entorno. Mucha gente debería probar, y no hace falta venirse a Camerún para ello, el hacer el bien a otras personas sin esperar nada a cambio; os aseguro que engancha.
Este año no me ha parecido oportuno referir al día a día mis experiencias, tal y como hice en el diario del año pasado, pues aquí estamos 5 y creo más justo expresarlas en común, reconociendo en primer lugar mi más sincero agradecimiento a Juan Casanova, Ana Arbona, MªJosé Lluch, compañeros de trabajo y más que amigos, y a Roberto Llodrá (fotos 1 y 2 ), también amigo y paciente mío por ese orden, que están aquí abriendo la lata conmigo; pero también a Rodrigo Aragón, Javier Burgos y a toda la gente que de una forma u otra nos han ayudado a que estemos aquí. Sin duda éste es el primero de los tesoros que te va ofreciendo esta experiencia, !qué gran cantidad de buena gente hay por ahí suelta y tú sin saberlo! !Y qué ganas hay de hacer cosas buenas sin más fin que hacer el bien! Puede sonar como gilipollez, pero sin duda creo que éste es el veneno que engancha, probablemente porque tu vida está repleta de, valga la redundancia, gilipollas que te roban demasiado tiempo.
Fotos 1 y 2. Los 5 miembros de Surg For All desplazados a Kumba (Camerún) del 11 al 20 de Septiembre, en la antesala de quirófano. En la foto de la derecha, con Salwan Chami, delegado de Karl Storz ‐ Endoskope, empresa alemana que nos proporcionó el material quirúrgico
Nos hemos bautizado como en el Jordán, sumergiéndonos en el río enteritos, y yo diría que hasta vestidos, por lo que creo que esta experiencia inicial nos marcará también para todo lo que venga. Parte de nuestro trabajo desde que nuestra SFA fue creada se dedicó preparar este viaje y hemos echado muchas horas en ello. Pues bien, creo que ha salido bien. Hemos trabajado duro y aquí estamos, operando gente en un lugar recóndito de Camerún e impartiendo clases teóricas y prácticas a un grupo de 20 enfermeras y médicos (fotos 3 y 4 ).
Creo que por tanto hemos de estar orgullosos de lo realizado y reconocer todas las facetas donde podemos mejorar, para apuntalar próximos proyectos.
Fotos 3 y 4. Impartiendo una de las múltiples clases teóricas y las acreditaciones del Curso
Lo primero es reconocerte como grano de arena en la playa. Aquí no vamos a solucionar nada nosotros, y lo único que podremos hacer es inocular un conocimiento a cuantos más médicos y enfermeras podamos para que lo apliquen exponencialmente a sus colegas y por supuesto a los pacientes. África peca de muchas cosas, y la primera que yo resaltaría es que está demasiado acostumbrada a conformarse con lo que tiene y a no luchar por mejorar en lo colectivo. Hemos comentado entre nosotros varias veces que este Curso, su formato y sus objetivos ha cogido tan de sorpresa a los alumnos, por la novedad que ha supuesto para ellos, que dependerá de su capacidad de impregnarse de la necesidad de transmitir el conocimiento, que esto sirva de algo, pero nosotros no podemos más que ofrecerlo.
Todos hemos experimentado que, en general, les es más atractivo lo material e inmediato que el conocimiento y la formación, que aquí no van más que a un modo de vida que piensa en el mañana, pero en el mañana de 24 horas, no más allá. Muchos de ellos pensamos que tienen intereses turbios como el figureo, el dinero puro y duro o el titulillo de asistencia que les hemos dado. Pero sería muy injusto, como siempre, meter a todos en el mismo saco.
Hemos encontrado personas entregadas, interesadas y agradecidas, que han preguntado aquí y allá, que se han preguntado cómo llevar lo que han visto a su medio y posibilidades, que nos han exprimido y a las que has visto con satisfacción cómo esta oportunidad de aprender en directo de profesionales occidentales les ha supuesto eso, una oportunidad de mejorar que no han desaprovechado. Y aunque diría que no llegan a la mitad, solo por ellos ha valido la pena con creces. Por todo ello nos vamos con el sabor de que ha valido la pena, que reconociéndote grano, has mejorado algo la playa, y que si hubiera muchos granos más así, algo sí que le cambiábamos el aspecto.
