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¿Crisis de la auditoria en el mundo? Enrique Fowler Newton en su Tratado de Auditoria define a esta especialidad de la profesión sosteniendo que la auditoria de estados contables “consiste en su examen por parte de un profesional independiente, con el propósito de emitir una opinión técnica sobre los mismos”. Más adelante, el mismo autor, cuando explica las Normas de Auditoria en lo que respecta a las normas personales detalla : “d) Independencia económica: el auditor externo no debe tener intereses comunes con su cliente. No puede tener relación de dependencia, ni ser directivo del ente examinado, ni tampoco ser accionista, deudor, acreedor o garante del mismo por montos significativos en relación al patrimonio del ente o del suyo propio, que comprometan su libertad de opinión. Agrega Fowler Newton que “entre el auditor y el cliente podrían existir vinculaciones económicas que no impliquen dependencia pero sean lo suficientemente fuertes como para afectar su independencia. Ocurriría si el auditor se asociara con el cliente para encarar negocios importantes en relación con el patrimonio de alguno de los dos.” En estos últimos meses las noticias periodísticas han conmovido al mundo profesional al descubrirse irregularidades graves en el accionar de uno de los estudios más importante del mundo, el estadounidense Arthur Andersen, firma que además tiene filiales en Europa y América Latina. Los problemas aparecieron con el descubrimiento de la falsedad de las cifras de los estados contables de la firma comercializadora de energía ENRON, que acaba de quebrar, en los Estados Unidos. También en el país del norte la firma de telecomunicaciones World Com reconoció que había falseado sus estados contables exagerando sus ganancias en u$s 3.800 millones, causando gravísimos problemas a inversores, acreedores y empleados. A la lista se agrega la empresa Xerox que reconociera que ente los años 1997 y 2001 contabilizó ingresos en exceso por u$s 1.900.- millones. La empresa Qwest Communications International, ubicada en el cuarto lugar entre las empresas de telefonía norteamericanas, está siendo investigada y aunque los directivos de la misma manifiestan desconocer el motivo de la investigación, se apunta a un fraude similar al de la World Com. Pero también en España el caso adquirió tal gravedad que, rápidamente, la filial en ese país acordó fusionarse con Deloitte Touche Tohmarsu International. De las treinta y cinco empresas que cotizan en la Bolsa de Madrid, veintitrés son clientes de auditoria de Andersen, destacándose entre ellas : Telefónica S.A., ENDESA S.A., y las entidades bancarias Banco de Bilbao Vizcaya Argentaria y Santander Central Hispano. También en París, Londres, Alemania, Rusia, Australia, Singapur, Hong Kong, China y América Latina, los socios de Arthur Andersen buscan asociarse con otras firmas tales como Deloitte, Pricewaterhouse Coopers y KPMG. El temor en Europa aparece con el caso Vivendi Universal. Un grupo radicado en Francia y dedicado a las telecomunicaciones y a los servicios sanitarios recientemente declarado en quiebra es investigado y sospechado de fraude contable. También un grupo metalúrgico suizo - sueco, ABB, había soportado fraudes contables entre 1999 y 2000. La sucesión de escándalos repercute en los mercados y genera desconfianza en los potenciales inversores. Wall Street cayó fuertemente retrocediendo el Dow Jones a niveles de 1998 como consecuencia de nuevos informes que hacen sospechar irregularidades en otras empresas que operan en ese mercado. Los intereses en juego son tan grandes que aparece involucrado el poder político de los Estados Unidos ya que una denuncia judicial compromete al Vice Presidente Cheney. También el sistema financiero en todo el mundo ve con preocupación las consecuencias de esta sucesión de fraudes que hace tambalear la confiabilidad de la información contable. Es así como

Crisis de la auditoria en el mundo

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Page 1: Crisis de la auditoria en el mundo

¿Crisis de la auditoria en el mundo? Enrique Fowler Newton en su Tratado de Auditoria define a esta especialidad de la profesión sosteniendo que la auditoria de estados contables “consiste en su examen por parte de un profesional independiente, con el propósito de emitir una opinión técnica sobre los mismos”. Más adelante, el mismo autor, cuando explica las Normas de Auditoria en lo que respecta a las normas personales detalla :

“d) Independencia económica: el auditor externo no debe tener intereses comunes con su cliente. No puede tener relación de dependencia, ni ser directivo del ente examinado, ni tampoco ser accionista, deudor, acreedor o garante del mismo por montos significativos en relación al patrimonio del ente o del suyo propio, que comprometan su libertad de opinión. Agrega Fowler Newton que “entre el auditor y el cliente podrían existir vinculaciones económicas que no impliquen dependencia pero sean lo suficientemente fuertes como para afectar su independencia. Ocurriría si el auditor se asociara con el cliente para encarar negocios importantes en relación con el patrimonio de alguno de los dos.”

En estos últimos meses las noticias periodísticas han conmovido al mundo profesional al descubrirse irregularidades graves en el accionar de uno de los estudios más importante del mundo, el estadounidense Arthur Andersen, firma que además tiene filiales en Europa y América Latina. Los problemas aparecieron con el descubrimiento de la falsedad de las cifras de los estados contables de la firma comercializadora de energía ENRON, que acaba de quebrar, en los Estados Unidos. También en el país del norte la firma de telecomunicaciones World Com reconoció que había falseado sus estados contables exagerando sus ganancias en u$s 3.800 millones, causando gravísimos problemas a inversores, acreedores y empleados.

