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TESINA CRIMINOLOGIA
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ESCUELA DE CIENCIAS CRIMINALÍSTICAS
DIPLOMADO EN GESTION DE SEGURIDAD PRIVADA
“CRIMINOLOGÍA, EL DELITO, EL DELINCUENTE
Y SU CONTROL SOCIAL”
Proyecto de Tesina del Diplomado en
Gestión de Seguridad Privada
Alumno: CLAUDIO GUNTHER TAPIA
Viña del Mar, 2009
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PROYECTO DE TESINA DIPLOMADO GESTION EN
SEGURIDAD PRIVADA
TITULO: Criminología, el delito, el delincuente y su Control Social
OBJETIVO GENERAL: La presente Tesina de Grado junto con perseguir
como objetivo el cumplir un requisito por sus autores para optar al grado de
Diplomado Gestión en Seguridad Privada, pretende entregar en forma simple,
conocimientos básicos y normas generales de la Criminología en Chile.
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
A. La delincuencia que afecta a los Guardias de Seguridad Privada
B.- La Criminología, su concepto, su historia, su sistema y distintas teorías
C.- En Chile, la prevención, control y la prevención social del delito
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: El presente estudio no pretende
otra cosa que al observar el acontecer en los últimos años, vemos el aumento de la
participación juvenil en la comisión de delitos, situación que nos impulsa a tratar de
hacer un análisis de la realidad en que vivimos, contexto y comportamientos que
acompañan el desarrollo de estas conductas.
TIPO DE INVESTIGACIÓN: En el marco teórico será consultada entre
diferentes autores de textos criminológicos y Docentes de nuestra propia Universidad
y en el marco referencial será aquel que nos otorga el diario vivir en las instalaciones
en las cuales prestamos servicios de Seguridad Privada.
JUSTIFICACIÓN: Confirmar que la criminología aporta un conjunto de
conocimientos verificables, comprobables por el método y las técnicas, que se trata
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de una ciencia empírica (basada en la observación) e interdisciplinaria y relacionarla
con la actividad diaria y operativa de la Seguridad Privada.
ALUMNOS : Claudio Ariel Gunther Tapia
Santiago, Abril del 2009.
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DESARROLLO Página
I .- ÍNDICE……………………………….…………………………. 04
II .-INTRODUCCIÓN…………………...……………………….… 05
III.-PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……………………..... 07
IV.-OBJETIVOS GENERALES……………………………………. 22
V .-OBJETIVOS ESPECIFÍCOS………………………….……….. 25
VI .-MARCO TEÓRICO……………………………….…………… 27
VII.-MARCO METODOLÓGICO…………………………….…… 30
(TIPO DE INVESTIGACIÓN, HIPÓTESIS PLANTEADA)
VIII.-ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS…….... 32
IX.-CONCLUSIONES…………………………………………….…. 38
X .-PROPOSICIONES…………………………………...………… 41
XI.-BIBLIOGRAFÍA……………………………………….………………… 57
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II .-INTRODUCCION
La delincuencia no es un fenómeno espontáneo. Siempre existen factores que la
causan o la desencadenan. La exacerbación delictiva puede considerarse como la
expresión de un serio y complicado malestar social con repercusiones en la ley penal.
En todos los países del mundo y en todas las épocas de la historia ha habido
crímenes,de hecho una sociedad sana desde el punto de vista de la criminología,
ineludiblemente presenta tasas de criminalidad. La delincuencia es una conducta
exclusivamente humana que no se observa en otros seres vivos, en los que la agresión
se limita a la necesaria para alimentarse y defender a la especie y el territorio.
En las grandes ciudades del mundo las tasas de delincuencia han aumentado en
forma drástica; la violencia juvenil es un fenómeno corriente y cada vez más de
ciudadanos, especialmente mujeres y ancianos, se sienten inseguros.
¿Cómo se puede explicar este panorama tan sombrío? Hay dos factores que
contribuyen principalmente a esta situación. En primer lugar, no nos dimos cuenta a
tiempo de las limitaciones de la justicia penal tradicional (la policía, los tribunales, las
cárceles) para responder a la delincuencia. En segundo lugar, prestamos un apoyo
mínimo a las medidas preventivas que tienen por objeto reducir la cantidad de
víctimas y de delincuentes atacando las causas subyacentes de la delincuencia y la
inseguridad.
Cada vez hay más consenso con respecto a que la seguridad pública tiene una gran
influencia en la calidad de vida y en el desarrollo económico y social de las
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comunidades. Personas de todos los sectores de la sociedad, incluidos los más pobres
de los centros urbanos, están exigiendo más seguridad pública. La seguridad pública
se debería considerar un bien público, que todas las instituciones y la sociedad civil
en general deberían instituir y promover. Ya no puede dejarse en manos exclusivas de
la policía y del sistema de justicia. Para prevenir el delito será necesario formar una
nueva alianza urbana con todos los interesados directos.
La labor de seguridad privada, es una labor tan compleja, la cual cada vez ha ido
ganando terreno, en el ámbito laboral, generando empleos, en las diferentes empresas,
y convirtiéndose en un oficio o profesión, legalmente establecido para quienes
estamos involucrados totalmente, y vivemos de la seguridad privada. Por lo
que al mismo tiempo nos exige cada día, estar más y mejor preparados para poder
enfrentar con éxito, cualquier tipo de situaciones delincuenciales.
Es por lo cual el autor de este material, tratará de exponer aquí algunos de los
principales conceptos básicos, los cuales van enfocados principalmente a quienes
desempeñan labores y funciones, en el área de seguridad privada. Labor que se le
podría dificultar al no tener los conocimientos básicos necesarios en ciertos aspectos
fundamentales, que se le pudiesen presentar, durante el desempeño de sus funciones,
y actividades.
Tengamos en cuenta que la delincuencia, de todo tipo, cada vez está más
evolucionada, y ha rebasado todos los ámbitos territoriales, incluso a nuestras
autoridades, ya sean estatales, municipales, regionales y hasta policiales; por lo que
nuestra área de seguridad privada, no esta descartada.
Aun todavía hay personas, dentro del ámbito laboral, y social, que desconocen por
completo nuestras principales funciones, y actividades de seguridad y vigilancia.
Los cuales hasta se atreven a degradar, y repudiar este oficio de la seguridad dándole
hasta el concepto de flojera, o simplemente una labor sin valor alguno.
Que lástima, por estas personas equivocadas, al juzgar de tal manera a tan importante
labor, como es la seguridad privada.
Esperamos que este material, sea de la mayor utilidad a quienes lo llegaran a necesitar
, el cual fue creado, con el sano propósito, y finalidad de dar a conocer algunos de los
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fundamentos básicos en cuanto a seguridad privada y ciudadana, a su vez, tratando de
entender a la sociedad como ve el problema delincuencial en Chile.
III.-PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
La delincuencia forma parte integrante de nuestra sociedad y la mayor parte de los
delincuentes se comportan en lo esencial como el resto de la población. Una
consecuencia de esto es que la forma que adopte la existencia cotidiana, es decir, la
sociedad en que vivimos todos nosotros, será la que más influya en el desarrollo y
pautas de la delincuencia. La tarea de la lucha preventiva contra las causas y las
condiciones de la delincuencia y de los comportamientos socialmente indeseables
compete a todas las instituciones sociales.
La amplitud y la distribución de la delincuencia en una zona dependen en gran
medida del tipo de personas que residen o la frecuentan; lo que podríamos denominar
genéricamente "usuarios". En un medio rural, las personas que frecuentan una zona
son a menudo las mismas que la habitan, pero en un medio urbano el número de
personas que frecuentan una zona es mucho mayor que el número de habitantes. Por
"usuarios" se entiende, pues, además de los habitantes, a las personas que trabajan en
una ciudad sin residir en ella. A esas personas hay que añadir en tanto que personas
que frecuentan una zona, a los turistas nacionales y extranjeros, así como a los
"amantes de las distracciones", es decir, quienes se desplazan desde zonas periféricas
de la ciudad en busca de distracción.
Existen determinados tipos de ciudades que tienen más "usuarios" que otras, por
ejemplo, las capitales, las ciudades industriales, las ciudades turísticas y las capitales
regionales. Para comprender los problemas de delincuencia y de inseguridad de las
diferentes ciudades o regiones, hay que hacerse una idea clara, no solo del número de
habitantes, sino también de quiénes son sus usuarios. Ello reviste una importancia
decisiva cuando se trata de evaluar las diferentes intervenciones posibles.
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Las explicaciones relativas a las causas de la delincuencia buscan su origen en teorías
que se basan en el individuo, en las circunstancias que le rodean, o en una
combinación de ambos tipos de elementos. Sin embargo, las diferencias de orden
cultural no son suficientemente importantes para poder esperar que las causas
"individuales" varíen en gran medida.
Cuando se estudia la delincuencia en las ciudades hay que tener en cuenta el aspecto
urbanístico. Las estructuras socioeconómicas pueden explicar igualmente la
existencia de diferencias dentro de una ciudad o de una región dada. Conviene
también examinar la función de la ciudad en la región, por ejemplo, como lugar de
trabajo, lugar de aprendizaje, lugar de distracción, etc.
Las grandes aglomeraciones urbanas constituyen un excelente campo de acción para
la delincuencia, tanto si se trata de procurarse bienes que tengan un valor comercial
como de encontrar salidas para venderlos. En una gran ciudad pueden encontrarse
muchas viviendas, muchos automóviles, muchos visitantes y muchas empresas. Hay
un flujo constante de personas y de acontecimientos. El ciudadano es más anónimo
para su entorno que en las zonas rurales.
La ciudad es también, hablando en sentido figurado, un buen "centro de
reclutamiento" para la delincuencia. Existe una amplia categoría de personas
marginales que, por diversas razones, toman el camino de la ciudad. Los inmigrantes
ilegales pueden vivir con mayor anonimato, ya que en una localidad rural es más fácil
que sean descubiertos al igual que aquellos que se dedican a actividades delictivas.
Aunque en criminología existen diversas teorías, el enfoque de la teoría de la
actividad rutinaria, afirma que son tres los elementos que influyen en la génesis del
acto delictivo:
- un individuo con tendencias delictivas,
- objetos interesantes para un acto delictivo,
- ausencia de protección suficiente.
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El acto criminal se produce cuando un individuo inclinado a la delincuencia entra en
contacto con un objeto interesante para un acto delictivo que carece de la protección
suficiente.
Prevenir la delincuencia implica actuar sobre cualquiera de los elementos
mencionados. Una prevención eficaz de la delincuencia no supone que se pueda o que
se deba eliminar la totalidad de dichos elementos.
El volumen y la forma que adopta la delincuencia vienen dados por la estructura de la
población. Los grupos presentes en determinadas zonas serán más propensos a la
delincuencia, mientras que en otras otros grupos tenderán a denunciar los delitos o
estarán expuestos en mayor grado a convertirse en víctimas de la delincuencia
El comportamiento delictivo comienza a menudo en los primeros años de la
adolescencia con pequeños hurtos y asaltos. En gran medida, esta delincuencia es de
carácter ocasional, es decir, que rara vez es premeditada y que puede surgir del deseo
de divertirse con los amigos. La mayoría de los jóvenes no pasa de ahí, pero algunos
van más allá y cometen delitos más graves. Del porcentaje relativamente numeroso de
los delincuentes ocasionales se destaca el porcentaje reducido de los que serán
reincidentes. Estos a menudo han pertenecido a bandas y, a través de un proceso de
socialización, se han habituado a un modo de vida criminal.
Un grupo muy reducido de delincuentes es responsable de una gran parte de delitos.
Esto es así, especialmente, en delitos tales como las violencias y robos con fuerza en
las cosas en los que se distingue un núcleo de reincidentes múltiples cuyas
actividades delictivas no guardan proporción con el número de individuos que los
componen. Los delincuentes que pertenecen a esta categoría son en general bien
conocidos por los servicios sociales y las fuerzas del orden desde su infancia. La
manera más eficaz de prevenir el gran número de delitos cometidos por estas
personas es impedir que este tipo de delincuencia consiga adeptos.
