La Montaña, 5 de agosto de 2015.

“Akim y el burro”

Mis queridas semillas,

Estamos en luna llena, quizás ya empezó hace dos o tres días, pero las emociones aún duran, recordar las penas que tengáis se van a acentuar más, las tristezas, pero también las alegrías, hay una película que os he recomendado, os daré el título en inglés para que podáis buscarla en vuestros países, “Inside out” se refiere a los sentimientos: la alegría, la tristeza, el miedo, la furia, y también el asco, os va a encantar, es dibujos animados, pero en realidad es una película educativa para los adultos, es preciosísima, están todos los sentimientos, todos los pensamientos y

¿Sabéis qué? Para todos ustedes mis queridas estrellas que lleváis un camino muy, muy, muy avanzado espiritualmente, comprenderéis cómo pasa en la memoria –ya lo comprendéis- pero cómo es la Memoria Universal, el Archivo Arkáshico, lo vais

a ver, siempre con el chakra 6 ¡Es una maravilla! Las emociones.

Mis semillas, ya sabéis que siempre hay un país muy lejano, esta vez es en Bagdad, donde Aladino vivía, donde esos sueños se hacen realidad, pero no era el nombre de Aladino sino Akim, lo podríamos llamar también Pepe, Antonio, Arturo, como a vosotros os guste.

Akim trabajaba con todos los que tenían el transporte de aquella época que era el camino de la Sal, estaba el camino de la seda y de la sal y pasaba por toda la India hasta llegar al Tibet, Nepal, Tibet. Akim llevaba su burro con varios sacos de sal, dos de cada lado y cada día hacia el mismo trayecto, atravesaba unos campos, andaba por un camino muy estrecho y después tenía que ir del otro lado del río para emprender la montaña y llevarlo a la ciudad. Una vez, al atravesar el río, el burro tropezó y se cayó dentro, sorprendido Akim lo miró y quiso ayudarlo, pero el burro volteó y le dijo que sí, él podía salir, que no se preocupara que nadaba muy bien, eso es lo que le pareció comprender a Akim, entonces el burro salió victoriosamente del agua y emprendió su camino hasta la ciudad, pero ¿qué pasó mis semillas? Que con el agua se habían fundido la

mitad de los sacos de sal, entonces el burro estaba feliz porque llevaba menos carga y llegó a Akim, estaba un poquito ¿cómo podría decir? Entre triste y medio contento, porque claro le iban a pagar un poquito menos; vendió su sal y volvió a casa. Al día siguiente cargó a su burrito y llevaron la misma destinación, cuando llegaron al río lo atravesaron, Akim iba tranquilo, su burro también, pero de pronto el burro tropezó y se cayó al agua, Akim hizo lo mismo, lo miró queriendo decir “¿Qué te pasa amigo?”; y él dijo: “Nada, nada, ya saldré de nuevo” efectivamente salió, pero de nuevo los sacos de sal se habían vaciado la mitad y eso duró durante un mes. Akim un día estuvo muy triste porque dijo: “Esto no puede ser, este mes he ganado la mitad y tengo los mismos gastos, mi familia tiene que alimentarse, que vestirse, tengo que pagar la luz, tengo que pagar el agua; y ayer se olvidaron de cerrar el grifo y estuvo toda la noche con el grifo encendido, tengo una factura muy grande y no podré pagarla, pero claro el burro era feliz, porque él no pagaba el agua, no pagaba facturas, y no tenía que hacer nada y dijo : “No puede ser, tendré que venderlo, lo voy a vender y ya se acabó”. Lo consultó con su familia y su familia le dijo “No, este burro hace parte de nuestra familia, lo hemos tenido desde pequeño, no puede ser y nosotros no podemos cargar la sal a nuestras espaldas”; “Bueno, pues –dijo- tengo una idea, voy a ponerla en práctica, si funciona esta idea guardaré al burro y lo guardaré para siempre, si no funciona, tenéis que aceptar y lo venderé”.

