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T R I B U N A L S U P R E M O Sala de lo Contencioso-Administrativo Sección: QUINTA S E N T E N C I A Fecha de Sentencia: 09/07/2013 RECURSO CASACION Recurso Núm.: 4335/2010 Fallo/Acuerdo: Sentencia Estimatoria Votación: 25/06/2013 Ponente: Excmo. Sr. D. Jesús Ernesto Peces Morate Procedencia: T.S.J.COM.VALENCIANA CON/AD SEC.1 Secretaría de Sala : Ilma. Sra. Dña. María Jesús Pera Bajo Escrito por: MPS Nota: Casación ha lugar porque la Sala de instancia debió enjuiciar la conformidad o no a derecho del convenio urbanístico determinante de la permuta llevada a cabo para posibilitar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, y porque denegó parte de las pruebas interesadas por la asociación demandante tendentes a acreditar la disconformidad a derecho del derribo de las dos naves del recinto de la Tabacalera y su sustitución por dos edificaciones de uso residencial con nueve plantas cada uno.

09072013 Sentencia TS Tabacalera

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T R I B U N A L S U P R E M O Sala de lo

Contencioso-Administrativo Sección: QUINTA

S E N T E N C I A

Fecha de Sentencia: 09/07/2013 RECURSO CASACION Recurso Núm.: 4335/2010

Fallo/Acuerdo: Sentencia Estimatoria Votación: 25/06/2013 Ponente: Excmo. Sr. D. Jesús Ernesto Peces Morate Procedencia: T.S.J.COM.VALENCIANA CON/AD SEC.1 Secretaría de Sala : Ilma. Sra. Dña. María Jesús Pera Bajo Escrito por: MPS Nota:

Casación ha lugar porque la Sala de instancia debió enjuiciar la conformidad o no a derecho del convenio urbanístico determinante de la permuta llevada a cabo para posibilitar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, y porque denegó parte de las pruebas interesadas por la asociación demandante tendentes a acreditar la disconformidad a derecho del derribo de las dos naves del recinto de la Tabacalera y su sustitución por dos edificaciones de uso residencial con nueve plantas cada uno.

RECURSO CASACION Num.: 4335/2010 Votación: 25/06/2013 Ponente Excmo. Sr. D.: Jesús Ernesto Peces Morate Secretaría Sr./Sra.: Ilma. Sra. Dña. María Jesús Pera Bajo

S E N T E N C I A

TRIBUNAL SUPREMO.

SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO SECCIÓN: QUINTA

Excmos. Sres.: Presidente: D. Mariano de Oro-Pulido y López Magistrados: D. Rafael Fernández Valverde D. Eduardo Calvo Rojas D. José Juan Suay Rincón D. Jesús Ernesto Peces Morate

En la Villa de Madrid, a nueve de Julio de dos mil trece.

Visto por la Sala Tercera (Sección Quinta) del Tribunal Supremo,

constituida por los Magistrados Excmos. Sres. anotados al margen, el presente

recurso de casación, que, con el número 4335 de 2010, pende ante ella de

resolución, interpuesto por la Procuradora Doña Isabel Cañedo Vega, en nombre

y representación de la asociación "Salvem Tabacalera", contra la sentencia

pronunciada, con fecha 26 de abril de 2010, por la Sección Primera de la Sala de

lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad

Valenciana en el recurso contencioso-administrativo número 1036 de 2006,

sostenido por la representación procesal de la referida asociación "Salvem

Tabacalera" contra la resolución del Consejero de Territorio y Vivienda de la

Generalidad Valenciana, de 30 de junio de 2006, por la que se aprobó

definitivamente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de

Valencia en el ámbito de las manzanas delimitadas por las calles Amadeo de

Saboya, Nicer Mascó, Naturalista Arévalo Baca y Naturalista Rafael Cisternes, y

Navarro Reverter, General Navarro Sangrán y Paseo de la Ciudadela, y

asímismo contra la resolución de la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de

Valencia, de fecha 22 de abril de 2005, por la que se aprobó el convenido

suscrito entre el Ayuntamiento de Valencia, Altadis S.A. e Inmobiliaria

Guadalmedina S.A. para la obtención del edificio de Tabacalera con destino a

dependencias municipales, y se aprobó también la permuta de inmuebles entre

aquel Ayuntamiento y estas entidades mercantiles prevista en el citado convenio

así como la compensación económica resultante a favor del primero como

consecuencia de la diferencia de valor de los bienes permutados.

En este recurso de casación han comparecido, en calidad de recurridos,

la Administración de la Comunidad Autónoma Valenciana, representada por el

Letrado de la Abogacía de la Generalidad Valenciana, el Ayuntamiento de

Valencia, representado por el Procurador Don Carmelo Olmos Gómez, y la

entidad mercantil Inmobiliaria Guadalmedina S.A., representada por el

Procurador Don Jacobo de Gandarillas Martos.

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- La Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-

Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana

dictó, con fecha 26 de abril de 2010, sentencia en el recurso contencioso-

administrativo número 1036 de 2010, cuya parte dispositiva es el tenor literal

siguiente: «FALLAMOS: 1.- Desestimar el recurso contencioso-administrativo núm. 1036/2006,

deducido por Salvem Tabacalera frente a la resolución del Conseller de Territorio y Vivienda de la

Generalitat Valenciana de 30 de junio de 2006, por la que se dispuso aprobar definitivamente la

modificación del Plan General de Valencia, en el ámbito de las manzanas delimitadas por las

calles Amadeo de Saboya, Micer Mascó, Naturalista Arévalo Baca y Naturalista Rafael Cisternes,

y Navarro Reverter, General Navarro Sangrán y Paseo de la Ciudadela. 2.- No hacer expresa

imposición de costas procesales.».

SEGUNDO.- Dicha sentencia se basa, entre otros, en el siguiente

fundamento jurídico segundo, en el que la Sala de instancia expone las razones

para inadmitir la impugnación frente al convenio urbanístico formulada por la

asociación demandante: «Conviene precisar, en primer lugar, que el objeto del presente

recurso contencioso-administrativo es la impugnación de la citada resolución del Conseller de

Territorio y Vivienda de 30 de junio de 2006, de aprobación definitiva de la modificación del

P.G.O.U. de Valencia en el ámbito de las dos manzanas aludidas -la manzana de Tabacalera y la

del Centro de Salud de la Plaza de América-, y así se reconoció expresamente por la parte

recurrente en el escrito que presentó en fecha 27 de diciembre de 2006 para solicitar, al amparo

del art. 55 de la Ley 29/1998, que se completara el expediente reclamando al Ayuntamiento de

Valencia la remisión del expediente de permuta 2002/52. En ese escrito la actora manifestó que

"es cierto que se impugna la resolución de 30 de junio de 2006...", y consecuentemente, en el

suplico de su escrito de demanda solicitó que se estimara el recurso declarándose nula dicha

resolución únicamente. Queda fuera del objeto de este recurso, por tanto, el enjuiciamiento de la

adecuación a Derecho de la resolución de la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de

Valencia 22 de abril de 2005, dictada en el mencionado expediente de permuta 2002/52, por la

que se aprobó el convenio suscrito entre el Ayuntamiento, Altadis S.A. e Inmobiliaria

Guadalmedina S.A. para la obtención del edificio de Tabacalera con destino a dependencias

municipales, y se aprobó asimismo la permuta de inmuebles entre aquel Ayuntamiento y estas

mercantiles prevista en el citado convenio y la compensación económica resultante a favor del

primero como consecuencia de la suma de la diferencia de valor de los bienes permutados -folios