Cuanto más se permita perpetuar este tipo de conductas delictivas, más difícil será
frenarlas mediante medidas sociales o de intervención con fines preventivos. Por ello,
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resulta decisivo impedir lo antes posible que los niños y adolescentes se dejen atraer
por la delincuencia grave. Para impedir que las normas de las bandas sustituyan a las
de la sociedad es importante romper esas bandas tan pronto como sea posible. La
sociedad debe reaccionar contra estas conductas erróneas en una fase precoz.
La inseguridad se transforma en nudo político de la mayor relevancia.
La ciudadanía la reconoce como la mayor fuente de preocupación colectiva, incluso
por encima de los, siempre presentes, problemas económicos con su carga de
desempleo y miseria. Antes que los desvelos por la mejora en las condiciones de
existencia, en un contexto en donde a todas luces la pobreza se agiganta, la gente se
siente interpelada por la amenaza sobre su vida y su patrimonio.
Mientras tanto el Estado, en la otra orilla, hace del tema un lema de su intervención
pública. Los políticos la encuadran en el centro de sus campañas electorales, en tanto
que las administraciones inyectan grandes presupuestos en la renovación de sus
aparatos de represión y control. La legitimidad pasa ahora por ahí, por la capacidad
de la gestión política para contener el crimen y aminorar su presencia.
Palabras clave: Inseguridad. Desempleo y miseria. Terror y control social. Joven y
actividad criminal. Pandillaje y sicariato. Victimización.
Terror y control social
El pánico recorre la ciudad. La gente experimenta la amenaza creciente de un crimen
que acecha en la puerta de la casa o a la vuelta de la esquina. Lo afirman las encuestas
de victimización. La población se siente intimidada por la posibilidad de convertirse
en víctima de alguna de las variadas formas de criminalidad. No importa la condición
social. El miedo se extiende con mayor fuerza entre los sectores populares.
Ante el hecho, la ciudadanía toma la iniciativa, constituye entidades encaminadas
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a denunciar el crimen y a presionar una acción eficaz por parte del Estado y al no
obtener una respuesta oportuna, ello puede derivar en que la sociedad pueda llegar a
tomar la justicia en sus manos deslegitimando a las instituciones o al mismo Estado y
sus organos. La vida privada se atiborra de sistemas de seguridad, mientras el
ciudadano común se vale de estrategias a la mano como mantenerse recluido en el
recinto seguro de su casa. El terror recorre la ciudad. La inseguridad se transforma en
nudo político de la mayor relevancia.
La legitimidad pasa por la capacidad de la gestión política para contener el crimen y
aminorar su presencia.
No obstante, la multiplicidad de indicios, se recomiéndenla sensatez, frente a la
oleada de pánico que se apodera de la conciencia ciudadana de la ciudad. Frente a un
universo mediático empeñado en estimular sin más la sensación de inseguridad, las
evidencias dan cuenta de realidades más complejas en marcha. En contravía de la
extendida idea de un crimen incontrolado, los datos muestran que no todos los
indicadores se han disparado: la violencia es el mejor ejemplo.
Para comenzar, a lo largo de las dos últimas décadas, la curva de homicidios tiene un
comportamiento sin ascensos sorpresivos.
Igual, el homicidio no toma como escenario exclusivo y preferente la ciudad; la
violencia crítica toma cuerpo, ante todo, en la vereda campesina y rural. Y para
completar, los jóvenes, de quienes nos ocuparemos en extenso en estas páginas, no
son los más destacados protagonistas de la criminalidad y la violencia. El crimen está
presente, no cabe duda. Es un dilema esencial del mundo actual y la sociedad tiene
razones para sentirse preocupada. Empero, cuando la inseguridad se convierte en el
principal y más destacado problema ciudadano, es preciso mirar con detenimiento lo
que allí está en juego. El lugar del crimen proviene hoy, no de su crecimiento
ilimitado y sin cauce, sino de su estratégico papel en mediaciones esenciales de la
reproducción social. Penetra procesos económicos y políticos, pero también la esfera
cultural, como bien lo ponen en escena las pandillas y las bandas. Entonces, si el
crimen no lo devora todo, el pánico que cunde aquí y allá debe ser visto como un
privilegiado mecanismo de dominación social: ante la fractura de los vínculos, la
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deriva de los símbolos y la degradación del poder, agenciadas en esta era de mutación
neoliberal, el terror se erige en sustituto del lazo social perdido.
El estigma
La consideración de la actividad criminal del joven reviste la mayor importancia.
Finalmente, lo joven se constituyó, por derecho, en una categoría de la criminalidad,
y las investigaciones académicas y las políticas públicas le incluyen como un capítulo
obligado de sus análisis y estrategias. Parece entonces que ser joven y ser violento, de
un tiempo para acá, vienen a ser una misma y única cosa. Se les asocia no sólo en el
acto sangriento, se les funde también en el hecho criminal. Abundan los protagonistas
de la ilegalidad, no cabe duda; el narcotráfico y el crimen organizado lo testifican. En
medio de ellos, sin embargo, la juventud no pierde su lugar: se le contempla como
encarnación de la inseguridad urbana, ese perturbador pero firme sentimiento que
recorre hoy la ciudad. Tal conversión del joven en delincuente potencial no es un
simple sesgo ideológico o partidista, es una imagen con potente realidad.. Nada que
objetar. En Latinoamérica cobra particular fuerza la formación de grupos extremistas,
como “ vigilantes vengadores “ que toman la justicia en sus manos al no recibir
protección por parte del Estado, hasta el grado en que varios países adoptan la
macabra práctica de asesinar muchachos con quienes mantiene algún conflicto. Ahí
está la sombra negra en Centroamérica y las operaciones de limpieza en Colombia,
los escuadrones de la muerte en Brasil y los cruentos enfrentamientos con la policía
en Venezuela. La creencia se extiende y en las políticas públicas del continente, se
afirma «que los jóvenes son el epicentro de casi todos los episodios de violencia
existente (tanto en su calidad de víctimas como en su calidad de victimarios). La
juventud mutó en operador semántico del crimen. El estigma se perfila, cargado de
consecuencias. No puede ser de otro modo en la era donde la inseguridad asciende a
la urgencia más sentida entre la población. Lo joven gana su puesto junto al
terrorismo, el tráfico de narcóticos y la corrupción, sentado en el panteón de los
demonios de la criminalidad contemporánea.
La pregunta obliga, ¿el estigma se sostiene?
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La evidencia :
Antes de entrar en materia, unas palabras en torno a la estadística en que se basa la
argumentación. Pensar el crimen, hoy día, resulta difícil sin el concurso de la
información numérica. Los tropiezos surgen de inmediato, su ramificación en
variadas esferas de la vida colectiva, tanto como su condición ilegal, hacen de su
registro estadístico una tarea espinosa y difícil. La situación, de por sí compleja, se
agrava más en Chile, un país donde, por principio, se desconfía de los reportes
oficiales. Abundan las razones. No sólo falta sistematización en el registro de los
datos, tanto en el consenso sobre las categorías de recolección como en la
periodicidad de los mismos; sino además es de todos conocida la abierta
manipulación política de la información. El poder institucional se reserva la potestad
de determinar el monto y la naturaleza de los hechos que serán de dominio público,
mientras un perverso sistema de distribución de las asignaciones presupuestales
produce el falseamiento de los datos. Chile está lejos de un sistema de información de
dominio público, objeto de controversia a partir de registros fiables y consistentes,
una condición esencial de la apuesta democrática. Sin embargo, la dificultad de la
situación no puede llevar, sin más, al desconocimiento de la masa de información
producida en el país. En primer término, no se pueden colocar en el mismo saco todos
los delitos. Mientras resulta engorroso ocultar el homicidio, puesto que existe de por
medio la evidencia de un cadáver, no se sabe la dimensión precisa del atraco
callejero, puesto que se denuncia con dificultad. La diferencia, que obliga a
discriminar entre delitos, lleva al segundo elemento. Las fuentes no son homogéneas
y, por tanto, no se les puede mirar con una sola lupa. En Chile existen cuatro series de
información en el tema. Las denuncias ante la PDI, reportadas por las regiones; el
Ministerio Público, con sus datos seguridad ciudadana sobre procuración de justicia,
incluyendo información sobre las averiguaciones previas y las sentencias; la
Secretaría de Salud y las estadísticas vitales, con registros de delitos contra la vida, en
especial homicidios y lesiones personales; y, por último, las encuestas de
victimización, sondeos entre la opinión pública en torno a la experiencia de la
criminalidad.
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La primera, las denuncias ante la PDI, reciben todo el peso de la manipulación
institucional. Sus reportes hacen parte de la intermediación política entre las Regiones
y el Gobierno central, de manera que sus registros resultan poco fiables. Sirven
apenas como punto de referencia. En cambio, las dos siguientes no enfrentan una
presión similar, sus dificultades vienen antes de su esfera de acción. El aparato de
justicia enfrenta el desafío de su recortada capacidad de acción frente al crimen. Se
calcula que tan sólo se denuncia el 25 por 100 de los delitos cometidos, de los cuales
sólo un 18.2 por 100 concluye con investigación satisfactoria: sus datos son bastante
reducidos frente a la magnitud real de la criminalidad. Entretanto, por las clínicas de
la Secretaría de Salud no pasa la totalidad de los homicidios perpetrados, sus reportes
son un tanto bajos. Finalmente, las encuestas de victimización son un esfuerzo
privado, ajeno a los intereses políticos y estatales, sus limitaciones nacen más bien de
las condiciones de aplicación de sus cuestionarios. Cada serie acusa su precariedad,
en el caso de las denuncias francamente decisivas, en el caso de las otras tres,
relativas y ponderables. La posible imagen del crimen exige el empleo de toda suerte
de estrategias de contrastación de la información. En este contexto, abordaremos la
conexión entre el crimen y la generación joven, acudiendo a la información
disponible en tres tipos de delitos: contra la vida, contra el patrimonio y contra la
salud –donde se rastréa la actividad de narcotráfico. Puesto que, tanto en la Secretaría
de Salud como en el Ministerio Público, se desglosa la edad, la mirada de cada uno de
estos delitos arroja una panorámica del desempeño cumplido por los ciclos
generacionales iniciados a los quince años, ese momento en que arranca la juventud a
título pleno. Nuestro tratamiento comparativo se realizó mediante el recurso a cuatro
procedimientos.
En primer lugar, se procesan las tasas, esto es, la proporción del número de delitos de
cada edad respecto a su población. Tal la estrategia para realizar comparaciones de
poblaciones dispares, como es el caso de la edad. Después, se calcula el porcentaje de
diferencia, en relación con la media general. El dato arroja una medida de la distancia
que guarda cada edad con respecto al valor promedio. En tercer lugar, se establecen
unos niveles de calificación de los porcentajes, considerando los grados de dispersión
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de los datos: como los delitos contra la vida se agrupan con bastante proximidad, se
fijó el punto crítico de 20 por 100 para los valores medios (entre 20 y –20 por 100),
incrementando de allí hacia los lados un 30 por 100. Por último se buscó, en todos los
casos, armar series temporales de la mayor longitud posible: nada más la visión de la
duración media posibilita una afirmación certera sobre el comportamiento de las
generaciones. Hace falta sólo una precisión, los criterios de edad empleados.
Limitándonos a las edades entre los 15 y los 45 años, en el intento de comparar
jóvenes y adultos, se establecieron tres categorías de edad. La Edad 1 segmenta cada
cinco años, posibilitando una mirada fina de los distintos cortes de edad. La Edad 2
establece tres rangos, cada uno de 10 años: JOVEN de 15 a 24; ADULTO JOVEN de
25 a 34; ADULTO de 35 a 44.
Finalmente, la Edad 3 divide en dos rangos, jóvenes de 15 a 29 y adultos de 30 a 44.
Entre la 2 y la 3 nos resulta más conveniente la primera porque define de manera más
estricta unos límites de edad, resistiéndose a extensiones desmedidas; de modo
distinto, la Edad 3 es laxa, se empleó para evitar que la discusión contra el estigma
puesto sobre el joven se «liquidara» con un mero establecimiento de fronteras
estadísticas. Además, diversas entidades nacionales e internacionales entienden lo
joven como el período de vida acotado entre los 12 y los 29 años.
Delitos contra la vida:
Los delitos contra la vida incluyen una variada gama de actos, donde se ve lesionada
la integridad física de una persona. El código penal los desglosa en 35 tipos, entre los
que cuentan el homicidio, el aborto, el suicidio, las lesiones, la tortura, el maltrato a
menores, la omisión de ayuda, el abandono y la violencia intrafamiliar, cada uno
abierto, a su vez, en diversas modalidades. Para efectos de nuestro cometido, nos
centraremos en los homicidios y las lesiones personales no fatales.
