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02 - Asambleas de Dios · 2018. 7. 16. · 02 Cualidades para integrar equipos de trabajo en la Iglesia pbro. Abel Flores Acevedo 06 El poder de la Iglesia Pentecostal pbro. juAn

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  • 02 Cualidades para integrar equipos de trabajo en la Iglesia pbro. Abel Flores Ace vedo

    06 El poder de la Iglesia Pentecostal pbro. juAn jesús pére z gonz ále z

    08 ¿Miel sobre hojuelas? pbro. guillermo rodrígue z herrer A

    12 El propósito de la Iglesia pbro. dAniel de los re yes v ill Arre Al

    15 El fundamento de la Iglesia pbro. jA iro jAunA moroyoqui

    02

    06

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    08

    17 Líderes comprometidos con su Iglesia pbro. pedro rico mir Amontes

    19 Maestros pentecostales en la Iglesia pbro. c Arlos iz Aguirre r Amíre z

    21 Señales de madurez espiritual en la Iglesia pbro. isAí ortíz gonz ále z

    23 Crónica del Congreso Nacional de Misiones pbro. josé m. sAucedo vAlenciAno

    26 Responsabilidades de los creyentes con su Iglesia pbro. ger Ardo poz As AlvAr Ado

    número

    24julio2017

    pbro. Abel Flores Acevedosuperintendente general

    pbro. marcelino gonzález galvánsuperintendente Adjunto de la zona norte

    pbro. josé m. saucedo valencianosuperintendente Adjunto de la zona centro

    pbro. jorge carlos canto hernándezsuperintendente Adjunto de la zona sur

    AvivA jornAdAs AsAmbleístAs es una publicación de la directiva general de el concilio nacional de las Asambleas de dios, A.r. se publica al término del trimestre correspondiente. publicación fundada en abril de 1993. época ii, Año 6, número 24. el concilio nacional de las Asambleas de dios, A.r. nicolás león 118, col. jardín balbuena, del. venustiano carranza, méxico, d.F., 15900. tiraje 7,700 ejemplares. distribución gratuita. el contenido de todos los artículos de la edición es responsabilidad de sus autores.

    www.asambleasdedios.mx

    pbro. juan j. pérez gonzálezsecretario general

    pbro. guillermo rodríguez herreratesorero general

    excelgraf.com.mxArte y diseño editorial

    Directorio

  • del equipo, a fin de que el reino de los cielos extienda sus do-minios en la tierra donde el Señor nos permite vivir. La visión del pastor debe ser adoptada por los miembros de la iglesia. Juntos impulsarán el crecimiento y alcanzarán los planes que el bendito Salvador ha puesto para el beneficio de su obra.

    El ejemplo más claro en el Nuevo Testamento para ilus-trar la visión en un equipo de trabajo lo encontramos en el evangelio de Marcos: Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un pa-ralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, baja-ron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son per-donados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla

    Sendas d e J u s t i c i a

    cualidadespArA integrAr equipos

    de trAbAjo en lA iglesiA

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    Pbro. Abel Flores AceveDos u p e r i n t e n d e n t e g e n e r A l

    visiónTenemos que asegurarnos de transmitir la visión a cada miembro del equipo con el cual trabajaremos. Hasta donde sea posible integraremos a la gente en el proyecto de forma que sea capaz de ver el ideal que perseguimos y la meta final que alcanzaremos.

    La visión es el motivador principal de las acciones del equi-po, es el combustible que le permite avanzar hacia la meta. Cada grupo de trabajo debe identificar y comprender los obje-tivos y mantenerse dentro del plan trazado para lograr hacerlo realidad. Ningún obstáculo puede frenar al conjunto de gente comprometida con un proyecto ambicioso, medible y alcanza-ble. El poder de la visión hará que cada elemento que participa se motive para esforzarse a dar el más alto rendimiento en el curso de acción trazado.

    Si no existe un ideal bien definido se perderá tiempo, se gastarán recursos, se dejarán pasar oportunidades y única-mente quedará la frustración. La visión que Dios pone en el corazón de un líder debe quedar grabada en cada colaborador

    en la actualidad las iglesias que más saludables se encuentran y de-sarrollan un crecimiento sostenido son aquellas que saben integrar equipos de trabajo. Congregaciones que forman grupos capacita-dos para trazar un plan y alcanzar objetivos en bien de la obra del Señor.

    El individualismo es muy limitado y egoísta, mientras que los equipos de trabajo se complementan y suman esfuerzos para lograr metas en me-nor tiempo y con menos esfuerzo. El secreto está en integrar equipos de trabajo con cualidades esenciales para impulsar el crecimiento y avanzar sin retroceso alguno.

  • Sendas d e J u s t i c i a

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    la visión esel motivador

    principal de las acciones del equipo, es el

    combustible que le permite avanzar

    hacia la meta. cada grupo de trabajo debe identificar y comprender los objetivos y

    mantenerse dentro del plan trazado

    para lograr hacerlo realidad.

    j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y co-nociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa (Marcos 2:1-12).

    El pasaje bíblico nos muestra un equipo de personas con la misma visión. Son cuatro camilleros cuyo objetivo era la restauración de la salud de su amigo mediante el poder del Señor Jesucristo. Su propósito específico era alcanzar la sanidad divina para el paralítico. Entre todos cargaron al enfermo, invirtieron tiempo y esfuerzo, sumaron su fe y trabaja-

    ron en grupo. Llegaron hasta Capernaum, al sitio preciso donde se encontraba el Hacedor de maravillas. Al llegar encontraron diversos obstáculos para entrevistarse con el Maestro de Galilea. No obstante, renunciaron a la ex-cusa del “no se puede”. No desmayaron en su afán por alcanzar el objetivo. La visión incen-tiva a la persistencia.

    La casa en la cual Cristo predicaba estaba abarrotada. Cuando los cuatro amigos vieron que no había acceso por la puerta, ni forma de introducir al enfermo por una ventana, bus-caron otra alternativa. Si la visión es genuina nadie se rendirá ni habrá lugar para el des-aliento. Ellos subieron al techo, esto implica que cargaron al enfermo y lo treparon arriba de la casa. Luego rompieron el techo, sin im-portar qué opinaran las personas. Abrieron un boquete para bajar por éste al paralítico y ponerlo a los pies de Jesucristo.

    Los que tienen una visión definida per-manecen firmes ante los obstáculos y alcan-zarán las metas al precio que sea. El equipo de cuatro trabajó en favor de uno; los sanos laboraron con fe para obtener la sanidad del enfermo. A veces la visión nos obliga a romper

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    ciertas tradiciones que impiden alcanzar el objetivo; nos im-pulsa a tomar decisiones y quebrar con algunas cosas que sólo estorban y complican todo. Los camilleros llenos de convicción accionaron persiguiendo lo que había en sus corazones. Al ver Jesús la fe de ellos le entregó al paralítico el perdón de sus pe-cados y, en seguida, lo sanó en presencia de la multitud, entre la cual se hallaban muchos religiosos. La gente quedó asombrada por el poder incomparable de Cristo.

    Los hombres de visión alcanzaron su objetivo y fueron gratamente recompensados. Todo el esfuerzo, la inversión de tiempo y los riesgos en el camino valieron la pena. La unidad y la fe resultaron efectivas, pues obtuvieron los beneficios del eterno Salvador. El equipo de cuatro recibió una enorme ben-dición al ver sano a su amigo por la autoridad de Jesús. A tra-vés de ellos Dios nos da un magnífico ejemplo de las ventajas de trabajar en equipo desarrollando una visión.

    La Palabra de Dios garantiza que en toda labor hay fruto y que la fe alcanza el milagro. La gente de visión se mantiene ante los obstáculos, y finalmente trasciende, impacta y obtie-ne resultados extraordinarios.

    objetivos comunesOtra de las claves del buen funcionamiento de un equipo de trabajo es que las metas del grupo tomen prioridad sobre las de los individuos. Cada miembro debe aportar todos sus recursos personales para ayudar al logro del objetivo común. Los fines a alcanzar han de estar grabados en el corazón de cada uno de los que contribuyen para la realización del proyecto.

    Es visible cuando alguien se suma para ayudar. Los co-laboradores ofrecen nuevas ideas y proponen soluciones a las dificultades o detalles que se presentan. Los miembros del equipo eficiente aprecian las ideas y estrategias que otros aportan; ayudan a desarrollarlas, brindan información; in-vestigan, comparten conocimiento y experiencia. Los nobles buscan ser parte importante en las actividades de todos los in-tegrantes del equipo y animan a otros para seguir trabajando.

    En ocasiones existe incompatibilidad entre las metas per-sonales de los individuos que conforman el equipo. Entonces ocurre que algunos integrantes bajan su nivel de rendimiento y reducen su participación. En cambio, si las metas particu-lares concuerdan con los objetivos del proyecto habrá mayor trabajo y mejores resultados.

    Nadie debe pensar en “llevar agua para su molino”, sacar ventaja o intentar beneficiarse a costa de lo que sea. Trabajar en equipo es perseguir la misma meta, alcanzar el mismo ob-jetivo, unir voluntades y multiplicar esfuerzos para lograr el plan trazado. Nadie debe “meter un autogol”, todos pateamos hacia la portería contraria a fin de vencer al rival.

    Los objetivos comunes facilitarán el trabajo en unidad y ar-monía. La fuerza se direccionará hacia un punto y las probabi-lidades de alcanzarlo se incrementarán. Individualmente, cada colaborador, y colectivamente como grupo rendirán al cien por ciento. Todos los que participan en un proyecto deben ser soli-darios, dispuestos a pagar el precio y superar las circunstancias adversas para hacer realidad el sueño del equipo. La motivación irá en aumento a medida que se logren coordinar los esfuerzos y se den pasos firmes para ganar terreno.