392 y siguientes del referido expediente 2002/52-. La recurrente, a pesar de haber reconocido

expresamente que no recurre aquella resolución de la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento

de Valencia 22 de abril de 2005, pretende que con ocasión de la impugnación de la resolución de

30 de junio de 2006 se revise en el recurso de autos el convenio urbanístico y la permuta de

inmuebles, argumentando que la nulidad de esta segunda resolución conllevaría la nulidad de los

mismos por tener su causa en la modificación del plan cuya nulidad postula. Este planteamiento

de la litis ha de ser rechazado por cuanto, como también reconoce la actora en su escrito de

demanda con cita de varias sentencias del Tribunal Supremo, los convenios que se dirigen a

preparar una actuación urbanística posterior constituyen en realidad un acto sustantivo e

independiente del procedimiento de modificación o revisión del plan, de modo que el convenio

previo y la modificación del plan aparecen como realidades autónomas e independientes. La

resolución de 22 de abril de 2005 aprobatoria del convenio y la de 30 de junio de 2006 que

aprueba la modificación del plan son resoluciones administrativas independientes, dictadas en

procedimientos distintos y aprobadas por órganos diferentes, y ambas, además, ponen fin a la vía

administrativa. Por tanto, aunque la aludida modificación del P.G.O.U. trae su causa del

mencionado convenio urbanístico y, por ello, las dos resoluciones guardan relación de conexidad,

se trata de dos resoluciones que son susceptibles de impugnación autónoma. Como bien dice la

actora, los convenios de planeamiento que tienen por objeto la preparación o modificación de una

revisión del plan no forman parte de éste, siendo de citar en este sentido la STS 3ª, Sección 5ª,

de 14 de junio de 2006 -rec. núm. 5544/2002-, que precisamente enjuicia una modificación del

plan general de Valencia -la relativa a la manzana de los Jesuitas- que, al igual que ocurre en el

presente caso, traía su causa de dos convenios urbanísticos firmados por el Ayuntamiento de

Valencia con dos mercantiles, razonando el Tribunal Supremo en esa sentencia que tales

convenios "no son más que una actuación administrativa anterior que opera como antecedente,

pero desligada del procedimiento de modificación del Plan por cuanto es en éste, con

independencia de aquellos Convenios, donde han de observarse todos los trámites a que la

modificación está sujeta". Lo anterior no queda desvirtuado por la alegación de la demandante

sobre la existencia de una propuesta del Servicio de Planeamiento del Ayuntamiento de Valencia,

aprobada por el Pleno, de acumulación del expediente de permuta 2002/52 al expediente de

modificación del plan general, pues ese dato sólo refleja la conexión, ya explicada, que existe

entre ambos procedimientos, pero no desvirtúa las consideraciones efectuadas supra en torno a

la naturaleza de las dos resoluciones que ponen fin a los mismos y su régimen de impugnación. A

tenor de todo lo expuesto no procede entrar a examinar las alegaciones formuladas por la actora

en la demanda sobre la falta de cobertura legal del convenio urbanístico aprobado, ni las relativas

a la arbitrariedad de la permuta y de la valoración de los inmuebles permutados. Y ha de

señalarse, por último, que la Sala recabó la remisión por el Ayuntamiento de una copia del citado

expediente 2002/52 sin otro alcance que su constancia en autos como prueba documental

propuesta por la parte actora, admitida por este órgano jurisdiccional para facilitar un mejor

conocimiento del contenido de la modificación del plan general controvertida, al constituir el

convenio un antecedente directo de ésta.».

TERCERO.- Dedica, después, el Tribunal a quo los fundamentos tercero a

noveno de su sentencia a exponer los argumentos por los que, en contra de lo

sostenido por la asociación demandante, no cabe considerar que todas las

construcciones del recinto de la Fábrica de Tabacos estaban catalogadas, y a

justificar, por tanto, la demolición o derribo de las dos naves recayentes a la calle

Micer Mascó, todos ellos del siguiente tenor literal:

«TERCERO.- Pasando a examinar los motivos de impugnación que versan propiamente

sobre la modificación del plan general, y puesto que la actora manifiesta en su demanda que la

finalidad de la interposición del presente recurso "no es otra que la de evitar el derribo del edificio

de la antigua Tabacalera, aunque se trate de un derribo parcial", ha de comenzarse analizando

las alegaciones formuladas al efecto por aquélla. En síntesis, manifiesta que la decisión del

Ayuntamiento de no proteger como Bien de Relevancia Local, a través de su inclusión en el

Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, las dos naves recayentes a la calle Micer Mascó que

forman parte de la antigua Fábrica de Tabacos y permitir, por consiguiente, su demolición, carece

de justificación porque con ello se modifica la estructura del conjunto arquitectónico, que estaba

protegido con el nivel 2 sin exclusión de ningún elemento impropio, y que ocupa una manzana

completa y tiene una organización racional de los volúmenes utilizando la manzana como

referente para la definición de los asentamientos de las diferentes dependencias que componen el

conjunto, a lo que cabe añadir la importancia cultural del edificio, por ser la muestra más

importante de la arquitectura industrial de comienzos del siglo XX en Valencia, vinculada además

a la celebración de las exposiciones de 1909 y 1910. La Memoria del documento de modificación

del plan general contiene los siguientes datos de interés en relación con las cuestiones

planteadas por la demandante: -expresa dicha Memoria que la Fábrica de Tabacos, que albergó

la Exposición Regional Valenciana de 1909 y la Exposición Nacional de 1910, estaba constituida

en esas fechas por los edificios denominados Palacio de Industrias, Sala de Maquinaria y Sala de

Motores, según se refleja en el plano de ordenación del recinto y maqueta de aquella primera

exposición, siendo posteriormente, hacia 1930, cuando se construyeron nuevas naves ocupando

la Fábrica de Tabacos la totalidad de la manzana. -refiere asimismo la Memoria que en el

P.G.O.U. de Valencia de 1988 la manzana de la Fábrica de Tabacos figura calificada como uso

industrial en su totalidad (IND-1) señalándose sobre parte de la edificación existente el grafismo

correspondiente a elemento protegido, tal como se aprecia en el plano de Estructura Urbana del

Plan (HOJA C-35), y a su vez, tal elemento protegido viene recogido en el Catálogo como

"Edificio Tabacalera" con nivel de protección 2, sin mayor precisión que la que pudiera deducirse

del Inventario previo y de la correspondiente ficha en la que, por la identificación fotográfica y

descripción que se contiene -edificio aislado, solar regular rectangular, cuatro plantas, fachada

simétrica, estructura de muro de carga, cubierta a varias vertientes de teja árabe-, parece referirse

única y exclusivamente al edificio principal, es decir, al antiguo Palacio de Industria. -y en cuanto

a la nueva ordenación propuesta, la Memoria recoge que en el convenio urbanístico del que trae

su causa la modificación del plan general sólo se aludía al mantenimiento como edificación

protegida en el Catálogo del Plan de las tres piezas originales que persisten de los certámenes

celebrados en 1909 y 1910 -el Palacio de Industrias, Sala de Maquinaria y Sala de Motores-,

otorgándoles el nivel de protección integral, por sus características singulares y por razones

históricas o artísticas, con la categoría de Bien de Relevancia Local (BRL). Se indica

seguidamente que, no obstante lo anterior, tomando como base el criterio sustentado por la

Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano en su informe de 8 de noviembre de 2004,

resulta oportuno completar ese reconocimiento inicial de las tres piezas originales de modo que

se extienda a los dos primeros tramos modulares de cabecera de las naves laterales más

representativos y formalmente más ricos, recayentes uno por cada extremo a la calle Amadeo de

