INFORME

Desafió al productor

Protección

1 Rosa "Scarlet mimi'; variedad Keinoumi de la firma Meiland.

su var. rosae, es uno de los principales problemas en el cultivo de la rosa en invernadero y requiere un programa de lucha riguroso, ya que se considera que ninguno de los más modernos y difun- didos cultivares de flor cortada son re- - sistentes al oidio. Los síntomas de la

de la rosa

siempre más atenciones para mantener un nivel aceptable en la incidencia de las adversidades. Algunas de éstas son en grado de comprometer gravemente la calidad de la producción en los di- versos ambientes de cultivo si no se in- terviene inmediatamente con fito- fármacos apropiados.

Esta reseña está dedicada a los principales problemas fitosanitarios de la rosa, teniendo en cuenta sobre todo, los conocimientos mas recientes sobre la protección vegetal.

Enfermedades fúngicas y bacterianas

Oidio o mal blanco Causado por Sphaerolheca panno-

El cultivo de la rosa se ve permanentemente amenazado por numerosos parásitos (hongos, bacterias, insectos, virus). El productor no puede

descuidar estos aspectos.

W José Llorénsl , F-ando D'Aquila2, Carlo Pasinii',

Pedro-FLor~án Martinez3 l.- Ingeniero TÉcnrco Agricola

'.- Insriruro Sperimenral per la Floricoltura. lralin '.- lnsriruro Valenciano de Invesrigacionrs

Agrarias. España

cutido en un aumento notable de las importaciones y leve de la producción, que va dirigida principalmente al mer- cado interno.

El éxito de la producción actual de rosas se debe, además de a razones de naturaleza económica, a algunas inno- vaciones técnicas que se hanincorporado al sector, entre las cuales se recuerdan:

Introducción la continua renovación varietal La evolución de la superficie (428 para la flor cortada.

a 454 ha) y el volumen de ventas (29 a el cultivo en sustrato y en parti- 33 millones anuales de docenas) de cular en medio hidropónico, con un rosa en España en los Últimos años aporte de nutrientes controlado y adap- muestra una leve tendencia al aumento, tado en cada fase del cultivo y época a siendo las regiones más productoras las necesidades de las plantas y los in- Canarias, Baleares, Comunidad Valen- tereses del productor. ciana. Galicia, Andalucía y Murcia. En este contexto, la defensa fito-

El consumo de rosa ha experimen- sanitaria ha asumido un papel de pri- tado un gran crecimiento, que ha reper- mer orden, al cuál el floricultor dedica

enfermedad en resumen son: manchas sobre el haz de las hojas

más jóvenes que se recubren de -un denso filamento blanquecino.

eflorescencias polvorientas hari- nosas visibles sobre los tallos florales, brotes y yemas, constituidas por el micelio del hongo.

fieltro blanquecino sobre los sépalos y sobre el pedúnculo de los bo- tones florales.

El patógeno puede atacar las plan- tas en invernadero durante casi todos los meses del año, mientras que al aire libre, después de haber invernado sobre ramas y hojas en forma de micelio, re- anuda en primavera su actividad, pro- duciendo los conidios responsables de las primeras infecciones. La enferme- dad raramente es destructiva, pero pue- de dañar el desarrollo terminal de las ramas y causar marcadas distorsiones foliares. Los ataques severos del oidio reducen la consistencia de las hojas, la eficacia de la fotosíntesis y, por tanto, el crecimiento de las plantas y las posi- bilidades de venta de las flores. La temperatura óptima del crecimiento del hongo se estima en unos 22°C. Durante el ciclo productivo, los tratamientos fungicidas se inician normalmente acom- pañados de los primeros síntomas de la

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1 INFORME

enfermedad sobre la vegetación que se ha formado después de la poda y, vie- nen repetidos con una cadencia de unos 7 a 10 días hasta la recogida de las flo- res. Se suelen realizar al menos unos 20 a 30 tratamientos por año, con el fin de obtener una producción sana. Los floricultores tienen a disposición una amplia gama de fungicidas, pertene- cientes en su mayoría a la familia quí- mica de los inhibidores de la biosín- tesis de los esteroles (tab. 1).

