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Viernes 20 de marzo de 2015 EL UNIVERSAL í ó La División de Educación Continua de la Facultad de Psicología de la UNAM invita al público en general al curso “Introducción a la psicología crimi- n o l ó g i c a”, que impartirá el maestro Eric Chargoy Romero el 6, 7, 8, 9 y 10 de abril (lunes a viernes), de 16:00 a 20:00 horas. Informes e inscripciones en los teléfonos 55-93-60-01 y 27, extensiones 106, 108 y 111. é ó María Teresa Orta, investigadora del Instituto de Ingeniería, y sus cola- boradores desarrollan un proyecto para desinfectar, mediante un mé- todo avanzado de ozonación, agua potable contaminada con las bacte- rias Helicobacter pylori y Vibrio cho- l e ra e en su forma viable no cultiva- ble o VNC (esta forma les confiere resistencia a las cloración). En 2005 se detectó la presencia de H. pylori, causante de cáncer gástrico, en una fuente de abastecimiento de Xochi- milco, en el Distrito Federal; y en 2014 se identificó V. cholerae, cau- sante de cólera, en un pozo de la sie- rra de Huejutla, Hidalgo. Científicos del Instituto de Biotec- nología, c a m pu s Morelos, encabe- zados por Laura Alicia Palomares y Octavio Tonatiuh Ramírez, director de esa entidad universitaria, crea- ron una novedosa vacuna recombi- nante contra el rotavirus bovino, útil para evitar la enfermedad causada por ese mocroorganismo y la pérdi- da de peso en el ganado. Tendrá aplicaciones en bovinos y porcinos. Con la misma estrategia empleada ahora podría crearse en el futuro una vacuna contra el rotavirus hu- mano, aunque, en tal caso, las prue- bas clínicas exigirían un protocolo más largo y complejo. Texto: Roberto Gutiérrez Alcalá [email protected] “ ” í ó ó ó a región de Los Tuxtlas, al sur de Vera- cruz, representa una veta de “oro verde”, rica en clorofila y oxígeno; un enorme “al- m a c é n” de recursos forestales con un gran valor ecológico y comercial; y un verdadero manantial para Coatzacoal- cos, Minatitlán, Acayucan, San Andrés Tuxtla y Catemaco (30% del abasto de agua potable en estas ciudades del citado estado proviene de su sierra). Considerada Reserva de la Biósfera, es también un santuario animal, con bellísimos paisajes, y el hábitat de diversas plantas con potencial médico que los lugareños aprovechan. Comprende 155 mil 122 hectáreas (está con- formada por tres zonas núcleo y una zona de amortiguamiento que abarca más de 80% del área) y siete municipios (Catemaco, Santiago Tuxtla, San Andrés Tuxtla, Soteapan, Mecaya- pan, Hueyapan de Ocampo y Pajapan), donde viven más de 21 mil personas. Por otro lado, es el límite norte de la distribución de la selva alta perennifolia (o selva tropical hú- meda) de origen amazónico en el continente americano; además, es una zona de encuentro en- tre la vegetación de las zonas templadas de Nor- teamérica y la vegetación tropical. Por si fuera po- co, su selva representa una parada estratégica pa- ra las aves migratorias de Norteamérica (un por- centaje significativo de ellas inverna allí). Desafortunadamente, esta región ha estado amenazada por la deforestación, la fragmenta- ción de la vegetación y la desaparición de especies animales y vegetales. Desde la década de los 60 del siglo pasado hasta hace algunos años se había perdido 80% de su vegetación original. ó En 1967, la UNAM estableció allí la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas” como respuesta a la seria perturbación de los ecosistemas en la re- gión y, en general, en las zonas cálido húmedas del sureste de México; de ese modo convirtió una parte de Los Tuxtlas (640 hectáreas) en un labo- ratorio natural para inventariar las especies, co- nocer la problemática de la reserva ecológica y proponer estrategias para salvarla. Durante todos estos años, la Estación de Bio- logía Tropical “Los Tuxtlas”, que depende del Ins- tituto de Biología, ha desempeñado un papel es- tratégico en el inventario de los recursos naturales de esa selva alta perennifolia (se le llama así por la altura de sus árboles: algunos llegan a medir hasta 40 metros) o selva tropical húmeda. Por ejemplo, se ha logrado documentar la exis- tencia de 3 mil especies de plantas (30 son en- démicas), entre árboles, herbáceas, arbustos, plantas