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“ASOCIACIÓN CIVIL OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA CIUDAD Y OTROS C CONTRA GCBASOBRE AMPARO –PATROMONIO CULTURAL HISTÓRICO”, EXP. 6131/2019-0
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de noviembre de 2019.
Y VISTOS; CONSIDERANDO:
I. La Asociación Civil Observatorio del
Derecho a la Ciudad, Rubén Arnaldo Fernández –en su calidad de ex alumno de la
Escuela Taller del Casco Histórico-, Martín Alejandro Isern, Iván Gabriel Morinigio
Parra y Alberto Jorge Moyano –en su carácter de alumnos de dicha institución-
promueven amparo contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con el objeto de
que se ordene “otorgar a la Escuela Taller del Casco Histórico, en forma previa a la
demolición del edificio sito en Brasil N°200, un edificio de uso definitivo y no
transitorio, que cumpla con las siguientes condiciones: 1) Se encuentre ubicado en el
Caso Histórico de la Ciudad; 2) Cumpla, de mínima, con las condiciones y dimensiones
que actualmente tiene la Escuela en el edificio sito en la calle Brasil N°200 y que se
encuentran detalladas en el punto III.B.4”. De acuerdo con el relevamiento indicado en
tal acápite, indican que para su adecuado funcionamiento se requiere, al menos, respetar
la superficie actual de 806 m2 (fs.1 y 14).
Además, la demanda tiene como finalidad que “se
ordene adoptar todas las medidas adecuadas, particularmente presupuestarias y de
personal, para reestablecer el turno nocturno en la Escuela Taller del Casco Histórico y
para dotar mínimamente del personal con el que contaba en el año 2003”. (fs.1)
En el marco de la acción entablada, solicitan el
dictado de una medida cautelar a fin de que –hasta tanto se resuelva el fondo de la
cuestión- “se ordene no demoler ninguna parte del actual edificio que ocupa la Escuela
Taller del Casco Histórico y no cerrar o suspender las clases de la Escuela hasta tanto se
garantice y se relocalice a la Escuela (…) en un edificio para su uso en forma definitiva
y no transitoria” que cumpla con las condiciones ya referidas. (fs. 2).
En la exposición de los hechos, relatan que –
mediante la Licitación Pública 425/SIGAF/2019-, a fin de cumplimentar las necesidades
del “Proyecto Corredor Metrobús del Bajo”, la Administración instauró el
procedimiento para la contratación de la Obra “Demolición Total Edificio Brasil 200”.
(fs.4).
Indican que “el proceso licitatorio está en sus
últimas etapas y la demolición del edificio sería inminente pero la Escuela Taller aún
no cuenta con un lugar definitivo para su relocalización” (fs.7).
Seguidamente, exponen los antecedentes
normativos de creación y características sobre el funcionamiento de la escuela de
marras. Consignan que, por Decreto 1988-GCABA-00, se creó la Dirección General
Caso Histórico y su adjunta, dependientes de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural de
la Secretaría de Cultura y que, luego, por Decreto 2055/01 se instituyó la Escuela Taller,
bajo la órbita de dicha Dirección General.
Relatan que –originariamente- la institución
escolar contaba con dos sedes, una en la calle Moreno 301 y la otra, en Brasil 200.
Señalan que en 2009 se cerró el primero de los establecimientos, y con ello el turno
noche que allí se brindaba, por lo que en la actualidad sólo subsiste el ubicado en la
Avda. Brasil, en el que se dicta un único turno.
Detallan que este último inmueble fue asignado
para su uso por parte del Ministerio de Cultura local y con el fin de utilizarlos para la
Escuela Taller, mediante el acta de transferencia suscripta en el 2006, oportunidad en la
que se dejó constancia de su afectación parcial para el ensanche de la Avda. Paseo
Colón, según lo dispuesto por las Ordenanzas 23.475/68, 26.498/72 y 33.366 (fs.8).
A continuación, se explayan en torno a las
particularidades, objetivos, lineamientos estratégicos y programas que presenta e
incluye el Plan de Manejo del Casco Histórico de la Ciudad. (fs.8/11). Puntualizan que,
entre los últimos, se encuentra el Programa Escuela Taller. Describen que ésta “se
constituye como una iniciativa que articula capacitación y empleo, formando mano de
obra idónea para la recuperación del patrimonio edilicio, en base a la elección
apropiada de profesores y maestros de oficio y la permanente observación y
seguimiento de los métodos aplicados por parte de expertos en patrimonio”. Añaden
que en los últimos años “amplió sus objetivos abarcando otras técnicas y antiguos
oficios ligados a la preservación del patrimonio cultural. Así surgieron las cinco ramas
de especialización que permiten la restauración edilicia, la producción de elementos
ornamentales, la restauración de objetos y muebles, la restauración y producción de
instrumentos musicales y el restauro y conocimiento de técnicas de arte urbano” (fs.12)
“ASOCIACIÓN CIVIL OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA CIUDAD Y OTROS C CONTRA GCBASOBRE AMPARO –PATROMONIO CULTURAL HISTÓRICO”, EXP. 6131/2019-0
Individualizan los objetivos de la escuela, los
lineamientos de trabajo, la modalidad de enseñanza, los aspectos pedagógicos y
prácticos del programa, la estructura curricular, las características del equipo docente y
las dependencias físicas del inmueble en el que actualmente funciona. (fs. 13/14)
Asimismo, describen el universo de beneficiarios
de la institución. En tal orden, afirman que “la capacitación brindada está destinada a
personas de ambos sexos, en particular aquellos en situación de desempleo o
subempleo, con expectativas de formarse como artesanos de oficios ligados a la
rehabilitación de distinto tipo de bienes patrimoniales, acercándoles la posibilidad de
una inserción al mercado laboral. Los alumnos presentan, en algunos casos, bajos
niveles de instrucción y un alto grado de vulnerabilidad social, a los que se suman
obreros de la construcción con interés en perfeccionarse, estudiantes y profesionales
ligados al campo de la preservación patrimonial o personas con formación en distintas
disciplinas artísticas” (fs.14).