Bueno pues al día siguiente ¿a quién cogió? Como siempre los sacos y se los cargó y cuando llegó al río, el burrito de nuevo tropezó y se cayó, Akim ni siquiera se volvió, continuó el camino y siguió y se fue del otro lado, cuando ya estuvo del otro lado el burrito se sorprendió y dijo: “Ay que bien, pues me voy a quedar más, así perderé peso y me quedaré ligero”, había comprendido muy bien, salió del agua y no podía, “Uyyy” le costaba, le costaba, le costaba, le costaba, Akim le dijo: “Fiiiuuu ¡Date prisa que llegaremos tarde!” y con una vara que tenía, un bastón de madera, le dio un poquito, lo sacudió, pero el burro le pesaba, le pesaba y llegaron a destinación, el burro cuando le sacaron los sacos dijo: ¡No puede ser, no puede ser, qué pesado!

¿Qué había hecho Akim? En vez de poner sal, puso arena y la arena mis queridas semillas cuando se moja pesa el doble; así que al salir el burrito del agua, la arena pesaba más toneladas que él y tuvo que cargarlo hasta la ciudad. Al día siguiente le hizo lo mismo y el burro no se cayó, al tercer día Akim le puso la sal y cuando el burro atravesó el río apenas tocó el agua, casi volaba, no quiso que se mojara ni un gramito de su saco, de su carga; y así atravesó y llegó a la ciudad y vendió, en quince días ya había ganado el doble que los otros meses y en un año entero.

Mis semillas, si el burro es tan inteligente y en efecto, es el animal más inteligente de cuatro patas y demás ¡¿Cómo es posible que nosotros siendo seres de Luz y extraordinarios, nos quedemos cada día más en la zona de confort?! Es lo que está haciendo toda la humanidad, se coloca en

la zona de confort, televisión, cine, llorar, tirados en el sofá, dormir, o quejándose, siempre tirando la piedra al vecino o la papa caliente pasarla a alguien más ¿Por qué no hacéis como Akim? Cambiar ese peso, esa preocupación, todo en la vida tiene su

importancia, todo es difícil, tooodo cuesta, pero ahora ya no podemos levantarnos, estamos en la era del robot, todo el mundo está robotizado, ya están instalando, hay dos riñones artificiales, cada vez hay más piezas robotizadas que las van colocando en los cuerpos humanos, está tan grande la indiferencia en la humanidad, que ya se ha apagado.

Mis semillas todos los que tienen La Enseñanza, les queda una esperanza de estar medio dormidos, medio indiferentes y medio robotizados, no queremos responsabilidad, no queremos tomar decisiones, preferimos la zona de confort porque se vive mejor, el problema de la humanidad no es el mío es el vuestro, los problemas de los otros no me conciernen, prefiero ver la televisión, así no pienso en nada o la música, no me voy a internet, estoy siempre en internet, es la evasión más grande que puede haber, tengo amigos, puedo encontrar mi mitad de naranja, puedo encontrar el alma gemela o simplemente no hacer nada y así lo tengo todo –eso creo- esa es la zona de confort.

Mis estrellas os considero las estrellas más grandes del firmamento, mirar bien la realidad, si sois más inteligentes que nuestros hermanos los animales “hermanos inferiores” ¿Por qué no avanzamos?

¿Por qué no queremos comernos el mundo? ¡Podemos! Pero cada día que dejamos la zona de confort son cinco años que perdemos de nuestra esperanza de vida, quizás encontraréis que es un poco duro este Mensaje, pero es una realidad, no nos engañemos, Akim puso a prueba al único ser que tenía para poder vivir, para poder ayudar a su familia, para terminar su Misión, vosotros también podéis poner a prueba todas vuestras metas, mientras más difícil tengáis esos desafíos más los venceréis y todo está en vuestra mente, todo, el pensamiento es el poder absoluto, absoluto, Pensamiento, Palabra y Obra, pero tenéis que creer. Las palabras son muy bonitas y sirven para negociar, para encantar, para seducir, los hechos y las pruebas son amores y es lo que queda, eso es la honradez, la nobleza, las obras, las obras que dejéis, las obras que estáis haciendo, esos cinco minutos, ése momento que habéis ayudado al alma de esos seres que han venido a vosotros, esos son obras, esa es la nobleza y el amor, no os confundáis con bellas palabras, sólo sirven para negociar, halagar y seducir, los hechos.

Ochenta por ciento somos emociones, es agua que está dentro de nosotros, vamos a pedirle a nuestra emoción principal La Alegría que suene como una campanilla, que nos haga reír cada día y que podamos transmitir esa risa y esa alegría.

Con todo mi amor,La Jardinera