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Tema 4 “El fin del Antiguo Régimen. Liberalismo y nacionalismo”
Como pudiste ver en el
tema anterior, a lo largo del
siglo XVIII se iniciaron
una serie de cambios
económicos y políticos a
partir de movimientos
culturales como la
Ilustración o la revolución
científica del siglo XVII. En
este tema hablaremos de
las consecuencias de estos
cambios (el primero de
ellos, la Revolución
francesa). Pero antes
empezaremos por definir
conceptos muy importantes
para comprender el tema.
Liberalismo
El liberalismo (tanto político como económico) apareció en Inglaterra en el siglo XVIII
como una ideología basada en la libertad de la ciudadanía, y en unos derechos y libertades
que el Estado debe garantizar. Estas ideas parten del autor John Locke, y desde
Inglaterra estas ideas pasaron a Francia y a través de los autores ilustrados se difundieron
por toda Europa. Sus principios básicos son:
- Soberanía nacional y libertad para elegir unos representantes (adscritos a partidos
políticos) a través del sufragio (voto)
- Separación de poderes en el poder ejecutivo (Gobierno, ejecuta las leyes), legislativo
(Parlamento, sede de la soberanía nacional donde se elaboran las leyes) y judicial
(tribunales de justicia)
- Constituciones como leyes supremas que regulan el funcionamiento de los Estados. La
primera Constitución escrita de la Historia se redactó en EEUU (1787)
- Derecho de propiedad, libertad del individuo para poder tener tierras, fábricas o
cualquier tipo de bienes, así como poder venderlos o comprar otros; economía de libre
mercado en la que el Estado no interviene en la economía sino que cada individuo tiene plena
libertad para comerciar, poner salarios, contratar mano de obra, etc.
Nacionalismo
El nacionalismo va a tener su origen en la Ilustración como idea cultural; esa idea expresa la
libertad del individuo para defender su cultura, su lengua, su religión, etc. El gran auge del
nacionalismo tendrá su empuje definitivo a partir de inicios del siglo XIX y la política
expansionista de Napoleón, cuando los territorios conquistados reivindican su cultura,
lengua, costumbres, etc. y poco a poco se pasará de los grandes imperios a la fragmentación
en Estados-nación más pequeños.
Por lo tanto, podemos decir que el nacionalismo es la ideología política que defiende el
derecho de las naciones a ejercer su soberanía y a crear su propio Estado.
Un Estado es una organización social, política y económica soberana (es decir, tiene
autoridad política propia) formada por un conjunto de instituciones que tiene el poder de
regular la vida de un determinado territorio nacional
En cambio, una nación es una comunidad humana que posee ciertos componentes culturales
comunes (idioma, religión, folklore, pasado, etc.) y que, como hemos dicho, aspira a formar
un Estado.
Dentro del nacionalismo podemos distinguir dos tipos: el nacionalismo excluyente, en el que
un territorio quiere separarse de un país más grande (p. ej. Grecia del Imperio turco en
1820) o aglutinador, en el que varios territorios quieren unirse y formar un solo Estado (p.
ej. Italia y Alemania en 1870)
Causas de la Revolución francesa
A finales del siglo XVIII, la situación política, económica y social en Francia pasaba por
momentos muy delicados en los años anteriores a la revolución (1787-1788) debido a:
- Una economía de base agraria en la que las tierras estaban en manos de grandes
terratenientes (especialmente de la nobleza y el clero). Estos terratenientes invertían en
pocas mejoras técnicas, especialmente en el sur del país. La situación empeoró en 1787-
1788, cuando comenzó una época de malas cosechas y llegó el hambre, la enfermedad, la
muerte…
- Un rey absolutista (Luis XVI) cada vez más alejado de problemas de la ciudadanía,
recluido en su palacio y considerado incapaz de solucionar los problemas de la ciudadanía
- Gran influencia de la Ilustración, cuyos autores
difunden entre el Tercer Estado (especialmente
comerciantes, banqueros, gente con dinero,…)
ideas unidas al liberalismo como la división de
poderes (Montesquieu), el contrato social
(Rousseau), la soberanía nacional, etc.
- Grave crisis financiera debido a los altos costes
del Estado, la participación en la Guerra de
Independencia de EEUU,… La fiscalidad existente
era incapaz de adaptarse a las demandas de los
nuevos tiempos. Un ejemplo era que los
privilegiados no pagaban impuestos y se negaban a
cambios que les perjudicaran.
Los orígenes de la Revolución Francesa
Como hemos visto, en los años previos a la revolución la Hacienda Real fue incapaz de
acometer la crisis económica que afectaba al país (1776-1789) debido a la oposición del
estamento privilegiado.