En primer término el homicidio, el mejor indicador de la actividad criminal no sólo
porque su registro se acerca con mucho a la realidad, sino porque su ejecución supone
el límite donde se pretende clausurar el conflicto, vulnerando el sagrado principio de
la vida. Durante la década de los años noventa, la tasa de homicidio nacional ha
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venido bajando de manera sostenida: en 1992 tuvo un valor de 17, en 2002 de 1031.
Empero, en la perspectiva comparada, tanto con Latinoamérica como con el resto del
mundo, la violencia en Chile no deja de ser alarmante
La información sobre las causas de muerte lo confirma. A nivel nacional, el
homicidio intencional se mantiene estable. El cuadro se agrava una vez se desagregan
las edades. En los mismos tres años, los jóvenes de 15 a 24 años tienen en el
homicidio su principal y primera causa de muerte. No son los únicos, sin embargo, es
también la causa número uno entre los adultos jóvenes y la segunda entre los adultos.
En el período por excelencia productivo, el que fluye entre los 15 y los 45 años, el
homicidio se convierte en la primera o segunda causa de fallecimiento desde hace un
cuarto de siglo. ( no se incluyen la accidentabilidad, tabaquismo y enfermedades )
El dato es indicativo, introduce una imagen inicial de la situación en marcha; con
todo, es apenas una tendencia global. Los datos de la Secretaría de Salud arrojan una
imagen de la condición generacional de las víctimas del homicidio, según lo revela la
comparación de sus tasas promedio, entre los años de 1980 y 2000. En la Edad 1,
destaca la baja participación de los jóvenes menores de 20 años: son los únicos
ubicados en el rango Bajo. De ahí en adelante, todos caen en el rango Medio, con
valores entre 20 y –20 por 100. Por cierto, los jóvenes ubicados entre 20 y 24 años
tienen una tasa igual a los mayores de 40: los valores más altos están entre los 25 y
los 39 años. En particular, la violencia hace sus víctimas de los 20 años en adelante.
Se sostiene entonces, la idea de muchachos violentos a edades cada vez más
tempranas,. Pululan experiencias complejas que les enrolan bien pronto, como las
bandas, de las que hablaremos más adelante.
Víctimas: Ministerio Público:
A propósito del homicidio, en particular de los victimarios. Las golpizas encuentran
su mayor recurrencia entre los 21 y los 25 y luego entre los 26 y los 30, La Edad 3,
por su parte, coloca a las dos edades en los puntos medios, aunque a los jóvenes de 15
a 29 con un indicador arriba de la media, mientras los adultos de 30 a 45 con uno
abajo El resultado es consistente con el arrojado por los victimarios, jóvenes y adultos
comparten el ejercicio de la violencia. Los delitos contra la vida sostienen el
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pretendido protagonismo de los jóvenes en el ejercicio cruento. los grandes matan y
propinan golpizas con la misma intensidad de los jóvenes, en varias oportunidades,
incluso con intensidad mayor. El paisaje ofrecido por el conjunto de los delitos contra
la vida lo sanciona: las distintas edades permanecen en el rango medio. Es
indispensable dejar el punto claro: los jóvenes no son los furibundos ejecutores del
asesinato y la pelea, como lo hace creer el mendaz estigma que les ha colgado la era
de la inseguridad. Empero, ello no significa que no acudan a la fuerza en el intento de
reducir a su adversario. De los20 hasta los 45, se escala más todavía hasta el rango
Desbordado. Entre los 15 y los 44 años se cometen el 71 por 100 del total de
asesinatos ocurridos en Chile. En el contexto internacional: los jóvenes
sudamericanoss de 15 y los adultos de 30 a 44, desbordan la media mundial de las
mismas edades, entre los jóvenes en el rango de alto y entre los adultos, peor todavía,
en el rango de Muy Alto.
Un protagonismo violento:
Entonces, si la delincuencia se convierte en usanza entre personas que van de los 16 a
los 40 años, ¿qué guarda el imaginario que hace del joven el emblema de la
inseguridad?
En mayor proporción que los jóvenes los adultos mayores de 18 años son asesinados,
lesionan y son golpeados, consumen y distribuyen drogas Diremos, pues, que el
estigma se crea, no en relación a la magnitud de la participación de los jóvenes, sino
más bien en conexión con la forma en como lo hacen. Ciertamente, en Latinoamérica,
a partir de la década de los años ochenta, ganan presencia diversos escenarios de
conflicto donde los jóvenes aparecen como intérpretes estelares. Las cuadrillas de
pandilleros, entregados de día entero a la esquina, hostigando la zona y perturbando la
convivencia; el muchacho sicario, dispuesto a cumplir su tarea de muerte a cambio de
una paga; las barras de hinchas embravecidos, empeñados en arrasar todo cuanto se
interponga en su camino; los porros, grupos de choque organizados por actores
políticos empeñados en deshacer la movilización y la protesta. Con la excepción del
último, una modalidad de larga trayectoria exclusiva de la pugna política chilena, los
tres restantes gozan de carreras desiguales en el continente. Uno y otro hacen su
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contribución a la configuración de la imaginería violenta, en particular el pandillero y
el sicario .
La pandilla cumple destacado papel. Hecha dueña de un territorio, sobre el que
impone una voluntad de hierro, introduce más de una turbulencia en la convivencia.
Siguiendo la impronta del desanclaje y la universalización de los esquemas de
identidad, se desparrama por el globo entero, ocupando la colonia popular de la
nación pobre, pero también el suburbio del país industrializado. Así es, pese a
enormes diferencias, y no dejan de germinar en África y Latinoamérica tanto como en
Europa y Estados Unidos.
De la mano de su extensión planetaria, se convierte en una forma de habitar la
ciudad. Chile no se exime de su presencia. Bajo el nombre de jóvenes banda, tuvieron
su primera explosión hacia la segunda mitad de los años setenta, experimentando su
gran desarrollo durante la siguiente década.
Tiempo atrás circularon algunos de sus antecedentes. No obstante, será en los ochenta
cuando proliferarán en la calle de la ciudad, combinando la potestad territorial y el
distanciamiento de los flujos de la vida corriente. De ese entonces para acá, sus
aristas componentes se han venido endureciendo, inflamadas por la progresiva
difusión de la criminalidad en el escenario local. La primera joven banda, de alguna
manera animada por la contestación, se transforma en la banda actual, conectada al
crimen organizado, entregada al consumo sostenido y presta a desatar una violencia
sin miramientos. La afluencia de jóvenes por la pandilla es inobjetable. El caso de
Colombia, donde en zonas populares de dos ciudades viven 58 pandillas, con
formadas en un 90 por 100 por muchachos menores de 25 años. En Chile,los jóvenes
sin embargo, siguen manteniendo la primacía: casi dos de cada tres están por debajo
de los 25 años, el 40 por 100 es menor de 20 y una buena proporción no cumplen ni
siquiera los 16 (el 14 por 100). El pandillero intimida, su exceso alimenta la imagen
del joven catalizador de la inseguridad. Vive sumergido en un tiempo paralelo, sus
ciclos de actividad marchan por fuera de los horarios socialmente establecidos:
desisten de las aulas escolares, desprecian el oficio estable y suelen quebrar los
modos de relación con la familia. El pandillero arquetípico es un joven arrimado de
día entero a la esquina. Además, las prácticas conflictivas de consumir droga, robar y
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violentar, sin las que la pandilla pierde su fisonomía, trituran las inervaciones del
orden colectivo: el «viaje» del consumo renuncia a la razón y su voluntad
disciplinante, el robo desdice de la propiedad privada y el trabajo como vía al
disfrute, la violencia pone en suspenso el sagrado derecho a la integridad. Su centro
de referencia es entonces el barrio, por lo general un puñado de cuadras, territorio
donde ejerce soberanía plena. Desde esas condiciones, la pandilla hace estallar un
conflicto, su proliferación lanza un ácido desafío al proyecto cultural de la ciudad.
Parados frente a un tejido urbano que ofrece exclusión nada más, multitud de jóvenes
de las barriadas populares hacen de la marginación un estilo de vida. No una
marginación cualquiera, una fractura ciega con la vida corriente y sus usos, con la ley
y la norma instituida.
El sicario hace una contribución similar.
El espectacularismo de los sicarios colombianos quedó atrás, enterrado en la segunda
mitad de los años ochenta, cuando la mafia local negoció con el Gobierno poniendo
término a las famosas «oficinas», los lugares de reclutamiento del más cruel y
sofisticado sicariaje. Desde ese entonces, la práctica continúa en Colombia incluso en
Chile, por supuesto, no tan cercana a la arena pública sino más bien ligada a la
«tramitación» de toda suerte de situaciones en lo local: la deuda no pagada, el padre
con la afrenta de una hija violada, el acoso sostenido de un pandillero. se extiende el
ajusticiamiento privado, mediante el arreglo con un mercenario. En el curso de tres
años, entre 2000 y 2002, la prensa reportó innumerables noticias de homicidios
ligados al narcotráfico. En múltiples casos, el perfil del asesinato habla de cobros de
cuentas entre el crimen organizado, ejecutado por escuadrones que ultiman con un
tiro de gracia en la cabeza; en otros, el homicidio se perpetra mediante la acción
fulminante de un sicario, contratado a cambio de una paga, cuyo monto varía en
función de la jerarquía de la víctima. A cuenta de la elevada impunidad de tales
acontecimientos, sólo en contadas oportunidades se establece la identidad de los
victimarios.
Nada cierto se puede decir entonces sobre sus edades. A lo sumo, a veces se habla de
adultos, otras de jóvenes y unas más de una mezcla de unos y otros. El sicario de
Amores Perros, película en donde interviene la trata con un experimentado asesino,
20
no es un energúmeno joven de las pandillas que aparecen en la primera historia, sino
un veterano y frustrado hombre de edad. En los dos casos, los elementos en juego son
más que complejos. El pandillero se para en el afuera y asedia la convivencia; el
sicario lo congela todo, arrancando por el valor canónico de la vida. Es cierto, los
jóvenes ingresan a los escenarios de conflicto, haciendo su propia apuesta; la
preocupación por su lugar dentro del ejercicio criminal y violento está de antemano
legitimada. Empero, una realidad bien distinta asoma detrás de la estigmatización y el
señalamiento, pues, como mostramos, la actitud delincuencial de los jóvenes no se
diferencia del comportamiento criminal de los adultos.
Unos y otros delinquen, a veces más unos, a veces más otros, en oportunidades
mediante experiencias donde destaca el joven –la pandilla y el sicariato las de mayor
peso, en ocasiones mediante dispositivos dominados por los mayores.
El pánico:
Ante la masa de datos, el estigma, insostenible, se revela como una macabra tentativa
de domesticar el pánico que cunde en la ciudad. Las expresiones conflictivas de los
jóvenes desempeñan un importante papel en la construcción de tal agenciamiento
social. Como nadie más lo hace, la pandilla y el sicariato representan al joven por
fuera de toda normativa: permanecen ajenos a las valoraciones que forjan el denso
tejido de la vida, intoxicados de la disposición a imponer su extravío por la violencia.
Es cierto, el pandillero y el sicario encarnan uno de los nudos más complejos de la
sociedad contemporánea; La identidad entre inseguridad y joven criminal convierte la
dolencia estructural de la sociedad en mera naturaleza, en simple accidente provocado
por la droga, la inmadurez y el desatino. En realidad, la raíz es otra, anida en otra
parte. Lo joven es uno de sus lenguajes, una más de sus expresiones, que se torna más
visible. El problema es una sociedad que no haya el camino para incorporar a sus
nuevas generaciones.
