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-129 - Di;e:t::: U:G::ZL D:E: EEl1GeA Redactores: \Váshington Beltrán, Elezario Boí", Daniel CasteIlf\nos, Luis Correch, Pedro Del fino, Fran- cí.co Iglesia. Hijes, Héetor Miranda, Francisco A. Schínca. Admillistradores: Roberto Sun¿I- berg, Joaquín Travieso. Sus límites nos son conocidos. Haré notar solamente que es mejor tomar) como límite interno de la región, la línea blanca, que el borde externo del gran recto correspondiente)como lo hacen muchos autores. Las láminas fibrosas de la región envainan) en efecto la LA REGIÓN INGUINO ABDOMINAL Si se hubieran considerado siempre como sinónimos, así como lo son real- mente, las expresiones de región· de la ingle» y de «región inguinal», sehabria evitado la extraordinaria confusión que reina) en éste punto, en los tratados de anatomía topográfica y las verdaderas contradicciones de terminología que se encuentran. (Después de citar los limites quevarios autores dan á ésta región y la manera de concebirlos prosigue:) La región inguinal ó de la ingle está subdividida en dos regiones secunda- rias: una hácia arriba del pliegue, región inguino-abelominal ó regi6n elel canal inguinal;-la otra' hácia abajo, regi6n inguino cruj'al ó regi6n elel canal Cj'U- j'al, Así quedo de acuerdo con la no- mendatura que ha sido formulada por "VV. His y que distingue dos partes en la ingle: una superior (region inguina- lis): la otra inferiorn (regio-subil1gui- l1alis) Estudiaremos solamente la región su- perior y el canal inguinal. Diciembre de 1905 Rúo I• núm. 3 ingu ino -abdom inal EVOLUCION La rej iÓIl La reglOn de la ingle é inguinal está formada por dos regiones secundarias: una superior, relacionándose al abdó- men; la otra, inferior) formando parte .del muslo, La 1: llamada región inguino-abdomi- nal, tiene la forma de un' triángulo, cuvos costados están constituídos: 1.0 pOI' una línea horizontal que se extien- de de la espina ilíaca antero-superior á la línea blanca; 2.° por una línea vertical respondiendo á la línea blanca, desde el punto donde la cruza la precedente hasta la sínfisis; 3.° por una linea obli- cua, que desde la espina anf,-sup. á la espina del pu bis y conÍLmdiéndose con el pliegue de la ingle, La 2: llamada región inguino-crural, tiene igualmente el aspecto de un trián- gulo; el pliegue de la ingle, que es la base, representa ellado.superior; la parte superior del sartorio es el lado externo; la parte correspondientn del músculo 1.er aductor es el lado interior, El vértice res- ponde al punto de unión de ambos mús- culos. Considerada en su conjunto, la región de la ingle, figura así un cuadrilátero irreg'ular, dividido en dos partes por una diag'onal) que es el pliegue de la ingle. El canal inguinal l)ertenece al abdó- men; los ganglios de la ingle, el hueco inguinal están en el muslo; todas estas partes son elementos de la región de la ingle.

EVOLUCION · -129-----~ Di;e:t::: U:G::ZL 3~CE;\:.O D:E: EEl1GeA Redactores: \Váshington Beltrán, Elezario Boí", Daniel CasteIlf\nos, Luis Correch, Pedro Delfino, Fran cí.co Iglesia

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Di;e:t::: U:G::ZL 3~CE;\:.O D:E: EEl1GeARedactores: \Váshington Beltrán,

Elezario Boí", Daniel CasteIlf\nos,Luis Correch, Pedro Del fino, Fran­cí.co Iglesia. Hijes, Héetor Miranda,Francisco A. Schínca.

Admillistradores: Roberto Sun¿I­berg, Joaquín Travieso.

Sus límites nos son conocidos. Harénotar solamente que es mejor tomar)como límite interno de la región, lalínea blanca, que el borde externo delgran recto correspondiente)como lo hacenmuchos autores. Las láminas fibrosasde la región envainan) en efecto la

LA REGIÓN INGUINO ABDOMINAL

Si se hubieran considerado siemprecomo sinónimos, así como lo son real­mente, las expresiones de región· de laingle» y de «región inguinal», sehabriaevitado la extraordinaria confusión quereina) en éste punto, en los tratados deanatomía topográfica y las verdaderascontradicciones de terminología que seencuentran.

(Después de citar los limites que variosautores dan á ésta región y la manerade concebirlos prosigue:)

La región inguinal ó de la ingle estásubdividida en dos regiones secunda­rias: una hácia arriba del pliegue, regióninguino-abelominal ó regi6n elel canalinguinal;-la otra' hácia abajo, regi6ninguino cruj'al ó regi6n elel canal Cj'U­j'al, Así quedo de acuerdo con la no­mendatura que ha sido formulada por"VV. His y que distingue dos partes enla ingle: una superior (region inguina­lis): la otra inferiorn (regio-subil1gui­l1alis)

Estudiaremos solamente la región su­perior y el canal inguinal.

Diciembre de 1905

Rúo I • núm. 3

ingu ino -abdom inal

EVOLUCION

La rej iÓIl

La reglOn de la ingle é inguinal estáformada por dos regiones secundarias:una superior, relacionándose al abdó­men; la otra, inferior) formando parte.del muslo,

La 1: llamada región inguino-abdomi­nal, tiene la forma de un' triángulo,cuvos costados están constituídos: 1.0pOI' una línea horizontal que se extien­de de la espina ilíaca antero-superior ála línea blanca; 2.° por una línea verticalrespondiendo á la línea blanca, desdeel punto donde la cruza la precedentehasta la sínfisis; 3.° por una linea obli­cua, que vá desde la espina anf,-sup. ála espina del pu bis y conÍLmdiéndosecon el pliegue de la ingle,

La 2: llamada región inguino-crural,tiene igualmente el aspecto de un trián­gulo; el pliegue de la ingle, que es labase, representa ellado.superior; la partesuperior del sartorio es el lado externo; laparte correspondientn del músculo 1.eraductor es el lado interior, El vértice res­ponde al punto de unión de ambos mús­culos.

Considerada en su conjunto, la regiónde la ingle, figura así un cuadriláteroirreg'ular, dividido en dos partes poruna diag'onal) que es el pliegue de laingle.

El canal inguinal l)ertenece al abdó­men; los ganglios de la ingle, el huecoinguinal están en el muslo; todas estaspartes son elementos de la región dela ingle.

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porClOn inferior del gTan recto, y, paracomprender bien la disposición, hayque seguirlas hasta la línea mediana.

FORMAS EXTERIORES

Sobre el vivo, la parte media de laregión está indicada por un «méplat"

. triangular, debido al adelgazamiento quesufren á éste nivel, los tres musculosparietales, y a la salida que forma elrecto hácia adentro, el cuerpo carnosodel gran oblicuo arriba. Este méplat,hue ~o supra inguinal de Gerdy, tienepor lados; hácia afuera y arriba, unalinea ligeramente curva de convexidadinferior, que responde al borde inferiorde la porción carnosa del gTan oblícuo;-hácia adentro otra línea curva de con­vexidad externa, que traduce al exte­rior el borde externo del recto, háciaabajo el pliegue de la ingle. El vérticeestá formado por la reunión de los dosprimeros lados. Pero este vértice se pro­longa fuera de la región por' el sw'colate¡'al elel vientJ'e (Gerdy), especie dedepresión comprendida entre el bordeexterno del gran recto y el borde in­terno de la parte muscular del granoblícue; está pues truncado según lalínea horizontal que limita hácia arribala región inguinal superior.

El lJliegue ele la ingle Ó SUi'CO in­g¿tinal, base del méplat, responde á laarcada crural y se extiende por consi­guiente de la espina ilíaca anterior supe­rior á la espina del pubis. Forma parte dela gran línea curva de concavidad supe­rior que limita hácia abajo el abdómen;representa los dos segmentos extremos,pues ésta línea curva puede ser des­compuesta en tres segmentos: uno mediohorizontal, surco transverso supra pu­biano;-dos oblícuos, los pliegues de laingle.

En el hombre adulto el pliegue de laingle forma con ur:a línea horizontal, pasa­da por la espina del pubis un ángülode 50°. En la mujer de 35 á 40. Lasmismas diferencias se encuentran enlos niños segun los sexos. La direccióndel pliegue de II ingle varia con la in­clinación del bacinete. En la actitudhancl/(Je, se levanta del lado del miem­bro que lleva, se baja hácia la horizontaldel lado opuesto.

En la flexión del muslo sobre el ba­cinete, el pliegue de la ingle se vuelve

mÍ1s ó menos profundo, segun 'la gOl'­dura del sujeto. Al mismo tiempo apa­reee el pliegue de flexión que se eonfun­de algunas veces, erroneamente con elprimero. El pliegue de flexión se desta­ca del medio del pliegue de la ing'le,contornea el muslo con una direcciónlig'eramente ascendente y se termina unp~co hácia abajo de la espina ilíaca-ant.­sup.; forma con el plieg'ue de la ingleen ángulo abierto hácia afuera (P. Ri­cher.) En este ángulo viene á menudoá terminarse en la mujer, un pliegue deflexión accesorio sobre el cual el mismoautor ha llamado la atención; este plie­gue salido del surco tranverso suprapubiano, atraviesa oblicuamente el plie­gue de la ingle.

El méplat inguinal tal como acaba deser descriro no es aparente sino en lossujetos musculosos. Cuando las paredesestán cargadas de grasa se confundecon la salida general del vientre; cuan­do son flojas, puede mismo ser rem­plazado por una especie de hincha­zón lateral, como se le vé en la dis­posición señalada por l\lalgaigne cono­cida bajo el nombre de vientre de triplesalida.

La sobrecarga grasosa del abdómenno solamente impide el modelado ex­terno, sino que hace difícil la explora­ción de la región. El pliegue inguinalpuede ser tan profundo, que volviesecasi imposible de establecer su direc­ción verdadera si no se tuviera á dispo­sición dos puntos de referencia, dos sa­lidas óseas esp.-il.-ant.-sup. ~'espina delpubis. La La se encuentra fácilmente.No pasa lo mismo con la segunda, ocul­ta muchas veces por un almohadónadiposo bastante espeso. Se llega sin em­bargo agarrando con una mano los dospubis y deprimiendo fuertemente laspartes blandas. La dirección verdade­ra del pliegue inguinal, que es la dela arcada erural, es entonces conocida:no hay mas que unir los dos puntosóseas por una línea recta, que represen­ta esta dirección misma. El trazadode esta línea permite distinguir neta~

mente el territorio inguino-abdominalde el de la región inguino-erural: lashernias que tienen su pedículo háciaarriba de esta línea son inguinales,hácia abajo crurales. Este diagnósticoes á veces delicado en ciertos suje­tos.

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sujetos grasOsOs, con relieves.ulares poco marcados, la espinaana puede aun servir de punto de'da á una línea indicando la situa­V· dirección del surco lateral del

htte, en el eual se hace orc1inm:ia­te la incisión de las laparotomíasa la apendicitis en friso He verifi­o varias veces que esta línea ope­ria, salida de la espina del pubis,

dirige oblicuamente arriba y afuera,tal manera que prolongada sobre el

!'ax, pasa en el hombre á tres centí­etros hácia adentro de la mama.

y ESTRUCTURA DE LOSPLANOS

Partiendo de las partes superficiales há­'a las partes profimdas se encuentracesivamente:1." la piel con el tejido graso sub­

ú.táneo y el fascia superficialis.2.° La apeneurosis de inserción del

ran oblícuo.3.° el músculo pequeño oblícuo.4.° el músculo transveno.

° El fascia transversalis.° La capa celulo grasosa infra peri­

eal con el fascia propia.7.° El peritoneo.Además cada cara de los tres mús­los parietales está tapizí:,tda por una

ina de tejido conjuntivo que repre­nta la aponeurosis de envoltura delúsculo correspondiente.

1

PIEL-TEJIDO GRASOSO SUB-CUTANEO-FASCIA SUPERFICIALIS

Este plano siendo bien eonocido no"'é sino unas palabras. Cuando se dise­

al mismo tiempo la piel y el tejidoiposo que se le adhiere se distinguen

actus fibrosos, que á nivel del pliegueguinal, van de la cara profunda delrmis á la arcada crural. Estos tractusantienen la fijeza del pliegue ingui­1, é impiden á la grasa de acumular­á este nivel. Son ell JS que Prete­'n ha descrito bajo el nombre de liga­nto suspensor de la ingle. Pero estetor parece no haberlos visto más quela parte interna de la región, háciapubis; en realidad, existen todo á lo

rgo de la arcada crural.

El fascia superficialis que está hl1ciaabajo del paniculo adiposo, está divi­dido en dos láminas: una superficial qüepasa al pliegue de la ingle y se con­tinúa con el fascia del muslo: el otroprofundo, que se detiene con él plieguede la ingle donde contrae con la arcadacrural adherencias bastantes fuertes paraparar la marcha de las collecciones san­guíneas y pl¡.rulentas.

En fin, en el medio del tejido celluloadiposo sub-cutáneo en la vecindaddel orificio superficial del canal ingui­nal, se encuentra, algunas veces, enlos sujetos vigorosos, fibras rojizas queson una expansión del dartos:se en­cuentran siempre láminas amarillentas,elásticas, anastomosadas entre ellas, yque descienden oblicuamente de arribaab~~io y de la línea blanca háciala par­te interna del muslo, recubriendo másó menos el cordón espermático. Estasláminas forman parte de una capa anchaque ocupa toda la región pubiana, y queconstituye el elemento principal del ápa­rato suspensor de las bolsas de Sappey.Thompson las había déscrito bajo, elnombre de fascia femoralis abdominalis;Velpeau bajo el nombre de ventrier. Elhaz principal se inserta sobre la líneablanca á la mitad más ó menos de ladistancia del ombligo al pubis en elcual se introducen fibras del gran obli­cuo.

II

APONEUROSlS DE lNSEHCIÓN DEL GRANOBLicuo

La caja cpIulo grasosa sub-cut:hié~l,

separada, se encuentra una lamina detejido conjuntivo, que vá espesándoseligeramente de abajo arriba; es la lámi­na superficial de la aponeurosis de en­voltura del gran oblicuo. Se fija sobrela arcada crural todo á lo largo de ésta,y se continúa sobre el cordón por suparte interna. Abajo de ella aparece laaponeurosis de inserción.

Algunas diseceiones bastan para poderconstatar que esta aponeurosis presentadiferencias individuales muy grandes yque sus haces son más ó menos desarro­llados seg'ún los sujetos. Estos debenser elegidos muy musculosos, si se quie­ren poder aislar los haces y seguirlosen todo su trayecto. En vano se mul-

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tlplicarian las investigaciones en su,le­tos de complexión débil. Sin dnda, lasdisposiciones son las mismas, pero tanpoco marcadas, tan atenuadas que nopueden ser bien comprendidas, cuandono se las ha observado va en su com­pleto desarrollo sobre sujetos vigoro­sos.

La aponeurosis del gran oblicuo re­presenta el tendón del músculo, tendónancho y extendido. Se destaca del cuer­po carnoso según dos lineas: una, ver­tical-labio externo del surco lateral

FIGURA 1

Aponeurosis del Gl'an Oblic1Io-Fibras arcifor­mes-Anillo inguinal s1lperjlcial

1 Pedículo principal del ligamento suspe'n­sor de la verga.-2 Abertura angular compren­dida entre los pilares inguinales. - 3 Anilloinguinal superficial.-'1 Pilar externo.-5 Pilarinterno.-6 Pilar posterior ó ligamento trian­gulacr de Colles.-7 Grupo externo de las fibrasarciformes.-8 Grupo interno de las mismas.­9 :Manojo ancho de las fi bras arciformes in ler­nas.-10 El mismo cortado.-ll Manojo débilde las fibras arciformes internas.-12 Músculopectíneo.-13 Vena femoral.-14 Arteria femo­ral,-lf:J Nervio crural.-16 Músculo Psoas ilía­co.-17 Sartorios.-18 Tensor del facía lata,

del vientre; -la otra, horizontal, quenace en la unión del tercio anterior conlos dos tercios posteriores de la crestailiaca y que se dirig'e adentro, hastael encuentro de la primera-respondeal borde superior del méplat inguinal;las dos lineas se reunen formando unángulo casi recto.

La parte de la aponeurosis que res­ponde á la linea .vertical, se dirigeadentro, y vá á tomar parte en la cons-

titución de la linea blanca despues dehaber forma do la hoja anterior de lavaina del recto.

Las fibras aponeuróticas que pertene­cen á la región inguinal provienen: 1.0 dela espina il-ant-sup. y del tercio anteriorde la cresta iliaca; 2.° de la linea hori­zontal que limita arriba el méplat in­guinal; 3.° del vértice del ángulo for­mado por la unión de las dos lineas deorigen de la aponeurosis.

Consideradas en su conjunto descien­den oblicuamente de arriba abajo parair á insertarse sobre los pubis (inser­ciones pubianas.) Algunas fibras seapartan de esta dirección general, sevuelven más superficiales y constituyenun grupo especial, descrito bajo el nom­bre de fibras arciformcs.

En fin, numerosos autores hacen aúninsertar la aponeurósis del gran oblicuosobre la arcada crural, especie· de puen~

te fibroso tirado de la esp,-ill-ant-sup. ála espina del pubis,

Estudiaré sucesivamente las insercio-.nes pubianas, las fibras arcifol'llles, y laarcada crural.

INSERCIO~'"ESPUBIANAS-LOS PILARES DEL

ANILLO INGUINAL

Las fibras aponeuróticas del gran obli­cuo, hácia la parte inferior é internade su trayecto, se agrupan en hacesparalelos separados por interticios es­trechos, capaces sin 'embargo de dejarpasar á veces los elementos de unahernia ya contenida en el canal ingui­nal (hernia por creilliere.) Entre estoshaces dos divergen más fuertemente quelos otros, y limitan entre ellos una hen­didura bastante grande de forma angu­lar, transformada por las fibras arcifor­mes en una abertura casi circular ydescrita bajo el nombre de anillo ingui­nal superficial ó aún de orificio super­ficial del canal inguinal.

Los dos haces aponeuróticos que for­man la parte esencial son los pilares delanillo inguinal; uno es exLerno; el otrointerno. Además hácia abajo del pilarinterno se vé un tercer haz que parti­cipa en la constitución del anillo ingui­llal superficial: es el pilar posterior óligamento de Colles. Cada uno de es­tos elementos merece una descripciónespecial.

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t.i?l'nC)--.J!¡l pilar externo lige­hácia arriba, no es

la extremidad interna delde la aponeurósis del

'8llo' está formado por fibrasdir~ctas, es decir que se in­

Tpubis correspondiente del cos­)su orígen. La inserción prin­s en la espina del pubis pero noene todo· en esta espina como un

sobre una salida ósea. Envíaén sobre la cara ant. del pubisndeleta delgada, ancha algunasde 1 cent. que recubre la inser­

pubiana del pilar interno del ladosto y que se termina al llegar alacto con la aponeurosis del recto'ho del muslo. Además si se haceincisión al gran oblícuo paralela­

te á la arcada crural v si se dáta hácia adelante y abajo el pilarrno para extender bien su cara su­

ior, se ve que está unido al pilart. con el cual cambia numerosas fi-

iZar' intenw-El pilar interno tieneforma de una bandeleta fibrosa, queminuye de ancho á medida que des­hde. Atraviesa la líne.'L mediana uno hácia abajo de la sínfisis pubianarecruzándose con el otro pilar inter­para insertarse al fin sobre la caray la espina del pubis donde se en­

'ruza con el pilar externo y con lanenrósis femoral. Este pilar está

es constituído por fibras pubianaszadas, es decir, insertándose sobrepubis opuesto al lado de su orígen.gunas veces el pilar izquierdo pasa

'ás del derecho y otras vice-versando las disposiciolles tan frecuentes

como otra.itar posterior 6 ligamento de Collese dá este nombre á un débil hazneurótico, ligeramente cóncavo hácia

elante colocado en la parte internaanillo ing'uinal superficial. Se le ha

lado pilar post. porque está situadorás de los pilares int. y ext.; se lena aún ligamento triangular de Co­

par el nombre del anatomista queha descrito bien,-despues de Wins--y á causa de su forma.'e distingue en él tres lados: unoerial' ó base, de una longitud media20 m.m, primero inserto sobre el bor­superior del pubis del ángulo á laina, despues continuándose sobre una

extensión variable, eon el pilar ext. ycon el ligo de Gimbernat; uno, externoformando una especie de arista, sobrela cual según lVIalgaigne, la hernia in­guinal directa puede extrangularse. Eltercer lado, interno, es completamenteconveneional; está representado por unalínea que responde al borde inf. delpilar int. Por este lado el ligamento deCalles se relaciona con la bandeleta deorígen.

Esta proviene de la aponeurósis delgran oblícuo del lado opuesto; se en­cuellt¡'a primeramente atrás y arribadel pilar interno, que resfuerza; se en­sancha á medida que desciende, atra­viesa la línea mediana donde se entre­cruza con la bandeleta semejante queviene del otro lado; después pasa detrásdel pilar interno del anillo inguinal delcual ella forma el pilar post. En suconjunto este haz de la aponeurósisdelgran oblícuo presenta el aspecto de untriángulo, cuya base es' la base mismadel ligamento de C011es, y cuyo vérticedoblado arriba y afuera, se oculta bajoel pilar int. del lado opuesto.

El ligamento de Calles está pues forma­do como el pilar int. por fibras pubianascruzadas de la aponenrósis del granoblicuo. El pilar post. no perteneceal anillo; se aplica contra la parte másint. de la pared post. del canal inguinalque refuerza, al nivel del ángulo formadopOI' el encuentro del borde externo delmúsculo recto y del borde supo del pubis.Su desarrollo es variable segun los su­getos. En algunos está reducido á al­gunas fibras sin importancia; en otro sno es semejante de los dos lados. Heencontrado sobre un hombre vigorosode 60 años, un ejemplo de éstas varia­ciones.

El pilar interno y el haz de orígendel ligamento de Calles estaban con­fundidos de cada lado. El pilar int.izquierdo bien desarrollado atravesaba lalinea media y se insertaba sobre el pubisder.; algunas de sus fibras llegaban hastala espina del pubis, donde se unían alpilar ext.: estas fibras representan el pilarpost. der. pero en realidad éste no exis­tía como bandeleta distinta del pilarizquierdo interno. .

En la derecha las disposiciones eraninversas. El labio interno del anillo sedividía en dos haces: uno delgado su­perficial que atravesaba la línea media-

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na, hácia, adelante del pilar int. izq.'para insertarse sobre la cara ant. delpubis izq. era el pilar int. der.; el otroancho, comprendiendo la .mayor partede las fibras de éste labio int. atraveza­ba así la línea media, pero pasandodetrás del pilar int. izq. é iba á insertarsesobre e~ borde supo del pubis izquierdo,del ángulo á la espina donde se uníacon el pilar externo de ese lado.

FIGURA 2

El pcquciío oblicuo áSlO pOI' la carc¡ antcl'iol'- Tendón conJoint

1 Trozo superior del gran oblicuo cortadoparalelamente á la arcada crural y vuelto deafuera adentro.-2 El mismo vuelto'luicia afue­ra.-:3 Pilar externo V¡sto por su cara superior.-'1 Pilar interno.-5 Pilar posterior.-ti Apo­neurósls del pequeño oblicuo.-7 Tendón COII­

join visto por su cara anterior.-S Fascia trans­'versalis, punto débil.-9 Segmento superior delcordón espermatico. seccionado por debajo delanillo crural superficial.-lO Manojo externOal cremater externo.

En resúmen: si el pilar interno iz­quierdo es muy ancho, el pilar poste­rior derecho es apenas distinto; si elpilar interno derecho es muy reducido,el pilar posterior izquierdo es muyancho. Existe pues una especie de ba­lanceo compensado¡' ent¡'e el pilar-interno de un lado y el ligo de Calles

opuesto; uno gana en volúmen lo queel otro pierde. Los dos pertenecen alsistema de las fibras pubianas cruza­das, que á veces se dividen en dos ban­deletas iguales ó á veces de una mane­ra desigual.

Terminando este estudio sobre lospilares, resumiré así sus connexiones:eada pilar ext. se une al pilar post. corres­pondiente y al pilarint. d~l lado opuesto,lo que se puede expresar de este modo:las fibras pubianas dírectas de la apo­neurósis del gran oblícuo de un ladose unen á las fibras pubianas cruzadasdel gran oblicuo del lado opuesto; Ó, enterminas más tópicos: el labio ext. del ani­llo inguinal superior y el labio int.del anillo del lado opuesto están unidospor numerosas fibras que cambian en­tre ellos.

Fibras arcitoj'mes-Estas fibras hanrecibido nombres múltiples. Su aspec­to siendo bastante variable según lossugetos cada autor las ha denominado ydescrito según la disposición que se leha presentado más fi'ecuente; se ha pro­ducido una confusión de nomenelatma.Según lo que he visto estas fibras sedividen en dos grupos: interno y ex·terno.

El grupo externo está formado porfibras arciformes directas, es decir, pro­venientes del músculo gran oblicuo delmismo lado: responde á las fibras ar­ciformes principales de Nicaise. En suconjunto, esas fibras ofrecen el aspeetode una (geí'be) cuyo pie responde á laespina íl. ant. supo y á la arca crmalsobre una extensión de 3 centímetrosá partir de la espina y cuyos elemen­tos se extienden sobre la aponeurósisdel gran oblicuo describiendo curvas deconcvavidad supero-ext. Algunas vecesllegan al vértice de la hendidura ang.limitado por los pilares ext é int. su­biéndose más ó menos sobre este 'vér­tice. A medida que se aproximan ála línea media se adelgazan más y másy coneluyen en punta. No las he vistoentrecruzarse con las del lado opuestocomo dice Nicaise. Ciertos autores lasconsideran como un sistema sobre agre­g'ado á la aponeurósis de inserción delgran oblicuo.

El grupo interno está constituído porfibras arcifonnes cruzadas, es decir, vi­niendo del músculo del gran oblícuodel lado opuesto. Tiene mas importan-

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cia que el grupo externo porque con­tribuye á dar al anillo inguinal su con­figuración definitiva, Es él en efectoque forma el segmento superior exter­no, redondeando el vértice del espacioangular comprendido entre dos pila­res.

Las fibras arco cruzadas tienen pororígen una bandeleta aponeurótica su­ministrada por la aponeurósis del granoblicuo del lado opuesto que, despues,de haber atravesado la línea medianase extiende y se divide en dos hacesmuy desiguales: el más ancho describeuna curva de concavidad inf. interna;pasa sobre el pilar interno y sobre elpilar externo ensanchándose, despuesse retrae y se pierde sobre la cara pos­terior de la vaina del cordón espermá­tico; el más delgado situado luicia aden­tro del precedente, desciende delantede los pilares interno y posterior yse inserta sobro la cara anterior delpubis.

En su conjunto estas fibras que res­ponden á las fibras ec sautoil' de Vel­peau, al faseia - pectineo - oblicuo deThompson forman especie de curva cuyaeoncavidad dirijida hácia abajo limitaarri­baoel anillo inguinal superficial. Thomp­son y Velpeau las consideran como elprincipal agente del extrangulamientocuando éste se aloja en el anillo super­ficial :J\Ialgaigne al contrario les rehusaésta importancia porque según él sonmuy débiles para tal rol y que su exis­tencia no es nada muy que constante.Es fácil sobre el vivo de darse cuentade la fuerza- de estas fibras v de sudisposición alrededor del anillo explo­rando este con el index empujando elescrotum; se constata sin trabajo queno son tan despreciables como dice :lYIal­gaigne, y se comprende que puede ejer­cer una acción en el extrangulamientoherniano. Thompson había propuesto dis­tenderlas con el pulgar para obtener lareducción del intestino sin debridar. Eltodo es el poder deslizar bajo ellas elpulgar ó cualquier otro dedo lo que noes posible siempre. He podido en uncaso de hernia inguinal extrangulada deunas horas, obtener la reducción por eltaxis, despues de haber forzado lasfibras arciformes internas v haberlassentido ceder bajo mi index.· Es pues,un procedimiento paTa ensayar.

Las fibras arcifonnes no están siempre

tan desarrolladas eo mo las que aeabo dedecir: varían á menudo de aspeeto yde fuerza. Sin embargo mi descripciónpudiera servir de tipo para agrupar lasdiferencias individuales.

ARCADA CRURAL«La arcada crural está considerada

por algunos anatomistas como una depen­dencia de la aponeurósis del gran obli­cuo, eomo su tendón reflejó 10 que con­sidero un error grave. Se debe consi­derarla como un ligamento análog'o alligamento sacro-sciático.l> Así hablaRichet que adopta la opinión antiguaprofesada por Fallope, Poupart, etc.Ahora bien, el error grave está enesta opinión misma. Oomo Nicaiselo ha demostrado, la arcada erural noexiste como ligamento distinto y no esmás que el borde inferior ele la apolleu­rosis del gran oblicuo.

Este borde inferior de una longitudmedia de 12 ets. se inserta hácia afue­ra en la espina ilíaca ant. sup., háciaadentro en la espina del pubis. Simulauna cuerda tendida entre estos dos pun­tos óseos, levantando los tegumentos enlos individuos delg'ados. Esta cuerdano es rectilínea; en su tercio externodesciende oblicuamente siguiendo unalinea reeta que partiendo de la espinailíaca ant. sup., pasa, si se la prolongafuera de la región, á 8 cts. hácia abajode la espina pubiana. En el resto de suextensión se levanta, y forma una ar­cada de concavidad pestero inferior, quepasa sobre los vasos femoro-ilíacos.

La arcada crural no tiene el mismoespesor y no está en igual tensión entodas sus partes. Es más espesa y estámás tendida en su tercio exterior por­que contrae á este nivel adherenciasintimas con el fascia ilíaca y el fascialata. En sus dos tercios internos pare­ce más delgada y menos tendida, loque es debido, por una parte, á qUf\ laaponeurósis femoral que le adhiere aún,es ella misma menos densa que en suparte exterior; y por otro lado á queel fascia iliaca tan abandonado á laarcada crural y formado espesando labandeleta ilio peetínea. Esta última esesencialmente una dependencia de laaponeurósis del psoas-ilíaco y no sedebe más como 10 ha hecho Ricllet,reunirla con el ligamento de Gimber­nat bajo el nombre de arcada eruralprofunda denominación poeo clara y eon-

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fusa. Pero prosigo, sm insistir sobreeste punto la descripción de l'a· areadacrural que no es sino el borde inf. dela aponeurósis del gran oblicuo.

Esta arcada tiene la forma de una go- .tera de concavidad supo cuya porción int.será el fondo mismo del canal inguinal.Sin duda, todos los autores describená éste nivel una gotera, pero explicanesta disposición por la unión del bordeinferior de la aponeurósis con el fasciatransversalis: por mucho, la arcada essimplemente lineal, especie de intersec­ción común á los diferentes planos fi­brosos que convergen hácia el plieguede la ingle. En realidad, la gotera estáformada por el borde inferior de laaponeurósis del gran oblícuo. En estepunto la aponeurósis se dá vuelta y seenrosca sobre sí misma; además se con­densa, sus fibras se aproximan, se jun­tan y algunas no hallando sitio en elplano general de, ta aponeurósis la desbor­dan y se extienden por su superficie.Estas fibras que han sido así echadasdel lineo eonstitu;yen el grupo externode las fibras arciformes.

Este despliegue de la aponeurosis deadelante atrás muy bien 'listo por Clo­quet es fácil de constatar: basta hacer­le una indsión al gran oblicuo háciaarriba de la arcada crural, paralela­mente á ella y tirar sobre el muslo elcolgajo inferior así obtenido. Se venentonces las fibras aponeuróticas for­mar descendiendo el fondo de la gote­ra y leyantarse en la profundidad,contrayendo con los planos fibrosos dela región, con el fascia-transversalis enparticular, conexiones de las cuales yahablaremos.

