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Lo que un niño necesita no son grandes respuestas ,sino un corazón que lo ame, un oído que lo escuche y alguien que lo anime a seguir...
Sala de Lactarios :Los sonidos y la música constituyen una fuente riquísima de expresión, de comunicación, de conexión y de identificación cultural. Se les ofrece a los bebés la cesta sonora para estimular la exploración de los objetos sonoros e instrumentos.
SALA DE DEAMBULADORES:
El deambulador siente un fuerte impulso motor. Su marcha se va haciendo mas segura y esto le permite desplegar una actividad motriz intensa.
El trabajo sobre el control y el equilibrio postural con los menores de un año y medio implica, primero, afianzar su marcha a través de juegos de desplazamientos por el espacio: saltos, deslizamientos, transporte, tracción, trepado, reptar, cuadripedia, etc.
Los chicos de la sala de deambuladores buscan el contacto con su propio cuerpo, disfrutando con el vínculo entre el mundo interno y el externo y descubren y construyen su propia identidad corporal. Se expresan corporal y gestualmente durante el juego e interactúan con los objetos y personas conocidas.
Experimentan, copian y repiten movimientos con su propio cuerpo, expresando sentimientos y emociones significativas
Exploran sus movimientos con pañuelos, sabanas, telas de distintas texturas y tamaños.
Imitan y exploran movimientos en interacción con sus pares mediante la imitación y mediante incentivos musicales.
SALA DE 2 AÑOS
Las funciones de la maestra del Jardín Maternal
La tarea primordial es enseñar. Es posible reconocer una primera
especificidad que caracteriza la función de la maestra del jardín maternal:
la intencionalidad educativa que imprime a su tarea a partir de las
posibilidades que tiene el grupo de niños.
Otra de las especificidades que hacen a la función de la maestra de
maternal se relaciona a la función materna, un aspecto imprescindible que
la maestra debe conocer, ya que deberá ser desempañado especialmente
en la sala de lactarios.
Cabe aclarar que la función de la maestra maternal no es la de reemplazar
a la madre, sino la de complementar los cuidados maternos.
La docente agrega un plus que está relacionado con la ampliación de la
cultura y, a tal fin, ella se ocupa de proporcionarle la estimulación
adecuada a través de la selección de determinados objetos, mediante la
organización de ciertas secuencias con dichos objetos y con otros
individuos, con el enriquecimiento del ambiente físico y, a la vez, al
cumplir con sus funciones de cuidado.
La función docente en la sala de lactarios
Resulta de particular importancia que la maestra, con los pequeños de este grupo, procure el
establecimiento de ritmos en la alimentación, el sueño y los periodos de actividades. La maestra tiene a su
cargo un grupo cuyos integrantes proceden de hogares diferentes, con estilos de crianza que también son
diferentes: en algunos pueden ser muy estrictos los horarios de alimentación y en otros, más laxos.
La maestra sabe que cada uno de los pequeños tiene distintos ritmos y costumbres, en función del pasaje
de un estado a otro.
La maestra debe contar con el tiempo suficiente para atenderlos según sus requerimientos y
posibilidades, individualmente o en pequeños grupos, todas las veces que sea necesario.
La docente, entonces, debe poner en práctica actividades focalizadas: si se trata de favorecer el control
cefálico, deberá trabajarlo en forma individual, al sostener y apoyar a cada pequeño contra su pecho, al
hablarle y acariciarlo para que mueva su cabeza. De acuerdo con el conocimiento que la maestra tenga
acerca de las posibilidades de su grupo, es importante que organice momentos de actividades de atención
libre y dispersa, y otros de atención focalizada relacionados con juegos motores y sensoriales, juegos de
sostén, de ocultamiento, etc.
La función docente en la sala de deambuladores:
En la sala de deambuladores los momentos de vigilia son más extensos y que los niños se
desplazan por sus propios medios, tienen más desarrollada la coordinación de sus
movimientos, se interesan por su cuerpo, pueden variar constantemente de una actividad a
otra; a su vez; en esta etapa también comienza el control de esfínteres.
La maestra puede alternar actividades que demandan mayor movimiento con otras más
tranquilas, puede organizar los momentos de las actividades con otras grupales, así como
también con los horarios de alimentación y de descanso.
En lo que respecta a los momentos de reposo, la docente deberá tener en cuenta que esta
instancia del desarrollo no todos los niños necesitan ni desean dormir. En estos casos, su
función estará abocada a la implementación de actividades tranquilas y más relajadas como
escuchar música o canciones.
Asimismo, tendrá que considerar cual será el ámbito en el que se van a desarrollar las
diferentes actividades, pues en función de estas organizara los diferentes sectores del jardín;
algunas se desarrollaran en la sala, otras en el arenero o en el patio, la cocina o los baños
También compete a la maestra la organización de actividades que posibiliten tanto el
desarrollo cognitivo como el desarrollo motor del niño.