    Para trabajar en equipo de manera efectiva se han de te-ner los objetivos colectivos bien claros. Que no existan dudas o intrigas, que todos los colaboradores sepan en qué dirección deben caminar, cuánto hay que invertir, qué riesgos se corren y en qué tiempo estimado estará concluido el plan. Los partidos políticos forman alianzas para que un candidato llegue a ser presidente. Los gerentes y empleados se unen para que la em-presa obtenga excelentes resultados. El pastor, el cuerpo ejecu-tivo y los miembros de una congregación se organizan en torno a objetivos comunes para obtener importantes resultados.

    Algo importantísimo para dar eficacia al trabajo en equipo es que las metas incluyan datos precisos, tal como fechas, horas y cantidades. Los proyectos entre más específicos y de-tallados sean, nos darán mayores posibilidades de lograr los objetivos propuestos.

    PersistenciALa única diferencia entre quienes alcanzan las metas y los que fracasan podría ser el grado de persistencia. Muchas ve-ces se cuenta con capacidad, se tiene presupuesto y hay gente integrada para trabajar, pero falta persistencia. Todo equipo de trabajo que tenga el suficiente coraje para avanzar hacia el objetivo trazado a pesar de los obstáculos, de críticas injustas o de reverses temporales, lograría lo que se proponga.

    Nada resulta fácil cuando se tiene un gran proyecto por alcanzar. Se lucha contra diversos obstáculos y peligros, pero la persistencia es un factor determinante para llegar a donde se quiere. La palabra del apóstol Pablo en Filipenses dice: No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mis-mo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y ex-tendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:12-14).

    Pablo entendió la importancia de olvidarse tanto de los fracasos como de los éxitos del pasado para poder alcanzar la meta. Quienes se quedan atrapados en sus frustraciones an-

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    5j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    teriores no tendrán el carácter para enfrentar la vida y luchar por sus ideales más elevados. También se estancarán los que se detienen a contemplar los éxitos obtenidos y dejan de avanzar hacia nuevos proyectos. La persistencia nos impulsa a renovar fuerzas. La perseverancia mantendrá la motivación y no permi-tirá que disminuyan las ganas de procurar nuevos logros.

    Los reveses del pasado no deben volvernos fracasados para toda la vida. Los errores nos dejan lecciones y huellas imborrables que nos conducen a reflexionar y cambiar radical-mente. No se puede tropezar con la misma piedra, no se debe fallar otra vez cometiendo la misma falta. Somos capaces de luchar y enderezar el camino. Hay gracia y favor de Dios para comenzar de nuevo, pero con más inteligencia y precaución.

    Pedro y su equipo de pescar no se quedaron con las redes vacías. No se dejaron invadir por el fracaso y la decepción. A pesar del cansancio y la fatiga escucharon la voz de Cristo y remaron mar adentro; de nueva cuenta echaron la red a la derecha. Como resultado encerraron gran cantidad de peces:

    Aconteció que estando Jesús junto al lago de Gene-saret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la ori-lla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, en-

    cerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vi-nieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían he-cho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, deján-dolo todo, le siguieron (Lucas 5:1-11).

    Pedro pudo interponer su experiencia de pescador y des-acatar la orden del Maestro, pero obedeció. Pudo haberle dicho a Jesús: Tú eres carpintero y yo soy el que conozco el oficio de la pesca. Sin embargo, se sometió y volvió a remar mar adentro. La persistencia trae recompensa, da resultados y produce fruto. Vale la pena que cada equipo de trabajo insista en la lucha por sus ideales. Tenemos que aprender a cumplir la voluntad del Señor, aunque las circunstancias no sean favorables.

    La persistencia es un factor decisivo para el éxito de los equipos de trabajo en la obra del Señor. Muchas iglesias para este tiempo ya deberían tener más de lo que tienen, pero fal-tó persistencia. Otras congregaciones ya lograron lo que se habían propuesto porque fueron capaces de perseverar y no desmayaron. Se mantuvieron dentro del plan trazado y fueron firmes en su decisión de alcanzar la visión. Trabajaron para fortalecer su carácter y multiplicaron su generosidad y su es-fuerzo para lograr el objetivo propuesto.

    la visión quedios pone en el corazón de un

    líder debe quedar grabada en cada colaborador del equipo, a fin de que el reino de

    los cielos extienda sus dominios en la tierra donde el

    señor nospermite vivir.

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    Pbro. juAn jesús Pérez gonzálezs e c r e t A r i o g e n e r A l

    el PoDerde lA iglesiA pentecostAl

    Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el

    pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos(Hechos 2: 44-47).

    la Iglesia es una institución poderosa desde su fun-dación. Nació en el derramamiento del poder del Espíritu Santo. A la vez, su poder de influencia y extensión radica también en otras áreas poco co-nocidas en la iglesia contemporánea, tales como la

    unidad, sus fundamentos teológicos, el ser una iglesia sanado-ra y su acción social, entre otras.

    El poder que la Iglesia tiene depende de Dios, y la ha he-cho sobrevivir y desarrollarse aun en medio de todas las ad-versidades y embates del diablo a través de toda su historia. Veamos algunos de los aspectos del poder que el Señor ha dado a la iglesia desde su origen.

    nAció en lA exPerienciA PentecostAl (HecHos 1:14)Oraba (Hechos 1:14). La oración para la iglesia era más im-portante que cantar. Para orar no tenían día, hora, ni lugar específico, lo hacían siempre.

    La alabanza tiene un lugar importante en el culto, pero no es lo principal; por lo tanto, ésta no debe tomar el lugar de la oración y predicación. Los cultos pentecostales deben ser equilibrados con el contenido exacto de alabanza, oración y predicación.

    Esperaba (Hechos 2:1). No era una iglesia impaciente e intranquila que se movía por las emociones, sino por la fe. No inventaba milagros, ni cobraba por las sanaciones. Su fe y confianza en el poder de Cristo hacían que sucedieran gran-des maravillas de Dios.

    Experimentaba (Hechos 2.4). Esto no eran simulacros espi-rituales, sino un derramamiento genuino del Espíritu Santo.

    Los apóstoles procuraban que todos los convertidos tuvie-ran la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo (Hechos 8:12). Nos debe preocupar que hoy que en algunas iglesias se hable de avivamientos sin el bautismo con la evidencia inicial de hablar en otras lenguas y demás manifestaciones físicas del mismo. No debemos temer a algunos errores en el avivamiento, es mejor controlar los excesos que ser una iglesia fría sin el avivamiento del Espíritu. Esto ha de comenzar con el propio pastor; si él es bautizado con el Espíritu Santo, hará que su con-gregación busque y se mantenga también en ese poder divino.

    creció en lA DoctrinA De los APóstoles (HecHos 2:42)Reconocía la autoridad espiritual y teológica de los apóstoles. Su credo y su teología provenían de los apóstoles y de las Sagradas Escrituras. La iglesia contemporánea no debe sucumbir ante doctrinas raras, que están de moda hoy, pero no soportan un análisis profundo y serio de la Biblia. No se deben sacrificar fundamentos bíblicos por crecimiento numérico.

    Mantenía la comunión congregacional. Se reunían para adorar, así como orar por las necesidades comunes y oír la palabra de Dios.

    Celebraba la cena del Señor. Recordar el sacrificio y la venida del Señor Jesucristo era para ellos una prioridad. Esta práctica continuará hasta que Cristo venga por su Iglesia. Es muy bueno celebrar este sacramento a domicilio con aque-

  • 7j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    llas personas que por incapacidad física no pueden asistir al templo. Será para ellos una bendición ser ministrados por su pastor con este sacramento, aun en el lecho del dolor.

    Practicaba la oración. Como ya se dijo anteriormente, la práctica de la oración era primordial. Para ellos era su em-barcación, con la cual atravesaban la tempestad.

    DesArrolló sensibiliDAD y concienciA sociAlAtendió las necesidades de las viudas (Hechos 6:1-6).

    Se esforzó y trabajo por el bien común de sus miem-bros. Se preocupaba por que no hubiera ningún necesitado, en la congregación (Hechos 2:44-45).

    Participaban del dolor ajeno (Hechos 8:2; 9:37; 39). La sensibilidad bíblica ante la muerte: Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés (Deuteronomio 34:8). Cuando murió Lázaro leemos: Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acom-pañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró (Juan 11:33-35). La iglesia tam-bién mostró esa misma sensibilidad:• GuardódueloporelmártirEsteban(Hechos8:2).• LlorólamuertedeDorcas(Hechos9:37,39).Elaprecio

    que se le tenía a Dorcas o Tabita se le mostró en el arreglo de su funeral: Después de lavada, la pusieron en una sala (9:37); …donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas (9:39).

    La Iglesia es una comunidad familiar. Por ejemplo al-gunos eventos en la vida de la misma la unen. Juntos ce-lebramos el nacimiento de un niño o una niña. Juntos nos regocijamos cuando una pareja de jóvenes comprometen su vida en el altar.

    Juntos cantamos cuando se dedica a un niño. Juntos estamos en el funeral de un creyente para recordarlo. La iglesia se identifica y se desarrolla en la sociedad como una hermandad dispuesta para apoyarse mutuamente, y para alcanzar juntos a los perdidos e incluirlos en esta gran fa-milia.

