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120 121 EL ADIOS DE LOS GRANDES Eso dice Charly García, que en una charla con GENTE despide a Gustavo con una colección de anécdotas, encuentros y gestos que nunca había contado antes. Como cuando, junto a Pedro Aznar y el ex Soda, fueron un trío “a lo Led Zeppelin” y grabaron un disco inédito. O la canción que el Say No More le regaló a Benito para su padre. Además, las sentidas despedidas de Andrés Calamaro e Indio Solari. “Cuando nos reunamos en el cielo seremos un grupo” Abrazo de ídolos En octubre de 2007, cuando Charly cumplió 56 y los festejó en El Roxy, donde Gustavo, uno de sus célebres invitados, disfrutó el recital desde una mesa en medio del escenario. Por Karina Noriega. Fotos: Maximiliano Vernazza y archivo Atlántida 120-124_GE2564_ADIOS_Maquetación 1 07/09/14 21:19 Página 120

El adiós de Charly García a Gustavo

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EL ADIOS DE LOS GRANDES

Eso dice Charly García, queen una charla con GENTEdespide a Gustavo con unacolección de anécdotas,encuentros y gestos quenunca había contado antes.Como cuando, junto aPedro Aznar y el ex Soda,fueron un trío “a lo LedZeppelin” y grabaron undisco inédito. O la canciónque el Say No More le regalóa Benito para su padre.Además, las sentidasdespedidas de AndrésCalamaro e Indio Solari.

“Cuando nosreunamos en el cieloseremos un grupo”

Abrazode ídolos

En octubre de 2007,

cuando Charly

cumplió 56 y los

festejó en El Roxy,

donde Gustavo, uno

de sus célebres

invitados, disfrutó el

recital desde una

mesa en medio del

escenario.

Por Karina Noriega. Fotos: Maximiliano Vernazza y archivo Atlántida

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Indio SolariMi aplauso para vos“Ahora sí vas a poder evitar el cansanciode huir de la muerte. Todo este tiempodormido fue necesario, quizá, paraenseñarte a morir consolando a tusqueridos. Los verdaderos artistas, estoyconvencido, conocen la muerte antes demorir. No se dejan llevar ni un minuto antesni uno después de reconciliarse con lavida. Dicen por allí que al morir nos esdado conocer el secreto de la música ennuestro primer llanto al nacer. En cuanto alo que me toca, me has hecho disfrutar detu dulce voz y de tus espléndidos juegoscon las guitarras. Tu etapa solista fuesólida y aventurera y es lo que más megusta de lo que nos has dejado. Bueno...A comenzar de nuevo en tierra incógnita.Mi aplauso para vos”.

Hay algo paradójico”, nos recuerda del otrolado del teléfono Charly García el mis-mo día de la partida de Gustavo: “Ma-las noticias como éstas nos llegan ha-bitualmente a través de los programas

de espectáculos”. Hace un rato dormía. Acongojadahasta las lágrimas su novia, Mecha Iñigo, no sabía có-mo iba a despertarlo para darle la noticia. “De lamuerte de Spinetta fijate que me enteré por el pro-grama de Viviana Canosa”, recordará más tarde, enuna suerte de déjà vu. Otro tanto pasó en la casa de

Andrés Calamaro. Micaela Breque, su chica, nos ad-vertía vía WhatsApp: “La noticia que no queríamosque llegue jamás. Poné América”. AC suele decir quecada vez que tiene que ir a los Gardel, ese día “recibeuna noticia de mierda”. Y Charly, que habla con GEN-TE porque “no tengo redes sociales y quiero decir loque siento”, lo escupe sin rodeos y con una carcajadafinal: “Esos premios están mufados. ¿Viste Spinal Tap,cuando le dan el disco negro? Bueno, es eso”. Charly, que lo fue a ver a Gustavo Cerati una única veza la clínica ALCLA, donde le cantó canciones de LosBeatles junto a Pedro Aznar y hasta se desmayó, fluyecasi sin pausas. “Estoy un poco triste. Caliente, te diría. Al principiopensé que era lo mejor, pero ya lo empecé a extra-ñar. Te voy a contar algo que nunca le conté a na-die. Una vez, con Gustavo y Pedro (Aznar) grabamosun disco que es inédito. Tango 3 se iba a llamar. Co-mo yo estaba internado y me dejaban salir en cuen-tagotas, finalmente no lo terminamos. Cuando Ce-

rati fue a grabar el tema Vampiro a la casa de Pedro,cayó con el Marshall completo, que tiene una condi-ción sine qua non: a los cinco minutos de usarlo, sequema. Vino sabiendo que lo iba a quemar, pero Guscomo rockero tenía que tener el sonido auténtico. Yclaro que el equipo se quemó. Sacó una botella dechampagne y brindamos”.Recuerda que bromeaba con que los Soda “eran losculpables del agujero en la capa de ozono, de tantousar spray”. A pesar de la humorada, reconoce que“nunca fuimos enemigos ni competidores, ni nada

de eso. Ellos siempre hablaron del cambio que impu-sieron, pero para bien, y por suerte éramos todaspersonas inteligentes, artistas, y tuvimos la oportuni-dad de tocar bastantes veces (...) Nos vimos muchasveces en la casa de Punta del Este, y en lo de Faena(Alan). Con él fue la primera vez que vi un iPad. Meacuerdo que le pregunté: ‘¿Qué hacés con eso?’. Elme respondía: ‘Y... toco la guitarra’”, lanza el ex Serú,que recapitula las veces que Gustavo lo invitó a cantar,como aquella en que terminaron haciendo Pasajeraen trance “y él se olvidó la letra y dijo cualquier co-sa, pero salió airoso”.EL DIA QUE LE PRESENTO A YOKO ONO. “Lanoche anterior a la comida en la que conocí a Yoko(en su visita a Buenos Aires en 1998) pasó algo muyloco. Tuve una visión: vi que me salían de las manosdos rayos como los que usé en el Colón, que se cho-caban contra la pared, y al instante las paredes pa-raban de tocarse y se caían en el baño. Al toque tuvemiles de conexiones de ideas, y de ahí surgió eso de