Saboya, ello con el fin de que, garantizando su preservación física, rindan testimonio de la

estructura fabril del conjunto originario, enfatizando el edificio principal -Palacio de Industria- en su

actual contexto urbano característico. Consecuentemente, esos primeros tramos de cabecera de

las naves laterales situadas junto a las calles Naturalista Arévalo Baca y Naturalista Rafael

Cisternes, quedan excluidos del derribo y pasan a formar parte del conjunto catalogado propuesto

como BRL. El precitado documento de modificación del plan fue informado favorablemente en

fecha 13 de diciembre de 2005 por el Director General de Patrimonio Cultural Valenciano -folios

230 y siguientes del expediente administrativo- conforme a lo dispuesto en el art. 47 de la Ley

4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, por entender que el Ayuntamiento de

Valencia había dado respuesta técnica a los requerimientos de esa Dirección General contenidos

en los informes de 8 de noviembre de 2004 y 5 de julio de 2005 y en el informe técnico de la

Unidad de Inspección de Patrimonio Histórico Artístico de la Dirección Territorial de Cultura de

Valencia -folios 221 y siguientes del expediente-. En dichos informes se indicaba, a efectos de lo

que en la presente litis ahora interesa, que con carácter de necesidad irrenunciable se debía

garantizar por el Ayuntamiento la preservación física de los dos tramos de cabecera de las naves

laterales más representativos y formalmente más ricos, recayentes, uno por cada extremo, a la

calle Amadeo de Saboya.».

«CUARTO.- Tal como se acaba de exponer, la modificación del plan general aprobada,

informada favorablemente por la Conselleria de Cultura, cataloga como Bienes de Relevancia

Local al conjunto formado por el Palacio de la Industria, la Sala de Maquinaria y la Sala de

Motores, y por los tramos de cabecera de las naves del edificio que recaen a la calle Amadeo de

Saboya. Sin embargo, no incluye en el Catálogo modificado las naves recayentes a la calle Micer

Mascó. Esta decisión se justifica en el documento de modificación del plan, según ha sido

también indicado supra, argumentando que dichas naves no estaban anteriormente contempladas

con nivel de protección 2 en el Catálogo del Plan, que no eran piezas originales que persistían de

los certámenes celebrados en 1909 y 1910 sino que eran de fecha posterior, y que con la

preservación de aquellas otras naves laterales quedaba testimonio de la estructura fabril del

conjunto originario, enfatizando el edificio principal en su actual contexto urbano característico.

La actora sostiene, por el contrario, que dicha decisión del planificador carece de

justificación porque todas las edificaciones de la antigua Fábrica de Tabacos, incluidas las naves

que recaen a la calle Micer Mascó, estaban protegidas en el Catálogo del plan con el nivel 2, y

porque con la demolición de estas naves se modifica la estructura del conjunto arquitectónico, de

gran importancia cultural por ser la principal muestra de la arquitectura industrial de comienzos del

siglo XX en Valencia.».

«QUINTO.- En torno a esa primera argumentación de la recurrente, ha de señalarse que

la demanda no rebate los datos y documentos en los que se funda el técnico municipal autor de la

Memoria del documento de modificación del plan para afirmar que en el Catálogo del P.G.O.U. de

Valencia sólo se protegía el edificio principal -el grafismo correspondiente a elemento protegido

que se aprecia en el plano de Estructura Urbana del Plan (HOJA C-35), y la identificación

fotográfica y descripción del inmueble que contiene la ficha del Catálogo-, ni tampoco lo hace

ninguno de los informes técnicos aportados a autos por la demandante. Por consiguiente, cabe

concluir que no queda acreditada la afirmación de la actora de que todo el edificio en su conjunto,

incluidas dichas naves recayentes a la calle Micer Mascó, tenía en el Catálogo del plan antes de

su modificación protección urbanística con el nivel 2. Ha de ser tenido en cuenta, además, que

esa protección sólo parcial del edificio en el Catálogo anterior a que alude la citada Memoria está

permitida por las normas urbanísticas del plan general, en las que se incluye en el nivel de

protección 2 -el que tenía el edificio de Tabacalera antes de la aprobación del modificado del plan-

, con protección estructural básica (el tipo básico de protección que define las facultades que

asisten a la propiedad por aplicación directa del Plan y del Catálogo), "los edificios que por su

valor histórico o artístico deben ser conservados, al menos parcialmente, preservando los

elementos definitorios de su estructura arquitectónica y/o aquellos elementos constructivos

singulares de intrínseco valor que existan en el inmueble" -norma 3.64.2-. Aduce la actora, de otro

lado, que aunque las naves recayentes a la calle Micer Mascó no estuvieran catalogadas habría

que darles la protección prevista en el art. 2 de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio

Cultural Valenciano, para los bienes no inventariados del patrimonio cultural. Esta argumentación

tampoco puede ser acogida porque, como razona la mercantil codemandada en su escrito de

contestación a la demanda, esa protección sólo podría estar justificada cuando el bien o conjunto

no ha sido objeto de especial contemplación en el planeamiento o medida protectora, pero no

cuando, como en el presente caso, existe un pronunciamiento expreso en la modificación del plan

sobre el bien a proteger y rechaza otorgar protección a determinadas partes del mismo.

Finalmente, la demandante se basa en el contenido del informe técnico de la Unidad de

Inspección de Patrimonio Histórico Artístico de la Dirección Territorial de Cultura de Valencia de

21 de agosto de 2003 para argumentar que todas las edificaciones del conjunto de Tabacalera

debieron protegerse en la modificación del plan general incluyéndolas en el Catálogo de Bienes y

Espacios protegidos del Plan General como Bien de Relevancia Local. Ese informe, emitido con

ocasión de la tramitación por el Ayuntamiento de Valencia del expediente de Homologación

Modificativa del referido Catálogo, indica al Ayuntamiento que incluya en el mismo la Fábrica de

Tabacos para su calificación como BRL, lo que, a criterio de la recurrente, ha de entenderse

referido a la conservación de todo el conjunto. Sin embargo, olvida la actora que en dicho informe

se especifica que las consideraciones que en él se realizan no son definitivas, sino que se

efectúan "sin perjuicio del análisis definitivo una vez completado el documento", lo que impide

extraer del mismo la conclusión pretendida por aquélla.».

«SEXTO.- Alega también la recurrente, según ha sido dicho, que la decisión adoptada

por la modificación del plan de no proteger las naves recayentes a la calle Micer Mascó carece de

justificación desde el punto de vista arquitectónico y cultural, porque tales naves forman parte del

conjunto arquitectónico de la Tabacalera y con la demolición de las mismas se modifica la

estructura de ese conjunto, que ocupa una manzana completa y tiene una organización racional

de los volúmenes utilizando la manzana como referente para la definición de los asentamientos

de las diferentes dependencias que lo componen, y a todo lo anterior ha de añadirse, según

razona la actora, la importancia cultural del edificio, que constituye la muestra más importante de

la arquitectura industrial de comienzos del siglo XX en Valencia, vinculada, además, a un hecho

señalado en la historia de la ciudad como es la celebración de la Exposición Regional de 1909 y

la Exposición Nacional de 1910, y en virtud de todo ello concluye la recurrente que se debe

proteger como Bien de Relevancia Local todo el edificio. A fin de acreditar lo expuesto, aporta a

autos dos informes técnicos emitidos, respectivamente, por D. Florencio , arquitecto, D. Marino ,

ingeniero de caminos, y Dª Bernarda , historiadora, todos profesores de la Universidad Politécnica

de Valencia, y por D. Urbano , profesor de la Universidad de Valencia, así como un informe de la