A la lista se agrega la empresa Xerox que reconociera que ente los años 1997 y 2001 contabilizó ingresos en exceso por u$s 1.900.- millones. La empresa Qwest Communications International, ubicada en el cuarto lugar entre las empresas de telefonía norteamericanas, está siendo investigada y aunque los directivos de la misma manifiestan desconocer el motivo de la investigación, se apunta a un fraude similar al de la World Com. Pero también en España el caso adquirió tal gravedad que, rápidamente, la filial en ese país acordó fusionarse con Deloitte Touche Tohmarsu International. De las treinta y cinco empresas que cotizan en la Bolsa de Madrid, veintitrés son clientes de auditoria de Andersen, destacándose entre ellas : Telefónica S.A., ENDESA S.A., y las entidades bancarias Banco de Bilbao Vizcaya

Argentaria y Santander Central Hispano. También en París, Londres, Alemania, Rusia, Australia, Singapur, Hong Kong, China y América Latina, los socios de Arthur Andersen buscan asociarse con otras firmas tales como Deloitte, Pricewaterhouse Coopers y KPMG. El temor en Europa aparece con el caso Vivendi Universal. Un grupo radicado en Francia y dedicado a las telecomunicaciones y a los servicios sanitarios recientemente declarado en quiebra es investigado y sospechado de fraude contable. También un grupo metalúrgico suizo - sueco, ABB, había soportado fraudes contables entre 1999 y 2000. La sucesión de escándalos repercute en los mercados y genera desconfianza en los potenciales

inversores. Wall Street cayó fuertemente retrocediendo el Dow Jones a niveles de 1998 como consecuencia de nuevos informes que hacen sospechar irregularidades en otras empresas que operan en ese mercado. Los intereses en juego son tan grandes que aparece involucrado el poder político de los Estados Unidos ya que una denuncia judicial compromete al Vice Presidente Cheney. También el sistema financiero en todo el mundo ve con preocupación las consecuencias de esta sucesión de fraudes que hace tambalear la confiabilidad de la información contable. Es así como

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tanto en Francia como en Italia, ante la reticencia de asistencia financiera por parte de los bancos,

los gobiernos de esos países ofrecen ayuda a grandes empresas fuertemente endeudadas. Lyn Turner, contador de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC), dice que a los bancos no puede habérseles escapado irregularidades en los estados contables, sino que los mismos bancos americanos crearon instrumentos para el fraude y que a quienes, verdaderamente no se les debieron escapar estos fraudes son a las firmas de auditoria. A qué extremo llegará la gravedad de la crisis que nada más y nada menos que el ex Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Paul A. Volcker, ha demostrado su disposición para hacerse cargo de la conducción de Arthur Andersen, desplazando a los directivos actuales y buscando, entre otras cosas, evitar el procesamiento de Andersen. Pero volviendo al principio de este trabajo, la profesión contable ha tenido mucho que ver con la

facilitación de estos fraudes, con la instalación de un clima de incertidumbre en el mercado, con la posibilidad de que por esos fraudes los directivos de empresas hayan obtenido grandes ganancias que no eran reales y hayan terminado con la quiebra de esas empresas y el fraude a acreedores e inversores. Tanto es así que se está pensando en modificar las normas contables como herramienta para evitar la repetición de irregularidades, o tal vez, como una manera de recuperar la confianza perdida en la profesión de auditor. La propuesta de modificación de normas contables propone que las firmas auditoras expliquen el impacto de las medidas contables que eligen -en lugar de limitarse a expresar que han aplicado los principios de contabilidad- y además, se obliguen a dar a conocer rápidamente cualquier cambio en la perspectiva de la empresa. También proponen estrictas restricciones a realizar trabajos de consultoría por parte de los auditores.

El principio de los problemas, sin embargo, hay que buscarlo en el no cumplimiento de las clásicas normas de auditoria y para este caso, quizás baste con detenernos sólo en un tema:

LA INDEPENDENCIA DE CRITERIO.

¿Se puede auditar una empresa y ser socio de la misma? ¿Se puede ser auditor de estados contables de un ente en el que se ha invertido?

Las respuestas a ambas preguntas son obvias y seguramente ahí estuvo el meollo de la cuestión.

Los socios de los grandes estudios de auditoria americanos y europeos olvidaron estas premisas básicas y fueron agregando al servicio de auditoria otros como el de asesoramiento en materia de inversiones y, finalmente, perdieron la INDEPENDENCIA y se fueron asociando con sus clientes en esas inversiones.

Finalmente, cuando hay intereses personales en juego, cuando el auditor apuesta a que los estados contables arrojen el mayor superávit posible en lugar de apuntar a que los mismos reflejen razonablemente la situación patrimonial, económica y financiera del ente ; se descuida la función esencial del auditor externo : la de opinar objetivamente sobre la razonabilidad de la información contable y de allí a la complicidad en la adulteración de resultados hay nada más que un paso.

Podemos concluir entonces, respecto de lo que nos interesa como profesionales en ciencias económicas, que la causa de esta crisis internacional en los mercados de valores provocada por la caída de empresas que hasta hace muy poco mostraban “estados contables muy sólidos”, no hay que buscarla tanto en cuestiones técnicas, sino que la encontraremos fácilmente en la falta de ética en el ejercicio de la profesión, confundiendo el trabajo profesional con intereses personales en los resultados de las empresas auditadas.

Las consecuencias pueden ser muy graves para la profesión dado que si no se reacciona oportunamente será difícil recuperar la confianza perdida y dejarán de tener utilidad los informes firmados por contador público, abriendo las puertas al oportunismo de alguna otra profesión como fedataria en materia de informes económico - financieros.

Las organizaciones profesionales y los centros formadores de profesionales (universidades) deberán poner cada vez más el acento en la formación ética.