Una preparación así permite aún com­prender como está dispuesto y consti­tuído el ligamento de Gimbernat. Ti­rando arriba el colgojo doblado sobreel muslo y prosiguiendo la diseccióndel borde inferior hácia abajo del pilarexterno, se da cuenta uno fáeilmenteque el pilar externo se continúa atrásy abajo, sin transición ninguna con unaexpansión aponeurótica que es el lig'.de Gimbernat, al cual Nicaise dá elnombre de haz peetineal ó haz reflejodel gTan oblícuo. La primera de lasdenominaciones es justa y merece serconservada; la 2. a no lo es, pues nohay fibras reflejadas propiamente hablan­do en el ligamento de Gimbernat.

Este ligamento es de forma triangu­lar, uno de sus bordes, el ant. se con­funde con el pilar externo, por inter­medio del cual recibe fibras que yienendel pilar posterior, es decir, del granoblicuo del lado opuesto; el otro poste­rior de una longitud de 20 á 25 mm., seadhiere á la aponeurósis del pectíneoque envía al ligamento fibras de res­fuerzo; su extremidad exterior se en­cuentra á 5 ó 6 mm. hácia adelante dela arista del ligamento de Cooper; y eltercer lado que representa la base de lafigura concava hácia afuera, forma elborde interior del anillo crural; el vérti­ce está así en la espina del pubis. Notengo aquí que hablar de la importan­cia del ligamento de Gimbernat en lahistoria del extrangulamiento de lashernias crurales, he querido establecerá mi vez que es una dependencia direc­ta del borde inferior de la aponeurósisdel gran oblicuo, es la porcíón más int.volviendo sobre ella misma de adentroá afuera. Comprendida así la arcadacrural no puede ser asímilada á un liga­mento cuyas fibras relacionen directa­mente los dos puntos de intersección.No iré sín embargo hasta decir comoNicaise «que no hay fibras yendo de laespina ilíaca á la espina pubiana.»Esta clase de fibras existen. No haymás que extender anchamente la goterade la arcada crural y á examinarla porsu cara superior para darse cuenta queexisten. Su existencia no contradiceen nada el modo de ver que acabo deexponer y sostener.

Esta descripción de la aponeurosisdel gran oblicuo es larga ya; debo sinembargo antes de dejarla, llamar laatención sobre dos puntos: 1.0 el entre­cruzamiento de sus haces sobre la líneamediana; 2. ° las conexiones que sushaces afectan entre ellos.

Arriba del pubis yendo de abajo arri­ba, se encuentra sucesivamente el en­trecruzamiento: 1.0 de los pilares inter­nos, 2.° de los haces que van á formarel ligamento triangular de Colles ó pilarposterior, 3.° haces de origen de las fi­bras arciformes internas. Todos estoselementos fibrosos son pues entrecruzado.El pilar externo solo no flanquea lalinea mediana, así lo he distinguido dalos otros diciendo que sus fibras erandirectas,

Pero fibras directas y cruzadas tienen

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una m~Dlbrana estrecha que refuerza laarcada. Llegadas al contacto del cor­dón ellas lo contornean aplicándose exac­tamente sobre él hácia afuera; perocuando han llegado arriba~ no se reunená la arcada por el camino más corto,se vuelven oblicuamente descendentes,y describen, para llegar, una curba más

FIGURA 3

Los diccrsos planos de la njión inf}llino­abdominal

1 Aponellrósis del gran oblícuo-2 Músculopequerio oblicuo.-:J El transverso c¿ort:::do para­lelamcm te á la arcada crll ral. -'1 l, aSCl<l tl'ans­vcrsalis. -5 Tejido cellllo adiposo su 1)-pel'ito­nial.-(j Manojos cpigüslricos.-i Ligamentoredondo.-S Pilar de Colles.-9 Aponeurósisdel peqllerio oblicuo. - 10 Aponell!'ósís tl'ans­versa.-ll Borde extemo del músculo recto ylig'amen lo de Benle. -1 '2 Bandeleta ilio-pu biana":'B :Manojos circunflejos ilíacos.-H Peri- •toneo.

ó menos alargada seg'ull los sugetos. Enésta última parte de su trayecto, lasfibras que se han vuelto aponeuróticas,se deslizan detrás del cordón y estánocultas por él. Desde entonces el pequeñooblicuo aparece como formando partede la pared posterior del canal inguinaldel cual es uno de los elementos mássólidos. Se dice aún que pertenece á la

lIT

MÚSCULO PEQUEÑO OBLÍCUO

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ellas estrechas conexiones: elexterior se une en efeeto al pilar

terior del lado opuesto y al pilar pos­l~iol'del lado correspondiente. Estetimo envía fibras al ligamento de Gim-tI1at.f!{E~salta de esta disposición que los dos

gran oblicuo entran en muchoconstitución de cada anillo ingui­

superficial y que su acción sinér­pone todos los elementos aponeu­

rt'ít:i('()f'; del anillo en un estado de ten­les permite ordinariamente

empuje intestinal.

El múseulo pequeño oblicuo llamadooblicuo interior (por relación con

el gran oblicuo que es oblicuo exterior)ó oblicuo ascendente á causa de la di-

general de sus fibras subiendode atrás adelante, tiene la forma de untriángulo cuyo ángulo posterior trun­cado responde á la columna vertebralv á la cresta ilíaca. De allí sus fibrasdivergen y se dirigen hácia los costados,la línea blanca y el pubis, tanto menosascendentes, cuanto más bajas.

A las fibras musculares suceden fibrastendinosas cuyo conjunto forma el apen­dice del pequeño oblicuo. Esta, llegadaal borde exterior del gran recto ante­rior del abdómen, se desdobla, una desus láminas, la anterior, se une con laaponeurósis del gran oblicuo para cons­tituir la hoja anterior de la vaina delgran recto; la otra, posterior, se pegaá la aponeurósis del transversal paraformar la hoja posterior de esta vaina.Este desdoblamiento no tiene lugar sinosobre los 3[4 superior de la altura delgran recto; en el cuarto inferior la apo­neurósis del pequeño oblicuo pasa ente­ra por delante del gran recto.

En la parte inferior de la regíón in­guino abdominal el músculo afecta porsu borde inferior relaciones particularescon el cordón spermático ó el ligamentoredondo en la mujer, que desciendeoblicuamente de arriba abajo y de afuera,adentro. Las fibras del pequeño obli­cuo situadas hácia afuera del eordón seinsertan sobre la cara superior de laarcada crural, ahuecada en gotera, porcortas fibras aponeuróticas reunidas en

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pared superior del canal por su bordeinferior en el momento que cruza elcordón.

Resulta de lo que precede que lapared posterior del canal inguinal estádesprovista de fibras aponeuróticas enuna cierta zona situada háeia adentrodel codo que hace el cordón á niveldel anillo inguinalprofundo. Está por con­siguiente adelgazado á este nivel dondeno posee sino un solo plano fibroso, elfaseia transversalis. La extensión deeste pnnto débil es más ó menos grandesegún que las fibras del pequeño oblí­cuo esten más ó menos alejadas delanillo inguinal profundo, ;yT COID,O estadistancia es variable segun los sujetos-en la mujer la he hallado más redu­cida que en el hombre-se comprendeque la predisposición á la hernia ingui­nal directa será tanto más marcada cuan­to más extenso sea el punto débil.Para ver estos detalles es necesario cor­tar el cordón y tirarlo hácia afuera.Hecho esto es fácil seguir las fibras delpequeño oblícuo en la parte inferior éinterior de su trayecto, Después dehaber costeado el cordón se deslizandetrás del libamento de Colles, luicia

. adelante del músculo recto que se dibu­ja como un poderoso eontrafuerte á tra­vés de lo que queda de la hoja anteriorde su vaina v van á insertarse sobre lacara anterior odel pubis, del áng'ulo ó laespina, entrecruzándose con las del ladoopuesto. Háeia afuera de la espina es­tas fibras se insertan sobre la arcadacrural, en una extensión variable y porintermedio del ligamento de Gimber­nat, lleg'an hasta la aponeurosis del pee­tíneo.

Gracias á estas disposiciones el pe­queño oblicuo es el elemento más im­portante de la fuerza y de la resisten­eia de la pared posterior del canalinguinal, fuerza y resisteneia que serEllltanto más grandes cuanto más se extien­da el pequeño oblicuo sobre ésta pared.Los autores franceses descuidan en gene­ral de señalar el 101 del pequeño oblí­euo. K :l\I Douglas, en un trabajo sobreel cual volveré, insiste con mucho acier­to sobre este pimto.

El cremaster externo (se califica deexterior pal a distinguirlo de los cre­masteres lisos interiores v medio restosde las fibras lisas del <gubernaculum,que se encuentra en el espesor de las

túnicas vaginal y fibroide del testículo)tiene conexiones estrechas con las fibrasdel pubis oblícuo.

Diré unas palabras. Cloquet ha dadouna notable descripción que es fácilverificar en el cadáver. Se distinguenen el cremaster dos haces, uno externo,el otro interno. El primero, el más fuer­te se destaca de la arcada á la alturailíaca anterior inferior, se dirige sobreel cordón v describe ansas descendentesmás ó menos bajas, hácia el testículo;está manifiestamente formado por fibrasalargadas del pequeño oolícuo á vecesdel transverso. El segundo, delgado,sube sobre el lado interno del cordón.se mete en el anillo inguinal superior;se desliza detrás de los pilares inter­no y posterior y se inserta sobre laespina del pubis. A causa de su as­pecto fibroso, algunos autores lo consi­deran como un tendón que continúa alhaz externo, que es, en efecto, pura­mente muscular. El conjunto de éstasfibras contractiles constituve la túnicaevtroide del testículo. La naturalezayO la procedencia del cremaster han sidocomprendidas de diversos modos.

Para unos es un órgano embrionariopersistente: está formado por el guber­naculum testis de Humter doblado sobresí mismo. Otros lo consideran como unmúsculo especial y autónomo. En fin,una tercera opinión lo hace una depen­dencia del pequeño oblícuo y esta opi­nión me parece la más acertada.

IV

MÚSCULO TRANSVERSO

La parte del músculo transverso queresponde á la región inguinal se insertasobre el cuarto anterior del labio inter­no de la cresta ilíaca, sobre la espi­na ilíaca antera superior sobre la arcadacrural, desde 'la espina ilíaca anterasuperior hasta el anillo inguinal pro­fundo. De estos puntos las fibras sen·siblemente horizontales se dirigen háeiael borde externo del músculo recto.Pero las más bajas cambian de direc­ción, se doblan para pasar el cordónen el momento que este se acoda ensu entrada en el canal v se vuelvenoblicuas descendentes describiendo cur­bas de concavidad inferior. cuvas ex­tremidades exteriores estc\n formadas

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por fibras carnosas que se insel'tansobre la arcada hácia afuera delcordón, mientras que las internasaponeuróticas, se dirigen al pubis parainsertarse.

Antes de presentar de una manerapreeisa esas inserciones pubianas, re­cordaré como se porta la aponeurósisdel transverso con relación al granrecto. 'Sobre los 3}4 de la altura delmúsculo, la apolleurósis está toda en­tera detrás de él, y se une á la hojaposterior de la aponeurósis del pequeüooblicuo para formar la hoja posteriorde la vaina del gran recto. En su cuar­to inferior pasa toda entera delante delmúsculo. Este cambio de posición esnotable; una manera de explicarlo meha sido sugerida por algunas diseccio~

nes sobre el perro, en el cua11a arcadade Douglas es siempre espesa, neta ycortante.

El gran recto en su parte superiorestá situado hácia adelante de la aponeu­rósis del tranyerso, reforzada por la hojaposterior de la aponeurósis del pequeñooblicuo. En un momento dado á una (lis­tancia variable del ombligo atraviesa estaaponeurósisy se le vuelve posterior. Pasaen unaespecie de botonera aponeurótieacuyo labio posterior es la arcadade Dou­glas. El labio anterior de esta botonera nose Yé porque está oculta por los planosfibrosos que ya forman la hoja ante­rior de esta vaina. Las arcadas deDouglas no se acusan por un bordecortante de concavidad dirigida háciaabajo.

Existen, se las vé pero no son libresporque se continúan con una láminaaponeurótica más delgada. Al cabo deun cierto trayecto esta lámina delgadaestá atravesada á su vez por el g'nUlrecto, se forma una arcada de Douglasaccesoria no más libre y cortante quela primera, pues' se continúa con elfascia transyersalis sin transición. Lasdiferencias individuales se explican porel hecho que el músculo gran recto noatraviesa en todos los sujetos la hojaposterior de su vaina con la misma brus­quedad; hace este paso á veces en untiempo á veces en dos, y de la segun­da manera se Yé producir la arcadaaccesoria.

Las arcadas de Douglas no estánhabitualmente descritas con la reg'ióninguinal; he creído deber hablar aquí

pues tendré que hacerlas intervenir mástarde á propósito del fascia transversa­lis, y además, me ha parecido impor­tante establecer, insistiendo, que laaponeurósis del transverso pasa todaella hácia adelante del recto, háciaabajo de es&.s arcadas, es decir háciaarriba del pubis. Por haber descuida­do esta noción casi banal ciertos auto­res describen de una manera muv im­perfecta las inserciones pubial{as yjuxta-pubianas de la aponeurósis deltransverso.

Esta, pegada á la aponeurOSlS delpequeño oblicuo se desliza detrás delpilar de Calles y se inserta yendo deadentro afuera. 1.0 sobre la cara ante­rior de la sínfisis entrecruzándose conla del lado opuesto y adhiriéndose fuer­temente al tendón del recto, 2.° sobre elborde superior del pubis en la vecin­dad de la espina, 3.° sobre la arcadacrural en donde avanza á una distaneiavariable del anillo inguinal profundoen esta última parte sus fibras entranen conexión con el lingamento Gimber­nat y por íntermedio de este llega áaponeurósis pectineal y al ligamento deCoopero Resulta de esta descripción re­lacionada con la del pequeño oblicuoque estos músculos ofrecen en la regióninguinal, una disposición general casisemejante. Además cambian entre ellosnumerosos haces musculares y aponeu­róticos que los unen estrechamente yen su parte aponeurótica estan tanintimamente pegados que se confun­den.

TENDÓN CONJOINT

Los autores ingleses designan bajo elnombre de tendón conjoint el planoaponeurótico formado por la unión másó menos íntima de la aponeurósis delpequeño oblicuo y el transverso en laparte interna de la región inguino-abdo­minal, y de una manera más precisaal nivel de la pared posteriol' del canalinguinal.

Muchos autores lo consideran comoformado sobre todo por el músculo trans­verso. He dicho ya que el pequeñooblicuo es el elemento más imnortantey que Kenmeth Douglas habia insistidocon razón sobre este punto.

Las inserciones del tendón conjoint sonconocidas: son las insereiones mismas

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del pequeño oblicuo ·-:1 del transversosobre el pubis y sobre la porción de laarcada vecina de la espina pubiana.Sus relaciones son muy simples: háciaadelante está en relación con el lig'a­mento de Colles y con la aponeurósis delgran oblicuo; háeia atrás con el pira­midal, el gran recto el fascia transver­salis.

Su forma en realidad muv difícil deprecisar, pues el tendón conJoint es unazona aponeurótica distinguida un pocoartificialmente y por pura convenciónpor lo demás de las aponeurosis que loconstituyen. Blaise compara el tendóncomjoint á una especie de arcada. Sepodría atríbuirle la forma triangularconsiderando la dirección oblicua des­cendente de sus fibras, dire(~ción que seaparta de la que los dos músculos com­ponentes presentan en la generalidad desus fibras. Pero los limites superioresdel tendón sen'm siempre poco precisospues se continúa arriba con los mús­culos pequeño oblicuo y transversosin linea de demarcación neta.

Una de las partes más interesantesde este tendón es su borde exterior.Ligeramente cóncavo hácia afuera yhácia abajo, queda á una distancia va­riable del anillo inguinal profundo. Al­gunas veces cuando el sujeto es bienmusculoso, este borde externo formauna especie de arista aponeurótica queresiste ba¡jo el dedo; esta arista flan­queada la pared posterior se deprimebruscamente. En algunos sasos con10uno acompaña el texto, el borde exteriortocaba al anillo profundo, era mujer y;ya he dicho como el punto débil estáreducido en éste sexo. En todos loscasos este borde está formado por laparte correspondiente al borde inferiorde los músculos pequeño oblicuo y trans­verso, así no he comprendido la des­cripeión que dá Blaise que distingueen el tendón conjoint una parte inflé-

chie que «en su conjunto tiene la for­ma de un plano fibroso triangular»:la base cuya longitud media es de 27 mresponde al borde de insereión (ánguloy espina del pubis, cresta pectineal); elvértice truncado se continúa cQn laparte oblicua del tendón, el borde inter­no costea el músculo recto; el. bordeexterior queda á una distancia variabledel orificio inguinal profundo. En laplancha que acompaña el texto estaparte inflechie era bien distinta de lasaponeurósis del pequeño oblicuo y trans­versalis hácia atrás de las cuales es­taba situada. A.hora bien. háeia atrásde esos dos aponeurósis· que forman,para la mayoría de los autores, el ten­dón conjoint no hay más que el fasciatransversalis con sus fibras de resfuer­zo y, en el sitio que Blaise describe laporción inflechie del tendón conjoint, elfaseia transversalis está resforzado porun sistema de fibras vertieales, llamadoligamento de Renle; es ese ligamentoque representa el dibujo de Blaise. Es­te autor consecuente consigo mismo,declara que el ligamento de Renle esuna dependencia del tendón conjoint.

En seguida Testut escribe: El liga­mento de Renle es el tendón conjointde los autores ingleses... Blaise se alistaá esta opinión.» Pero temo que enhaya ahí un poco de confusión. Blaiseno' ha asimilado al ligamento de Renlesino la porción inflechie del tendóncOlljoint si su opinión ha sido, tal vez,mal expresada, es que su descripeióndel tendón conjoint considerada en suconjunto sufre un poco de los largosdetalles que consagra á la porción en­flechie: se ha acabado por no ver sinoesta poreión.

No agrego nada sobre el ligamentode Renle cuyo estudio vá á ser hechocon el fasci~ transversalis.

(Con tinuw 'ciJ.

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(1) Hernando Arias de Saavedra, natural dela Asunción, era, híjo de don Martín Suárez deToledo v de doña Juana de Sanabria, ignorándose la,causa de que no usase ninguno de es­tos dos apellidos.

ca paciencia, y sobre tedo por su reco­nocida habilidad consiguieran reducirá los infieles, plan de conquista pacificaque Felipe III aprobó facultando á Rer­nandarias para que lo desarrollase consujeeión á su criterio y á los mediosque se le facilitarían.

3. Conseguida la real autorizaeión áque acabamos de aludir, Rernandariasse preocupó del Uruguay, pues no esca­póse á la perspicaeia del gobernanteamericano (1) la verdadera causa delfracaso que sufrieron las colonizacionesde Gaboto, Irala y Zárate, atribuyén­dolo, no tanto á las agresiones de losindígenas como á la falta de produetosque fuesen para los colonos una fuentede riqueza que los arraigara al país quese trataba de colonizar. Carecía el Uru­guay de productos naturales de subsis­tencia, pues para las gentes civilizadascomo los españoles no podían conside­rarse como tales los que servían dealimento á los habitantes del territorio;no existía ningún elemento con quevincular la población social; los aborí­genes vivían en hordas entregados alazar de la pesca y de la caza; el paísno tenía, en cantidad suficiente, anima­les indígenas capaces de utilizarse enel dominio doméstico; todo era, en fin,primitivo y salvaje; las sileneiosas ribe­ras de sus ríos, sus escabrosas cerrilla­das, sus dilatadas cam.piñas y las graní­ticas cudlill as que la cruzan en todosentido, sobre las cuales se dibujaban

SUMARIO.-l El Uruguay 0Ividado.-2 Plande conquista pacífica. - 3 Introducción delganado.-4 Creación del gobierno del Ríode la Plata.

1. Desde el abandono de San Saloa­cZor hasta el momento en que empezó elgobierno de Rernandarias, media unperíodo de 24 años durante los cualesnadie volvió á ocuparse del Uruguay,ni el gobierno de la metrópoli, ni losgobernantes del Paraguay, ni las auto­ridades españolas que tenían su asientoen Buenos Aires. Pero, como Rernan­darias tenía el proyecto de extender sudominio sobre las vastas comarcas quesus antecesores no pudieron someter, selanzó á conquistarlas por medio de lasarmas, con suerte varia para la causaque abrazara, pues, según los historia­dores de aquel tiempo, fueron más lasveces que los indígenas lo derrotaronque aquellas en que el sol de la vic­toria brilló para él y sus soldados.

2. Estos reveses lo convencieron de lanecesidad de apelar á otros medios paralograr el sometimiento de los indígenas,sometimiento que consideró imprescin­dible para el éxito de los propósitos queabrigaba respecto de la colonizaeión deeste suelo v el desarrollo de la culturaentre sus iíabitantes. De aquí que, cam­biando de táctica, se dirigiese al reyindicándole la convenieneia de no em­plear más las armas contra los naturales,como hasta entonces se había hecho,sino valerse de sacerdotes que por ladulzura en su caracter, por su evangéli-

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I

D~ los únicos inaíg~nas a~1 Uruguay qu~ s~ som~ti~ron á la ci\liUlacióu ~s~añola.

Estudios Históricos

PERÍODO DE TRANSICIÓN

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'las figuras de los primitivos habitantesdel Uruguay, persiguiendo en vertigi­nosa carrera el magestuoso ñandu ó dis­parando su mortífera flecha contra elinofensivo venado. (2)

Estas impresiones dieron á entenderal advertido Saayedra la necesidad deconstituir medios de existencia á fin deyincular la población, de cualquier ín­dole y categoría que fuese, al suelouruguayo; y observando la inmensa Ya­riedad de gramíneas que lo cubrían conuna alfombra de vegetación herbáceasiempre lozana y Yigorosa, concibió laidea de poblar de animales utiles unaspraderas tan marayillosas. De esta épocadata la introducción del ganado en elUruguay, y á Hernandarias se debe y noá otro, 'cú{e desde el puerto de ziratefuesen transportados aqui 100 animalesyacunos y .dos tropillas de yeguas :r­caballos onundos de los que trajo elprimer Adelantado don Pedro de 1\1en­doza. (3) Tal es el origen del pecuaris­mo uruguayo que, progresando de unmodo extraordinario. dió nacimiento ála industria del corambre, hizo surgirlas primeras estancias, transformó elrégimen alimentieio del indio cambian­do también su método de yida y asegu­ró la estabilidad de la población quesobrevino, á la que suministró produc­tos para subsistir y para comerciar.

4. Otra reforma propuesta por Her­nandaria al monarca castellano fué lade indicar la conyeniencia de diyidiren dos gobiernos las yastas proyineiasque formaban el Paraguay y Río' de laPlata. «Esta desmembración era necesa­ria: el Gobernadol que quería cumplircon su deber se yer"a obligado á vagarde una parte á otra sin atender á nin­guna. Con los elementos, obstáculos quele rodeaban y modo como estaba orga-.nizado el gobierno en aquellos dilatadí­simos países, ese gobierno era la cabezade una criatura en el cuerpo de ung'igante». (4) Consig'uió Saavedra lo que

(2) Domingo Ordoñana: Conferencias socia­les y potiticas.

(2) Mendo~a trajo consigo para la poblaciónde Buenos AIres 10 vacas, 2 toros, 82 vell:uari­zas, 20 cabras, 46 ovejas y 18 perros, '((;uentade lo en tre[Jado al seiior Adelan tado don Pedrode 1\1endo.~a, por orden de S. A. S. para lle­ca!' Ú las 1ndras; documento que se c~nserr;a enel Archivo .1mericano de Sevilla.)

('1) A. Magariños Cervantes: Estudios his­tóricos sobre el Rio de la Plata, pág. ,no

deseaba, ya que impuesto el rey de suproyecto lo consideró necesario, acep­tólo en todas sus partes y fijó los lími­tes de las dos gobernaciones. De estafecha (14 de Septiembre) arranca lacreación del gobierno del Río de laPlata, acontecimiento político de inmen­sa trascendencia, ya se considere ensus proyeceiones generales, ya conrelación á la sociabilidad uruguaya.

II

LOS CHARRUAS

SUMARIO -1 Propaganda religiosa. - 2 Laprimera colonia cbal'rúa.-8 Causas de sufracaso.

1. El primer gobernador del Río dela Plata fué don Diego de Góngora,caballero de la órden de Santiago, na­tural del reino de Nayarra, de nobilí­sima prosapia, como que reconocía suorigen en la ilustre easa de los condesde Benayente. Entró á gobernar el añoque se indica, después de haber mili­tado en Europa hasta obtener los pri­meros y más honorables puestos. (1)De acuerdo con las iÍlstrucciones quehabía recibido del monarca español, sepreocupó inmediatamente de atraerse álos naturales del Uruguay poniéndoseen relaeión con ellos eon objeto de queabrazasen el cristianismo, se congrega­sen en nucleos de población ordenaday eambiasen su vida selvática y erra­hunda por la vida sosegada y ~etódieaque les brindaba la ciYilización españo­la por medio de los ministros ele la reli­gión católica, bajo los auspicios de laautoridad civil.

No nos detendremos en averiguar siestos religiosos' fueron jesuítas, francis­eanos ó dominicos, pero sí convieneadvertir que, mientras algunos histo­riadores (2) dieen que Góngora entregóesta proyincia á la Compañía de Jesúspara que sus ministros enseñasen á losindígenas el camino del cielo, otros es-

(1) P. Lozano, tomo 3. 0 , cap. XVI.-Gre!?:orioFunes: Ensayo ele la historia cicil del 1'>a1'a­[Juay, Buenos .1iT'es y Tucwllún, tomo 1.',cap. II.

(2) P. Guevara: Historia del Paraguay, Riode la Plata y Tucumán, parte 3.a , v el mismoLozano, que está a m biguo, tomo 3. -: cn p. XVI.

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cr'itores (3) afirman que pertenecían ála orden seráfica los religiosos que COll

celo apostólico entraron en esta conquis­ta, no faltando quien sostenga (4) queeran de la órden de predicadores. Loque si parece cierto es que Góngorainvitó al P. Roque González, natural dela Asunción, para que se encargase dela delicada misión de difundir el cris­tianismo en comarcas indíg'enas, y queéste padre jesuita, que dominaba admi­rablemente el idioma guaraní, empezósu l)eregl'inación por las regiones occi­dentales del Urug'uay en las cuales fun­dó el pueblecillo de la Concepción conelementos nativos, y que tan satisfechosse quedaron éstos de la conducta deaquel sacerdote que, seducidos por subondad algunos caciques se trasladaroná Buenos Aires cuvo novel Gobernadorlos recibió con iguil afecto, agasajándo­los v haciéndoles toda clase de oh'eci­mientos. (5)

El sucesor de Góng'ora en la goberna­ción del Rio de la Plata fué don Fran­cisco de Céspedes, de caracter todaviamás comunicativo y afable que su pre­decesor, pues puso toda su actividad encaptarse las simpatias de los indios dela dilatada provincia del Uruguay, pi­diendo que le trajesen algunos caciquesde esta reg'ión, lo que no le fué difícilconseguir, á los que trató con tanto cari­ño que repitieron la visita, no sólo es­timulados por el buen trato que reci­bieron sino aguijoneados por la ambiciónde nuevos obsequios y regalos, de loscuales habia sido pródig'o Céspedes ensu entrevista anterior con ellos.

«Hizo un grande beneficio á su go­bierno en la pacificación de los cha­rrúas, que entonces se extendían hastael mar, porque estos bárbaros, siempremal avenidos con los españoles, desdeel tiempo de la conquista de éstas pI 0­

vincias, infestaban la costa septentrionaldel Río de la Plata cautivando ó matan­do á cuantos españoles por su desgra­cia daban al través ó por cualquier acci­dente aportaban á sus tierras, pero esteGobernador los agasajó tanto y les hizotan buenos tratamientos, que les obligóá cultivar todo su tiempo una amistad

(:~) Domingo OrdeÍíana: Confercncias, Z,aparte, ,pág, 58.-Benito López de los Hios:j'vlcmoT'w, 1799.

(4) p, Lazan:;, oh. cit., tomo 3.°, cap, XVI.e,) p, Lozano, o". cit., (amo 3.°, ClIp, X"L

muv sincera con los cristianos, tan di­ferentes de lo pasado, que ayudaban ávarias embarcaciones que nauft:agaron,sirviendo muy gustosos para librar lagente y las mercaderías, y muchos lle­garon á hacerse cristianos. Con la mis­ma traza ganó las voluntades de loschanás. varós y á los indios de la sierrade J\laídonado: y á otros bárbaros quenunca habían tratado ó visto españoles,y enviaron sus caciques á Buenos Airesá rendirle obediencia, que no siempreson las armas las más poderosas á con­quistar los bárbaros, pues al fin, comoracionales, se pagan más de las cariciasJO agasajos." (6)

2. Ya enviados por Góngora ó Céspe­des, ya impulsados por su propia ins­piración, pues sobre este punto discrepanlos historiadores antiguos y modernos,lo cierto es que por aquellos tiemposaparecieron por la Teg'ión sorianera tresfrailes franciscanos llamados fray Ber-'nardo de Guzmán, fray Antonio Aldao yel padre Villavicencio, quienes se aplica­ron á la conversión de indios, consi­guiendo no si11 grandes zozobras é inau­clitos trabajos, formar una reducción.deindios charrúas, pero no queriendo estosbárbaros dejar sus antiguas superstieio­nes, al poco tiempo abandonaron á losreligiosos y, volviendo á su idolatría,trasladaron sus toldos al otro lado delRío Negro. (7)

3. No debe causar extrañeza esta acti­tud de los charrúas, pues lo propiohieieronlos yarós cuando á fines del siglo XVII,los jesuítas los incoporaron al pueblo deSan Andres, fundado por dichos religio­sos. Poco tiempo después, sin causa nin­guna para ello, fugaron todos guarecién­dose en los bosques; y cuando los jesuítas,que habían salido á buscarlos, les pre­guntaban' la causa de su resolución,contestaban que "estaban resueltos ágozar de su antigua libertad, que lespermitía hacer y pensar lo que se lesantojase; no queremos un Dios como elvuestro-les decían á los misíoneros­que sabe cuanto hacemos en secre­to.» (8)

Los'minuanes, taciturnos, pendencie­ros y de intelig'encia rehacia á la civi-

(6) p, Lozano, ob. cit., tomo 3.°, cap. XVI.(7) Benito López de los Híos, ob cit.

(S) Haberlo So\]lhey: Hisloria do Brazil,to.no 3,°, cap. XXXVlII.

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lizaci6n, siguieron el ejemplo de ~losyarós apartándose del jesuita FranciscoGonzález que había empezado á formaruna reducción llamada Jesüs 2~I(ll'ia,

pues la mayor parte de aquellos indiosvolvieron á su antigua vida, quedandoun número muy reducido que se reunióá la misión de San BoDa (9)

Lo propio sucedió á los Padres JoséPons y FelL"l: Villagarcía, que habiendosacado de los montes, valiéndose deengaños y estratagemas poc~ usuales,unas 400 familias de indios ~rumás ó:lVIonteses, aumentaron con ellos la po­blación de Santa "2vIaria, pero comodichos indios se habían trasladado á estepunto contra su voluntad, conocida lasuperchería escaparon los más de ellosvolviendo á sus antig'uos lares sin que­rer ni aun oir el nombre de los Padresni el de los cristianos. (9)

La torpe intransigencia de los charrúasllegaba al extremo, no sólo de negarse ácambiar de vida encuadrándose en elmarco de la civilización española, sinoque perseguían á las parcialidades queabandonaban sus bárbaras costumbrespara someterse á los misioneros ó á laautoridad c~7il. En el primer caso sehalla la destrucción de Itazul'ubi, alde­huela fundada en el Alto Uruguay porvarios misioneros de la órden de la:Merced, patrocinada por fray FranciscoRivas Gavilán, y en el segundo laactitud del cacique Canamasán, que vinoá :iVIontevideo para tratar seriamentecon su Cabildo de la instalación de re­ducciones de charrúas en el territoriooriental, y que después desistió de supropósito arrastrado indudablemante porlos suvos.