El mal comportamiento juvenil, que el pandillero y el sicario llevan al extremo, no es
sino la traducción de una honda crisis que conmueve a la sociedad en su conjunto,
una sociedad donde se desdibujaron las coordenadas del vínculo con el otro, se
deshicieron las marcas para narrar la identidad y se confundieron los resortes que
21
sostienen la dominación. Si el muchacho prescinde de su trámite por las mediaciones
colectivas –de la escuela a la iglesia, pasando por la organización local, lo hace en
resonancia con un mundo donde se deslíe el vínculo social, desde la organización
política hasta el estado-nación. Si el joven abomina de la valoración y el significado,
lo hace en conexión con la deriva simbólica imperante, acicate de un orden donde no
existe proyecto ni sentido posible diferente al apetito del mercado. Si las nuevas
generaciones abusan del poder y desatan una cruenta violencia, lo hacen como vivo
reflejo de una economía que extravió su nexo con la sociedad –como lo practica la
imposición neoliberal, dinamitando la conexión que debiera mantener el poder y el
futuro colectivo, lo hace en ausencia del control parental y el deber de los padres de
inculcarles valores.
En el centro de la crisis anida la criminalidad, convertida en factor de
rentabilidad de una economía que no logra salir de la crisis, pero también en
eslabón de la reproducción de la ilegalidad en la vida cotidiana. Del orden
internacional a la calle de la ciudad –y en tantos lados a la vereda rural, se
tienden correas fluidas, elaboradas con el material duro del dinero y el deseo. Lo
muestra el conflicto ocasionado por la economía de la droga en el nivel
internacional, tanto como el amargo conflicto desatado por el consumo y las
mafias locales en el barrio popular, que encuentran su semillero en los jóvenes
que no cuentan con oportunidades ni un control efectivo de sus padres o
familiares encargados de su cuidado, quienes muchas veces optan por la opción
más cómoda, la permisibilidad.
Las pandillas son un buen ejemplo.
La sociedad que estigmatiza al joven, en realidad, no es sino aquella colectividad
impedida para reconocer la honda crisis que la atraviesa y el papel de catalizador que
desempeña la gramática criminal. A cambio se limita a buscar chivos expiatorios, una
manera de mitigar el pánico y la soledad. El lugar de la criminalidad en la sociedad
contemporánea surge, no de su incremento desbordado, sino de su ingreso a la tramas
de la cultura, convertido en posible estilo de vida. Empero lo que tiene de cierto, la
criminalidad proviene, no de unos desquiciados jóvenes que perdieron toda
referencia, sino de la invasión del crimen al tejido social,
22
incorporando por igual sus diversas edades.
IV.-OBJETIVOS GENERALES
En lo que respecta a las actividades relacionadas con la seguridad, tanto a nivel
nacional, regional, local y en Europa, a escala de la Unión, conviene señalar que
puede existir una diferencia entre seguridad objetiva y sensación de seguridad y el
modo en que se refleja en los medios de comunicación.
La sensación de seguridad no puede medirse de modo objetivo. Las experiencias
vividas por una persona, su situación vital personal y el tipo de interacción que elige
tener con su entorno influyen en la sensación de seguridad. Reviste una gran
importancia que los habitantes puedan identificarse con su ciudad.
En varias ciudades se trata de operar sobre los datos relativos a la inseguridad, y no
solamente sobre la delincuencia. Se ha podido constatar una discrepancia
considerable entre esos datos en relación con determinadas situaciones en las que la
gente experimenta una sensación de inseguridad y a la inversa. Ha quedado
demostrado en algunos estudios nacionales que las personas menos expuestas a la
delincuencia son aquellas que se inquietan más de verse eventualmente afectadas por
ella, y los que ya lo han sido, experimentan un incremento notable en su temor..
Prevenir la sensación de inseguridad es algo completamente distinto que prevenir la
delincuencia. Se trabaja también sobre la necesidad que existe en el ser humano de
sentir que puede confiar en las instancias encargadas de asegurar y de hacer que se
23
perciba la seguridad. Una reacción negativa de esas instancias respecto al ciudadano
contribuye a dañar gravemente el sentimiento de comodidad y de confianza. Existen
ejemplos de cursos de formación en este ámbito destinados al personal de la policía.
Estructuralmente, la delincuencia visible y los desórdenes públicos son las
modalidades que más afectan a la percepción de la seguridad. Los delitos y
desórdenes públicos que son visibles en el contexto urbano y afectan aparentemente a
una minoría de una manera aleatoria -por ejemplo, las agresiones sexuales, las
agresiones con robo a personas en la vía pública- son fenómenos criminales que
influyen fuertemente en la sensación de seguridad. Incluso los ruidos, gritos y
actitudes agresivas y amenazantes, así como los asaltos influyen negativamente en la
sensación de seguridad.
Los delitos "invisibles" (como la violencia doméstica) y los delitos respecto a los
cuales una persona puede controlar el riesgo que corre (la violencia entre personas
que se conocen) rara vez se perciben como algo amenazador para la comunidad. Este
hecho resulta paradójico puesto que este tipo de delitos (en especial, la violencia
doméstica), a pesar de su invisibilidad y de la falta de conocimiento por parte de la
comunidad, representan un gran problema social.
Una de las razones de que se perciba la seguridad de este modo es quizá el hecho de
que, para los medios de comunicación, por ejemplo, la violencia absurda y aleatoria
de la calle tiene más interés, desde el punto de vista informativo, que las tragedias
ordinarias que se producen en las familias. Cuando los medios tratan de una manera
repetida un determinado tipo de delincuencia, tienden a exagerar el riesgo de
encontrarse con comportamientos criminales. El tratamiento que den los medios a
esas noticias puede afectar a la sensación de seguridad de tal manera que la
percepción no corresponda al riesgo de seguridad objetivo. Los medios de
comunicación no sólo describen la realidad, sino que tratan también de mostrar en
qué clima social se producen. Pero al hacerlo, influyen en el contexto que tratan de
describir. De este modo la prensa en todas sus formas contribuye a la vez sobre el
modo en que se presentan los hechos e influye en el contexto social.
24
En la sensación de seguridad e inquietud repercuten también otros factores aparte de
la delincuencia. Es evidente que todas las instituciones sociales influyen también en
la percepción fundamental de la seguridad por parte del individuo. El hecho de saber
que cuando se ha sufrido la humillación que implica siempre un acto delictivo se
puede obtener una reparación económica o moral repercute en el sentimiento de la
propia seguridad. El saber que el culpable será juzgado por su acto criminal puede
tener un efecto terapéutico para la víctima y, de ese modo, atenuar posteriormente la
inquietud. Una compensación financiera ayudará a la víctima a seguir adelante con
más facilidad impidiendo que se suma en la inquietud. El acceso rápido y seguro a
una asistencia y a cuidados profesionales y apropiados cuando se ha sido víctima de
un acto delictivo, reviste también una gran importancia en relación con la sensación
fundamental de seguridad. Del mismo modo, es importante procurar que cuando se
hayan producido daños, asaltos o actos de vandalismo, por ejemplo, se limpien las
pintadas dejadas en las paredes y se reparen los cristales rotos. Esto es importante
para el sentimiento de seguridad de las personas. A contrario censu, cuando el sistema
judicial falla o es particularmente blando y permisivo con el delincuente; cuando el
parlamento crea o modifica leyes penales y de procedimiento que favorecen al
delincuente otorgandole oportunidades de “eludir” el cumplimiento efectivo de una
sanción penal recluido en un recinto penitencieario, la sociedad advierte que los
esfuerzos desplegados por la Policia para atrapar a los delincuentes son en vano y por
consiguente el sistema entero constituye una burla para la victima y la sociedad, que
esta vez, son sujetos a una victimización secundaria por parte del estado que no
cumple efectivamente con su rol protector dy de administración de justicia.
Se ha podido constatar que la delincuencia organizada y transnacional influye menos
en la percepción de la seguridad que la delincuencia ordinaria que se produce en un
entorno inmediato.
En determinados casos, la percepción de inseguridad es falsa, dado que no existe un
riesgo proporcional de verse afectado por actos delictivos. El hecho de que el
ciudadano perciba una inseguridad representa algo negativo en nuestra sociedad, y
por ello conviene no pasar por alto este factor. Por tanto, en las intervenciones
25
destinadas a mejorar la seguridad de los ciudadanos, es importante tomar en
consideración el factor de la seguridad tal como es percibida.
V .-OBJETIVOS ESPECIFICOS
5.1.-Determinar cual es nuestra realidad y adoptar una actitud crítica respecto de las
causas que determinan la conducta delictiva.
5.2.-Tener un conocimiento general de la evolución histórica del concepto de
criminología y emitir pronunciamientos críticos a partir de las diferentes corrientes
criminológicas.
5.3.-Toma posición sobre la libre determinación de las personas en la comisión de las
conductas delictivas.
5.4.-Tener capacidad crítica para explicar las causas que motivan las conductas
desviadas denominadas delitos.
5.5.-Identificar las causas de las conductas delictivas
5.6.-Comprender la génesis del comportamiento delictual
5.7.-Establecer una estadistica etárea del individuo delincuente para cada tipo de
delito en particular en que se verá expuesto un determinado sector, instalación o
grupo de personas.
5.8.-Definir protocolos de presentación a partir de los puntos de la genesis del
comportamiento delictual y de la situación estadistica antes señalada.
CARACTERÍSTICAS DE LA CRIMINOLOGÍA POSITIVISTA Y
LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CRIMINOLOGÍA CLÁSICA
Características de la criminología positivista.
Existe un mundo físico posible de ser conocido, es decir, el hombre puede enfrentarse
a ese mundo físico tratando de desentrañar sus relaciones causa - efecto.
26
Su fin principal es el de obtener una metodología que sea útil para desentrañar las
leyes que rigen el mundo físico.
El observador no está incluido en la realidad que va a conocer, es como si fuera algo
diferente a aquella realidad.
El positivista generaliza sobre eventos recurrentes, analizando varios hechos aislados
que se repiten en el tiempo y en el espacio.
El sujeto cognoscente esta fuera de la realidad, no se observa el mismo sino lo que
esta fuera de el.
La concepción que se tiene del mundo físico es aplicada a la vida social y es así como
trata de explicar los hechos sociales.
Ignora el contexto único en el que ocurren los eventos.
La Ciencia es absolutamente objetivada que el mundo es una realidad dada, que se
analiza como si el observador no perteneciera a esa realidad.
Características de la criminología clásica.
Esta cerrado a una parte de la realidad delictiva.
Estudia la Ley penal.
Modifica la ley penal.
DIFERENCIA ENTRE CRIMINOLOGÍA POSITIVISTA Y LA
CLÁSICA Y LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CRIMINOLOGÍA
CLÁSICA
La diferencia fundamental que existe es que la criminología positivista voltea
sus ojos hacia la realidad de los seres humanos, hacia quienes realizan los hechos y se
interesa por ellos para tratar de conocerlos, mientras que la criminología clásica esta
cerrada a una parte de la realidad delictiva circunscribiendo su objeto a una tarea
abstracta, lógico-deductiva, fundada en los hechos punibles descritos en los códigos
penales
27
Características de la criminología positivista.
Existe un mundo físico posible de ser conocido, es decir, el hombre puede enfrentarse
a ese mundo físico tratando de desentrañar sus relaciones causa - efecto.
Su fin principal es el de obtener una metodología que sea útil para desentrañar las
leyes que rigen el mundo físico.
El observador no está incluido en la realidad que va a conocer, es como si fuera algo
diferente a aquella realidad.
El positivista generaliza sobre eventos recurrentes, analizando varios hechos aislados
que se repiten en el tiempo y en el espacio.
El sujeto cognoscente esta fuera de la realidad, no se observa el mismo sino lo que
esta fuera de el.
La concepción que se tiene del mundo físico es aplicada a la vida social y es así como
trata de explicar los hechos sociales.
Ignora el contexto único en el que ocurren los eventos.
La ciencia es absolutamente objetivada que el mundo es una realidad dada, que se
analiza como si el observador no perteneciera a esa realidad.
Características de la criminología clásica.
Esta cerrado a una parte de la realidad delictiva.
Estudia la ley penal.
Modifica la ley penal.
VI.-MARCO TEORICO
La conducta del hombre, desde tiempos remotos ha sido objeto de diversos tipos de
estudio.
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Entre las diversas ciencias que han abordado este estudio se encuentran las ciencias
causal - explicativas, normativas y aplicativas, que provienen del mismo modo del
estudio de la naturaleza de la conducta humana
El desenvolvimiento humano y el origen del hecho humano son objeto de estudio de
la ciencia causal - explicativa y su limitación radica en su propio radio de estudio.
Los comportamientos que están basados o regulados en las normas legales, son los
que estudia la ciencia normativa; y su campo de estudio es menos amplio que el de la
ciencia causal-explicativa porque no pasan del marco normativo.
