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JOHN Y DAYAN SE ENCONTRARON POR CASUALIDADES DEL DESTINO, SUS VIDAS ANTES HABRÍAN LLEGADO A SER BASTANTE DURAS, PERO POR CUESTIONES DEL CAMINO LLEGARON A ENCONTRARSE. FUERON POCOS LOS MOMENTO QUE VIVIERON JUNTOS, PERO, QUE LOS LLEGARON A UNIR DE POR VIDAS. AUNQUE POR CUESTIONES DEL CAMINO AHORA DIVAGABAN POR LA VIDA ENAMORADOS UNO DEL OTRO. MÁS LUEGO DE UN TIEMPO TODO ESTABA POR CAMBIAR, PUES LO QUE NO SE SABÍA ERA EL DURO Y DOLOROSO SECRETO QUE HABÍA ESCONDIDO DAYAN DURANTE GRAN PARTE DEL TIEMPO EN EL CUAL HABRÍA ESTADO COMPARTIENDO CON JOHN Y QUE DESTRUIRÍA NO SOLO LA VIDA DE JOHN EN PEDAZOS SINO TAMBIÉN LA DE SU MADRE QUIEN HABÍA ESTADO EN COMPAÑÍA DE LOS DOS DURANTE TODO EL TIEMPO TRANSCURRIDO.
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“Un absurdo sueño de amor”
P R O D U C T I O N
Jonatan Andres Torres Gomez
“Una mala palabra, cambia todo el contexto de una historia”.
JONATAN ANDRES TORRES GOMEZInstitución Educativa Campo Valdes
Grado 10-1
Capítulo I
Eran pequeños, corrían, sonreían, se odiaban, y hasta lloraban, pero siempre
estaban a su lado. Él, solía ir a la casa de Dayan todas las noches con Juan
su mejor amigo, se quedaban hasta tarde charlando, luego de pasar un
tiempo con ella, él iba se iba para su casa, cogía el celular y le enviaba un
“corazón” a Dayan.
Fueron esos los momentos más importantes que él pasaba con ella o habrá
sido las veces cuando salían al parque y aunque no podían demostrar
realmente el sentimiento que llevaban por dentro, que conectaba la mirada
del uno con él otro cada vez que se veían, Aun así era la ilusión de amor
más hermosa de toda su vida.
John tenía ocho años de edad, cabello rubio y ojos grises, de color piel y con
una mirada profunda y locuaz. Vivía con su mamá Stephanie y su padre
William en una casa a las afueras de la cuidad, eran una familia humilde y
querida, los vecinos que tenían a kilómetros de su casa les colaboraban con
la mayoría de sus cosas, ya que muchas veces no tenían que comer, vestir o
donde dormir porque no tenían mucho dinero. Su casa estaba fea y
agrietada, tenían parches en el techo por el cual entraban gotas de agua casi
todas las noches, y las ratas se paseaban por su piso como si fuera un
comedero de queso, las condiciones en las que John y sus padres vivían no
eran realmente las mejores, pero tenían algo fundamental, algo que los unía
en los momentos más duros y se llama “amor”.
u padre trabajaba informando a las personas que estaban ubicadas a las
afueras de la cuidad.
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William se levantaba todas las mañanas, su esposa le preparaba un
chocolate caliente y le daba un pedazo de pan blando, él lo comía con gran
apreció, al terminar iba por su caballo gris con manchas marrones, se
montaba y salía hacia su trabajo.
Un poco más tarde, su madre preparaba el desayuno a John y a las 7:00 de
la mañana lo despertaba para que fuera a comer y luego ayudará con las
labores de la casa.
Al padre de John, William, le había estado empezando a ir mucho mejor en el
trabajo, y a pesar de que el dinero que ganaba no era mucho, había estado
empezando a ahorrar un poco.
Un día antes de irse a trabajar, William fue donde John ansioso y feliz.
— ¡John, Despierta! —Exclama William.
— ¿Qué sucede? —pregunta John con un gran bostezo y con su
almohada encima de su cara.
— Levántate, escúchame… He estado ahorrando un poco de dinero del
que me he venido ganando y ya casi tenemos para mudarnos en un
par de días para el centro de la cuidad. Encontré una casa que no es
muy grande, pero, será lo suficientemente cómoda para nosotros y así
también podrás empezar a estudiar…
— ¡¿Enserio?! —dice John con un gran salto de su cama.
Para John era un gran alivió ya que ya tenía ocho años e iba muy atrasado
en su estudio, aunque su madre le ensañaba algunas cosas en las tardes, no
era mucho, como lo que podía llegar a aprender en la escuela.
Al otro día en la noche, llegó William de trabajar, eran las 7:30 de la tarde.
Ese día William salió temprano, ya que por lo común el solía llegar a las 9:00
de la noche. Fue al cuarto de William y llamaron a su mamá, querían orar y
dar gracias a Dios por todo lo que les habían brindado.
2
No obstante, antes de empezar y que dijera la primera palabra. Escucharon
un trueno exorbitante, y de repente empezaron a caer gotas, se escucharon
más fuertes de lo común, y seguido de un ventarrón, se desato un aguacero.
John y su familia asustados y sorprendidos, fueron a la pieza de William y
Stephanie, Era la pieza en la que menos caían chorros de agua. Trajeron
algunos trapos más para cubrirse, se tranquilizaron y poco a poco se fueron
quedando dormidos.
Al siguiente día, cuando William el padre de John se levanta y examina
cuales pudieron a ver sido los daños que había causado la lluvia de la
anterior noche. Vio que había sido más de lo que pensaba... Su casa estaba
casi destrozada. Atemorizado fue donde John y Stephanie, los despertó y les
dijo:
— La casa está hecha trizas… El ventarrón y la fuerte lluvia de ayer,
tumbó varias tejas, y la cocina la destrozó, las ollas y cucharas están
por doquier, y la comida que teníamos se perdió…
Por suerte el dinero que tenía ahorrado William estaba debajo de la cama
matrimonial, donde estaba protegido y cubierto por el viejo colchón.