Adelnás de lo expuesto hay que re­cordar que, desde el punto de vista in­telectual, los charrúas poseían una orga­nización inflexible, incapaz de adaptarsepermanentemente á una civilización su­perior. Como se ha visto, difícilmentelos misioneros lograban convertirlos, ydurante los tres siglos que estuvieron encontacto con los europeos modificaronmuy poco su g'énero de vida. En cuan­to á las funciones sociales de esta nación,eran tan rudimentarios que figuran al

(9) Felíx de .'\zana: Descripción e historiadel Pa/'((yuay y Rio de la Plata, tomo 1.0,cap. X.

(10) Matías De Anglés y Gortari: Los Jesuitasen el POT'agllay, p,ig. 68. Año 176g.

lado de los tipos mis atrasados de lasrazas humanas. (11)

Por último, téngase presente que lospueblos que se hallan en una época deatraso, como sucedía con los charrúas,que atravesaban el período neolítico, re­chazan todas aquellas manifestacionesde la actividad humana que directa éinmediatamente no vengan á favorecerlas necesidades de su existencia física,prefiriendo adaptarse á las nuevas con­diciones de vida que les ofrece la natu­raleza antes que someterse á prácticasabstrusas que no comprenden -como im­pone la moral católica-y cuyas ven­tajas dichos indígenas no palpaban deinmediato. (12)

III

LOS eRANAs

SUMARIO-1 Procedencia de los indios chanás.-2. Fundación de Soriano.-3. Nueyas re­ducciones.-4. Transformación social delos chanás.-5. La obra educadora del Pa­dre Guzmán.-6. Traslación y progresosdel pueblo.-7. Qué instrucción recibieronlos chanás.

1. Tratando de investigar los orígenesde la raza americana, ó, por lo meños,clasificar las parcialidades indígenas dela cuenca del Plata, la mayoría de losescritores españoles del tiempo de laconquista han sido tan poco escrupulo­sos en sus descripciones, y algunos taninfieles, que en la actualidad no es posi­ble ya determinar, con la precisión yexactitud que requiere este genero detrabajos, la situación y nombre de al­gunas de ellas. l\íal guiados en estelaberinto de pueblos, nombres, fechas ycostumbres, los publicistas modernos sehan entregado á todo género de cavilo­sidades, y en vez de aclarar los puntosobscuros de los historiadores, naturalis­tas y viajeros antiguos, han amontonadodatos y al g'umentos para deducir con­secúencias erróneas ó caprichosas que,embrollando el problema, nos sumergenen un océano de dudas v confusiones. congrave pmjuicio de la' ciencia y cíe lahistoria.

(11) José H. Figueira: Los primitivos habi·taníes del Uruguay, pág. 19.

(12) Véase el cap. III del tomo 1.0 de Lc~Creación, por donJuan Vilano,a y Piel'a.

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Algo de esto sucecle con respecto alos indios chanás, que los primitivosexploradores de estas regiones (1) colo­can sobre la margen septentrional delrío de la Plata, y otros ele épocas pos­teriores (2) como situados en las islasdel Urug·'uay, frente á la desembocaduradel río Negro, aunque hay escritoresque niegan esto último, fundados en quedkhas islas son incapaces de contenerning'una población ni tribu de reg'ularcantidad, siendo además anegadizas (3).Tampoco faltan viajeros (4), historiado­res y cronistas (5) que comprenden álos chanás entre las hordas que incen­diaron la primitiva ciudad ele BuenosAires, á la vez que otros escritores (6)los dan mezclados con los timbúes. Ac­tualmente se sostiene la teoría de queestos indios eran occidentales v consti­tuían una encomienda confiacla á ungrupo de frailes franciscanos, quienes setrasladaron en su compañía á las islasde la confluencia del río Negro, for­mando con ellos una reduc_~ión (7).

Como nosotros no aspiramos á terciaren este debate, cuya dilucidación nocorresponde al objeto del presente estudio,nos limitamos á aeeptar la versión deAzara que es la más ajustada al buensentido, y que, en parte, se halla funda­da en las narradones más antiguas quealuden á los ehanás (8).

«Al arribo de los españoles-dice donFélix de Azara-habitaba una nadónen las islas del río Uruguay enfrentede la boca del río Negro, y cuando des­poblaron los españoles la dudad de SanSalDador, pasaron los chanás á estable­cerse en la costa oriental del río SanSalvador. Acosados después por loscharrúas, volvieron á sus islas. fijándo­se, principalmente en la llamada de losVizcainos. Pero, temiendo padecer el

(1) Diego García: 1\le/ilo/'ia.-f'eclroLópezde Souza: Diario de nace[lación.

(2) J?élix de Azara y Pedro de Angelis. obl'ascitadas.

(:~) Domingo Ordoñana,ob. cit.(,1'1 Uldcrico Schmidel: Fiaje al Rio de la

Pl((ta.-Luis Halllire7: Ca/'ta.(5) P. José Guemra, ob. cit.

(6) Manuel R. Trelles: Registro Estadistica.(7) Samuel A, Lafone Quevedo: Los indios

clwnascs y su lcn[llla.(8) Dieg-o García, ob. cit. afio 152fi.-Pero

López de Seuza, ob. cit., a'ío 15:~1.

exterminio de los yaros y bohanes, queera reciente, solicitaron que los españo­les de Buenos Aires los defendiesen,ofredendo ser cristianos (9).»

Para terminar observ'arenios que noes extraño que los chanas, temiendo álos charrúas, se refugiasen frecuentemen­te en las islas de la desembocadura delrio NegTo, pues como vivían al lado ómuy cerca de éstos, y eran más débi­les y menos numerosos que sus enemi­gos, tenían que ser fatalmente exter­minados por ellos; lo que trataron deevitar los chanás guareciéndose en cli­chas islas y solicitando después la pro­tección de los españoles (10).

2. No vaciló en concedérsela el go­bernador de Buenos Aires, encomendan­do á fray Bernardo de Guzmán la con­quista espiritual de los chanás, del mis­mo modo que se le había confiadoanteriormente la de los charrúas; peroel franciscano no procedió con los pri­meros como había hecho con los Flegun­dos, sino que trajo consigo á los misio"neros ya citados en la página 147, yademás un pequeño contingente de es­pañoles que sirviese de enlace con lapoblación indígena, haciendo despuéseoncurrir otros elementos nuevos v so­ciales, de proeedencia paraguaya y ar­gentina, que eon el transcurso de losaños se espardó por los eampos illllle­cliatos. Eljefe apostólico de esta misióny sus siete compañeros (11) vinieronembarcados en un queche que traía pornombre «Chaná Aranzazú» y, desem­barcando en la isla del Vizcaíno, resi­denda á la sazón de los indios mencio-

(9) Félix de Azara, ob. cÜ., vol. 1.0, págs.161 y 162.

(10)((. .. Y si de dos tribus vecinas, la una lle­ga el ser más numerosa y más fuprte que laotl'fl, en breve terminará la competencia ijar laguel'l'a, el a~esinato, el cfllJil>alisllloy la absor­ción. Aun en el caso ele (¡:le una tribu lIlás débilno CJuede bruscamente destruida, basta paraque E:mpiece parae!la un período de decadericia,que acaba CO,lIÚnlllfwte por S\I ruina y extlIl­ción cOlllpleta,)) (Cados H. Darwin: El origc;¿del !IOIIIIJl'e; cap. VII, pág. 2U3j.

(11j Según don Domingo O"c!oflana, esta mi­sión estaba com puesta de fray Bernardo deGuzmún. fray Antonio Aldao. paraguayo. elpadre 'Yillavicencio y el per:sonal constituidopor los individuo,; Juan Albornoz Juan Cha­marra. Miguel Oyola, Pablo Pizarra y Francis­co Jara, joven querandi ¡¡ue, por dominar variaslenguas indígenas hacía las veces de intér­prete.

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'nados, se 'instalÓ en éila, fundando el4 de Junio de 1624 la reducción deSanto Domingo de SOI'iano, dotándolade las autoridades necesarias, sin quefaltara su correspondiente corregidorcastellano y Cabildo cómpuesto de dosAlcaldes y cuatro corregidores, de acuer­do con lo determinado por las Leyesde Indias. Repartiéronse inmediatamentesolares J' chacras, aunque éstas serianpequeñas áreas de terreno, ya que laisla del Vizcaíno apenas tiene 25,000metros cuadrados de superficie y elnúmero de indios reducidos se elevabaentonces á unas cien familias (1).

3. Al poco tiempo se fundó otra re­ducción en la costa del Urugua;y, en unpuerto llamado hasta hoy de Aldao, delnombre de su misionero, y que corres­ponde á lo actual jurisdicción del rin­cón del Arroyo; pero este poblado du­raría poco ó sería muy insignificante,pues de él no ha quedado vestigio nin­g'uno; ni existe documentación oficialde la época que lo mencione.

Más tarde se estableció una tercerareducción denominada Espinillo, de aná­loga importancia que la anterior, perofué deshecha y trasplantada en 1800 allug'ar que ocupa actualmente la villade Dolores, tomando el nombre de SanSalvador por estar situada sobre lamargen izquierda de este río, á sieteleguas de su confluencia con el Uru­guay (2).

Es de suponer que ('stos núcleos depoblación contasen con sus correspon­dientes capillas, dado el carácter sa­cerdotal de sus fundadores, aunque hayescritores bien informados y de cuyaveracidad no es posible dudar (3), queaseguran que la reducción del Espi­nillo no tuvo iglesia ni correg'idor, peroque sus neófitos eran dóciles, prestán­dose sin ninguna dificultad al trato delos españoles.

En cuanto á la capilla de las Víboras,en la creencia de que sea de época pos­terior á las reducciones del Padre Guz­mán, suponemos que nada tenga quever con los misioneros de la Orden Se­ráfica, ni con los trabajos evangélicos

(1) Félix de Azara, 01.1. cit.(2) Juan M. de la Sota: Catecismo Geográjico­

Histón'co-Politico de la República; cap. IX,pág. 43.

(3) Juan Manuel de la Sota, 01.1. cit.

correspondientes al momento histÓrICoá que nos referimos en el presente ea­pítulo.

4. Como quiera que sea, los chanásse sometieron sin violencia de ningunaclase al régimen de vida adoptado porlos padres fi'anciscanos principiando porabandonar sus groseros toldos que fue­ron reemplazados por casas rústicas, escierto, pero cómodas, espaciosas é higié­nicas: dejaron la ietiofagia y se nutrieronmejor, á la vez que se hacían mássedentarios de lo que ya lo eran. Su­mamente flexibles á la civilización,abrazaron el cristianismo y aprendieroná trabajar, cultivando las tierras quelos misioneros les habían distribuído,además de fabricar esteras, cestones yobjetos de tosca alfarería que, con losproductos de sus chacras y leña paracombustible transportaban á la provin­cia de Buenos Aires y vendian ó cam­biaban por los artículos que les erannecesaríos (4). Como sus guías ó men­tores no los sujetaron al sistema de lasencomiendas ni al gobierno en comuni­dad, sino que disfrutaban de la mismalibertad que tenían los españoles, resul­tó que se hallaran muy contentos, per­diendo su idioma y costumbres y asi­milándose las de los españoles, con loscuales se mezclaron al extremo de quepasaban por tales sesenta años despuésde haberse reducido (5). Esta fué latransformación social que sufrieron loschanás, al incorporarse espontáneamen­te .á los dominios de los reyes de Espa­ña, á cuya autoridad prestaron su con­curso de sangTe en diversos sitios de laColonia y en la expulsión de los piratasque, antes de la fundación de Montevi­deo, infestaban las costas de Rocha yMaldonado (6), sin contar con que másde una vez tuvieron que medir sus ar­mas con las de los charrúas, yarós yboballés, sus vecinos mediatos ó inme­diatos.

(4) Benito López de los Ríos: Petición delvecindario de Soriano reclamando para estepueblo el título de ciudad ó viJla; año 1799.­José Gómez: ),Jemol'ial q¡¡e por su intermediopresentan los pobladores de Soriano solicitandotrasladarse de la isla del Vizcaíno al paraje endonde actualmente se encuentran; aí'io 1707.

(5) Félix de Azara, 01.1. cit., págs, 161 y 162.(6) Andrés Gómez de la Quintana: Certifica­

ción de los servicios y méritos de los indios dela reducción de Soriano. De 1705 á 1799.

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D. En realidad no fue S01'iano, en suscomienzos, una -verdadera reducción deindios, sino una genuina población espa­ñola con su iglesia, su guardia militar,cabildo y empleados etviles, condudén­dose todos como dependientes de losgobernadores de Buenos Aires y cona1Teglo á la legislación indialla: no fuéuna verdadera reducción, en cuanto quesus fundadores sólo ejercían la influen­cia á que los autorizaba su sagrado mi­nisterio, sin permitirse entrometerse enlo temporal, sino solamente en lo espi­ritual, absteniéndose de coartar la vidade los chanás, vida tan libre que cons­tituye la piedra angular y punto departida de todos los progresos de ladespués villa de Soriano. Tal fué laobra fecunda del padre ti'ay Bernardode Guzmán, á quien debe considerarsecomo el iniciador de la sociabilidaduruguaya, pues supo arrancar de la bar­barie á toda una tribu -v la vinculó á latierra creando hábitos de trabajo mora­lizador. Es indudable que si Sorianohubiese quedado bajo la jurisdicción delos padres de la Compañía de Jesús, loshábitos v costumbres de los chanás nose habrí'án perpetuado de generación engeneración, pues faltos de sus lazarilloslos jesuítas, hubieran desaparecido conla expulsión de éstos como sucedió conlos naturales de las ponderadas misionesguaraníticas.

6. La marcha progTesiva de esta re­ducción dificultó su mantenimiento enla isla del Vizcaíno, no sólo por la es­casez de terreno, sino en razón de queéste se inundaba con las crecientes delos ríos Uruguay ó Negro, destruyendolos plantíos y hasta ponienclo en peli­gro la vida de sus moradores. Además,carecia de un portezuelo adecuado parael tráfico; defecto que era necesariosubsanar á fin de no destruir los gér­menes del movimiento comercial deSoriano, que era el fomento de sus in­dustrias, precarias por falta de espacioen su campo y de ancladero en suscostas. Fundados en estos hechos, losvecinos solicitaron (1707) del goberna­dor de Buenos Aires la compet'(;nte au­torización para traslaclarse á la margenizquierda del río Negro, cerea de suconflueneÍa en el Uruguay; lo que lesfué concedido al año siguiente.

Desde este instante la población au­mentó tan extraordinariamente, que, á

fines del siglo XVIII, Sodano llegó áposeer 3600 habitantes, extendiéndosetanto su jurisdicción, que abarcaba másde dos terceras partes del departamentoque hoy lleva su nombre (7), y se ledió el título de Yilla de Santo Domin­go de Soriano y la gracia de tener unCabildo compuesto de dos Alcaldes ycuatro Regidores, y usar estandarte real,que se sacaba todos los años el díadel santo patrono del pueblo. Estuvodotado de una hermosa casa capitular,comandante militar, siete compañías demilicias de caballeria, dos iglesias, ysostenía gran comercio de grasas, sebo,leña, maderas y granos con Buenos Ai­res y Montevideo, viéndose la nuevavilla sumamente concurrida por nume­rosos forasteros, atraídos por las pro­piedades curativas que á la sazón seatribuían á las aguas del río Negro.(8). La educación civica que habian re­cibido les primitivos pobladores de estafloreciente -villa hízoles abnegados ygenerosos, al extremo de que, despuésde haber avudado á Salcedo v á Ceba­llos en los "respecti-vos sitios de la Co­lonia, concurriendo personalmente áellos. rechazaron noblemente la soldadaque 'se les había asignado (9).

7. Es de presumir que en las funda­ciones de fray Bernardo de Guzmán,Aldao y Villavicencio, estos misionerosincu1easen á les chanás algunas nocio­nes de lectura y tal vez de escritura(10), además del imprescindible catecis­mo, preocupándose así de crear en loselementos componentes ele estas origi­nales agrupaciones hábitos de trabajo,y de sustraerlos á su crasa ignorancia,pues no podemos suponer que los preci­tados sacerdotes hiciesen caso omisode la enseñanza primaria, en razón deque esto habría sido falsear sus tradicio­nes monacales y romper la unidad demiras que, en definitiva, caracterizabade un modo idéntico á todas las órde­nes religiosas. Declaramos, sin embar-

(7) La primitiya jurisdicción de So,.iano abra­zaba desde la boca del rio San SalYador aguasarriba hasta la barra del Ma-:iel; este arroyoen todo su CU rS'J basta la altu l'a del arroyo Grán'ele; el mismo hasta su desagüe en el r{6 Negro.v el río Ne!rl'o hasta su conlIuencia en elUruguay. v

(8) Benito López de los Rios, doc. cit.(9) Benito López de los Ríos, doc. cito(10) Francisco A. Berra: Bosquejo Histórico 1

libro 3.°, cap. VI (e1. a edición.)

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go, que la SUposlclOn que antecede DO.se halla confirmada por ningún datoconcreto, pues todos los historiadoresque han descrito las reducciones delbenemérito Padre Guzmán, no propor­cionan ninguna noticia ~ ... este respecto;pero tampoco hallamos nada que con­tradiga nuestra afirmación, fundada enla organización á que estaban sujetosjesuítas, franciscanos, dominicos, jeró­nimos y mercedarios. Debemos admitir,por consiguiente, fundándonos, sobretodo, en los preceptos de la orden á quepertenecía fray Bernardo, que éste nosólo fué el promotor de la sociabilidaduruguaya, sino el primero que en laBanda Oriental echase la semilla de lainstrucción de aborígenes tan predis­puestos á adaptarse á la civilizacióncomo lo eran los chanás. Además, con­viene no olvidarse que el rey de Españahabía aconsejado á los gobernadores delRío de la Plata que tratasen de que lossacerdotes enseñasen á los indígenas deestas comarcas el idioma castellano, conobjeto de uniformar el lenguaje, comoel más común y capaz, en vista de lagran variedad y pobreza de las lenguasindígenas, cuya dificultad y escasez deideas se echaban de ver desde el primermomento; y es evidente que uno de losmedios á que apelarían los franciscanospara conseguir aquel resultado, hubode ser el conocimiento del castellano,no sólo de viv~xoz, sino iniciándolosen el arte de lá lectura v la escritura.Así se explica, á nuestro" modo de en-

tender, que á pesar de la "larga pel'nÜt­nencia de los chanás en la mayor ex­tensión territorial del actual departa­mento de Soriano, no figuren en sunomenclatura topográfica voces del idio­ma que hablaban, que no era por cier­to el g'uaraní (11).

De lo que llevamos díeho en el pre­sente escrito se deduce, que, en menosde ochenta años. la evolución social delos chanás habíá sido completa, al ex­tremo de que los hijos ó nietos deaquellos que catequizaron el Padre Guz­mán y sus compañeros eran tenidos porespañoles. ¡Tan perfecta sería la trans­formación sufrida en el idioma, la in­dumentaria. los hábitos v las éostum­bres, y, en' general, en todo su modode vivir! Por otra parte, la llueva or­ganización social de aquel núcleo depoblación difería muy mucho de la pri­mitiva' pues la reducdón de indígenasconvertidos del año 1624, con toda susimplicidad, al finalizar el sig-Io era unavilla española notoriamente caracteri­zada, sujeta al complicado engranajede la máquina administrativa, que nopor ser en ocasiones algo pesada, de­jaba de ostentarse grave, seria y tem­plada; condiciones normales de la ci­vilización española, de la cual losprimeros pobladores de Soriano tomaronmucho de lo malo "J- no todo lo bueno.

ORESTES ARAUJO.

(11) Samuel A, Lafone Queyedo, ob. cit.

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El Geoio

(Cot')<::luciót') )

El gusto al arsénico, con sus náuseasterribles experimentadas por Flaubert;la verdadera ilusión que según FedericoSchlejel, provoeó el Fausto á GoetA,son hechos que corroboran el anterioraserto.

y lo mismo acontece con los hombresgeniales, en las distintas manifestacio­nes del arte.

Por eso, sin duda :l\1iguel Allgel, arro­bado en la contemplación de su lVIoisés,crevendo haber realizado el sueño eter­no "del artista, identificado con su crea­ción, hirió con el martillo, el marmolmodelado por la gigante diestra desu genio, gritándolecon imperioso acento:

¡Pal'la!Empero, yo creo que estas anécdotas

referentes á los grandes artistas, hayque tomarlas con manifiesta discre­ción.

Sin que esto implique un prejuicio, esindudable, que no hay en el espiritu de losaúistas, la verdad descarnada, y laexactitud precisa que emanan del fi­lósofo y del humbre de ciencia en ge­neral.

y esto tiene su explicación lógica.En el artista. la imaginación. el sen­

timiento, la faÍltasía, ~jercen 'una in­fluencia avasalladora. De ahí, que mu­chos de esos casos que se cítan comoincontrovertible documento ele prueba,no sean sino una leyenda más ó menos

amena, más ó menos convenientes perode un fondo absolutamante falso.

Estas anécdotas, no constituyen en g'e­neral, prueba alguna, que sirvan parademostrar tal ó cual verdad científica.

Lo corrobora el propio carácter del arte.Sin que pensemos como los antiguos,que nos pintan dentro de la eaja de ca­da violin, un alma de poeta que ator­mentada por el arco llora y rie, y cantay se queja con ayes y lamentos desga­rradores,-admitimos en cambio, quepor regla general, no son las anécdo­tas v observaciones de los artístas, lasque"deben servir de base para explica­ciones científicas y teórias filosóficas.

Segunda parte---El genio COino pro­ducto de las sociedades - Como se hadieho anteriormente, ni Sainte-Beuve,ni la teoría más vasta de Taine, ni tam­poco la de Hennequín, explican al ge­nio. Por eso pues, para estudíar su apa­rición en una sociedad, Guy~u recurreá las teorías de Darwíll, expuestas ad­mirablemente en su obra "Ür:igen de lasEspecies~.

Danvin dice que la aparición de unaespecie nueva en el reino animal ó ve­getal, es lo que el llamaww casuali­dad dichosa ó un accidente {qliz.

El animal sufre casualmente una mo­dificación cualquiera; esta se trasmitepor herencia á sus descendientes, y seforma una especie nueva.

Esto que ocurre con el animal ó conel vegetal, acontece con la sociedad

- HH-

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cuando aparece un hombre con una con­dieión nueva: el hombre de genio.

El genio, pués para Guyau, basándo­se en esta teoría de Darwin, es una mo­dificación de las faeultades del hombre;faeultad que lo lleva á la ¡wDedad, á .producir ó inventar algo nuevo.

Hasta aquella analogía; pero existeá la vez diferencia y es que la modifi­cación sufrida por el animal se trasmitepor herencia de generación en generaciónmientras que la cualidad ó modificiónde las facultades del genio no son here­ditarias.

Pero si bien no son hereditarias, el ge­nio introduce en el mundo ideas ó senti­mientos, en una palabra, tipos nuevos.Luego pués, el genio no es ya sólo unproducto exelusivo de la sociedad, estambién un factor poderoso en el desa­rrollo social, pues al introducir esos ti­pos nuevos,claro está que introduce tam­bién modificaciones profundas en el me­dio social é intelectualpreexistente. Tam­bién para explicar la aparición c].el ge­,nio, recurre Guyau, á la teoría de un so­ciólogo notable, Tarde, el eual afirma,queel mundo inorgánieo, el mundo so­cial, en una palabra, la naturaleza toda,obe.decen á dos fuerzas: la únitcwión yla innODación.

La imitación dice Tarde, rige al mun­do inorgánico, y en el es la ondulaeión,el movimiento ondulatorio.

Lairnitación rige al mundo orgánieoy se/llama reprodución ó generación, esdecir, repetición de la forma de los se,..res vivos para perpetuar las especies.

La imitación finalmente rige al mun­do social, pues las ideas, los sentinlÍen­tos,. todas las manifestaciones de unoshombres, son imitadas por otros.

Luego pues, es incontestable que laimitación rige y preside á la naturalezaentera. Pero, dice T,arde, ¿qué pasaría siel mundo obedeciera única v exclusi­vamente á la imitación'? El e mundo novariaría jamás, permanecería sin pro­gI'eso.

y tal oeurre, como caso semejante, enla China, en donde el espíritu del pue­blo, es. esencialme imitador, nada inno­vador. El Celeste Imperio, después dehaber brillado con claros resplandores,como antorcha poderosa de la civiliza­ción, en épocas legendarias,--ha perma~

necido envuelto por la ignoroncia y labarbarie, á retag'uardia de la marcha CÍ-

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vilizadora de la humanidad, teniendo susituación presente, una inadvertible su­perioridad sobre la civilización de unaépoca embrionaria, separada de la ac­tual por millares de lustros.

Desde que el mundo progresa, hayque reeonocer una fuerza distinta de laimitación, que provoque ese progreso:esa fuerza es la innovación.

El genio representa en el arte y en lasociedad á la innovación.

Todos los hombres, la humanidad en­tera obedeeen á estas dos fuerzas;--hayespíritus que erean algo nuevo, que in­novan: son los genios;-los otros l;epiten,imitan las creaciones de los genios: sonel resto de los hombres, la multitud.

La innovación introduce nuevas for­mas en el mlUldo. El genio introduce nue­vas formas en la sociedad; de ahí puésque el genio represente á aquella fuerza.

Basándose en esto, resulta la clasifica­ción que de los homb,Ies,hace Tarde:imi­tadores (la multitud;) inno¡;adores (losgenios), 4a. parte.

El genio como factor de las sociedades.-En párrafos anteriores,~xplicabala in­fluencia q' el genio ejerce como factor delas sociedades, según la teoría de Dawin.

Pero Guyau, basándose en esta teoríade Tarde que se acaba de exponer, diceque la aparición de un genio, ofrece elespeetáculo de tres sociedades distintasligados por una relación de mutuade~

pendencia.10. La sociedad real, prexistente, la

que encuentra formada elgenio cuandoaparece.

20. La sociedad iiíwginaria, creadapor el genio en su espíritu y,que el qui­siera que en realidad existiese y,

30. La formación consecutiva de unanueva sociedad, debida á la imitaciónque los hombres efectúan de la sociedadimaginaria creada por el genio.

«El genio es pués dice Guyau, un ex­traordinario poder de sociabilidad y sim­patía que crea sociedades nuevas ó mo­difica hs existentes.-Y esto 'AS exacto.-El mundo se nos presenta lleno defenómenos; fenómenos que si no han si­do elaborados orgánicamente por el ge­nio, el resto de los hombres, la multitud,pasa por delante de ellos, sin darse cuen­ta de tales fenomenos.

Por eso se ha dicho que el genio en elmundo, es la clorofila de las plantas.

Tenemos una atmósfera sobrecargada

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de ácido carbónico, sobre un suelo ex­clusivamente rico en nitrato. La planta,por medio de la clorofila, se halla enestado de elaborar estas materias enelementos nutritivos, y solo cuandó laplanta ha elaborado en su propio orga­nismo el carbono y el azoe, llegan es­tos á ser capaces de servir como alimen­to al vegetal.

Lo propio acontece con el genio.Los demás hombres, la multitud, no

pueden de por si, como la planta sin laclorofila, di,gerir la naturaleza, asimilar­la, transformándola en partes constitu­tivas de su propia conciencia. El genio,por el contrario, tiene en sí, algo <:omo sifuera una especie de clorofila, que lehace capáz de poder digerir la naturale­za y producir algún nuevo elemento,constitutivo de la vida humana, comolos tejidos formad9s por la clorofila vaná ser constitutivos en la vida de laplanta.

Toda la influencia del genio en la so­ciedad. se revela en esta frase de un fi­lósofo 'alemán contemporáneo: «el ge­nio marca nuevas vias, nunca abiertas,antes de que él las haya trazado, y porcuyas vias se precipita suavementé, to­da una sociedad entera",.

Darwin traza en el primer capítulode" su Viaje de un natUí'alista alrede­do}' elel inundo, un cuadro sorprendentede la vida. sobre las rocas absoluta·mente desnudas de San Pablo, en me­dio del Océano Atlántico.

Se encuentra allí, constituyendo sumorada, una especie de golondrina demar.

Sobre ésta ave, viven como parásitosuna mosca y una especie de garrapata;con sus excrementos se alimentan unaespecie de estereorario y una larva dela madera; numerosas especies de ara­ñas tienden su tela, en la que se que­dan sujetas la moscas y la larva. - Al­rededor de estos animales superiores,bulle todo un mundo de seres micros­cópicos, de infusorios y bacterias.

Ha bastado que un solo animal, posesu nido en San Pablo, para transformarinmediatamente, la roca árida y triste,en un medio adaptado á la nutrición,en un mundo donde se agrupan infini­dad de seres, palpitantes de vida. - Sinla existencia de la golondrina de mar,nada de ello, existiria en el desiertoislote.

El genio y la sociedad, son semejan­tes al ave v á la roca.

El genio, v representante de la fuerzainnovadora, según la teoría de Tarde,anteriormente expuesta, influye en lasociedad, haciendo que sUIja un enjam­bre de seres parasitarios:

1.0 Se revelan imitadores, que repitenla obra del genio: son en ciertº modola mosca y la garrapata, que se nuh'encon la sangre· de la golondrina de mar.0- Lueg'o, se fundan escuelas criticl:t,s yestéticas, que no tienen ya nada que ve1;con la naturaleza desnuda, y se ocupantan solo de la digestión que de esanaturaleza han hecho el genio y susimitadores: son en cierto modo las ara­ñas que apresan las moscas. - Apare­cen además los historiadores de la lite­ratura.

Resulta pués, que ya existe una granliteratura nacional; obras maestras, lasdel genio; obras de segundo órden,la delos imitadores; obras estéticas y críticas,de historia literaria. de donde nos en­contramos, con todo' un mundo que soloexiste debido á la influencia del. genio,del mismo modo que todo ese mundoviviente de la roca de Darwin, se ajita,reconociendo como apoyo la golondrinade mar.

La imaginación, la sociabilidad y lasimpatía, producen pués el genio,-:-cuyasideas, son semillas esparcidas en el cam­po inmenso de los .profundos limbos delespíritu social que fructificarán paraseñalar huellas fecundas en el avanceeterno del progreso humano.

WASHINGTÓN BELTRAN.

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CUE5TIOtiES UtiIVERSITnRlnS(EN5EÑANZA oeL FRANCÉS)

(Observaciones presentadas al Consejo Universitaric.)

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1." OBSERVACIÓN - El reglmen excep­cional á que han sido sometidas esteaño las clases de francés, debe desapa­

. recer por el bien de la Universidad,, á fin de que no disminuya el prestigiodel catedrátko ni se rebaje el nivel dela enseñanza.

2: OBSERVACIóN-lVIientras no se ins­tituya el régimen de un profesor titularidóneo por cada 30 alumnos, las sub­divisiones de clases numerosas debenser dirigidas ó vigiladas por el profesortitular de la materia, á fin de que seauniforme la enseñanza en todas ellas,y que, al fin del año, todos los alum­nos hayan cursa.do el mismo programaen relación con las necesidades delano siguiente, si lo hubiere.