Sostienen que la ubicación de la escuela debe
permanecer dentro del polígono del Casco Histórico (fs.16). A fin de fundar su postura,
efectúan un raconto acerca de la génesis y desarrollo de la institución. Coligen que la
nueva sede debería estar “en la misma área de intervención del Plan de Manejo del
Casco Histórico para que se pueda seguir articulando con los mismos programas que
lo sostienen y no perder una herramienta tan valiosa con la que cuentan los vecinos
desde hacer 19 años” (fs. 17).
Paralelamente, advierten que la escuela disminuyó
su plantel de personal coincidentemente con la pérdida del turno noche (fs.18) y
requieren que “se ordene al GCBA adoptar todas las medidas adecuadas,
particularmente presupuestarias y de personal, para reestablecer el turno nocturno en
la Escuela Taller del Casco Histórico y dotar mínimamente del personal con el que
contaba en el año 2003” (fs. 19).
Como sustento normativo, invocan la protección
legislativa con la que cuenta el patrimonio de la Ciudad, en especial la del Casco
Histórico (fs.19/23). Refieren que la Convención sobre la Protección del Patrimonio
Mundial, Cultural y Natural –ratificada por nuestro país mediante la ley 21.836-
reconoce la obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las
generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio” e impone a
los Estados parte “adoptar las medidas jurídicas, científicas, técnicas, administrativas
y financieras adecuadas para identificar, proteger, conservar, revalorizar y rehabilitar
ese patrimonio” . En igual sentido, transcriben las disposiciones de la Convención sobre
Defensa del Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico de las Naciones Americanas
–Convención de San Salvador-, incorporada al ordenamiento nacional por Ley 25.568.
Citan lo establecido por el artículo 41 de la
Constitución Nacional en orden a la preservación del patrimonio natural y cultural por
parte de las autoridades federales y locales y aducen que implica para ellas el deber de
realizar acciones positivas en ese sentido.
A nivel local, memoran las disposiciones de los
artículos 26 y 27 de la Constitución de la Ciudad y 10.3.2. del Código de Planeamiento
Urbano. Asimismo, efectúan diversas consideraciones en torno al Plan Urbano
Ambiental previsto por el artículo 29 de la Carta Magna local y la ley 2930 y citan
jurisprudencia en apoyo a la temática en cuestión.
Agregan que resulta de aplicación al caso el
principio de progresividad y de no regresión en materia ambiental y cultural, de especial
consagración en el artículo 26 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y
con correlato en el artículo 2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales. (fs. 30).
Como colofón, expresan que “la decisión de
demoler el edificio de la Escuela Taller del Casco Histórico sin que se sepa
fehacientemente al día de la fecha el nuevo edificio que se pondrá a disposición para su
funcionamiento y sin que haya ninguna normativa que establezca un lugar alternativo de
funcionamiento implica un retroceso grave en la política de protección patrimonial del
Casco Histórico” (fs. 33).
Con posterioridad al desarrollo del caso, se
pronuncian en torno a los aspectos formales de la vía procesal escogida y afirman que se
encuentran reunidos los requisitos para su admisibilidad.
“ASOCIACIÓN CIVIL OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA CIUDAD Y OTROS C CONTRA GCBASOBRE AMPARO –PATROMONIO CULTURAL HISTÓRICO”, EXP. 6131/2019-0
En el marco de la acción entablada, solicitan el
dictado de una medida cautelar urgente. A fin de sostener su procedencia, advierten que
la verosimilitud en el derecho se encuentra dada por el plexo normativo citado en su
libelo y que el peligro en la demora se configura dada la inminente demolición del
edificio y la falta de normativa con relación a la relocalización definitiva de la Escuela y
la ausencia de fecha cierta para ello. Además, en cuanto a la afectación del interés
público, manifiestan que la manda requerida se encuentra dirigida a proteger bienes
colectivos que cuentan con alta protección constitucional, de modo tal que entienden
que no se presenta una injerencia disvaliosa en tal sentido. Finalmente, dejan prestada
como contracautela, la caución juratoria.
II. A fs. 45 se dispone la anotación del amparo
incoado en el Registro de Procesos Colectivos del fuero.
III. Recibidas las actuaciones ante este Tribunal
se ratifica tal inscripción, se dispone difundir la existencia del pleito y sus características
y ordena al GCBA que “acompañe todas las actuaciones administrativas producidas
con relación a la demolición del edificio sito en la Av. Brasil N°200, donde actualmente
funciona la Escuela Taller del Casco Histórico”. Asimismo, se requiere que “informe si
se ha adoptado algún tipo de decisión o medida dirigida a garantizar la continuidad y
traslado de dicha escuela y, en su caso, especificar documentadamente sus
características”. (fs.131).