Algunos de sus vecinos se dieron cuenta de lo que había ocurrido con la
casa de la familia de John y sin dudarlo fueron deprisa a ayudar y reparar
lo que podían. Les llevaron algo de comer, enlatados, jugos, algunas
frutas y verduras. Esto, era lo que tenían para sustentarse al menos por
tres días, luego de eso deberían salir hacia la cuidad para reubicarse y
mudarse a la casa que el padre de John había encontrado días antes.
3
Mientras tanto, Abby y su hija Dayan caminaban por el centro de la cuidad
con unos cuantos pesos. Los militares las habían sacado de su casa… Abby,
no sabía qué hacer. Ella ya se había separado de su esposo hacía unos dos
años y se había quedado sola, con su hija Dayan de tan solo siete años.
— Ya han pasado dos años, vivirá en aquella casa antigua…— Pensó
Abby.
Más no lo pensó dos veces y fue hacia la casa de Jack, su exmarido.
Ellos se habían conocido en la preparatoria. Habían tenido un amor de
novela, después de que salieron, decidieron estudiar Diseño Gráfico, el
destino siempre los tenía unidos, hasta que… Tuvieron una hija. Jack, no
estaba preparado, así que decidió irse, “¿razón?” Una profunda
cobardía…
Cuando Abby llegó a la casa de Jack, y tocó la puerta…
— ¿Quién? —dijo una vos suave, y tierna.
Entonces de allí salió una niña — ¿Es posible, otra hija? —pensó
Abby confundida. Al Salir la niña se dirigió diciendo…—Soy la Hija de
Jack, ¿Qué necesita? —Abby solo quería un poco de dinero para
mantener a su pequeña hija…
Jack se asomó detrás de la puerta con su otra mujer. Jack estaba
sorprendido al ver a Abby allí, salió enseguida.
— ¿Qué quieres? —dijo Jack. Abby le comentó lo que había pasado. Así que
Jack, entró rápidamente a casa y saco un cofre, se lo entrego a Abby y le
pidió que se marchara, que ahí habría suficiente dinero para Dayan y ella.
Abby con su mirada hacia el piso, dio media vuelta, y se marchó… Camino
hacia un paradero de buses y se montó en el primero que vio, cuando iba a
montarse visualizo en los escalones una pequeña fotografía, era de un chico,
parecía simpático, la cogió y se la dio a Dayan…
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Dayan sostiene la fotografía contra su pecho mientras mira por la ventana del
autobús que se aleja del lugar, y de una cuidad fría e impredecible. Los ojos
de Abby se llenan de lágrimas, no sabía que iba a hacer cuando llegará a su
destino. — ¿En qué voy a trabajar para mantener a mi hija? —… ésta y otras
preguntas pasaban por la mente de Abby.
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Capítulo II
John, su madre y padre, llegan a la cuidad, a su nueva vida, y a otra etapa.
Apenas tienen los recursos necesarios para sobrevivir. Llegan a la casa de la
cual su padre les había hablado…
—Es agradable y amplía, además de que queda al lado del colegió —dice
John contento y con gran asombro.
Era tan diferente a donde vivía, allá, había silencio y tranquilidad, casi
siempre, mientras no llovía o soplaba el viento. Pero, aquí los carros hacían
ruidos extraños y solo pitaban estruendosamente, “era molesto”, pero
estaban seguros que se irían acostumbrando, después de todo no había
nada que no pudieran soportar si estaban juntos.
Esa misma noche antes de ir a dormir William dice:
— ¡Deberíamos darnos un gran abrazo, porque a pesar de todo, hemos
superado todas las pruebas, y también superaremos las que vendrán!
En pocos días John… Empezarás tu estudió, en la Institución Carlos
Vázquez Galán. —John muy contento lanza un grito de felicidad al aire,
mientras que sus ojos se empañaban de lágrimas.
Mientras tanto Abby y su hija a no muchas cuadras de donde se habían
mudado John y sus padres. Llegaban a un pequeño apartamento, en el
cual podrían quedarse por un tiempo, un tercer piso, ya que, un primo de
Abby, se lo había facilitado… para Abby era una bendición poder tener un
techo en donde pasar algunas de las siguientes noches que se
avecinaban, sin saber qué cosas buenas o malas podrían pasar.
6
A la mañana siguiente William el padre de John había ido a buscar un trabajo
en el cual se pudiera desempeñar muy bien, para poder ganar buen dinero
para mantener a su familia. Caminó las calles de la cuidad de arriba para
abajo, y no encontraba nada, estaba agotado y ya no sabía qué hacer. Miro a
lo lejos un periódico que bailaba suavemente con la brisa, Así que se dirigió
a cogerlo, cuando se fijó en la lista de empleos, “encontró una bacante para
repartidor-repartidor… De periódicos…” No había otra cosa que podía hacer
mejor que informar a las personas, sin pensarlo una vez más se dirigió hacia
la dirección que estaba allí.
— ¡Yo vine por la bacante! —dijo William al llegar a aquella empresa, los
empleados le sonrieron y le dijeron que el Jefe se encontraba al fondo.
Al entrar al fondo, William, vio a un hombre bien parecido, elegante,
pulido y muy formal. Él, al ver la actitud y las ganas de trabajar que tenía
William, lo contrato inmediatamente, sin papeles… Sin expediente, tan
solo…Le dio una oportunidad “Isaac, se llamaba su nuevo jefe”. Era un
hombre querido y respetable, era cuidado por todos y un gran ejemplo.
Así mismo, Abby salió en la mañana a buscar un trabajo, ella era buena en
las matemáticas. Cuando estudió Diseño Gráfico era buena haciendo los
cálculos y lo demás relacionado con ello. Mientras que caminaba por las
calles, ¡Vio a lo lejos un edificio muy alto! Abby había soñado con trabajar en
un lugar así y estar en el último piso administrando todo desde allí.
— ¿Por qué no ir? tal vez solo tal vez puede haber un trabajo para alguien
como yo… — Pensó Abby. Y, decidida se dirigió hacia ese gran
edificio. Al llegar, al primer nivel, vio un anunció que decía “Se busca
contadora”
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Abby sabía que si no aprovechaba esa oportunidad, tal vez, luego no se
presentarían ninguna más, así que fue y se presentó, “Ella confiaba en
que todo iba a salir bien”.
Después de una semana, un día en la mañana, llegó un hombre. El cartero.
