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Historia de las Relaciones México – Estados Unidos
Lección 8– Reporte de lectura
Catedrático: Diego Martínez
Alumno: Christian Oviedo López
Mayo 04 del 2015
UNIVERSIDAD TECNÓLOGICA DE LA
MIXTECA
DE LA GUERRA MUNDIAL A LA GUERA FRÍA
1939-1950
Texto de Paolo Riguzzi.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939 cambio
definitivamente la manera de relacionarse que existía entre las naciones y determina las
prioridades de México y Estados Unidos. El gobierno norteamericano, después de tomar
una postura neutral respecto al conflicto bélico, poco a poco se involucra apoyando a
Gran Bretaña. Dentro del contexto de la emergencia bélica, Washington valora como
prioridad la seguridad hemisférica y el papel de México en esta tarea.
Entre el gobierno de México y de los Estados Unidos se produce una
convergencia, la cual apunta como prioridad de la agenda bilateral la cooperación
económica, dejando de lado cualquier otro aspecto del pasado o presente que pudiera
causar algún tipo de controversia o tención entre estos dos países.
El acontecer de la Segunda Guerra Mundial determina un cambio en el
posicionamiento a nivel mundial de Estados Unidos, mismo que asume el liderazgo
político y económico del mundo occidental ante el desafío de la Unión Soviética y el
colapso de las potencias europeas. Esto da pie a la división del mundo en dos bloques:
el democrático-liberal de economía y mercado y comunista-colectivista.
Dentro de las fronteras mexicanas, gracias al periodo de Ávila Camacho se dan
las condiciones necesarias para devolver el poder político a los civiles, después de tres
décadas, con la trasformación del Partido Nacional de la Revolución Mexicana a Partido
Revolucionario Institucional, en 1964.
Interacción económica
El contexto bélico produce un cambio profundo del comercio internacional, pero
ahora con mayor intensidad. Los aspectos que afectan las relaciones bilaterales son: La
conversión de la economía norteamericana a la producción de guerra, la desaparición de
los mercados europeos y por lo tanto la concentración del comercio con Estados
Unidos; la adopción en Estados Unidos del sistema de licencias para la exportación, el
racionamiento y la escasez de medios de transporte.
Al finalizar la emergencia bélica, las condiciones macroeconómicas sufren un
cambio drástico: la economía mexicana pierde dinamismo, las exportaciones se reducen,
la inflación se dispara y las reservas internacionales disminuyen, lo cual trae como
resultado la devaluación del peso frente al dólar.
Por otro lado, el modelo norteamericano de la gran distribución comercial por
medio de tiendas departamentales se adopta en la ciudad de México con la llegada de
Sears Roebuck, en 1947.
Mientras tanto dentro de México y en el ámbito comercial, resurgen las medidas
proteccionistas, mediante la introducción del sistema de licencias de importación.
Movimientos de población
Durante los años cuarenta resurge el flujo de mexicanos que cruzan la frontera,
debido a la demanda laboral estadounidense, resultado de los eventos bélicos. En los
años de guerra (1942-1945), el número de braceros contratados es de alrededor de 238
000, de los cuales la mayoría va a laborar al campo. Gran parte de estos migrante
mexicanos se quedaran en el país vecino.
La guerra tiene un efecto en el crecimiento de las ciudades fronterizas del
suroeste de los Estados Unidos. Resulta evidente la evolución de los ocho pares de
ciudades gemelas: Matamoros-Brownsville, Reynosa-McAllen-Nuevo Laredo-Laredo,
Piedras Negras-Eagle Pass, Ciudad Juárez-El Paso, los dos Nogales, Mexicali-Calexico,
Tijuana-San Diego,
Cultura, comunicaciones y percepciones
La guerra produce un despliegue de interacciones culturales, que sirven como
herramienta para plasmar la buena vecindad y la soberanía interamericana en imágenes,
mensajes, códigos estéticos y estilos de consumo.
Una de las actividades sobresaliente es la promoción y producción en el ámbito
cinematográfico. Durante la guerra el cine se convierte en un camino estratégico para la
diplomacia cultural, la conformación de lealtades y de vínculos de la solidaridad entre la
opinión estadounidense, mexicana y latinoamericana.