La lucha química contra -

Botrytis cinerea es delicada, este hongo presenta, en efecto,

m lo capacidad de producir rápgamente reskencia a los productos fungicidas

Estudios efectuados recientemente han demostrado la eficacia contra esta enfermedad del fosfato monopotásico, bicarbonato de sodio y de un compues- to natural a base de alcaloides extraí- dos de Macleaya cordura, papaverhcea perenne originaria de China. El empleo de estas dos sales se realiza mediante pulverización foliar con cadencia se- manal; para el fosfato monopotásico ha sido obtenida una buena eficacia con una solución al 0,5% y en el caso del bicarbonato de sodio no se debe supe- rar la dosis de 5 gll, ya que podrían

Tallos jóvenes, pedúnculos florales y aparecer problemas de fitotoxicidad en flores son puntos de ataque favoritos de ciertas circunstancias (en días húmedos Botrytis, especialmente en ambientes de o cuando la temperatura ambiental es

elevadad humedad relativa. baja). El agente de control biológico

Tabla 1: Materias activas aplicables contra el oidio de la rosa

Sporothrixflocculosa (sin. Pseudozyma fíocculosa) realiza un buen control so- bre el oidio cuando es aplicado sema- nalmente o en alternancia con un fungicida químico. Bastante promete- dores resultan los preparados biológi- cos a base del hongo interparasitario Ampelomyces quisqualis, aplicable so- bre las plantas como un antioidio nor- mal. Por cuanto se refiere a medios agrícolas de lucha, se ha considerado que un aporte de silicio a la solución nutritiva (unas 100 ppm de SiO, en for- ma de metasilicato de potasio), puede conferir una cierta resistencia a la plan- ta frente al oidio.

Botrytis En años muy húmedos y sobre

todo cuando en los invernaderos se re- basa una elevada humedad relativa, y cuando el agua condensada en el inte- rior de la cubierta del invernadero go- tea sobre las plantas, son frecuentes los ataques de Botrytis cinerea sobre los tallos más jóvenes, pedúnculos florales y flores. Los daños se manifiestan du- rante el cultivo, así como después de la recogida o durante la comercialización de las rosas. Para frenar la difusión de la enfermedad se aconseja reducir la humedad del aire y el agua de conden- sación mediante la calefacción y la ventilación. Aparte de la aplicación de estas prácticas preventivas en inverna- dero y en los ambientes de conserva- ción, resulta esencial el empleo de fungicidas en los momentos más críti- cos. La lucha química contra este hon- go es delicada: Botrytis cinerea presen- ta, en efecto, la capacidad de producir rápidamente resistencia a los productos fungicidas. En el pasado han sido utili- zados antibotríticos pertenecientes al grupo de los benzimidazoles (beno- milo, carbendazima y metil tiofanato). De todos modos, contra B. cinerea so- bre la rosa, el agricultor tiene a dispo- sición diversas materias activas (ver tab. 2), entre las cuales la más reciente es el pirimetanil, fungicida pertene- ciente a la familia de las anilino- pirimidinas.

En el curso del cultivo se consi- gue, generalmente, una contención sa- tisfactoria de la enfermedad voniendo en práctica una estrategia basada en la rotación de materias activas dotadas de diversos mecanismos de acción; por

, . ejemplo: benomilo, de acción sistémi- ca, con diclofuanida, de acción por

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contacto. Existen en cambio dificulta- des para mantener las flores sanas des- pués de la recogida, sobre todo a causa de las infecciones latentes de B. cinerea. Los tratamientos de los boto- nes florales por inmersión en una sus- pensión fungicida parecen, en el mo- mento actual, la única solución a pro- poner, aunque poco apreciada por los floricultores y por los compradores. En un futuro, como alternativa a los trata- mientos químicos, se espera poder dis- poner de métodos eficaces de lucha biológica para emplear en la posco-

secha. Este sector de investigación esta hoy en expansión y la selección de microorganismos antagonistas esta obteniendo resultados prometedores.

