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TITULO QUINTO
AUTONOMIA, FINES Y METODO DEL DERECHO AGRARIO
CAPITULO 1
AUTONOMIA y ESPECIALIDAD
l. VARIANTES AUTONOMICAS DEL DERECHO AGRARIO EN GENERAL.
1. El Concepto de Autonomía dentro de las Disciplinas Jurídicas.
La palabra autonomía proviene del griego y cercanamente del latín, significando la "independencia" de una rama jurídica determinada respecto del Derecho común público o privado, en virtud de sus criterios sistemáticos particulares. Algunos piensan! que determinar la autonomía del Derecho Agrario es casi un postulado metodológico para justificar su estudio, por ello interesa perspectivar el punto, poniendo de relieve la existencia de varios "tipos" de autonomía, y el contenido y alcance de los mismos, pues, se trata de un concepto multívoco.
2. Clases de Autonomía.
A. Autonomías principales.
La doctrina distingue varios tipos de autonomía fundamentales y complementarias, agrupables según un orden ascendente de sustantividad, ase autonomía didáctica: significa
1. Cfr. Bailarín, A. op. cit., p. 219 Y siguientes. 2. Cfr. Mendieta, L. 1 ntroducci6n . .. " op. cit., 11.
DERECHO AGRARIO VEN5Z0LANO 2.53
la enseñanza del Derecho Agrario como materia independiente en las Universidades u otros centros de estudios; autonomía Legislativa: significa la existencia de un código o una Ley omnicomprensiva que regula exclusivamente la actividad agraria; autonomía jurídica: significa la existencia o posibilidad de principios particulares en virtud de la tipicidad del sector o fenómeno regulado, que, exige normas específicas sustentadoras de principios generales, algunas veces privativos; la autonomía científica: significa el estudio, investigación y exposición sistemática de la materia jurídico-agraria de modo que evidencie los principios particulares, bien sea en obras singulares (monografías), o generales (manuales, instituciones, tratados); autonomía jurisdiccional: significa la existencia de un fuero agrario, esto es, de tribunales especializados para ventilar los asuntos atinentes a la actividad agraria; autonomía funciona!" cuando las reglas que conforman3 el Derecho Agrario tengan órganos especiales de aplicación administrativa y tribunales especializados.
B. Autonomías complementarias.
La doctrina mexicana4 propone, como tipos de autonomías complementarias, la histórica, la sociológica y la económica. La primera se finca en la presencia secular de instituciones agrarias típicas, la segunda en el hecho de existir la familia rural y la tercera en el relieve económico de la producción agropecuaria.
3. Cfr. Malezieux-Randier. Op. cit., 1, 10. 4. Chaves, Marta. op.Locus cit.
254 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
3. Valoración y revaloración del plantemiento autonómico.
A. Polémica de Florencia.
En el año de 1928 por iniciativa del Gianngastone BolIa,s profesor emérito de la Universidad de Firenze, se realizó en Italia bajo los auspicios de la ((Revista di Diritto Agrario" una encuesta entre los autores italianos sobre la autonomía de nuestra disciplina. Entonces se expresaron tres opiniones: los que sostenían la autonomía jurídica; los que la negaban rotundamente y aquellos que opinaron de manera vacilante. Esta polémica ha seguido aún en obras recientes; pero el criterio autonomista se ha impuesto internacionalmente, a través de declaraciones solemnes de las Asambleas y Congresos.
B. Opiniones Venezolanas.
Algunos autores patriosS bis sostienen, que la actividad agraria, por sus peculiares características ha formado, no una disciplina jurídica particular, sino todo un interesante conju::l~o de normas que ponen de relieve, cuando menos, la existencia de una realidad unitaria y coherente, cuya regulación normativa reclama un análisis diferente, pues el rebautizo de la costumbre ((praeter legem" por sí solo lo amerita. Añádese que la introducción del elemento publicístico en la reglamentación, rompe la vieja dicotomía ((público-privado". Recientemente casi todos los agraristas venezolanos se pronuncian en favor de la autonomía.6
5. Cfr. Mendieta, L. op. cit., 15 y siguientes. 5. bis. Al respecto, consúltense las obras venezolanas citadas en el Capítub 1. 6. V éanse los números 1 al 4 de la Revista Derecho Agrario y Reforma Agra.
ria -ULA- FD. Mérida, Años 69 al 73; yen especial. Duque, Román José. Evolución del Derecho Agrario, JAN, Caracas, 1972, p. 17. .
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 255
C. Pretendido anacronismo del punto.
Pero otras tendencias unificadoras ponen hoy en tela de juicio el problema. Así, para algunos tratadistas7 el problema de la autonomía resulta un anacronismo, pues hasta el Derecho Mercatnil ha perdido gran parte de su especialidad con la unificación de las obligaciones. Sin embargo, el criterio anterior reduce el problema a la autonomía legislativa y la autonomía didáctica, pues, mientras la actividad productiva o conservativa del agro estén reguladas sobre premisas valorativas derivadas de las circunstancias orgánico-funcionales que la caracterizan, es permisible indagar.
4. Fundamento de iustificación de la autonomía.
A. Realidad causal y teleológica.
Globalmente, podría decirse, que la autonomía del Derecho Agrario se funda en necesidades de la vida SOd21. Así, la exigencia de una mejor conformación de la ((estructura agrariaJJ
, para lograr la Justicia Social, requiere un régimen jurídico especial que proteja al "productor" como individuo o grupo y a la producción agropecuaria de acuerdo al signo de nuestra época.7 En otras palabras: la autonomía del Derecho Agrario es hija de la "realidad,,;8 ya que es axiomático que las categorías económicas autónomas postulen categorías jurídicas también autónomas.9 En este sentido, la conexión entre las fuentes, del' Derecho Agrario respecto de la Actividad Agraria conservacionista o productiva, cumplimenta una realidad causal y teológica, a la cual es inherente un orden ;urídico con-
7. Cfr. Giorgianni, M. op. et. Locus cit. 7. bis. Cfr. Morales Benítez, Otto. Alianza para el Progreso Reforma Agraria,
Bogotá, 1963, p. 18. 8. Pérez Llana, E. op. cit. 1961. 9. Cfr. Bolla, G. La Fonetion ", p. 222.
256 ALÍ JosÉ VENTURINl V.
creto y autonómico.lo Resulta, pues, que nuestra disciplina constituye una rama del Derecho, que nace por la razón esencial de existir fenómenos tipificables dentro de la gran unidad jurídica, cuyo tratamiento particularizado permite realizar con mayor perfección y facilidad las tareas científicas, ya que '(donde las labores no están divididas, donde cada hombre es un artífice universal, allí yacen los oficios aún en la m:lyor barbarie".l1
B. El residuo de Littré.
Como un desarrollo .de la división del trabajo, la Autonomía es una exigencia de índole metodológica: Cuando un grupo de fenómenos, pertenecientes a una determinada realidad se dejan sin analizar plenamente, surge una ciencia que toma la porción oscura, llamada ((residuo de Littré", para hacerlos suyos como objeto de su estudio.12 Así, encontrándose figuras e instituciones "jurídico-agrarias" que no han sido tratadas analíticamente por las ramas tradicionales del Derecho Común, se auspicia la Autonomía de otra disciplina desde un punto de vista único y congruente, que no sería dable cuando las figuras e instituciones se estudien aislada y fragmentariamente por diversas ramas jurídicas.
C. Conveniencia sistemática y pragmática.
Podemos afirmar la autonomía del Derecho Agrario como una exigencia sistemática y pragmática. En este orden de ideas '13 d varlOsautores, estacan:
10. Ibidem. 11. .Cfr. Kant, E.Fundamentaci6n de la Metafísica ... " Fr. Garda Morente,
E. Austral, Madrid, 1963, p. 17. 12. Cfr. Caso, A. op. cit., 182. 12. bis. Cfr. Mendieta, L. op. cit., 16 y siguientes. 13. Cfr. Pérez Llana, E. op. cit.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 257
"la copiosa riqueza y variedad de las relaciones derivadas de la Actividad Agraria, cuyas raíces se profundizan en remotas edades) imponen al jurista coordinar y armonizar la materia)).
Aún cuando las instituciones fundamentales del Derecho Agrario, tales como la Propiedad, los Contratos Agrarios, etc., están reglados en parte por el Derecho Civil u otras ramas, la unidad de la Actividad Agraria, impone la autonomía, a 10 cual se añade, dentro del ordenamiento venezolano (Art. 208 de la L.R.A.) la prelación orgánica de las normas reformistas agrarias sobre cualquiera otra.
Las exigencias de unificar funcionalmente las instituciones emergentes de la Actividad Agraria, exigen un ajuste coordinado, ya sobre el concepto unitario de Producción Nacional, ya sobre la Justicia Social.
Tanto en su aspecto conservacionista, como en el propiamente productivo, la Actividad Agraria directa, ofrece problemas que son específicos del tipo de economía y de técnica en que se basa, lo cual impone principios generales y líneas directivas particulares, distintas de las que considera el Derecho Civil puro.
Puesto que el Derecho Agrario es instrumento para el Desarrollo Nacional (Art. 1? L.R.A.), éste se concibe como imperativo constitucional (Art. 105), resulta conveniente su autonomía, en cuanto propicia la elaboración de categorías jurídicas diáfanas y coherentes, que hagan expedita su aplicación.
D. Recomendación de Orgnismos e Instituciones especializadas.
-v Conferencia I nleramericana de Agricultura.
258 ALÍ JosÉ V ENTURINI V.
-VI Conferencia Regional de la FAO.
La recomendación XXXI, de la FAO/4 asienta que el Derecho Agrario es una disciplina jurídica autónoma, en los planos científicos, didácticos y legislativos, lo cual derivaría de:
-La naturaleza genética de la Actividad Agraria diferente de las actividades de "extracción", "transformación", y "servicios".
-La presencia en la Actividad agraria de los factores "naturaleza" y vida, integrados en un proceso agrobiológico auspiciado por el hombre sobre la Tierra.
-La posibilidad, derivada de las circunstancias preanotadas, de elaborar una doctrina jurídica y una legislación, que permitan establecer la relación "HombreTierra-Comunidad" , sobre la base de una verd.ldera Justicia Social Agraria en beneficio de los que trabajan la Tierra.
Eventos iusagraristas.
Desde el I Congreso de Juristas latinoamericanos expertos en Derecho Agrario, reunido en Mérida el año 1974, se advierte una consecuente toma de posición autonómica en rorno a nuestra Disciplina.
Conclusión
Ya nadie discute la autonomía del D.A. J sólo se trata de precisar su alcance.
14. Cfr. Caso, A. op. et. Locus cit.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 2.59
nI. SENTIDO Y ALCANCE DE LA AUTONOMIA.
1. Diversas perspectivas del Problema.
Para precisar el sentido que las ciencias normativas asignan a la autonomía jurídica, expondremos, en forma de pares afines las varias perspectivas del problema, con 10 cual de paso, lograremos, una mayor aproximación.
A. Autonomía y Autarquía.
La autonomía no quiere decir independencia, ni por supuesto, autarquía, pues cualidad semejante es imposible debido a la unidad del Derecho como ciencia y como realidad cultural. En efecto, es contrario al buen sentido pretender excluir la intercomunicación jurídica, romper el cordón umbilical que ata a todas las ramas legales. En efecto, se dice: 14
((los hechos que conforman la realidad, pueden perfectamente encontrarse relacionados con varias ciencias, porque el espíritu humano en su amplio movimiento busca agotar la infinidad de vínculos entre los seres y cosas". Por eso la autonomía debe entenderse con las limitaciones que derivan de la inter-conexión necesaria entre todas las disciplinas jurídicas. Es fácil advertir1s que un hecho puede relacionarse con una ciencia determinada que 10 ha clasificado, y a la vez vincularse con otras ciencias, sin que importe que sea nuevo, pues, no es preciso que se descubran hechos nuevos para legitimar una ciencia: Un mismo hecho puede ser objeto de nuevas normas o las viejas ser objeto de una interpretación progresiva.16 Ahora bien, si es inútil asimilar autonomía a independencia, más 10 será pretenderlo con la autarquía, pues ésta conlleva ábso-
15 Y 16. ibidem.
260 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
luta desvinculación y autosuficiencia.17 Debe concluirse por lo tanto que la unidad del Derecho en general, supone que la autonomía del Derecho Agrario sea relativa; y por ende, conectada y coordinada con las demás ramas del Derecho Público y del derecho privado.
B. Autonomía y Cosmopolitismo.
Se piensa17 bis que la última ratio de la autonomía es el ca
rácter cosmopolita de la actividad: El Derecho Mercantil sería autónomo, porque el comercio exige instituciones más ágiles y simples que las del Derecho Civil. Este punto de vista, implica admitir que la Producción Rústica corre a Tempo adagio en tanto que la comercial lo hace tempo presto. Ahora bien, tal visión «virgilianaJJ nada tiene de real en nuestra época de acelerada integración agro-industrial y en ninglm caso puede asimilar autonomía en cosmopolitismo.