3." OBSERVACIÓN-El sistema de inte­lTog'ación empleado en los colegios par­ticulares y escuelas primarias, el cualconsiste á dirigir las preguntas á quie­nes levanten el brazo, no puede em­plearse en la Universidad en los pri­meros años del bachillerato. Siendo,en efecto, la interrogación una de laspartes de la enseñanza que más eficaz­mente contribuyen á su completa asi­milación por el alumno, debe estarorganizada según el fin que tiene ésta.Pues bien, la enseñanza universitariase dedica especialmente á la cultura ydesarrollo de las facultades, á la for­maeión del raciocinio. Por lo tanto, esmenester enseñar al discípulo á nocontestar sin reflexionar. Al oir la pre­gunta, debe acostumbrarse ú recogersey á meditar, para que la contestación seael fruto de su razonamiento; lo que nopuede hacer si le distraen, si á su alre-

dedor se produeen movimientos, ruídos,voees de sus eompañeros que respon­den á tontas y locas, á quienes lo quemás importa no es contestar bien, sinoantes que los otros. En una palabra,toca al profesor organizar y dirigir lainterrog'ación sin intervención de losalumn~s, estableciendo un sistema queevite cuanto pueda pel:iudicar al silen­cio y recogimiento, á fin de que cadaalumno. á su turno. se habitúe á refle­xionar 'antes de cOl~testar, y, sobre todo,D no tolerar que nadie le apunte ó soplela contestación. Sin ese requisito, re­sultaría unapérdída de tiempo, y noun medio de formación del raeiocinio.

4: OBSERYACIÓN-El sistema de tomarnotas en cada leccióndural1te las pre­guntas, hace perder .en las clases nu­merosas una parte preciosa del tiempodestinado á la lección, y quita al inte­rrogatorio toda animación é interés. Amás. son á menudo contradictorias esasnota's, principalmente con el sistema delos ayudantes. Oonviene reemplazarlaspor llna composición eSCJ'ita cada quin­cena. "J' por un repaso general cadames ante la Oomisión inspectora. Lacomposición escTita, una vez corregida,se remite al Decano. así como las notasdel repaso y de la inspección, debien­do estos elementos servir de base á lasclasificaciones de fin de año.

5: OBSEHYACrÓN-El sistema de exo­neración practicado este afIo, con lasclasificaciones ele e:l'oncrados,dudosos ye:l'amiilaildos, en vez ele llenar su objeto,que era de evitar el surmenage de losexámenes y su criterio dudoso, no pro­duce sino desaplicación en los prime-

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ros, snnnenage en los segundos é irascontra el profesor en los terceros. ElexoneJ'ado, satisfecho de haber ganadoel curso, empieza á gozar de las vaca­ciones un mes antes de clausurarse laselases; el dudoso pone sus facultadesen tortura para lograr la exoneración,y el condenado á examen echa pestescontra su verdugo, que es el profesor;v no puede ser otro, pues los demás,se lavan las manos á ese respecto. Re­sulta de ahi que la reprobación que,pronunciada por la autoridad superior,seria aceptada con sumisión como unfallo merecido, se rechaza con indig'na­ción como un castigo inmerecido, sien­do impuesta por el profesor; y, lo quedebiera revestir el carácter de un actopaternal, se vuelve una ejecución, cuyoverdugo, lo repito, es el profesor.

Conviene reemplazar ese sistema, quetiende á introducir el desorden en losestudios y á rebajar su nivel, por elsistema de las clasificaciones proclama­das por el señor Rector, en día espe­cial v forma solemne. al fin del añouniveursitario, no aparec'iendo en la pro­clamación mas que los nombres de losexonerados, y no pudiendo dar examenlos reprobados hasta la sesión extror­dinaria de Marzo siguiente.

6." OBSERVACION - El problema de laenseñanza secundaria, que agita al mun­do universitario de las naciones másadelantadas, está al orden del día enesta Univásidad desde hace unos 20años. Ha pasado sucesivamente pordiversos períodos. El primero fué elde los programas extensos y de lostextos grandes y múltiples: los médi­cos nacionales de más ilustración vfama son el producto de ese período. El se­gundo, aún subsistente en parte, es elde los programas cortos y textos chi­cos, con exámenes de fin de año: no seconocen bien todavía sus resultados. ápesar de 10 años de ensayo. En fin,estamos en el tercer período, el de losprogTamas y textos diminutos, sin exá­menes de fin de año: sus fhItos estánaún en evolución embrionaria.

Ahora bien, ¿cuál de esos tres perío­dos es el mejor? A juzgar el árbol porsu fruto, el mejor hasta ahora pareceser el de los programas y textos gran­des, el que ha formado los talentos másbrillantes del país. Los otros dos, conó sin exámenes, colocando la enseñan-

za al nivel de las inteligeneias ordina­rias, hacen mediocridades con éstas ysólo medianías con las privilegiadas.Los programas y textos chicos no sonalimento suficiente para las aptitudesdescollantes, y, cuando no se les sumi­nistra nutrieión más abundante y sus­tanciosa que conserve y desarrolle sufuerza excepcional de asimilaeión, seatrofian poco á poco sin lleg'ar al brilloque debieran alcanzar. Es preciso co­locar la instrucción liberal á una alturaá que no puedan llegar las inteligen­cias enfermizas y endebles, sino aque­llas que nacieren bastante sanas y ro­bustas para la lucha en la vida cientí­fi(:a y literaria. Si es un error peda­gógico exceder á la inteligencia, lo estambién uno el ahorrarle el esfuerzo,el acostumbrarla á la holgazanería:debe exigirse de ella todo el esfuerzode que sea capaz, y la verdadera peda­gogía consiste en ayudarle á dar eseesfuerzo cada vez más sostenido v másprovechoso para el fin apetecido. u Paraque saliera Minerva de la cabeza deJúpiter, tuvo que abrírsela el golpe dehacha de Vuleano, numen del fuego.

Sin embargo, es indudable que hoy,dadas la multiplicidad y extensión delsaber humano, ninguna inteligencia pue­de abarcarlo' completamente. Por 10mismo, se impone cada vez mas la ne­cesidad de abandonar el sistema delbachillerato enciclopédico hasta hoy envigencia, el que, á ser una verdad, aplas­taría a las inteligencias mejor dotadas.Es necesario limitarse á preparar apti­tudes especiales.

En esa vía entró va Narte Américacon el sistema de h~cer de los prime­ros años de la enseñanza secundariacomo una continuación y complementode la primaria, la misma para todos,y ele bifurcada después según las es­pecialidades que ofrece la vida social.De este modo, el estudiante de medici­na, por ejemplo, no estudiará el latín,ni otra materia que no le ha ele ser­vir, sino que profundizm'á exclusiva­mente las asignaturas que se relacionandirecta é íntimamente con su profesión.El futuro abogado, literato ó profesor,al contrario, hará un estudio completode la lengua latina. Se me objetarátal vez que esa solución trae eonsigoun aumento considerable en el cuerpodocente. Responderé que la fuerza de

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una naclOn no depende de las mejorasde su ejército, sino del perfeccionamien~

to de su instrucción, pues, según labella y justa expresión de Bacón, "elsaber es la verdadera fuerza», y que,por lo tanto, cuanto más haga ella paramejorar la enseñanza, tanto más con­tribuirá á su prosperidad y grandeza.1\'le permitiré añadir sobre este puntoque, durante los 22 años de Universi­dad que cuento ya, he visto figurar enlas aulas á jóvenes profesores de dotesbrillantes y especiales para la enseñan­za, pero que han desaparecido cual es­trellas fug'aces luego que hayan encon­trado mejor posición. ¿No debería ungobierno ilustrado y progresista reteneren sus puestos á esas aptitudes privi­legiadas, mejorando la situación delprofesorado, haciendo de él una can'e­ra digna y algo acomodada'? Las eco­nomías de una nación no están en- laescuela, sino en otra parte.

La verdadera solución del problemauniversitario no está, pues, en progra·mas y tf xtos diminutos que achican elcerebro, sino en la bifurcación del ba­chillerato más para hacerlo, intensivo encada especialidad.

Los programas deben estar basadosen el sistema concéntrico, analíticos,bien detallados é indicando claramentelos puntos de enseñanza en que entien­de la Universidad se insista más parti­culannente. Deben también conteneralgunas instrucciones generales para loscatedráticos, á imitación de los progra­mas alemanes. v franceses. Su elabo­ración en cada 'materia corresponde, ennnión con el Decano y el ConsE¡jo Uni­versitario, al catedrático titular de lamisma. Debe ser admitido éste á ex­poner y discutir sus ideas y métodoante ese Cuerpo, puesto que es el queestá directamente encargado ele apli­carlos J' darse cuenta de sus resultadosprácticos. En los cursos de varios aftosy catedráticos, los programas, paratener graduación y conexión entre sí,necesitan la cooperación de todos ellos.

Para poder juzgar un programa, espreeiso aplicarlo á lo menos dos vecesen toda su extensión. Por eso mismo,me he dee1arado partidario de las nue­vas reformas: antes de desecharlas porlos resultados neg'ativos que han podidodar, es necesario corregir los defectosde que adolecen y continuar su aplica-

clon en una forma más perfecta, conmayor ahinco y perseverancia. La in­constancia en materia de enseñanza es,por lo menos, tan perjudicial como elapego á la rutina. El verdadero pro­greso está en la innovación, maduradapor la razón y sancionada por la prác­tica: teorizar sin practicar, es soñar, escrear utopías.

7.' OBSERVACIÓN-El curso de francésen la Universidad exige profesoresposeyendo el conocimiento clásico ycompleto de ese idioma. Por lo mis­mo, nadie puede aspirar á regentearlo,ni siquiera como sustituto, sin antesprobar su debida idoneidad. Los pues­tos de titular ó de sustituto debel. darsepor concurso, exigiéndose de los candi­datos, sea nacionales, sea extranjeros,el diploma de bachiller, á lo menos.La razón de esto se halla en que losprofesores de la enseñanza secundariadeben eoncurrir todos al fin común quepersigue esa enseñanza, esto es al des­arrollo armónico de las facultades v laformación del raeiocinio en sus dife­rentes manifestaciones. Pero, mal puedecontribuir á la realización de ese fin ~l

que no posee dicha enseñanza, el queno tiene su espíritu cultivado, provistode una tintura general de los eonoci­mientos c1ásieos, tan literarios eomoeientíficos. "Nemo dat quod non habet.». Lo mismo diré dB la Comisión ins­

pectora, cuya cooperación pido en misdee1araciones ante el señor SecretarioGeneral, doctor don Juan A. Ramírez.Deben componerla personas instruídas,hablando correctamente el francés, pampoder coadyuvar eficazmente á la aeeióndel profesor. Cuanto más ilustrados yaptos sean los elementos de enseñanza,v cuanto más estrecha v armónica su~ll1ión, tanto más perfecta' será la obra,v tanto más brillante el resultado obtc­'ilido.

Debe en toda Universidad prevaleeerla ilustración sobre la pedagogía; elprincipio eontrario traería consigo lasustitución de la eiencia por el falsosaber; el hombre erudito cedería el pasoal hombre superficial de más arte, demejor labia; no habría más lealtad enla ciencia; el profesor no sería más elguía seguro del educando. Por lodemás, la actitud pedagógica se formapor sí sola en quien viene á la ense­ftanza universitaria provisto de eonoci-

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mientos sólidos y completos en la asig­natura que va á regentear. El que nosabe enseñar, pero que posee profun­damente la materia, posee lo principal,y pronto adquirirá lo accesorio, si esobservador y estudioso.

Debe existir en la Universidad un .Consejo de profesores,compuesto detodoslos titulares, y destinado á ayudar á ladireceión universitaria en la parte di­dáctica de su obra. A no existir talConsejo, quedan sin provecho las lucesde los que mejor conocen cada mate­ria en su doble faz teórico-práctica; seprocede por teorías, se sueña, quitandoal profesorado su legítima influencia yparte de su prestig'io.

Las 1IIesas de examen en la Univer­sidad deben formarse con exclusión delos catedráticos y sustitutos. No puedefigurar en ellas el titular de una cáte­dra, y mucho menos el examinador que€lS á la vez profesor de la materia ypropietario, socio ó profesor de un co­legio particular. La razón de este ré­gimen se funda en que, debiendo elexamen revestir para todos la mismajusticia é imparcialidad, es necesarioque el examinador se halle al abrigode toda sospecha de negocio ó de lucroprivado, desligado de todo vínculo ex­traño, dedicado plena y exclusivamen­te á los intereses de la Universidad,vale deeir de la cosa pública.

Lo mismo se aplica á los Rectores yDecanos. A este propósito, voy á citarlos ineisos 1.0 y 2.° Jel articulo 4.°, con­tenido en el «Reglamento de los Cole­gios Nacionales,» que rige en la Ar­gentina desde JYIarzo 1.0 del año co­rriente.

«Artículo 4.° Está prohibido al Rector«(y al Vice-Rector):»

«1.0 Dar lecciones particulares de la«materia que forman el plan de«estudios del Colegio, y ser pro­«fesor en cualquiera de los esta­«blecimientos oficiales ó incor­«porados que dependan del JYIi­«nisterio. »

0:2.° Regentear más de una clase en elestablecimiento que dirige, etc..."

El mismo Reg'lamento en su artículoestablece que los profesores del Co­

Nacional no pueden «dar 18ccio­es particulares á los alumnos del co-

leg'io ó de los Institutos incorporados(inciso 1.0),» «ser directores ó propieta­rios de colegio ó establecimiento deenseñanza (inciso 3.°),» «ser profesoresde establecimiento particular de ense­ñanza incorporado al Colegio Nacional(inciso 4.°).» No se habla de la aplica­ción del inciso 3. 0 al Rector v ViceRector, porque esto toca á la dignidadmisma de la Universidad, y que talesprohibiciones para con ellos deben es­tar escritas, no en la ley positiva, sinoen la propia concieneia.

En resúmen. las :lHesas examinadorasdeben constitúirse con miembros delConsejo Universitario y de las Comi­siones inspectoras.

8: ÜB8ERVACION-EIl la Universidad,debe existir, dentro de los programas,la libertad de textos y métodos. Elprecitado Reglamento sanciona esta li­bertad en su artículo 7.° como sigue:«El Rector podrá observar y hasta re­chazar los textos que los profesoresusen, si no los considera adecuados parala enseñanza, dando cuenta de ello á laInspección General; pero no podrá re­cOínendcU' ninguno.»

Casi infinito es el número de sistemasv obras destinadas á la enseñanza delf'rancés. Todos se distinguen por unsolo rasgo, es que todos pretenden habervencido la dificultad de enseñar, enpoco tiempo y sin fatiga para el cÍiscí­pulo, á hablar la leng;ua de JYIolier8con toda perfección.

Entre ellos, para no citar más quel@s últimos, los más modernos, figuraGouin, inventor de un sistema originalá que el público dió el nombre demetodo Gouin, pero que ha muertojunto con su autor, quedándose comoun simple expediente pedagógico paradar interés v variedad á la clase. .

La moda "está ahora por el sistemaque su inventor ha llamado m.odesta­mente nuJfodo Berlit;;. Es UIla empre­sa ó ti 'ust de idiomas. con Escuelas Ber­lit;; en las principales ciudades delmundo, donde se ven á veces, pasean­do por ealles y plazas, á filas de hom­lJi'es sandwich, eon earteles á la espal­da y al pecho, montados en reclamosvivos de esas escuelas. «Audaces for­tuna juvat.»

E11lIétodo Berlitz pretende ser la apli­cación, en toda su pureza, de los pro­cedimientos que emplea la madre para

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enseñar su lengua á su hijo; de modoque su método clb'ceto, que no es sinoel método rnatei'no, transforma al pro­fesor en madre cariñosa y al discípuloen niño balbudente.

Examinemos un poco la realidad delas cosas para ver si es posible taltransformación.

La madre es la maestra perfecta cuyapedagogía sale toda del corazón en for­ma de sonrisas, besos y tiernas cari­das. El hijo es el discípulo perfectocuvos sentidos todos se hallan cautiva­dos, embelesados por el corazón de lamadre. Es un cerebro vírgen, pose­yendo la curiosidad, el instinto de imi­tadón, la memoria en su desarrolloprimero, en su feracidad primera, im­pulsado por la necesidad de hablar unalengua, la que habla el ser que guiósu primer paso, que ahora, con paden­da angelical, le repite y corrige denveces una misma palabra sin nuncacansarlo, que está con él en contínuocontacto, en incesante cambio de aga­sajos y ternuras. Enseña la madre en­tre risas, y entre risas aprende el hijo.

Es éste, con pálidos colores, el cua­dro de la madre ante su hijo. Miremosá su lado el cuadro del profesor antesu discípulo.

Aunque el primero fuera padre delsegundo, nunca igualaría á la madre enel desempeño de su papel, y, siendosolamente su profesor, nunca será nisiquiera tan cariñoso como el padre.Por otro lado, el alumno no está encontacto con el profesor de idioma sinodurante la lección que, por lo general,es de una hora y á días alternados.Fuera de ]a clase, habla su propia len­g'ua v no ove otra alrededor suvo, de~lod¿- que le es sumamente difíeií l:ete­iler hasta la lección siguíente los soni­dos, vocablos y fi'ases franeeses queapren<;líó en la anterior. Su cerebro noes ya el cerebro vírgen que trabajó lamadre, que amoldó á su lengua: ha su~

frido una adaptación espedal. Sin duda,mientras no exista en él más eonorma­ción que la materna, el método indica­do para ineulearle un idioma, es elusado por lamadre,aunque el profesor es­tará siempre en condiciones de eviden­te inferioridad para aplicarlo. Pero,desde el día en que interviene la es­cuela para perfeccionar y completar laenseñanza materna, empieza una eon-

formación nueva en el cerebro infantil:se le acostumbra á razonar su lengua,á aprenderla gramaticalmente, de modoque, al ingresar en esta Universidad,por ejemplo, habla ya el castellanosegún reglas que sabe explicar. Tienepor gLlía de su habla, no JTa la madre,sino la gramátiea eonfiada á la memo­ria v á la razón. Por esta adaptacióneereh'al más sólH a, hállase preparadoá la cultura racional que ha de redbiren la enseñanza seeundaria

Ahora bien, ¿euál es el método defrancés que mejor eonviene á ese esta­do mental? ¿será el que exige del dis­eípulo el olvido completo de los prin­cipios de la lengua materna, en loseuales se ha ejercitarlo su razón na­eíente, formándose en ella ]0 que, segúnSpeneer, puede llamarse la aptitud gra­matieal'? Para eso, es preciso que seelimine esa nueva adaptación de sucerebro, que se haga tabla rasa de susconodmientos gramaticales, que deje oerazonar para volverse niño fajado yaprender el franeés con la sola memo­ria, ayudada por el oído, la vista y losórganos vocales. ¿Puede un cerebro,ya formado según leyes pedagógicas,adaptarse nuevamente á un idioma ex­tranjero del mismo modo que se adap­tó al materno? El que ha apren~li,¡oá razonar su propia lengua, quíere tam­bién razonar la extranjera, es esto unaneeesidad intelectual en él; quiere ser­virse de lo que sabe en la suya comoele base para inieíarse en la nueva;quiere seguir' la marcha de la razón,vendo de lo conocido á lo desconoci­cIa. Contrariar esa evolueíón naturaly progresiva del espíritu en alguna desus manifestaciones. es detenerlo en sumarcha y peljudiéar á su desarrollouniforme, produciendo disonancia en laarmonía que debe reinar en todas laspartes de la enseñanza secundaria. Todasellas, en efecto, son razonadas, porqueto Jas tienen por objeto prineípal la eul­tura de la razón. Por lo mismo, debeser también razonado el estunio de losidiomas para converger el estudio co­mún. Aioptar en la Universidad, comobase de enseñanza en esa parte, unmétodo que sólo se base en la pl'ác:ticay la memoria, es acariciar utopías, escreer que puede existir un método pa­nacea que, sin fatiga, sin esfuerzo in­telectual de parte del diseípulo, lo lle_

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uel mismo moJo. Pero eso no basta,es el principio de la obra que debe eon­tinuar hasta conseguir hablar el idiomasin tropiezos y cOl~ regular eorrecc.ión.En esta segunda jornada, que se cum­pliria en el 4.° año, el :l\Iétodo Berlitz,á pesar de su forma desordenada ychabacana, seria de un auxilio podero­so. Esto mismo lo comprueba el hechode que los jóvenes médicos que van ácompletar sus estudios en Paris, hablanregularmente el francés á los pocosilleses de haber llegado á esa ciudad.Para ellos. el :l\Iéto lo Berlitz es el am­biente en que viven; en él encuentranla práctica constante que los estudian­tes de la Uniuersidcl'l deben buscar.para el corto tiempo de las clases, encualquier texto exclusivamente arre­glado según el método directo.

El primero y segundo año deben dar­se según el método lni:¡;{o, que consis­te en emplear la lengua materna para"proporcionar al alumno las explica­ciones más indispensables, y tambiénlas equivalencias del texto extranjero».La lección se explica en castellano,y luego se repite en francés, tratandosiempre el profesor de ser comprentlí­do por el discípulo, é iniciándolo pro­gresivamente á la práctica por mediode frases usuales. formadas solamentecon verbos regulclres en el primer año,y con verbos regulares é irregularesen el segundo.

En la exposición teórica del francés,deben evitarse las definieiones que leson comunes con el castellano. y sóloatenerse i:t las reglas que le son pro­pias. A ese respecto, me parecen ina­plicables algunas obras que se han pu­blicado en Buenos Ayres, pues en ellas,superabun'Jan las definiciones gramati­cales, así como las reg'!as ele sintaxis,que son más ó menos idénticas enambos idiomas.CÜ~CLUSIÓ~ - Elmétod'J clirecto es

eficaz para niños de corta edad, y paraadultos que han aprendido práctica­mente su propia lengua. Es ineficaz yhasta peljudicial para los estudiantesde la Universida'l, y para adultos quehan aprendido teóricamente su propialengua. En prueba de ello, puedo citarla aplicación ,jel :Método Berlitz esteaño en la Faculta,l de Comercio, puesno ha dado resultados positivos sinocon aquéllos que habian esturlia r1 0 ya

al conoc'üniento Je un i, lioma. Na.lieme negará que en Alemania el estu jiode los idiomas sea uno de los puntosmejor organiza'Jos de la instrueciónpúl)lica. El estudio_ del francés, porejemplo, dura 9 anos en la EscuelaSuperior Real (ÜBERREALSCHULE), 7 aFíosen el Gimnasio (Gymnasium), y otros7 en el Gimnasio Real (Realgymna­siwn); y, sin embargo, al salir Ile ellos,el joven alemán no sabe hablar el fI'Cu[­

cés: sólo posée la aptitud 1Jw'a hablar­lo, y la adquisición de esa aptitud seconsidera como el fin primordial quedebe proponerse la unseñanza secunda­ria. Es también este principio el quepredomina en Narte América yen Fran­cia. Se funda en el hecho indiscutiblede que, asi como la táctica se enseñaen los libros y maniobras, pero seaprende á aplicarla haciendo la guerracontra el enemigo, asi también se en­seña la teoria de una lengua en laescuela, pero se aprende á hablarla enel contacto contínuo con los que lahablan siempre. El estudiante alemánestudió el francés durante 1692 horasde Gimnasio Real v 684 horas de Gim­nasio; 'pero, como le faltó ese eontactocontinuo, no habla el fhlncés, sino quelo chapurra y lo tritura en su g'argan­ta tan poco prívilegiada para los i lÍomas.

Pero todo esto no quiere decir quese deba echar el método directo de lasaulas universitarias; al contrario. debefijarse en ellas como complemeIíto ne­cesario de la enseñanza sistemática delas lenguas. Se me ha preg'unta Jo sino me parecía conveniente estableceruna hora de práctica en mis clases; hecontestado que me parece más conve­niente y ventajoso crear un 4.° añodestinado únicamente á la práctica. Enefecto, en los 3 primeros años de ense­ñanza teóríca-práctica, el estudiante a 1­quiere el conocimiento razonado del'idioma, hace un acopio abundante depalabras y frases, que le permitiría dis­currir en francés sobre cualquier tema,si dominara el idioma prácticamenteeomo lo domina teórícamente; lo quees ya, sin embargo, un punto importan­tísimo, puesto que eonstituye la mitaddel estudio, su parte fundamental. Encuanto al punto práctico, ya en el ter­cer año, el profesor, en clase, no hablaal alumno sino en francés, y el alumnode su lado, se esfuerza en contestarle

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él inglés ó el franeés en otro método.Sin embargo, resultaría efieaeísimo

para los mismos estudiantes y adultos,empleándolo eomo eomplemento de es­tudios, sea en las elases, sea en el paísdonde se hable el idioma apetceido.Esto mismo expliea el éxito halagüeñode las Escuelas Berlitz;, cuando estánaplicadas en esas condieiones.

He termina lo. Las observaeiones queanteceden son el complemento de lasdeclaraciones que he hecho ante el se­ñor Secretario General. Las he expues-

to sinprebiilsión alguila, pero con en­tera franqueza, como quien está con­vencido de que el profesor debe ejerceruna infiuencia directa en la enseñanza,gozar de la mayor independencia en elejercieio de su cargo, tener más pres­tigio ante sus alumnos, y de que, tam­bién,]a dirección universitaria no puedesino ganar en asociarle lo más posibleá la ejecución de su alta misión.

lVIontevideo, Octubre 31 de 1905.

J. LENGOUST.

lla eSGuela dOGtrrinarria (1)

Dos son las tendeneias que se notandentro de esta escuela con caracteresde relativa importancia: la espiritualis­ta y la de la moral independiente.

La primera reconoce eomo principioeardinal la existeneia de Dios, y de eseprineipio deriva la moral; mientras que·la segunda, abandona la idea de Diospor eonsiderarla innecesaria cuando setrata, como en este caso, de determi­nar las aeeiones de los hombres. v es­tablece la eomunidad de origelí ~le lamoral y del derecho, afirmando quetienen su fundamento en la libertadmoral.

No es necesario considerar esta doblemanifestación de la escuela doctrinaria

(1) Los pre;;entes apuntes acerca de la Es­cuela Doctrinaria han sido escritos teniendocomo base los «Principios del Derecho)) deThiercelin, el ((Tratado de lo verdadero, de lobello y de lo bueno) ele Cousin, (El orden so­cial y el orden moral)) de Bertauld v numero­sas n'otas tomadas por varios estudi~ntes en laclase de Filosofía elel Derecho que regen tea elilustrado doctor don José Cremonesi.

No pretendo para mí el mérito de la origi­nalidad; y es sólo en la creencia de que estosapuntes pueden ser útiles á los estudiantes deFilosofía elel Derecho, que me decido á publi­carlos.

C. M.

como dos escuelas completamente clis­tintas, sino como dos tendencias franca­mente afines, opuestas de una manerarelativa pero coloeadas, en sus delinea­mientos generales, dentro de un mismoeampo de doctrina. No son esas lasúnicas tendencias que dentro de la es­cuela doctrinaria se notan. Se puedeseñalar otra cuyo iniciador fue Bertauld,y de la que me ocuparé más adelante,pudiendo, no obstante, afirmar, desdeahora, que su originalidad consiste enreem pIazar la libertad psicológica ómoral por la libertad jurídica.

La primera tendencia está caracteri­zada por hacer derivar la moral deDios. Pertenecen á ella entre otros

'Thiercelin, Oousin, Jules Simon y Jou­ffroi.

No entienden. como otros escritoresde su época, qríe el deber sea un eorre­lativo del derecho sino que admiten,Ó que esa eorrelación es mútua, es decir,que el deber implica el derecho, eomoéste impliea el deber, ó siml)lementeque el derecho es un prineipio deriva·do del deber; consistiría el derecho enel cumplimiento del deber, quitandotodos los obstáculos que á ese fin seopusieran. Esta escuela sostiene que

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todos los actos que la moral imponeson derechos, porque las acciones mora­les deben cumplirse "jT esto es ya underecho. La moral y el derer,ho vienena ser la misma cosa, olvidando así quehay actos que la moral impone y antelos cuales retrocede el derecho v actosque siendo impuestos por el derecho sonindiferentes para la moral.

En segundo lugar, si el derecho con­siste en rechazar lo que no se imponepor la ley moral, se supone que consis­te únicamente en el cumplimiento deldeber.

De esto resultaría que un padre te­niendo el deber de mantener á su hijo,y careciendo de los elementos impres­cindibles para ello estaria, ó más bienobraria, conforme al derecho, saltandopor encima de todas las barreras quese opusieran al cumplimiento de sudeber. Supongamos que ese padre noposee la propiedad de los elementos in­dispensables para la alimentación de suhijo, y para poseerlos, para triunfar deese obstáculo que se opone al cumpli­miento de un deber se sancionaría elrobo. Del mismo modo cualquier actoinjusto podría considerarse como underecho siempre' que se persiguiese elcumplimiento de un deber. La false­dad de esta primera tendencia es evi­dente, confunde, de una manera lamen­table, la moral y el derecho, llevándo­nos á los mayores absurdos, á las ma­yores iniquidades, al desconocimientode los más elementales principios dejusticia; atacando la propiedad, y hastaponiendo en peligro la vida de nuestrossemejantes.

Aparece luego la tendencia de lamoral independiente que funda el dere­cho y la moral en la libertad psicoló­gica. Esta escuela, viendo las objec­ciones que se formulaban contra lalibertad de indiferencia, abandonó latesis sostenida por sus maestros, paraadmitir la libertad de los motivos. Ad­miten la existencia de los motivos perola voluntad puede decidirse haciendotriunfar indistintamente cualquiera delos motivos; admiten el principio decausalidad pero creen que el individuoen el momento de la decisión puedehacer una excepción á ese principio.Pero esto, en último resultado, no esmás que la libertad de indiferencia.¿Qué importa que hayan motivos sino

obran? Si los motivos no obran es 'lomismo que si no existieran; estamospues dentro de la libertad de indife­rencia.

La cl'Ítica de esta doctrina es suma­mente fácil. 1.0 El fundamento de ella,el principio de la libertad es falso, sise admiten las teorías del modernodeterminismo. 2.° Si el derecho reco­noce como único fundamento la liber­tad psicológ'ica y si ésta no tiene nin­gún límite, resulta que es un derechoabsoluto á todo y en todo., que se con­vierte en un derecho nulo porque simí libertad es absoluta no debo respe­tar á nadíe, y nadie debe respetarmeá mi. Si vo en virtud de mi libertadtengo un clerecho absoluto y los demástienen ese mismo derecho, ¿á qué títulome respetarian? - Algunos en presen­cia de esta objeción se han abstenido decontestarla, y otros, por el contrario,se han vuelto á la vieja escuela para bro­quelarse en el principio del deber. Soyli­bre, dicen dentro de mí deber. De estamanera caen en el error de volver á laescuela antibua, pues la parte esencial esel principio que limita la libertad, la queno reconoce limites prinlitivamente, yal limitarse por algo se convíerte esealgo en el fundamento del derecho.

Bertauld hacía una especie de mezclade las te.::.rías expuestas, de la de Kanty otros autores. Buscando algo prác­tico, abandona la libertad psicológicapara admitir la libertad jurídica y adop­ta la fórmula de derecho de Kant. Alrechazar las teorías arriba expresadastoma una parte ele la primera y otrade la segunda. Admite que la moralderiva de Dios con los espiritualistas yque el derecho de la libertad, con lospartidarios de la moral independiente,pero sustituyendo aquí la libertad psi­cológica por la libertad jurídica. .Perohay que probar esto último en lugarde limitarse, imitando en esto á Kant,á establecer una fórmula práctíca dejan­do de lado todo fundamento científico.-Oomo hemos dicho anteriormente per­tenecen á la escuela doctrinariaThiercelinSim0n, Guizot, Oousin y J ouffroi, etc., y seasemejan todos ellos en que no estable­cen su criterio de derecho, sino que selimitan á estudios particulares sobrecada derecho, como v. g., la libertaddel pensamiento, de trabajo, de propie­dad, etc.