— ¡Abby! ¡Abby! —gritó William con mucho entusiasmo. Ya llevaba maso
menos una semana trabajando de cartero y le estaba yendo muy bien.
Al rato, se asomó Abby. Con sus ojos hinchados, despelucada, pálida y
sin organizar… — “Es-es como si el sol no hubiese acariciado sus
mejillas, y su alma no estuviese con ella” Pensó William por dentro.
— ¡Recibió una carta Señora Abby! —Abby, con gran intriga camino
lentamente hasta su puerta, extendió su mano y no espero ni un
segundo más para leerla. Así que meticulosamente la destapo, abrió y
Leyó…
“14 de abril de 2008
Cordial Saludo
Abby Aida Johnson.
En éste comunicado le queremos informar que apreciamos su interés en
laborar con nosotros. Como empresa hemos encontrado que usted tiene
buenas cualidades y desarrollos en los que puede llevar a nuestra empresa
a un gran nivel, y en la cual usted también se puede desempeñar con gran
facilidad por sus buenos dotes, queremos decirle que para nosotros es un
privilegió tenerla a usted dentro de nuestros enlaces, y negocios sociales y
cotidianos en nuestro servicio de crédito y ahorro para personas de tercera
edad.
Puede venir esté Lunes 21 para empezar a laborar.
8
¡Muchas gracias!
Atte.
Gerson Henao Ortiz”.
Abby desesperada de la felicidad deja caer sus lágrimas que bajan
suavemente por sus mejillas.
Todo empezaba a mejorar, todo se tornaba mejor.
“Después de que la vida la golpeaba, ahora le llevaba flores”.
9
Capítulo III
…“Cuatro años después”.
— ¡No sabes cuánto te odio! — le dice Stephanie a William furiosa.
“John salé corriendo de su casa del desespero”.
Mientras que en casa de Dayan, se preparaba ella y su madre para salir a
comer un helado. Cuando están en la puerta escuchan un llanto, miran
alrededor y ven a un pequeño desamparado, él levanta su rostro…
— ¿Cómo te llamas? —pregunta Abby esperando auxiliarlo.
— John… — responde con su cabeza gacha y su vos reprimida.
— ¡John, yo me llamo Abby ¿quieres ir a comer helado conmigo y mi hija
Dayan?!...
— John está muy triste, no quiere hablar, pero, en realidad si quería
helado. Le gustaba mucho el sabor de Brownie y hacía mucho que no
comía.
Así que con delicadeza toma la mano de Abby y respondiendo; — Si,
por favor… —Abby sonríe.
A Dayan le parece lindo el chico, ella estaba contenta de que él las
acompañara. Pensaba que tal vez podrían tener una linda amistad y
probablemente la ayudaría con sus tareas y le haría compañía cuando
estuviera sola, pero, a él no le interesaba nada, ni siquiera ella, que a
pesar de que tenía un pelo negro y largo y una mirada penetrante, no le
causó gran impresión. Solo la veía como una chica más, como las de su
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colegió, La Carlos Vázquez Galán. Eran chicas egoístas, creídas, e
hipócritas… O Bueno, eso era lo que opinaba John.
Aunque en realidad no todas eran así, él no estaba muy interesado en los
temas del amor que digamos, él, prefería salir a pasear o a despejar su
mente un rato de las cosas de la cuidad, después de todo pensaba que
caminar por la cuidad no haría mucho daño, y que se podría acostumbrar
al igual que su madre y su padre pero, no fue así, nadie se acostumbró.
Su padre y madre últimamente solo hacían sino pelear y pelear, andaban
muy estresados, ya no tenían calma…
Esa noche cuando John volvió a casa, encontró a sus padres muy
asustados, ellos tenían mucho temor, pensaban que su pelea había
hecho que John se fuera de casa.
Al verlo saltaron alegres sobre él y prometieron que tratarían de
controlarse y hacer lo mejor por permanecer como siempre habían
estado, “Unidos”.
Esa noche a John no le importó mucho si sus padres habían peleado, pues
en realidad estaba sintiendo algo muy adentro de él, una sensación extraña,
no sabía cómo llamarle, nunca antes había sentido un sentimiento como ese,
así que él solo quiso ignorarlo.
Al otro día, un lunes por la mañana John estaba en su colegió, iba
caminando por el pasillo cuando… Alguien de repente lo empujo, era un
chico, estaba furioso, John no entendía la razón… Él no había hecho nada,
sin embargo, algo si era seguro, Max del grado decimo quería golpearlo…
¡Quería-quería hacerlo trizas! John no quería formar pleitos. Él en toda su
vida, nunca había peleado o al menos en el colegió. Él tenía unos amigos
muy peleones, y ellos por salirse con las suyas los apuñalaron en el baño del
colegió, nunca se supo nada más. Así que John al ver a Max tan
desesperado solo pensó en correr e ir con algún profesor que pudiera evitar
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alguna tragedia. Él sabía que Mario, el profesor de educación física iba a
ayudarlo. Fue tan rápido como podía al salón de Mario y al llegar había un
gran letrero que decía “Ausente”. — ¡Rayos! —exclamo John.
Ahora que podría hacer… De repente sintió una vos detrás de él que
susurraba…
— Tranquilo, todo estará bien… —Él volteo sorprendido… ¡Era Dayan!
Él no se lo imaginaba. Un poco más atrás de ellos apareció Max iba a lanzar
un puñetazo, pero, Dayan saco su mano y le pegó una tremenda cachetada
en toda su cara… Max… ¡Quedo humillado! él volteó y decidió retirarse…
John quedo impactado y muy agradecido, ella lo había defendido… y bueno
después de todo, era una buena vecina.
Sin embargo, ese día, estaba creciendo algo más, a menudo florecía una
linda amistad. Claro que ninguno de los dos contaba con todas las
dificultades que el destino les podría traer más adelante, pero, Dayan no le
importaba que tanto pudiera esperar, más algo si era seguro, estaba
empezando a crecer un sentimiento dentro de ella, por aquel chico que no le
prestaba ni la mínima atención ya que para él, solo era alguien más que
aunque fuera buena o mala, a él… No le importaba.
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Capítulo IV
5 de noviembre 2012.