Probablemente, el Hospital de la Fundación Parma en Kumba, un hospital privado y de categoría algo superior a la media en el país, nos ha venido muy bien para conocer la realidad de nuestras posibilidades una vez en trinchera. Pese a que trajimos material específico para nuestras cirugías, no podíamos contar la sorprendente carestía de infraestructura básica y sobre todo de mantenimiento, de la que poca que hay. Cuando alquilas un coche, ni te planteas que las ruedas no estén hinchadas y no tienes cómo hincharlas; pues bien, aquí
planificas la técnica, pero luego no va la coagulación o no quedan guantes estériles. Llegas el primer día y observas por parte del responsable un gran chorreo al personal por pasar al área quirúrgica con zuecos externos, en un alarde de seriedad y rigurosidad con la asepsia, y acabas operando con las ventanas abiertas viendo la selva porque no va el aire acondicionado y con las próstatas que quitaste el día anterior en bolsitas por el suelo del antequirófano.
Hay una falta de higiene, yo diría de conciencia de higiene por parte de enfermos, familiares y sanitarios, a la que cuesta acostumbrarse. El hospital tiene una estructura fantástica pues lo diseñó y construyó un arquitecto italiano, y es muy práctico para estos lares. Sin embargo las infraestructuras están abandonadas de la mano de Dios, prácticamente "todo" está roto o malfunciona, con apaños increíbles para que resuelva el inmediato, pero no apuntalando nada para que no vuelva a fallar. Por ejemplo, todas las ventanas externas tienen mosquitera, pero absolutamente todas están rotas. Los servicios, incluidos los que nos asignaron a nosotros, son factores de riesgo para provocar estreñimiento y retención urinaria, pues tus receptores sensoriales hacen que inconscientemente se activen la hormona antidiurética y se paralice la peristalsis colónica. Pero es que os puedo asegurar que la salita de estar que sirve de descanso entre cirugía y cirugía, no fue limpiada en toda la semana que estuvimos allí; las tazas de café del primer día allí seguían el último día, afianzándose en su esquina para no ser desplazadas por las que se fueron acumulando durante el resto de la semana. Me pregunto si aún estarán allí.
La electricidad se va cada dos por tres, con eso sí que contábamos y todos los aparatos tienen un adaptador de corriente que evita que peten. Con lo que no puedes convivir es que, cuando hay poco voltaje, las cosas, por ejemplo la coagulación, vaya al mínimo, y que no conecten el grupo electrógeno que se activa en las caídas totales para no gastar gasoil que les cuesta dinero.
Hemos tenido a nuestra disposición toda la semana un jeep que hace de ambulancia para el hospital, y ha sido un acierto pues hemos tenido una movilidad y una independencia absolutas. Conducir por Camerún es jugártela, no hay reglas. Sí, se va por la derecha, pero todo vale. Pues bien, tanto Roberto como yo mismo, que hemos hecho de chóferes, acabamos conduciendo como ellos y aquí estamos. Es la teoría de los fractales o el orden en el caos. Eso sí, ni te insultan ni te increpan. En España os aseguro que por la distancia entre el hospital y el hotel (unos 5Km), haríamos una media de unas 15 infracciones en la conducción para retirarte el carnet, menos saltarse semáforos, pues no hay ninguno en Kumba (50.000 habitantes). Las legiones de motos tuneadas, con hasta 3 ó 4 pasajeros muchas veces, con techo (los moto‐taxis), te adelantan por la derecha, la izquierda y te vienen de cara por ambos lados, deslumbrándote si es de noche. Es cuestión de mantener tu ritmo a 40Km/h y ellos se apartan, pero si el que viene es un camión, te has de apartar tú. Tan fácil como eso.