IV. A fs.151/153 el GCBA presenta la
información solicitada. Indica que: 1) La demolición del inmueble de la Avda. Brasil
200 tramita por Expediente EX2019-14572540-GCBA-DGIT; 2) Se ha realizado el
llamado a licitación del nuevo edificio definitivo de la Escuela Taller, mediante
Resolución 2019-67-GCBA-SSOBRAS, el que se emplazará en el Anexo del Espacio
Cultural del Sur; 3) La construcción de la nueva sede tramita por Expediente EX2019-
20698045-GCBA-DGPAR, y cuenta con un plazo de ejecución de 7 meses a partir de la
firma del Acta de Inicio.
Aclara que si bien “no está localizada
estrictamente dentro de los límites del Casco Histórico, resulta importante destacar que
la escuela fue creada en el año 2001 como espacio de formación de oficios que permita
una salida laboral relacionada con la conservación del patrimonio mueble e inmueble
y que históricamente muchas de las prácticas realizadas por los alumnos se han llevado
a cabo fuera del ámbito del Casco Histórico, como por ejemplo en el Museo Enrique
Larreta o en el Museo del Humor”.
Peticiona que se rechace la medida cautelar
pretendida por la parte actora, la que considera improcedente por no hallarse reunidos
los requisitos para su dictado.
V. A fs.160/167 dictamina el Sr. Fiscal
interviniente. Luego de analizar la legitimación de los diversos accionantes y
configuración de causa o controversia, entiende conducente -con relación a aquellos que
ostentan la calidad de alumnos de la institución educativa- “confirmar si existirá lapso
temporal entre la demolición y la inauguración de la nueva sede, ya que en caso de
que no puedan concurrir a clases o deban hacerlo en condiciones inadecuadas su
derecho sin duda se vulneraría” (el destacado pertenece y se reproduce en iguales
condiciones al del original, fs. 162 vta.). A tales efectos, advierte que “ resulta
imperioso que el GCBA aclare puntualmente si existirá lapso temporal entre la
demolición y la inauguración del nuevo edificio. Tal circunstancia, pese a haber sido
claramente solicitada por V.S. no fue clarificada aun” (fs. 164 vta.)
En otro orden, postula que la pretensión relativa a
“dotar al personal con el que contaba en el año 2003” o “la reapertura del turno
noche”, no puede prosperar en tanto importarían invadir la zona de reserva del Poder
Ejecutivo y carecerían de virtualidad compatible con la naturaleza del amparo (fs.
166/vta.).
VI. A fs.168 el Tribunal convoca a audiencia a
las partes, oportunidad en la que –de conformidad con lo apuntado por el Sr. Fiscal- se
conmina al GCBA a asistir con información en la que se especifique: a) si se ha
adoptado alguna decisión con respecto a la finalización del ciclo lectivo en curso (2019)
frente al traslado de la Escuela Taller, b) si se ha establecido el lugar y forma en que se
desarrollará el período de clases del año 2020 y c) si se han adoptado medidas con el
objeto de no interrumpir las clases dictadas durante el lapso comprendido entre la
demolición del edificio actual y la inauguración y habilitación de la nueva sede.
“ASOCIACIÓN CIVIL OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA CIUDAD Y OTROS C CONTRA GCBASOBRE AMPARO –PATROMONIO CULTURAL HISTÓRICO”, EXP. 6131/2019-0
VII. A fs.178/180 luce el acta de la audiencia
celebrada el 20 de septiembre de 2019. En tal oportunidad, los representantes de las
distintas áreas del GCBA manifestaron que el ciclo lectivo en curso terminaría en la
sede de la Avda. Brasil 200 y que el del año próximo comenzaría en el nuevo edificio
proyectado como Anexo del Centro Cultural. Indicaron que la nueva construcción
constaría de –aproximadamente- 500 m2. Frente a lo requerido por el Sr. Fiscal en torno
a la necesidad de que el alumnado no pierda días de clases, la Administración sostuvo
que el comienzo de la construcción se había fijado para octubre de 2019 y la apertura
del nuevo centro se encontraba prevista para abril de 2020 y aportó documentación para
respaldar sus dichos. Asimismo, los funcionarios intervinientes indicaron que –para el
caso de que existieran demoras- tenían previsto realizar las prácticas en diversos
edificios de la Ciudad, que en vez de llevarse a cabo durante todo el año se realizarían
todas a principio del ciclo para no perder días de clase.
Frente a la falta de controversia en torno a que las
clases de 2019 finalizarían en el mismo sitio en el que se encontraban, el Tribunal
consideró innecesario el dictado del pronunciamiento cautelar requerido en tal sentido.
Paralelamente, y a fin de tomar conocimiento acerca del estado de los procesos relativos
al traslado y construcción de las nuevas instalaciones de la escuela, se convocó a una
nueva audiencia a las partes para el 25 octubre de 2019.
VIII. A fs. 186 el Sr. Fiscal tomó vista y advirtió
que –en el estado de la cuestión- se encontraba pendiente “recibir el plan de
contingencia para el caso de que no se llegue a garantizar el inicio del ciclo lectivo
2020 en la nueva sede”.