Tenemos que la criminología nos ayuda ha estudiar el delito, sin que esto signifique
que este sea de objeto exclusivo de estudio de la criminología.
La ciencia causal - explicativa trataría de explicar al delito en sus orígenes y
desarrollo dentro de la sociedad que lo produce;
La ciencia normativa estudiaría los modelos de comportamiento humano que la
ley describe como delito y todas las sanciones que se podrían aplicar para cada
comportamiento establecido y
la ciencia aplicativa se ocuparía en indagar las circunstancias tempero -
espaciales, instrumentales y personales en que se realizo el hecho punible
Así tenemos que la criminología es una ciencia causal - explicativa, el derecho penal
es una ciencia normativa y la criminalística es una ciencia aplicativa
El objeto preciso de estudio de la criminología para alguno de los autores modernos
es la criminalidad y no el delito. La distinción se radica en que la criminalidad es el
conjunto de todas las acciones u omisiones punibles dentro de un determinado ámbito
temporal y espacial, y el delito, el comportamiento punible de una determinada
persona...
La lucha contra el delito y la preocupación científica de éste fueron objetivos que las
ciencias normativas siempre persiguieron.
Desde la antigua Grecia, ilustres filósofos dieron su opinión al respecto del problema
de los delincuentes y el castigo que a estos se le debieran de aplicar, entre ellos:
HESIODO, PITÁGORAS, HERÁCLITO, PROTÁGORAS, SÓCRATES, PLATÓN
Y ARISTÓTELES.
29
No existen experiencias sistematizadas de esa época, pues no existió un abordaje
científico del tema.
En la edad media se menciona, como quien sentó las bases de la filosofía del derecho
penal a TOMAS DE AQUINO principalmente a través de la escolástica
En la edad moderna, existe un fuerte estimulo de la ilustración, no obstante sólo en el
siglo XIX, con verdadera intensidad, los fenómenos reales comenzaran a ser
investigados. Estos fenómenos abarcaban tanto el plano físico y psíquico que están en
conexión con el delito
El movimiento de ilustración tuvo su mejores exponentes en la obra del jurista
milanés CESARE BECCARIA, Tratado de los delitos y las penas, 1764.
MOREL, que anticipo en sus elucubraciones a Lombroso. Del mismo modo en
materia político - criminal, JEREMIAS BENTHAM, propuso reformas al sistema
legal y penal ingles, mientras su compañero de ciencia, HOWARD con su obra States
of Prisons in England and Wales de 1777, impulso a los movimientos de reformas.
(El Estado de las prisiones en Inglaterra y Gales).
Con posterioridad con el afianzamiento de la escuela positivista y la criminología
científica surge el primordial interés por el hombre e intentos por estudiarlo. Como
ejemplo de estos intentos tenemos a LAVAITER, con sus primeras publicaciones el
1775 de Fisonomía y los trabajos de GALL cuya obra principal apareció en 1882,
llamada Les fonctions du cerveau (Las funciones del cerebro). GALL es señalado
como el verdadero fundador de la antropología criminal, circunstancias de las que
anteriormente se ocupo la Frenología, (seudo-ciencia) que se aplicó en prisiones de
Francia. Ej. Lauvergne
Entre otras conclusiones de la frenología y antropología criminal, se sostenía que,
“El crimen era una determinada forma de degeneración hereditaria en el individuo o
incluso en su familia” MOREL.
Los cráneos de los criminales supuestamente tenían particularidades, y estas fueron
halladas por el neurólogo y patólogo BROCA. En 1869 se hizo investigaciones
sobre 464 cráneos de criminales por el estudioso de apellido WILSON, y el medico
30
de prisión escocés THOMSOM en 1870 publicó en el Journal of Mental Science el
resultado de sus observaciones sobre mas de 5,000 presos.
La tesis de la locura moral (Schwachsinn), fue publicada por PRICHARD en
1835. NICOLSON entre 1873 y 1875 publico sus trabajos sobre la vida psíquica
del criminal y su tendencia a la locura, imbecilidad y ausencia de sensibilidad.
Otros que proporcionaron fundamento para la doctrina que posteriormente
perfeccionaría LOMBROSO fueron obras como las de P. J. CABANIS,
PINEL, ESQUIROL, GRIESINGER, J. J. MOREAU de TOUR y sobre
todo, MOREL, quienes entre otros se ocuparon de los problemas de la psiquiatría
forense.
En Hispanoamérica, podemos mencionar a criminólogos como JOSE
INGENIEROS, puesto que fue el primero en Hispanoamérica adscrito la escuela
positivista...
Para una mejor comprensión de la criminología entraremos al estudio de las escuelas
jurídico penales, puesto que los conceptos puramente jurídicos van entrelazados con
los criminológicos y de allí se parte del análisis de los problemas normativos.
Para JIMENES DE ASUA, las escuelas jurídico penales son: " EL CUERPO
ORGANICO DE CONCEPCIONES CONTRAPUESTAS SOBRE LA
LEGITIMIDAD DEL DERECHO DE PENSAR SOBRE LA
NATURALEZA DEL DELITO Y SOBRE EL FIN DE LAS
SANCIONES ".
VII.-MARCO METODOLOGICO
(TIPO DE INVESTIGACION, HIPOTESIS PLANTEADA)
LOS TRES FANTASMAS DE LA CRIMINOLOGÍA
31
1. La Relatividad del delito: el tipo de organización social determina cuales son
los tipos de conducta que será considerada desviada y lo que es delito en un momento
y un lugar determinado. Tal como la moralidad, el delito es una entidad variable en el
tiempo y en el espacio.
Como ejemplo, tenemos que en Albania, hasta no hace mucho tiempo, mataban a las
jóvenes que se entregaban a un hombre sin haberse casado con él, pero qué, en
cambio, en la tribu de los Zuñís una muchacha esquiva se considera delincuente.
Entre los indígenas del noroeste de los Estados Unidos, el medio mas honroso de
adquirir privilegios era asesinando a quien los tenia. Y el derecho Judío considera
delito tener relaciones sexuales con mujer menstruante.
En la actualidad hay casos similares de variación: la tentativa de suicidio se castiga en
Inglaterra pero en Venezuela no. En otros países, como Japón, el suicidio puede ser
visto como algo positivo.
2. Las cifras negras o delincuencia oculta.
Este es un concepto muy importante para el cuestionamiento de la criminología
tradicional, que ha fundamentado sus investigaciones sobre la fuente de
conocimientos más relevante que esa criminología ha tenido sobre el fenómeno de la
delincuencia: las estadísticas.
Pero las estadísticas no son significativas por más de una razón: una multiplicación de
delitos en las estadísticas puede sólo significar una multiplicación de esfuerzos por
parte de la policía y una mayor eficacia de los tribunales, y no que la delincuencia
haya aumentado. Por eso se dice con razón, que " es la forma desenvuelta de abordar
la interpretación de datos lo que ha dispersado y perdido la criminología”.
3. Criminalidad Legal, Aparente y Real
- Criminalidad legal: es aquella que aparece registrada en las estadísticas
oficiales, la cuales generalmente, como sucede aqui en Chile, son estadísticas que
registran solamente aquellos casos que han sido sentenciados en forma
definitivamente firme.
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- Criminalidad aparente: seria toda aquella criminalidad que es conocida por
los órganos de control social. -la policía, los jueces, etc.-, aun cuando no aparezca
registrada en las estadísticas (porque no han recibido sentencia o porque se ha
desistido de la acción, o porque no se ha encontrado el autor.. Por múltiples razones
legales o de hecho. El proceso no ha proseguido su curso normal.
- La criminalidad real: es la cantidad de delitos que verdaderamente se
comete en un momento dado.
VIII.-ANALISIS E INTERPRETACION DE LOS DATOS
Pasan a un rígido plano, las consecuencias biológicas para centrarse en las
experiencias que tiene el individuo y por lo tanto para entender la criminalidad, hay
que ver la criminalidad que rodea la persona.
CHRISTIE, realizo un experimento para confirmar una hipótesis que se dio en
Noruega a final de la segunda guerra mundial. En 1942 se llevan a Noruega
prisioneros de distintas nacionalidades y los ponen en cárceles con carceleros
noruegos, más de la mitad murieron por causa del hambre y la tortura en menos de un
ano. Los torturaron porque entre el carcelero y los prisioneros no existía una relación
afectiva.
En 1952 CHRISTIE, hace una investigación sobre estos carceleros para determinar
su conducta, encontrando los resultados de:
a) En las características personales entre guardia torturador y no torturador no
existía gran diferencia.
b) Todos los guardias tenían características comunes a todo el resto de la
población en Noruega.
Las características del grupo de los prisioneros era:
33
a) El hambre extrema daba por resultado que cualquier cortada o herida despidiera
un mal olor.
b) Esto causaba alteraciones en la conducta, por lo que hacía que los carceleros
vieran a las prisioneros como personas de carácter no humano y por eso los
torturaban.
En conclusión tenemos la posibilidad de actuar con crueldad, sin considerarse
asesinos. Pero de esta consideración de que no había diferencia entre torturadores y
no torturadores se hizo el experimento en donde se intentó ver la obediencia a la
autoridad bajo la responsabilidad de otra persona, es decir muchas personas son
capaces de hacerle daño a otra, siempre y cuando ese daño no se defina como
prohibido, perjudicial o dañino.
En los años noventa, el crimen en Estados Unidos llegó a su punto máximo y luego
descendió para sorpresa de todos. Según los expertos, el descenso en la tasa de
criminalidad se debía a varios factores, entre otros mejor control de las armas en
manos de particulares, mejores políticas públicas y el auge económico.
TEORIA DE DONAHOU Y LEVITT
Las explicaciones no faltan, según estos autores. Un racuento sobre las explicaciones
aparecidas en los medios de comunicación muestra, entre las dominantes, a las
siguientes razones:
1) el cambio en las estrategias policíacas,
2) el aumento en el encarcelamiento,
3) cambios en los mercados de crack u otras drogas duras….
4) el envejecimiento de la población,
5) control de armas más duro,
6) la fortaleza de la economía y
7) el aumento del número de efectivos policiales son las razones más mencionadas en
ese orden
34
Levitt identifica seis causas usualmente citadas para explicar la reducción en el
crimen pero que, “en la práctica, no parecen haber sido importantes.” Empecemos por
una popular en todo el mundo: la fortaleza de la economía norteamericana que creció
casi el 30% entre 1991 y el año 2001.
La estimación típica – sostiene Levitt- es que 1% de aumento en la tasa de
desempleo da lugar a un aumento del 1% en los crímenes a la propiedad. El crimen
violento, en cambio, “no varía sistemáticamente con la tasa de desempleo”. Más aun,
el crimen en los EE.UU. aumentó mucho en los años sesenta cuando la economía
creció de manera robusta...
También descarta otra explicación popular: el envejecimiento de los baby boomers.
Como se sabe, las personas mayores cometen muchísimos menos crímenes que los
jóvenes. Sin embargo, hay dos fuerzas que contrapesan, en términos de crimen, el
efecto de la mayor edad.
Primero, el aumento de la población de color negro que “por razones que son sólo
parcialmente comprendidas tienen tasas más elevadas de victimización y delincuencia
con relación a otros estadounidenses.” Segundo, porque “el eco del baby boom está
llevando a un aumento transitorio en adolescentes y adultos jóvenes”, un grupo etario
de alta participación en el crimen. Por lo tanto, el impacto de la demografía
cambiante no es importante cuando se consideran los tres factores en conjunto.
Primero, sostiene, Giuliani se hizo cargo de la alcaldía en 1993 pero el crimen ya
había empezado a disminuir de manera importante en 1990. Con la excepción de la
tasa de homicidios, no hay ningún cambio en la tendencia descendente del crimen de
1993 en adelante
Además, el cambio en las estrategias policíacas tuvo lugar al mismo tiempo que
aumentaba sustancialmente el número de efectivos: en la década bajo estudio, la
policía de Nueva York creció 45% o tres veces más que el promedio nacional...
35
Luego Levitt se ocupa de los muy publicitados cambios en la estrategia policial que
puso en práctica el Alcalde Giuliani en Nueva York y otros, con menos prensa, que
tuvieron lugar en otras comunidades. Levita se muestra “escéptico” de que estos
factores sean significativos y se ocupa entonces del caso Nueva York.