Al siguiente día John… ¡Cumplía años! Su madre y padre estaban muy
contentos.
Su madre fue a la repostería, quería comprarle la torta más grande que
pudiera recibir John y hacer de su día el más especial, pero, en realidad John
no solo quería una torta, usualmente es lo que más habría querido, ya que
¡Le encantan las tortas.
En su escuela le habían dado una torta de chocolate y se la había comido
toditita, bueno, en realidad le fascinaban las tortas, pero aquel día, quería
otra cosa… En su corazón estaba despertando un sentimiento de amor.
Un amor único e inquebrantable.
Esa tarde, su madre arreglo todo para al día siguiente darle una gran
sorpresa, invito a todos sus amigos, familiares, y algunas personas
conocidas recientemente, excepto Dayan… Y Stephanie su madre no sabía
de la relación que tenía con la vecina que estaba a pocas cuadras de su
casa, eran demasiado distantes y sí mucho apenas se daban una sonrisa
desde lejos, tal parecía que no había nada, pero, sus miradas decían otra
cosa.
El seis de noviembre John la paso genial, la mayoría de sus amigos
asistieron, él bailo con su nuevo perro, era un Pitbull Stanford, era hembra.
La llamo Danna, Ese día fue espectacular para él y no tan solo por eso… En
la noche ya cuando todos se estaban retirando, John vio pasar a Dayan con
su madre Abby desde su casa, al parecer ellas se dirigían a comprar algo. Él
sintió un pequeño impulso que hizo que fuera caminando lentamente a abrir
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su puerta y salir detrás de ellas, husmeando. Como un pequeño ratón
saliendo de su madriguera.
John era muy silencioso, pero, no se dio cuenta de un carro que venía atrás
de él. Carro el cual hizo sonar su claxon haciendo voltear a Dayan y Abby, él
quedo perplejo, no sabía qué hacer, estaba mudo.
Así que Dayan lo miro fijamente, él se sintió atacado, iba a salir huyendo,
pero, antes de hacerlo lo sorprende Dayan con un repentino… — ¡¿Hola,
Cómo estás?! —Normal…— respondió John, diciéndose así mismo
“que dije… eso fue estúpido”
— ¿para dónde vas? —pregunta Abby, John la mira y se queda callado sin
saber que decir. Dayan lo toma de la mano y le pega un pequeño jalón.
— ¡Vamos! Acompáñanos a comprar algunas cosas al supermercado. —dice
Dayan.
A John no le queda más remedio que decir que si, igual “será genial”, piensa
él. La noche estaba joven y podría disfrutar al lado de ellas. Después de
haber tenido un largo día ‘Que mejor que “La compañía de su vecina y su
madre”.
Iban regresando de comprar algunas cosas de las cuales John no se había
percatado mucho, pues, no le gustaba caminar tanto, a John le llamaba
mucho la atención el arte, así que prefirió quedarse mirando una pintura que
estaba retratada al lado de la caja registradora, cuando salieron se
devolvieron hasta la casa de John, él se iba a despedir, se sentía muy
cansado y quería tomar una buena siesta.
— Hasta Lue... — Dayan lo interrumpe diciendo:
— ¡Espera, aún no te vayas! ¿quisieras acompañarnos a nuestra casa?
Sé que ya está un poco tarde, pero, en serio desearíamos que
estuvieses con nosotras en una pequeña reunión que haré con mi
madre, sabes… “Es su cumpleaños” —dijo Murmurando.
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John estaba muy cansado, pero, no quería decepcionar a Dayan, era una
buena persona, o bueno… Eso había notado en el poco tiempo que había
estado compartiendo con ella.
Esa noche cambió drásticamente su vida, él no salía mucho de su casa,
tenía muchas labores y responsabilidades, pero, eso pronto estaba por
cambiar.
— ¿John entonces tú también estás cumpliendo años? —le pregunta
Dayan.
— ¡Sí! Yo hoy también estoy cumpliendo doce años… ¿tú cuántos años
tienes?
— Yo tengo once — (le dice Dayan a John sonriendo con simpatía)
John no sabe si fue esa sonrisa o la dulce vos que se lo dijo, pero en ese
momento se dio cuenta que Dayan al parecer le llamaba la atención.
Rápidamente volteo, sintió un poco de pena.
— ¡Feliz cumpleaños! —exclama Abby, dándole un abrazo repentino y así
al mismo tiempo Dayan, entregándole un regalo, le da un beso en su
mejilla.
Era un afiche con una muy bonita frase que decía:
“Un año más queda atrás, pero, llega un año nuevo para llenarlo de
sonrisas, abrazos, bendiciones & momentos inolvidables, ¡felicidades!”.
John se sonrojo mucho y lagrima tras lagrima fue cayendo, porque
después de todo lo que había pasado en el día. Él Sintió que había sido el
detalle más único y especial que habían hecho por él. John se abalanzo
sobre Abby y Dayan y les dio las gracias por el detalle que habían tenido
hacia él, además de la gaseosa y chocolatinas que también le dieron.
John se despidió con una gran sonrisa, bajo las escaleras y se fue para su
casa.
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Esa noche, luego de celebrarle el cumpleaños a Abby la madre de Dayan.
Había pasado algo que en cierta forma marcaría y formaría nuevos lazos
de amistad.
Un día en la tarde John estaba aburrido, y solo en su casa. Él quería salir un
rato a jugar y divertirse con algunos de sus amigos que ya tenía después de
un largo tiempo. Llamo a su mamá al teléfono celular y le pidió permiso, ella
acepto. Así que él fue corriendo a llamar a todos sus amigos para jugar un
rato.
Después de un rato todos estaban afuera decidiendo que podían jugar,
¡Escondido, decían unos! ¡Cogidas, decían otros! Cuando alguien más dijo…
Policías y ladrones, a todos les gustó la idea, así que empezaron a jugar.
Casi siempre a John y Dayan les tocaba por separado, así que cuando
Dayan iba a coger a John, él jugueteaba con ella y la molestaba mucho, le
gustaba verla brava y muy enojada, para a lo último, terminar dejándose
coger. Le parecía muy tierna.