    La Iglesia no puede ser egoísta. Ni sus miembros ni sus ministros han de ser individualistas o partidistas. Por el con-trario ha de ser altruista. Se define el altruismo como “esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio”. La mejor ilustración de altruismo la encontramos en la experien-cia del buen samaritano (Lucas 10:25-37).

    conclusiónEsta hermandad y unidad de miles de creyentes ardiendo en el poder del Espíritu Santo, hacía que la iglesia fuera atractiva y necesaria ante la sociedad de su época. Por eso conquistó pueblos y naciones, porque respondía y resolvía las necesida-des de la gente. Era Dios con ellos y en ellos lo que hacía que esta iglesia fuera realmente poderosa.

    Hoy el Señor quiere que busquemos ese poder pentecos-tal, que los ministros sean la clave y no el clavo del avivamien-to. Dios quiere que ese despertar sea permanente en nosotros, para que a su vez heredemos esta práctica a las futuras gene-raciones hasta que Cristo venga.

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    la oraciónpara la iglesia era

    más importante que cantar. para orar no tenían día, hora, ni lugar específico, lo

    hacían siempre.

  • 8 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    La confianza es la naturaleza de la iglesia. La hay, cuando menos, para hacer compe-tentemente la tarea (2 Corintios 3:4-6); para tener acceso a Dios por medio de la fe (Efe-sios 3:12); para que Cristo sea magnificado en nosotros (Filipenses 1:20); para presentar nuestras oraciones (1 Juan 5:14).

    La ἐκκλεσίαν τοῦ θεῦ (ekklesían tou teu, en su forma transliterada) que es como se es-cribe en griego la porción de Hechos 20:28 que la Reina Valera traduce como iglesia del Señor, de donde precisamente los padres con-ciliares tomaron esta expresión para darle el nombre bíblico que lleva nuestra denomina-ción, porque la forma más precisa de traduc-ción, aunque nosotros la ponemos en plural, es: Asambleas de Dios.

    Pues bien, estas Asambleas son entera-mente concientes de que son ya cincuenta las generaciones de creyentes que se han sucedi-

    do desde aquel mandato redactado en forma y con los términos de un pacto: id, y haced discípulos... y la visión en ningún momento se ha hecho a un lado. El transcurso de los siglos no ha mermado la fuerza sino al con-trario. Los recursos allá han estado, fluyendo sin cesar. Desde siempre los embajadores de Cristo Jesús han estado enfrascados en ello de lleno, no exentos de adversidades pero inmersos de la gracia celestial. Porque Dios está con nosotros.

    Han habido gobernantes cuyo anhelo ha-bía sido que su legado de nación durara mil años, y ni a una centuria lo lograron. La Igle-sia los ha trascendido y lo seguirá haciendo hasta que el Rey arrebate a ese pedazo de cielo en la tierra llamado Iglesia y la traslade a las moradas de una eternidad cuyo inicio disfrutamos desde ya a través de la reconci-liación del Gólgota. Esto igualmente es lo de

    ¿miel sobre HojuelAs?

    Pbro. guillermo roDríguez HerrerAt e s o r e r o g e n e r A l

    bueno, no tanto; cuando menos no todo el tiempo. Hablando de la naturaleza de la Iglesia, como para abonar hacia una eclesiología en el tercer milenio, no está exenta del sinsabor, aunque tampoco habría por qué esperar que así no lo fuera. Entre la promesa del entonces y la plena consumación del todavía no, se implica la crisis del día a día, pero el Maestro, al anticiparlo, nos ins-ta a poner la confianza que lo vence o lo supera todo, al decir: pero confiad, yo he vencido al mundo.

  • 9j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    su naturaleza, el tiempo nunca la podrá hacer palidecer.

    Es verdad, el Maestro estableció el basa-mento de la Iglesia en lo general pero es Pablo quien le da forma, estructura y gobierno a las congregaciones locales. Entendió muy bien el propósito divino de una iglesia local autogo-bernada, autosostenida y autopropagable pero sin autonomía sino bajo la subordinación a la dirección del colegio eclesiológico jerosoli-mitano, dándose de lleno a la misión que le consumía, pero dependiendo totalmente del poder de Dios. Nunca llevada a cabo la tarea por habilidosos, retóricos, egotistas, pactis-tas, pero siempre en el poder de la fuerza del Señor y en su divina y soberana elección.

    En este sentido el ungimiento en el An-tiguo Testamento denotaba la elección para la misión de Dios, que se trataba de consa-gración o dedicación a su servicio exclusivo.

    Desde entonces ya se habla de la unción, que no es apotropaica cuando algunos la quieren hacer ver. Vamos, no es un rito ni una fórmula que aleje el mal o propicie el bien (como para algunos lo puede ser la cruz, la señal de la cruz, la Biblia abierta o las estacas). La gente mezcla sus inclinaciones y fascinaciones eso-téricas u ocultistas con las Escrituras y les resulta lo que sea, hacen su propio camino.

    Pero no cabe duda que las alusiones tipo-lógicas de la unción del Antiguo Testamento verían su cumplimiento en la obra neotes-tamentaria del Espíritu Santo, donde la luz reemplaza aquella sombra de los bienes ve-nideros. Así, en la vida de Cristo y sus após-toles y de los constructores del reino y de los viandantes del Camino había esta manifes-tación especial del Espíritu Santo, a la cual llamaban unción, que viene a ser esencial a la naturaleza de la iglesia, punto de partida

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    adiós a losabismos de

    desilusiones. hay se ven valles de

    mediocridad. A un lado las cuevas de

    la conformidad. ¡vamos a las

    cimas de nuestros montes!

  • 10 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    donde la divinidad se glorificaba y se sigue glorificando en la humanidad del que sirve, a la que separaba para un fin bastante sin-gular.

    Así, ἔχρισέν (se lee éjrisen) es ungido; de ahí viene χριστός, que es Cristo en su forma transliterada, el ungido porque se le aplicó la unción. En el idioma del Antiguo Testamen-to equivale al término Mesías (se pronuncia mashíaj y significa ungido). Así lo testimonia Lucas 4:18-19.

    Más tarde Pablo también destaca que la aceptación de su apostolado no se basaba en recursos ni en habilidades retóricas, sino es-pecialmente en la demostración del Espí-ritu y de poder (1 Corintios 2:4); esto era así, afirma, porque había recibido la unción de parte de Dios (2 Corintios 1:21). Enten-dida así, la unción es la elección divina para una tarea, para un oficio determinado, acom-pañada con el poder para ministrar con efi-cacia, según el dictado y los propósitos del Espíritu Santo.

    Está la otra expresión de la unción, pues-ta a disposición de todos los creyentes pues ofrece ayuda para la fidelidad a la verdad y permanencia en la sana doctrina: Pero vo-sotros tenéis la unción del santo, y co-nocéis todas las cosas (1 Juan 2:20). En este lugar señala el comentario de la Biblia Pentecostal: A todos los hijos de Dios se les da la unción para ayudar a guiarlos a la verdad. Mientras los creyentes permanecen en Cristo y leen la Palabra de Dios, el Espíritu les ayuda a entender sus verdades redentoras. Así, los cre-yentes tienen dos salvaguardas contra el error doctrinal: la revelación bíblica y el Espíritu Santo. Aquí la unción es un acto soberano de la impartición del poder de Dios, habitual-mente aplicado a personas consagradas, me-diante el Espíritu Santo y por la intercesión de Jesucristo, para vivir en santidad, en el servicio cristiano y en la ministración eficaz y con poder de las verdades del evangelio, ayu-dando al ungido a permanecer en la verdad y en la vida eterna.

    La naturaleza divinamente manifestada en la iglesia pasa asimismo por la autoridad

    que le ha sido delegada y que ejerce no como propietaria sino como delegada o empodera-da (Mateo 10:1; 28:28; 2 Corintios 10:8). La palabra es ἐξουσίας (exusías).

    La naturaleza eclesiástica también es κράτος, fuerza, poder, dominio, aunque con implicaciones para sujetar la vida personal, dando paciencia y longanimidad (Colosenses 1:9-11). Es poder para el dominio propio.

    Está ἰσχύος (se pronuncia isjíos), que es tener fuerza, ser fuerte, resistir la adversidad y la oposición, como dice Efesios 6:10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder (krátos) de su fuerza (isjíos). No en el poder de nuestros recursos ni en la fuerza de la denominación ni en la capacidad de la gente.

    La unción es poder de Dios en obrar mi-lagros, o poder milagroso, como se asienta en Hechos 1:8, pero recibiréis poder (aquí es δύναμιν), cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

    ¡No es meramente ejercer un derecho ni recibir una autoridad: es fuerza más allá de la fuerza para servir con la fuerza del cielo! No dejemos pasar por alto que la obra del cielo ha de llevarse a cabo con los recursos y el poder de lo alto, nunca de lo bajo.

    ¿No fue acaso el profeta filósofo quien es-cribió: en mis alturas me hace andar? La NVI lo dice así: me hace caminar por las altu-ras. Es en la plenitud de la fe; en la totalidad de la comunión; en la felicidad de la vida; en la grandeza de los éxitos; en los impensables logros; en la gracia abundante; en el camino de eternidad. Allá es donde Dios eterno nos quiere y ha dado lo necesario a su iglesia para hacerlo. Así que, a superar los reveses, a so-breponerse a la adversidad, a sacar las fuerzas del cielo. Adiós a los abismos de desilusiones. Hay se ven valles de mediocridad. A un lado las cuevas de la conformidad. ¡Vamos a las cimas de nuestros montes! Sí, porque aunque seamos golpeados por la vida, junto con el profeta Abrazo (que al parecer es el significa-do de Habacuc), también nosotros decimos:

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    han habidogobernantes cuyo anhelo había sido que su legado de nación durara mil años, y ni a una

    centuria lo lograron. la iglesia los ha trascendido y lo seguirá haciendo hasta que el rey arrebate a ese

    pedazo de cielo en la tierra llamado

    iglesia y la traslade a las moradas de

    una eternidad cuyo inicio disfrutamos desde ya a través

    de la reconciliación del gólgota.