trepadoras y epífitas; 128 especies de ma- míferos, 561 de aves (dos son endémicas: el colibrí Campylopterus excellens y la paloma Geotrygon c a r rek e r i ), 118 de reptiles (cinco especies y cuatro subespecies son endémicas), 44 de anfibios (11 son endémicas), 50 de escarabajos coprófagos, 135 de libélulas y 535 de mariposas diurnas. “Con toda esta información se han integrado importantes colecciones de orquídeas, mamí- feros, aves, reptiles, anfibios, insectos, maripo- sas y arácnidos. Se cuenta también con un her- bario de la flora regional que incluye coleccio- nes con cerca de 9 mil ejemplares montados y catalogados, así como semillas y maderas”, in- forma la bióloga Rosamond Coates, jefa de la mencionada estación. Por la antigüedad, calidad y continuidad de las investigaciones efectuadas allí, la Estación de Bio- logía Tropical “Los Tuxtlas” es indudablemente uno de los sitios de la selva húmeda neotropical mejor conocidos del planeta, junto con la Isla de Barro Colorado, en Panamá; La Selva, en Costa Rica; San Carlos Río Negro, en Venezuela; y Río Piedras, en Puerto Rico. En las selvas tropicales abundan las especies de plantas que pueden ser aprovechadas en la in- dustria farmacológica. “Por lo que se refiere a la región de Los Tuxtlas, se posee información del uso medicinal de más de 100 especies. La mayoría de éstas no han sido estudiadas a nivel farmacológico”, dice Coates. En el estudio de la llamada medicina tradicio- nal aplicada por los pobladores locales se ha asen- tado que especies como el palo mulato ( Bu r s e ra simaruba) y el chancarro ( Cecropia obtusifolia) son fundamentales para tratar el asma y la dia- rrea, y la diabetes y varias enfermedades pulmo- nares, respectivamente. Los proyectos de investigación que se llevan a ca- bo en la Estación de Biología Tropical “Los Tux- t l a s” giran en torno a dos metas principales: com- pletar los inventarios de la biodiversidad florística y faunística de la región; y recabar información de la biología básica de plantas y animales. También se realizan estudios sobre la riqueza biológica de la región, así como sobre especies de plantas con valor comercial e importancia económica. “Estos proyectos apoyan el empleo de especies forestales de interés comercial, como el árbol de pimienta gorda ( Pimienta dioica) y el zapote ma- mey ( Pouteria sapota) para diversificar la produc- ción; ello involucra a los pobladores locales en la restauración y conservación de los ecosistemas”, apunta Coates. Asimismo, hay proyectos a largo plazo sobre de- mografía de árboles tropicales, productividad pri- maria de la selva y dinámica de las comunidades de las plantas. En el caso de la fauna, se han efec- tuado estudios sobre el comportamiento, la eco- logía y la conservación de las poblaciones de pri- mates silvestres. Los resultados de las investigaciones (conteni- dos en más de mil 200 artículos publicados en revistas científicas de alto nivel y en libros) han convertido la Estación de Biología Tropical “L os T uxtlas” en un motor generador de información de las selvas tropicales a largo plazo. En particular, los estudios sobre fragmentación de la selva han aportado datos sumamente im- portantes acerca de las poblaciones de flora y fau- na (en especial de su estado de conservación), úti- les para el diseño de los planes de manejo de la tierra en la región. ó Hace varios años, la Universidad Nacional, por medio del Instituto de Biología y en colabora- ción con la Universidad de Chicago-Illinois y la Universidad Autónoma de Morelos, puso en marcha, en algunas comunidades aledañas, un proyecto de investigación básica para la restau- ración de los recursos bióticos de la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas. “Como parte de él, estas instituciones de edu- cación superior diseñaron un programa bilateral de conservación y restauración de la selva de Los Tuxtlas. Fue así como en uno de los invernaderos de la estación se comenzaron a cultivar las plán- tulas de futuros árboles tropicales y, posterior- mente, cuando han crecido, éstos se han venido sembrando para remediar la fragmentación en los paisajes de este lugar”, finaliza Coates. b ó ó á í é ó” ó í “ ” 40 % ó é 45% í é ó ú Í í Í