Las propias estimaciones de Levitt sugieren que el aumento mayor en la cantidad de
policías alcanza para explicar la disminución en el crimen. No sería entonces la mano
dura sino la existencia de más manos, lo que explica la caída en los delitos
Levitt también refuta que el endurecimiento de las regulaciones para la compra de
un arma tenga algún impacto sobre todo por la existencia de un mercado negro para la
compra y venta de armas. El fracaso de estas regulaciones – ironiza Levitt – no
debería ser una sorpresa para los economistas.
Acaso el hecho de que se cuadruplicó el número de ejecuciones de criminales pueda
haber influido en la disminución en el crimen ?. El debate lleva ya tres décadas, dice
Levitt. Más importante, las ejecuciones tienen lugar ocasionalmente (478 en la
década en estudio) y con demoras, ¿por qué un criminal racional habría de tenerlas en
cuenta?
. Más aun, si los estudios que encuentran que la pena de muerte es efectiva y que
sostienen que cada ejecución previene 6 asesinatos fueron correctos entonces esto no
explicaría más que 1/25 de la disminución del crimen observada.
36
Entonces ¿cuáles son los factores que si explican la baja en el crimen? Primero, el
aumento del número de efectivos policiales que de acuerdo a las estimaciones de
Levita explica entre una quinta y una décima parte del menor crimen. Segundo, el
aumento de la población encarcelada que aumentó en casi un millón de personas en
los años noventa y que da cuenta de un tercio de la reducción en el delito.
El aborto reduce el delito. Esa afirmación —demostrada en primer lugar por John
Donohue, de la Facultad de Derecho de Yale, y Steven Levitt, de la Universidad
de Chicago, en un artículo académico en el año 2001.
Según esta autor, es mucho más probable que los hijos no deseados se transformen en
delincuentes en su vida posterior. El aborto, legalizado en todo Estados Unidos por el
fallo Roe contra Wade de la Suprema Corte en 1973, daría inicio al control de
embarazos e hijos no deseados
De tal modo, las tasas de aborto más elevadas registradas a partir de los años setenta
contribuyen a explicar porque disminuyeron las tasas del delito en los Estados Unidos
aproximadamente dos décadas más tarde.
Los asesinatos bajaron un 43% entre su pick de 1991 y el año 2001 “alcanzando su
nivel más bajo en 35 años” o 5.5 homicidios cada 100,000 residentes. Los delitos
violentos y contra la propiedad disminuyeron 34% y 29% respectivamente en el
mismo período.
1.- ¿Cómo? Pues resulta que hay muchas mujeres jóvenes, pobres e iletradas que se
embarazan, pero que no están preparadas para criar a los hijos de un embarazo no
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deseado. De nacer, estos niños vivirán en ambientes familiares muy adversos, lo cual,
a su vez, los hará más propensos a convertirse en criminales.
La legalización del aborto evita esto. De hecho, esta política pública condujo a que se
efectuaran más de un millón de abortos al año en el segundo lustro de los 70, de tal
forma que, para los 90, según los autores, muchos "criminales en potencia" ya no
entraron al mercado delictivo (porque nunca nacieron).
De hecho, esta política pública condujo a que se efectuaran más de un millón de
abortos al año en el segundo lustro de los 70, de tal forma que, para los 90, muchos
"criminales en potencia" ya no entraron al mercado delictivo (porque nunca
nacieron).
2 .- Con relación a la primera premisa, Levita sostiene que hay “evidencia bien clara”
para demostrar el impacto negativo de un ambiente hogareño adverso en la
criminalidad. En cuanto a la segunda premisa, la evidencia sugiere que la legalización
del aborto está asociada a una disminución en el 5% en los nacimientos que, a su
turno, es del doble para madres adolescentes de color negro.
Además, luego de la legalización del aborto disminuyeron “dramáticamente” el
número de adopciones y de infanticidios. Las investigaciones de Levita muestran que
aquellos estados que permitieron el aborto tres años antes que Roe vs. Wade
experimentaron una disminución en el crimen antes que el resto de la Nación
38
3.- Entre las correlaciones importantes hay que señalar que la edad pick para la
actividad criminal se ubica entre los 18 y los 24 años, que es el tiempo relativo en que
empezó a declinar la delincuencia, y que se presentaron tasas desproporcionadamente
altas de aborto entre madres pobres y con baja escolaridad, cuyos hijos califican con
probabilidad estadística para convertirse en delincuentes, así que el estudio también
enfatiza que el riesgo de criminalidad sigue siendo una de las consecuencias de la
inequidad social.
4.- Es necesario considerar que las adolescentes, las solteras y las mujeres pobres son
quienes más enfrentan embarazos no deseados y que las opciones de vida de quienes
nacen únicamente porque sus madres no pudieron abortar son relativamente opacadas
frente a los bebés que sí fueron deseados, y cuya probabilidad de ser delincuentes es
baja."
Obviamente el análisis parece ser aplicable sólo al caso de los EE.UU. pero es difícil
no pensar que hay lecciones que, con cuidado, no puedan deducirse para el caso
chileno. Por ello existe un estudio del profesor Jean Pierre Matus que aborda este
estudio desde la perspectiva chilena.
IX.-CONCLUSIONES
La policía desempeña un importante papel en las actividades tendentes a garantizar la
seguridad y la sensación de seguridad. Sin embargo, conviene no considerar estas
cuestiones como un problema puramente policial, sino como un problema de la
sociedad.
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Para crear sensación de seguridad en un vecindario, la policía ha de trabajar cerca de
los ciudadanos y aumentar su presencia, dejándose ver por la calle. Resulta también
ventajoso que la composición del personal de la policía refleje la diversidad de la
población.
La policía puede ejercer una acción tanto preventiva como represiva, pero es
necesario que, con objeto de lograr una mayor eficacia, otras autoridades y otras
entidades de la colectividad desempeñen también una acción con respecto a la
delincuencia. Entre los interlocutores que pueden colaborar con la policía de modo
significativo, cabe citar los servicios sociales, los centros escolares, las asociaciones
de empresarios, los habitantes de la zona considerada, las organizaciones de
voluntariado, etc. La cooperación y la colaboración entre estas instancias y colectivos
puede permitir llevar a cabo una acción vigorosa y eficaz de prevención de la
delincuencia.
En algunos países existen contratos de seguridad locales para una zona dada
concertados entre la policía, los tribunales, las autoridades educativas, las
organizaciones y los cargos electos con el fin de mejorar las labores de prevención de
la delincuencia y de aumentar la seguridad general.
Otros ejemplos son los grupos de consulta en los que participa la policía local y
representantes de la colectividad, y que obtienen muy buenos resultados gracias, entre
otras cosas, a que proporcionan informaciones a la policía, de tal manera que ésta se
halla en situación de investigar en los casos de delincuencia que, sin ello, le hubiera
resultado difícil esclarecer.
No sólo son las conductas delictivas las que crean inseguridad, los malos
comportamientos pueden contribuir también en grado máximo a crear ese
sentimiento. Si el control social desaparece, esos comportamientos pueden hacerse
más corrientes.
Incluso si los ciudadanos tienen derecho a estar y sentirse seguros, no hay que olvidar
por ello las obligaciones que les corresponden para lograr esa seguridad. El ciudadano
40
debe ser informado de las obligaciones que tiene para promover la solidaridad y la
seguridad en su vecindario. Para convertir la ciudad en un lugar humano donde vivir,
hay que favorecer la adopción de medidas destinadas a impedir la marginación de los
adolescentes y hay que luchar contra la discriminación en la sociedad y en la vida
laboral así como luchar contra las toxicomanías y la violencia en los centros
educativos. La población no puede seguir haciendo la vista gorda en cuestiones de
delincuencia y ante infracciones contra el orden público, sino que todos, en el marco
de sus posibilidades, deben contribuir a solucionar los problemas.
De este trabajo podemos concluir que la delincuencia es un gusano que carcome a la
sociedad. Hay tres parásitos que corroen nuestro país: la corrupción, la delincuencia,
y el abuso de poder.
Chile, nuestro país de paz, admirado por todo el mundo porque vivimos sin guerra,
tiene hoy en día una renta más: el gobierno. Los políticos corruptos que se dieron
cuenta que con el poder se llega al dinero, y deforman la realidad con promesas
falsas.
Sé que el tema de delincuencia pareciera no tener que ver con esto, pero sí tiene. Al
pueblo ver como sus esperanzas depositadas en un político, al cual admiraban y
dieron su voto de confianza, se ve desvanecido, se sienten engañados. Viendo que
grandes corruptos se enriquecen con los recursos económicos del estado, simulando
contratos, percibiendo asignaciones ilegales y toda suerte de maquinaciones
incompatibles con el servicio público, que en definitiva dan una mal ejemplo e
incentivan de cierta forma a que los gobernados se sientan con el igual derecho de
quebrantar la Ley..
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X .- PROPOSICIONES
¿Por qué prevenir? Es importante responder a esta pregunta por muchos motivos. A
continuación figuran algunas de las razones por las que conviene elegir la prevención
como herramienta básica para la reducción sostenida de la delincuencia, la violencia y
la inseguridad:
La aplicación de criterios preventivos requiere un riguroso análisis de las causas de la
delincuencia y la violencia y la aplicación de una serie de medidas muy eficaces para
reducir a corto y largo plazo la cantidad de víctimas y delincuentes. Esas medidas
son, entre otras:
Un diseño urbano más seguro (espacios públicos y sistemas de transporte público);
El apoyo a los niños, los jóvenes y las familias vulnerables;
El fomento de la responsabilidad y la creación de conciencia de la comunidad;
La capacitación y creación de empleos para los jóvenes de las zonas pobres;
La prestación de servicios de proximidad, especialmente de policía y de justicia;
La reinserción social de los delincuentes jóvenes; pero con un cumplimiento efectivo
de la penas aplicando restrictiva y especialmente los beneficios de la Ley 18.216.
La asistencia a las víctimas de delitos.
La eliminación de la facultad de otorgar indultos al Presidente de la república.
Los criterios preventivos alientan la aplicación de medidas multisectoriales y
concertadas en las que participan las municipalidades, la policía, el sistema de
justicia, los servicios sociales y de salud, los servicios de vivienda, el sector privado y
las organizaciones comunitarias, etc.
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Los resultados de los estudios longitudinales que se llevaron a cabo con grupos de
control durante muchos años coinciden en los importantes beneficios derivados de la
aplicación de criterios preventivos.
Los beneficios económicos derivados de la aplicación de medidas de prevención del
delito, comparados a los de las respuestas tradicionales, basadas en la aplicación de la
ley y el encarcelamiento. En algunos casos, los análisis en que se comparan estas dos
respuestas muestran una proporción de 1 a 6 a favor de la prevención del delito.
Los costos astronómicos que acarrean el delito y la violencia para los países, las
ciudades y la población. Según el Informe de Desarrollo Humano de 1994 publicado
por las Naciones Unidas, estos costos aproximan los 425.000 millones de dólares en
los Estados Unidos, es decir 4.000 dólares por familia por año. Los costos incluyen
los servicios de policía y las cárceles y los costos derivados de las muertes y
traumatismos, el deterioro económico y los daños a la propiedad.
La prevención promueve la solidaridad, la participación de los ciudadanos y las
prácticas de buena administración pública. Fortalece las instituciones democráticas y
fomenta una mayor responsabilidad de los servicios públicos antes los beneficiarios,
incluidos la policía y los sistemas de justicia
PROCEDIMIENTOS DE SEGURIDAD PRIVADA INTERNA.
1- Como manejar una situación, de riña o pleito, dentro de las instalaciones o centros
de trabajo, donde usted presta sus servicios, de seguridad privada.
Como se sabe en la mayoría de las empresas o centros de trabajo, este tipo de actos se
considera como delito grave hablando internamente, por lo que se investiga a fondo el
origen de tal acontecimiento, y por consecuencia algunos de los involucrados,
pudieran suspendérseles, de sus labores, y hasta dados de baja según sea el caso, y
dependiendo del resultado de la investigación. Seria el área administrativa de
Recursos Humanos, o la gerencia, quien se reserva siempre este derecho.