MiMiu Esta enfermedad, causada por

Peronospora sparsa, puede afectar a todas las partes verdes de la planta. Las manifestaciones más frecuentes se dan sobre el haz de las hojas con man- chas irregulares amarillo-pardas que, más tarde, se vuelven pardas. Sobre el envés, cuando se dan las condiciones propicias, se nota un ligero fieltro

Tabla 2: Fungicidas más empleados en la rosa contra B. cinerea

blanquecino que corresponde a las zo- nas invadidas por el patógeno. La Peronospora es sobre todo peligrosa porque puede causar defoliaciones ful- minantes, en particular en los inverna- deros sin calefacción y bajo túnel de plástico, donde es más fácil encontrar un nivel elevado de humedad relativa. La lucha debe realizarse por un lado controlando los parámetros ambientales, visto que este hongo notoriamente tiene elevadas exigencias hídricas para difun- dirse, y por otro recurriendo a trata- mientos de tipo preventivo en los mo- mentos críticos. Las formulaciones más indicadas pertenecen a los clásicos formu- lados a base de cobre y zineb, maneb, mancozeb y folpet. Productos como ci- moxanil o metalaxil son utilizados en países del extranjero con resultados fa- vorables, aunque en España no son indi- cados para este tipo de cultivo.

Verticilosis El marchitamiento producido por

Verticillium dahliae, está alcanzando en ciertos cultivos relevancia económica.

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El agente de esta enfermedad vascular puede estar presente en el terreno, don- de sobrevive por muchos años incluso a una notable profundidad, o también puede difundirse con el uso de yemas utilizadas para injerto y tomadas de plantas infectadas. En el curso de estos últimos años las técnicas puestas en marcha en los viveros para acelerar las fases de multiplicación, que permiten reducir en pocos meses el tiempo de preparación de una planta injertada, han favorecido la diseminación del pa- tógeno. Por tanto se debe poner gran atención a la calidad fitosanitaria del material empleado. Como acción pre- ventiva durante el cultivo, con la utili- zación de bencimidazoles (carben- dazima, benomilo y metiltiofanato) aplicados mojando la base de las plan- tas, se obtienen buenos resultados, de- bido a la alta sensibilidad del patógeno a los fungicidas de este grupo químico. Una vez dentro de la planta, el hongo es trasladado por los vasos conductores y las posibilidades de lucha curativas son limitadas. En el caso de nueva

plantación de rosal, es conveniente desinfectar el terreno con un fumigante o con vapor. En los cultivos sin suelo con cicl; abierto no se tienen noticias de ataques de verticilosis. Mayores riesgos, bajo este aspecto, podrían apa- recer con la difusión de sistemas con ciclo cerrado, para los cuales conven- drá prever la instalación de un sistema de desinfección de la solución de dre- naje, por ejemplo: tratamiento con ra- yos UV, la termodesinfección, la ozonización, la cloración con CI gaseo- so, NaOCl o C10, y, la filtración lenta.

En cualquier sistema de cultivo es fundamental iniciarlo con plantitas sa- nas, posiblemente certificadas. Es con- veniente, por tanto, la puesta a punto de un método de diagnostico rápido de la verticilosis sobre material asinto- mático de rosa, a emplear sobre todo para comprobar la sanidad, ya sea del portainjerto como de la variedad duran- te la fase de multiplicación. A diferen- cia de cuanto se sabe de la verticilosis sobre otros huéspedes, raramente en la rosa infectada se nota el oscurecimien-

to de los vasos xilernáticos, lo cual hace difícil la individualización y el aislamiento del hongo de los tejidos con los métodos tradicionales, en parti- cular en las primeras fases de infec- ción. Entre los métodos innovadores, los serológicos y los basados en la re- acción en cadena de la polimerasa (PCR) resultan los mas adecuados para determinar precozmente la presencia de patógenos en bajas concentraciones y en material de difícil manipulación. Hoy por hoy todos estos métodos están todavía en fase de experimentación.