C. Autonomía y Tipicidad.
La tipicidad de una rama jurídica significa la presencia de instituciones bien perfiladas y permanentes. Así por ejemplo, la Dotación de Tierras (Art. 2?, Letra "b" de la L.R.A.) es típica del Derecho Agrario, pero tal tipicidad aunque fundamental, no es equivalente a la autonomía.
D. Autonomía y Particularismo.'
La doctrina francesa18 sostiene que el Derecho Agrario es particularista) porque sus reglas son suficientemente nu-
17. Este aspecto se encuentra tratado por los principios "iusfil6sofos" y. referen· ciado en la Monografía del Profesor Del Vecchio.
17 . bis Cfr. Polanco, Tomás. Derecho Administrativo ... " U.C.V., Caracas, 1959.
18. Megret, lean. Le Droit Rural, op. cit, p. 13.
DERECHO AGRARIO VENEZOLJ.NO 261
merosas como para darle una fisonomía particular net,lm~nte distinguible de otras ramas. En este orden de ideas se destaca que la mayoría de los principios teleológico s y funcio!J.ales del Derecho Agrario tienden a acrecentar la fuerza económica y social de la explotación rural en sus grados empresarial y preempresarial. Mas el particularismo, como la tipicidad, fundamentan la autonomía, pero no son la misma cosa.
E. Autonomía y Excepcionalidad.
Piénsase!9 que el Derecho Agrario es ((e'xcepcional" porque sus normas se separan del derecho comlÍn c:eando una esfera específica, vale decir, un ámbito exclusivo de normación. En el sentido indicado es claro que el rasgo excepcional, como los demás señalados fundamenta y justifica la autonomía, pero tampoco se confunde con ella.
F. Autonomía y Especialidad.
Podría pensarse también20 que el Derecho Agrario es un ius speciales, lo cual, en grado menor significa subo~'dina
ción o dependencia al derecho común que estaría en situación de primacía. Tal posición afinca los lazos "civilistas"; pero es cosa distinta. La aceptación misma del carácter aludido no es problemática, porque ser ({específico o especial"}! deriva de la relación social fundante como contenido se fija, atendiendo a la especialidad de las figuras, categorías e instituciones particulares, tales como la "empresa" o "explotación agraria", el "interés rural" etc.
19. Cfr. Dorta Duque, M. op. cit., (El Problema de si el Derecho Agrario es excepcional o no, cobra importancia en cuanto al aspecto supletorio de sus principios e instituciones. Más adelante y en el Capítulo referente a las dotaciones autónomas, hablaremos del punto).
20. Cfr. Díaz Baralt, Rafael. op. cit., 52 y siguientes. 21. Cfr. Gelsi Bidart, A. Cuestiones, 1, 16.
262 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
Ahora bien, la especialidad no da lugar por sí misma a ninguna reglamentación jurídica autónoma puesto que se expresa en una concreción normativa, muchas veces dispar, aún cuando, como se verá, las relaciones de coincidencias entre las fuentes materiales y las fuentes formales producen un acoplamiento propicio a identificar especialidad con autonomía, sobre todo si se piensa que lo que sustenta la especialidad jurídica es la especialidad fáctica, esto es, la existencia permanente de nn hecho técnico (la agricultura lato-sensu) suficientemente típico.22 Nada obsta, por tanto, la consideración del Derecho Agrario como rama especial, tal cual como lo admite el novísimo ordenamiento comunitario europeo, según Art. 42 del Tratado de Roma basado sobre todo, en el ((carácter especial" de la "Agricultura", que a su vez deriva ((del intríngulis social de la misma y de la disparidad estructural y natural de las diversas regiones agrícolas".23
IV. CONEXION TELEOLOGICA DE LA AUTONOMI A.
Todas las disposiciones y mandatos del Derecho Agrario están preordenados al fin de lograr la justicia social (Att. 95 eN. ). Esto conlleva ((la regulación de la riqueza del agro", que, desde un punto de vista fisiocrático, es el fun¿';huento de la riqueza pública, pues la Producción Agraria aporta bienes vitales y materias primas. Por eso,24 la unidad teleológica que informa nuestra rama, tiende a garantizar los intereses de los individuos rurales, para asegurar la riqueza pública; fin categórico que fundamenta la autonomía del Derecho Agrario en la medida que sirve para unificar el sentido y la eficacia de todas sus normas.
22. Cfr. Ascarelli, T. Actas del Primer Congreso, op. cit., p. 102. 23. Ver amplia referencia del punto en: Capelli, E. y Ventura, Sergio. Diritto
Agrario e Communita, S·RDA. Ed. Giuffré, Milán. 1964, p. 7. 24. Ibidem.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 263
V. CONCLUSION.
Con las limitaciones que derivan de los epígrafes anteriores, es claro que la autonomía del Derecho Agrario, resulta incuestionable. Mas, esto deriva, ya de las características agrotécnicas, sociales o económicas de la Actividad Agraria, ya de la importancia cuantitativa y cualitativa de la Materia Agraria, cuya organicidad evidente determina un sistema, ya de las exigencias de la división del Trabajo o del residuo Je Littré. Dentro de tal perspectiva se irán destacando los ((Principios Peculiares que la califican, los cuales no son necesariamente contrarios a los del Derecho Común, sino coordinados con ellos en diversa posición.25 En resumen podría pensarse:
25. Cfr. BaIlarín, A. op. cit., 242.
CAPITULO II
LA AUTONOMIA DIDACTICA DEL DERECHO AGRARIO
l. ASPECTO GENERAL.
1. Recomendaciones Académicas Latinoamericanas.
La ((autonomía didáctica}), resulta de la enseñanza dd Derecho Agrario en una cátedra independiente. No es, por tanto, una cualidad intrínseca del fenómeno jurídico • ."egulado, sino consecuencia de un acto administrativo, o docente. No obstante conviene recordar que, dentro de la concefJ:-'ión aristotélici la autonomía de una ciencia deriva de la posibilidad de su enseñanza magistral, por lo que, «autonomía didáctica}), implica en cierto modo autonomía científica. Al contrario se piensa que es cuestionable la asimilación, por la~ cspecifjdad de cada cosa.
La creación de cátedras de Derecho Agrario a nivel unjo versitario, ha sido impulsada fundamentalmente por los Congresos y Conferencias. Entre ellos cabe destacar la II Conferencia Internacional de Derecho Agrario cuyo texto transcribimos:2
1. Así lo recuerdan los profesores Fulvio Mardi y Alberto BaIlarín Marcial en sus textos citados.
2. Cfr. BaIlarín, A. op. et. Locus cit.
266 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
Considerando:
"La Ir Conferencia Internacional de Derecho Agrario": Que la existencia de cátedras de Derecho Agrario en las
Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales en varios países de Latinoamérica ha facilitado la formación de una corriente doctrinaria y de elaboración legislativa, muy útil a dichos países; que en consecuencia se hace necesario que, como se resolviera en la Recomendación XXXVI por la OEA y Regional de FAO, se inste a las Universidades Latinoamericanas a través de los Gobiernos respectivos a crear dicha cátedra como único medio de orientar los actuales procesos de transformación y reforma agraria dentro de los cánones de la ciencia jurídica del Derecho Agrario.
RESUELVE:
-1-
Recomendar a los Gobiernos miembros de la O.E.A. y F.A.O. a que realicen las gestiones pertinentes a fin de que la recomendación XXXI de la Asamblea V de la O.E.A. para la agricultura y VI Regional de la F.A.O. sea una realidad a la mayor brevedad posible.
-Ir-
Instar a los delegados latinoamericanos de esta Conferencia a solicitar de sus respectivos Gobiernos a las Instituciones relacionadas con la materia que den urgente cumplimiento a dicha Resolución.
Dado en el salón de sesiones de la Ir Conferencia Internacional.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 267
2. Recomendaciones Administrativas.
Oficialmente se ha propugnado la autonomía didáctica del Derecho Agrario por:
.:. Las Conferencias Regionales de la O.E.A. y la F.A.O. celebradas en México en el año 1964.
" La reunión Continental de ejecutivos de la Reforma Agraria reunida en Lima y Bogotá el año 1965 en la cual se propugnó la inclusión de materias sobre reforma agraria en los programas de estudios de las Universidades Latinoamericanas. (Hoy en día casi todos los países del mundo tienen cátedras de Derecho Agrario, en las Facultades de Derecho, Ecoi10mía y Agronomía).
n. LA AUTONOMIA DIDACTICA EN VENEZUELA.
1. Etapa semiautonomista del ((Derecho Rural".
Nuestro país conoció la semi autonomía del Derecho Agrario en la cátedras de Derecho Minero y Rural que se profesaron en las UnIversidades de Los Andes y Zulia. El Dr. Francisco Morillo Romero abogó insistentemente por una aceptación plena y autónoma de nuestra materia.3 En esa etapa sobresale la obra de Santiago León T. sobre Derecho Rural, citada en el Capítulo 1, y también las tesis de grado de los siguientes autores:
1945: Pérez Michelena, ].D. La Reforma Agraria en Venezuela. 1947: Cordero, María. El Crédito en Agricultura y su Garantía.
3. En este sentido es conveniente leer la célebre Conferencia del mencionado autor, cuya referencia encontramos en L.UZ.
268 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
Estaba, Federico. Breve Estudio sobre los Contratos de Arrendamientos Rurales. Villarroel, José. La Industria Petrolera frente al Problema Agrario. Cook, Guillermo. El Medio Físico.
Heredia, Rafael. Intervención del Estado en las relaciones económicas. 1949: Panzarelli, José. Consideraciones sobre De~'echo Rural. 1950: Morales Bello, David. El Problema Agrario. Estudio Crítico de la Legislación Agraria Venezolana. 1956: Beaujón, Arístides. El Derecho Rural.
Moreno Finol. El Ejido.
2. Etapa Promocional: Conferencia de Giménez Landínez en 1958.
El día primero de diciembre del año 1958 el Dr. Víctor Giménez Landínez disertó en la Facultad de Economía Je la Universidad Central de Venezuela sobre "Derecho Agrario y tenencia de la Tierra". Tal día se considera como el nuevo bautizo de nuestra ciencia en Venezuela.4
Desde ese momento, en el clamor por la Reforma Agraria, comienza a concretarse iniciativas y a horadarse la sólida concepción citadina que aún priva en las Universidades del país.
4. Cfr. Giménez Landínez, V. Derecho Agrario y Tenencia de la Tierra: MAC. Colección Estudios, N~ 1.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 269
3. Etapa de afirmación: Creación de la Cátedra de Derecho Agrario por el Profesor Casanova en la Universidad de Los Andes.
CupO el mérito a la Universidad de Los Andes de crear la primera Cátedra Moderna de Derecho Agrario Venezolano regentada por el Profesor Ramón Vicente Casanova. Se dicta dentro del pensum ordinario, de la Facultad de Derecho en el último año de carrera. Mérida se convierte en el centro indisputado del iusagrarismo venezolano. Allí el profesor Casanova imparte su enseñanza magistral, y facilita la iniciación docente con su obra ((Derecho Agrario)), (Una doctrina para la Reforma Agraria), escrita con pasión venezolmu y excelencia literaria. Todos los agrarista~ venezolanos somos, en una u otra forma, sus discípulos.
4. Seminarios y Cursos Monográficos en la Universidad Central.
La Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela asume tímidamente su deber, creando en 1964, bajo el Decanato de José Guillermo Andueza, un simpar «Núcleo de Derecho Agrario)).
Firman el acta Jesús Ramón Acosta, Lauremino Martínez y AH José Venturini. Más tarde, los Institutos Privados y Público de la Facultad, por iniciativa de los profesores Meliche y Moles, auspician un Curso especial de Deredlo Agrario con el apoyo de Jesús Ramón Acosta, Ramón fosé Duque. Miguel Angel Hernández, Nelson Rodríguez García y AH José Venturini.
27.0 ALÍ JosÉ V ENTURINI V.
5. El Derecho Agrario en la Universidad de Carabobo.
La Universidad de Carabobo propició tempranamente seminarios y cursos especiales por Remo Di Natale y Blanca Nieves Portocarrero. También creó, por iniciativa de Osear David Soto, un Centro de Estudios Agrícolas cuyos aportes a la valoración interdisciplinaria del mundo rural, son fundamentales.
6. El Derecho Agrario en la Universidad del Zulia.
Nuestra disciplina se cultiva en la Universidad del Zulia, donde profesan Ornar Baralt, cuya tesis de grado es de utilidad, y el Profesor Luis René Viso, autor de unos '(Principios de Derecho Agrario", de indudable importancia. Cabe señalar que el malogrado Profesor Ramón Fernández Belatdi fue un calificado pionero de nuestra ciencia en la Universidad zuliana. Su comentario sobre la Ley de Reforma que citaremos en esta obra, contiene grandes aciertos. Recientemente se ha incorporado el Prof. Alfredo Urdaneta.