IX. A fs. 195/208 el GCBA contestó demanda.
X. A fs. 218/220 se agrega el acta de la
segunda de las audiencias efectuadas en autos. En primer lugar, los representantes del
GCBA indicaron que el plan es que la Escuela Taller se emplace en el polo cultural
licitado. No obstante, advirtieron que –en función de los tiempos que ello irrogaría- se
encuentran trabajando en la implementación de una sede provisoria en la que
funcionaría la institución hasta tanto se encuentre disponible el edificio definitivo. En
tal orden, aseveraron que habían seleccionado un inmueble sito en Alsina 963, cuyas
características delinearon. Consignaron que se halla habitable y que en la actualidad
trabajan allí equipos de la Administración que serían relocalizados.
A su turno, la parte actora adujo que ante el
juzgado 14 del fuero tramita una acción en la que se resolvió –cautelarmente- suspender
la construcción del proyecto original previsto por el GCBA para el traslado de la
escuela, i.e. el ubicado en el polo cultural sito en Plaza España. Por ello, esgrimieron
que resultaría difícil que se cumplieran los plazos de reubicación de la institución
previstos por la demandada.
En tal contexto, y luego de que las partes
manifestaran sus opiniones en torno a la situación configurada, se dispuso la realización
de una inspección ocular a fin de constatar el estado de la propiedad situada en Alsina
963.
A fs. 223 se fijó la fecha para su producción y a fs.
230 obra la constancia de comparecencia de las partes al acto en cuestión.
XI. A fs. 232/238 los actores contestaron el
traslado conferido con relación a la propuesta transitoria del GCBA. Formularon una
serie de objeciones al estado del inmueble. Destacaron que éste cumple con las
condiciones requeridas en su demanda en torno a que se encuentra ubicado dentro del
Casco Histórico y que cuenta con una superficie similar a la que presenta el de Avda.
Brasil 200. No obstante, consideraron que necesita modificaciones sustanciales para el
desarrollo de la escuela. Por ende, peticionaron que “no se demuela ni desaloje la
Escuela Taller del Casco Histórico hasta tanto no estén concluidas las obras de
adaptación y adecuación con el equipamiento correspondiente referenciado en los
siguientes puntos, otorgadas las habilitaciones administrativas y ambientales
correspondientes, cumplidas las condiciones de los puntos siguientes y la
autorización del Tribunal luego de verificado el cumplimiento de las condiciones
establecidas” (fs. 233, el destacado pertenece al original).
A continuación, enumeraron los requerimientos
que estiman necesarios para el traslado de la entidad y los defectos y mejoras que
evalúan en la propiedad de Alsina 963.
“ASOCIACIÓN CIVIL OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA CIUDAD Y OTROS C CONTRA GCBASOBRE AMPARO –PATROMONIO CULTURAL HISTÓRICO”, EXP. 6131/2019-0
XII. A fs. 239 se dio traslado al GCBA de las
objeciones planteadas por los accionantes y se convocó a una nueva audiencia a las
partes, cuya acta de celebración luce a fs. 248/249.
En oportunidad de llevar a cabo el encuentro ante
el Tribunal, la arquitecta que asiste a la parte actora puso de manifiesto que al día
siguiente culminarían las clases del ciclo lectivo en curso y sostuvo que resultaba
fundamental entender que hasta tanto no se encontrara solucionado el conflicto no debía
demolerse el edificio.
El apoderado del GCBA, afirmó que en la última
presentación de los amparistas se habían introducido cuestiones ajenas al proceso y que
habían “transmitido con claridad respecto de la planificación de la realización de la
obra pública”, que una vez terminadas las clases se tomarían las previsiones para
realizar los trabajos y que consideraba que se cumplían “todas las garantías para que
las personas sepan que van a iniciar el ciclo lectivo en condiciones necesarias” (fs.248
in fine).
A su turno, el arquitecto nombrado por el GCBA
aseveró que “la ventana de trabajo es de aproximadamente entre mes y mes y medio”,
que la renovación del edificio de Alsina se encuentra prevista para iniciarse dentro de 15
días, puesto que se encontraba llevando a cabo un proceso de contratación por razones
de urgencia. En tal oportunidad, a fin de acreditar sus dichos, leyó y acompañó el
documento que se incorporó a fs. 246/247.
Seguidamente el representante del Ministerio de
Transporte expuso que se encuentra licitada la demolición del edificio y pactada la
liberación de la calzada, no así “los paradores ni los equipamientos pero sí las obras
preliminares”. Dicho funcionario, asumió el compromiso de adjuntar en el expediente
“la documentación correspondiente a la demolición del edificio y las tareas
preliminares de ensanche de calzada, plan de trabajo, cronograma y actuaciones
administrativas correspondientes a los contratos y otras formas jurídicas que respalden
los plazos y características de las obras” (fs. 249).
La representación del GCBA indicó que la
situación de trabajo durante el receso escolar se configura en distintas instituciones y
que “el 15 de marzo de 2020 va a estar en condiciones de ser una sede provisoria e
incluso definitiva” y dejó sentado que las tareas que requiere la sede de Alsina son
sencillas, no condicionadas por cuestiones climáticas, que las personas que cumplen
funciones actualmente serán trasladadas al edificio de La Prensa, que las decisiones son
de gestión y razonables, ejecutables en un plazo de dos meses (fs.249). Preguntados por
el Tribunal acera del estado de las contrataciones de obras, los profesionales del GCBA
adujeron que “están armados los presupuestos y los procesos técnicos para salir ya con
las ofertas” y precisaron que debían “invitar a tres empresas que estén inscriptas en los
registros respectivos y en el trascurso de una semana realizar la compulsa dentro de
dichas ofertas”. (fs. 249 vta.).
