Upload
promocionmusicales
View
366
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
Ciencias de la InformaciónDocumental El autor
contra sus derechos:paradojas inherentes a la idea de propiedad
intelectualPor: ÁLVARO DE LA PAZ-FRANCO*
72
Este escrito es un alegato contra la
propiedad intelectual. El supuesto
derecho de autor que beneficia,
sobre todo, a los intermediarios
de la cultura hoy se ve amenazado
por las nuevas tecnologías que
permiten compartir contenidos a
un costo mínimo. Es tiempo de que
la información se convierta en un
bien público.
Resumen
Palabras claveCopyright, Censura, Comercializa-
ción, Autor, Paradoja
* Universidad Autónoma de Estado de México, [email protected]
** Ilustración: L.D.G. Diana Berenice Carrera Calderón, [email protected]
73
El presente ensayo procura demos-
trar las contradicciones que surgen
cuando tratamos de controlar la
información que generamos, restringiendo
la distribución de copias para ganar más
dinero, incluso reconocimiento.
Muchos recuerdos de mi infancia (y algunos
posteriores) me hacen consciente de que
tenía una obsesión por poseer cosas origi-
nales. Me gustaba coleccionar cosas de pelí-
culas, por ejemplo de Dinosaurio (la cinta
animada de Disney, 2000). Mi colección no
estaba compuesta sencillamente de cosas
de dinosaurios, como sería para otros niños
menos rigurosos; era de Dinosaurio. Como
no era tan pequeño diferenciaba cualquier
artículo genérico con los originales, juguetes,
estampas, envolturas, vasos, libretas o cual-
quier tipo de cosas promocionales que se
obtenían condicionadas a comprar dulces,
cajitas felices, refrescos y otras cosas que hoy
considero peligrosas para la salud.
Este afán coleccionista se extendió hasta mi
adolescencia tardía, cuando compraba pelí-
culas en dvd, siempre originales, nuevas y,
según yo, baratas. Mi afición por el cine me
condujo cierto día a ver un documental que
arremete contra el derecho de autor y quienes
lo defienden; llamado rIp: Manifiesto del remix,
74
en la sección dictator’s cut de la gira de
documentales ambulante. Ese día mi
cosmovisión cambió. El Manifiesto del
remix tiene cuatro puntos, sencillos y
contundentes:
La cultura siempre se construye con base en el pasado.
El pasado siempre trata de controlar el futuro.
Nuestro futuro se está volviendo menos libre.
Para construir sociedades libres debemos limitar el control del pasado.
1.
2.3.4.
Nuestras posturas ante el copyright
dependen de cómo situamos las priori-
dades respecto de las obras intelectuales.
Si estamos más preocupados por engrosar
la cartera de los que ya “crearon” algo (nada
nuevo hay bajo el sol), que por cultivar a
las generaciones que van llegando, busca-
remos que las nuevas generaciones les
paguen dinero a las pasadas.
Ahora que compartimos casi todo por las
redes sociales, la situación antes descrita es
más clara para muchos, aunque otras gene-
raciones se han encontrado en la misma
situación: hay personas que controlan
75
los medios de reproducción de información
y cuando esta se libera, reaccionan contra la
gente común que goza de nuevas posibilidades
de comunicación. Ejemplo: cuando se empe-
zaron a hacer grabaciones caseras en cintas
de audio (cassettes), las discográficas sacaron
un eslogan chantajeador: “Las grabaciones
caseras están matando a la música” (McLeod,
2005: 88-97). Como si la música fueran ellos, ni
siquiera ellos sino su gallina de los huevos de
oro.
Del mismo modo, actualmente se hacen
campañas en el mundo para criminalizar a
los consumidores (incluyendo a los artistas),
llamándolos piratas y ejerciendo un terro-
rismo cultural que cada vez luce más ridículo.
Los lobbies interesados ejercen presión sobre
los gobiernos nacionales y han logrado varios
pactos para reducir la libertad de los consumi-
dores culturales del planeta (Azurmendi, 2012).
En el origen de los derechos de autor no se
buscaba el beneficio de los autores. Dos pala-
bras son clave para entender las intenciones
primarias de donde derivaron estos sistemas:
el ejercicio de la censura a través del mono-polio de la información.