  • 11j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jeho-vá el Señor es mi fortaleza. ¡Amén!

    Muéstrenme a un ministro quejumbroso y les mostraré a alguien demasiado sumergi-do en su humanidad y un tanto distante de la unción santa. Pero con la unción yo expreso deserción y Dios confirmación; yo pongo la imperfección y Dios la perfección; yo contri-buyo con mis errores y Dios con su infalibili-dad; yo aporto egoísmo y Dios entrega total; yo soy experto en arruinar todo y Dios en componer todo; yo voy por el mundo cayén-dome y Dios que me levanta y nos hace estar en pie. Es por su poder, por su gracia, por su unción en nosotros. ¡No somos grandes, pero sí hay grandeza en nosotros...!

    A veces el peso de la tarea es ligero como una pluma. En otras, es tan pesado como una pesada plancha de hierro. Amenaza con aplastar, con inmovilizar. No puedes dejar de pensar en esa parte de 2 Reyes 19:3 que dice: los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas. Aparece el sentimiento de vulnerabilidad. ¿Entonces qué hace uno? Empequeñecerse ante el gran tamaño de la obra. Imaginar escenarios y no hallar la forma de avanzar. Pero además, orar, implorar, buscar una nueva llenura de la unción. Entonces viene ese relampagueo al corazón, a la conciencia, al espíritu: no te dejaré, ni te desampararé; harás pros-perar tu camino, y todo te saldrá bien. Alguien te habla desde algún lugar indistin-guible pero entendible: Haz lo que está en tus manos, y deja que yo me encargue de lo demás. Dios está en el asunto, porque es su asunto. Alabas, das gracias, confías y sigues adelante. Hay alguien en el cielo que está de tu lado porque estás en sus propósitos. Entonces ha-ces del Salmo 90:17 una doxología a modo: Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma. Gracias, Señor.

    Finalmente, está la vocación hebraica de la iglesia. Dice Génesis 14:13. Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram

    el hebreo... Así se le llamaba porque era un haivrí (un hebreo) porque cruzó del otro lado. Literalmente hebreo significa el que viene del otro lado, de donde toma viso de gentilicio para los descendientes de Abraham.

    De aquí la insistencia en el señalamien-to de salir de, de cruzar al otro lado, como el que se hace en Génesis 11:31 Y tomó Taré a Abram su hijo (Nacor y Harán), y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y sa-lió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí. Este es el con-texto de Josué 24:2-3. Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.Y yo tomé a vuestro padre Abra-ham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di Isaac.

    Es parte del ser de la iglesia la confianza, la continuación de la misión, el fortalecimiento de la congregación local, el moverse el poder del cielo, pero igualmente salir del contexto de origen, dejar a un lado las perspectivas perso-nales, olvidar las formaciones socioculturales del ayer, abandonar la identidad mundana, cruzar al otro lado del río, a la otra orilla del mar, con el poder de Dios y en la comunión del Espíritu Santo. Allá está la promisión hecha realidad y la omnímoda provisión del Señor. Nadie se quede atrás. Ninguno se conforme con menos.

    Hay que terminar rememorando la ala-banza aquella:

    Cuando estés frente al mar y lo tengas que atravesar,

    Llama a este hombre con fe, solo él abre el mar.

    Hermano no tengas temor si detrás viene Faraón,

    Al otro lado tú pasarás y allí tu vas a en-tonar

    El himno de victoria.¡Así sea...!

    con la unciónyo expreso

    deserción y dios confirmación; yo pongo la

    imperfección y dios la perfección; yo

    contribuyo con mis errores y dios con su infalibilidad; yo aporto egoísmo y dios entrega total;

    yo soy experto en arruinar todo y dios en componer todo; yo voy por el mundo cayéndome

    y dios que me levanta y nos hace

    estar en pie. es por su poder, por su gracia, por su

    unción en nosotros. ¡no somos

    grandes, pero sí hay grandeza en

    nosotros...!

  • 12 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    el propósitode lA

    iglesiA

    Para reforzar lo anterior basta leer 1 de Pedro 4:10 para dar con la diversidad en la expresión que desarrolla la vida de la iglesia: Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. O sea, el pro-

    pósito de la iglesia es llevar el evangelio para que las personas sean salvas, dando gloria al que vive y predicando la Palabra para edifi-car a los creyentes. Es una parte estratégica de los planes divinos al convertirla en ins-trumento de su verdad.

    Pbro. DAniel De los reyes villArreAlt e s o r e r o d i s t r i t o n o r e s t e

    A gradezco la oportunidad que se me da para escribir en nues-tra revista Aviva y poder así, por la misericordia de Dios, dirigirme a todo el asambleísmo mexicano. ¡Gracias!El propósito de la iglesia es multiforme e incluso multifactorial.

    Basta leer Hechos 2:42, como una declaración de acciones encami-nadas a un fin en la iglesia: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Así que, de acuerdo a esta Escritura, el propósito o actividades de la iglesia deben ser: (1) Enseñar la doc-trina bíblica, (2) proveer un lugar de convivencia para los creyentes, (3) celebrar la Cena del Señor, y (4) orar. Todo lo anterior como pro-ducto de la predicación y bautismo como de 3,000 personas.

  • 13j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    Todavía aún más, nuestra Constitución Ecle-siástica reza en la declaración de propósitos: Como Concilio, nuestro propósito primordial es reconocer y alentar los métodos escriturales de adoración, unidad, compañerismo, gobier-no, obra y negocios de Dios.

    Cuidado con los dogmatismos y los lega-lismos. Nos encontramos de tiempo en tiem-po a líderes que desean aplicar la Constitu-ción como si fuera el reglamento de tránsito. Con todo lo que eso implica se pierde el di-seño por las intenciones personales de algu-nos que desean imponer un criterio propio, respetable en ocasiones y hasta con buenas intenciones, pero lejos de la Palabra que nos ha sido enseñada.

    C. B. Hogue, en El fenómeno del sueño indomable dice que el propósito de la iglesia es extenderse o perecer. Si mantiene la di-námica bíblica de hacer posible lo imposible marca el paso para involucrar a los espec-tadores en la participación y adaptación del proceso y sistema. El poder es el lado emo-cionante del pentecostés cuando el sueño se vuelve realidad.

    Para Billy Kim la oración es la premisa. La predicación es el plan. La pureza es la senda. La alabanza es una prioridad. La per-secución es requisito previo.

    El Pbro. Alfonso de los Reyes Valdez en Una ponencia eclesiológica propone un modelo: Evangelizar. Discipular. Educación

    la araña esel tipo de

    organismo que no puede sobrevivir si se le daña o elimina la cabeza; basta un chanclazo. mientras que si una estrella de mar pierde un

    tentáculo, éste seguirá creciendo hasta remplazar el miembro anterior.

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

  • 14 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    eclesiástica. Gobernar: orden y disciplina. Vida devocional. Liturgia. Misiones. Rela-ciones. Obras materiales. Responsabilidad social. Finanzas. Sociedades y Comunica-ciones.

    En mi obra Estación eclesial en donde se exponen 60 modelos desarrollados de las iglesias en el mundo cristiano propon-go ir más allá de los modelos, examinando los sistemas, tales como: Credo, sistema de creencias. Liturgia, sistema de culto. Go-bierno, sistema de orden. Acuerdos, sis-tema de entendimiento. Cuerpo, sistema multifactorial.

    No dejan de llamar la atención los con-ceptos de Ori Brafman y Rod Beckstrom en su metáfora de la araña y la estrella de mar porque nos ayuda a entender las ventajas de la estructura de las organizaciones moder-nas, cada vez más descentralizada, frente a la organización clásica que predominó en el pasado, rígidamente jerárquica y centraliza-da. La araña es el tipo de organismo que no puede sobrevivir si se le daña o elimina la cabeza; basta un chanclazo. Mientras que si una estrella de mar pierde un tentáculo, éste seguirá creciendo hasta remplazar el miem-bro anterior.

    Modelos como el de “iglesia fuerza”, como bien lo definió el Pbro. Rolando Pérez Cecías, es aquella que está en todas partes de la ciudad todo el tiempo, diferente a la que necesita concentrarse en un solo lugar para ser iglesia.

    El Pbro. Miqueas Cantú nos ha enseña-do que para desarrollar la iglesia es necesa-ria una acción pastoral orgánica. Indicador Eclesiástico dixit. Nada más loable que la vida, porque es un organismo que requiere mantenimiento adecuado a sus necesidades y propósitos específicos. El ministerio le da unidad al cuerpo.

    El Pbro. Rubén J. Arévalo nos mostró en la pasión misionera que la iglesia tiene vida y propósito si vive para la misión e invierte todo lo que tiene para lograrlo.

    Para construir acciones aceptables en torno al propósito de la iglesia se necesitan

    respuestas a las siguientes preguntas: ¿Han definido adecuadamente su prioridad princi-pal? ¿Escribieron su visión de manera clara e inconfundible? ¿Tienen una declaración de misión? ¿Proclaman un lema o eslogan como grito de batalla o sólo como grito de júbilo? ¿Diseñaron una estrategia de lo que pretenden alcanzar? ¿Llevan un programa bien definido? ¿El perfil de su grupo de al-cance está ubicado correctamente? ¿Saben lo que creen realmente? ¿Tienen bien de-terminado lo que quieren? ¿Consiguen un enfoque adecuado? ¿Qué producen sus ac-ciones? ¿Ganan a los de su clase? ¿Se ponen a trabajar? ¿Aceptan el desafío del cambio? ¿Están alineados hacia un solo rumbo? ¿Hay movimiento para llevar a sus discípulos de un nivel a otro?

