1
ARTICULO Daniel Martínez Muiños Director de Márketing Se ha hablado tanto de la crisis, de sus causas, de su profundidad, de su duración y de su deseado final, que uno termina tenien- do la sensación de que ha sido, también, la excusa para explicar determinados hechos, cuya causa nuclear es otra. Una de esas activi- dades es la comunicación empre- sarial, en todas sus facetas. Los tiempos de dificultades econó- micas, llevan aparejado el tópico de que las empresas excluyen, de su estrategia de márketing, esa cuarta parte dedicada a la publi- cidad. Y en parte es verdad, pero no completamente. Las empresas reducen su inversión en comuni- cación persuasiva pero, porque reducen sus gastos en todos sus departamentos y en todas las par- tidas del presupuesto. Lógicamen- te, al ser inferiores las cantidades que se dedican a otros meneste- res, como personal, compras o Comunicación en tiempo de crisis inversiones (que también sufren el descenso del presupuesto) parece que es la parte más damnificada, pero lo es igual que las demás. En todo caso, esta circunstancia no debería enmascarar los proble- mas estructurales que la comu- nicación viene padeciendo desde hace algunos años. Las nuevas tec- nologías, las redes sociales y otras formas de comunicación, han revo- lucionado el panorama y ha cogido por sorpresa a todo el mundo. Hoy en día, Internet y la página web parecen elementos anticuados, si no fuese porque siguen siendo el soporte para esas nuevas formas. Pero todo el mundo entiende que estamos entrando en una nueva era (una más de las muchas en las que hemos entrado últimamente) pero cuesta trabajo encontrar la puerta. Los técnicos tienen muy claro cómo hay que hacer las cosas, pero los profesionales de la comunicación no disponen de datos contundentes que les permi- tan decir, sin temor a equivocarse, que las nuevas posibilidades son suficientes para acceder al target al que necesitamos llegar. Las empresas de publicidad y co- municación, están en un momen- to en que necesitan repensar su estructura, su función, sus produc- tos y su lenguaje. Pero también a ellas les llega esta necesidad en medio de una crisis que dificulta la inversión en investigación. Son las universidades, a través de sus Fa- cultades de Ciencias de la Informa- ción, las que deben recoger este desafío y aportar ideas de las que todos podamos colgar nuestros planes y presupuestos, dedicados a la comunicación. Porque ahora, más que nunca, cada euro inverti- do ha de tener un sentido progresi- vo. En cualquier departamento. 19

Transportes Souto | Entrevista Daniel Martínez Muiños

Embed Size (px)

Citation preview

AR

TIC

ULO

Daniel Martínez MuiñosDirector de Márketing

Se ha hablado tanto de la crisis, de sus causas, de su profundidad, de su duración y de su deseado final, que uno termina tenien-do la sensación de que ha sido, también, la excusa para explicar determinados hechos, cuya causa nuclear es otra. Una de esas activi-dades es la comunicación empre-sarial, en todas sus facetas.

Los tiempos de dificultades econó-micas, llevan aparejado el tópico de que las empresas excluyen, de su estrategia de márketing, esa cuarta parte dedicada a la publi-cidad. Y en parte es verdad, pero no completamente. Las empresas reducen su inversión en comuni-cación persuasiva pero, porque reducen sus gastos en todos sus departamentos y en todas las par-tidas del presupuesto. Lógicamen-te, al ser inferiores las cantidades que se dedican a otros meneste-res, como personal, compras o

Comunicación en tiempo de crisis

inversiones (que también sufren el descenso del presupuesto) parece que es la parte más damnificada, pero lo es igual que las demás.

En todo caso, esta circunstancia no debería enmascarar los proble-mas estructurales que la comu-nicación viene padeciendo desde hace algunos años. Las nuevas tec-nologías, las redes sociales y otras formas de comunicación, han revo-lucionado el panorama y ha cogido por sorpresa a todo el mundo. Hoy en día, Internet y la página web parecen elementos anticuados, si no fuese porque siguen siendo el soporte para esas nuevas formas. Pero todo el mundo entiende que estamos entrando en una nueva era (una más de las muchas en las que hemos entrado últimamente) pero cuesta trabajo encontrar la puerta. Los técnicos tienen muy claro cómo hay que hacer las cosas, pero los profesionales de

la comunicación no disponen de datos contundentes que les permi-tan decir, sin temor a equivocarse, que las nuevas posibilidades son suficientes para acceder al target al que necesitamos llegar.

Las empresas de publicidad y co-municación, están en un momen-to en que necesitan repensar su estructura, su función, sus produc-tos y su lenguaje. Pero también a ellas les llega esta necesidad en medio de una crisis que dificulta la inversión en investigación. Son las universidades, a través de sus Fa-cultades de Ciencias de la Informa-ción, las que deben recoger este desafío y aportar ideas de las que todos podamos colgar nuestros planes y presupuestos, dedicados a la comunicación. Porque ahora, más que nunca, cada euro inverti-do ha de tener un sentido progresi-vo. En cualquier departamento.

19