Aunque a veces cuando él llegaba de hacerse algún tipo de corte, ella lo
criticaba. Él no sabía si era por maldad o si era charlando, solo sabía que
eso le disgustaba… En situaciones así él sentía que la odiaba.
Un día algunos amigos y John se reunieron, querían un poco más de
diversión, así que decidieron hacer una empijamada en la casa de una de las
chicas, Ella se llamaba Karen, era quien más vivía cerca y su madre le daría
el permiso de hacer una empijamada en la casa más rápido, entonces todos
estuvieron de acuerdo.
El fin de semana dio cada uno de a cinco mil pesos, para comprar la
merienda. Estaban muy emocionados a pesar de que apenas eran como
unas siete personas.
Cuando se llegó la noche todos ya se encontraban presentes y listos para
empezar su noche de diversión. Prepararon la comida y alistaron las camas
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para que más tarde no tuvieran ningún inconveniente, después de un rato el
tiempo había pasado deprisa, ya eran las 11:46 P.M y solo habían
escuchado un poco de música, apagaron las luces y las chicas empezaron a
hablar de los chicos y los chicos de las chicas. Uno de los chicos, Marcus, le
susurro a John. — Me gusta Dayan — John se sorprendió, pero, no le presto
tanta atención al parecer sabía que Dayan nunca le pararía bolas a él
— Ve y díselo…—responde John a Marcus…
Entonces él se levanta y va hasta donde Dayan, y le dice “¡tú me
gustas mucho!” las niñas que estaban allí se rieron y Dayan tan solo lo
miro e ignoró. Entonces, Marcus volvió algo triste pero confiado en que
John lo iba a ayudar, así que le comentó lo que paso y le pidió un
consejo.
— Ve y dedica le un poema— le dice John, a Marcus le gustaría
hacerlo… pero tiene mucha pena entonces le pide a John que vaya y
se lo dedique de parte de él. John acepta, va y se dirige a Dayan
diciéndole.
— Dayan, éste poema se lo dedica Marcus con todo su amor:
“La vida es oro,
el tiempo es plata,
pero, tú eres el mayor tesoro
de toda mi alma”
— ¡Es hermoso! ¿Quién lo hizo? —dijo Dayan.
— Fui yo— dijo John. Entonces Dayan de nuevo ignoró el poema, más
dijo que John tenía un buen talento.
Marcus ya no sabía qué hacer, ya no tenía ideas, él no era muy bueno en
los temas del amor, y además no era mucho su gusto por Dayan.
Ya iban siendo las dos de la mañana y se encontraban algo aburridos, así
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que decidieron jugar “pico botella”, indirectamente se ubicaron de tal forma
que Dayan quedo frente a John, más sin embargo, fueron quienes menos
se besaron. Esa noche tan solo alcanzaron a besar la mitad de sus labios
blandos y húmedos, luego de que terminaran de jugar querían hacer otra
cosa, pero, algunos estaban muy cansados y decidieron irse a dormir.
John no tenía sueño, él quería seguir hablando, o divirtiendo se con alguna
de las chicas, y que mejor que Dayan que seguía despierta en la siguiente
habitación, John decidió por cambiarse de habitación y entrar
inadvertidamente donde estaban alguna de las chicas y en especial Dayan,
así que cuando entro, escucho la vos de Dayan y una pequeña risa, —Oye,
por aquí —dijo Dayan, guiando a John por toda la pieza en la pesada y
espesa oscuridad. Cuando John llegó hasta la cama, se deslizo lentamente
en la cobija. De no ser por otra de las chicas que estaba acostada allí Dayan
y John hubieran quedado juntos, pero, ésta chica estaba en toda la mitad,
igual, Eso a John y Dayan no le importaban. Poco a poco fueron surgieron
conversaciones como, ¿Por qué Dayan no quería estar con Marcus, ya que
él era buen chico y si tal vez podría darle una oportunidad? Pero, Dayan se
negaba, Marcus no era su tipo. Ella… Ella Quería a alguien más, pero,
tampoco se lo dijo a John, quería mantenerlo en secreto hasta encontrar el
momento indicado.
Eran las 3:00 A.M. Dayan y John ya llevaban bastante rato hablando esa
madrugada, tenían mucho sueño, pero, en ese momento el sueño era lo que
menos importaba.
Entonces fue allí entonces cuando Dayan agarro la mano derecha de John y
suavemente la deslizo por su estomagó bajando hasta su pantorrilla. Él la
subió con cierta fragilidad, la llevó hasta su cuello y empezó a subir con
delicadeza por sus mejillas. Acarició sus labios y el contorno de sus ojos. Al
final termino con su mano metida por el cabello de Dayan, luego empezó a
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hacerle suaves masajes en su espalda, y en ese momento John estuvo
sorprendido, pero, se dejó llevar y así los dos empezaron a sentir un
sentimiento muy profundo, y enloquecedor, un deseo del uno por el otro.
“Tuvieron un frenesí de sentimientos”, John y Dayan no volverían a tener otra
noche tan sincera como esa, la cual nunca se iba a volver a repetir… Esa
noche se quedaron dormidos haciendo de las suyas, hasta volver a
despertar.
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Capítulo V
En la mañana cuando John despertó se cambió rápidamente de pieza, no
quería que nadie se diera cuenta,… Dayan aún seguía dormida.
Después de un rato, John volvió a la pieza de Dayan, como a las 7:15 de la
mañana, pero, ella ya no estaba.
Abby su madre había ido y había llevado a Dayan a casa. En ese momento
John salió hacia el balcón y miro al cielo, sonrió y dijo “Gracias”.
Ese día le dio un completo y absoluto giro a todo, ya que el sentimiento que
tenían era obviamente mutuo y la pasión que trasmitían en cada mirada era
escandalosa en sus cuerpos. Desde ese día en adelante John empezó a ir
todos los días a su casa, y luego se quedaban chateando el resto de la
madrugada, allí se expresaban sentimientos y daban vida cada vez más a
ese afecto de amor que se creaba poco a poco.
Muchos lo notaban pero nadie se atrevía a preguntar “¿Qué sucedía entre
ellos dos?”
Un sábado a las diez de la mañana, John recibió una llamada, a él le produjo
conmoción, puesto que no sabía quién podría ser y por lo común no recibía
muchas llamadas… “Contestó”, Era Abby.