    Semillas de liderazgo que han sido guardadas en el morral. (1) Cuando parti-cipes en una asamblea, cuida el decoro en el debate. Nunca personalices, discute las ideas y ama a las personas. Nunca pierdas de vista enseñar a los nuevos líderes a cuidar la ins-titución. Alfonso de los Reyes V. (2) Cuide la doctrina bíblica y aprenda a hacer teolo-gía. Ray D. Morelock. (3) Cuando oficies ceremonias, recuerda que eres un ministro de Jesucristo. Matías Saucedo Muñoz. (4) Siempre que cumplas una meta y obtengas resultados, vuelve a levantar una congre-gación. Angelita Villarreal Cepeda. (5) El Presbiterio es un representante del gobierno de Jesucristo. No es infalible, tampoco es una caja negra. Pero todavía por medio de él habla el Espíritu Santo. Miqueas Cantú Garza.

    En mi más reciente libro La mano que Dios usa de manera extraordinaria, muestro algunas facetas de la indispensable labor de la iglesia en la mayordomía del propósito: La mano que Dios usa, es la de los fieles, genero-sos e inversionistas del reino que saben de los tesoros nunca devaluados, aquellos puestos a trabajar en la obra de Dios. Encontraremos acciones sobresalientes con pequeños esfuer-zos, porque la gracia es superabundante en nuestro favor.

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    para construiracciones aceptables

    en torno al propósito de la

    iglesia se necesitan respuestas a las siguientes

    preguntas: ¿han definido

    adecuadamente su prioridad principal?

    ¿escribieron su visión de

    manera clara e inconfundible?

    ¿tienen una declaración de

    misión? ¿proclaman un lema o eslogan

    como grito de batalla o sólo como

    grito de júbilo? ¿diseñaron una

    estrategia de lo que pretenden alcanzar?

  • 15j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    Si un edificio no tiene la fuerza o firmeza en su fundamento, tarde o temprano colap-sará. Es por ello que los arquitectos e in-genieros, cuando van a construir una casa, edificio o puente, lo primero que diseñan y construyen son los cimientos. Por esa ra-zón vemos que primero hacen excavaciones para colocar en su lugar un fundamento sólido, estable y duradero, para que la es-tructura que se construya encima resista las inclemencias de la lluvia, tempestades, temblores, etc. El material que normalmen-te se usa para asegurarse de que sea sólido y duradero es la piedra.

    En el diseño de Dios el edificio es la Igle-sia. Ésta tiene un cimiento sobre el cual el arquitecto y constructor edificó. Este funda-mento es Jesucristo, quien es la piedra an-gular, y los apóstoles y profetas son también parte fundamental de este cimiento:

    Porque nadie puede poner otro fun-damento que el que está puesto, el cual es Jesucristo (1 Corintios 3:11).

    Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la princi-

    pal piedra del ángulo Jesucristo mismo (Efesios 2:20).

    En el libro de Isaías hallamos cuatro cua-lidades de Cristo como piedra angular del fundamento:

    Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra proba-da, angular, preciosa, de cimiento esta-ble; el que creyere, no se apresure (Isaías 28:16).• Piedra probada. Para que un funda-

    mento sea seguro debe llenar ciertas especificaciones técnicas. Debe ser un material ya probado en su resistencia, du-rabilidad, corrosión, etc.

    • Piedra angular. Es la piedra principal que se usa como referencia que define la orientación de toda la estructura del edi-ficio.

    • Piedrapreciosa. Esta piedra tiene gran valor o precio, ha tomado una estética perfecta, ha sido preparada y moldeada, ha pasado procesos de corte y detallado para que cuando se siente o posicione en

    el FunDAmentode lA iglesiA

    Pbro. jAiro jAunA moroyoquit e s o r e r o d i s t r i t o s o n o r A

    cuando se construye un edificio, ¿qué es lo que primero que se pone? Exactamente, el fundamento. ¿De qué depende que se sostenga la es-tructura de un edificio? Así es, de la solidez y fuerza de su fundamento.La palabra “fundamento” en hebreo es yãsadh, mientras que en griego es the-

    melios. En español proviene del latín fundamentum y quiere decir “principio” o

    “cimiento en el que descansa y sobre el que se apoya un edificio”.

    en el diseñode dios el edificio es la iglesia. ésta tiene un cimiento

    sobre el cual el arquitecto y

    constructor edificó. este fundamento es jesucristo, quien es la piedra angular,

    y los apóstoles y profetas son también parte

    fundamental de este cimiento.

  • 16 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    el lugar para el que fue diseñada se vea preciosa.

    • Piedradecimientoestable. El resul-tado de esta piedra es un cimiento incon-movible, duradero, que soportará lluvias, corrientes de agua, climas extremos, etc, y no se moverá.

    Jesucristo es la piedra probada. La pro-bada rectitud de Cristo da testimonio de sus méritos. Fue tentado por el diablo y lo venció (Lucas 4:1-13); por los hombres y se maravi-llaron de sus repuestas (Lucas 20:1-38). Aun pasó por la muerte y salió victorioso (Mateo 27:46). Nadie como él para ser la piedra an-gular de la iglesia.

    Jesucristo es la piedra angular. La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo (Sal-mos 118:22). Esta piedra le dio el diseño y orientación a la iglesia. Sería una iglesia con propósito, firme y poderosa.

    Jesucristo es la piedra preciosa. …mas para Dios escogida y preciosa (1 Pe-dro 2:4). En griego esta frase literalmente se leería: él es una preciosidad. Los que le cono-cemos podemos describirlo de igual manera que la sulamita hablaba de su esposo en Can-tar de los Cantares 5:10-16. Una descripción ferviente de amor y pasión por él.

    Jesucristo es la piedra de cimiento estable. Él es la roca inconmovible. Todo

    aquel que viene a él y recibe su palabra ten-drá un fundamento estable (Lucas 6:47-49).

    Cristo ha edificado su iglesia en este fun-damento probado, angular, precioso y estable. Le dijo a Pedro: Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia (Mateo 16:18). En la Vulgata se lee: Tú dixiste (latín), que es la misma frase que tenemos en Mateo 26:62-64 (Tú lo has dicho). Es decir, según la Vulgata, Jesús esta-ría diciendo a Pedro: Lo que el Padre te reveló, a saber, que soy el Cristo, el Hijo del Dios viviente, es verdad; y ¡esta revelación es la roca funda-mental sobre la cual yo edificaré mi Iglesia!

    La palabra iglesia proviene del griego ekklesia y significa “asamblea” o “congrega-ción”. Es un conjunto de seres humanos que creen y obedecen a Jesús y sus doctrinas.

    Entonces podemos decir con firmeza que Jesús es el fundamento, la roca inconmovi-ble de la Iglesia de la cual forman parte las Asambleas de Dios. Y nadie puede poner otro fundamento sobre éste. Estamos parados fir-mes sobre la piedra angular que es Jesucristo. Seguiremos proclamando que Cristo salva, Cristo sana, Cristo bautiza y Cristo viene.

    Los dieciséis puntos de nuestra Decla-ración de Fe, poseen un fundamento total-mente bíblico, Cristo céntrico y pentecostal. Mantengamos firme nuestra fe e identidad en medio de esta crisis que han traído las doctri-nas filosóficas de la postmodernidad.

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    si un edificiono tiene la fuerza o firmeza en su fundamento,

    tarde o temprano colapsará. es

    por ello que los arquitectos e

    ingenieros, cuando van a construir una

    casa, edificio o puente, lo primero

    que diseñan y construyen son los

    cimientos.

  • 17j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    líderes comprometidoscon su iglesiA

    En la actualidad se percibe una disminu-ción del compromiso de parte del líder y de su iglesia. Muchas iglesias sufren de falta de dirección o de excesos de administración; sus líderes padecen la ausencia de espiritualidad, inspiración, integridad o de destreza. Parte de ello es que se confunde el papel del líder con la función de un administrador o gerente.

    Por eso hoy más que nunca se necesitan líderes transformativos. El líder es el que le da a la iglesia su visión, tiene la capacidad para traducir esa visión en realidad al influir y guiar con acertada dirección.

    el líDer, lA clAveEl líder transformador seguirá siendo la clave del éxito de la iglesia. Es el líder principal, es el eje impulsor del proceso de espiritualidad, liderazgo y ministerios en la iglesia. De él se desprende la visión del futuro de la iglesia porque él tiene espiritualidad, preparación teológica, preparación secular, personalidad, poder y posición, que es la razón del éxito en la iglesia. Asimismo dirige con diligencia e inte-gridad espiritual y se orienta en los principios bíblicos y no meramente en el éxito; esto hará

    que sea el líder transformador espiritual que se compromete con la comunidad cristiana.

    De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en ser-vir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría (Romanos 12: 6-8).

    un líDer trAnsFormAtivoEn primer lugar, se requiere que sea un líder responsable colectivo, y que exista una rela-ción armoniosa entre el líder y su iglesia.

    En segundo lugar, se propone que el líder sea sensible a los deseos y necesidades de la iglesia y tenga la capacidad de llevar adelante esas aspiraciones. Que sea un líder creativo para que junto con la congregación aplique los métodos que permitan alcanzar los propó-sitos que nuestro Señor Jesucristo tiene para su iglesia.