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THIEIWELÍN

Según est8 filósofo, el hombre estásometido á la ley del deber: como serinteligente y libre debe evitar el maly hacer el bien. Este no es lugar deexponer una teoría del sentido moral,J' por eso nos limitamos á afirmar queel principio del deber está en la con­ciencia del hombre. Todo aquello queconsidero como bien es bien v malotodo lo que considero como tal. Porun abuso de razonamiento se ha podidoconfundir el deber con el interés. elsentimiento ó el placer. El verdaderoprincipio de la moral está en la con­ciencia del hombre: no son buenas ómalas nuestras acciones por el interés,por el placer ó por la simpatía, sinoporque nosotros, en nuestra calidad dehombres, las clasificamos como tales.Las ideás del bien y del mal son ver­daderas para nuestra inteligencia quelas concibe claramente.-Pero de queel deber sea la ley del individuo no sepuede deducir que sea la ley de la so­ciedad.

No se ha sostenido jamás que tododeber moral sea un deber social exi­gible, una obligación jurídica.-Por otraparte, es ciert) que la sociedad tienesus leyes como todo lo que existe nece­sariamente y que la actividad del hombretiene limites. La sociedad sin ordenno puede ser sino un caos, y el ejerci­eio ilimitado de las facultades ind ivi­duales destruiría todo estado social.¿Cuáles son los principios del ordensaciar? ¿Cuáles son los límites de laactividad índividual '?

La actividad individual está, sin duda,determinada por un principio moral;porque nadie en la sociedad puede serobligado á hacer 81 mal y abstenersede ejercer el bien. Pero, he aquí, queaquello que es permitido puede no serhonesto. Ahora bien, ¿qué es lo queel orden social permite ó prohibe'? ¿Quées lo que la legislación positiva debetolerar ó reprimir'? La cuestión funda­mental de la ciencia del derecho hasido generalmente mal aelarada á pesarde los esfuerzos ingeniosos y profundosde los jurisconsultos y filósofos. IVolf harespondido pero con desenvolvimientosde tal género que á menudo dañan laverdad yoscurecen la expresión de suspensamientos. Generalmente se ha li-

niítaclo la aetivldad individual, diee,por el respeeto de los derechos de cadauno. Esto es decir cualquier cosa, perono es resolver el problema propuesto,desde el momento que es necesariodetprminar la idea del derecho. Paraconoeer el derecho es necesario remon­tarse á un principio moral.

Partiendo de la idea del deber talcomo la candencia nos la haee conce­bir, se puede definir el derecho como lafacultad de hace)',aun coniJ'alal)ol¡wtadde todo el mundo, aquello que el debe)']Jl'escJ'ibe. El derecho es, en efecto, lafacultad de descartar todo obstáculo sus­citado por la voluntad de otro al cum­plimiento del deber: es el deber enacción.-Y este principio, fundamentodel órden social, es ciertamente incon­testable porque 110 se .podría considerarcomo legítimo un estado de sociedaddonde el individuo no podría usar desu libertad para hacer el bien.

Pero la ley del deber es compleja: laobligación de hacer el bien es simpley solamente actual; ella implica otra:la de hacer el mayor bien posible. Sihacer el bien es un deber, es un deberno menos ímperioso buscar aquello quepuede ser el bien, á fin de practicarloy de prepararse á todas las necesidadeseventuales que la ley moral impone.De esta obligación deriva para el hom­bre el deber de cultivar su inteligencia.-De aqui deduce luego Thiercelin, lalibertad individual en sus diferentesmanifestaciones y el derecho de apro­piación de los objetos útiles.

Podemos decir que el deber de hacerel bien implica el derecho de hacertodo 10 que tiene por fin el cumplimien­to de un deber, y que la obligaciónpara el individuo de cumplirUsu destino,comprende el derecho de adelantar óaprovechar en su vida intelectual yfísica v de contribuir al desarrollo in­telectu"al y moral de sus semejantes.

La idea del deber determina, luego,la extensión del derecho; nosotros agre­garemos que el deber sólo, determinatodo el derecho.- Un poeta dijo: Eldeber hijo del derecho. Thiercelin diceque debió decir: el derecho hijo deldeber.-El derecho tiene su fuerza enel deber que impone la candencia;fuera de esto no tiene base. Quien dicederecho dice la facultad de someter lavoluntad de otro; ahora bien, el indivi-

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duo no puede exigir una tal SUllllSlOll

mas que para el cumplimiento de unacto moral. ¿De donde derivaría underecho más extenso? ¿Del estado desociedad? Pero este estado no es másque el efecto de una pasión; esto no esmás que un hecho y no se concibe queel hombre pudiera crear derechos obe­deciendo á una inclinación de su natu­raleza.

Antes de ir más adelante debemosprevenir una objeción, que parece deri­var, en cierto modo, de las legislacio­nes existentes. ¿Cómo, se dirá, admi­tir el solo deber como principio delderecho cuando existen en la vida tan­tos actos indiferentes para la, moral y'para los cuales se reclama la libertad?-Todas las leg'islaciones dejan al indi­viduo como amo de sí mismo, y ningunosoñaría en imponerle rigores.. Más bienlos delitos puramente morales quedanimpunes en nombre del derecho; todaacción que no dañe á otro es conside­rada como inocente ante la ley aun queno lo sea ante la conciencia; la teoriapropuesta midiendo extrietamente elderecho sobre el deber es luego incom­pleta ó falsa.

La objeción para Thiercelin, no seríafundada. Entre la facultad de obrarpara el cumplimiento del deber y estaotra facultad de continuar obrando li­bremente, á condición de no atentarcontra el derecho de otro, hay diferen­cia pero no contradicción. En el hom­bre los deberes se combaten, así quepor encima del deber de conservar lalibre disposición de su persona se levantala ley de la caridad, ele la abnegación,etc. Pero la abnegación no ordena;ella cesa de existir cuando pierde sucarácter de voluntaria. Es la facultadde elegir que forma toda la bondaddel sacrificio en el conflieto.-Ahorabien, cuando el individuo ha elegidomal, la sociedad no puede rectificar laelección por el temor ó la violencia, yoperándose en estas circunstancias laelección, se atenta contra el derecho,contr,a el derecho preferido. Luego, elderecho no está determinado por la másalta perfección mural, contra la cual sepuede atentar. Se regulariza porque esun bien, no porque es mejor. El' hombredebe ser libre para el cumplimiento detodo aquello que actualmente constituyesu deber, pero en la colisión de los

(lt~beres es á él s610 que conespondetomar una determinación.

Agregaremos otra consideración queaún cuando no suministra más que unarazón negativa no deja por eso de tenersu valor. El derecho tiene para todos losmiembros de la sociedad la misma me­dida como lo diremos más adelante.Ahora bien, si aquel que hace uso desu libertad para hacer el mal, sin dañará otro, se entiende,-no hace uso deun derecho, lo que es cierto, las uni­dades individuales cuva colección cons­tituye la sociedad no u estarán, por eso,autorizadas á obrar;porque no tienen lamisión de hacr:;r practicar la mayorsuma de virtud sobre la tierra v obra­rían, por tanto, contra el derecl{o.

Siendo éste igual para todos y lalibertad estando circunscrita en los mis­mos límites para cada uno, el indivi­duo que, en la hipótesis en que estamos,no deberia permanecer libre, en virtudde su derecho, quedaría libre lo mis­mo porque ninguno tendría acción legí­tima sobre él. Tal es la consecuenciadel principio de la igualdad.

Hav así. entre el deber mOl'al delindivirluo ~T su derecho como miembrode la sociedad una íntima ligazón quees necesario tener en cuenta para cono­cer con precisión el punto en que seseparan.

Lo que constituye mi derecho es eldeber qne tengo de cumplir tal accióny de cumplirla de tal manera. Supri­mid la idea del deber y desaparecerála idea del derecho. Pero no es nece­sario confundir el deber y el dere·cho.Tengo el derecho de moverme, de tenerreligión, de apropiarme de los objetosexteriores y transformarlos para misnecesidades físicas porque es para míun deber imperioso obrar, adorar ladivinidad de la religión á que perte­nezco, efectuar los aetas necesarios parami conservación. etc. El derecho es lamedida del debér v allí donde no havdeber que cmllplir u el hombre no tienederechos.

Pero el deber difiere del derechocomo el fin del medio. El deber es láobligación de hacer el bien; el dereehoes la facultad de descartar por la fuer­za todo obstáculo que se oponga alcumplimiento del deber.

Sentadas estas ideas, que son las. bases fundamentales de todo su siste-

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lna, pasa "'Thlercélin a hacer "la cr1t'icade la doctrina de Grocio, Spinoza, Hob­bes, Bentham, Kant, Krausse, etc.

Se sostiene por alg'lUlas teorias, quehay necesidades materiales y moralessobre las que el hombre debe tener ple­na satisfacción para el cumplimientode su destino y que la sociedad tienela obligación de satisfacer: Es un error.En el hombre no existen derechos des­proporcianados á sus fuerzas. El cum­plimiento de mi destino' no depende dela voluntad de otro pOI que Dios no per­mite más que á mi la observancia dela obligación que se me impone. A nadiele es imputable lo que no ha podidohacer. ¿Cual sería el fin del hombre sisu destino dependiera de otro hombre'?El orden social está en el cumplimien­to libre por parte de cada lUlO de laley del deber, ó en otros términos de lalibertad de cada uno de cumpliI~ conla ley del deber; pero la práctica deldeber no exige una cooperación extra­ña. Lueg'o, no tenemos un derechoinnato á todo lo que nos es necesario yel derecho no puede ser más que lalibertad de desarrollar nuestras faculta­des físicas y morales por nuestro propiopoder y no con la ayuda forzada denuestros semejantes ó del Estado.

Esta doctrina que refutamos no esnueva y no pertenece en realidad á losfilósofos que acabamos de nombrar.Rousseau había dicho antes que ellosque todo hombre tiene derecho á todolo que le es necesario, y ellos no hanhecho más que completar la fórmula.Pero tal doctrina quita al derecho todabase fija, porque p Jdría ser sacrificadasiempre á la felicidad común, á lasnecesidades de todos.

Tal es el derecho, y definiéndolo hemosdeterminado el dominio de la legislación;porque el legisla 01' no puede nadafuera del derecho. La leyes el dere­cho escrito, declarado, pI'omulgado, ópor lo menos reconocido, según que lalegislación sea la obra de un podersoberano ó de las costumbres. Las leyes,son por consiguiente un límite de lalibertad individual, es decir,. una nega­ción. :No violenta ó no hace temernunca; cuando autoriza la violencia esporque el individuo se ha sometido espe-

cialmente por sus actos a ella; p6rLlüeno sp explica á cpe título el individuose dirigiría á la sociedad para obte­ner, sin ningún hecho que haya modi­ficado su estado natural, una coopera­ción, en Yísta de un bien del que notiene neeesid ad,

Se vé así que el principio fraternidad,estampado en ciertos monumentos cons­titucionales, es un .principio de moralpero que no será jamás un principio delegislación.

Nadie tiene el derecho de decir á susemejante: sois mi hermano; porque losdeberes puramente morales no puedenconsiderarse obligatorios: porquemi dere­cho no tiene su fuerza en el deber deotro, sino en los propios deberes quetengo que eumplir, fuera de ellos notengo derecho.

Bentham ha ~ircunscrito el dominiode la ley positiva mejor de lo que sehabía hecho hasta entonces. Pero seencuentra aquí la aplicación de un prin­cipio vicioso, de suerte que su doctrinano puede aplicarse sin restricciones.Terminaremos con las observaciones quenuestra idea del derecho nos sugiere.Diremos en primer lugar, que las pala­bras derecho y libertad civil nos sinó­nimas, y que "el derecho es igual paratodos los miembros de la sociedad. Laspalabras derecho y libertad no expresanmas que una misma idea, porque lalibertad dvil no puede ser más que lalibertad de hacer aquello que se puedequerer, y el derecho, como hemos visto,consiste en esto mismo. Todas las re·clamaciones hechas en nombre de lalibertad podrían existir en nombre delderecho. Todos los' abusos corregidospor las reyoluciCmes no son mas queatentados á la libertad, á la vez queal derecho.

Si todos los hombres están sometidosá una misma ley moral, todos debentener los mismos deberes y si tienenlos mismos deberes deben tener idénti­cos derechos. De esto se deduce queel derecho debe ser igual para todos.

COUSIN

Víctor Cousin en la parte titulada:"De lo bueno» de su Curso de Filosofía,ó como él lo llama «Tratado de lo Yer­dadero, de lo bello y de lo bueno» em­pieza haciendo un ligero estudio de los

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diversos sIstemas de "moral, y en el,despues de vituperar la escuela del in­terés, se decide por el criterio quereconoce la idea del bien como princi­pio fundamental de la moral. No inten­ta definir el bien para su comprensiónsino únicamente señala los caracteresque distinguen esa idea y que son launiversalidad v la necesidad. De la ideadel bien derivan las ideas de lo justo yde lo injusto: lo justo consiste en obrarde acuerdo con dicha idea y lo injustoen obrar en desacuerdo con ella. :Mirazón me impone el deber de reconocerlo verdadero y representarlo por misacciones y me da el derecho de recon­venir á los demás cuando se separande ello.

¿Qué es el derecho natural que emanade esa idea de justicia? Es un con­junto de deberes y derechos ante loscuales todo poder humano es anulado,y estos derechos y deberes son perci­bidos por la razón, pues se resumen enun pequeño número de máximas uni­versales ante las cuales el interés par­ticular debe enmudecer.

El derecho natural es anterior al polí­tico y toda nación debe obedecer á unprincipio dado por la moral y prescriptopor el derecho natural. En el derechode todas las naciones hay algo de comúnó de universal. Esto se ve claramenteen el derecho criminal.

Los deberes pueden dividirse de lasiguiente manera: deberes para consigomismo, deberes para con Dios y deberespara con los demás. Estos últimos cons­tituyen, para Cousin, el derecho natu­ral, que da nacimiento cuando está es­crito en los Códigos, al Civil, al Políticoy al Criminal.

Los términos deber v derecho soncorrelativos. Así, yo tengo el deber dedecir la verdad y vosotros teneis elderecho de exigir de mí que la diga.

Hay dos fines: el interés y el deber.Dos tendencias de la human~dad: unahácia la dicha, otra hácia el eumpli­miento de los preceptos de la razón.Desde que hemos admitido una reglaque se impone á la razón, hemos halla­do esa regla fija que puede oponerse álo arbitrario. Lo absoluto se legitimapor ello mismo: así, si se me preguntaporqué hay deberes, responderé: porquelos hay. De la razón no hay razón que

dar. :Nuestra moral es una moral abso­luta que no está sometida á ningunavariación; y no depende ni de los lu­gares ni de los tiempos. No es necesa­rio cono<;er la verdad, es necesarioponerla en práctica. Decíamos, que yotengo el deber de decir la verdad y70sotros el derecho de exigir que ladiga y lo repetimos. De modo pues,que mis deberes fundan vuestros dere­chos y vuestros deberes fundan misderechos. No tenemos derechos los unossobre los otros sino deberes recíprocos,y en esta correlación reside la paz dela sociedad.

BERTAlli_D

Bertauld empieza su obra "El ordensocial v el orden moral:> con estaspalabras: ¿El derecho y la moral tienenel mismo orígen? ¿El derecllo y la moralimplican tanto el uno como el otro, laexistencia de Dios y la creencia en elporvenir eterno? Las teorias no sonsimples prólogos; la idea especulativade ayer puede llegar á ser la prácticade mañana.

Los defensores y los adversarios dela moral independiente, añade, se acuer­dan para atribuir al derecho y á lamoral un oríg'en común; pero aquellosbuscan ese orígen fuera de este mundo,en tanto estos pretenden encontrarlosobre la tierra que habitamos.

La escuela espiritualista deriva elderecho de la moral y hace remontarla moral á Dios.

La escuela de la moral independientederiva el derecho y la moral sin expli­carse elaramente sobre el orden degeneración de la libertad humana. Elpunto que divide ambas escuelas es elde saber cual es la fuente común delderecho v de la moral.

Pues bien, dice Bertauld, es la comu­nidad de orígen, es esa unidad de fuenteque me propongo contestar.

Planteada así la cuestión, Bertaul'ddice que cree, con la escuela de la moralindependiente, que la existencia del dere­cho no implica necesariamente la exis­tencia de un principio superior, es decirde un principio que está fuera de nues­tra vida terrenal.

El derecho es simplemente humano,se deduce de la libertad humana y de

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la socIabilidad, y por iibertad entiendeel derecho que tiene cada UllO de des­envolver sus facultades.

Cree por el contrario que la moralsupone necesariamente la existencia deun soberano cuva soberanía no estáencerrada en este mundo. Para mí, dice,una moral sin Dios es una lev sin san­ción, es decir, una ley que "no es tallevy concluye: La escuela espiritualistaha caído en una exageración llena depeligros para la libertad cuando elladeriva el derecho individual del debermoral; y el derecho, regla de las rela­ciones sociales, de la ley moral.-Laescuela de la moral independiente, deri­vando la moral de la libertad humana,ha querido reaccionar contra la escuelaespiritualista, teológica ó filosófica, quederíva la regla de las relaciones socia­les, el derecho, de un principio superiorá la naturaleza humana v á la socie-dad. ~"

Esta reacción ha sobrepasado la me­dída. La verdad es para mí que elderecho no tiene su fundamento fuerade la sociedad, que es inherente á ella,d~ la cual es el lazo de unión, y á lalibertad individual de la cual es elguardián.

Con la escuela espiritualista Bertauldasigna por fundamento á la moral larazón y la justicia celeste, pero no vecomo ella en el derecho una reducciónde la moral.

Con la escuela de la moral indepen­diente asigna por fundamento al derecho,el respeto de la libertad humana, perono ve en ella la fuente de la moral.

Bertauld combate á Guizot que pre­tende que la ley moral está esencial­mente ligada á la ley religiosa, Guizot,dice, elocuente adversario de la moralindependiente, no podría admitir que laregla de las relaciones sociales sea in­dependiente de la religión, recuerda quela cuestión había sido planteada porRemusat en la "Revue des Deux 1\Ion­des~ cuando preguntaba si la extinciónde la idea religiosa en la humanidadno aquilaría la idea de la moral. ¿Exis­tiría un derecho en elmundo si nada fuesesagrado? Si no hay nada de perfecto yde eterno, no habrá tampoco derecho.

Era la idea de Vico. - Bertaulél dice:la cuestión de saber si la idea dejusticia social sería concebida porla inteligencia, aun cuando la mora?no impusiera el deber de conformarsecon ella, es para nosotros bien dístintade la cuestión de saber si la ley morales independiente de la ley religiosa.

Si me fuera demostrado que la leymoral depende de la ley religiosa, másme empeñaría en separar' el derechosocial de la ley moral, tanto temo parala sociedad el imperio de la idea teocrá­tica.

y es porque ella conduce forzosamen­te á garantir, por medio de sancionessociales, el eumplimiento de los deberesque impone la religióll de la cual ellaes una emanación, que traduce en susleyes, deberes hacia Dios, deberes háciael hombre, deberes para consig'o mismo,deberes del hombre y toda especie dedeberes hácia sus semejantes.

Ya no habrían deberes imperfectosdejados al libre arbitrio, no habría másque deberes perfectos y exigibles.

No podríamos ni aún ejeeutar elmftl inofensivo para los derechos losdemás.

La libertad reducida al poder de hacerel bien degeneraría bien pronto en obli­gal'Íón extricta de hacerlo, y la oblig'a­ción de haeer todo lo que una religióndetermina como el bien, es una verda­dera servidumbre.

Tal es el término á que conduce ne­cesariamente esta cuestión partiendo dela base de Guizot, aunque Bertauld creesinceramente que eso no agradaría cier­tamente al eminente filósofo.

Para Bertauld el lil)l'e arbitrio debeguardar en su dominio la facultad dehacer ó de no hacer todo lo que pudierahacer. ó abstenerse de haeer.sin lesionarel derecho ageno. '

Cada uno tiene el derecho de hacer elmal que no pel:judíca más que á símismo, el mal que no lesiona .la liber­tad de otro hombre.-Se extiende luegoen largas diserLacionéls en las cuales nolo puedo seguir porque de hacerlo daría

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á este pequeflo trabajo una extensióninnecesaria.

En el capítulo segundo de la obra deBertauld que hojeo, se ocupa preferen­temente de la libertad jurídica, ese prin­cipio al que he hecho referencia ante­rionnente al hacer la crítica general dela escuela doctrinaria v de sus trestendencias más importantes. Define lalibertad juridiea «eomo el derecho dedesenvolver sus faeultades en una me­dida que no excluye el desenvolvimientode la libertad ó del derecho ageno».

La libertad juridica, según él, y sulimite, son la base y el objeto del dere­cho, considerado como la reg'la de lasrelaciones sociales. La libertad jurídicaaflade. no debe confundirse con la liber­tad n10ral. La libertad moral es elpoder para el hombre de determinarse;no es el poder de ejecutar la determi­nación, es el poder de tomarla, salvolos obstáeulos provenientes del exterior.

Pregunta si la libertad moral es ó nouna ilusión. Si la libertad moral esesencial á la existencia del derecho.

Examina esta cuestión, y plantea lastres objeeiones, que la libertad moralpreseuta. La primera reposa, dice, sobrela presciencia de Dios, presciencia quese dice implicaría la necesidad de loshedlOs previstos.

La segunda se deduce de la acción delag'ente, del temperamento y de los íns­tintos; acción que sería una verdaderavíolencia material.

La tercera invoca la inteligencia delagente que sufre la impulsión del moti­vo más fuerte.

Califica de poco serias las dos prime­ras ol~ieciones que han sido siempresegún él, victoriosamente contestadas;y en cuanto á la última, que es, comonosotros sabemos, la que da en tierracon la escuela, dice: la objeción llama­da psicológica es mucho más especiosa.El agente dotado de razón y sujeto á lapasión, obedece al imperio sea de surazón, sea de su pasión, y puesto que,en uno ú otro caso, está bajo un yugo,no es libre.

Si yo me limitara, aflade, á responderque la opeión entre la razón y la pasiónes un acto de libertad, se replicariaque la razón ó la pasión triunfa segúnel grado de fuerza comparativa... Ber­tauld quiere profundizar, no quiere que

se califique de superficial su modode ver.

Pregunta si el libre arbitrio implicaen su existencia la ausencia de moti­vos.

Concluye que no. Pero esta conclu­sión es hoy día insostenible; ó los moti­vos obran siempre ó no obran. O elprincipio de que no hay efecto sincausa es verdadero ó falso. Si nosotrosreconocemos su validez, la cuestión nose puede discutir siquiera. Y sin embar­go Jos doctrinarios se empeflan todavia,en hacer esa especie de murciélago psi­cológico, creyendo que el viejo aforísmo'in medIO tirias es axiomático;

Toda la base de la escuela de lamoral independiente, está precisamenteen probar la libertad; y estos filósofosal admitir motivos que en resumidascuentas no son tales, se mantienen den­tro de ese criterio psicológico que re­chaza á una la moderna psicología.

En el capítulo nI de la obra antescitada, Bertauld se pregunta si lalibertad moral basta para explicar laexistencia de la lev moral.-La contro­versia, dice, sobre la moral indepen­diente, confunde, sino siempre, al menosá menudo, dos problemas distintos: laindependencia del derecho y la indepen­dencia de ]a moral.

El derecho puede deducirse de lalibertad, de la cual es el límite v lag'arantíá.-El hombre tiene el sentiIliien­to de que él es una causa; se atribuye suobra y no podría quejarse de que ellale sea atribuida por los testigos de sucumplimiento. De la imputabilidad. ¿Elacto que él ha cumplido libremente noataca la libertad de otro? es conformeal derecho. ¿Atenta, por el contrarío ála libertad de otro? No es conforme alderecho. La afirmación de la existen­cia del derecho ó de una regla ó eleuna sanción de la libertad humana,no supone necesariamente que la cues­tión elel o!'Íg'en y elel fin elel hombresea resuelta. ~ Ella no implica, pues, laafirmaeión de algún principio religiosoó filosófico. La lev moral no se deduceasí netamente del sentimiento del hom­bre que él es una causa, es elecir unagente libre.

Al sentimiento ele la libertad es nece­sario que se una el sentimiento de lamoralidad para que el hombre tenga

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Mnciencia de ser responsable de un actoque se le imputa, pero que el derechoabsuelve.

Ahora bien, el sentimiento que unacto, que no es una violación del dere­cho, es moral ó inmoral, meritorio óvituperable, supone la obediencia ó larebelión á una lev moral más exten­dida, más completa que la ley delderecho.

Cuando el derecho y la moral dirigenlos mismos mandamientos, ellos respon­den á dos intereses distintos: el derechotiene en vista las acciones que prescri­be ó prohibe; la moral mira las inten­eiones; el derecho previene los malosresultados; la moral los malos deseos.Sólo accesoriamente prosig'ue, el dere­cho se ocupa de las intenciones, perosólo accesoriamente á las acciones vpara determinar su imputabilidad. Elderecho no reprime las acciones sino enel caso de que ellas consistan en aten­tados á los del echos de otro.

La distinción de la moral yel derecho,dice Bertauld, es una garantia para lalibertad humana y un testimonio de laexistencia de Dios. '

RESUMEN

Pueden dividirse los doctrinarios fran­ceses en dos agrupaeiones, respondiendoá las dos tendencias distintas por ellosmanifestadas.

Han formado la escuela espiritua­lista y la escuela de la moral inde­pendiente. Bertauld ha fundado además_otra doctrina que trata de conciliar lasdos anterlores.

La escuela espiritualista relaciona todocon la idea de Dios. La moral no puedeconcebirse según ellos, sin la sanciónde un ser supremo; está pues ligada áDios, y derivando el derecho de la moral,tenemos que uno '!l otro están unidos ála idea de Dios.

Los segundos, como su nombre lo in­dica, entienden que los actos humanos,pueden juzgarse separadamente de laidea de Dios y fundanpor tanto, la moraly el derecho en ciertas ideas indepen­dientes.

Bertauld sostiene que la moral nopuede existir sin la existencia de un sersupremo, y por tanto cree que está liga­da á Dios; pero el derecho es para él

algo de este mundo y lo hace derivarde la libertad moral, pero al aplicar elprincipio se refiere más bien á la liber­tad jurídica.

CousÍll, Simon y otros, no dan uncriterio acabado de derecho, por eso esdificil precisar los limites de su escuela,en la que el campo de acción de lamoral y del derecho se confunden.

El primero define el derecho comoel conjunto de actos necesarios paracumplir el deber, y dice que este

no sólo es fundamento sino medidadel derecho. - El primer inconvenienteque encierra este criterio es la confu­sión de la moral y el derecho; actos queel deber impone no lo pueden ser porel derecho y reciprocamente.

En segundo lug'ar dentro de ese cri­terio pueden justificarse todos los crí­menes y atentados, siempre que ellossean necesarios para, el cumplimientodel deber. Esto, es lo que declara elmismo Thiercelin al decir que el dere­cho no es más que un medio. Por fin,puede este criterio conducir al gobier­no teocrático por esa ligazón que esta­blece entre la moral y el derecho.

Estos inconvenientes fueron vistos porlos partidarios de la moral indepen­diente v entonces dieron como funda­mento v del derecho, la ley moral queviene de Dios, tomando la cualidad psí-quica de esta ley: el libre albedrio. .

La objeción más grande que 5e puedehacer á esta escueht es que la ciencianiega la existencia de la libertad.

Por tanto, el primer inconveniente esla falsedad del criterio, por fundarse enuna premisa falsa, En segundo lugar,estableciéndose como fundamento delderecho, la libertad humana, se iría ála licencia más absoluta; todos los aten­tados estarían justificados por ser ellosla manifestación de la libertad. Com­prendiendo estos inconvenientes, hanbuscado los partidarios de esta doctrina,limitar la libertad, unos por el deber yotros por la libertad igual para todos;pero esto importa abandonar el principiofundamental del criterio. La mayoriavuelve al deber incurriendo en loserrores antes expresados.

Toda la base, pues, de la escuela dela moral independiente, está, lo repeti­mos, en probar el fundamento de lalibertad.

OÉSAR JYIIR..lliDA.

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$U$úracción de cO$a depo$iúada por autoridad pública (1)

quier custodio juclicial,sa ó no sea pro-pietal'io. .,

La opinión primera ha sl~lo. sostel1l~lapor Jlajno, Cuboni, Luccll1nJ, .L11arcw­no. De Notte¡', por los Tribunales deSobmona, de Nápoles y por la Corte deApelación de Venecia. .

La seo'unda opinión ha sido defendI­da por lmpallomeni, f}J'iullari, Tra~o-glia Olliviei'Í ROSSl, ,L11o}'taJ'a, RUlZ,, , C"Piocea y por la GoJ'ie de asac~o~l..

Hojeando la "Revista Penal» dmgIdapor el ilustre Lucchini, l~e encOl;tr.adojurisprudencia favorable a esta ul.tunatesis. La entrega 3." corresponchenteal actual año (pág. 287), publica unasentencia de la Corte de Casación enla causa de un sujeto Alberto Pietra­santa; éste apelando de la sentencia delTribunal de Lucca, dice: que aunque enla 1." parte del artículo el legislador useel pronombre cucdquie}'a, todavía esni.enester poner en armonía ese pronom­bre con el elemento que se refiere al'sujeto pasivo, en relación. al cual eldelito no puede recaer mas que sobrecosas confiadas á la custodi:;t del agen­te; sobre lo cual esta Corte en variasse'ntencias tuvo ya ocasión de demos­trar que en la interpretación del artícu­lo 203 es necesario considerar tota legeperspecta, non. una a~iqua partículaeuis, aplicando a la prnnera parte delartículo el mismo criterio que necesa­riamente debe aplícarse al V y 2.° in­cisos, esto es, de no sacrificar la razónsustancial v el fin virtual de la ley poralO'lllla inlperfección de mera forma,re~ultante no ya de la dicción, que esclara é inequívoca, sino simplemente dela relaeión de un período con otro y dela separación material de l~ primeraparte de los incisos se conSIdera: quela primera parte determine textual y

1

Entre las numerosas cuestiones quesuscita la interpretación del artículo 189del Código Penal, está la que se .nosplantea, es decir, si merece la aplIca­ción de' esa disposición legal el pro­pietario no custodio que sustrae lacosa secuestrada ó depositada. Comoafirma Zerboglio, sobre este punto seha realizado un verdadero torneo dejurisconsultos ilustres, armados hastalos dientes de ingenio, de cultura y desilogismos.

Sobre dos opiniones ha versado eldebate: para unos, el culpable del ~nciso1.0 del artículo 189, debe revestir nosólo la calidad de p}'opietai'Ío de losobjetos depositados ó secuest:·ac~os,. s~notambién la calidad de custodIO ]UdlCwl;para otros, el inciso prevé un delito suigeneris del cual debe responde~' e1pro~lJietario de los objetos deposlt~dos ose~uestrad03 que no sea custodIO, en­trando en la disposición de la primeraparte del artículo, el hecho de cual-

(1) El caso práctico de Derecho Penal de quetrata el estudio del baehiller Carlos EduardoSimón que insertamos en nuestras columnas,fué propuesto por el doctor José Irureta Goyenaen la clase que dicta en la ~cacultad de Derecho,y resuelto en diversos Sentidos por los alumnos.