El Parklane Hotel nos encantó al entrar, palmeritas, algo más limpio, algo apartado... Hemos estado bien, pero en cualquier viaje en España denunciarías que se va la luz, otros días no hay agua, que tienen diferentes bichos (ratolines, cucarachas, salamandras, etc) conviviendo contigo. Sin embargo aquí te parece
normal y te adaptas. El desayuno no nos lo han servido a las 7am ningún día, pese a que les insistíamos en que empezábamos en el hospital a las 7.45. Pero lo más sorprendente es que en lo que hace de hall, 3 televisiones a todo volumen reproducían las 24h del día 3 temas iterativamente: fútbol, rap y una conexión a una secta local donde continuamente un Pastor disertaba a gritos y la gente entraba en trance cayendo al suelo poseídos por los espíritus ante diferentes objetos en donde Dios se había materializado, dándose unas hostias importantes al caerse al suelo como borrachos, por lo que eso sí, había 3 ó 4 mazas alrededor para evitar golpes en la cabeza. Después de sufrir los gritos del Pastor las dos primeras dos noches, pues las televisiones estaban en la zona wifi, me acerqué al guarda nocturno para que me explicara qué era esa procesión de esnifados cayéndose al suelo ante una silla de plástico. Tras explicarme en "pigin‐English" lo que os he contado, me dijo que Dios estaba en la silla, que él era un asiduo a la secta y me invitó a ir. Alegué que me daba miedo caerme y que el maza no llegara a tiempo y me abriera la cabeza, pues había venido a operar, pero no sé si le satisfizo. Me aseguró que no se pagaba nada por asistir, pero me pareció ver al Pastor con un cochazo un día entre la legión de motos...
Pero todo esto son menudencias que superas cuando ves que tus compañeros las superan, probablemente también reflejándose en ti. Tras estas experiencias entiendes que el trabajo de grupo, cuando hay objetivos concretos e ilusión en que salga para adelante, nunca puede fracasar. Hemos operado a 14 pacientes, hemos dejado operar a los cursillistas, que se han lavado de forma rotatoria en todas las intervenciones, enseñado a las enfermeras a manejar sondas y material, impartido clases adaptadas al medio, etc. Las clases teóricas, que dejamos para los últimos dos días, fueron tremendamente provechosas pues, adaptándolas a su entorno y posibilidades, les sirvieron para preguntar infinidad de preguntas, de presentarnos casos clínicos reales y dificultades con pacientes que se habían encontrado.
Un momento grandioso ha sido cuando Roberto, el único no sanitario del grupo, nos traía los bocatas allá a las 12h y agua embotellada, pues prefiero no hablar de la cantina del hospital. Creo que Roberto ha sido un complemento perfecto al grupo, animoso, políglota, inteligente y entregado a que pudiéramos trabajar a gusto sin preocuparnos de la intendencia. Luego por la noche nos cocinaba cenas españolas, y no podéis (él tampoco) entender cómo restituye el cuerpo y el alma un arrocito valenciano o una tortilla española cuando vuelves machacado del hospital. Juan ha sido como siempre un baluarte de resistencia, un valor seguro en estos fregaos. Verlo operar asistido por un novel camerunés, sin coagulación, a 40º, con los plataneros al fondo y espantando moscas ha sido estresante pero ahora lo veo divertido, siempre saliéndose brillantemente sin perder la compostura solo lo puede hacer él. Ana es insuperable; no hay nadie en este mundo que sepa más de instrumental quirúrgico y funcionamiento de un quirófano que ella. Incansable, con reglas propias pero siempre al final las acertadas. Un tesoro. Y Mª José ha estado sobresaliente, se ha multiplicado, se ha divertido, ha sufrido y se ha asustado en algún momento, pero creo que ha cumplido el sueño de venir a operar con una ONG y pienso que es un puntal insustituible en la nuestra.
El primer día fue duro pues llegamos a las 2am a Douala, nos empaquetaron literalmente a los 4 (Roberto ya se vino una semana antes para preparar la intendencia) con nuestras 12 maletas en un jeep y salimos hacia Kumba, a donde llegamos allá a las 7am y empezábamos el triaje de pacientes a las 12am. Tras ver unos 40, finalmente consideramos quirúrgicos a 15, y nos falló solo uno de los previstos que no vino. Trabajamos los 4 más los cursillistas de forma rotatoria en el despacho del Dr. Etabong (unos 20m2 donde los papeles, cajas etc., ocupan unos 10m2 aproximadamente). Los 3 días más duros fueron los 3 siguientes donde operamos a todos los pacientes, pues no podíamos operar más tarde y que hubiera complicaciones. Hicimos dos días más de charlas teóricas, casos clínicos y videos teóricos para acabar el Curso, y lógicamente pasábamos visita a los ingresados con todos los cursillistas detrás. Creo sinceramente, como he dicho más arriba, que ellos no se esperaban este Curso, pues entre nosotros hemos comentado su timidez‐apatía del primer día y su fluidez‐confianza‐implicación de los últimos días, aunque no en todos.