    El líder transformativo nos motiva hacer más de lo que esperábamos hacer, elevando

    Pbro. PeDro rico mirAmontest e s o r e r o d i s t r i t o s u r d e c h i h u A h u A

    el liderazgo y su responsabilidad con la iglesia, como su-cede con el arte, pierde su atractivo cuando se describe sólo con palabras. El liderazgo y su responsabilidad con la iglesia, es llamamiento divino, inspirador y encantador, y es también complejo y frustrante.

    el líder es elque le da a la iglesia

    su visión, tiene la capacidad para

    traducir esa visión en realidad al influir y guiar con acertada

    dirección.

  • 18 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    nuestras conciencias hacia una relación más íntima con el que nos llamó a un ministerio santo y sublime. También nos estimula a es-tar más comprometidos con la iglesia. El líder transformativo nos hace trascender nuestros propios intereses a favor de la causa común que es extender el reino de nuestro Señor Je-sucristo en toda la tierra.

    El líder transformativo pone al Creador del universo en el centro de su vida, sus anhelos, sus valores y sus intereses, a fin de tener un compromiso pleno y no escatimar esfuerzos por su iglesia y la comunidad que le rodea.

    un líDer esPirituAlLa responsabilidad del líder es mantener per-manentemente una vida espiritual delante de Dios y estar comprometido con su iglesia. David fue un ejemplo este principio. A pe-sar de los momentos críticos que vivió pudo llevar una relación espiritual con el Señor y mantuvo su compromiso con su pueblo.

    En 2 Samuel 23:15-17 podemos ver a este líder espiritual y comprometido con su pueblo: Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puer-ta! Entonces los tres valientes irrumpie-ron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso be-

    ber, sino que la derramó para Jehová, di-ciendo: Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres va-lientes hicieron esto.

    En los tiempos más difíciles de nuestro li-derazgo y compromiso con la iglesia, surge de lo más profundo de nuestro interior anhelos y deseos, al igual que el rey David, que deseaba con ahínco beber del agua del pozo de Belén.

    Los valientes de David le llevan el agua para que pudiera satisfacer su necesidad. Pero el rey se negó a beberla.

    Esta actitud de David lo convierte en un líder espiritual y responsable con su pueblo. En un acto de adoración, derrama el agua ofreciéndola al Señor, pues ve en ella la san-gre de sus hombres. Con ello evidencia el hijo de Isaí su profunda espiritualidad y su com-promiso con su gente.

    Un líder responsable mantendrá una comunión diaria con el Padre, desarrollará siempre una vida devocional profunda y esta-rá también comprometido con su iglesia. Los grandes hombres de Dios que llevaron a cabo los propósitos divinos, fueron aquellos que cumplieron con estas características.

    Apreciables consiervos, mi anhelo es que esta reflexión sea de bendición para sus vidas en el cumplimiento de nuestra responsabili-dad como líderes de la iglesia.

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    un líderresponsable

    mantendrá una comunión diaria

    con el padre, desarrollará siempre una vida devocional

    profunda y estará también comprometido

    con su iglesia. los grandes hombres

    de dios que llevaron a cabo los propósitos divinos, fueron aquellos que

    cumplieron con estas características.

  • 19j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    el PrinciPio De lA viDA DevocionAlLa palabra “enseñar” proviene del latín insig-nare compuesto de in (en) y signare (señalar hacia) lo que implica señalar qué camino se-guir. ¡Vaya desafío!

    Cualquier persona que se prepara, estu-dia y anhela enseñar puede dedicarse a tras-mitir conocimientos, valores o habilidades, pero no todos logran señalar, indicar o guiar por el camino correcto.

    Dios ha provisto a la iglesia de maestros capacitados y equipados por el Espíritu San-to. Maestros que a través de la vida devocio-nal son llenos del poder de Dios y pueden alumbrar como una antorcha por medio de la luz de la Palabra, de manera que guien a los creyentes hacia la consolidación y la madurez espiritual.

    el PrinciPio De lA inFluenciAEl apóstol Pablo, gran predicador y maestro, pidió a los cristianos imitar su ejemplo: Por tanto, os ruego que me imitéis (1 Corin-tios 4:16); Sed imitadores de mí, así como

    yo de Cristo (1 Corintios 11:1). ¿Cómo se atrevió a hacer tal cosa? Por la simple razón de que él a su vez imitaba a Cristo. Reco-nozca la influencia que ejerce su vida como maestro sobre la iglesia. Ante ellos, usted es un representante del Señor, y lo que ellos lo vean hacer guiará en gran parte el destino de sus vidas. Trate de ejercer sobre ellos una in-fluencia positiva.

    El maestro enseña...Un poco mediante lo que dice...Algo más mediante lo que hace... Mucho mediante lo que es.

    La vida y la personalidad del maestro es la lección más poderosa que se puede enseñar. No son las elocuentes palabras las que influ-yen en la vida del alumno, sino la conducta santa del instructor en primer lugar; una vida entregada de lleno al Señor Jesús. ¡Procure lograr ese impacto!

    el PrinciPio De lA DoctrinA PentecostAlPablo advirtió a Timoteo que vendrían tiem-

    mAestros PentecostAles

    en lA iglesiA

    Pbro. cArlos izAguirre rAmírezt e s o r e r o d i s t r i t o F r o n t e r i z o d e t A m A u l i p A s

    Para tener una generación pentecostal y una igle-sia pentecostal se necesitan maestros pentecostales que se rijan bajo los siguientes principios.

    la vida y la personalidad del maestro es la lección más

    poderosa que se puede enseñar. no son las elocuentes palabras las que

    influyen en la vida del alumno, sino

    la conducta santa del instructor en primer lugar; una

    vida entregada de lleno al señor jesús. ¡procure lograr ese

    impacto!

  • 20 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    pos peligrosos en los que habría falsos maes-tros (2 Timoteo 3:1; 4:3-4).

    Los principios y fundamentos constitu-yen los pilares que garantizan la permanencia firme de cualquier institución, sea humana o divina. En el caso de la iglesia, distintos vien-tos de doctrinas se han presentado de tiem-po en tiempo, los cuales de alguna manera han intentado socavar sus fundamentos; sin embargo, nuestros pilares siguen aún firmes y estables, y nuestras bases doctrinales han permanecido sin sufrir daño.

    El maestro pentecostal es el encargado de guardar con celo el buen depósito y de tras-mitir la sana doctrina para que lo sepa la generación venidera... (Salmos 78:6).

    el PrinciPio De lA FiDeliDADNo todo cristiano es apto para enseñar; no obstante, todo aquel que ha sido llamado por el Señor a este ministerio debe desarrollar sus aptitudes y servir con fidelidad: Ahora

    bien, se requiere de los administrado-res, que cada uno sea hallado fiel (1 Corintios 4:2).

    El maestro pentecostal en la iglesia es ad-ministrador de las preciosas joyas del Señor. Él pudo haber elegido otros métodos para que conocieran la verdad, pero no lo hizo. Fue de su agrado escogernos a nosotros para este tra-bajo. Ahora, él espera que seamos fieles, no por un día ni dos, no por unos meses o un año, sino ¡siempre!

    Con la ayuda del Espíritu Santo usted podrá ser:

    Fiel a Jesucristo.Fiel al llamado.Fiel a la vida devocional.Fiel a la enseñanza. Fiel a sus alumnos.Fiel a la iglesia.Fiel a la doctrina pentecostal.

    Seamos fieles hasta el final (Apocalipsis 2:10).

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    la palabra“enseñar” proviene del latín insignare

    compuesto de in (en) y signare (señalar hacia) lo

    que implica señalar qué camino seguir.

    ¡vaya desafío!

  • 21j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    señal es un término que proviene del latín signalis. El vocablo tiene múltiples acepciones. Puede ser un signo, seña, marca o medio que sirve para dar información, advertir o simplemente hacer un re-cordatorio. Una señal también puede ser un gesto

    que realiza una persona. En física, la palabra se refiere a una variación de la corriente eléctrica o de otra magnitud que se utiliza para transmitir información, como la señal de un te-léfono, por ejemplo. Asimismo, un indicio o un vestigio que queda de algo también puede ser llamado como una señal: El canto de las aves puede ser la señal de una inminente tormenta, Mi hermano sigue sin dar señales de vida: espero que no le haya ocurrido nada malo.

    De la infancia recuerdo que mi padre era compone todo, y siempre que limpiábamos o arreglábamos algún aparato elec-trodoméstico, un ventilador o un auto, señalaba cada man-guera, cable o tornillo en su posición con una cinta a la que asignaba un número, letra o color. Cuando algo no funcio-naba, había que armarlo de nuevo y probarlo, y desde luego, las señales anotadas nos ayudaban mucho en el proceso. Me edificaba en gran manera esa parte final donde me pedía que limpiara todo y guardara la herramienta. Ya en mi adolescen-cia, y en los propósitos divinos, visitábamos a mi abuelo en su casa pastoral. Chapado a la antigua, no tenía TV ni radio, pero sí una pared con una gran biblioteca que contenía enci-clopedias, libros, revistas, guías dominicales, cuadernillos de seminarios y talleres, bosquejos hechos por él mismo, distin-tas versiones de biblias y diccionarios. De esta manera inició mi pasión por los libros y me convertí en un lector asiduo. Sin aburrimientos y con gran pasión saboreé los tesoros que ofrecía esa biblioteca. En cualquier ejemplar que leía, encon-traba una marca que el abuelo colocaba en las secciones don-

    de había discrepancias doctrinales o donde la lectura debía ser peligrosa para la fe. Logré leer casi todos sus libros, y las señales que encontré en sus páginas fructificaron a su tiempo, dándome seguridad y desarrollo en el camino del Señor.

