ELADIO DELOS SANTOS GARCÍADominicano ante el mundo y cosmopolitade sueños, cultiva la literatura, la crítica dearte, la corrección de estilo y la pincelaciónautolocomática situada entre la Creación deDios y el infinito de la utopía invencible. Hasido profesor de básica, secundaria y uni-versidad.Ha publicado: Estaciones de la muerte (2000),Catarsis del tiempo (2003), Alucinaciones (2007),Sonrisol (1995), Romances (1997), Agonía del si-lencio (1998), Los poemas sexuales (2001), LaComiluna y La Escuelinda (2008).Ha obtenido una docena de premios encuento, poesía y literatura para niños. Ha es-tudiado comunicación social y literatura enla Universidad Autónoma de Santo Do-mingo (UASD), donde fungió como partedel Departamento de Relaciones Públicas(Bet), como miembro del Consejo Univer-sitario (delegado estudiantil), como monitory ayudante de profesor de la Escuela de Le-tras.Escritos suyos sobre arte y literatura apare-cen en Internet, periódicos, revistas, enci-clopedias, antologías, nacionales y extran-jeras. También ha hecho prólogos y correc-ción de estilo a libros de otros escritores. Hapresentado sus obras, pictóricas como lite-rarias, en Nueva York, Puerto Rico, NewJersey, España, Venezuela y República Do-minicana.

En esta novela ELADIO DE LOS SANTOS GARCÍA logra crearlo que él mismo llama un transpersonaje, que a la vez contiene unconjunto de personajes que son “antimismos” entre sí y poseenla destreza particular de coexistir en universos paralelos, labe-rínticos y polares. Es el transpersonaje de los antimismos. Así la his-toria se mueve entre todos los mundos o laberintos posibles dela existencia, cuyos reclamos borran las fronteras entre vida,muerte, sueño, pasado, presente, futuro, flujo de conciencia, in-trospección, memoria….En este texto el autor se vale del álgebra para desarrollar la pro-pia narración. Narrativa algebraica. Así, los “antimismos” pue-den ser recíprocos y no, es decir, poseer propiedades dereciprocidad o carecerlas, pero siempre dentro del sentido aso-ciativo que rige la ilación novelesca. Estas propiedades no se re-conocen por el hecho de que los personajes principalesmasculinos se llamen con el mismo nombre, sino por las rela-ciones que como personajes establecen dentro de la propia na-rración, articulada a partir de una concepción surrealista, a pesarde los soportes lógico-matemáticos de la configuración de loscapítulos. Con esta obra ELADIO DE LOS SANTOS GARCÍA lograotro acierto estético cuyo valor sólo el tiempo ponderará en sujusta dimensión.

GERARDO CASTILLO JAVIER

Niño geopolítico observando nacimiento,obra de SALVADOR DALÍ

ELADIO DELOS SANTOSGARCÍA

ELADIO DELOS SANTOS GARCÍAHijo primero de Felicia del Carmen García yPablo De los Santos, puede definirse como ar-tista de la locura o loco del arte, indistinta-mente. Esa locura es su amante a la que leresulta imposible renunciar, pues ni siquiera lamuerte puede amedrentar tal fe de incordura,ya estética, palpética, amórica o transpoética.La conciencia santogarciana de su propia lo-cura, tema mitopoiético de más amor, él la de-fine así: “La única diferencia entre los locos yyo, es que yo sé que soy loco”. Esta autodefini-ción, más allá de su prédica postdaliana, cons-tituye el manantial de un arte propio que,orientado contra el ministerio universal de lacordura miserable de la existencia humana,tampoco parece ser de este mundo; al menosde este tiempo.

HIPNAGEDÓN(Novela)

El autor junto albusto del cantautorRafael Hernández,museo de la UPR

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