En cuanto a la ayuda en material, hemos usado aproximadamente 1/3 del que trajimos y hemos repartido el resto entre los Hospitales de Kumba, Douala y Shisong que visité el año pasado. Tras unas negociaciones incómodas, pues el Dr. Etabong es camerunés y mira por su negocio claramente, llegamos al precio final de que el coste por paciente operado, descontando lo que nosotros lógicamente no cobramos, era de 229 euros. SFA ha pagado por paciente 129 euros, por lo que finalmente éstos han pagado 100 euros por sus cirugías, que en Doula o en Yaoundé se "hacen" (aunque no sé cómo) a unos 1500 euros mínimo según me han dicho. También hemos dejado un dinero extra tanto en los hospitales de Kumba como de Douala para su mantenimiento.
Father Emmanuelle vino el 4º día desde Douala y nos llevó a cenar un día a un convento de monjas de la Orden de Santa Teresa del Niño Jesús. Reconociendo que, dado el cansancio y el panorama, no íbamos muy ilusionados a dicha cena, todos coincidimos al acabar que disfrutamos enormemente de cenar entre monjas abiertas, cultas, limpias y super divertidas, que, además nos regalaron una cena opípara que a todos luego nos pasó factura. Una de ellas, Sister Virginia, resulta que estaba de vacaciones allí pues trabaja en Teruel en una
Residencia de la Tercera Edad. Hicimos tan buenas migas que nos invitaron a vivir en su convento si volviéramos a Kumba. Pero el regalo más increíble fue oírlas cantar, parece mentira que, dejando al margen la religiosidad de cada uno, las voces de las novicias mezcladas con los distintos instrumentos de percusión africanos te puedan transportar a algún sitio
diferente, no terrenal. Increíble documento auditivo, de lo más valioso de este viaje. Fue tal el buen rollo esa noche, que sea por la cena, los cánticos o lo que fuera, al día siguiente fluyera espontáneamente entre todos la idea de donarles 1000 euros de SFA para un proyecto de construcción de un hospital nuevo en la
zona rural de Buea que ponen en marcha en enero y que vamos a intentar apoyar desde Valencia. No os podéis imaginar los alaridos de alegría y saltos de júbilo entre las Sisters cuando al día siguientes fuimos a darles el dinero. Creo que a todos se nos saltó una lagrimita contagiada por vivir una alegría tan pura de esa forma tan directa.
Otro de los recuerdos inolvidables que nos traemos ha sido el agradecimiento sin límites a los que los occidentales no estamos acostumbrados que los pacientes operados nos dieron continuamente. Nunca me había pasado que un paciente se quisiera fotografiar conmigo; y no solo él, sino la mujer, la nuera, toda la familia. Increíble. Siempre con el "thank you o el merci" en la boca, incluso recién operados. Un detalle divertido fue que el último día del Curso nos hicimos unas fotos con los cursillistas a la entrada del Hospital, y al enterase, vinieron unos cuantos pacientes sonda en mano para sumarse a las fotos (fotos 6 y 7).
Fotos 6 y 7. Con uno de los pacientes en la sala de hombres y en la puerta del hospital con varios de ellos
También han sido muy gratificantes los dos últimos días en Kumba, donde ya no operamos y nos dedicamos más a las curas y postoperatorios en las plantas comunitarias, donde los enfermos conviven de 6 en 6 con las familias completas, sudores, secreciones y calores; por lo que os podéis imaginar lo interesante del olor de los últimos pases. Pero adecuándose al tema, la verdad es que en esos días hemos interactuado mucho con las familias, y el último día nos hemos hecho más fotos que Cristiano Ronaldo cuando ganó la Champions con todos los familiares, enfermos, enfermeros etc. Además hemos podido hacer algún paseo alrededor de Kumba por la selva y hemos ido al lago Borombi, tan solo a 2Km de la ciudad, un lugar precioso que cuesta pensar no exploten turísticamente, aunque da gozo pensar que aún existen sitios así vírgenes.