2- Deberá presentarse de inmediato, en el área del conflicto, haciéndose acompañar,
de uno o más elementos de seguridad. Y enfrentarse dirigiéndose, a los pendencieros,
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haciendo notar su presencia, hablando fuerte y claro, ordenándoles suspender la
pelea. Recuerde es usted la autoridad dentro del local, o negocio, y como tal deberá
comportarse. Por supuesto que no deberá perder la cordura usando malos modales, al
dirigirse a los contendientes, de la pelea. Las palabras obscenas o fuertes mal
intencionadas, por parte de un elemento de seguridad, se considera como agresión
verbal. Por lo cual esto seria de consecuencias, para el área de
seguridad privada.
3- Si se niegan a escucharlo, deberá intervenir, directamente haciendo uso de la
fuerza, y técnicas de sometimiento, por supuesto evitando ante todo lastimar, a alguno
de los rijosos. Recuerde no estamos para causar daño a las personas estamos para
proteger, y evitar que se causen daño. Evitemos que tal situación se
nos salga de control. “como se dice evitemos que el remedio sea peor que la
enfermedad.” Busquemos siempre una mejor solución, rápida y efectiva, que sea de
menores consecuencias, el conflicto.
4- Muchas de las veces, alguno de los rijosos pudiera salir lastimado, ya no por su
contrincante, si no por un elemento de seguridad, que hizo mal uso de su fuerza o
alguno de sus implementos, de sometimiento y control, de personas. Igual que el
capitulo anterior, una acción mal aplicada podría ser de consecuencias mayores,
donde personal de seguridad, se vería involucrado ante algún tribunal en caso de
existir alguna denuncia, o demanda. Ante el ministerio publico, por esto por agresión,
o uso desmedido de la fuerza física, recuerde toda agresión que deja marcas y huellas,
se considera como delito ante las autoridades competentes.
5- ¿Que hacer? cuando un empleado le reporta que se le ha perdido, o extraviado su
cartera, u otros valores, los cuales pudiera haber olvidado, en algún sitio. Esto dentro
de las instalaciones, o centro de trabajo, donde usted presta sus servicios de seguridad
privada, del local.
6- Deberá de inmediato, comunicar tal acontecimiento, a su jefe inmediato o
superiores, y solicitar el apoyo de sus compañeros, y en coordinación con personal
del área administrativa de R. Humanos. Quienes si es necesario, se reservaran el
derecho de designar a algunas otras personas de confianza, las cuales en
coordinación, con seguridad tomaran parte como apoyo en la operación.
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7- Una vez ya planeado el operativo, se procederá de inmediato, chequear el área
involucrada, donde se asegura por parte del afectado, dejo olvidada o extraviada, su
cartera, u otros valores. Este tipo de acciones deberán tomarse de inmediato, sin dejar
pasar demasiado tiempo, el cual seria suficiente, para que las personas sospechosas,
pudieran abandonar el área.
8- Después de haber verificado el área, y buscado, por todos los rincones se
procederá, a interrogar a ciertas personas, las cuales pudieran ser sospechosas a
quienes el afectado señale como tales.
9- De igual manera se procederá, a auscultar a las mismas, personas chequeando,
minuciosamente, sus ropas, bolsas mochilas y todo cuanto se pueda, recuerde que
existen personas, tan ingeniosas, para saber donde y como guardar, y esconder
objetos entre sus ropas. Como recomendación el sistema de auscultación corporal, no
es recomendable aplicarse a personal femenino, por parte de personal de seguridad
masculino, en los casos necesarios se emplearía a personal femenino de seguridad, o
del área administrativa de Recursos Humanos.
10- Se revisara al 100 0/0 todas las áreas, por ejemplo baños, locker o casilleros,
inclusive áreas donde se deposita basura, no se deberá pasar por alto, cualquier área o
rincón que le que pudiera ser, escondite.
11- Seria necesario, revisar inclusive áreas de trabajo, y interiores y compartimientos
de vehículos, al 100 0/0 por ejemplo, cajuelas, guanteras, bajo de los asientos, hasta
en el compartimiento del motor, los huecos de las defensas, las copas o tapas de las
llantas, y polveras, todo cuanto sea necesario.
12- Recuerde este tipo de situaciones, deberá siempre manejarse internamente,
utilizando sus propios medios, y recursos, de seguridad privada. No deberá dar parte a
las autoridades, competentes estatales o municipales. Esto se hace únicamente
cuando se trata de un delito, que ya no es de la competencia de seguridad privada.
13- Que hacer cuando, se observa a algunas personas, empleados. Drogándose o
drogados, o tomando bebidas embriagantes, dentro de las instalaciones, o locales de
la empresa, a la cual usted presta sus servicios, de seguridad privada.
14- De inmediato deberá notificarles, que lo que están haciendo, esta prohibido, y por
lo tanto es considerado como un delito interno, dentro de las instalaciones, por lo que
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deberán suspender tal actividad. Deberá decomisarles la bebida, o droga que tengan
en su poder, remitiéndola al área administrativa correspondiente.
15- Hágales saber que usted como seguridad privada, va a tener que elaborar, un
reporte o parte informativo, y por consecuencia serán consignados, internamente ante
el área administrativa de Recursos Humanos, siendo personal de esta área los
asignados para tomar la decisión final, referente a los acontecimientos.
16- Recomendación, siempre se deberá involucrar a una o mas personas, como testigo
de este tipo de acontecimientos. Esto para efectos legales dentro de cualquier empresa
u organización. A la cual usted presta sus servicios de seguridad privada.
17- Como es sabido, que por seguridad, y política ninguna empresa, o centro de
trabajo no deberá permitir, a sus empleados consumir bebidas embriagantes, o drogas
de cualquier tipo, dentro de sus instalaciones.
18- Que hacer ? cuando usted durante su ronda, observa una puerta o ventana de una
oficina semiabierta o totalmente abierta, y algo mas si observa encima del escritorio,
de esa oficina unos fajos de billetes u otros valores. Esto a sabiendas de que no esta
nadie laborando en esas horas.
19- Deberá de inmediato, prepararse o prevenirse ante cualquier adversidad,
mantenerse, siempre alerta desenfundando su arma, o bastón de seguridad, según lo
que usted tenga a la mano como medio de protección personal. Dispóngase a
enfrentar tal situación, primero que nada sea cauteloso, busque donde protegerse, sin
olvidarse de que alguien pudiera estar acechando. Verificar minuciosamente, y
Notificar el acontecimiento, a su jefe inmediato, o a su compañero de turno.
20- Deberá resguardar y proteger el área, sin tocar nada ni siquiera las puertas
afectadas, hasta que reciba instrucciones precisas, de su jefe inmediato, u otro
superior, de de la empresa. Por ningún momento abandone el área involucrada
Sin la autorización, verbal o escrita de uno de sus superiores.
21- Elaborara su reporte o parte informativo, detallado con hora y fecha recabando si
es necesario, firmas de uno o mas testigos que hayan tomado conocimiento o todo
reporte o parte informativo, elaborado por personal de seguridad privada deberá ser
claro, conciso y completo, detallando los hechos ocurridos. Recuerde que un reporte o
parte informativo, derivado de algún acontecimiento, considerado como delito,
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interno. Es un documento con validez oficial dentro de la empresa u organización, el
cual validara internamente, la consignación en contra de quienes resulten
responsables, de tales hechos y acontecimientos.
22- Por ultimo entregara a sus superiores, o jefe inmediato su reporte o parte
informativo, totalmente redactado y firmado, los cuales deberán estampar su firma de
enterados, y regresarle una copia del mismo, todo esto para efectos legales
De los hechos acontecidos. Y justificación de su desempeño, como elemento de
seguridad privada.
PROCEDIMIENTOS DE SEGURIDAD CIUDADANA
MEDIDAS PREVENTIVAS PARA NO TORNARSE EN VICTIMA
DE LA VIOLENCIA URBANA
El propósito de esta presentación es para crear conciencia sobre la seguridad personal.
Dados los altos índices de criminalidad en nuestro país, las posibilidades de ser
víctimas son altas. Nuestra mejor defensa es tomar medidas preventivas que
minimicen ese riesgo.
PRINCIPALES AMENAZAS
ACCIONES DE PREVENCIÓN
Asalto a mano armada
Para robar prendas de valor, teléfonos celulares, etc. Las consecuencias están
relacionadas con la reacción de la víctima.
Secuestro EXPRESS
Con duración de 1 a 24 horas generalmente, para realizar extracciones y transacciones
bancarias.
Secuestro con vehículo
Para robar el vehículo. Cualquier vehículo está sujeto al secuestro. Es hecho por
encargo de año, color, marca y/o modelo.
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Secuestro extorsivo – con pedido de rescate
Seleccionado por estatus, nivel económico, etc.
ACCIONES DE PREVENCIÓN
E R R A D O:
Creer que no le va a ocurrir a usted.
Permitir que ocurra.
C O R R E C T O :
:Actuar preventivamente, evitando que ocurra el “ACERCAMIENTO”.
CAMINANDO POR LA CALLE
Camine observando todo lo que acontece EN SU ENTORNO (atención 360°);
Al identificar una situación sospechosa, EVÍTELA alejándose o cambiando de
dirección.
El delincuente tiene como enemigo la distancia, o sea él necesita “cerrar el espacio”,
necesita aproximarse para realizar el ataque. Siendo así, manténgase siempre a no
menos de 20 metros de un sospechoso.
“Nadie asalta a nadie a distancia”
Cuando el sospechoso esté cerrando el espacio entre ustedes (caminando hacia usted),
proceda a:
Cruzar la calle y observe el comportamiento del sospechoso;
Si el sospechoso cruza también, la probabilidad de que lo ataque es mayor;
No permita que el sospechoso “cierre el espacio”. Si esto ocurre usted no tiene más
que hacer, el delincuente habrá “vencido”.
Para no permitir el acercamiento del sospechoso:
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Busque un lugar para resguardarse, un local con muchas personas, guardias de
seguridad o policías;
Si no hubiere donde protegerse, cambie el sentido de dirección (así usted mantiene el
espacio entre ustedes dos).
Vea explicaciones a continuación:
EL SOSPECHOSO VIENE CAMINANDO HACIA UD
De la vuelta y cambie de dirección, mantenga el espacio entre usted y él.
EL APRESURO EL PASO HACIA UD
Busque un lugar seguro al cual entrar, con mucha gente/policías (tiendas, centros
comerciales, etc.).
NO HAY LOCALES PARA PROTEGERSE
Corra y observe la reacción del sospechoso. Corra antes que se cierre el espacio entre
ustedes,
UNA VEZ CERRADO ESTE ESPACIO NUNCA CORRA!!
SI EL SOSPECHOSO CORRE HACIA UD
Está claro que él pretende cometer un delito, siendo así, GRITE.
Generalmente, el delincuente no correrá detrás de usted, ya que no quiere llamar la
atención. Prefiere escoger otra víctima menos preparada/atenta/PREVENIDA.
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QUE GRITAR
Gritar “auxilio” hace que las personas alrededor recurran, pues queda claro que hay
peligro.
Gritar “fuego” podría despertar el interés de las personas, haciéndolas salir a la calle
para ver adonde está el incendio.
Gritar el nombre de alguien, “¡Jorge!”, es la mejor opción. El sospechoso podría
presumir que hay más personas en el entorno/local (¿Quién es Jorge?).
La idea es crear la oportunidad de hacerlo desistir y/o que busque a otra víctima.
REGLA
Si tuviere el “presentimiento” de que alguien va a abordarle “nunca deseche la
posibilidad”. Muchas personas que fueron asaltadas relatan que presintieron que
algo iba a ocurrir y no lo previnieron.
EN ESTACIONAMIENTO
Prefiera los estacionamientos privados o concesionados; dejar el auto en la calle es
siempre más peligroso.
Planee el horario de llegada y salida, después decida adonde va a estacionar su auto.
Muchas veces usted estaciona en la calle cuando aún es temprano y hay bastante
movimiento, y para cuando debe salir, es tarde y la calle está desierta y posiblemente
oscura.
Si desconfía de algo, siga de largo y no se detenga frente a su vehículo. Evalúe la
situación. Bajo dudas, llame a alguien o a la policía.
No deje llaves de casa dentro del vehículo. Ellas podrían ser usadas para asaltar su
casa posteriormente, principalmente si en el auto se encuentran recibos o cualquier
cosa que identifique su dirección.