El bachiller Simón,-que es contado entre losmás brillantes estudiantes de su año,-ha sos­tenido su tesis de una manera concienzuda yerudita. v la lectura de su trabajo ha de sersumameñte interesante para los estudio30s.

N. DE LA R.

X sustrae un caballo de su pr?pi~d~d qu.e sehalla por autorid~d de la lust.1Cl~ bala. lacustodia de M, sm el consentmllento .deéste. Se desea saber si X es autor del debtode sustracción de cosas depositadas porautoridad pública.

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claramente en el primer miembro, laacción ejecutiva del delito de cualqLderaque Stlstrae etc., cosas depositadas ósecuestradas; á las cuales palabras si­gue, no otro elemento del acto delic­tuoso, sino la presuposición de la cuali­dad que debe revestir el culpable antesde la acción, y que distingue la hipóte­sis más grave contenida en aquella par­te, de la otra más leve prevista en elprimer inciso, esto es, la hipótesis enque es característica la cualidad de cus­todio (sea ó no propietario) obligado áello ó voluntariamente, en contraposi­ción á la hipótesis caracterizada por lacualidad no ya de custodio sino de sim­pIe propietario, el cual no debe ser igno­rante, después de la ritual rectificacióndel vínculo judicial impuesto á su pro­piedad, y que por consiguiente estáobligado legalmente á no infringirlo;

Que á este concepto, que responde ála génesis histórica y racional del artí­culo 203, conduee ineludiblemente lavoluntad del legislador, como se des­prende del Proyecto :Ministerial apro­bado por el Parlamento y convertido enla ley fundamental de la reforma penalen virtud de la ley de 22 de Noviembrede 1888, que no confirió al gobierno elmandato de introducir en el texto defi­nitivo nuevas hipótesis de delito ó supri­mir las aprobadas en el texto proviso­rio, sino solameute hacer las modifica­ciones va indicadas en los votos del Par­lamento JI 'iwcescU'ias para enmendw'las disposiciones JI coordinal'las entresi y con las de otros Códigos y leyes;que enfrente á esta limitación .delman~

dato legislativo no se debe buscar lamens legis en las Actas de la ComisiónCompiladora del texto definitivo sinponerlas en armonía con las discusio­nes y relaciones de la Cámara de Dipu­tados y de Senadores, de las cuales resul­ta afirmado con precisión el pleno con­sentimiento de las dos ramas del PoderLeg'islativo en la proposición del Guar­dasellos de castigw' tambirJn al propie­tario de la cosa depositada sin ser elcustodio judicial salvo á mitigar lasanción penal; y así el Parlamento seinspiró talmente en la idea de castigaren todos los casos al propietario quemanumita la cosa secuestrada, que seagTega en el Código una sanción espe­cial contra el custodio que por negli­gencia ó imprudencia haga más fácil al

propietario no custodio, realizar el delito,como en términos clarísimos lo expusoel honorable Villa en la Relación de laCámara;

Que si tal debió ser y fué ciertamenteel criterio en que se inspiró la Comi­sión lV1inisterial al formular el texto delactual artículo 203, la supresión delinciso relativo al propietario no custo­dio, no puede ser explicada de otromodo que en el sentido de haberse con­siderado inútil repetir en el primer in­ciso aquella indicación especifica, lacual, aún callándola quedaba implici­tamente comprendida en la disposiciónd~ la primera parte aplicable en géneroá cualquiera ,sin excluir al custodiopropietario) que se haga culpable deldelito allí previsto; de modo que el pri­mer inciso sin aquel agregado, veniano obstante, á referirse siempre, comocontraposición lógiea y jurídica al pro­pietario no custodio. Por estos moti­vos rechaza, etc. (presidente Petrella­rel-Catastini-f. m. De Francesco).

La entrega quinta de la misma Re­vista (pág. 569) publica otro caso queapoya la misma tesis. El P. nI. recurrecontra la sentencia del Tribunal deAucena que rechazó su apelación con­tra la del pretor de Arcenia con lacual se declaró que no constituia eldelito del inciso primero artículo 203,el hecho imputado á los cónyuges Ni­colás l\Iassi v Celestina Constantini, dehaber sustraído objetos de su propiedadsometidos á depósito judicial pero noconfiados á su custodia.

Con numerosas decisiones este Supre­mo Colegio ha considerado que el inci­so primero del artículo 203 se aplicaal propietario no CUstodio y sin repetirlas razones largamente expuestas enotras sentencias, bastará afirmar quelos precedentes leg'islativos y los tra­bajos preparatorios del Código, no con­sienten una interpretación que dejaríaimpune el hecho, considerarlo siemprecomo delito, del propietario no custodioque sustrae los objetos secuestrados en super:juicio.-Esverdadque las palabras «elculpable» con que empieza el primerinciso, por construcción lóg'ica y grama­tical parecerían indicar el culpable dela sustracción cometida por el custodio;

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pero igualmente debería decirse que laspalabras "el delito» del inciso siguien­te, indican la sustracción cometida porel custodio.

Ahora bien, si por necesidad lógicaestas últimas palabras como lo admitenlos mismos sostenedores de la tesis con­traria, deben entenderse empleadas im­propiamente y deben referirse á la sus­tracción cometida por el no custodio,no se comprende cómo no pueda decir­se lo mismo de las primeras, concurrien­do razones no menos poderosas paraidéntica interpretación.

y por lo demás no será inoportunoobservar que también en otros articulosdel Códige, las palabras "el delito», "elhecho», empleadas en los incisos y quepor construcción lógica y gTamaticaldeberian indicar "el delito» ó "el hecho»con todos los elementos indicados enla primera parte que los contempla,deben en cambio necesariamente consi­derarse empleadas para indicar el hechomaterial acompañado de alguno de aque­llos extremos: como por ejemplo; en elinciso del artículo 393; 1.0 v 2.° incisodel 396 en que las palábras· "el delito»empleadas en uno y "el hecho» en losotros se refieren á la difamación ó lainjuria sin el elemel1to de la "coynuni­cación con Darias personas» de que setrata en la primera parte de esos arti­culos.-y lo mismo puede observarse enlos articulos 148, 167 Y 289. Por estosmotivos, ete.-Pres. p. p. BeneJetti-rel.Romano-p. m. Tofano.

Esta jurisprudencia de la Corte deCasación Italiana, establece, á mi jui­cio, la verdadera doctrina sobre la cues­tión debatida.

II

Los partidarios de la doctrina contra­ria, según la cual el inciso en examenrequiere en el culpable no sólo la cua­lidad de propietario de los objetos depo­sitados ó secuestrados sino taynbién lacualidad de custodio judicial, entranen el terreno de la discusión, argumen­tando con las siguifmtes razones:

La La primera parte del articulo 189determina los elementos del delito: éstosconsisten: a) en el hecho de hacer des­aparecer ó convertir en provecho pro­pio ó de un tercero la cosa depositaday b) en la condición de que la cosa

haya sido puesta bajo la custodia delculpable. Por regla común y constantede técnica leg'islativa y por el manifies­to tenor literal de la ley, dicen, el pri­mer inciso del artículo. rec1ama con lapalabra culpable todos los elementosdel delito definido en la primera partev por lo tanto la condición de estar lacosa confiada á la custodia del reo.

2: Las declaraeiones hechas por elRelator Lucchini en el seno de la Co­misión Real de Revisión, agregan, notienen el valor y el alcance que le 'atri­buyen los partidarios de la doctrinacontraria, El mismo Lucehini, expli­cando las palabras contenidas en lasActas de la Comisión como pronuncia­das por él, escribe que el sentido deaquellas expresiones no podia ser másclaro y que corresponden perfectamen­te á lo que su intención quería decir.­«En verdad, expresa, si las palabras:sin ser el custodio judicial, hubieranquedado en el inciso, el hecho habríaentrado en la primera hipótesis, esto es,el hecho de la sustracción verificadapor el propietario habria entrado en lahipótesis general prevista en la primeraparte, en que justamente se habla de lasustracción verificada por eualquier cus­toclio sea ó no el propietario.

Limitando el caso del primer incisoá la condición de que no sea custodio,era natural que en la primera parte secomprendiera aun aquél de la sustrac­ción cometida por el propietario custo­dio, contrariamente á lo que demostrabancreer ó desear las Comisiones Parla­mentarias.

Suprimiendo en cambio aquella con­dición, el hecho del propietario no en­traba más en la primera hipótesis, sinoque constituia una hipótesis subordinaday distinta, prevista en el primer in~

ciso.»En otra parte escribe Lucchini, con

verdadera furia catilinaria, que seríaextremadamente deplorable que el juez, .exorbitándose en sus funciones, arro­gándose una facultad que no le perte­nece y reputándose más sabio que ellegislador, hiciese decir á la ley diver­samente y más de lo que ella diceaplicándola á casos que no comprende;«esto constituiría el modo más incivil yfunesto de entender el oficio de magis­trado, 1a afrenta mayor que podría re­caer sobre la ley, de la cual debe ser

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exclusivamente esclavo, intérprete yejecutor.»-Veremos más adelante queestas manifestaciones de Lucchini care­cen de poder convincente.

3." Al argumento de los contrarios, deque si no se considera aplicable el ar­tículo 189 al propietario no custodio,faltaría toda sanción para las sustrac­ciones cometidas por éste de cosas bajocustodia judicial, contestan los partida­rios de la doctrina en estudio, que esassustracciones podrían caer siempre bajolas comunes sanciones del hurto, puestoque el propietario cuando por efecto derelaciones jurídicas no tiene la libredisposición de la cosa (prenda ó secues­tro judicial), en tal caso puede verifi­carse sobre ella un delito patrimonial,dado que no está enteramente sometidaá la libertad del propietario.-Por lodemás, se añade, podría suceder que lasmismas sustracciones constituvan eldelito de justicia privada. - De modo queel hecho representa tal ó cual figurajurídica según las circunsütncias en quees cometido, según los elementos quelo componen-en unos casos se come­terá el delito de lwrto, en otros, el delitode hacerse justicia por su 1í/cuw.

Lucchini, Ouboni, Olliviei'i v ivIor­tara, han escrito nutridas págÍllas pre­viendo hipótesis sobre estas dos figurasde delito.-(Véase Zerboglio, pág. 184á 193.)-Creo que la cuestión no mere­ce ser tratada, pues no interesa funda­mentalmente.

TII

La doctrina contraria, según la cualel inciso en cuestión prevé un delitosui generis del .cual responde el pro­pietario de los objetos depositados queno sea custodio, se basa en razones que,según mi criterio, destruyen totalmentelas razones opuestas; combatiremos pororden, los argumentos de la opÍlliónerrónea.

La Aceptemos momentaneamente quela palabra ",culpable" del inciso prime­ro requiere los elementos del delitodefinido en la primera parte y por lotanto, la condición de que la cosa estébajo la custodia del reo; pero, ¿no esacaso incontrovertible que en la hipó­tesis general de la prhnera parte secomprende á CUALQUIERA que tenga encustodia la cosa depositada? Resulta

pues, que en esa parte se comprendeal propietaJ't'o custodio que realmentemerece igual tratamiento que el custo­dio no propietario: ¿qué deducimos deesta consideración?-que en el incisoprimero sólo entra precisamente el casodel propietario no custodio.

Además, podemos apoyarnos en otroraciocinio para defender la tesis acep­tada: el artículo 203 del Código Ita­liano, concordante con nuestro artículo189, prevé en el inciso segundo el casode que ",el delito» se cometa por negli­gencia ó imprudencia del custodio. Ahorabien, si á las palabras ",el culpable»del primer inciso hay que darle el sig­nificado que pretenden los contrarios,lo mismo del)l~ría decirse de las palabras",el delito» de ese inciso segundo, esdecir, que indican la sustracción come­tida por el custodio, este resultado seríaabsurdo y lo lógico es, en consecuenciaentender que esas palabras hayan sidoempleadas impropiamente.

A mavor abundamiento observamoscon la Corte de Casación que en otrosartículos del Código los términos «elhecho,» ",el delito» empleados en los in­cisos y que por construcción lógica ygramatical deberían indicar ",el hecho»ó ",el delito» con todos los caracteresprecisados en la primera parte, debencontrariamente considerarse emple,adospara indicar el hecho material acompa­ñado de alguno de aquellos caracteres óelementos.-En la legislación italiana,pueden citarse los artículos 148, 157,289.393 v 395.-Trasladándonos á nues­tro 'Códig'o encontramos en tales condi­ciones á los artículos 154, 162, etc.

2.° La contestación del segundo argu­mento, requiere un breve estudio de lalabor preparatoria del Código PenalItaliano.-Los Sub-comisarios Ambroso­li, Arabia y Tolomei, primeros en ocu­parse de un proyecto de Código, teníanestos ejemplos leg'islativos: que los Códi­g'os Austriaco, Toscano, Francés y Bel­ga ponían el delito en examen, entrelos delitos contra la propiedad; mien­tras que los Códigos Sardo y de SanMarino, lo colocaban entre los delitoscontra la pí(bllca administración.­Qué los Códigos Austriaco, Francés yde San Marino contemplaban al ]);'0­pietcwio custodio, mientras que los Có­digos Toscano, Sardo y Belg'a, no haciandistinción entre propietario custodio y

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no custodio-¿Qué fué lo que hicieron?­Colocar la figura jurídica entre los deli­tos contra la Administración Pública vdeclarar culpable al propietario nocustodio-(artículos 155 á 158 del Pro­yecto.)-El l\Iinistro Yigliani en 1875presenta su Proyecto: es discutido, JT seredacta en los siguientes términos elinciso tercero del artículo 204: «si elculpable es el mismo propietario de lacosa depositada ó dada en prenda mmcuando no sea el ct~stodio judicial, escastigado etc.»-Este inciso en el Pro­yecto Senatorio (1875) se convirtió enel artículo 206-con aprobación de laComisión :mnisteria1.-Conviene fijaratención sobre este Provecto.-El Mi­nistro Vigliani en el articiilo 445 inc. 2,entre los delitos contra la propiedad,colocaba la sustracción de la cosa pues­ta en depósito ó secuestro ordenado porel Juez y dejada en custodio del deudor'propietm'io.-El relator Borsani, al dis­cutirse el Proyedo en el Senado, hizodos observaciones: decia en primer lugar,que el deudor propietario, custodio delas cosas secuestradas; no puede sertratado en caso de sustracción eomo sifuese culpable de un delito afin deldelito de hurto; y en segundo lugar,que podía darse el hecho de un deudorpropietario que no fuese custodio.--For­muIó la proposición, que fué aceptada,de trasportar entre los delitos contra laAdministración una disposición que fueseinspirada en esos eonceptos y en elProyecto de 1875 fué inserto el artí­culo ya mencionado (204), que en elinciso tercero castigaba al propietarioaun cuando no fuese el custodio judi­cial. En el seno de la Comisión de1876, éste articulo no encontró oposi­ción.

Semejante criterio fué adoptado en elartículo 166 del Provecto Zanardelli­Savelli (1883) - artículo que, según ex­presa nuestro codificador Vázquez Ace­vedo, fué el origen elel nuestro (189.)

Igual concepto se reproduce en elProyecto Zanardelli (1887) articulo 192;con la sola diferencia de los ProvectosSenatorio y de 1883 de que á la· pala­bra «custodio» se agregó la voz «ju­dicial».

El mencionado articulo 166 del Pro­yecto 1883, expresaba: el que sustrae óconvierte en provecho propio ó de untercero las cosas, etc.

La pena es disminuida en un grado,si el culpable es el mismo propietariode la cosa dada en prenda ó secues­trada, sin se,' el custodio judicial.­Estos términos se reproducen en el artí­culo 192 del Proyecto de 1887. Con­cretándonos á nuestra cuestión obser­vamos que en la Relación de la Comi­síón de la Cámara dA Diputados, no sehace observación alguna; lo mismo nota­mos en la Relación de la Comisión delSenado.

Pasa el Proyecto á la Comisión Realde Revisión, y en la reunión del 7 del\Iarzo de 1889 se examina, entre otrosartículos, el 192. El Relator Lucchinipropone borrar la expresión: «sin ser elcustodio judicial,» puesto que de otromodo, el hecho habrü¿ entrado en laprimera hipótesis; estas palabras deLucchini que figuran en las Actas dela Comisión, dan lugar á las declara­ciones posteriores del mismo autor yque hemos expuesto más arriba; decla­raciones no convincentes, también hemosexpresado, puesto que creemos con Cri­'/)ellari quc esa «frase sibilina, mala­«mente expresada, en sustancia, no puede<:tener más que el signifieado siguiente:«el inciso es inútil porque si en la«primera parte está eomprendido el pro­«pietario custodio, en el inciso debe«comprenderse el propietario no cus­«toclio."

De modo que por autorizada que seala palabra de Lueehini, que tanta partetuvo en la formación del Código PenalItaliano, sería enteramente arbitrarioaceptar su explicación.-Si la ComisiónR. de Revisión hubiera querido borrarla disposición del Proyecto del ,senadode 1875, seg'ui 'o por los sucesivos,quedaría seguramente huella en las Ae­tas: era una innovación de gran impor­tancia ya que se refería al carácterjurídico del delito. Al contrario, laComisión se limitó á restringir el incisomencionado pOi' su inutilidad, porquela hipótesis del propietario custodio es­taba prevista en la primera parte delartículo.

La consecuencia lógica que se derivade estas consideraciones, es que en elinciso debe preverse una hipótesis di­ursa por si ndsiiw y distinta, y estaes la hipótesis del propietario no cus­todio, eonforme á los Proyeetos prece­dentes.

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El concepto que dcfendemos se for­tifica consideraudo la limitación explí­cita con que la ley del 22 de Noviem­bre de 1888, confirió al Gobierno lafacultad ele confirmar el temto elefinitivodel Código, ele hacer sólo las modifica­cianes ya indicaelas en los votos de lasCámCl1'as y necesarias para en¡nendarlas disposiciones y coordinarlas entresi y con las de otros Códigos y leyes;de modo que esa ley no autorizó, pararenovar el texto, para introducir nuevashipótesis de delito, ni para suprimirlas hipótesis aprobadas en el texto pro­visorio.

De aquí deducimos, que la supresióndel indicado agregado del inciso, no sepuede tomar más que en el sentido,de que aun con la supresión, siemprequedaba el propietario comprendido enla primera parte del artículo aplicabletextualmente á cualquiera.-En cambio,si se adopta la interpretación opuesta,se pondría la obra de la Comisión, enpugna con los votos del Parlamento ypor lo tanto excediendo al mandatolegislativo dado al Poder Ejecutivo, porla lev del 22 de Noviembre de 1888; vse pondría en pugna con los votos cté1Parlamento puesto que de las Relacio­nes de las Cámaras de Diputados ySenadores, resulta el consentimiento delas dos ramas del Poder Legislativo enla proposición del Guardasellos, de cas­tigar también al 7y¡'opietario de la cosadepositada sin seJ' el custodio judicial,salvo la disminución de la sanciónpenal.

3.o Opinamos con Crivellari, que nomerece discutirse el argumento segúnel cual si no se admitiera también laJ'esponsabilidad del propietario no cus­todio, éste en caso de sustracción que­daria impune. - La cuestión, hemosdicho, carece de interés fundamental,puesto que el argumento no es jUTidi­co: aunque eso pasara, si la responsa­bilidad del propietario no custodio noresultara de la ley, el intérprete nodebería ciertamente preocuparse de lasconsecuencias que eventualmente podríanresultar de tal omisión,

4. 0 Otra razón puede invocarse enapoyo de esta doctriua, razón que seinspira en la clasificación del delito.­Los Códigos Español, Argentino, Chile-

no, de Suiza, del Cantón de Ticino,de Ginebra, el Húngaro y el Holandés,colocan la figura jurídica en estudio,entre los delitos contra la propiedad,-(además siguen esta clasificación losCódigos Francés, Belga, Austriaco yToscano); en cambio los Códigos Sardo,de San l\Iarino, el Italiano y el nuestro,ponen el delito entTe los atentados con­iJ'a la pública Admin.i,~tración.-Ahora

bien, las legislaciones que lo clasificanentre los delitos contra la propiedad, leatribuyen el carácter de apropiaciónindebida y se comprende entonces, quese requiera como elemento incHspensa­ble y necesario la custodia por partedel reo. Colocado entre los delitos con­tra la administración pública, no es yaexclusivamente necesario para la exis­tencia jurídica del mismo, el elementode la cust:>dia, y por lo tanto se com­prende qU8 pueda considerarse respon­sable de las sustracciones hasta el pro­pietario no custodio, el cual guarda conla cosa no una relación de custodiasino una relación de propiedad.

5.° Con el crl'teJ'io del elaiio, se AjUS­tifica también, la interpretación que sos­tenemos: la primera parte del artículodebe referirse al pJ'opietw'io custodio,mientras que el inciso primero al pro­pietaTio no custodio. En efecto, es jus­to que se equipare en la pena al pro­pietario custodio y al custodio no pro-'pietario puesto qQfl una vez que elpropietario, con el consentimiento delacreedor, queda como custodio, de suscosas sometidas al vínculo judicial, yno respeta é infringe la fe depositadaen él, el daFío mediato y el inme­cliato es el mismo y por lo tanto igualdebe ser la represióll.-El 2JJ'opietariono custodio es castigado por el incisocon pena menor, y es justo ig'ualmentepuesto que hay un deber ménos vio­lado.

6.° Por último indicaremos, que si elinciso primero del articulo 189 previeseel caso del propietario que tiene lacustodia, se imponía lógicamente queen la prímera parte del artículo se di­jera: ~el que no siendo dUeJlO hicieradesaparecer, etc.,» y precisamente seexpresa lo contrario, pues la disposiciónse refiere á cualquiera, comprendiendopor lo tanto al propietcu'io custodio.

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Con el objeto de complementar eltrabajo, expondremos algunas disposi­ciones de Códigos extranjeros que serefieren al caso en cuestión.

El Código Español de 1870, en el ar­ticulo 551 expresa: "Incurrirán en laspenas, etc.: 1.0 El dueño de una cosamueble que la sustrajera de quien latenga legítimamente en su poder, conperjuicio del mismo ó de un tercero.~

El Código Argentino en el articulo203 inciso 11, preser:ta idéntica dispo­sición; y en ig'llales términos se mani­fiesta el Códig'o de Chile en el artículo471 inciso primero.

Garraud refiriéndose al articulo 400del Código Francés, análogo al 507 delCódigo Belga, dice que «no se castig'aporque sea hurto, sino porque el delin­cuente perjudica á sus acreedoras é in­fringe las órdenes de la justicia.~-Por

ley de 1832 se estableció en Francia, elcastigo del propietario que sustrae loso~ietos depositados en poder de otro.La ley del 13 de :Mayo de 1863 exten­dió la disposición á todo individuoque diere sus cosas en prenrla ó depó­sito.

El Código Germáníco habla de laresponsabilidad de cualquiel a, sin ocu­parse de si es custodio, propietario cus­todio ó propietario no custo lio.

vCon estos antecedentes se impone una

solución afirmativa á la pregunta delcaso propuesto: la acción de X debeser reprimida por la disposición del in­ciso primero del artículo 189.

Esta solución es la que sur:je natu­ralmente, si se considera, que lamentedel legislador italiano, padre de nues­tro legislador, se reveló siempre favo­rable al castigo del propietario no cus­todio cuando infringe dolosamente elvinculo judicial que se impone con elsecuestro de las cosas de su propiedad;si se considera que las autoridades queson aCl'eedor({s al mayor homenajecientifico, participan de estas ideas; sise considera que las legislaciones ,con­tern]Joráneas, adoptan ese criterio; si seconsidera finalmente, que lc~ objetivi­dad juridica del delito es la ofensa ála pública Administración y el despre­cio de los actos que emanan de ésta:ofensa y desprecio que concurren enel hecho material de la sustracción decosas depositadas; hecho material querepresenta una perturbación en la obrade la justicia social y una violación delprecepto de la autoridad publica.

CARLOS EDUARDO SIMÚN.

l\Iontevideo, 30 de Agosto de 1905.

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(Procédés d' essai des Materiaux Hydrauliques-Le Chatelier)

Estos fenómenos de aumento de volú­men ó entumecimiento, constituyen unade las' causas más activas de la des­agregación de los cementos y su consta­tación debe ser uno de los fines másimportantes de los métodos de ensayo.

5," Compuestos quhnicos de los cernen­tos.-Los compuestos que generalmentese encuentran en los cementos y lascales hidráulicas son la cal y las com­binaciones de esta base con la silice,la alúmina, el oxido de hierro y el ácidosulfúrico.

Cal.-Durante el período de hidrata­ción de la cal anhidra siempre se pro­duce, el apagamiento; es decir la des­agregación seguida del entumecimiento.

El tiempo necesario para el apaga­miento de la cal es muy variable ydepende de la compacidad. La cal porosaque se obtiene por la calcinaeión á bajatemperatura de un calcáreo puro, seapaga instantáneamente puesta en con­tacto con el agua; sucede lo contrariocon la cal compacta obtenida por lacalcinación del ozoato, pues tarda variosdías en apagarse. SuC',ede la misma cosaen las cales compactas obtenidas por lacalcinación á temperaturas elevadas, decalcáreos algo arcillosos.

El apagamiento es tanto más rápidov el aumento de volúmen es más con­~iderable, cuanto más elevada es la tem­peratura. Este hecho de importaneiacapital se aprovecha en la industria delas cales hidraúlicas en que el apag·a­miedto no podría realizarse convenien­temente en frío; y se utiliza en los ensa-

(CONTINUA.CIÓN)

4.° JiU/nento de volitínen lJOi' apaga­miento. No siempre sucede que laacción del agua en las sales anhidrassea una causa de endurecimiento. Sesabe que la cal al hidratarse, se hien­de, se desagTega; en una palabra; seapaga. Para que haya endurecimientoes necesario que la sal anhidra, puedasubsistir durante cierto tiempo en estadode disolución. Algunos cuerpos que sonmuy ávidos de agua, como la cal, labarita y el acido bórico anhidro, se com­binan directamente con el agua forman­do los hidratos correspondiéntes, pre­viamente á toda disolución. En estoscasos, que son bastante raros se produ­ce una desagregación de la materia yal mismo tiempo un aumento de volú­men, una expansión que desarrolla es­fuerzos enormes. Basta señalar el hechobien conocido de la desagregación delos ladrillos por la hidratación de losnódulos de cal viva incorporados en lamasa. Sin embargo el volúmen dehidrato formado es muy inferior á lasuma de los volúmenes~ de la cal vivay del agua combinados. El mecanismodel desarrollo de esta clase de esfuer­zos permanece aún absolutamente des­conocido.

Los cuerpos que se endurecon en con­tacto con el agua pueden dar lugar áun aumento de volúmen cuando se hidra­tan en contacto con el vapor de agua.El sulfato de soda, el yeso, y el alumi­nato de cal, están en este caso, pero lahidratación es sumamente lenta, y per­manece del todo superficial.

Gonstitueión químiea de los pttoduetos hidttáulieos

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'La puhedzaelÓn e'spontinea ael s111­cato dicáleico, que es muy frecuente enlas escorias básicas de los altos hornos,se produce muy á menudo en los cemen­tos portlands; es más pronunciada cuan·do la dosificación en cal es más débily la temperatura de calcinación máselevada.

Este silicato no posee propiedadeshidraulicas, no fragua en contacto delagua. Pero es atacado rápidamente porel ácido carbónico disuelto formandoun carbonato de cal cristalizado; es po­sible pues que contribu;ya de ciertamanera al endurecimiento final de losmorteros empleados al aire.

Si 02 3 Ca O.-Este silicato es el úni­co realmente hidráulico; es el productoactivo por excelencia de las cales ycementos hidráulicos. Se encuentra e11el cemento portland, en el que consti­tuye la mayor parte y bajo la forma decristales pseudo-cúbicos. Se produce porreacción de la sílice 'Y la cal en pre­sencia de combinaciones fusibles for­madas por la alúmina y el hierro. C.a­lentado á una temperatura muy eleva­da parece que se disocia en silicatodicálcico y cal libre, perdiendo sus pro­piedades hidráulicas.

En contacto con el agua, fragua des­doblándose en un silicato monocálcicohidratado que cristaliza en agujas micros­cópicas é hidrato de cal que cristalizaen largas lamelas hexagonales visiblesá simple vista en todos los cementos deportlaDd.

Si 0 2 3 Ca O .+ Aq = Si 0 2 Ca O. 2.5H O + Ca O. H O

El silicato hidratado puesto en pre­sencia de un exceso de agua destiladase descompone hasta que la disolucióncontiene O gramos 052 de Ca O. porlitro.

Para, el silicato monocálcico es difícilreconocer la sobresaturación que prece­de á la cristalización. Por el contrario,se constata muy claramente para elhidrato de cal que forma al mismotiempo.

Este silicato es poco sensible á laacción del vapor de agua, motivo porel cual atraviesa indemne el período deapagamiento en la fabricación de lascales hidráulicas. La calidad de unproducto hidráulico depende de la proporción contenida de este silicato.

'Vos ae 'los celhentos plÜ'i1 recónocer laprescneb de c~ü libre.

El entumecimiento es más considera­ble cuando el apagamiento se efectúapor medio del vapor de agua.

Por último, el apagamiento se apre-. sura considerablemente si se "agrega alaO'ua una pequeña cantidad de clorurod~ cal; 2 á 6 por °10' Una cal que seapaga al cabo de 48 horas con aguapura, se apaga en media hora cuandose emplea una solución de cloruro decal al 3 por 100. Estos hechos descu­biertos por Candlot han recibido algunasaplicaciones interesantes.

Las cales hidráulicas y cementos quecontiene cal libre anhidra. es decir queno está combinada ni con los ácidos nicon el agua, tienen el elemento queconstituve una de las causas de destruc­ción más importante; como se ha dichomas arriba. Si la proporción de callibre es apreciable y su apagamientobastante lento para producirse despuesdel fraguado, se manifiestan grietas entoda la masa y por consecuencia ladesagregación del mortero; si la pro­porción es pequeña produce un aumentode porosidad que facilita la acción des­tructora de los agentos exteriores. Essuficiente agregar á un cemento de por­tland de buena calidad 1 por 100 desu peso de cal compacta proveniente dela calcinación del aZoato para que semanifiesten grietas bastante pronuncia­das.

La magnesia libre da oríg'en á aumen­tos de volúmen análogos, aunque demenor importancia.

Silicatos de cal.-Existen tres silica­tos de cal:

Si 0.2 Ca Oó wollastonita.-Este com­puesto no se encuentra normallnenteen los cementos. Se forma contra lasparedes del horno á expensas de la síli­ce, sobre todo cuando el revestimientoestá hecho con piedras de grés. No gozade ninguna propiedad hidráulica, es unasubstancia inerte'.

Si 02 2 Ca O.-Este silicato tiene lapropiedad de pulverizarse expontánea­mente por enfriamiento, á consecuenciade un cambio de estado alotrópíco. Esun fenómeno análogo al que se produceen las mismas condiciones de enfria­miento con el óxido de plomo, el sulfatode potasa, y particularmente con el sul­fato doble de cobre y potasa.

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Alwninatos ~le Cal. -Existen yariosaluminatos de cal que fraguan en con­tacto con ei agua, con gran rapidez.

El aluminato tricálcico es el mas im­portante, se hidrata simplemente, comoel yeso, en contacto con el ag'ua; conproducción de soluciones fuertementesobresaturadas.

A12 0 3 3 Ca O + Aq. = ~.:U2 0.3 3 CaO. 12 HO.

En contacto con el agua destilada sedescompone hasta que la solución con­tiene O gr 22 de Ca O. por litro.

Esta sal, según las investig'aciones deCandlot se combina con el sulfato decal, para formar una sal doble, quecristaliza con una gran proporción deagua:

A12 0.3 3 Ca O + 2,5 (SO.3 Ca O.)+ 60 HO.