76
La historia es más o menos así: un día se inventó la
imprenta, tiempo después las personas podían leer
cualquier texto. Esto puso nerviosa a la nobleza de
Inglaterra, que (noblemente) decidió evitar la propa-
gación de la doctrina luterana y estableció meca-
nismos de revisión para todo libro antes de que
fuera publicado. La Honorable Compañía de Impren-
teros y Periódicos (mejor conocida como la Stationers'
Company) se formó posteriormente. La nobleza le dio
el poder de ser la única compañía legalmente autori-
zada para imprimir lo que fuera, destruir los trabajos
ajenos (también las máquinas de impresión) y encar-
celar a quienes los hicieran.
Después de ser renovada muchas veces, esa ley empezó
a tener dificultades políticas, por lo que se decidió
enfatizar el beneficio de los autores, aunque seguía
siendo un monopolio de intermediarios (editores). Sin
embargo, los autores se quejaban, entre ellos sobre-
salen dos: John Milton y Locke (sí, John Locke, el mismo
filósofo liberal que teorizó sobre la propiedad de los
bienes tangibles). Hubo también escritores a favor
de este sistema, como Jonathan Swift y Daniel Defoe.
Apoyándose en ellos, los editores, previamente privi-
legiados, consiguieron que el decreto del copyright
volviera a establecerse (Statute of Anne, 2014). La
compañía todavía existe y la ley ha degenerado en regu-
laciones de propiedad intelectual para todos los países
del mundo.77
Quienes mejor se han aprovechado del público
gregario, a través de las legislaciones sobre derechos
de autor, son los magnates de la industria del entrete-
nimiento, que están detrás de monstruos como la mpaa1
o la rIaa2 (claramente monopolistas) y de leyes como
acTa3 y sopa4 (claramente censura), que amenazan las
libertades que nos trajo internet (Corporate Europe
Observatory, 2012). No hay que negar que algunos
creadores se benefician del sistema, tampoco que
son poquísimos: 10% que genera blockbusters, bestse-
llers, hits y otras obras que se dejan llevar por la moda,
siguiendo los gustos del mercado.
1 Motion Picture Association of America
2 Recording Industry Association of America
3 Anti-Counterfeiting Trade Agreement
4 Stop Online Piracy Act
78
79
Legalmente, ¿qué tiene de malo el copyright
(y las patentes)? El abogado libertario
Stephan Kinsella señala varios puntos:
-Los derechos sobre las ideas le dan control
al supuesto creador o inventor sobre la
propiedad tangible de todos los demás,
porque el copyright implica que no puedo
usar MI impresora, MI papel y MI tinta, para
hacer un libro igual al que lo hizo primero.
-La distinción entre invención (con dere-
chos) y descubrimiento (sin derechos) no es
evidente ni rigurosa.
- El tiempo de duración del derecho se esta-
blece arbitrariamente.
- Los derechos ideales sin límites se oponen a
los derechos de propiedad tangible.
-La aplicación de las leyes de propiedad sola-
mente tiene sentido respecto a bienes escasos
y con límites objetivamente definibles. Las
ideas no son así.
-El contrato intelectual afecta a quienes
reciben la información “con propietario” de
segunda mano, es decir, a quienes no acep-
taron ningún contrato (Kinsella, 2005).
80
Los bienes materiales son muy
diferentes a las ideas. Cuando
alguien le roba su libro de álgebra,
digamos el Baldor, a un estudiante de
matemáticas, el estudiante no podrá
seguir usándolo, se habrá quedado físi-
camente sin él. Pero si alguien copia el
libro o decide copiar algunos problemas
del mismo en su propia libreta, no
afecta demasiado al estudiante, que
podrá seguir trabajando los ejer-
cicios algebraicos sin problema,
igual que quien los copió.
81
¿Qué pasaría si Homero cobrara
regalías?
82
Una vez escribí “si Homero cobrara regalías, el
mundo se quedaría pobre”. Un amigo economista
me respondió que el mundo sería más rico, porque la
riqueza no es un monto, sino un flujo. Yo no tenía idea
de cómo podría definirse la riqueza, aunque tiempo
después encontré una definición interesante en el
libro de un genio, Richard Buckminster Fuller, quien
dice: "La riqueza es nuestra capacidad organizada
para lidiar efectivamente con el entorno en el mante-
nimiento de nuestra regeneración saludable y dismi-
nuir las restricciones físicas y metafísicas de los días
futuros de nuestras vidas" (Buckminster Fuller, 1969:
25-28). La riqueza convencional que tienen los mono-
polistas de la información (el capital) está acabando
con la riqueza buckminsteriana de los seres humanos
que vivimos en la Tierra.