La maestra también debe brindar oportunidades para que los pequeños desarrollen su
motricidad. En este sentido, puede propiciar el uso de cucharas.
La maestra puede continuar trabajando con juegos de sostén y ocultamiento.
Al ir finalizando el año, una cuestión central que la docente de esta sala debe tener en
cuenta es la posibilidad de que el niño haya comenzado a lograr el control de
esfínteres, aspecto que tiene una gran significación socio-emocional tanto para el niño
como para la familia.
La función de la docente de deambuladores es acompañar al niño es este proceso sin
presionarlo, ya que debe reconocer que, por un lado, cada pequeño recorrerá esta etapa
de acuerdo con sus ritmos y con su propio tiempo y que, por otro lado, no todos
alcanzaran este objetivo. La maestra imprime direccionalidad a este proceso a través de
actividades que colaboran en su adquisición, tales como trasvasar líquidos o arena.
La función docente en la sala de dos años
Con el niño de dos años, se puede afirmar que ya ha dejado de ser un bebe. Precisamente se
caracteriza, por su autonomía, necesita y quiere hacer las cosas por sí mismo, aspecto que
manifiesta, por lo general, con la expresión “Yo solito”. E Sta. contradicción es una
característica que el pequeño atraviesa a esta edad; por lo tanto, la maestra tiene que saber de
antemano que esto ocurre, para poder entender al grupo de niños con el cual esta trabajando.
Con relación al reconocimiento de ritmos en la vida cotidiana del jardín y a la poca capacidad de
espera de los niños a esta edad, es importante que la maestra organice una secuencia
determinada en las actividades diarias, en las cuales aparezcan definidos los diferentes
momentos del día, de forma tal que dicha secuencia no sea rígida. En esta secuencia de
actividades también es necesario que la docente complete la alternativa de actividades para
realizar, dentro y fuera de la sala, momentos de juegos que exijan mayor actividad física con
otros más pasivos, teniendo en cuenta que los niños requieren de un tiempo para serenarse y
así poder pasar a actividades más tranquilas.
La función de la maestra maternal es plantear algunas actividades que los niños pueden
realizar algún encargo como solicitar que se ayude a poner la mesa.
La docente podrá recorrer con los niños la manzana del jardín.
En cuanto al desarrollo cognitivo y motor, los niños ya pueden
caminar, correr, saltar, balancearse, trepar.
En función de esto, la maestra, por su parte, además de ofrecerles actividades acordes con
estas posibilidades, debe transformarlas en situaciones de juego grupal con la intencionalidad de
que los niños puedan comenzar a jugar juntos.
Por otra parte, a la maestra también le compete el trabajo con las relaciones temporales y
espaciales como categorías relativas.
En cuanto el control de esfínteres, es importante la continuidad respecto de lo que ya se ha
planteado para la sala de deambuladores y, en el caso de esta sala, la maestra debe considerar
que se trata de un logro esencial.
Es su función organizar secuencias didácticas que incluyan juegos como sentar a los muñecos
en la bacinilla.
También debe generar situaciones para el desarrollo del juego simbólico. Esto se puede realizar
a través de la incorporación de ropa para disfrazarse. Resulta esencial, que tanto los padres
como la maestra puedan dar respuestas a estos interrogantes con el propósito de rescatar la
importancia que se le debe atribuir al hecho de generar un vínculo permisivo en relación con el
aprendizaje y la indagación. La función docente consiste en generar las mejores condiciones
posibles de enseñanza para todos los pequeños, a fin de que se apropien de los conocimientos y
desarrollen sus posibilidades en un ámbito de confianza que, a la vez, les permita
encontrarse, descubrirse, expresarse y comunicarse en un marco de afecto, compromiso y
creatividad.
DECÁLOGO DE LA MAESTRA:Gabriela Mistral:
1. AMA. Si no puedes amar mucho, no enseñes a niños.
2. SIMPLIFICA. Saber es simplificar sin restar esencia.
3. INSISTE. Repite como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección.
4. ENSEÑA con intención de hermosura, porque la hermosura es madre.
5. MAESTRO, sé fervoroso. Para encender lámparas has de llevar fuego en tu corazón.
6. VIVIFICA la clase. Cada lección ha de ser viva como un ser.
7. CULTÍVATE. Para dar hay que tener mucho.
8. ACUÉRDATE que tu oficio no es mercancía, sino que es servicio divino.
9. ANTES de dictar tu lección cotidiana mira tu corazón y ve si está puro.
10. PIENSA que Dios te ha puesto a crear el mundo de mañana.
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