XIII. A fs. 251 la demandada acompaña
documentación digitalizada a fin de cumplir el compromiso asumido en la audiencia con
relación a la contratación de la demolición de marras.
XIV. A fs. 255 el Sr. Fiscal dictamina acerca de
la procedencia de la medida cautelar solicitada.
XV. A fs. 261 pasan los autos a resolver.
XVI. Efectuada la reseña que antecede,
corresponde ingresar en el análisis de la cuestión planteada.
A tales efectos, cabe memorar que el artículo 15 de
la ley de amparo de la Ciudad admite el dictado de medidas cautelares con “criterio
excepcional”, en tanto “resulten necesarias para asegurar los efectos prácticos de la
sentencia definitiva”.
Luego, regula los requisitos exigidos para su
procedencia: verosimilitud en el derecho, peligro en la demora, no frustración del
interés público y contracautela.
Respecto del presupuesto de verosimilitud del
derecho, cabe afirmar que este recaudo es materia susceptible de grados y está influido
por la índole del reclamo principal, del que no puede ser desvinculado.
“ASOCIACIÓN CIVIL OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA CIUDAD Y OTROS C CONTRA GCBASOBRE AMPARO –PATROMONIO CULTURAL HISTÓRICO”, EXP. 6131/2019-0
Esta exigencia supone la manifestación de
conductas tendientes a crear convicción en el juzgador sobre la plausibilidad jurídica del
planteo (arts. 178, 2do. párr. y 180 del CCAyT).
El segundo presupuesto contemplado en la Ley Nº
2145 es el peligro en la demora, que consiste en la probabilidad de que la tutela jurídica
definitiva que la actora aguarda de la sentencia a pronunciarse en el proceso principal no
pueda, en los hechos, realizarse, es decir que, a raíz del paso del tiempo, los efectos del
fallo final resulten prácticamente inoperantes (conf. Palacio Lino “Derecho Procesal
Civil”, Tª IV-B, pág. 34 y ss.; CN Cont. Adm. Fed., Sala IV in re “Azucarera Argentina
– Ingenio Corona c/ Gobierno Nacional – Ministerio de Economía”, del 1/11/84; CN
Civil y Com. Fed., Sala I, in re “Remolcadores Unidos Argentinos SA c/ Flota Fluvial
del Estado Argentino”, del 2/3/84; CN Civil, Sala E, in re “Tervasi Carlos A. y otros c/
Municipalidad de la Capital”, del 5/12/84). Es decir, que requieren que se acredite el
peligro de un perjuicio irreparable (CN Cont. Adm. Fed. Sala III, in re “Decege SA c/
Estado Nacional s/ ordinario”, del 16/8/90).
Finalmente, el último requisito enumerado en la
ley de amparo (además de la contracautela), es la no frustración del interés público. En
este sentido, el artículo 189 del Código Contencioso Administrativo y Tributario exige
que el juez efectúe un balance entre las consecuencias que se seguirían de acceder a la
medida reclamada y las que derivarían de denegarla, teniendo en cuenta tanto el interés
de las partes como el interés público que pueda resultar comprometido.
XVII. Sentado lo anterior, corresponde determinar
si los elementos enumerados se configuran en el sub examen.
A tales efectos, cabe precisar que –de acuerdo a las
características de la Escuela Taller del Casco Histórico- la institución involucrada en el
caso presenta la particularidad de que en ella confluyen dos notas distintivas: se trata de
un centro educativo destinado a la formación de profesionales con versación en la
restauración del patrimonio urbano de la Ciudad.
Por ende, en principio –y sin perjuicio de lo que
corresponde determinar al momento de dictar sentencia definitiva- se verifica que el
caso comprende al derecho a la educación y al mantenimiento del patrimonio cultural
local.
En efecto, tal como la demandada informa en su
página web oficial, “la Escuela Taller del Casco Histórico es una escuela
de formación en artes y oficios orientada a la conservación y restauración de bienes
culturales de valor patrimonial y a la producción de objetos de elaboración artesanal.
Los alumnos aprenden técnicas de producción de objetos en yeso con moldes
tradicionales destinados a la ornamentación de espacios públicos exteriores e
interiores, técnicas de restauración de mobiliario en madera, elaboración de
instrumentos de cuerdas, desarrollo y resignificación de la técnica mural de
esgrafiado, utilización de resina poliéster para elaboración de réplicas y moldes y
desarrollo de prácticas de albañilería de obra especializada en restauración edilicia”.
(https://www.buenosaires.gob.ar/cultura/patrimoniocultural/casco/escuelataller, el
destacado es propio).
Entre sus objetivos se enumeran: a) Promover la
inclusión de personas en proyectos productivos y creativos con perspectiva laboral, b)
Revalorizar técnicas de oficios para su reinserción y resignificación en la actualidad y
su aplicación en el campo de la conservación y restauración de edificios, c)
Estimular las capacidades orientadas a la creación y protección de expresiones plásticas
instaladas en el espacio urbano actual, d) Difundir y promover el cuidado de bienes de
valor patrimonial y propiciar la formación de maestros de oficio entre los alumnos, e)
Impulsar el perfeccionamiento de los maestros de oficio mediante capacitación que
permita actualizar sus enfoques metodológicos y enriquecer sus conocimientos técnicos.
f) Desarrollar programas culturales dirigidos a la comunidad e instituciones educativas.