Lo cierto es que si a Homero le hubieran cobrado rega-
lías, Ilíada y Odisea jamás se hubieran escrito (trata de
imaginar a todas las personas que forman la tradición
oral griega que lo antecedió). Pierre Joseph Proudhon,
el anarquista francés que reclamó la propiedad como
un robo, también se cuestionaba en el siglo XIX sobre
el comercio homérico, y escribió:
83
Si Homero me recita sus versos, apreciaré
su genio sublime, en comparación del cual
yo, sencillo pastor, humilde labriego, no soy
nada. Si se compara obra con obra, ¿qué
son los quesos que produzco y las habas
que cosecho para el mérito de una Ilíada?
Pero si, como precio de su inimitable poema,
Homero quiere apoderarse de cuanto tengo,
y hacerme su esclavo, renuncio al placer
de sus versos y le doy además las gracias.
Yo puedo pasarme sin la Ilíada, mientras
Homero no puede estar veinticuatro horas
sin mis productos (Proudhon, 1840; 59-65).
Puede objetarse que los homeros modernos
no llegan a ese extremo, pero ¿por qué
tendrían que cobrarnos si ellos nunca le
pagaron a Héctor, Aquiles u Odiseo? Ni
siquiera el campesino se lleva todo el mérito
de sus quesos y habas, pues algo le debe a
la naturaleza. El origen de los productos se
pierde de vista a la hora de venderlos como
100% propios. Suponiendo que quisiéramos
intercambiar libros por habas, o discos
compactos por frijoles, Proudhon otorga una
simple respuesta:
84
¿Tiene toda creación industrial un valor absoluto,
inmutable, y, por tanto, legítimo y cierto? Sí. ¿Todo
producto humano puede ser cambiado por otro
producto humano? Sí. ¿Cuántos clavos vale un par
de zapatos? Si pudiéramos resolver este impor-
tante problema, tendríamos la clave del sistema
social que la humanidad busca hace seis mil años.
Ante ese problema el economista se confunde y
retrocede, pero el campesino que no sabe leer ni
escribir contesta sin vacilación: tantos como puedan
hacerse en el mismo tiempo y con el mismo gasto
(Proudhon, 1840; 59-65).
¿Qué implica esto?, si así funcionara la economía, las
películas no costarían más que las artesanías, pues
se pueden fabricar rápidamente con máquinas
de producción en serie. Claro que las personas
pueden fingir que un trabajo les cuesta más tiempo
del necesario, pero fingen que sus contenidos son
más valiosos de lo real. No es que hoy nos falten
tramposos, ni que todo debe basarse en el inter-
cambio. Muchos autores han propuesto que el
Estado otorgue a todos un dinero suficiente para
sobrevivir. De ahí surgirían personas menos preo-
cupadas por ganarse el pan y más por hacer ciencia
y cultura.
85
Proudhon dejó una pauta para la conciencia de que todo
ser humano se forma con su entorno, y lo explica en
términos de economía:
El hombre de talento ha contribuido a producir en sí
mismo un instrumento útil, del cual es coposeedor,
pero no propietario. A un mismo tiempo existen en él
un trabajador libre y un capital social acumulado. Como
trabajador es apto para el uso de un instrumento, para
la dirección de una máquina, que es su propia capa-
cidad. Como capital no se pertenece, no debe explo-
tarse en su beneficio, sino en el de los demás hombres
(Proudhon, 1840; 59-65).
En este siglo otro francés el cineasta, Jean-Luc Godard,
declaró: “un autor no tiene derechos, sólo deberes”
(Lalanne, J.-M. y Kaganski, S., 2010). ¿Nos atreveremos a
negar la auteuridad5 de tal director de cine?