Sección de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, obrando unidos

dichos informes en la pieza separada de medidas cautelares. Frente a esta solución técnica

ofrecida por la parte actora, consistente en proteger como Bien de Relevancia Local todos los

elementos del edificio de Tabacalera para que permanezca inalterado el conjunto arquitectónico

preservándolo en su totalidad, se encuentra la solución a que llega el documento de modificación

del plan general aprobado, firmado por el Arquitecto Jefe del Servicio de Planeamiento del

Ayuntamiento de Valencia e informado favorablemente por los técnicos de la Conselleria de

Cultura, que consiste, tal como ha sido ya expuesto, en dejar testimonio suficiente de la estructura

fabril del conjunto originario, conservando sólo el conjunto formado por el Palacio de la Industria,

la Sala de Maquinaria, la Sala de Motores y los tramos de cabecera de las naves del edificio que

recaen a la calle Amadeo de Saboya, y no proteger las dos naves recayentes a la calle Micer

Mascó, permitiendo, por tanto, la demolición de éstas por estimar que no son piezas originales de

las exposiciones celebradas en 1909 y 1910 y entender que con la preservación física de aquellos

dos tramos de cabecera de las naves laterales, más representativos y formalmente más ricos, se

lograba ese fin de dejar testimonio bastante de la estructura fabril del conjunto. Ambas soluciones

son, en principio, racionales, y se encuentran debidamente fundamentadas.».

«SÉPTIMO.- Llegados a este punto, la cuestión litigiosa ha de resolverse acudiendo a la

doctrina del ius variandi del planificador urbanístico, dado el margen de discrecionalidad que ha

de reconocérsele en materia de catalogación de inmuebles a proteger ( STS 3ª, Sección 5ª, de 21

de abril de 2009 -recurso núm. 898/2005-), si bien sujeto, en lo relativo a la inclusión y exclusión

de bienes calificados como Bien de Relevancia Local, al cumplimiento del requisito formal, exigido

en el art. 47.1 de la Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, de que el

Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, y sus modificaciones, sea informado por la Conselleria

de Cultura previamente a su aprobación provisional con arreglo a la legislación urbanística,

teniendo ese informe carácter vinculante en cuanto a esa inclusión y exclusión de aquellos bienes

y su régimen de protección, tanto respecto de la aprobación provisional del Catálogo como para el

órgano urbanístico que haya de otorgar la aprobación definitiva. Resulta obvio que el planificador

ha de gozar de cierto margen a efectos de decidir si un inmueble tiene o no que ser incluido en el

Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, valorando si el inmueble en cuestión, aun no

reuniendo los valores a que se refiere el art. 1 de la mencionada Ley 4/1998, de 11 de junio, en

grado tan singular que justifique su declaración como Bienes de Interés Cultural, tiene no obstante

significación propia como bien de carácter histórico, artístico, arquitectónico, arqueológico,

paleontológico o etnológico - art. 46.1 de dicha Ley-. Que ello es así lo evidencia el preámbulo de

esa misma Ley 4/1998 cuando afirma que la mayor parte de los Bienes de Relevancia Local

"tienen un valor cultural relativo, significativo únicamente para el ámbito humano o el entorno en

que se sitúan". Consiguientemente, el éxito alegatorio de la actora frente al ejercicio de dicha

potestas variandi tiene que basarse, tal como tiene reiteradamente declarado la jurisprudencia, en

una clara actividad probatoria que deje bien acreditado que la Administración, al modificar el

planeamiento, ha incurrido en error, o con alejamiento de los intereses generales a que debe

servir, o sin tener en cuenta la función social de la propiedad, o la estabilidad y la seguridad

jurídicas, o con desviación de poder, o falta de motivación en la toma de sus decisiones, pues en

caso contrario prevalece el criterio del planificador frente al de quien recurre. Y la Sala, ante esa

discrecionalidad, debe proceder a un control no sólo formal de legalidad, sino sustantivo del uso

de la potestad en términos de comprobación de la adecuación entre los hechos determinantes y la

decisión tomada por la Administración ( STS 3ª, Sección 5ª, de 2 de marzo de 2010 -recurso núm.

7601/2005-).».

«OCTAVO.- A tal fin, ha de tomarse en consideración por esta Sala que la modificación

del plan general objeto de controversia motiva suficientemente las razones que llevan al

planificador a adoptar la decisión de proteger el edificio de Tabacalera en la forma en que lo hace,

y que esa decisión se encuentra respaldada por los datos objetivos que se consignan en los

informes técnicos que sustentan dicha decisión, sin que, por otra parte obre en autos, ni tampoco

en el expediente administrativo, ninguna prueba que acredite que la misma sea arbitraria o

irracional, siendo de destacar, en este particular, que ninguno de los informes técnicos que aporta

la actora entra a valorar el contenido del documento de modificación del plan aprobado. Por el

contrario, el informe aportado a autos por la codemandada que figura en la pieza de medidas

cautelares, emitido por el arquitecto D. Benjamín , catedrático de la Escuela Técnica Superior de

Arquitectura de la Universidad Politécnica de Valencia, que sí examina dicho documento, llega a

la misma conclusión que éste, señalando que el conjunto edilicio de la Fábrica de Tabacos de

Valencia presenta piezas independientes en lo temporal, en lo funcional, en lo estilístico y en lo

constructivo que permiten su valoración individualizada y la jerarquización de las mismas en

orden a establecer el valor patrimonial de cada una de ellas. Refiere asimismo aquel informante

que la configuración espacial y formal del citado conjunto y el propio número repetitivo de las

edificaciones accesorias permite encontrar una solución en la que el respeto por sus valores

patrimoniales históricos resulte compatible con la aparición de nuevos usos y con las nuevas

soluciones arquitectónicas que conlleven, y añade, por último, que el resultado que es previsible

obtener tras la modificación del plan general aprobada pone en valor los edificios característicos

del conjunto, al clasificarlos como Bien de Relevancia Local y al procurar espacios libres para el

uso público de tales edificios que los rodean y significan.».

«NOVENO.- Tampoco ha acreditado la recurrente que la decisión adoptada por el

planificador no responda a la protección del interés general, o que la opción que aquélla propugna

sirva mejor a ese interés. Según señala el Tribunal Supremo en el auto de 4 de mayo de 2009que

confirma el auto dictado por la Sala en la pieza de medidas cautelares de este recurso denegando

la suspensión del acto recurrido, merece destacarse como factor de relevancia a efectos de

apreciar el interés público que persigue la modificación del plan general el hecho de que éste no

prive de protección al edificio principal, que no sufre alteración ninguna, antes al contrario, la

nueva ordenación, al incluirlo en el Catálogo como Bien de Relevancia Local, le otorga una

protección patrimonial integral que antes no tenía, permitiendo de este modo su inclusión en el

Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano, de conformidad con lo regulado en la Ley

4/1998, de 11 de junio. Ha de entenderse, por tanto, que la modificación del P.GO.U. protege el

interés público representado por la salvaguarda del patrimonio arquitectónico y cultural. De todo lo

expuesto en este fundamento jurídico y en los dos precedentes se concluye que la parte actora no

ha demostrado que, como aduce, el planificador urbanístico haya traspasado los límites del

ejercicio de la potestas variandi en la protección dispensada al edificio de Tabacalera.».