El día de vuelta ha sido otra vez saborear África en su más puro estilo. El mismo jeep que tuvimos prestado lo "repararon", después de haberlo conducido nosotros durante una semana, para que con chófer incluido nos llevara a dormir a Limbe, a medio camino de Douala. Pero a mitad de trayecto un eje de una rueda salió disparado y allí estábamos, con ocho maletonas en medio de una carretera en mitad de la selva, en mitad de nada... hasta que pasó un pseudoautobus local, que nunca sabré si iba a Limbe o si con el precio que arreglamos fue a Limbe, pero allá nos subimos compartiendo con locales carteles como "no vomite" o "no se pelee", broca inmensa con la policía por una multa‐mordida y con esguince ocular para vigilar que no nos birlaran las maletas de la baca (fotos 7 y 8). Pero llegamos a Limbe, descansamos en la playa y al día siguiente nos fuimos a Douala.
Fotos 8 y 9. Avería en medio de la selva camerunesa y pseudo‐autobús local. Obsérvense detalles de los anuncios pintados dentro del mismo
Hemos tenido la oportunidad de comprobar el orden y limpieza del Hospital Saint Albert le Grand de Bonaberi, hospital de la Diócesis de Douala pero regido por monjas de una Orden española. Presenté al resto del equipo a la Hermana Maria Jesús, que había conocido el año pasado y que me volvió a mostrar, tanto ella como el resto de Hermanas, qué quiere decir la entrega sin límites al prójimo, quizá la esencia de la fe católica. Increíble labor la de esta gente, representante de tanta otra esparcidas por el mundo y de la que es pecado olvidarse que ahí están, dando el callo en lo peor de lo peor. Dejamos tres maletas de material y el dinero restante de SFA de lo que nos habíamos traído, estuvimos con tres de los cursillistas que habían venido a Kumba explicándoles el material, cenamos en su casa con todas ellas y junto al Father y finalmente nos llevaron al inmundo aeropuerto de Douala (foto 10) a las 22h (luego es peligroso para ellas andar en coche por Douala) y tuvimos que estar 6h tirados hasta el vuelo (5.30am).
Foto 10. Despidiéndose en el aeropuerto de Douala
La Medicina en estos lares es un reflejo del país: cutre, caótica, imprevisible y siempre adaptada al momento. Pero siempre es injusto generalizar. De determinados médicos africanos, que haciendo el maravilloso arte de curar saben de todo,
nos han enseñado muchas cosas de la malaria, manejo de los enfermos VIH, y otras cosas a las que se enfrentan como médicos generalistas fuera del encorsetamiento occidental por la supraespecialización con la que trabajamos.
Un caso colateral que también hemos afrontado como médicos de una ONG, fue el de un síndrome nefrótico en una niña de 8 años. Si bien el diagnóstico clínico del cuadro me pareció claro desde el primer momento, la realidad es que ya no me acordaba muy bien de cómo tratarlo. Se me ocurrió contactar con una amiga nefrólogo infantil, Susana Ferrando, que me envío consejos y el tratamiento por correo electrónico. Su ayuda sirvió para apuntalar el tratamiento que el médico general del Hospital, que a su vez hace de pediatra, ya le había puesto, y que iba mucho mejor orientado que el que yo quería ponerle. SFA se ha hecho cargo de los 3 meses de tratamiento de la niña, dejándolo pagado en el hospital para asegurar que la madre, analfabeta y muy pobre, le siga dando el tratamiento cuando le desaparezcan los edemas, cosa que ocurre a las 2 semanas de iniciarlo (o por lo menos con esa ilusión la dejamos hinchadita a la pobre) (foto 11).
Foto 11. La niña con síndrome nefrótico (de verde) y su madre (camisa blanca) en la cantina del hospital
Quizá por ello, establecer un programa de diagnóstico y tratamiento de la hipertrofia benigna de próstata ha sido un objetivo que no se puede medir con el termómetro occidental, sino con la vara de medir africana, donde cualquier paciente con "próstata" no se puede tratar ni médicamente (pues no pueden pagarse el tratamiento médico de por vida), ni la mayoría de gente puede sufragar los gastos derivados de una cirugía prostática, pues ésta es siempre referida a los escasos 20 urólogos del país, en Yaoundé o Douala la mayoría, con precios que no pueden afrontar (1500‐2000 euros). Si tienes una retención urinaria, mejor que no te pille en Camerún.