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Page 1: é ó - UNAMpimienta gorda (Pimienta dioica) y el zapote ma-mey (Pouteria sapota) para diversificar la produc-ción; ello involucra a los pobladores locales en la restauración y conservación

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��� � � �� ������ ������� ��� ����Científicos del Instituto de Biotec-nología, c a m pu s Morelos, encabe-zados por Laura Alicia Palomares yOctavio Tonatiuh Ramírez, directorde esa entidad universitaria, crea-ron una novedosa vacuna recombi-nante contra el rotavirus bovino, útilpara evitar la enfermedad causadapor ese mocroorganismo y la pérdi-da de peso en el ganado. Tendráaplicaciones en bovinos y porcinos.Con la misma estrategia empleadaahora podría crearse en el futurouna vacuna contra el rotavirus hu-mano, aunque, en tal caso, las prue-bas clínicas exigirían un protocolomás largo y complejo.

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Texto: Roberto Gutiérrez Alcaláro [email protected]

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agua potable en estas ciudades del citado estadoproviene de su sierra).

Considerada Reserva de la Biósfera, es tambiénun santuario animal, con bellísimos paisajes, y elhábitat de diversas plantas con potencial médicoque los lugareños aprovechan.

Comprende 155 mil 122 hectáreas (está con-formada por tres zonas núcleo y una zona deamortiguamiento que abarca más de 80% delárea) y siete municipios (Catemaco, SantiagoTuxtla, San Andrés Tuxtla, Soteapan, Mecaya-pan, Hueyapan de Ocampo y Pajapan), dondeviven más de 21 mil personas.

Por otro lado, es el límite norte de la distribuciónde la selva alta perennifolia (o selva tropical hú-meda) de origen amazónico en el continenteamericano; además, es una zona de encuentro en-tre la vegetación de las zonas templadas de Nor-teamérica y la vegetación tropical. Por si fuera po-co, su selva representa una parada estratégica pa-ra las aves migratorias de Norteamérica (un por-centaje significativo de ellas inverna allí).

Desafortunadamente, esta región ha estadoamenazada por la deforestación, la fragmenta-ción de la vegetación y la desaparición de especiesanimales y vegetales. Desde la década de los 60del siglo pasado hasta hace algunos años se habíaperdido 80% de su vegetación original.

������� ó� �� ��� ������� �En 1967, la UNAM estableció allí la Estación deBiología Tropical “Los Tuxtlas” como respuesta ala seria perturbación de los ecosistemas en la re-gión y, en general, en las zonas cálido húmedasdel sureste de México; de ese modo convirtió unaparte de Los Tuxtlas (640 hectáreas) en un labo-ratorio natural para inventariar las especies, co-nocer la problemática de la reserva ecológica yproponer estrategias para salvarla.

Durante todos estos años, la Estación de Bio-logía Tropical “Los Tuxtlas”, que depende del Ins-tituto de Biología, ha desempeñado un papel es-tratégico en el inventario de los recursos naturales

de esa selva alta perennifolia (se le llama así porla altura de sus árboles: algunos llegan a medirhasta 40 metros) o selva tropical húmeda.

Por ejemplo, se ha logrado documentar la exis-tencia de 3 mil especies de plantas (30 son en-démicas), entre árboles, herbáceas, arbustos,plantas trepadoras y epífitas; 128 especies de ma-míferos, 561 de aves (dos son endémicas: el colibríCampylopterus excellens y la paloma G eotr ygonc a r rek e r i ), 118 de reptiles (cinco especies y cuatrosubespecies son endémicas), 44 de anfibios (11son endémicas), 50 de escarabajos coprófagos, 135de libélulas y 535 de mariposas diurnas.