7. El Derecho Agrario en la Universidad Católica;
La Universidad Católica Andrés Bello recibió primeramente el Derecho Agrario como materia del post-grado en Derecho Social. Profesó la cátedra el Dr. Palma Labastida, uno de los grandes de nuestra disciplina, quien ya en 1954 representó a nuestro país en el Primer Congreso Internacional de Derecho Agrario de Florencia con un interesante trabajo sobre la "Evolución histórico-jurídica de la propiedad rural en Venezuela". Posteriormente regentó dicha cátedra el Prof. Duque Corredor, ordenado y consecuente cultor de nuestra disciplina.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 271
8. Aporte colateral de Personalidades e Instituciones.
Personalidades.
Armando Hernández Bretón (q.e.p.d.)
Este gran abogado contribuyó con su excelente exégesis parcial a la Ley de Reforma Agraria, a rescatar un poco la materia de amenazas profanas. Sus PINCELADAS, publicadas el año 70 en el diario La Religión de Caracas, constituyen valioso aporte a nuestra ciencia.
Salvador de la Plaza (q.e.p.d)
Abogado y Economista, ganado por la idea humanista de redención social, estudió los ángulos funcionales de la Ley de Reforma, destacando sus deficiencias y sugiriendo soluciones marxistas, sin embargo compatible con el sistema.
Joaquín Sánchez Covisa (q.e.p.d.)
Abogado y Economista de gran sensibilidad y comprensión, aportó, dentro de su visión conservadora, las mejores sugerencias contra la demagogia jurídica y social. Sus intervenciones en la Comisión de la Reforma, que destacaremos, revelan diáfanos conceptos.
Cipriano Heredia A.
Abogado e historiador, profesor de Derecho Constitucional, ha dado valiosos aportes a nuestra ciencia, como autor especializado en recursos· forestales.
Alejandro Osario.
Abogado y Economista, ex-Ministro de Agricultura y Cría, realizó un a~plio estudio sobre los aportes jurídicos-económicos de la Ley de Reforma Agraria.
272 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
Gonzalo Vivas Díaz.
Abogado y Economista, apasionado cultor de los temas agrarios, cuya afabilidad lo ha hecho merecedor del afecto de todos.
Ramón Lozada Aldana.
Abogado y Economista ha contribuido al análisis severo de nuestras instituciones agrarias, aplicando con acierto la dialéctica marxista al estudio jurídico-económico del agro venezolano.
Miguel Angel Hernández.
Quien ha desempeñado una exitosa labor con I vo Alvarenga y Milagros Acosta en el CIARA. Sus trababajos sobre "Expropiación" y Deuda Agraria sirven de base al estudio de esos puntos.
Antonio Merchán.
Ex-Director del FAN, autor de un estudio comparado de Leyes Agrarias Latinoamericanas.
Arturo Parra.
Abogado en ejercicio, cuyo es el primer trabajo f.Obre la Prenda Agraria, magníficamente desarrollado luego desde la perspectiva Civística por el Profesor Rafael Clemente Arráiz.
Raúl Doinínguez.
Profesor de la U.C.V., orientado hacia las valoraciones socio-económicas. Hombre de extraordinaria sensibilidad. Trabaja en la actualidad en una investigación de gran alcance.
Luis González Vale.
Abogado, ex-Consultor Jurídico del B.A.P., quien, tempranamente planteó las deficiencias prácticas de la Ley de Re-
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 273
forma, en un Ensayo sobre Derecho Agrario, cuyo desenvolvimiento histórico rastrea la época colonial.
Instituciones.
La Revista Derecho y Reforma Agraria.
El año 1970 sale a luz, auspiciada conjuntamente por el Centro de Jurisprudencia de la Universidad de Los Andes yel Instituto Venezolano de Derecho Agrario, la revista Merideña "Derecho y Reforma Agraria". Dicho órgano dirigido por Ramón Vicente Casanovas es, sin lugar a dudas, la expresión más cabal del iusagrarismo hispanoamericano. Integran su Consejo de Redacción J. M. Franco García, especialista en Catastro y Factotum administrativo, Luis Gómez Cermeño, autor de un amplio estudio sobre el Régimen Legal del Recurso Hídrico, Palma, Duque Corredor, y Alí Venturini. La aceptación de esta Revista entre los especialistas nacionales y extranjeros, ha sido unánime.
El IVEDAR y el IDA (Instituto Iberoamericano de Derecho Agrario y Reforma Agraria).
El Instituto Venezolano de Derecho Agrario y Estudios Rurales, hoy (Instituto Iberoamericano de Derecho Agrario y Reforma Agraria), conjuntamente con el Centro de Jurisprudencia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, Mérida, han dado gran impulso a nuestra ciencia. Baste repasar sus publicaciones.
Derecho y Reforma Agraria, Revista NI? 1, 1969,. (262 págs. ). (Agotado).
Estudios:
Contratos Agrícolas, Aparcería y Contratos Afines, por M. A. Palma Labastida.
274 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
Derecho Agrario y Reforma Agraria y Recursos Naturales Renovables, por Ramón Vicente Casanova.
Objetivos, Contenido, Naturaleza y Principios del Dere· cho Agrario Vene1.olano, por Ramón J. Duque Corredor.
Política Nacional de Riego, por Luis Gómez Cermeño.
Instituciones Legales para el Desarrollo Agrario, por José María Franco García.
Algunas Instituciones de la Reforma Agraria Venezolana, por M. A. Hernández acanto.
Dotación Colectiva, por Osear D. Soto.
Prenda Agraria, por Arturo Parra Manrique.
Inexpropiabilidad de Fundos por Razón de la Extensión, por AH José Venturini.
Documentación e Información Nacional.
Documentación e Información Extranjera.
Recensiones y Noticias Bibliográficas.
Derecho y Reforma Agraria, Revista N'? 2, 1970, (355 págs. ). (Agotado).
Estudios:
Derterminantes Histórico-Político de la Situcu¡ión Agraria Venezolana, por Salvador de La Plaza.
HaCia_una Extensión del Derecho Agrario Venezolano, por M. A. Palma Labastida.
Contratos Agrarios de Estructura Laboral en el Derecho Agrario Venezolano, por Griselda Quintero.
Acción Social y Reforma Agraria, por Osear D. Soto.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 275
Recursos Humanos y Desarrollo Agrícola} por José M. Franco García.
Los Contratos Agro-Industriales} por Ramón J. Duque Corredor.
La Problemática de los Arrendamientos Rústicos y de las Aparcerías} por Juan J. Sanz Jarque.
Aspectos Económicos y Sociales del Cultivo de Trigo en Los Andes} por Alberto Carnevalli.
La Parcela para la Reforma Agraria} por Luis González Vale.
Documentación en Información.
Documentación e Información Extranjera.
Recensiones y Noticias Bibliográficas.
Derecho y Refroma Agraria} Revista N<? 3, 1971, (416 págs.). Precios US$ 4,00.
Estudios:
Propiedad y Empresa en la Fase del Reformismo Agrario} por ·Alberto BallarínMarcial ..
Problemas Legales del Mercado Urbano Rural en Cali} por Luis Arévalo Salazar.
El Saneamiento de Títulos en la Pequeña Propiedad Rústica} por Félix L~greze A.
Número de Beneficiarios de la Reforma Agraria y el Aban- ' dono de Parcelas} por Gustavo Pinto Cohén.
Autonomía del Derecho Agrario Venezolano} por M. A.. Palma Labastida.
276 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
Los Repartamientos y las Mercedes Reales, Antecedentes Coloniales de la Dotación de Tierras, por Ramón J. Duque Corredor.
La Ley Forestal, de Suelos y Aguas, por Ramón Vicente Casanova.
Documentación e Información Nacional.
Documentación e Información Extranjera ..
Recensiones y Noticias Bibliográficas.
Derecho y Reforma Agraria, Revista N<? 4, 1972, (.365 págs.), precio US$ 4,00
Estudios:
La Reforma Agraria en el Perú, por Roberto Mac Lean y Estenós.
La Reforma Agraria en Bolivia, por Arturo Urquidi.
La Problemática de la Reforma Agraria en Argentina, por Lázaro Barbieri.
La Reforma Agraria Venezolana, por Ramón Vicente Casanova.
A Empresa, na Filosofía da Reforma Agraria, por PJ. Paulo Bittencourt.
Documentación e Información Nacional.
Documentación e Información Internacional.
Recensiones y Noticias Bibliográficas.
Derecho y Reforma Agraria, Revista N<? 5, 1973, (400 págs.), precio US $ 4,00.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 277
Estudios:
Elementos para un Enfoque General de la Reforma Agraria Peruana, por Ramón Saldívar.
La Agricultura Chilena y el Período de Transición, por David Lehman.
Análisis e Dinámica da Reforma Agraria Brasileiía, por Octavio Mello Alvarenga.
Derecho Agrario y Derecho Tributario, por Adolfo Gelsi Bidart.
Fundamentos Jurídicos de la Reforma Agraria Integral, por Rodolfo R. Carrera.
La Cuestión Agraria en México, por José M. Franco Garda.
Documentación e Información Nacional.
Documentación e Información Internacional.
Recensiones y Noticias Bibliográficas.
LIBROS:
Ramón Vicente Casanova. Derecho Agrario, Una Doctrina para Reforma Agraria Venezolana, Mérida, Universidad de Los Andes, 1967 (324 págs.), US$ 5,00.
José María Franco García. El Registro de la Propiedad y el Catastro Parcelario en Venezuela y Colombia, Mérida, Universidad de Los Andes, 1970 (251 págs.) US$ 3,00.
Osear David Soto. La Empresa y la Reforma Agraria en la Agricultura Venezolana, Mérida, Universidad de Los Andes, 1973 (307 págs.) US$ 5,00.
Instituto Iberoamericano de Derecho Agrario y Reforma Agraria. (Planteamiento de Creación del Instituto, Acta, Es-
278 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
tatutos y Discurso), Mérida, Universidad de Los Andes, 1973, (85 págs.) gratis.
ENSAYOS:
N'? 1. José María Franco García, ((Allende acbó con el latifundio Chileno", ILDADRA, 1973, (mineo).
N'? 2. José María Franco García, ((Reforma Agraria en el Ecuador", ILDARA, 1974, (niimeo).
8. Cursos y Eventos Administrativos. Auspiciados por el 1.A.N.
El Instituto Agrario Nacional auspició las Primeras Jornadas de Evaluación del Derecho Agrario Venezolano. En tal evento, presidido por Wenceslao Mantilla, cuyo es el mérito de haber impulsado la publicación de varias obras doctrinarias, concurrieron los más notables agraristas venezolanos. Posteriormente el Instituto Agrario Nacional ha propiciado cursos de perfeccionamiento para sus funcionarios, dentro de los cuales cabe destacar el dictado durante el segundo semestre del año 1972, y que contó con la colaboración entre otros, del Profesor Rafael Alfonso Guzmán, conspícuo "iulaboralista" patrio y de José Ramón Duque Sánchez, cuya vocación de trabajo y sensibilidad social nos acerca.
Auspiciados por el CIARA.
Auspiciados por el CIARA, bajo la dirección de Osear Arnal y coordinación docente de Milagros Acosta e I vo Alvarenga, se han realizado cursos· especiales de Derecho Agrario en la sede de dicho Instituto durante los años 73 y 74. En ellos colaboran entre otros, los siguientes profesores y personalidades vinculadas al sector agrario: Carlos Galarraga, VíctJr Gi-
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 279
ménez Landínez, Gonzalo Vivas, José Carballo, Antonio Merchán y Luis La Corte. En estos cursos se han debatido los grandes temas de nuestra materia con la participación de 10s abogados más calificados. Cabe destacar el Foro sobre Reforma Agraria promovido por el Profesor Vargas Muñoz.
9. ~Creación de la Sección de Derecho Agrario e inclusión de la materia en el pensum ordinario.
El año 1972, el Consejo de la Facultad de Derecho de la Universidad Central, a proposición de los Profesores Me1ich y Sansó Rotondo, aprobó la creación de una sección -S- de Derecho Agrario, adscrita al Instituto de Derecho Privado. Un año después y por concurso de mérito efectuado conforme lo dispuesto por el Art. 71 del Reglamento de Personal Docente, al cual concurrieron once postulantes, se asigne dicha sección al autor de esta obra.
