View
86
Download
7
Embed Size (px)
Citation preview
sdb valencia www.salesianos.edu
Carlos, el aprendiz de barbero1. Trabajo de menores
Antiguamente era habitual que losniños tuvieran que trabajar. Las le-yes de nuestro país protegen a losmenores para que no tengan quetrabajar y puedan asistir al colegio.Pero no es así en todo el mundo.Millones de niños y niñas sufrenduros trabajos.Infórmate de aquellos lugares enlos que los menores son obligadosa trabajar.
2. Una noche en la calle
Cuando murió la madre de Carlitos,el pequeño «se quedó en la calle».Haz una redacción en la que secuenten los momentos duros y di-fíciles de un niño que tiene quepasar la noche en la calle.Valora positivamente y da graciaspor tener una casa y un hogar.
3. Agradecimiento
Don Bosco ayudó a aquel pobreaprendiz que se había quedado enla calle. Y aquel muchacho le recor-dó siempre con cariño. Hablaba deDon Bosco como si se tratara delpadre que perdió a edad muy tem-prana.Haz una lista de personas que tehan ayudado y te siguen ayudandopara que crezcas como personas.Escribe una oración de acción degracias por las personas que te ayu-dan a crecer, a aprender cosas nue-vas, a jugar...
sdb valencia www.salesianos.edu
Carlos, el aprendiz de barberoLlega después Carlos Gastini.
Era un día del 1843: Don Bosco había entrado en una barbería. Se le acercó el pequeño aprendizpara enjabonarlo.- ¿Cómo te llamas y cuántos años tienes?- Carlitos. Tengo once años.- Estupendo, Carlitos, a ver si me enjabonas bien. ¿Y cómo está tu padre?- Ha muerto. No tengo más que madre.- Pobrecito, sí que lo siento.El chiquillo había terminado ya de enjabonarle.Y ahora, ánimo; como un valiente, toma la navaja y a afeitarme.Acudió corriendo el barbero:- ¡No por favor, Reverendo! El chiquillo no sabe aún. Solamente enjabona.- Pero un día u otro tiene que empezar a afeitar, ¿no es así? Entonces, lo mismo da que empiececonmigo. Animo, Carlitos.Carlitos afeitó aquella barba temblando como una hoja. Cuando empezó a girar sobre el mentón,sudaba. Algún rasguño, algún corte, pero Ilegó hasta el fin.- ¡Bravo, Carlitos! -sonrió Don Bosco-. Y ahora que somos amigos, quiero que vengas a vermealguna vez.Gastini empezó a frecuentar el oratorio, y se hizo amiguísimo de Don Bosco.Por el verano de aquel mismo año, Don Bosco le encontró un día llorando junto a la barbería.- ¿Qué te ha pasado?- Ha muerto mi madre, y el amo me ha despedido. Mi hermano mayor es soldado. No sé adóndeir.- Ven conmigo.Mientras bajaban a Valdocco, Carlos Gastini oyó aquella misma frase que tantos otros mucha-chos oirían, y que él nunca olvidó: «Ya ves que yo no soy más que un pobre sacerdote. Pero,cuando no tenga nada más que un pedazo de pan, lo partiré a medias contigo».
Mamá Margarita preparó otra cama. Carlitos estuvo más de cinco años en el Oratorio.Alegre, vivaz, llegó a ser el presentador obligado de todas las fiestas. Sus ocurrencias causabanrisa a todos. Pero cuando hablaba de Don Bosco lloraba como un niño. Decía. «¡Me queríatanto!». Cantaba un estribillo que ya todo el mundo sabía de memoria, y que decía:«A los setenta he de llegar, pues me lo ha dicho mi papá Juan»Era una de tantas «profecías» que, medio en broma, medio en serio, hacía Don Bosco a susmuchachos.Carlos Gastini murió el 28 de enero de 1902. Cumplía setenta años y un día.
sdb valencia www.salesianos.edu
Carlos, aprendiz de barbero
sdb valencia www.salesianos.edu