“Con toda esta información se han integradoimportantes colecciones de orquídeas, mamí-feros, aves, reptiles, anfibios, insectos, maripo-sas y arácnidos. Se cuenta también con un her-bario de la flora regional que incluye coleccio-nes con cerca de 9 mil ejemplares montados ycatalogados, así como semillas y maderas”, in-forma la bióloga Rosamond Coates, jefa de lamencionada estación.

Por la antigüedad, calidad y continuidad de lasinvestigaciones efectuadas allí, la Estación de Bio-logía Tropical “Los Tuxtlas” es indudablementeuno de los sitios de la selva húmeda neotropicalmejor conocidos del planeta, junto con la Isla deBarro Colorado, en Panamá; La Selva, en CostaRica; San Carlos Río Negro, en Venezuela; y RíoPiedras, en Puerto Rico.

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“Por lo que se refiere a la región de Los Tuxtlas,se posee información del uso medicinal de másde 100 especies. La mayoría de éstas no han sidoestudiadas a nivel farmacológico”, dice Coates.

En el estudio de la llamada medicina tradicio-nal aplicada por los pobladores locales se ha asen-tado que especies como el palo mulato (Bu r s e rasimaruba) y el chancarro (Cecropia obtusifolia)son fundamentales para tratar el asma y la dia-rrea, y la diabetes y varias enfermedades pulmo-nares, respectivamente.

��� �Los proyectos de investigación que se llevan a ca-bo en la Estación de Biología Tropical “Los Tux-t l a s” giran en torno a dos metas principales: com-

pletar los inventarios de la biodiversidad florísticay faunística de la región; y recabar información dela biología básica de plantas y animales. Tambiénse realizan estudios sobre la riqueza biológica dela región, así como sobre especies de plantas convalor comercial e importancia económica.

“Estos proyectos apoyan el empleo de especiesforestales de interés comercial, como el árbol depimienta gorda (Pimienta dioica) y el zapote ma-mey (Pouteria sapota) para diversificar la produc-ción; ello involucra a los pobladores locales en larestauración y conservación de los ecosistemas”,apunta Coates.

Asimismo, hay proyectos a largo plazo sobre de-mografía de árboles tropicales, productividad pri-maria de la selva y dinámica de las comunidadesde las plantas. En el caso de la fauna, se han efec-tuado estudios sobre el comportamiento, la eco-logía y la conservación de las poblaciones de pri-mates silvestres.

Los resultados de las investigaciones (conteni-dos en más de mil 200 artículos publicados enrevistas científicas de alto nivel y en libros) hanconvertido la Estación de Biología Tropical “L osT uxtlas” en un motor generador de informaciónde las selvas tropicales a largo plazo.

En particular, los estudios sobre fragmentaciónde la selva han aportado datos sumamente im-portantes acerca de las poblaciones de flora y fau-na (en especial de su estado de conservación), úti-les para el diseño de los planes de manejo de latierra en la región.

�������� ó�Hace varios años, la Universidad Nacional, pormedio del Instituto de Biología y en colabora-ción con la Universidad de Chicago-Illinois y laUniversidad Autónoma de Morelos, puso enmarcha, en algunas comunidades aledañas, unproyecto de investigación básica para la restau-ración de los recursos bióticos de la Reserva dela Biósfera Los Tuxtlas.

“Como parte de él, estas instituciones de edu-cación superior diseñaron un programa bilateralde conservación y restauración de la selva de LosTuxtlas. Fue así como en uno de los invernaderosde la estación se comenzaron a cultivar las plán-tulas de futuros árboles tropicales y, posterior-mente, cuando han crecido, éstos se han venidosembrando para remediar la fragmentación enlos paisajes de este lugar”, finaliza Coates. b

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