Reproducir no es robar. Aunque las escuelas tradicional-
mente inculcan la ética del “no copiarás”, en la era de la
información no tiene sentido, solo sirve para bloquear el
progreso inventivo y cultural de los individuos en favor
de unos pocos intermediarios (aquellos que se reservan
el derecho de copia), cuyos intereses no van más allá de
la acumulación de capital. Si colaboramos totalmente,
5 El término francés auteur significa autor. La teoría de auteur parte de la idea de que la visión creativa del individuo debe predominar sobre los intereses económicos de los grandes estudios, lo cual también le dio mayor poder legal al primero. En esta idea se apoyaron los cineastas franceses de la década de los sesentas (entre ellos, Godard) para crear la Nouvelle Vague, que se suele traducir como la “Nueva Ola francesa”, pero sería más exacto decir “Nueva Onda”. También de esa idea proviene la etiqueta de “cine de autor” utilizada en la actualidad.
86
compartiendo lo que sabemos, tendremos
un poder semejante al de la ciencia, que
funciona con base en la publicidad de la
información. La nueva ética, la del hacker, ha
logrado muchas cosas gracias a ese espíritu
científico que dice: “Ningún problema debería
resolverse dos veces” (Ética hacker, 2013).
Copiamos todo el tiempo, al hablar, al escribir,
incluso al pensar. Imitamos al actuar y repro-
ducimos al consumir cultura. La copia es la
base del aprendizaje. Cuando uno escribe,
cita, si no cita, parafrasea y si no parafrasea,
recuerda. ¿Gran diferencia? Todo sale de
nuestro entorno, lo recombinamos, le damos
otro orden pero, en cierto momento de la
historia, en alguien surgió la idea de que se
podía apropiar de las ideas. Como es natural,
otros la usaron, la desarrollaron, la justificaron
y la aplicaron. Ojalá el sabio al que se le ocurrió
la hubiera patentado para que nadie más la
usara; sin embargo, la información no funciona
así.
Cuando voy a una biblioteca puedo leer muchos
libros sin pagar un solo peso ¿Soy un delin-
cuente? Según la lógica del derecho de autor, le
estoy robando información a todo escritor cuyas
ideas me han llegado gratis. Puede pensarse que 87
el escritor al que no se le paga se quedaría
pobre y no sobreviviría, por lo que dar libros
gratis es un crimen que atenta contra la cultura
¿En serio? Propongo que el escritor se dedique
a otra cosa para tener algo de qué escribir
que no sean ideas contenidas en otros libros.
La mejor materia de la creatividad es la vida
misma, incluso, si el escritor quisiera dedicarse
a leer podría hacerlo sin dificultad, ya que a él
también le saldrían gratis los libros.
¿Qué incentiva más la creación? ¿Ganar dinero o
tener cultura gratis? Ahí está la cuestión central:
pueden decir los defensores del derecho
de autor que con dinero se puede comprar
cultura; sin embargo, según Norbert Wiener, la
información (como la entropía) es inadecuada
para convertirse en artículo comercial, ya que
“no puede juzgarse el valor informativo de una
pintura o de una pieza literaria sin conocer lo
que contiene” (Wiener, 1981: 99-114). Además,
cuando pretendemos acumularla se deprecia,
dado que estamos en un mundo cambiante.
La mayoría de los escritores están muertos.
No me molestaré en discutir el discurso de las
regalías heredadas. Lo que se argumenta para
cobrar sus magníficas obras son los esfuerzos
de traducción, edición, corrección, impresión,
distribución, etc., cosas seguramente muy caras
88
y difíciles. Uno se puede cansar de leer (porque
leer para traducir y corregir no se disfruta igual),
de ponerle tinta a las impresoras, de comprar
gasolina para los camiones, de promocionar los
libros ante gente que no los quiere leer; espe-
cialmente es difícil competir con las tecnologías
que permiten, a los que sí quieren, conseguir
los libros al instante y leerlos en una pantalla
sin contaminar demasiado.
Hay personas a favor de la propiedad inte-
lectual dispuestas a que desaparezcan las
tecnologías que amenazan el sistema, como
YouTube y Facebook, especialmente cuando
actúan juntos. Seguramente también estarían
dispuestas a quemar la biblioteca de Alejan-
dría, si no se hubiera quemado ya.
En conclusión, me suscribo a la postura del
Manifiesto del remix en tanto que se preocupa
por la libertad de pensamiento y expresión,
antes que por la libertad material que otorga
el lucro. Hoy los libertarios nos vemos empo-
derados por el advenimiento de las redes
virtuales al igual que el resto de la humanidad.