Entre los 5 hemos comentado en varias ocasiones que lo que más falta es conciencia de prevención y educación sanitaria. Pese a que los medios son escasos, la higiene no va con ellos. Y aquí no solo se metería a la población general, sino a los mismos sanitarios. No costaría nada tener el hospital limpio, pero no lo está. No costaría nada que cambiaran las sábanas cuando se manchen, pero no lo hacen. No costaría nada que ordenaran las cosas comunes, pero no va con ellos. Es un sistema diferente, donde a cada enfermo le alimenta su familia. Donde cada medicación, prueba o indicación quirúrgica que prescribes ha de pagarse previamente en caja para poder recibirla, excepto cuando una ONG como la nuestra intercede en el sistema. Pese a ello, ya me dejaron claro el año pasado varios cameruneses que convenía que pagaran algo, para evitar abusos.
La infraestructura de este hospital ha sido insuficiente para soportar un aluvión de cirugías de cierta envergadura como las que hemos realizado. Faltaban cajas quirúrgicas, medios de esterilización ágiles, soporte eléctrico, paños quirúrgicos, gasas (aunque las lavan y reesterilizan), material desechable, luz en quirófano, aire acondicionado ... ¡para que seguir si al final los hemos operado en contra de lo que nuestra propia lógica nos dictaba! Desde luego, de esta experiencia aprenderemos a ponderar mejor antes el continente y el contenido de cada hospital donde queramos hacer un nuevo Curso. Probablemente el Hospital de Douala habría estado más organizado, limpio y la operatividad hubiera sido mejor, pero al disponer solo de un quirófano no lo elegí y quizá me equivoqué en ello.
La historia se repite, y al igual que durante la residencia el nivel de aprovechamiento de los mismos medios docentes da como resultado médicos y enfermeras brillantes, normales y mediocres, entre los cursillistas hemos encontrado las mismas categorías. Quizá hemos notado un aprovechamiento mucho mayor de lo que hemos podido enseñar entre los sanitarios que venían de hospitales dirigidos por órdenes religiosas, donde probablemente las reglas y métodos más europeizados permiten un funcionamiento, adaptado al medio, pero más riguroso y funcional (fotos 12 y 13).
Fotos 12 y 13. Asistiendo a una orquiectomía bilateral por un cáncer de próstata metastático al Dr. Nelson Ayuk, del Hospital de Saint Albert le Grand de Bonaberi (Douala), y en la puerta del Hospital con varios de los médicos que atendieron el Curso, tras la entrega de los diplomas
Particularmente y como "Jefe" de la expedición, me han sorprendido el interés de dos de los cursillistas por unirse a nuestro equipo y venirse a España, pues ambos se dirigieron en privado a mí para proponérmelo. Lógicamente ha sido duro decirles que eso no es posible, que ni como médicos ni como enfermeras podrían ejercer en nuestro país de buenas a primeras y que además no era ese nuestro objetivo, sino la aplicación del conocimiento aprendido al medio en donde trabajen. Pero es igual de lógico como triste que gente cultivada y útil anhele salir de aquí.
La suma de todos estas reflexiones nos ha hecho ratificarnos en la importancia de proyectos como los nuestros de formar intensivamente a gente en España para conocer el abc de determinadas especialidades que quedan fuera de la Medicina o Cirugía General, como pueden ser todas las especialidades quirúrgicas. El Dr. Etabong nos contó que la Fundación Parma, la que le construyó el hospital entre 2000‐2006, becó a 2 pediatras, un traumatólogo y un cirujano general para formarse en Italia, pero ninguno de los 4 volvió. Le enseñamos el documento de acuerdo que firmaron el Dr. Kitio y el Hospital de Shisong para que venga un semestre a Valencia a formarse con nosotros, atándole a volver y trabajar un mínimo de 5 años en dicho hospital, y que se ratifica con un sello de la Policía Camerunesa certificando que su incumplimiento sería causa de denuncia por vía judicial. Tras leerlo, nos felicitó y nos dijo que esa es la forma de hacerlo. También la experiencia de este Curso nos va a servir y mucho para perfeccionar los venideros, sobre todo en relación a la preparación y selección más exhaustiva de Hospitales y pacientes.