CAPITULO III
LOS FINES DEL DERECHO AGRARIO Y LA IMPORTANCIA DE SU ESTUDIO COMO INSTRUMENTO
PARA EL MEJOR LOGRO DE LOS MISMOS
I. LOS FINES DEL DERECHO AGRARIO EN GENERAL
1. Concepto Preliminar.
El Derecho Agrario, tiende al logro de las bases programáticas de la Política Agraria del Estado. En tal sentido se dice que sus fines son trasunto de aquella y vienen impuestos por las exigencias del pleno desenvolvimiento de la Actividad Agraria. Es claro que aquí juegan los valores fund:::lmentales que señalamos en el capítulo segundo, como elementos tdeológicos de nuestra disciplina, a saber: la justicia social, el incremento de la producción nacional, etc.
A! respecto conviene recordar con la mejor doctrinal que "todo fin u objeto factible, es una unidad compuesta de factores y relaciones, por lo que no puede ser condicionada de cualquier modo sino sistemáticamente, según la forma y disposición del objeto".
Es por ello que, se señala2 que cuando el fin es concebido como propósito, el objeto es visto de una vez en unidad indis-
L Cfr. Costa, J. Teoría del Hecho Jurídico Individual y Social, Ed. Buenos Aires, 1947, p. 144 Y siguientes.
2. Ibidem.
282 ALÍ JosÉ V ENTURINI V.
tinta. De ahí la exactitud paradójica que resulta al hablar del fin absoluto, que en nuestro ordenamiento es la "transformación de la estructura agraria", y de los fines, pues, como veremos de inmediato, el problema de los fines del Derecho Agrario Venezolano, se matiza por sus formulaciones normativas. De ellas se deduce una especie de concurrencia entre fines axiológicos (justicia social) y fines pragmáticos (incremento de la producción), expuestos indistintamente con el nomhl"e de fines y objetivos, objeto, etc., en relación con la Reforma Agraria, cuyo fin-propósito, es la transformación, cllantitat.iva y cualitativa de la estructura latifundista. Por eso,podríamos hablar de un fin, de varios fines de un objeto, de variosobjetivos, como veremos de inmediato.
2. Fines y objetivos de la Reforma Agraria.
A. Precisión Terminológica.
La legislación venezolana emplea indistintamente las palabras fin y objeto, para expresar las orientaciones y metas genéricas que se atribuyen a la Reforma Agraria, y por ende al Derecho Agrario (Arts. 1 y 2 de la L.R.A.). A dichas palabras se añade la de objetivos con igual o parecida significación. Sin embargo, parecería conveniente introducir la sig:1Íentc precisión terminológica: Fin: enunciado genérico de naturaleza cualitativa que indica los propósitos y tendencias. Objetivo: especificación necesaria predeterminada legalmente para alcanzar un fin. Dentro de tal conceptuáción los fines fundamentales de Derecho Agrario son, como advertimos, de índole social o de índole económica, los ·cua1es a su vez se especifican en objetivos singulares, para cuyo logro es menester, básicamente la asunción de múltiples cometidos administrativos por el Estado, y la asignación a la normativa jurídico agraria de un papel promociona1, ya del nombre y sus recursos natUl'ales re-
DERECHO AGRA.RiÓ VENEZOLANO 283
novables, ya de la producción. Todo lo cual lnvolucra atribuirle una función tutelar humanística y una función tutelar económica.
B. Los fines desde el punto de vista positivo.
a) .promoción del hombre rural.
b) Incremento de la producción.
Vinculada al mandato rector del Art. 105 de la Constitución Nacional, la Reforma Agraria Venezolana tiene como término y fin de los actos que conlleva, la transformación de la estructura latifundista, conformada con relaciones de tenencia contrarias a la Justicia Social, mediante la incorporación· de la población rural al desarrollo integral de la Nación.
De manera clara el Art. 1'? de la Ley, expresa:
"La presente Ley tiene como objeto la transformación de la estructura agraria del país y la incorporación de ~u población rural al desarrollo económico, social y político de la Nación, mediante la sustitución del sistema latifundista por un sistema justo de propiedad, tenencia y explotación de la tierra, basado en la equitativa distribución de la misma, la adecuada organización del crédito, y la asistencia integral para los productores del campo a fin de que la tierra constituya para el hombre que la trabaja, base de bienestar social y garantía de su libertad y dignidad".
Dentro de la perspectiva positiva que nos da el ordenamiento jurídico venezolano, y especialmente, los citados Arts. 105 de la Constitución Nacional, en concordancia con el Art. 1'? de la Ley de Reforma, puede afirmarse, sintéticamente que
los fines del Derecho Agrario son, de una parte la promoción del hombre rural y de otro el incremento de la producción. Más, tal enunciación genérica se articula en objetivos y funciones específicas, cuya clarificación compete a la Doctrina, teniendo en cuenta no sólo la pura expresión normativa, sino como dijimos, los lineamientos de la Política Agraria del E5-
284 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
tado, y principalmente, aquellos incorporados al Plan de la Nación. En síntesis los fines del Derecho Agrario son de lndole social y de índole económica, que no otra cosa persigue la Reforma Agraria Integral como fórmula plena y arquetipo necesario de la Actividad Agraria.
Reiterando lo anterior, puede decirse que el Derecho Agrario Venezolano debe implementar dos fines generales: un fin social (promoción del hombre rural) y un fin económico (promoción de la producción rural). Antes de detallarlos un poco es menester fijar su vinculación con los fines absolutos del Derecho y con el papel interventor que el Estado moderno se asigna para el adecuado cumplimiento de los mismos.
3. Vinculación de los fines del Derecho Agrario, con los fines del Derecho y el intervencionismo estatal.
Los fines del Derecho Agrario, se vinculan en relación condicionante, a los fines del Derecho en general. Por ello es importante preterminar la noción de bien público temporal. 3
Dentro de la concepción supreempírica se obtendría su adecuado sentido a través del valor o de los valores a los cuales debe atribuirse igual validez absoluta que al valor de lo justo; pues a ellos, o más exactamente su servicio debe adecuarse toda la instrumentalidad jurídica. 4
Precisamente, y como corolario de tal vinculación, es que hoy se destaca como una necesidad el intervencionismo esta-
3. Cfr. Dabin, J. Teoría General ... " Trad. Javier Ossett. Ed. Madrid, 1955, p. 208 Y siguientes.
4. Es obvio que el punto de vista anterior resulta de armonizar la noción del bien público temporal, de corte iusnaturalista, aunque perfectamente aplicable a todo ordenamiento, con la valoración axiológica de Radbruch, posición que compartimos por su diafanidad y realismo. En este sentido: Radbruch, G. Filosofía del Derecho, Segunda Edición, EDRDP. Madrid, 1944, p. 71 Y siguientes.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 285
tal en las relaciones jurídico-agrarias. El Derecho -se dice--s
"como ciencia social, es cambiante y evolutivo, pues a nuevas necesidades, nuevas instituciones; más, sus transformaciones y la cualificación que las mismas otorgan a ciertas ramas como el Derecho Agrario, se deben, al "desarrollo creciente de las ideas socialistas, que dan preeminencia al interés colectivo.' sobre el interés individual y a la formación de grandes grupos económicos que han suprimido la libre concurrencia y colocado a los consumidores en una inferioridad tal, que de no mediar la intervención del Estado sucumbirían".
4. Paridad y Disparidad de los aspectos socio-económicos.
Los aspectos socio-económicos deben valorarse de una manera equilibrada. Ninguno ha de privar sobre otro, al menos en las hipótesis normales; es más, deben especificarse, conforme al principio de integralidad que aconseja ver el proceso reformista como un todo inescindible,6 dentro del cual se busca resolver, como desideratum, la problemática del desarrollo. Podemos hablar entonces de cierta paridad de los objetivos. Los proyectistas de nuestra Ley de Reforma debatieron mucho, y privó el criterio de que en cuanto a los objetivos, no debería haber subordinación J sino armonización por lo que para cortar la discusión se sintetizó el problema expresado que el objetivo fundamental de la Reforma Agraria es El Hombre cuyo mejoramiento se busca mediante 'su incorporación al desarrollo económico, político y social de la Nación. Mas, es bueno recalcar, como lo hace un notable agrarista patrio,7 que la
5. Cfr.Alessandri, A. El Contrato Dirigido. En "Las Actuales Orientacbnes del Derecho", Ed. Nacimiento, Santiago de Chile, 1942, p. 16.
6. Cfr. Giménez Landínez, Víctor, La Reforma Agraria Integral, op. cit., 1, p. 35.
7. Cfr. Gabaldón R. Productividad Agrícola ... " En El Nacional, Caracas, 8-1-69.
286 Ad JosÉ VENTURINI V.
productividad agrícola, y todo 10 que contribuye a la davación de la misma, debe gozar de la más alta prioridad dentro de los planes de desarrollo promovidos por el Estado.
Vale por tanto recordar la proposición no contrastada, de los preautores de la Ley.8 "Propongo que como objetivo básico, . además de mejorar la eficiencia productiva de la agricultura, se añada, la declaración de los sistemas atrasados de propi~dad y de explotación, especialmente ellatifundo y el minifundo, ya sin preeminencia del objetivo del desarrollo económico, y, tomando en cuenta lo que se aprobó ya, al menos en la Subcomisión Legal: El derecho de los campesinos a la tierra) por el cual todos y cada uno de los campesinos se convierten en sujetos del derecho a ser dotados de tierra".
Conforme a la paridad enunciada} no parecería exacta la difundida opinión9 de que nuestra Reforma, al igual que todas las hispanoamericanas, es predominantemente social, en virtud de que los conceptos de eficiencia) productividad) maximización de insumas} etc. quedan subordinados a dicho cometido. Tal criterio, basado en los datos analíticos aportados por el estudio de varias reformas, señala que los aparentes aumentos de bienes agrícolas se deben, antes que la mejora de los índices unitarios de productividad, a la incorporación de nuevas tierras) circunstancia ésta que explica, por otra parte, la persistenciaen el cuadro tenencial· latinoamericano del binomio latifundio-minifundio y, por ende, revela fácticamente la primera pues'se le concede al factor social. Ahora bien, como indicamos antes, el planteamiento jurídico-positivo de nuestro Derecho Agrario rechaza la interpretación alternativa al igual
8. Cfr. Ver MAC-RA-SE, I1, p. 17), Intervención Francisco Mieres. 9. En este sentido es útil consultar el trabajo del profesor J. M. Franco Gar
da. La Importancia de las' Instituciones Legales en el Desarrollo Agrario. Primeras Jornadas de Mérida. 1968, p. 20 Y siguientes.
DERECHQ AGRARIO VENEZOLANO 287
que la exclusivista. Por ello parece útil reafirmar el criterio sincrético, cuya medida nos propugna una normativa coherente incompatible con la visión utilateral. No obstante lo dicho consideramos que la praxis reformista, 10 condicionada por las exigencias científicas de la política Agraria, podría establecer prioridades concretas, provisionales, de mio u otro objetivo, atendiendo a las precisas sugerencias de una realidad rural, cada vez más cambiante y por ello cada vez más dialéctica. Para concluir así no es necesario apartarse del método jurídico, pues, puede afirmarse, conforme al realismo jurídicoll que ({las normas de Derecho Agrario presentan en su base una gran capacidad de adaptación, que si bien es común a los otros sectores, se acentúa más en esta rama por la complejidad de los fenómenos agrarios a que las mismas se refieren con una eficacia esencialmente correctiva".
5. Diversidad de los sujetos agrarios como consecuencia de la pluralidad de fines-objetivos.
A. Armonía clasista.
Como consecuencia de la pluralidad de fines-objetivos, y dada la diferente estratificación social de los productor~$ del campo, el ordenamiento venezolano prevee dos tipos básicos de sujetns, portadores de intereses jurídicos agrarios activos, a saber: los beneficiarios directos sujetos de tuición (cam1"esinos); y los beneficarios directos sujetos de colaboración (productores autónomos o empresarios rurales) (Art. 65 y 86 de la L.R.A.) . Tal dualidad implica el reconocimiento de un· sector campesino y un sector empresarial que deben atmonizar-
10. Cfr. Delgado, Osear: Algunas Reformas Agrarias en la América Latina .. Ed. FCE. México, 1964, p. 735, Y siguientes.
11. . Cfr. Franco, J. M. op. et locus cit.
288 ALÍ J os~ V ENTURINI V.
se.12 Por ello se afirma13 que "el cometido del ordenamiento agrario, para el cumplimiento de su fin inmediato económicosocial, es la función jurídica de coordinar todos los intereses que concurren al proceso productivo buscando que el beneficio sea proporcional". Esto significa la necesaria valoración de las relaciones jurídico agrarias sean de carácter empresarial o pre-empresarial. Procurando sacar a flote cuál ha sido el concurso de cada uno de los sujetos que integran la relación productiva pára el logro del resultado específico.
B. Simbiósis necesaria entre los llamados Derecho Agrario Terrateniente y Derecho Agrario Campesino.
Dentro de la concepción marxista, habría que distinguir entre Derecho Terrateniente y Derecho Campesino, el primero sería la sistematización normativa, institucional y práctica de los intereses y de la conciencia social de las clases históricamente dominantes en la sociedad rural. El segundo sería aquel específico de la clase campesina. Conforme a tales premisas nuestro Derecho Agrario es Derecho Terrateniente.14 Mas, en virtud del ecleticismo constitucional, ésto no es absolutamente cierto, pues, por la armonización señalada, se produce al menos en la esfera normativa, una simbiósis necesaria.