Es nuestro deber, como seres pensantes, entre-
garnos al bien común, debido a que nuestro
cuerpo se desintegrará muy pronto y solo
quedará la belleza de nuestras acciones, la cual
está inscrita en la historia del universo.
89
Nota:
Todo aquel que esté de acuerdo con lo expresado
en este contrato queda exento del pago de cualquier
retribución al autor del mismo y tiene derechos ilimi-
tados de reproducción y divulgación por cualquier
medio. Esta obra exige el pago de todo aquel que no
esté de acuerdo con lo dicho aquí. Al leer este escrito,
creyendo que la información puede venderse, usted
acepta el pago de derechos al autor, puesto que está
descargando el contenido en su memoria. Si es parti-
dario del comercio de información y no acepta el pago,
no termine de leer el presente escrito.
90
Bibliografía
01. Arcos, Eduardo (2013), El intento del Gobierno de Peña Nieto por controlar internet: la Ley Sinde mexicana, en http://alt1040.com/2013/12/ley-ugalde-guitierrez
02. Azurmendi, Ana (2012), Propiedad intelectual y derechos de la comunicación en el escenario digital, en http://dspace.unav.es/dspace/bitstream/10171/28244/1/Propiedad%20intelectual%20y%20derecho%20de%20la%20comunicacion%20en%20el%20escenario%20digital.pdf
03. Buckminster Fuller, Richard (1969), Operating manual for spaceship earth, en (inglés): http://designsciencelab.com/resources/OperatingManual_BF.pdf
04. Corporate Europe Observatory (2012), Pro-ACTA lobbies fail on transparency, en (inglés): http://corporateeurope.org/blog/pro-acta-lobbies-fail-transparency
05. Wikipedia, enciclopedia libre (2013), Ética hacker, Consultado el 24 de marzo de 2014 en http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=%C3%89tica_hacker&oldid=71318325
06. Gaylor, Brett (2008), rip: Manifiesto del remix, [película], en https://www.youtube.com/watch?v=Q-I5m3Sl_Gk
07. Kinsella, Stephan (2005), Contra la propiedad intelectual. Mariano Bas Uribe (trad.) en http://www.liberalismo.org/articulo/329/69/propiedad/intelectual/
08. Lalanne, J.-M. y Kaganski S (2010), Jean-Luc Godard, en http://www.elcultural.es/version_papel/CINE/28261/Jean-Luc_Godard
09. McLeod, Kembrew (2005) “El futuro digital y el pasado analógico”, en Stallman, Richard, et. al. Contra el copyright, México, Tumbona Ediciones, en http://www.tumbonaediciones.com/vs-copyright.pdf
10. Meré, Dayna (2012), Critican en España a México por firmar el Acuerdo Comercial Antipiratería, en http://suracapulco.mx/archivos/31629
11. Paley, Nina (2010), Copiar no es robar, [canción], en https://www.youtube.com/watch?v=ZmYsLTUjXNI
12. Proudhon, Pierre Joseph (1840), ¿Qué es la propiedad?, en http://www.kclibertaria.comyr.com/lpdf/l098.pdf
13. Wikipedia, enciclopedia libre (2014), Statute of Anne En, The Free Encyclopedia, Consultado el 24 de marzo de 2014, en http://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Statute_of_Anne&oldid=591465771
14. Wiener, Norbert (1981), Cibernética y sociedad, México, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Notas adicionales
-El documental puede verse completo en YouTube: Gaylor, 2008.-Sobre el eslogan chantajeador: McLeod, 2005, pp 88-97.-Orígenes del copyright: Statute of Anne, 2014.-Los argumentos legales son una síntesis de Kinsella, 2005.-Una inteligente discusión sobre la riqueza está en El anarquista sobre la propiedad intelectual: Proudhon, 1840, pp. 59-65.-Aunque Wiener (1981) no se refiere a lo inmoral de la propiedad intelectual, sus ideas sobre las comu-nicaciones y el secreto están en el cap. 7, pp. 99-114.-Hay una canción que expone la idea de que copiar no es robar disponible en YouTube: Paley, 2010.
Sobre los lobbies, véase:
-Detrás de la Ley Sinde en España, Azurmendi, 2012.-Detrás de ACTA en Estados Unidos y Europa, Corporate Europe Observatory, 2012.-Detrás de las diferentes leyes en México, Meré, 2012, Arcos, 2013.
91