CUARTO.- Notificada la referida sentencia a las partes, la representación

procesal de la asociación demandante presentó ante la Sala de instancia escrito

solicitando que se tuviese por preparado contra ella recurso de casación y que se

remitiesen las actuaciones a esta Sala del Tribuna Supremo, a lo que aquélla

accedió mediante diligencia de ordenación de fecha 24 de junio de 2010, en la

que se mandó emplazar a las partes para que, en el término de treinta días,

pudiesen comparecer ante este Tribunal de Casación.

QUINTO.- Dentro del plazo, al efecto concedido, comparecieron ante esta

Sala del Tribunal Supremo, como recurridos, la Administración de la Comunidad

Autónoma Valenciana, representada por el Letrado de la Abogacía General de la

Generalidad Valenciana, el Ayuntamiento de Valencia, representado por el

Procurador Don Carmelo Olmos Gómez, y la entidad mercantil Inmobiliaria

Guadalmedina S.A., representada por el Procurador Don Jacobo Gandarillas

Martos, y, como recurrente, la asociación "Salvem Tabacalera", representada por

la Procuradora Doña Isabel Cañedo Vega, al mismo tiempo que ésta presentó

escrito de interposición de recurso de casación.

SEXTO.- El recurso de casación sostenido por la representación procesal

de la asociación "Salvem Tabacalera" se basa en seis motivos, el segundo y

tercero al amparo del apartado c) del artículo 88.1 de la Ley de esta Jurisdicción y

los demás al del apartado d) del mismo precepto, de los que fueron inadmitidos

por la Sección Primera de esta Sala, mediante auto de fecha 10 de febrero de

2011, los motivos primero, cuarto y sexto, y admitidos los demás, es decir el

segundo, tercero y quinto, de los que el segundo se articula por infracción de las

normas que rigen los actos y garantías procesales con indefensión para la

asociación recurrente, ya que la Sala de instancia ha denegado la práctica de una

serie de pruebas documentales tendentes a acreditar la protección de todas las

construcciones que se alzaban dentro del recinto de la Tabacalera, a pesar de lo

cual afirma en la sentencia que la asociación demandante no ha justificado que

dichas construcciones estuviesen protegidas, estando entre esas pruebas

denegadas, y no acordadas practicar como diligencias finales, la documental

consistente en recabar el acuerdo del Pleno del Ayuntamiento, por el que se

decidió adquirir el edificio de la antigua Tabacalera sin variar su nivel de

protección asignándole un uso administrativo o institucional, en incorporar la

propuesta de la Universidad Politécnica de Valencia sobre la necesidad de

proteger en su totalidad el edificio de la Tabacalera y de los planos donde consta

el mantenimiento de la protección de las naves laterales y traseras, la

certificación acerca de la edificabilidad media del sector, que no fue

correctamente emitida por el Ayuntamiento a pesar de habérselo interesado la

Sala de instancia como diligencia final, la aportación de documentos por la

Consejería de Cultura de la Generalidad Valenciana acerca de la inclusión de los

edificios de la Tabacalera en el Catálogo de Edificios a proteger, certificaciones a

emitir por la Consejería de Economía y Hacienda acerca de al subasta de los

antiguos Juzgados de la calle Navarro Reverter, envío de actas, certificaciones y

documentos por el Ministerio de Cultura acerca de la protección del edificio de la

Tabacalera de Valencia entre el Patrimonio Nacional Industrial, pruebas

documentales denegadas, frente a cuya decisión de la Sala sentenciadora se

dedujo recurso de súplica y después en conclusiones se reiteró la necesidad de

que fuesen practicadas, sin que dicha Sala acordase su práctica como diligencias

finales a pesar de su relevancia para justificar las características dignas de

protección de todo el conjunto de edificaciones de la antigua Tabacalera, por lo

que se ha infringido la doctrina legal según la cual no cabe denegar la práctica de

pruebas tendentes a demostrar la realidad de un hecho y después argumentar en

la sentencia que la demandante no ha acreditado o justificado tal hecho; el

tercero por haber infringido la Sala de instancia lo dispuesto en el artículo 304 del

Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1992, al no haber considerado legítimo el

ejercicio de la acción pública por la asociación demandante frente al convenio

urbanístico determinante de la modificación del planeamiento, objeto de recurso

contencioso-administrativo, con lo que han quedado imprejuzgadas materias

esenciales para valorar la conformidad o no a derecho de tal modificación, cual

es la permuta llevada a cabo; y el quinto por haber infringido el Tribunal a quo lo

dispuesto en los artículos 73 a) del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976,

138 b) del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1992, y el artículo 98 del

Reglamento de Planeamiento, que exigen la adaptación al entorno de las nuevas

edificaciones, mandato reproducido en los artículos 3 de la Ley Valenciana

reguladora de la Actividad Urbanística de 1994, y 8 de la Ley 16/2005, de 30 de

Diciembre, de la Comunidad Autónoma Valenciana, que deroga la anterior, ya

que es el propio planeamiento el que contempla la construcción de dos edificios

de nueve plantas cada uno, que no se armonizan con el entorno de la antigua

Tabacalera, rompiendo la armonía del paisaje urbano, habiéndose vulnerado

igualmente por la Sala de instancia en la sentencia recurrida lo dispuesto en el

artículo 54.1 c) de la Ley 30/1992, en cuanto que no ha exigido una singular

motivación para privar o alterar la protección de la manzana en la que se alzan

todos los edificios de la Tabacalera; el artículo 80 del Real Decreto Ley 781/1986,

de 18 de abril, que impide la enajenación de bienes comunales y de dominio

público, el Reglamento de Bienes de las Corporaciones Locales, aprobado por

Real Decreto 1372/1986, de 13 de junio, que exige acreditar la necesidad de la

enajenación de bienes mediante permuta y fija un límite a la diferencia de valor

de los bienes que se trata de permutar, requisitos ambos no cumplidos en este

caso y que la Sala de instancia no entró a enjuiciar; el artículo 14.1 de la Ley

6/1998, de 13 de abril, que establece las cargas para el suelo urbano

consolidado, de manera que dichas cargas las deben aportar los dueños de las

parcelas para que éstas alcancen la condición de solar, pero en el caso en

cuestión el Ayuntamiento ha cedido un vial gratuitamente para que las parcelas

resultantes de los derribos se conviertan en solares edificables; y, finalmente, por

infracción del artículo 9.3 de la Constitución, en relación con los artículos 103.1 y

106.1 de la misma y el artículo 1.4 del Código civil, así como la doctrina

jurisprudencial sobre el control jurisdiccional de los actos discrecionales de la

Administración, normas todas las referidas que tienden a la protección del paisaje

urbano y a garantizar la enajenación de los bienes públicos, las que no han sido

respetadas por el Tribunal a quo, para terminar con la súplica de que se anule la

sentencia recurrida con imposición de costas (sic).

SEPTIMO.- Admitido a trámite el recurso de casación sólo respecto de los

motivos segundo, tercero y quinto, según ya hemos expresado anteriormente, y

remitidas las actuaciones a esta Sección Quinta por venirle atribuido su

conocimiento conforme a las vigentes normas de reparto de asuntos, se dio

traslado a las representaciones procesales de los comparecidos como recurridos

para que, en el plazo de treinta días, formalizasen por escrito su oposición al

indicado recurso.