12. Cfr. Catiglioni, Julio. La Reforma Agraria en Venezuela. R. J. Tucuman, 1968.
13. Cfr. Dorta Duque, M. op. cit. p. 8. 14. Sobre el punto de vista marxista en relación a nuestro Derecho Agrario,
puede consultarse con provecho el excelente ensayo del Profesor Losada Aldana. ((Venezuela Latifundio y Sub-desarrollo"; especialmente la página N~ 74.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 289
Il. CORRELACION ENTRE LOS FINES GENERALES DEL DERECHO AGRARIO Y LAS FUNCIONES ESPECIFICAS QUE ESTE DEBE CUMPLIR: FUNCION TUTELAR ECONOMICA COMO INSTRUMENTO DEL DESARROLLO AGRARIO.
1. Correlación entre fines y funciones.
Para lograr los fines generales que le son propios, el Derecho Agrario ha de cumplir, dos funciones también genéricas, de diferente estructura, signo valorativo, que se deducen correlativamente. Tales son, la función tutelar humanística, inherente a la promoción del hombre rural, y la función económica tutelar, inherente a la promoción empresarial. Ambas funciones sirven, obviamente, como instrumentos del desarrollo agrario. En este sentido ilustres maestros han señaladols que la normativa agraria, y la actuación de la Administración al respecto, no están dadas, como sucede ordinariamente, en otras ramas, para la definición y mantenimiento de un orden jurídico conforme a ciertas condiciones socio-económicas y étiCIS de la comunidad; sino para dar al productor una ayuda positiva, evitándole daños y procurándoles ventajas, porque, por encima de todo, hay un fin objetivo: ayudar al incremento de la producción nacional sin desmedro de la persona humana. Es por ello, que como destacaremos en el capítulo correspondiente,t6 el método de nuestra rama ha de ser uno propio, que procure la máxima adaptación de la norma de las necesidades concretas de sus destinatarios, observando las reacciones que provoca, y toda vez que la experimentación sea practicable por eso la doctrinal7 insiste en afirmar que "estando el Derecho Agra-
15. Cfr. Orlando. Tratado ... }) Milán, 1930, Tomo V, p. 6. 16. Cfr. Pérez Llana, E. op. cit. p. 32. 17. Ibídem.
290 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
rio destinado a brindar normas jurídicas a una realidad económico social) no sería lícito teorizar al margen de esta realidad". Esto no significa aceptar que el Derecho vaya siempre detrás de la realidad pues hay casos en que aquél se adelanta y la prepara; pero más que al Derecho esta última misión compete a la Economía y a la Política del Estado.
2. Derecho Agrario y Desarrollo.
Según destacados maestros/8 el Derecho Agrario está predeterminado a ser un factor de desarrollo social. Debe conjugar, por ello, de la manera más adecuada, todos los valores activos de la comunidad nacional en procura de un beneficio creciente para los sujetos primarios cuales son los campesinos y, por eficacia causal) para los demás sujetos o individuos, tales como los productores autónomos. El desarrollo sectorial del agro, ha de entenderse dentro de nuestras pautas axiológicas (Justicia Social), no como "incremento creciente en la generación de bienes que evidencien el progreso sino como incremento equilibrado ético y material.
Es claro que esta función desarrollista es concorde con las exigencias de un cambio sustancial en el sistema norm,üivo de la Actividad Agraria, circunstancia que no es extraña a todo el agroreformismo contemporáneo. En efecto, se ha dicho19
que las legislaciones agrarias de postguerra involucran una profunda re-estructuración de las categorías civilistas, pues, {(de hecho los cambios habidos en las condiciones de la Agricultura y el contexto social) llaman necesariamente a un cambio en las instituciones)) .
18. Cfr. Sánchez de La Torre, Angel. "Sociología del Derecho" Ed; RDP.-Ma: drid, 1965, p. 329.
19. Cfr. Savatier, R. Legislación ... " op. cit., 12.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 291
En este orden de ideas la doctrina venezolana apunta20
que la Reforma Agraria es también, conforme a ciertas premisas de la ciencia económica, algo pragmático, donde la distribución o redistribución de la tierra se presenta como una precondición del Desarrollo.
En otras palabras se insinúa que el Derecho Agrario al promover la incorporación demográfica, como modo de promoción, del hombre rural, lo hace con el fin específico de Jograr en el plano sectorial metas de perfección. En este sentido podría decirse que el Derecho Agrario es una rama del Derecho de Desarrollo que, para algunos 21 representaría el reagrupamiento de las categorías jurídicas existentes, para instrumentar el régimen del Desarrollo. De más está decir que, por mandato constitucional, esto implica la participación equitativa de todos los venezolanos en la riqueza pública según los principios de la justicia social (Art. 95 y 106 de la CN.).
nI. LA FUNCION TUTELAR HUMANISTICA EN PARTICULAR.
1 _ Planteamiento. pluralista.
Para cumplir su fin social básico, el Derecho Agrario acude a su función tutelar humanística procurando en primer término, la promoción del campesino,· sujeto primario de lá función social (Art. 65 L.R.A.), y, paralelamente, la promoción del productor autónomo, en sus modalidades de pequeño y mediano empresario. Esto significa justamente la incorporación de la población rural al desarrollo social y político de la Nación, incorporación que se guía por el principio de conversión
20. Cfr. Casanova, R. V. op. cit., DA; p. 93. 21. Cfr. De Sola, René. El Nuevo Derecho del Desarrollo. Boletín de la Aca
demia de Ciencias Polícias N~ 36. Caracas, 1968, p. 183 Y siguientes.
292 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
en mejor tenencia, según el cual el desideratum es: todo productor arriba a la categoría de propietario de la tierra que tra· baja (Art. 1? L. R. A.).
La promoción social, como insinúa la doctrina francesa22
se satisface dentro del cuadro personal. Es si se quiere, una concreción mandatoria del derecho cívico-constitucional al libre desenvolvimiento de la personalidad (Art. 43 C.N.); por 10 tanto se dirige a la esfera del individuo, por lo que su grado e intensidad, así como las instituciones específicas que la prolijan, tales como la asistencia y extensión agraria (Art. 57 y 127 de L.R.A.), están dadas de acuerdo a las características de cada región.
2. Planteamiento conflictual.
La tuición o tutela del Derecho Agrario sobre el factor humano, se modula al principio de equidad, por 10 que hace de nuestra rama un instrumento defensivo, no meramente réguIador. Esta característica, vuelca a la instrumentalidad específica del Derecho Agrario hacia planos evidentemente sustantivos, buscando no el buen uso de la norma jurídica frente a Uf! orden indiferente o neutro; sino una valoración activa e integral. Ser tutelar, por lo mismo significa, una ingerencia positiva de la Autoridad en las relaciones jurídico-agrarias, y una visión protectora de los órganos jurisdiccionales frente a las mismas. En este sentido el planteamiento conflictrtal23 de la tutela agraria conduce a considerarla como un instrumento cuyo fin es resolver una situación de carácter social conflictiva o repugnante a la conciencia moral de la comunidad, que
22. Ver Megret, J. Droit Rurale. ESF. París, 1956, Tomo II, p. 19. 23. Este es el pensamiento del Profesor Aguilera Carnacho, en Derecho Agrario
Colombiano. op. cit., 36 y ss. También en su ensayo El Derecho Social 11 la Reforma Agraria. Lima, 1967, p. 495 Y siguientes.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 293
sugiere no a la aplicación formalista o deductiva de la Justicia común, sino a la interpretación hominum causa, para extinguir o neutralizar el conflicto.
3. Sentido humanístico integral.
Al auspiciar la promoción campesina, el Derecho Agrario no se transforma en un exclusivo Derecho de clase, sino en un instrumento operativo, de acuerdo a las transformaciones de la Reforma Agraria. En este orden de ideas debe rechazarse la tutela causística sólo a los campesinos. En efecto, como parte del gran orbe del Derecho, nuestra disciplina participa en su base ontológica de un acentuado carácter humanístico, vale decir, es un instrumento para servir al hombre: {{Totum ius hominum caUsa constitutumJJ
; se proyecta inmeditam~nte al sujeto singular -campesino--- productor, e inmediatamente a la comunidad. En otras palabras se dice24 que por su nsturaleza altamente calificada el Derecho Agrario tiene un destinatario inmediato el agricultor (en sus diversas categorías productivas), y otro mediato, de carácter societario y global la Comunidad Nacional, para cuya satisfacción vital está dirigida la producción rural. Por 10 dicho, la primera labor de todo intérprete o aplicador del Derecho Agrario es aislar dentro de la relación jurídica el puesto que tiene el sujeto en el escalafón tutelar, ajustándolo a los lineamientos de la Planificación Sectorial.
Podría pensarse, extremando la conexión, que la base humanística del Derecho Agrario, es más profunda e intensa que en otras disciplinas. Así, la doctrina española,25 envuelta en
24 . En líneas generales este es el pensamiento y palabras de agraristas connotados. Así el Profesor R. Carrera, a quien sigue Giménez Landínez, Ver: Derecho Agrario ... IJ op. cit.
25. Cfr. Ruiz G., Joaquín. El Hombre 'Y la Tierra. FSR.
294 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
su inevitable impronta metafísica, insiste en la importancia del Derecho Agrario, no sólo como un orden regulador de la Tierra a la cual está ligado el hombre, tierra animada, ser de la tierra, ser en la tierra y ser para la tierra. Recuérdese que tierra para los griegos era lo que todo engendra, y que hombre viene de humus, que según San Isidoro en su Etimología significa barro. Precisamente, y con su escolástico signo se insiste en que el quehacer agrario parte del dominio del hombre sobre la Tierra en virtud de la ordenación Divina que subordina lo inferior a lo superior y somete lo inanimado a lo sensible. Así se piensa que, pasando de la etapa eglógica, a la geórgica, donde el hombre es ya un ser con las cosas, la presencia de la Tierra sobrecoge al ser humano, que requiere como el gigante Anteo, tocar el suelo para recobrar su plenitud, que en la mitología perdió Hércules cuando fue alzado en vilo por
• 26 sus enem1gos.
IV. FUNCION TUTELAR ECONOMICA EN PARTICULAR.
1. Planteamiento constitucional.
Para cumplir sus fines y objetivos económicos, el Derecho Agrario tiene necesariamente que cumplir una funCión tutelar económica, que incide, obviamente, sobre la Producción como proceso y resultado, así como sobre las entidades que la generan: Recurso natural renovable, explotación, preempresaríal o empresarial. En efecto, para nuestra disciplina, centrada en la Reforma Agraria integral, el manejo de la tierra debe hacerse, . bajo pautas dinámico-racionales, para producir. No otra cosa significa el Art. 105 de la Constitución cuando orde-
26. Ibídem.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 295
na complementar la dotación campesina, con los medios necesarios para hacer producir la tierra. La Función Tutelar económica del Derecho Agrario, ha de traducirse siempre en una afirmación positiva de la producción, y todo lo que conduzca, por interpretación o aplicación a menoscabarla, disminuirla, o distorsionarla, es contrario a los fines supremos de nuestra disciplina y debe corregirse actualizando dicha función.
2. Pensamientos del Anteproyectista.
De las Actas de la Comisión de Reforma Agraria, surge la idea de que la función tutelar económica de nuestra disciplina es algo fundamental, que no debe apocarse por la pura tuición personal, en efecto se dijo:27
27. Fsr.
"El Dr. Coutsoumaris expuso que de la lectura que había hecho de esta Declaración le habia surgido una duda sobre la finalidad de la Reforma Agraria, a juicio de esta Subcomisión Económica; que le gustaría aclarar, porque de la forma como ella se resolviese podía depender en mucho la orientación que estaba dando a su trabajo, que, como es sabido, se refiere a los efectos económicos de la Reforma Agraria. Explicó que quería saber si la Subcomisión consideraba la Reforma Agraria como un problema de ajuste en la estructura agraria del país, lo que, desde luego, iba a implicar una distribución y redistribución de la tierra, o si, en una forma más general, se comprendía dentro de ella la materia del desarrollo económico general de la agricultura y de la ganadería, dentro de programas de desarrollo económico general del país y repitió que dependía de uno o de otro enfoque el que fueran mayores o menores los efectos de la Reforma Agraria que se realizaría. El Dr. Carrillo Batalla le explicó que, conforme a los conceptos expresados en la Declaración de la Comisión de Reforma Agraria que ya había sido aprobada por las diferentes Subcomisiones a proposición nuestra y conforme al criterio sostenido en el comité Coordinador, la obra de la Reforma Agraria debe ser una obra integral en donde se resuelvan al mismo tiempo
296 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
problemas económicos, sociales, educacionales, sanitarios, de vivienda, etc., que tal había sido, además el criterio aprobado por esta misma Subcomisión Económica, a proposición. del Dr. Maza Zilvala.