que las Líneas paralelas no se tocan nunca”, cuentaCharly. Esa noche, camino a la exposición de la viudade Lennon, compró “un Obelisco, tipo pirámide”.Aunque no sabía bien qué iba a decirle, le dio un besoy se puso a hablarle. “Le fui con la pregunta sobre elsignificado del triángulo que se formaría en el bañosi las líneas se tocaran. ¿Sabés qué dijo? Una cosa in-creíble: que significaba la antimateria, el Triángulode las Bermudas. Y nos quedamos a hablar millonesde horas. Ahí lo vi a Cerati y lo llamé...Yoko, cuandote ve, te saca la ficha al toque. Gus estaba muy emo-

cionado y fue algo muy revelador”, se entusiasma, yaclara: “No es que sea una persona que crea en lo so-brenatural, pero ese día fue mágico”. ANECROCKTARIO. Charly también vivió con Gus-tavo el festejo de varios de sus cumpleaños. Comocuando García celebró los 56 en una fiesta-conciertoen El Roxy, donde “invité a un montón de gente, pu-se una mesa en el escenario detrás del telón, hubochampagne, velas, y compré dos coronas de floresque decían ‘Fue sin querer’. Se abrió el telón y empe-zamos a tocar con la banda, y entre mis invitados ala mesa estaban Gus, Nacha Guevara, Alan Faena.Fue muy loco y Gus estaba muy emocionado, se di-virtió un montón”, recuerda, y hace zapping inme-diato a cuando compartieron grabaciones y cantaronRasguña las piedras: “Yo venía muy al mango contodo lo de Say No More, y cuando él cantó me acuer-do la emoción que me dio escucharlo. Es un can-tante tremendo. Yo siempre decía que cada díacantaba mejor”.

Todo lo que queda. En los ochenta, esos raros peinados nuevos. En el centro y a la derecha, en 1999, Charly y Gus en el departamento de García, en Coronel Díaz, retratados por Nora Lezano.

La única vezque Charly

fue a visitara Cerati ala clínica

ALCLA junto aPedro Aznar,

le cantaronuna tema deLos Beatles.

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Andrés Calamaro“Fue un encuentroentrañable”“Conocí a Gustavo hace mucho, muchotiempo atrás. Entonces Soda Stereo no era nisiquiera una semilla del gigante grupoconquistador de América. Para decirlo entérminos futboleros pero precisos:Libertadores de América. Pues sí, el rockrepresenta eso... Ilumina el camino del pueblohacia la libertad, acompaña a los hombres ylas mujeres a soportar la soledad, a bailar laalegría, a superar la tristeza o evocarla. Esimposible recordar cada encuentro conGustavo y los Soda, con su gente amiga ycompañera, aquellos que trabajaron y giraroncon ellos, testigos de semejante campaña degloria. Nos encontramos –finalmente– paracantarle al hermano país, Chile, sacudido porun terremoto. Fue un encuentro entrañablecon este gran artista que hoy evocamos. Ytambién con mis queridos Fernando yRichard. Escuché el ensayo al lado de Urielhasta que me tocó cantar a mí. PracticamosCrimen y propuse cantar Trátamesuavemente, porque una sola canción sepasa volando. Porque es una canciónhermosa y sabia, que escribió Daniel Melero.Siempre damos las gracias, y siempre sontotales. ¡Viva la música!”

Con el repaso de las anécdotas, a medidaque revive el resplandor de lo vivido jun-tos, especifica lo mágico que era interac-tuar con él. “Una vez hice un tema de élal piano, y me acuerdo que no lo toquécomo aprendiéndolo, sino a pedazos,como si me diera instrucciones un pin-tor, un artista”, comparte García, queminutos antes de esta charla habló conPedro Aznar y rememoraron cuando habí-an grabado ese disco que nunca salió.“Justo el doctor Kalina, ese médico quehabla de drogadictos en la tevé, me vol-vió a encerrar. Cuando salí una vez, fuia grabar a la sala de Pedro, y con Gus to-

camos tipo Led Zeppelin. Lo que sonó eso no se pudocreer. Es una pena. Cuando nos reunamos en el cie-lo, seguramente seremos un grupo”.Hay algo que sólo sabe Benito Cerati y ahora, todoslos que lean esta nota. Un día, Charly le dedicó a Gusuna canción secreta. Estaba en el estudio, ecualizandoel material del Colón, cuando le vino a la mente. De-cía: “Gustavo querido/ qué mierda te pasó/ Pareceque estás durmiendo/ parece que estás aquí/ Pareceque estás volando/ Yo tenía un amigo/ alguien conquien tocar/ aunque no vivía conmigo/ el mundoera nuestro hogar”. Hay una promesa: “Quedamosen hacerla juntos algún día”. Hay algo de lo que nohay dudas: mañana es mejor. n

Ya estáescritoDiciembre de

2011. En el Gran

Rex, Benito saluda

a Charly en el

back. Allí se

prometieron

tocar juntos la

canción que el ex

Serú le hizo a su

padre.

Argentina abraza a Chile Juntos, en el show gratuito por las víctimas del

terremoto transandino, el 13 de marzo de 2010.

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