— ¿Cómo estás? —le pregunto simpáticamente.
— ¡Bien, muy bien gracias! —exclamo Abby.
— ¿Quisieras pasar el día con Dayan y conmigo? —le pregunta Abby.
John se siente muy feliz, ¡por supuesto que él quiere pasar el día con ellas
y en especial con Dayan así que inmediatamente dice!
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— ¡Si, ya mismo me arreglo y voy donde ustedes! —le responde a Abby
alegre.
Organiza todo y se viste casual, salé y va hacia la casa de Dayan.
Al llegar van y toman un Taxi…
Se dirigen a centro comercial. Allí van a cine, almuerzan y luego van de
compras… A las tres de la tarde se devuelven para la casa, al llegar se les
antoja una merienda y Abby va a la cocina a preparar un algo para todos,
mientras tanto John juguetean con Dayan… Abby nota el sentimiento que él
y ella pasan con disimulo, así que le dice a Dayan que vaya donde las
amigas un rato, y llama a John a la mesa, y mientras que prepara la
merienda le dice a John:
— Y… ¿A ti quien te gusta o te llama la atención? —Le dice directamente
a John dejándolo impactado.
Él nunca pensó que ella le iba a preguntar eso de un instante a otro, él no
tenía pensado en su día enfrentarse a tal pregunta, por supuesto que él la
quería mucho y que le gustaba, “Todo lo que era ella, le llamaba la
atención a él. No quería perderla nunca”. Ya que después de cinco meses
de hablar y conocerse cada día y cada noche, empieza a crecer cada vez
más una gran e importante relación, sobre todo cuando hay amor en ésta,
que aunque muchas personas no lo crean, un tal sentimiento inimaginable
pero, si existente.
— …Porque lo pregunta. —responde John con gran temor, él no sabía
que podría decir. Después de todo si él le decía a Abby que estaba
enamorado de ella por completo, no sabía la reacción que ella tendría,
y si podría llegar a separarlos y no dejarlos volver a ver. John pensaba
que mejor era no contarle nada a Abby y luego hablar con Dayan para
que pudieran mantener las cosas en secreto y así seguir con su amor
inocente, probablemente después de un tiempo se lo comentarían,
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pero, por el momento no se sentía seguro de decirle, para él era
confuso lo que podría pasar.
“Tan solo soy un niño, como puede ponerme a tomar decisiones de esta
clase”. Pensó, absurdo consigo mismo.
— ¡Curiosidad! ¡¿Por qué no me dices?! —exclamo Abby
ingeniosamente, con una pequeña mueca mientras le servía la
merienda a John.
John se hace el loco y muerde un poco de su sándwich recién hecho al
momento que le pregunta Abby… Ella insiste, mientras que él sigue
mordiendo su rico sándwich, se embute la boca por un momento, y le
hace señas de que no puede contestarle, pues, está disfrutando la
comida que le ha preparado.
Al rato que John termina de comer ya no tiene más excusa para eludir la
pregunta que con mucho interés le hace Abby.
— Entonces… ¿Quién te gusta? —vuelve y pregunta Abby esperando
una respuesta clara.
— E-Eh-A mí… A mí me gusta una compañe… Una compañera del-del
colegió —le responde John sudando y muy nervioso.
— A mí no me engañes, dime ya de una vez por todas quien es la chica
que a ti te gusta. —dice Abby, John luego de haber escuchado eso,
asustado responde.
— Su hija, a mí… Me gusta su hija’ —. “Abby hace una sonrisa maliciosa”.
— ¡¿Por qué no me lo dijiste?! —exclama Abby simulando no haberlo
notado. “Pero John se siente muy incomodó”.
— ¿Quieres tener algo con mi hija? —pregunta directamente Abby a
John. Lo cual lo pone muy nervioso, él ya no sabe que más responder.
— No sé, a mí me gusta y la quiero mucho, pero, no sé… ¿Qué se
supone que deba responder? —le dice John a Abby.
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“Abby le dice a John con tono riguroso”.
— ¡¿Dime?! No quiero que me hija después sufra por alguien que no
quiere nada con ella.
John No comprende la situación, no se explicaba porque había tanta
importancia en darse cuenta de lo que estaba pasando entre él y
Dayan y también el porqué de la insistencia.
— Pues… Creó que por ahora no quiero nada con ella, pero, ¡ella si me
llama mucho la atención! —le dice John a Abby con un poco de
tristeza.
Abby le dice a John que cuando su hija regresé, él tiene que decirle que;
“deben tomar distancia”, para que después ella no vaya a sufrir ningún daño
en su corazón, John está impactado con lo que le dice Abby, él en ningún
momento quería hacer eso, él nunca se quería separar del lado de Dayan, ni
una, dos, tres… semanas, meses, o años, ¡Jamás!’.
Más ya Abby le había advertido que si no lo hacía él, ella luego se lo diría.
Entonces John pensó de nuevo en que le podría decirle todo lo que había
pasado, pero, contarle que él no quería alejarse de ella, y así podían hacer
caso omiso a lo que había dicho Abby y seguir llevando todo en secreto.
John pensó mucho en lo que le iba a decir a Dayan cuando volviera, para
que no lo fuera a tomar a mal. Aunque a John todo esto le causaba
escalofríos, se sentía muy poco preparado, cuando estaba en momentos
difíciles su palabras no fluían bien de su torpe boca, pero, debía hacerlo
quisiera o no.
Cuando llegó Dayan a casa, Abby le hizo una seña a John para que la
llevara aparte y le dijera lo que se suponía que le tenía que decir.
John la llevó donde nadie pudiera escuchar lo que hablaran y cuando iba a
decir le todo, no era capaz, sus labios temblaban y no sabía cómo comenzar,
tenía miedo, estaba muy asustado, se sentía atemorizado por cómo lo
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tomaría Dayan, ella al verlo de esta forma decidió retirarse, ella tenía un
presentimiento de que algo andaba mal y no quería escuchar cualquier
palabra que pudiera salir de la boca de John.
Así que Dayan y John volvieron a la casa…
— ¿Si le dijiste? —dijo Abby precavidamente.
— No fui capaz… —respondió John.
Entonces rápidamente Abby llamo a Dayan para la habitación.