Tumor bacteriano Esta enfermedad bacteriana, debi-

da a cepas virulentas de Agrobactericrm tumefaciens, se caracteriza por la for- mación de tumores situado a menudo en la base de la planta, pero que tam- bién se pueden encontrar en raíces y órganos aéreos. Como resultado se pro- duce u n crecimiento de la planta menos vigoroso y una producción de flores in- ferior, que puede ser incluso del 30%. Para prevenir el ataque de esta bacte-

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Tumor bacteriano, mancha negra y royas, tres enfermedades c

ria, es necesaria una cuidadosa y conti- nua vigilancia por parte de los multi- plicadores, ya que los órganos de pro- pagación vegetativa juegan un papel importante en la difusión del agente in- feccioso. La lucha con medios quími- cos es prácticamente inexistente. Por tanto, es de máxima importancia el control del material de multiplicación destinado a la venta, así como el em- pleo de métodos de diagnostico efica- ces y rápidos. Las investigaciones ac- tuales están orientadas a la puesta a punto de métodos moleculares de de- tección de la bacteriosis.

En lo que concierne al comporta- miento del portainjerto, es importante saber que algunos genotipos de Rosa indica están dotados de un buen nivel de resistencia, suficiente como para afrontar un programa de mejora genética.

Antracnosis, Mancha negra o ccBlack spot»

La enfermedad conocida como antracnosis o «black spot» en la rosa es particularmente importante en cultivos al aire libre, y ocasionalmente encon- trado en invernaderos. El agente causal es un hongo llamado Marssonina rosae (forma imperfecta) o Diplocarpon rosae (forma perfecta). Los síntomas de la enfermedad son característicos, observándose manchas negras mas o menos circulares en el haz de las hojas. El tejido que rodea estas manchas adopta una tonalidad amarillenta y con el tiempo se acaba produciendo la abscisión de las hojas. Una vez detecta- dos los síntomas, deben ser eliminadas todas las plantas afectadas, incluso

aquellas hojas que puedan haber caído al suelo. El control de la enfermedad se realizara, por un lado controlando que la humedad relativa no supere el 85% mediante la ventilación y la calefac- ción, y por otro recurriendo a trata- mientos químicos. Son convenientes tratamientos con captan, folpet, maneb y mancozeb, fungicidas de acción pre- ventiva que, tienen como inconvenien- te, que ensucian mucho las hojas. Como productos sistémicos son acon- sejables el miclobutanil, triforina y bitertanol. Estudios recientes demues- tran que algunos genotipos de rosa pueden tener un buen nivel de resisten- cia a la antracnosis.

Roya Diferentes especies del hongo

Phragmidium pueden provocar la roya de la rosa. En primavera, sobre los ór- ganos jóvenes (hojas, peciolos, yemas), se nota la aparición de pústulas de co- lor anaranjado. La forma de estas es variable: pequeñas, redondeadas en el limbo, alargadas en las nervaduras, so- bre los peciolos y sobre las yemas. Las esporas producidas por las pústulas son diseminadas a través del aire e infectan las hojas a través de los estomas.

Esta enfermedad, cuyo agente más común es Phragmidium rnacronatum, se ve favorecida por los períodos Ilu- viosos, húmedos, con niebla y rocíos prolongados, ya que las esporas para germinar necesitan la presencia de un velo de agua sobre la superficie foliar. La temperatura óptima para el desarro- llo del hongo varía de los 8 a los 22°C. Los ataques severos de esta enferme-

-! gmidiurr

:omunes del rosal.

dad deforman las hojas y provocan su caída. Se recomienda utilizar varieda- des menos sensibles, y realizar trata- mientos recurriendo a fungicidas a base de triforine, oxycarboxine, mancozeb, maneb, zineb o derivados triazólicos como el bitertanol. Estos fungicidas se aplicaran cuando las condiciones am- bientales sean favorables a la infec- ción. También puede ser una buena norma recoger y quemar antes del final del invierno las hojas y los tallos afec- tados.

Chancro del tallo Con este termino se define un sín-

drome particular que se manifiesta con el desecamiento de las partes leñosas de la rosa. El agente causante más da- ñino es Coniothyrium fuckelii, hongo conocido como saprófito sobre madera muerta, pero que sobre la rosa puede resultar dañoso en todos los estadios de vegetación y de multiplicación. La in- fección de este hongo se manifiesta, sobre los tejidos atacados, con man- chas de sequedad más o menos am- plias, color cuero, a menudo ligera- mente deprimidas o con llagas y fisuras (chancro); sobre estos tejidos, en con- diciones favorables, se diferencian des- pués las fructificaciones del patógeno bajo forma de pequeñas pústulas de co- lor marrón (picnidios). Este hongo es un típico parásito de heridas, penetra generalmente en la planta a través de los cortes de la poda o del injerto. Si el ataque es basa], próximo al injerto, la evolución de la enfermedad es más bien rápida y se concluye casi siempre con la muerte de la planta. Estos últi-

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Arriba, chancro del tallo, causado por un hongo.