La institución depende de la Gerencia Operativa
de Casco Histórico, que forma parte del Ministerio de Cultural de la Ciudad. Entre los
objetivos del área se mencionan los de mantener la identidad histórica y sociocultural
del área y proteger su patrimonio.
Asimismo, al definir las características de la zona,
se indica que “Muy poco se conserva en toda la ciudad de épocas anteriores y
posteriores a lo señalado sino en forma aislada. Pero de lo que queda en pie, es en esta
pequeña porción de territorio donde se observa mayor nivel de concentración de
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bienes de valor patrimonial ya sea por sus características arquitectónicas, por valor
histórico o costumbrista o paisajístico. Sus particularidades requieren la
determinación de políticas específicas y sostenidas en el tiempo que eviten considerar
sus aspectos fundamentales de forma aislada y por tanto vaciarlas de los contenidos y
contextos que les dieron origen y les dan sustento para su prolongación en el tiempo”
(www.buenosaires.gob.ar/cultura/patrimoniocultural/casco/institucional).
En función de lo apuntado, en principio la
institución abarca dos condiciones: se trata de un ámbito educativo, se emplaza en un
ámbito que forma parte del acervo cultural de la Ciudad y entre los objetivos de la
formación que dicta se encuentran los de propender a la protección y restauración de la
zona y patrimonio cultural y urbano.
XVIII. En lo que atañe a la protección del
patrimonio urbano, cabe destacar que la Constitución de la Ciudad “garantiza la
preservación, recuperación y difusión del patrimonio cultural, cualquiera sea su régimen
jurídico y titularidad, la memoria y la historia de la Ciudad y sus barrios” (cf. art. 32, in
fine).
Conforme lo dispuesto por el artículo 27, la Ciudad
“desarrolla en forma indelegable una política de planeamiento y gestión del ambiente
integrada a las políticas de desarrollo económico, social y cultural, que contemple su
inserción en el área metropolitana”.
Paralelamente, con respecto a la educación, en su
artículo 23, la Carta Magna local garantiza “un sistema educativo inspirado en los
principios de la libertad, la ética y la solidaridad, tendiente al desarrollo integral de la
persona en una sociedad justa y democrática”. La Ciudad “asegura la igualdad de
oportunidades y posibilidades para el acceso, permanencia, reinserción y egreso del
sistema educativo (…) promueve el más alto nivel de calidad de la enseñanza y asegura
políticas sociales complementarias que posibiliten el efectivo ejercicio de aquellos
derechos”.
De acuerdo con lo estipulado en el artículo 24,
“asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública,
estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades (…) hasta el nivel
superior”.
De conformidad con las pautas citadas, prima
facie, en este estado larval del proceso, se verifica la obligación de la Ciudad tanto de
garantizar la educación que brinda en cualquier nivel y modalidad, en el caso la de nivel
superior o de formación en oficios, como la de gestionar el espacio urbano tutelando su
patrimonio cultural.
En tal orden, en principio, resultaría violatorio de
tales directivas la interrupción indefinida, sin tener aseguro el reinicio, de las clases en
la Escuela Taller Caso Histórico.
Asimismo, y sin perjuicio de las particularidades
procesales cumplidas en autos con relación al ofrecimiento de la sede de Alsina, al
menos en este estado de estudio, de limitado ámbito de conocimiento y prueba, no es
posible aseverar sin hesitación que el traslado de la escuela a una ubicación que se
emplace fuera del Casco Histórico no vulneraría el deber de protección que pesa sobre
la zona.
Finalmente, también en principio cabe destacar que
de configurarse condiciones educativas de menor calidad o características inferiores
(tanto en lo que hace a los aspectos edilicios o estructurales o al modo en que ello afecte
el contenido de la transmisión de conocimientos y realización de prácticas de estudio)
implicaría una regresión en los derechos de los actores que forman parte del alumnado,
lo que se encontraría reñido con el bloque de legalidad.
En virtud de ello, de modo liminar, se verifica la
existencia de un derecho en cabeza de los amparistas a la continuidad de su educación
en iguales condiciones y en un contexto acorde al que han recibido hasta el momento.
XIX. Establecido lo que antecede, cabe analizar
si –en el estado actual de la cuestión y no obstante lo que corresponda determinar a lo
largo del proceso- se encuentran reunidas las exigencias aludidas.
A tal fin, es preciso poner de manifiesto que no
existe discrepancia entre las partes en torno a la legalidad de los actos que disponen la
demolición del edificio. En efecto, ello no es objeto de cuestionamiento por parte de la
actora.
“ASOCIACIÓN CIVIL OBSERVATORIO DEL DERECHO A LA CIUDAD Y OTROS C CONTRA GCBASOBRE AMPARO –PATROMONIO CULTURAL HISTÓRICO”, EXP. 6131/2019-0
El punto actual de conflicto reside en el hecho de
resolver si el GCBA ha asegurado la continuidad de la escuela para el caso de que
efectivamente se lleve a cabo el desmantelamiento del inmueble de la Avda. Brasil 220.