    En lo que respecta a la Iglesia también podemos hablar de señales que nos dan indicios de su desarrollo. Entre las múlti-ples señales de inmadurez, por ejemplo, están las siguientes:• Lavidafrívoladealgunoscristianos.• LainsensibilidadhacialasantidaddeDios.• Lanaturalidadconquesepracticaelpecado.• Eldesprecioporlasanadoctrinayalaenseñanzabíblica.• LamarcadaindiferenciaalaPalabradeDios.• Elafánmaterialista.• Los estilos de adoración sensuales de parte de algunos

    músicos cristianos.• Elautoritarismoqueejercenalgunoslíderes.• Lafacilidadconquelaspersonassehacencristianas,se

    bautizan y se hacen miembros de las iglesias, sin que haya conversión genuina.

    • Lasustitucióndelaenseñanzayladoctrinabíblicaporlapsicología.

    Por ello, es necesario que la iglesia procure un desarrollo con-tinuo. Es en las siguientes áreas en las que se debe buscar la madurez:• Madurez en el crecimiento espiritual. Algunos cre-

    yentes se quedan como “niños en Cristo” debido a su falta de crecimiento y desarrollo. Tal era el caso de los cris-tianos de Corinto (1 Corintios 3:1-4), y los lectores de la epístola a los Hebreos (Hebreos 5:11-14).

    • Madurez en la victoria sobre el “yo”. La muerte del “yo” es imperativa para la victoria completa. En Cristo

    señAles De mADurez

    espirituAl en lA iglesiA

    Pbro. isAí ortíz gonzálezt e s o r e r o d i s t r i t o t A b A s c o

  • 22 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    tenemos el mejor ejemplo de abnegación (Mateo 26:9; Filipenses 2:5-8). Al ven-cer sobre el “yo”, podremos decir como Pablo: …ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí (Gálatas 2:20; 6: 14).

    • Madurez en un propósito definido en la vida. Necesitamos una meta segura.° Hay un sinnúmero de doctrinas falsas.° Hay muchos falsos profetas.° Hay mucha debilidad espiritual.° Hay mucha indecisión espiritual.

    • Madurez con un espíritu perdonador y humilde. Se requiere que los cristianos manifiesten el espíritu de Cristo y mues-tren amor perfecto, que perdonen como fueron perdonados y sean humildes como el Maestro (Mateo 11:29).

    • Madurez en poder y autoridad es-piritual. El poder y la autoridad que se necesita y se recibe sólo del Señor.° Poder para vencer todo pecado.° Poder para vencer al mundo.° Poder para vencer la carne.° Poder para vencer al diablo.° Poder para vencer la tentación.° Poder para ser santos.° Poder para servir.° Poder para perseverar.

    • Madurez en el ejercicio de los dones, talentos y ministerios. Dios da dones, talentos y ministerios a cada uno, para edificación del cuerpo de Cristo. Algún día todos daremos cuenta del uso que les demos.

    • Madurez en estar edificados y dar fruto.° Fruto digno de arrepentimiento.° Fruto del Espíritu.° Fruto de servicio.° Fruto del cumplimiento de la gran co-

    misión.

    Quien tenga verdaderamente sensibilidad y discernimiento del Espíritu Santo sabe per-fectamente bien que esta es la realidad de la iglesia contemporánea. Nos corresponde, por tanto, ser diligentes, tal como lo expresa la Palabra, pues, ¿cómo escaparemos noso-tros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anun-ciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, tes-tificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad (Hebreos 2:1-4).

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    en cualquierejemplar que

    leía, encontraba una marca que el

    abuelo colocaba en las secciones donde había discrepancias doctrinales o donde la lectura debía ser

    peligrosa para la fe. logré leer casi todos sus libros, y las señales que encontré en sus

    páginas fructificaron a su tiempo,

    dándome seguridad y desarrollo en el camino del señor.

  • 23j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    crónicA del congreso

    nAcionAl demisiones

    Desde la primera hasta la última noche experimentamos la presencia envolvente del Espíritu Santo en el ambiente del Congreso. Cada devocional abundó en alabanzas y participa-ciones de misioneros que exponían las necesidades de los gru-pos a los que ministran, con expresiones bíblicas en español y en idiomas de los campos en los que trabajan. Entre música, adoración y oraciones fervientes, llenaron de incienso celes-tial el auditorio. Sentíamos que vibraban las almas nuestras en un entorno saturado de la gloria de Dios. Fue maravilloso notar que nuestros enviados dominan el lenguaje de su lugar de misión, y están integrados a la cultura de la gente a la cual evangelizan o discipulan.

    El Señor nos entregó una poderosa palabra a través de nuestro Superintendente General, Pbro. Abel Flores Aceve-

    do. Con un sermón clásico de Isaías 6, con énfasis en la frase: Heme aquí, envíame a mí, nos motivó a escuchar el llama-do divino a la misión; a no evadirlo, sino responder afirmati-vamente a Dios. Tenemos que estar dispuestos a entregarnos a la voluntad del Creador e ir a donde nos ordene y cumplir la encomienda que nos ha dado. Los misioneros llenaron el al-tar y los otros asistentes hasta donde pudimos nos acercamos a orar con ellos. La consagración se tornó ferviente. Fuimos quebrantados por el toque del Espíritu.

    La organización tuvo niveles de excelencia en todos los aspectos. En los espacios de exposición los misioneros lucían sus ropajes especiales, tenían productos de promoción que captaban la atención de los asistentes. El sonido, registro, ser-vicios auxiliares, seguridad, la iluminación y las atenciones

    Pbro. josé m. sAuceDo vAlenciAnos u p e r i n t e n d e n t e A d j u n t o d e l A z o n A c e n t r o

    rompió todos los récords de la historia el Congreso Nacional de Misiones, denominado: La Iglesia Local, Clave para la Gran Comisión. La magna celebración se realizó del 5 al 7 de julio de 2017, en el Centro de Convenciones de León, Guanajuato. En salones ornamentados de lujo, con todas las comodidades y tec-nología de primer nivel, se desarrollaron los programas de ponencias, tiempos de refrigerio en adoración, y espacios de exposición de los proyectos acreditados por el Departamento Nacional de Misiones. El entorno fue siempre propicio para nutrir la fe, avivar la esperanza y desafiar a un compromiso mayor con la gran comisión, a directivos, enviados, líderes, pastores e iglesias.

  • 24 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    del personal directivo y de ujieres estuvo de primer mundo. Era motivante poder saludar a nuestros predicadores transcul-turales y notar su entusiasmo. El auditorio estuvo repleto de principio a fin. Mañana, tarde y noche la gente estaba atenta a las conferencias, predicaciones, videos y exposiciones. Cada espacio de los programas se aprovechó al máximo. Se notó la efectividad de la fórmula del equipo de directivos del DNM. Cada uno de ellos participó con ponencias de alto grado de practicidad.

    El Pbro. César Casillas nos motivó con una conferencia poderosa sobre la importancia de integrar a la iglesia local en el respaldo al misionero con la oración intercesora.

    El Pbro. Gabriel Borbolla expuso el tema de la vocación mi-sionera, integrando fundamento bíblico, experiencia personal enriquecedora y dejó notar su pasión por la obra del Señor.

    El Pbro. Saúl García con su vasta experiencia, con denuedo y elocuencia, concientizó sobre la necesidad de redoblar esfuer-zos para alcanzar a las etnias mexicanas con el evangelio.

    El Pbro. Gilberto Cordero, con dinamismo y cordialidad, nos brindó dos conferencias magistrales con ideas prácticas para aumentar la participación de la iglesia local en el apoyo financiero a misiones.

    Resultó por demás grato notar que los ejecutivos del DNM trabajan en equipo, y se dedican a cuidar a los misioneros en cada detalle. Dispusieron un salón especial con lugares para cada proyecto y brindaron un trato cordial y generoso a

    nuestros enviados. Todo indica que soplan vientos favorables que harán avanzar potentemente el trabajo de la obra trans-cultural.

    La Pbra. Donna Bustos y un servidor hicimos equipo para ministrar a los misioneros. Con los temas sobre el Espíritu Santo y las Misiones, y los Desafíos de la obra misionera en México, expusimos la Palabra con fundamento bíblico y ele-mentos prácticos. Siempre dimos prioridad a los enviados en el llamado al altar. Luego integramos a los directivos distri-tales y pastores a un compromiso mayor con el apoyo a las misiones. La misionera Bustos tomó el micrófono y tuvimos por la noche un altar lleno del poder de Dios, con bautismo en el Espíritu y experiencias significativas para todos. De ante-mano ella había ministrado y preparado el ambiente en el cual fue exaltado Jesucristo.

    Este congreso tuvo particularidades que lo convierten en el más significativo y relevante de la historia de las misiones en México:

    El nivel de asistencia llegó los 900 inscritos, y por la no-che, rebasó fácilmente los mil congregantes en los cultos. La participación de miembros del Presbiterio Ejecutivo también fue alta:

    El Superintendente General del Concilio y el Superinten-dente Adjunto de la Zona Centro

    El Superintendente del Distrito CentroEl Tesorero del Distrito Fronterizo

    c r ó n i c a

  • 25j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    El Secretario y el Tesorero del Distrito VeracruzEl Superintendente y el Tesorero del Distrito BajíoEl Superintendente, el Secretario y el Tesorero del Dis-

    trito OaxacaEl Superintendente y la Secretaria del Distrito SurEl Superintendente del Distrito CaribeTuvimos un excelente nivel de asistencia de directivos

    del Departamento de Misiones de los distritos tanto para los trabajos de la reunión nacional de planeación justo antes del Congreso como para el Congreso mismo estando representa-dos los 23 distritos de nuestro Concilio.