Durante el último día en Douala, dos monjas del Hospital de Shisong (a 8h en coche), se desplazaron para tener un encuentro con nosotros y perfilar nuestros proyectos en común (foto 14). En primer lugar, cerramos el pago de la carrera de Angela Elema en su Escuela de Enfermería durante 3 años, aproximadamente
unos 4500 euros, para los que SFA ha encontrado un donante‐mecenas al que desde aquí también le agradezco el gesto. En segundo lugar, concretamos la venida de Kitio, que nosotros le pagamos el Máster, ellas el avión e intentaremos que los Jesuítas de Valencia el hospedaje. Por último, y como novedad y culminación del proyecto, ofrecimos la posibilidad de que SFA apoyara la compra de una torre de endoscopia para iniciar el proyecto de cirugía endoscópica en Shisong cuando el Dr. Kitio (foto 15) vuelva de Valencia. Eso supone que, si su Comunidad lo aprueba, pondríamos en contacto al Hospital y a la compañía alemana que nos ha proporcionado todo el material para este Curso (Storz) para que le dote del mencionado material al mejor de los precios posibles, y SFA colaborará parcialmente con el Hospital de Shisong si éste también se implica y se moja en el Proyecto. Rodar éste proyecto desde nuestra humildad en 2‐3 años sería muy gratificante como ONG dada nuestros objetivos.
Fotos 14 y 15. Con la Hermana Renata Bila, Subdirectora del Hospital de Shisong, perfilando los detalles de todos los proyectos de futuro, en reunión el 19‐9‐15 en el Colegio Jesuita Liberman de Douala, entre ellos la venida a Valencia de enero a julio del Dr. Gilbert Kitio, de dicho hospital
En lo personal, tanto Juan Casanova como Ana Arbona como yo mismo hemos constatado que la experiencia acumulada previamente en Guatemala no tiene que ver nada con ésta, mucho más dura, difícil y sobre todo muy útil para los cursillistas, pues lo han vivido como Curso, disfrutándolo y creyéndoselo más a medida que los días iban pasando. También me atrevo a pensar que el debut de MªJose LLuch ha sido muy positivo para ella, que ha demostrado toda la valía que tiene y una nueva faceta; su valentía y predisposición. Creo que se lleva un balance muy positivo en lo personal, sin duda lo que a todos más nos vale y más nos une. Incluso Roberto, sin ser sanitario, ha sido un puntal fundamental en la intendencia, traducción y "resuelvelotodo" de problemas ad látere. Me siento orgulloso de este grupo y de los que se han quedado en Valencia, preocupado por el desarrollo del próximo Máster de Urología del Dr Kitio en Valencia (enero‐junio 2015) y muy ilusionado con lo que todo el trabajo de Surg For All pueda desarrollar en el futuro. Próximamente y sin descanso nos pondremos a ello.
Detalles de todos los miembros de Surg For All que nos desplazamos a Kumba
Leyendo las memorias de Wangari Maathai, mujer keniata que recibió el premio Nobel en 2004 por el Green Belt Movement, proyecto que plantó millones de árboles nativos en Kenia, desafiando una sociedad machista y sin ninguna conciencia medioambiental en ese momento (años 70‐80) una frase me hizo reflexionar: "You may think you are doing the right thing, but in the local context, you are completely off track"; la enseñanza, que sintetiza el libro, estuvo presente en la génesis de SFA y queremos que siga siendo una realidad, en donde lo que podamos enseñar, por poco que sea, se pueda aplicar y llegar a la gente. Que tengamos suerte y no nos salgamos nunca del camino que hemos empezado.
Gracias a todos los que colaboráis con SFA.
Pepe Rubio, Presidente de Surg For All
Vuelo Royal Air Maroc, Douala‐Casablanca, 20 de Septiembre de 2015.
Foto. Literalmente rotos, a la vuelta, en el aeropuerto de Douala
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