John ¡No lo creía!, que le podría decir ella a Dayan… ¡Él quería correr!,
quería salir de ahí como fuera, no aguantaba más el desespero que tenía,
pero, debía esperar.
Después de unos quince minutos salió Dayan de cuarto con los ojos rojos, su
cara un poco pálida y rojiza… ¡John no espero más y quiso despedirse,
debía salir de ahí, ya no era lugar para él, algo pasaba y él tenía que salir, le
urgía hacerlo!
Elevo su vos diciendo “¡hasta luego, nos vemos!”, Dayan se abalanzo
encima, ella quería darle un gran abrazar. Él quedo inmóvil, más extendió su
brazo y le sobo la espalda, mientras que por encima del hombro de ella
recostaba su cabeza y miraba hacia atrás donde estaba ubicada Abby, que
le decía con su mirada y ciertos gestos de su boca, que se empezará a
olvidar de ella… John, cerró sus ojos y tan solo abrazo a Dayan aún más
fuerte mientras que se fue desprendiendo lentamente.
Cuando salió de la casa, fue hacia una esquina desde donde se podía
visualizar por el ventanal de la casa de Dayan, parte de la pieza de Abby. En
ese momento vio que entró Abby muy frustrada, y un poco después John
logra ver que más atrás venía Dayan con lágrimas en sus ojos. Y moviendo
sus manos desesperadamente, gritaba hacia techo, y se tiraba contra la
pared como si quisiera romperla, en ese momento, John sintió que su vista
inmediatamente se empezaba a tornar borrosa y que su corazón se fue
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deteniendo, sentía como si se partiendo en mil pedazos, pasaron miles de
preguntas por su cabeza, y una de ellas fue “¿Qué eh echo?” John Grito
hacia el cielo diciendo, ¡Maldita sea!...
Corrió por las calles golpeando lo que estaba a su paso, sin importar cuanto
dolor sintiera nada podría hacer que dejara de sentir el gran dolor que ya
tenía en su corazón, lo que más había querido y anhelado, tal parece que ya
lo había perdido. En ese momento ya todo lo que pudiera hacer John, era
total y completamente inútil.
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Capítulo VI
Después de aquel día, John tuvo muchas noches de llanto y de sufrimiento,
no se explicaba que había pasado o que había hecho para que Abby llegara
a hablarle a Dayan tan mal de él, puesto que después de haber pasado unos
meses. Ella no deseaba hablar con él, ni verlo, y ya ni siquiera escucharlo, él
no sabía qué hacer, pero, luego de un tiempo, Juan un amigo cercano de
John quiso ayudarle y consiguió hablar con Dayan y preguntarle el ¿por qué?
No querer hablar con John. Ella no le dijo muchos detalles, más si le dijo algo
muy importante y fue “Ya no quiero estar con él-él llegó a quererme tanto
para que al final tan solo me tratará como una mierda, yo lo quiero, pero, ya
nunca me volverá a gustar”.
Cuando John supo todo esto, no le presto gran significado a las duras
palabras que Dayan había pronunciado sobre él cuando lo dijo, él hizo caso
omiso a todo el dolor que habría podido llegar en ese instante, y prefirió
esperar unas cuantas semanas más a que todo se tranquilizará.
John se paseaba por la casa de Dayan cada vez que iba de compras,
y siempre que iba donde su amigo Juan aprovechaba para observar desde lo
lejos por el ventanal a ese amor prohibido, que ya sin importar el cariño que
podía sentir, ya no alcanzaba ni a causar la impresión de su mirar. Ella ahora
tan solo lo ignoraba.
John era muy buen estudiante, pero, desde lo sucedido había empezado a
rebajar sus notas y su concentración en clase ya no era la misma, sus
amigos estaban exhaustos de escucharlo hablar del sufrimiento que tenía por
dentro.
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Llegó un día en el que John se cansó de esperar, estaba impaciente y
definitivamente él no iba a dejar que Dayan se fuera de su vida sin siquiera
charlar por un instante en el que él se diese cuenta que en realidad ya lo
había olvidado o por el contrario que aun si seguía sintiendo algo por él.
Ese día fue en la tarde y la llamo a la puerta de su casa, ella se veía muy
seria, y al parecer solo hacía muecas, la verdad ya no le importaba mucho
saber de John. Él se sentía muy confundido, quería aclarar muchas dudas,
pero la más importante era, ¿por qué había dejado de hablarle? Tenía gran
inquietud, pero, al momento de decirle, Se fijó que Dayan estaba empezando
a ganar interés, no en escucharlo, pero si en hablar sin parar. Para John eso
estaba bien, no le incomodaba en lo absoluto, él gustaba de escuchar su
vos… A menudo fueron formando conversaciones, y carcajadas salían de
sus bocas, sus rostros fueron llenándose más y más de sonrisas y sin darse
cuenta estaban disfrutando la compañía uno del otro.
John cuando tenía tiempo libre repetía esto a menudo, se dirigía a la casa de
Dayan y se ponía a hablar con ella casi todas las tardes. Así su relación se
fue fortaleciendo de nuevo, a esto se empezaron a sumar nuevas noches en
compañía de Juan el mejor amigo de John en la casa de Dayan con su
madre Abby. Al parecer Abby también había dejado lo pasado en el pasado y
aquellas cosas que hacían juntos antes, empezaron a retomarse.
Al tiempo John empezó a considerar una propuesta por la cual moría de
ganas de hacérsela a Dayan. Él imaginaba como sería ir juntos por un
sendero cogidos de la mano, entre otras cosas que se le venían a la mente y
que quería que en realidad ocurrieran. Él no iba a esperar más y una tarde
comenzó a escribir una carta dirigida a Abby en la cual se disculpaba por
todo lo que había podido haber causado en el pasado y que además quería
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considerar y demostrar lo mucho que quería a Dayan, así pidiendo sobre
todo una nueva oportunidad con ella.
Era un hecho John estaba enamorado de Dayan, y el corto pero largo año
que llevaban ya charlando y confraternizando los apegaba cada vez más uno
del otro. Dayan no lo mencionaba mucho, era muy tímida y decía tener
miedo a avanzar, por temor a tal vez llegar a caer de nuevo, eso era lo que
solía decir. Sin embargo John la complacía y saciaba en todos sus gustos sin
importar cuantos eran.