En la época de los cuarenta se produce un intercambio científico y tecnológico, a
través de un circuito académico, de las fundaciones norteamericanas y de los programas
del gobierno norteamericano.
Durante este mismo periodo las universidades de Texas Y de Nuevo México
organizan una reunión con especialistas y funcionarios de la Universidad Autónoma de
México, para organizar intercambios académicos entre México y Estados Unidos.
Otros diálogos
El intercambio turístico se reafirmó como una prioridad oficial, a partir del
programa carretero el gobierno de México promueve una campaña para atraer al país a
un mayor número de turistas estadounidenses y captar más ingresos por divisas: en 1941
establece una res de agencias turísticas en varias ciudades de Estados Unidos.
Esfera política y económica
La cooperación extraordinaria
La agenda mexico-estadounidense se inclina a favor de una cooperación
extendida. Despees del ataque de Pearl Harbor, que definitivamente propicia la
participación de Estados Unidos a la guerra; la postura del presidente Ávila Camacho,
es la ambigüedad, la solidaridad y colaboración con la defensa continental.
El ex presidente Lázaro Cárdenas es nombrado jefe de la Región Militar del
Pacifico; más tarde es asignado secretario de la defensa, con el fin de garantizar ante la
opinión pública mexicana que la colaboración con os Estados Unidos se mantendrá bajo
un estricto control político.
Las gestiones a 360 grados
Los resultados de las múltiples negociaciones que se mantienen entre los dos
países, trae como resultado una amplia gama de acuerdos como: la indemnización
petrolera, los pagos por reclamaciones y daños, el uso del agua de los ríos, la movilidad
de los trabajadores, un tratado comercial y hasta un arreglo sobre la deuda externa, entre
México y el Comité Internacional de Banqueros.
Dentro de los pactos binacionales realizados, es posible destacar tres clases de
acuerdos:
1. Los finiquitos económicos. El acercamiento progresivo de la Segunda Guerra al
continente americano a través de la guerra submarina alemana en el Atlántico, es
lo que cambia el escenario de la negociación bilateral.
2. Los convenios de guerra. Son todos aquellos acuerdos cuya vigencia expira o
disminuye de forma drástica al concluir el estado de guerra, y se puede dividir
en cuatro áreas: militares, financieros, comerciales y de asistencia técnica.
En la esfera militar es donde la cooperación es más limitada, por el escaso
desarrollo de las fuerzas armadas de México. El convenio de enero de 1943,
estipula, que los nacionales de cada país residentes en el otro presten allí su
servicio militar obligatorio, es la aportación más significativa en el plano militar.
3. Los acuerdos de más largo plazo: comercio, braceros, aguas. La firma del
tratado comercial, en diciembre de 1942. Previo al tratado de comercio, los
gobiernos de ambos países, suscriben el de braceros, en agosto de 1942, que
servirá a lo largo de dos décadas.
La etapa final de la cooperación extensiva
Es posible enmarcar el punto más importante del entendimiento bilateral, en 1947, con
las visitas cruzadas de los presidentes Harry Truman y Moguel Alemán.
El primero llega a la capital mexicana en marzo, en medio de una gran movilización de
bienvenida; ofrece compromisos de ayuda económica que cimiento a la alianza anti totalitaria y
en pro de la democracia. Por su parte Alemán, lleva a cabo una visita de nueve días a Estados
Unidos, en Washington es el primer mandatario latinoamericano en pronunciar un discurso en el
Congreso.
La cooperación bilateral es tan abierta que incluso en un ámbito tan sensible como el del
petróleo, entre 1947 y 1950 se mantienen canales de negociación, abiertos por el gobierno de
Alemán alrededor de un préstamo oficial estadounidense a la compañía estatal Pemex, para
reforzar sus capacidades de exploración y refinación.
Como era de esperarse, al finalizar la década, la tendencia negociadora y el interés por
cooperar empieza a desvanecerse en la relación bilateral: la mirada diplomática estadounidense
se ha vuelto global, mientras la mexicana, que es autoconcentrada, en busca de la
autosuficiencia y de la industrialización a toda costa, ambiciona limitar lo más posible los
alcances de la vecindad.
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