Abajo la araña roja, que forma densas poblacione debajo de las hojas.

mos años parece observarse que hay una mayor difusión de la enfermedad, debido posiblemente a que los cultivos son generalmente mas «forzados» y por tanto mas susceptibles. Para prevenir el chancro del tallo, parece que la regla fundamental es la de mantener las plantas en buenas condiciones de vege- tación, en particular es necesario evitar las condiciones desequilibradas: los ex- cesos de humedad y el calor (el óptimo térmico para el desarrollo de este hon- go patógeno es de unos 25-26°C). Ob- viamente es importante utilizar planti- tas sanas, cuidar la desinfección del portainjerto y eliminar los tallos enfer- mos.

En España es una enfermedad de importancia secundaria, mientras que se ha notado un empeoramiento de los cultivos en invernadero en Italia y en Francia. Como lucha química se consi- dera oportuno utilizar fungicidas como clortalonil, carbendazima, metil-tiofa- nato, tiram, zineb, maneb y mancozeb. Pruebas experimentales han considera- do eficaz la aplicación de una mezcla de carbendazima y ditianona, capaz de contener bastante bien el patógeno.

Parásitos animales Trips De los insectos que pueden atacar

a la rosa, los trips son, en algunos am- bientes, los más insidiosos y pueden ser considerados entre los más difíciles de combatir. Son pequeños tisanóp- teros, apenas visibles a simple vista, igualmente dañosos en invernadero como en el campo, cuyo representante más notorio sobre la rosa es Frankli- niella occidenlalis. Los daños produci- dos a continuación de las picaduras de

en pirnien+q Mapr cuajr Meior calid, M& cantidad -.

alimentación y puesta corresponden a la tipología habitual de los tisanopteros y son esencialmente de tipo estético y cualitativo, resultando más evidentes sobre flores oscuras y sobre brotes jó- venes. La lucha con insecticidas re- quiere un numero elevado de trata- mientos bastante próximos, sobre todo en ambiente protegido y en los momen- tos de fuerte infestación, debido a la notable dificultad derivada de las ca- racterísticas del fitófago: brevedad del ciclo de desarrollo, superposición de las generaciones, alta tasa de multipli- cación, estadios biológicos bien prote- gidos en el interior de brotes y flores.

Desde el punto de vista prhctico y aplicable, es aconsejable un programa de lucha química basado en 2 6 3 pul- verizaciones al mismo tiempo que se detectan los primeros focos de infec- ción, prosiguiendo a continuación con una cadencia de 7 a 10 días, en función a la intensidad de la infestación.

Parece importante resaltar que, para atenuar eventuales fenómenos de resistencia en la población de los trips, es oportuno evitar el uso en modocon- tinuo de materias activas dotadas del mismo mecanismo de acción durante todo el ciclo de cultivo.

Ácaros Se trata de parásitos contra los

cuales el floricultor debe enfrentarse continuamente. El más común es la araña roja, Tetranychus urlicae, fácil- mente visible cuando forma densas po- blaciones debajo de las hojas. Los da- ños, debidos al vaciamiento de las cé- lulas, se traducen en finas punteaduras que aparecen sobre el haz, confiriendo una coloración primero amarillo pálido

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Tabla 3: Principales insecticidas usados sobre rosa para el control de F. occidentalis y de los trips en general

y más tarde bronceada en las hojas in- festadas.