Ya casi terminando el año, en octubre 04 de 2013. John decidido quería
pedirle noviazgo a Dayan. Estaba tan contento porque todo había funcionado
tan bien, mejor de lo que él mismo esperaba, hubieron críticas y chismes,
pero él nunca les prestó atención, pues sentía que tenía al amor de su vida y
que ya todo lo que hubiera querido lo tenía depositado en una persona la
cual era su todo, todo esto era tal y como un sueño… Y ciertamente era
verdad. “Esto no era más que un total y absurdo sueño”.
Una noche antes de que John fuese a la casa de Abby a pedirle a Dayan que
fuera su novia, recibió una llamada a su teléfono móvil, era Abby quien lo
llamaba inesperadamente a las diez de la noche, pidiendo le porque fuera a
la casa de ella lo más rápido que pudiera.
John no demoró nada en pedir permiso a su madre Stephanie y salir deprisa
hacia la casa de Abby… cuando llegó allí, miro desde lejos a una amiga de
Dayan que llegaba en un taxi, John no le prestó atención, —no debe de ser
nada—pensó.
Más al instante salió Abby, le pidió el favor de comprarle un cigarro en la
tienda mientras que se disponía a abrir la puerta, dándole paso a la amiga de
Dayan que llegaba acompañaba de su madre y padre.
John no entendía que podía estar pasando, así que compro rápidamente el
cigarro y subió, se lo entregó a Abby, y cuando estaba entrando a la sala, ve
a Dayan con su rostro lleno de lágrimas.
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— ¿Qué te pasa? —desesperado dice John, pero Dayan no responde…
Abby le pide el favor a John de que tome asiento ya que lo que va a contar a
él y los demás es muy importante.
Mientras que Dayan llora, Abby deja caer una lágrima y en su cara se
muestra un dolor inmenso con el cual quiere luchar pero, no logra vencer.
— John, y tu-tú niña…
Dayan estuvo jugando con ustedes dos en estos seis meses que
pasaron, me refiero a que los engaño a los dos. John ella te decía que
te quería al igual que a ti niña… No sé en qué pudo a ver estado
pensando Dayan al quererlos manipular con su mirar y sus afectos que
se entregaban a sí mismos, pero, ésta noche, Yo quería exponer la
verdad antes de que alguno llegase a cometer una mala elección con
mi hija, no creí que esto llegará pasar. No sé en qué me pude a ver
equivocado, todo esto es una total desgracia, pero, así pasó todo
desde el día en que le dije Dayan que John la odiaba y que no quería
nada de ella, lo que no fue realmente cierto. Hice que Dayan perdiera
ese interés que tanto tenía, y buscará otra clase de salida para escapar
de su tristeza y decepción… No pensé que esto llegara a mayores.
Perdónenme. —dice Abby, agarrando lentamente la mano de John y
soltando lágrimas de llanto.
Luego de John escuchar tal testimonió decidió tomar su dolor y dejarlo
fluir, sentirlo, dejar de soñarlo, todo eso fue tan enfermo para él, en
realidad tal parecía que nadie sabía cuánto amor podría dar, más ya…
Ahora… se encontró totalmente destruido.
Así cada palabra que había imaginado se desperdiciaba en cada noche de
suspenso interno, de dolor elocuente, y una pasión de dolor inalcanzable.
Fueron inevitables todos esos momentos frágiles en los que a John le dio
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temor de que el amor se fuera o en los que la persona que más quisieras
podría llegar a querer a otra, por eso siempre… ésta la incertidumbre que
entra muchas veces con vertiginosidad y que debes conservarla para así
poder tener cada momento a su lado… “la dicha de ser feliz en un espacio
sin fin, donde las mariposas vuelan en un universo sin fondo, donde las rosas
de los campos van marchitando con el llegar del invierno, y donde todo lo
que tú creías era simplemente una hermosa ilusión disfrazada de putrefactas
mentiras salidas de una boca por la cual se ama y se odia, y cuando el
desespero es inminente todo explota, matando hasta la última estrella
moribunda soñadora”.
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P R O D U C T I O N
JONATAN ANDRES TORRES GOMEZInstitución Educativa Campo Valdes
Grado 10-1
31
JOHN Y DAYAN SE ENCONTRARON POR CASUALIDADES DEL DESTINO, SUS VIDAS ANTES HABRÍAN LLEGADO A SER BASTANTE DURAS, PERO POR CUESTIONES DEL CAMINO LLEGARON A ENCONTRARSE. FUERON POCOS LOS MOMENTO QUE VIVIERON JUNTOS, PERO, QUE LOS LLEGARON A UNIR DE POR VIDAS. AUNQUE POR CUESTIONES DEL CAMINO AHORA DIVAGABAN POR LA VIDA ENAMORADOS UNO DEL OTRO. MÁS LUEGO DE UN TIEMPO TODO ESTABA POR CAMBIAR, PUES LO QUE NO SE SABÍA ERA EL DURO Y DOLOROSO SECRETO QUE HABÍA ESCONDIDO DAYAN DURANTE GRAN PARTE DEL TIEMPO EN EL CUAL HABRÍA ESTADO COMPARTIENDO CON JOHN Y QUE DESTRUIRÍA NO SOLO LA VIDA DE JOHN EN PEDAZOS SINO TAMBIÉN LA DE SU MADRE QUIEN HABÍA ESTADO EN COMPAÑÍA DE LOS DOS DURANTE TODO EL TIEMPO TRANSCURRIDO.
NACIÓ EN COLOMBIA, ESTUDIA ACTUALMENTE EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA CAMPO VALDES DESEMPEÑA EL PAPEL DE CONTRALOR DENTRO DE ÉSTA. “UN ABSURDO SUEÑO” SU PRIMER LIBRO DONDE LO COMPARTE POR SU PÁGINA WEB: POEJONA.BLOGSPOT.COM RESIDE EN EL BARRIO CAMPO VALDES, MEDELLÍN –COLOMBIA.
P r o d u c t i o n J O N A G M
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UN ABSURDO SUEÑO DE AMOR
JONATAN ANDRES TORRES GOMEZ
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