Aún así, ministros de Hacienda como Turgot buscaron reformas económicas drásticas para
solucionar la crisis que afectaban a la sociedad estamental, como establecer impuestos
para los estamentos privilegiados. Su negativa supuso la dimisión del ministro en 1776.
En 1787-1788 la crisis se agudizó y se produjo una de sucesión de ministros de Hacienda
(Calonne, Lomenie de Brienne, Necker) que recomendaban crear impuestos y que los
privilegiados, pero la Asamblea de Notables (órgano de nobles elegidos por el rey que le
daban consejo) se negó siempre, y los ministros dimitían. A esta hecho hay que añadir malas
cosechas, que hubiera especuladores con el precio del trigo, que la industria estuviera en
crisis por falta de demanda de productos…
En 1789 la situación en las calles empezaba a ser insostenible así que el rey acepta
convocar los Estados Generales (asamblea estamental que representaba a la nobleza, al
clero y al tercer estado y que no se convocaba desde 1614) a petición de los nobles
Convocatoria de los Estados Generales (1789)
En mayo de 1789 por fin se convocaron los Estados Generales en medio de un clima político
muy inestable. Como ejemplo está el hecho de que se recogieron los “cuadernos de quejas”
(cuadernos que recogían los temas que la sociedad creía que había que tratar en los Estados
Generales, 60.000 peticiones en total) o el folleto del abate Siéyes (“¿Qué es el tercer
Estado?”) que pedía más flexibilidad a la nobleza para llegar a una solución y evitar mayores
disturbios.
Una vez convocados los
Estados Generales se
generaron problemas
por la forma de votar,
si por cabeza (como
pedía el tercer estado)
o por estamento
(según la nobleza y
clero); a la vez el
tercer estado
reclamaba mayor
representación política
y que las discusiones fueran en común con los otros estamentos.
Estas peticiones obtuvieron la negativa del rey así que los miembros del tercer estado
abandonaron la reunión y se reunieron en otra sala aparte y se organizaron en Asamblea
Nacional Constituyente con la idea de redactar una Constitución.
La Asamblea Nacional y sus prolegómenos
Mientras tanto, el 14 de julio de 1789 estalló la Revolución francesa con la toma de la
Bastilla (castillo que servía de cárcel a presos políticos) tras enfrentamientos entre
defensores de la fortaleza y la población.
Durante el verano se desató ”el gran miedo”, que fue una insurrección que se desarrolló en
el campo: los campesinos piden el fin de los derechos señoriales, dejaron de pagar
impuestos a los señores y asaltaron sus castillos por miedo a represalias.
Asamblea Nacional Constituyente
Tras los conflictos en la Bastilla, el rey reconoce a la Asamblea Nacional Constituyente
para ver si paraban las revueltas. De este modo, en agosto de 1789, se inaugura la primera
sesión de la Asamblea en la
que se aprobaron medidas
importantes en diferentes
sesiones:
- Abolición del sistema feudal,
lo que significa el fin del pago
de tasas señoriales (p. ej. uso
del molino para hacer pan),
diezmos (impuesto de la
Iglesia de un 10% de la
producción), monopolios
señoriales, derechos de caza y
pesca, etc.
- Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano que tiene influencia de la de EEUU,
aunque ampliando derechos naturales (libertad, felicidad, igualdad jurídica); este texto
también recoge el derecho a la propiedad privada, así como libertad política, económica y
de pensamiento
- Se aprueban medidas laicas como la expropiación de bienes de la iglesia, la disolución de
órdenes monásticas, y la constitución civil del clero (1790, establece que el clero ahora
está sostenido por el Estado y sujeto a sus leyes)
- Se lleva a cabo una nueva organización territorial del país en departamentos (provincias) y
comunas (ayuntamientos)
Se redacta la Constitución de 1791 que recoge como ideas principales: soberanía nacional
representada en la Asamblea Nacional, separación de poderes y sufragio censitario
(sufragio o voto establecido a partir de una renta (censo) determinada: solo las personas
que llegan a esa renta pueden votar.