OCTAVO.- El representante procesal del Ayuntamiento de Valencia

presentó su escrito de oposición al recurso de casación con fecha 17 de mayo de

2011, aduciendo, en cuanto al primer motivo de casación, que las pruebas

pedidas por la asociación demandante, y no practicadas por haber sido

denegadas y no acordada su práctica como diligencia final, carecen de relevancia

para la solución del pleito, de manera que su omisión no ha causado indefensión

alguna a la demandante, pues se practicaron otra serie de pruebas de las que se

deduce la corrección jurídica de la modificación del Plan General impugnada; y lo

mismo ha de ser desestimado el segundo motivo de casación porque, aparte de

que el recurso contencioso-administrativo se dirigió frente a la modificación del

Plan General de Ordenación Urbana de Valencia, los convenios urbanísticos no

tienen otro objeto que preparar una modificación o revisión del planeamiento

general, que opera como antecedente, pero desligado del procedimiento de

modificación del Plan, y, por tanto, no cabe extender, mediante el ejercicio de la

acción pública, la impugnación del Plan General al referido convenio; y,

finalmente, el quinto motivo de casación ha de ser desestimado también, pues los

preceptos de los Textos Refundidos de la Ley del Suelo de 1976 y 1992

contemplan la adaptación al entorno de las edificaciones, mientras que el pleito

versa sobre la corrección jurídica del planeamiento, por lo que no se puede

anticipar el juicio respecto de las construcciones que hayan de alzarse después,

sin que en la instancia se hubiese invocado lo dispuesto por el artículo 54.1 c) de

la Ley 30/1992, de manera que tal alegación ahora en casación supone el

planteamiento de una cuestión nueva, inadmisible en casación, pero, en cualquier

caso, aparece en el expediente administrativo suficiente motivación de la

modificación del Plan aprobada, y otro tanto cabe decir de la cita del artículo 80

del Real Decreto Ley 781/1986, así como el Real Decreto 1372/1986, en cuanto a

la enajenación de bienes de dominio público, que, además, no constituyó el

objeto del recurso contencioso-administrativo, y, por último, al citar el artículo

14.1 de la Ley 6/1998, de 13 de abril, se limita la recurrente a reproducir

consideraciones recogidas en el voto particular que se formuló a la sentencia,

que son propias del momento de la gestión y no del planeamiento, que es lo que

se está enjuiciando, sin que se expliquen las razones de la última infracción

denunciada, y así terminó con la súplica de que se declare no haber lugar al

recurso de casación interpuesto con imposición de costas a la recurrente.

NOVENO.- La representación procesal de la entidad mercantil Inmobiliaria

Guadalmedina S.A. presentó su escrito de oposición al recurso de casación con

fecha 20 de mayo de 2011, y aduce que la denegación de los medios de prueba

fue debidamente justificada por la Sala de instancia, sin que tales pruebas

denegadas hubiesen sido determinantes para la resolución del pleito, pues se

refería a aspectos ajenos al pleito sustanciado, salvo aquéllas pruebas que el

Tribunal a quo ordenó practicar como diligencia final, siendo el resto

completamente intranscendente para la solución del pleito, y sin que, a través del

motivo articulado se pueda discutir la realidad y exactitud de los hechos

declarados probados en la sentencia recurrida, sin que las pruebas practicadas

pueda ser discutido su resultado a través de este motivo de casación, por lo que

el segundo motivo de casación no puede prosperar, y otro tanto sucede al

tercero, pues no cabe extender la impugnación a lo que no fue objeto del recurso

contencioso-administrativo, de modo que constituye una desviación procesal

tratar de dirigir la acción frente al convenio urbanístico celebrado entre el

Ayuntamiento y determinadas entidades mercantiles, con independencia de que

no se solicitó la ampliación de la acción ejercitada frente al planeamiento al

convenio urbanístico; y, finalmente, el quinto motivo de casación tampoco puede

prosperar porque resulta inadmisible al versar el pleito sobre materia de la

exclusiva competencia de la Comunidad Autónoma, lo que le excluye de la

casación conforme a lo establecido en el artículo 86.4, en relación con el 89.2,

ambos de la Ley de esta Jurisdicción, pero, en cualquier caso, el motivo sería

desestimable porque se citan como vulnerados preceptos que no guardan

relación directa con las cuestiones suscitadas en el pleito sustanciado, y así

terminó con la súplica de que se desestime el recurso y se confirme la sentencia

recurrida con imposición de costas a la recurrente.

DECIMO.- El Letrado de la Generalidad Valenciana presentó su escrito de

oposición al recurso de casación con fecha 25 de mayo de 2011, en el que,

respecto del segundo motivo, sostiene que la Sala acordó practicar aquellas

pruebas que consideró pertinentes para la correcta solución del pleito, no

habiéndose practicado la pericial por culpa de la demandante que la propuso, lo

que ésta admite, mientras que las pruebas documentales, no admitidas por el

Tribunal a quo, resultaban intranscendentes para decidir las cuestiones

planteadas, por lo que no se ha causado indefensión alguna a la asociación

recurrente; y, en cuanto al tercer motivo de casación, ha de ser igualmente

desestimado porque la demandante no accionó frente al convenio urbanístico

celebrado por el Ayuntamiento y una entidades mercantiles, con independencia

de que se solicitase traer a los autos el expediente administrativo que documenta

el procedimiento relativo a dicho convenio; mientras que el quinto motivo de

casación alegado debería ser inadmitido porque la cita de normas urbanísticas y

estatales encubre la pretensión de cuestionar la interpretación de aquéllas en

casación, lo que no está procesalmente permitido, pero, en todo caso, el motivo

es desestimable porque los preceptos invocados contemplan las construcciones y

no el planeamiento, mientras que la pretendida alteración paisajística ha quedado

desacreditada por los informes técnicos, sin que en casación quepa esgrimir que

el acto o disposición administrativos impugnados en la instancia carecían de

motivación, ya que lo enjuiciado es la conformidad a derecho de la sentencia

recurrida, si bien la decisión administrativa, al aprobar la modificación del

planeamiento, aparece suficientemente motivada, como lo declara expresamente

el Tribunal a quo en la sentencia recurrida, pues no sólo no priva de protección al

edificio principal sino que le confiere una protección integral, sin que la permuta

haya sido objeto del pleito, siendo los preceptos constitucionales invocados y

demás relativos al control judicial de los actos administrativos una mera cita

retórica, para terminar con la súplica de que se desestime íntegramente el

recurso de casación y se confirme la sentencia recurrida con imposición de

costas a la recurrente.

UNDECIMO.- Formalizadas las oposiciones al recurso de casación, las

actuaciones quedaron pendientes de señalamiento cuando por turno

correspondiese, a cuyo fin se fijó para votación y fallo el día 25 de junio de 2013,

en que tuvo lugar con observancia en su tramitación de las reglas establecidas

por la Ley.

Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. JESÚS ERNESTO PECES MORATE,

FUNDAMENTOS DE DERECHO

PRIMERO.- Examinaremos antes el tercer motivo de casación, en el que

se cuestiona que la Sala de instancia no haya enjuiciado el convenio urbanístico

determinante de la modificación del planeamiento, con lo que, se asegura por la

representación procesal de la asociación recurrente, se ha conculcado lo

dispuesto en el artículo 304 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1992, que

contempla el ejercicio de la acción pública, la que, en opinión de dicha

representación procesal, faculta para impugnar en sede jurisdiccional los

convenios urbanísticos, como el celebrado en este caso entre el Ayuntamiento y

dos entidades mercantiles, con trascendencia real por haber transmitido, en virtud

de permuta, la propiedad de unos concretos inmuebles en suelo urbano, objeto

precisamente de la modificación del planeamiento general.