Por su parte, el Dr. Quero Morales explica que ese también es el concepto que se desprende del Derecho que creó la Comisión de Reforma Agraria, el cual no podía leer por no tenerlo a mano en este momento: pero, básicamente insistía en esta idea del desarrollo agrícola y pecuario integral" .
3. Pensamiento Parlamentario.
Pued~ afirmarse que la función tutelar económica de nuestro Derecho Agrario es inequívoca en el pensamiento parlamentario. Aparece claro está, como paralela o compleme::ltaria de la función tutelar humanística. Así se dijo:28
"En realidad cada vez que nosotros hemos hablado o escrito acerca de la Reforma Agraria hemos compartido el criterio de que no solamente se trata de lograr el mejoramiento social del campesino, meta de por sí plausible y justa, sino también de impulsar producción económica nacional para que la actual escasez en nuestra economía básica se transforme en abundancia en los años futuros.
Indiscutiblemente, el Proyecto de Ley Agraria venezolana es a ese respecto bastante serio e integral, por que no solamente se limita a luchar contra aquellas formas de tenencia de la tierra, como el latifundio ~n sus diferentes acepciones, que suponen y traen consigo la explotación tremenda del campesino nacional, sino que también tie!lde a aumentar la productividad y la producción real del país al propio tiempo que se ocupe, para lograr este alcance de la asistencia técnica y de la protección crediticia, sin descuidar tampoco una cuestión bastante interesante, sumamente importante en las cuestiones económicas en el mercado".
28. Cfr. Herrera Campins, L. MAC-RA- SE III, 3, p. 34 RAC, 1, 338.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 297
4. Sentido y alcance general de la función tutelar económica conforme a las nociones de desarrollo y función social.
Este derecho promocional, que el es Derecho Agrario, que sincréticamente pretende conciliar el ser y el producir, propugna una técnica de gran equilibrio cuya premisa básica es ajustar el sentido de sus postulados. Por ello conviene destacar cual es el sentido y alcance general de la Función
. Tutelar Económica conforme a la noción de Desarrollo, sin perjuicio de ahondar el tema cuando estudiemos el principio del incremento de la producción nacional. Para ello nada mejor que la enseñanza de dos grandes de la economía venezolana. Veamos.
Pensamiento del Dr. Uslar Pietri.
Nuestro insigne maestro ha dicho :29
La verdad es que la palabra desarrollo es equívoca o, por 10 menos, multívoca. Demasiadas cosas distintas se arropan bajo su breve y vaga enunciación. Hay, desde luego, el problema de los países pobres sumidos en el atraso y en la improductividad de una economía tradicional de agricultura primitiva y exportación de materias primas, que necesitan recursos que no tienen, para empezar a modificar, a través de la educación, de la salud y de las obras de infraestructura, su situación de irremediable y a veces creciente carencia. Pero no es éste todo el problema, sino una p~rte, de él. Acaso la más dolorosa, pero no la más dinámica.
El mundo no está dividido en dos tajantes categorías. Hay diversos grados de pobreza o de riqueza. Hay toda una escala de numerosos tramos que va desde las sociedades en estado o en estado de primitivismo casi arqueológico, hasta la situación de las superpotencias mundiales. Ya no se puede tratar simplemente, como en el siglo XIX, de pasar de una economía agrícola a otra predominantemente industrial, ahora la cosa es más complicada. Hay muchos tipos de sociedad industrial. Desde las de industrias elementales con tecnologías simples, hasta las de mayor avance que producen las más sofisticadas formas de la electrónica y del utilaje de
29. Ver El Nacional, Caracas, 4-11-73.
298 ALf JosÉ VENTURINI V.
la vida moderna, y hay ya además el comienzo en 9lgunos países, de 10 que se llama la sociedad posindustrial.
Esto explica el caso de países que podrían clasificarse como industriales y que no sOn ricos, y de países preindustria1es y productores de materias primas, como los del Golfo Pérsico, que están. entre los más ricos del mundo. Si fuéramos a clasificar los dos centenares de países que hay en el mundo en esa escala ascendente en relación con la noción de desarrollo, hallaríamos pronto que hay bastante más de dos situaciones o de tres mundos. En rigor hay muchos mundos".
Pensamiento del Dr. Carlos DJAscoli.
Para éste, es necesario fijar con la mayor prudencia el sentido del desarrollo nacional y especialmente el que se refiere al sector agrícola, pues el mismo lleva implícito "problemas de selección" que deben ser bien ponderados. Al respecto afirma:30
"La presente escasez mundial de algunos productos agrícolas está inclinando a algunas mentes, en este país y en otros, a lanzarse sin más meditación por la trayectoria de un impulso al crecimiento sin tasa ni medida de ciertos productores del agro porque, al ver de esas imaginaciones calenturientas por una situación que bien podría ser circunstancial, de proceder como sugieren, seguramente se contaría para una colocación de las respectivas cosechas no sólo con el mercado interno sino con otros de exportación, de ahora en adelante permanentemente anhelantes de recibirlos y bien dispuestos a pagarlos bien.
Se ha visto en el pasado que cada vez que se presenta una situación de escasez y alza de precios de un producto agrícola los países que lo exportan se disparan a aprOvechar la ocasión plantándolo en cantidades superabundantes; y que obtenida la cosecha respectiva, se presentan las calamidades de la abundancia peculiares de una economía mundial de mercado, se vienen al suelo los precios y agobia la miseria a los productores, que, siendo pior 10 general el Ter-
30. Ver El Nacional, Caracas, 17-10-73.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 299
cer Mundo, carecen de soportes financieros organizados que les permitan sobrellevar la crisis. El caso particular a rememorar es el de café en nuestro país en la época en que ese producto era el eje de nuestra economía. Al ocurrir periódicamente como 10 hacían, buenos precios para el grano, los hacendados se endeudaban hasta la coronilla para expandir los cafetales; y luego, con igual periodicidad, se venía abajo el café en los mercados internacionales y p'rolifet:lban las quiebras, la pérdida de fundos rurales y hasta los suicidios en el campo venezolano y era inconmensurable la miseria para los peones y sus familias.
Estas enseñanzas deberían inclinar a ser cauto. No pretendo en. modo alguno desanimar las intenciones políticas o particulares de impulso a la agricultura. Pero por lo menos debemos sujetarnos al dicho de lengua inglesa que aconseja nó meter todos los huevos en un solo canasto. Hay que diversificar los cultivos. Abandonar la tendencia al ;nono cultivo y a la monoproducción. Pensar, por ejemplo, que hay riesgo de que superen al presente incremento de la demanda de azúcar y la desborden los esfuerzos de los países p'l'Oductores de tener más fuertes zafras que encaminar hacia los mercados internacionales. Estos mismos, y de los más cercanos en la hoya del Caribe y Estados Unidos, están esperando nuestras legumbres y nuestras frutas sin que se haga nada de fuste para promover su producción. Porque empecinados estamos en recorrer las frutas tradicionales, se carece de imaginación y de iniciativa para cambiarlas y por eso, a este respecto también, nos dejará el autobús mientras nos empeñamos en este país de altos salarios, en competir con los. salvajes de taparrabos de la Melanesia, eliminando el cacao para sembrar como en lugar de importar la compra de allí y exportar al mundo pastillas y bombones de chocolate".
Productividad) economicidad y función social.
La función tutelar económica del Derecho Agrario, se dirige, como ya se dijo, al incremento de la Producción Nacional, y específicamente al incremento de la producción sectorial. Más, conviene destacar, que no se satisface el fin económico, por ende, no se cumple la función tutelar, procurando el simple aumento cuantitativo de bienes agrarios. Es menester buscar el más elevado Índice de productividad: Tal cualidad re-
300 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
sulta como imperativo técnico del aprovechamiento dinámico racional de los recursos naturales renovables y se exige, en cier~ to modo, como meta de la explotación de la propiedad agraria tanto la ordinaria, como de la dotatoria (Art. 19 L.R.A. ). Hasta que punto esto es correcto, 10 revela el Art. 66 único de la L.R.A., según el cual la óbtención de un nivel superior al promedio de productividad normal, da derecho al beneficiario de la dotación, a que se le condone el remanente de la deuda contraída para su adquisición.
La productividad es el índice de eficiencia en la correcta aplicación de los factores de producción. Para alcanzarla toda la actividad de investigación agraria lleva como fin implícito lograr su aumento.
Por eso el Art. 126 de la L.R.A., impone al Estado coordinar y orientar la investigación científica necesaria hacia la solución de los problemas que confronta el desarrollo ~.gropecuario del país.,
Justamente, a la vista de tan determinante intervención estatal, se ha dicho que el Derecho Agrario es una rama del Derecho de la Economía, que, considerado o no como Derecho Públic031 se caracteriza por "exaltar el aspecto dinámico de la empresa, sobre el estático de la propiedad".
Ahora bien, como se verá más adelante, la productividad, meta óptima de la producción, a su vez fin supremo y revelatorio de la economicidad de nuestra disciplina, se resuelve en el concepto de Función social de la propiedad que nosotros concebimos normativamente con arreglo a la actuación empresarial. Es decir, que en el Derecho Agrario venezolano la propiedad agraria no puede ser estática, pues, al dejar a un
31. Cfr. Savatier, R. Les Métamorfhoses ... " Dalloz, París, 1959, p. 111 Y siguientes.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 301
lado el dinamismo productivo la inversión estatal se hace presente, al menos formalmente, a través de la afectación (Art. 22 L.R.A.), y eventualmente, a través de la presión tributada (Art. 20 L.R.A.).
IV. IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DEL DERECHO AGRARIO.
1. Importancia sicológica.
El estudio del Derecho Agrario es importante, tanto desde el punto de vista sistemático, como desde el punto de vista instrumental. Esto resulta obvio en un país cuya estructura Agraria está en proceso de revisión, sin emba~go, aún suscita resistencia, por el llamado conservatismo jurídico, forma de pensar, y más que de pensar, de ser, de la mayoría de los cu1-tores del Derecho. Ante tal actitud, cobra relieve el papel formativo que asignamos a esta obra, y el cual nos obliga a referencias motivaciona1es, no estrictamente jurídicas, aunque ciertamente comprensibles a la luz del dístico romano de que el Derecho es el conocimiento de las cosas divinas y humanas ... El Estudio del Derecho Agrario procura formar. .. es decir ((educar al estudiante en el pathos o gozo de la investigación y en esto radica la máxima misión de la que puede y debe aspirar la Universidad como Institución de la Ciencia o del Intelecto,'.32
Formar quiere decir, en otras palabras y con expresión orteguiana, provocar la voluptuosidad intelectual.
2. Importancia Sistemática.
La doctrina destaca como finalidades específicas del estudio del Derecho Agrario las siguientes :33
32. Cfr. Mayz Vallenilla, E. Universidad, Ciencia y Técnica en RFD. N~ 9, Caracas, p. 134.
33. Cfr. Cerrillo y Mendieta. op. cit., 132.
302 ALt JosÉ VENTURINI V.
El conocimiento sistemático de su contenido, cuya lmidad desde el punto de vista histórico, jurídico, económico y sociológico, exige esa forma de conocimiento. Esta findlidad, es, por otra parte requisito sine qua non para su formulación cien tífica.
La aplicación del conocimiento sistemático-unitario de la materia, a la formación, desarrollo y aplicación del ordena miento positivo, mediante una expresión jurídica que es cada vez mejor a las necesidades sociales que rige.
El afianzamiento de la seguridad jurídica.
Obviamente el estudio del Derecho Agrario contribuye con la precisión de sus conceptos, y los descubrimientos de las reglas operativas, a la seguridad jurídica del mundo rural, porque las categorías iusagraristas, hacen menos necesarias las mu~ taciones legislativas. En efecto, la labor de estudio, dará nacimiento a visiones y concepciones, que reactualicen, o adecúen la intención del legislador, sin necesidad de cambios en el ordenamiento positivo. Esta finalidad, claro está, es común a todo estudio científico del Derecho, al cual se impone como necesidad objetiva, dado que el valor seguridad integra el concepto del Derecho mismo, algunas veces con opacamiento de su otro valor correctivo: la justicia.