Asamblea Legislativa (1791-1792)
Una vez que se redactó la Constitución de 1791, la Asamblea Nacional pasa a ser una
Asamblea Legislativa de diversas facciones o grupos políticos en las que destaca el sector
moderado y monárquico
La labor de esta Asamblea fue muy difícil debido a:
- Profundo sentimiento popular antimonárquico debido al intento de huida de Luis XVI y
María Antonieta, sin éxito
- Crisis económica prolongada debido a turbulencias políticas, lo que provocaba una gran
falta de alimentos
- Potencias europeas listas a enfrentarse a la Francia revolucionaria para evitar
“contagios”. Así, estalla una guerra entre el Gobierno revolucionario y Austria y Prusia en
1792
Convención (1792-1795)
La revolución se radicaliza tras asalto a las Tullerías (1792), en la que el rey es detenido y
depuesto del trono a la vez que se proclama la república. Se abre el periodo de la
Convención en la que van a destacar tres grandes grupos:
- Girondinos, de carácter moderado
- Jacobinos o montañeses, más radicales y partidarios de una república democrática y de
alianza con los sans-culottes (pueblo)
- Llanura, burgueses moderados defensores del derecho de propiedad y de cambios
tranquilos
Convención girondina
(1792-1793)
En este momento la
lucha es cada vez más
radicalizada entre
girondinos y
jacobinos: el rey es
ejecutado (1793) y las
monarquías europeas se ponen en alerta.
Siguen las guerras entre la Francia revolucionaria (Convención) y las monarquías europeas:
Reino Unido, Provincias Unidas, España
La situación interna cada vez es más revuelta: se desata la revuelta promonárquica de La
Vendée (noroeste de Francia); se establecen medidas represivas contra los “enemigos” de
la revolución (especialmente girondinos), las posturas se radicalizan y se acaba imponiendo
la Convención montañesa
Convención montañesa (1793-1794)
La Convención montañesa o jacobina fue una época de
terror y autoritarismo por parte del partido jacobino,
liderado por Robespierre. Este partido estableció un
férreo control de la población (especialmente a nivel
político), con la excusa de amenazas interiores y
exteriores. Esto, en la práctica, suponía censura,
torturas a los adversarios políticos, exilios,… Es la época
que se llamó “gran terror”.
Como aspectos destacados de este periodo se produjo
una ampliación de la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano; se proclamó la soberanía
popular (todos los hombres mayores de 25 años tienen
derecho a voto) ya que Robespierre se apoyaba mucho en
los sans-culottes (clases bajas) y se admitió el derecho
a la insurrección si un gobierno no actúa de forma
adecuada.
Por último se llevaron a cabo reformas como la
supresión del culto (ya no hay misas, p. ej.), se elabora
un nuevo calendario calendario republicano y se redactó la Constitución non nata (no se
llegó a aplicar) de 1793.
Convención termidoriana (1794-1795)
Con la muerte de Robespierre y sus seguidores más cercanos en 1794, la Convención opta
por una República de tipo conservador y censitario (votos a partir de una renta
determinada): los sans-culottes quedan fuera de la vida política y se vuelve al ideal
revolucionario burgués de 1789, que por ejemplo defiende una liberalización de la economía
pero sin cambios sociales que les perjudiquen.
En este momento se redacta la Constitución de 1795, que apoyaría un “gobierno de los
mejores”, es decir, de la burguesía propietaria
Directorio (1795-1799)
Fue un periodo de inestabilidad, con constantes recursos a la fuerza y a los golpes de
Estado. El más importante fue el golpe de Estado de brumario (noviembre de 1799) en el
que Napoleón se hace con el poder.
Consulado (1800-1804)
Se abre una nueva etapa de una Monarquía apoyada en una nueva aristocracia con las ideas
liberales de 1789. Este nuevo monarca, Napoleón, fue nombrado cónsul único y vitalicio
desde 1802. Como características claves de este periodo destacan:
- Defensa de la libertad e igualdad civil de la ciudadanía (pero no entre hombres y mujeres)
- Abolición del régimen feudal y propiedad libre de la tierra
- Catolicismo como religión mayoritaria
- Política de fin de guerras y paces con Europa: Austria (1801), Reino Unido (1802)
- Concordato con la Santa Sede (1801), lo que suponía la defensa del clero y su sustento a
cargo del Estado, la
protección de los
Estados Pontificios de
invasiones extranjeras.
Imperio (1804-1815)
En 1804 Napoleón se
corona emperador, y
para darse más
importancia se
considera heredero y
recuperador de la antigua Roma.
Durante su gobierno como emperador Napoleón fusiona ideas revolucionarias (libertad,
igualdad, fraternidad; orden jurídico adaptado, como el Código Napoleónico de 1804) con
tradicionales como la monarquía.
Para fortalecer el apoyo a su idea imperial Napoleón va a estimular el nacionalismo como
base de una nueva sociedad. De este modo la expansión de Francia hacia el exterior va a
ser una manera de difundir nuevos valores, como el de una Europa unida en los nuevos
valores liberales (difundidos a través de las diversas guerras napoleónicas).