Dos son las razones por las que el Tribunal a quo se abstiene de examinar

las cuestiones planteadas por la asociación demandante en relación con el

referido convenio urbanístico para la permuta de la antigua Fábrica de Tabacos,

propiedad de las entidades mercantiles Altadis S.A. e Inmobiliaria Guadalmedina

S.A., con el Antiguo Centro Sanitario de la Plaza de América de titularidad

municipal, la una porque, a su parecer, no había sido objeto de impugnación, y la

segunda porque el convenio es un acto sustantivo e independiente del

procedimiento de modificación del planeamiento general, de manera que aquél y

ésta son realidades autónomas e independientes, y, por consiguiente, aunque la

modificación del Plan General de Ordenación Urbana trae su causa del

mencionado convenido urbanístico, se trata de dos resoluciones susceptibles de

impugnación autónoma.

Esta última razón para negarse a examinar las alegaciones relativas al

mencionado convenio urbanístico, aunque el Tribunal a quo no lo declare

explícitamente, parece basarse en que, al ser el convenio urbanístico un contrato

regido por sus propias normas y celebrado entre el Ayuntamiento y dos entidades

mercantiles, la asociación demandante no puede extender la acción pública a

combatirlo.

Una y otra razón no son compartidas por esta Sala del Tribunal Supremo.

La primera porque resulta evidente que la representación procesal de la

asociación, ahora recurrente en casación, expresó abierta y claramente en su

escrito de interposición del recurso contencioso-administrativo que lo dirigía

frente a la aprobación definitiva de la modificación del Plan General por

resolución de la Consejería de Territorio y Vivienda de la Generalidad Valenciana

de fecha 30 de junio de 2006 y también frente al Convenio Urbanístico aprobado

por la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Valencia de fecha 22 de abril

de 2005.

Después, en la demanda, se dedica el antecedente de hecho décimo a

relatar las circunstancias y condiciones del convenio urbanístico celebrado entre

el Ayuntamiento de Valencia y las entidades mercantiles Altadis S.A. e

Inmobiliaria Guadalmedina S.A., mientras que el capitulo VII de las alegaciones

jurídicas versa acerca de la falta de fundamentación jurídica del convenio

urbanístico y de la arbitrariedad de la permuta.

Es cierto que en la súplica de la demanda se limita a pedir que se declare

nula la resolución de la Consejería de Territorio y Vivienda de la Generalidad

Valenciana, de fecha 30 de junio de 2006, por la que se aprobó definitivamente la

modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Valencia en las dos

manzanas donde se ubican los inmuebles permutados, pero también es cierto

que tal nulidad determinaría la ineficacia del convenio urbanístico en cuestión,

cuya eficacia se condicionó expresamente a la aprobación definitiva de la

modificación del Plan General en ambas manzanas, razón por la que el criterio de

la Sala sentenciadora acerca de que el único objeto del recurso contencioso-

administrativo es la impugnación de la resolución, de 30 de junio de 2006, del

Consejero de Territorio y Vivienda de la Generalidad Valenciana, por la que se

aprobó definitivamente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana

de Valencia en las dos manzanas aludidas de Tabacalera y del Centro Sanitario

de Plaza de América, no es acertado ni correcto, pues el objeto de la

impugnación en sede jurisdiccional fueron tanto esta resolución de la

Administración autonómica como aquel convenio urbanístico, aprobado por el

Ayuntamiento y celebrado entre éste y las dos mencionadas entidades

mercantiles.

Tampoco compartimos la segunda razón de la Sala de instancia para

dejar de examinar las alegaciones de la asociación demandante relativas al

referido convenio urbanístico, ya que la acción pública ejercitada por ésta abarca

legítimamente tanto el convenio urbanístico de permuta de los inmuebles, que,

debido a su trascendencia real, ha sido base, fundamento y condición

indispensable de la modificación del planeamiento general definitivamente

aprobada, como ésta misma, según se desprende de lo dispuesto en el entonces

vigente artículo 304.1 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1992 y hoy en

los artículos 4.f y 48.1 del Texto Refundido de la Ley del Suelo, aprobado por

Real Decreto Legislativo 2/2008, de 20 de junio.

La trascendencia general de los convenios de ordenación urbanística es

expresamente reconocida por el artículo 11.1 de la Ley de suelo 8/2007, de 28 de

mayo, y reiterada en idéntico artículo del indicado Texto Refundido de 2008, en el

que se dispone que los convenios de ordenación territorial y de ordenación y

ejecución urbanísticas, suscritos por la Administración competente, deben ser

sometidos al trámite de información pública en los términos y por el plazo que

establezca la legislación en la materia, precepto que tiene el carácter de básico

según la Disposición final primera de dicha Ley y de su Texto Refundido.

Este tercer motivo de casación debe ser, por ello, estimado con las

consecuencias que más adelante indicaremos.

SEGUNDO.- En el segundo motivo de casación se denuncia por la

representación procesal de la asociación recurrente la infracción de las reglas

que rigen las garantías procesales, al haber denegado la Sala de instancia la

práctica de determinadas pruebas documentales tendentes a demostrar el

carácter protegido y protegible de todos los edificios que conformaban la antigua

Fábrica de Tabacos y se alzaban en la manzana que ha sido objeto de nueva

ordenación urbanística, a pesar de lo cual dicha Sala declara que la asociación

demandante «no ha demostrado que el planificador urbanístico haya traspasado

los límites del ejercicio de la potestas variandi en la protección dispensada al

edificio de Tabacalera», lo que vulnera la doctrina jurisprudencial que se cita al

haberse producido indefensión para la demandante y ahora recurrente en

casación.

El grueso de las alegaciones formuladas por la asociación demandante se

encaminaba a sostener que todos los edificios, que conformaban la antigua

fábrica de Tabacos y se alzaban en la manzana, cuya ordenación urbanística ha

alterado la modificación del Plan General, no sólo estaban protegidos con nivel 2

sino que, por sus características, merecían estarlo, a pesar de lo cual esa

modificación del planeamiento general limita la protección sólo a varios edificios

que se alzan en dicha manzana, dejando desprotegido el resto hasta el extremo

de prever la demolición de dos naves para, en su lugar, construir sendos edificios

de nueve plantas cada uno, que, además, impiden la visión del conjunto

desnaturalizando así el paisaje urbano.

La Sala de instancia, por el contrario, considera que la demandate no ha

acreditado la condición de protegidos o protegibles de todas las edificaciones de

la manzana, siguiendo con ello la tesis de las Administraciones urbanísticas

(autonómica y municipal), según la cual sólo venían protegidos con la ordenación,

que ha sido modificada, singulares edificios del conjunto de la antigua Fábrica de

Tabacos, los que con la modificación del Plan quedan más intensamente

preservados como Bienes de Relevancia Local.

El Tribunal a quo, a pesar de constituir esta cuestión, relativa al carácter

protegido y protegible de todos los edificios de la antigua Fábica de Tabacos, el

núcleo de la acción ejercitada, denegó la práctica de todas las pruebas

propuestas por la demandante encaminadas a acreditar tales hechos y

circunstancias, y, aunque la representación procesal de aquélla recurrió tal

decisión en súplica, se desestimó, después de oir a las demás partes, dicho

recurso, sin otro argumento que la prueba resultaba innecesaria y que su

admisión depende del juicio del Tribunal sobre su trascendencia.

El propio Tribunal de instancia reconsideró tan drástica negativa y, como

diligencia final, ordenó practicar la consitente en que se certificase por el

Ayuntamiento de Valencia si el Plan General de Ordenación Urbana de 1988

incluye en el Catálogo de edificios protegidos todo el edificio de la antigua

Tabacalera sin exclusión alguna, nivel de protección otorgado y que se aportasen

todas las fichas del Catálogo sobre el citado edificio.