3. Importancia para el desarrollo socio-económico.
Un preocupado jurista zuliano destacó con precisión y elegancia el papel del Derecho Agrario en el desarrollo S0c10-
económico del país; al efecto dijo en una memorable conferencia: 34
"Advertimos que el Derecho Rural es aquel que regula las relaciones económicas, sociales, financieras, políti-
34. Cfr. Morillo Romero, Francisco. op. cit., p. 7 Y siguientes.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 303
cas y administrativas del Estado y los particulares que habitan en comarcas rurales o efectúan tareas de tipo campesino. Y que, como todo Derecho, es fenómeno social que emerge de la realidad del ámbito geográfico donde a su vez ha de regir. Pero, si bien producto del medio -tomado en su más amplia acepción-, al medio puede cambiar, con la sola excepción de la fuerzas irreductibles de la naturaleza que no ceden ni se acuerdan a norma alguna. Y así como la Historia crea también el Derecho piara sufrir luego los beneficios efectos del mismo, así el Derecho Rural, consecuencia legal y normativa originada de una circunscripción de ella, si bien sancionada por el Estado, modifica el medio campesino, le da nueva fisonomía económica y social, buena o mala, y enrumba la actividad particular por los senderos que la filosofía política, la persecución del bienestar público y el afán de superación habrán de indicar. y sí, como Juego veremos, tanto precisa nuestro país de una acción enérgica para destruir o enervar los males que le afligen, no cabe duda de que el Derecho Rural ha de tocar p'uesto de avanzada en las activas vanguardias de nuestro proceso de desarrollo o recuperación. Por tanto, urge su difusión, su aprendizaje y su vigencia amoldándolo o creándolo, según lo indiquen las circunstancias, para que, conocido por expertos y profanos,' coadyuve a la treman da labor de estructurar nuestra nacionalidad. Y éstas han de ser tareas de profesores, conferenciantes, periodistas y de la innumerable legión de los que sufrimos el impacto de la inquietud espiritual especulativa y nos dedicamos a las concretas actividades económicas de tipo campesino. Juntos y armonizados podremos hacer mucho, plero mucho también habrá de luchar, debatir y discurrir para aventar a la sima de desventuras y torpes ambiciones de exclusivo lucro personal que envuelvan detrimiento de nuestra salud pública, de nuestros bienes naturales y de nuestros recursos renovables. Difundir estas ideas, orientar estos planes y ejecutarlos con lujo de eficacia es esfuerzo patriótico tan meritorio y merecedor como la realización de las más acabadas tareas intelectuales, propias de almas superiores. No podemos, sin grave riesgo, perder contacto con la realidad económica nacioDal porque sobre ella se asienta nuestra estabilidad social y se reclinan, seguras, nuestras capacidad y oportunidad !yara dedicarnos a las labores superiores del espíritu".
Se trata no ya de una académica importancia, se trata de algo trascendental, que, como veremos en el anexo antológico,
304 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
ha sido advertido después por los más conspicuos agraristas contemporáneos y consagrado por innumerables organismos internacionales.
CAPITULO IV
EL METODO DEL DERECHO AGRARIO
l. INTRODUCCION.
1. Concepto.
Por Método del Derecho Agrario se entiende el conjunto de formulaciones generales y especiales, necesarias para ordenar el contenido y determinar el alcance de los preceptos, con vista a la investigación, exposición y aplicación. l Para formar conceptos l bis e interpretar y valorar los hechos jurídicos, es necesario observar ciertos lineamientos, seguir un camino trazado de antemano, so pena de obrar empíricamente; este camino es, precisamente, el método, que, para nuestra disciplina, es, en suma, un plan específico para el dominio de la realidad ;urídico agraria.
Algunos2 consideran que un método propio y característico de nuestra disciplina sería tan quimérico como afirm1r su autosuficiencia.
Ahora bien, este planteamiento, no toma debidamente en cuenta el aspecto sectorial de la Actividad Agraria, pues, si como expusimos, esta es aislable, precisa un método propio aun
1.
ver: Santa"" _ Ed. Muldgrafo, Caraca., _
-. .. ... ~todo para la enseñanza de Derecho )logía de la enseñanza del Derecho.
1. bis. Bielsa R. Metodología, op. cit. 27. 2. Ballarín, A. Introducción... 339.
306 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
cuando no exclusivo, que organice esa particular realidad y verifique, como exigencia científica, su reductio ad unum. Ahora bien, puesto que la realidad jurídico agraria se sustenta en las relaciones de conexión, (concordante o discordantes), de sus fuentes materiales, con susfüentes formales, se colige que el método del Derecho Agrario deberá tomar en cuenta, cuando menos, los faCtores históricos económicos, sociológicos y 8gtotécnicos procurando la máxima adaptación de las normas de las necesidades de los destinatarios3
• El manejo de tales factores requiere usar una técnica específica, que, como sabemos, es el arte operativo que el oficio y el poder creador del jurista plasma en diversos cánones de acción y reflexión.4
El fondo de la cuestión sigue siendo la misma que se plant<:!aba Bacon: acumulación fáctica, clasificación, e -intellectus siDi permississ vale decir, rienda suelta al espíritu, sólo que ahora6 el científico tiene para escoger su orientación dentro del iusnaturalismo, el positivismo, el sacrologismo, la jurisprudencüide intereses, la fenomelogía, el logicismo, el estructuralismo, etc.
'. En este sentido el Derecho Agrario no escapa de las exigencias sitemáticas de toda disciplina jurídica: la investigación y exposición analítica de su materia u objeto, no como agregación, sino como. conexión orgánica.7
Recordemos además que todo debe jerarquizarse conforme a las tendencias finalistas de la norma,por eso el método del Derecho Agrario, como parte indiscutible del Derecho de
3. Cfr. Pérez Llana, Ed. op. cit. 30., 4. P,ara un amplio análisis de este punto ver: Bielsa, R. Metodología .. '·op.
cit., páginas '305 Y siguientes. . .' 5:' Lalonde, A. Teoría de la Inducción, Ed. Losada. B p. 59. . 6. Cp. Hernández Gil, A. Metodología de la Ciencia del Derecho> Madrid Fsr. 7. Para este punto ver: Bunge, Mario. op. cit., p. 10 Y siguientes.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 307
la Economía,8 se dirige, no tanto a buscar la interpretación, reconstruyendo la intención que el legislador expresó en la norma para resolver un conflicto de interés específico; como a buscar el fin que se trate. de alcanzar, el cual para el sistema venezolano no es otro que el incremento de la producción nacional dentro de la justicia social. (Art. 95 C.N.).
La metodología iusagrarista, bien sea para fines doctrinarios o de aplicación jurisdicional, o administrativa, debe seguir fundamentalmente en la realidad inmediata. En efecto, es menester examinar las normas y las instituciones por ella generadas, 'frente a la realidad, sopena de realizar análisis geométricos, inútiles, anacrónicos, o falsos. lo Ahora bien, 10 dicho no es novedoso, pues ya sabemos que todo Derecho es transitivo, 10 cual supone una conexión inexcusable con su realidad. Más, como acertadamente se ha dicho,tl esto no significa que el Derecho Agrario, como cualquier otra rama jurídica tenga necesariamente que estar detrás de la realidad, o simplemente proyectándola en sus hipótesis normativas. En efecto, la misma función impulsiva 10 lleva a preparar los cambios y a sobrepagar la realidad. Es por ello, que surge el control finalista como elemento correctivo, para cuyo propósito el Derecho Agrario se sirve de ciertos principios de la política agraria.
2. Metodología creativa y metodología interpretativa.
Puede hablarse de una metodología creativa y de una constructiva o doctrinaria.
La primera requiere base interdisciplinaria. En efecto, para la creación de la norma agraria se debe tomar en cuenta que
8. Cfr. Tortolini, G. Validitá attuale dell, insegnamento di Zonabini. (s-rda-) Giuffré, Milán, 1964,' p. 513.
9. Fsr.
308 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
ella no es sólo expresión posterior de los factores socio-p.conómicos, sino de una decisión volitiva del legislador basada en fundamentos racionales. En cierto modo nuestra Constitución recoge estos principios (Art. 50 C. N.) al señalar que la enunciación- de los derechos' y garantías en ella expresados no debe atenderse como negación de otros, que siendo inherentes no a la persona humana, no figuren expresamente en ella .. Al respecto la doctrina12 aconseja considerar como fundamentos racionales los siguientes: conocimiento o toma de posición sobre los problemas; desarrollo de varias soluciones o modelos; confrontación de los modelos teóricos y prácticos previsión del modelo más adecuado. Todo lo anterior con la colaboración ínterdisciplinaria.
::. La metodología interpretativa es en el fondo una variante de La Hermeneutica Jurídica y a ella remitimos.
11. Los ELEMENTOS DE PONDERACION METODOLOGICO COMO PROYECCION DE LAS FUENTES.
1 .. Concepto.
El método del Derecho Agrario debe ser integral,13 vale decir, comprensivo de todos los elementos que deben ponderarse. Dentro de los fines específicos del ordenamiento, no son otros que las fuentes materiales y las fuentes jurídicas. Esto significa que los aspectos antes señalados sirven, en relación de medio a fin, para cumplir cabalmente los propósitos agrore-
10. Bielsa, R. Metodologia, p. 33. 11. Pérez Llana, E. op. cit., 30. 12. Cfr. Baur, Frizt. Comenti Metodologici ... ", RDA. 1964, p. 396. 13. Mendieta y Núñez, L. Introducci6n ... n , p. 59.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 309
formistas que se expresan teleológicamente en los fines y objetivos previstos por el Art. 1'! de la Ley de Reforma.
2. El factor Económico.
A. Aspecto general.
Es claro que por incidir sobre la Producción Nacional, el sistema iusagrarista debe contar con las leyes particulares de la ciencia económica rural.13
bis
La búsqueda y determinación de los principios generales de nuestra disciplina mira los factores numéricos. Esto no debe inducir14 a confundir la Economía Agraria con el Derecho Agrario, error de la misma monta que confundir el Derecho con la Economía. Analíticamente la cuestión debe plantearse separando en cada supuesto de estudio, las circunstancias económicas en tres dimensiones:
-circunstancia económica determinante: esto es el cúmulo de elementos que representan el momento en que nace la figura, objeto de análisis.
-circunstancia económica vinculante: esto es, el desideratum que, dentro de la idea de desarrollo, cobra determinada figura. Recordemos que el D.A., tiene como norte servir de instrumento a las transformaciones estructurales que configuran la Reforma Agraria (Art. 1'! L.R.A.).
-circunstancia económica excluyente: esto es, el panorama que tiene que enfrentar el aplicador de la norma en un momento dado conforme a las exigencias de la Producción Nacional.
13. Cfr. Carrara, G. op.· cit. 29. 14. Ibídem.
310 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
B. Intereses primarios y secundarios.
El factor económico destaca la presencia eventual en la Realidad Agraria) de varios intereses. Así, al valorar la norma se debe tomar en cuenta los intereses primarios y secundariosls
para que refulga su finalidad que no debe romperse nunca por otras consideraciones.16 Dentro de este orden de ideas es obvio que el interés objetivo de la producción que exige utilizar racionalmente el recurso fundiario, está en primer lugar. En efecto se dice: que la especialidad del Derecho Agrario responde a ciertas exigencias prácticas para favorecer el desenvolvimiento de la Actividad Agraria y de proteger en forma directa los intereses rurales/7
c. . El nivel de Vida.
El manejo del factor económico debe buscar obviamente la elevación del nivel de vida, superando el mínimum vital. Esto es imperativo constitucional (Art. 77 C.N.) y mandato expreso del nuevo Estatuto del Fondo de Inversiones Agropecuarias, que especifica, en cierto modo, la Tutela Laboral prevista por el Art. 7 de la L.R.A.
Conviene advertir, no obstante, con la doctrina francesal8
que el nivel de vida) no es puramente económico, pues resulta de: índice de riqueza biológica (espacios verdes, agua superficial; pureza-aire; pureza-agua; i-de ruidos). Más i-de riqueza artística + i-de riqueza científica.
15. Meilán,]. 1. op. cit. p. 75. 16. Ibidem. 17. Cfr. Galloni, G. op. cit. 449. 18. Cfr. Saint Mare, Phillippe. Socialistation de la Nature. Stok. A-Am2n.
Francia, 1972.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 3i!
3. Factor Histórico.
El método del Derecho Agrario supone el estudio de las instituciones en su origen y evolución, para comprender el significado actual. 19 Pero, como acertadamente se ha dich020 la Historia sólo debe servir para esclarecer el presente, y de ningún modo para desestimarlo o desvirtuarlo, sin acudir a la Historia, no se encontraría la cabal explicación de una norma o institución. Muchas veces es difícil o imposible procurar el ajuste contemporáneo de una figura jurídica sin conocer su génesis. Ahora bien, conviene recordar que el papel de la historia en el método jurídico-agrario puede ser útil además, en, losretornos, y las llamadas constantes; que ameritan recurrir, antes que a fórmulas fantásticas, a los viejos instrumentos. El dato y la metodología histórica pueden servir, pues, como punto de partida, cronológico, pero complemetándose con las necesidades sociales del momento que propone su consideración.21
4. Factor Sociológico.
El método del Derecho Agrario debe establecer las relaciones inmediatas entre las instituciones y la realidad social en que operan.22 Por ello el factor sociológico proyectado' al Derecho Agrario revela por una parte, la eficacia de la norma, esto es su efectiva aplicación, y por la otra los datos necesarios para facilitar la misma y evitar que el Derecho Agrario se con~ vierta en un nuevo Derecho Indiano. Ya sabemos que los elementos que configuran la realidad jurídica, a pesar de ser más inestables que los que componen la realidad física, son: verifi-
19. Mendieta, L. Introducción, 6l. 20. Ibídem. 21. Cfr. Aguilera Camacho, A. op. cit., p. 37. 22. Mendieta, L. Introducción, 61.