Nunca permanezca mucho tiempo dentro del auto estacionado, usted se transforma en
una víctima perfecta.
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No deje ningún objeto de valor a la vista dentro del auto; coloque todo en la cajuela o
guantera.
Antes de estacionar (o cuando retorna) observe su entorno, identifique si existe
alguien o alguna situación sospechosa.
Si al retornar al auto observa algún “desperfecto” que le impide conducirlo, llame
inmediatamente a alguien de su confianza y diríjase a un lugar seguro. Alguna
persona pudo haber “CREADO” el defecto para “AYUDARLO”.
Si sorprende a alguien dentro de su vehículo, NUNCA se aproxime, busque ayuda y
llame a la policía sin ser notado. Recuerde: “NUNCA CIERRE EL ESPACIO
ENTRE USTED Y EL DELINCUENTE”
CONDUCIENDO EL AUTO
No coloque en su vehículo calcomanías que puedan identificar donde usted vive,
donde trabaja, colegio o universidad que frecuenta, etc. Esto puede ser usado en su
contra.
Mantenga los vidrios siempre cerrados, o mínimamente abiertos para permitir la
entrada de aire y no una mano extraña. Las puertas siempre con seguro (Llave).
Si estuviere en un taxi, pida al conductor asegurar las puertas y de ser posible, cerrar
los vidrios.
Si le dan un pequeño toque atrás, observe por su retrovisor a las personas que están
en el vehículo de atrás. NO PARE y NO SALGA DE SU VEHÍCULO.
Señale a la persona que lo siga y diríjase a un lugar seguro, de preferencia donde haya
policías o guardias de seguridad. ESPECIALMENTE DE NOCHE.
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Si la intención era asaltarle, la persona no le seguirá.
Los asaltos a vehículos sólo son posibles si el vehículo está detenido, un delincuente
no abordará un vehículo en movimiento. Evite detenerse al máximo.
NO PARE a ayudar a extraños en la noche o en lugares poco iluminados. Llame a
la policía e informe sobre el lugar/calle donde la persona necesita auxilio.
No coloque en su vehículo calcomanías que puedan identificar donde usted vive,
donde trabaja, colegio o universidad que frecuenta, etc. Esto puede ser usado en su
contra.
Mantenga los vidrios siempre cerrados, o mínimamente abiertos para permitir la
entrada de aire y no una mano extraña. Las puertas siempre con seguro (Llave).
Si estuviere en un taxi, pida al conductor asegurar las puertas y de ser posible, cerrar
los vidrios.
Si le dan un pequeño toque atrás, observe por su retrovisor a las personas que están
en el vehículo de atrás.
Si estacionó su auto en un lugar desconocido o con poca iluminación, al ingresar:
arránquelo, asegure las puertas y salga inmediatamente. Después colóquese el
cinturón de seguridad y sólo después prenda la radio, ajuste objetos, etc. CUANTO
MÁS TIEMPO SE ENCUENTRE ESTACIONADO, MAYOR EL
RIESGO DE ABORDAJE.
Si sospecha que un auto lo sigue, no lo haga notar y diríjase hasta un puesto policial
o un lugar concurrido donde existan personal de seguridad o policías.
Al llegar a casa, observe el entorno, lugares donde personas pueden estar escondidas.
Si nota algo sospechoso, NO PARE. Siga de largo y llame a alguien de confianza o
a la policía.
Evite rutinas, procure variar sus rutas y si es posible también sus horarios de salida y
llegada.
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No descuide el mantenimiento de su vehículo para evitar desperfectos que le
obliguen a detener su vehículo. Estos desperfectos pueden ocurrir de noche y en
lugares remotos.
Tenga siempre a mano teléfonos de grúas. El teléfono celular es una herramienta
extremadamente útil. Procure mantenerlo siempre con saldo.
JAMÁS pare si su vehículo ha sido alcanzado por piedras o cualquier otro objeto en
calles desconocidas o poco iluminadas.
ABORDADO EN EL VEHÍCULO
Si alguien lo aborda, proceda de la siguiente manera:
Tenga calma y pida calma
Hágale sentir que él “controla la situación”. Delincuentes asustados o nerviosos
utilizan la violencia por impulso o innecesariamente
Obedezca rápidamente
Obedezca las órdenes del asaltante – repita lo que le ordenan – y hágalas con calma
Informe de lo que va a hacer
Mantenga sus manos donde el asaltante pueda verlas. Informe al asaltante si va a
sacar un objeto, abrir la puerta, etc. Y hágalo con movimientos suaves. Recuerde, el
asaltante está nervioso.
Si tuviere que salir del vehículo
Hágalo de manera correcta. Ver las explicaciones a continuación.
ERRADO
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La persona baja del vehículo quedando entre la puerta y el delincuente. Como éste
está nervioso y apurado por huir, puede empujar a la víctima hacia adentro del
vehículo y acabar llevándosela (convirtiéndose en posible víctima de un secuestro).
CORRECTO
La persona deja el vehículo, alejándose del mismo, dejando la entrada libre para el
delincuente, y como él está apurado, disminuye la posibilidad de que la víctima sea
empujada para adentro y sea secuestrada.
PARADA EN UN SEMÁFORO
Cuando el semáforo esté en rojo, observe su entorno. Generalmente los delincuentes
atacan por el lado izquierdo, el del conductor.
Reduzca su velocidad gradualmente, intentando llegar al cruce cuando la señal esté
por cambiar a verde.
RECUERDE:
Vehículo parado es blanco fácil.
Evite las compras en los semáforos. Aunque el vendedor no parezca sospechoso,
usted se distrae, abre el o los vidrios y se expone.
Algunos delincuentes usan niños para preparar el asalto. La criatura se aproxima para
pedir dinero o vender algo, y otra persona simultáneamente observa el interior de su
auto (celulares, bolsas o portafolios, computadoras y demás objetos de valor).
Al mismo tiempo, esta persona puede aprovechar que usted está distraído(a) y meter
la mano en su vehículo y darse a la fuga.
Si tiene que detenerse, mantenga siempre el cambio en primera, no en neutro.
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Si sospecha de alguna cosa, procure quedar cerca (pegado) al auto a su izquierda, no
dejando espacio para el abordaje.
Coloque maletines, bolsos o carteras en la cajuela y el celular en la guantera.
Manténgase atento a su entorno. No se distraiga.
“La sorpresa es la mejor arma del delincuente”
En general, el centro de la calle/avenida es la más segura, ya que el delincuente irá a
asaltar después de observar desde la acera.
Procure mantener distancia del auto de enfrente, lo suficiente para visualizar las
llantas traseras, así usted podrá evadir rápidamente sin hacer mayores maniobras.
Si la intención fuera robar su auto, las primeras posiciones son más peligrosas, pues
el asaltante tendrá su frente libre para dejar el lugar rápidamente.
Si la intención fuera robar objetos, las últimas posiciones también se tornan
peligrosas, ya que el delincuente no se expondrá demasiado y tendrá mayor facilidad
de escape por atrás del auto, sin tener que transitar entre otros vehículos parados.
EN EL CAJERO AUTOMÁTICO
Pida al banco que su tarjeta de débito tenga un límite bajo para retiros de cajeros
automáticos.
Utilice los cajeros de bancos, supermercados, centros comerciales, estaciones de
servicio u otros locales donde hay personal de seguridad y/o muchas personas.
No confíe solamente en las cámaras de seguridad, éstas no impiden que alguien le
asalte.
No acepte ayuda de extraños cuando esté en un cajero automático.
DURANTE LAS COMPRAS
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Observe contactos con personas si ocurren más de una vez en los alrededores o dentro
de tiendas. En un centro comercial circula mucha gente; siendo así, no es común
cruzarse con la misma persona y sentirse observado(a) más de una o dos veces. Esa
persona puede estar observándolo(a) para seleccionarlo(a).
Si nota algo extraño, procure entrar a una tienda poco común (hombres en tiendas de
lencería y mujeres en tiendas de herramientas por ejemplo). Si la persona entra o
queda del lado de afuera observando, es muy probable que usted está en el proceso
“selección de víctimas”.
Si eso ocurre, busque a seguridad del centro comercial y explique la situación. A la
hora de partir, pida que alguien de seguridad le acompañe hasta el auto.
Al percibir el delincuente que usted no es un blanco fácil, podría desistir de la acción
contra usted.
No lleve muchas tarjetas de crédito, mucho dinero o talonarios de cheque. Programe
su compra, escoja como irá a pagar y salga de su casa sólo con lo necesario.
No abra la cartera frente al cajero(a), dejando que él(ella) vea sus tarjetas o efectivo.
Se ha reportado de cajeros que pasan información vía celular a delincuentes.
Los delincuentes observan durante las compras, siguen hasta el estacionamiento,
identifican el auto y aguardan la mejor oportunidad para el asalto.
SI ES ATACADO
GUARDE LA CALMA.
Pida calma al delincuente.
Haga que él se sienta con el control de la situación.
Nunca se resista, entregue los objetos que le sean pedidos. Evite llevar grandes
valores, documentos importantes u objetos de gran estima, así usted no crea la
tendencia psicológica de resistir al asalto.
No transmita ENOJO o sentimiento de venganza.
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Contra un arma de fuego, no existe fuerza física suficiente.
Nunca cree situaciones que hagan al delincuente sentir que está perdiendo el control.
Nunca responda a las agresiones físicas contra usted o sus acompañantes.
Recuerde: el objetivo principal es sobrevivir al asalto. Personas que son asaltadas y
salen vivas no son noticia, las muertas sí.
El delincuente drogado o bebido tiene reflejos alterados; siendo así, haga TODO con
mucha calma y con movimientos suaves INFORMANDO sus acciones.
VALORICE SU VIDA
Preocúpese siempre en evitar ser víctima de asaltos, actúe en la prevención, adquiera
una postura segura y proactiva.
Evite provocaciones en el tránsito, en bares o discotecas. Eso es señal de inteligencia
y no de cobardía.
Durante un asalto, entregue todos los objetos que le sean pedidos. No hay nada más
valioso que la vida.
Evite toda o cualquier situación que le pueda exponer a Riesgos Innecesarios.
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XI .-BIBLIOGRAFIA
http://www.seguritotal.com/
http://slaq.prw.net/delin.html
Impresiones personales
Frigo, Edagardo, Profesor de Criminologia, Universidad de Buenos Aires, Argentina,
Entrevista personal vía mail.-EFRIGO@MR.COM.ARPerea,
Rodrigo Lagos Greves, 2009, Abogado, Fiscal Militar de Ejercito y Carabineros de
Chile, Profesor de la Escuela de Ciencias Criminalísticas de la Universidad del Mar,
Documentos de Clases Modulo de Seguridad Privada.
Absalom Ramírez Mazzarelli, 2009, Coronel de Carabineros de Chile. Licenciado en
Administración Superior, Magíster en Pedagogía Universitaria, Profesor de la Escuela
de Ciencias Criminalísticas de la Universidad del Mar, Documentos de Clases
Modulo de Seguridad Pública y Ciudadana.
Yerko Raffo Koscina, 2009, General de Carabineros de Chile, Graduado en Ciencias
Policiales, Asesor de Seguridad Privada, Profesor de la Escuela de Ciencias
Criminalísticas de la Universidad del Mar, Documentos de Clases Modulo de
Seguridad Privada.
Carlos Castillo San Martín, 2009, Coronel de Carabineros de Chile, Graduado en
Ciencias Policiales, Asesor de Seguridad Privada, Profesor de la Escuela de Ciencias
Criminalísticas de la Universidad del Mar, Documentos de Clases Modulo de
Gestión en Seguridad Privada.
Cesar Delgado Estrada, 2009, General Inspector de Carabineros de Chile, Graduado
en Ciencias Policiales, Licenciado en Educación, Profesor de la Escuela de Ciencias
Criminalísticas de la Universidad del Mar, Documentos de Clases Modulo de
Deontología en Seguridad.
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Centro de Investigación para el Desarrollo
FORODESEGURIDAD Foro de Profesionales Latinoamericanos de Seguridad
http://www.forodeseguridad.com
Claudio Valenzuela González, Licenciado en Educación, Magíster en Administración
de Educación y Metodología de la Investigación, candidato a doctor en la
Universidad de Oviedo, España y Academico de la Universidad del Mar, Chile.
Impresiones personales
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