El Ayuntamiento de Valencia remitió a la Sala certificación de la ficha del

Plan General de Ordenación Urbana de 1988, ficha que no ha merecido el

examen ni la valoración de la Sala sentenciadora, que se limita a reproducir o

recoger lo que el técnico municipal, autor de la Memoria del documento de

modificación del Plan, afirma (fundamento jurídico quinto de la sentencia), de lo

que dicha Sala de instancia deduce que «cabe concluir que no queda acreditada

la afirmación de la actora de que todo el edificio en su conjunto, incluídas dichas

naves recayentes a la calle Nicer Mascó, tenía en el Catálogo del plan antes de

su modificación protección urbanística con el nivel 2».

Esta discutible afirmación de la Sala sentenciadora no ha sido cuestionada

en esta casación a través de un motivo enderezado a combatir la valoración de la

prueba, ya que la reacción de la asociación recurrente se ha limitado a denunciar,

al amparo del quebrantamiento de las formas esenciales del jucio, la denegación

de las demás pruebas documentales, oportunamente pedidas, tendentes a

demostrar que todo el conjunto de la antigua Fábrica de Tabacos merece

protección y ésta debió, en contra del parecer de las Administraciones

urbanísticas, fijarse al modificar el Plan General impugnado en el grado más

intenso, como lo han sido algunos de los edificios que la conforman, de Bien de

Relevancia Local.

Con ese fín se solicitó el recibimiento a prueba y la práctica de

determinadas pruebas documentales que el Tribunal a quo ha denegado

injustificadamente, a pesar de lo cual éste achaca a la demandante que no ha

demostrado que el planificador urbanístico haya traspasado los límites del

ejercicio de la «potestas variandi» en la protección dispensada al edificio de

Tabacalera.

Otro tanto sucedió con otras pruebas encaminadas a demostrar que el

convenio urbanístico de permuta no se ajustó a las exigencias legales de un

contrato de tales características y finalidad, si bien la Sala de instancia corrigió su

primera negativa y como diligencia final accedió a practicar varias de las pruebas

al efecto solicitadas por la demandante. Ésta, ahora en casación, sostiene que

una de esas pruebas no fue cumplimentada por el Ayuntamiento de Valencia en

debida forma, pero lo cierto es que la Sala accedió a ella y dirigió oficio a aquél

para que certificase lo pedido por la demandante acerca de la edificabilidad

media del sector prevista en el Plan General de Ordenación Urbana de Valencia,

lo que le ha posibilitado disentir del criterio municipal por las razones

ampliamente desarrolladas al articular este motivo, y a la Sala sentenciadora le

hubiera permitido utilizar las reglas de valoración de las pruebas, entre ellas el

principio «favor probationis»; razón por la que no procede acordar que dicha

prueba documental vuelva a practicarse.

La demandante no sólo recurrió en súplica la denegación de las pruebas

sino que en conclusiones insistió en la necesidad de practicarlas con el fin de

acreditar su tesis acerca de la protección que merece el conjunto de la antigua

Fábrica de Tabacos, así como la ilegalidad del convenio urbanístico por la

permuta de los inmuebles.

La Sala de instancia, enmendando parcialmente su error inicial, ordenó,

como diligencia final, practicar sólo algunas de las pruebas documentales

pedidas con esa finalidad, y, por tanto, este segundo motivo de casación debe, al

igual que el tercero ya examinado, prosperar.

TERCERO.- Al comportar la estimación de este segundo motivo,

conforme a lo establecido en el artículo 95.2 c) de la Ley de la Jurisdicción

Contencioso-Administrativa, la reposición de las actuaciones al momento en que

se incurrió en la falta por haberse denegado pruebas documentales tendentes a

justificar el carácter protegible del conjunto de edificaciones de la antigua Fábrica

de Tabacos, que se alzan en la manzana cuya ordenación urbanística se alteró

en virtud de la modificación del Plan General aprobada definitivamente por la

resolución administrativa impugnada, y las circunstancias de convenio

urbanístico, resulta innecesario analizar el quinto motivo de casación, dado que,

una vez sustanciado el proceso por sus trámites, la Sala de instancia habrá de

pronunciar nueva sentencia que lo ponga fin, razón que abunda también en que

nos debamos abstener de enjuiciar el convenio urbanístico de permuta, que la

Sala sentenciadora dejó indebidamente imprejuzgado y que deberá enjuiciarse

en la sentencia que se dicte de nuevo a la vista de las pruebas que se practiquen.

La propia asociación recurrente admite su exclusiva responsabilidad en la

falta de práctica de la prueba pericial solicitada, a la que también había accedido

la Sala de instancia como diligencia final, y que, a pesar de su interés y

relevancia para la solución de este pleito, no nos está permitido legalmente

acordar su práctica debido a que no se llevó a cabo en su momento por un

defecto de diligencia de la demandante que la propuso, razón por la que, con

toda lógica, no ha sido denunciada su omisión al articularse el segundo motivo de

casación por quebrantamiento de forma.

CUARTO.- Al ser estimables los motivos de casación segundo y tercero

con la consiguiente declaración de haber lugar al recurso interpuesto, no procede

formular expresa condena al pago de las costas causadas, según dispone el

artículo 139.2 de la Ley de esta Jurisdicción, sin que, dado nuestro

pronunciamiento de reponer las actuaciones a la instancia, debamos decidir

acerca de las devengadas en ésta.

Vistos los preceptos citados y los artículos 86 a 95 de la Ley de la

Jurisdicción Contencioso-Administrativa.

F A L L A M O S

Que, con estimación de los motivos de casación segundo y tercero, sin

examinar el quinto, debemos declarar y declaramos que ha lugar al recurso

interpuesto por la Procuradora Doña Isabel Cañedo Vega, en nombre y

representación de la asociación "Salvem Tabacalera", contra la sentencia

pronunciada, con fecha 26 de abril de 2010, por la Sección Primera de la Sala de

lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad

Valenciana en el recurso contencioso-administrativo número 1036 de 2006, la

que, por consiguiente, anulamos, al mismo tiempo que ordenamos reponer las

actuaciones al momento de resolver acerca de los medios de prueba pedidos por

la representación procesal de la asociación demandante "Salvem Tabacalera",

debiendose admitir toda la prueba documental relativa al carácter protegible del

conjunto de edificaciones que se alzaban en el recinto de la antigua Fábrica de

Tabacos, a la valoración del edificio de la Plaza de América y al resultado de la

subasta del edificio de los antiguos juzgados de la calle Navarro Reverter, es

decir la documental incluída en el escrito de proposición de prueba bajo el

epígrafe b) documentos oficiales, que no hubiese sido practicada como diligencia

final por decisión de la propia Sala de instancia, para lo que se cursarán las

pertinentes comunicaciones al Ayuntamiento de Valencia, a la Consejería de

Cultura de la Generalidad Valenciana, a la Consejería de Economía y Hacienda

de la misma Generalidad Valenciana y al Ministerio de Cultura, debiendo

continuarse el proceso en la instancia por sus trámites hasta dictarse sentencia,

que decidirá también las cuestiones planteadas por la asociación demandante en

relación con el convenio urbanístico aprobado por la Junta de Gobierno Local del

Ayuntamiento de Valencia de fecha 22 de abril de 2005, sin formular expresa

condena respecto de las costas causadas en este recurso de casación.

Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos,

debiéndose hacer saber a las partes, al notificársela, que contra ella no cabe

recurso ordinario alguno.

PUBLICACION.- Leída y publicada que fue la anterior sentencia por el

Excmo. Sr. D. Jesús Ernesto Peces Morate, Magistrado Ponente en estos autos,

de lo que como Secretario certifico.