    Y los amantes de la misión, apoyadores incondicionales, visionarios de la evangelización del mundo, pastores y creyen-tes de las iglesias locales se dieron cita en el lugar.

    Gratísimo fue notar la asistencia representativa de la ri-queza conciliar. Tuvimos líderes de jóvenes, de Hijos de Mi-nistros, de Damas, de Varones; había niños, adolescentes, adultos y ancianos. Directivos y maestros de institutos bíbli-cos, ejecutivos del DEC también hicieron acto de presencia. No pocos pastores y bastantes coordinadores del Departa-mento de Misiones de iglesias locales, seccionales, regionales y distritales. El congreso convocó y motivó a varias generacio-nes, lo cual asegura la trascendencia.

    Al final terminamos con un altar de compromiso total. Los misioneros en primera fila con sus manos en alto, en señal de rendición, con su voz clamaron a Dios que los llevara al lugar

    de su llamado. Que les abriera puertas, que tocara más pas-tores e iglesias para apoyar. Le dijeron al Padre que estaban listos y dispuestos a ir y cumplir su tarea. Luego los Directivos de misiones y los ejecutivos del Concilio hicieron valla detrás de los enviados. Prometimos redoblar nuestro esfuerzo por el avance de la obra, hacer equipo con los predicadores transcul-turales y ser facilitadores de su labor de promoción. Luego los pastores y líderes formaron otra línea para integrarse al equi-po de comprometidos con el Señor de la misión. Y al final los creyentes de las iglesias que asistieron también se sumaron. Se elevó un clamor que el Espíritu Santo respaldó. El audi-torio se convirtió en un santuario. La casa se llenó de gloria. Nuestros corazones latieron al ritmo del toque divino.

    Salimos del congreso todos con la certeza de que esta-mos en sintonía con el Creador. Tenemos la convicción de que el Espíritu Santo nos convertirá en impulsores de la gran comisión. Sabemos que Jesucristo usará a pastores, iglesias, líderes y ejecutivos de todos los niveles de las Asambleas de Dios, para que la predicación, el discipulado y el testimonio no deje de fluir desde el suelo mexicano hasta lo último de la tierra. Gracias a los misioneros que nos representan en el mundo y nos ayudan a cumplir la gran comisión. Ustedes son nuestros héroes. Benditos sean los que oran y ofrendan para esta causa.

    Felicidades al DNM y a sus directivos por la efectividad de este programa.

    c r ó n i c a

  • 26 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    resPonsAbiliDADesde los creyentes

    con su iglesiA

    Pbro. gerArDo PozAs AlvArADot e s o r e r o d i s t r i t o n o r t e d e c h i h u A h u A

    Hablar de las responsabilidades de los creyen-tes con su iglesia es un tema que merece toda nuestra atención, debido a las actitudes de al-gunos cristianos que van marcando tendencias de míni-mos compromisos hacia los temas eclesiales.

    El escritor Thom S. Rainer, escritor de varios libros sobre este tema, dice que hace algunos años conside-rábamos que los miembros más activos de la iglesia eran los que asistían unas tres veces por semana. Hoy la perspectiva ha cambiado totalmente, a tal grado que muchos expertos definen como miembro activo de la iglesia a alguien que asiste a eventos o reuniones de la congregación al menos tres veces al mes.

    Desde luego que la asistencia a las actividades de la iglesia sí define mucho de

    la espiritualidad y el compromiso del creyente con su congregación; por lo tanto, no

    podemos cerrar los ojos ante esta realidad de cómo una sociedad centrada en el mate-

    rialismo ha influido negativamente a los creyentes, además de la influencia de las co-

    rrientes teológicas que hacen un fuerte énfasis en el tema de la prosperidad. Creemos

    que los seguidores de Cristo tenemos a la mano los recursos necesarios que el Señor

    en su gracia nos ha provisto para hacer de la vida cristiana un estilo de vida contagio-

    so que sea deseable por los miembros de la congregación poco comprometidos, pero

    también por una sociedad anhelante de experiencias espirituales trasformadoras.

  • 27j u l i o 2 0 1 7 | A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s

    En la Escritura se registra el origen de la igle-sia revelándonos los principios fundamenta-les sobre los cuales se estableció la vibrante vida de la naciente iglesia. El versículo 42 del capítulo 2 del libro de los Hechos de los Apóstoles nos ofrece un resumen de los prin-cipales compromisos de estos miembros: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

    Primeramente observemos cómo el escritor inspirado Lucas describe la actitud de los creyentes hacia las actividades que ellos asu-mían como responsabilidades. Nos dice que: perseveraban (del griego proskarterountes), lo que significa “ser constantemente diligen-te” o “adherirse fuertemente”. Esta es la mis-ma palabra que Lucas utilizó para describir las actividades de los discípulos después de la ascensión de Jesús al decir: Todos éstos per-severaban unánimes en oración y ruego

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a

    debemostener proyectos

    que fortalezcan la vida espiritual de la congregación,

    de alcance evangelístico, de ayuda a grupos

    vulnerablesy otros más.

  • 28 A v i v A j o r n A d A s A s A m b l e í s t A s | j u l i o 2 0 1 7

    (Hechos 1:14). Entonces entendemos que los primeros discípulos manifestaban una cons-tante diligencia y se adherían fuertemente a la doctrina de los apóstoles, la comunión unos con otros, el partimiento del pan y las oraciones. Ellos asumían estas actividades como responsabilidades insustituibles en su nueva vida.

    …en la doctrina de los apóstoles. La primera responsabilidad del creyente con-siste en mostrar una constante diligencia para involucrarse en los programas educa-tivos de la iglesia. Los primeros cristianos manifestaban esta adhesión. Las ense-ñanzas que ellos seguramente predicaban eran la muerte, resurrección y ascensión de Cristo. Hoy todos los miembros de la iglesia deberían estar instruidos en las doctrinas fundamentales de la fe. Para ello se debe seguir la exhortación del apóstol Pedro: desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación (1 Pedro 2:2). Los cristianos saludables de-ben alimentarse diariamente de la Palabra de Dios.

    …en la comunión unos con otros. La segunda responsabilidad del creyente tiene que ver con manifestar una constante dili-gencia en fomentar el compañerismo en la iglesia. La palabra original aquí es koinonia que puede traducirse como “participación” o “comunicación” de ayuda práctica para un hermano en la fe, o también una asocia-ción para cooperar en la obra del evangelio sustentados en la comunión con Jesucristo nuestro Salvador y en la comunión del Espí-ritu Santo que es el que da la efectividad. El compañerismo que los creyentes debemos manifestar es más que tener reuniones de convivencia. Es tener propósitos conjuntos para la iglesia, unirnos en proyectos que fortalezcan la vida espiritual de la congre-gación, de alcance evangelístico, de ayuda a grupos vulnerables, de expansión de instala-ciones y otros más.

    …en el partimiento del pan. La ter-cera responsabilidad del creyente consiste

    en manifestar una constante diligencia en fomentar la celebración de “fiestas de amor”. Celebrar fiestas de amor con nuestros her-manos en Cristo y con los necesitados. Se cree que los primeros discípulos después de las comidas ordinarias se daban un tiempo para celebrar la Cena del Señor, y la llamada agapai o “fiesta de amor”. El crecimiento y fortalecimiento de la iglesia primitiva se de-bió en gran parte al ambiente de generosidad y amor que se creó en estas reuniones en las casas. En la iglesia actual un gran número de personas han sido ganadas y edificadas en este tipo de reuniones.

    …y en las oraciones. La cuarta respon-sabilidad del creyente se refiere a manifestar una constante diligencia en fomentar la vida de oración en la iglesia. El uso del artícu-lo definido (las oraciones) nos indica que a estos discípulos no los limitaba el lugar, el momento o las circunstancias. Ellos oraban en todo lugar y tiempo; era parte de su esti-lo de vida o podemos decir que era su vida misma. Oraron para ser llenos del Espíritu Santo, para elegir a un nuevo líder, cuando los amenazaban, cuando los apedreaban, en la cárcel, y en muchos otros momentos y lu-gares. Hoy reafirmamos: la oración es la vida de la iglesia, si queremos ver cosas extraor-dinarias es necesario ver a más miembros comprometidos con “las oraciones”.

    Asumir estas prácticas como respon-sabilidades esenciales para la vida de la iglesia trajo resultados extraordinarios. Los versículos 43-47 de este capítulo nos ofre-cen una descripción de la vida de los pri-meros cristianos: vino un profundo temor reverente, se realizaban muchos milagros y maravillas, vivían en comunidad, compar-tían con los necesitados, perseveraban uná-nimes cada día en el templo, compartían el pan en las casas con gran gozo y gene-rosidad, todo el tiempo alababan a Dios y disfrutaban de la buena voluntad de toda la gente. Sobre todo, vemos cumplido el propósito de la iglesia: Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos (v. 47).

    se cree quelos primeros

    discípulos después de las comidas

    ordinarias se daban un tiempo para celebrar la cena

    del señor, y la llamada agapai o “fiesta de amor”. el crecimiento y

    fortalecimiento de la iglesia primitiva se debió en gran parte al ambiente de generosidad y amor que se creó en estas reuniones

    en las casas. en la iglesia actual un gran número de personas han sido ganadas y

    edificadas en este tipo de reuniones.

    l a n a t u r a l e z a d e l a i g l e s i a