Este compuesto parece que desempe­ña un papel importante en la destruc­ción de los morteros por el agua delmar; se forma á expensas del ácidosulfúrico del sulfato de magnesia. Estees un punto de una importancia capitalque merecería ser estudiado de unamanera más completa y que se podráaprovechar en los ensa;yos de cementosdestinados á obras marítimas.

Ferritas de cal. - Estos compuestosbajo la acción primera del agua aumen­tan de volúmen como la cal libre, luegodan orígen á un ferrito tricálcico blan­co hidratado que descompone el ácidocarbónico del aire con producción desesquióxido de hierro de color pardo.Estos compuestos no existen en loscementos de portland bien calcinadosque jamás toman al aire la coloraciónparda característica.

8ilico-alumino-ferritos de cal. Seproduce en los cementos de portlandun sílico-aluminato fusible idéntico alque forma el elemento esencial de1asescorías cristalizadas de los altos hornos,en el cual, el sesquióxido de hierroreemplaza en parte la alumina.

2 Si 0 2 AF 0.3 3 Ca O.

Este cuerpo es com.pletamente inerteba¡jo la acción del agua; y no pareceque el ácido cárbónico lo ataque des­pués de cierto tiempo. El úni"o rolútil es el de servir de fundente para

favorecer durante la cochura la coníbi­nación de la sílice y la cal.

Este sílico-aluminato que se encuen­tra cristalizado en el cemento portlandá causa de la lentitud del enfriamiento,puede, conservar su estado vitreo cuan­do el enfriamiento es suficientementebrusco. Es el caso de las escorias delos altos hornos, cuando se precipitanen agua fría; en estado líquido. Laspropiedades de este compuesto se trans­forman completamente: es atacable porlos ácidos débiles y por los álcalis.Se combina particularmente con la calhidratada fraguando y dando orígen ásilicatos v aluminatos de cal hidrata­dos, idén"ticos á los que se producenpor reacciones completamente diferen­tes durante el fraguado del cemento deportland. Es á causa de esta propie­dad que se fabriean los cementos deescorias, que cada día toman una im­portancia más considerable.

AGENTES DE DESAGREGACIÓN DE LOSPRODUCTOS HIDRAuLICOS

Después de haber descrito las nocio­nes prin 'ipales sobre la constituciónquímica de los productos hidráulicos,es conveniente pasar revista á los agen­tes de desagregación más aetivos.

Existen dos causas de destruccióninherentes á los materiales hidráulicos,que obran independientemente del medioambiente (agua, aire, etc.), cuya pre­sencia sólo modifica la intensidad y larapidez de las acciones producidas.

La primera de estas dos causas es lainsuficiencia de la cantidad de los com­puestos hidráulicos V activos, sin loscuales no se produce el endurecimien­to. Si no se consideran más que losesfuerzos mecánieos á que están some­tidos los morteros, se podría emplear enla mayor parte de los casos, cales ócementos muy pobres en materias acti­vas; especialmente para los trabajosexpuestos al aire en los que la deseca­ción y la carbonatación son agentesoctivos de endurecimiento; es necesa­rio emplear productos muy rieos enmaterias activas cuando se trata deresistir á la acción de los agentes físi­cos y químicos de desagregación.

La segunda causa interna de destruc­ción es la presencia de cal 6 de 1nag­nesia Ubre cuyo apagamionto posterior

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al fragúal0 proclu'~e el entuinecimientoy en muchos casos el agrietamiento delos morteros. El entumecimiento aúncuando no le siga el agrietamiento, essumamente peligroso, porque á causadel incremento de porosidad que resul­ta hace que el mortero sea mas rápi­damente atacable por la helada y porlas sales de mag'nesia de las aguas delmar. Cuando la cal libre se encuentraen pequeñas proporciones no se produ­ce entumeeimiento, pero su apag'amien­to desarrolla tensiones internas queparecen ser igualmente perjudiciales,facilitando siempre, aunque en menores ~ala, la a\:ción de los agentes exte­riores.

Bajo el punto de vista de los agentesexteriores hay que tener en cuenta par­ticularmente las acciones fisicas y qui­micas, por ser mucho mas peligrosas,que las acciones puramente mecánicas.Las accionas físicas y químicas puedenclaslfi,' arse en tres categorías, que co­rresponden á los tres medios en loscuales los morteros pueden ser em­pleados.

1." Agua dulce y terrenos húmedos.2.° Aire.3.° Agua de mar.1.0 El agua dulce en reposo, de un

suelo húmedo ó las aguas cuyo mOVI­miento e:3 bastante lento de manera queno ejerzan una acción mecanica dedesgaste, no aporta por su presencia,según los conocimientos actuales, causasespeciales de alteración. Se podría teneruna disoludón continua de la cal pro­veniente de la descomposición de lossilicatos y aluminatos de cal, que seproduciría evidentemente con agua des­tilada renovada constantemente:enton­ces, al cabo de muchísimo tieIllpb, noquedaría más que una masa gelatinosade sílice y alúmina hidratada. Peroesto disolución es imposible con lasaguas naturales, que contienen siemprebicarbonato de cal v ácido carbónicolibres; por el contrario se forma carbo­nato de cal cuva cristalización contri­buve al endurecimiento.

Puede suceder que algunos cementosalumínosos se desagreguen en contactodel agua cargada de sulfato de cal,sobre todo si una presión tien -le á haeer­la filtrar á través del mortero. Perosolo se han constatado alteradones deesta naturaleza en las mamposterias es-

puestas al aire phI' uno de sus para­mentos; no es seguro, pues, que á suvez se produzcan en las mamposteríascompletamente sumergidas.

En el agua en 'inoDimiento -rápido,de los ríos, el choque repetido de loscantos rodados y las arenas de arras tre,produce en los morteros como en todaslas rocas un desgaste lento. Este efec­to es tanto mas intenso, cuanto el mor­tero es menos duro. Lo mismo sucedeen el mar sobretodo si hav mareas,donde el choque de las olas y 10s cantosrodados que estas arrastran, producenpor su acción continuada, efectos masenérgicos que las aguas corrientes. Estaacción de las olas debe temerse en losprimeros tiempos del endurudmiento,cuando la resísteucia mecánica de losmorteros es poco considerable.

2,° En las obras espuestas al aire,las condiciones desfavorables á la con­servación de los morteros son múltiples,pero hasta hoy solo se han estudiadosuperficialmente. Los dos agentes másactivos de desagregación son las varía­ciones de temperatura y de estado higro­métrico.

Las temperaturas extremas son per­judiciales. Con temperaturas inferioresá cero el agua que ímpregna los mor­teros se congela, con idénticas COllSe­cuendas que á las piedras porosas. Alsolidificarse, el agua experimenta un au­mento de volúmen y produce una ex­pansión que tíende á hacer estallar elcemento, desprendiéndose pequeñas pla­cas paralelas á las superficies isotérmi­cas, es decir á la superficie libre delas mamposterias. Siempre que la re­sistencia mecánica df'lmortero es menor;el volúmen total de los huecos es másconsiderable; v las dimensiones de cadahueco aisladalnente son más pequeñas,la desagreg'ación se produce más faeil­mente. Cuando los huecos son másamplios, el agua congelada se deslizapor su plasticidad con presiones infe­riores á las que producirían la rupturadel mortero. Esta es la causa por laque los morteros de arena gruesa sonmenos hela:iízos: los huecos son menosnumerosos pero mas voluminosos. Lanaturaleza del cemento influye en laheladicidad de los morteros. por la es­casa resisteneia si es pobre' en elemen-'tos activos y por el volúmen de loshuecos que están en relación con la

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forma de los granos del cemento. Lascales que contienen una gran cantidadde polvo impalpable, los cementos pococalcinados cuyos granos son porosos,exijen mayor cantidad de agua para sumanipulación, produeiendo morteros másporosos que son más heladizos.

Con temperaturas elevadas algunoshidratos sólidos al perder agua se eflo­rescen y reducen á polvo, como sucedecon el carbonato de soda cristalizado.causando la desagregación del mor~tero.

Es el caso de algunos aluminatos decal y especialmente del alumino-sul­fato de cal; pero aún no se han hechoesperieneías decisivas á este respecto.Favorece esta deshidratación la seque­dad del aire. Hipotéticamente se puedeatribuir á esta causa el hecho bien co­nocido de ciertos cementos que habien­do permanecido durante algunos mesesdebajo del agua adquiriendo una grandureza, se hienden y hasta se desagre­gan en una masa arenosa, cuando seles expone á la acción del aire seco ycaliente.

La sequedad muy grande del airetiene otro inconveniente: se opone alendurecimiento conveniente de algunosmorteros al impedir la condensacióndel agua en cantidad apropiada. Lainfluencia de la sequedad es muy va­riablepara los diversos productos hidráu­licos; en los climas templados es pocomarcada para los cementos portlandsque espuestos· al aire endurecen en bue­nas condiciones.

Existen además otras causas menosconocidas de alteración de los morterosespuestos al aire, por ejemplo la car­bonatación de la cal qua se efectúa alrededor de la temperatura cero, es uncarbonato de cal hidratado:

Ca O. CO.2 5 H 0,

que se destruye cuando la temperaturase eleva de 5 grados, pradueíendo unapapilla sin consistencia de agua y car­bonato de cal anhidro.

La filtración de agua cargada de sul­fato de cal al través de las mamposterias,ha ocasionado en muchas ci¡'cunstanciasla desagreg'ación de los morteros sobre

.la superficie espuesta aire, lo que hacesuponer que la evaporación ha debidodesempeñar algun rol. Además pareceque los C0mentos cargados de alumi-

nato de cal son los más alterables. Es­tos hechos de desagregación son pococonocidos actualmente, pero su existen­cia ha sido constatada de una maneraabsolutamente cierta en las mampos­terias de fortificaciones v alcantari-llados. < •

3. 0 En el agua ele mcu' las causas dedesagregación son mucho más enérgi­cas. Las sales de maguesia descompo­nen los hidratos de las sales calcáreascuya formación produce el endureci­miento, se forma cloruro de calcio solu­ble que es arrastrado y al mismo tiem­po un depósito sin consistencia dehidrato de mag'nesül, de sultato de. cal,de siliee y de alúmina puestos en li­bertad por la descomposición de lassales calcáreas. El ácido carbónico delas aguas del mar, ó el que se des­prende de las vegetaciones marinas,contribuve á limitar la acción de est acausa de desagregación, formando uncarbonato de cal cristalizado que no esatacado por las sales de magnesia.

Una segunda acción mas peligrosatodavia del agua de mar, que tienecierta relación con la precedente,semanifiesta por entumecimientos y res­quebrajaduras del mortero. El agentemas activo es el sulfato de cal formadoá expensas del sulfato de magnesia ópreexistente en el cemento. Esta des­agregación debe temerse sobretodo conlos productos muy aluminosos; es unaconsecuencia de la formación del sulfo­aluminato de cal de Candlot.

En todos los casos la renovación delagua del mar, especialmente al interio l'

de los morteros, contribuye á que ladesagregación sea mas rápida. El efectode las mareas produce diferencias depresión que hacen entrar y salir alter­nativamente el agua por las juntas yactivan considerablemente la ruina delas mamposterias. La duración de estasúltimas es mas considerable en los ma­res sin mareas.

..,lcciones mecánicas. - Las acciones¡necánicas propiamente diehas, es decirlas que resultan de las cargas soporta­das por las mamposterias, abstracciónhecha de las acciones físieas inheren­tes á la naturaleza del medio ambien­te, rara vez son bastante po lerosaspara provocar la destrucción de losmorteros. Estas no pueden producir suefecto sino durante el primer tiempo

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Jlpunt~s d~ Historia d~ la Jlrquit~ctura

del endurecimiento. Debe temerse es­pecialmente en las bóvedas de los puen­tes, bóvedas de las aleantarillas en quese puede estar obligado de deseimbrarrapidamente. Este defecto inicial deresistencia no depende tanto de la in­suficiencia de la cantidad total de pro-

ductos -activos, como de un (lefeeto elerapidez de su hidratación, que puederesultar va sea de una molienda muvgrosera, Ó de una proporción insuficiel{­te de aluminatos.

JosÉ FOGLIA.

(eon.'ti:n.'U.aci6:n.)

--------~

La disposición interior de los masta­dás v todos los monumentos funerariosdel Egipto está basada en las creenciasde aquel pueblo.

Los egipcios creían que una vez falle­cido un individuo, su alma se dirijía álos tribunales subterráneos de los 24jueces infernales; después de juzgadopasaba al cortejo de los dioses, si eradigno de ello; pero además de esto eranecesario que sobre la tierra existieseuna imágen enteramente semejante á él.

Es decir que según los egipcios, lamuerte no era sino un desdoblamientodel difunto, el euerpo quedaba en latierra, embalsamado cuidadosamente ysu alma pasaba á ser juzgada por losjueces subterráneos.

Veamos, lo qne dice :Maspero al res­pecto:

"Para vivir en el otro mundo el dobleI1ecesitaba un cuerpo. El que le habíaservido de soporte en la existencia te­rrestre servíale tambien de soporte prin­cipal en la otra vida, y por esto, sinduda, trataban de retardar su destruc­ción por él embalsamamiento. Pero lamomia desfigurada no pocHa recordarya más que de una manera muy remo­ta, la forma del viviente. Además eraúnica y de fácil destrucción: podíanquemarla, desmembrarla ó dispersar susfragmentos. Si desaparecía, ¿á qué veníaá parar el doble? Al euerpo de carnedábanle por suplentes cuerpos de piedraó de madera, que reprodueían exaeta-

mente los rasgos del difunto; de ahílas estatuas. Eran estas más sólidas vnada impedia que las fabricaran en can"­tidad conveniente. Un solo cuerpo erauna sola probabilidad de existencia parael doble: veinte retratos eran veinteprobabilidades. De ahí el número asom­broso de estatuas que se encuentran áveees en una sola tumba. La previsióndel difunto y la piedad de la familittmultiplicaban los retratos del cuerpoterrestre y por consiguiente, 10'8 sopor­tes ó los cuerpos imperecederos deldoble, asegurandole por ello una casiinmortalidad.-Por razón igual multi­plicaban en ciel'tos casos, al rededor delas estatuas del muerto, las de sus ser­vidores figurados en diversos actos delos quehaceres domésticos; amasandopan, moliendo el grano, trasegando elvino que contenían las tinajas, etc., etc.

Estudíemos ahora la disposición inte­rior de unmastabá (figuras 1. 2, 3 Y 4.)

La puerta de entrada de la tumba,casi siempre está en la cara oriental;daba acceso á un vestíbulo, llamadopor algunos autores Cáma}'a, donde sereunían los parientes del difunto enciertos días determinados para celebrarbanquetes. El resto del edificio estabadestinado á la sombra del difunto. En lapared de la cámara, opüesta á la de lapuerta de entrada, hay uno ó variosorificios, qU'3 corresponden á otras tan­tas, especie de alacenas, llamadas se/'­dabs (en árábe se/'dab, significa corre,

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...... Jec·:e, ..... ~ .....)' .. l.C«'CH"t"__(r:t~)

tes y eternamente impenetrables de unamomia, y si una sola de ellas hubiesetenido en sus entrañas un camino acce­sible desde donde por ejemplo, hubiesenpodido hacerse observaciones astronó­micas, como desde el interior de unpozo, seguramente la habrían empleadoen contra de su propio destino.

U:...c~•. 1 2-rc",",r~drT'ó1 j)

·porquelas insáipciones hasta hoy 'in­terpretadas no las comprueban. Losegipcios dieron á cada pírámide unnombre especial: llamaron á la mayor,la morada brillante de Kufü (Cheops);á la segunda, la grande; y á la tercerala de lo alto."

Se ha discutido mucho el uso á queestaban destinados estos grandf s monu­mentos. Algunos autores afirman, queeran observatorios; segun otros erandeoósitos de riquezas ósea tesOí'os, ypoi, último los pru/cipales egiptólogos,con JYlariette-Bey á la cabeza, aseg'uranque eran simplemente tumbas reales,asi como los mastabás eran las tumbasde los nobles.

"Por lo que se refiere al uso á quese destinaban las pirámides, dice el ar­qneólog'o anteriormente citad.o, ha deviolentarse todo lo que del EglptO sabe­mos y todo lo que nos han enseñadolos demás monumentos del país, parayer en ellas otra cosa qne tumbas. Laspirámides cualesquiera que sean, cons­tituYen en efecto tumbas macizas, portodas partes cerradas, labradas con es­mero hasta en sus corredores, sin Yen­tanas ni puertas, ni otra abertura, .exterior. Son las envolventes glgan-

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('7~ ,;

1 Cámara ó vestíbulo.2 Serdabs.3 Entrada del po:w.

dor.) Aquí era donde se colocában lasestatuas que debían asegurar al falle­cido la inmortalidad en el otro mundo.

En la cara superior de la plataformadel mastabá, se encuentra el orificio deentrada del lJOZO, el cual está cuida­dosamente oculto; ademas ,el pozo está

construido de manera que no tiene co­municación alguna ni con la cámara nilos serdabs.

Su profundidad varía entre 12 v 20metros. •

Al llegar al fondo se ve un corredorá veces horizontal, que dá acceso á unacámara, donde se depositaba la momiadel difmlto. Estas cámaras casi nuncaestan decoradas, sus paredes las formansillares de granito muy bien labrados;en cambio la cámara que forma el ves­tibulo de entrada, casi siempre tienesus paredes materialmente cuajadas deinscripciones.

Pirámides. Dice Domenech en sumagnífica "Historia del Arte."

"Usan porprimera vez la palabra lJirci­1nides los autores griegos para designarlos monumentos de que vamos á ocupar­nos, y éste nombre aplicado á los sóli­dos que tienen igual forma que aque­llos monumentos, se ha hecho generalen el leng'uaje cientifico de todos losidiomas.

Ignórase el verdadero origen de estapalabra: unos suponen que viene delcopto y que significa altura, otros creenque se deriva del nombre hebreo pir­aa, por encontrarse repetidas veces enla Biblia; pero todas estas hipótesisquedan en la actualidad destruídas,

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En vano es decir que las cuatro carasorientadas, no denotan una significaciónastronómica; esta orientación es tanperfecta porque por razones mitólogicaslas dedicaron á los cuatro puntos car­dinales, y en un monumento tan cuida­dosamente ejecutado no es natural quela fachada dedicada al Norte dejase deseñalar ese punto. Las pirámides, comodecimos, no son mas que tumbas, y noes óbice á esta opinión el tamaño in­menso que alcanzan algunas, ya queotras no tienen siquiera seis metros dealtura; notemos además que no haypirámide que no sea centro de unanecropólis.» .

Contribuye á robustecer la opiniónde 1\Iariette, el hecho de que durantetres mil años no se pudo encontrar elorificio que dá acceso á los corredoresque conducen á las cámaras de lasmomias. Recién en el siglo IX de

nuestra era el emir Amru, consigmopenetrar en la pirámide de Cheops,haciendo una brecha en la cara septen­trional: la tumba fué violada v la momiade Rufú desapareció elel sarcófago enque descansaba.

Si los corredores de las pirámideshubiesen ejercido el oficio de tubospara ver pasar las estrellas cireumpo­lares, no las habrían ocultado tan cui­dadosamente.

Otro punto muy discutido, ha sido elsistema de construcción, seguido por losarquitectos egipcios, al levantar estasenormes masas de mampostería.

1\Iariette, Lepsius y Perring, opinanque cada Faraón al comenzar la cons­trucción de un sepulcro, empezaba pO.l

construir una sepultura, formada poruna pirámide modesta provista de unacámara subterránea.

Pero una vez terminada no por esodejaba de seguir aumentando sus di­mensiones; al rededor de la primerapirámide como núcleo, seguían agre­gando capas exteriores de ladrillo ópiedra y éste trabajo generalmente seinterrumpia con la muerte del Faraón.

Una teoría semejante á esta es lateoría llamada alemana.Según ella, laspirámides serian una serie de envol­ventes piramidales superpuestas.

Perrot y Chipietz se manifiestan par­tidarios éle la primera teoría y comba­ten rudamente á la segunda; pero losargumentos empleados por ellos paradestruir la teoría alemana, echan tam­bién por tierra, á la de J\1ariette, Lep­sius y Perring.

Dicen aquellos arqueológos, que dehaberse seguido ese método forzosamen­te, se hubieran producido grietas enlas uniones de las distintas fábricas,(cosa que por cierto no ha sucedido enlas pirámides, donde toda la masa escompacta y parece ser hecha con unplan definitivo desde un principio.)

Además el complicado sistema de co­rredores y cámaras que tienen en su .interior las pirámides es un argumentomas en favor de los que opinan quehan sido construidas con un plan fijo:"Preciso es convenir, teniendo en cuen­ta las secciones v distribución interiorde las pirámides" que la construcciónde estas responde á un sistema de cre­cimiento sucesivo.

Como ya hemos dicho, todas las pirá­mides tienen la unidad de plan y deconstrucción tanto ó más completa queotro edificio cualquiera concebido deuna sola vez. Ya la ejecutara para símismo el Faraón ó la levantaran paraél sus sucesores, ó lo que es lo mismo,ya la empezara él y la concluyeranestos, es lo cierto que la distribuciónde los corredores. la situación de lacámara y Út construcción y aparejo deunos y otras son igualmente incompa­tibles, con estas ideas de la pirámideprovisional y de su crecimiento de capasanuales, que apoyan Perrot y Chipiez,ó de juxtaposición de poliedros que, ála manera de rompecabezas infantil,proponen los alemanes. :l\Iientras no sepruebe lo contrario con documentos

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nuevos, lo único que nos parece racio­nalmente admirable es que alguna vezcambiara de plan la construcción deuna pirámide ya comenzada y se lediesen, bajo un pensamiento nuevo, di­mensiones mayores, ó bien quedara sinterminar y así se dejara ó se conclu­yera bajo un plan mas modesto. ni masni menos que como pasa hóy y hapasado siempre con toda Cluí?e <:le edi-

ficios. Sería realmente raro que losmonumentos que mas unidad presentanv mas sencillamente estan concebidosfuesen precisamente los únicos de planindefinido. - (Domenech - Historia delArte.)

JUAN GIURIA.

(Continuw'á).

Vardedades eientífieas

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RUEDAS DE PAPEL PARA VAGONES- Lasruedas de papel para vagones ele ferroca­rriles fueron inventadas en 1869 por elingeniero ameríeano Allen, y los ensayosverificados fueron tan favorables, que en1871 Pullman encargó cien ruedas depapel para sus vag'ones de ferrocarril.Desde entonces se han instalado en losEstados Unidos importantes fábrieas deestas ruedas.

Una de las primeras series de ruedasempleadas por Pullman ha recorridoadualmente unos 500.000 kilómetros has­ta producirse el desgaste de las llantasque son de acero y de 5 milítros deespesor; pero el núcleo central de papelha quedado todavía en buen estado yen disposición de prestar servicio.

Estas ruedas tienen un núcleo cen­tral de papel formado por hojas decartón de paja de centeno fabricadasexprofeso, que se encolan con colade harina y se someten después á unapresión, cuando menos de 500 atmós­feras. Después de bien seco, queda unbloque de extraordinaria homogeneidady dureza, que se tornea y trabaja paraformar el núcleo de la rueda. v sobreeste núcleo se monta por meé1i~ de laprensa hidráulica la llanta, que es deacero. .

LA CALEFACCIÓN ELÉCTHICA-Se hanverificado últimamente importantes me­joras en el sistema de calecfacción porelectricidad. Este adelanto en el usode la electricidad ha sobrepujado átodos los demás que se han hecho,puesto que el arte, tal como existehoy, de la calefacción eléctrica, se ha

traído á su grado de perfección actuadurante los últimos diez años exclusi­vamente.

Eli los primeros aparatos de calefac­ción se usaba un pequeño alambre deplatino que se pendía durante su in­candescencia, mientras que la regula­ción de la temperatura, en el pequeñogrado en que se intentaba esta regula­ción, se verificaba alzan lo la temperatu­ra del alambre mismo. Actualmantese suele usar una cantidad muy gran­de de alambre grueso y corriéndolo áuna temperatura más baja, ó sea nomenos de 400 á 430 grados Farenheit.

Se pone una temperatura máximapara el alambre y se aumenta la can­tidad de calor. aumentando también lacantidad de sl~perficie de alambre quedespide calor. Los primeros calenta­dores eléctricos que se usaban en loscoches de ferrocarril eléctrico se har,íanenterrando un alambre fino de platinoen materias aisladoras. encerrando todoen una cavidad entre' dos cubiertas. Elaire que la excluído, de esta manera,del contacto con el alambre expuestoá la acción del aire.

Esta construcción, sill embargo, im­pedía el escape del calor del alambre,alzándose, por lo tanto, la temperaturahasta el punto que el alambre se des­truía al muy poco tiempo.

En los calentadores eléctricos moder­nos el alambre está expuesto completa­mente á las corrientes de aire, y todaslas partes del alambre están en con­tacto directo con la corriente del aireque lo circunda. Así, el calor que se

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genera en el alambre es arrastrado porla corriente de aire al lugar que sedesea calentar.

De esta manera se obtiene la mavorlibertad v circulación del aire v <latemperatu<ra del alambre se conserva áun punto tan bajo que no influye enla dinación.

Durante los diez años se h", dado conel medio de colocar el alambre en susoporte, aislado de tal mojo, que haypleno lug'ar para la expansión y con­tracción de los alambres.

Los SISTEMAS DE ALCANTARILLADO­El ingeniero francés de Puentes y Ca­minos, J'lIr. Debauve, ha publicado enuna revista técnica un bien pensadoartículo acerca de las ventajas é incon­venientes de las aieantarillas del siste­ma unitario y del separativo. Estetrabajo constituye un estudio analíticode la J'lIemoria presentada por el Dr.Imbeaux en el XI Congreso Interna­ción de Higiene celebrado en Bruselasel año de 1903.

Es sabido que los tres sistemas gene­rales que hoy se practican para la eva­cuación de las aguas de las poblacio­nes son: 1.0 El sistema llamado sepa­rativo, en el que se utilizan dos cana­lizaciones distintas é independientes,cada una de las cuales se aplica á suobjeto y recibe separadas las aguascorrespondientes, 2.° El sistem1:l unita­rio en que todas las aguas de evacua­ción se vierten á red única que las dasalida, y 3.° el sistema mixto en quela red de expulsión de las aguas suciasrecibe también en parte las aguas delluvia siendo el resto llevado al maró á los ríos por una tubería especial.

La preferencia debido á uno de estostres sistemas sobre los otros. ha sidoampliamente discutida, y no~ está re­suelta en el telTeno de la Ingenieríasanitaria. La Memoria mencionada ex­pone detalladamente las ventajas é ín­convenientes de cada uno de los méto­dos de evacuación, y, en conclusión,sienta' que los tres sístemas bien des­arrollados y estudiados en caela caso,con arreglo á las circunstancias locales,son susceptibles de satisfacer amplia­mente á las exijencias de la hi~dene

pública: pero. pai'ece deducirse q~le elautor se inclina.. á favor elel sistemaseparativo que desde luego es más ven­tc\joso que los otros dos cua..ndo las

pendientes son poeo pronunciados, eseeonómico y da un producto evacuadordel liquielo impuro que, por su menorvolumen, se presta mejor á la extrac­ción de materias útiles y á la depura­cióu agrícola, química ó baderiológica.

PAVIMENTOS DE ACERO FUNDIDo-Unacasa de Burdeos ha construído y pre­sentado un modelo de pavimento de acerofundido, cuadriculado. apropiado pararevestir el piso de las calles sustituyen­do al macadam, al asfalto y los parale­lepídos de madera ó de piedra.

El modelo en cuestión es análogo álos pavimentos que ya se emplean enlos Estados Unidos y en algunos puntosde Italia, Cuesta este pavimento 5 otfrancos por metro cuadrado y aumen­tando el valor del hormigón sobre quedescansa, el precio se eleva á diezfrancos, ó sea la tercera parte que elpiso de madera.

TÚNEL DE BEHRING - Algunos ban­queros rusos y norteamericanos, junta­mente con varios entusiastas de lasgrandes obras y empresas gigantescas,andan moviendo la opinión y recogien­do firmas para un mensaje dirijielo álos Estados Unidos para que se interesey mande estudiar un túnel que enlaceAsia y América por debajo del estrechode Behring por el cual se uniría lalínea férrea transiberiana con la queposteriormente se construyera en elterritorio de AJuska.

PERFORADORES ELÉCTRICOS-J. E.:Mun­by ha publicado un estudio comparativoentre los perforadores eléctricos y losperforadores á aire comprimido. Segundicho señor las pérdidas en los conduc­tos de aire compl'imido puede llegar á40 Y 60 0[", siendo en ciertos casos im­posible el empleo de dieho fluído. Estapérdida de potencia es por el contrariomuy pequeña en el caso de la transmi­sión eléctrica, la cual permite accionaral mismo tiempo las bombas, los apa­ratos de extracción, los ventiladores, etc.

Los modelos corrientes de perforado­res eléctricos no absorven mas de 1 ó2 caballos, mientras que para un per­forador á aire comprimido hay necesi­dad de 6 á 10 caballos, según la dis­tancia; el perforador á aire no trabajamas económicamente que el perforadorá mano, mientras que el perforadoreléctrico trabaja á mitad de precio.Por otra parte los gastos de primer

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Universitaria

trabajo de los perforadores y donde essiempre fácil la instalación de un ven­tilador eléctrico.

Las dificultades que se han encon­trado en los perforadores eléctricos pro­venían delas imperfecciones mecánicas,que han desaparecido actualmente gra­cias al empleo de motores unidos portransmisiones flexibles á los perfora­dores.

El empleo de resortes y de cámarasneumáticas ha dado á los perforadoreseléctricos tanta suavidad como los deaire comprimido; en cuanto á las repa­raciones, más frecuentes en los primerosserán cada vez menos importantes porla experiencia de los números.

veniente alguno que haga imposible lageneralización del procedimiento y quelo único que se espera, es saber si daó no buenos resultados.

No vamos á discutir ahora, si han sidobuenos ó malos, sólo diremos que ánuestro modo de ver, si no han sidomejores, la culpa no la tiene el siste­ma, sin que quiera decir ésto, queseamos optimistas en éste sentido.

Cuando el momento ó las necesidadeslo exijan, haremos un estudio de la for­ma en que se han realízado las pruebasde los frutos obtenidos y se verá dondereside el mal.

Uno de los argumentos que se hacenen contra de la implantación del siste­ma en medicina, es el de que en esafacultad. casi nunca se concluyen loscursos. 'Este argumento no tielle fuer­za nada más que con respecto á algu­nas materias, como anatomía, ;y' aunpara ellas tiene solo valor aparente, comodespues veremos.

Los demás cursos, se encuentran enlas mismas condieiones que los de Dere­cho y Preparatorios, en lo que se refie­re á su extensión, presentando casi todosellos, la vantaja inmensa de que son

establecimiento de una instalación deperforadores eléctricos, son aproxima­damente la mitad que los de una insta­lación á aire comprimido y el materialde la usina de electricidad pesa lacuarta parte, mas ó menos, de lo quepesa el de la de aire comprimido paraun mismo número de perforadores; loque tiene eierta importancia cuandohay que transportar el material á grandistancia.

La única ventaja de los perforadoresá aire comprimido, según el señor JYIun­by, está en la ventilación de las gale­rías y esto tiene poca importancia enlas minas de carbón ó en galerías muyprofundas, donde la ventilación debeser necesariamente independiente del

Crónica

En nuestro artículo del número ante­rior, despues de demostrar el mal re­sultado que da el procedimiento aeiualde exámenes, llegamos á la conclusiónde que, en la Facultad de JUedicina óen el Reglamento General, se hace nece­saria una reforma, que podría realizar­se, modificando los exámenes, ó supri­miéndolos como ya se ha hecho en otrasfacultades de nuestra Universidad.