Las generaciones se pueden suce- der rápidamente en invernadero o al aire libre en periodos calurosos y se- cos. Por tanto es necesario un atento control del cultivo, sobre todo en el curso de la fase vegetativa, para poder intervenir rápidamente contra los pri- meros focos con acaricidas adecuados. Con las pulverizaciones se intentará cubrir el envés de las hojas, donde nor- malmente viven los ácaros. En el caso de las rosas cultivadas en sustrato es bastante frecuente que la araña roja anide sobre el llamado pulmón verde, por tanto es aconsejable no descuidar esta parte de las plantas durante los tra- tamientos. Para la lucha el productor tiene a disposición diferentes productos (ver tab. 4), pertenecientes a varias fa- milias químicas, utilizables en los dife- rentes estados de desarrollo de los ácaros. Generalmente sobre las plantas en vegetación se prefieren los formula- dos que no dejan residuos antiestéticos sobre los tallos y que no sean fitotóxicos. Después de la poda, por lo tanto en con-

Materia activa Endosulfan Metamidofos Metiocarb Metornilo Monocrotofos

diciones de menor riesgo desde el punto de vista de la selectividad, son emplea- dos sobre el tallo sobre todo productos derivados orgánicos del estaño.

En cuanto concierne a la lucha biológica, las experiencias llevadas a cabo sobre esta especie ornamental son todavía muy escasas.

Tabla 4: Acaricidas empleados en la rosa

Grupo químico Cicloheptanoles Fosfoorg6nicos Carbamatos Carbarnatos Fosfororgánicos

Virus Las enfermedades virales de la

rosa, aunque raramente son letales, son dañosas en cuanto reducen el vigor de la planta, la calidad de las flores y el número de varas florales producidas. Los virus más comunes de la rosa tie- nen una amplia gama de huéspedes na- turales, son virus que, en condiciones habituales, infectan también otras espe- cies. Estos virus pueden infectar tam- bién la especie de rosa usada como portainjerto, muchas veces sin causarle la enfermedad evidente. El portainjerto infectado puede fácilmente contaminar la variedad y así contribuir a difundir la virosis en los cultivos.

La virosis de la rosa más común y difundida se denomina con el nombre

Modo de acción Ingesti6n y contacto Sistérnica, ingestión y contacto Ingestión y contacto Sistémico y contacto Sistémico y contacto

genérico de mosaico de la rosa, el cual no corresponde con un virus especifi- co, sino que esta causada por diferentes virus en infecciones singulares o mix- tas. Con los síntomas de mosaico de la rosa están asociados sobre todo sobre- todo cuatro virus, que son: Prunus necrotic ringspot ilavirus (PNRSV), Arabis mosaic nepovirus (ArMV), Strawberry latent ringspot nepovirus (SLRV) y Tobacco streak ilavirus (TSV).

Los síntomas son muy variados, presentes sobre todo sobretodo en las hojas, y consisten en un mosaico evi- dente, variable de clorótico a amarillo intenso, en manchas anulares, a veces en la forma llamada a «hoja de enci- na», con decoloración de las nervia- ciones principales y de la parte final del retículo nervioso y a veces con malformación de las hojitas. Estas alte- raciones son intensas generalmente en primavera y en otoño. ¿as flores en ge- neral no muestras decoloraciones, pero se pueden verificar malformaciones o bien alteraciones que retardan el inicio de la floración, número reducido de ta- llos florales, botones florales más pe- queños de lo normal. Las plantas infec- tadas muestran generalmente menor vi- gor de las sanas.

Los virus de la rosa tienen la ca- racterística de provocar síntomas tran- sitorios, o bien pueden estar latentes en ciertos cultivos, por lo cual la sola ins- pección visual no es suficiente para identificar las plantas infectadas. Ac- tualmente el diagnóstico masivo de los virus más importantes se realiza me- diante la técnica ELISA o bien mediante microscopía electrónica, llevados a cabo directamente con el jugo de hojas de rosa, utilizando tejidos jóvenes y evitan- do realizar los ensayos durante el verano.

La difusión de estos virus puede limitarse arrancando las plantas infec- tadas del cultivo y, sobretodo, utilizan- do material de propagación sano para las nuevas plantaciones. También es importante la desinfección del terreno para reducir la población de los ne- matodos vectores.

El uso de la termoterapia, junto con el cultivo in vitro de tejidos, ha sido demostrado como un método vali- do para curar algunos importantes cul- tivos de rosa infectados por PNRSV.

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