Sin
embargo, va
a existir
una
reacción
europea
contra
Napoleón y
sus ideas;
así, en
1805 se va
a producir
la primera
coalición
antifrances
a, formada
por Reino
Unido, Austria y Rusia. La respuesta de Napoleón a esta coalición fue un bloqueo
continental al Reino Unido para aislarle (1806). Este bloqueo terminó fracasando porque
hubo países que no quisieron seguirlo.
Junto a este bloqueo Napoleón llevó a cabo una actividad bélica constante, lo que se
tradujo en victorias contra Austria, Prusia y Rusia, de manera que estos Estados se
conviertieron en aliados de Francia, y se convirtieron en “Estados satélites” (Estados
gobernados por gente afín a Napoleón)
La actividad bélica del emperador también le llevó a derrotas contra el Reino Unido
(Trafalgar, 1805), España (Guerra de la Independencia, 1808-1814) y Rusia (1812), lo que
debilitaron su posición poco a poco hasta que en 1814 las tropas aliadas entran en París y
Napoleón se retira a la isla de Elba (Italia). Luis XVIII sube al trono como nuevo rey de
Francia.
En 1815 se instauró el “Imperio de los cien días”, en el que Napoleón volvió del exilio de
Elba y organiza de nuevo un ejército. Este ejército fue derrotado en Waterloo y destierro
definitivo a la isla de Santa Elena (donde muere en 1821).
La Restauración (1815-1848)
Este periodo que se abre después de la caída de Napoléon se llama así porque se restauran
las viejas monarquías absolutas con el fin de volver a la época anterior a la Revolución
francesa. Es, por tanto, una época de vuelta a la ideología del Antiguo Régimen, como era la
defensa de la desigualdad social, la unión Iglesia-Estado, y la negación de la soberanía
nacional.
Sin embargo, fue un intento condenado al fracaso debido a la gran difusión de las ideas
liberales (soberanía nacional, declaraciones de derechos, liberalismo económico, etc.).
Congreso de Viena
(1814-1815)
En esta reunión se
restableció el
equilibrio entre las
potencias europeas a
partir del primer
ministro austriaco
Metternich, de ideas
conservadoras y
contrarias al
liberalismo
En el Congreso de
Viena se llevó a cabo
el diseño de un nuevo
mapa político de
Europa: nace la Confederación Germánica, Prusia y Rusia aumentan sus territorios, aparece
el reino de los Países Bajos (Provincias Unidas y Bélgica) y Francia vuelve a las fronteras de
1790.
En esta reunión nacieron la Santa Alianza (Austria, Prusia y Rusia), que evolucionó hacia la
Cuádruple Alianza (1815, Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña) y la Quíntuple Alianza en
1818, con Francia. Estas asociaciones tienen como base la defensa y el mantenimiento del
absolutismo frente a las nuevas ideas liberales (incluso por la fuerza si es necesario).
Revoluciones de 1820
Frente a la vuelta de las monarquías absolutistas aparecieron revoluciones contrarias a
esto; estas revoluciones tenían ideales liberales y nacionalistas. En estos movimientos
revolucionarios tuvo gran importancia del Ejército para apoyar o rechazar un levantamiento
de este tipo.
Las revoluciones de 1820 se desarrollaron en varios focos:
- España, a partir del pronunciamiento (golpe de Estado de tipo militar) del comandante
Riego: comenzó el Trienio Liberal (1820-1823)
- Portugal, Nápoles: se dan movimientos liberales que toman como modelo la Constitución
española de 1812 (“la Pepa”), pero fracasaron.
Revoluciones de 1830
En 1830 comenzó una segunda oleada revolucionaria, que tuvo más apoyo popular y de clases
medias (burguesía) que en 1820. Este ciclo revolucionario fue especialmente destacado en
Francia (julio de 1830, “Tres Gloriosas Jornadas”) en las que se derrocó al rey absolutista
Carlos X y llegó al trono el rey liberal
Luis Felipe de Orleans.
El otro país que tuvo una revolución
fue Polonia, que inició movimiento
nacionalista que quería la
independencia del país (ocupado por
Rusia); las protestas fracasaron y los
polacos sufrieron una dura represión
del zar.
Revoluciones de 1848
En estas revoluciones aparecen ideales democráticos (sufragio universal, soberanía popular,
igualdad social), apoyadas por clases trabajadoras.