En ese orden, y conforme surge de la reseña de las
constancias de la causa, es claro que el primeros de los espacios propuestos por la
Administración –el correspondiente a la Plaza España- no se encontrará disponible para
el inicio del curso siguiente. Ello en tanto, el proceso licitatorio planeado para su
construcción se encuentra suspendido por resolución judicial y no ha sido iniciado.
Paralelamente, conforme lo expresado por la demandada, dicho proyecto insumiría
alrededor de seis meses para su culminación, por lo que –aun cuando por vía de
hipótesis se habilitara su puesta en marcha- no constituiría una opción que garantizara el
derecho a la educación de los amparistas. Todo ello, sin perjuicio de dejar sentada la
oposición que la parte actora ha planteado en torno a que tal espacio se encontraría fuera
del Casco Histórico.
Ello así, cabe determinar si las actuaciones
cumplidas por la demandada con relación al inmueble ofrecido en la calle Alsina
ofrecen garantías suficientes con relación a la continuidad de la escuela en el ciclo 2020.
En tal orden de estudio, sin perjuicio de dejar
sentada la disponibilidad y colaboración con el Tribunal que han tenido hasta el
momento los funcionarios y representantes del GCBA para arribar a una solución del
conflicto, lo cierto es que –más allá de la predisposición y buena voluntad y las
expresiones verbales vertidas con relación al posible traslado- no existen constancias
objetivas de las que se verifiquen que la institución se encontrará en condiciones de
funcionar en el nuevo edificio propuesto por la demandada.
En efecto, se presentan una serie de circunstancias
que impiden tener certeza acerca del inicio en tiempo y forma de las clases del año
escolar entrante. Entre tales, cabe destacar que: 1) No se ha adjuntado acto
administrativo ni decisión formal alguna de la que surja dónde funcionará la escuela y si
específicamente se ha destinado el espacio ofrecido en autos a tales fines, 2) Al
momento de dictar la presente resolución el inmueble propuesto para el traslado de la
escuela se encuentra ocupado y allí funciona otra dependencia del GCBA, es decir que –
al menos en este estado- no se encuentra disponible 3) El GCBA no ha acreditado haber
dado inicio a la contratación de obra para la puesta en condiciones del edificio de la
calle Alsina (en tal sentido, según se ha determinado en la inspección ocular y las
audiencias celebradas en autos deberían –de mínima- efectuarse los siguientes trabajos:
remoción de tabiques, puesta en condiciones de los baños –en particular su disposición
con accesibilidad para personas con discapacidad-, colocación de ventilación forzada)
4) No se ha acreditado la existencia de plan de obra en concreto en el que consten las
tareas que se efectuarán, sus tiempos de ejecución, ni trámites administrativos
relacionados con la habilitación y condiciones de seguridad para el funcionamiento de
una escuela en el sitio en cuestión. 5) No se ha informado ni acreditado cuál es el
cronograma de clases establecido para el ciclo 2020 6) No se ha acompañado ni
especificado contar con un plan de contingencia para el caso de que las obras no
estuviesen terminadas en los plazos previstos (v.gr. posibilidad de realizar los cursos –
transitoriamente- en otras dependencias o bajo otras modalidades prácticas o teóricas).
De acuerdo con el estado de cosas descripto, se
corrobora que la continuidad de los estudios de los amparistas para el año 2020 no se
encuentra garantizada con el grado de certeza necesario para tener por debidamente
tutelados y asegurado el goce de sus derechos.
En suma, el planteo de los accionantes en cuanto a
la posible afectación de sus derechos se presenta verosímil.
XX. Corresponde, entonces, determinar si se
presenta en el caso el peligro en la demora.
Sin perjuicio de señalar que –de acuerdo con las
pruebas producidas hasta el momento- no se encuentra acreditada la efectiva
adjudicación de la obra de demolición del edificio sito en Avda. Brasil 200, de acuerdo
con la documentación obrante en la causa, se verifica que el inicio de tales trabajos se
encontraría previsto para el 1 de diciembre de 2019 (cf. planilla obrante en el CD
agregado a fs. 251).
Es de público y notorio que la demolición de un
inmueble ostenta un carácter irreversible, máxime en el contexto de autos en el que se
encuentran programado el emplazamiento de otras instalaciones en su lugar.
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En caso de producirse su eliminación, resultaría
imposible volver al estado de cosas actual.
Así, en función de la situación de hecho
configurada al momento de resolver –frente a la falta de certezas en cuanto a la
disponibilidad efectiva de un inmueble en condiciones de albergar a la Escuela Taller
durante el ciclo 2020 y sin perjuicio de lo que corresponda decidir en caso de aportarse
nuevos elementos o de producirse avances en la consecución de un nuevo espacio de
estudio- es claro que la demolición del edifico de la Avda. Brasil 200 podría importar un
perjuicio irreparable por la sentencia definitiva, tornándola insustancial.
Nótese que habilitar la demolición implicaría
privar absolutamente de un espacio físico acondicionado para el dictado de clases que
brinda la institución y que conllevaría la absoluta falta de garantías en torno a la
continuidad durante el ciclo lectivo 2020. Es claro que la irreversibilidad que presenta el
desmantelar el edificio hasta convertirlo en escombros impide la adopción de medidas
parciales al respecto. Frente a tal cuadro de situación, el mantenimiento del
establecimiento actual se presenta como la única alternativa válida y viable para
asegurar el objeto del proceso.