312 ALÍ JosÉ VENTURINI V.
cables. En tal sentido se ha dicho23 que en la realidad jurídica nunca aparecen variables absolutas; porque sus elementos normativos e institucionales poseen una cierta coherencia lógicofuncional en virtud de la cual se antepone la razón del hecho a la razón del argumento. 24
5. Factor Agrotécnico.
Los pioneros del Derecho Agrario contemporáneo25 destacan que el análisis del factor agrotécnico es fundamental para la cabal comprensión de sus instrucciones.
No se entendería, o se entendería mal, el sistema jurídico-agrario si se omite su consideración agrotécnica. Corresponde, pues, al buen método jurídico agrario poner de relieve las circunstancias agrológicas, dasanómicas, etc., que condicionan una determinada relación, y evidenciar, a través de los imperativos agro técnicos la regularidad normativa de las mismas.
lI. ADECUACION DEL METODO.
1. Actitud telúrica.
Dentro de la perspectiva sectorial es recomendable una actitud sicológica favorable a los problemas del AGRO, núcleo de la Actividad Agraria. Se busca "un estado de espíritu que perciba distintamente el latido de la madre tierra cuando se nos ofrece con toda la gam"a de sus matices y el idioma de sus relieves, desde la lírica inspirada por la magnificencia de la naturaleza, hasta la elegía salida del duro penar para cosechar
23. Sánchez de la Torre, Angel. Sociologia del Derecho, Ed. RDI. Madrid, 1965, p. 236.
24" Fsr. 25. Fsr.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 313
el fruto de sus entrañas. Si no se ama la tierra, si no nos emocionan sus encantos, si no nos apasionan los misterios de sus procesos biológicos, si no comprendemos el sentido íntimo de la vida en el campo, se hará difícil, y siempre resultará 3in calor, el estudio de los problemas agrarios. Será así, porque, como en todas las cosas, el verdadero amor implica coordinación de inteligencia y sentimiento, ya que, sin sentimiento, el raciocinio no pasa de ser un frío producto de laboratorio, de la misma manera que, sin control intelectual, la emoción es efímera J' la pasión, degenerando en apasionamiento, puede resultar perjudicial por excesiva".26
2. Visión interdisciplinaria ({(Ruralism").
Es necesario partir tanto del Derecho Público como del Derecho Privado, para situar en línea los aspectos y correlativos de cualquier institución objeto de estudio. Así, cuando se analiza la propiedad agraria debe tenerse presente la Constitución Nacional, los Tratados que la contemplan, el Código Civil y todas las leyes administrativas. La integralidad normativa supondríi7 agotar todos los aspectos de las instituciones desde la perspectiva sectorial.
En ese sentido hoy se habla de ruralism, como forma de agotar una determinada institución viéndola desde sus perspectivas: jurídica, económica, sociológica, agrotécnica y política. Se piensa,28 que la realidad existencial es inescindible, aunque conceptualmente pueda mostrarse en diversas formas.
26. Fsr. Capms y Arboix. 27. Fsr. Camps y Arboix. 28. Fsr. Camps y Arboix.
ALÍ JOSÉ VENTURINI V.
3. Perspectiva desarrollista.
El Derecho Agrario debe coordinarse a todo el desarrollo del país. De ahí que no representa el esquema de una realidad constituida, sino el instrumento que abre las puertas del desarrollo.29 Como legislación enfocada hacia el porvenir opera con una concepción esencialmente dinámica del proceso de transformación, dando cabida a todas las variantes que impongan las mutaciones, que se derivarán de la Reforma y que, desde un punto de vista de necesidad legal, prevé el artículo 7 de la Ley como consecuencia ineluctable.JO
4. Nomogénesis.
Por cuanto el simple acaecer social impone prontas mudanzas claro que, para adaptarse a ellas, es menester ajustar, que no abrogar, la ley. Esta función evolutiva es por sí misma delicada, y conlleva una antinomia que es inherente a toda labor de interpretación, esto es: el confrontamiento entre la ob-· jetividad del texto legislativo y la subjetividad del intérprete que revive a aquél mediante sus propias categorías mentales3
!
5. Dinámica y Justicia.
La relevancia del fin agrotransformativo, debe establecerse con respecto a las metas de la ley. Es decir, es una transformación respecto a la realidad dada, frente al cuadro general de la actividad agraria del momento. Por ello, desde el punto de vista de la dinámica jurídica, debe verse hasta dónde las situaciones creadas al amparo del ordenamiento agrario son
29. Fsr. 30. Fsr. 31. Fsr.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 315
perdurables. Al respecto cabe indicar que la tendencia dinámica empuja ad infinitum. En efecto,32 sustitución y la transformación propuestas por la ley se refieren, no a un determinado tipo o sub-tipo de jerarquización económica, sino a un SISTEMA JUSTO de propiedad, tenencia y explotación de la tierra (Art. 1? L.R.A.). Por ello el desenvolvimiento de los grupos sociales, irá imponiendo, en cada estadio de la evolución del país modificaciones indudables, de signo ascendente, en virtud del inevitable refinamiento de la idea o valor de la JUSTICIA. En consecuencia, el principio agrotransformativo no se agota en la sustitución del actual sistema; pues la soluciones pueden cambiar no sólo con el tiempo, sino con las ,situaciones geográficas, ambientales.33
6. Dinámica y Equidad.
Dentro de la corriente autonomista la idea de una metodología especial del Derecho Agrario, no desconoce el predominio de la ley, sólo que la envuelve en un halo de equidad a fin de que el jurista tenga un amplio radio de acción para enfocar los problemas. Por ello es inaceptable cualquier interpretación que no se opogan a los propósitos finalistas aunque, se acoja tendenciosamente la letra de la ley.34 Importa destacar que, por ejemplo, en un conflicto agrario, no se derime una controversia común; pues, la decisión tiene consecuencia que pueden afectar el orden social genera1.35
7. Valoración político-agraria y sincretismo ideológico.
Toda norma jurídico-agraria, debe interpretarse y aplicarse, partiendo de un análisis de la estructura agraria,36 des-
32. Fsr. 33. Fsr 34. Fsr. 35. Fsr. 36. Fsr.
316 ALf JosÉ VENTURINI V.
tacando la medida en que las instituciones a que se refiere el mandato legal responden a las necesidades de la comunidad.
Para ello la Política Agraria, como acción del Estado tendiente a orientar las conductas intersubjetivas dentro del ámbito rural, conjuga interpretaciones o modalidades de hecho a medida que la tecnificación avanza y la tecnocracia se afianza en el poder administrativo.37 Conforme pues, con la mejor doctrina podemos afirmae7 que el método del Derecho Agrario debe tomar en cuenta los principios fundamentales de la Política Agraria, a saber: la conservación de los recursos naturales renovables y el incremento de la producción. Tales premisas al t~ansformarse en principios jurídicos expresos, inspiran y fUIldamentan las normas e instituciones agrarias en su función reguladora de la vida social rural. Conviene recordar, no obstante que en la consideración de la Política Agraria no debe soslayarse el sincretismo ideológico de nuestro legislador. En efecto, las ideologías como sistemas de ideas y actitudes t:on pretensiones de objetividad y universalidad, portan o pueden portar de manera abierta o reticente los intereses de grupo, o de dase.38 Piénsese, como afirman los maestros,39 que la realidad histórica asoma las ideologías, no como inócuo sistema de ideas, puede afirmarse que el ordenamiento agrario venezolano es producto de un sincrestimo ideológico, por cuanto a su elaboración, salvo reservas especiales, contribuyeron todas las ideologías determinantes que conforman el panorama nacional.40
37. Fsr. 38. Fsr. 39. Fsr. 40. Fsr.
DERECHO AGRARIO VENEZOLANO 317
8. Nacionalismo y comparativismo.
Para los agraristas sudamericanos41 el Derecho Agrario como rama jurídica especial es autóctono, en el sentido de que nace y se desarrolla en suelo americano por la influencia que en la vida social y económica tiene la Actividad Agraria en nuestros países. En virtud de este carácter posee originalidad y espontaneidad. Al respecto se dice42 que es quizá la primera rama jurídica que no se basan ni doctrinal, ni legislativamente en los modelos europeos. Esto es relativamente cierto, pues la interación jurídica contemporánea nos presenta influencias recíprocas que deben destacarse en el estudio de cada institución. Así por ejemplo, cuando abordemos, el Patrimonio familiar, la empresa agraria, el régimen forestal tendremos que ocurrir a fuentes internacionales. En efecto, puesto que estamos en un proceso de homogenización social, a escala internacional, debida la intercomunicación contemporánea, y dado el aspecto productivo, esencialmente idéntico, que caracteriza la Actividad Agraria, es aconsejable tener presente el Derecho Comparado. 4J Esto cobra relieve ante la perspectiva integracionalista del Estado Venezolano (Art. 108 C.N.) respecto al Derecho Agrario Latinoamericano.44 Recuérdese sin embargo que la valoración comparatista no puede traspasar los límites de la Realidad nacional y que los transplantes indiscriminados generan rechazos. En este orden de ideas es casi un lugar común señalar que: 45 El Derecho Agrario, por referirse a una realidad socio-económico de acusada tendencia hacia la estratificación y, por ende, a la particularización, presenta un signo nacionalista e incluso regionalista. De ahí que deba desarrollarse mira1zdo
41. Fsr. 42. Fsr. 43. Fsr. 44. Fsr. 45. Fsr.
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hacia adentro. De escaso valor podrían resultar algunas veces tanto las teorías extranjeras cuanto las experiencias de otros países. No quiere decir que deba tomarse una actitud de subestimación, ni mucho menos de impermeabilidad a las elaboraciones seculares que pueda aportar la ciencia comparativista. Lo que se quiere denotar es que en las formulaciones del Derecho Agrario deben cernirse los aportes extraños para evitar que se mezclen confusamente. La razón es obvia: se trata de un ordenamiento, que como ningún otro enraiza en la propia tierra) bajo un cierto grado de determinismo geográfico) climático) demográfico. Tal carácter comprobable, hace inadecuado el universalismo de nuestra rama, al contrario de la tendencia universalista del Derecho Mercantil.
El carácter antedicho, como una señal intensa, pregona que nuestra novísima rama existe urgida por una necesidad concreta.
Se ha llegado a extremar el carácter nacionalista del Derecho Agrario, diciendo46 que importar figuras o instituciones jurídicas, bien de otros tiempos, o bien de otros espacios, es decir de otros pueblos, es, por igual, absurdo y antisocbl. Con todo no debe olvidarse que a medida que se standariza la Actividad Agraria en el mundo, nos acercamos a un Derecho Agrario menos vernáculo.
9. Lenguaje Adecuado.
La concepción realista del Derecho Agrario propugna el uso de la terminología propia de la actividad rural en el país de que se trate.47 En nuestra patria la terminología rural tiene acentos hispánicos e indígenas. En nuestro campo aún se man-
46. Fsr. 47. Fsr.
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tienen significativas palabras impuestas por el uso inmemorial. Esto se observa tanto en los contratos y relaciones jurídico agrarias escritas, como en la múltiple contratación verbal. Es cuestión de relieve realizar la compilación de las palabras.
Piénsese en la palabra bienhechuría (Art. 33 Ley Reforma Agraria).
IV. CONCLUSION.
Reformando la necesaria conexión entre las fuentes materiales y las fuentes formales del Derecho Agrario, podríamos concluir, siguiendo la mejor doctrina,48 que nuestra rama tiene el deber de desarrollar un método que facilite la tarea legislativa y de aplicación a cuyo fin la ciencia jurídico-agraria debe ofrecer una base racional que, esquemáticamente resumimos así:
-Perspectiva sectorial interdisciplinaria. -Valoración desarrollista de los micro y macro proble-
mas agrarios. -Valoración comparatista de esquemas alternativos para
solucionar los problemas con análisis de su viabilidad racional, y proyección de los resultados analíticos al estudio de los resultados prácticos obtenidos en el momento, extrayendo la verdadera relación de eficacia entre la solución postiva y la norma o institución empleada para su regulación.
-Referencia al elemento vernáculo.
Para lograr lo anterior se recomienda la centralización en una entidad científica de todas las tareas preparatorias de las Leyes y Reglamentos concernientes a la actividad agraria.49
48. Fsr. 49. Fsr.
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