En Francia cayó la monarquía de Luis Felipe de Orleans y se instauró la II República, de
carácter democrático; eso supuso mayores libertades para la ciudadanía (expresión, prensa,
asociación, no esclavitud ni pena de muerte), derechos laborales... Poco a poco la II
República derivó hacia posturas conservadoras y Luis Napoleón Bonaparte instauró el II
Imperio.
En el Imperio Austriaco hubo numerosos levantamientos de tipo liberal (p. ej. Viena) y
nacionalistas (Hungría, Bohemia, Italia, Confederación Germánica,...); estos levantamientos
fracasaron aunque estas ideas quedaron en la población y terminarán difundiéndose con el
tiempo.
Movimientos nacionalistas
Junto a las revoluciones liberales hubo movimientos nacionalistas que, en algunos casos,
favorecieron la aparición de nuevos Estados, bien porque se separaron de otros países
(Grecia del Imperio Turco en 1820 o Bélgica de Holanda en 1830), o bien porque se unen
territorios, como fue el caso de Italia y Alemania.
Italia
Italia, desde la Edad Media,
estaba dividida en diversos
Estados: Estados Pontificios,
Reino de las Dos Sicilias,
posesiones austriacas,
Piamonte (que era el territorio
interesado en la unificación)
En 1859 Cavour (jefe de
Gobierno del Piamonte) inicia la
insurrección contra Austria,
que dominaba parte del norte
de Italia; a la vez, un
movimiento popular paralelo
era dirigido por Garibaldi,
quien unifica el centro y sur de
Italia. En 1861, se instituye un Parlamento italiano que reconoce rey de Italia a Víctor
Manuel II.
En 1866 los Estados italianos se enfrentan y ganan a Austria, que abandona gran parte de
sus posesiones en el norte. Finalmente en 1870 los Estados Pontificios se unen a Italia y se
acaba la unificación.
Alemania
A principios siglo XIX el territorio alemán estaba fragmentado en multitud de pequeños
Estados independientes y gobernados teóricamente por el emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico. En 1805 este Imperio desaparece y uno de esos territorios, Prusia
toma la iniciativa de intentar unificar el país.
En 1834 por interés prusiano se potencia una unión aduanera (Zollverein) para que el
comercio fuera más fluido, y no hubiera que pagar tasas cada vez que se cruzaba una
frontera En 1848 el Parlamento de Frankfurt pretendió crear una monarquía unificada
(Alemania), pero
fracasó por ser
ideas liberales, y
el rey de Prusia
era muy
conservador.
En 1861 Guillermo
I llega al trono
de Prusia y Otto
von Bismarck
canciller (primer
ministro);
comienza la fase
final de la unificación: guerras en 1864 (Dinamarca), 1866 (Austria) y 1870 (Francia), que
terminaron con la unificación alemana en 1871 y la institución del II Reich.
La cultura en la época de las revoluciones
Romanticismo
El Romanticismo fue el gran movimiento cultural de la época
de las revoluciones liberales y se caracterizó por:
- Reivindicar un espíritu de rebeldía, de libertad del artista
frente a las reglas establecidas
- Exaltar los sentimientos y la pasión frente a la racionalidad
ilustrada para elaborar sus obras
- Tener una actitud positiva y afectiva ante la
Naturaleza
- Identificar el Arte como símbolo nacional,
especialmente la Edad Media (raíz de pueblos y
lenguas)
- Utilizar el desarrollo científico basado en la fe
en el progreso y la pérdida de influencia religiosa (p. ej. Darwin y el “Origen de las
especies”)
Ejercicios
1. Señala las características principales del liberalismo político
2. Explica los tipos de nacionalismo que se desarrollaron en el siglo XIX
3. Define las principales causas de la Revolución Francesa
4. Explica qué influencia tuvo la Ilustración en la Revolución francesa
5. Señala las fases de la Revolución Francesa con sus fechas
6. Explica el periodo de la Convención y sus fases
7. Define los siguientes términos: sans-culottes, jacobinos, Restauración, Estado
satélite, pronunciamiento, nacionalismo, Estado, Santa Alianza
8. ¿En qué se basó Napoleón para expandir su imperio?
9. ¿Qué fue el bloqueo continental? ¿Por qué fracasó?
10. ¿Qué fue el Congreso de Viena?
11. Explica los acontecimientos de las revoluciones de 1830
12. Define las características más importantes del Romanticismo
13. Completa el siguiente cuadro:
Agentes y factores Italia Alemania
Estado que dirige la
unificación
Qué dificultades hay
en la unificación
Fases de la
unificación
Principales conflictos
bélicos
Monarca y primer
ministro
Fecha de la
unificación definitiva
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