Ello así, hasta tanto no se encuentre debidamente
garantizado el traslado a otro edificio disponible, adecuado para el dictado de las clases,
en condiciones de seguridad y con su correspondiente habilitación otorgada,
corresponde ordenar al Gobierno de la Ciudad que se abstenga de iniciar las obras de
demolición en inmueble emplazado en la Avenida Brasil 200, que –hasta el momento-
ha servido de sede a la institución educativa de marras.
En este punto, cabe destacar que ello no impedirá
que se realicen los trabajos preparatorios en la zona o en la propiedad que no importen
afectación a su estructura edilicia. En tal sentido, y a modo de ejemplo, vale destacar
que –dada la posibilidad de revertirlas- podrán llevarse a cabo las tareas de mudanza de
los equipos e instalaciones existentes en la sede que no importen alterar la construcción
y que puedan ser reubicados en otras dependencias del GCBA hasta el inicio del ciclo
2020. También podrán efectuarse las labores las requeridas como previas para –
eventualmente- proceder al derribamiento del edificio en el momento en que se halle
disponible otro espacio.
XXI. En cuanto a la afectación que la medida
ordenada importa para el interés público cabe efectuar las siguientes consideraciones.
En primer lugar, cabe señalar que es claro que el
caso involucra tres aspectos sustanciales que inciden sobre el interés público: la
educación, la conservación del patrimonio histórico de la Ciudad y el diseño de
transporte y conexión de las áreas urbanas.
Más allá de las ponderaciones que –eventualmente-
corresponda efectuar al momento de dictar sentencia definitiva y determinar si
corresponde dar preeminencia a alguno de ellos por sobre los demás o el modo en que
deberán ser articulados, lo cierto es que –de acuerdo con las especificaciones dadas a lo
largo de la presente- el estado de situación configurado permite verificar la inminente
afectación del derecho a la educación de los actores.
Paralelamente, cabe advertir que no se vislumbra
de modo palmario que la demora que la medida dictada aparejaría a las obras viales
comprometa de modo irreversible al proyecto. En efecto, el retraso en el inicio de su
ejecución -sólo en lo que atañe a la demolición que aquí se trata- dependerá de que el
GCBA cuente con un espacio habilitado para el dictado de clases de la Escuela Taller.
En orden a lo anteriormente señalado, vale destacar
que –de acuerdo con la información acompañada por el área de Transporte hasta el
llamado de autos- la mayoría de las obras que importa el proyecto aún no han
adjudicadas. Lo anterior no implica desconocer que la planificación se habría efectuado
de modo escalonado ni que existen procedimientos en trámite. Sin embargo, es preciso
poner de relieve que la tramitación de la causa aquí en estudio comenzó en el agosto de
2019 y la Administración ha contado con una lapso razonablemente considerable para
evitar llegar a esta instancia sin haber acreditado con el grado de certeza necesario
dónde y en qué condiciones se llevarán a cabo las clases de la Escuela Taller al inicio
del ciclo siguiente.
Asimismo, vale destacar que no surge de modo certero y
sin hesitación cuáles son los tiempos que insumirá la demolición ni se ha acreditado la
imposibilidad de dar comienzo parcial a otras obras que permitan no extender los
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tiempos totales del proyecto. A ello cabe añadir que los representantes del GCBA han
manifestado que “aún no se han trasferido las partidas presupuestarias asignadas, debido
a que las mismas forman parte del ejercicio 2020” (cf. CD indicado).
De acuerdo con lo apuntado precedentemente, no se
advierte de modo categórico que la adopción de la medida aquí dispuesta importe una
afectación irreversible al plan vial, ni demoras que resulten insalvables, situación que sí
se configuraría para el derecho a la educación en caso de no adoptarse la tutela de
marras.
Por ende, de acuerdo con las consideraciones que
anteceden, considero que se encuentran reunidos los requisitos legales exigidos para el
dictado de la manda aquí resuelta.
Ello, claro está, sin perjuicio de lo que podría decidirse en
caso de configurarse nuevos hechos o decisiones con relación al traslado de la
institución, en atención al carácter provisorio que ostentan las medidas cautelares.
XXII. En atención a la entidad de los derechos
involucrados y las características de la acción entablada y calidad de los amparistas, se
presenta adecuada fijar como contracautela la caución juratoria, la que se tiene por
prestada en este acto en función de lo manifestado por los accionantes en el escrito de
inicio.
Por lo expuesto, RESUELVO:
1) Hacer lugar a la medida cautelar
peticionada y, en consecuencia, ordenar al GCBA que suspenda las obras de demolición
del inmueble sito en la Avenida Brasil 200, en el que actualmente funciona la Escuela
Taller Casco Histórico, hasta tanto se encuentre efectivamente disponible otra sede para
ser utilizada a tales fines –lo que será sometido a decisión del Tribunal- o se dicte
sentencia de fondo, lo que ocurra primero.
2) Establecer como contracautela la caución
juratoria, la que se tiene por prestada mediante la suscripción de la demanda.
Regístrese, notifíquese a las partes por Secretaría
con carácter urgente y al Sr. Fiscal en su despacho mediante la remisión de las
actuaciones.
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