Como lo que se refiere á la modifi­cación del exámen no necesita discutir­se por ser de sencilla solución, veamossi en medicina, es ó no posible, la im­plantación del régimen en vijencia enlas facultades de Derecho y Prepara­torios.

Razones fundamentales no deben exis­tir, puesto que el Consejo lo declaratacitamente, al decir que se estableceen las Facultades de Derecho y prepa­ratorios, como prueba, y que si en ellasda resultado, pasará á los de JUedicinay Matemáticas.

Quiere decir ésto, que no hay incon-

Los ex~mel?es el? la. fa.culb~ ~e m~~icil?a.

II

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cursos casi exclusivamente practicas cir­cunstancia que hace más viable y prove­choso el nueyo régimen, y que no puedediscutirse á favor de los cursos de cien­cias y letras, que son teóricos por natura­leza y por necesidad.

Para entrar directamente á compro­bar éstas afirmaciones; analicemos unopor uno los cursos de la carrera médi­ca y se verá que no hay razón parasostener el argumento aludido.

El curso de Física :l'.1éc1ica, puede es­tudiarse y repasarse perfectamente du­rante los ocho meses universitarios; elde Química l\Iédica, algo más dificul­toso y extenso que el anteríor, puedetambien estudiarse en las ochenta ónoyenta clases del curso puesto que eltexto solo tiene 500 páginas de estudiooblígatorio y 400 paginas escasas deestudío necesario para el médico.

El curso de Fisiología resulta bastantemás sencillo que el de Química; dejandoá l~n lado el de Anatomía, que lo ana­lizaremos por separado, llegamos alcurso de Patología General sumamentesencillo y que no merece por lo tantoque nos detengamos en él.-En el cuartoaño, tenemos dos cursos sumamente fáci­les, que son, Medicina Legal é Higiene.-En el quinto y sexto año todos loscursos son prácticos predominando lasclínicas de manera que el estudiopuede hacerse sín dificultad nínguna.

Si dispusieramos del espacio necesa­rio para tratar con más detención estospuntos del progTama, podríamos hacerun exámen de estos dos años, para des­lindar las materias que verdaderamentepresentan alguna dificultad en el es­tudio.

Veamos ahora más detenidamente, siseria ó no posible estudiar la Anatomíaen el supuesto de que la reforma delReglamento alcanza hasta la Facllltadde Medicina.

La Anatomía es una materia comple­tamente práctica, circunstancia que lahace por si sola adaptable al sistemaque se discute. Pero para entrar á lacuestión y para refutar el argumentoprincipal que es el que se refiere á, laextensión del curso, bastará observar laforma en que se hace el estudio y laforma en que podría hacerse sin pel:iu­dicar en lo mas mínimo la preparaciónde los alumnos.

Actualmente, se emplean las clases

teóricas en tomar lecciones que se po­drían exigir comodamente en la prác­tica de todo el año, á que está obligadoel estudiante.

Habiendo como hay en ésta materia,una parte práctica que ocupa tres horasdiarías durante todo el año, en la quelos estudíantes estan necesariamenteobligados á trabajar, habiendo en esasclases tres disectores rentados,que tienenla obligación de observar los trabajos,explicar é interrogar a la vez sobrecada una de las preparaciones que sehacen, es perfectamente posible exigir étodos los discípulos el conocimiento departes, como las que se refieren á Huesos,Articulaciones, .Músculos, Arte)'ias, Ve­nas, Sistema lV. Pe)'i{irico y Dijestil)o, quepueden verse en la práctica y que enlas clases teóricas resultan pesadas éinútiles por no haber nada que agregarrepitiendo al pie de la letra lo que dicen,los textos de uso corriente.

Descartadas todas esas partes de lasclases teórícas, quedaría para éstas elestudio de las demas cuestiones, queexig'en por su naturaleza, la explicacióndel catedrático.-Entre ellas podríamoscitar las que se relacionan con el SistemaC. Nel'l.?wso, Lim{c1ticos, Respiratodo,Genito-urinal'io y Sentidos.

Planteadas las cosas en esta forma,dos años de estudios de Anatomía, seríansuficientes para adquirir los conocimien­tos á que se llega actualmente y á quese ha lleg'ado siempre, con la diferen­cia de que se adquirirían conocimientossólidos y durables, cosa que no puedesucederle, al que tiene que atragantartoda la Anatomía paraun momento dado,atragantamiento que bien puede hacersecomo ha sucedido algunas' yeces, enpoco tiempo y de una manera mecáni­ca, que sirve, á unos, para salvar el exa­men y á todos, para contraer dolenciascomo consecuencia de un Tecargo abru­mador de memoria y de tensión inte­leetual.

Hacemos éstas argumentaciones, sola­mente en el supuesto, de que el nuevosistf'ina se aplicara en forma y con laseriedad que son necesarias.-l\Iientrasesa seriedad y esa reglamentáción nosean un hecho, el procedimíento no podráde ninguna manera dar buenos resulta­dos, y es solamente teniendo en cuentaesa circunstancia que puede extender­se y continuarse con provecho de lo

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contrario resultaría indefectiblementepeor la enmienda que el soneto y si elantiguo era malo, éste erá peor, si antesse sabía poco, ahora se sabrá menos.­Los conocimientos en el antiguo sistemadependían de una obligación que durabadiez mínutos, en el actual dependen de unareglamentación y de un órden que debendurar un año. Cuando esas dos cosasreínen en la Univerpidad, el procedi­miento dará buenos resultados.

Nuevos diplomados --Terminaron lacarrera de abogado los estudiantes Lo­renzo Bélinzo, Salvador Estraué, JuliánEduardo JYIiranda, Ernesto. l\Iautone, En­rique l\Iartínez Haedo y José B. Nattino;la carrera de médiCos los estudiantesAlberto Vázquez Barriere, Juan CarlosDighero, César Crispo Acosta, RómuloH. Silva, Susano Almada, Pedro Duprat,Julio A. Bauzá y Jaime Jianetto, y lade ingeniero Bautista Lasgoi:ty, Fran­cisco Iglesias Hijes, Donato Gaminara,Alfredo de Santiago y Vicente 1. Garda.

Es un núcleo selecto de estudiantesnotables, que aportará un valioso con­tingente á nuestro cuerpo técnico na-cional. •

A.uguramos pues á los noveles titula­dos una actuación tan descollante en elejercicio de las carreras que respectiva­mente han abrazado, como ha sido supaso por la Universidad de l\Iontevi­deo.

!.la :Biblioteea de Oerreeho - Ha cau­sado mala impresión entre los estudian­tes de Derecho, el nuevo reglamentoimplantado en la biblioteca de la Fa­cultad.

Conceptuamos provechoso y conve­niente, que se trate de asegurar eficaz­mente la devolución de los libros quese saquen del local de la biblioteca, perono conceptuamos igualmente provechosoy conveniente que se pongan trabas inú­tiles, á los estudiantes que, como puedeninformar los empleados de la biblioteca,son los que más puntualmente efectuanla devolución de los libros que les hansido prestados.

Es soh'e ciertos elementos extraños ála Universidad, que,-como saben muybien las autoridades Hni versitarias,son extremo rehacios á la devolución delos libros, que debe recaer todo el rigo­rismo de reglamentaeiones l'f~strictivas

y severas; pero no por cierto sobrelos estudiantes de Derecho á quienes sepeljudica inútilmente con esas limita­ciones reglamentarias.

La biblioteca de Derecho debe pro­porcionar á los estudiantes los librosnecesarios y debe permitir sacarlos dellocal de la Universidad,--si se quiereque la biblioteca sea verdaderamenteútil y no se convierta en simple adornoque represente gasto sin representarprovecho.

La biblioteca de Derecho funciona du­rante el año universitario á horas enque los estudiantes esrán ocupados enlas clases y en los empleos, horas enque no se puede hacer uso de los librosde consulta. I Es permitiendo que esasobras de consulta se extraigan por varioslías de la biblioteca para ser leídas áhoras oportunas, sin las limitaciones yformalidades que la nueva reglamenta­ción impone,-que se conseguirá queellas reporten utilidad positiva.

Los libros no deben ser adquiridospara simple ornato de las vastas estan­terías universitarias, ó para servir dealimento á la polilla que ha de hacerpronto su obra destructora; es precisoque sirvan al fin á que estan realmentedestinados; que puedan ser leídos, con­sultados, utilizados, en fin de una manerafácil, sin trabas que desnaturalicen elobjeto de las bibliotecas, sin obstáculosque son odiosos y que no representanpara la Universidad la ventaja másmínima ni la utilidad más remota.

Esperamos, pues, que las autoridadesuniversitarias reaccionarán contra lasformalidades inútiles y las limitacionesexcesivas é inconvenientes de la nuevareglamentación, ya que los intereses de laUnivelsidad no pqedenser otros que los delos estudiantes que á ella concurren, yque pel:judicando á los estudiantes sepeljudica por consiguiente á la Univer­sidad.

El ingenierro Iglesias flijes - Comoindicamos más arriba, recibió el títulode ingeniero de puelltes y caminos elestudiante de matemáticas FranciscoIglesias Hijes, encarg-ado por la Comi­s!ón Directiva de la Asociación de losEstudiantes de redactar, en compañíadel inteligente estudiante Elzcardi BoL;;:,la sección de EVOLUCION correspondienteá la Facultad de Matemáticas.

El ingeniero Iglesias Hijes, que- ha

;¡;,.- 186 -

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prestado su eoneurso entusiasta y va­lioso á la obra progresista de la Aso­ciación, interesándose sobre todo por eléxito cíe esta Revista, ha eonquistadoen la Universidad merecida fama deestudiante trabajador y apto.

Sin esa brillantez que seduce peroque muehas' veces engaña, el nuevoingeniero ha demostrado siempre untalento sólido y práctico, una intelig'en­cia profunda bien nutrida de conoci­mientos científicos, capaz de una obraseria y meditada, de una labor constantev fructífera., ll.a ~eglamentaeión obligatol'ia ­Un grupo de estudiantes de Derechoinicia trabajos, en estos momentos, conel fin de consegir del H. Consejo Uni­versitario la derogación de las disposi­ciones referentes á la reglamentaciónobligatoria en ciertas materias.

La comisión iniciadora ha consultadova á alg'unos elementos de valer dentroele las fijas estudiantiles v su idea hasido acojida entusiastamente.

La dispersión de elementos universi­tarios, con motivo de las actuale.s vaca­ciones, impide que el movimiento en elsentido indicado se inicie de inme­cliato.

Se nos informa, sin embargo, que enlos primeros días del año entrante seconvocará á todos los estudiantes deDerecho y Notariado para cambiar ideasy activar los trabajos á que nos hemosreferido.

Concurso <le Derecho

DERECHO CIVIL CUARTO AÑO

1-Donaciones. Su naturaleza: limi-tes y efectos. '

2-Rescisión, revocación y reducdónde las donaciones. Exámen de la teoríadel Código.

3-Compra-venta. Naturaleza, efectosé incapacidades. Exámen de la doctrinadel Código.

4-0bligaciones del vendedor. Doctri­na del Código y su exámen.

5 -Obligaciones del comprador. Doc­trina del Código y su exámen.

6-Pactos accesorios al contrato deventa. Su enumeración V exámen.

7-Cesión de derechos' creditorios vhereditarios. Teoría del Código J- Sllexámen.

8-Del arrendamiento. Su naturalezav efectos., 9-Arrendamiento de casas. Principiosgenerales del Código y su exámen.

10-Arrendamiento de obras. Princi­pios generales del Código y su exá­meno

11-Compañías ó sociedades. Natura­leza y principales cláusulas del contratode sociedades.

12-¿Existen diferencias entre la so­ciedad civil v comercial?

13--Admin'istración de la sociedad.Principios del Código y su exámen.

14 De las obligaciones de los sociosentre sí v con relación á terceros.

15-Disolución de la sociedad. Prin­cipios del Código y su exámen.

16-La sociedad conyugal y las dotes.Sistema general del Código. Legislacióncomparada. Exámen crítico.

17-La sociedad legal según el Códi­go. Exámen crítico.

18 -Mandato. Su naturaleza, formas,efectos y especies.

19 - Oblig'aciones que surgen del man­dato. :l\Iodos de acabarse el mandato.Doctrina general del Código.

20-Fianza. Su naturaleza, efecto vextensión. Modos de acabarse. Doctrinageneral del Código.

21-Transacción. Su naturaleza, for­ma y efectos segun el Código. Exámencrítico.

22-Contratos aleatorios. Su enumera­ción seg'un el Código. Critiea.

23-Préstamos. Sus diferentes espe­cies. Principios del Códig'o y su crítica.

24-Préstamo de uso. Concordato Prin­cipios del Cód·igo. Exámen crítico,

25-Depósitos. Sus diferentes especiessegun el Código. Crítica.

26-Prenda. Su naturaleza, forma yefectos. Nuestro código. Su exámen crí­tíco.

27 - Hipotecas. Su naturaleza objetov formolidades. Exámen del rég'imenhipotecario en la Repúbliea. Derechoeomparado.

28-Cesión de bienes. Sus caracteres,condidones v limitaciones. Exámen crí­tico del CócÜgo.~- Privile,g;ios. ,g;raduación de acree­

dores v distrihucióií de créditos en con­curso. 'R6¡:ümen del Códig'o. Crítica.

30- Te~rias sobre la L aplicación delas leyes. La seguida por nuestro Códi­go. Su exámen critico.

-.187 .-:.,./0

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Bi bl iatecas

Ir,,gresos á las Bibliotecas de la Universidad

h<ulbd d~ Dere<bo

LIBROS RECIBIDOS-Las bibliotecas uni­versitarias han recibido en el año co­rriente los libros indicados en las listasque publicamos en este número y queseguiremos publicando en números su­cesivos.

Como se verá por ellas, las adquisi­ciones hacen, en su mayoría, honor álas autoridades respectivas, que se preo­cupan de adquirir todas aquellas obrasque pueden ser útiles á estudiantes yprofesores. '

MESES DE ENERO, :F'EBRERO, MARZO y ABBIL

Sansonetti - Derecho Constitucional,1 volumen. Madrid.

Roguín-Las reglas jurídicas, 1 volu­men. :l\íadrid.

Ccwaignac-Pour l'impot progressif,1 volumen. París.

.Machaclo-El Código Civil Argentino,1 volumen. Buenos Aires.

Cosentini-La Sociologie génétique,1 volumen. París.

Bryce- La Republique Américaine, 2volúmenes. París.

Bauclry La.)antinerie - Droit Civil,Les Obligations, Des Personnes,2 volú­menes. París.

Leyret - Novísimas Sentencias delPte. lVIagnaud, 1 volumen. Barcelona.

Girón y AI'cas-La situación jurídicade la Iglesia Católica, 1 volumen. Ma­drid.

Cosach-Traité de Droit Commercial,1 volumen. París.

Anónimo-Recueil des traités. arran­gements, etc., etc., 2 volumenes. ' Berne.

Contuzzi - Comentaire des conven-

tions de la Raye, 1 volumen. París.illeylan-La coéducation des sexes.Juta -lVIétodo de derecho lnternaeio-

nal Privado.Varios-Relig'ions et Sociétés.Ourti-Le Referendum.Gícle-Lyon-Oaen-Code de C0mmerce

Allemand.Le Bon-Psychologie du socialisme..1Vanresa-Comentarios al Código C.

Español.D'BaussOíwille-L'enfance á París.Lallemancl- Rist. des enfants aban­

donnés.Lallemancl - Congrés Int. d' assis­

tance.Thulie-Les enfants assistés de la

Seine.Roussel-Rapport-enfants assistés.

9ibIiotec~ d~ I~ hculbd de (1l~temUic~s

Ajorini A. F.-Costruzione dei Portí,1 volumen texto. Atlas.

Gentile e Riecí Archeologia dell'ArteGreca, 1 volumen, texto Atlas.

Saro) 'gnan D' OS01J2JO-Piante tessili.Líon - Ingegneria legale.Lebloncl-Les moteurs éleclriques.J.l1a¡'colongo -lVIeccanica razionale, 2

volumenes.Russo-l\Ianuale di Architettura Na-

vale.Peclrini-Casa dell' avvenire..Magrini- Abitazioni popolari.Volhel Dibujo, Figurale l\Ialereien.Volhel-lVloderne Villen.ReDe¡'e-:Materiales. lVlattoni e Pietre

di sabbia e calce.il1ezzanotte-Leg. lVIunicipalizzazione

dei servizi pubblici.Boo(squet-Precis d'hydraulique.

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- 189-

Jfodhunter - -Tr:igonometria, Calcoloitesimale e Algebra. 5 volúmenes.

Razous -Dehets-Industrie11es.Colornbo-l\lanual del ingeniero.Rtchat'd-Notions de mécanique.Minanli-Polizia Sanitaria.Belluomini - Ricettario di l\leta11ur-

gia.Sardi- Espropiazioni.Ottone-Trazione á vapore.De-Gasparis-ll sale e le saline.Nolle-Fabrication de l' acier.Lodin-JYIetalurgie du zinc.Daniel-Radivactrité.Petzeys-Instalations sanitaires.Gonilly - Elements et organes des ma-

chines.lVikeT skeirner-Principes de JYIéca­

nique.D'Ocagne-Le calcul simplifié.Piaggio-Topografía, 1 volumen tex­

to. 1 atlas.Alonso Criado---Colección Legislativa.Fellinger-l\loderne fuatische, Bautis­

chlerarbeiten.Jupitne¡·-Siderologie.Thoprnson-l\lachines etdynamos elec­

triques.Gutdner-JYIoteurs á combustion.Franches - Habitations á bon mar-

ché.Hall- GODesr¿ing-l\lechanisn.Courtnay-JYIosonry Dams.Bellosis-Hvdraulics.TodhulYder':-Elementi di l\leccanica.Reedi-Extra Feret Class.Fiedler-Das Detail in des l\loderneu

Architecture, Serie 1 y n.Pagrini-La trazione elettrica.Nicoli-JYIeccanica agraria.J.vIltsut - Geo'iesia y Cartografía, 1

texto y 1 atlas.Planat-L'art de batir.Guadet-Théorie d'architecture: Addi­

tions.Leray et Labeyí'ie-Construction des

maisons d'école.Anney ThOlnas-L' útilité publique

et la propieté priveé, 3 volumenes.Bodnw}'-Guide pour la reception du

matériel des chimins de fer et tran­wavs

Fe;'noux, Allnot et Christie-l\Ianuelpratique de construction.

Quinette de Rochemont et Vetillart-'. Les ports maritimes de l' Amériquedu Nord sur l' Atlantique, tome 3.°, 1volumen texto et 1 atlas.

Beghin"""":Principes d' electroteclllique.A. de Payclt-Théorie raisonnée de

l'électricité.Callou-Physique et chimie indus-

trie11es.Congrés maritimes internationaux.Coniptes rendus des travaux.Congrés tenu á lVlonaco en 1901.Ccingrés tenú á Copenhague en 1902.Girau - Travaux pratiques de chi-

mie.Bussard-CuJture potayére et culture

maichere.Planat-Choix de pontes d'entrée de

maisons francaises modernes.Thier'y - Des méthodes topographi­

quesoDwmas-Construction des barrageré­

sevoirs.lvIltlie}'-Bois et marbres reproduits

d'aprés nature.Dasseu-Estude sur les quantités ma­

thémátiques.Ferwl-Geométríe descriptine.Ab}'aham - Experiences élémentaires

de physique.Godet - Legislations des chemins de

fer.Lassalle-Capital et travail.Denwlins - Comment la route crée le

tipe social.Pionchon- Electricité industrie11e.NIomnerque-Contr6le des installations

électriques.Lecomte-Denis - Utilisation pratique

et compléte cl'une chute d'eau.Gay-Les cables sousmarins.GaJ'J'y-Technologie mécanique.G}'imshaw - L'atelier moderne des

constructions mécaniques.Dehcwme et Pulin-Locomotives, JYIé­

canismes, Chassis, rEypes de machines.Langlois -Précis d'hygiéne publique

et privée.Dunbar-L'épuration biologique arti­

ficie11e des eaux residuail'es.F. Benoit-L' art des jardins.Villas et cotag-es des bordes de la

meroGuillemant-Le matériel de la voie,

1 volumen texto v 1 atlas.Appel-Traité de mécanique ration­

ne11e, tome 2°.Mach-La mécanique.Berget-Physique du globe et metéo­

rologie.BaJ'ry - Commentaire des clauses et

conditions genérales, etc., 2 volÚIllenes

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Puton-Code de la législation fores­tiére.

Colson-Cours d'economie politique,tome, 2".

Vaguette-l\Iemento de législation in­dustrielle.

Jay - La protection légale des travai­lleurs.

Taquet-Le monopole de l'alcool.Installations et programmes de l'Ins-

titut electrotechníque l\Iontefiore.Sauvage-La machine locomotive.Pl'oust-Traité d'higiéne.HY,Q:iéne et sécurité des travailleurs

dans les étáblisiments industreilles.Boulad - Théorie géométrique de la

fiexion de pieces comprimées.Fi'enet - Recueil d'escercices sur le

caleul infinitésimal.Schlessel' - Géométrie descriptive et

géométl ie cotée.Poui'nin-L'inspeciion du travail.Sée-Les entreprises de distribution

d'énergie éléctrique.Gi'angel'-Les progrés recellts dans

!'industrie du verre.Baumgarüwí' -Manuel du construc­

teur de moulins et du meunier, tome 2°..Mal'cel-Les industries artistiques.Aubel't-l\Ianuel des conferénces agri­

coles téclmiques et practiques.

8ibliotec~ <le la. Sec<iól) de E. Secul)<la.ria.

MARZO

Gal'cia Nieto-Apuntes sobre el pro-blema religioso.

T¡'ustclt Les procédis pigmentaires.Tl'ustat-Le cliché photogTaphique.Ribot - Lalogique des selltiments.Ronye¡'-La goume bkhromatée.Al'naiz - La vida sensible.Emerson-Ensayo sobre la natura-

leza.Cejadoí' y Franco-Embriog'emia del

lenguaje.Cal'lyle-Pajes choisies des grands

ecrivains.Law'ent-Les grands écrivains scien­

tifiques.Bazaillas-La vie personnelle.

Hébeí't - L' évolution de la foi catto­lique.

Fishe - El destino del hombre.Bel'litz-l\Iétodo para aprender idio­

mas.Gl'am'Íne-Hypothesis scientifiques.

Sichtenberg'el'-Helll'i Reine penseur.Baldivin-Elementos de Psicología.Gotha-Almanach 1905.Payot -Cours de l\Iorale.Bénal'd-La couqueté du PoleoGeí'lvete-Quine mois dans l'antar-

tique.Fonsegrive - Essoi sur le libre ar­

bitre.Chanlucil-nIétéorologie usuelle,Hm'ta y Pat'Clo-l\Ietrología universal

novü;ima.Hanotaux-Histoire de la France Con­

temporaine.Gutíei'l'ez -Guerras civiles del Perú.Figuel'oa -l\Iisiones de la Compañía

de Jesús..Nicolay - Historia ele las creencias.ll1oebins-La inferioridad mental de

la mujer.Tw'guenef-Aguas primaverales..1Yansen-Hácia el polo.Rubio y Bellvé-El arte de estueliar.Tw'guenef-Humo.Rossi-Notas de estética.Amunátegui- Al travás elel dicciona-

rio v la gTamátiea.Victol' LHugo-Noventa y tres.

ABRIL

Langel-Los problemas ele la vida.Langel-Los problemas del alma.Langel-Problema de la naturalezaHachel- Enigmas del universo.Renan-Los evangelios.Nin-Las sonatas modernistas.CUl'ie-Recherches sur les substances.

ra-iioactives.Llurston - Histoire ele la machine a

vapeur.i11atter-Bismarck et son temps.Bollat'Cl- La théorie eles sous et l'

electrohyse,ele¡'h MatfJÍl'el-Los theories electri­

quesoAldini-Essai théorique et experimen­

tal sur le galvanisme.Madin- La poudre, l'électricité, et le

magnetisme chez les anciens.Mach-La l\Iecanique,Hclt'tsochei' - Conjectures physiques.

-Brauly-Conductibilité électrique elesraelio-conclucteurs.

Val'ignon-Nouvelles conjectures surla pesanteur.

Haen-Paelronne de la theorie meca­nique de l'éléctricité.

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Chipart-La théoriehyrostatique dela lumiére.

Descartes - Principes de la philo-sophie. .

Saint Hilaire - Oeuvres de Platon.Kant-Critique de raison pratique.LacOínbe - De l'histoire consi<:lerée

comme science.Saint Hilai¡'e-:Metaphysique d'Aris­

tote.Conturat - Opuscules et frajments

medits de Seitmitz.Pedregal - Gimnástica..Jlosso-La educación física de la ju­

ventur!oLagJ'({nge- El ejercicio en los adul

tos.Lagmnge-La hijiene de ejercicio en

los niños y en los jóvenes.Schreber-Gimnasia de sala, médica

é hijiénica.Bruchet - Dictionnaire étymolojique

de la lang-ue frangaise.Brachet - Grammaire historique de la

langue frangaise.Hoüelacque-La linguistique.Leferre--Les races et les langues.Reynaud-Principes generaux de lin-

guistique Indo-Europienue..lODY - Principes ele philologie com­

parée.Schele¡' - Dictionnaire d'étymologie

francaise.Sí~dre-Cours de grammairehistorique

ele la longue trangaise.Bescherelle-Dictionnaire ele tous les

restes francais.Sal;eauJ/-Dictionnaires eles elifficultés

g-rammatiques et litteraires ele la louguetrancaise.

Bópp-Grammaire comparée eles lon-gues Inelo-Europiennes.

RooseDelt-El ieleal americano.Roosel..:elt - Las dos Américas.Cornejie-El dominio ele los nego-

cios.Cornegie-El A. B. C. elel <:linero.Hinne-Historia de la España Con­

temporanea.Solice-Historia <:le las literaturas com­

paraelas.Ossip-Sow'ie-La Ps;ycholojie des No-

manciers Russes elu XIX Siécle.Ycrclum-Précis ele Zoolojie.Benot-Cervantes y el Quijote.Labo¡ 'de-Milaá-Fontenelle.Az-orin-La ruta de don Quijote.YaleJ'({ -Terapéutica Social.

Gaustie¡'---Ristoria natural aplicada.Gorhi---L'Annonciateur <:le la tempete.Pirola---España y la Regencia.Fiúst---Le préjugé des races.Deslinge¡'--' El pontificado.Sollier'---Le mecanisme (j es emotions.Diaz de Escobar---Apuntes Escénicos

Cervantinos.UnCtinuno---Vida de don Quijote y

Sancho.Launay---La sciencie géologique.Dumas---Psycholojie ele deux 1Ylessies

Positivistes, Saint Simon el AugusteComte.

Pellissier---Etudes de litérature et demOl'ale.

Bo¡'¡'a(·--Préeis d'analyse chimiquequaIititative.

Bnmot---La langue frangaise <:les ori­jines á 1300.

.lesa!'es--Anuario de Electricidad, 1905.Ingenie¡'os---La .Simulación en la lu-

cha por la vida.Sel'gi---Compendio de Psicología.Ya!'ios---Storia Letteraria d'Italia.Al'aüjo--Historia de la República Orien-

tal <:lel Uruguay.Cosson---Trozos selectos de literatura.Spence¡'---Creación y Evolución.Lonestau---La morale des relijions.D'HaustouDille--- :MOl: journal pendant

la g·uerre.

MAYO

.i.Vietsche---La Gaya Cíeneia.Pilloú---L'année philosophique.OJ'bea---La reeonquista de Amériea.Ancl!'eis---:Manualetto di elettrieitá.Dejado!' y FJ'anco---La lengua de Cer-

vantes.BaldJ'ich---Ristoria <:le la guerra del

Brasil.

JULIO

Yanguy---La nature et la vie.Le Con---L'évolution de la matiére.Poinco!'e---Le valeui' ele la science.CeJ'lhelot---Scienee et libre pensée.Poulene---Les nouveautes chimiques

pour 1905.Pi'Cl;ost Pamdal--- La Historia Uni­

versal.Cil'é---Les dernieres années ele leta­

teubriand.Me¡ 'cie¡'---Criteriología general.Doequet---.Albert Senroin.

-191-

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~"-pull1tes de qui miea -En ellllime­ro próximo comenzaremos á publicarapuntes ele gran utilidad para los estu­diantes de química, debido á la plumade nuestro compañero bachiller LuísCorrech, catedrático sustituto de Químicaen la Sección de Enseñanza Secundaria.

NOnlb]'81iliento - A propuesta deldirector técnico de las obras del Puertode :Montevideo, ha sido nombrado inge­niero auxiliar de la Oficina Técnica dedichas obras el joven ingeniero DonatoGaminara.

El ingeniero Gaminara es un elementode primer orden, reposado y competen- .te, que si no puede invocar en su apoyoel prestigio de una larga práctiea pro­fesio nal, - pues ha salido recién de lasaulas,-tiene sí á su favor una inteli­gencia vivaz, una actividad indiscutiblev un valioso caudal de estudios teóricosque, estamos seguros, ha de saber apli­car de una manera correcta y prove­chosa.

El ing'ellieJ'o Lasgo'iti - Ha pre­sentado renuncia de miembro de la Co­misión Directiva de la Asociación delos Estudiantes por tener que ausentarsepara campaña, el ingeniero BautistaLasgoHi, recientemente nombrado porel Gobierno para desempeñar un puestoen la inspección técnica encargada delos trabajos de vialidad en la zona delEste.

El ingeniero Lasgolti, que ha prestadoimportantes servicios á la Asociación delos Estudiantes, pertenece á ese pequeñonúmero de estudiantes ex<.:epcionales quedejan por largo tiempo el recuerdo desus triunfos universitarios.

Todos los que han conocido en lasaulas al joven ingeniero,-maestros ycondiscipulos,-saben que posee un ca­rácter firme y perseverante al servieiQde un talento privilegiado.

De CbestesAl'aújo-Comolohabía­mos prometido en nuestro nllmero an­terior pnblicamos hoy el trabajef histó­rico del señor Orestes Araújo, sobre losúnicos indíg'enas que se sometier9n ála civilización españgla.

Por tratarse de UITa firma .va conoci­da. nos evitamos la tarea de hacer elel¿jio de esa prJelucción, que ha de ser,como ya lo hemos dlüho, de capital im­poriancia para los estudiantes de primeraño de Historia Americana.

De Ol'estes ~"-qual'Olle-El dibujQque sirve de encabezamiento á la pri­mera página de este número, es debidoá líj. pluma del distinguido dibujanteOrestes Aquarone, v~ntajosamente co­nocido por sus notables trabajos endiversas revistas del país y del extrau­jero.

Hacemos ésta aclaración, á causa deque la firma del artista ha sido alevo­samente exterminada por el buril delgrabador y- no es justo, que aparezcainédito un traba;jo que mut.::ho honra alartista que nos ocupa.

La región in~uillal-cEl articulosobre medicina que apar8ce en la pri­mera parte de éste número, ha sidoexpresamente traducido de la revistamédica que con el titulo de Jow'nald'Anatonlie et Fysioloj'ie, .se publica enParís bajo la dirección de los más nom­brados médicos de aquella gran capital.

El autor de. ese notable traba;jo es elrenombrado anatomista v sabio cate­drático de la Facultad de 1Iedicina deParís, MI'. Guisy, universalmente cono­cido por sus minuciosas y concienzudasdescripciones de cliversas regiones de laAnatomía humana.

Recomendamos á los estudiantes demedicina la lectura del trabajo, queempezamos á públicar y que termina­remos en el número próximo.